Andrés Accorsi's Blog, page 239
December 25, 2011
25/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte IX

A lo largo de esos años de trabajo en Perfil, nos acostumbramos a comernos pijazos, pero no vidrio. Los colaboradores estables sabíamos perfectamente que la editorial estaba en falta con nosotros, porque según el Estatuto de Prensa, cuando alguien cumple 24 colaboraciones consecutivas en un medio gráfico, la empresa está obligada a incorporar a ese colaborador a la nómina oficial de empleados, con sueldo en blanco, aguinaldo, vacaciones, aportes jubilatorios y toda la fanfarria. Por supuesto, a mediados de 1993, cuando los que estábamos desde el principio cumplimos las 24 colaboraciones, nadie en Perfil se hizo cargo y seguimos presentando factura para cobrar, como cualquier salame que recíen empieza. Ninguno armó kilombo, pero todos pensamos "Lo caro que les va a salir esto el día que nos rajen..."
Y bueno, en Abril del ´95, con la confirmación de que la línea de comics se iba a la B, llegó la hora de mandar el telegrama de "me considero despedido y quiero cobrar la indemnización", cosa que hicimos sólo tres de "los de siempre": Muñones, Rafa de la Iglesia y yo. Muñones recomendó a un abogado del cual su madre era secretaria, y ahí fuimos. El tipo nos transmitió confianza y se movió rápido. Conocía personalmente a la abogada de Perfil, manejaba buena data y nos dio instrucciones precisas de qué pruebas convenía presentar en cada uno de los casos. Para los primeros días de Mayo los juicios ya estaban en Tribunales. Y mirá qué mala leche: mi juicio cae –por sorteo- en el juzgado de la Dra. Zapatero de Ruckauf. Diez días después, el marido de la jueza, Carlos Ruckauf, es elegido vicepresidente de la nación y la mina –lógicamente- renuncia al cargo de jueza. El único acto de transparencia institucional en 10 años de menemismo, me lo vengo a fumar justo yo. El juzgado estuvo acéfalo durante MESES (más de un año, quizás dos) hasta que apareció otro juez (o jueza, no recuerdo). Lo cierto es que mientras Muñones ya había ganado y cobrado su juicio, yo todavía no había tenido una puta audiencia.
Nunca supe por qué no iniciaron juicio los otros letristas (Andrés Páez y Mariano Navarro), ni por qué Rafa no lo ganó. Pero el juicio de Muñones (que reclamaba menos guita que yo) le había costado una fortunita a Perfil y aún así, la abogada no aceptaba ningún arreglo extra-judicial, porque "no es política de la empresa". La mina era una cincuentona aguerrida, que a la primera que tuvo me dijo "Vos sabés que por iniciarnos juicio estás en una lista negra y no vas a poder trabajar nunca más en la editorial, no?". No me acuerdo qué le respondí, pero lo que pensé para mis adentros seguro empezaba con la palabra "chupame". Y era posta, eh? En el 2004 alguien me llamó de Perfil para ofrecerme un laburo y yo le dije "Primero fijate si no estoy en la lista negra". Efectivamente estaba, y el que me ofreció el laburo me volvió a llamar para agradecerme por haberle evitado un papelón con sus jefes.
Finalmente, en algún momento empezaron las audiencias (esa fue la última vez que vi a Osvaldo Tangir), fui con el abogado, escuché a los testigos de Perfil mentir descaradamente, esperé con abnegada paciencia y cinco años después de iniciar el juicio, en Mayo de 2000, logré cobrar esa famosa indemnización. Casi hasta el último centavo que había reclamado. Le pagué su porcentaje al cuervo y di por cerrado el capítulo de mi vida laboral que hoy se hace público a través de este blog.
No se me ocurren muchas moralejas, sinceramente. El garrón del cierre de la línea de comics fue muy heavy, pero la bronca se licuó a lo largo de todos esos años que tardé en cobrar el juicio. Y quedaron (además de los mangos de la indemnización y una pila de revistas) un montón de buenos recuerdos, que no son precisamente los que compartimos en estos posts. Pero están y siguen vivos, incluso en los comentarios que vos dejaste acá, en el blog.
Mañana, el epílogo. Y el martes vuelven las reseñas.
Published on December 25, 2011 10:12
December 24, 2011
24/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte VIII

1994 fue un gran año para Perfil, pero nuestros jefes percibían (con distinto grado de razón) dos amenazas jodidas en el horizonte. Una era la improbable chance de que Pavón o Columba (no recuerdo) se pusieran las pilas y le dieran empuje a la línea argentina de Marvel. En estos comics trabajaban básicamente los mismos colaboradores de Perfil, más algún traductor nuevo, ya que yo jugaba para un sólo equipo. O sea que "en la vereda de enfrente" se manejaba muchísima información acerca de lo que pasaba en Perfil. Si se vendía bien, si se vendía mal, si se imprimía en Chile, si se negociaba tal o cual cosa con DC... todo era un permanente "lleva y trae" que –por muchísimos motivos- no amenazaba el liderazgo de Perfil, pero enrarecía un poco el clima de laburo.
La otra amenaza era más palpable: durante el ´94 se activó en serio el circuito de comiquerías, por lo menos en Buenos Aires, y se multiplicó brutalmente la cantidad de ediciones españolas de DC que llegaron a Argentina. Ante eso, en vez de "asustarse", Perfil tenía dos opciones más lógicas: 1) desembarcar con sus comics en este nuevo circuito, cosa que nunca habían querido hacer por acuerdos semi-mafiosos con los distribuidores del circuito de kioscos; y 2) trabar por vía judicial el ingreso de cualquier publicación en nuestro idioma que usufructuara las licencias contratadas por la editorial (Batman, Superman, etc.). Pero no. Se asustaron e hicieron esta lectura errónea: le estamos dando ventajas a este nuevo circuito porque nosotros publicamos material de los ´80 y las comiquerías traen de España y EEUU el material más reciente. De pronto, la solución mágica para "ganarle" a las comiquerías era publicar material mucho más nuevo, con nueve o diez meses de delay respecto de EEUU (que es lo que hacía Forum com Marvel, por ejemplo).
En Enero de 1995 se firmó un contrato sumamente ambicioso con los representantes de Warner: Zero Hour en tomo único, Wonder Woman, Outsiders y revistas dobles y quincenales para Superman y Batman. Más la continuidad de Las Aventuras de Batman, que era el título más taquillero de la línea. Esto significaba el fin de ambas Ligas y de Flash, pero también una ampliación grossa de la línea y la posibilidad de trabajar un formato con el que nosotros rompíamos las bolas desde el principio: los números de 48 páginas. Y por supuesto, el atractivo (a mi juicio endeble) de llevar a los kioscos historietas que en España todavía no se habían editado, y a un precio infinitamente más accesible que el material que importaban las comiquerías. La calidad de las historietas era –a grandes rasgos- de mediocre para abajo, pero comercialmente podía funcionar.
Y así empezó una maratón de varios meses de hiper-producción, de sacar con fritas toneladas de traducciones. Hasta que a principios de Abril, Osvaldo Tangir me dice "Aflojemos un cachito el ritmo. Tomate una semanita de descanso y yo te aviso para cuándo necesito los próximos números de cada revista". Pasa la semanita, llamo por teléfono y Osvaldo me dice "Sigue todo parado, bancá que yo te aviso cuándo retomamos". Al resto de los colaboradores les había pasado lo mismo. Se acercaba el día en que Hora Cero iba a impactar en los kioscos y de pronto, la nada, el silencio. En la revista de Superman, en vez de la trilogía de Supergirl y los genocidas de Krypton, sale un unitario que iba después. ¿Qué carajo pasaba? Nadie sabía nada, o por lo menos a nosotros nadie nos decía nada. Por suerte no hubo problemas para cobrar: yo llegué a cobrar por la trilogía de Supergirl, varios números de Las Aventuras de Batman, todo Hora Cero y los dos primeros números dobles de Superman y Batman, todo material que quedó inédito. Pero lo importante era saber si la cosa seguía o no y en Perfil se hacían olímpicamente los boludos.
El dato llegó por el lado menos predecible: el ejecutivo de International Licensing (la empresa que representaba a la Warner en Argentina) que habitualmente negociaba los contratos con Héctor Chevalier, y que además había trabado amistad con Rafa de la Iglesia. "Mañana me reúno con Chevalier", habilita este muchacho, un día a fines de Abril. Y al día siguiente, de la misma oficina nos llega la confirmación que no queríamos escuchar: "Muchachos, Chevalier canceló el contrato. Se quedaron sin laburo". Ahora sí, siamo fuori. ¿Qué pasó ahí? Nunca lo sabremos. Se dio esa bizarreada extraña, ese bache cuasi-imposible de la lógica que hace –por ejemplo- que Macri se presente a elecciones y las gane. Y lo peor de todo: no nos enteramos por nuestros jefes de Perfil, sino por terceros. Si era por Perfil, nosotros todavía estábamos esperando el llamado de Tangir para saber cuándo retomábamos el ritmo de las entregas. ESE es el pijazo que más me dolió. Incluso más que quedarme sin laburo.
Mañana, las consecuencias.
Published on December 24, 2011 11:38
December 23, 2011
23/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte VII

Para mediados de 1992, cuando las publicaciones estaban por cumplir un año, ya estaba muy claro que teníamos un éxito entre manos. Así es como para mediados del ´93, la línea se había duplicado: en vez de cuatro títulos había seis, más miniseries (Invasión), especiales (los primeros Grandes Historias) y hasta un libro de chotocientas mil páginas (La Muerte de Superman). Los que además de trabajar ahí adentro teníamos trato con los fans, con los comiqueros, o simplemente nos tomábamos el laburo de leer las cartas de los lectores, estimábamos que el mercado argentino, así como estaba, bancaba unos 15 títulos de DC por mes.
Los lectores presionaban permanentemente para que se ampliara la cantidad de títulos, tal vez para zafar de los precios asesinos que en aquella época cobraban por el material español las poquísimas comiquerías que existían en el país. Alguna vez Perfil contrató a una persona para que leyera TODAS las cartas de los lectores (varias miles) y tabulara los pedidos de nuevos títulos. Ganaron por afano los Teen Titans, con Wonder Woman y Green Lantern también muy bien rankeados. DC presionaba, pero más sutilmente, a través de la empresa que representaba a la Warner en Argentina, creo que se llamaba International Licensing, o algo así. De hecho, la idea de que había que publicar La Muerte de Superman apenas 9 meses después que en EEUU, vino de DC. Pero en general se limitaban a tirar el dato de que allá, en el Norte, además de Superman y Batman los títulos que hacían furor eran Robin y Lobo. Acá apenas se publicó un one-shot de Lobo y Robin, pobre, apareció poco y nada.
¿Cuál era el verdadero motivo por el cual Perfil no expandía su línea de títulos? No sé, pero yo tenía esta teoría: Los colaboradores (traductor, articulista y letristas) cobrábamos por trabajo entregado. O sea que en 1993, con el doble de series en curso, cobrábamos el doble que en 1991 (más algún aumentito que nos dieron una vez, sin que lo pidiéramos). Pero el coordinador de las series (Osvaldo Tangir) y el diagramador (Jorge Benedetti) cobraban un sueldo fijo, como cualquier empleado de la editorial. O sea que en 1993 laburaban el doble que en 1991... por la misma guita! Por ahí me equivoco, pero yo creo que el verdadero filtro, el verdadero impedimento para sumar más colecciones, era que Osvaldo y Jorge no querían laburar EL TRIPLE por la misma guita. Y me parece absolutamente entendible. Para los que hacíamos las traducciones y redactábamos los artículos, más títulos era más guita. Para ellos no, y eso era bastante injusto. Acá el pijazo era para Osvaldo y Jorge, y por supuesto para los lectores, que se quedaron con la leche de leer un montón de material que Perfil pudo haber editado, pero decidió no hacerlo.
Hablando de los artículos, ¿te acordás de Weirdo y Rascomix? Eran dos identidades ficticias creadas por Rafa de la Iglesia para los correos de Perfil. En 1994, cuando empezamos a planificar la Comiqueando, Rafa era parte del staff y dábamos por hecho que él (o algún otro) iba a escribir en la nueva revista con los nombres de Weirdo y Rascomix. En algún momento se lo comentamos a Tangir, y al tiempito nos tira una bomba atómica: "Muchachos, lo de usar las identidades de Weirdo y Rascomix para Comiqueando va para atrás. Acá me dicen que esos personajes son propiedad de Perfil y que sólo se pueden usar en nuestras revistas". Ah, bueno... Nos vacunaron, mal. Por supuesto, Rafa nunca había firmado ninguna cesión de derechos ni nada que le otorgara a Perfil el control sobre esas creaciones. Pero decidimos no pelearla y, con el pijazo adentro, metimos en la Comiqueando a "Alejandro Tancredi" (el pseudónimo con el que escribía Rafa en los comics de Marvel, de Pavón o Columba, no recuerdo bien) y resucitamos al Dr. Müle, un personaje que había creado mi hermano Diego para la revista El Tajo. Como ínfima "represalia", Rafa dejó de escribir la sección Charlas en el Parque para los comics de Perfil y la retomó en Comiqueando.
Mañana, más pijazos en torno al cierre de la línea DC/ Perfil.
Published on December 23, 2011 09:26
December 22, 2011
22/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte VI

Lo de hoy no es exactamente un pijazo, ni una de esas situaciones en las que uno terminó indignado, humillado o devastado. Pero le debía a un lector la explicación de por qué Booster Gold se convirtió en Astro Dorado, así que vamo´en esa.
Booster Gold es un nombre MUY difícil de traducir porque parte de un error, de un accidente. Recordemos el origen del personaje: Michael Carter jugaba al futbol americano en el Siglo XXV y era el ídolo de su equipo. Le decían "Booster" ("incrementador") porque cada vez que entraba, incrementaba la cantidad de goles que marcaba su equipo. En todos lados se lo conocía como Booster Carter. Cuando llega al Siglo XX, se decide a actuar como superhéroe. Elige el nombre Gold Star, para acompañar a la estrella dorada que tiene en su pecho. En su primera aparición en 1985, salva a Ronald Reagan de... unos alienígenas, creo. El viejito choto le dice "Pibe, te debo la vida. ¿Cómo te llamás?". Y Michael, acostumbrado a que le digan Booster, dice –Booster... eh... Gold Star!. El viejito choto entiende todo por la mitad y dice "Ah, Booster Gold! Bueno, mil gracias Booster Gold! Fuerte ese aplauso para Booster Gold, el nuevo superhéroe!". Por supuesto, esto sucede bajo la mirada de una plétora de periodistas y todos escuchan lo que dice Reagan, o sea que en todos los medios la noticia es "Booster Gold le salvó la vida al presidente". Y bueno, ya fue –pensó Michael- Si en todos lados me mandaron "Booster Gold", me llamo Booster Gold y a la mierda...
O sea que es un nombre que nace mal parido. En Brasil le mandaron Gladiador Dourado, en México fue Explosivo Dorado y a mí se me ocurrió Astro Dorado, por tres motivos: 1) era la estrella de su equipo, o sea que tranquilamente en el Siglo XXV lo podrían haber apodado "el Astro" Carter; 2) Astro Dorado sería una traducción más que digna de Gold Star; y 3) cuando le dijeran –para verduguearlo- "Buster" en vez de Booster, yo le podía mandar "Trasto" en vez de Astro y quedaría bastante gracioso.
Y aprovecho que tengo espacio (y que estamos hablando de un personaje de la Liga de la Justicia) para narrar una de las victorias conseguidas entre tantas derrotas. Desde que se firmó el contrato para el segundo año de la Liga, Rafa de la Iglesia y yo empezamos a bajar línea con el tema de la Liga Europa. –Loco, mirá que para el número 25 de la América hay que empalmar con la Europa... –Mirá que una de las consecuencias más grossas de Invasión es la formación de la JLE... –Mirá que para el número 31 de la América viene un crossover de dos números con la Europa y si los salteamos nos van eviscerar... Y así durante meses, pero nadie confirmaba nada, ni por sí ni por no. Al argumento de "tener dos títulos de la Liga puede hacer que se dividan los lectores y que cada uno venda menos", nosotros retrucábamos "Y bueno, saquemos un sólo título de 48 páginas, con América y Europa juntas, así de paso podemos meter cada tanto un anual o un especial sin cortarlo por la mitad".
En un punto (principios de 1993), nos enteramos –creo que por Osvaldo Tangir- que se estaba negociando un contrato nuevo, complementario al de los cuatro títulos básicos, que contemplaba algunos especiales, la serie regular de Las Aventuras de Batman, La Muerte de Superman y la miniserie Invasión. Eso implicaba un laburo inmenso, en el que iban a necesitar que nosotros estuviéramos afiladísimos, en un ritmo de producción mega-intenso y sin margen de error. Entonces nos plantamos (alguna vez tenía que suceder) y dijimos "Si no agregan la Liga Europa, nos vamos a la mierda". Y milagrosamente funcionó. En Junio de 1993 empezó a salir la JLE y haciendo un poquito de magia logramos que ambas series llegaran juntas al punto en el que se tenían que cruzar, el recordado Imperativo Teasdale. Fue un crossover lindo, prolijito, no como pasó con Invasión, que el crossover de la Liga se publicó como siete meses antes de la miniserie.
Supongo que para Perfil no habrá sido un gran negocio editar la Liga Europa, que nunca estuvo entre los títulos más vendidos. Pero para los fans (entre los que me incluyo) era importante ver cómo esa serie gloriosa se desdoblaba en dos series gloriosas... y bueno, finalmente y después de mucho sufrir y putear, se pudo hacer.
Mañana, más pijazos.
Published on December 22, 2011 09:18
December 21, 2011
21/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte V

Sigo con lo de las traducciones y recuerdo otra derrota, la que coseché gracias a Hawkman. La orden de arriba fue mantener "Hombre Halcón", traducción heredada de las revistas de Novaro y los dibujos animados de los ´60 y ´70. Yo obviamente no estaba de acuerdo. Cualquier salame con un mínimo manejo del inglés sabe que un hawk es un gavilán, no un halcón. Y un halcón es un falcon, no un hawk. Pero me tuve que fumar "Hombre Halcón", nomás.
Y el mismo criterio pelotudo de traducir mal porque los mexicanos habían impuesto el nombre vino con Green Lantern. –Maestro, "lantern" no es "linterna", es "farol". –Me chupa un huevo. Ponele Linterna Verde. –Pero "linterna" en inglés es "flashlight" (en EEUU), o "torch" (en Gran Bretaña")... –Me chupa un huevo. –Pero lo que usan los personajes para cargar el anillito es un farol verde, incluso en el escudito del pecho tienen un farol verde... –Me chupa un huevo. No le pongas "Farol Verde" porque te rajo en el acto. Y así quedó, mal traducido, pero con el nombre que todo el mundo conoce y usa. Esa era obvia que la perdía, fue una batalla que libré sólo para hinchar las pelotas, para decir "no adoptemos ciegamente lo que viene impuesto por el uso o por la tradición, porque muchas veces es cualquiera".
Y ahora que veo esa portada de Superman y Green Lantern (cuya versión argentina no encontré en la web) digo: La visitadísima concha de sus madres! Hicimos un papelón cósmico y nos comimos containers llenos de puteadas en el ´92, cuando nos salteamos no sé cuántos números de la Liga porque supuestamente los crossovers de Millennium no se iban a entender... y dos años después, en la revista de Superman metemos no uno, sino CUATRO crossovers de Millennium! Tenemos menos coherencia que la UCR. Pero bueno, esa ya era la época en la que los colaboradores/ asesores nos poníamos más en putas y apretábamos más para que no se saltearan episodios al voleo, sobre todo en Superman, donde había plots de largo aliento, que avanzaban en todos los números de todas las series, incluso cuando venían estos crossovers grandilocuentes y fumancheros.
¿Qué habría hecho yo? Arrancar con tres series: Batman (con Año Uno, Las 10 Noches de la Bestia y Una Muerte en la Familia, en ese orden), Superman (con Man of Steel en números de a dos episodios, y a partir del cuarto número doble, con las dos series centrales, Superman y Adventures) y Legends. Así, el sexto número de Superman, el que vendría con los crossovers de Legends, hubiese salido a la par del final de la miniserie. Y una vez terminada Legends, reemplazarla por dos series nuevas: Flash y Liga de la Justicia, que obviamente empiezan ahí. De hecho la tercera serie podría haberse llamado Universo DC Presenta, arrancar con Legends y a partir del séptimo número pasar a llamarse Universo DC Presenta Flash, como para gambetear el despelote que conté el otro día y que terminó con la "creación" de Flushman.
¿Y hubieras publicado Crisis? No, la verdad que no. Crisis tiene poquísimo (por no decir nada) que ver con ese DCU que arranca en Legends. De última, una vez que vimos que vendimos fantastillones con el libro de la Muerte de Superman, con chotocientas mil páginas y totalmente desenganchado de las historias que se editaban en las series mensuales, ahí me habría jugado a publicar Crisis en ese mismo formato, toda de un saque, también con muchos textos complementarios y toda la parafernalia. Pero no de entrada, porque al lector nuevo, que no sabe una goma de Universo DC, lo confunde más de lo que aclara.
Millennium tampoco la habría publicado, simplemente por lo chota que es. Habría encargado una serie de notas que explicaran todo lo que pasó, como para que –a la hora de fumarse los crossovers- el lector tuviera mínima idea de qué carajo eran los Manhunters, los Guardianes y toda esa gilada. Pero los ocho numeritos de Millennium no, ni drogado.
Y por supuesto, Invasión sí, porque es importante para Flash y para la Liga y además está bastante buena. De hecho, Invasión era un gran punto para darle un cierre a la serie de Superman (en el n° 450 de Adventures) y pegar un salto grosso hasta la época post-Doomsday, como para evitar muchos números medio pelo, sin autores importantes (fuera de algún arquito con George Pérez) ni sagas demasiado relevantes. O no... por ahí daba para seguir mansitos, capítulo a capítulo, sin saltearse nada.
Mañana... Astro Dorado!
Published on December 21, 2011 14:09
December 20, 2011
20/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte IV

Retomo la saga de Perfil para dar cuenta de algunos de los pijazos que me comí como traductor. El más grosso fue un día, muy al principio de esta historia, antes de que se publicaran las revistas, cuando uno de los coordinadores (creo que fue Osvaldo Tangir, pero no estoy seguro) me dijo "Acordate que los personajes se tienen que tratar siempre de tú".
-¿Cómo de tú? Eso me hace mierda el verosímil! Yo tenía todas las traducciones estructuradas a partir de la analogía entre las grandes ciudades de la Costa Este de EEUU y Buenos Aires...
-Sí, lo de la analogía me parece perfecto. Pero esto se va a distribuir también en Chile, Bolivia y regiones de Argentina donde no se usa el "vos".
La concha de la lora... Todavía no empecé a laburar y ya estoy otra vez al borde de la renuncia. Y bueno, di pelea hasta donde pude y cuando vi que tenía menos chances que Nik de publicar en la Fierro, me comí el pijazo y entregué cientos de traducciones en las que los personajes se trataban de tú. Como le metía informalismos porteños, terminó por ser una mezcla medio bizarra. A veces aparecían frases tipo "tú eres un gil de lechería", o "tienes que zafar de este garrón", y cosas así, en ese estilo híbrido, indefinido, que no se entendía en Chile ni en Bolivia y sonaba para el orto en Buenos Aires.
Con los nombres de los personajes, en la gran mayoría de los casos me dieron total libertad para hacer lo que se me cantara. A veces no, y los pijazos no fueron muchos, pero sí dolorosos. El peor fue, lejos, el del Joker. Recordemos que lo primero que publicó Perfil fue la adaptación de la primera peli de Batman de Tim Burton, en la que al Joker le decían Guasón, como en la serie de Adam West de los ´60. Serie hiper-masiva: Guasón, peli hiper-masiva: Guasón, primer comic de Perfil: Guasón. Imaginate la cara de Tangir cuando le dije "Guasón es una cagada, ¿le puedo poner Bufón?".
No, ni a palos. Igual banco a muerte a Bufón. Bufón capta los dos sentidos de Joker. Bufón es un yosapa, un salame que hace chistes, y Bufón es (como el Rey, la Reina y la Sota) un personaje medieval de los que ilustran los naipes, con los que tantas veces joden los guionistas en los comics donde aparece el Joker. Acá a ese naipe le decimos "comodín", pero el personaje que lo ilustra es claramente un bufón, el bufón de la corte real a la que aluden los naipes de las barajas francesa y española. Algún día voy a traducir un comic donde aparezca el Joker y le voy a poner Bufón. Posta.
Y antes de cambiar de tema, una reivindicación para la serie sesentosa de Adam West: Gatúbela, maravilloso nombre castellano para Catwoman, mil veces mejor que "Mujer Gato". "Acertijo" es una traducción casi tan mala como "Guasón", porque no capta los dos sentidos de la palabra "Riddler". Que podría ser, por un lado, "acertijeador", o "acertijero" (ambas suenan horrendas), y por el otro "acribillador", que deja MUY afuera el otro sentido, el de los acertijos. Como en los comics que compró Perfil el personaje casi no aparece, le dejé "Acertijo" y a comerla. No daba para librar una batalla por semejante boludez.
La tilinguería de respetar malas traducciones heredadas de otras versiones llegó al cénit con The Killing Joke. Mi jefe la había leído en la edición española de Zinco y en todo momento, se refería a la saga como "La Broma Asesina". –No me gusta. –decía yo- Para mí la traducción correcta es "El Chiste Mortal". Por la famosa frase argenta "escuchá este chiste, que es mortal". Seguro que Alan Moore pensó en eso, no en una broma que sale a boletear gente. De hecho, en el guión es MUY importante un chiste, y no una broma. Pero perdí por goleada: Osvaldo Tangir consultó con el resto del staff y todos coincidieron en que convenía más mantener el título de la edición española, que ya sonaba fuerte entre muchos fans. La tirada de la edición argentina fue superior a la cantidad de ejemplares de publicaciones de Zinco importadas durante todo ese año (1993, creo), pero aún así había que hacerle el fan service al grupúsculo que conocía la edición gallega y la asociaba con una historieta prestigiosa, aunque ese grupúsculo fuera precisamente el menos propenso a comprar la edición nacional. Igual fue tan, pero tan grosso cobrar por traducir The Killing Joke, que por mí le podrían haber puesto "Racing es de la B", o "La vieja de Accorsi cabecea ombligos en los baños de Constitución" y yo igual feliz de la vida...
Published on December 20, 2011 14:44
December 19, 2011
19/ 12: JACK KIRBY´S OMAC

Este libro me provocó sensaciones encontradas, como cuando tenés hambre y –al mismo tiempo- ganas de cagar. Por ahí porque esperaba mucho, de tanto que reivindican a OMAC genios vanguardistas como Paul Pope, Grant Morrison y algún otro. Lo cierto es que, si bien no puedo calificar a estas historietas de bosta hecha por kilo, tampoco puedo decir que me hayan gustado.
Hay muchos problemas y uno es que, durante su etapa en DC, Kirby estaba obligado por contrato a entregar 15 páginas por semana. El Rey escribía y dibujaba y más o menos se bancaba ese ritmo demencial, sólo opacado por las proezas de Osamu Tezuka y sus infinitos asistentes. El libro muestra varias páginas a lápiz de Kirby y la verdad es que el tipo conservaba casi intacto el power que lo mega-consagró en los ´60. Pero a veces, el que no aguantaba el ritmo era el entintador, Bruce Berry, y se ve claramente cómo este pobre pibe le estropea algunas viñetas al Rey, en las que se nota demasiado el apuro, cuando no la impericia. El resultado son unas cuantas páginas bastante por debajo del nivel que uno esperaba de una bestia salvaje como Kirby.
Ojo, hay un montón de dibujos fastuosos. Unas splash y unas doble splash para enmarcar y colgar en el Louvre (bueno, mejor en el MOMA). Pero también hay otros donde el cansancio de dibujante y entintador se cobran un precio bastante alto.
Igual el principal problema es que a Kirby lo dejaron escribir. Esto está definitivamente mal escrito, y como Kirby era su propio coordinador, nadie le decía nada (fuera de "Maestro, invente otra serie para mañana porque esta no vende una chota y la acabamos de cancelar"). El personaje de OMAC es chatísimo: un tipo sin onda, sin personalidad, sin vida privada, que no se cuestiona nada. Un cana tuneado, el miembro más pulenta de una agencia "de paz global" que cada vez que OMAC está en problemas manda a sus tropas a reprimir al villano de turno. Que por otra parte son siempre distintos villanos y bien podrían ser uno sólo, porque ninguno tiene personalidad ni motivaciones mínimamente exploradas. Los guiones son apenas una excusa para que rápidamente estalle la acción, que es donde Kirby se luce a full, y la verdad es que el resto tiene poco sustento.
Lo más choto son los diálogos. Cuanto más leés al Kirby "solista", más reivindicás a Stan Lee. Los diálogos de Kirby son torpes, obvios, inverosímiles. Los bloques de texto a veces se limitan a un "Then...", o un "Suddenly...". Eso ya atrasaba muchos años en 1974. No jodamos: en 1974 ya existían el Deadman de Neal Adams, el Swamp Thing de Wein y Wrightson, Green Lantern/ Green Arrow... y eso sin salir del mainstream, porque también existían Robert Crumb, Richard Corben... muchísimas instancias de superación de esta fórmula clásica y predecible, que se podría sintetizar como "El Bueno descubre el plan del Malo, lo enfrenta, al principio pierde, después algo le habilita más poder y al final gana".
Y lo más interesante son las ideas, los conceptos extremos, casi delirantes que pela Kirby. Creo que eso es lo que ceba a Morrison, por ejemplo. Cada bomba, cada rayo, cada máquina que hacía aparecer Kirby era novedosa, rara, impredecible, amenazante, familiar y original a la vez. Concedo que en los ´70 no era fácil generar una atrás de otra todas esas ideas bizarras, que le sacan excelente jugo al contexto de ciencia-ficción de la saga. Hoy, en cambio, me parece que cualquier salame que haya consumido bastante Cartoon Network de pendejo y bastante marihuana de adolescente puede limar al nivel de Kirby sin mayores inconvenientes.
Puteame de arriba a abajo si querés, pero de todo lo que hizo Kirby en DC yo rescato apenas a Kamandi y algunos numeritos de Demon. Lo del Cuarto Mundo se pasaba de pretencioso y OMAC parte de bases tan endebles que –predeciblemente- en los ocho numeritos que se llegan a publicar, no llega a ningún lado. Aguante el OMAC de John Byrne, que ese sí es papa MUY fina.
Published on December 19, 2011 19:15
December 18, 2011
18/ 12: CRASH! Vol.13

Esta es una verdadera rareza. Durante varios años, en Bolivia se editó la revista-libro Crash!, que generalmente reunía trabajos de un montón de autores bolivianos, más algún invitado especial, que generalmente era un autor europeo o latinoamericano que había asistido o estaba por asistir al festival Viñetas con Altura. Pero en algún momento de 2006 salió este extraño tomo en el que el coordinador habitual de Crash! (el maestro Frank Arbelo) cedió su lugar a otra bestia del comic contemporáneo, el español Miguel Brieva, para realizar un número de la antología íntegramente compuesto por material de autores españoles, clásicos y modernos. Brieva seleccionó a un grupo de sus colegas y todos aportaron material ya publicado previamente en España, pero que no se conocía en Latinoamérica. Veamos con qué nos encontramos.
Abre la antología Darío Adanti, más argentino que el dulce de leche, pero residente hace muchos años en la Madre Patria. Adanti aporta una historieta de seis páginas y una de dos, ambas brillantes. La más larga tiene grandes chances de ser la mejor de todo el tomo.
El bizarro Paco Alcázar aporta un puñado de historietas muy breves, de las cuales la mejor, Destruir es Fácil, parece escrita por Gustavo Sala. Lástima que se nota demasiado que fue pensada para publicarse a color, si no también subía al podio.
Lo de Juan Berrio es elegante, pero también bastante frío. La primera historia naufraga en el mar de la intrascendencia y la segunda hace gala de un excelente manejo de un recurso muy original para narrar varios cachitos de historia en paralelo.
El propio Miguel Brieva aporta dos historias de cuatro páginas, ambas excelentes. La primera, Ultimas Noticias de Animalandia, es sencillamente genial y le disputa el primer puesto a la de Adanti, sin ninguna duda. Además el dibujo es perfecto, incluso cuando opta por una grilla de cuatro tiras de viñetas, con cuadritos muy chiquitos. Impecable.
El maestro Carlos Giménez, prócer indiscutido del comic español, también tiene dos historietas de cuatro páginas, pero ya las vimos en otra antología del madrileño, reseñada este año en el blog. Creo que fue en Sabor a Menta. Figurita repetida, pero finoli.
Le sigue otro monstruo que trabaja profesionalmente desde los ´80, pero al que nunca se le dio el reconocimiento que se merece. Keko (que de él se trata) se despacha con una de 8 páginas absolutamente brillante. Otra joya para el podio, de una.
Linhart era el único que no me tenía entre sus fans. Lo que mandó para Crash! me pareció visualmente atractivo (aunque muy derivado del estilo de Charles Burns), si bien los guiones me convencieron hasta por ahí nomás.
Otro clásico fundamental es Max, que acá aporta tres historias cortas de su personaje Bardín el Superrealista, una creación de gran vuelo poético, de mucha libertad, pero muy propenso a la fumanchereada que no se termina de entender. De todos modos, las historietas tienen textos exquisitos y unas imágenes devastadoras.
Miguel B. Nuñez también mete dos historias de cuatro páginas, muy jugadas a los guiones, que son inquietantes, sórdidos y repletos de buenos diálogos. En ambos casos los planteos son un poco ambiciosos para cuatro páginas, pero a Nuñez le queda muy bien el yeite de meter miles de viñetas en cada página, con lo cual pilotea muy decorosamente el poco espacio que tiene para desarrollar las historias.
Me entero gracias a los textos de esta antología que el alucinante Santiago Sequeiros nació en Buenos Aires. No da para considerarlo argentino, porque creo que vivió casi toda su vida en España y toda su obra se gestó allá. Acá, fiel a su costumbre, pela una historieta que se pasa de críptica, con unos dibujos de la reputísima madre, en un estilo que parece combinar a Miguel Gallardo con José Muñoz.
Y cierra Fermín Solís, un Dupuy + Berberian de la B Metropolitana que no dibuja bien, no cuenta nada interesante y no ofrece nada memorable, ni impactante, ni novedoso. No es irredimible, pero se nota que este laburo lo encaró con poquísimas pilas.
El promedio le da muy positivo a Brieva, que supo rescatar muy buen material de los autores españoles actuales y armar una mezcla que funciona tanto para darlos a conocer en un continente donde casi no se los edita, como para que el lector habitual de la Crash! acceda a una cantidad más que digna de buenas historietas. A mí, que soy hardcore fan de la historieta española, me sorprendió poco pero me gustó muchísimo.
Published on December 18, 2011 16:22
December 17, 2011
17/ 12: OCEAN

No se le puede negar a Warren Ellis que tuvo una buena idea para esta saga. Una raza humanoide flota dentro de sarcófagos en el inmenso océano cubierto de hielo que es Europa, la luna de Júpiter. Están ahí hace mil millones de años luego de haber convertido en un cinturón de asteroides al planeta que estaba entre Júpiter y Marte, haber hecho inhabitable al planeta rojo y haber sembrado las semillas de la vida en el planeta Tierra. Estos seres no están muertos, sino en una profunda animación suspendida y se están por despertar. No sólo ellos: también sus armas, que son las que hicieron añicos a un planeta y dejaron al otro rojo y yermo. Mal y tarde, los terrícolas, que ya dominaron técnicas avanzadas de exploración y viajes interplanetarios, se avivan de esto y tienen que decidir qué hacer. No todos, claro. Toda la tensión y la responsabilidad recae en un grupito de cinco personas, lideradas por Nathan Kane, un Inspector de Armas de las Naciones Unidas, muy parecido a la Brujita Verón. La respuesta al dilema que pela Ellis es totalmente impredecible y cierra por todos lados.
Hasta ahí, todo bien. El tema es que con eso no llenamos ni a palos 160 páginas. Ahí al guionista se le ocurre agregar un conflicto dentro del conflicto. Además de la base de exploración de Europa en la que trabajan "los buenos", hay dando vueltas una base de una mega-corporación terrestre, con tecnología aún más avanzada, y con planes un poco más altruistas que los de las Naciones Unidas. "La Corpo" se llama DOORS y es una especie de parodia de Microsoft, muy ácida y filosa. Y es un obstáculo, una molestia, una amenaza permanente para la labor del equipo que responde a Kane. Podría tranquilamente no estar, pero Ellis le saca buen provecho. Una raza de asesinos planetarios dormidos hace millones de años no siempre proveen el desafío suficiente como para que los buenos vivan situaciones al límite en seis episodios de una saga, y bueno, ahí queda copado que entren en juego unos "malos" tan activos como los buenos, pero con intereses encontrados.
La base de los buenos en la órbita de Europa se llama Cold Harbor y define mucho el tono de la obra. En Ocean, todo es muy frío. Hay acción, hay algunos chistes muy buenos, hay una mecánica que jode todo el tiempo con lo alzada que está, pero el ritmo del relato es pachorro, el protocolo tiene bastante peso y todo tiende a los climas fríos, al cálculo, la investigación científica, la contemplación, la decodificación de señales y lenguajes... todas cosas que dejan poco margen para la emoción, los sentimientos y ni hablar de las pasiones. Los malos son tan fríos que Ellis los plantea prácticamente como androides, semi-humanos controlados por una computadora central que piensa por ellos. La ciencia-ficción muchas veces adolesce de una cierta frialdad, con lo tecnológico siempre por encima de lo humano, y la verdad es que Ocean no es para nada la excepción. Esto está a años luz de Transmetropolitan, donde la ambientación futurista tiene mucho peso, pero la historia que quiere contar Ellis no renuncia ni una viñeta a lo visceral, a lo quintaescencialmente humano.
Buena parte de esta sensación gélida la transmite el dibujo de Chris Sprouse, una vez más demasiado prolijo para ser real. Sprouse es muy, muy bueno, pero tiene la sangre a temperaturas bajo cero. Su dibujo se excede en la profilaxis, en la ascepsia, en esa línea limpita, correcta, esos fondos en los que imperan el orden y la austeridad. Resuelve bien las escenas de acción, pero mezquina las líneas cinéticas, los efectos para crear impacto, como si estuviera mal meter escenas de acción, como si hubiera que disimular la machaca. Eso, sumado a la repetición de la grilla widescreen (la página dividida en tres, cuatro o cinco tiras horizontales de una sóla viñeta cada una), da por resultado un comic que se ve demasiado lindo, que gana el partido pero no transpira la camiseta, un comic pecho frío, bah. Me imagino este mismo guión dibujado por Howard Chaykin o por Paul Gulacy y me aparecen en la mente escenas con más onda, más fuertes a la hora de shockear al lector, más comprometidas, en un punto.
De todos modos, lo importante es que la historia está buena, funciona, no defrauda y no termina como creés que va a terminar. Si sos fan de la ciencia-ficción clásica, tecno, tipo la Star Trek de los ´60, esto va en esa línea pero es mejor. Se podría haber contado en menos páginas (como lo hizo Ellis en Ministry of Space, su otra gran saga de sci-fi) pero realmente está muy bien escrita, con lo cual la estirada no se se hace densa ni contraproducente. Ahora que viene el calor, se impone un comic helado. Y Ocean se parece más a Freddo que a esas heladerías crotas en las que el kilo vale diez pesitos.
Published on December 17, 2011 11:42
December 16, 2011
16/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte III

En los meses posteriores a esa reunión con Chevalier, mi contacto con Perfil fue mínimo. Una vez alguien me llamó para decirme "Hay un nuevo coordinador, Alejandro Algo (no me acuerdo el apellido). Fui, lo conocí, todo bien, dale, hablamos, te llamo, si querés andá arrancando con los primeros números de Batman o de Superman, dale, copado, nos vemos. A las pocas semanas, alguien me avisa que Alejandro Algo renunció y pusieron a otro coordinador, Jorge Algo (creo), y el mismo speech. Y de nuevo, unas semanas más tarde Jorge Algo era historia antigua.
Llega Julio y yo me voy por primera vez a la convención de San Diego (esa en la que le tiré los galgos a J.M. DeMatteis). El día que vuelvo a Buenos Aires me llama por teléfono Muñones: -Che, apareció un coordinador nuevo en Perfil que te quiere conocer urgente. Voy a la redacción y efectivamente, me presentan a Osvaldo Tangir. –La buena noticia –dice Osvaldo- es que esto se activó y tiene fecha de salida. La mala es que estamos apretadísimos con los tiempos y necesitamos un montón de traducciones para ayer.
Por algún motivo extraño, le creí. No me pareció el típico chanta que había venido a calentar ese sillón un par de semanas. Dejé uno de mis dos laburos (en el Centro Cultural Recoleta, donde en siete meses no había logrado cobrar un mango) y me aboqué a sacar con fritas los primeros números de las cuatro míticas colecciones. Uno de esos días previos a la salida de las revistas, cuando voy a entregar traducciones, Osvaldo me dice "Ponete con Rafa a pensar nombres para la revista de Flash, porque no se puede llamar Flash". –Nah, me estás jodiendo. –No, ya nos amenazaron de Editorial Sarmiento. Si le ponemos Flash, nos comemos un juicio.
Los jóvenes seguramente no la recordarán, pero la revista Flash de Editorial Sarmiento era un pasquín abyecto, repleto de chimentos de la farándula, horóscopos truchos y dietas imposibles. –La concha de la lora- dijimos nosotros. –No nos sale una. Y bueno, presentamos una lista de unos 15 nombres alternativos. Algunos eran Las Nuevas Aventuras de Flash, Universo DC Presenta: Flash, El Nuevo Flash, El Rayo, El Relampago y los demás no me los acuerdo.
Imaginate mi cara cuando me muestran las pruebas de imprenta de la tapa del primer número, con un logo impactante que decía FLUSHMAN. ¿Flushman?! ¿Qué carajo es eso? ¿A quién se le ocurrió esa boludez? ¿Para qué nos consultaron? ¿Para que nos pidieron que sugiriéramos todos esos nombres si después le iban a cumplir el capricho a algún pelotudo? ¿Cómo nadie sabe que "flush" en inglés es apretar el botón del inodoro para que se vayan las heces? La respuesta fue "A alguien de arriba se le ocurrió ese título e insistió con que flush suena parecido a flash".
Yo me la quería cortar. Mi nombre aparecía como "traductor" y estaba seguro de que los lectores me iban a responsabilizar a mí de ese moco patético, me iban a venir a buscar con las antorchas y esos tenedores gigantes con los que los aldeanos perseguían a Frankenstein. Amenacé con renunciar, obvio, pero era joven, necesitaba la plata. Y hasta el último puto número de la revista, cada vez que otro personaje mencionaba a Flash en los diálogos, yo le dejaba "Flash". Y si el letrista no se avivaba y lo cambiaba por "Flushman", en las historietas a Wally le decían Flash. Tangir me re-puteaba por esto, pero en secreto bancaba mi actitud de no escribir la palabra "Flushman". De hecho, él mismo escribió un articulito (no sé si antes o después de que los lectores nos tiraran misiles de lava radioactiva mezclada con diarrea de Darkseid) donde aclaraba que no había sido yo el que le había cambiado el nombre al personaje. Un fenómeno, Osvaldo.
Y bueno, con el tiempo el público medio se acostumbró, las ventas (que empezaron flojas) subieron, y aún hoy, 20 años después, hay gente que me sigue preguntando quién carajo y cómo mierda llegó a una solución tan chota para un problema tan sencillo. Yo sigo respondiendo "ni idea". Por lo menos hoy ya no sufro al escuchar que un chico chiquito se refiere al personaje como "Flushman", algo que en los ´90 me atormentaba más que María Julia Alsogaray rifando las empresas del Estado.
Y hablando de políticos mentirosos, al mejor estilo político en campaña prometí que estos posts iban a tener continuará diario, pero no lo voy a poder cumplir. Sábado, domingo, lunes y quizás también martes, tendremos reseñas. Y recién después retomamos "la saga de Perfil". Es lo que hay.
Published on December 16, 2011 01:16
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