Andrés Accorsi's Blog, page 267

March 19, 2011

19/ 03: CRONICA LIMADA


Ufff. Día extenuante en Lima Comics. La verdad que la convención está increíble, con mucho para hacer, muchos autores y muy buena respuesta de los fans.
Pero, todo el día (literalmente, TODO el día) laburando en un stand, te deja de cama. Por suerte se vendió tan bien, que para mañana casi no queda mercadería…
Vamos a lo importante, que son los artistas: Estamos compartiendo convención con el maestro Horacio Altuna, el genio Eduardo Risso, el capo Ariel Olivetti, el fenómeno Gustavo Sala, Martín Canale (el escultor argentino que trabaja para Sideshow), Nico Di Mattía (increíble ilustrador y director de La Murciélaga), los gemelos fantásticos Gabriel Ba y Fabio Moon (de Brasil), el ilustrador y colorista José Villarrubia (de España), el coordinador de miles de series grossas de Vertigo, Will Dennis (de EEUU) y por supuesto, editores, colegas y fans de Perú, Colombia, Venezula y Uruguay. ¿No me olvido de nadie? Creo que no.
Hoy, lo más bizarro fue que no apareció ninguno de los tres historietistas peruanos de los que soy fan. Y otro dato impactante: cómo se los empoman a los fans peruanos los comerciantes que traen merca de Argentina, España o EEUU. Si alguna vez te quejaste por los precios en las comiquerías argentas, andá y pediles perdón, porque al lado de las peruanas, las nuestras son entidades benéficas. Otra cosa: hoy, poco cosplay. Bastante grupete, fanzine y revista sobre manga, pero poco cosplay. Bien. Y otra más: acá un diario masivo publica todos los días (creo) comic-books tanto de Marvel como de DC! Y los le medio mundo, no sólo los comiqueros. Vas por la calle y en las avenidas grossas ves afiches con Thor, Wolverine o Batman, pero esos afiches gigantescos, los que se ven en Buenos Aires cuando lanza alguna movida Clarín. Los precios de estos comics son sumamente accesibles y hacen que la cantidad de fans se multiplique exponencialmente. Muy notable, de verdad.
El centro de convenciones donde se realiza el evento es un lujo. Todo está organizado, funciona y aparece cuando tiene que aparecer. Evidentemente, acá no se improvisa, sino que se nota en todo momento el esfuerzo por brindarle un gran show a la gente que paga su entrada.
Y bueno, queda por delante una larguísima jornada más. Hoy me tocó presentar el libro del blog (con la complicidad de Gustavo Sala) y mañana me toca integrar el panel que presentará la revista Etnica, la antología de historieta latinoamericana que se edita en Venezuela y en la que tengo el honor de aportar artículos. Me voy a cenar y a dormir cansadísimo, pero muy contento!
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Published on March 19, 2011 19:18

March 18, 2011

18/ 03: ULTIMATE FANTASTIC FOUR Vol.3


Hace… nada, me tocó leer un comic de Warren Ellis en el que los malos eran los Fantastic Four. Ahora el mismo Ellis me cuenta una historia en la que los Fantastic Four son los buenos. ¿Qué es esta panquequeada? ¿Estamos todos locos?
Un poco sí. Y un poco la respuesta pasa por el poder icónico de estos personajes, a los que un mismo autor puede interpretar de modos diferentes. Pero yo propongo una tercera variante: ¿Quién dijo que los FF del Universo Ultimate son héroes? Por lo menos en esta saga, no lo son. Son científicos bancados por el gobierno que viajan a una dimensión adyacente para explorarla en beneficio propio. No es una gesta heroica, no viajan para impedir que la Zona Negativa explote, o invada a nuestro mundo, ni para liberar a otros seres prisioneros de Annihilus (perdón, Nihil). De hecho, Reed le chorea al villano un rayo mortífero y se lo entrega al General Ross para que el ejército yanki lo investigue y lo replique… Y no estamos hablando de una vacuna contra el cáncer, sino de un arma más peligrosa que el PRO. O sea que entre aquellos FF pasados de rosca que hacían de malos en Planetary y estos Fantasteen Four del Universo Ultimate hay diferencias, pero tampoco tan tajantes.
Como todas las sagas de UFF, esta va lento, porque se toma el laburo de explicar TODO de forma racional y creíble. Lo que en los comics de Lee y Kirby era maravilloso, bizarro y espectacular, acá es lógico, coherente y no por eso menos espectacular. Ellis usa las extensas explicaciones no sólo para dotar a la historia de un contexto más "realista", sino también para estirar. El argumento de esta saga no resiste ni en pedo las más de 130 páginas que dura, y el guionista encuentra la forma de que toda la perorata científica se haga llevadera y funcione –como los diálogos graciosos y los chistes- para llenar páginas de modo llevadero, aunque no dinámico. Para que te des una idea, el tomo se lama N-Zone y se trata, ni más ni menos, de la primera incursión de Reed y los suyos en la Zona Negativa. Pero llegan a la zona recién en la página 44! Todo lo anterior es el chamuyo previo, el foreplay. Y el resultado es una historia sólida, llena de detalles interesantísimos y muy bien pensados, pero larga al pedo y casi sin machaca. De hecho, piñas-lo-que-se-dice-piñas hay apenas dos o tres, en el quinto episodio de la saga.
Pero está bueno, porque los personajes están bien desarrollados y el laburo de Ellis de aggiornar y des-bizarrear las historias clásicas está muy bien logrado. El Annihilus de este universo no tiene ni en pedo la onda del clásico, y no mete ni un décimo del miedo que metía el que dibujaba en Rey Kirby. Pero en el planteo de Ellis, el conflicto con el villano no es lo importante. Ni siquiera se calienta en dejarlo vivo para que cobre venganza más adelante. Nihil es simplemente un obstáculo que impide que los FF completen su exploración de la Zona-N, y aún así la historia garpa.
Lo que va para atrás como cangrejo con diarrea es el dibujo de Adam Kubert. Si querés, le echamos la culpa al hecho de que tiene cuatro entintadores distintos. Pero la posta es que, visualmente, esto es del Nacional B, ya sea comparado con Planetary, o con el tomo anterior de UFF, el que dibujó Stuart Immonen. Adam gastó sus últimos cartuchos en aquellos alucinantes numeritos de Hulk con Peter David, y después, pobre pibe, se convirtió en un clon choto de sí mismo. Tiene algunas secuencias lindas, y varias viñetas fuertes, bien pensadas, pero también algunas que parecen obra de un amateur. La página 9 del tercer episodio es de esas donde decís "¿Y este delincuente cobra cientos de dólares por página? Yo dibujo mejor!". Adam abusa bastante de las páginas de cuatro cuadros, y –cómo no- de la doble splash-page. También hay que reconocerle que se fuma unas cuantas páginas de muchos cuadros y que lo suyo es, decididamente, la machaca, que acá casi no hay.
Si no te molestan los dibujantes del montón que se creen muy grossos, si tolerás una onda tirando a pochoclera y un argumento para 48 páginas desarrollado en más de 130, acá te esperan buenos personajes, buenos diálogos y la extraña y grata sensación de que todo está pasando por primera vez, de que es la primera vez que los humanos con superpoderes se ven las caras con un ser de otro universo, en vez de la número 534.615. Y encima esta vez, es todo 100% creíble.
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Published on March 18, 2011 10:12

March 17, 2011

17/ 03: NOCTURNO Vol.2


Tarde o temprano tenía que suceder: conseguí el segundo tomo de Nocturno, lo leí y me enteré cómo catzo termina esa alucinante historieta de Tony Sandoval cuya primera mitad me partiera el cráneo a mediados del año pasado.
Y una vez más, el genio mexicano me sorprendió: Yo esperaba una especie de The Crow, un regreso del finado Seck, decidido a trozar en cachitos muy chiquitos a los responsables de su muerte y de la de su amigo Rojo. Pero no: sin esquivar las escenas de sangre y machaca fuera de control, Sandoval pega otro volantazo y hace que el regreso de Seck se enfoque más en su frustrado romance con Karen que en la venganza sanguinolienta contra los villanos del primer tomo. ¿Cómo hace Seck para volver de la muerte? ¿Quién o qué es Nocturno, el espíritu que lo poseyó y lo convirtió en un justiciero implacable? Todo, absolutamente todo está explicado en estas páginas, y todo avanza hacia un gran final, donde el ídolo le escapa a la grandilocuencia, aunque no a la intensidad. El final se parece mucho al de una clásica historia de amor, pero esta tiene la pasión de las epopeyas y el power del heavy metal.
A diferencia del primer tomo, acá Sandoval se concentra más en Seck y un poco menos en los secundarios. Que los hay, y tienen mucha chapa. Pero lo grosso es el desarrollo del protagonista, su diálogo interior con fantasmas propios y ajenos, el cambio, la madurez que experimenta tras cinco años lejos de la gente, de la música y del amor. Seck empieza y termina igual, tocando la viola en una banda heavy. Pero no es el mismo pibe, la historia que nos narra Sandoval lo modifica por completo.
Como suele suceder cuando aparecen autores del calibre de Tony Sandoval, el dibujo termina por opacar al guión. Y si bien el guión de Nocturno es excelente, lo que hace esta bestia en la faceta artística está muy por encima de la excelencia, e incluso de la comprensión humana. Lápiz, tinta, tramas mecánicas, acuarelas, pasteles, lápices y tintas de colores… Sandoval echa mano a todo y con todo se luce y brilla a ful. Para cada secuencia elige una técnica: El mundo del más allá está dibujado a lápiz negro sobre fondo gris; el relato de Deon tiene tintas e ilustraciones a todo color; los diálogos entre Seck y Nocturno están realizados en lápiz negro, pero sobre fondo blanco y con toques de lápiz rojo; la lucha interna de Karen es a color, pero aplicado sobre el lápiz, sin contornos, en una onda Jill Thompson impresionista; y así cada instancia y locación de la trama adquiere su propia identidad gráfica, por supuesto unificadas por el inconfundible estilo de Sandoval. Un estilo al que todavía se le notan por momentos los coqueteos con Teddy Kristiansen y Miguelanxo Prado, y cositas de Juan Bobillo y Dave McKean, pero que le sobra al mexicano para ser perfectamente reconocible y además para contar como él quiere todas y cada una de las escenas de la novela.
En Nocturno no ves ni por un segundo al tipo que lucha consigo mismo, se esfuerza, se desloma para que lo que quiere plasmar en la página le salga bien. Por el contrario, parece todo hecho de taquito por un artista que tiene un dominio molecular del guión, de las bases del dibujo, de la narrativa y de una decena de técnicas y materiales. Cada puesta en página es una delicia, cada composición una cátedra, cada efecto o recurso narrativo un acierto.
No te quiero aburrir con un bombardeo de elogios y babas para Tony Sandoval. El tipo es un genio, así, corta. Nunca me pasó de mostrarle sus dibujos a alguien que no lo conociera y que se quedara inerte, indiferente, o mucho menos que me diga "no me gusta". Lo ves y te hacés fan a muerte, así es como funciona. No pasa muy seguido y cuando pasa, suele pasar con autores que casi nunca pelan guiones que no pasen vergüenza al lado de los dibujos. Con esta saga (y con El Cadáver y el Sofá) Sandoval demostró que es mucho más que un dibujante de irresistible atractivo visual. Es un narrador nato, capaz de poner su impresionante talento para el dibujo al servicio de historias que te involucran, te emocionan, te cagan a trompadas y te llegan al corazón.
Esto está editado en castellano por La Cúpula y son libros que salen un billete importante. Pero bueno, pagar barato por algo de esta calidad ya sería una obscenidad…
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Published on March 17, 2011 14:31

March 16, 2011

16/ 03: SHOWCASE PRESENTS THE HAUNTED TANK Vol.2


Bob Kanigher, uno de los coordinadores y guionistas más prolíficos de la historia del comic yanki, era un tipo de mierda, despótico, cruel, malo de verdad. Por eso uno, cuando lee su obra, hace fuerza para que no le guste, porque no está bueno aplaudir a un tipo que, antes que guionista, era persona y de las malas. Pero claro, te pelan un Enemy Ace y lo tenés que aplaudir igual, aunque te dé bronca, porque es un comic impresionante, muy basado en la magia dibujística del imbatible Joe Kubert, pero no por eso menos notable, o menos representativo del Estilo Kanigher.
El Estilo Kanigher es algo que hoy resulta alienígena: el tipo creaba una fórmula para cada serie y la repetía siempre, en todas las historietas, mes tras mes. Todo se basaba en el plot, nunca en el desarrollo de los personajes, ni mucho menos en los diálogos. En las historias de guerra, los malos (casi siempre nazis) rara vez tenían nombre, cara o voz y por supuesto, era casi imposible que sobrevivieran para buscar vengarse de los buenos. El status quo de las series de Kanigher era virtualmente inalterable, lo cual hace muy dura la lectura de 37 episodios al hilo, como propone este Showcase. La fórmula del Haunted Tank era así: Jeb Stuart comanda una pequeña tanqueta yanki que combate a los nazis en Europa y el norte de Africa, casi siempre en inferioridad de condiciones. En todos los episodios, Stuart habla durante tres o cuatro viñetas con el espíritu de un valiente general de la Guerra de Secesión, que se llama igual que él y que siempre le tira algún dato medio ambiguo (un chimento enigmático, dirían en Intrusos) que después tendrá que ver con la resolución de la trama del episodio. Y eso, tan sencillito, duró décadas.
A las órdenes de Jeb Stuart viajan en la tanqueta otros tres soldados a los que Kanigher jamás les otorga un mínimo protagonismo. Están ahí para ejecutar las órdenes de Jeb. El protagonista es simplemente perfecto: honesto, osado, inteligente, piadoso, un capo. Y es el único que, en un flashback, parece tener algo así como una personalidad humana y creíble. Lógicamente, las mejores historias no son las que nos muestran cómo el Haunted Tank hace crosta a miles de nazis más malos e inoperantes que el gobierno de De la Rúa, sino aquellas poquísimas historias (tal vez 6 ó 7 de las 37) en las que Kanigher se va un poquito del esquema para presentar a algún personaje nuevo (que rara vez sobrevive), centrarse en el general fantasma, o en algún hecho del pasado de Jeb.
El episodio más loco es el del n°150 de G.I. Combat, donde el tanque se destruye, así, de una. Imaginate el kilombo que armaría un guionista de hoy si lo habilitan a escribir la destrucción del aparato que da nombre a la serie… Bueno, Kanigher hace lo contrario. La juega casi de cayetano y para el final del episodio, Jeb y su equipo tienen un tanque nuevo, más pulenta, armado con cachos de tanques destruídos. Por supuesto, el general fantasma los seguirá acompañando.
Lo más jodido e imposible de reivindicar que tiene este tomo son las historias en las que Kanigher reitera la fórmula clásica y encima dibuja Irv Novick, en un estilo que no es el suyo sino un triste intento por clonar a Joe Kubert. Catastrófico. También hay aportes menores de Mike Sekowsky, tres insulsos episodios de Ross Andru y sobre el final, tres de Sam Glanzman, un tipo con cero virtuosismo, pero bien salvaje, bien expresivo, crudo, zarpado. Y lo que hace que este Showcase tenga razón de ser es que 24 de las 37 historietas están dibujadas por el monstruo sacrosanto, genio entre los genios, Russ Heath. Uno de los más maravillosos dibujantes de estilo clásico que dio el comic, un tipo que reunía (o reúne, aunque hoy tiene más de 80 años y está retirado) lo mejor de John Severin y Wally Wood, al que han choreado hasta el hartazgo miles de dibujantes posteriores, como Paul Gulacy o Jim Starlin. Recién en los últimos episodios del tomo (los de 1972), Heath se tira un poquito a chanta. En todos los demás, el maestro pone todo, pero todo-todo. Y encima en blanco y negro se disfruta mucho más cada mancha, cada pincelada, cada pase mágico del plumín de este dibujante que llegó a su pico en los ´60 y ´70 y después se volcó a la publicidad y la animación.
Si te bancás ver cómo los heroicos soldados yankis sobreviven sin despeinarse a 100 millones de ordalías imposibles a bordo de una tanqueta embrujada, este Showcase te premia con muchas de las mejores páginas en la ilustre carrera de Russ Heath. Si no te gusta cómo escribe Kanigher, te esperan 550 páginas de sangre, sudor y lágrimas. Pero por Heath me aguanto eso y mucho más.
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Published on March 16, 2011 10:25

March 15, 2011

15/ 03: EL MONSTRUO COLOR DE ROSA


Qué bestia que soy, ma-mita… Hace mil años, cuando me tocó comentar New National Kid, decía que ese libro reunía las primeras historietas cortas de Suehiro Maruo, el Genio Maldito del Manga. Pero no, esos trabajos de fines de los ´80 y principios de los ´90 no son los más viejos. En este libro hay 13 historietas, todas de 1981 y 1982, o sea que la leyenda –por ahora- empieza acá.
Como en New National Kid, vemos a un Maruo primerizo, al que le falta mucho camino por recorrer para alcanzar el nivel de sus obras posteriores. Acá a Maruo no sólo le falta un poquito de cocción para lograr la madurez de su estilo visual, sino que está más acotado, más limitado a la hora de pensar las historias. Se ve claro su inobjetable amor por la atrocidad: la sangre, las mutilaciones, las violaciones, las perversiones, el asco, un vale todo frenético, perturbador y en un punto revulsivo. Pero le falta esa otra pata, la del vuelo poético, la de los climas oníricos, surreales, la pata más bizarra y a la vez más finoli de la Fórmula Maruo. La del Doctor Caligari y la de La Niña de las Camelias son las más elegantes, las que combinan referencias culturales con un atmósfera freak y ominosa. Las dos tienen sus escenitas de garche, pero no son lo más importante. El Joven Z y Belleza Natural son dos historietas claramente porno, pero conservan cierta poesía, hay una ilógica argumental que llama la atención y cautiva casi tanto como el intercambio de fluídos.
El resto, es el festival de sexo e inmundicias más escabroso que vas a leer en tu vida. ¿En Orc Stain había tipos a los que les cortaban el gronch? Acá los gronch vuelan por el aire página por medio, todos penetran a todos con cualquier elemento imaginable (el muñón de un chico al que le mutilaron media pierna, por ejemplo) y los tajos (y la sangre) se llevan buena parte del protagonismo. Dentro de esto, no sé cómo, Maruo se las ingenia para meter buenas historias, coherentes además de truculentas y shockeantes. Las Costumbres del Criado, por ejemplo, ofrece un argumento redondo e impredecible, que sería la envidia de cualquier película porno, donde los conceptos "redondo", "impredecible" e incuso "argumento" se ven menos que los preservativos.
En este libro está una de las historietas más salvajes de Suehiro Maruo. Me la contaron en forma oral muchos años antes de leerla y me pareció tan increíble que la quiero contar yo también. Una madre no quiere a su bebito recién nacido, por ende lo arroja a un retrete para que muera en las cloacas. Pero el bebé no muere, sino que crece en ese inmundo ecosistema formado por agua podrida, caca y pis. Día a día recibe con alegría los soretes y los meos de la gente que pasa por el retrete y ya adolescente, cada vez que mira hacia arriba y ve un culito que lo excita, sale a la superficie, secuestra a la chica que está haciendo fuerza en el retrete, la hunde en la cloaca y la somete sexualmente entre las heces y la podredumbre. Su última víctima es su madre, una prostituta ya vieja, a la que le chupa una teta entre la mierda, en busca de la leche que no recibió de bebé. Eso existe, posta. Se llama Kawayanosuke el Virgen y son 20 páginas dibujadas como los dioses. Vos sabrás si tenés el estómago y el aguante mental para leer algo así.
Suehiro Maruo, el genio autodidacta que no se parece a ningún otro mangaka, es casi un género en sí mismo. Se lo denomina "ero-guro", por erótico y grotesco, pero eso no da cuenta de la elegancia y la sofisticación de su dibujo. Si nunca leíste a Maruo (y al igual que pasaba con New National Kid), no te recomiendo empezar por El Mosntruo Color de Rosa. Esto es para el que ya está totalmente entregado al perverso juego que propone el autor y ya se banca cualquier cosa. Para empezar, vuelvo a recomendar que arranques con La Sonrisa del Vampiro, o con La Isla Panorama, o con Lunatic Lovers, si lo tuyo son las historias cortas. Y estas historias guardalas para cuando ya hayas emprendido el camino sin retorno hacia las obsecenas profundidades de ese dios de la depravación llamado Suehiro Maruo.
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Published on March 15, 2011 15:56

March 14, 2011

14/ 03: ORC STAIN Vol.1


Después de cruzármelo en unas cuantas antologías de Image, finalmente me pude meter de lleno en una obra larga y ambiciosa, escrita, dibujada, entintada, coloreada y rotulada por el inconmensurable James Stokoe.
El dibujo de Stokoe es extrañísimo. Me juego a definirlo como una mezcla lisérgica entre Silvio Cadelo, Philippe Druillet y Jamie Hewlett. La narrativa, en cambio, tiene más que ver con el indie americano, aunque ahí también se cuela algo de Hewlett. Y como guionista, Stokoe muestra con bastante transparencia su fanatismo por los escribas británicos de la 2000 A.D., obviamente con Pat Mills a la cabeza. Un cóctel raro, pero que se puede explicar: Stokoe es canadiense, más precisamente de Vancouver, una zona en la que co-existen las tradiciones comiqueras franco-belgas y anglosajonas. Sumémosle el dato de que vivió varios años en Seattle, y ahí cierra también lo del indie yanki.
Lo cierto es que no existen otros dibujantes en el mundo que dibujen como Stokoe. Sus criaturas, edificios y cavernas son absolutamente inimitables: nadie en su sano juicio puede siquiera plantearse dibujar todos los detalles microscópicos que mete Stokoe en esas viñetas pensadas para dejarte sin habla durante varios días. Las ilustraciones de doble página impresas en las retiraciones del libro son… indescriptibles. Creo que ni Druillet llega a ese nivel de enfermedad por los detalles. Y lo más lindo: Stokoe inventa todo. En Orc Stain no hay nada (pero nada, eh?) que exista en la realidad. Todo está 100% imaginado por el autor, como en esas historietas extravagantes y geniales de Alcatena y Mazzitelli.
La historia es sencilla, está pensada para que no pienses, para que te dejes atrapar rápida y fácilmente por este accidentado recorrido por el mundo de los orcos y te diviertas con los peligros que corre el protagonista, un orco que perdió un ojo y al que apodan –lógicamente- el Tuerto. El Tuerto va de acá para allá: lo estafan, lo chorean, lo envenenan, lo revolean, lo encarcelan, no sale de una y ya se mete en otra. Pero hay algo más: el Tuerto parece ser la clave para encontrar algo muy grosso: un órgano de un dios que quedó oculto en la tierra de los orcos. Como Pat Mills en Slaine, Stokoe mete mucha acción y unos cuantos momentos desopilantes para darle onda y dinámica a algo que, en otras manos menos habilidosas, podría tornarse aburrido simplemente por la cantidad de data que el lector necesita para entender cómo funciona este mundo al filo del delirio.
Los orcos son una raza intrínsecamente jodida, que no conoce la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. No existen los códigos, ni los escrúpulos, ni la solidaridad. El capo que logra quedar al frente de una tribu 10 años, es el equivalente a toda una dinastía en nuestra realidad. Y lo más heavy: la moneda de cambio son los gronch. ¿Lo qué? ¿Los gronchos? No, los gronch, que es como le dicen los orcos a la querida pija, poronga, garcha, verga, chota, cíclope rojo, gato muerto, etc. Todos están esperando que alguno se distraiga para amputarle el coñemu al de al lado, porque el que más gronch se cuelga del cinto, más chapa tiene. Incluso la moneda con la que los orcos compran y venden se hace cortando en fetas los gronch mutilados y bañándolos en algo parecido al oro, en un proceso que Stokoe explica minuciosamente en las páginas finales del libro. Eso más que de Pat Mills ya es digno de Jodorowsky muy pasado de peyote.
El primer tomo de Orc Stain promete muchísimo. Además de al Tuerto, Stokoe desarrolla con categoría a dos personajes más, pero también a animales, piedras, monstruos, lugares y hasta objetos; si te parecía que el Capitán América hacía demasiadas cosas con un escudo, esperá a ver lo que hace el Tuerto con un martillo. En este mundo todo es así, zarpado, extremo y absolutamente hipnótico. Ponelo ya a Stokoe en la lista de los indispensables. Me juego el gronch a que te va a cebar.
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Published on March 14, 2011 16:59

March 13, 2011

13/ 03: LA DANZA DE LOS CONDENADOS


Mucho se ha hablado recientemente de cómo los contenidos que se generan para los blogs suelen potenciarse y de algún modo "legitimarse" cuando se recopilan en libros. Bueno, no siempre. La Danza de los Condenados es probablemente la mejor historieta en la gigantesca trayectoria de Federico Baert, prócer de la autoedición y pionero en la movida de su San Nicolás natal. Para este trabajo contó con la asistencia del increíble Marcos Vergara en los fondos y del gran Caio Di Lorenzo en los colores y el resultado fue una historieta totalmente adictiva, un hito dentro del blog Historietas Reales.
Toda esa magia, a la hora de trasladarse al libro, se diluye una vez que das vuelta la excelente portada. Adentro te espera una publicación mal encuadernada, mal compaginada (una página está dos veces!) y sobre todo, mal impresa. El paso de color a blanco y negro estropeó el trabajo de Di Lorenzo, y lo convirtió en un empaste molesto a la vista. Obviamente con la complicidad de una imprenta absolutamente deficitaria, incapaz de reproducir ya no los grises, sino los negros. Posta, no hay UNA línea ni UNA mancha negra que se vean negras. Todo es gris y todo se empasta con los grises que están donde deberían estar los colores. O sea que el libro es poco menos que una afrenta, una falta de respeto contra la obra de Federico Baert, totalmente inmerecida. Hasta ahora, ninguna publicación ni de Loco Rabia ni de Llanto de Mudo (los dos sellos que co-produjeron esta edición) había tenido estos problemas. Esta tiene más problemas que Libia, Egipto y Japón sumados.
Por suerte lo que hay adentro de este libro mal editado es un comic que está excelente. Baert está afianzado en su estilo de dibujo, afilado para pescar y plasmar detalles del lenguaje corporal y facial de los personajes, con un manejo brillante de los tiempos del relato, un gran criterio para elegir dónde cortar cada escena y muchos recursos para que las páginas que sólo muestran gente conversando no se hagan aburridas. El argumento, enrolado en el costumbrismo semi-autobiográfico (el protagonista es Baert, pero los que lo conocemos sabemos que su vida no se parece mucho a la del personaje), nos pasea por un montón de secuencias desopilantes y totalmente impredecibles, atravesadas por más de un hilo conductor, cosa que no es fácil de lograr y menos cuando pretendés que al final cierren todas las puntas que abrís, cosa que Baert efectivamente hace.
Pero lo mejor, lo que hace totalmente hipnótica la lectura de la historieta, son los personajes. Baert se reserva para sí mismo los diálogos más ingeniosos, retruques venenosos y frases memorables. Pero la abuela se morfa la historia cada vez que aparece. Y Underpilleta amenaza con ser el verdadero protagonista en casi todas las secuencias en las que entra en escena. Vera, Mendoza, los okupetes… todos suman delirio, ternura, mala leche o las tres cosas juntas a una trama que va para adelante a fuerza de giros caprichosos y a la vez sumamente coherentes. De pronto, la vida gris y sedentaria de un simple profesor de dibujo parece una montaña rusa de emociones, salpicada de sexo, drogas, alcohol, locura, venganza y redención. Y como está todo planteado en son de joda, se hace doblemente irresistible.
La Danza de los Condenados no da tregua y no tiene paz. Si nunca leíste a Federico Baert, vas a descubrir a un autor muy personal y muy completo, que acá suma a su habitual repertorio una muy bienvenida cuota de incorrección política, pero que sabe hacer de todo. Lamentablemente, la versión que vas a querer atesorar por siempre en tu biblioteca es la que sólo existe online. La versión en papel tuvo buenas intenciones (el prólogo de Javier Hildebrandt, por ejemplo) pero no se la bancó, ni ahí.
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Published on March 13, 2011 09:47

March 12, 2011

12/ 03: PRIMERAS PRESENTACIONES DEL LIBRO


El libro que recopila la primera mitad de las reseñas publicadas durante 2010 en este blog ya está casi listo para salir a la venta. Seguramente eso sucederá a lo largo de la semana que se inicia este lunes. Por supuesto, vamos a presentar el libro en varias ciudades de Latinoamérica, siempre en eventos o charlas abiertas al público. El cronograma es largo y ambicioso, pero ya podemos anunciar varias fechas confirmadísimas.
La primera presentación, paradójicamente, se hace antes de que salga el libro. Esto es mañana, domingo 13 de Marzo, en el evento Dibujantes, que se realiza en Maipú 306, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A las 20 hs. voy a estar al frente de una charla acerca del libro, el blog y el backstage de ambos. Estaría bueno que se acerquen muchos lectores del blog, así la remamos mejor sin el libro a mano. La entrada es libre y gratuita.
Ya con el libro editado, la primera escala es Lima Comics, en la capital de la hermana República de Perú. Ahí voy a estar los días 19 y 20 de este mes, en el María Angola, un hermoso centro de convenciones del barrio de Miraflores. No sé si tendré una charla formal, pero voy a estar yo y va a estar el libro, así que en el mejor de los casos, improvisaremos la charla en el stand donde van a estar a la venta esa y muchas otras publicaciones de autores argentinos. Si vivís en Lima, ya sabés que la convención va a contar con invitados del nivel de Eduardo Risso, Gustavo Sala, Ariel Olivetti, José Villarubia, Rodolfo Santullo y muchos más, así que seguro nos vemos allá.
La siguiente presentación confirmada es en Lobos, provincia de Buenos Aires. Allí se realizará un nuevo Encuentro Nacional del Humor y la Historieta, que recuperará la tradición de los tres míticos encuentros realizados entre 1979 y 1981. 30 años después, del 8 al 10 de Abril de este año, Lobos vuelve a ser capital de la historieta argentina y 365 Comics por Año va a estar ahí, con una presentación (en la que probablemente intervengan también Lucas Varela y Quique Alcatena) el sábado 9 a las 17:30. La lista de autores grossos que ya confirmaron su visita a Lobos es infinita, así que mi consejo para los fans de la historieta nacional es asistir a como dé lugar. Yo nunca pude ir a los encuentros de la etapa clásica, porque era muy chico, pero me acuerdo que en Hortensia, Humor, Skorpio y otras revistas publicaban fotos de todos los dibujantes pasándola bomba en Lobos y yo me quería abrir las venas con la portada de un anuario de El Tony...
Apenas una semana después, el sábado 16 de Abril, el vértigo nos lleva a la maravillosa Córdoba, hogar de la editorial Llanto de Mudo, que es la que publica el libro. El evento constará de presentaciones de varios títulos de la editorial, o sea que compartiremos mesa con Sala, Luciano Saracino, Brian Jánchez, Diego Cortés, Nico Sánchez Brondo, Fernando "el León" González, Juan Ferreyra y muchos más. Esto arranca a las 16:30 en el Centro Cultural España Córdoba, que queda en Entre Ríos 40, obviamente en la ciudad de Córdoba.
Y hay más. Se vienen la Feria del Libro, Montevideo Comics, Crack Bang Boom… un montón de eventos en los que 365 Comics por Año va a estar presente y donde vamos a poder conversar acerca del blog y del libro que escribí sin querer. A medida que se vayan confirmando, vamos a pasar en limpio la información.
La semana que viene, entonces, antes de viajar a Lima, un primer listado de los puntos de venta donde se va a poder adquirir el libro, si preferís comprarlo en librerías y no en alguno de los eventos donde nos vamos a encontrar. Lo importante es que lo compres, no?
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Published on March 12, 2011 09:30

March 11, 2011

11/ 03: CRISIS ON INFINITE EARTHS


De esta saga se podría escribir un libro entero, no? 365 Días de Artículos sobre Crisis… En parte por lo que pasa en estas 350 páginas y en parte por cómo repercutieron, para atrás y para adelante, en la historia del Universo DC, y del comic de superhéroes en general. Pero bueno, veremos hasta dónde llegamos en 4000 caracteres…
Qué grossa dupla la de Marv Wolfman y George Pérez. Cómo se nota que entre ellos hay cariño, onda, casi telepatía. Hoy, ninguno de los dos está en su mejor momento artístico, pero si hacen algo juntos, seguro vibra de la onda que le ponen.
Otro maestro, Jerry Ordway. Es impresionante cómo después de varios números a los tumbos, con Dick Giordano y sus esbirros tratando sin éxito de hacerle justicia a los lápices de Pérez, cae Ordway y la majestad del dibujo se potencia al infinito.
Ovación también para Bob Greenberger, coordinador del proyecto cuando salió originalmente, en 1985. Esta serie no sólo generaba kilombo a nivel editorial: era un kilombo en sí misma. Y sin un coordinador que remara para sacarla adelante, corríamos serios riesgos de que no condujera a nada.
Obvio que DC en buena mediad desaprovechó el hiper-impacto que generó esta serie. ¿Te imaginás si al mes siguiente hubiesen reiniciado todas las revistas desde el n°1, todas ya ambientadas en la continuidad post-Crisis? Habríamos visto una nueva Golden Age, mínimo. Pero no. Crisis, como artefacto de continuidad, no podía arreglar todo por sí sóla y dependió de otros autores y otros coordinadores, menos comprometidos con el cambio que proponía Wolfman. Así es como DC tardó AÑOS en reacomodar su línea editorial a los "revolucionarios" sucesos de Crisis.
Pero leer Crisis sólo como artefacto de continuidad es trampa. La onda es leerla como historieta, a ver qué pasa, a ver si se banca los 26 años transcurridos. Y la respuesta es "casi". El argumento está MUY bien pensado. Los orígenes de los Monitores, Pariah, Lyla, Alexander Luthor, la explicación de la anti-materia, todo está muy bueno. El guión, no tanto. En un montón de escenas pasan cosas que giran en torno a estos personajes y los héroes y villanos del DCU están ahí, boyando, medio de adorno, porque no tienen la más puta idea de qué hacer ni cómo. Excepto en la lucha final, cuando el Anti-Monitor se lleva la Tierra al universo de anti-materia, los héroes no tienen chapa, no hacen nada decisivo. Van, siguen instrucciones, tiran alguna piña, pelean al pedo contra una horda de villanos retobados (en ese infausto noveno episodio que ya no tenía razón de ser en 1985 y menos ahora) y cada tanto mechan algún diálogo ingenioso, o un acto heroico y noble. Pero como la trama es atractiva y hay muchas escenas fuertes, y a la hinchada le encanta el hiper-team-up de todos los personajes juntos, el trámite se hace llevadero.
Y hago un hincapié en lo de las escenas fuertes. Mientras muchos apuestan a la gradilocuencia, Wolfman apostó a la emotividad. Los momentos más power de Crisis son escenas donde gobierna la emoción, lo humano por sobre lo sobrehumano. Tal vez por eso Wolfman le da tan poca bola a cómo se vive la Crisis en los otros planetas (no aparece New Genesis, sin ir más lejos): al tipo le interesa mostrar el cataclismo del multiverso como un drama -ante todo- humano. Lo mejor es que lo logra.
Lo de Pérez, ciclópeo. No sé si alguien alguna vez dibujó tanto en un comic como Pérez en Crisis. Y más allá de lo cuantitativo, lo más notable es la calidad, que acá sobra. Los quiero ver a los pecho frío de ahora dibujar todas esas páginas con 15 cuadritos y 40 ó 50 personajes (algunos de ellos absolutamente ignotos) en cada cuadrito.
Después de Crisis, vinieron chotocientas mil saguitas llenas de crossovers que amagaron con cambiar "para siempre" al Universo DC y a todos los demás. Ninguna se le arrima siquiera a Crisis, ni en ambición, ni en resultados.
Ah, y lo más lindo de todo: no aparece ni en una sóla viñeta el pelotudo de Hal Jordan, hoy figurita archirrepetida y ultra-sobre-explotada en el DCU.
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Published on March 11, 2011 15:16

March 10, 2011

10/ 03: FAERIC GANGS


Y bueno, todo gran autor tiene derecho a una obra menor dentro de su bibliografía. Faeric Gangs pierde en intensidad contra las historias cortas de Al Mejor Postor, en desarrollo de personajes contra Pulp Heroes y en ambición épica contra Los Reyes Elfos. Y todo eso sin ser una mala historieta, ni mucho menos.
Acá todo pasa por el formato. Víctor Santos sabe que tiene sólo 46 páginas para presentar a los personajes, desarrollarlos, plantear un conflicto y resolverlo. Eso condiciona todo. El resultado es un comic que no pierde un segundo, que pone quinta y acelera a fondo, porque tiene que cumplir con todos esos requisitos en un espacio muy acotado. Y además cumple con creces la cuota de escenas de machaca, que ante todo se trata de una historieta de acción y gangsters al estilo del cine de Hong-Kong, con artes marciales, chumbos y katanas ensangrentadas. O sea que tenés garantizadas 46 páginas al palo, sin tregua y sin piedad.
¿Qué resigna Santos para cumplir con estos lineamientos? Básicamente desarrollo de personajes. Trabaja fuerte sobre la protagonista y un secundario importante, y el resto (al igual que los villanos) están apenas esbozados. Los malos son malos porque sí, y como son mafiosos, todos quieren eliminar a cualquiera que ponga en riesgo su hegemonía sobre los negocios turbios de la ciudad. Listo. O casi, porque también hay una muy buena explicación de por qué muchos de estos gangsters son demonios, sátiros, hechiceros o hadas. Y sí, el ídolo vincula de un modo sutil pero efectivo a estas familias mafiosas del Siglo XXI con su gloriosa epopeya medieval.
Lo otro medio bajonero es que Santos compra el formato de álbum francés (46 páginas) pero no compra la narrativa francesa. O sea, no nos inflige 35 páginas de 10 ó 12 viñetas. Entonces, además de pocas páginas, la historia tiene pocas viñetas. Y como hay mucho para presentar y explicar, nos terminamos morfando páginas como la 12 y la 13, donde el dibujo apenas saca la nariz para respirar entre un tsunami de textos que amenazan con copar el 100% del comic. Por supuesto hay muchas páginas muy bien balanceadas entre texto e imagen, pero se nota mucho que en algunas secuencias el valenciano tuvo que meter más información de la que quedaba lindo a la vista.
Otra "francesada" que experimenta Santos en este libro es el color, que no es un espanto ni mucho menos, pero que cualquiera que haya leído una obra suya sabe que no es necesario en lo más mínimo. Con el correr de los años, Santos ascendió al Olimpo del Claroscuro y a mí (creo que a muchos) me gusta verlo en blanco y negro, a todo o nada. Si hacen falta grisados o tramas, me queda clarísimo que Santos las va a poner como los dioses. Y si alguien cree que para que esto impacte y emocione hace falta color, bueno, no entendió de qué se trata y para dónde va el talento de este monstruo del Noveno Arte…
Pero lo relevante es que, debajo de esos colores y esos efectos de Photoshop, están el dibujo y la narrativa de siempre; o en realidad, del Santos pre-Darwyn Cooke, el que abrevaba (y se hacía cargo) en Bruce Timm, Matt Wagner, Frank Miller y Mike Mignola. Y Santos no lo nombra, pero yo sumo a Paul Grist a la lista. Por supuesto, tanta viñeta widescreen obliga a agregar toooda otra lista paralela, pero de cineastas, cosa que no estoy capacitado para hacer porque cada día (en parte gracias a este blog) consumo menos cine.
Pensada para entretener un rato, para presentar a un nuevo personaje que en una de esas un día vuelve, o simplemente para tener una obra 100% ajustada a las exigencias del mercado francés (que, se sabe, paga mucho mejor que el español), Víctor Santos le robó un ratito de 2003 a sus sagas más importantes para ofrecernos esta aventura trepidante y violenta a la que definió como "una cruza entre Hellboy y Sin City". Y no está mal.
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Published on March 10, 2011 14:31

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Andrés Accorsi
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