Andrés Accorsi's Blog, page 268

March 8, 2011

08/ 03: LOS MEJORES 13 EPISODIOS DE GOLGO 13 Vol.1


En 2002, cuando esta longeva serie se acercaba a los 35 años de publicación ininterrumpida, la editorial Shogakukan propuso un juego: por un lado los lectores y por el otro el autor elegirían los 13 mejores episodios de Golgo 13 para una recopilación especial. En España no se publicaron las dos selecciones, sino sólo la del público y fue Glénat quien reunió esas 13 historias en dos tomos de gran volúmen y gran atractivo para quien no se quiere clavar buscando los más de 160 tomos recopilatorios que tiene este manga en Japón.
El autor (no lo nombré a propósito) es el maestro Takao Saito, uno de los emblemas del gekiga, que aparece a veces como amigo y a veces como rival de Yoshihiro Tatsumi en la fundamental A Drifting Life. Los caminos de ambos maestros se bifurcaron mucho desde la irrupción de Golgo 13 allá por fines de 1968: Tatsumi se dedicó cada vez más a los mangas de temática social y fuerte contenido autoral, y Saito se volcó a historias más comerciales, en géneros más populares como el thriller y los samurais. A Saito le fue tan bien que se convirtió en jefe de Saito Productions, el estudio que lo secunda en la realización de sus mangas, y hasta se da el lujo de auto-editar los tomos recopilatorios de sus obras y de las de sus asistentes a través del sello Leed.
Si te gusta el comic, seguro tenés una mínima idea de quién es Golgo 13. Si no, las siete historias de este tomo te lo pintan de cuerpo entero. La primera (la del aeropuerto) es la más floja, y de ahí en más, agarrate fuerte. La segunda es una típica historia de Golgo 13, de las buenas: tiene un trasfondo socio-político atractivo (la explotación latifundista del pobre campesinado guatemalteco) y por lo menos un giro argumental que nunca te ves venir. Por supuesto, no hay giro que alcance a desestabilizar a Golgo, pero para el lector, la sorpresa está.
La tercera historia es rara, porque el perfecto asesino acá es la presa. Al principio, después se las ingeniará para volver al rol de cazador y cobrarles muy caro a los que osaron provocarlo. Acá Saito rompe totalmente el esquema de la serie, con muy buen resultado. La cuarta es la más breve (39 páginas) y tampoco encaja en el molde de la mayoría de las historias, aunque acá sí, Golgo tiene la misión de boletear a un tipo difícil de boletear. El argumento le da al autor una excelente excusa para esbozar una explicación científica de por qué Golgo se banca las cosas que se banca, y además introduce a un personaje que hubiese estado muy bueno retomar para otras sagas.
La quinta historia también nos muestra a Golgo como co-protagonista: buena parte de la atención está puesta en Railly, un hiper-soldado yanki quien sostendrá un duelo a muerte con nuestro hitman favorito. Acá también ameritaba un giro final que dejara a Railly en carrera, pero para Saito no hay "tu tía": si le tocás el culo a Golgo, dormís bajo tierra forever. En la sexta historia, Golgo vuelve a compartir escenario con una experta asesina y Saito, en vez de dejarla viva, nos revela en un flashback detalles de historias pasadas (nunca publicadas, claro) entre el ídolo y Eva Cruegman. Y la historia que cierra el tomo es la más extensa (más de 130 páginas) y también la más política y la que le reserva a Golgo un rol más pequeño (de hecho aparece recién en la página 82). Lo que arranca como un thriller financiero se carajea para el lado de una revolución que amenaza con teñir de sangre a Japón y Golgo, hijo de puta y amoral como será siempre, interviene para impedir el conflicto, obviamente por una buena suma de dinero.
La última historia es la única en la que el dibujo se ve medio pedorro, medio sacado con fritas para zafar. En las historias restantes, entre la documentación fotográfica, el laburo a destajo de los asistentes y su propio talento (que no es poco), Saito nos obsequia mangas preciosamente dibujados, largas secuencias construídas para acentuar la tensión, grandes escenas de machaca y explosiones y hasta garches bastante elegantes, aunque sus minitas no sean tan lindas como las de Buichi Terasawa, por ejemplo.
Si te bancás a un protagonista malo, infalible y con menos emociones que esos campeonatos españoles donde el Barcelona siempre le lleva 18 puntos al que va segundo, Golgo 13 te puede hacer pasar un muy buen rato. Pronto vuelvo con el Vol.2.
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Published on March 08, 2011 14:30

March 7, 2011

07/ 03: JSA Vol.1


Si leés la serie actual de la Justice League of America, seguramente te costará creerme si te digo que en los ´90 James Robinson era un guionista del mega-carajo, un especialista en pilotear series regulares ambientadas en el Universo DC, un tipo que le sacaba un inmejorable jugo a los personajes, su interacción, su pasado, y los metía en sagas raras, en las que los villanos eran más que meras amenazas u obstáculos. En algún punto de la década pasada, Robinson perdió la magia y derrapó hacia ese guionista aburrido y predecible que es hoy (aunque no descarto que en algún momento haga otro click y recupere la onda), pero antes de que eso sucediera, se cargó al hombro la colosal tarea de relanzar a la Justice Society, un concepto hoy bastante afianzado, pero que en 1999 parecía bastante más complicado, no sólo desde las posibles ventas, sino también desde cómo bancarlo, cómo hacerlo funcionar después de casi 60 años de manoseo editorial.
En estos primeros números, Robinson contó con la colaboración de David Goyer, quien se quedaría hasta el n°25, a escribir en equipo con quien reemplazaría a Robinson a partir del n°6, el por entonces promisorio Geoff Johns. Goyer es otro que por sí solo no vale un peso, pero acá la dupla -primero con el inglés y después con mi doppleganger- funcionó, y el tipo pudo firmar unas cuantas historietas más que atractivas.
Porque, digámoslo de una vez, esta serie de la JSA arranca muy, muy arriba, y después no hace más que mejorar, por lo menos hasta pasado el n°60. El arco inicial (el Secret Files & Origins y los cuatro primeros números) apenas llega a las 35 páginas de machaca. Lo importante es lo otro: cerrar algunos cabos sueltos (Wesley Dodds, por ejemplo), volver a presentar a un montón de personajes que andaban desperdigados por las más variadas colecciones (de hecho, el villano solía aparecer en Legion of Superheroes) y, obviamente, mostrarnos desde cero a algún personaje nuevo (Hawkgirl). Todo esto con un ritmo no tan pachorro como el de algunas saguitas de Starman (la serie fundamental para entender y amar a James Robinson y a muchos héroes y heroínas arraigados en la Golden Age), pero a años luz del "palo y palo" que pelaba Grant Morrison en la JLA, por ejemplo.
Esto le permite a Robinson y Goyer desarrollar perfectamente a los protagonistas, definir en buena medida la dinámica que van a establecer entre ellos, darle buen clima al misterio central (quién será el nuevo Dr. Fate), homenajear a la ilustre tradición de la JSA y formar un nuevo grupo en el que quedan los que tienen que quedar, no todos los personajes que desfilan por la saga. Lo único medio choto es que, para demostrar que el malo es muy malo, se cargan casi al voleo a un par de personajes copados, como Kid Eternity y el Fate de Books of Fate, que seguro se podrían haber aprovechado mejor. El resto, todo impecable, sobre todo el rescate de personajes totalmente desactivados como Sandy Hawkins o Hector Hall.
Por el lado del dibujo, el grueso de las páginas están a cargo de Stephen Sadowski, un dibujante correcto, prolijo, sin estridencias, con muy buenas composiciones de página y la cancha necesaria para orquestar escenas con multitudes de supertipos, sean tranquis o de pelea. Con el correr de los números, lo veremos mejorar. Lo que no dibuja Sadowski se lo reparten entre dos dibujantes menores, el cero onda Scott Benefiel y el más personal (pero no por eso mejor) Derec Aucoin. En el numerito que dibuja Aucoin hay un golpe al corazón de los nostalgiosos: aparece John Stewart (mi Green Lantern favorito) cuando era paraplégico y arquitecto, antes de que algún imbécil lo re-escribiera retroactivamente para hacerlo milico.
Esto ya es tan clásico que hasta Sticker Design lo publicó en Argentina. O sea que, si tenés un mínimo interés por el Universo DC, seguro ya lo leiste. Y si no, si el DCU no te llama en lo más mínimo la atención, seguí sin leer la JSA, porque no creo que te vaya a entusiasmar, por más bien escrita que esté.
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Published on March 07, 2011 15:14

March 6, 2011

06/ 03: THE BEST AMERICAN COMICS 2010


Como todos los años, me sumerjo en esta antología lujosamente editada para enterarme qué están leyendo los yankis de paladar más refinado, esos snobs anti-COGA que creen que cualquier cosa en la que aparezca un superhéroe contagia enfermedades venéreas. ¿Y con qué me encuentro? Con que la primera de las 25 historietas elegidas es un comic de superhéroes… encima editado por Marvel! ¿Qué pasó acá? ¿Se volvieron todos locos? No. El comic elegido es un capítulo de Omega the Unknown, re-imaginado por el escritor Jonathan Lethem y dibujado por un capo indie, Farel Darlymple, y el prócer underground Gary Panter. O sea que casi no se parece a un comic de superhéroes. Y el otro dato fundamental: el coordinador de esta antología, encargado de la selección final del material, este año fue Neil Gaiman, que algo sabe de re-imaginar viejos superhéroes.
Para las 24 historietas restantes, Gaiman va más a lo seguro, o sea, a los íconos del comic indie americano: está Robert Crumb (con un fragmento de su Génesis), está Peter Bagge, está Ben Katchor, hay dos historietas de Chris Ware (una cortita y un largo extracto de una de sus novelas gráficas), están los Hermanos Hernández (con un episodio de Citizen Rex, de Mario y Beto)… y por supuesto hay un extracto de Asterios Polyp, la fundamental novela gráfica de David Mazzucchelli. Nada de eso sorprende en lo más mínimo, más allá de lo buenas que están las historietas.
Gaiman también puso de titulares a autores que todavía no son íconos, pero que en los últimos años lograron un merecido reconocimiento, como James Kochalka (con tiras "cómicas" autobiográficas que no me movieron un pelo), Bryan Lee O´Malley (con un cachito de Scott Pilgrim), Dean Haspiel (con un fragmento de una novela gráfica), Josh Neufeld (idem) y Lili Carré, abonada hace años a esta antología, también con un capítulo de una obra extensa. Fijate cómo el viraje del comic a la librería, y a las obras más largas y ambiciosas, le complica la vida a los encargados de armar antologías: antes sobraban las historias cortas, ahora te re-cagan al llenarte el libro de cachos de historias largas. Hoy, este libro más que una antología es un catálogo, son trailers de las novelas gráficas que te vas a querer comprar. Lo mismo que le criticamos a la Fierro, con el agravante de que el mes que viene no te editan otro fragmento de las historias que te muestran.
Y como siempre, me encontré con autores que no conocía y me gustaron mucho. Fred Chao cuenta una muy buena historia, con personajes muy bien trabajados y mucho ritmo. Le falta ajustar un poquito el dibujo, sacarse de encima ciertas influencias de "dibujante cool y fan del manga" y apostar más para el lado de Jason Lutes. Pero promete a full. Theo Ellsworth me mató con una historia redondísima, originalísima por donde se la mire. Su dibujo viene de la línea noventosa de Brian Chippendale y sus amigos, pero Ellsworth no huele a clon, sino más bien a potencial genio. Y la historieta que más me llegó fue la de Michael Cho, que en realidad es casi un artículo periodístico contado en formato de comic, medio al estilo de los míticos Big Books, pero con una puesta en página más jugada y con un dibujo sobrio, realista, de gran solidez y gran belleza. Y también me gustaron mucho el argumento y los personajes de la historieta de Derf, pero tiene fallas en el guión y el dibujo es un poco precario, demasiado pegado al indie de fines de los ´80, y a la vez lejos de la solvencia de los grandes autores de esa movida.
Y bueno, mojó Marvel en este sectario festival del anti-mainstream. Como conté la vez pasada, en 2008 había quedado elegida Batman: Year 100 (de Paul Pope) y DC no autorizó la publicación de un fragmento, pero en 2010 Marvel se copó y –con la complicidad del glorioso Neil Gaiman- rompió una especie de Muro de Berlín. Fuera de eso, que es casi anecdótico, The Best American Comics conserva su atractivo como repaso anual por lo más notable de la producción que no se publica ni en los diarios ni en las editoriales más fuertes del circuito comiquero. Por suerte, por afuera de esas áreas se sigue generando historieta de gran nivel.
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Published on March 06, 2011 12:03

March 5, 2011

05/ 03: EL PREVIEWS DE MARZO


También conocido como "hijos de mil putas, me quieren ver sumido en la más absoluta de las indigencias". No se puede creer la cantidad de títulos interesantes que salen en Mayo en EEUU. Se zarparon mal. No me quiero imaginar lo que van a ser Junio y Julio, que por ser verano, suelen concentrar más ediciones (todo lo contrario que acá). Veamos quiénes pasaron todos los filtros…
THOR: LORD OF ASGARD TPB. Por fin se reedita este tomo que recopila los archi-inconseguibles números 44 al 50 de la mejor serie de Thor, la que escribía Dan Jurgens. Acá lo acompañan Stuart Immonen, Tom Raney y algún tercerón, pero las historias son impecables. 208 páginas a u$19.99 no es delito, así que vamos.
CREEPY COMICS VOLUME 1 es un tomo de 184 páginas (casi todas en blanco y negro), en tamaño más grande que un comic book, y recopila todo el material de los números 1 al 4 de la nueva Creepy, más un par de historietas que sólo se habían publicado en internet. Están Joe Lansdale, Doug Moench, Bill Morrison, Jason Shawn Alexander y leyendas como Mike Kaluta y Angelo Torres. Como toda antología, debe tener sus bostas excecrables, pero por ser el primer tomo, le timbeo los u$19.99.
BATWOMAN: ELEGY TP recopila el serial de Batwoman que salió en Detective Comics en 2009-2010. Por 192 páginas dibujadas por J.H. Williams me podés pedir lo que quieras. Este libro me pide sólo u$17.99 y además lo escribe Greg Rucka. Al hardcover me resistí. Al softcover, ni mamado.
SWEET TOOTH VOL. 3: ANIMAL ARMIES TP es el tercer recopilatorio de una de las dos o tres mejores series que tiene hoy Vertigo. Jeff Lemire está prendido fuego y hay que comprarle ciegamente todo lo que haga. 144 páginas por u$14.99 está al límite del choreo, pero se banca.
NEMESIS THE WARLOCK VOLUME 2 TP REBELLION / 2000AD. Esto ya es vicio, pero bueno, escribe Pat Mills y el primer tomo me encantó. Este lo dibuja todo Bryan Talbot, que es un monstruo sagrado. El libro es un maravilloso masacote de 304 páginas en blanco y negro, que por míseros u$19.99 se va a sumar a mi biblioteca ni bien salga.
Y aparte de estos cinco libros que ya pedí y que en unos mees comentaremos en el blog, me anoté un par de cosas para ver si están más baratas en Amazon: por un lado THE MARVELS PROJECT: BIRTH OF THE SUPER HEROES TPB, una de conspiraciones ambientada en la Golden Age, escrita por Ed Brubaker y dibujada por Steve Epting (el equipo de la mejor etapa de Captain America). Son 224 páginas por u$29.99, un dolor de huevo, pero le gustó a críticos muy exigentes, así que merece la chance. Y por suerte anunciado para Julio, Dark Horse edita SCARY GODMOTHER COMIC BOOK STORIES, un libraco de 312 páginas en blanco y negro que recopila bocha de historietas de esta genial creación de Jill Thompson. Varias las tengo en revistas, por eso me cuesta desembolsar u$24.99. Pero si lo veo más barato, me lo pido.
Me quedaron afuera fácil 10 libros que me pediría si mi presupuesto fuese infinito y no quiero ni tipear sus títulos para no amargarme. Pero dejo sentado en actas –para que me aborrezcan los fans de estos autores- que estoy dejando pasar (casi siempre porque están caros, o porque salen en hardco y prefiero esperar al softco) libros de Howard Chaykin, J.H. Williams III (pero pedí el de Batwoman!), Sam Kieth, John Buscema, Steve Niles, Bernie Wrightson, Chester Brown, Dave McKean, Vera Brosgol (de la cual no conozco otros fans excepto yo), John Cassaday y Emile Bravo, entre otros próceres. El día que me pueda dilapidar 300 dólares en cada Previews, otro gallo cantará.
Y bueno, mi consejo es no llorar por lo que no te podés comprar, sino tratar de disfrutar a pleno lo que sí te pudiste comprar. Como dice el maestro Zambayonny, "tenés que elegir, mi amor: todotodotodotodotodotodotodo no se puede tener".
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Published on March 05, 2011 10:08

March 4, 2011

04/ 03: SANGRE DE BARRIO


No salgo de una y ya me meto en otra… Como 100 Bullets, Sangre de Barrio es un comic que explora qué pasa cuando se toman las decisiones incorrectas. No todo es tan trágico como en 100 Bullets, especialmente en la primera parte, que tiene bastante de comedia estudiantil, guarra y peligrosa, pero comedia al fin. Acá, como en muchas de las historias colaterales de 100 Bullets, los que toman las decisiones incorrectas y lo pagan carísimo son marginados, gente virtualmente expulsada del sistema, en buena medida víctimas de una sociedad injusta, despiadada y asquerosamente hipócrita.
Jaime Martín, uno de los grandes autores españoles de los ´80 y ´90, nos propone seguir a Vicen, el protagonista, en su tránsito de nene tímido y sufrido a tipo curtido, bravo, al que no sale gratis tocarle el culo. Todo en poco tiempo y a través de situaciones muy jodidas, que involucran a diversas formas de delito, algunas medio boludas y otras más dañinas y perniciosas que el coloreado de las reediciones de Patoruzú que publica Perfil. ¿Cuánta de su integridad perderá Vicen en esta transición? Jaime Martín parece responder "No importa, nadie tiene la autoridad moral para medir la integridad ni la falta de ella en sus semejantes". Pero por otro lado, se percibe un cariño del autor por el protagonista, unas ganas de que Vicen no termine tan mal como otros de los personajes de la saga. Y la maniobra para salvar a Vicen del final trágico es totalmente impredecible, pero en ningún momento incoherente ni a contramano de lo que veníamos presenciando.
Sangre de Barrio se puede leer en paralelo con otra serie que aparecía también en El Víbora y en la misma época: Sarita, de Alfredo Pons, Marta y Galiano. Sarita y Vicen viven en una Barcelona muy parecida, teñida de miseria, injusticia, sexo, droga y rockanrol, y desde muy jóvenes se ven tentados por los vicios y por los atajos que se pueden tomar para conseguir guita que financie los vicios. Sarita quedó inconclusa, nunca vimos cómo terminó, pero uno sospecha que iba hacia un final un poquito peor que el que Martín le habilitó a Vicen. El dato de que estas historietas salían en El Víbora no es menor: nunca hubo muchos medios donde se pudiera mostrar al "héroe" de un comic aspirar frula, inyectarse heroína, mentir, robar, prostituirse o directamente matar, pero en la legendaria antología de La Cúpula eso fue moneda corriente durante muchos años. Hoy no sé si hay lugar en algún mercado para un comic tan filoso (y hasta un punto peligroso) como el que nos ofrecía El Víbora.
En cuanto al dibujo, retomamos el paralelismo con 100 Bullets: acá tenemos a otro capo indiscutido del claroscuro, que además maneja de taquito todas las disciplinas de la narrativa. Pero claro, en la superficie del dibujo Jaime Martín no se parece en nada a Risso. Se parece muchísimo a Jordi Bernet, es como un Bernet joven, que además de leer a los clásicos tipo Noel Sickles, Milton Cannif o Alex Toth, también se mató con Jaime Hernández y (sobre todo en la segunda parte) Charles Burns. Y no hace falta agregar mucho más: si mezclás Bernet, Hernández y Burns, te queda un dibujante cuyo dominio del blanco y negro está más allá del bien y del crack. Martín, además, le da mucha onda y mucha personalidad a los personajes secundarios, dibuja una Barcelona 100% creíble, planifica muy bien las secuencias y sale airoso incluso de desafíos complicados, como dibujar persecuciones de autos y motos. En la segunda parte, alterna las páginas divididas en tres tiras con las de cuatro tiras y llega a mandarse páginas de 12 cuadros en los que la narrativa es ajustadísima, milimétrica, como en los mejores comics para la prensa de los años ´30 y ´40. Y aún con toooodos esos cuadros, Martín balancea a la perfección las masas negras y blancas y no pifia jamás en la ubicación de los globos. Un laburo sumamente encomiable y más si pensamos que Martín terminó esta serie antes de cumplir 30 años.
Sangre de Barrio es un comic ante todo testimonial, casi de denuncia, que nos muestra cómo cuando una sociedad se va a la mierda, arrastra al abismo a sus jóvenes, que son los que se hacen los pistola, los rebeldes, pero tal vez sean los más vulnerables. Corrupción urbana, tragedia y comedia, amor y violencia y el sabor agridulce de un mensaje tremendamente amargo, transmitido mediante una obra de inusual belleza.
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Published on March 04, 2011 09:27

March 3, 2011

03/ 03: 100 BULLETS Vol.13


Uffff.. Bueno, terminé 100 Bullets. Por fin puedo respirar. La verdad es que el último tomo es, lejos, el mejor de la serie. Atenti si no lo leíste, porque pienso spoilear a ocho manos. Acá no se jode: hay una sóla historia marginal, que no conecta con el tronco central de la obra, y está muy buena. Pero la inmensa mayoría de estos últimos 13 episodios van derecho hacia lo que todos queríamos ver, que es la resolución del sangriento conflicto entre el Trust y los Minutemen. El final está espectacular, pasa todo lo que uno quería que pasara y es todo trágico, épico y humano a la vez (bueno, lo de Lono no es humano; obviamente –y aunque Brian Azzarello lo niegue- el chabón tiene superpoderes).
Lo primera reflexión que me surge es cómo cambia la propuesta de 100 Bullets de los primeros números al final. Al principio es una cosa más episódica, más cercana a las series de TV y al final es casi una de guerra entre maffias, en la que todos los personajes se conocen hace mil años (incluso en el último episodio te enterás que uno de los "buenos" es hijo de uno de los "malos") y tienen talonarios enteros de facturas para pasarse por las transgresiones y traiciones acumuladas desde la década del ´60. Por supuesto, estas historias y estos personajes están tan bien armados, que el conflicto final te atrapa por completo. El tema es que, si la idea era que todo condujera a esto, mucho de lo que leímos en los 12 tomos anteriores se apartó MUCHISIMO de esa idea. Lo disfrutamos a pleno, obvio, pero ¿era una parte del rompecabezas de 100 Bullets? Y, no, era otra cosa. Era una exploración de la corrupción en sus distintas formas, a lo largo y a lo ancho de los EEUU. Y por ahí alguno te explica que la serie se trata tanto de eso como de la guerra entre el Trust y los Minutemen.
La otra reflexión: el final me hizo acordar a Sandman. Sí, sí, estoy sobrio. ¿Te acordás cuál era el conflicto central en Sandman? Los Endless tenían una regla muy estricta: si uno de ellos derramaba sangre de un familiar, sería ejecutado por las Euménides. A Morpheus lo enroscan para que mate a su propio hijo y lo termina por pagar con su propia vida. O sea, por más poderoso que seas, hay UNA regla que no podías transgredir y si lo hiciste, fuiste. El final de 100 Bullets es eso: un árbitro severo (ningún "siga, siga") imparte castigos durísimos a los que violaron el reglamento, a cara de perro y sin que le pese el complejo entramado de relaciones humanas que vincula a los distintos protagonistas. De los que merecían salir con vida, muere uno sólo, y de los que merecían la muerte, zafa también uno sólo (el hijo de puta de Lono). Pero claro, al tener personajes tan humanos, tan reales, la línea que separa a buenos y malos es muy finita. ¿Alguno era 100% inocente? No, ni en pedo. Pero algunos pelearon por lo que creían más noble, otros cumplieron órdenes y otros defendieron hasta el final sus propios y mezquinos intereses. O sea que es casi imposible no tomar partido.
¿Quedaron cabos sueltos? Sí, muchísimos. Sin dudas, el final se les vino encima y los autores tuvieron que acelerar, comprimir y dejar para otro momento (tal vez para nunca) una pasada en limpio de cómo quedó la cosa, qué pasó con algunos personajes a los que dejamos de ver en algún punto de este tomo y cómo se resolvieron puntas a las que en su momento Azzarelllo les dedicó mucha atención (sagas enteras!), como la de la pintura robada.
Del trabajo de Eduardo Risso ya hablamos muchísimo, y no me quiero repetir. Simplemente destacar las cátedras de narrativa que da a lo largo de todo el tomo, especialmente en el noveno episodio, que es el que intercala secuencias de seis o siete historias paralelas sin perderte ni marearte en ningún momento. Hay que ser infinitamente grosso para que te salga bien eso. Y la secuencia del final, esas seis páginas mudas que transcurren en algo así como cinco segundos, son imbatibles y lo serán forever.
Al final, 100 Bullets terminó por ser un comic raro, muy arriesgado, muy complejo, muy ambicioso… y aún así ganchero y taquillero como pocos. ¿Qué pasó ahí? ¿Cómo se generó esa sintonía entre dos autores que en ningún momento se bajaron los lienzos y un público que ama ver cómo los autores se bajan los lienzos? Por ahí tiene que ver con las fechas en las que se publicó, 1999-2009, años en los que el público del comic yanki se renovó casi por completo… Ni idea, pero te recomiendo que lo descubras por vos mismo, porque garpa de verdad.
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Published on March 03, 2011 10:31

March 2, 2011

02/ 03: MACANUDO Vol.8


Esos dias en los que me creo el Más Guacho Pija por postear textos nuevos en este blog todos los fuckin´días desde hace 14 meses, miro el sector de mi biblioteca donde tengo los libros de tiras diarias y enseguida bajo 136576 cambios. Man, Liniers en Macanudo lleva más de ocho años mandando tiras TODOS LOS PUTOS DIAS! ¿Sabés lo que debe ser eso? Al principio, una fiesta. Después, rutina. Y en un punto, un calvario. Está bien, Liniers se toma vacaciones, licencia por paternidad, etc. Y no dibuja cuando se va de viaje, sino que deja material adelantado. Pero… son más de ocho años, si no cumplió ya los nueve! Son más de 3000 días! ¿Cómo te queda el bocho después de imaginar y dibujar una tira durante 3000 días? Y además, ¿cuánto te cambia la vida en 3000 días? ¿Cuánto de lo que te copa hoy te va a copar dentro de 3000 días? La verdad es que dibujar una tira diaria es un sacerdocio heavy metal y aún los que las dibujan así nomás, con ideas chotas o afanadas y dibujos mediocres, se merecen algún tipo de reconocimiento, aunque más no sea por la constancia.
Liniers, además, se merece pasar a la historia, porque Macanudo es una cátedra de generosidad. Acá ves todos los dias a un tipo que AMA dibujar y que pela siempre y nunca se guarda nada. Las tiras te pueden causar gracia o no, los personajes te pueden interesar o no, pero no se puede discutir lo obvio: Liniers es un dibujante de un talento indescriptible, un tipo cuya comprensión del oficio excede por completo el medio en el que publica, los géneros en los que incursiona y los mercados en los que se comercializa su trabajo. No hay muchos dibujantes del nivel de Liniers, en general, en el mundo. Y mucho menos tipos de ese nivel que se banquen dibujar una tira todos los días. El sólo hecho de jugar con las viñetas, los marcos que dividen a unas de otras, sus formas y tamaños, ya lo pone a años luz del que va segundo. Un juego casi inevitable, porque cuando dibujás tan bien, los márgenes de las viñetas, el propio formato de la tira, te quedan chicos, no alcanzan para contener la fuerza de tu dibujo. Pero además Liniers juega con la secuencia y hasta con la no-secuencia, maneja una gama de personajes amplísima (que le permite saltar por géneros y estéticas distintas, una demostración de inteligencia, pero además de respeto por la inteligencia del lector), se mueve cómodo por distintos tipos de humor, e incluso abre una puerta por la que después se colaron varios: la del no-humor.
Muchas de las tiras de Macanudo (sobre todo en los últimos años) no pretenden ser cómicas. A veces son irónicas, a veces reflexivas, a veces tiernas, a veces intencionalmente incomprensibles, a veces bizarras, a veces pelotudas y –cada tanto- MUY graciosas. Liniers busca todo el tiempo nuevas cosas para hacer en la tira, nuevos universos por explorar, nuevos rumbos. Se resiste (vaya a saber por qué) a cohesionar su universo: cada personaje está en la suya y no se tocan ni se visitan, como sí sucede en otras tiras de protagonismo coral, como la de Rep, o Lucha Peluche. Y siempre, pero siempre, las ideas que encuentra Liniers terminan eclipsadas por la verdadera estrella de la tira, por el ancho de espadas, que es el dibujo.
Este recopilatorio incluye (creo que por primera vez) las tiras que se publicaron en una de las vacaciones de Liniers, los Macanudos Apócrifos, en los que otros autores prestan su talento para dibujar una tira cada uno hasta que vuelva el ídolo. Acá hay 17 invitados y quiero destacar a tres que son los que más me gustaron: Alberto Montt, Fernando Calvi y sobre todo El Bruno, que pela una de las cuatro o cinco mejores tiras del libro.
Y bueno, obviamente cuanto más leo Macanudo más quiero ver a Liniers mandarse una novela gráfica de la hiper-concha de Dios, que le parta el cráneo a los salames que no lo valoran, o que lo catalogan como un nene cheto que se hace el artista sensible para levantarse minitas de escuela secundaria. Probablemente eso no pase nunca, porque lo que sostiene al fenómeno Liniers (término que abarca las muestras, los shows con Kevin Johansen, las ilustraciones, los cortos animados y hasta la propia editorial que publica este libro) es Macanudo. Y Liniers lo sabe, no come vidrio. Así que nada, a seguir soñando con esa novela gráfica en la que este virtuoso del dibujo y de la vida pueda demostrar definitivamente que es uno de los historietistas más grossos que habitan hoy nuestro planeta.
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Published on March 02, 2011 14:53

March 1, 2011

01/ 03: LOS HITS DEL VERANO


Como suele suceder, en Marzo más o menos se reactiva el tema de editar comics y afines en Argentina, después de dos meses medio mortadela. Digo esto en el sentido de la cantidad de lanzamientos, no de las ventas, que suelen ser muy buenas en Enero y casi igual de buenas en Febrero. Pero los editores esto no lo tienen muy claro y prefieren clavar el freno después de las fiestas, para volver a la carga en Marzo algunos y en Abril otros, ya con la mira puesta en la Feria del Libro.
Este año, sin embargo, una editorial le apostó a Enero y acertó un pleno de aquellos. Llanto de Mudo nunca había alcanzado el primer puesto en el ranking de ventas de Districomix y ahora lo ocupó dos veces seguidas, en Enero y Febrero, con un mismo libro, lo cual también es infrecuente. En la sumatoria de Enero y Febrero, estas fueron las diez publicaciones más vendidas a través del catálogo de Districomix en el circuito de comiquerías (o sea, sin incluir los eventos en los que de vez en cuando ponemos stand).
1) Ordinario (Llanto de Mudo)
2) Bife Angosto Vol.2 (De la Flor)
3) Macanudo Vol.8 (Común)
4) La Ciudad de los Puentes Obsoletos (Común)
5) Bife Angosto Vol.1 (De la Flor)
6) El Gran Lienzo (Historieteca)
7) La Murciélaga Vol.5 (MacPulenta)
8) Sónoman Vol.1 (De la Flor)
9) Amasala (+info)
10) Ruta 22 (Llanto de Mudo)

Claramente, el suceso de Ordinario no es casualidad, sino producto del impresionante momento que está atravesando Gustavo Sala. Cuatro de sus libros (uno de ellos, de 2008!) quedaron entre los 10 más vendidos y eso jamás había pasado con ningún autor. Llanto de Mudo, una editorial de larga tradición vinculada al comic experimental, probó con un producto más comercial, de un autor muy, pero muy popular (aunque todavía de culto) y ganó por goleada todos los partidos de pretemporada. Para el Clausura tiene varias apuestas fuertes, incluyendo obviamente al libro que recopila la primera parte de las reseñas de este blog, al que seguramente vos te encargarás en convertir en un hitazo. No sé si liderará las ventas de Marzo, porque este mes sale la siempre best-seller Comiqueando, pero seguro vos te vas a ocupar de que Llanto no pierda conmigo la guita que ganó con Sala.
El otro ganador del verano es claramente Común, el sello editor de Liniers, que después de 11 meses sin lanzamientos (una verdadera muñoneada) impactó en Diciembre con un hit obvio, el tomo 8 de Macanudo (mañana lo leo y lo reseño). Pero en Enero apostó a un comic raro, La Ciudad de los Puentes Obsoletos, la primera novela gráfica del genial Fede Pazos y también le fue muy bien (esa la voy a leer más cerca de fin de mes, creo). Bien por Liniers, que sigue arriesgando.
El segundo recopilatorio de Bife Angosto salió en Diciembre y siguió prendido fuego los dos meses siguientes, al igual que el quinto número de La Murciélaga, ese proyecto que hace un año parecía un intento suicida de otra célula fundamentalista cordobesa y hoy es un éxito en todo el país.
Al verano le quedan todavía tres semanas, pero el rumbo no va a cambiar. Siempre vamos a recordar al inicio de 2011 como el momento en el que se terminó de consagrar Gustavo Sala. En la tele, todos hablan de Natalie Portman, de Manu Ginóbili o de Cristian U. En el mundillo comiquero –en cambio- hoy la pulenta más que pulenta es un bife, bastante ordinario y amasado en Mar del Plata.
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Published on March 01, 2011 14:10

February 28, 2011

28/ 02: PLANETARY Vol.4


Este comic tiene un sólo problema, bastante menor por cierto: Todo el protagonismo recae en un tipo extremadamente frío y calculador, el típico "yo me las sé todas y cuando vos te compraste el jean, yo ya lo hice bermudas". Elijah Snow es grosso al estilo del Batman más grosso. El tipo siempre tiene el Plan B, C, D, E y varias estaciones del H. No hay forma de sorprenderlo ni de ganarle de mano, porque siempre va tres pasos adelante de todos los demás. Y bueno, por ahí esa clase de personajes te caen mal, o no te los aguantás 200 páginas. Pero si no te molesta leer acerca cómo el Guacho Estrategia le pasa el trapo a sus enemigos y eclipsa casi por completo a sus amigos, preparate porque este último tomo de Planetary es devastador.
Tal vez lo más notable de esta serie sea la generosidad de Warren Ellis a la hora de tirar ideas. Planetary siempre le escapó a la "Regla Preacher" de una idea por TPB. Al igual que en Global Frequency, el guionista desparramó (y hasta dilapidó) ideas espectaculares en todos los episodios, sin mezquinar ni estirar hasta el infinito para llenarte un TPB entero con cualquier huevada. Y esa consigna se mantiene hasta el final. Cada episodio es decisivo. Y si en alguno pasa poco, es porque Ellis lo usa para explicar mucho. Porque además, este es un comic que habla de la ficción que todos consumimos (no sólo superhéroes, también pulps, Matrix, Vertigo y hasta monstruos bizarros onda Godzilla) y como los protagonistas son arqueólogos, a todo le encuentran una explicación científica. Hasta tienen la sospecha de ser ellos mismos personajes de una ficción, pero la sostienen en términos científicos, no con visiones inducidas por el peyote como Animal Man.
Y lo que termina por primar es eso: una visión fría, seria si se quiere, de todo aquello que –cuando se nos aparece en una obra de ficción- rápidamente catalogamos como imposible o irreal. Para Snow y los suyos, todo es posible y todo tiene explicación. Como complemento (ganchero y atractivo como pocos) tenemos este enfrentamiento a muerte entre Snow, Jakita y Drummer por un lado y una versión brillantemente corrupta de los Fantastic Four por el otro. Sí, leíste bien. Acá los villanos son los Fantastic Four. O por lo menos los Fantastic Four de una de las tantas realidades posibles. La lucha contra The Four (como los llama Ellis) es el hilo conductor de toda la serie, lo que va más allá de cada aventura particular que viven "los buenos". Que, como queda muy claro en este tomo, tampoco son tan buenos. Nadie duda de las buenas intenciones de Snow, pero los métodos… ma-mita! El tipo le miente a sus amigos, tortura a sus enemigos, rosquea con Dios y con el Diablo, manipula sin parar con tal de lograr lo que se propone y –como de última este no es un comic de héroes- todo le sale bien y Ellis lo "premia" con un final sumamente feliz.
¿Por qué esta serie de apenas 27 episodios (y un par de especiales) tardó 11 años en llegar a su fin? Porque la dibujó íntegra el impresionante John Cassaday. Y claro, la tuvo que interrumpir mil veces, cada vez que le caían laburos más rentables como Astonishing X-Men, Je Suis Legion, los diseños para la peli de Watchmen, o el capítulo de Dollhouse en el que debutó como director de televisión, entre muchos otros. Y siempre el que se fue al banco de suplentes fue Planetary. Pero la espera garpó con creces. El trabajo del "Facha" Cassaday en Planetary es demasiado bueno para ser real. El tipo tiene que dibujar varios géneros, un montón de locaciones (una más limada que la otra), muchísimos flashbacks a otras épocas, rediseñar a miles de personajes que todo el mundo conoce para que se note quiénes son sin infrigir los copyrights, comerse infinitas páginas de cabecitas que hablan… Multiplicá por diez los elogios que le prodigué cuando comentamos Astonishing X-Men y te vas a dar una idea de hasta qué punto lo que hizo acá el Facha te tira de ojete.
A todo esto, me olvidé de mencionar un detalle no menor: este es un comic ambientado en el universo WildStorm, o sea, parte del Multiverso DC. Y sí, tiene sutiles referencias a personajes y conceptos de Authority, WildCATs y otras series basadas en las creaciones de Jim Lee y sus esbirros. Por suerte son tan sutiles que si no las pescás, se disfruta todo igual. Brillante por donde se lo mire, Planetary es un comic que tenés que tener YA en tu biblioteca.
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Published on February 28, 2011 17:56

February 27, 2011

27/ 02: CHE GUEVARA (A MANGA BIOGRAPHY)


Durante su segundo siglo de existencia, la remota Argentina le regaló al mundo nada menos que cuatro mitos de alcance global: Gardel, Evita, Maradona y el que hoy nos ocupa. No está nada mal para un país periférico y con una población pequeña en relación a su territorio. La leyenda del doctor Ernesto Guevara, más conocido como el Che, recorrió el planeta y hoy nos llega recontada nada menos que por dos autores japoneses.
Este NO es el manhwa del cual Muñones publicó apenas un tercio hace ya muchos meses. Ese era un trabajo de casi 300 páginas y este tiene apenas 170. Y además era de autores coreanos. Acá, en cambio, se juntaron dos japoneses: el guión estuvo a cargo de Kiyoshi Konno, un coordinador y guionista especializado en sagas históricas ambientadas en las guerras del Siglo XX, mientras que el dibujo corrió por cuenta de Chie Shimano, una mangaka que debutara en 2003 y que luego cambiaría de rumbo para concentrarse en la ilustración de libros de texto y manuales sobre zoología.
Chie, querida: volvé a los manuales de zoología. Posta, el dibujo de esta chica es catastrófico. Un verdadero compendio de errores de principante, afanos descarados, tramas, texturas y líneas cinéticas mal aplicadas, narrativa muchas veces confusa… un desastre. Decí que es el Che Guevara y que es obvio que con un personaje así seguro vendés fortunas. Si no, no se explica cómo una editorial prestigiosa como Penguin publicó esto en EEUU. Chie Shimano cae en todos los lugares comunes, pisa todos los palitos, no hace una bien. Le salen lindas las caras de los nenes, es cierto, pero porque las afana de los artbooks del Estudio Ghibli. Y los primeros planos de las mujeres están calcados de los de Yukinobu Hoshino. Shimano trata de jugar al doble registro (fondos muy realistas y personajes más caricaturescos) y también le sale mal. Posta, no sabe ni copiar una foto. Su Fidel no se parece a Fidel, su JFK no se parece a JFK, su Camilo Cienfuegos tiene la misma cara que el Che… cualquiera, mal.
Menos mal que el guión de Konno está buenísimo. Sin romper la linealidad histórica, el tipo se las ingenia para mechar anécdotas personales del Che, contar la historia real, meter mucha data sobre el contexto político del mundo de aquellos años, apostar por escenas donde el texto le presta el protagonismo a la imagen (lo mal que hace, porque para eso necesitás la complicidad de un buen dibujante y Konno no la tiene) y hasta intercalar extractos de cartas y textos escritos por el propio Guevara, sin que el ritmo del relato se entorpezca ni se estanque. Konno hizo los deberes y se metió a fondo con el personaje. Le sacó la ficha, lo entendió y logró transmitir en la historieta no sólo lo que el Che hizo, sino también sus motivaciones, sus convicciones y hasta sus dudas.
El resultado es un manga que –si te olvidás de lo mal dibujado que está- te va a atrapar por completo, porque te va a mostrar de un modo ágil y atractivo una vida apasionante, 100% irrepetible como fue la del Che. Y además no te va a mostrar a un santo, ni a un prócer, sino a un tipo de carne y hueso con defectos y virtudes, con éxitos y fracasos. Si bien parece comulgar con los principios éticos y políticos de Guevara, Konno no confunde biografía con hagiografía. O para decirlo con palabras más simples, no le chupa las medias al personaje sobre el cual escribe. Si sos joven (o vivís en un tupper) y nunca estudiaste a esta figura seminal del Siglo XX, este manga es un buen punto de partida. Con el grosero problema de que Chie Shimano dibuja para el orto, pero bueno, no todas las biografías del Che las pueden dibujar Alberto y Enrique Breccia…
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Published on February 27, 2011 10:09

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Andrés Accorsi
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