05/ 12: DECIME CUAL-CUAL-CUAL ES TU NOMBRE

Me quedaba por responder algunas de las cuestiones planteadas por los lectores del blog respecto de las traducciones, más precisamente en lo referido a los nombres de los personajes.
Sebastián Píriz decía con buen criterio "¿Cuál es la necesidad de traducir un nombre? Si yo voy a USA no me van a decir John en lugar de Juan". Totalmente de acuerdo. Por eso son tan aberrantes las traducciones donde Bruce Wayne es Bruno Díaz, Dick Grayson es Ricardo Tapia y así, hasta llegar a que Guy Gardner se llame Gil Garza (no es chamuyo, en México lo tradujeron así). Los nombres hay que traducirlos sólo si dicen algo acerca del personaje. Bruce Wayne no dice nada acerca de este tipo, Groo tampoco, Mafalda tampoco.
El problema es que en el comic de superhéroes los nombres casi siempre definen a los personajes, nos hablan de quiénes son y de qué hacen. Punisher no se llama así porque sí, porque a su mamá le parecía un lindo nombre. Se llama así porque castiga, y si no sabés inglés, ¿cómo sabés que Punisher significa Castigador? Necesitás que el nombre del personaje se traduzca a tu idioma. Para el que no sabe inglés, llamarse Punisher o Wolverine no es muy distinto de llamarse Bulanfredo o Garnóculo. Son letras puestas al azar, soundbites que en castellano no dicen nada.
Como bien dice Gustavo Ippolito (que coincide conmigo más que yo mismo), "personajes como Green Arrow, Wonder Woman o Spider-Man son perfectamente traducibles y me parece imperdonable no hacerlo. Cabe destacar que no son nombres propios, sino alias, y me parece que se pierde algo de sentido al no traducirlos". Me gustó lo de "alias". Los nombres de los superhéroes son como los sobrenombres: a diferencia de los nombres, dicen algo de quien los porta. A uno no le dicen "Gordo" si no es gordo, ni "Negro" si es blanquito, ni "Freak" si parece un ser humano. Y si dicen algo sobre la persona, es importante entender qué dicen. Mirá hasta qué punto esto es así que en Italia, cuando publicaron El Negro Blanco, le pusieron Bruno Bianco. El personaje en realidad se llamaba Roberto, pero los tanos entendieron la importancia del apodo y le pusieron Bruno, que en italiano significa "morocho".
O sea que para mí, lo ideal sería que los superhéroes tuvieran todos nombres en castellano (o en el idioma que se use donde se publican). No pretendo aplicar esto a Batman o Superman, que son marcas recontra-establecidas, porque uno también es mínimamente realista. Pablo Zambrano dice "El nombre de Superman es perfectamente traducible, de hecho allá por los ´40 creo que acá salía publicado como "el Superhombre". Sí, es así. De hecho, acá al ladito, en Brasil, aún hoy se lo publica como Super-Homem. Pero en Brasil hay desde siempre una fuerte tradición de resguardo de su idioma. Acá no. Acá nos hacemos los guachos-winner y queremos Star Wars, Walking Dead, Spider-Man y Green Lantern. Llegás a publicar un comic o a estrenar una peli donde a Superman le digan "Superhombre" y no te banca ni el loro, por bueno que sea el producto.
A veces te madruga el cine, por ejemplo, y ahí cagaste. Hoy ya no se puede traducir Hellboy, por ejemplo. Ya está impuesto así, en inglés, gracias a la hiper-campaña publicitaria de las películas. Lo mismo pasa con Wolverine, el eterno ejemplo del superhéroe cuyo nombre requiere urgente una buena traducción castellana (no Lobezno, ni Guepardo, ni –Dios nos libre- Topo). La costumbre y los años hacen todo más difícil. Hoy se complicaría, por ejemplo, traducir bien a Beast, que no es Bestia, sino Fiera (de hecho, en Brasil se llama Fera). O los Wonder Twins, que acá les dicen Gemelos Fantásticos y en realidad son mellizos, no gemelos. Ni hablar de Joker, Green Lantern o Hawkman, que acá se conocen con traducciones erróneas, una heredada de la serie de TV de los ´60 y las otras dos de la nefasta editorial Novaro, la de Bruno Díaz y Gil Garza. Estos tres últimos personajes tienen que ver con la época de DC que me tocó traducir a mí en Perfil, así que me los guardo para ese post que prometí, dedicado a esas traducciones en particular.
Para el que disfruta leyendo los nombres de los personajes en inglés, están los comics en inglés. Uno supone que el que compra una versión traducida (casi siempre cara y/o berreta) es porque necesita que la historieta esté en un idioma que pueda entender. Y escatimarle a ese tipo la explicación de por qué cada héroe o villano se llama como se llama es meterle la mano en el bolsillo.
Published on December 05, 2011 11:33
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