Andrés Accorsi's Blog, page 216
August 20, 2012
20/ 08: ASTERIX Y LO NUNCA VISTO

Muchas de las historietas son chistes largos, chistes de dos, tres o cuatro páginas. El argumento no llega a ser tal cosa, se queda en el planteo de un chiste (“entra un gaucho a la farmacia”, diría el maestro Dolina). Ojo, un par de estos chistes son realmente efectivos y graciosos. El que abre el libro, Vuelta al Cole Gala, tiene un timing de comedia exquisito, al nivel de las grandes obras de Goscinny. Latinomanía tiene una sóla página y jamás pretende ser otra cosa más que un chiste, y es un GRAN chiste, con un remate impredecible y brillante. El Nacimiento de una Idea, la historieta que cierra el tomo, también tiene una sóla página y una única intención: arrancarnos una sonrisa. Y obviamente lo logra.
En cambio, cuando Goscinny o Uderzo (que escribe apenas tres de las historietas) buscan por el lado de la aventura, caen invariablemente en la pavada. La de Uderzo de Lutecia Olímpica es una gansada cósmica, en la que no cierran ni el planteo, ni el desarrollo ni la resolución. La Mascota, escrita por Goscinny, también peca de una excesiva sencillez, de reducir una aventura de Astérix y Obélix a su mínima expresión, tan mínima que apenas tiene sentido. Quizás el intento menos fallido sea Quiriquix el Gallo Galo, también escrita por Uderzo, que si bien en todo momento es predecible, se aleja de las convenciones de la serie lo suficiente como para hacernos creer que estamos leyendo algo distinto, no la versión para subnormales de lo que ya conocíamos.
La otra historia escrita por Uderzo es la que narra el nacimiento de Astérix y Obélix, realizada en 1994 en ocasión del 35° del debut de la serie en las páginas de Pilote. No es exactamente chota, pero la idea tenía muchísimo más potencial que el que se ve plasmado en estas cuatro páginas. Lo que más me interesó debe haber sido ese trailer de tres páginas que realizaron Goscinny y Uderzo para la revista National Geographic, cuando intentaron (sin éxito) lanzar a Astérix como una tira para los diarios yankis. Ahí está la esencia de la serie muy bien destilada, sin la necesidad de narrar una aventura (que en tres páginas habría sido una boludez tan simple como insulsa) y sin quedarse en el chiste que avanza hacia un remate.
Dicho todo esto, lo que hace que todo el libro pase de soportable a disfrutable es el dibujo de Uderzo. Como guionista, el ítalo-francés demostró ser un queso absoluto, pero a la hora de dibujar pela una genialidad atrás de otra. Estas historietas van de mediados de los ´60 a mediados de los ´90, un período en el que el dibujo de Uderzo muta bastante, no se queda siempre en el molde. A mí me gusta siempre, no me defrauda nunca. Por ahí en los últimos álbumes que dibujó (que no me animé a leer porque las críticas fueron lapidarias) se notaba demasiado la mano de los asistentes. En estas historias hay algunas joyitas en las que el dibujo llega a un nivel inmejorable (Año Nuevo, Beso Nuevo, de 1967) y otras en las que simplemente está muy bien. Por supuesto, si sos fan de Uderzo te vas a caer de culo al verlo experimentar con distintos estilos en las graciosísimas viñetas de 1969 tituladas “Astérix Como Jamás lo Habéis Visto”. Grosso es poco...
Y bueno, estoy seguro de que hay más historias cortas de Astérix. No sé cuántas, pero seguro hay más. En una de esas están en el libro llamado “El Aniversario de Astérix y Obélix”, que salió en esta misma colección (la que lanzó Salvat en los kioscos argentos en año pasado). Y por ahí no, realmente no tengo la más puta idea de qué trae ese libro. Si alguno lo tiene, please comente, a ver si vale la pena salirlo a buscar. Mientras tanto, sólo queda rezarle a Tutatis para que los nuevos autores que se hicieron cargo de Astérix (Jean-Yves Ferri y Thierry Mébarki) logren un relanzamiento de la serie que recupere aunque sea algo de la magia que se desvaneció en 1977 (35 años ya, qué lo parió) cuando falleció el irremplazable René Goscinny. Este clásico de clásicos se lo recontra-merece.
Published on August 20, 2012 17:02
August 19, 2012
19/ 08: FRANKENSTEIN, AGENT OF S.H.A.D.E. Vol.1

El primer tramo del tomo me transmitió la sensación de estar leyendo un comic muy cabeza de Hellboy. Sacale a la creación de Mike Mignola el aspecto de investigación, olvidate de las referencias a la mitología y el folklore europeo y te queda un comic de monstruos bizarros que se cagan a trompadas. Bueno, Frankenstein arranca así, como una de monstruos bizarros que se cagan a trompadas. Hasta aparecen otros agentes de S.H.A.D.E. con poderes no tan distintos a los de los muchachos del B.P.R.D. con los que se codeó durante tantos años el mostro rojo de Mignola. Por suerte, con el correr de las páginas, Lemire mantiene al palo la consigna de las luchas mega-kilomberas entre criaturas imposibles, pero reemplaza el folklore y la mitología con conceptos novedosos y muy imaginativos, más para el lado del Cuarto Mundo de Kirby, o de los guionistas más limados de la Silver Age.
La S.H.A.D.E.net, la ciudad microscópica que se desplaza con un método que combina la teleportación y la tecnología de reducción de tamaño en la que se especializa el doctor Ray Palmer, el planeta monstruo que en realidad es un ser vivo, la misteriosa toybox... De a poquito, la machaca se empieza a complementar con ideas más interesantes que las meras trompadas, misilazos y espadazos. Lemire utiliza muy bien los elementos que le brinda el Universo DC: el más atractivo por ahora es Ray Palmer (que tiene menos chances de convertirse en Atom que Independiente de zafar de la Promoción), pero también pinta interesante la relación entre S.H.A.D.E. y Checkmate e incluso la movida marketinera de traer de invitado a O.M.A.C. (otro chabón grandote, pulentoso y con chiches tecno, que tuvo revista propia y no vendió lo suficiente como para aguantarla) genera nuevas posibilidades de enriquecer las historias y sumar elementos atractivos. La machaca contra O.M.A.C. es en el quinto episodio, pero en el sexto y en el séptimo Lemire explora algunas consecuencias de esa historia que pueden derivar hacia situaciones muy interesantes.
La principal cagada es que el tomo termina en un cliffhanger jodido, con una revelación impactante que no cambia todo, pero abre muchísimas puntas para explorar en el Vol.2. Si decidís no comprar más un broli de Frankenstein, te vas a quedar con una leche importante de saber cómo catzo van a reaccionar los protagonistas frente a esto que se descubre en la última página. Y el otro bajón es que Frankenstein es un personaje bastante chato, poco carismático, con pocos matices. Hellboy por lo menos come panqueques. Este, ni eso. Los secundarios por ahí aportan algo más, sobre todo Father Time, Griffith y Velcoro, y evidentemente en algún punto se van a robar el spotlight. Por ahora, todo gira demasiado en torno a la aventura, a la acción, a las misiones que estos bichos van y cumplen. Falta mucho laburo en materia de caracterización por parte de Lemire y lo peor es que el creador de Sweet Tooth va a dejar esta serie en algún punto del segundo recopilatorio. Matt Kindt será el que tenga la dura tarea (y con un margen de error escasísimo) de darle onda a Frankenstein y su esposa.
Un incentivo para no colgar la serie es el dibujo de Ponticelli, el prócer italiano que la rompiera en Unknown Soldier. Ponti mantiene intacta la virulencia de su trabajo anterior, pero ahora la multiplica hasta el infinito para brindarnos, en vez de combates realistas entre tropas militares, unas masacres desaforadas entre monstruos y criaturas limadas. En las poquísimas escenas tranqui, el tano pone todo y todo se ve raro y atractivo. Pero cuando estalla la machaca (o sea, casi siempre), salta en el famoso trampolín al carajo y nos detona el cerebro un unas páginas de una intensidad pocas veces vista, en las que hasta la narrativa se descontrola para reflejar la violencia y la bizarrez de lo que nos quiere transmitir Lemire. En el séptimo episodio, Ponticelli pareciera buscar un estilo más sintético, más limpito, no sé si para no volver definitivamente loco al gran José Villarrubia (encargado de colorear estas orgías deformes y explosivas) o para ganar velocidad y no atrasarse en las entregas. A mí me gusta más el estilo más cargado, más sucio, pero si para tener al tano todos los números tiene que dibujar como en el n° 7, no me quejo en lo más mínimo.
En fin, esto es más raro que bueno. Por la chapa de los autores vine y por la chapa de los autores me quedo un TP más, a ver si levanta. Si me morfo otras 140 páginas de monstruos que se cagan a palos, la cuelgo forever.
Published on August 19, 2012 16:00
August 18, 2012
18/ 08: BELL´S THEOREM Vol.1

Hablando de alemanes, Bell´s Theorem es una serie creada en los ´80 por el alemán Matthias Schultheiss, con quien ya nos topamos en los albores de este blog, allá por Febrero de 2010. Si no te dicen que es el mismo autor de aquel tomo de adaptaciones de Bukowski, no tenés forma de darte cuenta. Esto y aquello no se parecen en lo más mínimo: uno es a color y el otro en blanco y negro, el estilo de dibujo y la narrativa cambian radicalmente, Schultheiss pasa de adaptar cuentos a crear una novela y el mundo en el que esta transcurre... y lo más bizarro es que Bell´s Theorem es apenas dos años posterior a las últimas adaptaciones de los cuentos de Bukowski.
Vamos a lo que importa: ¿está buena? Más o menos. Por ahí levanta cuando uno lee la obra completa, pero estas primeras 48 páginas dejan cierto gusto a poco. Las primeras... 32 páginas son un compendio de lugares comunes. En un futuro distópico y cercano, Shalby está encerrado en un presidio, condenado a cadena perpetua y eternamente en la mira de una horda de presos violentos que lo cagan a trompadas y sodomizan sin piedad a la mascota sexual del protagonista. Cuando le ofrecen la libertad a cambio de prestarse como conejito de indias para un proyecto científico, Shalby duda, pero agarra viaje. Eventualmente (y con la ayuda de un personaje que Schultheiss no explica ni desarrolla) logra escapar de sus captores, pero el daño ya está hecho: su cuerpo está lleno de horrendas cicatrices y su mente es un corso a contramano, un kilombo cósmico que sólo se aguanta a fuerza de drogas.
De alguna manera, Shalby gambetea a sus perseguidores y se recluye en las costas de Labrador, en Canadá, donde –último lugar común- se encuentra el cadáver, las anotaciones y una valija con mucha guita que pertenecieron a un científico alemán... que es idéntico a él. Cuando sus perseguidores lo ubican, Shalby adopta la identidad del científico muerto y vuelve a huir, de nuevo con la inexplicable ayuda de un personaje que no se sabe quién es ni de qué juega. Fin.
No pinta muy original, pero tampoco es irredimible. No descarto que Schultheiss se guarde un par de ases bajo la manga para los próximos tomos, que ya veré cómo carajo consigo. Lo que sí se destaca en esta primera entrega son los cambios de ritmo, el equilibrio muy logrado entre las escenas tranqui, pachorras, de descanso y contemplación, y las más trepidantes, en las que se impone el vértigo, la urgencia y una violencia por momentos bastante perturbadora. Lo más choto es que Shalby está solo en la mayoría de las secuencias y entonces habla en voz alta... para sí mismo! En realidad para los lectores, pero ¿y si le ponían globitos de pensamiento? ¿No era más coherente? Podemos zafar diciendo que el experimento lo dejó chapita... y puede ser, algo de eso nos sugiere Schultheiss sobre el final. Pero verlo monologar página tras página me hizo un poco de ruido.
El dibujo, por su parte, no está al nivel de los mejores trabajos del alemán. Probablemente este sea su debut en el manejo del color y eso explique algunas desprolijidades, que obviamente no se ven en sus obras posteriores. Acá hay algunos hallazgos dignos del mejor Schultheiss, pero también titubeos y escenas que parecen coloreadas por el Pepe Moreno de la peor época, el de Gene Kong y Generation Zero. El dibujo está todo resuelto con una línea finita, intencionalmente chunga, y a la vez muy expresiva. Acá el autor encuentra una síntesis con la que ni soñaba en aquellas páginas de Bukowski que explotaban en millones de rayitas y crosshatchings. El balance general de la faz gráfica sin duda es positivo, pero no esperes las maravillas que vimos en su obra en blanco y negro ni las que veremos en futuros trabajos a color.
Veremos si logro leer las secuelas y para dónde va la historia que acá recién empieza. Hasta ahora todo está muy manchado de misterio y de violencia y hay muchísimo por explicar. Como me gusta el clima que logra y la línea que baja (y estoy seguro de que el dibujo mejora grosso), le quiero dar una oportunidad más. Schultheiss se lo merece.
Published on August 18, 2012 09:20
August 17, 2012
17/ 08: EL NEGRO BLANCO Vol.10

Este tomo arranca al alto nivel que nos obsequió el Vol.9 casi de punta a punta. Las primeras 42 páginas giran en torno al inminente casamiento de Chispa y Trillo no desaprovecha la oportunidad de cerrar a lo grande ese conflicto nunca resuelto entre el Negro y la rubia de pelito corto. Todo este tramo combina a la perfección comedia de enredos muy bien orquestada, romance, introspección y erotismo (porque hay un par de garches bastante subidos de tono). Lo mejor son las extensas secuencias mudas, muy bien mechadas y con un García Seijas muy afilado, que resuelve la falta de textos con una solvencia inapelable.
En las siguientes 20 páginas, el Negro no aparece. Vemos algunas escenas de la luna de miel de Chispa (y algunas de las cosas que le pasan por la cabeza a la rubia) y reaparece Flopi, para poner en marcha un nuevo plot que nunca llega a integrarse del todo a la trama central porque a la serie ya le quedan muy pocas páginas por delante.
Y hasta que vuelva a aparecer el Negro faltan otras 10 páginas en las que Trillo le da un protagonismo increíble (y una chapa inmensa) a Angel, el advenedizo encargado del edificio en el que vive el protagonista, y además nos presenta a Morgana Liberty. Morgana era quien debería ocupar el lugar que dejaron vacante Chispa y Flopi cuando le cortaron el chorro al Negro, pero antes de que eso sucediera, Clarín decidió cortar la publicación de la tira y los autores decidieron darle un final que acá se conoció a través de las ediciones de Ivrea. Sin las 32 últimas páginas, que son las que Trillo y García Seijas hicieron exclusivamente para Italia, la historia se terminaría en cualquier parte, con el misterio de Morgana apenas comenzando a esbozarse y un personaje más (Lola) recién presentado y cuyo potencial quedará sin explorarse.
Como saben que esas 32 páginas son las últimas, los autores no dejan que levante vuelo el romance entre el Negro y Morgana. Aún así, esas páginas son muy atractivas, con mucho humor, y un poquito más zarpadas (tanto en el lenguaje como en la forma en que García Seijas muestra a chicas de cuerpos esculturales con escasísima vestimenta), como para aprovechar que esto ya no saldría en un diario al alcance de los chicos. Al final, el Negro termina solo, una vez más disponible para vivir nuevas correrías sentimentales, sólo que con minas a las que nunca nos presentará.
Me da la sensación de que Trillo le había logrado dar a los conflictos (sobre todo el de Flopi) la magnitud suficiente como para poderlos ordeñar bastante tiempo más, para que de ahí salieran un puñado más de buenas historias. No pudo ser. Nos quedamos con las ganas de ver reaccionar al Negro frente a la osada movida de Flopi, de ver a Chispa blanquear ante su marido que sigue enganchada con el Negro y de verlo a este langa entre los langas romper el maleficio de Morgana y hacerle comer... una goleada histórica.
Nos queda lo que hay: unas 1000 páginas de historieta dibujadas como la hiper-concha de Dios por el inmenso García Seijas, en las que Trillo da cátedra de comedia costumbrista y –casi sin querer- retrata a la Buenos Aires de 1987-1993, a su gente, a sus miserias, sus obsesiones y sus fantasías. No es poco. Al lado de lo que vino después (el insulso Nene Montanaro), es muchísimo.
Y ahora que terminé con El Negro Blanco, la corto con la historieta argentina hasta Septiembre, ya que para ese mes tengo pensado priorizar el material de autores argentos y dedicarle no menos de 15 ó 20 reseñas.
Published on August 17, 2012 09:37
August 16, 2012
16/ 08: iZOMBIE Vol.3

Y no, la verdad que no. De alguna manera, Chris Roberson se las ingenia para que por los costados de este incesante desfile de criaturas una más bizarra que la otra, avance un argumento lineal, fácil de seguir, con conflictos bien definidos, e incluso para que entre medio de todo el kilombo avancen sub-argumentos como el del romance entre Gwen (la protagonista) y Horatio, o el misterio de Gavin (el hermano de Gwen), o las extrañas vueltas de tuerca en la trama que involucra a Galatea (la villana), Claire y el cadáver de Francisco.
Es una especie de milagro irrepetible, porque casi cualquier otro guionista se armaría tanto kilombo con tantos elementos, tantas facciones cruzadas y tanto para explicar (como para que cada bizarreada resulte mínimamente digerible) que la serie sería imposible de seguir. Por ahora, y a dos tomos del final, todo parece muy coherente, todas las sub-tramas parecen avanzar hacia un desenlace bien pensado. Claro, en este devenir de las tramas también hay giros sorprendentes, como el que Roberson le pega en este tomo a Amon, o a la relación entre Gwen y Horatio y entre este último y Diógenes. La idea –creo yo- es que no nos distraigamos de lo fundamental: esto está lleno de criaturas extrañas, pero en el fondo, son todos humanos, y siempre por encima del kilombo y las luchas (bastante sangrientas, cabe aclarar) se imponen los conflictos que tienen que ver con los sentimientos, con las pasiones. En función de eso, Roberson cuida muchísimo los diálogos, cuyo realismo contrasta brillantemente con lo estrambótico de los personajes y de ciertos aspectos de la trama.
Este por ahí es el tomo más virado a la machaca de los tres que leí hasta ahora, pero hay un equilibrio muy logrado entre la acción, el misterio, el romance y la comedia. Incluso hay bastante machaca en el episodio que habitualmente Roberson le dedica a la exploración del pasado de algún personaje secundario. Esta vez elige revelarnos el origen de Diógenes en una historia fumadísima y muy intensa, ambientada en Brasil, con vampiros, ninjas y hombres-jaguar en la que el Carnaval de Río –por contraste- casi parece una escena de rutina, de algo normal que se ve cualquier tarde de Agosto caminando por Florida.
El flashback al pasado de Diógenes cuenta –una vez más- con un invitado de lujo: el inmenso Jay Stephens, un tipo al que se le dio poca bola en sus años de historietista y después optó por la animación, un campo en el que se consagró con su serie The Secret Saturdays. Stephens (cuyas historietas son todas de muy buenas para arriba) dibuja este episodio en su estilo más “superheroico”, limpito, sintético, muy dinámico, y a la vez con una impronta más rara, más oscura, tipo Beto Hernández. Una belleza.
El resto del tomo está todo dibujado por el cada día más grosso Mike Allred, el dibujante más groovy, más cool y encima uno de los más facheros que tiene el mercado yanki. Allred vuelve a lucirse en el dibujo y en la narrativa como si los guiones los escribiera él y como si tuviera cuatro meses para dibujar cada episodio. En una de esas tiene 134 asistentes, ni idea. Lo cierto es que en cada viñeta de iZombie el ídolo pone todo y mucho más. Y sin repetir! Por ahí en X-Statix las escenas de combates entre seres superpoderosos nos remitían al toque a cosas (maravillosas) que ya habíamos visto en Madman o The Atomics. Acá no. Yo soy muy fan de Allred, lo sigo a todas partes y nunca lo vi dibujar escenas de machaca ni remotamente parecidas a las que pela en esta saga. Monstruoso lo suyo.
Y bueno, iZombie se termina en el Vol.5 y no está mal. Las revelaciones jodidas de este tomo seguro van a servir para que el desenlace sea impactante, impredecible, bien climático. Veremos cómo se las ingenia Roberson para cerrar tantas puntas y encauzar a tantos personajes hacia un final satisfactorio. Por lo visto hasta ahora, le tengo mucha fe.
Published on August 16, 2012 10:19
August 15, 2012
15/ 08: EL PREVIEWS DE OCTUBRE

Pero guarda: hay tres libros que me ceban y que, según Amazon, salen recién en Marzo o Abril del año que viene. ¿Quién tendrá la posta? ¿A quién le creo? En principo, le voy a creer a Amazon. Entonces, anoto “para más adelante” estos tres libros:
Batman: The Black Mirror, versión en tapa blanda del mega-broli de 304 páginas con un montón de material escrito por Scott Snyder y dibujado por Jock antes del reboot. Vale míseros u$ 16.99 y pinta bárbaro.
Por el mismo precio, DC ofrece también el softco de la novela gráfica de los Teen Titans, Games. Son muchas menos páginas (144) pero sigue sin ser un choreo y además los autores son Marv Wolfman y George Pérez. Se le puede dar una oportunidad.
Marvel ofrece el softco de Kick Ass Vol.2, 208 páginas a muy garpables u$ 19.99. Mark Millar y John Romita Jr. me hicieron pasar buenos momentos con el Vol.1, así que lo espero ansioso.
Acá me están tratando de cagar: sale un TPB llamado Journey Into Mystery/ New Mutants: Exiled. Son 120 páginas a u$ 16.99 (muy caro) y encima trae sólo dos episodios de la serie regular de JIM, que es la que a mí me gusta. Así que con las debidas disculpas, paso.
Igual me abrocharon con un choreo igual o peor: el primer TPB de Moon Knight de Brian Michael Bendis y Alex Maleev traía 176 páginas a u$ 20 y me tiré de cabeza. El segundo trae sólo 112 páginas, al mismo precio. Me empomaron, no me quiero perder el tramo final de la serie...
Ah, y me queda un librito de Vertigo! El Vol.1 de Saucer Country. Le quiero dar una opotunidad a la serie de Paul Cornell, con Ryan Kelly y el gran Goran Sudzuka. Son 144 páginas a u$ 14.99, un super-precio.
Dark Horse se zarpa: me saca Grandville: Bete Noire, lo nuevo de Bryan Talbot, en un hardcover de u$ 19.99. Por 104 páginas es muchísimo. Espero el softco.
Image lanza el primer TPB de Saga, la serie de Brian Vaughan y Fiona Staples a precio hiper-amigable: u$ 9.99 por 160 páginas. Obviamente cuentan conmigo.
BOOM! Studios tiene dos libros interesantes, que en un mes menos lapidario por ahí quedaban adentro: la nueva historieta de Charlie Brown y Snoopy (It´s Tokyo, Charlie Brown) es una novela de 112 páginas, que a u$ 13.99 no es cara. Pero no conozco a las autoras y no me quiero clavar. El otro libro es de una autora a la que amo, Carol Lay. Se llama Illiterature y recopila una tira humorística, Story Minute. Es un hardco de 112 páginas a u$ 14.99 (casi razonable), pero no conozco el material y tengo miedo de comerme un garrón. Lo tendría que tener en la mano para decidirme.
Fantagraphics se decidió a darme el golpe letal, con tres libros. Dejo pasar Julio´s Day (de Beto Hernández), porque es un hardco de sólo 104 páginas a u$ 19.99. Cuando salga el softco, lo pido. Pero me tirás un hardco de Richard Sala y me derrito de la emoción: Delphine trae 120 páginas a u$ 25 y yo ya lo estoy buscando en Amazon para pagarlo un poco menos. También salen en un único hardco los dos primeros álbumes de Ralph Azham, una serie de Lewis Trondheim que arrancó muy bien en Francia. El libro yanki ofrece 96 páginas por u$ 14.99 y yo entro como un caballo.
Como todos los años, Houghton-Mifflin-Harcourt ofrece el Best American Comics, esta vez coordinado por Françoise Mouly. Para no romper la tradición, pongo u$ 25 por este masacote de 352 páginas, lujosamente editadas.
Quiero bajar la persiana y no me dejan: Pantheon saca Hive, la continuación de X´Ed Out, del ídolo Charles Burns en un lujoso hardco de 56 páginas que vale u$ 22. En Amazon está mucho más barato, así que me lo re-pido.
Y cierro con una bizarreada: Tharg´s Creepy Chronicles parecen ser historias cortas de terror creadas para la 2000 A.D. por Mark Millar y Frazer Irving. Rebellion las recopila en un broli de 144 páginas a u$ 19.99, un toque caro, pero me interesó como para la timba porque soy fan de ambos autores.
Con el futuro hipotecado pero feliz, sólo me queda esperar que empiece a llegar este material para leerlo y reseñarlo. Y después buscar dónde carajo guardarlo, porque ya no tengo espacio en ningún lado...
Published on August 15, 2012 14:35
August 14, 2012
14/ 08: COMANCHE Vol.3

En una comiquería de Rosario me encontré varios tomos de Comanche originales, editados en Bélgica en los ´70, obviamente en francés. Compré dos, leí uno, y me guardé otro para el año que viene (sí, ya estoy comprando material que no voy a poder leer antes de fin de año). Yo había leído alguno en castellano, cuando Billiken los editaba como un suplemento dentro de la revista en épocas de verano, allá por el ´77 o ´78, no recuerdo bien (posta, era muy chico). Obviamente no me acordaba nada, excepto que había cowboys y unos dibujos de la San Puta, que en su momento me parecían un poquito más pedorros que los de Antonio Hernández Palacios, cuyos westerns conocía por la revista Trinca. No es que ahora sean mejores (difícil superar a Hernández Palacios a la hora de dibujar un western realista), pero como en los ´80 me hice fan de Hermann, estoy en condiciones de disfrutar mucho más esos dibujos en los que ya se insinuaban muchas de las genialidades que el belga nos regalaría en las décadas posteriores.
Este tomo, Les Loups du Wyoming, es el tercero de la serie, editado en álbum en 1975. La protagonista es Comanche, una chica valiente y un poco cabeza dura que –nunca supe cómo- está al frente del rancho 666. Pero es la protagonista hasta ahí nomás. Está muy claro que la idea es repartir el juego entre Comanche y sus empleados, cinco tipos a las órdenes de una minita, cosa que en el duro far west no sé si era tan frecuente. De los cinco, el que más chapa tiene, o por lo menos al que más bola le da la dupla sin apellidos es Red Dust, el guacho recio y fachero, quien en buena parte de la aventura eclipsa por completo a Comanche. De todos modos, el verdadero artífice de la derrota de los villanos será un personaje creado sólo para esta aventura: Braggshaw, un sacerdote poco ortodoxo, que predica la paz y el amor pero no duda a la hora de pelar el chumbo y disparar. Paradójicamente, es Red Dust quien menos se copa y más choca con quien tendrá el rol más destacado de esta saga.
El argumento de Greg es bastante lineal. No tonto, ni siquiera predecible, pero ni por casualidad tan oscuro, complejo y realista como los dibujos de Hermann. Hay malos muy malos, buenos muy buenos y un montón de guita que no puede caer en las garras de los villanos para que no se paralicen las construcciones en un pueblo vecino al rancho, en las inmensas planicies de Wyoming. Y por ahí pasa el subtexto más sutil propuesto por Greg: se viene el progreso, muchachos! Hasta los majestuosos bosques de Wyoming pronto dejarán de ser terreno salvaje para integrarse a un país moderno, pujante y civilizado. La reacción frente a eso no es igual en Comanche que en Red Dust, y mucho menos en los hermanos Dobbs, los malos de esta película. Por ahora, ese punto está apenas sugerido, pero por ahí más adelante Greg se decide a explorarlo a full. Como en todo western “serio” va a morir mucha gente, más que en cualquier otra historieta de las que recuerdo haber visto en los ´70 en las revistas para chicos. Por lo menos no hay torturas ni gente morfada por los lobos, como en Bouncer, Blueberry y otros franco-westerns un toque más jodidos.
Del dibujo de Hermann ya hablé bastante y me queda por destacar una cosa: que no es tributario del de Jean Giraud, una especie de milagro en el comic de cowboys made in Europe. En todo caso, Hermann mira más a Jijé (el maestro de Giraud) y obviamente a Hernández Palacios. El resultado es muy atractivo, con una narrativa muy ágil y un dibujo que combina rigor documental con mucho margen para darle expresividad y onda a los rostros de héroes y villanos. Lo único lamentable es el color, muy precario para los standards actuales y que desluce mucho el dibujo de Hermann, especialmente en las (extensas) secuencias que transcurren en la oscuridad de la noche.
Greg no tiene ni medio fan en Argentina (creo), pero Hermann seguro que sí. Si sos uno de ellos, fijate si se puede conseguir de algún modo Comanche en castellano (o en el idioma que te guste) y jugale unas fichas, que además de mostrarte cómo dibujaba el ídolo en sus años mozos, te va a entretener con una aventura intensa, con muy buen ritmo y personajes sumamente atractivos.
Ah, en cuanto a lo que decía antes de que ya estoy acovachando material que voy a poder leer recién en 2013, sé que es un poco temprano, pero te tiro igual la bomba atómica: El año que viene hay SEGURO cuarta temporada para este blog.
Published on August 14, 2012 16:32
August 13, 2012
13/ 08: LARVA Vol.15

Hay muchos argentinos: están Camila Torre Notari, Otto Zaiser, Clara Lagos, Liniers... ninguno de ellos aporta nada demasiado sustancioso. Nuestro país sale bien parado gracias a los esfuerzos de Agustín Paillet, que se manda una historieta chiquita, poco ambiciosa, 100% basada en los diálogos... pero qué diálogos! Excelentes, de punta a punta. Otros destacados compatriotas son Alejandro Farías y Marcos Vergara, que la vuelven a descoser en una historia muy cortita, y Nacha Vollenweider, que rema un guión poco atractivo de Diego Cortés, algo raro en la trayectoria del gran escritor cordobés. Y Decur! No me puedo olvidar de Decur que logra contar una mini-historia dentro de una ilustración demasiado maravillosa para ser real.
Un cuasi-argento, Ernán Cirianni, me hizo cagar de risa con sus dos paginitas. Y después... ¿qué más se puede rescatar? Cambio y Sustracción, de los colombianos Erizo y Keco, no está mal. Es un chiste largo, que se podía comprimir en una página en vez de tres, pero como el dibujo es muy bueno, no molesta. Luis Echevarría, muy buen dibujante, necesita urgente un guionista. Está la continuación de la historieta de elseñorjuanito que empezó la vez pasada, muy, muy bien dibujada. Por supuesto, como acá tampoco hay un final, no la lei. Ojalá algún día se recopile, porque pinta muy grossa.
Jim Pluk, al que la vez pasada vimos fracasar en un osado experimento, esta vez está mucho mejor. Su estilo combina a Jason, Bryan Lee O´Malley y Ariel López V., o sea que es muy, muy atractivo. El guión no se sostiene demasiado, pero bueno, es una historieta pensada en clave de joda, de bizarreada medio extrema, entonces se banca. Y de nuevo sube al podio John Joven, esta vez con una historieta costumbrista, urbana, chiquita y muy real, que tiene lo que estas historietas rara vez tienen: buena construcción de personajes y un giro impredecible y copadísimo al final, en las últimas tres viñetas. Ya está, ya me hice fan incondicional de John Joven, que además dibuja bárbaro, en un estilo que reinterpreta en clave más luminosa y amistosa a los dibujantes que siguen la línea del pintor Egon Schiele, como Teddy Kristiansen, Dave McKean, Filipe Abranchis o algunos laburos de Gipi o Nicolas De Crécy.
Y el resto, que tampoco es tanto, no merece ni la más mínima mención. Los artículos están bien, está todo muy bien presentado, con una edición de gran calidad, pero sigue fallando la selección de autores. Uno sospecha un cierto amiguismo, que cierta gente está ahí no por su talento, sino porque se junta a tomar cerveza con los directores. En la historieta latinoamericana (y sobre todo cuando no hay plata de por medio) son frecuentes estas cosas, la onda camarillera, o la de un autor importante que es convocado a participar de una antología y responde “Sí, bueno, pero llamá también a este, este y aquella que son amigos míos y dibujan bárbaro”.
Y ahí se da una situación de “el huevo o la gallina”. ¿Cómo es? Si la excusa para publicar a cualquier muerto amigo del que dirige es “No tenemos un mango, por eso agarramos cualquier cosa que nos den de onda”, ¿no se les ocurre pensar que con mejores autores la revista vendería mucho más y generaría guita para pagarles a todos, aunque sea unos pesitos? ¿Ponemos autores de la B Metropolitana porque vendemos poco, o vendemos poco porque ponemos autores de la B Metropolitana? ¿Sirve hacer una revista con esta calidad de edición, pero con material juntado “a la gorra”? Por ahí sí, porque nos permite descubrir a autores nuevos, o medio oscuros, de gran nivel a los que de otra forma nadie publicaría. Pero por otro lado nos tenemos que fumar cosas como esa historieta sosa, hueca y dibujada a los pedos que entregó Liniers (que de oscuro principiante no tiene nada) y que seguramente, si se la hubiera encargado una publicación que le pagara por su trabajo, habría tenido una calidad un poco menos bochornosa. Da para pensarlo. Sobre todo en mercados menos incipientes que el colombiano (el nuestro, sin ir más lejos) donde el vicio de la antología armada “a la gorra” también cunde más de lo recomendable.
Published on August 13, 2012 18:35
August 8, 2012
08/ 08: CERRADO POR QUIEBRE, BALAZO Y EXPLOSION

Entre 9 y el 12 de Agosto, Rosario nos espera con los brazos abiertos. La hermosa ciudad santafesina abre un montón de espacios culturales a las actividades propuestas por este tercer Crack Bang Boom, que como ya es costumbre incluyen muestras, charlas, clínicas, talleres, presentaciones de libros y editoriales, revisión de carpetas y proyecciones. Y la posibilidad de encontrarnos con los autores, claro. Entre los invitados de este año se destacan Robin Wood, Max Aguirre, Quique Alcatena, Eddy Barrows, Alfredo De La María, Decur, Ernesto García Seijas, Tomás Giorello, Dante Ginevra, Carlos Gómez, Rafael Grampá, Renato Guedes, Dave Johnson, Horacio Lalia, Sergio Langer, Francis Manapul, Carlos Pedrazzini, Ivan Reis y Ervin Rustemagic, entre otros. Y además, vos sabés que se acercan hasta Rosario un montón de artistas más, que van por la suya, simplemente a pasarla bien con los colegas y amigos de todo el país.
Los años anteriores, me la banqué: laburé mil horas en mi stand, participé en varias charlas y aún así, todos los días clavé una reseña en el blog. Este año, ni a palos. Es mucho sacrificio. Sobre todo porque para leer y escribir uno necesita estar solo y durante una convención así uno NUNCA está solo. Te levantás tarde, desayunás en el hotel con los otros invitados, te vas a dar una vuelta por la ciudad, almorzás con los otros invitados, te metés en el predio de los stands a laburar, de ahí te volvés al hotel (son viajes cortos, no son horas y horas de bondi como en Buenos Aires, o Lima), te bañás y te vas a cenar con los otros invitados. Después seguro pinta alguna actividad de trasnoche (que es la cancha donde se ven los pingos, porque a morfar van todos, pero a los boliches, sólo los grossos de verdad), y así. No está bueno perderse nada de eso para leer comics y reseñarlos. Así que hasta el lunes, no tenemos nada más acá en el blog.
Para los que quieran acercarse a saludar, yo voy a estar los cuatro días en mi stand, desde que abre hasta que cierra el CEC (Centro de Expresiones Contemporáneas). Ahí vas a poder comprar toneladas de historieta argentina a excelentes precios e incluso los libros de este blog. Mañana jueves a las 15:30, sin salir del CEC, voy a conducir la charla con Ervin Rustemagic (el editor y agente europeo) orientada a los que van a presentar carpetas. El viernes a las 18:30 en el mismo lugar, me toca conducir la charla con Francis Manapul, guionista y dibujante de Flash. El sábado a las 15:30 voy a estar en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia (Peatonal San Martin 1080), charlando con el maestro Dave Johnson, el portadista de 100 Bullets y dibujante de casi toda Superman: Red Son y aquellas maravillosas miniseries de SuperPatriot. Y el domingo a las 15, en ese mismo lugar, vamos a estar junto al maestro Eduardo Risso repasando la vida y la actividad de Ervin Rustemagic, un personaje lleno de sorpresas.
La programación completa de Crack Bang Boom, día a día y sala a sala, está en http://www.crackbangboom.com.ar. Si sos un verdadero militante de la viñeta, la programación te chupará un huevo: vendrás al evento no porque se realiza tal actividad o viene tal invitado, sino porque ya es parte de la religión, ya es ESE momento del año en el que lo único que importa es juntarnos para festejar que en este país hay un evento 100% comiquero, enorme, amplio, coherente, donde no te masacran con la entrada y donde todo está cuidado para que artistas, expositores y asistentes la pasemos 10 puntos. Todo lo demás, no importa nada.
Nos vemos en Rosario!
Published on August 08, 2012 10:17
August 7, 2012
07/ 08: THE BIG BOOK OF THE UNEXPLAINED

Yo tengo un problema, que es que creo en todo. Creo que existen los OVNIs y que son tripulados por seres de otros planetas u otras dimensiones, creo en los sasquatch, en el monstruo del lago Ness, en los poltergeist, creo que en las pirámides de México, Centroamérica y Egipto metió mano una civilización de humanoides hiper-evolucionados (que probablemente hayan desaparecido cuando se hundió la Atlántida), me cierra cualquier teoría conspirativa que involucre a los Templarios, a la CIA, a los propios aliens... En este sentido, me deja bien cualquier bondi, el tren y el subte, como si viviera en el Puente Pacífico. Me falta creer que una señora virgen tuvo un hijo, nomás...
Lo que hace Moench en estos dos libros es aportarnos toneladas de datos a los que elegimos creer. Por supuesto, no arroja conclusiones definitivas: sobre todo en este libro, deja abierta la puerta para que todo sea chamuyo, para que sea todo un delirio de mentes trastornadas. Vos elegís: esto puede terminar como una aventura de Scooby-Doo, donde el sasquatch/ monstruo/ alienígena/ fantasma es un viejo garca disfrazado, o puede terminar como un comic de Hellboy, donde todos los fenómenos paranormales (momias, brujas, criaturas inclasificables) son posta. Lo bueno es que la data está. Y Moench la pone sobre la mesa, le da entidad a estos temas y los trata –básicamente- en serio, no es un “nah, escuchate esta bizarreada, que te vas a cagar de risa”. El tipo investigó, leyó, buscó y armó un andamiaje de argumentos no sé si 100% posta, pero por lo menos atendibles. El efecto para el lector normal que se topa con este libro es buscar más información sobre estos temas y preguntarse por qué tan poca gente se hace cargo de que estos fenómenos existen, por qué los gobiernos los niegan sistemáticamente. Si en vez de un lector normal sos un guionista de comics, el efecto más lógico es chorear ideas a mansalva: de estas historietas seguramente habrán salido (y seguirán saliendo) muchas más.
Si alguna vez viste un Big Book, sabrás que en estas páginas rara vez los dibujantes encuentran espacio para narrar. Generalmente, los dibujos ilustran (muchas veces en son de joda) algún aspecto de lo que narran los bloques de texto. Acá hay algunas excepciones, pero poquitas. El peso de llevar adelante las historietas lo carga Moench y lo hace con una cancha impresionante. Obviamente, tiene la complicidad de algunos dibujantes realmente excelentes, que se bancan, por esta vez, no ser los protagonistas. Veamos:
Un Eric Shanower preciosista y un poquito frío se luce en el prólogo y el epílogo. El glorioso Sergio Aragonés pone su inconfundible sello de calidad en Ancient Man. Randy DuBurke experimenta con éxito en In no Space-Time Flat. Russ Heath, Paul Gulacy, Rick Parker y Hunt Emerson son otros de los que rara vez fallan y acá la rompen. Bob Fingerman, Joe Staton (otro que experimenta un cambio de estilo) y el nunca bien ponderado Rick Geary también se lucen con muy buenos aportes. Ted Naifeh dibuja en un estilo que nunca le había visto antes, muy interesante. Dos dibujantes a los que no conocía me volaron la peluca: Donald Davis y Graham Higgins. Grossísimos ambos. Por debajo de lo que uno esperaba de ellos están los trabajos de D´Israeli, Steve Lieber, Brent Anderson y un muy joven J.H. Williams, a años luz de lo que dibuja hoy en día. Y el mejor laburo –por lo menos para mi gusto- es el de Joe Sacco. The Goatsucker es una de las historietas más extensas (11 páginas) y seguro la mejor dibujada. El demente de Sacco incluso se encargó de rotularla él mismo.
Por una cuestión de onda, de premisa copada, yo te diría que todos los Big Books están buenos. Creo que hubo uno sólo que no me enganchó para nada. Pero en ese contexto, no hay dudas de que los dos Big Books de Doug Moench están por encima de todos los demás, son los primus inter pares, los títulos por los que vale la pena pagar lo que te pidan, de una, sin chistar. Esa lista zarpada de dibujantes es un bonus track, casi un detalle menor. Lo inexplicablemente grosso es el laburo de Moench, absolutamente consagratorio y totalmente a trasmano del insostenible mainstream yanki de los ´90. Un fenómeno.
Published on August 07, 2012 19:00
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