Andrés Accorsi's Blog, page 258
June 19, 2011
19/ 06: SHOWCASE PRESENTS THE WITCHING HOUR Vol.1

Published on June 19, 2011 18:00
June 18, 2011
18/ 06: LAS COMIQUERIAS, Parte 1

En las últimas semanas, aparecieron en Argentina dos nuevas comiquerías, las dos a cargo de amigos míos, muy cercanos. Y también triplicó su local otra comiquería muy conocida, que está a cuatro cuadras de mi casa. Lógicamente, hablamos bastante de ese tema, con esos amigos y con otros, e inevitablemente surgieron algunas ideas y sobre todo algunas preguntas. La más obvia es: ¿cómo puede ser que en Argentina se amplíen o se abran nuevas comiquerías mientras que en el resto del mundo se van al descenso?
Lo de EEUU ya es muy alarmante. Eso que en 1980 parecía el salvavidas que iba a rescatar del naufragio a una industria que se hundía, hoy es una cuesta abajo que parece casi imposible de remontar. La última cifra es escalofriante: en Mayo, las ventas de las comiquerías yankis bajaron más de un 11% respecto del mismo mes del año pasado! Yo estoy dispuesto a afirmar que es un negocio en extinción, que –por lo menos en su planteo original- no va más. A ver qué te parece…
Imaginate que tenés un negocio. ¿Qué preferís? ¿300 clientes que te gastan $ 10 cada uno, o 30 clientes que te gastan $ 100 cada uno? Con 30 clientes laburás menos, es más fácil saber qué quiere cada uno y tenerlos a todos contentos, pero ¿qué pasa si uno de esos no te compra más? Te hace un agujero en tu economía mucho más heavy que si te deja de comprar uno de los 300 que gastan $ 10... O sea, es más lógico y menos riesgoso (aunque demanda más esfuerzo) laburar para muchos clientes a los que le sacás poca guita, que laburar para un pequeño grupúsculo que te deja un fangote per cápita.
Bueno, la comiquería se basa en el razonamiento exactamente opuesto. De las miles de millones de personas que podrían comprar comics (si fuesen atractivos, estuvieran bien promocionados, bien distribuídos y a precios competitivos), eligen quedarse sólo con el puñado de consumidores a los que les chupa un huevo si los comics son atractivos, si están bien promocionados, si están bien distribuídos y si los precios son competitivos. Hay un público cautivo, los adictos. Y hay infinitos trucos para que el adicto que hoy gasta en el vicio $ 10, mañana gaste $ 50 y pasado $ 100.
El adicto es predecible: es capaz de viajar de una punta a la otra de la ciudad para comprar la droga, se banca que sea cara, que las historias no terminen, que los buenos dibujantes –hartos de la esclavitud de las 22 páginas por mes- terminen reemplazados por verduleros impresentables, pero NO se banca el cambio. Si el n°1 de Fantastic Four de Lee y Kirby de 1961 tenía 32 páginas y ganchitos, quiere que durante TODA LA VIDA le des Fantastic Four de a 32 páginas con ganchitos. Los adictos de los '60 ocupaban cargos de decisión en las editoriales grossas de los '70, o sea que la radiografía fue instantánea e infalible. Los adictos se conocían entre sí. No era muy difícil para un adicto diseñar un sistema que nucleara y exprimiera a todos los demás.
Y funcionó. De los infinitos trucos posibles para que el adicto pasara a gastar $ 100 por mes, TODOS la pegaron y entre 1980 y 1992, las editoriales no sólo gambetearon el apocalipsis que opacaba el horizonte en 1978, sino que una vez más, levantaron la guita en pala. Pero, ¿qué pasa cuando la adicción demanda $ 100 por mes? Sólo quedan los 30 más adictos, ¿te acordás? El negocio factura $ 100 per cápita cuando tiene 30 clientes, no cuando tiene 300.
Y ahí es donde falla la ecuación. De esos 30, en el '92 se fueron tres, en el '93 se fueron cuatro y en el '94 se fueron cinco. Y no entró ninguno nuevo! En tres años, el negocio tenía 12 clientes menos! ¿Cuánto hay que sacarle a los 18 que quedan para que no baje la facturación? ¿Más de $ 166 per cápita? Olvidate. Son adictos, no multimillonarios.
De pronto, en 1996 la industria yanki tenía muchos menos comercios que en los '80, una única distribuidora monopólica, comics más chotos y mucho más caros, infinitas editoriales con tiradas tan bajas como sus standards de calidad, autores que cobraban fortunas para aprovechar la feroz competencia entre los editores, y como si esto fuera poco, CERO llegada al público que nunca había penetrado en la secta secreta del circuito de comiquerías. La fiesta había terminado y –como la de la convertibilidad- había salido carísima.
¿Cómo subsistió el mercado de comiquerías en EEUU desde 1995-96 hasta hoy? Prometo ahondar en eso en un próximo post.
Published on June 18, 2011 16:27
June 17, 2011
17/ 06: DEATH NOTE Vol.8

Una vez más, yo tardo menos en leer el tomito nuevo de Death Note de lo que LARP, o la gente que les distribuye los mangas, tarda en subir la portada a la web. Por eso hoy tenemos la tapa de la versión mexicana ocupando el espacio de la ilustración acá en el blog.
Pero vamos a lo que importa: Ahora que no está L, Light es L. O sea, es Kira y L a la vez! Esto es simplemente brillante. Si tenías miedo de que sin L se perdiera la emoción de ese vibrante Boca-River entre L y Kira, olvidate. Ahora la tensión es mucho mayor y mucho más emotiva, porque Light cumple los dos roles! En este tramo en particular, el "villano" es Mello, uno de los chicos entrenados para suceder a L, que está un poquito pasado de rosca. Un hallazgo absoluto, un personaje al que, con pocas escenas, los autores nos describen con toda precisión y lo plantan firme y coherentemente en el rol que le asignaron en la trama. También le dan bastante bola al otro sucesor de L, Near (o N, a secas), pero es un personaje bastante menos interesante que Mello, por lo menos hasta ahora. El papá de Light recupera bastante protagonismo, y Misa, que hasta ahora era fundamental en los planes de Light, pasa a un triste tercer plano, que consiste en busconear al protagonista mientras este la ningunea o la basurea. Veremos hasta dónde aguanta Misa este trato por parte de Light. Yo ya lo hubiera mandado bien a la shinigami de su madre.
Y tenemos a otro personaje nuevo: Shidoh, el tercer shinigami en entrar en escena, propietario de ese cuaderno que cambió de manos más veces que las zorras que bailan en los parlantes de Cocodrilo. Este es un bicho bastante más horrendo que Ryuk, y además bastante más idiota. Sin embargo, pavote y recién llegado, se morfa la única escena de acción que tiene este tomo. Que encima dura… tres páginas. Todo el resto es chamuyo: investigación, intimidación, diálogos, deducción, conjeturas, espionaje, laburo de escritorio. Es increíble cómo pasan los tomos y el guionista Tsugumi Ohba se mantiene firme en su postura inicial, sin permitir jamás que Death Note derrape hacia un comic de acción, o de machaca. Hay policías, militares, grupos comando de todo tipo y hasta seres sobrenaturales de inconmensurable poder, y sin embargo la resolución de los conflictos no va nunca por el lado de las armas y la violencia. Muere gente a lo bestia, claro, pero todos a causa de los poderes del Death Note.
Los combates son más mentales que físicos y lo más grosso es que muchos tienen lugar en la mente de un mismo personaje, que es Light. Light quiere un mundo mejor, sabe que para lograrlo tiene que actuar como un villano, y a la vez actúa en el rol del héroe que trata de frustrar el plan del villano, o sea, el suyo propio. Y todo esto, bajo la presión de agencias policiales y servicios secretos de varios países, donde hay mucha gente pesada y a la que no se engaña así nomás, como si fueran votantes del PRO. Light debate permanentemente consigo mismo cómo llegar a buen puerto en estas aguas turbulentas, donde él es capitán, grumete, tormenta, barco pirata y hasta los tiburones que se lo van a morfar si se cae al agua. Eso hace que Death Note sea un manga complejo, rico, repleto de matices, de sustancia. Yo también creía que buscar algo así en un shonen era un disparate, como ir a buscar discos de chamamé a las disquerías de Seattle, pero Tsugumi Ohba demostró con creces lo contrario.
Y fuerte el aplauso también para Takeshi Obata, que acá además de Japón y el mundo de los muertos, dibuja también mucho EEUU. Se nota a ocho cuadras que trabaja con fotos, pero lo hace realmente muy bien. También la rompe cuando dibuja a Near en un estilo más sintético, menos cargado que el resto de los personajes. Bah, en realidad la rompe siempre, no hay UNA viñeta floja y estamos hablando de un guión dificilísimo de dibujar.
Death Note, hasta ahora, es una obra maestra, una adicción, un placer, un lujo. Esperemos que no afloje en el último tramo y –como siempre- que no nos tengamos que fumar otros cuatro o cinco meses para leer la continuación de esta historia que –entre millones de méritos- se atrevió a enseñarnos a pensar.
Published on June 17, 2011 15:58
June 16, 2011
16/ 06: PROTECTOR

Qué lindo! Sigo encontrando obras de Víctor Santos que no sabía que existían. Qué bueno que un tipo que hace gala de esta calidad autoral, sea además tan prolífico.
Ayer señalábamos que Gotham Central había aprendido buenas lecciones de Powers, la gran obra de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming. Bueno, en ese curso Protector era el abanderado. Esto es –ni más ni menos- que una excelente saga de Powers creada en España por un autor español. Una ciudad dominada por las runflas entre mafiosos, un cana medio margineta, siempre propenso a cortarse solo y a investigar por afuera de la fuerza, y un crimen que involucra a una superheroína que pela los poderes una sóla vez, cuando faltan ocho páginas para el final. Como los superhéroes de Powers, Fire Girl no es ni la buena ni la mala, es un personaje secundario que durante buena parte de la trama cumple el rol de "damisela en peligro". O sea que los superpoderes de esta chica son un ingrediente menor en la historia que, como ya dejé entrever, gira en torno a una conspiración mafiosa, más precisamente en el seno de la familia Cagliostro, la más poderosa e impune de Hellion City. Esa es la boca del lobo en la que se va a tener que meter Nicholas Ash, el héroe cínico y pessutti que Santos pergeñó para protagonizar esta obra.
Y ojalá lo tenga en cuenta para protagonizar varias más, porque la verdad es que Ash, con su impronta de veterano curtido y recio y sus one-liners que parecen prestados por los detectives de Raymond Chandler, es un personajón de esos que cautivan de inmediato al lector y lo hacen fan de por vida. La trama está buena, es cierto, pero en las secuencias de desarrollo de personajes, cuando se gesta y cuaja la química entre Ash y las dos minitas con las que interactúa (Ruth y Ariadna), es donde realmente la historieta cobra vuelo, onda y personalidad.
Hay un héroe, hay un misterio, hay algo así como un final feliz, hay muy buenos chistes, pero no creas que estamos frente a una obra light, o inofensiva. Los villanos de Protector le aportan a la obra un filo jodido y perturbador. Acá tenemos malos de verdad, que matan, violan y torturan sin el menor resquemor. Y un traidor, de quien no sospechás ni una milésima de segundo. Como en todo hard boiled, hay bastantes tiros y trompadas, pero muy bien distribuídas a lo largo de la obra y siempre balanceadas por esas deliciosas secuencias de construcción de los personajes.
Esta historieta data de 2004, antes de que Santos descubriera a Darwyn Cooke. Acá sus influencias más fuertes son Bruce Timm y Paul Grist, por lo menos en la superficie del dibujo. El clima tiene más que ver con Powers o Sin City y donde realmente vemos una mezcla más jugada es en la narrativa, que es el rubro en el que este salvaje prueba absolutamente todo lo que le convidan, como la típica borracha de discoteca que vuelca a las 5 AM en las inmediaciones del baño de mujeres. Hay cositas de Miller y de Grist, pero también secuencias qe podría haber creado David Mazzucchelli en Batman: Year One, momentos re-Matt Wagner y armados de página que reproducen con éxito esos maravillosos experimentos ochentosos de Dave Sim. El tríptico en el que Don Cagliostro supervisa la sesión de torturas que lleva adelante Sariel es sutil en los detalles y devastador en su eficacia. Santos despliega un festival de blancos, negros y tramas mecánicas absolutamente hipnótico, con un equilibrio y una fuerza expresiva de maestro con 30 años de laburo en la profesión. Impactante y elegante, sensual y violento, con toquecitos cute y atmósfera sórdida, con un expresionismo marcado, pero que jamás resta claridad ni fuerza al relato gráfico, el dibujo del creador de Los Reyes Elfos es casi demasiado bueno para ser real.
Y cierro con una frase que alguien escribió en la contratapa del libro, y que me shockeó por lo taxativa: "uno de los mejores autores jóvenes de este país, sin necesidad de contemplarse el ombligo, ni escudarse en teorías esotéricas que sólo intentan esconder una flagrante carencia de recursos artísticos y temáticos bajo la burda coartada de la experimentación". Epa! ¿No será mucho?
Published on June 16, 2011 18:43
June 15, 2011
15/ 06: GOTHAM CENTRAL Vol.1

Published on June 15, 2011 16:48
June 14, 2011
14/ 06: BARBARIE

Volvemos a internarnos en la historieta latinoamericana actual, para encontrarnos con el maestro Jesús Cossio, el Joe Sacco peruano, que nos ofrece ahora una especie de secuela a la desgarradora Rupay, que reseñamos allá por Noviembre de 2010. Esta vez, las historietas de Cossio se centran en los violentos sucesos de 1985-1990, años de feroz lucha interna entre el movimiento revolucionario de izquierda Sendero Luminoso y las fuerzas armadas de Perú. Como en Rupay, el tono es claramente documental y todo lo que narra Cossio está basado en hechos reales, que el autor investigó y estudió a fondo.
Y sin embargo, todo es tan exageradamente dramático y terrible, que uno quiere creer que es ficción, que son historietas de guerra sin buenos ni malos, como las que escribía Oesterheld. La sóla idea de que estos hechos sean reales duele tanto, indigna tanto, que opaca el placer de estar leyendo buenas historietas. Cossio, lamentablemente, no inventa nada. Estos crímenes atroces fueron cometidos y –lo más grave- muchos siguen impunes. Por suerte queda un artista dedicado a mantener el tema vigente, a pelear contra el olvido, a poner su oficio al servicio de la memoria, la verdad y la justicia. Pareciera que Perú quiere olvidarse de estas tragedias, pero a la larga, el olvido siempre es mal negocio.
Otro hallazgo de Cossio es cómo reparte parejo para los dos lados. Barbarie no es una reivindicación de los senderistas ni de los milicos: es un clamor de justicia para las víctimas de ambas facciones, en su mayoría gente muy humilde, quechuaparlante, lugareños de pequeños poblados de las sierras, virtualmente excluídos del sistema incluso en gobiernos supuestamente democráticos. Como si la vida les hubiera cobrado barato, esos hombres, mujeres y niños tuvieron que pagar, además, los excesos de ambos bandos durante este sangriento conflicto armado. Cossio no nos ahorra momentos de horrendo estremecimiento: secuestros, violaciones, torturas, fusilamientos, cadáveres arrojados a la fosa común, pueblos enteros incendiados, aldeanos sepultados bajo sus propias casas, derrumbadas con bombas y granadas. Los buenos de esta película no llegaron vivos al día del estreno.
Otro punto a favor es cómo el autor resuelve el desafío más jodido de toda historieta documental, que es no caer en los masacotes de texto llenos de data, y relegar al dibujo a la mera ilustración de lo que nos cuentan los textos. Cossio encuentra rápidamente el equilibrio y ofrece muchas (y muy buenas) secuencias en las que el dibujo se pone la historia al hombro y todo lo importante se nos cuenta con imágenes. Por supuesto que hay más bloques de texto que en la historieta promedio, pero no abundan para nada esos mamotretos ilegibles que te mandan a dormir más rápido que un tema de Entre Ríos.
Y finalmente hay que hablar del dibujo de Cossio que –fiel a los lineamientos de su referente, Joe Sacco- se caracteriza por el infernal despliegue de rayitas, en un verdadero bacanal del cross-hatching. Colores, texturas, sombras, movimiento… TODO está sugerido por medio de millones de rayitas entrecruzadas con gran criterio y con una paciencia que deja a Cossio al borde de la canonización. Su dibujo, fuerte y muy expresivo, acá gana en plasticidad respecto de lo que vimos en Rupay. Sigue sin ser un dibujo dinámico, pero no se lo ve duro ni estático.
Esto no es para todo el mundo, obvio. Te tiene que interesar la historia reciente del país hermano y te tenés que bancar que te muestren con rigor documental una seguidilla tremenda de violaciones a los derechos humanos, una más escabrosa que la otra. Y encima, nadie te promete un final feliz ni siquiera 25 años después, porque hoy la mayoría de estos genocidas está tan libre como vos y yo. Si te animás a combinar el dolor y la indignación con el disfrute que produce la buena historieta, dale nomás.
Published on June 14, 2011 18:14
June 13, 2011
13/ 06: EL PREVIEWS DE AGOSTO

Nah, esto ya es premeditación y alevosía… Me quieren sumir en la más oprobiosa indigencia, y lo peor es que lo van a lograr… Veamos qué marqué como imprescindible para este mes.
Dark Horse ofrece nuevo tomo de Hellboy, el 11, que por u$19.99 ofrece 200 páginas llenas de unitarios y miniseries en las que Mike Mignola se junta con monstruos como Richard Corben, Kevin Nowlan y Scott Hampton. Adentro, de una.
La colección de TPBs para pobres de DC lanza una reedición de JLA: HEAVEN´S LADDER, la novela gráfica de Mark Waid y Bryan Hitch. Nunca la compré en formato de lujo, pero esto es pochoclo de muy buen nivel, que por u$7.99, seguro encuentra dueño.
A GOD SOMEWHERE es una saga de John Arcudi y Peter Snejberg que jamás leí, pero pinta interesante, entre otras cosas porque lo sacó DC con el sello "suggested for mature readers", algo bastante poco frecuente. Se reedita en un broli de 200 páginas a u$ 17.99, así que agarro viaje.
Una bóñiga que me inspira cariño es la Justice Society de los ´70, que se reedita completa y en blanco y negro en un SHOWCASE (ALL-STAR COMICS VOL. 1) de 448 páginas y u$ 19.99. No espero leer grandes sagas (algunas las leí en mi adolescencia), pero me atrae, no sé por qué.
Se viene el segundo tomo de iZOMBIE, y si bien todavía no leí el primero, la crítica lo aplaude de pie, así que le pongo otra ficha a esta serie de Chris Roberson y Mike Allred. El libro trae 144 páginas por u$ 14.99, o sea que está a buen precio.
Los muchachos de BOOM! Studios ofrecen un recopilatorio muy grosso (224 páginas) de historietas cortas del ídolo neozelandés Roger Langridge… y quién soy yo para resistirme a algo así. Se llevan con toda facilidad mis u$ 19.99.
Y cierro con un manga de Jiro Matsumoto, grosso entre los grossos: VELVETEEN & MANDALA promete sexo y violencia en una Tokyo devastada, cortesia de la editorial Vertical, que nos cobra míseros u$16.95 por una novela de 360 páginas.
Y como siempre, hay libros alucinantes, pero fuera de mi alcance, como el X-STATIX OMNIBUS, cuyas 1200 páginas reúnen TODO lo que se hizo con estas bizarras creaciones de Peter Milligan y Mike Allred; o el tomo que trae 12 números alucinantes de Thor escritos por Dan Jurgens; o el Vol.2 de los mega-TPBs que recopilan la etapa de Mark Waid y Mike Wieringo en Fantastic Four. Estos hay que buscarlos en Amazon, a ver si están más baratos. También el Omnibus de Criminal Macabre, que edita Dark Horse, con varias sagas de esta creación de Steve Niles y Ben Templesmith, de la cual tengo apenas un TPB y un unitario perdido en una antología. También se anuncian la recopilación de THE NEW YORK FIVE, una mini de Brian Wood y Ryan Kelly para Vertigo que pinta lindo, y una de MISSIONARY MAN, el western que dibujaba Frank Quitely en la 2000 A.D., que si fuera unos mangos más barata, me seducía seguro, aunque el propio Quitely (con quien tuve la suerte de charlar bastante este finde en el Crack Bang Boom) me decía que no se copaba mucho con ninguna de las series que hizo para la mítica antología británica. Pero bueno, todo no se puede…
Al final, termino pidiendo mucho DC y poco de todo lo demás. ¿Qué va´cer? Hay meses que son así, raros. Como siempre, eventualmente esta merca se publicará, me llegará y la comentaremos aquí en el blog, mientras comemos arroz y fideos (con agua de la canilla) del 3 al 31 del mes.
Published on June 13, 2011 18:57
June 12, 2011
12/ 06: GREENBERG THE VAMPIRE

Además de tener buenos equipos creativos en casi todas las series regulares, la Segunda Era de Oro de Marvel tenía un bonus track maravilloso: las novelas gráficas. Es cierto, salían muchas y si hubiesen salido menos el nivel habría sido mejor. Pero también, porque la idea era sacar muchas, se le daba luz verde a propuestas raras, a cosas que no tenían nada que ver con el mainstream, nisiquiera con las temáticas de fantasía y ciencia-ficción que se desarrollaban mayoritariamente en el sello Epic. Greenberg the Vampire es una de esas bizarreadas, publicada en el fundamental 1986 y aprobada seguramente por la chapa que tenía por ese entonces el guionista, J.M. DeMatteis, tanto entre los fans de Marvel como entre los de Epic.
El título es bastante engañoso. Oscar Greenberg es vampiro, es cierto, y DeMatteis nos presenta eso como una rareza. Pero no como la recontra-anormalidad en torno a la cual gira la obra. Es vampiro como podría ser mormón, gastroenterólogo, o rosarino hincha de Banfield. El elemento sobrenatural -que convive y se complementa muy bien con el slice of life que gobierna a la novela- no tiene que ver con que Oscar es un no-muerto, sino con una entidad demoníaca que busca desde hace años corromper su alma. El conflicto grosso es ese: Lilith quiere corromper a Greenberg y para lograrlo va a crear engañifas, trampas, y hasta a poseer a su sobrino Morry, que es el que más entiende y banca a su conflictivo tío. Al final, como en tantas historietas de DeMatteis, ganará el amor, que se manifestará como una energía más poderosa que el mal y la corrupción, aunque no de la muerte. Uno de los personajes secundarios con más peso en la trama no llegará a la última página.
Greenberg, además de vampiro es escritor, pero hace años que no pega un hitazo. La inspiración se le fue, lo que escribe le parece una mierda, y lleva mucho tiempo recluído, lejos de las cámaras y los flashes, en parte para que no se haga pública su condición de vampiro. Ahí, la historia es más "normal". El argumento del escritor excéntrico que vive de glorias pasadas y le escapa a la prensa y los fans seguro ya lo leíste en otras novelas, comics o películas. DeMatteis lo desdramatiza, al punto que de esta situación se disparan los momentos más graciosos de la novela, potenciados por la relación de Oscar con su novia (que también es chupasangre), con su familia, y sobre todo con su idishe mame, que como toda mamá judía lo sobreprotege y lo agasaja como si fuera el verdadero mesías. En esta dinámica entre comedia familiar judía, desventuras de un escritor en decadencia, historia de amor entre vampiros y peligro sobrenatural con el alma del protagonista en juego, se construye una historia rara, amena, intensa, impredecible y que sólo decae cuando DeMatteis frena la narrativa gráfica para mostrarnos extensos fragmentos de las novelas o guiones que Oscar está escribiendo. Ahí, la recomendación es leer salteadito, una frase de cada párrafo, porque si no sehace muy aburrido.
Por el lado del dibujo lo tenemos al siempre innovador Mark Badger, artista bastante resistido por buena parte del fandom, que acá tiene la posibilidad de trabajar a color directo. Y le saca a esa posibilidad un jugo raro, pero rico. El dibujo esquemático, apretadito, medio freak de Badger, se combina con un trabajo de color bastante extremo, lleno de riesgos bien tomados , con páginas en las que el expresionismo estalla con trucos y saltos al vacío típicos de los dibujantes del estilo pictórico tan en boga en los ´80, con los que Badger no tiene nada que ver. Pero la bizarreada le sale bien, sobre todo cuando el color le gana protagonismo a la línea negra y asume el rol de definir las formas de todo lo que aparece en las viñetas. Se me ocurren no menos de 15 dibujantes que podrían haber metido mano en este guión con mejores resultados, pero lo de Badger es muy digno, y además el tipo siempre tuvo una conexión muy especial con DeMatteis.
En el contexto de 1986, en el que por a lo largo y a lo ancho la industria del comic yanki aparecían una joya atrás de otra, Greenberg the Vampire no entra ni a la Copa Sudamericana. Pero en el contexto hoy, cuando Marvel se recluyó prácticamente en el género de los superhéroes y en los dibujantes que reciclan fotos, esto sería considerado una obra de vanguardia, un comic experimental a todo o nada al que la crítica seguramente le daría mucha más bola de la que le dio en 1986. Y la verdad es que se lo merecería, porque es un gran comic.
Published on June 12, 2011 06:42
June 11, 2011
11/ 06: MENDIGO

Nunca había leído una historieta de Jorge González, este argentino que hace unos cuantos años vive en España. Había mirado una, muy por encima, y no me había llamado la atención. Pero me quemó la cabeza Horacio Altuna, que me habló maravillas de este tipo al cual le había escrito los guiones de dos novelas gráficas (Hard Story y Hate Jazz) y luego de sorprenderme con la cantidad de premios que lleva ganados González, ni bien vi un álbum suyo a buen precio, me decidí a apostar. Y con Mendigo me gané el Loto, el Quini, el PRODE y el Gordo de Navidad.
Son 48 páginas, nomás, claramente pensadas para el mercado francés por González y Carlos Jorge, un guionista absolutamente ignoto, tan ignoto que ni tiene apellido. Pero está todo lo que tiene que estar, y muy bien puesto. Hay un misterio, una conjura, una traición, aprietes mafiosos, drogas, sexo con y sin amor, un asesinato bastante atroz y otro que no llega a concretarse pero que -para los efectos de la trama- es mucho más letal que el que sí se concreta. Por la historia desfilan un par de tipos jodidos, pesados de verdad, sicarios con menos escrúpulos que Francisco De Narvéz, pero el verdadero horror, lo más aberrante, reside (y se resuelve) en el seno de una familia.
Jorge define a los personajes con poquito, con silencios, con dos o tres escenas para cada uno, y los arma de un modo tan diáfano que uno los compra de una y de cuerpo entero. Mi único "pero" es que se juega por un recurso para mi gusto muy trillado, que es el de los hermanos gemelos. Todos conocemos hermanos gemelos, es cierto. De hecho, estoy redactando esto en el lobby de un hotel donde están hospedados Maxi y Seba Fiumara, que además de grossos de la historieta son hermanos gemelos. Pero en la ficción, la proporción de hermanos gemelos ya supera ampliamente a la del mundo real, y estaría bueno que los guionistas se dejaran de joder con eso, por lo menos 25 ó 30 años.
El clima de la historia lo impone el personaje que rápidamente se destaca por sobre los demás: Julius, el hombre a quien Víctor le robó la vida y ahora vive en la calle, como un ciruja, atento a los obituarios del diario para enterarse primero el día que Víctor palme. Julius es un hombre callado, taciturno, a quien las humillaciones a las que lo sometió la pobreza le enseñaron a mantenerse al margen, a esperar a un costadito, a desaparecer de la vista de la gente que lo desprecia sólo porque su ropa está sucia y huele mal. Pero esas "habilidades" lo van a ayudar a llegar a donde siempre quiso estar: detrás del tipo retraído y resignado, hay un tipo decidido, contumaz, capaz de planear y ejecutar una movida maestra. Con pocas páginas de nueve cuadros y ninguna de 10 ó más, el ritmo de la historia es francés, pero no tanto. Jorge dosifica muy bien los textos y se cuida de que estos aparezcan sólo cuando son indispensables. Poco texto + pocos cuadros por página = historieta que se lee rápido, y la verdad es que está perfecto. Si esto mismo se extendía mucho más, seguro perdía impacto.
De todos modos, el gran guión de Carlos Jorge corre serios riesgos de pasar desapercibido, o de ser prácticamente olvidado a los pocos minutos de terminar de leer Mendigo. El dibujo de Jorge González, en cambio, te lanza una bola de bowling a las neuronas y te las hace volar a la mierda, a lugares donde nunca las vas a poder ir a buscar. El aspecto visual de Mendigo es majestuoso, así, sin medias tintas. González toma la paleta de colores de Lorenzo Mattotti, es cierto, y también cosas del lenguaje gestual, sobre todo en las escenas violentas. Pero no creas que vas a ver al enésimo clon del genio italiano: González mete en la coctelera también a Miguelanxo Prado, a Oscar Zárate y por supuesto, cosas de su cosecha personal. El resultado es brillante, hipnótico, no querés pasar las páginas para que el libro no se termine. Las perspectivas, los fondos, las expresiones faciales (que expresan muchísimo, para sacarle jugo a los silencios), todo es de una belleza plástica muy difícil de describir. Esto hay que verlo para creerlo.
Guionista desconocido, dibujante con bastante obra encima al que nunca había leído, joya oculta del Noveno Arte que -por suerte- publicó Glénat en nuestro idioma. Mendigo es un comic maravilloso y -si lo descubriste gracias a este blog y lo conseguís de algún modo- seguramente me lo vas a agradecer hasta el fin de tus días.
Published on June 11, 2011 07:07
June 10, 2011
10/06: GIRL COMICS

Otra vez me toca una antología y esta tiene que ver con un fenómeno que felizmente crece: cada vez hay más chicas que trabajan en el mundo del comic, y muchísimas más que quieren hacerlo. Para festejarlo, Marvel armó esta colección compuesta por historietas 100% a cargo de dibujantes, guionistas, coloristas y hasta letristas de sexo femenino. Con gran criterio, no sólo convocaron a las autoras más destacadas del mainstream superheroico, sino que también le dieron cabida a varias mujeres que se volcaron a otro tipo de historias y de estéticas en otras editoriales, y que -a priori- nada tienen que ver con lo que uno se imagina cuando le dicen "comics de Marvel". Y otro bonus track importantísimo -para no pocos, motivo definitivo para la compra del libro- es que, entre las historietas, vienen salpicados artículos biográficos sobre mujeres que tuvieron roles destacados en la historia de Marvel, ya sea en la parte editorial, creativa, o lo que fuera. Heroínas de la vida real, que dejaron su marca en una editorial donde -a tono con la industria del comic en Occidente- siempre hubo olor a huevo y donde -a diferencia de DC- nunca hubo mujeres en cargos realmente importantes.
Pero vamos a las historietas, que hay algunas muy buenas. La de Venus de Stephanie Buscema es un pastiche atrapante y muy bien hecho, con guiños al lector que sabe de la brecha cultural que se produjo en EEUU entre mediados de los ´50 y fines de los ´60. Por supuesto en joda, con mucha onda y muy, muy buenos dibujos. La de los hijos de Reed y Sue Richards no es una idea super-original, pero está bien ejecutada por Robin Furth y Agnes Garbowska, a quienes nunca había escuchado nombrar. Devin Grayson explora el triángulo Cyclops-Jean Grey-Wolverine en una historieta que combina muy bien la machaca con la introspección. El dibujo es de Emma Ríos (a quien nos cruzamos en una antología de Los Reyes Elfos), que sigue tan gélida y falta de onda como aquella vez, pero ahora muy mejorada por los colores de Barbara Ciardo.
Jill Thompson, obviamente, la rompe en su breve historieta de los Inhumans, también en joda y también demasiado bien dibujada para ser real. La Colo está en un momento increíble y todo lo que toca últimamente brilla como nunca, excepto la pelada de su marido, Brian Azzarello. Colleen Clover no es una virtuosa del dibujo, pero tiene un estilo lindo y narra muy bien. Le toca dibujar una historia de Kathryn Immonen, menor pero muy decorosa.
El descubrimiento más notable de este libro es Faith Erin Hicks, autora de la historia mejor escrita y una de las mejor dibujadas del tomo. Hicks es una especie de Brian Lee O´Malley, pero con el re-aguante para dibujar superhéroes y un guión muy bien pensado, protagonizado por Boom-Boom. La historia del Dr. Strange sufre de un dibujo poco inspirado, pero encuentra en Christine Boylan una guionista muy capaz, sin duda otra grata sorpresa. Y otra de las historietas fundamentales del libro es la de Wolverine y Jubilee a cargo de Marjorie Liu (que escribió varias joyitas para la ninguneada y extinta línea Minx de DC) y Sara Pichelli, a la que descubrí hace un par de semanas cuando la premiaron en Inglaterra y realmente promete muchísimo.
La de Power Pack (obviamente a cargo de Louise Simonson y June Brigman) no pasa de la boludez simpática, la de Lea Hernandez es un chiste largo, y a Ann Nocenti (que pela un guión fuerte y perturbador con Typhoid Mary como protagonista) la cagaron mal: le pusieron como dibujante a Molly Crabapple, que dibuja bárbaro, pero que no tiene nada que ver con la onda del guión. Y la última historieta, la de Carla Speed McNeil, es la típica comedia de bar de borrachos, pero con un montón de superhéroes, entre los que se lucen Kitty Pryde y Wolverine. No es el tipo de historias que uno quiere que cuente Carla, porque ya demostró que está para cosas más jugadas, pero tampoco está nada mal.
Se vienen la chicas, muchachos. Ycuando vienen las chicas, todo cambia. Ya llegará el día en que no haga falta crear una antología sólo de minas, porque vamos a tener -como en Japón- tantas minas como tipos trabajando en el mundo del comic. Y ahí no sé si las historietas van a ser mucho mejores, pero seguro nos vamos a divertir mucho más. Amigo viñetófilo: acá hay papa fina, creada por varias chicas que merecen nuestra admiración. Amiga viñetófila: hacele el aguante a este libro, que a primera vista puede parecerse al enésimo comic de superhéroes pasado de testosterona, pero es un merecido tributo a muchas minas muy grossas y poderoso manifiesto en favor del argolla-power.
Published on June 10, 2011 06:26
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