Andrés Accorsi's Blog, page 255
July 15, 2011
15/ 07: JONAH HEX: TALL TALES

Nuevo recopilatorio de este prócer de la mala leche y, felizmente, es uno de esos tomos que sólo incluye historias autoconclusivas. Ese es, sin dudas, el formato en el que mejor se desenvuelven los guionistas Justin Gray y Jimmy Palmiotti, y además está bueno porque permite la rotación de dibujantes, que es algo que siempre enriquece la lectura. Si en una saga de siete episodios me metés seis dibujantes, te voy a buscar con antorchas y esos tenedores gigantes con los que los aldeanos perseguían a Frankenstein. Ahora, si me recopilás siete episodios unitarios, sin conexión entre sí, y me ponés seis dibujantes distintos, está todo más que bien. Además, como el único que dibuja dos historias es Jordi Bernet, los otros cinco podrían ser una manga de muertos de hambre, y aún así el tomo resultaría atractivo. Pero repasemos de a uno los unitarios, a ver qué onda.
El primero es de una crueldad inusitada, y está muy bien resuelto. Acá los malos tiran a un pendejito atado como un matambre a un saloon en llamas, para que muera quemado. Y muere! Imaginate la turrada que les va a hacer Hex a esos tipos para vengar la muerte del borreguito. El dibujo es del ya veterano filipino Vicente Alcázar, lejos de su buen nivel de los ´70. Lo que mejor dibuja son las caras de las mujeres, pero se las afana a Eduaro Barreto. Así no vale.
Le sigue una historia muy breve, casi un chiste largo, en la que se luce Phil Winslade, con unos dibujos majestuosos, con un laburo de plumín casi alcateniano. Y luego, otra historia de apenas 8 páginas, ambientada en la juventud de Jonah, muy, muy grossa. Acá el dibujante es C.P. Smith, un Juan Carlos Flicker que tiene una obra muy buena con Peter Milligan, The Programme.
Y llega Bernet, nomás, para dibujar una historia muy rara, en la que Hex es más mítico que humano y que termina con las apariciones de todos los personajes de DC que alguna vez cabalgaron por el lejano Oeste. Por supuesto, nuestro mal llevado protagonista les pintará la cara a todos. La trama mejor armada por Gray y Palmiotti es la del próximo unitario, bien dibujado por Giancarlo Caracuzzo, a quien jamás había oido nombrar. Caracuzzo dibuja mejor cuanto más de cerca lo dejan enfocar la acción, y si bien todavía le falta, se nota que aprendió mucho de varios autores muy buenos.
Volvemos con el prócer catalán para la anteúltima historia del tomo, que tiene momentos gloriosos, pero que está armada básicamente para presentar a dos nuevos antagonistas que eventualmente volverán a confrontar con el cowboy más fulero del Oeste: Bob Doyle y lo más parecido a un super-villano que vimos hasta ahora en esta serie, el Gray Ghost (nada que ver con el de Batman Animated).
Y cerramos con otra historia en la que el villano queda vivo y jura vengarse de nuestro antihéroe. Es un episodio menor, con algunos diálogos copados, y con el detalle de que el dibujante es Brian Stelfreeze, un maestro del claroscuro que acá nos detona las retinas con su grafismo arriesgado, su excelente puesta en página y con esa secuencia de 10 páginas bajo una lluvia torrencial, que te pone los pelos de punta. Creo que desde la primera Sin City que no veía a un dibujante convertir a la lluvia en un elemento gráfico con tanto peso, y menos de un modo tan original como el que pela Stelfreeze.
No sé si lo dije alguna vez, pero esta serie de Jonah Hex difícilmente te cambie la vida. Aún así, se disfruta plenamente, incluso si no sos fan del western. Palmiotti y Gray manejan a la perfección a un personaje jodido, áspero, y lo meten en historias fuertes, siempre al límite de lo publicable en un comic de DC. No sólo es milagroso que un comic de cowboys acumule más de 60 números sin ser cancelado. También es milagroso que ningún imbécil de traje y corbata haya salido a censurar estas historias, donde la violencia suele ser muy gráfica y muy escabrosa, y donde los valores que habitualmente encarnan los héroes, acá no los encarna nadie. Ojalá no la estropeen con el relanzamiento y la mudanza de Hex a los pagos de la Gotham decimonónica…
Published on July 15, 2011 16:28
July 14, 2011
14/ 07: CHAGALL EN RUSSIE Vol.1

Como está muy ocupado dirigiendo películas de animación, en los últimos años el salvaje de Joann Sfar bajó un cachito su producción en materia de historietas, como para darnos una tregua a sus desbordados lectores, que cada año nos encontrábamos con una brutal seguidilla de libros nuevos con la firma del ídolo y no siempre nos daba el cuero para comprarlos todos.
Chagall en Russie es una saga de apenas dos tomos, uno (este) de 2010 y uno de 2011, que nunca vi. En Francia lo publicó la prestigiosa editorial Gallimard, la que publicó a Alejandro Dumas, a Borges, a Harry Potter y hasta Jusepe en Amerique, una epopeya de Carlos Trillo y Pablo Túnica, todavía inédita en nuestro idioma. El protagonista es un joven Marc Chagall y la historia está ambientada poco después de la Revolución Rusa. Pero el contexto histórico es apenas relevante. Chagall en Russie va más para el lado del slice of life, o en realidad, del subgénero de "jóvenes a la deriva".
Básicamente, Chagall cae en la cuenta de que el padre de su amada nunca le concederá la mano de la chica de sus sueños mientras sea un vulgar pintor, y se plantea qué hacer al respecto. Su pasión, su razón de ser es el dibujo. Pero con eso no puede garantizarle el porvenir a su eventual familia, entonces sale a vagar por ahí, a ver qué se le ocurre. Y este tramo de la novela es eso: un joven virtuoso del dibujo, a la deriva por la Rusia rural de los primeros años de comunismo, que se encuentra con personajes excéntricos y muy atractivos, algunos medio bizarros, hasta que en un punto la sucesión de encuentros y peripecias hace que Chagall deje de pensar en su chica y se entregue a ese devenir medio aleatorio de los hechos.
Lo más atractivo está casi siempre en los diálogos entre Marc y el resto de los personajes. Pero la mejor escena es su soliloquio en el río, cuando expresa realmente su amor por el arte al que se abrazó y a través del cual haría feliz a tanta gente. Lo más aburrido son esos largos diálogos acerca de los judíos, qué es ser un buen judío, y toda esa perorata que Sfar ya nos hizo fumar varias veces. En el Gato del Rabino, por ejemplo, la cultura y la religión judía conviven con la islámica y la cristiana y de ahí salen hermosos contrapuntos. En otras obras (como la insostenible Klezmer) no, y eso las hace aburridas. Acá el contrapunto entre la ortodoxia judía y las nuevas reglas del juego impuestas por el comunismo apenas se insinúa y –sospecho- se aprovechará más en el segundo tomo. Pero yo que Sfar aflojaría un par de años con el tema del judaismo, porque corre el riesgo de hacerse denso y reiterativo al pedo.
En el rubro dibujo, lo de Sfar es sencillamente genial. El tipo encontró una forma de dibujar a los santos pedos, que le queda buenísima. Uno sospecha que ni siquiera hay un boceto a lápiz, que Sfar caza el plumín como un poseído y le entra a dar, derecho viejo, hasta que se cansa de meter detalles alucinantes en cada viñeta y pasa a la siguiente. La que lo tiene jodido es (otra vez) la colorista, Brigitte Findakly, que tiene que decodificar esos garabatos incompletos, esas texturas abigarradas, y acompañar todos los climas que intenta transmitirnos desde el dibujo este monstruo del expresionismo. Este sistema le funciona increíblemente bien a Sfar, pero algo tiene que resignar y es la puesta en página, la planificación. Como en El Principito, el autor divide las 59 páginas de la novela en una única grilla de seis viñetas iguales (la Gran Kirby) y se la banca hasta el final. Y listo, a otra cosa, un problema menos, algo menos en qué pensar. Por suerte, así como respeta a rajatabla la grilla, se zarpa groseramente a la hora de encontrar los planos y las angulaciones para lo que nos muestra en cada cuadro, o sea que en ningún momento la grilla fija se convierte en un embole, ni transmite sensación de rutina. Las cuatro páginas de la batalla entre el militar loco y el ejército comunista son una mini-epopeya alucinada, con un vértigo y un despliegue de recursos absolutamente inusual. Y como ya vimos en La Vallée des Merveilles, la parte tranqui, la del viaje y la contemplación, Sfar la sabe resolver sin sobresaltos, sin caer en pozos narrativos ni aburrir.
Esto puede terminar en cualquier cosa. Incluso con Chagall dedicado a la gastronomía en un carrito de la Costanera, sin volver a mencionar nunca a la chica con la que (en la primera mitad de este tomo) sueña con casarse. Veremos cómo la remata el ídolo en la segunda mitad.
Published on July 14, 2011 19:01
July 13, 2011
13/ 07: EL PREVIEWS DE SEPTIEMBRE

Y sí, me voy al descenso con Quilmes, Huracán, Gimnasia y River. A vivir abajo del puente… Mirá cómo me van a esquilmar estos turros en Septiembre.
Marvel saca un nuevo recopilatorio de los Muppets de Roger Langridge a u$5.99. Ni se discute, adentro.
También recopila en TPB la segunda miniserie de STRANGE TALES, a u$19.99. Otro indiscutible, del que no me importan autores, ni cantidad de páginas, ni si viene impreso en papel higiénico o con prólogo de Muñones.
DC me quiere ver muerto. Anuncia el segundo tomo de las recopilaciones del SUICIDE SQUAD del maestro John Ostrander, que juré solemnemente bancar hasta el final. Ahí se van otros u$19.99. Y además, el tercer tomo de GOTHAM CENTRAL, que me tiene re-enganchado, aunque no dibuje todos los número Michael Lark. Otros u$19.99, pero convencido de que me esperan 224 páginas de altísimo nivel. Y casi aliviado, porque la colección termina en el Vol.4.
La pesada herencia de WildStorm: un mega-TPB de 240 páginas, con las dos últimas miniseries de ASTRO CITY, la fundamental serie de Kurt Busiek y Brent Anderson. Con esto completamos la excelente Dark Age, así que los u$19.99 duelen, pero menos.
Vertigo saca (por fin) el primer TPB de AMERICAN VAMPIRE, esa serie que todos compran por Stephen King y yo quiero por Rafael Albuquerque. Masacote de 200 páginas, y otros u$19.99 que le dolerán a mi bolsillo. Y por si faltara algo, sale el cuarto tomo de THE UNWRITTEN, la serie de Mike Carey y Peter Gross que, si venís siguiendo el blog, sabés que me tiene totalmente hipnotizado. Y ahí voy, a desembolsar otros u$14.99 para saber cómo carajo sigue la historia de Tom Taylor.
Mirá esta paponga: Boom! Studios recopila en un tomo de 192 páginas un montón de historias grossas de Hellraiser, de las que salieron originalmente en el sello Epic de Marvel, hace 20 años. Hay material de Clive Barker, Neil Gaiman, Mike Mignola, Alex Dioss, Kevin O´Neill y otros (son boludos para elegir, los muchachos). Por supuesto entro como un caballo, y le pongo los u$19.99 sin chistar y sin preguntar si está la historieta que dibujó Jorge Zaffino, que me acuerdo que era una orgía.
Y mientras lanzo la convocatoria de acreedores, me anoto con STAR GAZING DOG, un manga de Takashi Murakami (no el pintor y diseñador, un mangaka homónimo), editado por NBM, que tiene muy linda pinta y vale u$11.99.
Me quedo con varias leches, entre ellas la edición en un único tomo de tapa blanda de ALL-STAR SUPERMAN, que está a u$29.99, y la nueva novela gráfica de Seth (THE GREAT NORTHERN BROTHERHOOD OF CANADIAN CARTOONISTS), que me ceba infinitamente, pero sale en hardcover a u$24.95, y prefiero esperar a ver si más adelante Drawn & Quarterly se apiada de los crotos y la reedita en un formato más económico.
Si me ves pidiendo limosna en alguna convención, o prostituyéndome disfrazado de trava en los lagos de Palermo, ya sabés por dónde viene la mano. Esta vez no prometo reseñar todo esto en el blog, porque con el delay que tengo, lo que no llegue a principios de Septiembre corre serios riesgos de ser leído recién en 2012, y no sé si existirá el blog en 2012. En una de esas, es posta que se acaba el mundo, o simplemente yo decido no seguir adelante con este disparate diario. Veremos…
Published on July 13, 2011 06:37
July 12, 2011
12/ 07: JSA Vol.6

Sigo leyendo esta serie en perfecto desorden y una vez más, me tengo que sacar el sombrero ante la labor de Geoff Johns y David Goyer, los guionistas de esta memorable etapa de la JSA. Esto es pornografía para geeks, pero de gran, gran nivel.
El tomo abre con un unitario protagonizado por Power Girl, muy divertido, con un conflicto de baja intensidad, pero muy bien llevado. Y además es el episodio mejor dibujado, ya que cuenta con la participación de Patrick Gleason, mucho mejor que Leonard Kirk, el dibujante titular de esta etapa. Si todos los fill-ins fueran como este, los fans jamás se putearían por su existencia.
Después tenemos otro unitario en el que el rol más importante le toca al Captain Marvel. El guión es redondo, fuerte, profundo, pensado para recordarnos que estos íconos legendarios enfrascados en la eterna lucha entre el Bien y el Mal son, ante todo, humanos. Muy grosso.
Y el tercer episodio marca el inicio de una saga de viajes en el tiempo, centrada en tres protagonistas: el Capi Marvel, Hawkgirl y Mister Terrific. La primera parte (con los Freedom Fightees y el Terrific de los ´40) está muy buena, pero el descontrol arranca más adelante, cuando los héroes quedan varados en el antiguo Egipto, en el medio de una guerra que involucra a todos los personajes de DC con raíces egipcias: Nabu (el Amo del Orden que creó al Dr. Fate), el príncipe Khufu y Chay-ara (quienes reencarnarán varias veces hasta convertirse en Hawkman y Hawkgirl), Teth-Adam (más tarde Black Adam), y hasta el orbe de Ra, que le diera sus poderes a Metamorpho. Sumémosle un villano inmortal como el Vandal Savage y el recuerdo de un reciente viaje de Jay Garrick a Egipto y está todo dado para que se arme una saga de palo y palo en la que tengan peso –como siempre en la JSA- la tradición, el legado heroico y el desarrollo de las personalidades de todos estos muchachones (y chicas) con poderes.
En paralelo a los viajes en el tiempo, Goyer y Johns desarrollan un sub-plot muy atractivo en torno al Dr. Fate que involucra a Gemworld, Mordru, Lyta Trevor y Dawn Grainger, en una seguidilla de sacudones y sorpresas que nunca te ves venir y que seguro van a desembocar en una próxima saga grossa. También sobre el final arranca un plot que involucra a Eclipso, pero con mínimo desarrollo. Y el último episodio, el del juicio a Kobra, es uno de los más relevantes, porque funciona como disparador de varias de las sagas futuras, entre ellas la que reseñamos el 23 de Mayo del año pasado. Las 17 páginas que no involucran ni a Eclipso ni a Mordru son probablemente las mejor escritas de todo el tomo: complejas, espesas, inquietantes, atravesadas por dilemas realmente jugados que cuestionan de raíz el rol del superhéroe. Un lujo.
Y bueno, fuera de ese primer unitario muy bien dibujado por Gleason, en el resto del tomo tenemos a Leonard Kirk, un dibujante mediocrón, sin mucha onda, pero sin pifias ni errores groseros. Kirk se desloma para dibujar muchos personajes, fondos, ambientaciones muy distintas entre sí, batallas con miles de elementos en cada viñeta… y ahí se gana un poco el changüí para después dibujar esas caras repetidas, obvias, poco expresivas. No es un desastre, tampoco. Simplemente le falta onda, se conforma con ser un típico obrero del mainstream en vez de aspirar a algún sello personal, a un estilo más propio, ya sea en el dibujo o en la narrativa.
Como digo siempre, este es un gran comic de superhéroes, pero que cobra cara la entrada: para disfrutarlo a pleno tenés que tener un conocimiento enciclopédico de toda la historia del Universo DC, porque Goyer y mi doppleganger te bombardean todo el tiempo con referencias oscuras no sólo a los back issues de esta serie, sino a los más variados comics de los ´40 para acá, y hay que ser un erudito (o estar muy hecho mierda) para pescarlas todas. La JSA de Johns y Goyer va para adelante como una locomotora, pero no deja ni un segundo de mirar para atrás, de homenajear, reinterpretar o simplemente carroñar las historias pergeñadas por hordas de autores que mojaron antes que ellos en el DCU. Lo bueno es que les sale muy, pero muy bien.
Published on July 12, 2011 08:24
July 11, 2011
11/ 07: ORGULLO DE SAMURAI

Hace unos meses, cuando me interné en otra antología de relatos de samurais creada por el maestro Hiroshi Hirata, me ensarté con unos guiones densos, protocolares, con muchísima más información de la que uno necesitaba para engancharse con las historias. Un embole, bah. Pero los dibujos eran tan alucinantes, que juré volver a apostar por el sensei Hirata, y acá estamos.
Una vez más, la timba (no muy arriesgada, porque este libro se consigue por chauchas en las comiquerías porteñas) garpó con creces. Orgullo de Samurai incluye seis historietas, de las cuales la única ilegible es la sexta, que además es la mejor dibujada. Ahí, el maestro se ceba explicándonos una compleja situación política que luego desemboca en una batalla salvaje, pero lo apreta todo en 15 míseras páginas, atiborradas de masacotes de texto, a su vez repletos de información, de la indispensable y de la otra. Está buena sólo para mojarse mirando los dibujos, o para escribir una monografía sobre la batalla de Sekigahara.
Las otras cinco historias, realizadas entre 1970 y 1971, están en un nivel bastante parejo, y muy por encima de lo visto en Héroes Anónimos. Sí, hay bastante protocolo y bastante énfasis en la relación entre señores y vasallos. Pero también hay sorpresas, giros insólitos y un ritmo mucho más atractivo. La primera es una gran historia de honor, de aguante y de respeto a los grossos, a los que se lo ganaron no por ostentar el poder, sino por hacer las cosas bien. La segunda es una historia tremenda, desgarradora, totalmente extrema y pasada de rosca, acerca de un samurai cuyo orgullo le cuesta la vida a él y a todos sus hijos. Un relato que, de verdad, te deja mal, te hiere en el alma.
El tercero juega al límite de la bizarreada: todo gira en torno a la hija de un daimio (el señor feudal) que no consigue marido porque despide un olor nauseabundo, que nadie logra soportar. Genzaburo Sasahara, aún estando comprometido con otra mujer, se ve obligado a defender el honor de su feudo y para eso se tiene que casar (y acostar!) con la hedionda doncella. Hirata mantiene siempre el tono serio, dramático y heavy, en una historia cuya premisa podría haber derrapado en cualquier momento hacia la joda, o la guasada fácil. Muy, muy notable, y muy inquietante.
La cuarta historia es la más floja, y además una de las más largas (48 páginas). Se centra en un conflicto padre-hijo, que a su vez es un conflicto entre la tradición samurai que reivindica el uso de la katana, y la "modernidad" que representan las armas de fuego. Tiene algunas secuencias mudas realmente impactantes, pero la trama me interesó poco y se me hizo densa. Y la quinta historia , por el contrario, se hace corta gracias a su intensidad y su ritmo. Es la que gira en torno a un muchacho que viola a la esposa de su padre adoptivo, y desencadena así un drama familiar con implicaciones políticas. Acá hay sexo salvaje, runflas tremendas, violencia zarpada y hasta vemos cómo la cabecita de un bebé es atravesada por un flechazo.
Ninguna de estas cinco historias está dibujada al nivel de la sexta (que es 10 años posterior), pero en las cinco vemos a un Hirata absolutamente asentado en su estilo vigoroso, de gran realismo, base –como señalamos la vez pasada- de lo que después hizo Frank Miller en su Ronin (tras combinarlo con los franceses de la Metal Hurlant). Hirata combina expresividad, dinamismo, rigor documental y un inagotable arsenal de recursos narrativos. Su único problema es que los personajes masculinos se parecen mucho entre sí, y terminás por distinguirlos por los diseños de los kimonos. Y lo que pela el prócer en la sexta historieta, ya está directamente fuera de escala. Con una narrativa más yanki y un uso perfecto de los tonos de gris aplicados con aguadas, la faz visual de ese relato compensa por completo el brutal exceso de texto y la compresión en poco espacio de una historia de gran envergadura y complejidad.
Entonces, por el momento, si te querés enganchar con Hiroshi Hirata y sus samurais, arrancá por este tomo. En una de esas, después consigo otro que me ceba más. Pero hoy, te tengo que decir que Orgullo de Samurai es un excelente punto de entrada al fascinante mundo de este genio del manga, al que –si te gusta el dibujo realista- no podés dejar de hacerle un lugarcito en tu bibiloteca.
Published on July 11, 2011 07:24
July 10, 2011
10/ 07: OUR ARMY AT WAR

No sé si fue un evento de quinta semana, o qué carajo pasó, pero este año DC publicó cinco one-shots con sus clásicos títulos del género bélico y con historietas 100% nuevas. Después salió el recopilatorio y acá está.
La primera historieta establece un paralelismo entre la Segunda Guerra Mundial y la actual guerra en Medio Oriente, por supuesto desde el punto de vista de los yankis, que siempre "se ven obligados" a entrar en estos conflictos porque son víctimas de una agresión por parte de "los malos", no porque haya otros intereses en juego, no vayas a creer. Y bueno, el jueguito de contar las dos historias intercaladas le sale bastante bien al guionista Mike Marts, aunque sean historias flojas, medio traídas de los pelos, y con una aparición del glorioso Sargento Rock y su compañía Easy, también muy forzada y sin peso decisivo en la trama. El dibujo de Víctor Ibáñez es lindo, correcto, medio Juan Carlos Flicker, pero bien.
Le siguen tres historias cortas: la primera está escrita y dibujada por el genial Darwyn Cooke, y es un cago de risa: un relato 100% en joda, dibujado en un estilo parecido al que usaba Mike Mignola para sus historietas cómicas, y protagonizado por los cadáveres de grandes figuras de la historia de la guerra. Son siete paginitas, nomás, pero se disfrutan a pleno. Después viene una historia estremecedora, de impecable factura, a cargo de Ivan Brandon (el coordinador de 24Seven, una antología de Image que reseñamos el año pasado) y de Nic Klein, un dibujante al que no conocía y me encantó. Otras siete páginas memorables de verdad. La tercera historia corta, la del mítico Jan Strnad y el ignoto Gabriel Hardman, no está al nivel de las otras dos, pero tampoco es un espanto excecrable.
Volvemos a las historias largas (bah, de 22 páginas), esta vez con The Losers, pero los clásicos, no los de Andy Diggle. La verdad que el guión es menor, poco verosímil y no muy original. Los logros del guionista B. Clay Moore se limitan a explorar la vertiente realista (o sea, grim ´n gritty) de personajes que hasta ahora siempre habían sido demasiado blandos, demasiado idílicos y absolutamente irreales. El dibujo de Chad Hardin, chato y adocenado, no aporta demasiado a la historia más floja del tomo.
Pero guarda, que se viene el Haunted Tank, junto al cual combatimos a los nazis el 16 de Marzo de este año. A años luz de las historias de Bob Kanigher, pero sin traicionar un milímetro su esencia, Matthew Sturges nos ofrece una historieta realmente excelente, en la que queda clarísimo que el Haunted Tank, como concepto, no es para nada inviable. Bien laburado, puede funcionar incluso hoy. Dibuja el británico Phil Winslade, en un estilo raro, como si quisiera combinar el suyo propio con el de Irv Novick (uno de los dibujantes clásicos del Tank). Pero es una rareza linda, atractiva, muy bien apuntalada por un notable trabajo de documentación y un coloreado magnífico y sutil a cargo de Lovern Kindzierski.
Y cerramos con Mademoiselle Marie, en una trama de intriga y traiciones bien llevada, con sorpresas, mala leche y buenos diálogos, cortesía de Billy Tucci. No es una joya, pero funciona muy bien. El dibujo se lo reparten entre Justiniano y Tom Derenick (quien va a dibujar el título bélico que DC lanza en Septiembre) y ninguno de los dos desentona para nada. Es un dibujo correcto, cumplidor, sin genialidades y sin saltos al vacío.
Mirala a DC acordándose de que tiene un montón de personajes sin superpoderes que pelearon en la Segunda Guerra Mundial… Como recreo, como oasis entre tanta capa y tanta máscara, está bueno, pero, ¿se bancará el público actual una serie mensual protagonizada por estos heroicos combatientes de tiempos tan lejanos? ¿O será hora de poner los huevos sobre la mesa y crear héroes de genero bélico para el Siglo XXI? Lo cual lleva a otra pregunta más interesante: ¿Se puede? ¿Hay algo parecido al heroismo en las guerras que vemos hoy en los noticieros? ¿O es una mentira que, desde la década del ´50 para acá, no se sostiene ni a palos? Para pensarlo, no?
Published on July 10, 2011 14:51
July 9, 2011
09/ 07: FUNERAL

Hoy, una reseña un poco más breve de lo habitual, como para dejar constancia de que
a)Funeral marcó el regreso a la historieta del mítico guionista Emilio Balcarce, alejado del medio durante 20 años.
b)Muchos de los conceptos de esta obra fueron co-creados por Balcarce y el dramaturgo Horacio Ceferino López, quien falleció mientras la obra se serializaba en Italia, mercado para el que se originó.
c)El guión parte de una premisa absolutamente ganchera y atractiva: una cápsula llega a la Tierra desde el espacio exterior y contiene algo que parece ser el cadáver de Dios. Sin embargo, el desarrollo es lento, reiterativo, sin una estructura adecuada para llegar eventualmente a un buen final. Como si todo pasara por la premisa. Sobran viñetas, diálogos y secuencias enteras, que no ayudan a que la trama avance, no agregan espesor al conflicto y apenas le otorgan un toquecito de complejidad al personaje protagónico, Agustín Feder. Recién cuando faltan 18 páginas para el final pasa algo más, aparte de las disquisiciones teóricas y los experimentos científicos para determinar si el cadáver es o no el de Dios. Y encima lo que pasa es… casi vulgar, a años luz de lo que hacía atractivo al planteo inicial de la saga.
d)El dibujo de Jok está realmente bueno, y sortea con éxito el escollo de las páginas de muchísimas viñetas. Como siempre, en Jok vas a ver más solidez narrativa que virtuosismo en el trazo o en la anatomía. Pero esta vez lo ayuda muchísimo el color, que lo potencia y lo hace más vibrante, más impactante y más dramático.
Si sos fan de Jok, no te pierdas el que hasta ahora es su mejor trabajo editado en Argentina. Si sos fan de Balcarce, releé sus clásicos de los ´80 un tiempito más, hasta que el maestro salteño recupere la dinámica, la onda y la magia de los trabajos que lo consagraron de la mano de grossos como Juan Giménez, Juan Zanotto, Lucho Olivera o Leo Manco. Funeral parece una de esas breves historietas de dos páginas que hacía junto a Marcelo Pérez en las contratapas de Fierro, pero contada en cuarenta y pico de páginas en vez de dos.
Published on July 09, 2011 17:32
July 8, 2011
08/ 07: BLACKSAD Vol.4

¿Te acordás cuando, en los ´80, los autores españoles pelaban clásicos tipo Torpedo o Roco Vargas en las antologías de ese país, de ahí pasaban al álbum de Norma o de Toutain, y después se publicaban en Francia, Italia, EEUU y –con un poco de suerte- Alemania, Brasil o algún país nórdico? Bueno, hoy es al revés: los autores españoles generan clásicos que salen primero en álbum, contratados por las editoriales de Francia, y después se traducen al castellano y se publican –entre otros países- en España. Es bizarro, pero por lo menos no es tan injusto como lo que pasa con los autores argentinos, que en muchos casos jamás se editan en nuesto país, o ni siquiera en nuestro idioma.
El abanderado indiscutido del comic español made for Francia es sin dudas Blacksad, el gato noir de Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, dos autores a los que, antes de enganchar editor en Francia, en su país no los conocía ni su familia. Pero allá por el 2000, el primer tomo de Blacksad se editó en Francia y de la noche a la mañana, nuestra Madre Patria pudo ostentar con orgullo dos nuevas estrellas en su firmamento comiquero. ¿Hay forma de darse cuenta de que los autores de Blacksad son españoles sin buscar en Wikipedia? No: se trata de una serie "neutra", ambientada en EEUU y sin la menor referencia a la realidad ni a la idiosincracia española. Le mirás el pasaporte y está en blanco. Es un comic de ningún lugar, sin ningún rasgo de identidad, como lo fueran Torpedo, Roco Vargas o El Mercenario de Vicente Segrelles.
Pero aunque nos cueste considerarla "historieta española", Blacksad es -ante todo- historieta de gran calidad, y uno de esos casos raros en los que prestigio y popularidad van de la mano. Díaz Canales y Guarnido armaron una alquimia que funciona a varios niveles, capaz de lograr el aplauso unánime de los críticos y la ovación masiva de los fans, incluso de lectores que habitualmente no consumen historieta europea. Buena parte de esa alquimia se basa en los dibujos de Guarnido, una bessstia, un animal, un salvaje, creador de una identidad gráfica fascinante y devastadora que combina realismo documental en los fondos, vehículos y trajes, con el truco (llevado al extremo) de dibujar a las personas con cabezas y rasgos de animales, y con un trabajo de coloreado único, sutil y recontra-expresivo. Si en vez de historietas Guarnido editara art books, no sé si se venderían mucho menos que los tomos de Blacksad.
Y además de este virtuoso del dibujo, el color y la narrativa, el otro elemento que hace funcionar la alquimia es el gran manejo del policial negro que demuestra en cada álbum Juan Díaz Canales. Sin cancherear, sin dárselas de Alan Moore, el guionista arma tramas complejas, casi siempre impredecibles, teñidas de corrupción, enchastradas de mala leche y salpicadas con bastante acción, algo de humor y alguna escenita de sexo medio salvaje.
En este cuarto álbum, el sexo casi ni figura y hay más acción que en otros tomos. Pero lo grosso de la trama se define hablando, cuando los implicados se ven obligados a blanquear, a sacar a la luz oscuros secretos del pasado que les condicionan el presente y les amenazan el futuro. Hay un gran trabajo de los autores para que uno, que es fan de Blacksad (y de Week), se cope también con los personajes creados especialmente para este tomo, todos lejos de los estereotipos y las obviedades, excepto Ted Leeman. Una vez más, Blacksad te da esa horrible sensación de no querer pasar las páginas porque sabés que se está por acabar el tomo y querés que dure el triple de lo que dura. Y encima sabés que faltan como cinco años para que salga el próximo!
Lo más grosso: la historia está ambientada en New Orleans y el zarpado de Guarnido mete en una viñeta a un chancho con los rasgos de Ignatius Reilly (si no sabés quién es, googlealo y llevate Literatura a Octosto, o a Juliembre). Lo más choto: ¿Yo soy un subnormal que no entiende lo que lee, o Díaz Canales nunca nos explica quién es el enmascarado al que persigue Blacksad hasta perderlo en medio del corso?
Climas jodidos, ambientes sórdidos, misterios atrapantes, buenos diálogos y un antihéroe que se juega la vida en cada caso se enfiestan en una orgía visual imposible de explicar (ni de reproducir). Muy difícil ser comiquero y no cebarse con Blacksad…
Published on July 08, 2011 14:13
July 7, 2011
07/ 07: HOY SALGO A CHOREAR

Y sí, no tengo tiempo de leer un carajo y además me corté un dedo con el cutter y me duele como la concha de su madre…
Como para llenar, te cuento que:
Ya está en imprenta el número 11 de Komikku, y en el blog de dicha revista anticipamos los contenidos y la portada (acá, sólo la portada).
El sábado 9, de 14:30 a 19 hs., hay Feria de Comics en el bar que queda en la esquina de Ferrari y Leopoldo Marechal, muy cerquita del Parque Centenario. Gran ocasión para conseguir buen material a inmejorables precios. Yo voy a estar con un par de mesitas repletas de papa fina.
El domingo, hay elecciones de Jefe de Gobierno en Capital Federal. Atenti: tocar la boleta del PRO te contagia enfermedades venéreas. Meterla adentro del sobre te hace crecer un tumor fecal en el cerebro y te deja impotente de por vida.
El lunes juega Argentina con Costa Rica. Bah, "juega"… salen a la cancha 11 boludos que, como no consiguen platea, sacan campo. Esperemos dar menos vergüenza y generar menos aburrimiento que contra Bolivia y Colombia.
El lunes también empieza la Feria del Libro Infantil y Juvenil, acá en Buenos Aires. Vale pasar a saludar por el stand de Comiqueando, donde obviamente estará a la venta el libro del blog, entre muchas otras papongas. Los días pulenta para los historietófilos son el viernes 29 y el sábado 30, en los que tendremos charlas, talleres, un montón de autores invitados y la presencia estelar de Marv Wolfman. El evento está en Facebook con el nombre "Festival de la Historieta" y ahí batimos la programación, las novedades que se van produciendo, horarios, precio de las entradas, etc.
Y todavía no está confirmado, pero puede ser que el lunes me toque ser invitado a un programa de radio, para hablar del blog, del libro y de boludeces varias con el amigo Tomás Coggiola. Si se confirma, lo pongo en el Facebook de 365.
Mientras tanto, estamos armando un nuevo número de Comiqueando que, con un poco de suerte y viento a favor, estará a la venta la segunda quincena de Agosto. Obviamente la nota central tiene que ver con el relanzamiento de DC, pero también vamos a hablar –entre otras cosas- de Dylan Dog, de Yoshihiro Tatsumi, de Diego Parés, de Gene Colan, de Genndy Tartakovsky y de Cages, la gran obra de Dave McKean.
La próxima presentación del libro del blog es en el Festival Viñetas con Altura, en La Paz (Bolivia). Esto va a ser entre el 4 y el 7 de Agosto, pero todavía no sé el horario y día exactos. La última presentación del Vol.1 va a ser en Tucumán, también en Agosto. Y para fines de ese mes, se viene el Vol.2, con todas las reseñas que faltan para completar el 2010 y algunos bonus tracks copados, como la portada de… Nah, aguantá. Ya te vas a enterar.
Entre el festival de La Paz y la convención de Tucumán, me voy a tomar vacaciones. No sé si voy a postear esos días en el blog, ya veremos. Dependerá de qué tan cerca esté de una computadora con conexión a internet, porque tiempo para leer, voy a tener de sobra.
Bueno, ya fue. Para mañana, seguro se viene una reseña power.
Published on July 07, 2011 14:21
July 6, 2011
06/ 07: iZOMBIE Vol.1

Y Vertigo lo hizo de nuevo… No conocía al guionista, ya dije mil veces que no me interesan para nada los zombies, pero le di una oportunidad al primer tomo de esta serie, cebado principalmente por la presencia del glorioso Mike Allred, y la recompensa superó infinitamente mis expectativas. Sí, ya sé… comprar un comic de Vertigo por el dibujante es un disparate sólo comparable con el de haber votado a Macri en 2007 y tener ganas de volverlo a votar. Pero es Mike Allred, man. El Más Grande. El tipo cuya cara aparece en el diccionario cuando buscás la definición de "cool". A este genio hay que comprarle todo lo produce, hasta las heces.
Y esta vez, la bizarra timba garpó a full. iZombie es una serie exquisita, muy ganchera y muy bien llevada por Chris Roberson, el guionista. En apenas 5 episodios, el tipo te arma un elenco de 12 personajes y todos tienen rasgos y cositas muy interesantes para explorar. La protagonista es Gwen, una chica zombie, pero que si se morfa un cerebro por mes la logra caretear, no se convierte en una estúpida que camina a los tumbos, babea y dice "cereeeebrooos", como tantos otros de sus congéneres. Pero cuando se come un cerebro se le aparecen en la mente los recuerdos del propietario de la masa encefálica que se acaba de deglutir, lo cual le trae unos cuantos problemas y la impulsa a tratar de resolver misterios o rectificar injusticias que llevaron a la muerte a ese pobre tipo (o mina). No me digas que no está bueno! Encima Roberson explica perfectamente por qué Gwen no funciona como un zombie normal.
Rareza entre las rarezas, Gwen se rodea de una chica fantasma muerta en los años ´40, de un chico que se convierte en hombre-terrier, interactúa con una especie de momia egipcia (que amaga con ser el villano de la historia, pero al final… no te lo voy a contar), se cruza con una cofradía de chicas vampiro y pega onda con un chico que se dedica –mirá vos qué casualidad- a cazar y destruir a vampiros, licántropos, fantasmas y todo tipo de muertos vivos. Todo esto en un clima de cuasi-comedia juvenil, obviamente atravesada por situaciones absolutamente bizarras, fruto de la particular condición de toda esta manga de freaks.
En cinco episodios hay una sóla escena de acción (en el cuarto capítulo), y ninguna de sexo. Pero las revelaciones que se suceden están tan bien dosificadas, y tan bien entrelazadas con una ingeniosa e impredecible construcción de plots a futuro, que la lectura no se hace densa en ningún momento. Por supuesto, ayudan mucho los diálogos, que es otro punto muy fuerte de Roberson, quien también escribió varios números de Superman y de Elric, la gran creación Michael Moorcock.
Y con todos esos logros, el escritor y guionista no logra ni por un segundo eclipsar a la verdadera estrella, que es –obviamente- Mike Allred. En perfecta conjunción con su esposa y colorista Laura, el creador de Madman demuestra una vez más por qué es el mejor dibujante de freaks con onda. Con su trazo preciso, elegante, lleno de expresividad, Allred le aporta carisma y credibilidad a los extraños pobladores de Eugene, Oregon. Y cuando te tiene que estremecer (como en la escena en la que vemos por primera vez a Gwen morfándose un cerebro arrancado a un cadáver que acaba de desenterrar) te estremece a full, no se guarda nada. Como siempre, Allred mete maravillosos detalles en los fondos, en la ropa, hasta en los peinados de los personajes. Y por si faltara algo, su infalible destreza narrativa le permite contar varias historias en paralelo, alternar secuencias de presente, pasado, recuerdos propios y ajenos y arriesgadas composiciones de página como la del paseo por la ciudad de Gwen y Horatio. Realmente es un lujo de aquellos tener a un artista de esta magnitud en una serie mensual, y encima en una que no escribe él mismo, sino que se limita a dibujar (con increíbles pilas) guiones ajenos.
Entre fines de este año y principios del próximo, se terminan Northlanders, DMZ y Scalped. Todo mal. ¿Vertigo se va al descenso? Ni a palos. Con series como Sweet Tooth, The Unwritten y iZombie, el sello tiene argumentos de sobra para seguir en Primera (y peleando varios tornos a la vez) varias temporadas más.
Published on July 06, 2011 17:38
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