Andrés Accorsi's Blog, page 241
December 5, 2011
05/ 12: DECIME CUAL-CUAL-CUAL ES TU NOMBRE

Me quedaba por responder algunas de las cuestiones planteadas por los lectores del blog respecto de las traducciones, más precisamente en lo referido a los nombres de los personajes.
Sebastián Píriz decía con buen criterio "¿Cuál es la necesidad de traducir un nombre? Si yo voy a USA no me van a decir John en lugar de Juan". Totalmente de acuerdo. Por eso son tan aberrantes las traducciones donde Bruce Wayne es Bruno Díaz, Dick Grayson es Ricardo Tapia y así, hasta llegar a que Guy Gardner se llame Gil Garza (no es chamuyo, en México lo tradujeron así). Los nombres hay que traducirlos sólo si dicen algo acerca del personaje. Bruce Wayne no dice nada acerca de este tipo, Groo tampoco, Mafalda tampoco.
El problema es que en el comic de superhéroes los nombres casi siempre definen a los personajes, nos hablan de quiénes son y de qué hacen. Punisher no se llama así porque sí, porque a su mamá le parecía un lindo nombre. Se llama así porque castiga, y si no sabés inglés, ¿cómo sabés que Punisher significa Castigador? Necesitás que el nombre del personaje se traduzca a tu idioma. Para el que no sabe inglés, llamarse Punisher o Wolverine no es muy distinto de llamarse Bulanfredo o Garnóculo. Son letras puestas al azar, soundbites que en castellano no dicen nada.
Como bien dice Gustavo Ippolito (que coincide conmigo más que yo mismo), "personajes como Green Arrow, Wonder Woman o Spider-Man son perfectamente traducibles y me parece imperdonable no hacerlo. Cabe destacar que no son nombres propios, sino alias, y me parece que se pierde algo de sentido al no traducirlos". Me gustó lo de "alias". Los nombres de los superhéroes son como los sobrenombres: a diferencia de los nombres, dicen algo de quien los porta. A uno no le dicen "Gordo" si no es gordo, ni "Negro" si es blanquito, ni "Freak" si parece un ser humano. Y si dicen algo sobre la persona, es importante entender qué dicen. Mirá hasta qué punto esto es así que en Italia, cuando publicaron El Negro Blanco, le pusieron Bruno Bianco. El personaje en realidad se llamaba Roberto, pero los tanos entendieron la importancia del apodo y le pusieron Bruno, que en italiano significa "morocho".
O sea que para mí, lo ideal sería que los superhéroes tuvieran todos nombres en castellano (o en el idioma que se use donde se publican). No pretendo aplicar esto a Batman o Superman, que son marcas recontra-establecidas, porque uno también es mínimamente realista. Pablo Zambrano dice "El nombre de Superman es perfectamente traducible, de hecho allá por los ´40 creo que acá salía publicado como "el Superhombre". Sí, es así. De hecho, acá al ladito, en Brasil, aún hoy se lo publica como Super-Homem. Pero en Brasil hay desde siempre una fuerte tradición de resguardo de su idioma. Acá no. Acá nos hacemos los guachos-winner y queremos Star Wars, Walking Dead, Spider-Man y Green Lantern. Llegás a publicar un comic o a estrenar una peli donde a Superman le digan "Superhombre" y no te banca ni el loro, por bueno que sea el producto.
A veces te madruga el cine, por ejemplo, y ahí cagaste. Hoy ya no se puede traducir Hellboy, por ejemplo. Ya está impuesto así, en inglés, gracias a la hiper-campaña publicitaria de las películas. Lo mismo pasa con Wolverine, el eterno ejemplo del superhéroe cuyo nombre requiere urgente una buena traducción castellana (no Lobezno, ni Guepardo, ni –Dios nos libre- Topo). La costumbre y los años hacen todo más difícil. Hoy se complicaría, por ejemplo, traducir bien a Beast, que no es Bestia, sino Fiera (de hecho, en Brasil se llama Fera). O los Wonder Twins, que acá les dicen Gemelos Fantásticos y en realidad son mellizos, no gemelos. Ni hablar de Joker, Green Lantern o Hawkman, que acá se conocen con traducciones erróneas, una heredada de la serie de TV de los ´60 y las otras dos de la nefasta editorial Novaro, la de Bruno Díaz y Gil Garza. Estos tres últimos personajes tienen que ver con la época de DC que me tocó traducir a mí en Perfil, así que me los guardo para ese post que prometí, dedicado a esas traducciones en particular.
Para el que disfruta leyendo los nombres de los personajes en inglés, están los comics en inglés. Uno supone que el que compra una versión traducida (casi siempre cara y/o berreta) es porque necesita que la historieta esté en un idioma que pueda entender. Y escatimarle a ese tipo la explicación de por qué cada héroe o villano se llama como se llama es meterle la mano en el bolsillo.
Published on December 05, 2011 11:33
December 4, 2011
04/ 12: ETNICA Vol.2

Como saben todos los que leyeron este blog el 28 de Mayo de este año, Etnica es una revista/ libro dedicada a nuclear a los autores de toda Latinoamérica en una publicación gestada en Venezuela pero con alcance continental. La propuesta combina historieta con algo de ilustración y con artículos, entrevistas y noticias, siempre centradas en la producción de los autores latinoamericanos.
Lo más notable de esta segunda entrega es lo holgadamente que superó a la primera, por lo menos en el rubro más sensible, que era la calidad de los dibujantes. En aquel primer número había un puñado de dibujantes realmente precarios, sin nivel para compartir las páginas de una antología con autores de primer nivel, que también los había. Este número, en cambio, es sumamente placentero para la vista, excepto por las páginas de texto, en las que se insiste con un diseño gráfico chato, anticuado, que no refeleja el interés que revisten los artículos.
Pero lo importante, que son las historietas, están mucho mejor. México aporta dos de las historias mejor dibujadas: El Devorador de Almas y Xantico, una a cargo de Andrés Esparza Ramírez y la otra a cargo de José Luis Pescador, dos dibujantes realmente excelentes. Pescador podría ajustar un toquecito más la narrativa, pero los dos son verdaderos virtuosos y Esparza Ramírez está, además, apoyado por muy buenos coloristas.
Este número tiene autores de menos países (no hay material de Colombia, Chile y Uruguay) pero... hay un ecuatoriano! No me pregunten cómo, pero Etnica hizo aparecer a un historietista del país de Sudamérica con menos tradición historietística, y encima es MUY bueno! De nuevo, tiene que ajustar cositas de la narrativa, pero Paco Pincay se perfila como un referente ineludible en su propio país, siempre ausente cuando se habla del Noveno Arte. Perú, por su parte, encontró en Javier Quijano a un representante mucho más competente que los que vimos en el primer número. Paraguay vuelve a jugar su as de espadas, el maestro Roberto Goiriz, y lo mismo hace Bolivia, desde donde llega la mejor historieta del tomo, una auténtica joya de Joaquín Cuevas (a quien vimos hace poquito protagonizar su propia antología).
Venezuela, el local, ofrecía muchos dibujantes realmente pobres en el primer número. Esta vez, con Francisco Villoria y Sammy Rodríguez levanta bastante la puntería, mientras Iván Santiago sigue en busca de una identidad gráfica más personal, menos derivativa. Por lo menos narra bien, que no es poco. Argentina desembarcó fuerte en el Vol.2 con una tropa integrada por Alejandro Aguado (Episodios Patagónicos), Taro (Alter Ego) y la dupla Ricardo Ferrari-Diego Aballay (Los Hermanos), todos autores vinculados al grupo La Duendes y todos con un nivel más que competente.
Entre las ilustraciones hay trabajos realmente magníficos de César Carpio Guerra (de Perú) y Jorge Lucas (uruguayo/ argentino), más la gloriosa portada del brasileño Rafael Albuquerque y varios artículos bien escritos. Como siempre, el rubro artístico más endeble es el de los guiones, un poco porque es difícil narrar buenas historias en pocas páginas y otro poco porque en la mayoría de los países de Latinoamérica no hay una tradición fuerte de guionistas. Nunca hubo fuera de Argentina un Oesterheld, un Trillo, un Robin Wood, un tipo que brillara por encima de los dibujantes y definiera (o redefiniera) la forma en la que las dsitintas generaciones leyeron historietas. Aún así, hay pocos guiones malos y varios muy buenos, obviamente con el de Joaquín Cuevas a la cabeza, sin texto pero con un mensaje, un clima y una estructura brillantes.
O sea que el Vol.2 de Etnica marca una evolución tan importante respecto del Vol.1 que hasta se le puede recomendar al que leyó aquel primer tomo y no quedó satisfecho. Por supuesto, se la recomiendo también a todos los interesados en la historieta latinoamericana contemporánea, ese fenómeno en constante crecimiento del cual este blog se hizo muchísimo cargo a lo largo de estos dos años, pero que todavía está básicamente inexplorado por los viñetófilos argentinos.
Published on December 04, 2011 15:03
December 3, 2011
03/ 12: GOTHAM CENTRAL Vol.2

Segundo hiper-TPB con 12 números de aquella maravillosa serie que supo jerarquizar al mainstream de DC en la primera mitad de la década pasada. Y la verdad es que es un libro largo, denso, con mucho para leer. Esta no era la típica serie en la que en cada numerito mensual no pasaba un carajo y eso se nota mucho al leer 12 episodios seguidos. Acá sí, el TPB normal, el de seis numeritos, también garpaba. Y el de 12 directamente te devasta.
Arranca con unitario muy lindo centrado en Stacy, la recepcionista que tiene entre sus funciones la de encender la bati-señal cuando se pudre todo. Después viene una saga larga contra el Joker, por ahí la más impactante del tomo, pero seguramente no la mejor. Está muy buena porque te pone muy nervioso, nunca sabés quién puede llegar a ser boleta, ni cómo. Pero siempre sospechás que al final va a tener mucho peso Batman y eso, si bien no es trampa (porque es parte de la consigna de cualquier serie ambientada en Gotham), no es lo ideal. En realidad lo ideal sería que los canas se las rebuscaran para ganarle a los villanos, pero como eso les restaría mucha chapa a estos últimos, los guionistas siempre se guardan al bati-oreja como último recurso. Por supuesto, este es un Joker malo de verdad, extremadamente jodido, y los costos que va a haber que pagar para frenarlo van a ser altísimos.
Después viene una trilogía muy, muy buena, Life is Full of Dissapointments, que tiene varias particularidades. Por un lado, no aparece ningún villano disfrazado, es el típico caso policial donde lo importante es la investigación, el procedimiento. Y por el otro, los guionistas pelan un truco muy lindo gracias al cual el protagonismo va pasando de mano en mano y varias duplas de inspectores tienen la oportunidad de lucirse. Ah, y aparece unas paginitas Huntress, pero no revolea una sóla patada.
Para terminar, otro arco extenso, esta vez con dos villanos implicados (aunque uno resulta no tener nada que ver con el crimen que investiga la cana) y esta vez con protagonistas mucho más definidos: casi todo pasa por la dupla integrada por Marcus Driver y Josie MacDonald. Pero aún así, ambos inspectores son eclipsados por una figura del pasado del G.C.P.D., el glorioso Harvey Bullock, que reaparece luego de su expulsión de la fuerza (algo que sucedió antes del inicio de esta serie) y cumple un rol absolutamente central (e impredecible) en la saga.
Con estas tramas y estos personajes, Ed Brubaker y Greg Rucka vuelven a dar cátedra acerca de cómo se cuenta un policial bien pensado, creíble, rico y jugado en un universo donde existen los superhéroes. Casi no aparece Renée Montoya, que era la que más chapa tenía en los primeros números, hay poco Maggie Sawyer, poco Crispus Allen, cero James Gordon, pero aún así el elenco conjurado por Rucka y Brubaker demuestra su enorme potencial, su profundidad, su carnadura humana, esa complejidad que los hace ver más de carne y hueso que de papel y tinta.
Y si hay algún pero, pasa por el lado de los dibujantes. En el tomo anterior nos malacostumbramos a tener en todos los episodios al maestro Michael Lark, y acá el ídolo dibuja apenas un puñadito de páginas. De los que vienen del banco de suplentes, el único que no da lástima es Stefano Gaudiano, que por suerte dibuja bastantes episodios. Los otros dos, Brian Hurtt y especialmente Greg Scott, son dibujantes limitadísimos, a los que les falta tomar hectolitros de sopa para aspirar siquiera al nivel de Lark. Con un Lark inspiradísimo, un Gaudiano más que correcto, un Hurtt al que se le notan las limitaciones y un Scott casi impresentable, la faz gráfica del tomo termina por verse bastante despareja, pero por suerte, las dos sagas más largas tienen a Lark, a Gaudiano e incluso a los dos juntos, los dos compenetrados en darle sentido, contenido y belleza a la grilla de cuatro tiras (sumamente infrecuente en los comic-books yankis) y en pintar una Gotham mucho menos estridente y más real que la que en esos mismos años (2003-04) mostraba –por ejemplo- Jim Lee en la saga de Hush.
Más allá de los dibujos, este es un comic de autor de gran nivel, que recontra-merece ser descubierto, o re-descubierto por los lectores de hoy, sobre todo ahora que está tan de moda ser fan de Brubaker.
Published on December 03, 2011 16:34
December 2, 2011
02/ 12: EL ESCORPION Vol.7

A falta de gitanos, buenos son los escorpiones. A esta altura del partido, el suizo Enrico Marini se sumó a la lista de las figuritas archi-repetidas, de los fetiches de este blog, y bueno, por suerte tenía un par de tomos de El Escorpión sin leer.
La última vez que lo visitamos (el 13/11 de 2010, hace más de un año) llegamos justo para el final de una saga compleja y ambiciosa, la de la cruz de San Pedro, saga que además le sirvió al guionista Stephen Desberg para presentarnos a los principales héroes y villanos de esta serie que ya lleva más de 10 años de éxito en Europa, pero que no sé si en Argentina tiene muchos fans. Lo cierto es que en este tomo se inicia una nueva saga, que tiene más que ver con el pasado del propio Escorpión, más precisamente con su madre y su padre. Como los grandes guionistas de superhéroes (pienso ahora en un Roy Thomas), Desberg aprovecha ese momento sensible, de vulnerabilidad histórica, el momento de meterse con las raíces del personaje, para pegar un retro-sacudón mortal, gracias al cual nada es lo que parece ser, pero no desde ahora, sino desde el primer día de vida de Armando, el Escorpión, el protagonista de la historia.
La revelación es más shockeante para el Escorpión que para los lectores, que ni bien Desberg sugirió cierta vaguedad en la explicación del pasado de Armando, supusimos por dónde podía venir la mano. Lo cual habla bien del guionista, porque quiere decir que ese volantazo no es un delirio de trasnochados, sino algo que venía construyendo sutilmente, con pistas que los lectores pudimos decodificar sin que los personajes explicitaran absolutamente nada. A partir de ahí, la relación entre el héroe y el villano (el maligno noble romano Trebaldi, convertido en un papa cruel y despiadado) va a cambiar forzosamente y seguramente el rumbo de los próximos tomos se disparará en direcciones muy distintas a la de la saga que abarcó las seis primeras entregas.
Ya de movida, en este tomo todo sucede en Roma, ya no galopamos junto al Escorpión y sus amigos por locaciones exóticas. Con el jodido de Trebaldi atrincherado en el cargo de mayor jerarquía de la Iglesia Católica, la mano va a venir por el lado de la intriga palaciega, me parece, y no tanto por el lado de la aventura onda Indiana Jones. Por supuesto, Desberg no desaprovecha el hecho de que el papa es el villano. Por el contrario, lo usa a full para bajar línea a cuatro manos acerca del oscurantismo, la crueldad, el machismo y la hipocresía de esos señores que dicen ser representantes de Dios en la tierra. De pronto, además de las peleas y los garches, hay más atención al entorno socio-cultural del Escorpión y eso se agradece muchísimo.
Y como tantas veces repito, todo eso podría ser reemplazado por un guión más choto que los que le escribe Durán Barba a los oligofrénicos del PRO, porque el dibujante es Enrico Marini, y si dibuja Marini está todo bien. Este tomo salió en Francia en 2006, cuando el estilo del ídolo ya estaba recontra-afianzado, a años luz de aquellos coqueteos con Katsuhiro Otomo que veíamos en los primeros álbumes de Gypsy, con esa sana influencia del comic yanki muy bien combinada con la narrativa europea, ciertos detalles que me recordaron a Eduardo Risso, unos primeros planos electrizantes, un homenaje a Las Siete Vidas del Gavilán... y por sobre todo eso, un color sencillamente majestuoso, en el que los engamados varían para acompañar a los distintos climas que sugiere el guión y donde cada escena tiene sus tonalidades propias. Hay páginas de muchos cuadros, en las que vemos varias escenas distintas, y sin embargo Marini pilotea el color con maestría para que nada parezca un pastiche, ni un tapiz bizarro, sino que todas las escenas se integren armónicamente sin perder identidad. Un trabajo realmente formidable de este suizo hijo de tanos.
Tengo otro tomito sin leer, así que por ahí antes de fin de año le entro. Aguante el Escorpión!
Published on December 02, 2011 13:55
December 1, 2011
01/ 12: LOS MAS VENDIDOS DE NOVIEMBRE

Tal vez por última vez (todavía no sé si sigue el blog en 2012) repasamos los títulos más vendidos durante el mes que se acaba de terminar y a través de mi pequeña distribuidora.
Noviembre es tradicionalmente un mes flojo y este año se respetó la tradición: si bien no fue desastroso, se vendió un poco menos que en Octubre (y esperemos que mucho menos que en Diciembre). Veamos cuáles fueron los hitazos de uno de los meses no-hitazo.
1) Gaturro Vol.18 (De la Flor)
2) Peter Kampf lo Sabia (Ojodepez!)
3) Edgar Allan Poe: Cuentos (Ojodepez!)
4) Correrías del Sr. y la Sra. Rispo (Llanto de Mudo)
5) La Invención de Morel (De la Flor)
6) Bife Angosto Vol.2 (De la Flor)
7) Comiqueando Extra n.17 (Freakshow)
8) Cine Superheroico (Fan)
9) Lule le Lele: 10 Años (Deux)
10) Cosas que te Pasan si Estás Vivo (Común)
Y no, la Komikku no salió y ya no creo que vaya a salir, con lo cual el primer puesto se lo llevó el nefasto Gaturro, sin pelearlo siquiera con ningún otro lanzamiento. Esto permitió que De la Flor (que el mes pasado se quedó afuera del ranking) volviera, y con todo: el primer puesto y dos más, uno de ellos para otra novedad de Noviembre que anduvo bien (aunque dudo que se mantenga varios meses en el ranking) y que fue la adpatación al comic de La Invención de Morel a cargo del francés Jean Pierre Mourey.
Fan volvió al ruedo con dos libros de los cuales uno sólo (Cine Superheroico) entró al Olimpo de los más vendidos y Editorial Común salió muy cerca de fin de mes con el recopilatorio de las historietas autobiográficas de Liniers que –no tengo dudas- este mes va a vender mucho más que en Noviembre, sobre todo porque el Vol.9 de Macanudo va a salir recién en Marzo o Abril. El resto de las novedades no entraron al ranking, o bien porque salieron casi a fin de mes, o bien porque no suscitaron en interés de las comiquerías.
Los dos títulos con los que volvió Ojodepez! perdieron la punta, pero no las buenas ventas. La Comiqueando que salió en Septiembre sigue aguantando decorosamente allá arriba, al igual que el libro de Lule le Lele, y los dos puestos restantes se los quedaron dos hitazos insumergibles como son el Bife Angosto de Gustavo Sala y el Sr. Rispo de Diego Parés. El Vol.2 de 365 Comics por Año no figuró, pero por poquito. Por suerte, se sigue vendiendo dignamente. En Noviembre, incluso, se vendió bastante el Vol.1.
Veremos qué onda Diciembre. En los papeles, tendría que ser un mes de excelentes ventas. Y también en los papeles, tendremos un nuevo número de La Murciélaga y nuevos libros de los inolvidables Trillo y Meglia, la uruguaya Maco, Jorge Limura, Pupi Herrera, una antología coordinada por Alejandro Farías repleta de nombres grossos y seguramente alguna pulenta más de la que me estoy olvidando.
Ahora que miro el calendario, el 31/12 cae sábado, así que si ese día termina el blog, igual puedo repasar los más vendidos de Diciembre (o de 2011, mejor) porque ya voy a tener las cifras definitivas. Si el blog sigue, lo haremos –como este año- durante los primeros días de Enero.
Published on December 01, 2011 17:46
November 30, 2011
30/ 11: CAGE

Finalmente y tras buscarla muchos años, pude conseguir esta gema semi-oculta de la Tercera Era de Oro de Marvel, la de Bill Jemas y Joe Quesada, la que apostaba fuerte al comic de autor y proponía –desde el sello MAX- versiones más jugadas y más adultas de los íconos heroicos de la editorial. Así aparece esta saga de Cage en 2002, y Luke Cage ya nunca será el mismo. Ese Cage que vimos en Alias y hoy vemos en algún título de Avengers no se parece en nada al de los ´70 y ´80, sino más bien a este, al que Brian Azzarello y Richard Corben redefinieron a principios de este milenio.
El argumento no es nada del otro mundo: Luke Cage cae en medio de una guerra entre tres bandas de delincuentes que se disputan el control sobre un sector muy pobre de un barrio que parece ser el Bronx. Se mete medio a presión, rosquea con unos, rosquea con otros y al final deja que se maten entre ellos. Nada demasiado original ni demasiado heroico. La gracia está en cómo Azzarello desarrolla esta trama a través de las 110 páginas que tiene para trabajar. Hay varios puntos sobresalientes en el guión (que levanta un vuelo con el que el argumento no puede ni soñar), pero yo destaco dos:
El primero tiene que ver con el propio Luke Cage, con su evolución como personaje, con la forma en que Azzarello define su personalidad y Corben redefine su apariencia. Acá despunta un Cage heavy de verdad, un tipo con el que no querés tener ningún problema, porque –menos sacar un chumbo y bajarte de un corchazo- es capaz de hacerte cualquier cosa. Hábil para rosquear con los malvivientes, implacable para sacar información, ganador con las minas, maduro como para no dejarse ganar por la bronca que le genera el mundo injusto en el que se mueve, este Cage es un jugador realmente temible, un recio, un duro que opera al margen de la ley y no tiene miedo de enchastrarse hasta el alma para que gane la justicia. O por lo menos SU justicia.
Lo otro muy notable es cómo Azzarello arma el contexto, cómo nos mete en este submundo hostil y cuasi-salvaje, cómo maneja los códigos y hasta la forma de hablar de este lumpenaje al límite del cual él (graduado de Bellas Artes de la ciudad de Chicago) no forma parte ni remotamente. Sin embargo, como en 100 Bullets, sus gangstas se sienten reales, genuinos, no son estrellas del hip-hop con mansiones carísimas haciéndose los pibes chorros en un videoclip. Los "ballers" de la barrita de Clifto son pibes chorros de verdad y lo mejor de todo es que Azzarello no los caricaturiza ni los estigmatiza. De hecho, se toma el laburo de dejarte pensando en lo chota que es la vida de esos pobres pibes, eternamente condenados a un status quo de violencia, criminalidad, ignorancia y ninguneo por parte de las autoridades, simplemente por ser negros y pobres. Es gente, claro, pero molesta, porque huele mal y se porta peor. Y el resto, en vez de preguntarse por qué huelen mal y se portan peor, opta por la fácil: hacerlos mierda y barrerlos abajo de la alfombra, para que no jodan más.
Lo que sí es un poco caricaturesco es el dibujo del maestro Richard Corben. Pero es siempre así, no sólo en Cage. Acá el ídolo va de una punta a la otra, de una estética realista y careta tipo Steve Dillon, a viñetas más mugrientas y retorcidas tipo Robert Crumb. Y todo eso sin perder coherencia, sin que parezca que hay más de un dibujante, sin que el ojo se distraiga de la historia que nos quieren contar. Los hallazgos de Corben en materia de dibujo y narrativa son unos cuantos (el tiroteo del cuarto episodio y la trifulca del quinto son impresionantes), pero el esfuerzo principal del maestro está puesto en los climas. Y ahí entra en juego un ancho de espadas, que es el color de José Villarrubia, el poeta del photoshop. No sé si fue Corben o el propio Villarrubia, pero alguien tuvo la brillante idea de darle al color más protagonismo que en el comic promedio. Además de poner los colores (magníficos, de punta a punta), Villarrubia agrega unas texturas perfectas, que ensucian el dibujo de Corben y a la vez lo levantan. Entre dibujo, color y texturas, Corben y Villarrubia logran climas sencillamente asfixiantes, que se te impregnan y te acompañan incluso cuando terminás el libro. Un deleite.
Y bueno, cuando te den un poquito de desconfianza Barack Obama, Beyonce, Lenny Kravitz y todos esos negros ricos y glamorosos, acá te va a estar esperando Cage para mostrarte otra visión, más jodida pero más honesta, de la realidad de los afroamericanos en las grandes urbes yankis. Power, man.
Published on November 30, 2011 13:32
November 29, 2011
29/ 11: KING OF NEKROPOLIS

Hora de reencontrarnos con uno de los fetiches de este blog, el genio croata Danijel Zezelj. Esta vez la felicidad es doble: no sólo tengo en mis manos una nueva novela gráfica escrita y dibujada por el ídolo, sino que además se trata de una edición argentina, a la que casi cualquiera que se lo proponga puede acceder sin mayor dificultad.
Lo más importante es, ante todo, la calidad de King of Nekropolis. Y por suerte estamos ante una obra realmente excelente, rica en lecturas, en climas, en silencios, y con un guión que nos muestra a Zezelj en un nivel altísimo, muy por encima de lo que habíamos visto (a principios del año pasado) en Rex. Acá, el croata nos cuenta un drama familiar conmovedor, profundo, complejo, pero disfrazado de hard boiled. De las 96 páginas que tiene la novela, más de 70 siguen a rajatabla los preceptos del hard boiled, aunque sin femme fatales. De pronto, el guión pega un giro impredecible y la relación entre los personajes se modifica de golpe (aunque con total coherencia) para que ya nada sea lo mismo. Así, las últimas páginas se convierten en un panorama que se abre hacia la incertidumbre, la perplejidad y –lo mejor de todo- las secuencias más jugadas, más honestas, más fuertes de la novela.
Zezelj dosfica perfectamente la información, de modo que, cuando revela su jugada maestra, el lector haya tenido la chance (en mi caso desaprovechada) de haber deducido la verdad antes de que los personajes la expliciten. Para lograrlo, mecha con maestría los flashbacks a la infancia y juventud de Azz (¿homenaje a Azzarello?), el protagonista de King of Nekropolis. Los flashbacks le agregan sustancia y complejidad a la trama y más carnadura humana a un protagonista que –de otro modo- resultaría demasiado frío y desapasionado. Y cuando llegan las revelaciones, impactan de verdad, te sacuden en tu asiento mientras pensás "No! ¿En serio? Qué boludo, cómo no me di cuenta!".
El único defecto que se le podría achacar a King of Nekropolis es que cuenta en 96 páginas una historia que bien podría haberse contado en 32. Zezelj elige un ritmo exasperantemente pachorro, casi de cine francés. El croata se juega muchísimo a crear climas con silencios, miradas, paisajes... viñetas y viñetas, páginas y páginas, en las que la acción no avanza. Pero logra su cometido: te pone nervioso, te mete en la historia, transmite con fuerza su mensaje de memoria, verdad y justicia, te deja pensando acerca de la libertad, la identidad, lo que dejamos cuando nos vamos de este mundo... y además prescinde casi por completo de la machaca. En toda la novela habrá... siete u ocho viñetas en las que se reparten piñas, patadas o fierrazos en la cabeza.
Por supuesto, toda esta triquiñuela de estirar con los climas, silencios y paisajes funciona porque todo está dibujado como la hiper-concha de Dios por un Zezelj inspiradísimo, que una vez más nos regala con ilimitada generosidad su pasmoso dominio sobre el claroscuro. King of Nekropolis está llena de cositas de Alberto Breccia, del primer Enrique Breccia, de José Muñoz... todos los grandes del claroscuro conviven en esta ciudad en la que manchas negras, espacios blancos, esfumados y fotos retocadas se entrelazan en una danza extrema, de increíble fuerza expresiva e inenarrable belleza plástica.
Y aún así, toda esa magia no alcanza para opacar el principal logro de Zezelj en esta obra que es el armado de las secuencias, la elección de los planos, la forma en que plasma la acción, las elipsis, todo lo que hace al ritmo del relato sorprende y gratifica incluso más que el hipnótico despliegue gráfico de un dibujante a esta altura superdotado.
Con trabajos como este, Danijel Zezelj hace méritos para que sus fans no lo veneremos sólo como a un eximio dibujante, sino también como a un historietista completo, a un narrador totalmente afianzado, con control molecular sobre el medio en el que incursiona. Larga vida a este Rey y ojalá esto venda mucho y pronto se editen más trabajos de Zezelj en Argentina.
Published on November 29, 2011 10:47
November 28, 2011
28/ 11: LA HORA DEL FAN SERVICE

No, tranqui... No se viene un post lleno de dibujos de minas en bombacha y corpiño. Este es fan service de otro nivel, es convertir a los fans y lectores del blog en protagonistas de un nuevo (y probablemente último) post acerca del tema de las traducciones. Los comentarios que dejaron en estas últimas semanas fueron tantos y tan interesantes, que me generaron ideas que quería compartir en este espacio.
Lucas Fulgi, por ejemplo, hacía mención las editoriales que traducen traducciones y recordaba (aunque sin precisión) un manga traducido desde el inglés al español.
Eso es MUY frecuente. En todo Occidente hay editoriales crotas que, en vez de contratar traductores que sepan japonés, ponen a cualquiera a traducir del inglés una edición yanki de ese mismo manga, o más fácil: a retocar la traducción española para cambiarle algún localismo. Una anécdota poco conocida es la de la edición argentina de Bone, que duró muy poquito, allá por 1998-99. El traductor era el mismísimo Carlos Trillo (!) y no traducía al castellano leyendo a Jeff Smith, sino que trabajaba a partir de la edición italiana que –según el maestro- tenía diálogos brillantes. Yo no lo puedo afirmar porque siempre leí Bone en inglés, pero –en principio- me parece un delirio traducir un comic yanki a partir de una traducción italiana.
Inevitablemente, íbamos a caer en el debate acerca de traducir o no los nombres de los comics. Sobre ese tema, Gustavo Ippolito decía "Ni hablar con la moda esta de mantener los nombres en inglés de las ediciones locales de revistas yankis. ¿Qué necesidad de ponerles "Amazing Spider-Man", Avengers o "Identity Crisis" cuando son títulos perfectamente traducibles? Claro, entiendo que así se deben ahorrar un dolor de cabeza en retoques de tapa".
No, no es tanto para ahorrarse dolores de cabeza, sino para ahorrarse unos mangos. De nuevo, las editoriales crotas eligen –con deleznable criterio- dejar los nombres de las revistas en inglés para no pagarle a un diseñador gráfico por crear un logo parecido al de Identity Crisis, pero escrito en castellano. Para mí, esa es la única explicación válida.
Pablo Zambrano ensaya otra. Dice "muchos mangas y manhwas de Ivrea cuyos títulos eran perfectamente traducibles (Fushigi Yugi o Nabi, por ejemplo), supongo que los dejaron en sus respectivos idiomas por una cuestion de que eran más cortos y marketineros". Y yo, claramente, no estoy de acuerdo. Si el título hace mención a algo (no a alguien), para mí hay que traducirlo. Y cuando no se traduce, es para ratonear unos pesitos, no por una cuestión de marketing, a menos –claro- que sea un título recontra-consagrado, que todo el mundo conoce en su idioma original. Dragon Ball, ponele. No hace falta ponerle "Bola de Dragón"... aunque en la edición catalana lo hicieron! En Cataluña, Dragon Ball se llama "Bola de Drac".
Pero el resto de los títulos (Rurouni Kenshin, Vagabond, Monster, Death Note, Saint Seiya...) si no son nombres propios, de personas físicas, me parece fundamental que se traduzcan al idioma en el que se van a consumir. Por ahí estoy loco, pero me parece más marketinero "El Cuaderno de la Muerte" que Death Note. Porque mucha más gente entiende de qué carajo estamos hablando con sólo ver el título. Los ponjas están en otra situación: para ellos sí, es mucho más marketinero ponerle a los mangas nombres en inglés que en japonés, porque el inglés les permite saltar hacia afuera de la islita. Es el trampolín para llegar al resto del mundo y los tipos piensan cada producto a partir de su impacto GLOBAL. Pero que nosotros nos enteremos de que existe tal manga a partir de un título en inglés, no quiere decir que en el habla hispana deba consumirse con ese título.
Pero esto es todo ideológico, son detalles sumamente opinables. Nada de esto hace a lo importante, que es la calidad (a mi juicio, bastante pobre) de la mayoría de las traducciones que consumimos los hispanoparlantes.
Y me quedé sin espacio para meterme con otro debate, que tiene que ver con las traducciones (o no) de los nombres de los personajes. Quedará para la próxima...
Published on November 28, 2011 12:43
November 27, 2011
27/ 11: DMZ Vol.8

Esta vez me aguanté poco y nada para retomar la durísima historia de esta New York convertida en zona de guerra gracias a la imaginación y la mala leche de Brian Wood y Riccardo Burchielli. Y una vez leído el tomo, llego a esta conclusión: maten a Matty Roth, ya. Es lo que no funciona en esta serie, ya no tengo dudas. Claro, es el protagonista, y por cómo se viene armando la trama, lo más probable es que en el próximo tomo, o a más tardar en el Vol.10, al que hagan mierda sea a Parco Delgado. Pero el que se merece morir ya y dejarle el protagonismo a otro personaje más copado, es Matty.
En este tomo, cuando reaparece su padre (después de varias sagas en el banco de suplentes) y lo inciniera en público, Matty pega un nuevo giro impredecible, pero además reprobable, imposible de bancar. Ya sabemos que es un pichi, un veleta que va para donde sopla el viento. Aún así, en la saga Hearts and Minds se va al carajo, mal. Y no sé si Wood tratará de recuperarlo, pero ya no me interesa. No dejo de comprar DMZ sólo porque deben faltar no más de cuatro tomos para el final y porque Wood escribe demasiado bien, y la temática me interesa demasiado. Los méritos para que uno mande a esta serie a la mierda están, y los hace todos Matty Roth, el protagonista, nada menos.
El primer arquito del TPB es una historia marginal, sin Matty, ni Zee, ni Parco, ni nadie. Está muy buena, es una historia dura, trágica, profunda, jodida... que se podría haber contado en muchísimas menos páginas. Leída en TPB, está todo bien. Te comprometés con la trama, seguís a full al personaje central (un ex-policía que perdió a su familia), vas para adelante más rápido que en un comic normal, pero sin sufrir. Ahora, el pobre gil que leía esto en su formato original de revistita con 22 páginas de historieta, se habrá querido matar: tres meses de tu vida y 9 dólares de tu billetera para leer... tres fetas de nada! Tres cachitos de una historia chiquita, con cero peso en la trama global, y encima dibujada por Ryan Kelly, que no es choto, pero está a años luz de ser un virtuoso o un distinto.
Y después sí, la más extensa Hearts and Minds, donde de nuevo ganan por goleada el bajón y la desesperanza. El Vol.7 situaba a Matty y al resto del elenco en un contexto más bien político, lo cual pintaba interesante. Se ve que para Wood era un embole, y en este tomo ya vuelven las tropas armadas, los combates en las calles, las explosiones y todo el bolonki de los primeros tomos, pero ahora con Matty metido ya no como testigo sino como protagonista (y en una de esas, artífice) de las matanzas. Hay algo así como un sustento ideológico para combatir, por lo menos por parte de "los buenos", pero todo está enchastrado con mentiras y corrupción, que ya no vienen sólo del lado de "los malos" (el gobierno de los EEUU, los medios masivos y el hiper-conglomerado Trustwell). O sea que de aquel tono esperanzador del Vol.6, no quedaron ni los más mínimos vestigios. Esta serie volvió a ser –como al principio- una lectura heavy metal, más dolorosa que una picadura de avispa en un huevo.
De Ryan Kelly (dibujante del primer arco) no vamos a hablar mucho más. Cualquier cosa, chequeá la reseña del Vol.2 de Northlanders, donde lo vimos en equipo con Wood, allá por principios de 2010. Y del compañero Burchielli ya hemos hablado muchísimo, pero tengo que repetir algo que comenté la vez pasada: qué pena que este tipo no aproveche las páginas de poquísimas viñetas para lucirse más. El tipo es bueno, narra bien, no necesita chorear fotos para crear un entorno absolutamente verosímil, pero por algún motivo, le escapa al lucimiento como las gatas a Pepe le Pew. ¿Será que no se considera ni remotamente virtuoso? ¿Será que lo adoctrinan a latigazos para que no se olvide jamás de que la estrella de DMZ es Brian Wood? ¿O tendrá poquísimo tiempo para laburar y por eso cuando hay pocas viñetas zafa con dibujos más grandes, pero sin ponerles ninguna dedicación extra? Un misterio...
Estirada hasta el infinito, con un protagonista patético y una temática de difícil digestión, DMZ ya dejó de figurar entre las series indispensables. La banco hasta el final, pero no la recomiendo con el fervor religioso de los primeros tomos.
Published on November 27, 2011 15:06
November 26, 2011
26/ 11: LANGER FOR EXPORT Vol.2

Entre tsunamis, Obamas, gripes porcinas, wikileaks, franjas de Gaza y elecciones en varios países, los últimos... dos o tres años fueron generosos en materia de sacudones impactantes para los que observan la política y la sociedad desde una óptica más global. Uno de esos es Sergio Langer, quien reincide en la editorial peruana Contracultura con un segundo libro de chistes centrados en las noticias, en la actualidad candente de esta fosa séptica a la que algunos llaman "planeta Tierra".
Este segundo tomo se diferencia del primero principalmente porque tiene muchos chistes basados en la realidad peruana, con menciones a la política, el espectáculo y hasta la gastronomía del país hermano, que seguramente si no sos peruano te costará entender. Otros chistes son más globales, se pueden entender en cualquier lugar de Latinoamérica, aunque no tengan localismos argentinos (sospecho que estos fueron reemplazados por localismos peruanos para esta edición). Los que no fueron reemplazados son los localismos españoles, en chistes y tiras que parecen realizados por Langer a pedido de algún medio de la Madre Patria.
Y por supuesto están los chistes que se entienden en cualquier país: los yankis hiper-obesos y su culto absurdo a los chumbos, los curas pedófilos, las atrocidades infinitas entre árabes y judíos, el daño sostenido al medio ambiente, la ambición desmedida de un capitalismo caníbal, la idiotez enlatada que venden los medios masivos, el boom fuera de control de Twitter y Facebook, el festival interminable de los políticos que mienten en campaña, el racismo, la pobreza... todos temas a los que Langer sigue de cerca hace años y en los que ya está descomunalmente afilado, siempre listo para entrar con los tapones de punta, a quebrar a la hipocresía, a la farsa, a la corrección política que sólo sirve para tapar abusos e injusticias.
Entre ese alud de chistes, se colaron dos historietas: una excelente, de la serie Clase Media (que sale en Barcelona) y una de dos páginas, Valium, con un dibujo impresionante, pero con un guión que apenas arrima a lo aceptable. El resto son chistes de una o dos viñetas, dibujados en estilos distintos. Acá vemos desde un Langer light, casi de línea clara, hasta un Langer visceral, poseído por un pincel salvaje, que potencia su expresionismo hacia el carajo y más allá. Incluso en estos chistes dibujados más al extremo, a la pincelada bestial, Langer gana en equilibrio al agregar las tramas mecánicas, otro rubro en el que el dibujante de La Nelly está cada día más canchero.
Y bueno, para seguirla, te tendría que contar los chistes y ya sabés que no da. Sólo me falta recomendar fervientemente este libro a todos los cultores del humor corrosivo, venenoso, de irreductible mala leche. Y envidiar sanamente a los amigos peruanos, que tienen la posibilidad de conseguir fácil y barato trabajos de Langer que acá, en su país, conocemos sólo los fans más hechos mierda.
Published on November 26, 2011 13:12
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