Andrés Accorsi's Blog, page 245

November 2, 2011

02/ 11: LOS MAS VENDIDOS DE OCTUBRE

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Al final, en Octubre no salió ninguna novedad. Digo, de las editoriales con las que yo trabajo. Ni una, eh? Y aún así, la venta en comiquerías superó las cifras de Septiembre y convirtió a Octubre en el mejor mes en lo que va de los últimos... cuatro años y medio, ponele.
Vamos con la lista de los diez más vendidos.
1) Comiqueando Extra n.17 (Freakshow)
2) Peter Kampf Lo Sabía (Ojodepez!)
3) Edgar Allan Poe: Cuentos (Ojodepez!)
4) Lule le Lele: 10 Años (Deux)
5) Acero Líquido (LocoRabia/ Belerofonte)
6) Alfredo Grondona White (La Duendes)
7) Correrías del Sr. y la Sra. Rispo (Llanto de Mudo)
8) Ordinario (Llanto de Mudo)
9) Amasala (+info)
10) 365 Comics por Año Vol.2 (Llanto de Mudo)

Como es costumbre, la Comiqueando se quedó en el primer puesto un mes más, porque la compraron comercios que no hicieron pedido en Septiembre, o lo recibieron antes de que saliera la revista. Y porque muchos se quedaron cortos y pidieron reposición, claro. Los riesgos lógicos de pedir cantidades muy justas...
Los dos libros nuevos de Ojodepez! vendieron mucho más que en Septiembre, porque habían salido muy cerca de fin de mes. El de Peter Kampf, además, amenaza con convertirse en un greatest hit, no sólo de 2011. Merecidísimo, por cierto.
Otras novedades que salieron a fines de Septiembre y se afianzaron este mes fueron el libro de Lule le Lele y el del maestro Alfredo Grondona White. El mes pasado ninguno de los dos entró al ranking, pero este mes sí, primero porque vendieron más y segundo porque no fueron eclipsados por otras novedades más power, porque no hubo.
A falta de novedades, buenos son los longsellers, los tanques insumergibles que venden siempre. Ahí están, como casi siempre, desafiando al tiempo, Acero Líquido, Correrías del Sr. y la Sra. Rispo y Ordinario, tres de los libros más taquilleros de los últimos meses, a años luz de las coyunturas y las gaturradas. Y apareció otro hitazo de 2010 que hacía mucho que no figuraba: impulsado por vaya a saber qué vientos, levantó vuelo Amasala y se coló en un puesto del ranking que habitualmente ocupa Gustavo Sala, pero con sus Bifes Angostos.
Entre estos hitazos nuevos y viejos se armó un ranking tan raro, que no entró ninguna publicación de Ediciones de la Flor, que siempre tiene su quintita dentro de los más vendidos. Muy loco.
Al fondo de la tabla, en zona de Promoción y aferrado con uñas y dientes, quedó el segundo libro de este blog, que vendió muy bien, pero fue atropellado por todos los tanques ya mencionados. Todavía estamos lejos de las cifras de venta del Vol.1, pero claro, aquel se empezó a vender casi seis meses antes. Y se sigue vendiendo, eh? Poquito, pero todavía tira, el ya mítico Vol.1. Veremos si el Vol.2 aguanta un mes más en el ranking.
Para Noviembre... ojalá salga la Komikku que viene demorada. Si no sale, seguramente el primer puesto se lo llevará el tomo nuevo de Gaturro que anuncia De la Flor para este mes. Y eso sí que es doloroso...
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Published on November 02, 2011 15:18

02/ 10: LOS MAS VENDIDOS DE OCTUBRE

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Al final, en Octubre no salió ninguna novedad. Digo, de las editoriales con las que yo trabajo. Ni una, eh? Y aún así, la venta en comiquerías superó las cifras de Septiembre y convirtió a Octubre en el mejor mes en lo que va de los últimos... cuatro años y medio, ponele.
Vamos con la lista de los diez más vendidos.
1) Comiqueando Extra n.17 (Freakshow)
2) Peter Kampf Lo Sabía (Ojodepez!)
3) Edgar Allan Poe: Cuentos (Ojodepez!)
4) Lule le Lele: 10 Años (Deux)
5) Acero Líquido (LocoRabia/ Belerofonte)
6) Alfredo Grondona White (La Duendes)
7) Correrías del Sr. y la Sra. Rispo (Llanto de Mudo)
8) Ordinario (Llanto de Mudo)
9) Amasala (+info)
10) 365 Comics por Año Vol.2 (Llanto de Mudo)

Como es costumbre, la Comiqueando se quedó en el primer puesto un mes más, porque la compraron comercios que no hicieron pedido en Septiembre, o lo recibieron antes de que saliera la revista. Y porque muchos se quedaron cortos y pidieron reposición, claro. Los riesgos lógicos de pedir cantidades muy justas...
Los dos libros nuevos de Ojodepez! vendieron mucho más que en Septiembre, porque habían salido muy cerca de fin de mes. El de Peter Kampf, además, amenaza con convertirse en un greatest hit, no sólo de 2011. Merecidísimo, por cierto.
Otras novedades que salieron a fines de Septiembre y se afianzaron este mes fueron el libro de Lule le Lele y el del maestro Alfredo Grondona White. El mes pasado ninguno de los dos entró al ranking, pero este mes sí, primero porque vendieron más y segundo porque no fueron eclipsados por otras novedades más power, porque no hubo.
A falta de novedades, buenos son los longsellers, los tanques insumergibles que venden siempre. Ahí están, como casi siempre, desafiando al tiempo, Acero Líquido, Correrías del Sr. y la Sra. Rispo y Ordinario, tres de los libros más taquilleros de los últimos meses, a años luz de las coyunturas y las gaturradas. Y apareció otro hitazo de 2010 que hacía mucho que no figuraba: impulsado por vaya a saber qué vientos, levantó vuelo Amasala y se coló en un puesto del ranking que habitualmente ocupa Gustavo Sala, pero con sus Bifes Angostos.
Entre estos hitazos nuevos y viejos se armó un ranking tan raro, que no entró ninguna publicación de Ediciones de la Flor, que siempre tiene su quintita dentro de los más vendidos. Muy loco.
Al fondo de la tabla, en zona de Promoción y aferrado con uñas y dientes, quedó el segundo libro de este blog, que vendió muy bien, pero fue atropellado por todos los tanques ya mencionados. Todavía estamos lejos de las cifras de venta del Vol.1, pero claro, aquel se empezó a vender casi seis meses antes. Y se sigue vendiendo, eh? Poquito, pero todavía tira, el ya mítico Vol.1. Veremos si el Vol.2 aguanta un mes más en el ranking.
Para Noviembre... ojalá salga la Komikku que viene demorada. Si no sale, seguramente el primer puesto se lo llevará el tomo nuevo de Gaturro que anuncia De la Flor para este mes. Y eso sí que es doloroso...
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Published on November 02, 2011 15:18

November 1, 2011

01/ 11: VAMPIRELLA MASTER SERIES Vol.4


Uh, cuánto hacía que no me tocaba una antología. Esta estaba piola para comentar ayer, que era Halloween, pero este blog se caga, entre muchas otras cosas, en Halloween.
Desde que Dynamite compró los derechos de Vampirella, además de sacar comics que no me animo a leer, se mandó a reeditar todo lo medianamente potable que publicara la editorial Harris, que tuvo a su cargo los comics de Vampi de 1994 a 2008, año más-año menos. Desde una fosa séptica más oscura e inmunda que la AFA, un pobre esbirro de Dynamite (que debe pedir aumento de sueldo urgentemente porque realiza un trabajo menos que insalubre) rescata perlitas, historietas que –de casualidad- cayeron en manos de autores buenos, con muchos fans, o las dos cosas. Así se arman los Master Series y especialmente este tomo, el que tiene más historias cortas y –por ende- más mezcla de autores. Veamos qué gusto tiene la sangre…
Curiosamente, la historia de Alan Moore no es la mejor del tomo. Por lo general, el Mago de Northampton le saca mucha ventaja al que queda segundo, pero esta vez no. Su historia es buenísima y está magistralmente dibujada por Gary Frank. Pero le falta sorpresa, siempre sabés lo que va a pasar. La gracia (que es mucha) está en los diálogos y bloques de texto y en el armado de las secuencias, una especialidad del maestro de los maestros.
La siguiente es chota. La escribió Forrest Ackerman (el mismísimo creador de Vampirella) y es una historia obvia y lineal. Los dibujos de Mark Texeira están bien, pero le falta fluidez narrativa. Se nota demasiado que labura en base a fotos de modelos, que uno sospecha que están afanadas de revistas porno o eróticas. La tercera es un muy lindo homenaje a Archie Goodwin (tal vez el major guionista que haya tenido Vampi) realizado por la dupla-hitazo de Jeph Loeb y Tim Sale. Vampi está medio metida de prepo, pero la historia funciona bien, porque es en joda y porque es un tributo a un grosso de aquellos.
La de Kurt Busiek y Arthur Adams es la más vieja. De hecho se hizo para Dark Horse, antes de que Harris entrara en escena. El guión es chato y zafa por algún dialoguito inteligente. El dibujo es fastuoso, con Adams prendido fuego. El problema es que está coloreado a la antigua, con las técnicas pre-Image de paleta re-limitada, colores planos y estridentes y esas mascaras en las que se marcaban los porcentajes mirando el Pantone. Otra vez lo hicieron mierda al pobre Arthur… La quinta es una anecdotita, breve y sin texto. El "guión" de Christopher Priest es casi digno, pero la estrella es el dibujo de un Alan Davis magníficamente inspirado.
La historia que deja chiquita a la de Moore es la de Ty Templeton y Bruce Timm, una joya de altisimo nivel, tanto en el guión como en el dibujo. Seis páginas para no olvidar. La de Steve Lieber es muy digna, con bastante gore y violencia y muy buenos diálogos. La de Liam Sharp está bien, tiene buenas intenciones, pero el dibujo se pasa de estridente y –de nuevo- se nota demasiado el laburo con fotos. La de Michael Golden es apenas entretenida, pero con unos dibujos para caerse de orto, que justifican cualquier cosa. Sólo ver cómo Golden aplica las tramas mecánicas justifica cualquier cosa.
Ya cerca del final, Jimmy Palmiotti y Amanda Conner sorprenden con una comedia muy zarpada, divertidísima y sumamente original. Se parece más a una historia de Hellboy que a una de Vampi, pero igual impacta y seduce. Como broche de oro, la otra historieta cuyo guión me gusto más que el de Moore: Ink es la más larga del tomo y está escrita por un Phil Hester que sale a matar. Increíble el clima que logra, cómo te mete en la historia, dónde y cómo pega los volantazos para esquivar las obviedades… todo cierra perfectamente. El dibujo de Steven Segovia (al que vimos hace muuucho en un tomito de Eclipso) se pasa un poquito de pochoclero: parece el de los clones de Marc Silvestri que dibujaban minitas con espadas y cuernos en la Top Cow de los ´90. Pero cumple, no empaña los méritos del guionazo de Hester.
Y después, los clásicos pin-ups para pajeros en los que Vampirella no muestra ni un pezón, y otros un poquito más interesantes, como los de Mike Mignola, que van para el lado más dark. Si no te da náuseas el personaje, este es un librito que, aunque sea por la chapa de los autores, te puede llegar a copar. Pero sólo por los autores: no esperes grandes joyas del terror (hay tres, nomás) ni grossas sagas en las que alguien le pega una vuelta de tuerca interesante a Vampirella que expande su potencial como personaje. De esas creo que no hay ninguna.
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Published on November 01, 2011 16:53

01/ 10: VAMPIRELLA MASTER SERIES Vol.4


Uh, cuánto hacía que no me tocaba una antología. Esta estaba piola para comentar ayer, que era Halloween, pero este blog se caga, entre muchas otras cosas, en Halloween.
Desde que Dynamite compró los derechos de Vampirella, además de sacar comics que no me animo a leer, se mandó a reeditar todo lo medianamente potable que publicara la editorial Harris, que tuvo a su cargo los comics de Vampi de 1994 a 2008, año más-año menos. Desde una fosa séptica más oscura e inmunda que la AFA, un pobre esbirro de Dynamite (que debe pedir aumento de sueldo urgentemente porque realiza un trabajo menos que insalubre) rescata perlitas, historietas que –de casualidad- cayeron en manos de autores buenos, con muchos fans, o las dos cosas. Así se arman los Master Series y especialmente este tomo, el que tiene más historias cortas y –por ende- más mezcla de autores. Veamos qué gusto tiene la sangre…
Curiosamente, la historia de Alan Moore no es la mejor del tomo. Por lo general, el Mago de Northampton le saca mucha ventaja al que queda segundo, pero esta vez no. Su historia es buenísima y está magistralmente dibujada por Gary Frank. Pero le falta sorpresa, siempre sabés lo que va a pasar. La gracia (que es mucha) está en los diálogos y bloques de texto y en el armado de las secuencias, una especialidad del maestro de los maestros.
La siguiente es chota. La escribió Forrest Ackerman (el mismísimo creador de Vampirella) y es una historia obvia y lineal. Los dibujos de Mark Texeira están bien, pero le falta fluidez narrativa. Se nota demasiado que labura en base a fotos de modelos, que uno sospecha que están afanadas de revistas porno o eróticas. La tercera es un muy lindo homenaje a Archie Goodwin (tal vez el major guionista que haya tenido Vampi) realizado por la dupla-hitazo de Jeph Loeb y Tim Sale. Vampi está medio metida de prepo, pero la historia funciona bien, porque es en joda y porque es un tributo a un grosso de aquellos.
La de Kurt Busiek y Arthur Adams es la más vieja. De hecho se hizo para Dark Horse, antes de que Harris entrara en escena. El guión es chato y zafa por algún dialoguito inteligente. El dibujo es fastuoso, con Adams prendido fuego. El problema es que está coloreado a la antigua, con las técnicas pre-Image de paleta re-limitada, colores planos y estridentes y esas mascaras en las que se marcaban los porcentajes mirando el Pantone. Otra vez lo hicieron mierda al pobre Arthur… La quinta es una anecdotita, breve y sin texto. El "guión" de Christopher Priest es casi digno, pero la estrella es el dibujo de un Alan Davis magníficamente inspirado.
La historia que deja chiquita a la de Moore es la de Ty Templeton y Bruce Timm, una joya de altisimo nivel, tanto en el guión como en el dibujo. Seis páginas para no olvidar. La de Steve Lieber es muy digna, con bastante gore y violencia y muy buenos diálogos. La de Liam Sharp está bien, tiene buenas intenciones, pero el dibujo se pasa de estridente y –de nuevo- se nota demasiado el laburo con fotos. La de Michael Golden es apenas entretenida, pero con unos dibujos para caerse de orto, que justifican cualquier cosa. Sólo ver cómo Golden aplica las tramas mecánicas justifica cualquier cosa.
Ya cerca del final, Jimmy Palmiotti y Amanda Conner sorprenden con una comedia muy zarpada, divertidísima y sumamente original. Se parece más a una historia de Hellboy que a una de Vampi, pero igual impacta y seduce. Como broche de oro, la otra historieta cuyo guión me gusto más que el de Moore: Ink es la más larga del tomo y está escrita por un Phil Hester que sale a matar. Increíble el clima que logra, cómo te mete en la historia, dónde y cómo pega los volantazos para esquivar las obviedades… todo cierra perfectamente. El dibujo de Steven Segovia (al que vimos hace muuucho en un tomito de Eclipso) se pasa un poquito de pochoclero: parece el de los clones de Marc Silvestri que dibujaban minitas con espadas y cuernos en la Top Cow de los ´90. Pero cumple, no empaña los méritos del guionazo de Hester.
Y después, los clásicos pin-ups para pajeros en los que Vampirella no muestra ni un pezón, y otros un poquito más interesantes, como los de Mike Mignola, que van para el lado más dark. Si no te da náuseas el personaje, este es un librito que, aunque sea por la chapa de los autores, te puede llegar a copar. Pero sólo por los autores: no esperes grandes joyas del terror (hay tres, nomás) ni grossas sagas en las que alguien le pega una vuelta de tuerca interesante a Vampirella que expande su potencial como personaje. De esas creo que no hay ninguna.
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Published on November 01, 2011 16:53

October 31, 2011

31/ 10: DUNGEON MONSTRES Vol.4


Bueno, hoy terminé el tomo de La Mazmorra que estaba leyendo ayer cuando se me ocurrió lo de los traductores…
Como siempre, NBM te habilita dos álbumes franceses en cada tomo y esta vez, hasta respeta el orden. Son los Vol.5 y 6 de la colección francesa Monstres, la que narra historias con los personajes secundarios de las tres sagas centrales. La primera historia es muy grossa. Está ambientada en la época de los primeros tomos de El Amanecer y protagonizada básicamente por Horus, que acá es muy joven. También lo acompañan unos muy jóvenes Jacinto y Alcibíades y el Profesor Cormorant. Entre otros, porque La Nuit du Tombeur (traducida en España como La Noche del Seductor y en EEUU como Night of the Ladykiller) es una obra de protagonismo claramente coral. La trama gira en torno a "la República Mágica" que es como se autodenominan los estudiantes de necromancia y está atravesada por un eje central: Horus es acusado de haber seducido y embarazado a varias chicas de la ciudad. La cosa se complica tanto que hasta es obligado a casarse con la hija de un noble. Pero Horus jamás se transó a ninguna de estas minas y deberá demostrar que es víctima de un complot en su contra, y obviamente desenmascarar al responsable del lujurioso ardid.
Con esto sólo alcanzaría para bancar sin sobresaltos una muy buena trama de misterio con un tinte erótico, pero Lewis Trondheim y Joann Sfar no se aguantan las ganas de que también haya humor, y ahí entra en juego una sub-trama, perfectamente hilvanada con la principal, que es la de Tristan, el hijo cuasi-subnormal de Victor Shambun, el director de la morgue. Por supuesto, esto enriquece la historia y la dota de una magnífica provisión de escenas desopilantes y diálogos memorables. Por si faltara algo, vemos un cachito más del origen de la Mazmorra, porque Jacinto visita a su padre y este le cuenta acerca de los monstruos y criaturas que está encanutando en su fortaleza.
El dibujo corre por cuenta de Vermot-Desroches, un dibujante que (por lo menos en este trabajo) clona milimétricamente a Blutch, que era en ese entonces el dibujante titular de El Amanecer. El único mérito es que clonar a Blutch es muy difícil. Pero por supuesto, uno hubiese querido ver algo más propio y más original.
La segunda historieta es Du Ramdan Chez les Brasseurs, ambientada en los últimos tiempos del Cénit, cuando Jacinto ya está viejo y choto. El protagonista excluyente acá es otro grandote medio subnormal, el mismísimo Grogro. Pero si leíste mucho Groo, no te va a costar nada imaginarte que el protagonista es Groo. Esta vez, Sfar y Trondheim ponen al humor a tirar del carro y va para adelante como un tren bala. Creo que no hay ni una de las 46 páginas que no tenga buenos chistes. Incluso hay guiños a la continuidad: aparece un conejito rojo muy sacado que casi seguro es Marvin el Rojo, uno de los protagonistas de El Crepúsculo. O sea que hasta hay aportes copados por afuera de la aventura 100% en joda, con asquerosidades, machaca y situaciones absurdas.
Esta vez el dibujo está a cargo de Yoann, que se va al carajo, mal. Hasta ahora, en todas las historias de La Mazmorra se imponía el color plano, sin volúmenes. Hasta Carlos Nine se lo tuvo que fumar. Pero Yoann se tira a la pileta y colorea todo con acrílicos, para lograr volúmenes y brillos de esos que veíamos hace 20 años en los mejores trabajos de Simon Bisley (Slaine, Batman/ Judge Dredd). El resultado es majestuoso. Sobre todo porque el tipo le aplica técnicas pictóricas a un dibujo simple, de corte humorístico, y sorprendentemente le queda bárbaro. Así como lo de Vermot-Desroches era predecible y derivativo, lo de Yoann es un salto al vacío absolutamente genial, que hace de esta aventura un hito único en la hiper-saga de La Mazmorra.
Y al final la promesa de que en Septiembre de 2011 volvía La Mazmorra con tomos nuevos a cargo de Trondheim y Sfar terminó por ser un chamuyo, menos constatable en la realidad que las profecías apocalípticas de Lilita Carrió. Un verdadero bajón, porque los que nos hicimos adictos queremos YA nuevas dosis de esta maravillosa droga comiquera.
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Published on October 31, 2011 19:23

October 30, 2011

30/ 10: TRADUTTORE TRAITORE


Hoy estaba leyendo un tomito de La Mazmorra traducido al inglés. Ya lo conté varias veces: la edición yanki es mucho más barata que la española, más fácil de conseguir que la francesa, trae dos tomos por libro, etc., etc. El tema es que me reí tanto, los diálogos me resultaron tan graciosos, que me tomé un minuto para ovacionar al traductor, al tipo que tomó ese comic originalmente escrito en francés (por ahí, incluso más gracioso; jamás lo sabré) y lo convirtió en un comic escrito en inglés absolutamente delicioso. Lo cual me reafirma algo que pienso hace muchos años: un buen traductor puede mantener alta la calidad de una obra y un mal traductor la puede hacer mierda. Un comic que en francés fue muy bueno, en castellano o en inglés puede ser catastrófico. Sobre todo cuando entra en juego el humor, los chistes, que es casi siempre lo más difícil de traducir.
En realidad, en mis años de arduo laburo como traductor (de historietas y de otras cosas) aprendí que hay un montón de dificultades para lograr una buena traducción. Las más gruesas se sortean, obviamente, con un muy buen manejo del idioma original y del idioma al que se traduce. Si vos sabés muchísimo inglés pero redactás mal en castellano, tu traducción va a ser un espanto. Seguro entendiste todo lo que escribió el guionista anglófono, pero te cuesta transmitírselo al que lee el texto en castellano. La estructura gramatical del castellano y el inglés se parecen poco, y por ahí, por atarte a la estructura original, te salen frases que en castellano suenan para el orto, o que se complica descifrar. O sea que no alcanza con dominar el idioma del texto original: también hay que escribir bien en el idioma de los destinatarios.
¿Vale cambiar un cachito el texto para acomodarlo a la forma de hablar del idioma destinatario? Yo creo que sí. Con los años, desarrollé una técnica. Terminada la traducción, leía los diálogos en voz alta, como actuando los roles de los distintos personajes. Y ahí el oído prendía la alarma cuando algo sonaba raro, torpe, demasiado apegado a la estructura gramatical inglesa. Cuando te escuchás, decís "No, nosotros no hablamos así, nunca diríamos eso". Y le buscás la vuelta para modificar esa frase y –sin cambiarle el sentido- llevarla hacia algo que le suene más natural a tu oído. A veces puede ser un salto al vacío, porque lo que te suena bien a vos, por ahí le suena horroroso a algún lector, o a miles de lectores, pero bueno, uno le trata de poner onda y de sintonizar lo más finito posible el sentido común.
Otro gigantesco escollo para el traductor suelen ser los localismos e informalismos. La realidad es que hoy casi no se escribe en neutro. El 99% de los guionistas nos dicen desde los diálogos que este personaje proviene de tal región, este de tal época, aquel de tal nivel socio-cultural. Así es como los guiones de historieta suelen estar repletos de estas pequeñas deformaciones del idioma, que sirven para que el lenguaje escrito se parezca más al oral y –si están bien puestas- para darle más realismo a lo que se nos quiere contar. Si viajaste por el país, sabés que los riojanos, jujeños, cordobeses o correntinos hablan muy distinto a los porteños. Ni hablar los chilenos, colombianos, mexicanos o españoles. Si viste cine argentino clásico, habrás notado que los porteños de los años ´40 no hablaban como nosotros. Y los gauchos del Siglo XIX, menos todavía. Y si pateás un poquito la calle, seguro notarás que la chica de colegio privado de Belgrano no habla igual que los rolingas de Barracas, ni igual que los pibes que bailan cumbia villera en las bailantas del conurbano. Esa inmensa diversidad que existe dentro del castellano existe también en los otros idiomas y a menudo el traductor se enfrenta a guiones que reproducen minuciosamente esa diversidad. Me animo a afirmar que acá está lo más jodido del tema, que del camino que elijas para salir de esta encrucijada depende el éxito o el fracaso de tu traducción.
Pero lo vamos a desarrollar más a fondo, con más espacio, otro día. La idea es dedicarle varios articulitos al tema, como para que te quede bien claro por qué uno, que laburó muchos años de traductor, recomienda siempre leer los comics (y ver las películas y leer las novelas) en su idioma original.
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Published on October 30, 2011 15:20

October 29, 2011

29/ 10: SCALPED Vol.5


No tengo idea de cómo hice para aguantar tanto, pero pasé casi un año sin leer Scalped. Desde el 15 de Noviembre del año pasado leí muchísimos comics, unos cuantos muy grossos, y aún así no pude olvidarme nunca de esta hipnótica serie de Jason Aaron y R.M. Guéra, que cambió la forma de pensar acerca de los límites de la historieta para adultos.
Este tomo probablemente sea el mejor. No es ni a palos el que te shockea más por el lado de la violencia. Hay trompadas, cuchillazos y tiros, por supuesto, pero a un nivel más tranqui que en entregas anteriores. Y viene un poquito más salvaje por el lado del sexo: hay más garches y se habla un poco más del tema, por supuesto en términos absolutamente infrecuentes en el comic yanki, ya sea mainstream, alternativo, under… Nunca hubo personajes de historieta no porno que vivieran el sexo como lo viven las criaturas de Jason Aaron. Pero lo más impactante es cómo avanzan los distintos argumentos paralelos que hacen tan adictiva a la serie. Veamos.
El primer episodio presenta a un personaje nuevo, sórdido y jodido como pocos, que se va a encargar de meter en un flor de kilombo a Dash Bad Horse, el que vendría a ser "el héroe" de la serie. Capitulazo, tremendamente heavy y muy divertido. Después tenemos un unitario que se mete a fondo con el pasado y nos recuerda un toque el presente de Britt "Diesel" Fillenworth, un gran personaje que llevaba un par de tomos fuera de la escena central de la saga. Este es el episodio con más mala leche del tomo. El tercer unitario se centra en un personaje al que suponíamos le iba a corresponder un rol importante, pero al que hasta ahora Aaron nos mostraba poco, y siempre en las sombras: Baylis Earl Nitz, el capo del FBI al que responden en secreto tanto Diesel como Bad Horse. ¿Quién es este tipo? ¿De qué juega? ¿Por qué quiere destruir al jefe Lincoln Red Crow? Acá te enterás unas cuantas cositas jugosas.
El cuarto episodio es importantísimo: por fin nos enteramos quién carajo mató a Gina Bad Horse (la mamá de Dash) en el primer tomo! La investigación del oficial Falls Down da sus frutos y la respuesta al enigma no es para nada la obvia. Seguro en el próximo tomo los personajes que saben la identidad del asesino armarán alguna movida al respecto. Y el capítulo con el que cierra el tomo es, básicamente, sexo y violencia. Está brillantemente armado con saltos para adelante y para atrás en el tiempo, siempre dentro de las últimas 13 horas en la vida de un Dash Bad Horse totalmente superado por los acontecimientos y por la cantidad de heroína que tiene metida en las venas. Son, lejos, las páginas más truculentas que leí en el último tiempo.
Parte de lo que hace que la sordidez de esta serie pegue tan fuerte es el realismo en el dibujo, y en ese sentido el trabajo de Guéra es absolutamente encomiable. Sin caer en la omnipresencia de la fotito, el tipo se las rebusca para crear un mundo 100% verídico, y a la vez amenazante, oscuro. Con mirar una página ya sabés que el contenido del comic es mucho más bravo que el de la media de lo que está hoy a nuestro alcance. La sintonía con la colorista Giulia Brusco mejoró bastante, o sea que el nivel visual de Scalped es casi tan devastador como el de los guiones. Como en el tomo anterior, tenemos un unitario a cargo de Davide Furnó, con sus pinceladas más sueltas y su gran manejo de las tramas mecánicas. Y además un capítulo a cargo de otro italiano, Francesco Francavilla, que hoy dibuja bastante mejor que cuando participó de Scalped. Acá muestra una gran solvencia narrativa, pero el estilo gráfico que elige se ve un poquito crudo, lejos del altísimo standard que impone Guéra.
Y tengo un tomo más sin leer, así que pronto volveremos a la reserva indígena de Prairie Rose. En este tomo quedó claro que incluso sin darle demasiada bola al Jefe Red Crow (hasta acá, el mejor personaje de la serie), Scalped también gana por goleada a fuerza de intensidad, corrupción y giros argumentales tan impredecibles como arriesgados. Gloria infinita a esta serie.
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Published on October 29, 2011 16:54

October 28, 2011

28/ 10: LA QUINTA CAMERA


Hoy cortito, que tengo poquísimo tiempo.
Este es un manga de Natsume Ono, la primera obra de esta autora, hoy bastante conocida. Su opera prima se publicó primero en internet, en 2006, y después en libro.
La Quinta Camera es slice of life tradicional: cuatro amigos que viven en un depto, cada uno con su historia, su trabajo, su personalidad, sus cosas. Lo copado es que esto transcurre en una ciudad de Italia. Los cuatro amigos son italianos y le alquilan la quinta camera (la quinta habitación) a distintos extranjeros, casi todos estudiantes de intercambio. En cada capítulo de la serie, llega al depto un nuevo personaje que se quedará unas semanas a convivir con Massimo, Luca, Celestino y Al.
De la interacción entre los amigos tanos y los inquilinos extranjeros, Natsume saca la sustancia para que la serie sea atractiva. Con mucho respeto y hasta amor, la autora mira a la cultura italiana a través de los extranjeros (entre ellos un japonés, con bastante protagonismo) y establece los contrapuntos entre las costumbres de los locales y las de los visitantes. Nosotros, que estamos culturalmente más cerca de los tanos que de los yankis o daneses, no entendemos bien qué les llama la atención a esos gringos. ¿El pan dulce en las fiestas? ¿La buena onda de la gente? ¿El lemoncello? Eso para los argentos es lo más normal del mundo.
Lo cierto es que con esos juegos de opuestos y la vida personal de cada uno de los cuatro amigos, la serie nunca se queda corta en materia de situaciones de comedia, siempre en tono light, amistoso, con un mensaje positivo, con un mimo en el corazón.
El dibujo es muy, muy sintético, pero no precario. Natsume maneja bien las tramas mecánicas, no pifia en la narrativa, y en sus obras posteriores dibuja mucho mejor, siempre en este estilo redondito, tranqui, con amplio predominio de las masas blancas por sobre las negras, con una estética argolla-friendly, muy pensada para el público femenino. No esperes el super-virtuosismo, pero tampoco vas a ver errores garrafales, ni mucho menos. Por el contrario, ni bien te metas en las historias vas a coincidir en que el estilo de dibujo es absolutamente coherente con el tipo de relatos que nos quiere contar Natsume.
La Quinta Camera, entonces, se puede recomendar a los que busquen un manga distinto, sin estridencias, con historias bien armadas, que transcurren casi siempre de puertas para adentro y que te dejan una grata sensación de buena onda, de calidez, de amistad y camaradería más allá de las fronteras y las culturas. Y además tiene el elemento bizarro de enterarnos cómo le pegó a una autora japonesa el haberse metido a fondo con la vida diaria de los italianos que –a juzgar por este libro- para los ponja son medio una raza alienígena.
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Published on October 28, 2011 14:41

October 27, 2011

27/ 10: BATWOMAN: ELEGY


No sorprendo a nadie –creo- si digo estar frente a un muy buen comic. El guionista es Greg Rucka, que ya dio sobradas muestras de su capacidad para escribir excelentes historietas de fuerte impronta autoral, incluso dentro del mainstream e incluso dentro de la órbita de los títulos de Gotham City. Por el lado del dibujo, lo tenemos al imparable J.H. Williams, que venía de romperla primero en Promethea (el trabajo que lo recontra-consagró) y después en Desolation Jones (que pasó un cachito desapercibido, pero es un comic del mega-carajo). O sea que antes de abrir el librito había algo así como una garantía de calidad.
Y por suerte, una vez que lo leés no defrauda para nada. Esta nueva Kathy Kane es un personaje muy, muy bien elaborado, lanzado en las páginas de 52, donde suceden muchas cosas a las que Rucka hace referencia en Elegy. De hecho, esta saga es secuela directa de la aventura inicial de Batwoman serializada en 52. Por suerte hay mucho más que eso. Elegy es apenas la primera de las dos sagas que incluye el tomo. A lo largo de esas… 90 páginas, Rucka establece y desarrolla un conflicto: la reaparición de la Religión del Crimen y la lucha de Batwoman contra la maligna y demencial líder de este culto. Eso está bueno. Pero después arranca un segundo arco, titulado Go!, que es realmente grosso. La estructura es muy rara: es una saga que consiste en un 95% de flashbacks, hechos que recorren el pasado de Kathy, desde su infancia hasta sus primeras incursiones por la noche de Gotham. En el 5% restante avanza la trama en la que Batwoman investiga la identidad de la líder de la Religión del Crimen, a paso lento, de modo burocrático, tranqui, a un ritmo totalmente distinto que el que vimos en Elegy. La acción y la emoción de Go! están invariablemente en los flashbacks. Pero hete aquí que la secuencia final, la resolución de la investigación de Batwoman, pega un giro grossísimo, que resignifica todo lo demás: el pasado de Kathy, su primera lucha contra este culto (la que se vio en 52), la confrontación que vimos en Elegy… todo. Un pase de manos de Rucka y ya está: quedás pidiendo a gritos más aventuras de Batwoman.
Y hay, pero muy poquitas: apenas una trilogía escrita por Rucka y dibujada por Jock, y después la nueva serie regular, la que debutó este año, ya sin Rucka, y en la que no sé si se retoma algo de lo que se plantea en Elegy y Go!. Ojalá J.H. Williams pueda recuperar lo mejor de esta primera etapa, que es sin duda la profundidad que tiene Kathy como personaje, su relación con su padre (un personaje secundario cuya chapa rivaliza con la de Alfred, Gordon, o el que vos quieras), el tira y afloje en su relación romántica con Renée Montoya, su independencia respecto de Batman… Si con la excusa de "es una nueva continuidad" pinta barrer algo debajo de la alfombra, por ahí yo barrería a esas criaturas híbridas (mitad humanas, mitad animales) que desentonan un poco con la onda realista del dibujo y de los comics urbanos en general.
Pero quedémonos con el dibujo, que es impresionante. Acá J.H. estrena estilo nuevo, mucho más sintético que el anterior, con menos mancha negra y más trabajo en función del color (el maestro Dave Stewart honra sobradamente esa confianza). También lo vemos jugar con estilos distintos para los distintos flashbacks (ahí vemos al Williams de Promethea y a otro Williams nuevo, más cercano a Dave Lapham, Sean Phillips o Michael Lark) y sobre todo con la puesta en página, el armado de las secuencias, la forma de las viñetas. Obviamente, después de Promethea, ningún desafío en materia de narrativa debería asustar a J.H.. Acá hace uso y abuso de esa cancha y se luce con puestas jugadísimas, de esas en las que cualquier otro dibujante se haría crosta contra un poste. En los flashbacks de Go!, Williams va a una narrativa más clásica, pero en las secuencias del presente, apuesta muy, muy fuerte por impactarnos con planificaciones que desafían incluso la imaginación de los que veníamos siguiendo sus obras anteriores.
Y bueno, así es como un personaje a priori poco interesante (una Batman con tetas, torta y con menos chapa) se convirtió en la protagonista de un comic muy, muy recomendable, que desafía los límites del mainstream y que tiene muy merecidos los premios que cosechó. No sé si hacía falta otro justiciero disfrazado de murciélago, pero el nivel visto en este libro justifica la movida.
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Published on October 27, 2011 19:54

October 26, 2011

26/ 10: AVA 32-33


Estoy atónito, paralizado. No sé cómo describirlo… Estupor, debe ser la palabra que busco. Alguien me dio este libro hace un tiempo y me dijo "Vos que no le hacés asco a nada, si te animás, leelo y reseñalo". Otro día hablaremos de los dudosos beneficios de tener fama de no hacerle asco a nada. Lo cierto es que, incluso con esa "recomendación" previa ("Este tiene fama de ser uno de los peores comics jamás publicados", me dijo el "amigo" que me regaló el libro), junté huevos y me interné en las páginas de Avá 32-33, la extensa novela gráfica que marca el debut (y si hay justicia en el mundo, la despedida) de Juan Pablo Gochez.
A lo largo de 170 interminables páginas, Gochez nos trata de narrar la historia de una raza alienígena con poderes místicos que durante 600 años preservó a la Tierra al margen de una especie de pandemia universal. Pero ahora las barreras entre nuestro mundo y los demás son vulneradas y la infección empieza a incubarse en algún lugar de Misiones (de donde es oriundo Gochez). Los aliens son monstruosos, casi todos con forma humanoide, y se pasan entre ellos facturas con 600 años de antigüedad, muchas veces a las trompadas. Hay una trama de ciencia-ficción, o de terror místico, pero –fruto de la impericia del autor- Avá 32-33 se lee como un comic de machaca, repleto de peleas cuerpo a cuerpo, tiros, cañonazos, gente (o algo así) a la que le arrancan extremidades… una onda bien besssstia, bien básica. Los diálogos son los más obvios y trillados que te puedas imaginar (bien salpimentados con faltas de ortografía), como para que nada, absolutamente nada te dé la ilusión, la esperanza de estar leyendo algo que en una de esas zafa del descenso directo.
Y lo peor es que, al lado del Gochez dibujante, el Gochez guionista es Alan Moore. Los dibujos de Avá 32-33 te lesionan las retinas,mal. No son dibujos, son crímenes de lesa humanidad, que no prescriben jamás. No se puede dibujar tan, tan mal. Ni en el más croto de los fanzines ves un nivel tan catastrófico. Podría ser peor: podría haberse editado a color. Por suerte, esto está publicado en blanco, negro y grises, como para ahorrarnos unos años de terapia de rehabilitación. El blanco y negro de Gochez es desgarrador. Parece trabajar sin boceto, directo con plumín, y se manda todas las cagadas habidas y por haber. No sabe dibujar fondos, ni vehículos, ni animales. Entonces, ¿qué hace? Mete fotos. Pero no retocaditas como los Juan Carlos Flicker de Marvel. Así, de una, como vienen, pasadas a grises nomás, en un contraste truculento con ese dibujo chato, torpe, mal pensado y peor ejecutado. Los efectos de photoshop, la puesta en página, todo es un compendio de errores que hace que le quieras pedir perdón a Rob Liefeld, a Masami Kurumada, a todos esos tipos que son unos muertos comparados con los grandes profesionales del medio. Comparar a Gochez con cualquier profesional del medio (hasta con los chotos) es un disparate, una falta de respeto total.
La pregunta, entonces, es: ¿Cómo se publica algo tan precario? Y, a través de la editorial mercenaria Dunken, que publica a cualquier autor que financie los costos de la edición. Eso se llama "vanity press", y está claro que a Gochez le sobran la vanidad y la plata, porque si no, no se explica. Igual, los de Dunken son unos hijos de puta. ¿Qué les cuesta perder un cliente, pero decirle la verdad? ¿O me vas a decir que nadie en esa editorial se quiso pegar un corchazo cuando vio las páginas que entregaba el autor-cliente? Cualquiera más preocupado por el prestigio (o por la salud de los lectores) que por el billete, le decía "No, pibe, no seas boludo, no te quemes publicando esta bosta que de esto no se vuelve".
En fin, esto sirve para ampliar el espectro de la historieta argentina. Hacia abajo, obviamente, hacia los abismos de la abyección más irredimible. Pero lo llamativo es eso: lo poco que se parece a todo lo demás, lo insular, lo ensimismado, lo inconexo del trabajo de este autor al que le alcanzaron 170 páginas para apoderarse de un último puesto en el ranking del cual va a costar desplazarlo. Lástima que haya que haber talado árboles para que nos enteráramos de su "existencia".
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Published on October 26, 2011 17:45

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Andrés Accorsi
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