Andrés Accorsi's Blog, page 213
September 19, 2012
19/ 09: JIM, JAM & EL OTRO Vol.2

rio para la tira con la que Max Aguirre (uno de los auto-
res más versátiles y completos que tiene la historieta argentina) nos deleita hace casi cinco años en la con-
tratapa de La Nación.
La verdad es que, leída en libro, la tira mejora mucho. La posibilidad de leer de un saque lo que Max publica en el house organ de la oligarquía a lo largo de unos... 250 días es realmente enriquecedora, porque se aprecia mucho más el armado, la estructura, el hecho de que el autor no está viendo cada día con qué zafa ese día, sino que tiene un plan. Un plan que a veces es una pequeña historia a desarrollar en varias tiras y a veces es simplemente la intención de terminar de redondear, o de agregarle una capa más de complejidad, a alguno de los tres personajes protagónicos.
A grandes rasgos, Jim, Jam & el Otro es una tira seinfeldeana: humor costumbrista muy afilado, basado en un gran sentido de la observación y un ingenio inagotable para el juego de palabras, y mucho énfasis en la vida, las fantasías, los cuelgues, los romances y las miserias de tres tipos de treintaipico tan distintos entre sí que no se explica cómo carajo son amigos. A esa “fórmula” (por llamarla de alguna manera), Aguirre le agrega dos bizarreadas extremas, muy personales y totalmente irrepetibles.
Una le sale bárbaro y es la que consiste e intercalar las tiras ambientadas en el presente con tiras en las que los protagonistas no tienen treintaipico sino 10, y tiras en las que tienen 80. Esto abre muchísimo el juego y multiplica exponencialmente las posibilidades cómicas de la serie. La otra no me gusta para nada, me parece un artificio muy forzado, muy incómodo, muy traído de los pelos. Me refiero al hecho de que nunca sepamos quién es Jim, quién es Jam y cómo carajo se llama el Otro. Los personajes, a los que –con dos recopliatorios ya leídos- conocemos en profundidad, no tienen nombre y eso a mí no me cierra para nada. Funcionaba bien en una tira surrealista como Juan y el Preguntón (Bróccoli nunca explicó quién era Juan y quién el Preguntón), pero acá hace demasiado ruido. Ni siquiera los personajes secundarios que se suman en este tomo (el gato, las novias del narigón y el pelado, el sobrino del de los pelos parados) tienen nombre. Supongo que a Max eso le debe parecer muy gracioso. A mí, ni un poquito.
Por suerte, fuera de ese detalle, a la tira le sobran argumentos para hacernos reir, sonreir y pensar. Y como si eso fuera poco, está el valor agregado de un dibujo sólido, sin fisuras, donde se ve el talento de Aguirre para dibujar de todo: calles, subtes, cines, plazas, detalles en la vestimenta, en los muebles, cabecitas que hablan, cuerpos que se mueven, mini-tiras que pasan por abajo de la tira principal, y todo con mucha onda, con mucha imaginación y con un estilo muy reader-friendly, casi “delicado”, muy accesible para el que no sabe nada de historieta y cree que las tiras de los diarios no son historietas, sino “chistes”.
Cuando manejás perfectamente el timing de la comedia, el único impedimento que te podés encontrar para bancar una tira cómica 365 días al año es que no se te ocurran situaciones graciosas. Pero al agregar cada tanto personajes nuevos y al permitirse explorar en paralelo la niñez y la vejez de su “protagonista tripartito” (como define el autor a los personajes centrales de la tira), Max Aguirre cultivó un campo virtualmente inagotable de situaciones ricas y novedosas para jugar, divertirse y hacer que nosotros también nos divirtamos. Ojalá que Pictus -la nueva editorial que acogió a este trío tras aquel ya lejano paso por Sudamericana- le apueste fuerte a los recopilatorios y pronto podamos leer material de los años más recientes.
Published on September 19, 2012 18:31
September 18, 2012
18/ 09: ESCUELA DE MONSTRUOS Vol.1

ción de El Bruno fue bastante raro: empezó (como casi todos) en el under, de ahí pasó a trabajar para editoriales de Ingla-
terra, y finalmente en 2009 hizo pie en el mercado argentino, cuando debutó en la revista Billiken, a la que prácticamente le cambió la cara con sus portadas y con la historieta que hoy nos ocupa.
Escuela de Monstruos tiene un “problema”: se le nota demasiado la pasta de hitazo. Es un concepto tan ganchero, tan atractivo, tan comercial, que es increíble que a nadie se le haya ocurrido antes que a Mauro Serafini (que así se llama El Bruno). Es algo que lo ves y automáticamente decís “No puede fallar”. Incluso con un dibujante mediocre, incluso sin lograr un equilibrio razonable entre la aventura y el humor, la idea detrás de Escuela de Monstruos es absolutamente insumergible. Después, se puede plasmar mejor o peor, pero siempre partiendo de la base de que el éxito está garantizado por la fuerza de la idea.
Felizmente, la idea está MUY bien plasmada por El Bruno. Los personajes están bien delineados, bien elegidos. Las situaciones son cómicas y originales, llenas de elementos que nunca habían aparecido en otras historietas infantiles. Cada tanto Tomás y sus compañeros viven aventuras hechas y derechas, con peligros y emociones fuertes, aunque sin descuidar el clima festivo. Por ahí falta ajustar un poquito los diálogos, desacartonarlos, o hacerlos más ingeniosos, no sé. Darles una vueltita más, que los haga más importantes en el combo de la serie.
Lo más atractivo es el contraste entre –por un lado- una estética limpita, redondita, re de Cartoon Network, ideal para contar historias livianitas, centradas en el humor; y por el otro, una ambientación lúgubre, donde priman los castillos desolados, los cementerios, las catacumbas y las cocinas infestadas de cucarachas. El Bruno le saca muy buen jugo a estos dos polos opuestos y logra una historieta repleta de los tópicos del terror, pero que no tiene en ningún momento la intención de asustar a los chicos que la consumen.
No quiero contar mucho más de los argumentos. Me quedo con las maravillas del dibujo, que son muchísimas. Y con las ganas de que el próximo tomo recopilatorio traiga más páginas! Este tiene sólo 44 páginas de historieta, mientras que El Bruno produce más de 100 por año. Si pensamos que la serie arrancó a principios de 2009, ya estamos unos seis tomos atrás de lo que leyeron semana a semana los chicos que compran la Billiken. Es un poco mucho, sobre todo por la cantidad de fans de la historieta que no leemos la Billiken pero queremos tener cualquier cosa escrita y dibujada por El Bruno, un monstruo de (poca) carne y hueso que supo ganarse una cuantiosa legión de fans. La próxima vez que le reces a Cthulhu, pedile que salga pronto el Vol.2 de esta serie. Mentile, decile que la querés para regalársela a tu sobrinito, a tu hijito, o al hijo de algún amigo...
Published on September 18, 2012 18:16
September 17, 2012
17/ 09: HELLBLAZER: PHANTOM PAINS

Los dos unitarios que dibuja Simon “La Bestia” Bisley son uno más grosso que el otro. Son, casualmente, los episodios en los que Milligan retoma la ilustre tradición de meterse con temas socio-políticos urticantes, y darles un twist jodido y sobrenatural. Para el unitario que transcurre en la cárcel, además, el guionista retoma a Julian, el demonio que boleteó a Phoebe, la médica con la que salía John en Hooked (lo vimos en Enero de este año). En ambos episodios la Bestia abusa un poquito de los primeros planos, pero su trazo está tan inspirado y se ve todo tan bien, tan sórdido, tan escabroso, que no jode para nada. Porque además, cuando tiene que pelar, Bisley pela figuras enteras, fondos, secuencias de acción al palo, besos incandescentes y todo el gore que puede soportar un comic de Vertigo.
Dentro de la saga central, hay un episodio protagonizado por Gemma (la sobrina de John), en el que Giuseppe Camuncoli es reemplazado por Gael Bertrand, un dibujante francés muy, muy bueno, con un sólo problema: si Camuncoli se zarpa y dibuja a John con rasgos de un tipo de 30, Bertrand se va más al carajo y lo dibuja como si tuviera 23. En los capítulos restantes, Camuncoli mantiene arriba su nivel, con páginas y secuencias memorables, cada vez mejor ensamblado con el entintador Stefano Landini y la colorista Trish Mulvihill. Es muy loco cómo un dibujante con un trazo tan prolijo, tan claro, tan lindo, logra conjurar imágenes tan aterradoras, tan perturbadoras y tan truculentas.
El argumento de Phantom Pains... bah, creo que en realidad hay dos argumentos, los dos basados en cosas muy heavies que pasaron en el tomo anterior. Por un lado, John se propone recuperar el pulgar izquierdo, que él mismo se cortó cuando se volvió loco. Por el otro, Gemma va a buscar venganza contra su tío por una atrocidad que cometió... el gemelo diabólico de su tío. Y las líneas argumentales no se cruzan, eh? No hay una única resolución para ambos conflictos. Lo del dedo de John se resuelve... casi 45 páginas antes que lo de la venganza de Gemma, y por vías totalmente distintas. O sea que la consigna de Milligan para este tomo era volver para atrás dos sacudones bastante grossos que le había pegado a la serie en el tomo anterior.
Asimismo, y como parte del plot de la venganza de Gemma, en este tomo John pierde no una extremidad, pero casi: su mítico impermeable, ese que lo acompañó al Averno y más allá desde mediados de los ´80, cuando era un personaje secundario de Swamp Thing. Si esto sigue una lógica, en la próxima saga el ídolo se meterá en un kilombo marca Cañón para recuperar su tradicional pilcha, a la que vimos arder en una hoguera. Pero ojalá no suceda eso, porque si sucede, Milligan se habrá vuelto predecible. Y en el arco siguiente veremos a John perder... un ojo, y en el siguiente recuperarlo y perder... el encendedor, y así, hasta que pierda la chota y resulta que somos nosotros, los lectores, los que la tenemos adentro. Prefiero a Milligan caótico e impredecible. Para hacer boludeces obvias e intrascendentes lo tenía a Constantine en la Justice League Dark.
A todo esto, en Phantom Pains vuelve a brillar con luz propia Epiphany Greaves, quien a esta altura ya es –lejos- la mina más copada a la que se volteó John y probablemente el mejor personaje secundario aparecido en los casi 25 años que lleva esta serie. Inmenso mérito de un inmenso guionista que ojalá siga más allá del inminente n° 300.
Published on September 17, 2012 18:40
September 16, 2012
16/ 09: LE MONDE DES NOMBREUX NOMS Vol.2

Por supuesto, a la hora de leer este tomo (titulado Aileen), no me acordaba un carajo del argumento de Hyter de Flok. Pero la lectura de la secuela me refrescó -más o menos- este concepto: Hyter es un muchachito de la época de los caballeros del Rey Arturo que, mediante unos cristales mágicos, logra ver el Siglo XX. Más precisamente los últimos años, y más precisamente a una chica, la sensual rock star llamada Aileen (una especie de Madonna de 18-19 años) de la que se enamora perdidamente. Me imagino que en la primera parte el personaje habrá superado varios obstáculos de distinta envergadura, pero el conflicto central es ese: Hyter quiere conocer personalmente a Aileen y declararle su amor.
El segundo tomo, por lo menos, se trata sólo de eso, no hay otras puntas argumentales fuertes. Al principio, parece cobrar importancia el subplot del fatídico romance entre el mago Merlín y la pérfida Vivianne. Para la página 16, sin embargo, ni Vivianne ni ningún otro personaje de la época del Rey Arturo tendrá la menor injerencia en la trama. La acción se transporta a una gran ciudad de los ´90, donde Hyter rápidamente se separa de Merlín y va en busca de su amada. Por supuesto, Trillo no se pierde la ocasión para bajar línea acerca de cómo representantes, padres y avechuchos varios explotan a las estrellas pop adolescentes. De hecho, el entorno de la propia Aileen será lo más parecido a un villano que tendremos en las 22 páginas finales.
Y si bien en esta bajada de línea hay bastante mala leche, esta es una obra del Trillo bueno, del Trillo correcto, que buscaba transmitir mensajes positivos y edificadores. No es apta para todo público porque hay un par de garches, pero básicamente es la historia de un chico que se hace héroe por amor a una chica. Nada que ver con otras crueldades, perversiones y atrocidades que firmaría el maestro en los años posteriores.
Me queda pendiente lo más importante: ¿está buena la historia? Sí, no está mal. Es un poquito blanda, para mi gusto. Tiene muy buen ritmo, está bien trabajado el contraste entre las dos épocas que visita, Merlín tiene unos diálogos magníficos que parecen citas de Jorge Luis Borges (y no me extrañaría que lo fueran)... no hay mayores obstáculos para disfrutarla de principio a fin. Por ahí lo que menos me convenció es cómo desactivan tan de golpe a todos los personajes del Siglo XII y a los conflictos (presentes y potenciales) entre ellos, después de haberlos desarrollado mucho y bien a lo largo de muchas páginas. Igual me entretuvo muy dignamente.
El dibujo de Domingues está muy bien, muy sólido. La primera saga, la que leí en Puertitas, obviamente la leí en blanco y negro. Acá el color levanta mucho toda la faz gráfica y le agrega onda al dibujo de Domingues. Acá está todo dibujado en un sólo estilo: no esperes secuencias en las que Domingues pele esas páginas alucinantes que vimos en Boggart o en La Marque du Peché. Y aún así, sin estallar, sin despegarse mucho de Carlos Meglia, el trazo de Domingues se la re-banca. La narrativa es impecable, cristalina y versátil y los personajes expresan (con la gestualidad facial y corporal) todo lo que el guión les pide, e incluso un poco más.
Si sos de esos cinco o seis que recuerdan haber leído Hyter de Flok en Puertitas, te va a gustar saber que hay una continuación inédita en nuestro idioma. Si sos fan de Trillo, ahí tenés una obra más que merece ser rescatada del olvido. Y si te copás con la fantasía medieval pero le pedís que suba la apuesta y ofrezca una variante más novedosa, menos predecible, esta saga te puede llegar a cebar muchísimo, porque tiene magia, épica y romance mezclados de un modo que seguro te va a sorprender.
Published on September 16, 2012 11:00
September 15, 2012
15/ 09: HOY, TODOS A DIBUJADOS

rededores estamos a full en el ya clásico Dibujados, el encuen-
tro que pro-
pone un es-
pacio libre y gratuito para la presentación de nuevas publicaciones, proyectos, talleres, charlas, feria de publicaciones y mucho más. Esto es en Maipú 306 (pleno microcentro de la Ciudad de Buenos Aires) y si bien no se cobra entrada, se solicita siempre una colaboración de ropa, alimentos o útiles para ayudar a instituciones benéficas.
Ayer, en la inauguración, pudo verse una increíble muestra de dibujos (con un mix rarísimo entre autores consagrados y figuras incipentes como no se ve en ningún otro evento), titulada "Prehistorieta", en la que los artistas ofrecen su mirada sobre los orígenes del Noveno Arte.
Como siempre, los chicos que organizan eligieron a tres personalidades de este mundillo para brindarles un reconocimiento por su trayectoria, y como se murieron Solano López, Trillo, Caloi, Albiac y un montón de grossos más, me eligieron a mí, con la excusa de que este mes se cumplen 25 años de que empecé a laburar profesionalmente en este medio. Posta, ahí corre MUCHA cerveza. Encima me tocó ser homenajeado junto a dos monstruos sacrosantos como Martha Barnes y Diego Parés. La verdad, un honor tan grande como inmerecido.
Hoy sigue la fiesta desde las 16, con un montón de actividades, entre las que se destaca el anticipo de Germán: Ultimas Viñetas, la serie TV que narra la última etapa de la vida de Héctor G. Oesterheld (la de Record y Columba), con Miguel Angel Solá en el rol protagónico y guiones de Luciano Saracino, el hombre de las ocho manos. Y mañana (también desde las 16 hs), otra larga jornada con muchísimo para ver y compartir.
Si podés, acercate, pasala bien, descubrí qué hay de nuevo en el siempre apasionante mundillo de la historieta argentina indie, y de paso conocé personalmente a capos como Gustavo Sala, Claudio Kappel, Eduardo Maicas, Luciano Saracino, Brian Janchez, El Bruno y José Massaroli, entre muchos otros.
No hay muchos eventos con tanta buena onda como la que se vive en cada edición de Dibujados.
Published on September 15, 2012 10:21
September 14, 2012
14/ 09: YMIR, CONCURSO 2012

El tomo arranca con una historieta de un tal Umino Kirin. Son 50 páginas, pero parecen 400. Es una tortura, un tormento, un flagelo, un apremio ilegal para la vista y para la mente. Posta, es ilegible de verdad. Está todo muy mal dibujado, muy mal narrado, el guión no existe, visualmente es feísimo...No sé qué es lo que menos me gustó, porque todo me pareció horrible. Ah, sí. Lo peor es la dedicatoria! El autor le dedica esta abominación a sus “alumnos del taller de manga”. O sea que este muerto de hambre DA CLASES! Si este es el docente, no me quiero imaginar lo que serán los alumnos...
La siguiente historieta está firmada por Samanta Niz y Fabián González. Y acá por lo menos hay que rescatar el dibujo, que si bien está 100% enviciado por las boludeces del shojo, es muy, muy prolijo, estéticamente muy atractivo (la línea, las tramas mecánicas, el equilibrio entre blancos y negros, todo está muy logrado). Los autores reproducen toda esa imaginería caprichosamente deforme del shojo, pero logran que eso no empantane la narrativa ni el ritmo. Lástima el guión, que es catastrófico. A los diálogos les faltan los signos de puntuación, tienen errores de tipeo, faltas de ortografía y –como si eso no alcanzara- la historia NO termina! En la última viñeta te fumás un “continuará”. A ver... supongamos que haya una explicación por la cual nadie en la editorial detecta ni corrige las faltas de ortografía ni los horrores de redacción... ¿Cómo premian a una historia que no termina? ¿La habrán leído? Misterio insondable...
La tercera historieta se llama Salamanca y acá se publican los primeros tres episodios de una saga llamada “Ceferino Robles, el rastreador”. Los dos primeros episodios son autoconclusivos y están bastante bien. El tercero sube mucho la apuesta... y abre miles de puntas a explorar en episodios que nunca veremos. En serio, no te estoy jodiendo. Los guiones, muy correctos, son de Valentín Lerena y el dibujante es Roberto Fontana, un tipo ya veterano, pero con un trazo bastante aggiornado, no parece una momia de los años ´50 transplantada al presente. Fontana banca bien los trapos, no se asusta de las páginas de 10 viñetas y –sin ser un virtuoso- demuestra estar a la altura de unos guiones bastante complejos.
Conociendo a Vlad, de Maximiliano Baldo, no se puede leer. En serio, es imposible. Ni aunque entrenes leyendo dos meses los fanzines más crotos de la historia. No hay forma.
Leonardo González es otro desubicado que te emboca un “continuará” en la vigesimocuarta página de su historieta, bastante intrascendente, por cierto. Los dibujos no están repletos de errores, pero se nota mucho que están choreados casi cuadro a cuadro de los de Naruto.
Y me parece que la mejor es la última, Crossed Hearts, de SagaKuroi, una chica que dibuja IGUAL a las CLAMP, con esos personajes masculinos que parecen minitas, esos bracitos largos y flacos, etc. Pero además tiene una narrativa accesible, dinámica, un gran manejo de las tramas mecánicas y algunas buenas ideas visuales. A la hora del guión, se le nota la intención de contar una buena historia. No gloriosa, no memorable, pero por lo menos hay un intento de no caer en la enésima boludez mega-trillada por centenares de autores ponjas. Y no hay errores de ortografía ni de redacción. Y la historia TERMINA en la página 24. Ya sólo por eso, hay que destacar los esfuerzos de esta autora que, si algún día se despega un poco de las CLAMP y desarrolla un estilo propio, tiene todo para romperla.
Bueno, no hay mucho más para agregar. Nos vemos este finde en Dibujados!
Published on September 14, 2012 11:27
September 13, 2012
13/ 09: TRAGEDIAS DEL ROCK Vol.3

Acá, la palabra “producto” es central. Está clarísimo, y nadie intenta ocultar en ningún momento, que hacer una biografía de Bob Marley a modo de historieta es una movida 100% comercial, astutamente pensada para tener algo que venderle al fan de Marley que ya tiene todos los discos, el poster y la remera. La decisión de que esto sea un álbum barato y no un libro lujoso también responde a un cálculo: seguramente la mayoría de los fans de Marley tienen menos poder adquisitivo que el fan promedio de John Lennon.
Dentro de los estrechos confines de esta lógica mercantil dura, hay una sóla variable que puede inclinar la balanza: la calidad de la historieta. Por grosso que sea Marley, si la historieta es chota, los editores saben que dejan afuera a una masa (por ahí no muy grande) de potenciales consumidores, que somos los fans del comic. En cambio, con el mínimo esfuerzo de poner buenos autores a crear un buen producto, nos tienen ahí, poniendo nuestros pesitos junto con las legiones que idolatran al capo del reggae. En ese sentido, esta vez la apuesta fue a lo seguro, a una dupla que se conoce de memoria y que ya tenía varias obras potentes en su haber: Diego Agrimbau y Dante Ginevra.
El guión de Agrimbau es básicamente lineal, narra la vida del músico de principio a fin, sin voleteretas raras. Pero hay más: por un lado, mucha data sobre el contexto socio-político en el que Marley escribe sus canciones. Lo que sucede en Jamaica, lo que sucede en Africa, todo nutre al compositor y todo lo transforma de a poco en un militante por la causa de la paz mundial y la fe rastafari. ¿Qué carajo es la fe rastafari? Yo no lo sabía y me enteré leyendo esta historieta. Por otro lado, intercalados entre distintas secuencias, aparecen fragmentos de las letras más testimoniales de Marley, ilustradas –coherentemente- no con Bob y sus Wailers cantando, sino con aquello a lo que las letras hacen referencia: los padeceres de los hijos de Africa, ya sea a manos de los esclavistas del pasado o de los más recientes, los que los condenan a vivir como ciudadanos de segunda en las grandes urbes o a ir a morir a guerras ridículas.
Esas secuencias “descolgadas” le sirven a Ginevra para escaparle a la monotonía de dibujar siempre a Marley, ya sea cantando, hablando, fumando faso o jugando al futbol, y volar hacia otras locaciones, probar otros enfoques y hasta otra aproximación al color. Por supuesto, de acá salen momentos de gran atractivo visual. El resto del libro no desentona demasiado. Se notan algunos tramos en los que Dante pisa un poco el acelerador y saca algunas páginas con fritas, pero el tratamiento gráfico que propone el autor permite que eso no resulte feo ni chocante. A Ginevra le sobra oficio para pilotear más que decorosamente las secuencias que menos le interesan, o las que a veces dibuja en tiempos muy acotados, que asustarían a los más valientes. Todo eso, y la posibilidad de ser él su propio colorista, hace que este tomo ofrezca un nivel gráfico muy parejo y muy alto.
Seguramente los muy fanáticos de Marley criticarán el hecho de que la biografía que traza Agrimbau no es del todo exhaustiva. Hay algunos saltos, hay personajes que casi no tienen peso (la esposa y los hijos de Bob, por ejemplo) y probablemente hayan quedado afuera algunas anécdotas jugosas, que yo por supuesto desconozco, porque me gusta el reggae pero no como para saberme vida y obra de sus padres fundadores. Para los que –como yo- tocábamos de oído en cuanto a data sobre Marley, esta aproximación a su vida es un excelente punto de partida. Por ahí en las historietas dedicadas a Michael Jackson y John Lennon había más conflictos internos, más drama. Acá, sólo cuando el cáncer pone en jaque al ídolo los problemas se ven como más personales y menos sociales. Pero como a mí me interesa más la historia socio-política del Siglo XX que la vida personal de un músico, no me quejo para nada.
Si te prendiste fuego con El Asco, o con El Muertero Zabaletta, o por algún motivo extraño le juraste lealtad eterna a Agrimbau y Ginevra, ponele una ficha a la biografía de Bob Marley. No está al nivel de las joyas ya mencionadas, pero no defrauda en lo más mínimo.
Published on September 13, 2012 09:13
September 12, 2012
12/ 09: EL PREVIEWS DE NOVIEMBRE

Marvel me asestó un irresistible Vol.2 de Daredevil, escrito por Mark Waid y con un montón de dibujantes distintos. Son 136 páginas a u$ 15.99, bastante razonable.
También sale el Vol.1 de Fury MAX, de Garth Ennis y el gran croata Goran Parlov. El precio también es casi coherente, u$ 16.99 por 144 páginas.
Con el último arco de los Muppets a cargo de Roger Langridge se fueron al carajo: u$ 14.99 por 96 páginas. Ni mamado. Me encanta Langridge, pero no me da para ser cómplice de ese delito.
Sale también el TPB con los números de Captain America a cargo de Ed Brubaker y Alan Davis (equipazo, mal), también a un precio muy zarpado: u$ 16.99 por 112 páginas. No way.
Y el Vol.4 de Jouney Into Mystery aparecía en el Previews a u$ 16.99 (que por 104 páginas era un choreo abyecto), pero me fijé en Amazon y ahí está a u$ 14.99, que sigue sin ser barato, pero se puede comprar, para ver cómo sigue esta gran serie de Kieron Gillen.
DC la levantó en pala con los TPBs de Deadman de Neal Adams y ahora ofrece un Vol.3 con el material posterior, obviamente a cargo de autores más chotos. Casi me cebo (son 176 páginas a garpables u$ 16.99), pero me fijé bien y buena parte de esa merca la tengo en distintos tomos de Showcase, en hermoso blanco y negro.
Y hablando de Showcase, me anoté con el de Weird War Tales, que trae 576 páginas de material bizarrísimo, a cargo de bestias como Joe Kubert, Russ Heath, Alex Toth y Alex Niño, a míseros u$ 19.99.
Vertigo me edita los finales de dos series fastuosas: el Vol.7 de Northlanders (por Brian Wood y varios dibujantes) trae nada menos que 200 páginas y vale sólo u$ 16.99. Adentro! Y el tomo final de iZombie trae la guarangada de 224 páginas (casi el doble que los cuatro primeros tomos) a sólo u$ 19.99. Imperdible.
Cubierta la cuota de Brian Wood con Northlanders, dejo pasar The Complete Couriers, un recopilatorio de Image con material del ídolo que desconozco, con dibujantes que parecen muy de la B.
Dark Horse saca Reset, lo nuevo de Peter Bagge. Son apenas 96 páginas a u$ 15.99, porque sale en hardcover. Pero ya me cagaron con Other Lives, la que hizo Bagge en Vertigo, que nunca salió en softco. Me la pido igual.
IDW recopila Hawken, del maestro Tim Truman y su hijo Benjamin, que es guionista. Pinta muy interesante y no es cara: 180 páginas a u$ 19.99. Puede andar. Y cuando ya había perdido las esperanzas, sale el softco de Hunter, la primera novela de Parker adaptada por Darwyn Cooke! 160 majestuosas páginas a u$ 17.99, no se duda un segundo.
Fantagraphics hace la clásica pasada de rosca: publica en un lujoso hardcover The Heart of Thomas, una obra fundamental del shojo, creada por la imprescindible Moto Hagio, pero te cobran u$ 35 un libro de 480 páginas, que en edición nac & pop bien podría valer u$ 22. Paso.
Y hablando de manga, me termino con de fundir Houghton-Mifflin-Harcourt que finalmente edita en softco Mangaman, el hitazo de Barry Lyga y la gran Coleen Doran, ahora sí a muy accesibles u$ 9.99, casi un regalo para un broli de 144 páginas. Esta vez no me lo pierdo.
Gracias a todos los dioses de todas las religiones, este mes no vi ninguna edición de comic europeo que me volara las chapas. Igual con esto tengo garantizados otros 30 días de arroz y fideos.
Published on September 12, 2012 13:59
September 11, 2012
11/ 09: FANTASTIC FOUR Vol.3

De todo lo que vimos en el tomo anterior, apenas una escenita del primer episodio parece intentar retomar alguna punta. Todo lo demás, va para otro lado. Así como en el Vol.2 Hickman amagaba con la guerra entre las cuatro ciudades, ahora amaga con el colapso de las realidades alternativas. Nathaniel Richards (el padre de Reed y protagonista de la magnífica SHIELD) es el primer personaje en experimentar el fin de las múltiples realidades y eso desemboca en un arquito de dos episodios con un muy joven Reed y sus amigos de la escuela, Ben Grimm y Victor Von Doom. No sé si eso tendrá mucha relevancia a futuro, o si fue un mero engaña-pichanga de Hickman para que no parezca que está escribiendo un comic de superhéroes sin peleas. O para que se luciera Alan Davis con esa portada majestuosa (reutilizada para el TPB) que es definitivamente un engaña-pichanga, porque nada sucede como nos lo muestra el imbatible co-creador de Miracleman.
Los otros episodios transcurren prácticamente sin que vuele una trompada. En el primero lo importante son los diálogos de Reed, en el segundo hay una aventurita muy menor protagonizada por Johnny y el último es todo un ominoso anticipo de lo que puede llegar a pasar, protagonizado por las versiones adultas de Franklin y Val (y con Sue en el medio, poniendo cara de “no cazo un fulbo”). Queda clarísimo que a Hickman le sobran las ideas para detonar sagas de enorme alcance, movidas ambiciosas de verdad. Esta etapa de Fantastic Four tiene un elenco vasto y complejo, es riquísima en conceptos muy jugados y en pistas de que van a pasar cosas muy impactantes. El tema es cómo y cuándo van a pasar, porque hasta ahora van como ocho episodios de prólogos, precuelas y prolegómenos. El año que viene, cuando me siente a leer el Vol. 4, si me encuentro con más amagues, premoniciones y teasers, mando la serie a la mierda, de una.
Por ahora, y a pesar de la paupérrima labor de Neil Edwards, banco a Hickman y a los FF. “Algo está por pasar, algo está por venir”, cantaba Beto Quantró. Que venga rápido, antes de que a Hickman lo haga mierda un tren o un bondi.
Published on September 11, 2012 16:36
September 10, 2012
10/ 09: SAICHANN

Bronx es una colección de historias cortas autoconclusivas, sin personajes fijos. El protagonista es la ciudad de Nueva York y el clima es sórdido, jodido, bien lumpen. El propio Saichann escribe estas historias (publicadas en la Fierro clásica), algunas medio predecibles y otras realmente impresionantes, con giros brillantes e inesperados en los finales y hallazgos notables en la caracterización de estos moradores del infierno urbano. El promedio de los guiones es muy bueno y con un agregado muy loco: los diálogos están escritos 100% en argento (con frases típicas de fines de los ´80, tipo “estás del tomate”) y quedan extrañamente bien en boca de estos personajes, que son claramente yankis.
El dibujo de Saichann acá todavía no es tan original: si bien pela que da miedo se le nota un poquito la influencia de Leopoldo Durañona y Gustavo Trigo. Hay personajes delineados con trazos más finitos y muchas tramas mecánicas, que no veremos en las otras obras. Y además, personajes más bizarros y grotescos y un despliegue impresionante de texturas y detalles que sí veremos en el resto del libro.
Vamos a Bacteria, una serie con guión de Eduardo Mazzitelli que salió en la Skorpio y que bien podría convertirse en una película, si no fuera porque está repleta de bloques de texto narrados en primera persona por Mark Hertz, el protagonista. Acá Saichann enloquece por completo. En un estilo absolutamente original e inimitable, crea una mega-ciudad del futuro a la que le pone todo. Entre esos fondos hiper-saturados de detalles increíbles, entre millones de texturas y crosshatchings imposibles, se mueven con inusual plasticidad una fauna vastísima de personajes, algunos humanos, otros escapados de una especie de taberna de Mos Eisley y otros salidos de un dibujo animado de los Looney Tunes, pero muy pasado de drogas. Bacteria es una saga trepidante, violenta, hipnótica y ninguna otra obra de Mazzitelli y Saichann para Skorpio se le acerca en cuanto a calidad. Esas 86 páginas valen lo que pagues por todo el libro, sobre todo si te gusta la ciencia-ficción con mucha bajada de línea socio-política, combinada con machaca, conspiraciones y unos dibujos del mega-carajo.
Y cerramos con La Flor, una saga de apenas cuatro episodios, escrita por Ricardo Ferrari, que en su momento se publicó en Nippur Magnum. Esta es una obra tremenda, en la que Ferrari se mete con los tapones de punta en la temática de la guerra de Vietnam. Hay un poquito de sexo, un poquito de violencia, varios diálogos muy ingeniosos, pero todo en el marco de un drama humano de estremecedora potencia. Acá Saichann vuelve a cambiar de estilo, sintetiza mucho la línea y se juega más a los claroscuros bien marcados, a veces cerca de Hugo Pratt, a veces cerca de José Muñoz y a veces cerca de Lito Fernández. De todos modos, no descuida los fondos y sigue sorprendiendo con las texturas, los detalles mega-minuciosos y los personajes exagerados, grotescos y sumamente expresivos. ¿Cómo carajo se publicó esto en una revista de Columba? Jamás lo entenderé.
Y tampoco entenderé por qué Saichann dejó de hacer historietas, ni por qué no es muchísimo más conocido y aclamado por los fans. La verdad es que en estas tres obras (hoy convertidas en un librazo de más de 200 páginas), se nota a años luz que al ídolo le sobra talento, pasión, onda, ganas de proponer cosas distintas e incluso ideas grossas, porque en las historias escritas por él hay grandes momentos (el ciruja empomado por un burro, obviamente, se lleva la medalla de oro). Si tu excusa para no tener a Saichann en tu panteón de Los Grossos era “no lo conocía”, la excusa no corre más. Acá tenés tres de sus papongas más finas, encima dos de ellas con guionistas de lujo. A entrarle con tutti.
Published on September 10, 2012 18:54
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