Andrés Accorsi's Blog, page 107
October 13, 2015
13/10: MPH

Como tantas otras obras del escocés, MPH tiene un fuerte tinte realista, diálogos gloriosos y ritmo de blockbuster hollywoodense. Además, en MPH tenemos una notable bajada de línea socio política, con Millar decidido como nunca a subrayar la exclusión y la pobreza que trae aparejadas el modelo capitalista salvaje tal como se aplicó durante décadas en EEUU. Las ganas de torcer su destino, de no ser toda la vida pobres, es lo que motiva a los protagonistas y lo que los pone todo el tiempo al filo de la cornisa. Cuando comiste tanta pija tantos años (dice Millar y yo suscribo) hablar de buenos y malos, de ética y moral, es medio pelotudo.
Al elemento socio político (con el que a mí me sedujo en pocas páginas) hay que sumarle uno más, muy bien manejado por Millar: la explicación de la supervelocidad en términos de ciencia-ficción. Y cuando se juega con la velocidad, de alguna manera se juega también con el tiempo, algo que el guionista aprovecha al máximo para sorprendernos con unas paradojas temporales tan brillantes como impredecibles.
Los personajes están muy bien trabajados, con verdadera carnadura, verdadera tridimensionalidad, y esto hace que en ningún momento MPH se reduzca a una pelea entre buenos y malos. Hay machaca, obvio, y tiene mucho impacto y hasta bastante peso en la trama. Pero el espesor del conflicto va mucho más allá y eso es sin dudas un hallazgo.
El dibujo de Duncan Fegredo es excelente, sobrio, para nada estridente. Pareciera como si el británico se estuviera aguantando las ganas de explotar, de irse al carajo como se iba en Hellboy. Acá vemos a un Fegredo más tranquilo, con sus rasgos estilísticos menos enfatizados. Por momentos se parece mucho a Chris Weston, tiene cositas de Bryan Hitch, de Phil Winslade, y hasta en alguna viñeta me hizo acordar a Horacio Lalia. Pero la impronta de Fegredo es inconfundible y acá está muy presente en las expresiones faciales, en las escenas de acción y sobre todo en la composición de las viñetas, en cómo acomoda en el cuadro los distintos elementos que le marca el guión. Peter Doherty (dibujante que nunca me convenció y al unos cruzamos hace no mucho en aquel TPB de Superman y Batman) acá oficia de colorista y letrista y está muy bien en ambos rubros. Al final no hacía falta pegarle un tiro y arrojar su cadaver a las hienas.
Con ideas muy atractivas y con mucha menos mala leche de lo habitual, Millar volvió a pegarle una vuelta interesantísima al eterno tema de los superpoderes. Después de leer MPH, no vas a poder mirar de la misma manera a Flash, QuickSilver y demás velocistas recubiertos de spandex.
Published on October 13, 2015 17:51
October 12, 2015
12/10: EL AMO DE LA NOCHE
Esta especie de novela gráfica de principios de los 80 es en realidad la secuela de otra anterior, llamada El Hombre del Tridente, serializada en su momento en las páginas de la Metal Hurlant española. Esa historia terminaba con la aparente muerte de un peligroso criminal, y la consigna que dispara a esta secuela tiene que ver con la reaparición (en un rol distinto) del trastornado Balthazar Saint-Paul.
A lo largo de casi 60 páginas, la afianzada dupla de Rodolphe y Ferrandez plantea un thriller sin concesiones, basado sobre todo en la intriga y en el ritmo, que es intenso del principio hasta el final. Recién en la página 31 le vemos la cara al verdadero villano y empezamos a descubrir sus motivaciones. Todo lo anterior es un in crescendo en el clima ominoso, en el misterio a la antigua, a medida que el Inspector Raffini y sus aliados exploran y descartan pistas que podrían ayudarlos a resolver el misterio de las siniestras pesadillas que miles de personas sueñan a la vez.
Ese primer tramo, el más difícil, está muy bien manejado y quizás lo único que le falta es meterle rasgos de personalidad más fuertes a Raffini, Thompson y Alfred Saint-Paul. El segundo tramo, con las pistas más claras y el plan del villano más cerca de concretarse, adopta un perfil mucho más aventurero, con persecuciones, tiros, piñas y un círculo que se empieza a cerrar en torno a la misteriosa casa en las montañas. La resolución es verosímil, el costo que pagan los buenos para frenar a los malos no es barato, y el rulito del final es brillante. Sin tetas, sin excesos a la hora de mostrar sangre y muertes medio escabrosas, esta podría haber sido tranquilamente una gran aventura de Blake & Mortimer.
El dibujo de Ferrandez toma como base la línea clara de Edgar-Pierre Jacobs, a la que le agrega toda una serie de maravillosos recursos gráficos que tienen que ver con el hecho de que esta historieta está pensada para blanco y negro, y con otro hecho muy notable, que es que la mayoría de las secuencias transcurren de noche. Ferrandez demuestra cómo un autor de línea clara la puede romper aplicando masas negras, sugestivas, potentes, por momentos más cerca de José Muñoz que de Herge. Aún con esta fuerte presencia de la mancha y las sombras, el equilibrio entre blancos y negros está logradisimo. Para las caras, y sobre todo para las expresiones faciales, Ferrandez se aleja un poco más de Jacobs para encolumnarse detrás de Jacques Tardi. La combinación funciona sorprendentemente bien.
Realmente fue muy placentero reencontrarse con esta dupla y con esta forma de contar historias, muy clásicas desde lo formal, pero con espacio para la sorpresa y para que los autores muestren su impronta personal.
A lo largo de casi 60 páginas, la afianzada dupla de Rodolphe y Ferrandez plantea un thriller sin concesiones, basado sobre todo en la intriga y en el ritmo, que es intenso del principio hasta el final. Recién en la página 31 le vemos la cara al verdadero villano y empezamos a descubrir sus motivaciones. Todo lo anterior es un in crescendo en el clima ominoso, en el misterio a la antigua, a medida que el Inspector Raffini y sus aliados exploran y descartan pistas que podrían ayudarlos a resolver el misterio de las siniestras pesadillas que miles de personas sueñan a la vez.
Ese primer tramo, el más difícil, está muy bien manejado y quizás lo único que le falta es meterle rasgos de personalidad más fuertes a Raffini, Thompson y Alfred Saint-Paul. El segundo tramo, con las pistas más claras y el plan del villano más cerca de concretarse, adopta un perfil mucho más aventurero, con persecuciones, tiros, piñas y un círculo que se empieza a cerrar en torno a la misteriosa casa en las montañas. La resolución es verosímil, el costo que pagan los buenos para frenar a los malos no es barato, y el rulito del final es brillante. Sin tetas, sin excesos a la hora de mostrar sangre y muertes medio escabrosas, esta podría haber sido tranquilamente una gran aventura de Blake & Mortimer.
El dibujo de Ferrandez toma como base la línea clara de Edgar-Pierre Jacobs, a la que le agrega toda una serie de maravillosos recursos gráficos que tienen que ver con el hecho de que esta historieta está pensada para blanco y negro, y con otro hecho muy notable, que es que la mayoría de las secuencias transcurren de noche. Ferrandez demuestra cómo un autor de línea clara la puede romper aplicando masas negras, sugestivas, potentes, por momentos más cerca de José Muñoz que de Herge. Aún con esta fuerte presencia de la mancha y las sombras, el equilibrio entre blancos y negros está logradisimo. Para las caras, y sobre todo para las expresiones faciales, Ferrandez se aleja un poco más de Jacobs para encolumnarse detrás de Jacques Tardi. La combinación funciona sorprendentemente bien.
Realmente fue muy placentero reencontrarse con esta dupla y con esta forma de contar historias, muy clásicas desde lo formal, pero con espacio para la sorpresa y para que los autores muestren su impronta personal.
Published on October 12, 2015 17:33
October 7, 2015
07/10: QUIMERA Vol.3
La verdad, no me acuerdo si leí el Vol.2 de esta antología gestada en Rosario. Pero seguro leí el Vol.3 y quiero compartir sintéticamente mis impresiones.
La primera historieta, escrita por César Libardi y dibujada por José Ballester, me dejó más dudas que certezas. El guión me pareció algo obvio, pero disfrazado de algo complejo y sofisticado, que a la larga no se sostiene. Y el dibujo tiene técnica, tiene un buen manejo de algunos efectos gráficos, pero le falta una base más sólida.
El Mago se engalana con el dibujo sobrio y elegante de Sergio Tarquini, que sin ser perfecto, está muy bien. El guión de la dupla Barreiro-Ferrua arriesga bastante al no explicar exactamente cómo se resuelve el conflicto y hace un buen uso (casi al limite del abuso) de la ambientación elegida. En promedio, me parece que está bien.
En las 9 páginas siguientes, el guionista Ariel Grichener ensaya un burdo pastiche de Scalped, llevado a un futuro no muy lejano para disimular mínimamente los amaños. A años luz de las glorias de Jason Aaron, esto naufraga en una mala leche tibia, con gusto a poco, a la que no redime ni por casualidad el dibujo tosco de Nicolás Zuliani. Ojo, no es irredimible. Tiene un buen equilibrio entre Blas, negros y grises y en general el entintado está bien. Pero le falta mucho, no tengo dudas.
La siguiente historia es muy breve (solo cuatro páginas) y está bien, porque el guión no lo entendí y el dibujo me pareció calamitoso. Pesquisa Criminal, en cambio, tiene una buena idea bien desarrollada por Gastón Flores, y el dibujo de Pablo De Bonis no desentona, de hecho tiene unos cuantos puntos altos. Atenti a este muchacho, que tiene pasta para despegar en cualquier momento y pasar a las ligas mayores.
Y quedó para el final la mejor historia de la antología, la de Walter Koza y OsoZeth, que es la que logra la mejor combinación entre guión consistente y dibujos atractivos. Tiene un problema que es la sobrecarga de información, de detalles y de texto que ofrece cada viñeta. Acá leemos en 13 páginas lo que se podría haber contado en 16 o 20. Pero bueno, es un defecto muy menor, que queda opacado por los logros de la dupla.
No mucho más. Ojalá este proyecto siga creciendo y ajustando tuercas hasta convertirse en una de esas publicaciones que uno no puede darse el lujo de desconocer.
Published on October 07, 2015 17:10
October 6, 2015
06/10: DAGO: AMAZONAS
Sigo sin encontrarle la vuelta al tema de las imágenes,pero ya lo voy a solucionar. Mientras tanto, sigo con las reseñas, acá cerquita del Central Park.
En este libro, Robin Wood y Carlos Gómez nos muestran las peripecias de Dago posteriores a su paso por Perú, que vimos en el tomo anterior (no me acuerdo cuando lo reseñamos, pero podes hacer click en la etiqueta de Dago y te aparece al toque). Por primera vez, el guacho-winner está totalmente descolocado. Un europeo solo en la América joven, casi sin armas, sin brújula, sin comida, sin caballos, mucho no puede durar. Y Dago se da cuenta. Eso me pareció lo más interesante a nivel guión:la instancia de profunda vulnerabilidad de un personaje al que vimos ganar demasiadas veces, de local, de visitante, de taquito y hasta de ojete.
En cuanto a las aventuras en sí, me cerró bastante la segunda,la de las amazonas bravas e inclementes, donde hace su primera aparición Joao, el portugués que acompañará al veneciano en varias sagas posteriores. La verdad es que Dago hace poco; más que nada lo vemos esforzarse por seguir vivo, sin un plan ni una esperanza para modificar la realidad tremenda que le toca presenciar. En definitiva,Wood nos ofrece más climas y más descripciones que peripecias,y ese cambio de registro cada tanto viene bien.
La otra parte del libro, en la que Dago interactúa con esos indios rubios y pelirrojos que descienden de los vikingos,me pareció un disparate sin pies ni cabeza; de hecho me hizo acordar a esas aventuras frutihorticolas de Tarzan, en las que se topaba con civilizaciones pérdidas en la jungla, siempre integradas por blancos. La historia arranca bien, pero cuando aparece ese drakkar navegando por el Amazonas, el verosímil se desploma como nunca antes se había desplomado en una historieta de Dago.
Después de años y años de dibujar castillos, aldeas, catedrales, palacios y templos, había que ver cómo se adaptaba Gómez a una historia donde los verdaderos protagonistas son el río y la selva. Una vez más, el cordobés demostró estar a la altura del desafío y nos regaló un montón de páginas memorables, pobladas de recursos gráficos que no habíamos visto antes y que le sirven para resolver con categoría el notable cambio en la ambientación.
Amazonas es un tomo sumamente atípico dentro de lo que es la saga de Dago y ni drogado me animo a ponerlo entre los fundamentales. Lo cual no significa que me haya resultado flojo o decepcionante.
En este libro, Robin Wood y Carlos Gómez nos muestran las peripecias de Dago posteriores a su paso por Perú, que vimos en el tomo anterior (no me acuerdo cuando lo reseñamos, pero podes hacer click en la etiqueta de Dago y te aparece al toque). Por primera vez, el guacho-winner está totalmente descolocado. Un europeo solo en la América joven, casi sin armas, sin brújula, sin comida, sin caballos, mucho no puede durar. Y Dago se da cuenta. Eso me pareció lo más interesante a nivel guión:la instancia de profunda vulnerabilidad de un personaje al que vimos ganar demasiadas veces, de local, de visitante, de taquito y hasta de ojete.
En cuanto a las aventuras en sí, me cerró bastante la segunda,la de las amazonas bravas e inclementes, donde hace su primera aparición Joao, el portugués que acompañará al veneciano en varias sagas posteriores. La verdad es que Dago hace poco; más que nada lo vemos esforzarse por seguir vivo, sin un plan ni una esperanza para modificar la realidad tremenda que le toca presenciar. En definitiva,Wood nos ofrece más climas y más descripciones que peripecias,y ese cambio de registro cada tanto viene bien.
La otra parte del libro, en la que Dago interactúa con esos indios rubios y pelirrojos que descienden de los vikingos,me pareció un disparate sin pies ni cabeza; de hecho me hizo acordar a esas aventuras frutihorticolas de Tarzan, en las que se topaba con civilizaciones pérdidas en la jungla, siempre integradas por blancos. La historia arranca bien, pero cuando aparece ese drakkar navegando por el Amazonas, el verosímil se desploma como nunca antes se había desplomado en una historieta de Dago.
Después de años y años de dibujar castillos, aldeas, catedrales, palacios y templos, había que ver cómo se adaptaba Gómez a una historia donde los verdaderos protagonistas son el río y la selva. Una vez más, el cordobés demostró estar a la altura del desafío y nos regaló un montón de páginas memorables, pobladas de recursos gráficos que no habíamos visto antes y que le sirven para resolver con categoría el notable cambio en la ambientación.
Amazonas es un tomo sumamente atípico dentro de lo que es la saga de Dago y ni drogado me animo a ponerlo entre los fundamentales. Lo cual no significa que me haya resultado flojo o decepcionante.
Published on October 06, 2015 17:05
October 5, 2015
05/10:SALTO LA FURIA
Esta es la primera vez que leo un trabajo de Mariano Antonelli. Las veces anteriores que tuve historietas suyas en mis manos, me fui al mazo porque los dibujos me parecieron muy crudos, muy precarios, y no lo quería masacrar. Esta vez el dibujo también me pareció precario, sobre todo en el entintado. Pero me lo fume porque la trama me resultó muy atractiva.
Saltó la Furia es una breve novela gráfica ambientada en Buenos Aires durante las protestas del 19 y 20 de Diciembre de 2001,cuando tantas cosas estaban por cambiar. Antonelli le saca buen provecho a esa ambientación y la usa para darle dramatismo y ritmo frenético a un relato muy sencillo,de una nena y un padre perdidos entre una multitud. Lo mejor que hace el autor es no tratar de explicar el conflicto. Ofrece algunas pistas acerca de qué carajo está pasando a través del recurso de la tele (otro que tiene una deuda con Howard Chaykin) y el resto no se explica en profundidad: si no sabes qué pasó en aquellos días, Antonelli no te va a desasnar (para eso está la introducción de Ricardo De Luca).
El lector incautó podría suponer que la protagonista es Romi, la nena perdida entre los manifestantes. En realidad es sólo un artificio del guión. El verdadero protagonista es Diego, el papá de la nena, que es a quien el autor hace replantearse cosas, cuestionar su propia mirada acerca de esta crisis, y en última instancia, crecer. Increíble el final que le reserva la historia al personaje que más evolucionó a lo largo de la misma.
Destaco entonces el ritmo del relato, que no decae nunca, y los diálogos, que suenan reales y afilados. Esos dos ítems, junto a la progresión en el personaje principal, hacen de este trabajo una lectura ganchera, ágil, que nos logra involucrar rápidamente en su planteo y en su devenir. En el dibujo hay más buenas intenciones que logros, pero en ningún momento esto se convierte en un obstáculo para dejarse llevar por la trama.
Sin ser la gloria, Saltó la Furia se parece poco a las obras que suelen aparecer entre los autores emergentes de nuestra historieta, por la temática y por la intensidad de un relato que no se cuelga en boludeces, ni se mira el ombligo. Se le puede dar una oportunidad, a pesar de que visualmente todavía le falta.
Saltó la Furia es una breve novela gráfica ambientada en Buenos Aires durante las protestas del 19 y 20 de Diciembre de 2001,cuando tantas cosas estaban por cambiar. Antonelli le saca buen provecho a esa ambientación y la usa para darle dramatismo y ritmo frenético a un relato muy sencillo,de una nena y un padre perdidos entre una multitud. Lo mejor que hace el autor es no tratar de explicar el conflicto. Ofrece algunas pistas acerca de qué carajo está pasando a través del recurso de la tele (otro que tiene una deuda con Howard Chaykin) y el resto no se explica en profundidad: si no sabes qué pasó en aquellos días, Antonelli no te va a desasnar (para eso está la introducción de Ricardo De Luca).
El lector incautó podría suponer que la protagonista es Romi, la nena perdida entre los manifestantes. En realidad es sólo un artificio del guión. El verdadero protagonista es Diego, el papá de la nena, que es a quien el autor hace replantearse cosas, cuestionar su propia mirada acerca de esta crisis, y en última instancia, crecer. Increíble el final que le reserva la historia al personaje que más evolucionó a lo largo de la misma.
Destaco entonces el ritmo del relato, que no decae nunca, y los diálogos, que suenan reales y afilados. Esos dos ítems, junto a la progresión en el personaje principal, hacen de este trabajo una lectura ganchera, ágil, que nos logra involucrar rápidamente en su planteo y en su devenir. En el dibujo hay más buenas intenciones que logros, pero en ningún momento esto se convierte en un obstáculo para dejarse llevar por la trama.
Sin ser la gloria, Saltó la Furia se parece poco a las obras que suelen aparecer entre los autores emergentes de nuestra historieta, por la temática y por la intensidad de un relato que no se cuelga en boludeces, ni se mira el ombligo. Se le puede dar una oportunidad, a pesar de que visualmente todavía le falta.
Published on October 05, 2015 18:46
October 4, 2015
04/ 10: OTRA VEZ A NUEVA YORK

pando de la New York Comic Con, más que nada como público. Estoy acreditado como periodista, pero no me interesa demasiado cubrir el evento. La idea es hacer sociales, charlar con autores y editores amigos, conocer a otros a los que me interesa conocer, presenciar algunas charlas y comprar comics a lo pavote, aprovechando las ofertas delirantes que suelen aparecer en este tipo de eventos.
Y para los días restantes, el objetivo es pasear un poco, comprar algunos discos, algo de ropa, visitar museos, en una de esas visitar las oficinas de Marvel (a las que no fui nunca), ir a trasnochar a un emblemático boliche ochentoso (el que conocí en 2012 gracias al maestro Will Dennis como consta en la “reseña” del 10/11/12) y en la medida de lo posible, descansar.
Somos una banda: van argentinos de varias provincias, uruguayos, chilenos, peruanos… hasta Jean-David Morvan y la profe Yuriko Fujimoto, que estuvieron de visita en Buenos Aires el mes pasado, van a estar esta semana en Nueva York. Será el momento de reencontrarse con ellos, con amigos de EEUU, y hasta con amigos de acá que viven allá, o incluso en Europa, pero para estas fechas se van a disfrutar de la Comic Con. Así que también va a estar bueno para hacer sociales y pasar por lo menos cuatro días rodeado de gente del palo comiquero, de distintas latitudes. Los días sin Comic Con, veremos. Capaz que pinta juntarse, capaz que pinta desintoxicarse un poquito de tanto comic y explorar otras propuestas. Igual hay un par de comiquerías y librerías a las que SEGURO voy a ir a depredar antes o después de la convención.
Pero si pinta explorar otras ondas, Nueva York es muy generosa: casi todo lo que se te ocurra ver, hacer o comprar, ahí lo vas a encontrar. La única cagada es la comida. Ni en pedo vamos a comer tan rico como acá, ni mucho menos como en Lima o La Paz. Y yo además tengo el problema de mi columna baqueteada, que espero no joda mucho a la hora de caminar, porque la verdad es que Nueva York es una ciudad alucinante para caminarla de punta a punta.
Lo cierto es que mañana lunes tendremos una reseña posteada a pocas cuadras del Central Park, no sé si desde una compu prestada o desde la tablet que me entregaron el viernes y a la que estoy aprendiendo a manejar. Y lo mismo sucederá el martes, el miércoles y los días 12 al 15. Entre el 8 y el 11, que voy a estar mil horas metido en el predio de la convención, no creo que haya posts.
Bueno, me voy a grabar un podcast de Comiqueando y de ahí a Ezeiza. La seguimos mañana desde allá.
Published on October 04, 2015 08:08
October 3, 2015
03/ 10: PORTUGAL

Lo primero que impacta de Portugal es el tamaño. Parece una lápida, más que un libro. Es enorme, con tapa dura, excelente papel, tirita de tela para usar de señalador… pornografía para estanterías, como dicen los yankis. La verdad, no me copa mucho tanto lujo. Esto se podría haber editado un toque más chico, o en softcover y no hubiese sido una falta de respeto al inmenso talento de Pedrosa. Pero bueno, Norma puso toda la carne al asador y Portugal se convirtió en un libro zarpado en peso y tamaño (como esssta) que obviamente vale una fortuna.
Vamos a la historia, mejor. Cyril Pedrosa se toma más de 250 páginas para narrar un fragmento de la vida de Simon Muchat, un muchacho de treinta y pico, dibujante, que a pesar de tener algunos álbumes publicados y un talento considerable, está a la deriva, sin ganas de hacer un carajo. En algún momento, cerca de tocar fondo, se propondrá viajar a Portugal en busca de datos sobre su abuelo Abel y para el final encontrará… algo de eso, algunos testimonios sobre la vida de su antepasado, al que nunca conoció.
Todo esto, contado a un ritmo MUY pachorro, con decenas de páginas en las que no pasa nada. Simon viaja a un pequeño festival de comics en un pueblito, a la vuelta tiene un cortocircuito grosso con su esposa, después se va con su papá al casamiento de una prima en un campo de Borgoña, después se va a Portugal a investigar sobre su abuelo, conoce tías, primos lejanos, amigos de sus tíos y abuelos, a veces dibuja, a veces se cuelga, sobre el final se garcha a otra minita, viaja en tren, en avión, en auto, en micro, en bicicleta… y todo va muy lento. Pedrosa se cuelga en eternas escenas de charlas entre Simon y sus parientes (su padre es, lejos, el personaje secundario más atractivo), cenas, fiestas, borracheras, paseos… Nada de lo que pasa se presenta en forma de un conflicto. Por el contrario (y como en la vida real) todo está mezclado, diluido en esta suculenta sopa de slice of life, en este devenir de hechos que se sienten tan reales, tan genuinos, que cuesta creer que Perdosa no nos está contando un capítulo de su propia biografía.
El argumento es menos que pobre, es indigente. Lo atractivo, lo que te engancha de punta a punta es el guión, es cómo cuenta Pedrosa este cachito de historia. Las pausas, los silencios, los flashbacks, las escenas flasheras que suceden en la mente de Simon, incluso los diálogos (que son infinitos) tienen onda y ayudan a mantener el interés en esas largas secuencias en las que no pasa absolutamente nada. Está claro que Pedrosa maneja una cantidad de recursos narrativos enorme, porque la trama se arrastra a un ritmo parsimonioso, casi exasperante, por momentos incluso desaparece, y sin embargo uno lo disfruta, se identifica con los personajes, se divierte con ellos, no está todo el tiempo diciendo “bueno, ya fue la charla, el morfi y las anécdotas graciosas, ahora que pasen cosas”. Eso es lo más notable que tiene el guión de Portugal.
Pero claro, ¿a quién carajo le importa el guión cuando tenemos más de 250 páginas dibujadas por Pedrosa? Si la cantidad de recursos narrativos te ponen los pelos de punta, el arsenal que te detona Pedrosa desde la faz gráfica es sencillamente indescriptible. Si el dibujo fuera sólo la línea (esa línea vibrante, nerviosa, elegante) ya estaríamos hablando de una genialidad. Pero además están las tramas, los sombreados, las manchas y un upgrade impresionante respecto de Tres Sombras, que es el color. El color puesto al servicio de los climas, fundamental para darle su impronta propia a cada escena, presente hasta en los globos de diálogo, y además con sus propios efectos, con formas y fondos logradas con pinceladas y manchas que son 100% color, sin línea negra en los contornos.
Portugal ofrece más introspección y más poesía que aventura y confictos, con lo cual no está pensada para seducir a todos los públicos. Pero desde lo visual hay tanta magia, tanta onda, tanto virtuosismo fuera de control, tantos hallazgos, que si no te emociona la trama seguro te va a emocionar el dibujo. Y si sos de los que bancan los relatos largos, a fondo, con un tratamiento exhaustivo de los mambos y los procesos internos de un personaje, con apuntes costumbristas y autobiográficos, en los que no importa que “pasen cosas” o que nos ceben a fuerza de ritmo y sacudones imprevistos, seguramente te vas a convencer de que Cyril Pedrosa es uno de los nombres 100% imprescindibles que tiene hoy la novela gráfica.
Published on October 03, 2015 16:44
October 2, 2015
02/ 10: D.E.S. PAREJA

En esta historieta nos encontramos al versátil J.J. Rovella en un rol nuevo: guionista que escribe para que otro dibujante dibuje sus historias. No es un gran debut. Las primeras 23 páginas de este librito están armadas con un montón de mini-historias de dos páginas, que plantean una idea y la resuelven en pocas viñetas. En todas pasa más o menos lo mismo: el protagonista (que extrañamente no tiene nombre) es un agente de una fuerza policial del futuro en el que todos trabajan en parejas. En cada mini-historia le asignan una pareja distinta y en todas termina mal, cagado a palos o prendido fuego, como Mortadelo y Filemón, pero con menos gracia.
En las 21 páginas restantes, Rovella se juega a un sólo relato más extenso y levanta un poco la puntería. La historia nunca cobra profundidad pero por lo menos cobra un lindo ritmo, se hace más ganchera y no hay un remate forzado cada 11 ó 12 viñetas. Aclaremos que se trata de una historia apuntada claramente al público infantil, con lo cual pedirle profundidad es medio un delirio mío. Pero bueno, Rovella ya demostró que sus trabajos para chicos pueden dejarnos pensando y hasta emocionarnos a los grandes, así que uno pide, de malcriado, nomás.
El dibujo de Javier Suppa (a quien habíamos visto como colorista de Great Pacific) está muy bien, muy prolijo, dinámico, con el grado justo de síntesis como para aprovechar la ambientación atípica (una mega-ciudad del futuro) sin saturar las viñetas con información visual que podría confundir o incluso ahuyentar a los pibes. No te lo quiero vender como la gloria, porque no es así. Pero cumple ampliamente, no está para nada mal.
Calculo que a un pibe de 7-8 años esto le parecerá divertido y capaz hasta fascinante. A mí las historias no me convencieron demasiado y rescato el ritmo, los diálogos (que no pecan de querer añadir la gracia que las aventuras no tienen) y el dibujo de Suppa, que se le re-bancó, sobre todo en las primeras páginas, donde se ve un esfuerzo muy loable por darle vida y onda a este universo ficticio. Suppa y Rovella son amigos hace mil años, así que no descarto que vuelvan a compartir nuevos proyectos; si eso sucede, ojalá suban un poquito el listón, para regalarnos alguna obra realmente grossa, como Dante Elefante, Niko & Miko o algún otro hitazo de Rovella, de esos que logran que los grandes nos cebemos como si fuéramos pibes…
Published on October 02, 2015 17:04
October 1, 2015
01/ 10: LOS MAS VENDIDOS DE SEPTIEMBRE

Estos fueron los 10 títulos más vendidos, en un mes en el que hubo que vender MUCHO para a aspirar a un puestito en esta lista:
1) Hexmoor (Loco Rabia/ Belerofonte)
2) Sudor Sudaca (Hotel de las Ideas)
3) Cybersix Vol.4 (Napoleones Sin Batallas + Entelequia)
4) 27 Vol.1(Szama)
5) Basura (Loco Rabia + Belerofonte)
6) Bubbles (Hotel de las Ideas)
7) Matasano (Llanto de Mudo)
8) Metallum Terra (Napoleones Sin Batallas/ Entelequia)
9) Bang(Kok) (Rabdomantes)
10) Las Andanzas Eróticas de Vlad Tepes (Ninfa)
Y sí, de nuevo a la cabeza Hexmoor, primero lejos, resistiendo el embate de las novedades, que se quedaron con los puestos 2, 3, 4, 6, 7 y 10. El insumergible Basura también aguantó, como aguanta desde Marzo (si no me equivoco), junto con dos lanzamientos más de Agosto: el Bang(Kok) de Renzo Podestá y otra gema de Mazzitelli y Alcatena, Metallum Terra. Y ya que lo nombro a Renzo, qué grosso que haya metido dos libros en el ranking y que haya impulsado a una editorial nueva (Szama Ediciones) a debutar nada menos que con un cuarto puesto, con el maravilloso primer TPB de 27, reseñado por acá el 31/01/12.
Quedaron afuera del top ten varios lanzamientos de Septiembre que arrancaron realmente bien, pero muchos se empezaron a distribuir después de Comicópolis, por eso no lograron disputarle sus lugares a las novedades que salieron a principios de mes, como Sudor Sudaca, Cybersix, 27 o Bubbles.
Para Octubre se esperan menos lanzamientos y además yo tengo vacaciones, así que no creo que haya forma de arrimar a las cifras de Septiembre. Ya está, ya empieza una etapa muy anormal del año, porque en Noviembre tengo la operación, y ahí tampoco le voy a poder poner un mes entero de laburo a la Distri. Ojalá no se desplome la facturación, así en Diciembre no tengo que salir a laburar en silla de ruedas…
Published on October 01, 2015 13:02
September 30, 2015
30/09: ALL-STAR WESTERN Vol.4

Este cuarto tomo de All-Star Western ya no está ni cerca del nivel que veíamos en la serie de Jonah Hex antes del reboot. Por supuesto que el problema no es la caracterización: Jimmy Palmiotti y Justin Gray conocen a la perfección al personaje y en ese sentido no derrapan nunca. El problema, en este caso, son las historias en sí.
El tomo arranca con una aventura en dos partes: un tremendo brote de cólera azota a esta Gotham City de fines del Siglo XIX y en el medio está el siempre peligroso Vandal Savage. Hasta ahí, todo bien. Pero el villano va a perder los estribos por una minita (casualmente la esposa de Alan Wayne, antepasado del Wayne que todos conocemos) y Hex lo va a derrotar de un modo muy simplista, muy fácil, para nada acorde con la chapa y el nivel de poder de Vandal Savage.
Después, casi sin explicación, Hex abandonará Gotham (y a su adláter, el Dr. Amadeus Arkham) para volver al Lejano Oeste, donde se topará con una banda de criminales depravados y malignos, a los que confrontará con la ayuda de… ¡Booster Gold! ¿Qué carajo hace ahí Booster Gold? No hay una explicación coherente. Lo cierto es que el viajero temporal está bien tratado por Palmiotti y Gray y el contrapunto entre el héroe limpito y copado y el cazador de recompensas jodido y mugriento está bien logrado. La aventura, en cambio, se cae a pedazos, y cuando los guionistas se hacen cargo de que no la van a poder resolver, pegan un volantazo muy loco: Hex cae en un vórtice temporal y aparece en la Gotham del presente (o de un futuro muy cercano) y tras una pelea con Batwing termina encerrado en el Arkham Asylum. Fin. Quizás en el próximo tomo Gray y Palmiotti se dignen a explicarnos qué carajo está pasando, qué es lo que causa que los personajes se desplacen en el tiempo y el espacio. O no. Igual me dejaron cebado, los guachos… me quiero enterar ya cómo zafa Hex de esta y cómo vuelve al Siglo XIX.
Como complemento, tenemos una aventura protagonizada por el StormWatch del Siglo XIX, totalmente insostenible. Obvia, intrascendente, con poca exploración en los personajes… La verdad que podía no estar y no pasaba nada. Está toda dibujada por Staz Johnson, un dibujante del montón, que por momentos parece Val Semeiks bien entintado y por momentos parece García López dibujando con el pie izquierdo. No llega a ser horrendo (entre otras cosas porque el entintado es realmente sólido), pero no tiene nada interesante para aportar.
Todas las páginas dedicadas a Jonah Hex están dibujadas por Moritat, a quien ya le queda poco de esa impronta finoli, de dibujante europeo que se quemó las pestañas estudiando a Jean Giraud. Con tal de bancar el ritmo de 20 páginas al mes, Moritat se deforma, se simplifica, se convierte en un obrero más del lápiz y –sin ser choto ni mucho menos- renuncia a muchos de los rasgos más interesantes de su estilo. De los que conserva, el que más me gusta es esa solvencia para narrar de lejos, infrecuente en el comic pochoclero de DC. Bastante a menudo, Moritat tira la cámara para atrás y nos regala unas panorámicas de Gotham escalofriantes, obviamente logradas en base a referencias fotográficas o ilustraciones de dibujantes del Siglo XIX, pero todo muy bien integrado a su grafismo, en parte por mérito propio y en parte por mérito de los coloristas. En esas tomas “de lejos”, Moritat se mata en los detalles: multitudes perfectamente dibujadas, con cuidado infinitesimal en peinados, trajes, vehículos… Es casi entendible que cada tanto el dibujante pida llevarse a Hex al Oeste, donde hay que dibujar menos gente, menos edificios, menos carruajes, menos todo. Y la última página, esa splash de Hex encerrado en la celda acolchada, es gloriosa: parece dibujada por Berni Wrightson en su mejor época. O sea que, mal que mal, esto se ve bien, no hay manchas en la faz gráfica, más allá de que uno sabe que, con más tiempo, Moritat podría resolver todo mucho mejor.
Creo que me faltan… dos libros y completo todo Jonah Hex de Gray y Palmiotti. Vamos menos fanatizados que antes, pero vamos…
Published on September 30, 2015 18:27
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