Andrés Accorsi's Blog, page 218
July 26, 2012
26/ 07: X-STATIX PRESENTS: DEADGIRL

En primer lugar, me ensarté como un gil. Leyendo este tomo, me entero que todos los miembros de X-Statix están muertos. Y buscando en Wikipedia, me cuentan que mueren todos al final del Vol.4 y yo el otro día leí el Vol.2. O sea que me cagaron muchas sorpresas por no ponerle Vol.5 a este TPB.
Ahora, ¿es un TPB de X-Statix? Sí, definitivamente. El Doctor Strange, que comparte protagonismo con Deadgirl, tiene muchísima chapa, pero sin los personajes de X-Statix esto no podía ni resolverse ni cobrar algo así como un rumbo razonable.
De todos modos, se nota mucho que Peter Mlligan quería hacer una saga del Tordo y –para que Marvel se la aprobara- le agregó todo el tema de X-Statix, o en realidad la posibilidad de retomar algunas puntas que no habían cerrado del todo (supongo) cuando se canceló esa colección. Algo parecido a lo que vimos en Fever, cuando Brendan McCarthy mete a Spider-Man en su saga del Hechicero Supremo.
Milligan escribe a un Doctor Strange canchero y encantador, pero se zarpa un poco con los chistes. Esto es casi tan en joda como Indefensible, aquella saga de los Defenders que nos obsequiaran Keith Giffen, J.M. DeMatteis y Kevin Maguire. Si después de leer Indefensible resulta imposible volver a tomarse en serio a Dormammu y Umar, una vez que leés Deadgirl le perdés por completo el respeto a Strange, a Wong e incluso al mismísimo Ancient One. No digo que esté mal, porque ese enfoque realmente funciona en el contexto de esta historia. Digo que si siguen tomándose al Tordo para la joda, después va a costar un huevo reinterpretarlo como personaje serio y dramático. Pero bueno, son experimentos y está bueno que las grandes editoriales experimenten.
El guión en sí es un disparate que gira en torno a los héroes y villanos muertos, cómo viven en el más allá, quiénes y por qué quieren volver a la vida, por qué algunos vuelven y otros no... esa onda. Guarda, tomado todo MUY en joda. Esto es pop para divertirse: No esperes explicaciones filosóficas ni metafísicas, la cosa va más para el lado de los chistes, incluso algunos medio escatológicos, otros medio sexópatas y hasta un gaste maligno y genial al nefasto George W. Bush.
El siempre brillante Mike Allred comparte la faz gráfica con Nick Dragotta y este usa sus poderes camaleónicos para –una vez más- adoptar el estilo del ídolo de modo que no puedas distinguir qué hizo uno y qué el otro. Por ende, todo parece un comic de Allred y todo se ve maravillosamente bien. Y como siempre, el color de Laura Allred (bomba atómica y esposa de Michael) aporta muchísimo a este clima de bizarreada festiva.
Superhéroes, comedia y algunos elementos típicos del comic de terror se juntan en esta historieta, esta vez para descorchar unas bebidas y cagarse de risa un rato. La epopeya está, pero puesta al servicio de un relato cuyo tono no es circunspecto ni dramático, sino que todo el tiempo te guiña un ojo como diciendo “Todo bien, es una joda”.
Si ya leíste todo X-Statix, tirate de cabeza. Si no, bancá a leer el final, porque esto es una especie de epílogo. Ahora, si sos purista del Dr. Strange más clásico, más amargo y traumatizado, esto te puede llegar a inflar seriamente las pelotas. ´Nuff said!
Published on July 26, 2012 11:01
July 25, 2012
25/ 07: LARVA Vol.14

Vamos a lo que importa, que son las historietas. Arrancamos mal, con Powerpaola, una chica que dibuja horrorosamente y carece de las nociones más básicas para plasmar sus ideas en imágenes. Sus tres páginas cuentan una anécdota mínima, intrascendente, con cero interés. Por suerte enseguida vienen cuatro páginas de John Joven, un monstruo, un dibujante increíble (autor también de la fastuosa portada), a quien no conocía y de quien me hice hardcore fan. Muy grosso.
Arrancan los invitados extranjeros con una dupla ya clásica: Alejandro Farías y Marcos Vergara aportan talento argento en dos paginitas muy, muy disfrutables. A color y sin palabras, otro colombiano al que no conocía, Mrz, me impactó con su dibujo, su narrativa y el clima que logra en apenas cinco páginas. Otro a seguir de cerca. Elseñorjuanito aporta cuatro páginas muy llamativas, con buenos dibujos, grandes diálogos y personajes muy laburados, pero es apenas el primer tramo de una historieta con continuará, lo cual la hace perder todo atractivo, al menos para mí.
La de Inu Waters también termina con “continuará”, pero se entiende por sí sola. No es gran cosa, pero tampoco está mal. La historieta de Luto tampoco tiene un guión descollante (zafa apenas con un par de chistes) y tampoco lo necesita: su dibujo es vistoso, ganchero y repleto de virtuosismo. Una de las mejores historietas de la antología también tiene sello argentino: Iñaki Aragón escribe y Matías Chenzo dibuja un relato cuasi perfecto, un gran mecanismo de relojería. Los fans de la historieta más under, más salvaje y visceral, serán felices con el aporte del peruano David Galliquio, un delirio desaforado, muy gracioso y con un palo magnífico para Juan Carlos Silva, otro historietista peruano famoso por sus reiterados plagios a sus colegas.
Jim Pluk... no dibuja mal, pero el experimento de meter 18 viñetas por página le salió bastante enrevesado. Más allá de que el guión se quiere subir –con poca suerte- a la onda de los de Gustavo Sala. Uno de los referentes del comic colombiano actual, Joni B, muestra una vez más su talento y su capacidad para evolucionar en una historieta de 7 páginas de gran belleza. Otro peruano vanguardista y experimental, el gran Rodrigo La Hoz, cuenta una hermosa y originalísima historia en apenas dos páginas. Un capo total.
Ya cerca del final, otro argentino, Berliac, propone una historia chiquita pero muy interesante, dibujada como los fuckin´dioses. El tema es que al estar impresa en un formato tan grande, no queda bien ese recurso que tanto le gusta a este autor de poner muy pocas viñetas por página. Y cierra Weng Pixin, de Singapur, un verdulero impresentable que quiere parecerse a Enomoto, o al Yoshihiro Tatsumi más brutal, y fracasa estrepitosamente. Es increíble cómo el nivel de una muy buena antología puede bajar tanto y tan de golpe cuando las seis páginas finales se las dan a una historieta tan, tan chota.
Las páginas de Larva que no ofrecen historietas, están ocupadas por artículos (uno de ellos, del propio Berliac) bastante atractivos y bien escritos. El diseño está muy bien, el papel es excelente... La verdad, muy rico todo. Falta depurar un toquecito el staff de colaboradores y tenemos una muy buena revista apuntada al palo de la historieta latinoamericana más finoli, o de más marcada impronta autoral, con unos cuantos hallazgos realmente notables. Tengo sin leer el Vol.15, también, al que prometo entrarle pronto.
Published on July 25, 2012 14:39
July 24, 2012
24/ 07: THE WEDNESDAY CONSPIRACY

The Wednesday Conspiracy nació en la mente de Sergio Bleda (al que visitamos allá por Octubre del año pasado) con el título de La Conjura de Cada Miércoles, en forma de tres álbumes de 46 páginas realizados a razón de uno por año, entre 2005 y 2007. Los amigos de Dark Horse editaron la saga completa en un sólo TPB, de 2010, lo cual es bastante coherente, porque los álbumes no son autoconclusivos, sino que terminan en escabrosos cliffhangers, que habrán dejado a los lectores franceses puteando un año entero para saber cómo catzo continuaba la historia.
A ver, el planteo está gastadísimo: un científico reúne a un grupo de freaks con poderes paranormales para brindarles apoyo y contención. De alguna manera estos conectan con una gigantesca conspiración para traer a la tierra a una horda demoníaca y deben enfrentarse a poderosos enemigos, también del palo sobrenatural. O sea, una especie de X-Men más dark, un X-Men para el sello Vertigo de los ´90. ¿Cómo pilotea Bleda la falta de originalidad en la propuesta de la serie?
Primero, con buenos toques en la caracterización. Los personajes están muy bien trabajados, principalmente Violet (que es lo más parecido a una protagonista) y Akiko. Los demás, salvo Brian, que aporta poco, están todos muy bien, incluso algunos secundarios como el desquiciado Ian Barks, un gran hallazgo por parte de Bleda. En segundo lugar, con el ritmo narrativo, que está cuidadísmo. Hay un equilibrio muy notable entre la investigación, la machaca y las escenas más tranqui e intimistas. En casi 150 páginas, el autor encuentra espacio para desarrollar a los héroes y villanos, para que la trama encuentre su cauce siempre de modo razonable, nunca forzado. Y para crear una atmósfera muy atrapante, que te logra involucrar en la historia y te hace querer llegar sí o sí hasta el final. En este rubro, la originalidad de Bleda es incuestionable: la cantidad de giros argumentales que nunca te ves venir son muchísimos y los recursos a la hora de mostrártelos de modo ganchero y efectivo son muchos más.
Lo cual engancha con el tercer argumento de Bleda para pilotear un planteo muy trillado: los huevos. Como el español trabaja para Francia, sabe que la historia no puede continuar forever. En la página 46 del tercer álbum, se va a acabar. Y si la historia no sigue, ¿para qué quiere que los personajes sobrevivan a peligros imposibles? Para nada, entonces no tiene reparo en que cada uno de los protagonistas tenga su final y varios de ellos son por lo menos drásticos. Para uno, que venía leyendo The Wednesday Conspiracy como si fuera una remake del Night Force de Marv Wolfman y Gene Colan, cada punto final para un personaje fue un shock totalmente impredecible. Y por supuesto bienvenido, porque le da lógica y consistencia a la saga.
Esto mismo, creado para el mercado yanki, sería una serie regular, ilimitada, pensada para que Violet, Akiko, Joe, Roger y demás duraran para siempre. Cada uno de estos álbumes franceses de 46 páginas repletas de viñetas (10, 11, las que quieras) tienen material para tres o cuatro comic-books de 22 páginas, o sea que lo que hizo Bleda en esta serie equivaldría a casi un año de una ongoing yanki (o por ahí un cachito menos si hay que sacar los garches y las torturas). Pero claro, Bleda lo hizo en tres años, no en uno, por eso logró este nivel, sobre todo en el dibujo, que está mucho mejor que en Duérmete Niña.
Si en su obra anterior el dibujo parecía una mezcla entre Hermann y algún dibujante de El Víbora, esto parece una mezcla entre Andreas y los gemelos brazucas Fábio Moon y Gabriel Bá. Hay composiciones que recuerdan a Moebius, bichos que recuerdan a François Boucq y un entintado por momentos más filoso, más tipo Tomaz Lavric. Y mientras Duérmete Niña estaba muy jugado al color, The Wednesday Conspiracy se podría publicar tranquilamente en blanco y negro sin perder casi nada de su vasto atractivo visual. Acá el color está buenísimo, pero no define nada, la que define es la línea de Bleda, potente, sugestiva y llena de recursos.
Me parece que The Wednesday Conspiracy nunca se editó en nuestro idioma, pero bueno, por suerte existe esta dignísima edición en inglés. Obviamente en francés se editó más grande y el dibujo se ve mucho mejor. Pero así como la ofrece Dark Horse, también se disfruta muchísimo. Si te copás con las conjuras macabras, las sectas ancestrales, los freaks paranormales y la machaca sobrenatural, te vas a volver loco con esta historieta.
Published on July 24, 2012 16:52
July 23, 2012
23/ 07: TARZAN Vol.12

Pagarlos fue fácil, lo difícil es leerlos. Libro tras libro esperando que mejoraran los guiones y los guiones no sólo no mejoran, sino que empeoran. Ahora ya ni son sutiles: en el tomo anterior había un villano que era una especie de caricatura de Hitler. En este, directamente hay un traidor hijo de puta con una esvástica tatuada en el pecho, o sea, un auténtico villano nazi, de esos que tenemos casi todas las semanas acá en el blog.
Pero lo peor es la repetición: el cliché de “Tarzan se encuentra con una civilización perdida y una minita (generalmente princesa) se moja cuando lo ve y se lo quiere quedar de mascota sexual” se reitera tres veces en 50 páginas. El cliché de “Tarzan combate con el jefe de una manada de monos, le gana y por ley se convierte en el nuevo jefe” es el final absolutamente predecible para el predicamento en el que dejamos al Rey de la Selva al final del Vol.11, allá por Enero de 2011. Y por supuesto, vemos al protagonista zafar de ataduras, cárceles, caídas al vacío, flechazos, tiros, redes, espadazos... todo el clásico repertorio. Los malos, además de malos, son bastante pelotudos: todos en algún momento capturan a Tarzan, pero a ninguno se le ocurre sacarle el puñal que el Hombre Mono lleva atado a la cintura, a la altura de la nalga derecha. ¿No se dan cuenta de que con eso Tarzan puede cortar las sogas con las que lo atan, y si se pone espeso, hasta cortarles la yugular? Es como capturar a Batman y no sacarle el bati-cinturón... De Tarzan no esperaba mucho, pero la verdad es que en los tomos anteriores hubo mejores villanos, más idiosincráticos, más memorables. Acá el único que tiene mínima chapa es el de la esvástica, y sólo porque se hizo pasar por amigo de Tarzan y se dio vuelta muuuchas páginas después. Si no, ni eso.
Lo cierto es que, si esto fuera aventura clásica escrita con mínima onda, uno se bancaría todas estas estupideces inexplicables. El tema es que, entre la serialización de a una página por semana (estas son planchas de 1942/43) y el uso de textos en tercera persona en vez de diálogos, el paquete está armado para que la onda no pueda entrar ni a saludar. Por supuesto, si el guionista (que no sabemos quién es) usara globos de diálogo, en algún momento nos preguntaríamos cómo es que Tarzan habla sin problemas con todos: no menos de 15 especies animales y unas 25 civilizaciones de humanos y afines, algunos negros, otros nórdicos, otros que parecen chinos, algún inglés...
Al final, y una vez más, lo único que salva a estos hermosos tomos de terminar en el carrito de los cartoneros es el dibujo del maestro Burne Hogarth, que casi siempre logra romper la grilla de 12 cuadros por página para brillar con su estremecedor manejo de la figura humana y los paisajes exóticos. Acá aparecen unas cuantas minas (una de las civilizaciones perdidas está compuesta por amazonas) y no, los rostros femeninos no le salen a Hogarth tan bien como los masculinos, le cuesta más hacerlos distintos, darles expresividad. Los cuerpos sí, están perfectos. La viñeta esa en la que un barco es abordado por cuatro o cinco mastodontes es una obra maestra en sí misma, una genialidad casi surrealista. Y en materia de dibujo todavía falta lo mejor, porque en un par de años/tomos más, Hogarth se va a superar a sí mismo.
Veremos qué tan infumables se me hacen los guiones de los próximos tomos. No me queda más remedio que leerlos, pero espaciados, así no te torturo a vos con mis padeceres...
Published on July 23, 2012 15:46
July 22, 2012
22/ 07: SETON Vol.1

A todo esto... ¿qué hace Taniguchi dibujando un western? Bueno, esta obra de 2004, escrita por Yoshiharu Imaizumi, no es exactamente una de cowboys pendencieros que se cagan a trompadas en el saloon y se baten a duelo con sus colt en las polvorientas calles de algún pueblito choto cuyo nombre contiene las palabras Town o Gulch. Esta es una historia, como tantas de las que dibujara Taniguchi a lo largo de su ilustre carrera, de contrapunto entre el hombre y la naturaleza. Una región ganadera de gran prosperidad, en la que se concentran enormes rebaños de vacas y ovejas, es asolada por una manada de lobos liderada por “el Rey”, un animal mucho más fuerte, ágil, rápido e ingenioso que los típicos lobos a los que los ganaderos capturaban sin mayor inconveniente. Esta situación llega a oídos del canadiense Ernest Thompson Seton, pintor y estudioso de la naturaleza, quien en 1893 llega a Currumpaw a ver si puede ayudar a los hacendados a erradicar la amenaza de “el Rey”.
Con eso, más algunos flashbacks al pasado de Seton como artista plástico en París, Imaizumi llena 270 páginas de un manga que avanza lento, pero se disfruta a full. Secuencia tras secuencia, se entabla el duelo entre el capo de los lobos y este tipo finoli, más acostumbrado a la pluma y el pincel que a la pala, el pico y el alambre de púas, un extranjero en tierra extraña que sin embargo sabe mucho más sobre las costumbres de los lobos que los cowboys más curtidos de la región. Como el querido Wile E. Coyote, Seton pondrá un montón de trampas que fracasarán, porque “el Rey” es cuadrúpedo, pero no boludo. Y ya a punto de cejar, la obsesión de Seton por este majestuoso depredador lo llevará a hacer un último intento. Un intento que lo obliga a romper códigos, pero que finalmente lo conduce al éxito. Sobre el final, cuando “el Rey” se nos muestra por fin vulnerable, primitivo, en desventaja frente a los humanos a los que le pintó la cara todo el libro, Imaizumi pega un giro magistral y le plantea a su héroe un dilema ético realmente espeso.
Humanos versus lobos, salvajes versus domésticos, instinto versus ingenio, así está planteado este duelo que tiene por marco unas planicies, unas montañas y unos desfiladeros con los que Taniguchi hace maravillas. Sus lobos son impresionantes, repletos de expresividad y hasta distintos entre sí. El guión le permite a nuestro mangaka favorito colgarse en secuencias donde todo pasa por la contemplación de los paisajes agrestes, algo que a Taniguchi le gusta demasiado y desde siempre. Y cuando irrumpe la acción, el ídolo se luce con persecuciones, combates y hasta masacres (de vacas, ovejas y perros) sumamente impactantes, pensadas para quitarte el aliento. La puesta en página y la aplicación de los grises con tramas mecánicas (probablemente en el photoshop) también potencian muchísimo este prodigioso laburo de Taniguchi, en cuya maquetación para la edición española (y yanki, supongo) metió mano mi amigo Edu Di Costa.
Este es un manga de gran calidad, una lectura tan placentera como inquietante. Y lo más lindo: si bien cierran todas las líneas argumentales, es apenas el primer tomo de una serie de tres, así que pronto habrá más Seton.
Published on July 22, 2012 13:47
July 21, 2012
21/ 07: SE FUE NOLAN, ¿Y AHORA?

Tarde o temprano –esto es obvio- Batman va a volver a la pantalla gigante. ¿Qué haría yo si fuera la Warner? Una sóla ley tallada en piedra: No Más Guiones Originales. O sea, de acá en más, no contratamos guionistas para que reversionen a Batman, sus mitos, sus villanos, su historia, sino para que adapten a la pantalla grande historias que ya existen en el comic. Algo así como lo que están haciendo en las películas de dibujos animados hace unos años: no se inventan más argumentos, se adaptan (con distinta suerte) los que ya existen.
Las ventajas de esto serían infinitas. Por un lado, se podría frutear menos. No tendríamos nunca a un Bane medio subnormal mascota de Posion Ivy, por ejemplo. Los personajes actuarían de un modo más previsible (por lo menos para los lectores de comics) y dejarían de estar sujetos a los caprichos frutihortícolas de unos guionistas pasados de rosca que duermen noche por medio en la guardia de Toxicomanía de algún hospital de Beverly Hills. Si nos comemos garrones, será porque alguien decide adaptar –ponele- la excecrable All-Star Batman & Robin. Pero le vamos a poder echar la culpa a Frank Miller, que es más divertido que putear a un guionista de cine al que casi nadie conoce.
Y lo más interesante: se podrían filmar varias películas al mismo tiempo! La propia DC admite que Batman acepta más de una versión, por eso edita en simultáneo historietas más dark, historietas más infantiles, cada tanto una graphic novel donde lo que pesa es la impronta autoral de algún nombre grosso, etc., y lo piola de todo eso es que no se intenta homogeneizar un criterio, una visión únicos. Si DC puede contratar a ocho o nueve dibujantes y guionistas distintos, ¿por qué la Warner no puede hacer lo mismo con los directores y los actores?. Ponele que viene... Guy Ritchie y dice “quiero filmar Hush y quiero de protagonista a Jason Statham”. “Bueno, dale”, le dicen los capos de Warner. Al mismo tiempo cae... Kevin Smith y dice “quiero filmar una de las sagas que escribí yo y quiero de protagonista a Ben Affleck”. “Bueno, dale”... y así, hasta garantizar una peli por año.
Algunas serían trilogías (No Man´s Land, ponele) y otras serían sólo un par de horas. Nadie se escandalizaría si está Robin o no está Robin: estará si estaba en la historieta elegida por el director, y si no, no. Sea porque murió Heath Ledger, o porque Chacarita descendió a la B Metropolitana, las pelis de Batman nunca repitieron villanos dentro de la misma etapa. Con mi sistema, no sería obligatorio ni repetir villanos ni variarlos siempre: dependerá –de nuevo- de quiénes aparecían en los comics. Por supuesto, los productores podrían sumar un personaje, o eliminar a alguno que sobre (en Hush, serían el 90% de los que aparecen), estirar una saga corta o comprimir una muy larga, pero la base vendría ya sentada por los comics.
Lo cual además sería sumamente beneficioso para DC, porque en el momento del estreno de una peli basada en –ponele- Prey (clásico memorable de Doug Moench y Paul Gulacy), la historieta se reeditaría y pasaría de estar semi-olvidada en la batea de alguna comiquería, a vender fortunas. Los autores de los comics se llevarían un lindo cheque y todos felices.
Los únicos “perjudicados” seríamos los comiqueros, porque iríamos al cine sabiendo casi minuciosamente qué va a pasar, qué personajes van a aparecer, qué onda va a tener la peli y –sobre todo- cómo va a terminar. Sería mucho menos emocionante que lo que vivimos en el cine de 1989 para acá, pero por otro lado nos ahorraríamos varios disgustos. Si adaptan una saga que te parece chota, no la vas a ver y listo. Total, ya sabés lo que pasa, porque leíste el comic.
Piénsenlo, muchachos de la Warner. Les regalo desinteresadamente esta idea, que además es la que están usando ustedes en las pelis animadas. No arriesguemos más: con Nolan les salieron todas bien. Con los anteriores, casi ninguna. Confíen en lo que ya existe, apuesten sobre seguro: Denny O´Neil, Doug Moench, Alan Grant, Frank Miller, Alan Moore, Matt Wagner, Grant Morrison, Paul Dini, Greg Rucka, Scott Snyder, llegado el caso Chuck Dixon, Judd Winick y hasta Jeph Loeb tienen en su haber historias de Batman dignas de ser mostradas al público masivo, al que nunca leyó historietas. Ahí hay materia prima de gran nivel, y cuanto menos mano le metan, mejor se va a ver en pantalla. De nada.
Published on July 21, 2012 19:30
July 20, 2012
20/ 07: THE DARK KNIGHT RISES

A ver, ¿cómo se supera The Dark Knight? Simple: no se supera. No se puede hacer una peli de Batman mejor que The Dark Knight. ¿Y entonces para qué hacer una secuela? Para cerrar la trilogía que empezó en 2005 de un modo más... razonable que como terminaba el hitazo de 2008. Cuando digo “más razonable” digo menos dark, con menos sensación de que está todo para el orto. ...Rises no es una fiesta ni mucho menos, pero no está tan impregnada de corrupción y perversión como su antecesora. De hecho, ninguno de los dos villanos son irredimiblemente malos. Bane sí, se pasa de heavy, de ortiva entre los ortivas. Casi podría dirigir la AFIP de Apokolips de tan ortiva. Pero si bien es un zarpado, cruel e inmisericorde, no actúa por maldad, sino por convicción. Cree en algo que a nosotros no nos cierra y está dispuesto a todo. Por eso es “el malo”. Y Selina Kyle (a quien en ningún momento nadie llama “Catwoman”) no es exactamente una villana. Traiciona, miente, juega siempre para el Club Atlético Selina Kyle, pero cuando los dilemas morales se hacen acuciantes, se pone del lado correcto.
Ah, pero falta un villano! Está encubierto y yo no lo vi venir (a pesar de las pistas que nos regala Christopher Nolan). No te lo quiero cagar, pero tiene mucho que ver con la primera peli. De alguna manera, lo que empezó Ra´s al Ghul en Batman Begins lo tiene que terminar... alguien, para dar la sensación de que todo cierra.
O sea que al tener un villano encubierto y una veleta que va y viene (Selina), el argumento es más lineal: es la lucha de Batman contra Bane, que viene a escupirle el asado a una Gotham donde el bati-oreja lleva ocho años sin aparecer. Y es una lucha clásica: se enfrentan, el héroe pierde por goleada y tiene que tratar de volver a ascender (a Primera, supongo) antes de que se pudra todo. Es muy loco cómo Batman pierde tiempo. En los últimos 10 minutos de una cuenta regresiva fatal, el tipo saluda a los amigos, habla boludeces, se transa una mina, baja línea... en vez de apurarse para detener el apocalipsis! Pero bueno, vos sabés que lo va a lograr. El tema es a qué costo.
Lo mejor que tiene la peli es cómo presenta a un nuevo héroe, Blake, un personaje fundamental en la historia, el único que hace siempre lo correcto. Un grosso, mal. El giro en el que te avivás quién es el villano encubierto también es brillante. Y lo más choto (acá me spoileo la vida) es la última escena, en la que Bruce Wayne aparece vivo. Nah, me estás jodiendo. ¿Cómo zafa? Y lo más importante: ¿para qué? ¿Para qué carajo dejás vivo a Bruce Wayne, si a) es el final de la trilogía y el que venga después se va a cagar en todo, b) ya hay un sucesor para Batman y c) ya le mataste a los padres, lo hiciste recorrer el mundo, volver a Gotham, ser Batman, dejar de ser Batman, volver a ser Batman, enamorarse de una mina, que se la maten, que lo culpen del asesinato de su amigo, que pierda su fortuna, que media Gotham sepa su identidad secreta, que le quiebren la espalda, que lo tiren en un calabozo inexpugnable y que –a pesar de todo- vuelva. ¿Para qué? ¿Qué le falta? ¿Ser jurado en Bailando por un Sueño? Al igual que en los comics, la obsesión de los guionistas con Bruce Wayne es inentendible. Mátenlo de una puta vez y déjenlo muerto 25 años, mínimo.
La peli es larga (164 minutos) pero no se sufre, por el contrario, se hace ágil y llevadera. Le sobra un poco de machaca y grandilocuencia y no tiene aquellos diálogos memorables que mandara Heath Ledger bajo el maquillaje del Joker en la peli anterior. Igual están muy afilados los Tres Grandes (Morgan Freeman, Michael Caine y Gary Oldman) y sobre todo Anne Hathaway, que no sobreactúa la faceta sexy de Selina, no la hace un yiro disfrazado de gato que se la pasa lamiendo gente. Tampoco acaricia gatitos, ni tiene un sólo gato en su casa. Eso me sorprendió.
De las tres pelis de Nolan, esta es la que tiene menos de policial y menos de espionaje. Tampoco es tan épica como la primera, me parece. Por momentos, parece coquetear con el género bélico (esa escena fastuosa en la que los canas se le van al humo al ejército de Bane) y por momentos se hace muy intimista, muy humana. Y sin que bajen la acción ni la emoción, lo cual es todo un logro. Hay cositas de Knightfall, de No Man´s Land, de Son of the Demon, de Bane of the Demon... y muchas otras que no tienen que ver con nada que hayas leído en los comics.
Hasta acá, entonces, llegó la Era Nolan. Fue el único que hizo tres pelis y el único que no hizo ninguna peli chota. Sacrificó algunos elementos copados (Gotham, por ejemplo, que acá es casi una ciudad cualquiera) y potenció infinitamente otros a los que nadie le había dado demasiada bola (Lucius Fox, por ejemplo, que acá tiene una chapa infinita). Le fue bárbaro en 2005, salió campeón invicto en 2008, peleó el torneo hasta el final en 2012 y redondeó una excelente campaña que andá a saber si alguien, alguna vez, logra repetir. Un maestro.
Published on July 20, 2012 15:27
July 19, 2012
19/ 07: MORTADELO Y FILEMON: EL CASO DEL SEÑOR PROBETA

El Caso del Señor Probeta ofrece delirio de principio a fin. Un bizarro experimento genético del Profesor Bacterio da como resultado que un tipo común y silvestre logre adoptar a voluntad el aspecto o las habilidades de cualquier animal, una especie de Beast Boy y Animal Man, todo en uno. No se sabe por qué, este tipejo decide usar sus poderes para robar cosas valiosas y por supuesto, Mortadelo y Filemón deberán detenerlo. O por lo menos intentarlo.
La secuencia de gags arranca cuando el Súper convoca a los agentes a su oficina, sigue cuando estos se cruzan con el Señor Probeta por las calles de la ciudad, se descontrolan cuando los planes para capturarlo fracasan una y otra vez y cierran con alguna animalada que Mortadelo o Filemón hacen por accidente y que los fuerza a escaparse de la ciudad. Así, varias veces, en ciclos de unas seis páginas. Ibáñez se las ingenia para que cada vuelta de este loop interminable (son 44 páginas pero parecen 100) tenga sus propios chistes y su propio atractivo, generalmente vinculados a los animales a los que elige emular el Señor Probeta. La mejor secuencia tiene poco que ver con el Señor Probeta: es la de las páginas 23 y 24, cuando los agentes de la TIA invaden el departamento de Servando y Adalberta, un matrimonio cuya apacible vida conyugal se verá arruinada por el inepto accionar de nuestros héroes.
Para el final, el villano comienza a adoptar todo tipo de formas: se transforma en buzón, en árbol, en poste de luz, en teléfono público y hasta en otras personas. Claramente ahí había un potencial némesis para Mortadelo, famoso por su habilidad para los disfraces. Pero para Ibáñez el Señor Probeta es apenas un chiste más. De hecho, parte de la gracia de este personaje es que jamás habla y siempre tiene la misma expresión en el rostro.
El dibujo de Ibáñez está perfecto, bien afilado, muy plástico, muy zarpado a la hora de exagerar el grotesco de todos estos gags gobernados por el slapstick y la violencia desmedida. Lo más notable es cómo logra que el dibujo se luzca tanto en páginas y páginas de 10 u 11 viñetas. Por supuesto, con Ibáñez de vuelta al frente de la serie, no hay Señorita Irma que valga. Acá el elenco se limita a los básicos: Mortadelo, Filemón, el Súper y el Profesor Bacterio. Y si aparecen otros agentes de la TIA, es sólo a los efectos de algún gag puntual.
Bueno, no mucho más. Lo importante es que, cuando están bien hechas, las frenéticas peripecias de Mortadelo y Filemón resisten sin problemas el paso del tiempo. Y leídas de a una cada tanto, son muy, muy divertidas, incluso cuando Ibáñez decide no bajar línea, sino dedicarse a descontrolar con situaciones 100% bizarras y disparatadas. Larga vida a este glorioso par de subnormales.
Published on July 19, 2012 09:42
July 18, 2012
18/ 07: TRANSMETROPOLITAN Vol.10

Este tomo es extra-large: además de los seis típicos episodios de la serie de Warren Ellis y Darick Roberston, trae 110 páginas más, con los dos libros de “artículos” escritos por Spider Jerusalem y las 9 portadas de Robertson para las primeras ediciones en TPB. Los artículos son medio un choreo. Son una galería de pin-ups de dibujantes casi siempre muy grossos, con textos (casi siempre breves) en los que Ellis hace hincapié en la mala leche de Spider y su relación enfermiza con la mega-urbe que lo vio nacer. Hay mínimas referencias a la trama política, pero casi todos son soliloquios de Spider hablando de sí mismo, de las drogas, las putas, las modas y de las miserias de la Ciudad.
Claro que la trama política es la protagonista excluyente de las 144 páginas que realmente importan, las que le ponen punto final a la saga. Spider contra Callahan, último round y lo que está en juego es nada menos que... todo. El final de Transmetropolitan se publicó hace 10 años, así que me siento habilitado a spoilear sin piedad: lo que finalmente sucede es que Spider, al límite de su aguante, logra derrocar al corrupto presidente de los EEUU. Y no organiza un asesinato, ni una revolución. Simplemente hace lo que todo periodista debería hacer: exponer la verdad que se oculta tras el chamuyo de los poderosos. Con sus chanchullos y delitos expuestos, el Sonrisas termina depuesto y en cana, como nos hubiera gustado ver a Carlos Menem, por ejemplo. Pero claro, para eso hace falta que la sociedad y la clase política sientan asco por las transgresiones de su gobernante y acá a Carlos lo votaban y lo reivindicaban hasta cuando ocultaba las pruebas para que no se supiera quién mató a su hijo.
Con bastante acción, con unos cuantos chistes, con un personaje muy secundario (el papá de Yelena) que espera hasta el final para pelar chapa, con un epílogo excelente, estos seis episodios no pierden tiempo en descripciones, ni en el jugueteo previo. Esto es –por fin- un comic de palo y a la bolsa, donde las escenas tranqui se concentran en el epílogo, cuando el conflicto heavy ya está recontra-resuelto. Al final, la Verdad le gana a la Mentira y todos felices, aunque Ellis se empecine en recordarnos que el adalid de la Verdad es un hijo de mil putas, perverso e irredimible hasta el final. Que haya luchado contra otro hijo, nieto y bisnieto de puta y defendido una causa justa, no hace que Spider sea un buen tipo y eso nos lo subrayan –para mi gusto- demasiadas veces.
Lo de Robertson es –una vez más- correctísimo, con un buen equilibrio entre páginas en las que deja la vida y páginas pensadas para ser sacadas con fritas. Acá se banca escenas realmente difíciles de dibujar, como un combate entre dos multitudes, o una persecución de autos, que es algo tan complicado de plasmar con fuerza en una historieta. Y por supuesto, muchas escenas de las que a él le gustan: dos cabezas, cero fondo y mucho diálogo, con un par de expresiones faciales copadas y no mucho más.
Transmetropolitan es, hasta el final, un comic combativo, cáustico, incómodo. No sé si contracultural, pero sí revolucionario, en el sentido de que se propone sacudir nuestras ideas, cambiar nuestra forma de pensar no sólo cómo va a ser el futuro, sino también cómo encaramos la vida en sociedad, nuestra relación con la justicia, con la política, con los medios de comunicación. Eso sólo lo hace magistral y nos deja en deuda eterna con Warren Ellis, porque no cualquiera se plantea semejante hecatombe mental, y menos a través de una obra que te atrapa, te calienta, te divierte y hasta te hace reir.
Qué lindo hubiese sido tener un Spider Jerusalem en Argentina hace 10 años, cuando la policía de Duhalde asesinaba a Kosteki y Santillán y el “periodismo independiente” titulaba “La Crisis Causó Dos Nuevas Muertes”...
Published on July 18, 2012 15:10
July 17, 2012
17/ 07: EL NEGRO BLANCO Vol.8

Para este tomo de El Negro Blanco, Carlos Trillo y Ernesto García Seijas vuelven a la fórmula probada y aceptada por los seguidores de la tira. Cero innovación, todo dentro de los parámetros que ya sabemos que funcionan. El tomo arranca arriba, con un cuarto sueño, el de Marcucci, que cierra de alguna manera “la saga de los sueños” que vimos en el tomo anterior. Este sueño es el más flojo, está ahí sólo para recordarnos cuánto le cuesta al Negro decidirse entre Chispa (su ex) y Flopi (su actual). Pero es divertido, y le da a García Seijas la posibilidad de dibujar otras ambientaciones.
Las 34 páginas siguientes componen el tramo más flojo del tomo: se trata de la enésima situación confusa que alguien genera para que el Negro y Flopi se separen, con dos detalles mínimamente redimibles: el argumento se nutre muchísimo de la profesión de periodista del Negro (que acá termina por deschavar uno de esos sombríos mega-negociados tan típicos de la Argentina de Menem) y, aunque parezca mentira, el plan para separar a la pareja funciona: Flopi se va por tres meses a otro país y el Negro queda soltero.
¿Cómo suple Trillo la falta de Flopi? La clásica: con un nuevo personaje, en este caso el viejo y gastadísimo truco de una medio-hermana adolescente del Negro, a quien este jamás había oído nombrar y que se quedará a compartir departamento con el protagonista. La maniobra es burda pero el resultado no tanto: las 66 páginas que le quedan al tomo nos muestran a Morena Blanco como un verdadero hallazgo por parte de los autores, un personaje realmente bien pensado y con potencial de sobra para traer aires nuevos a la serie. Por supuesto, sin Flopi de por medio, Chispa recupera protagonismo y el que lo pierde es el periodismo. En todo este extenso tramo, la comedia romántica y de enredos desplaza por completo a la faceta periodística, a tal punto que, si en vez de en un diario el Negro laburara de repositor en un supermercado o de kinesiólogo en un hospital, sería todo exactamente igual.
Lo más importante es que, a pesar de ser fruto de una maniobra tan espuria como encajarle una hermana a un personaje que nunca tuvo hermanos, lo de Morena es meritorio y Trillo sale airoso del desafío de escribir (a los cuarenta y largos) a una chica de 17 que resulte más o menos creíble. El tomo termina con un nuevo sacudón al status quo: el regreso de Flopi, así que habrá que ver cómo se reacomodan las piezas en el próximo tomo.
El trabajo de García Seijas es absolutamente monumental. El ídolo se mata en cada fondo, en cada iluminación, cuida muchísimo los climas, las expresiones faciales, los detalles en la ropa, en el lenguaje corporal y hasta se da el lujo de jugar con algunas convenciones de ese otro lenguaje que maneja de taquito, que es el de la narrativa secuencial. Desde las chicas super-sensuales hasta los freaks más trastornados, todos los personajes de García Seijas (excepto Cococha, como ya señalamos la vez pasada) podrían existir en la realidad y de, de hecho, lo más probable es que existan y que este maestro del dibujo realista los haya convertido en criaturas de papel y tinta. Impresionante de verdad, sobre todo si pensamos que esto está dibujado de a tres o cuatro viñetas por día.
Humor y romance, erotismo (light) y costumbrismo (a full) y un dibujo inhumanamente bueno son las claves gracias a las cuales El Negro Blanco puede pelear un lugar entre las tiras realmente populares y gratamente recordables de la historieta argentina.
Published on July 17, 2012 14:13
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