José Luis Sicre's Blog, page 8

June 27, 2024

En busca de la mejor medicina. Domingo 13. Ciclo B.

 


 

 

La muñeca rusa (Mc 5,21-43)

Enlos evangelios, los relatos de milagros son como contenedores bien cerrados,unos juntos a otros, sin que se mezcle su contenido. El pasaje de Marcos queleemos hoy recuerda, en cambio, a las muñecas rusas: un milagro dentro de otro.Jesús va a curar a una niña y se cuela por medio una enferma con flujo desangre. Esa mezcla da gran dramatismo e interés al conjunto. Indico los dosrelatos con distintos colores.

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en barca a la otraorilla, se reunió con él mucha gente, y se quedó junto al lago. Llegó uno delos jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y, al ver a Jesús, se echó a sus piesrogándole con insistencia:

̶ «Mi hijita se está muriendo; ven a poner tus manos sobreella para que se cure y viva».

Jesús fue con él.

Lo seguía mucha gente, que lo apretujaba. Y unamujer que padecía hemorragias desde hacía doce años, que había sufrido muchocon muchos médicos y había gastado toda su fortuna sin obtener ninguna mejoría,e incluso había empeorado, al oír hablar de Jesús, se acercó a él por detrásentre la gente y le tocó el manto, pues se decía: «Con sólo tocar sus vestidos,me curo». Inmediatamente, la fuente de las hemorragias se secó y sintió que sucuerpo estaba curado de la enfermedad. Jesús, al sentir que había salido de élaquella fuerza, se volvió a la gente y dijo:

̶ «¿Quién me ha tocado?».

Sus discípulos le contestaron:

̶ «Ves que la multitud te apretuja, ¿y dices que quién teha tocado?».

Él seguía mirando alrededor para ver a la quelo había hecho. Entonces la mujer, que sabía lo que había ocurrido en ella, seacercó asustada y temblorosa, se postró ante Jesús y le dijo toda la verdad. Éldijo a la mujer:

̶ «Hija, tu fe te ha curado; vete en paz, libre ya de tuenfermedad».

 

Todavía estaba hablando, cuando llegaronalgunos de casa del jefe de la sinagoga diciendo:

̶ «Tu hija ha muerto. No molestes ya almaestro».

Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, dijoal jefe de la sinagoga:

̶ «No tengas miedo; tú ten fe, y basta».

Y no dejó que le acompañaran más que Pedro,Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Al llegar a la casa del jefe de lasinagoga, Jesús vio el alboroto y a la gente que no dejaba de llorar y gritar.Entró y dijo:

̶ «¿Por qué lloráis y alborotáis así? Laniña no está muerta, está dormida».

Y se reían de él. Jesús echó a todos fuera;se quedó sólo con los padres de la niña y los que habían ido con él, y entródonde estaba la niña. La agarró de la mano y le dijo:

̶ «Talitha qumi», que significa: «Muchacha,yo te digo: ¡Levántate!».

Inmediatamente la niña se levantó y echó aandar, pues tenía doce años. La gente se quedó asombrada. Y Jesús les recomendóvivamente que nadie se enterara. Luego mandó que diesen de comer a la niña.

 

La medicina tradicional: imposición de manos

Elcomienzo parece normal: un padre preocupado por su hija gravemente enferma. Loque no es normal es su convencimiento de que Jesús puede curarla con sóloponerle la mano encima. En nuestra cultura, el enfermo agradece que el médicono le hable a distancia; que lo ausculte y lo palpe, si es preciso. En lacultura antigua, el hombre santo y el curandero ejerce su poder mediante elcontacto físico. En el evangelio de Lucas se dice que «toda la gente intentaba tocarlo, porquesalía de él una fuerza que curaba a todos» (Lc 6,19). En efecto, Jesús cura a lasuegra de Pedro tomándola de la mano; imponiendo las manos cura a diversos enfermos(Mc 6,5; Lc 4,40), a un sordomudo (Mc 7,32), a un ciego (Mc 8,23.25), a lamujer tullida (Lc 13,13); poniendo barro en los ojos del ciego de nacimiento ledevuelve la vista (Jn 9,15); y a los discípulos les concede el poder de curarenfermos imponiendo las manos (Mc 16,18). Quien se haya fijado en las citas,habrá visto que casi todas son de Marcos y Lucas. Parece que a Mateo y Juan noles entusiasmaba el procedimiento, podría causar la impresión de un podermágico.

Una nueva receta: tocar el manto

            Si Jairo está convencido de que laimposición de manos de Jesús basta para salvar a su hija, la mujer con flujo desangre va mucho más lejos: le bastaría tocar su manto. La idea del mantomilagroso se encuentra también en otro relato posterior del mismo Marcos: «En cualquier aldea, ciudad, o campoadonde iba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejaratocar al menos la orla de su manto. Y los que lo tocaban se sanaban» (Mc 6,56 =Mt 14,36).

Elrelato acentúa la gravedad y persistencia de la enfermedad (¡doce años!), elfracaso de los médicos y el dineral gastado en buscarle solución. De repente, ala mujer le basta oír hablar de Jesús para depositar en él toda su confianza;ni siquiera en él, en su manto. ¿Fe o desesperación? Algunos de los primeroscristianos, amantes de aplicarse los relatos evangélicos, podrían identificarsefácilmente con la mujer. «Yo también estaba desesperado, oí hablar de Jesús, y todocambió.»

La verdadera medicina: la fe

            La mujerse cura al punto. Pero el relato toma un sesgo dramático. Jesús nota que unafuerza especial ha salido de él y quiere saber quién la ha provocado. Pregunta,rechaza la excusa de los discípulos, mira con atención a su alrededor, hastaque la mujer se presenta temblorosa y asustada. (Marcos describe a Jesús de formatan humana, tan poco ortodoxa, que Mateo suprimió toda esa parte en suevangelio: Jesús no necesita indagar, sabe perfectamente lo que ha pasado.)

            Ellector termina poniéndose en contra de Jesús y a favor de la mujer. ¿Por qué leestá haciendo pasar un rato tan malo? Es un recurso genial de Marcos, el mismoque utiliza en la curación de la hija de la mujer cananea: poner al lector encontra de Jesús y a favor del quien le suplica. ¿Para qué? Para que Jesúsofrezca al final la verdadera enseñanza.

            Imaginemosque la mujer se cura y Jesús no pregunta nada. El lector se dice: «Llevabarazón la mujer. Bastaba con tocarle el manto.» Quizá añadiría: «En realidad,quien cura es Jesús, no el manto.» Pero todo el teatro montado por Jesús sirvepara llegar a una conclusión muy distinta: «Hija,tu fe te ha curado.» Ni Jesús ni el manto, «tu fe». Esta afirmación podrá parecer atrevida, casi herética,a algunos teólogos. Pero, en este caso, Mateo y Lucas coincidieron con Marcosal pie de la letra: «Hija, tu fe te ha curado.»

Una medicina que, además de curar, resucita

            Laacción vuelve a su origen, pero de forma trágica: la niña ha muerto. No hay quemolestar al Maestro. Pero Jesús le recomienda al padre la medicina usada por lahemorroisa: «No tengas miedo; tú ten fe, y basta». Siguen hasta lacasa y se sumergen en un mundo de llantos y lamentos.

La gente es lista, no se deja engañar por Jesús

            Cuandoyo era joven, me indignaba leer que la gente se ríe de Jesús cuando dice que laniña no está muerta, sino dormida. Me parecía una tremenda falta de respeto.Pero estaba equivocado. La risa de la gente demuestra que Jesús no puedeengañarlos. Él quiere pasar desapercibido, presentar lo que hace como algonormal, sin importancia; pero la gente sabe muy bien que la niña ha muerto, queJesús ha realizado un gran milagro. El detalle final de darle a la niña decomer sirve para demostrar la realidad de la resurrección.

Resurrecciones en esta vida y fe en la vidafutura

            Laresurrección de la hija de Jairo (contada por Marcos, Mateo y Lucas) trae a lamemoria otros relatos parecidos, pero peculiares: la resurrección del hijo dela viuda de Naín, que sólo cuenta Lucas; y la resurrección de Lázaro, que sólocuenta Juan. ¿Cómo es posible que estos dos hechos tan famosos no se encuentrenen los cuatro evangelios? Es cierto que la tradición oral olvida a menudo cosasy detalles. Pero resulta extraño que un evangelista no los conozca. Como unbiógrafo de Beethoven que no ha oído hablar de la 9ª Sinfonía.

            A los evangelistasno les preocupaba, como a nosotros, el hecho histórico en cuanto tal, sino larealidad de lo que contaban. Lo importante no es que Jesús resucitase a Lázaro(que al cabo de los años volvería a morirse), sino que nos resucitará a todos auna vida sin fin. «Yo soy la resurrección y la vida» es también el gran mensajede la resurrección de la hija de Jairo.

La 1ª lectura, tomada dellibro de la Sabiduría, afirma que la muerte no es algo querido por Dios, sinoque entró en el mundo por envidia del diablo. Aunque esto resulte discutible desde un punto de vista científico moderno,así lo interpretaban los judíos del siglo I. Con ello, la resurrección dela hija de Jairo adquiere un sentido nuevo. Marcos enfoca su evangelio como unalucha entre Jesús y Satanás. Y este es un ejemplo de su victoria sobre el queintrodujo la muerte en el mundo por envidia.

No fue Dios quien hizo la muerte, ni segoza con el exterminio de los vivientes. Pues todo lo creó para que perdurase,y saludables son las criaturas del mundo; no hay en ellas veneno exterminador,ni el imperio del abismo reina sobre la tierra. Porque la justicia es inmortal,pero la injusticia atrae la muerte. Porque Dios creó al hombre para laincorrupción y lo hizo a imagen de su propio ser. Mas por envidia del diabloentró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen.

Una llamada a la solidaridad en tiempos demigración (2ª lectura)

            Aunqueno tenga relación con el evangelio, el fragmento de Pablo es de enormeactualidad en una época en la que miles de personas (hermanos nuestros) seencuentran en grave necesidad de acogida, comida, vestido, trabajo…

            Pabloanima a los corintios a ayudar económicamente a la comunidad madre deJerusalén, que sufre la terrible hambruna del tiempo del emperador Claudio. Sumejor argumento es recordarles el ejemplo de generosidad de nuestro SeñorJesucristo.

Hermanos: sobresalís en todo: en fe, en elocuencia, enciencia, en vuestra preocupación por todo y en vuestro amor para conmigo;sobresalid también en esta obra de caridad. Esto no es una orden; os hablo dela buena disposición de otros para poner a prueba la sinceridad de vuestroamor. Vosotros ya conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cualsiendo rico se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. No setrata de que vosotros paséis estrecheces para que otros vivan holgadamente setrata de que haya igualdad para todos. Por eso, ahora vuestra abundancia debesocorrer su pobreza, y un día su abundancia socorrerá vuestra pobreza. Y asíreinará la igualdad, como dice la Escritura: Al que tenía mucho no le sobraba yal que tenía poco no le faltaba.

 

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Published on June 27, 2024 00:28

June 20, 2024

¿Quién es este? ¿Quiénes somos nosotros? Domingo 12. Ciclo B.

 


El episodio de hoysupone un gran paso adelante en la revelación de Jesús. Al principio, cuando lagente lo oye hablar y actuar en la sinagoga de Cafarnaúm, se preguntaasombrada: «¿Qué es esto?» (Mc 1,27). Más tarde, cuando cura alparalítico, exclama: «Nunca hemos visto nada igual» (Mc 2,12). Ahora, trasmanifestar su poder sobre la naturaleza, calmando la tempestad, los discípulosse preguntan: «¿Quién es este

El mar como símbolo de las fuerzas caóticas (Job 38,1.8-11)

            En el mito mesopotámico de lacreación (Enuma elish) el dios Marduk debe luchar contra la diosaTiamat, que representa el mar, para poder crear el universo. El mar simbolizael peligro, la amenaza a la vida. (En términos modernos, el tsunami que devoray destruye la tierra firme.)

     Laprimera lectura, del libro de Job, recoge este tema, pero despojándolo de susconnotaciones politeístas. El mar no es una diosa, es una fuerza caótica queamenaza con cubrirlo todo. El Señor no le machaca el cráneo ni la descuartiza,como hace Marduk con Tiamat; se limita a encerrarlo con doble puerta, a fijarleun confín en el que «se romperá el orgullo de tus olas».

Entonces el Señor respondió a Job desde el seno de latempestad: ¿Quién encerró con doble puerta el mar, cuando salía borbotando delseno, cuando una nube le puse por vestido y el oscuro nublado por pañales;cuando le fijé sus confines y le puse en torno puertas y cerrojos, y le dije:«No pasarás de aquí, aquí se romperá la soberbia de tus olas»?

El peligro del mar (Salmo 107)

Elmar no es sólo una amenaza para la tierra firme, lo es también cuando seintenta cruzarlo en una pequeña nave como las antiguas. En el momento másinesperado se oscurece el cielo, estalla la tormenta, la nave sube y baja alritmo frenético del oleaje. Sólo cabe la posibilidad de encomendarse a Dios.Esta es la experiencia que recoge el fragmento del Salmo 107, al que quizámucha gente no preste atención, pero esencial para entender el evangelio dehoy. 

Los que a la mar se hicieron con sus naves,

buscando su negocio en las aguas inmensas,

vieron las obras del Señor

y sus milagros en el alta mar.

A su palabra se desató una tempestad

que levantó unas grandes olas:

subían a los cielos, bajaban al abismo,

se vinieron abajo ante el peligro;

En su angustia gritaron al Señor,

y él los libró de sus apuros.

Redujo la tempestad a suave brisa

y las olas se calmaron.

Se llenaron de alegría al verlas ya calmadas,

y él los llevó al puerto deseado.

Den gracias al Señor por su amor,

por sus milagros en favor de los humanos.

 

Jesús, los discípulos y el mar (Marcos 4,35-41)

            El pasaje del evangelio podemosdividirlo en cinco partes: 1) introducción: Jesús y los discípulos se embarcana la otra orilla; 2) la tormenta: reacción opuesta de Jesús, que duerme, y delos discípulos, que lo despiertan asustados; 3) Jesús calma la tormenta; 4)Palabras de Jesús a los discípulos; 5) reacción final de éstos.

1) Aquel mismo día, ya caída la tarde,Jesús dijo a sus discípulos: «Pasemos a la otra orilla». Y dejando a la gente,lo llevaron con ellos en la barca tal como se encontraba; y le acompañabanotras barcas.

2) Se levantó entonces una fuerte borrasca,y las olas saltaban por encima de la barca, de suerte que estaba a punto dellenarse. Jesús estaba durmiendo sobre un cabezal en la popa. Ellos lodespertaron y le dijeron: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».

3) Él se levantó, increpó al viento y dijoal mar: «¡Calla! ¡Cálmate!». Y el viento cesó y se hizo una gran calma.

4) Después les dijo: «¿Por qué sois tanmiedosos? ¿Por qué no tenéis fe?».

5) Ellos quedaron sumamente atemorizados, yse decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar leobedecen?».

     Tresde estas partes tienen especial relación con los textos de Job y el Salmo.

            La segunda (la tormenta) recuerda lasituación de grave peligro descrita en el Salmo. Pero, en este caso, losdiscípulos no se encomiendan a Dios, acuden a Jesús; no creen que puedaresolver el problema, simplemente les asombra que duerma tan tranquilo mientrasestán a punto de hundirse.

Latercera, en cambio, recuerda la lectura de Job, no por el tono poético, sinopor el poder y la autoridad suprema que Jesús manifiesta sobre el mar,semejante a la de Dios en el Antiguo Testamento.

         La quinta, que habla de la reacciónde los discípulos, recuerda la reacción de los navegantes en el Salmo, pero conun cambio fundamental: los marineros del salmo se llenan de alegría y dangracias a Dios, los discípulos sienten gran miedo y se preguntan quién esJesús. Curiosamente, Marcos no ha dicho que los discípulos tuvieran miedodurante la tormenta, pero ahora sí lo tienen; es el miedo que provoca elcontacto con el misterio.

           Prescindiendo de la introducción, laparte que queda sin paralelo es la cuarta, las palabras de Jesús a losdiscípulos, que les interroga sobre su miedo y su fe. La ausencia de paralelosugiere que estas dos preguntas son esenciales en el relato. De hecho, elpasaje dice al lector dos cosas: 1) el poder de Jesús es semejante al que seatribuye a Dios en el Antiguo Testamento; poder para dominar el mar y poderpara salvar. 2) Al escuchar la lectura, el cristiano debe reconocer que susmiedos son muchos y su fe poca. Conocer a Jesús no es saberse de memoria unasfórmulas de antiguos concilios. El evangelio debe sorprendernos día a día yhacer que nos preguntemos quién es Jesús.

         Desde antiguo se valoró el aspectosimbólico del relato: la nave de la iglesia, sometida a todo tipo de tormenta,esa salvada por Jesús. Un aspecto que también podemos valorar a nivelindividual.

¿Quiénes somos nosotros? (2 Cor 5,14-17)

En el TiempoOrdinario, la segunda lectura corre al margen de la primera y del evangelio. Pero elfragmento de hoy podemos verlo como un complemento al evangelio de Marcos.

Hermanos, el amor de Cristo nos apremia, pensando que, siuno murió por todos, todos murieron con él; y murió por todos,

«¿Quiénes este?», se preguntan los discípulos, sorprendidos por su poder sobre elviento y el mar. La respuesta de Pablo sobre quién es Jesús no se basa en elpoder sino en la debilidad: «el que murió por nosotros». Pero esta aparentedebilidad tiene un enorme poder transformador: convierte a los cristianos encriaturas nuevas. Ya no deben vivir para ellos mismos, «sino para quien murió yresucitó por ellos.»

Vivirpara Cristo es la mejor síntesis de lo que fue la vida de Pablo después de suconversión. Viajes continuos, peligros de muerte, fundación de comunidades,persecuciones de todo tipo, prisiones, redacción de cartas… todo estabamotivado por el deseo de servir a Cristo y vivir para él. Un buen espejo en elque mirarnos.

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Published on June 20, 2024 00:23

June 13, 2024

El enigma, la mostaza y el cedro. Domingo 11. Ciclo B

 

Granos de mostaza

En el evangelio del domingo pasado vimos cómo se formabauna pequeña comunidad en torno a Jesús: su familia, sus hermanos, sus hermanasy su madre. Inmediatamente después introduce Marcos una serie de parábolascontadas por Jesús. Algo que el lector esperaba desde hace tiempo, porque elevangelista ha insistido en que Jesús enseñaba, pero no decía qué enseñaba. Deese largo discurso (34 versículos), la liturgia ha elegido dos parábolas (unaque solo se encuentra en Marcos, y la conocida del grano de mostaza) y el finaldel discurso. 

El campesino y la tierra (1ªparábola)

En aqueltiempo decía Jesús a las turbas: – El Reino de Dios se parece a un hombre queecha simiente en la tierra. Él duerme de noche, y se levanta de mañana; lasemilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendola cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano.Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.

         Lo que dicela primera parábola parece una tontería: que el campesino siembra y luego seolvida de lo que ha sembrado hasta llegar el momento de la siega; la quetrabaja es la tierra, es ella la que hace crecer los tallos, las espigas y elgrano. Eso lo saben todos los galileos que escuchan a Jesús. ¿Dónde radica lanovedad de esta parábola? En que Jesús compara la actividad del campesino conlo que ocurre en el reino de Dios. También aquí la semilla termina dando frutosin que el campesino trabaje, mientras duerme.

Y entonces surgen los interrogantes: ¿quiénes el campesino? ¿Es Jesús? No parece lógico, porque el campesino de laparábola no sabe lo que ocurre. ¿Son los apóstoles y misioneros que anuncian elevangelio, y éste da fruto, aunque ellos no se den cuenta? ¿Quién es la tierra?¿Es cada cristiano, en el que la semilla va dando fruto mientras el que hasembrado duerme?

La explicación hay que buscarla en otralínea: la parábola habla del proceso misterioso por el que crece el reino deDios, la comunidad cristiana, semejante al de la simiente que crece sin que elcampesino intervenga ni se dé cuenta. Cuando uno piensa en la forma misteriosaen que la simiente plantada por Jesús y sus discípulos en una región remota ysin importancia del imperio romano ha terminado produciendo fruto en todos lospaíses del mundo, el sentido de la parábola resulta más claro. Es una invitacióna confiar en la acción misteriosa de Dios en la iglesia y en cada uno denosotros, renunciando a considerarnos los protagonistas de la historia, y apensar que todo depende de lo que hacemos.

Sin embargo, parece que la parábola resultódemasiado extraña y difícil de entender, y quizá por eso Mateo y Lucas (pormotivos pastorales, como ahora se dice) no la copiaron.

La mostaza y el cedro (2ªparábola y lectura de Ezequiel)

Dijotambién: – ¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos?Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña,pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tangrandes, que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas.

La segunda comparación es más clara y deenorme actualidad, sobre todo en muchos países occidentales, donde elcristianismo parece andar de capa caída. Jesús compara a la comunidadcristiana, el reino de Dios en la tierra, con la semilla de mostaza; algodiminuto, pero que, al cabo del tiempo, se convierte en árbol y puede acoger alos pájaros del cielo. No hay que desanimarse si la iglesia es un arbolitopequeño, poco mayor que las hortalizas.

Quien conoce el Antiguo Testamento, advierteque esta parábola recoge una comparación de Ezequiel modificándolaradicalmente. Este profeta se dirige a los judíos de su tiempo, desanimados portantas desgracias políticas, económicas y religiosas. Para infundirlesesperanza, compara al pueblo con un árbol. Pero no con el modesto arbolito dela mostaza, sino con un majestuoso cedro, del que Dios arranca un esqueje paraplantarlo «en un monte elevado, en la montaña más alta de Israel».

Esto diceel Señor Dios: – Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramasmás altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; laplantaré en la montaña más alta de Israel, para que eche brotes y dé fruto y sehaga un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo desus ramas.

Todo es grandioso en Ezequiel; en elevangelio, todo es modesto. Pero el resultado es el mismo; en ambos árbolespueden anidar los pájaros. La comparación de Ezequiel recuerda la imagen de unaiglesia universal dominante, grandiosa, respetada y admirada por todos. La deJesús, una comunidad modesta, sin grandes pretensiones, pero alegre de poderacoger a quien la necesite.

         En resumen,las dos parábolas se complementan. La primera habla del crecimiento misteriosodel reino; la segunda advierte que, a pesar de su crecimiento, no debemosesperar que se convierta en algo grandioso. Pero, aunque sea modesto como elarbolito de la mostaza, podrá cumplir su misión de acoger a los pájaros delcielo.

Final

Con muchasparábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo selo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo enprivado. 

        

El destierro y la patria (2Corintios 5,6-10)

El tiempo ordinario nos devuelve también a laproblemática realidad de la segunda lectura, sin relación con la primera ni conel evangelio. Un inciso que dificulta más que ayuda. Eso no significa que nocontenga mensajes importantes.

Hermanos:Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos, estamosdesterrados, lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es talnuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto alSeñor. Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle.Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibirpremio o castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.

Este breve fragmento de la segunda carta alos Corintios nos permite conocer los sentimientos más íntimos de Pablo. Laconversión supuso para él un cambio radical con respecto a la persona de Jesús.De perseguirlo pasó a estar tan entusiasmado con él que, por su gusto,preferiría morir para estar con el Señor. Su situación le recuerda a la detantos contemporáneos suyos, que por motivos políticos eran desterrados, lejosde Roma o de otra ciudad importante. Él también se siente desterrado, lejos delSeñor. Y le gustaría morir, porque sólo con la muerte se puede volver a laverdadera patria y estar cerca del Señor. (Siglos más tarde santa Teresa diríaalgo parecido: «Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero que muero porqueno muero».) Pero Pablo acepta la realidad. En el destierro o en la patria,debemos esforzarnos por agradar a Dios.

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Published on June 13, 2024 00:09

June 6, 2024

Desconfianza, condena, aceptación. DOMINGO 10 TO CICLO B

 


Estos son mi madre y mis hermanos

Después de tantas fiestas (Pentecostés, Trinidad, CorpusChristi), volvemos al Tiempo Ordinario y a los comienzos de la actividad deJesús. Ateniéndonos al relato de Marcos, después del Bautismo y lasTentaciones, Jesús ha predicado en la sinagoga de Cafarnaún y ha realizadodiversos milagros. Sin embargo, su forma de actuar, sus ideas y suspretensiones, provocan la oposición de los fariseos que, ya desde el principio,«se pusieron a planear con los herodianos la forma de acabar con él» (Mc 3,6).Pero todavía queda mucho para la pasión y muerte. Jesús sigue ganandopopularidad en todas partes (3,7-12) y elige a los doce (3,13-19).

En este momento comienza el evangelio de hoy. Se componede tres episodios que reflejan tres actitudes ante Jesús: 1) Desconfianza: lafamilia de Jesús desconfía de él y piensa que está loco. 2) Condena: losescribas lo acusan de endemoniado. 3) Aceptación: hay personas que seconvierten en la verdadera familia de Jesús.

Desconfianza de la familia

EN aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntótanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron allevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.

  Los escribas y fariseos se escandalizan de lo que hace ydice Jesús. La reacción de su familia es distinta. Cuando se entera de que notiene tiempo ni para comer, piensan que está loco, «fuera de sí», y quierenllevárselo a la fuerza a Nazaret. [La traducción litúrgica deja mejor a lafamilia. No traduce: «porque decían», sino «porque se decía», como si lafamilia no compartiese del todo la opinión.] Al principio no queda claroquiénes son «los suyos». Al final, cuando lleguen a Cafarnaúm, sabremos que son«tu madre y tus hermanos y tus hermanas». Toda la familia.

Para Mateo y Lucas, la simple sospecha de que la familiade Jesús lo considerase «fuera de sí» resultaba inaceptable, y suprimieronestos versículos de su evangelio: la madre y los hermanos bajan a visitarlo, noporque desconfíen de él. Sin embargo, el evangelio de Juan confirma estadesconfianza de sus hermanos (no de María): «sus hermanos no creían en él»(Juan 7,5). Si queremos conocer bien a Jesús, este dato es fundamental. Lascríticas de escribas y fariseos, el rechazo de los sacerdotes, el desinterés demuchos de sus oyentes, le resultarían dolorosos; pero la desconfianza de lapropia familia sería algo más duro de lo que podemos imaginar. Sin embargo, elsaberlo serviría de consuelo a tantos cristianos del siglo I para los quehacerse cristianos supondría un enfrentamiento a la familia.

Condena de los escribas


Y los escribas quehabían bajado de Jerusalén decían:

-Tiene dentro aBelzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.

El los invitó aacercarse y les hablaba en parábolas:

-¿Cómo va a echarSatanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; unafamilia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, parahacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido.

Nadie puede meterseen casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata;entonces podrá arramblar con la casa.

En verdad os digo,todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia quedigan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás,cargará con su pecado para siempre.

Se refería a losque decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

  Los grandes conocedores de la Ley de Moisés, losescribas, emiten un juicio más radical: «Tiene dentro a Belcebú y expulsa a losdemonios con el poder del jefe de los demonios». Lo peor que puede decirse deuno que pretende hablar y actuar en nombre de Dios. A nosotros puedeextrañarnos que el evangelista dedique tanta atención a este tema, pero Jesúsdebía defenderse, y las comunidades cristianas saber responder a esta acusacióngravísima. Curiosamente, Jesús no reacciona de forma airada. Se porta como un maestroque hace reflexionar a sus alumnos y los instruye. Su breve discurso contieneun argumento, una enseñanza y una amenaza.

  El argumento es desensatez: si Satanás se introduce en Jesús para expulsar a los endemoniados,está luchando contra sí mismo, destruyéndose. Solo un estúpido puede decir queJesús «expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».

La enseñanza se centra en la victoria de Jesús sobreSatanás. Los discípulos, al ver los milagros de Jesús y las curaciones deendemoniados, pueden considerarlos hechos aislados, sin relación entre ellos.Para Jesús, demuestran que él ha vencido a Satanás, el aparentemente forzudo, ypor eso puede arrebatarle todas sus víctimas. La primera lectura de hoy, tomadadel Génesis, pienso que se ha elegido porque anuncia esta victoria de Jesússobre el demonio.

La amenaza se dirige a los escribas y a quienes piensancomo ellos: quien considere a Jesús un endemoniado, blasfema contra el EspírituSanto y no tendrá perdón jamás. Es el famoso «pecado contra el Espíritu Santo»:cuando Jesús perdona los pecados lo hace con el poder del Espíritu; quien diceque ese espíritu es el demonio, se cierra el perdón, porque Satanás no puedeperdonar.

Aceptación


Llegan su madre ysus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. La gente que tenía sentadaalrededor le dice:

-Mira, tu madre ytus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.

Él les pregunta:

- ¿Quiénes son mimadre y mis hermanos?

Y mirando a los queestaban sentados alrededor, dice:

-Estos son mi madrey mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermanay mi madre.

                       

  Jesús ha terminado su breve discurso y le avisan de sufamilia está fuera y lo busca. Una vez más comienza formulando una pregunta:«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos»? Como Sócrates, quiere que la gentepiense, aunque lo más probable es que nadie respondiera nada. Pero así adquieremás fuerza la solución: «El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano ymi hermana y mi madre». Esas palabras las dirige a quienes los rodean yescuchan. Porque la condición indispensable para hacer la voluntad de Dios esescuchar a Jesús. Y ellos lo hacen. Ellos son la familia de Jesús.

En nuestra sociedad, muchos presumen de «conocer» a unafamilia importante, de haberla visto un día en directo, incluso de haber dadola mano a alguno de ellos. Tenemos un motivo de orgullo mucho mayor: ser lafamilia de Jesús… si lo escuchamos y cumplimos lo que nos dice.

Nota pastoral parala homilía

En el evangelio hay dos cuestiones que pueden resultarcomplicadas (por no mencionar la primera lectura, en la que todo escomplicado):

1) La familia de Jesús. El mismo Marcos ofrecerá mástarde los hombres de los hermanos: Santiago, José, Judas y Simón. No creo quemerezca la pena, en una homilía, perderse en las discusiones sobre este tema:si eran hijos de un primer matrimonio de José (cosa que ya rechazaba sanJerónimo), si se trata de primos hermanos (el concepto de «hermano» esmuchísimo más amplio entre los pueblos semitas que entre nosotros), etc.

2) Quienes disfrutan hablando del demonio, como Marcos,tienen este domingo materia abundante. Pero otros pueden sentirse molestos detener que abordar este tema. El ejemplo de Mateo y Lucas es muy instructivo.Cuando encontraban en Marcos algo que podía escandalizar o extrañar a suslectores, lo omitían.

Algo me parece esencial en el evangelio de hoy: lasactitudes tan distintas que provoca la persona de Jesús, que siguen dándose hoydía. No creo que nadie lo acuse de endemoniado (cada vez son menos los quecreen en el demonio); pero el rechazo de su persona, o el rebajarlo a un simpleiluso «fuera de sí», son reacciones muy frecuentes. Aunque su familia seapequeña (cada vez más), aconsejaría centrar en ella la atención.

 

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Published on June 06, 2024 00:33

May 30, 2024

La sangre y el pan. Fiesta del Corpus Christi. Ciclo B



Esta fiesta comenzó a celebrarse en Bélgica en1246, y adquirió su mayor difusión pública dos siglos más tarde, en 1447,cuando el Papa Nicolás V recorrió procesionalmente con la Sagrada Forma lascalles de Roma. Dos cosas pretende: fomentar la devoción a la Eucaristía yconfesar públicamente la presencia real de Jesucristo en el pan y el vino. Laslecturas, sin restar importancia a estos aspectos, centran la atención en elcompromiso del cristiano con Dios, sellado con el sacrificio del cuerpo y lasangre de Cristo.

 

1ª lectura: la sangre y laantigua alianza (Éxodo)

 

La lectura cuenta el momentoculminante de la experiencia de los israelitas en el monte Sinaí. Después deescuchar la proclamación de la voluntad de Dios (el decálogo y el código de laalianza), manifiesta su voluntad de cumplirla: «Haremostodo lo que el Señor nos dice».

            Enuna mentalidad moderna, poco amante de símbolos, esas palabras habrían bastado.El hombre antiguo no era igual. Un pacto tan serio requería un símbolo potente.Y no hay cosa más expresiva que la sangre, en la que radica la vida. Siglos mástarde, algunos caballeros medievales sellaban un pacto haciéndose un corte enel antebrazo y mezclando la sangre. Naturalmente, Dios no puede sellar unaalianza con los hombres mediante ese rito. Por muchos antropomorfismos que usenlos autores bíblicos al hablar de Dios, él no tiene un brazo que cortarse niuna sangre que mezclar. Tampoco se puede pedir a todos los israelitas que sehagan un corte y den un poco de sangre. Se recurre entonces al siguientesimbolismo: Dios queda representado por un altar, y la sangre no será de diosesni de hombres, sino de vacas. Al matarlas, la mitad de la sangre se derramasobre el altar. Se expresa con ello el compromiso que Dios contrae con supueblo. La otra mitad se recoge en vasijas, pero antes de rociar con ella alpueblo, se vuelve a leer el documento de la alianza (Éxodo 20-23), y el puebloasiente de nuevo: «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.»

            Peroen la antigüedad hay también otra forma, incluso más frecuente, de sellar unaalianza: comiendo juntos los interesados. Esta modalidad también aparece en elrelato del Éxodo (pero ha sido omitida por la liturgia). Después de laceremonia de la sangre con todo el pueblo, Moisés, Aarón, Nadab, Abihú y lossetenta dirigentes de Israel suben al monte, donde comen y beben ante el Señor(Éxodo 24,9-11). Esta segunda modalidad será esencial para entender elevangelio.


2ª lectura: la sangre, el perdón y la nueva alianza (Hebreos)

Como diría un cínico, los buenospropósitos nunca se cumplen. En el caso de los israelita llevaría razón. Elpropósito de obedecer a Dios y hacer lo que él manda no lo llevaron a lapráctica a menudo. Surgía entonces la necesidad de expiar por esos pecados, inclusolos involuntarios. Y la sangre vuelve a adquirir gran importancia. Ya que enella radica la vida, es lo mejor que se puede ofrecer a Dios para conseguir superdón. Pero el Dios de Israel no exige víctimas humanas. La sangre será deanimales puros: machos cabríos, becerros, toros, vacas, corderos, tórtolas,pichones.

El autor de la carta a losHebreos contrasta esta práctica antigua con la de Jesús, que se ofrece a símismo como sacrificio sin mancha. Con ello, no sólo nos consigue el perdón,sino que, al mismo tiempo, sella con su sangre una nueva alianza entre Dios ynosotros.

Evangelio: pan, vino y nuevaalianza

La acción de Jesús en la Cena de Pascua reúne lasdos formas de sellar una alianza que comentamos en la primera lectura, peroinvirtiendo el orden. Se comienza por la comida, se termina aludiendo a lasangre de la nueva alianza. Aparte de esto hay diferencias notables. Losdiscípulos no comen en presencia de Dios, comen con Jesús, comen el pan que élles da, no la carne de animales sacrificados; y el vino que beben significaalgo muy distinto a lo que bebieron las autoridades de Israel: anticipa la sangrede Jesús derramada por todos.

            ¿Dónderadica la diferencia principal entre la antigua y la nueva alianza? En que laantigua no cuesta nada a nadie; basta matar unos animales para obtener susangre. La nueva, en cambio, supone un sacrificio personal, el sacrificiosupremo de entregar la propia vida, la propia carne y sangre.

            Perono podemos quedarnos en la simple referencia al pan y al vino, al cuerpo y lasangre. Para Jesús son la forma simbólica de sellar nuestro compromiso conDios, por el que nos obligamos a cumplir su voluntad.

            Elcuarto evangelio, que no cuenta la institución de la Eucaristía, pone en estemomento en boca de Jesús un largo discurso en el que insiste, por activa y porpasiva, en que observemos sus mandamientos, mejor dicho, su único mandamiento:que nos amemos los unos a los otros.

            Sila celebración del Corpus Christi se limita a una expresión devota de nuestradevoción a la Eucaristía o, peor aún, si se convierte en simple fiesta deinterés turístico, no cumple su auténtico sentido. Es fácil lanzar flores a lacustodia por la calle; lo difícil es tratar bien a las personas que nosencontramos por la calle.

 

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Published on May 30, 2024 01:17

May 22, 2024

 FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD. CICLO B. El Greco, La T...

 

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD. CICLO B.

 

El Greco, La Trinidad

 

Elaño litúrgico comienza con el Adviento y la Navidad, celebrando cómo Dios Padreenvía a su Hijo al mundo. En los domingos siguientes recordamos la actividad yel mensaje de Jesús. Cuando sube al cielo nos envía su Espíritu, que es lo quecelebramos el domingo pasado. Ya tenemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.Estamos preparados para celebrar a los tres en una sola fiesta, la de laTrinidad. Esta fiesta surge bastante tarde, en 1334, y fue el Papa Juan XIIquien la instituyó. Quizá se pretendía (como ocurrió con la del Corpus)contrarrestar a grupos heréticos que negaban la divinidad de Jesús o la delEspíritu Santo. Cambiando el orden de las lecturas subrayo la relación especialde cada una de ellas con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Dios Padre (Deuteronomio 4, 32-34. 39-40) 

Moisés habló al pueblo diciendo:

-Pregunta a los tiemposantiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobrela tierra; pregunta desde un extremo al otro del cielo, ¿sucedió jamás algo tangrande como esto o se oyó cosa semejante? ¿Escuchó algún pueblo, como tú hasescuchado, la voz de Dios, hablando desde el fuego, y ha sobrevivido? ¿Intentójamás algún dios venir a escogerse una nación entre las otras mediante pruebas,signos, prodigios y guerra y con mano fuerte y brazo poderoso, con terriblesportentos, como todo lo que hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros enEgipto, ante vuestros ojos?

Así pues, reconoce hoy, ymedita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo yaquí abajo en la tierra; no hay otro. Observa los mandatos y preceptos que yote prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos, después de ti, y seprolonguen tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.

Como es lógico, un texto del Deuteronomio, escrito varios siglosantes de Jesús, no puede hablar de la Trinidad, se limita a hablar de Dios. Suautor pretende inculcar en los israelitas tres actitudes:

1) Admiración ante lo que el Señor ha hecho por ellos, revelándoseen el Sinaí y liberándolos previamente de la esclavitud egipcia.

2) Reconocimiento de que Yahvé es el único Dios, no hay otro; cosaque parece normal en un mundo como el nuestro, con tres grandes religionesmonoteístas, pero que suponía una gran novedad en aquel tiempo. Este mensajesigue siendo de enorme actualidad, ya que todos corremos el peligro de crearnosfalsos dioses (poder, dinero, etc.).

3) Fidelidad a sus preceptos, que no son una carga insoportable,sino el único modo de conseguir la felicidad.

Dios Hijo (Mateo 28, 16-20)

En aquel tiempo, los once discípulosse fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos sepostraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

-Se me ha dado todo poder en elcielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos,bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos.
 

El texto del evangelio, el másclaro de todo el Nuevo Testamento en la formulación de la Trinidad, pero almismo tiempo pone de especial relieve la importancia de Jesús.

A lo largo de su evangelio, Mateoha presentado a Jesús como el nuevo Moisés, muy superior a él. El contraste másfuerte se advierte comparando el final de Moisés y el de Jesús. Moisés mueresolo, en lo alto del monte, y el autor del Deuteronomio entona su elogiofúnebre: no ha habido otro profeta como Moisés, «con quien elSeñor trataba cara a cara, ni semejante a él en los signos y prodigios…»Pero ha muerto, y lo único que pueden hacer los israelitas es llorarlo durantetreinta días.

Jesús, en cambio, precisamentedespués de su muerte es cuando adquiere pleno poder en cielo y tierra, y puedegarantizar a los discípulos que estará con ellos hasta el fin del mundo. Adiferencia de los israelitas, los discípulos no tienen que llorar a Jesús sinolanzarse a la misión para hacer nuevos discípulos de todo el mundo. ¿Cómo selleva a cabo esta tarea? Bautizando y enseñando. Bautizar en el nombre delPadre, del Hijo y del Espíritu Santo equivale a consagrar a esa persona a laTrinidad. Igual que al poner nuestro nombre en un libro indicamos que esnuestro, al bautizar en el nombre de la Trinidad indicamos que esa persona lepertenece por completo.

En la primera lectura, Diosexigía a los israelitas: «guarda los preceptos y mandamientos que yo teprescribo»; en el evangelio, Jesús subraya laimportancia de «guardar todo lo que os he mandado».

DiosEspíritu Santo (Romanos 8, 14-17)

Hermanos:

Cuantos se dejan llevar por elEspíritu de Dios, esos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor,sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos:«¡Abba, Padre!». Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de quesomos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios ycoherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos tambiénglorificados con él.

            La formulación no es tan clara comoen el evangelio, pero Pablo menciona expresamente al Espíritu de Dios, alPadre, y a Cristo. No lo hace de forma abstracta, como la teología posterior,sino poniendo de relieve la relación de cada una de las tres personas connosotros.

Lo que se subraya del Padre no es que sea Padre de Jesús, sinoPadre de cada uno de nosotros, porque nos adopta como hijos.

Lo que se dice del Espíritu Santo no es que «procede del Padre y del Hijo por generación intelectual», sino que nos libra del miedo a Dios, de sentirnos ante él comoesclavos, y nos hace gritarle con entusiasmo: «Abba» (papá).

Y del Hijo no se exalta su relación con el Padre y el Espíritu,sino su relación con nosotros: «coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para sertambién con él glorificados».

Reflexión final

La fiesta de la Trinidad provoca en muchos cristianos la sensaciónde enfrentarse a un misterio insoluble, no es la que más atrae del calendariolitúrgico. Sin embargo, cuando se escuchan estas tres lecturas la perspectivacambia.

            El Deuteronomio nos invita arecordar los beneficios de Dios, empezando por el más grande de todos: surevelación como único Dios. (Esto no debemos interpretarlo como una condena oinfravaloración de otras religiones).

            El evangelio nos recuerda elbautismo, por el que pasamos a pertenecer a Dios.

            La carta a los Romanos nos ofreceuna visión mucho más personal y humana de la Trinidad.

Finalmente, las tres lecturas insisten en el compromiso personalcon estas verdades. La Trinidad no es solo un misterio que se estudia en elcatecismo o la Facultad de Teología. Implica observar lo que Jesús nos haenseñado, y unirnos a él en el sufrimiento y la gloria.

 

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Published on May 22, 2024 23:57

May 16, 2024

DOMINGO DE PENTECOSTÉS. CICLO B

 


El “Gloria”, el himno que rezamos los domingos al comienzode la misa, comienza alabando al “Dios Padre Todopoderoso”; sigue exaltando al“Señor nuestro Jesucristo”. Al final, casi de pasada, y como con vergüenza,termina: “Con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre”. Es un símboloperfecto de la poca importancia que la mayoría de los católicos concede alEspíritu Santo. Aunque la situación ha cambiado notablemente en las últimasdécadas, la fiesta de hoy ayuda a advertir la enorme importancia del Espírituen nuestra vida cristiana y en la vida de la Iglesia.

La importancia del Espíritu(1 Corintios 12, 3b-7.12-13)

En este pasaje Pablo habla de laacción del Espíritu en todos los cristianos. Gracias al Espíritu confesamos aJesús como Señor (y por confesarlo se jugaban la vida, ya que los romanosconsideraban que el Señor era el César). Gracias al Espíritu existen en lacomunidad cristiana diversidad de ministerios y funciones (apostolado,enseñanza, gobierno, etc.). Y, gracias al Espíritu, en la comunidad cristianano hay diferencias motivadas por la religión (judíos ni griegos) ni las clasessociales (esclavos ni libres). En la carta a los Gálatas dirá Pablo que tambiéndesaparecen las diferencias basadas en el género (varones y mujeres). Se cumplelo anunciado por el profeta Joel: «Después derramaré mi espíritu sobre todos:vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestrosjóvenes verán visiones. También sobre siervos y siervas derramaré mi espírituaquel día». En definitiva, todo lo que somos y tenemos los cristianos es frutodel Espíritu, porque es la forma en que Jesús resucitado sigue presente entrenosotros.

Ciento veintecontra diez. Dos versiones del don del Espíritu Santo.

            Lucas yJuan cuentan el don del Espíritu de manera muy distinta. Lucas, en la línea delprofeta Joel, lo presenta como un don a toda la comunidad cristiana,simbolizada por las ciento veinte personas reunidas en Jerusalén, que laimpulsa a proclamar las grandezas de Dios. Juan, en cambio, lo relaciona con lapromesa de Jesús durante la última cena: «Yo pediré al Padre que os dé otroabogado que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad» (Jn 14,15),ese Espíritu que «os enseñará todo y os irá recordando todo lo que yo os hedicho» (Jn 14,26). Una promesa hecha a los Once (Judas ya se ha ido de la cena)y que se cumple a los Diez (porque Tomás está ausente).

            En resumen,Lucas enfoca el don desde el punto de vista de la alabanza universal, Juandesde el punto de vista de la misión de los apóstoles.

La versión de Lucas (Hechosde los apóstoles 2,1-11)

            A nivelindividual, el Espíritu se comunica en el bautismo. Pero Lucas, en los Hechos, deseainculcar que la venida del Espíritu no es sólo una experiencia personal yprivada, sino de toda la comunidad. Por eso viene sobre todos los presentes,que, como ha dicho poco antes, era unas ciento veinte personas (cantidadsimbólica: doce por diez). Al mismo tiempo, vincula estrechamente el don delEspíritu con el apostolado. El Espíritu no viene solo a cohesionar a lacomunidad internamente, también la lanza hacia fuera para que proclame «las maravillas de Dios»,como reconocen al final los judíos presentes.

Había en Jerusalén judíospiadosos de todas las naciones que hay bajo el cielo. Al oír el ruido, lamultitud se reunió y se quedó estupefacta, porque cada uno los oía hablar en supropia lengua. Fuera de sí todos por aquella maravilla, decían: «¿No son galileostodos los que hablan? Pues, ¿cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra lenguamaterna? Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, , forasteros romanos, judíos yprosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas lasgrandezas de Dios».

La versión de Juan 20, 19-23

            Tratándosede algo tan importante, resulta curioso la brevedad con la que trata el don delEspíritu, relegándolo al final, después del saludo, la confirmación de que esJesús quien se aparece, y el envío de los apóstoles.

El saludo es el habitual entre los judíos:“La paz esté con vosotros”. Pero en este caso no se trata de pura fórmula,porque los discípulos, muertos de miedo a los judíos, están muy necesitados depaz.

Ese paz se la concede la presencia deJesús, algo que parece imposible, porque las puertas están cerradas. Almostrarles las manos y los pies, confirma que es realmente él. Los signos delsufrimiento y la muerte, los pies y manos atravesados por los clavos, seconvierten en signo de salvación, y los discípulos se llenan de alegría.

Todo podría haber terminado aquí, con lapaz y la alegría que sustituyen al miedo. Sin embargo, en los relatos deapariciones nunca falta un elemento esencial: la misión. Una misión que culminael plan de Dios: el Padre envió a Jesús, Jesús envía a los apóstoles. [Dada laescasez actual de vocaciones sacerdotales y religiosas, no es mal momento pararecordar otro pasaje de Juan, donde Jesús dice: “Rogad al Señor de la mies queenvíe operarios a su mies”].

Todo termina con una acción sorprendente:Jesús sopla sobre los discípulos. No dice el evangelistas si lo hace sobretodos en conjunto o lo hace uno a uno. Ese detalle carece de importancia. Loimportante es el simbolismo. En hebreo, la palabra ruaj puede significar “viento” y “espíritu”. Jesús, al soplar (querecuerda al viento) infunde el Espíritu Santo. Este don está estrechamentevinculado con la misión que acaban de encomendarles. A lo largo de suactividad, los apóstoles entrarán en contacto con numerosas personas; entre lasque deseen hacerse cristianas habrá que distinguir entre quiénes pueden ser aceptadasen la comunidad (perdonándoles los pecados) y quiénes no, al menostemporalmente (reteniéndoles los pecados).

«¡La paz esté con vosotros!».

Y les enseñó las manos y elcostado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Él repitió:

«¡La paz esté con vosotros!Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros».

Después sopló sobre ellos yles dijo:

«Recibid el Espíritu Santo. Aquienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes se losretengáis, les serán retenidos».

Resumen

            Estas brevesideas dejan clara la importancia esencial del Espíritu en la vida de cadacristiano y de la Iglesia. El lenguaje posterior de la teología, con el deseode profundizar en el misterio, ha contribuido a alejar al pueblo cristiano deesta experiencia fundamental. En cambio, la preciosa Secuencia de la misa ayudaa rescatarla, aunque se le podría objetar una visión demasiado intimista, encomparación con la eminentemente apostólica de Hechos y Juan.

Ven, Espíritu divino,

   manda tu luz desde elcielo.

   Padre amoroso delpobre;

   don, en tus donesespléndido;

   luz que penetra lasalmas;

   fuente del mayorconsuelo.

 

Ven, dulce huésped del alma,

   descanso de nuestroesfuerzo,

   tregua en el durotrabajo,

   brisa en las horas defuego,

   gozo que enjuga laslágrimas

   y reconforta en losduelos.

 

Entra hasta el fondo del alma,

   divina luz, yenriquécenos.

   Mira el vacío delhombre,

   si tú le faltas pordentro;

   mira el poder delpecado,

   cuando no envías tualiento.

 

Riega la tierra en sequía,

   sana el corazónenfermo,

   lava las manchas,infunde

   calor de vida en elhielo,

   doma el espírituindómito,

   guía al que tuerce elsendero.

 

Reparte tus siete dones,

   según la fe de tussiervos;

   por tu bondad y tugracia,

   dale al esfuerzo sumérito;

   salva al que buscasalvarse

   ydanos tu gozo eterno.

El don de lenguas

«Y empezaron a hablar en diferentes lenguas, según elEspíritu les concedía expresarse». Elprimer problema consiste en saber si se trata de lenguas habladas en otraspartes del mundo, o de lenguas extrañas, misteriosas, que nadie conoce. En esterelato es claro que se trata de lenguas habladas en otros sitios. Los judíospresentes dicen que «cadauno los oye hablar en su lengua nativa». Pero esta interpretación no es válida para loscasos posteriores del centurión Cornelio y de los discípulos de Éfeso. Aunquealgunos autores se niegan a distinguir dos fenómenos, parece que nosencontramos ante dos hechos distintos: hablar idiomas extranjeros y hablar «lenguas extrañas» (lo que Pablo llamará «las lenguas de los ángeles»).

Elprimero es fácil de racionalizar. Los primeros misioneros cristianos debieronenfrentarse al mismo problema que tantos otros misioneros a lo largo de lahistoria: aprender lenguas desconocidas para transmitir el mensaje de Jesús.Este hecho, siempre difícil, sobre todo cuando no existen gramáticas niescuelas de idiomas, es algo que parece impresionar a Lucas y que desea recogercomo un don especial del Espíritu, presentando como un milagro inicial lo quesería fruto de mucho esfuerzo.

Elsegundo es más complejo. Lo conocemos a través de la primera carta de Pablo alos Corintios. En aquella comunidad, que era la más exótica de las fundadas porél, algunos tenían este don, que consideraban superior a cualquier otro. En labase de este fenómeno podría estar la conciencia de que cualquier idioma espobrísimo a la hora de hablar de Dios y de alabarlo. Faltan las palabras. Y serecurre a sonidos extraños, incomprensibles para los demás, que intentanexpresar los sentimientos más hondos, en una línea de experiencia mística. Poreso hace falta alguien que traduzca el contenido, como ocurría en Corinto.(Creo que este fenómeno, curiosamente atestiguado en Grecia, podría ponerse enrelación con la tradición del oráculo de Delfos, donde la Pitia habla unlenguaje ininteligible que es interpretado por el “profeta”).

Sinembargo, no es claro que esta interpretación tan teológica y profunda sea laúnica posible. En ciertos grupos carismáticos actuales hay personas que siguen «hablando en lenguas»; un observador imparcial me comunica que lointerpretan como pura emisión de sonidos extraños, sin ningún contenido. Estose presta a convertirse en un auténtico galimatías, como indica Pablo a losCorintios. No sirve de nada a los presentes, y si viene algún no creyente,pensará que todos están locos.


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Published on May 16, 2024 00:28

May 9, 2024

Ascensión del Señor. Ciclo B.


 

Subir al cielo como imagen deltriunfo (Hechos 1,1-11)

 

            Jesús subiendo al cielo es una imagenbastante representada por los artistas, y la tenemos incorporada desde niños,además de formar parte de nuestra profesión de fe. Alguno podría imaginar queesta escena se encuentra en los cuatro evangelios. Sin embargo, el único que lacuenta es Lucas, y por dos veces: al final de su evangelio y al comienzo dellibro de los Hechos. Pero lo hace con notables diferencias.

En el evangelio, Jesús bendice antes de subiral cielo (en Hch, no).

En Hechos, una nube oculta a Jesús (en elevangelio no se menciona la nube).

En el evangelio, los discípulos se postran (enHch se quedan mirando al cielo).

En el evangelio vuelven a Jerusalén; en Hch seles aparecen dos personajes vestidos de blanco.

Si el mismo autor, Lucas, cuenta el mismo hechode formas tan distintas, significa que no podemos quedarnos en lo externo, enel detalle, sino que debemos buscar el mensaje profundo.

La idea de la ascensión resulta chocante allector moderno por dos motivos muy distintos: 1) no es un hecho que hayamosvisto; 2) se basa en una concepción espacial puramente psicológica (arriba lobueno, abajo lo malo), que choca con una idea más perfecta de Dios.

Precisamente por esta línea psicológica podemosbuscar la explicación. Desde las primeras páginas de la Biblia encontramos laidea de que una persona de vida intachable no muere, es arrebatada al cielo,donde se supone que Dios habita. Así ocurre en el Génesis con el patriarcaHenoc, y lo mismo se cuenta más tarde a propósito del profeta Elías, que esarrebatado al cielo en un carro de fuego. Interpretar esto en sentido histórico(como si un platillo volante hubiese recogido al profeta) significa no conocerla capacidad simbólica de los antiguos.

Sin embargo, existe una diferencia radicalentre estos relatos del Antiguo Testamento y el de la ascensión de Jesús. Henocy Elías no mueren. Jesús sí ha muerto. Por eso, no puede equipararse sin más elrelato de la ascensión con el del rapto al cielo.

Es preferible buscar la explicación en la líneade la cultura clásica greco-romana. Aquí sí tenemos casos de personajes que songlorificados de forma parecida tras su muerte. Los ejemplos que suelen citarseson los de Hércules, Augusto, Drusila, Claudio, Alejandro Magno y Apolonio deTiana. Los incluyo al final para los interesados.

Estos ejemplos confirman que el relato tanescueto de Lucas no debemos interpretarlo al pie de la letra, como han hechotantos pintores, sino como una forma de expresar la glorificación de Jesús.

En mi primer libro, Teófilo, escribí de todo loque Jesús hizo y enseño desde el comienzo hasta el día en que fue llevado alcielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido,movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión,dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durantecuarenta días y hablándoles del reino de Dios.

Una vez que comían juntos, les ordenó que no sealejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, dela que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotrosseréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».

Los que se habían reunido, le preguntaron,diciendo:

-Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar elreino a Israel?.

Les dijo:

-No os toca a vosotros conocer los tiempos omomentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio,recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréismis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y “hasta el confín de latierra”.

Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado alcielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos alcielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos deblanco, que les dijeron:

-Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando alcielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo,volverá como lo habéis visto marcharse al cielo.

 

Sentarse a la derecha de Dios comoimagen del triunfo (Efesios 1,17-23)

La segunda lectura de hoy es muy interesante parainterpretar rectamente la fiesta de hoy. No habla de la ascensión de Jesús alcielo, pero se explaya hablando de su triunfo con una imagen distinta: estásentado a la derecha de Dios, por encima todo y de todos.

Hermanos: El Dios de nuestro Señor Jesucristo,el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo,e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanzaa la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, ycuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, loscreyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo,resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encimade todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombreconocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y «todo lo puso bajo suspies», y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo,plenitud del que llena todo en todos.

El finaldel evangelio de Marcos une las dos imágenes: «fue llevado al cielo y se sentóa la derecha de Dios». Una forma muy humana de hablar, pero habitual en laBiblia. Jesús subió triunfalmente al cielo y ahora sigue ocupando la máximadignidad junto a Dios Padre.

Pero elevangelio concede más importancia aún al tema de la misión de los apóstoles,como se advierte comparándolo con la 1ª lectura.

En Hechos, los discípulos muestran una vez más supreocupación política por la restauración del reino de Israel, y Jesús desvíala atención hacia la próxima venida del Espíritu Santo, que les dará fuerzaspara ser sus testigos en todo el mundo.

En Marcos, el tema de la misión se trata en cinco puntos:

1) Ordende ir al mundo entero a proclamar la buena nueva.

2) Esanoticia puede ser aceptada o rechazada, pero con consecuencias muy distintas encada caso.

3) Semencionan las señales que acompañarán a los misioneros: expulsión de demonios,don de lenguas, inmunidad ante ataques de serpientes, curaciones. Estas señalesrecuerdan lo que se cuenta en el libro de los Hechos de los Apóstoles apropósito de Pablo.

4) EnHechos, la reacción de los discípulos es quedarse embobados mirando al cielo.En Marcos, se ponen en marcha de inmediato a pregonar el evangelio por todaspartes.

5) EnHechos se habla de la fuerza del Espíritu Santo que acompañará a los apóstoles.En Marcos, «el Señor cooperaba y confirmaba el mensaje con las señales que loacompañaban».

En aquel tiempo,se apareció Jesús a los once y les dijo:

-Id al mundo entero y proclamad el Evangelio atoda la creación.
El que crea y sea bautizado se salvará; el queno crea será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos:echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes ensus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos alos enfermos, y quedarán sanos.

Después de hablarles, el Señor Jesús fuellevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicarpor todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señalesque los acompañaban.      

Por eso, la Ascensión o triunfo de Jesús no esmotivo para quedarse mirando al cielo. Hay que mirar a la tierra, al mundoentero, en el que los discípulos de Jesús debemos continuar su misma obra,contando con la fuerza del Espíritu y la compañía continua del Señor.

Los cuarenta días

            Elevangelio no dice nada de este período de 40 días entre la resurrección y laascensión. ¿Qué significa, y por qué lo introduce Lucas? El número 40 se usa enla Biblia para indicar plenitud, sobre todo cuando se refiere a un período detiempo. El diluvio dura 40 días y 40 noches; la marcha de los israelitas por eldesierto, 40 años; el ayuno de Jesús, 40 días… Se podrían citar otros muchosejemplos. En este caso, lo que pretende decir Lucas es que los discípulosnecesitaron más de un día para convencerse de la resurrección de Jesús, y queJesús se les hizo especialmente presente durante el tiempo que considerónecesario.

Textosclásicos sobre la subida al cielo de un gran personaje

A propósito de Hércules escribe Apolodoro en su BibliotecaMitológica: “Hércules... se fue al monte Eta, que pertenece a lostraquinios, y allí, luego de hacer una pira, subió y ordenó que la encendiesen(...) Mientras se consumía la pira cuenta que una nube se puso debajo, ytronando lo llevó al cielo. Desde entonces alcanzó la inmortalidad...” (II,159-160).

Suetonio cuenta sobre Augusto: “No faltótampoco en esta ocasión un antiguo pretor que declaró bajo juramento que habíavisto que la sombra de Augusto, después de la incineración, subía a los cielos”(Vida de los Doce Césares, Augusto, 100).

Drusila, hermana de Calígula, pero tomada por éste como esposa, murió hacia el año40. Entonces Calígula consagró a su memoria una estatua de oro en el Foro;mandó que la adorasen con el nombre de Pantea y le tributasen los mismoshonores que a Venus. El senador Livio Geminio, que afirmó haber presenciado lasubida de Drusila al cielo, recibió en premio un millón de sestercios.

De Alejandro Magno escribe el PseudoCalístenes: “Mientras decía estas y otras muchas cosas Alejandro, se extendiópor el aire la tiniebla y apareció una gran estrella descendente del cielohasta el mar acompañada por un águila, y la estatua de Babilonia, que llaman deZeus, se movió. La estrella ascendió de nuevo al cielo y la acompañó el águila.Y al ocultarse la estrella en el cielo, en ese momento se durmió Alejandro enun sueño eterno" (Libro III, 33).

Con respecto a Apolonio de Tiana, cuenta Filóstrato que, según unatradición, fue encadenado en un templo por los guardianes. “Pero él, amedianoche se desató y, tras llamar a quienes lo habían atado, para que noquedara sin testigos su acción, echó a correr hacia las puertas del templo yéstas se abrieron y, al entrar él, las puertas volvieron a su sitio, como silas hubiesen cerrado, y que se oyó un griterío de muchachas que cantaban, y sucanto era: Marcha de la tierra, marcha alcielo, marcha” (Vida de Apolonio deTiana VIII, 30).

Sobre la nube véase también Dionisio de Halicarnaso, Historia antigua deRoma I,77,2: “Y después de decirle esto, [el dios] se envolvió en una nubey, elevándose de la tierra, fue transportado hacia arriba por el aire”.

 

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Published on May 09, 2024 00:04

May 2, 2024

Dios nos ha amado. Amémonos unos a otros. Domingo 6º de Pascua. Ciclo B



La 2ª lectura y el evangelio están estrechamente relacionados. «Amémonos unos a otros»,comienza el texto de la carta de san Juan. Y el evangelio insiste dos veces: «Este es mi mandamiento:que os améis unos a otros»; «Esto os mando: que os améis unos a otros». Este precepto se basaen el amor que Dios nos ha manifestado de dos formas complementarias: enviandosu Espíritu y enviando a su Hijo.

Un Padre que da el Espíritu sin distinguir entre judíos ypaganos (1ª lectura)

            La lectura del libro delos Hechos de los Apóstoles recoge parte de un importantísimo episodio de laiglesia primitiva. Hasta entonces, los discípulos de Jesús se han visto a símismos con un grupo dentro del judaísmo, sin especial relación con los paganos.No se les pasa por la cabeza hacer apostolado entre ellos, mucho menos entraren sus casas si no se han convertido al judaísmo y se han circuncidado. Losconsideran impuros.

En este contexto, se cuenta que Pedro tuvo una visión: vebajar del cielo un mantel repleto de toda clase de animales impuros (cerdo, conejo,cigalas, etc.) y escucha una voz que le ordena: mata y come. Pedro se niega enredondo. «Nunca he probado un alimento profano o impuro». Y la voz del cielo leresponde: «Lo que Dios declara puro tú no lo tengas por impuro».

            Termina la visión. Pedrose siente desconcertado, y mientras piensa en su posible sentido, llaman a lapuerta de la casa tres hombres enviados por un pagano, el capitán Cornelio,para pedirle que vaya a visitarlo. Pedro comprende entonces el sentido de lavisión: no puede considerar impuro a un pagano interesado en conocer elevangelio. Al día siguiente se pone en camino desde Jafa a Cesarea y cuandollega a casa de Cornelio tiene lugar la escena que hoy leemos.


Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentroy se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo: 

-Levántate, que soy un hombre como tú.

Pedro tomó la palabra y dijo: 

-Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al quelo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.

Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el EspírituSanto sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar en lenguasextrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habíanvenido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo sederramara también sobre los gentiles. Pedro añadió:

-¿Se puede negar el agua del bautismo a los que hanrecibido el Espíritu Santo igual que nosotros?

Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Lerogaron que se quedara unos días con ellos. 

            Indico algunos detallesinteresantes:

1) «Está claro que Dios no hace distinciones»; para él lo importanteno es la raza sino la conducta del que lo respeta y practica la justicia.

            2) La venida del EspírituSanto sobre este grupo de paganos produce los mismos frutos que en losapóstoles el día de Pentecostés: hablan lenguas extrañas y proclaman lagrandeza de Dios.

            3) El Espíritu Santo vienesobre ellos antes de recibir el bautismo. No se puede decir de forma más claraque «el Espíritu sopla donde quiere y cuando quiere».   

            La conducta de Pedroprovocó gran escándalo en los sectores más conservadores de la comunidad deJerusalén y debió subir a la capital a justificar su conducta. Pero esteepisodio deja claro que, para Dios, los paganos no son seres impuros. Él ama atodos los hombres sin distinción. Con ello se justifica el apostolado posteriorentre los paganos.

Un Padre que da su Hijo a los pecadores (2ª lectura)

La carta de Juan justifica el mandato de amarnos mutuamente diciendo que «Dios es amor» y cómo nos lo hademostrado.

 

Queridoshermanos: Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que amaha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porqueDios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Diosenvió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En estoconsiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nosamó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.

Cuando yo era niño, el catecismo de Ripalda, a lapregunta de quién es Dios nos enseñaba a responder: «Un señor infinitamentebueno, sabio y poderoso, principio y fin de todas las cosas». El autor de lacarta no necesita tantas palabras. Se limita a decir: «Dios es amor». Y eseamor lo manifiesta enviando a su hijo «como víctima de propiciación por nuestrospecados».

La «víctima de propiciación» era el animal que seofrecía para impetrar el perdón. El Día de la Expiación (yom kippur), elSumo Sacerdote ofrecía un macho cabrío por los pecados del pueblo. En otrasocasiones se ofrecían cabras y novillos con el mismo fin. Pero esas víctimascarecían de valor definitivo. La humanidad se encontraba en una especie decírculo cerrado del que no podía escapar. Entonces Dios nos proporciona laúnica víctima decisiva: su propio hijo.

            Y esto lo hace cuandotodavía éramos pecadores. No espera a que nos convirtamos y seamos buenos paraenviarnos a su Hijo. Si la primera lectura decía que Dios no hace distinciónentre judíos y paganos, la segunda dice que no hace distinción entre santos ypecadores.

En vez de amar a Dios, amar a los hermanos (evangelio)

En la segunda lectura el protagonismo ha sido de Dios. En el evangelio, elprotagonista principal es Jesús, que demuestra su amor hasta el punto de dar lavida por nosotros, llamarnos amigos suyos, elegirnos y enviarnos. (¡Cuántagente desearía poder decir que es amigo o amiga de un personaje famoso, que hasido elegido por él para llevar a cabo una misión!).

 

En aqueltiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Como elPadre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mismandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado losmandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto paraque mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste esmi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amormás grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, sihacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe loque hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a miPadre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soyyo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, yvuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis el Padre en mi nombre os lo dé.Esto os mando: que os améis unos a otros.

Lo que Jesús exige a cambio de esta amistad es muycurioso. Cuando era estudiante en el Pontificio Instituto Bíblico le escuchéeste comentario al P. Lyonnet: «Fijaos en lo que dice la 1ª carta de Juan:“Si tanto nos ha amado Dios…” Nosotros habríamos añadido: “también nosotrosdebemos amar a Dios”. Sin embargo, lo que dice Juan es: “Si tanto nos ha amadoDios, debemos amarnos unos a otros”».

            Algo parecido ocurre en elevangelio de hoy. «Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo oshe amado.» Jesús podría haber dicho: «Amadme como yo os he amado». Pero no piensa en él,piensa en nosotros. Es fácil engañarse diciendo o pensando que amamos a Jesús,porque no puede demostrarse ni negarse. Lo difícil es amar al prójimo.

 

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Published on May 02, 2024 00:28

April 25, 2024

El labrador, la vid y los sarmientos. Domingo 5º de Pascua. Ciclo B.

 


·Evangelio (Juan 15,1-8)

        Este pasaje se conoce como «la parábola de la vid y lossarmientos». Título erróneo, porque no tiene en cuenta al protagonistaprincipal, el labrador, que es quien poda, arranca y tira los sarmientos que nodan fruto. Y más bien que parábola es una fábula, donde los protagonistas sonanimales o plantas que pueden hablar y actuar. En este caso, los protagonistassecundarios, los sarmientos, no hablan, pero sí actúan. Algunos decidenmantenerse unidos a la vid, y dan fruto abundante. Otros deciden independizarse,cortar la relación con la vid, y dejan de dar fruto. 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy laverdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da frutolo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotrosya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo envosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en lavid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros lossarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porquesin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como elsarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Sipermanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo quedeseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis frutoabundante; así seréis discípulos míos.»

El enfoque del evangelio, insistiendo en la idea depermanecer en Jesús, se comprende recordando un episodio de Lucas. En laaparición a los discípulos de Emaús, estos terminan pidiéndole: «Quédate con nosotros, Señor». En Juan cambia la perspectiva. Es Jesús quien nos dice:«Permaneced en mí». Es muy distinto «quedarse con» y «permanecer en», aunqueparezcan lo mismo. Lo segundo habla de mayor intimidad, como la de un niño enel seno de su madre.

            El título habitual subraya laimportancia de la vid. Y en parte lleva razón: de estar unidos a ella oseparados de ella depende el futuro de los sarmientos. Pero la vid no hacenada. Simplemente está ahí. Todas las acciones las realizan el labrador o lossarmientos. Enfoque curioso, que nos obliga a reflexionar sobre la importanciade Dios Padre en la vida del cristiano; y el papel fundamental de Jesús, aunquea veces tengamos la impresión de que no hace nada en nuestra vida.

1ª lectura: la viña y la poda de Dios

Aunqueno tenga relación con el evangelio, el texto de los Hechos se puede leer comouna concreción del mismo. El final nos dice cómo la vid, la comunidadcristiana, se extiende y fructifica. Y la primera parte, la que trata de Pablo,recuerda lo que dice la fábula a propósito del labrador: «a todo el que dafruto lo poda, para que dé más fruto». Podar es cortar, herir al árbol,despojarlo de algo que le ha costado tiempo y esfuerzo producir. Pero elcampesino lo hace para que esté más sano y fuerte. Eso es lo que hace Dios conPablo.

En aquellos días, llegado Pablo aJerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo,porque no se fiaban de que fuera discípulo. Entonces Bernabé, tomándoloconsigo, lo presentó a los apóstoles y él les contó cómo había visto al Señoren el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había actuadovalientemente en el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía conlibertad en Jerusalén, actuando valientemente en el nombre del Señor. Hablaba ydiscutía también con los helenistas, que se propusieron matarlo. Al enterarselos hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba depaz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temordel Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.

Despuésde su conversión, Pablo podría esperar que lo recibieran muy bien en Jerusalén.Pero ocurre algo muy distinto: no se fían de él, lo rehúyen, hasta que Bernabélo presenta a los apóstoles. Cuando comienza a predicar, los judíos de lenguagriega intentan eliminarlo y debe huir a Tarso. En realidad, toda la vida dePablo fue una gran poda, una vida llena de persecuciones y sufrimientos. Pero através de ellos se convirtió en el mayor de los apóstoles. Dio mucho fruto. Unabuena enseñanza para los que quisiéramos que todo nos fuera bien en la vida,sin ningún tipo de dificultades.

2ª lectura: cómo permanecer unidos a la vid (1ª carta de Juan 3,18-24)

Elevangelio insiste en la necesidad de que el sarmiento esté unido a la vid. Lasegunda lectura nos indica el modo concreto de mantener la unión.

Hijos míos, no amemos de palabra y deboca, sino de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad ytranquilizaremos nuestro corazón ante él, en caso de que nos condene nuestrocorazón, pues Dios es mayor que nuestro corazón y lo conoce todo. Queridos, siel corazón no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Cuanto pidamos lorecibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, yque nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda susmandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permaneceen nosotros: por el Espíritu que nos dio.

Eltexto, como es habitual en Juan, resulta complicado y mezcla diversos temas: elamor falso y el verdadero, el complejo de culpabilidad, la confianza en Dios,la observancia de los mandamientos, la fe en Jesús y el amor mutuo, lapermanencia en Dios y el don del Espíritu. Siguiendo la metáfora del evangelio,es una vid demasiado frondosa que conviene podar. Bastaría recordar que amar deverdad y con obras equivale a creer en Jesús y amarnos unos a otros. Esa es laforma de permanecer unidos a la vid y la única garantía de que daremos fruto comocristianos.

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Published on April 25, 2024 00:33

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José Luis Sicre
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