Andrés Accorsi's Blog, page 254
July 25, 2011
25/ 07: TOUTE LA POUSIERE DU CHEMIN

O para decirlo en criollo, "Todo el polvo del camino", que es como lo tradujo Norma a la hora de publicarlo en nuestro idioma, cosa que se caía de madura sobre todo porque el dibujante es español. Lo de Jaime Martín en este libro es doblemente raro. Primero, porque uno está acostumbrado a verlo trabajar con guiones propios (lo vimos en Marzo con Sangre de Barrio), y segundo porque acá dibuja en un estilo que se parece bastante poco al de sus otras obras. Así como en Sangre de Barrio lo veíamos cebado con Bernet y con dibujantes yankis tipo Jaime Hernández y Charles Burns, acá agarra totalmente para otro lado y se acerca mucho a Rubén Pellejero y a los trabajos más "línea clara" de Emmanuel Guibert. Por supuesto, hay momentos en los que se ve claro al Martín de siempre, pero toda la impronta visual del comic, desde el color hasta la forma en que fluye la acción de una viñeta a la otra nos remite inmediatamente a Pellejero y a Guibert. Lo cual no significa que sea un mal trabajo del español, para nada. Este es un excelente trabajo de Martín, a quien trabajar para Francia no lo asusta, porque en sus historietas "de autor" para El Víbora también tenía muchísmas páginas de 10 viñetas y pocos primeros planos. Acá hay unos cuantos, muchos para un álbum francés, pero tiene que ver con una particularidad de la historia, que es que el protagonista habla muy poco y comunica mucho con la mirada y con las expresiones de su rostro. También es muy notable el trabajo de Martín en materia de documentación histórica (todo transcurre en los EEUU rurales, justo cuando más fuerte pega la Gran Depresión) y sus increíbles logros expresionistas a la hora de aplicar el color digital.
Y mirá vos qué loco: el autor del guión tampoco habla francés. Se trata de Wander Antunes, el guionista brasileño con más presencia en el mercado franco-parlante, donde desembarcó en 2004 en equipo con nuestro Walther Taborda, para más tarde colaborar también con el ídolo mexicano Tony Sandoval. La ambientación de los EEUU rurales no es nueva para Antunes y realmente la maneja de taquito. Acá, al racismo, la hipocresía y la brutalidad habituales le suma la extrema pobreza y los abismos a los que esta empuja a hombres naturalmente honestos, que al grito de "éramos tan pobres" compran la ilusión pelotuda de que cagando al de al lado, por ahí zafan. Tom, el protagonista de la obra, va para el otro lado. Con el alma magullada por miserias y desgracias varias, vaga en busca de un laburo, de alguna forma de subsistencia, pero con dignidad, sin bajarse los lienzos ni traicionar sus principios. Y no va a encontrar un amor que reemplace al que perdió, ni un casa que reemplace a la que le incautaron los banqueros, ni un laburo normal y estable. Pero, después de padecer a lo guanaco a lo largo de 80 páginas, va a recibir de manos de Antunes algo así como un final feliz.
Riquísimo en climas, con diálogos fuertes y silencios conmovedores, con buen equilibrio entre la acción y la pachorra provinciana, lo único que empaña al gran guión de Antunes es que las dos veces que la historia parece empantanarse o llegar a un punto muerto, lo que la vuelve a motorizar son sendas casualidades. No está mal que un guionista recurra a las casualidades (que, como bien postulara Paul Auster, son la prueba irrefutable de que el Universo está escrito en rima), y ambas casualidades disparan a la trama en direcciones grossas, de gran impacto. Pero dos casualidades en una obra de 80 páginas suena a un guión un cachito forzado.
Toute la Poussiere du Chemin quedó cerquita de ser Historieta Perfecta. Es una historia fuerte, comprometida con los valores correctos (la dignidad, la solidaridad, la esperanza, el aguante frente a la adversidad), con personajes muy bien trabajados, con un final redondo e impredecible y llena de momentos violentos, jodidos y también hermosos. Y además dibujada y narrada con sutileza y talento por un Jaime Martín inspiradísimo, lejos de sus trabajos de los ´80 y ´90, pero cerca de la cima de su inmenso potencial artístico. Please, que no la agarre nunca un productor de Hollywood para convertirla en una película con Viggo Mortensen o Christian Bale.
Published on July 25, 2011 18:37
July 24, 2011
24/ 07: TRANSMETROPOLITAN Vol.4

Otro esperado reencuentro! Después de muuuuchos meses, vuelvo a leer esta indescriptible serie de Warren Ellis y Darick Robertson. Y justo me toca leer un tomo que gira en torno a las elecciones, un día que hay elecciones (en Santa Fe) y donde parece que la bajeza, la canallada, la venalidad más burda y chabacana va a ser la que saque más votos.
Sin ser flojo ni mucho menos, este es el tomo que menos me emocionó en lo que va de la serie. Evidentemente, Spider Jerusalem funciona mejor como cronista o testigo que como protagonista, y acá cobra mucho protagonismo, porque Ellis lo deja involucrarse demasiado en la contienda electoral entre la Bestia y el Sonrisas. El propio Spider se da cuenta de esto, lo manifiesta y lo sufre. O sea que no es un "error" del guionista, sino un camino tomado con premeditación y que, para mi gusto, no da tan buenos frutos como el otro. Para Spider, claramente tampoco. Este es el arco en el que peor la pasa.
Lo más copado terminan por ser, por un lado, las guarangadas que dice y hace Spider. Ahí, Ellis no falla y sigue tan salvaje como siempre. Y por el otro lado, las ideas limadas que Ellis pela para mostrarnos que esto transcurre en un futuro hiper-tecno. Los personajes mencionan o consumen como si fuera lo más normal del mundo un montón de productos, sustancias, operaciones quirúrgicas y hasta religiones absolutamente originales y alucinantes, que ojalá se inventen pronto, en especial el neurotransmisor (ocultable en el esmalte para uñas) que le produce a nuestras víctimas alucinaciones en las que tienen sexo con simios duros de merca que sufren el síndrome de cólon irritable.
A medida que se acercan las elecciones, Ellis le da más y más protagonismo a los dos candidatos presidenciales, a los que –gracias a las gloriosas charlas que tienen con Spider- llegamos a conocer bien a fondo. Pero claro, los dos detestan a nuestro kamikaze del periodismo y gane quien gane, ninguno tendrá reparos a la hora de hacerle pagar caro tanto insulto, tantas humillaciones y –sobre todo- tanto compromiso con la verdad. Spider interactúa tanto con los políticos que casi no lo vemos junto a sus asistentes, Yelena y Channon. Como las chicas están al pedo, las vemos intentar generar sus propias subtramas, pero ninguna cobra ninguna relevancia.
La saga de las elecciones podría haberse contado tranquilamente en cuatro episodios en vez de seis, pero Ellis aprovecha los restantes para mandar a Spider a pasear por la Ciudad, y en esos tramos, los más descriptivos (si se quiere, los más sociológicos) aparecen varios de los hallazgos más notables del tomo, así que está todo bien… leído en TPB. En la lectura mes a mes de los numeritos, me acuerdo que eran un palo en el orto del grosor de una palmera. El TPB también ofrece como bonus tracks las dos historias cortas de Transmetropolitan que salieron en sendos Winter´s Edge, la antología que editó Vertigo durante tres años. Esas dos también son pequeñas perlas, jodidas y deliciosas.
A lo largo de todo el tomo, como ya es costumbre, nos acompañan los dibujos de Darick Robertson, siempre ajustadísimo en la narrativa y con un trazo siempre propenso a derrapar hacia el grotesco. Cosa que los guiones de Ellis también hacen casi siempre, y ahí es donde me parece que Robertson se siente más cómodo. No le pidas que dibuje minas hermosas porque no las va a dibujar ni aunque se esmere; pero pedile gordos repulsivos y te los va a dibujar tan repulsivos que hasta les vas a sentir el olor a chivo, cigarrillo y vino berreta. Como la saga está bastante estirada, hay lugar para muchas páginas de una sóla viñeta, y ahí Robertson y el entintador Rodney Ramos dejan la vida, en tomas jugadas (y superpobladas) de la Ciudad, su gente, sus carteles, sus grafittis y su mugre.
Tengo a mano un par de tomos más, así que prometo volver pronto a la Ciudad, a ver cómo cambia la vida de este maestro de la mala leche a partir del cambio de presidente. O a ver si Ellis agarra para otro lado. Yo estoy seguro de haber leído por lo menos 15 episodios más cuando coleccionaba los numeritos en los ´90. Pero posta, no me acuerdo absolutamente nada posterior a esta saga. Mejor, así me sorprendo más.
Published on July 24, 2011 19:01
July 23, 2011
23/ 07: EL EXTRANJERO

"Standing on a beach with a gun in my hand,
Staring at the sea, staring at the sand,
Staring down the barrel at the arab on the ground,
See his open mouth but hear no sound.
I'm alive, I'm dead,
I'm the stranger… killing an arab!"
Y sí, si alguna vez escuchaste ese hitazo de The Cure llamado "Killing an Arab", ya sabés de qué se trata la famosísima novela de Albert Camus, escrita en 1942 y ahora convertida en historieta por Juan Carlos Kreimer y Julián Arón. Básicamente es la historia de un tipo llamado Mersault al que le importa poco que se muera su madre, le importa poco que una mina se enamore de él, le importa poco matar a un desconocido y le importa poco ir en cana y ser condenado a muerte por el homicidio del árabe de la canción de The Cure. Podríamos estar ante una especie de psicópata inescrupuloso, pero Mersault no es uno de esos. Es más bien un discapacitado emocional, un tipo al que no le sale fingir las emociones que no siente. Se muere tu vieja y justo ese día no tenés ganas de llorar, ni en el velorio ni en el entierro. ¿Eso te convierte en una mala persona? Camus nos invita a pensarlo. Matás a un tipo medio por accidente y medio porque se te cantó, y no sentís el menor remordimiento. ¿Eso te convierte en un villano irredimible, tipo el Joker o Bullseye, o en un pobre tipo? ¿O en un grosso que, pudiendo caretear el arrepentimiento y zafar, prefiere decir la verdad, aunque eso le cueste una condena? Se pone interesante, no?
El Extranjero no es una novela fácil de adaptar, porque buena parte de la "acción" se da en la mente de Mersault. Acción física propiamente dicha hay un par de garches y la escena en la playa, en la que los amigos del protagonista tienen la pelea con los árabes. Y listo, eso es todo. El resto son trámites, escenas pachorras, burocráticas, a tono con la cero emoción que le pone Mersault a la vida. Charlas, paseos, un velorio, un juicio, un tipo encerrado en un calabozo que pasa días enteros mirando las paredes… Y sin embargo la historieta en ningún momento te aburre, ni siquiera si la leés sabiendo todo lo que va a pasar, como fue mi caso. Juan Carlos Kreimer logra convertir el texto de Camus en un guión ágil, filoso, que respeta esa onda fría y distante del protagonista, pero que te incluye, te atrapa, te invita a ser vos también parte de ese jurado que decidirá si Mersault es o no un psicópata hijo de puta.
La planificación de las secuencias está muy bien lograda, y no sé si es obra del guionista o del dibujante. Pero hay momentos re-Will Eisner, con hermosos planteos gráficos, como los de las páginas 25 y 63. Y a lo largo de todo el libro hay muchos y muy buenos recursos narrativos. Arón inventa, por ejemplo, una forma distinta de mostrar las escenas cuando las narran los testigos durante el juicio, otra forma de distinta de plasmar las secuencias que transcurren en la mente de Mersault, y así. Como dibujante, Arón no es un genio, pero sí muy competente. Su estructura es clásica, con un trazo académico, correcto (aunque con los personajes un poquito cabezones), seguramente heredado de su maestro, el recordado Alberto Salinas. Pero se permite pegar saltos al vacío y meter toques más salvajes, más expresionistas, o incluso más de comic underground. Y además se va al carajo con las texturas y los sombreados, que mete mediante distintas técnicas, algunas digitales y otras de cross-hatching a plumín, tinta china y pulso totalmente zarpadas. Este manejo de tramas y texturas lo obliga a balancear con mayor cuidado los valores de blanco, negro y gris en cada página y ahí Arón no falla nunca. También sale muy bien parado cuando combina sus dibujos con referencias fotográficas, a las que labura a full para integrarlas a la imagen y que no desentonen dentro de la estética que propone a lo largo de la novela gráfica.
No pondría a El Extranjero entre las obras imprescindibles de la historieta argentina actual, pero la verdad es que, como adaptación de una obra literaria dura, difícil, jugada, es un trabajo de asombrosa solidez, que no cae en ninguna de las trampas en las que podría haber caído. Y de paso, nos pone a Julián Arón (a quien vi una sóla vez en persona, pero no conocía ninguno de sus trabajos) entre los dibujantes realmente capaces, dueños de un importante arsenal de recursos para sacar adelante cualquier tipo de historia. No es poco, me parece…
Published on July 23, 2011 18:18
July 22, 2011
22/ 07: DOOM PATROL Vol.2

Hora de retomar esta interesante serie, que sigue rara, pero bastante atractiva. Lo único que se le podría criticar es que uno esperaba que el guionista Keith Giffen acelerara un poco, y que empezaran a pasar más cosas. Y pasan más cosas que en el Vol.1, pero tampoco la pavada.
El resto es muy raro, pero está muy bien. Giffen parte de una base muy piola: dos tipos (Cliff y Larry), con muchos años de aventuras a sus espaldas, que ya tomaron conciencia de que casi todo lo que les va a pasar es horrible. Aprendieron a convivir con la tragedia, con la bizarreada, con la incomprensión, con los kilombos al filo de la realidad y hasta con Niles Caulder, que además de más viejo está cada vez más intratable. Pero Cliff y Larry se la bancan, porque aprendieron a afrontar todo eso con una mezcla de humor y cinismo, y los diálogos entre ellos son lo más copado que tiene esta Doom Patrol. Ahí Giffen pone toda la carne al asador y logra resultados mínimamente por debajo de las genialidades que escribía junto a J.M. DeMatteis en la mejor época de la Justice League. Los diálogos, además de muy, muy abundantes, son filosos, llenos de one-liners brillantes, de chistes zarpados y de retruques devastadores. No sólo los de Cliff y Larry: el Jefe también tiene momentos notables, sobre todo cuando le toca rosquear con la presidenta de la isla-nación donde tiene su cuartel la Doom Patrol.
Y la estructura de las historias es rara, no en el sentido de confusa, sino porque pasan cosas extrañas y de modo medio caprichoso. Las tramas tienen giros imprevistos, se activan y descativan, disparan para donde parecía que no se podía ir, o se resuelven de forma medio rebuscada. A años luz de lo que hizo Grant Morrison, lo de Giffen es bastante vanguardista, bastante arriesgado, porque se caga una y otra vez en un montón de convenciones del género superheroico. De hecho, en este tomo reaparecen tres personajes gloriosos de la Era Morrison: Crazy Jane, Danny the Street y Mr. Nobody, en una sucesión de peripecias que involucran también a villanos clásicos y nuevos y a dos personajes a los que Giffen conoce bien: Oberon (el eterno sidekick de la Liga y los New Gods) y el limadísimo Ambush Bug. Por supuesto, acá no puede usar al Bug en todo su potencial, porque no puede meter chistes acerca de la industria del comic, los dibujantes, los guionistas y demás recursos que hicieron de ese bicho subnormal uno de los mejores inventos de los ´80, junto a la internet y el reproductor de CDs.
De todos modos, el mejor episodio del tomo es el último, que es sin dudas el más convencional, el que menos trata de separarse del clásico esquema del comic de superhéroes. Esta vez el protagonismo es para Rita Farr y acá Giffen se juega a explicar detalladamente el truculento proceso por el cual el Jefe logró volverla a la vida tras su muerte en la isla de Codsville. Y además le pega un nuevo giro a la relación entre Rita y Steve Dayton bastante perturbador.
Por el lado del dibujo, la mayoría de las páginas están a cargo de Matthew Clark, a quien de a poquito estoy empezando a tolerar, aunque se le nota demasiado la escuela noventosa de WildStorm y Top Cow. Cuando trata de parecerse a Chris Bachalo es cuando mejor le va. Y cuando no dibuja Clark, preparate, porque se vienen pesadillas lovecraftianas. Dibujantes chotos, sin onda, que imitan mal a Mike McKone, un desastre. La faz narrativa está cuidada, porque generalmente Giffen les entrega a sus dibujantes las páginas ya plantadas, con la secuencia ya establecida en las viñetas. Pero el resultado final es visualmente desparejo, porque Clark sigue lejos de ser un grosso, sus reemplazantes son impresentables y el entintador John Livesay se va al carajo con su habitual sobrecarga de detalles (en trajes, fondos, pelos, etc.) y entinta a todos los dibujantes como si fueran David Finch. Por suerte no lo son, pero bueno, ese estilo de "sobredibujo" cada día me copa menos y tengo la sensación de que los lápices de Clark, entintados de otra forma, se verían más power.
Quiero creer que el próximo tomo va a recopilar los nueve episodios que faltan para llegar al final de la serie. Y tengo mucha curiosidad por saber cómo va a resolver Giffen algunos de los conflictos principales, esas supra-tramas que avanzan por atrás (o por arriba) de las tramas centrales de cada arco. En el nuevo DCU que debuta en Septiembre no hay lugar para la Doom Patrol, así que si vuelve más adelante, lo más probable es que empiece de cero y todo esto sea barrido bajo la alfombra. Lo cual le da al autor la maravillosa posibilidad de irse bien a la mierda y cerrar la saga (y la revista) a lo grande, o (Sabina dixit) "con clase y categoría, como un Number One".
Published on July 22, 2011 14:24
July 21, 2011
21/ 07: SEGUNDO FESTIVAL DE LA HISTORIETA

No sé si mucha gente se enteró, pero el año pasado, la Feria del Libro Infantil y Juvenil sumó a su intenso menú de actividades un Festival de Historieta. En realidad, un cúmulo de actividades relacionadas con la historieta, concentradas en dos salas y en dos de los 20 días que dura la Feria. En aquella primera edición de 2010, pasaron por el Festival nada menos que Carlos Trillo, Liniers, Gustavo Sala, el Niño Rodríguez, Leo Manco, Max Aguirre, Jorge Lucas, Pablo Túnica, Walther Taborda, Luciano Saracino, El Bruno, Pablo Sapia, J.J. Rovella, Claudio Kappel y algún otro monstruo al que ahora no recuerdo, en charlas y talleres que tuvieron muy buena respuesta por parte de los asistentes a la Feria, tanto chicos como grandes.
Y como todo salió bien, este año lo hacemos de nuevo. El 29 y 30 de este mes tendremos un nuevo Festival de la Historieta, esta vez titulado "SuperHeroico", ya que esa va a ser la temática central de las actividades. Esta vez, en los talleres tendremos la presencia de los amigos de Banda Dibujada, Luciano Saracino, Fernando Calvi, Max Aguirre, Dante Ginevra, Walther Taborda y El Bruno. Y para las charlas, convocamos a Ariel Olivetti, Jorge Lucas, Darío Brizuela, Chanti (que viene especialmente de Mendoza) y a un muchacho al que por ahí escuchaste nombrar, que se llama Marv Wolfman.
Gracias al auspicio de la Embajada de los EEUU, el legendario guionista de Tomb of Dracula, New Teen Titans, Crisis on Infinite Earths y miles de comics y dibujos animados más, va a estar en Buenos Aires, va a ser parte fundamental de este Festival, y va a brindar dos charlas. La primera, el viernes 29, se va a centrar en su trabajo en la animación y en los videogames, y también vamos a repasar algunas películas y series de TV que se hicieron con personajes de su creación (obviamente, la más conocida es Blade, con tres pelis, una serie con actores y un animé). En la segunda charla, la del sábado 30, nos vamos a concentrar en su carrera como guionista, y de paso lo vamos a hacer hablar un poco acerca de su visión de esa industria que lo tiene entre sus protagonistas más destacados desde fines de los ´60.
Por supuesto, el sábado después de la charla, Wolfman va a firmar libros y revistas (sólo material de su autoría) a quienes se le acerquen a pedirle su autógrafo. Tratemos de no volverlo muy loco, porque esta semana está en San Diego (donde los fans no le dan tregua) y en los dos días previos al Festival va a estar participando de otras actividades con público, organizadas por la Embajada de los EEUU. Igual es un tipo tranquilo, muy accesible. Yo lo conocí hace mil años, en una convención en México, en el ´98, y obviamente, cuando lo contacté para invitarlo no se acordaba para nada de mí. Pero tiene buena onda. Es un tipo grande, de 61 años, que ya pasó por absolutamente todas. Se hizo bien de abajo, llegó bien arriba, dio varios pasos al costado (también algunos para atrás) y hoy, si bien es bastante desconocido entre los lectores más jóvenes, goza de un status de leyenda entre los fans más curtidos, por la trascendencia que tuvieron dentro y fuera del comic algunas de sus creaciones, entre ellas Blade, Raven, Cyborg, Starfire, Deathstroke, Tim Drake (el tercer Robin), Bullseye (el enemigo de Daredevil), los Omega Men, la atorrantísima Black Cat, el Monitor y el Anti-Monitor, Nova, Adrian Chase (y los Vigilantes que lo siguieron), Terrax (gran villano de Marvel), Gangbuster y un interesantísimo etcétera.
La programación detallada del Festival de la Historieta está en la página web de la Feria del Libro Infantil y Juvenil (http://www.el-libro.org.ar/infantil/), y también podés buscar el evento en Facebook. La entrada a la Feria es gratuita para menores de 18 años y si sos mayor, tenés que poner $ 20. Si venís, no dejes de visitar el stand de Comiqueando.
Published on July 21, 2011 18:33
July 20, 2011
20/ 07: LOS CARRUAJES DE BRADHERLEY

No se puede creer. Estoy atónito, estupefacto, deslumbrado, más pelotudo que de costumbre. Esto que acabo de leer es tanto, pero tanto mejor de lo que yo imaginaba cuando me lo compré, que me cuesta hilvanar las palabras para explicarlo. Yo entré por curiosidad: me llamó la atención que Dolmen publicara un tomo unitario de Hiroaki Samura, esa bestia fuera de control que le prendía fuego al lápiz en La Espada del Inmortal, y bueno, sin tener la más puta idea del argumento y sin que nadie me lo recomendara, cuando pude me lo compré.
Y lo bien que hice. Los Carruajes de Bradherley está compuesto de ocho relatos, hilvanados por una trama en común, que es la siguiente: en el año 1899, se produce un violento motín en una cárcel de un país europeo que bien podría ser Inglaterra. Como respuesta, un poderoso miembro de la cámara de los lords, ingenia un plan que es aprobado sin mayor oposición: mediante un elaborado engaña-pichanga, se llevan chicas jovencitas de los orfanatos y las meten en los penales durante varios días, para sosegar a los presos condenados a prisión perpetua, que tienen con qué divertirse. Nadie reclama a las chicas (porque no tienen familia y las compañeras del orfanato creen que van a vivir una vida de lujos y cuidados, e incluso que van a triunfar en el mundo de la ópera), los presos no van a contar lo que pasa porque, al estar condenados a perpetua, van a morir en las penitenciarías, y los carceleros tienen prohibido abrir la boca. Por supuesto, luego de cinco o seis días de ser sometidas a todo tipo de abusos sexuales por decenas de reclusos, las chicas mueren y se las entierra en el mayor de los secretos.
La primera historia nos muestra cómo los esbirros de Bradherley (que ese es el "noble" que "adopta" a estas chicas) se llevan a una jovencita de un orfanato y se la ofrecen a los reclusos de un penal como cordero en "la fiesta de Pascua", que es como le dicen a esta siniestra operación. Es una historia tremenda, infinitamente heavy. La segunda es peor, más cruel. Nos muestra a una chica que intenta sobrevivir cada día un día más, mientras los presos la dejan cada día más deteriorada. Posta, esto es para leer con un nudo en la garganta.
La tercera historia es la de una chica que casi cumple el sueño de debutar en una gran ópera, pero un accidente la deja fuera del elenco, y si no puede actuar… Bradherley tiene un Plan B para mantenerla ocupada. La cuarta es devastadora: un preso, a quien su familia creía muerto, se encuentra con que la jovencita a la que van a vejar todos sus compañeros en esta "la fiesta de Pascua", no es otra que su propia hija, que fue criada en un orfanato. La quinta muestra hasta qué punto están dispuestas a llegar las huérfanas para ser adoptadas por Lord Bradherley. Por ahí es la más floja del tomo. En la sexta, un carcelero se apiada de una chica e intenta ayudarla a escapar. Esta es espectacular, con un final magnífico y perturbador. En la séptima, una chica que triunfó en la ópera comete el error de preguntarse qué pasó con las otras chicas que nunca llegaron a pisar el escenario.
Y en la última, ya con la Primera Guerra Mundial como telón de fondo, reaparece una chica de la primera historia, y en una historia de tragedia y redención, el macabro operativo sale a la luz, justo cuando un bombardeo destruye la mansión de Lord Bradherley.
Todo esto, dibujado como la hiper-concha de Dios por un Samura sencillamente genial, inspiradísimo en los detalles, con ese trazo que parece lápiz sin entintar, con un trabajo de tramas mecánicas insuperable, una narrativa ajustada y cristalina y muchísimos recursos para des-enfatizar el morbo, el gore y el indescriptible escozor que producen las secuencias en las que un turba de presidiarios le hacen un gang-bang atroz a una chiquita de 13 ó 14 años. Samura transita sin el menor esfuerzo de esos climas de abisal sordidez, a los majestuosos palacios y teatros de principios del Siglo XX, donde todo es lujo y sofisticación. Y de ahí a los orfanatos, donde todo es ingenuidad pastoril, ilusión y sueños que veremos destrozados en mil pedazos.
Esto, amigo viñetófilo, es Historieta Perfecta. Se editó en Japón en 2007 y en España en 2008, mientras acá Ivrea publicaba el enésimo manga de colegialas con polleras cortas y chabones con superpoderes. Los Carruajes de Bradherley me causó un impacto absoluto, definitivo, difícil de superar. Como dijo el Más Grande, no me unió el amor, sino el espanto. Será por eso que me gustó tanto…
Published on July 20, 2011 15:12
July 19, 2011
19/ 07: REX MUNDI Vol.4

Llegó el esperado reencuentro con esta serie cuya primera mitad me cebó infinitamente el año pasado. Había colgado justo a mitad de camino, y justo cuando el cordobés Juan Ferreyra llegaba para convertirse en el dibujante titular hasta el final de la serie. Y fue un garrón mandarla al freezer, porque estaba bárbara. No quiero repetir una vez más el planteo argumental del guionista Arvid Nelson. Recomiendo hacer click en la etiqueta y releer las reseñas de los tres primeros libros.
Ahí vas a ver que para el tercer tomo, Nelson cambiaba el ritmo, aceleraba y empezaba a avanzar con mucho más power los plots fundamentales de esta saga de intriga política y religiosa. Bueno, para el cuarto tomo ya le agarró el gustito a la velocidad y el ritmo, sin ser vertiginoso, vuelve a acelerarse. Hay dos líneas que avanzan en paralelo: la de la investigación del médico Julien Sauniére (que va tras una pista que podría revelar la verdad sobre el Santo Grial y la descendencia de Jesucristo), y la del ambicioso plan del cada vez más hitleresco Duque de Lorraine, que ya se quedó con Francia y ahora se quiere comer también España.
Pero, si bien los dos avanzan bastante a fuerza de osadía y buenas runflas, los dos sufren reveses importantes: Sauniére pasa un rato largo preso en un calabozo de la Inquisición (otro de los jugadores con peso en la trama) y Lorraine ve caer su dominio sobre una parte de Francia cuando lo invade el ejército prusiano, con data habilitada por un traidor cuya identidad no puedo revelar. En este tomo también crecen notablemente los personajes femeninos: la doctora Genevieve Tournon, la anacoreta conocida como Aleron y Lady Isabelle, la intempestiva hija del Duque. Y por suerte Nelson demuestra que puede darles a las mujeres la misma profundidad que a los hombres, o incluso un poco más.
De a poquito, en este tomo crece también un elemento hasta ahora des-enfatizado, que es el de la magia, que en este universo paralelo no es un elemento fantástico, sino una disciplina que se puede aprender más allá del talento natural que uno tenga, como si fuera tocar el violín o hacer jueguito con la pelota. Pero por ahora no es para nada la fuerza definitiva a la hora de hacer avanzar los conflictos. Y está bueno que sea así. No quiero que esto se resuelva con los antagonistas lanzándose conjuros como si fueran kame-hame-has.
El tomo cierra con una historia breve, realizada por Nelson y Ferreyra para el Dark Horse Book of Monsters, ambientada en la juventud de Julien y Genevieve. El planteo está bueno, pero los "héroes" zafan con demasiada facilidad de la trampa del "villano", con el viejo e insostenible truco de destrabar el cerrojo de unos grilletes con una hebilla para el pelo. Chamuyo barato, mal.
Y si te gusta el dibujo realista, podés descorchar un champán, porque acá está Juan Ferreyra realmente inspiradísimo. Cancherísimo en la anatomía, dúctil en las expresiones faciales, arriesgado en los enfoques, las angulaciones y las composiciones, con un trabajo de iluminación y de color muy personal y de una calidad inusual para el mainstream (o casi) norteamericano y una integración bien lograda de las referencias fotográficas que usa para los paisajes y los palacios. Ferreyra le pone onda a las secuencias más tranqui para que no resulten aburridas y hasta les pone sutileza a las escenas más atroces, para que no caer en el gore barato. Visualmente, esto es un lujo.
Y bueno, prometo avanzar pronto hacia la recta final, a ver cómo se las ingenia Arvid Nelson para que el final de Rex Mundi esté a la altura de todo lo grosso que se vio hasta ahora. En un comic donde tiene tanto peso la religión, no queda otra que tenerle fe…
Published on July 19, 2011 18:31
July 18, 2011
18/ 07: CARTAS DE UNA EPOCA REMOTA

Me vuelvo a encontrar con el genio italiano Lorenzo Mattotti para un lujoso tomo que reúne cuatro historias, dos muy cortas y dos más largas. La más breve, El Retrato del Amor (con guión de Ambrosi) tiene apenas dos páginas y es brillante. Away Far Away (cuatro páginas con guión del propio Mattotti) no existe, es apenas una excusa para que el ídolo pele cuatro ilustraciones majestuosas.
Nos quedan dos historietas, de las cuales una (Después del Diluvio, con guión de Giandelli) es otra joya de 24 páginas. Una historia realmente hermosa, muy humana, muy real a pesar de los elementos extraños. Una historia de amor, pero también de liberación personal, de barajar y dar de nuevo esos sentimientos que generan angustia y depresión, de tirar al carajo esas necesidades que nos auto-imponemos porque sí, y que a la larga son obstáculos para estar bien. Llena de diálogos afilados y de silencios profundos, capaz de crear climas cautivantes incluso en la chatura prefabricada de un aeropuerto, Después del Diluvio está pensada para que se luzca el arte de Mattotti, pero además tiene un guión exquisito.
Y cerramos con la historia de 21 páginas que da título al álbum, co-escrita por Mattotti y Ambrosi. Cartas de una Epoca Remota es lo más parecido a un comic de ciencia-ficción que vas a ver en la trayectoria de Mattotti y sólo por eso es interesante. El problema es que el guión es muy light, no hay un conflicto fuerte, ni nada que se le parezca. Simplemente una hipotética bisnieta de Mattotti (o de un dibujante de historietas del presente que dibuja muy parecido a Mattotti y firma "Lucio Mazzotti") le escribe una carta a su bisabuelo, en la que le describe cómo es su presente, que vendría a ser nuestro futuro. Los transportes, las telecomunicaciones, las relaciones interpersonales y las historietas de fines del Siglo XXI se nos anticipan en exclusiva en estas páginas y todo es muy lindo, pero bastante desapasionado y falta un hilo conductor, una historia que articule (con perdón de la palabra) estas interesantes descripciones de la bisnieta del dibujante. O sea, la típica historieta de virtuoso pecho frío.
De todos modos, muy por encima de los aciertos o los errores de cada guión, sobrevuela (y proyecta una sombra colosal) el dibujo de Mattotti, que más que dibujo es poesía, magia, o algo para lo que todavía no se inventaron las palabras adecuadas. El italiano deja la vida en cada viñeta, en cada composición, en cada página. Todo es perfecto, desde las formas más básicas, hasta el trazo finito, hasta el color y las texturas. Las historias le dan la posibilidad de mostrar distintos recursos estéticos para los flashbacks, o para el ingreso y egreso a campos de realidad virtual, y el maestro obviamente les saca un jugo riquísimo. En la primera historia, cuando la chica que tiene una enfermedad en un ovario entra en crisis, a Mattotti se le ocurre graficar el dolor en ocho viñetas tremendas, ocho imágenes que te devastan las retinas y se te impregnan para siempre por su audacia, su originalidad y su fuerza expresiva. Genialidad pura.
La única condición que pone Mattotti para dejar estallar su incalculable talento es que no le metan más de cinco viñetas por página. De hecho, en todo el libro hay una sóla página de seis viñetas y la inmensa mayoría tiene cuatro. Ahí es donde el ídolo se siente a gusto, donde despliega con más generosidad su personalísima magia.
Cartas de una Epoca Remota no es el mejor álbum de Mattotti, ni por casualidad. Pero si te hiciste adicto al maestro (como yo), lo tenés que tener. Y si te gustan las historias intimistas, jugadas y capaces de meterle vuelo poético al típico slice of life, tenés que leer Después del Diluvio, que es perfecta. Volveremos a visitar al poeta del color.
Published on July 18, 2011 18:57
July 17, 2011
17/ 07: X-MEN: THE DARK PHOENIX SAGA

Hacia un montón que no comentaba comics de Marvel, pero mirá con qué paponga volví. Este es uno de los comics más importantes en la historia del género superheroico y (junto al Daredevil de Frank Miller) uno de los comics que forjaron el paradigma que imperó durante toda la década del ´80. No creo que haga falta -31 años después- ponerme a hablar maravillas de este trabajo hiper-consagratorio de Chris Claremont, John Byrne y Terry Austin. Ya lo hizo antes demasiada gente más grossa. Prefiero colgarme en detalles que ilustran lo distinto que era el comic maisntream de 1980 en relación con el actual.
Lo primero que llama la atención es el color. Dios mío, esta saga, con guiones y dibujos de la reputísima madre, tiene unos colores inmundos, todos mal impresos, fuera de registro, sobresalidos por afuera de los contornos del dibujo, cuadros enteros pintados todos del mismo color (la Gran Columba), una paleta tan limitada como estridente, negros plenos que no son plenos, un moré grotesco que se ve a ocho cuadras, una cosa más asquerosa que chuparle las suelas a Indiana Jones. Esto, que hoy nos parece alienígena, fue la norma hasta que apareció Image. Recién a mediados de los ´90, Marvel y DC pudieron publicar comics coloreados decentemente en sus series regulares, en sus formatos económicos. Los coloristas de Uncanny X-Men de hace 30 años (Bob Sharen y Glynis Wein) merecen ser sometidos a los más ignominiosos tormentos en las fosas más oscuras del Averno por haber estropeado de esa manera cruel y miserable los gloriosos dibujos de Byrne, entintados a la pluscuamperfección por Terry Austin.
Otro elemento que ya quedó a años luz es la cantidad de texto que aparece en cada viñeta y en cada página. Claremont jamás mezquinó palabras: sin ser Don McGregor, era un tipo que solía meter mucho diálogo y muchos globos de pensamiento. Leído en su momento, no sé si las parrafadas que Chris les hacía pensar y decir a sus personajes producían escozor. Pero para el lector acostumbrado al comic actual, esto es un delirio. Son hiper-choclos infinitos, monólogos de Enrique Pinti metidos a presión adentro de los globos. Hoy los comics tienen mucho menos texto, porque pasan menos cosas por episodio. Cosas que antes los autores te explicaban en un diálogo infinito, o en un gigantesco globo de pensamiento, hoy ocupan toda una secuencia, seguramente de varias páginas, donde todo es mucho más visual, pero donde las tramas avanzan mucho más lento. Lo que Claremont contó entre los números 129 y 137 de Uncanny, hoy alcanza para llenar no menos de 16 comic-books de 22 páginas. Sin contar crossovers ni tie-ins, por supuesto.
Y lo otro que quiero destacar: el comic de 1980 era demasiado reader-friendly. Estaba todo demasiado explicado. En cada capítulo de la saga, Claremont expone el argumento central, nos muestra, describe y nombra a cada uno de los héroes y villanos, y hasta a veces hace que los personajes expliquen sus poderes mientras los usan, como en la Legión de los ´60. Hoy, si no leiste el episodio anterior, no entendés una chota y nadie te lo explica, en parte porque el guionista presupone que buena parte del público va a leer la saga cuando salga el TPB, toda de un saque. Por eso también se miente menos con los cliffhangers impactantes al pedo, de esos que en los ´80 abundaban mal. Hoy hay cliffhangers, pero menos, y no se los resuelve en la primera página del episodio siguiente, como si nada.
Este TPB es el clásico, o sea que apesta. No tiene las portadas, y ni siquiera te aclara qué números de qué serie recopila. Zafa por el prólogo de Stan Lee y por la fastuosa portada de Bill Sienkiewicz, que se luce más en otras ediciones. Si todavía no tenés esta joya en tu colección, fijate si las ediciones más recientes fueron recoloreadas (es bastante probable), o mandate directo a los Essentials, donde la vas a disfrutar en espectacular blanco y negro, sin padecer los oprobiosos colores de la versión original. Acá te esperan la muerte de Phoenix, la primera aparición del Hellfire Club, de Kitty Pryde, de Dazzler y de Emma Frost. Vas a ver a Wolverine sacado y jodido por primera vez, un breve regreso a los X-Men de Angel y Beast, un garche muy lindo entre Jean y Scott, y el genocidio de 5.000 millones de seres vivos a manos de una superheroína totalmente pasada de rosca. Todo condimentado con una combinación perfecta entre conceptos innovadores, acción y caracterización, que muchos trataron (con distintos niveles de éxito) de imitar. Como el Ave Fénix, el comic de superhéroes (que venía de una década tirando a patética) renació de sus cenizas con esta obra maestra de Chris Claremont y John Byrne, que acá juntaron con pala la chapa que áun hoy siguen dilapidando.
Published on July 17, 2011 18:05
July 16, 2011
16/ 07: ANGELA DELLA MORTE

La puta madre que lo pario… Esta jugando Argentina y yo en un locutorio truchisimo tratando de escribir una resena, después de haber laburado mil horas. No encuentro los acentos, no encuentro la enie… Esto va a parecer un aborto talidomico, va a estar peor escrito que las traducciones de los viejos comics de Conosur.
Pero bueno, vamos a sintetizar lo mas posible: Angela Della Morte nos muestra a un Salvador Sanz inspiradísimo. Esta vez no creo una historia: creo un universo. Y en esta historia lo empezo a poblar con criaturas y conceptos muy, muy ricos, con enorme potencial para estallar a futuro. Ojo, esta novela grafica no es apenas un prologo. Va mucho mas alla de la presentacion de Angela, el Doctor Sibelius, el Gobierno Fluo y demas jugadores. Aca hay una historia compleja, muy bien desarrollada y muy bien resuelta, con giros realmente impredecibles y gancheros. Queda esa sensación de que termina cuando estaba en su mejor momento, cuando no queriamos que se terminara, ni a palos, porque parecia arrancar un nuevo status quo sumamente interesante. Pero esta bien, eso lo desarrollara Salvador en la proxima etapa de esta epopeya.
La historia combina ciencia-ficcion con metafisica: hay mechas, rayos, hiper-computadoras y demas, pero lo importante son las almas. Hay un truco maravilloso para que los personajes cambien de apariencia fisica (sin desorientar en ningun momento al lector), y muchas excusas para que cada tanto exploten escenas de accion de altisimo impacto. El personaje de Angela es sin dudas el mejor desarrollado en toda la obra de Sanz, seguramente porque la creo pensando en convertirla en protagonista de una saga de largo aliento, a diferencia de sus otras novelas graficas, donde todo se termina en la ultima pagina y nadie vuelve ni a saludar. Un detalle sobre el que Sanz no reflexiona es que Angela, ademas de brava y conflictiva, es bastante inepta. A lo largo de este tomo, fracasa en las dos misiones que le encomiendan sus superiores: la primera pifia le sale mas o menos bien, porque el accionar de otro agente le juega a favor, y la segunda pifia le sale estrepitosamente mal y desencadena ese final perturbador y siniestro, que obviamente no puedo contar.
El dibujo es maravilloso, la narrativa ajustadisima y muy cinematografica, y todo se conjuga para darle a Angela Della Morte un atractivo estetico realmente impresionante.
Podria seguir, pero estoy harto de este teclado choto, en el que se ven la mitad de las teclas (la otra mitad la tengo que adivinar, y asi cada vez que le erro a una tecla "fantasma" pierdo tiempo corrigiendo) y me quiero ir de este locutorio nefasto con olor a paty. Ni bien pueda, corrijo la resenia para ponerle las enies y los acentos, porque esto, asi como esta, me dania la vista. Mil disculpas y no dejes de leer Angela Della Morte, que te vas a encontrar con un Salvador Sanz afiladisimo, lleno de ideas y con muchas herramientas para plasmarlas de un modo cautivante e inquietante en las paginas de esta gran historieta.
Published on July 16, 2011 16:57
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