Andrés Accorsi's Blog, page 265
April 8, 2011
08/ 04: ORDINARY VICTORIES Vol.2

Retomamos la bizarra tradición de leer comic francés en edición yanqui, una verdadera grasada, pero bue… Lo importante es que el tomo con dos álbumes franceses vale sólo 16 dólares, guita con la que acá no te comprás ni un tomo de la edición española.
En realidad lo importante es la historieta. En este caso, los dos tomos finales de Le Combat Ordinaire (Los Combates Cotidianos, en castellano), una obra absolutamente brillante del siempre atractivo Manu Larcenet. Si la primera mitad parecía interesante, distinta, con onda, con un buen balance entre comedia costumbrista, denuncia social y drama humano, en la segunda parte todo eso se potencia hacia el infinito y más allá. Se achica el espacio para la comedia (porque la primera mitad cierra con algo demasiado heavy), pero el costumbrismo se mantiene, rico y filoso, mientras la trama social avanza y retrocede, como las olas del mar. Por momentos, todo pasa por el conflicto que amenaza con terminar para siempre con el viejo astillero donde trabajó toda su vida el padre de Marco. Y son los mejores momentos del libro, o por lo menos los menos asfixiantes, porque la tensión más jodida pasa por un conflicto externo y no por algo interno, de la psicología de los personajes. Larcenet también saca un jugo alucinante de la situación política de Francia: de hecho el último álbum termina en la noche en que Nicolás Sarkozy gana las elecciones. La comedia costumbrista, por su lado, cambia de registro: de la onda Peter Bagge de sexo, droga y rockanrol de los primeros tomos, pasamos a la onda "familia cute", y nos divertimos (en una de esas, hasta nos conmovemos) con la relación entre Marco y su hijita Maude, esa que él se negaba a "encargar" y que termina por cambiarle totalmente la vida.
De todos modos, la estrella de la segunda mitad es el drama, o por lo menos la reflexión, la introspección más profunda y menos fiestera. Claramente, Larcenet madura entre tomo y tomo y esa evolución del autor se ve también en el personaje central y en el tono de la obra. Es más, no tengo idea de si esto es así o no, pero me juego un huevo y medio a que el padre de Larcenet falleció mientras él trabajaba en Le Combat Ordinaire. El drama de la muerte del padre, los recuerdos, la actitud de la madre frente a la pérdida de su compañero, los secretos del pasado que Marco se esfuerza por desempolvar, su propio dolor, el de su hermano… todo suma para que el color plomizo, crepuscular, nostalgioso, se apodere de una historieta en cuya primera mitad se respiraba un añorado clima de joda, de libertad en el sentido de la irresponsabilidad más sana.
Lo peor que está buenísimo. Uno, que le escapa a las historias dramáticas como al virus de ébola o los programas de Chiche Gelblung, acá no tiene más opciones que rendirse, que dejarse emocionar y conmover por la historia de Marco, su familia y el astillero en el que nunca laburó, simplemente por lo bien contada que está, por la magia que hace Larcenet para que esto sea atractivo, para que quieras saber qué pasa con las vidas de esta gente común y corriente, para que las frases y los silencios te lleguen al corazón.
Por supuesto, buena parte de esa magia Larcenet la hace con el dibujo, que es glorioso. Ya despegado de Lewis Trondheim y Joann Sfar (las influencias más claras de su primera etapa), Larcenet logra una extraña síntesis entre ambos, a la que le suma mucho de su propia cosecha. Por ejemplo las narices, esas que después vemos en otros autores como Fede Pazos o Pablo Túnica. Sin romper casi nunca la grilla de cuatro tiras, Larcenet logra un increíble control del tempo narrativo, con énfasis en los silencios, en las escenas más tranquilas, aunque cuando quiere descontrolar, lo logra con creces. En casi todas las secuencias, los colores subrayan la onda melancólica y bajonera del guión, y cuando aparecen las secuencias repletas de colores vivos, el dibujo parece querer hacerle respiración artificial a la trama, para que no decaiga, para que no renuncie a esa vitalidad que al dibujo de Larcenet le sobra, pero que a varios de los protagonistas les falta.
Le Combat Ordinaire es mucho, pero mucho más que una historia realista de gente común. Es una historia de sueños cumplidos y sueños destrozados, de lealtades honradas y traicionadas, de amor a la pareja, a los viejos, a los hijos, a los amigos, a las raíces… y a la vez todo eso en algún momento se cuestiona, se pone en crisis. Según con qué personaje te identifiques, es todo maravilloso, es todo una mierda, o es todo chamuyo y nada vale nada ni tiene ningún sentido. Por suerte, Larcenet no le da la razón inapelable a ninguno de los protagonistas. De hecho, se esfuerza por dejar bien claro que ninguno tiene la posta, todos tratan de zafar lo mejor que pueden de las realidades chotas a las que les toca enfrentar. Y eso es lo que le permite al autor evitar el peor de los pecados: bajar línea, enseñarle al lector cómo tiene que pararse frente a estos temas fundamentales de la vida de todos. Esto es, ante todo, una historieta, una obra de ficción, no una lección de vida. Y por ahí pasa buena parte de su enorme encanto.
Ganes o pierdas, no dejes de pelear en este fascinante combate propuesto por un maestro absoluto, que alcanzó una calidad y un grado de madurez artística realmente asombroso.
Published on April 08, 2011 17:41
April 7, 2011
07/ 04: TRES PRESENTACIONES DEL LIBRO

Y en muy poquitos días!
Arrancamos el sábado 9, a las 17:30, en el Club Social de Lobos. Como parte del Encuentro Nacional del Humor y la Historieta, habrá una charla acerca del libro y el blog, en la que me acompañarán Quique Alcatena (autor del prólogo) y Lucas Varela (autor de la portada). Veremos qué sucede. El evento dura tres días (de viernes a domingo) y por supuesto me quedo de punta a punta, así que se vienen varios posts desde la ciudad que vio nacer al General Perón, con reseña del evento (que pinta muuuuuy grosso) incluída.
El jueves 14 tenemos la primera presentación posta en Capital Federal. Esto va a ser en el Espacio Moebius, Bulnes 658 (entre Av. Corrientes y Valentín Gómez), a partir de las 19:00 hs. También habrá una charla abierta al público, bebidas gratis y la posibilidad de comprar el libro por debajo de su precio oficial.
El sábado 16 de Abril vuelvo a la ruta para desembarcar (o desembondizar) en Córdoba, hogar de la editorial Llanto de Mudo, que es la que publica el libro. ¿El motivo? Se celebra El Día del Chancho, que no es otra cosa que un evento de un sólo día en el que se presentarán varios títulos de la editorial Llanto de Mudo, o sea que compartiremos mesa con Gustavo Sala, Luciano Saracino, Brian Jánchez, Diego Cortés, Nico Sánchez Brondo, Fernando "el León" González, Juan Ferreyra y muchos más. Esto arranca a las 16:30 en el Centro Cultural España Córdoba, que queda en Entre Ríos 40, obviamente en la ciudad de Córdoba.
Pero atenti, que antes que se termine Abril, el Día del Chancho se celebra también en Buenos Aires… y está la Feria del Libro, no? Así que pronto se viene una actualización del listado de presentaciones, con estas dos y algunas más que se van sumando. En Agosto, por ejemplo, parece que habrá 365 Comics en La Paz, Bolivia. Y en Julio, algo en la Feria del Libro Infantil y Juvenil… o en el Encuentro Latinoamericano de Diseño de la Universidad de Palermo… o en los dos eventos, andá a saber. En Junio se hace Crack Bang Boom, no? Ahí también estaremos. ¿Montevideo Comics, en Mayo? Esa todavía está medio verde. No la descarto, pero tampoco la confirmo. Y para Septiembre (con el Vol.2 fresquito) ya estamos programando presentaciones en Mendoza, Santiago del Estero y (otra vez) Córdoba y Buenos Aires.
Nada, agendate las fechas de la que te quede más cerca y venite a pasar un rato bien comiquero. El blog no se suspende por nada. Esté donde esté (ya lo hice desde Perú hace un par de semanas y el año pasado desde 6 ciudades argentinas), todos los días va a haber algo nuevo para leer. El libro tampoco se detiene: cada día está en más puntos de venta y cada vez son más los seguidores del blog (o no) que se lo llevan a su biblioteca. Por supuesto, desde acá te mantengo al tanto de todas las novedades.
Published on April 07, 2011 16:17
April 6, 2011
06/ 04: ALIAS ULTIMATE COLLECTION Vol.2

De todo lo que escribió Brian Michael Bendis para Marvel, esto es lo que a mí más me gusta. Y son, en total, apenas 28 números, contra los pilones y pilones que escribió para Avengers, Ultimate Spider-Man, Daredevil y demás. Acá es donde yo lo veo más suelto, más cómodo, más a gusto, más cerca de su identidad como autor, más fiel a todo lo que hizo (y dijo) en su época de creador indie en la editorial Caliber, que lo vio nacer y lo dejó dibujar (cosa que por suerte no hizo ni en Marvel ni en Image).
¿Te acordás de las maravillas que hablé hace poquito de la Manhunter de Marc Andreyko? Bueno, todo eso se aplica a Alias. De alguna manera, Manhunter es una continuación de Alias, o por lo menos es una segunda aplicación de la misma fórmula. Andreyko fue durante muchos años asistente de Bendis y bueno, cuando le tocó dirigir a él, paró al equipo como lo paraba su jefe. De todos modos, y arrancando de más atrás, Alias llegó mucho más alto que Manhunter. En parte porque (nuevo milagro de Bill Jemas) fue uno de los comics que motivaron la creación del sello MAX, donde los autores pudieron hacer uso y abuso de libertades con las que Andreyko no podía ni soñar en DC. Y en parte porque –como ya lo había hecho en Powers- Bendis encontró la forma de aprovechar la gigantesca mitología superheroica de Marvel sin hacer un comic de superhéroes.
Alias es el comic de Jessica Jones, una ex-superheroína cuya carrera duró poco y se terminó en circunstancias muy heavies, y que ahora sobrevive como investigadora privada. Jessica fuma, se lleva muchachos a la cama y profiere unas guarangadas que ruborizarían al mismísimo Spider Jerusalem. No se viste a la moda, no se maquilla y no se come el código de los superhéroes de jugar siempre limpio. Si te tiene que cagar, te caga. Con el correr de las páginas, Jessica se vuelve un personaje tan complejo, tan bien armado y tan querible, que cuesta creer que uno leyó apenas 28 episodios.
Los 12 últimos están en este tomo, entre ellos los 6 finales, que son inconseguibles tanto en revistitas como en el Vol.4 de la primera colección de TPBs. En esa última saga nos enteramos cómo obtuvo Jessica sus poderes, por qué en un punto dejó el antifaz y el spandex, y quién es el padre del hijo que está esperando. Y el otro arco que ofrece este hiper-TPB es el de Mattie Franklin, la hija adoptiva de J. Jonah Jameson, quien alguna vez fuera Spider-Woman. Las dos historias son un claro ejemplo de cómo en un universo superpoblado de superhéroes y supervillanos también se pueden contar historias humanas, profundas, jugadas, y sí, adultas. Vos sabés que cualquier tipo que logra hacer comic de autor dentro de un universo compartido enseguida se gana mi ovación y bueno, Bendis hizo trampa porque Alias se publicaba por afuera del mainstream, pero sin dudas lo logró. Están Matt Murdock, Luke Cage, los Avengers, la primera Spider-Woman, varios villanos conocidos, pero esto (como en Astro City) no es lo importante. Lo importante es lo que le pasa a Jessica en la calle, en la cama, en la vida. Y encima está todo contado a un ritmo pachorro y repleto de diálogos alucinantes, 100% creíbles, que es como a Bendis le gusta contar.
Por si faltara algo, tenemos a un dibujante copado, Michael Gaydos, otro pibe de la cantera de Caliber, pero que se revela como un buen seguidor de la línea de Micahel Lark y Sean Phillips, con algún toquecito de Dave McKean. Gaydos mete mucha foto retocada (sobre todo en los fondos, para no dibujar a una New York que es casi tan protagonista como Jessica) y aprovecha el ritmo lento y la puesta en escena casi teatral de los guiones de Bendis para repetir muchas veces las mismas viñetas, como una forma de subrayar el hecho de que –a lo largo de páginas y páginas- no vemos más que gente hablando. El grafismo es muy realista, pero con mucha expresividad y las secuencias son tensas, ajustadas, casi claustrofóbicas, y largas, como en los films de Quentin Tarantino.
Alias es, sin dudas, uno de los mejores comics que publicó Marvel en lo que va del milenio. Por suerte, ya no necesitás contratar a una investigadora privada para descubrirlo.
Published on April 06, 2011 16:03
April 5, 2011
05/ 04: ORDINARIO

Esto no es exactamente historieta, sino un recopilatorio de chistes de una sóla viñeta, sin secuencia. Podría haberlo obviado tranquilamente, pero venimos hablando tanto de Gustavo Sala y del impacto que generó este libro que da para agregar un par de boludeces más a la obvia recomendación para que todos lo compren.
Lo primero es que acá Sala muestra el dominio absoluto sobre distintos tipos de humor. Hay varios chistes que siguen la fórmula de muchas de las tiras y las historietas de Sala, tipo el del pelado barbudo con el pito en forma de conejo. Pero hay por lo menos dos fórmulas más, no tan utilizadas en las otras obras de Gustavo y aún así muy logradas. Una tiene que ver con los juegos boludos de palabras: los aliens que entran a una panadería y dicen venir en misión de pan, la confusión del Yeti con el jet-ski, el plato violador, y así un montón muy graciosos. Y la otra, la que a mí más me impactó es la que tiene que ver con la incorrección política: los chistes de nazis, de curas que se garchan pendejitos y del restaurant xenófobo donde podés pedir "un boliviano de mierda con puré". En las otras historietas de Sala este tipo de humor casi no aparece y supongo que esto se debe al carácter "progre" de Fierro y Página/12 y el carácter "careta"de la Rolling Stone. Pero la verdad es que por el lado de la incorrección política el marplatense encontró un terreno tan fértil y fecundo como el de los chistes de culo, pija y concha.
Que por supuesto aparecen en Ordinario muchas, pero muchas veces, para deleite de la hinchada. O una cierta parte de la hinchada, porque acá los chistes de temática sexual llegan a un nivel tan, pero tan degenerado y extremo, que entiendo al que me diga "esto no es para mí". Gustavo también lo entiende y se caga de risa. Sabe que el que hojeó el libro y se escandalizó con las eyaculaciones y las penetraciones de cualquier cosa a cualquier otra cosa, en la intimidad lo lee y se suma al coro de carcajadas que estallan invariablemente en las proximidades de este libro.
Posta, hacé el esfuerzo de leer esto sin reirte. No se puede. Ni aunque lo leas por cuarta o quinta vez, sabiendo ya cuál es la gracia de cada chiste. Por encima de esa gracia sobrevuela una gracia mayor, que no se pierde al conocer los remates, que tiene que ver un poco con el estilo de dibujo de Sala, un poco con la acumulación de guarangadas, gansadas y atrocidades que se suman página a página y un poco con la propuesta en general, con la onda "todo vale para cagarnos de risa". Porque no va a faltar el que diga que este es el trabajo menos jugado de Sala, porque no cuenta historias, no desarrolla personajes, casi no dibuja fondos y bla-bla-bla. Pero… se te tienen que ocurrir todos esos chistes! Y muchos son chistes pavos (que no es lo mismo que obvios) y muchos son re-jodidos, basados en temas con los que ningún otro humorista conocido se atreve a tocar con la frontalidad con la que arremete Gustavo.
A todo eso sumémosle lo lindo que se ve el dibujo de Sala en blanco y negro, lo gracioso del prólogo y lo desopilante de los agradecimientos del final y nos queda un libro totalmente imprescindible para los fans del humor gráfico del Siglo XXI. Un siglo en el que algunos artistas (pienso primero que nadie en el alucinante Tute) nos enseñaron que el humor puede ser reflexivo, sensible y hasta poético. Y en el que un monstruo como Gustavo Sala llegó a lo más alto a fuerza de un humor 100% ordinario.
Published on April 05, 2011 16:44
April 4, 2011
04/ 04: AMAZING SPIDER-MAN ULTIMATE COLLECTION Vol.2

Hoy me tocó otro viaje infinito y por suerte lo aproveché para bajarme (entre ida y vuelta) este hiper-TPB con los números 46 al 58 y 500 al 502 de Amazing, que son los que antes se habían recopilado en los TPBs 4 al 6. Ahora me falta leer un sólo tomito más (el 7) y ya termino la excelente etapa de J.M. Straczynski y John Romita Jr. en Spider-Man, con la resolución del plot de Ezekiel, que viene casi desde el principio.
Qué buen invento esto del hiper-TPB. Con la narrativa descomprimida que usan los guionistas actuales, en 16 comic-books pasan las suficientes cosas como para dejarte satisfecho, sin saturar ni aburrirte. Hay lugar para varios arquitos argumentales, para varios episodios autoconclusivos, para ver el desarrollo sutil de algún sub-plot que avanza por las márgenes de las historias centrales… muy rico todo.
En esta etapa de Amazing, Straczynski reparte con muy buen tino la chapa y el protagonismo entre Spider-Man y Peter Parker. Peter ahora es profesor en el secundario, o sea que no aparecen ni el ídolo J.J. Jameson ni el resto de los personajes del diario Bugle. Pero están la Tía May, Mary Jane y algunos alumnos, que también
aportan su dosis de conflictos y de onda. Mucho de lo que le pasa a Peter gira en torno a su relación con Mary Jane, pero aún así el personaje secundario con más peso es Ezekiel, tal vez porque interactúa indistintamente con Peter o con Spidey. Como en casi todos los comics de Straczynski, la machaca está, pero sin demasiado énfasis, siempre en dosis mesuradas. Lo que sobra (y se agradece a full) son los diálogos ingeniosos, los chistes, los retruques. Hay páginas repletas de globos de diálogo, pero cada uno es un verdadero deleite.
Lo más raro de estos 16 números es que los villanos clásicos no aparecen ni a saludar. No te dejes engañar por la portada del libro. Apenas los vemos desfilar en una alucinación astral que tiene Spidey, inducida por el Dr. Strange. Y no porque sea importante, sino porque era el n°500 y daba para que figuraran todos, aunque sea un segundo. Lo cierto es que en estos 16 episodios el arácnido se las ve con los enemigos del Doc Strange, con el Dr.Doom (que no juega exactamente el rol de antagonista), con varios matoncitos sin chapa y con tres villanos nuevos, de los cuales uno sólo, Shathra, tiene algo de onda. Los otros dos, si son barridos abajo de la alfombra por los efectos de la abominable One More Day, me hacen un favor.
Pero los grandes son así, y sin los villanos de siempre y sin los secundarios del Bugle, Straczynski se las ingenia para armar muy buenas historias, dinámicas y novedosas, y sobre todo para que en muchos momentos esto parezca comic de autor. En los resquicios que deja la acción, e incluso durante la acción, Straczynski mete miles de secuencias que ningún otro autor había imaginado antes y que cierran por todos lados.
Todo esto, plasmado gráficamente por uno de los dibujantes que mejor entiende a Spider-Man (de hecho, lo considera su hermano) y que mejor dibuja a la New York del Universo Marvel. Me refiero obviamente a John Romita Jr., el prócer hijo de prócer que estaba en la serie antes de que llegara Straczynski y que será imposible de reemplazar una vez que se vaya. Con buenos coloristas, con las buenas tintas de Scott Hanna, con la solvencia narrativa de siempre, con su hábil equilibrio entre grandilocuencia pochoclera y cotidianeidad de entrecasa, con su increíble manejo de las imposibles poses de Spidey que ningún otro héroe puede reproducir, Romita Jr. no falta a ninguna de las 16 citas y se brinda por completo para que esto que está tan bien escrito, además se vea muy bien.
A los que durante los ´90 puteábamos a Spider-Man y decíamos que era un personaje acabado, Straczynski, Romita Jr. y Paul Jenkins (guionista de la otra serie regular del arácnido) nos cerraron el orto mal, con varios años de gran nivel en los que la lectura de los títulos de Spidey se hizo imprescindible para los fans del buen comic de superhéroes. Otro milagro de la era de Bill Jemas y Joe Quesada al frente de Marvel, y van…
Published on April 04, 2011 18:14
April 3, 2011
03/ 04: SPEAK OF THE DEVIL

Si nunca la leíste, buscá ya la reseña de The Troublemakers que publiqué en el blog el 15 de Septiembre de 2010 y leela.
¿Ya está? Bueno, Speak of the Devil es el trabajo de Beto Hernández que apareció justo antes de The Troublemakers, no en Fantagraphics, sino en Dark Horse, con dos consecuencias importantes: 1) en vez de salir directamente como novela gráfica, se serializó primero en seis comic-books. 2) el voltaje sexual de la obra está des-enfatizado. O sea, los garches están, pero no se ve nada demasiado gráfico. Lo cual es medio choto, porque los personajes están muy concientes de su sexualidad, hablan mucho del tema, y cuando la temperatura sube y todo lo que se habla se concreta en los hechos, las imágenes se limitan a sugerir. El cuidado de Beto por no explicitar el contenido "adulto" del material llega incluso al lenguaje: en ningún momento nadie dice la palabra "fuck", que sí aparece a menudo en los trabajos de Beto para Fantagraphics y Vertigo.
¿A qué viene la referencia obligada a The Troublemakers? A que Speak of the Devil también se trata de una de las películas que filmó Fritz Herrera (una de las protagonistas de la extensa saga de Luba, obra maestra del autor) en su carrera como actriz de cine berreta (un enfermo –en realidad, un capo absoluto- las contó y encontró en los comics de Beto referencias a 22 películas en las que actúa Fritz). Hernández recupera acá el recurso (creado en Chance in Hell, que nunca leí) de contar una historia totalmente autoconclusiva y para nada vinculada a la saga de Luba, pero con el gancho para el lector "de siempre" que significa tener a Fritz en el elenco. Como en las otras "películas" de Beto, Fritz no hace de Fritz y ni siquiera es zezeoza. Acá la tetona hija de Luba aparece en la piel de Linda, la joven y sexy madrastra de Valentina Castillo, que es la verdadera protagonista de la historia.
Y la historia es, sin duda, una de las más logradas en la carrera post-Love & Rockets de Hernández, con una diferencia fundamental respecto de todas las demás: acá no hay ambigüedad que valga. No quedan dudas respecto de nada, no hay saltos davidlyncheanos en la realidad, no hay elementos sobrenaturales, no hay que leerla más de una vez para deducir qué carajo pasa. Speak of the Devil va para adelante, te mete en la historia desde el vamos y te lleva a vibrar en una montaña rusa de emociones y sacudones terriblemente violentos, hasta llegar a un final impredecible, fuerte, y también muy coherente. Acá, en vez de esforzarte por entender qué pasa o por qué, te esforzás por especular con qué va a pasar, cómo se va a resolver esta trama que empieza chiquita, tranqui, como una travesura suburbana, y termina en un macabro festival de asesinatos, secretos, traiciones y sangre, muchísima sangre.
Posta, Speak of the Devil es un comic sumamente perturbador. Hay que tener el cerebro muy podrido para que se te ocurra un guión como este. Y hay que tener un talento inigualable para plasmarlo en el papel como lo hace Hernández. Con su habitual cancha para la narrativa, el hermano de Jaime nos agarra de las narices en las primeras viñetas y no nos suelta hasta el final. Las transiciones entre secuencias están perfectas, los cambios de ritmo, la elección de los ángulos para cada toma (pensados para maximizar el impacto de lo que se nos está mostrando), las secuencias mudas, los cuadros en los que no pasa nada y nos colgamos con imágenes de la luna, las nubes o la sangre… No hay películas así de bien contadas, me parece. Entre la violencia propia de la trama y el detalle no menor de que dos de las protagonistas son gimnastas, acá Beto dibuja mucha más acción, muchos más cuerpos en movimiento que en sus otros trabajos, en los que suele predominar el diálogo y el ritmo más pachorro. Y la verdad es que en ese rubro también descolla: Las acrobacias de Val y Patty están logradísimas y la patada en la cabeza que le encaja Val a… alguien en la página 115 todavía resuena en mi mente.
Esta vez, Hernández se despachó con una novela gráfica difícil, no por la excesiva complejidad o por la proliferación de detalles medio crípticos, sino por lo jodido, lo sórdido y lo escabroso que le toca presenciar (y hacer) a los personajes. Si te la bancás, no lo dudes: Speak of the Devil es un comic malignamente genial.
Published on April 03, 2011 12:08
April 2, 2011
02/ 04: LOS MAS VENDIDOS DE MARZO

Se terminó Marzo, pero sigue el reinado de Gustavo Sala en el ranking de los más vendidos a través de Districomix. Cuatro de los diez títulos que más se vendieron en Marzo llevan su firma! Ordinario (seguro lo reseñaremos esta semana) salió en Enero y desde entonces lidera la lista muy, pero muy holgadamente. Veamos quiénes lo siguen:
1) Ordinario (Llanto de Mudo)
2) De Amor, de Locura y de Muerte (Pictus)
3) Bife Angosto Vol.2 (De la Flor)
4) 365 Comics por Año Vol.1 (Llanto de Mudo)
5) Cabo Savino (La Duendes)
6) Etnica Vol.1 (Etnica Studios)
7) Bife Angosto Vol.1 (De la Flor)
8) 300 (Gárgola)
9) Macanudo Vol.8 (Común)
10) Amasala (+info)
Ey! ¿Viste quién está en el cuarto puesto? Y eso que se empezó a distribuir hace apenas una semana! Bien ahí por las comiquerías que apuestan por el libro del blog. Ya vendrá el listado completo de todos los puntos de venta donde está disponible.
Pero volvamos a Sala. El segundo Bife Angosto salió en Diciembre y no sólo se mantiene entre los más vendidos desde entonces, sino que además traccionó fuertemente la venta del primer tomo (aparecido en 2008). Amasala (de 2010) también se benefició este mes del tremendo impacto que está logrando Gustavo en el circuito de comiquerías.
Los cuatro lanzamientos fuertes del mes se ubicaron en muy buenas posiciones: De Amor, de Locura y de Muerte se quedó con el segundo puesto, en una performance impresionante, si pensamos que es un libro que vale $ 100. Ya vendrá la reseña de esta antología de cuentos de Horacio Quiroga adaptados a la historieta por Luciano Saracino y un All-Star Squadron de dibujantes.
Cabo Savino quedó quinto, pero no lo reseñaremos, porque si bien es una edición nueva, el contenido es básicamente el mismo que el del libro de la editorial Caleuche, editado en 2003 y reseñado el año pasado.
Y en el sexto puesto quedó el primer número de Etnica, la antología de historieta latinoamericana que se edita en Venezuela, con autores de todo el continente. Ahí tengo el honor de colaborar con artículos y de compartir publicación con ídolos y colegas de varios países. Esa es otra reseña que vendrá pronto.
Y la sorpresa del mes fue la reaparición en el listado de 300, la novela gráfica de Frank Miller editada por Gárgola en 2007. Cada tanto, 300 resurge y vuelve a venderse muchísimo. Supongo que tiene que ver con el hecho de que es texto obligatorio en algunas escuelas, pero no estoy muy seguro.
Abril amenaza con ser un mes repleto de lanzamientos por parte de las editoriales, y habrá que ver si alguna de las novedades logra destronar a Ordinario. Ya se palpitan las apariciones de nuevos libros de Nik, de Langer, de Trillo y Mandrafina, de Jok, de Federico Reggiani, de Luciano Saracino, de Diego Greco, de Horacio Lalia, de Leo Arias, de Brian Jánchez, de la colombiana Power Paola, del chileno Alberto Montt, del peruano Rodrigo de la Hoz y del estadounidense Robert Crumb, entre otros. Y además le tengo fe a la Komikku, que vuelve este mes con un numerazo. Pero bueno, en la cancha se ven los pingos…
Published on April 02, 2011 18:25
April 1, 2011
01/ 04: SWEET TOOTH Vol.2

Ah, qué lindo! Este comic sigue por la buena senda y encima con ventas decentes, como para no temer una repentina cancelación o un cierre abrupto o anticlimático.
Jeff Lemire sabe lo que hace. Así como en el tomo anterior nos sorprendió con muchísimas escenas de acción, esta vez el protagonista, el chico-ciervo llamado Gus, casi ni se mueve. El duro Sr. Jepperd, que amagaba para co-protagonista o incluso para villano, cobra definitivamente un rol tan central como el de Gus. El sí se mueve a lo largo de este arco, y no sólo de un lugar a otro. También para atrás en el tiempo, ya que lo vemos protagonizar un montón de flashbacks que nos explican con crudeza y elocuencia quién carajo es y por qué hace lo que hace. En pocas páginas, Jepperd pasa de ser un misterio insondable a ser un personaje perfectamente construído, del cual sabemos muchísimo y del cual queremos saber mucho, mucho más.
¿Qué hace Gus, que no se mueve? Habla, pero sobre todo escucha. En cautiverio, se encuentra con otros chicos como él e incluso con adultos y todos aportan algunos datos de los que nos faltaban para entender este mundo bizarro y post-apocalíptico que nos plantea Lemire. Acá van y vienen postas y conjeturas sobre la peste que aniquiló a casi toda la Humanidad, el colapso de la civilización, la aparición de los chicos con rasgos animales y de los campos de reclusión donde los tienen prisioneros. Falta explicar bastante, pero Lemire ya se aseguró de que nuestro compromiso con su historia sea incondicional y a largo plazo, con lo cual no hay apuro. Con lo que sabemos hasta ahora, vamos bien.
El único misterio que en vez de empezar a aclararse se oscurece todavía más es el del propio Gus. ¿Qué es? ¿De dónde salió? ¿Cómo es que nació antes de la pandemia? ¿Y cómo puede ser que no tenga ombligo? Lemire sigue acumulando preguntas acerca de nuestro protagonista, que es el encargado de aportar la dosis de ternura freak a un comic donde la sangre, la violencia, la crueldad y los crímenes de lesa humanidad están a la orden del día. Esta vez, con Gus y Jepperd separados, el contrapunto entre ellos se desactiva y eso deja a Sweet Tooth sin esa cuota -pequeña pero bien lograda- de humor, que resulta casi indispensable entre tantas escenas truculentas, desgarradoras y más tristes que el futuro de Miguel del Sel en la política.
Por el lado del dibujo, la evolución de Lemire es notable. A su estilo crudo, adusto, parco, tipo Angel Mosquito, ahora suma una nueva elegancia. Rara, pero elegancia al fin, un poquito emparentada con los comics más expresionistas de Dave McKean. Y el fuerte sigue siendo la narrativa. El último episodio, que nos cuenta la historia de Jepperd prisionero en el campo de concentración clandestino donde nace su hijo, es una cátedra, un catálogo de recursos de montaje de secuencias, de armado de la página, de ritmo, de climas… No efácil encontrar comics de hoy con la intensidad y la calidad de lo que está haciendo Lemire en Sweet Tooth.
Y como en la reseña del tomo anterior, hay que hablar maravillas de José Villarrubia (al que tuve la suerte de conocer hace poquito, en la convención de Lima), un monstruo de la ilustración que trata de trabajar de colorista y termina trabajando de poeta del photoshop. Lemire es un dibujante de claroscuros, sin medias tintas, y por ende no tan fácil de colorear. Pero Villarrubia le pone todos los chiches imaginables para que Sweet Tooth pase de atractivo a irresistible. El español entiende los climas, las sensaciones, las texturas, todo lo que el canadiense quiere meterle al dibujo y no puede porque labura en blanco y negro. De la amalgama entre ambos sale una verdadera fiesta para los ojos del lector.
De a poquito se corre la bola, y cada vez somos más los que vibramos con Sweet Tooth. El hecho de que cada mes alguien dibuje, alguien edite y muchos compren un comic de este nivel es un lujo, un excelente motivo para ser optimistas en cuanto al futuro del Noveno Arte. Por supuesto, ya tengo encargado el Vol.3.
Published on April 01, 2011 17:14
March 31, 2011
31/ 03: RUTA 22

Volvemos a un clásico duelo de la historieta: Argumento vs. Guión. Y el ejemplo que tengo para hablar un poco de este tema es esta novela gráfica escrita por Roberto Von Sprecher. Acá se ve clarísimo cómo un buen guión sirve para compensar e incluso para disimular la falta de un buen argumento. El argumento de Ruta 22 es… cachitos de la vida, breves anécdotas, alguna peripecia de un tipo del cual sabemos poco. Era un pendejito en 1958, un muchacho en 1976 y un señor ya maduro en 2008. Con esos elementos, Von Sprecher se las ingenia para armar un guión atrapante. No magistral, porque le falta el sustento de un argumento sólido, pero sí repleto de momentos interesantes, de climas, de diálogos profundos… El recurso mejor utilizado es el ritmo: Estas secuencias de la infancia y la juventud del protagonista se entrelazan a lo largo de toda la historia de un modo muy ganchero. Cada flashback termina donde tiene que terminar y –con firuletes virtuosos- el guionista consigue que no parezcan recuerdos aleatorios, medio traídos de los pelos (al estilo Family Guy), sino que cada secuencia del pasado resuene en las secuencias del presente. No es fácil, pero Von Sprecher lo logra.
Como todo relato que rompe la linealidad, Ruta 22 exige bastante atención de parte del lector: te tenés que concentrar para percatarte de cuándo la narración salta para adelante o para atrás en el tiempo e identificar a varios personajes en tres etapas distintas de sus vidas. Pero tranqui, que no es una cosa críptica ni excesivamente pretenciosa. Simplemente hay que prestarle atención, no tragar la papilla pre-masticada. Y disfrutar esos pases mágicos del guión, que están tan buenos que –como decía en el arranque- hacen que se note poco la ausencia de un argumento poderoso. El final, por ejemplo, es de esos finales que suelen coronar a obras con argumentos pulenta. Von Sprecher logró meterle un final fuerte y emotivo a un relato en el que la estructura clásica de principio-desarrollo-fin no existe, o casi.
Pocas de las pinceladas virtuosas del guión habrían llegado a buen puerto sin la complicidad de un buen dibujante, que sintonizara la misma onda del guionista. Von Sprecher encontró en Nacha Vollenweider una socia ideal: el trazo de Vollenweider es abierto, por momentos etéreo, muy jugado a los climas, con momentos de altísimo vuelo poético y plástico (la doble página del carnaval, por ejemplo, con esas manchas tipo Luis Scafati). A la vez, estamos ante una dibujante a la que no le cuesta para nada ponerse en función de la narrativa, establecer bien las secuencias, variar los planos, facilitarle al lector este laburo de reconocer a algunos personajes en tres etapas distintas de sus vidas… Por momentos cuesta creer que son dos autores y no uno sólo, porque la simbiosis entre Roberto y Nacha es muy notable. Lo único que no me termina de cerrar del estilo de Vollenweider es que mete demasiado. Por ahí en la misma viñeta hay tres o cuatro técnicas de entintado: grises aplicados con aguada, masas negras aplicadas con pincel, cross-hatchings logrados con plumín y esfumados logrados con cepillo. Su dominio de todas las técnicas es muy bueno, pero a veces con mucho menos se consigue un resultado más contundente.
Ruta 22 es un comic que juega con sus propias reglas. Si te gusta la historieta argentina arriesgada, con ganas de experimentar y de escaparle al "más de lo mismo", seguro te va a interesar. Tiene introspección, nostalgia, romance, algún tinte político y varios de esos momentos mágicos que uno asocia con los recuerdos de la niñez. Como diría el más grande, "pisa el acelerador"…
Published on March 31, 2011 16:07
March 30, 2011
30/ 03: S.C.I. SPY

Después de Six From Sirius y Slash Maraud, ¿cómo resistirse a otra saga de ciencia-ficción de Doug Moench y Paul Gulacy? No sé, pero cuando salió originalmente (en Vertigo) casi todos se resistieron y la saga pasó bastante desapercibida. Por suerte, los autores retuvieron los derechos y ahora Image recopiló la miniserie en un hermoso TPB, que con un poco de suerte venderá mejor que las revistitas.
De todos modos, es medio injusto comparar a S.C.I. Spy con aquellos clásicos ochentosos por un simple motivo: No hay forma humana de que hoy en día Gulacy dibuje como en aquel entonces. Hoy el dibujo del ídolo no sólo atrasa un poco (ya no están de moda los discípulos de Steranko, Russ Heath y Dan Adkins), sino que además perdió fuerza y hasta algo de su identidad. En las caras del protagonista por momentos parecen colarse trazos de Jordi Bernet, que no quedan lindos mezclados con el estilo Gulacy. Y la minita por momentos quiere parecerse a las chicas de los típicos comics noventosos de Image y eso tampoco garpa, para nada. Aún lejos de los 9 puntos habituales, Gulacy nos regala en este libro un montón de secuencias extraordinarias, muy bien planificadas y ejecutadas. No es el Gulacy al que veneramos los fans de Master of Kung-Fu, pero sigue siendo un capo de la narrativa, el dibujo realista de aventuras y la ciencia-ficción.
Al maestro Moench, en cambio, se lo ve afilado como en los buenos tiempos. Su protagonista, Sebastian Starchild, es el típico héroe ochentoso: canchero, rebelde, medio arisco, siempre propenso a cuestionar las órdenes de sus superiores, pero copado, buen tipo, sin miedo a jugarse la vida mil veces para salvar a medio universo, sin pedir nada a cambio. La trama recontra-funciona. Tiene acción a patadas, conspiraciones, intrigas, espionaje, piñas, rayos, genocidios, chistes, garches, persecuciones, giros impredecibles, villanos todavía capaces de pelear por la redención, planes de uno y otro bando bastante lógicos… Lo único que no termina de cerrar, el único factor 100% inverosímil, es la cantidad de peligros de los que zafan los buenos casi sin despeinarse. Posta, a Starchild le falta untar las tostadas con anthrax, nomás. Es el único riesgo que no corre a lo largo de estas casi 150 páginas plagadas de peligros imposibles y trampas hiper-mortales. Moench se cuida bastante de mostrarnos que los agentes de S.C.I., incluso los que no tienen implantes robóticos, cuentan con una tecnología mega-avanzada y super-pulenta que es casi siempre la que le permite a Starchild salir ileso de los mil y un kilombos en los que se mete. Pero igual es mucho.
La tecnología juega un rol importantísimo en la saga, y si no sos fan de la ciencia-ficción te podés llegar a aburrir con tanto tecno-chamuyo. Pero es parte de lo que hace tan atractivo al mundo en el que se desarrolla la aventura. Además, si sos fan de la ciencia-ficción, lo vas a amar, porque Moench se mete con un montón de tópicos clásicos sin regurgitar ninguno: nano-bots, invasiones alienígenas, bebés criogenizados, implantes robóticos, clones infinitos, androides, wormholes y agujeros negros, y hasta una inteligencia humana transplantada a una hiper-computadora capaz de controlar a las fuerzas de seguridad de media galaxia. Esto es un verdadero festival de la ciencia-ficción, con ideas como para dos largometrajes de Star Trek o tres álbumes de Valérian.
S.C.I. Spy es un comic de entretenimiento, sin más pretensiones que las de divertirnos y hacernos flashear un rato. Pero es un muy buen comic de entretenimiento y si te gustan las historias de espionaje con naves espaciales y alienígenas, le vas a levantar un monumento a estos dos próceres que trabajan juntos desde los ´70 y muy rara vez defraudan.
Published on March 30, 2011 16:52
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