José Luis Sicre's Blog, page 3

May 29, 2025

Ascensión y entronización de Jesús. Fiesta de la Ascensión. Ciclo C.

Un peligro que conviene evitar 

            De las tres lecturas de esta fiesta,dos son fáciles de entender: los dos relatos de la Ascensión escritos por Lucasal final del evangelio y al comienzo del libro de los Hechos; en cambio, lacarta a los Efesios puede resultar un galimatías casi ininteligible. Corremosel peligro de pasarla por alto, aunque es la que da el sentido de la fiesta.Ascensión y entronización son las dos caras de la misma moneda.

Una sola cadena de televisión condos visiones muy distintas

            Los dos textos principales de lamisa de hoy (Hechos de los Apóstoles y evangelio de Lucas) se prestan a unainterpretación muy simplista, como si el monte de los Olivos fuese una especiede Cabo Cañaveral desde el que Jesús sube al cielo como un cohete. Cualquiercadena de televisión que hubiera filmado el acontecimiento habría ofrecido lamisma noticia, aunque hubiera variado el encuadre de las cámaras.

            En este caso solo hay presente unacadena de televisión: la de Lucas. Los otros evangelistas no cuentan lanoticia. Pero Lucas ha elaborado dos programas sobre la Ascensión, uno en elevangelio y otro en los Hechos, y cuenta lo ocurrido de manera muy distinta,con notables diferencias. Eso demuestra que para él lo importante no es elhecho histórico sino el mensaje que desea transmitir. Tanto el evangelio comoHechos podemos dividirlos en dos partes: las palabras de despedida de Jesús yla ascensión. Para no alargarme, omito la introducción al libro de los Hechos.

Palabrasde despedida de Jesús

            En el evangelio, Jesús dice a los discípulos que su pasión, muerte y resurrección estabananunciadas en las Escrituras (“Así estaba escrito” se refiere a los librosatribuidos a Moisés y los profetas). Por consiguiente, lo ocurrido no debeescandalizarlos ni hacerles perder la fe. Todo lo contrario: deben predicar lapenitencia y el perdón a todos los pueblos. Para llevar a cabo esa misiónnecesitan la fuerza del Espíritu Santo, que deben esperar en Jerusalén.

«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará deentre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y elperdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando porJerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padreha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de lafuerza de lo alto.»

            En el libro de losHechos se repite lo esencial, esperar al Espíritu Santo,pero se añaden dos temas: la preocupación política de los discípulos y la ideade ser testigos de Jesús en todo el mundo (cosa que en el evangelio sólo seinsinuaba).

             Una vez que comían juntos, lesrecomendó:

            - «Noos alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de laque yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotrosseréis bautizados con Espíritu Santo.» 

            Elloslo rodearon preguntándole:

            -«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»

            Jesúscontestó:

            - «Noos toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecidocon su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréisfuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hastalos confines del mundo.»

La ascensión: dos relatos muy distintos

            Versión del evangelio

Después los sacó hacia Betania y, levantandolas manos, los bendijo . Y mientras losbendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellosse postraron ante él  y sevolvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templobendiciendo a Dios.

            Versión de Hechos

Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que unanube se lo quitó de la vista . Mientras mirabanfijos al cielo , viéndolo irse , se lespresentaron dos hombres vestidos de blanco , que lesdijeron: - «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismoJesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis vistomarcharse.» 

ü                          En el Evangelio, Jesúsbendice antes de subir al cielo (en Hch, no).

ü                          En Hechos una nube oculta aJesús (en el evangelio no se menciona la nube).

ü                          En el evangelio, losdiscípulos se postran (en Hch se quedan mirando al cielo).

ü                      En Hch se les aparecen dospersonajes vestidos de blanco que les anuncian la segunda venida de Jesús. Elevangelio no dice nada de esto.

ü                      La vuelta a Jerusalén, dondeestán siempre en el templo alabando a Dios (Evangelio), coincide en parte conlo que cuentan los Hechos: en Jerusalén permanecen en oración “con María, lamadre de Jesús”. (Pero esto no se lee).

            Dadas estas diferencias, queda claro que Lucas nopretende contar lo ocurrido con toda fidelidad. Más bien está invitando allector a prescindir de los datos secundarios y fijarse en el mensaje quepretende transmitir.

            Esto no es fácil, porque la idea de la ascensión resultachocante al lector moderno por dos motivos muy distintos: 1) no es un hecho quehayamos visto; 2) se basa en una concepción espacial puramente psicológica(arriba lo bueno, abajo lo malo), que choca con una idea más perfecta de Dios.

            Precisamente por esta línea psicológica podemos buscar laexplicación. Desde las primeras páginas de la Biblia encontramos la idea de que una persona devida intachable no muere, es arrebatada al cielo, donde se supone que Dioshabita. Así ocurre en el Génesis con el patriarca Henoc, y lo mismo se cuentamás tarde a propósito del profeta Elías, que es arrebatado al cielo en un carrode fuego. Interpretar esto en sentido histórico (como si un platillo volantehubiese recogido al profeta) significa no conocer la capacidad simbólica de losantiguos.

            Sin embargo, existe una diferencia radical entre estosrelatos del Antiguo Testamento y el de la ascensión de Jesús. Henoc y Elías nomueren. Jesús sí ha muerto. Por eso, no puede equipararse sin más el relato dela ascensión con el del rapto al cielo.

            La explicación hay quebuscarla en la línea de la cultura clásica greco-romana, en la que se mueveLucas y la comunidad para la que él escribe. También en ella hay casos depersonajes que, después de su muerte, son glorificados de forma parecida a lade Jesús. Los ejemplos que suelen citarse son los de Hércules, Augusto,Drusila, Claudio, Alejandro Magno y Apolonio de Tiana. Estos ejemplos confirmanque los relatos tan escuetos de Lucas no debemos interpretarlos al pie de laletra, como han hecho tantos pintores, sino como una forma de expresar la glorificación de Jesús. El final largodel evangelio de Marcos subraya este aspecto al añadir que, después de laascensión, Jesús “se sentó a la derecha de Dios”. Y esto es lo que afirmatambién la Carta a los efesios.

No Ascensión, sinoentronización (2ª lectura: Efesios 1,17-23 )

            Lacarta a los efesios no habla de la ascensión. Pasa directamente de laresurrección de Jesús al momento en que se sienta a la derecha de Dios y todoqueda sometido bajo sus pies. Por desgracia, la parte final, que es la másrelacionada con la fiesta, y la más clara, está precedida de una oración tanrecargada que resulta confusa. La idea de fondo es clara: Dios nos ha concedidotantos favores y tan grandes (vocación, herencia prometida en el cielo,resurrección) que resulta difícil entenderlos y valorarlos. Igual que nossentimos abrumados por la inmensidad del universo, no logramos comprender lomucho que Dios ha hecho y hace con nosotros. Por eso pide “espíritu desabiduría”, “conocimiento profundo”, que Dios “ilumine los ojos de vuestrocorazón”. Y para aclarar la grandeza del poder que actúa en nosotros, habla delpoder con que resucitó a Cristo y lo sentó a su derecha, sometiendo todo bajosus pies.

Hermanos que el Dios denuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu desabiduría que os revele un conocimiento profundo de él; que ilumine los ojos devuestro corazón, para que conozcáis cuál es la esperanza de su llamada, cuál lariqueza de la gloria de su herencia otorgada a su pueblo y cuál la excelsagrandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, según la fuerza de supoderosa virtud, la que ejerció en Cristo resucitándolode entre los muertos, sentándolo a su derecha en los cielos por encima de todo principado, potestad, autoridad, señorío y de todo lo que hay en estemundo y en el venidero; todo lo sometió bajo sus pies y a él lo constituyócabeza de la Iglesia por encima de todas las cosas; la Iglesia es su cuerpo, laplenitud de todo lo que existe.

Resumen

            Ante la ascensión no debemos tenersentimientos de tristeza, abandono o soledad, al estilo de la Oda de fray Luisde León (“Y dejas, pastor santo, tu grey en este valle hondo, oscuro, consoledad y llanto…”). Como dice el evangelio, la marcha de Jesús debe provocaruna gran alegría y el deseo de bendecir a Dios. Porque lo que celebramos es sutriunfo, como demuestran los textos de la cultura greco-romana en los que seinspira Lucas y subraya la carta a los Efesios. Viene a la mente la imagen delacto de fin de carrera, cuando el estudiante recibe su diploma y la familia yamigos lo acompañan llenos de alegría.

            Al mismo tiempo, las palabras dedespedida de Jesús nos recuerdan dos temas capitales: el don del EspírituSanto, que celebraremos de modo especial el próximo domingo, y la misión “hastael fin del mundo”. Aunque estas palabras se refieren ante todo a la misión delos apóstoles y misioneros, todos nosotros debemos ser testigos de Jesús encualquier parte del mundo. Para eso necesitamos la fuerza del Espíritu, y esoes lo que tenemos que pedir.

La ascensión en la cultura greco-romana.

            Porsi a alguno le interesa, copio los textos clásicos.

Tito Livio a propósito de Rómulo: “Llevadas a caboestas empresas inmortales, en una ocasión en que asistía a una concentraciónpara pasar revista a las tropas en un campo junto a la laguna de la Cabra[campo de Marte], se desató de golpe una tempestad con gran fragor de truenos yenvolvió al rey en una nube tan densa que los reunidos no podían verlo; después,ya no reapareció Rómulo sobre la tierra…. Según los senadores que estaban depie a su lado, había sido arrebatado a las alturas por la tempestad. Luego,todos a la vez saludan a Rómulo como dios hijo de un dios, rey y padre de laciudad de Roma. Tengo entendido que no faltaron tampoco quienes, en voz baja,sostenían que el rey había sido despedazado por los senadores con sus propiasmanos, pues también esta versión circuló, aunque muy soterrada; la otra versiónfue consagrada por la admiración hacia aquel personaje y por el miedo que sedejaba sentir.

Le añadió además credibilidad, dicen, la habilidad deun solo individuo. Próculo Julio, hombre de peso según dicen, aunque avalase unacontecimiento fuera de lo común, se presenta a los reunidos y dice: “Quirites,Rómulo, padre de esta ciudad, al rayar hoy el alba ha descendido repentinamentedel cielo y se me ha aparecido. Al ponerme en pie, sobrecogido de temor,dispuesto a venerarlo, rogándole que me fuese permitido mirarle cara a cara, meha dicho: ‘Ve y anuncia a los romanos que es voluntad de los dioses que mi Romasea la capital del orbe; que practiquen por consiguiente el arte militar; quesepan, y así lo transmitan a sus descendientes, que ningún poder humano puederesistir a las armas romanas.’ Dicho esto -dijo-, desapareció por los aires.»Es sorprendente el crédito tan grande que se dio a aquel hombre al hacer estacomunicación y lo que se mitigó, entre el pueblo y el ejército, la añoranza deRómulo con la creencia en su inmortalidad” (Aburbe condita 1,16).

A propósito de Hérculesescribe Apolodoro en su Biblioteca Mitológica: “Hércules... se fue almonte Eta, que pertenece a los traquinios, y allí, luego de hacer una pira,subió y ordenó que la encendiesen (...) Mientras se consumía la pira cuenta queuna nube se puso debajo, y tronando lo llevó al cielo. Desde entoncesalcanzó la inmortalidad...” (II, 159-160).

Suetonio cuenta sobreAugusto: “No faltó tampoco en esta ocasión un expretor que declaró bajojuramento que había visto que la sombra de Augusto, después de la incineración,subía a los cielos” (Vida de los Doce Césares, Augusto, 100).

Drusila, hermana deCalígula, pero tomada por éste como esposa, murió hacia el año 40. EntoncesCalígula consagró a su memoria una estatua de oro en el Foro; mandó que laadorasen con el nombre de Pantea y le tributasen los mismos honores que aVenus. El senador Livio Geminio, que afirmó haber presenciado la subida deDrusila al cielo, recibió en premio un millón de sestercios.

De Alejandro Magno escribeel Pseudo Calístenes: “Mientras decía estas y otras muchas cosas Alejandro, seextendió por el aire la tiniebla y apareció una gran estrella descendente delcielo hasta el mar acompañada por un águila, y la estatua de Babilonia, quellaman de Zeus, se movió. La estrella ascendió de nuevo al cielo y la acompañóel águila. Y al ocultarse la estrella en el cielo, en ese momento se durmióAlejandro en un sueño eterno" (Libro III, 33).

Con respecto a Apolonio deTiana, cuenta Filóstrato que, según una tradición, fue encadenado en un templopor los guardianes. “Pero él, a medianoche se desató y, tras llamar a quieneslo habían atado, para que no quedara sin testigos su acción, echó a correrhacia las puertas del templo y éstas se abrieron y, al entrar él, las puertasvolvieron a su sitio, como si las hubiesen cerrado, y que se oyó un griterío demuchachas que cantaban, y su canto era: Marchade la tierra, marcha al cielo, marcha” (Vidade Apolonio de Tiana VIII, 30).

Sobre la nube véase tambiénDionisio de Halicarnaso, Historia antigua de Roma I,77,2: “Y después dedecirle esto, [el dios] se envolvió en una nube y, elevándose de la tierra, fuetransportado hacia arriba por el aire”.

 

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Published on May 29, 2025 00:29

May 22, 2025

Tres enseñanzas desconcertantes de Jesús. Domingo 6º de Pascua. Ciclo C.

Igual que el domingo anterior, la primera lectura (Hechos) habla de laiglesia primitiva; la segunda (Apocalipsis) de la iglesia futura; el evangelio(Juan) de nuestra situación presente.

Tres enseñanzas desconcertantes 

(Juan 14, 23-29)

 

            El cuarto evangeliodisfruta desconcertando al lector, obligándole a pensar y a aceptar algo a loque no está acostumbrado. Este pasaje contiene tres enseñanzas desconcertantesque, indirectamente, nos preparan para las próximas fiestas del Corpus, laAscensión y Pentecostés.

 

            a) El sagrario es quien meama (Corpus)

 

         Según la tradiciónbíblica, los israelitas guardaron en el arca de la alianza dos litros de manácomo recuerdo del milagro. De forma parecida, la Iglesia primitiva guardó elpan consagrado en una caja especial, el sagrario (quizá lo hiciera en un primermomento para poder llevarlo a los cristianos presos, luego se perpetuó lapráctica). Por eso, desde niños nos han educado en la presencia de Jesús en elsagrario. Algo que requiere fe pero que resulta fácil para el sentido de lavista. La primera enseñanza de Jesús requiere mucha más fe y no tiene la ayudade la vista.

En aquel tiempo, dijo Jesúsa sus discípulos: 

El que me ama guardará mi palabra, y miPadre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.

El que no me ama no guardará mis palabras. Yla palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. 

Pensar que Dios Padre y Jesús habitan en nosotros nosresulta a la mayoría casi inimaginable. Un misterio demasiado grande, reservadoa los místicos como san Agustín, santa Teresa, san Juan de la Cruz, etc. Y sidifícil es ver a Dios dentro de nosotros, mucho más verlo dentro de algunas delas personas que nos rodean. Pero el evangelio nos recuerda que se trata de unarealidad que no debemos pasar por alto. Entrar en una iglesia y mirar alsagrario es fácil; más difícil es mirar dentro de nosotros mismos paradescubrir a Dios presente como prueba de su amor: “mi Padre lo amará yvendremos a él y haremos morada en él”.

            Por otra parte, decir queDios viene a nosotros y habita en nosotros supone un novedad capital conrespecto al Antiguo Testamento. Dios no es ya un ser lejano, que impone miedo yrespeto, un Dios grandioso e inaccesible. Tampoco viene a nosotros en unavisita ocasional. Decide quedarse dentro de nosotros.

            b) Un profesor mejor que yo (Pentecostés)

            Los discípulos llamaban a Jesús“maestro”. No sólo por su autoridad, sino porque lo sabía todo. Como le dijouna vez Pedro: «Tú tienes palabra de vida eterna». Resulta casi herético decir que hay unmaestro mejor que él. Sin embargo, lo hay. Al menos, enseña más cosas y, comobuen profesor, recuerda otras que los alumnos tienden a olvidar.

Os he hablado de esto ahoraque estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará elPadre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo loque os he dicho. 

            La enseñanza de ideas nuevas coincide conlo dicho por Jesús en otro pasaje de este mismo discurso: “Me quedan pordeciros muchas cosas, pero no podéis con ellas por ahora. Cuando venga él, elEspíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.”  La historia de la Iglesia confirma que losavances y los cambios, imposibles de fundamentar a veces en las palabras deJesús, se producen por la acción y la enseñanza del Espíritu.

            c) Paz y alegría en ladespedida (Ascensión)

            Lasdespedidas, sobre todo si son definitivas, siempre son tristes. Al menos es loque piensa la mayoría de la gente. Ante la despedida de Jesús, los discípulospodían sentir no sólo tristeza sin también angustia. ¿Quién los guiaría ydefendería en adelante? Jesús les promete la paz y les da el motivo de alegría:“No penséis en vosotros mismos, pensad en mí, que voy a ir junto al Padre”.

La paz os dejo, mi paz osdoy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni seacobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Sime amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo.Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáiscreyendo.»

            Estas palabras anticipanla próxima fiesta de la Ascensión. Cuando se comparan con la famosa Oda de FrayLuis de León (“Y dejas, pastor santo…”) se advierte la gran diferencia. Laspalabras de Jesús pretenden que no nos sintamos tristes y afligidos, pobres yciegos, sino alegres por su triunfo.

1ª lectura: una enseñanza nueva del Espíritu ( Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22-29)

Uno de los motivos del éxito de la misión de Pabloy Bernabé entre los paganos fue el de no obligarles a circuncidarse. Estaconducta provocó la indignación de los judíos y también de un grupo cristianode Jerusalén educado en el judaísmo más estricto. Para ellos, renunciar a lacircuncisión equivalía a oponerse a la voluntad de Dios, que se la habíaordenado a Abrahán. Algo tan grave como si entre nosotros dijese alguno ahoraque no es preciso el bautismo para salvarse. Marchan de Jerusalén a Antioquíade Siria y predican que si los paganos no se circuncidan no pueden salvarse.

            Para Pablo y Bernabé, loque está en juego no es la circuncisión sino otro tema: ¿nos salvamosnosotros a nosotros mismos cumpliendo las normas y leyes religiosas, o nossalva Jesús con su vida y muerte? El conflicto es tan grande que decidenacudir a la iglesia de Jerusalén.

  En aquellos días, unos quebajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidabanconforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó unaltercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo,Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles ypresbíteros sobre la controversia. 

        Tiene entonces lugar loque se conoce como el “concilio de Jerusalén”, que es el tema de la primeralectura de hoy. Para no alargarla, se ha suprimido una parte esencial: losdiscursos de Pablo y Santiago (versículos 3-21).

          En la versión que ofreceLucas en el libro de los Hechos, el concilio llega a un pacto que contente atodos: en el tema capital de la circuncisión, se da la razón a Pablo y Bernabé,no hay que obligar a los paganos a circuncidarse; al grupo integrista se locontenta mandando a los paganos que observen cuatro normal fundamentales paralos judíos: abstenerse de comer carne sacrificada a los ídolos, de comer sangre,de animales estrangulados y de la fornicación.

 

      Los apóstoles y los presbíteros con todala Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquíacon Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barrabás y a Silas, miembros eminentesentre los hermanos, y les entregaron esta carta:

       Los apóstoles y los presbíteroshermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos delpaganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro,os han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad,elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que handedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto,mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemosdecidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que lasindispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre,de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todoesto. Salud.

            El tema es de enormeactualidad, y la iglesia primitiva da un ejemplo espléndido al debatir unacuestión muy espinosa y dar una respuesta revolucionaria. Hoy día, cuestionesmucho menos importantes ni siquiera pueden insinuarse. Pero no nos limitemos aquejarnos. Pidámosle a Dios que nos ayude a cambiar.

  2ª lectura: la iglesia futura (Apocalipsis21,10-14. 22-23)

       En la misma tónica de lasemana pasada, con vistas a consolar y animar a los cristianos perseguidos,habla el autor de la Jerusalén futura, símbolo de la iglesia.

            El autor se inspira entextos proféticos de varios siglos antes. Por ejemplo, estos versos del c.54 deIsaías a propósito de la Jerusalén futura::

            Mira,yo mismo te coloco piedras de azabache, te cimento con zafiros,

            te pongo almenas de rubí, y puertasde esmeralda,

            ymuralla de piedras preciosas.

         O esta visión de Zacarías:Por la multitud de hombres y ganados que habrá, Jerusalén será ciudadabierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio deella oráculo del Señor (Zac 2,8-9).

            Basándose en textosparecidos dibuja su visión el autor del Apocalipsis.

El ángel me transportó enéxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajabadel cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. "Brillaba comouna piedra preciosa, como Jaspe traslúcido. 

             Tenía una murallagrande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombresgrabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, alnorte tres puertas, al occidente tres puertas. 

            La muralla tenía doce basamentos que llevaban docenombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. 

            Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el SeñorDios todopoderoso y el Cordero.

            La ciudad no necesita sol ni luna quela alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

La novedad del Apocalipsis consiste en que esaJerusalén futura, aunque baja del cielo, está totalmente ligada al pasado delpueblo de Israel (las doce puertas llevan los nombres de las doce tribus) y alpasado de la iglesia (los basamentos llevan los nombres de los doce apóstoles).Pero hay una diferencia esencial con la antigua Jerusalén: no hay templo,porque su santuario es el mismo Dios, y no necesita sol ni luna, porque lailumina la gloria de Dios.

 

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Published on May 22, 2025 08:07

May 15, 2025

Jesús y Dios. Jesús, nosotros y los otros. Domingo 5º de Pascua. Ciclo C


El domingo pasado leímos que las ovejas seguían al pastor. Hoy el pastorabandona temporalmente a su rebaño, dejándole un encargo de última hora. Lasdos primeras lecturas hablan de las persecuciones presentes y de la gloriafutura.

Lectura delevangelio (Juan 13, 31-33a. 34-35)

            El evangelio de hoy,tomado del discurso de Jesús durante la última cena, aborda brevemente dostemas: Jesús y Dios; Jesús, nosotros y los otros.

            Jesús y Dios. (Puede extrañar que no escriba “Jesús y el Padre”, pero en esta primeraparte Jesús usa tres veces la palabra “Dios” y nunca “Padre”.)

Cuando salióJudas del cenáculo, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, yDios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios loglorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. 

             

Estamos en la noche del Jueves Santo. Judas acabade salir del cenáculo para traicionar a Jesús y este pronuncia unas palabrasdesconcertantes. Ahora es glorificadoel Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.”

            ¿Qué quiere decir Jesús? La primeradificultad está en que usa cinco veces el verbo “glorificar”, que nosotros nousamos nunca, aunque sepamos lo que significa. Nadie le dice a otro: “yo teglorifico”, o “Pedro glorificó a su mujer”. Sólo en la misa recitamos elGloria, y ahí el verbo va unido a otros más usados: “te alabamos, tebendecimos, te adoramos, te glorificamos”. Pero, en el fondo, después de leerla frase diez o doce veces, queda más o menos claro lo que Jesús quiere decir:ha ocurrido algo que ha redundado en su gloria y, consiguientemente, en gloriade Dios; y Dios, en recompensa, glorificará también a Jesús.

            ¿Qué es eso que haocurrido ahora y que redunda en gloria de Jesús? Que Judas hasalido del cenáculo para ir a traicionarlo. Parece absurdo decir esto. Perorecuerda lo que dice la primera lectura: “hay que pasar mucho para entrar enel reino de Dios”. A través de la pasión y la muerte es como Jesús darágloria a Dios, y Dios a su vez lo glorificará.

 

            Jesús,nosotros y los otros.

Hijos míos, mequeda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que osaméis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señalpor la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos aotros.»

          Esta parte, muy conocida, esfácil de entender y muy difícil de practicar. El amor al prójimo como a unomismo es algo que está ya mandado en el libro del Levítico. La novedad consisteen amar “como yo os he amado”. Laidea de que Jesús amaba solo a uno de los discípulos (“el discípulo amado”) noes exacta. Amaba a todos, y si a ellos les hubieran preguntado en aquel momentocómo los había amado Jesús dirían que eligiéndolos y soportándolos. Es mucho,pero hay una forma más grande de demostrar el amor: dando la vida por lapersona a la que se quiere, como el buen pastor que da la vida por sus ovejas.

          Cabe el peligro deconcluir: “Si Jesús nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarlo a él”.Sin embargo, el mandamiento nuevo no habla de amar a Jesús, sino de amarnosunos a otros. Esto supone un cambio importante con respecto al libro delDeuteronomio, donde el mandamiento principal es “amarás al Señor, tu Dios, contodo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Jesús, de forma casipolémica, omite la referencia a Dios y habla del amor al prójimo. Y lo mismoque a los israelitas se los reconocía por creer en un solo Dios dentro de unambiente politeísta, a los cristianos se nos debe reconocer por amarnos unos aotros.

       Sin embargo, cuando seconoce la historia de la Iglesia, queda claro que los cristianos nosdistinguimos, más que por el amor mutuo, por la capacidad de pelearnos, no soloentre diversas confesiones, sino dentro de la misma. Curiosamente, la situaciónha mejorado mucho entre las distintas confesiones, mientras los conflictosabundan dentro de la misma iglesia. Lo cual es comprensible. Es más fácilpelearse con el hermano que vive contigo que con el que ha formado su propiafamilia y está más lejos.

Lectura del libro de los Hechos delos apóstoles 14, 21b-27

        El domingopasado se leyó la actividad de Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia, y lasdificultades que promovieron al final los judíos y algunas señoras importantes,obligándoles a huir de allí. Marchan entonces a Iconio, Listra y Derbe (el mapaayuda a seguir el itinerario). Lo que allí ocurrió no se lee en la misa, peroes importante recordarlo brevemente para comprender la lectura de hoy (el quequiera puede leer el capítulo 14 de los Hechos, que es muy interesante).

            EnIconio predican con bastante éxito, pero al final la gente se divide, algunos intentanapedrearlos y tienen que huir de nuevo.

            En Listra curan a un tullido y la gente los consideran dioses; ellosconsiguen con dificultad que no les den culto. Pero vienen judíos de Antioquíae Iconio que ponen a la gente contra Pablo; lo apedrean y lo arrastran fuera de la ciudaddándolo por muerto. Los discípulos lo recogen yal día siguiente huye con Bernabé hacia Derbe.

            En Derbe anuncian el evangelio yganan bastantes discípulos. Allí no se dan persecuciones. Terminada lapredicación, emprenden el viaje de vuelta a Antioquía de Siria (donde habíancomenzado el viaje misionero), pasando por las mismas ciudades que ya habíanevangelizado. Este viaje de vuelta es el tema de la lectura de hoy.

 

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En aquellosdías, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando alos discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay quepasar mucho para entrar en el reino de Dios.

           En cada Iglesia designabanpresbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habíancreído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajarona Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habíanenviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Alllegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por mediode ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

         

El viaje de vuelta, contado tanesquemáticamente, debió de durar, como mínimo, uno o dos meses. Pero Lucas nose detiene a contar con detalle lo ocurrido. Para él es más importante indicarla conducta de los apóstoles. En todas las comunidades hacen lo mismo durantela vuelta:

1) Confortar y exhortar a perseverar en lafe. “Confortar” es un verbo exclusivo de Hch (14,22; 15,41; 18,23) y siempretiene por objeto a los discípulos o a las comunidades (no a individuos). ¿Cómose conforta y exhorta? Advirtiéndoles de la realidad: “hay que pasar mucho paraentrar en el Reino de Dios”. Igual que Pablo y Bernabé han tenido que sufrirpara anunciar el evangelio; igual que Esteban fue apedreado hasta la muerte(Hch 11,19). Las persecuciones y tribulaciones forman parte esencial de la vidacristiana.

2) Designar responsables. Esta palabragriega, presbitérous,etimológicamente designa a los “ancianos”, pero en la práctica se aplica a losresponsables de la comunidad y terminará adquiriendo un matiz muy concreto:sacerdote. Pero no es eso lo que designan los apóstoles, sino simplesencargados de dirigir la comunidad, las asambleas litúrgicas, etc.

3) Celebrar liturgias de oración y ayuno, enlas que encomiendan a la comunidad al Señor.

Finalmente, cuando llegan a Antioquía deSiria, pueden dar la gran noticia: Dios ha abierto a los paganos la puerta dela fe. Ha comenzado una etapa nueva en la historia de la iglesia y de lahumanidad. 

Lecturadel libro del Apocalipsis 21, 1-5a

            Sila primera lectura se fija sobre todo en las tribulaciones por las que hay quepasar para entrar en el reino de Dios, la segunda, del Apocalipsis, habla deese reino de Dios, del mundo futuro maravilloso. No es literatura de ficción,aunque lo parezca. Los cristianos del siglo I estaban sufriendo numerosaspersecuciones, y la certeza de un mundo distinto era el mayor consuelo quepodían recibir.

  Yo, Juan, vi un cielo nuevo y unatierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el marya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía delcielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dioscon los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará conellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, niluto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» Y el queestaba sentado en el trono dijo: «Todo lo hago nuevo.»

            Aunque el lenguaje es muy distinto,la idea de fondo es la misma en las dos primeras lecturas: ahora mismo, lacomunidad padece grandes tribulaciones (Hch), hay lágrimas, muerte, luto,llanto, dolor (Ap), pero todo esto llevará al reino de Dios (Hch) y a un mundomaravilloso (Ap).

 

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Published on May 15, 2025 00:45

May 8, 2025

Las ovejas, el pastor, y los ladrones. Domingo 4º de Pascua. Ciclo C

 


Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen

El evangelio del 4º domingo de Pascuase dedica, en los tres ciclos, a recordar a Jesús como buen pastor. Pero elcapítulo 10 del cuarto evangelio es tan largo (42 versículos) que la liturgiaha seleccionado unos pocos para cada ciclo. Al C le ha tocado un fragmento tanbreve que no se entiende bien si no se conoce lo anterior.

Undebate largo y complicado (el c.10 de san Juan)

            Laparábola del buen pastor y el debate siguiente no tienen nada de románticos. AJesús estuvieron a punto de costarle la vida y tuvo que huir al otro lado delJordán.

            Comienzacontando una extraña parábola a propósito de ladrones y bandidos que intentanrobar el rebaño sin entrar por la puerta, saltando la tapia. El pastor entrapor la puerta, conoce a las ovejas por su nombre y ellas lo siguen confiadas,mientras que de los ladrones no se fían. Cuando termina de contarla, lospresentes “no entendieron de qué les hablaba”.

Jesús, envez de aclarar las cosas, las complica. Al principio dice que él es la puertadel redil; luego, que es el buen pastor; y lo importante no es que conduce alrebaño a buenos pastos, sino que da la vida por las ovejas, porque tiene elpoder de darla y de recuperarla. Y en medio introduce nuevos personajes: suPadre, “que me conoce y al que yo conozco”, y otras ovejas que no son de esteredil.

Laconclusión a la que llegan muchos de los oyentes no extraña demasiado: “Estáloco de remate. ¿Por qué lo escucháis?” (literalmente: “tiene un demonio y delira”).El autor del cuarto evangelio disfruta irritando al lector y casi poniéndolo encontra de Jesús.

El debateno termina aquí. Continúa en invierno, en la fiesta de la Dedicación deltemplo, mientras Jesús pasea por el pórtico de Salomón. Las autoridades judías(este es el sentido frecuente de “los judíos” en el cuarto evangelio) lo rodeany le piden que diga claramente si es el Mesías. Jesús responde que ya se lo hadicho y que no creen en él. Y continúa ofreciendo el ejemplo tan distinto desus ovejas, que es el texto de este domingo.

Las ovejas, el pastor, los ladrones y el padre del pastor(Juan 10,27-30)

En aquel tiempo, dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo lasconozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán parasiempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado,supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre.  Yo yel Padre somos uno. 

Las ovejas. El pasaje no comienza hablando del pastor, como seríalógico, sino de “mis ovejas”, las que escuchan la voz de Jesús y lo siguen, a diferenciade las autoridades judías, que no creen en él. La escucha y el seguimientoconvierten a las ovejas en propiedad de Jesús, son mías. Elcristiano no puede considerarse dueño de sí mismo. Como decía Pablo: “Sivivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor. En la vida yen la muerte somos del Señor”.

El pastor. En la parábola inicial el pastor llega al rebaño, leabren la puerta y saca a las ovejas. ¿A dónde las lleva? No se dice. Recordandoel salmo 22 (“El Señor es mi pastor”), podríamos completar: “en verdes praderasme hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas”. Pero Jesús introduce uncambio capital: las lleva a “la vida eterna”. Algo que se realiza no solodespués de la muerte, sino ya en este mundo.  La fe en Jesús da una dimensión nueva a laexistencia de quien cree en él.

Los ladrones. La parábola comienza hablando de ellos. Aquí no se losmenciona expresamente, pero son los que intentan arrebatar a las ovejas de lasmanos de Jesús. En el contexto del evangelio serían los fariseos y demásautoridades que se oponen a que la gente lo siga. En la iglesia de finales delsiglo I serían los “cristianos” que niegan que Jesús sea el Mesías y el hijo deDios (a los que se denuncia en la 1ª carta de Juan). En cualquier caso, notendrán éxito, no podrán “arrebatarlas de mi mano”. El salmo 22, hablando desdela perspectiva de la oveja, dice algo parecido: “Aunque atraviese cañadasoscuras nada temo, porque tú vas conmigo”. 

El Padre. Estas frases finales son las más desconcertantes. ¿Porqué introduce Jesús la figura del Padre? A primera vista, más que ayudar,estorban y confunden al lector. La clave podría estar de nuevo en el salmo 22 yen Ezequiel 34, donde el pastor es Dios. ¿Tiene derecho Jesús a presentarsecomo pastor? ¿No está usurpando el puesto de Dios? Jesús, al arrogarse eltítulo y la función, deja claro que no elimina al Padre. “Yo y el Padre somosuno”. La reacción del auditorio es más dura en este caso: “cogieron piedraspara apedrearlo”. De aquí nace un debate sobre su presunta blasfemia y Jesústerminará huyendo al otro lado del Jordán (esto no se lee en la liturgia).

Síntesis. ¿Qué nos dice este breve pasaje hoy día?

1) Loesencial del cristiano es creer en Jesús y seguirlo. Algo que no es absurdorecordar, porque mucha gente piensa que lo importante es practicar una serie denormas y cumplir con determinados ritos. Todo eso tiene que basarse en unarelación personal con Jesús.

2)Confianza en él. En otros momentos del capítulo se subraya su bondad, queculmina en dar la vida. Aquí la fuerza recae en que él no permitirá que nadiearrebate a las ovejas de su mano. Lo cual no significa que nos veamos libres dedificultades, como han dejado claro las dos primeras lecturas de este domingo.

3)Conocimiento de Jesús. Como en tantos otros pasajes del evangelio, se indica suestrecha relación con el Padre, hasta llegar casi a la identificación. Másadelante, en el discurso de la cena, dirá Jesús a Felipe: “El que me ha vistoha visto al Padre”. Algo que sigue resultando escandaloso a muchos cristianos,como lo fue para muchos judíos de su época.

Insultos y expulsión (Hechos de los apóstoles 13,14.43-52).

            Laliturgia ha omitido los versículos 15-42, provocando algo absurdo. Al final delv.14 se dice Pablo y Bernabé “tomaron asiento”; e inmediatamente se añade que“muchos judíos y prosélitos se fueron con ellos”. Entonces, ¿para qué tomanasiento?

            Sino hubieran mutilado el texto habría quedado claro que se sientan para tomarparte en la liturgia del sábado. Al cabo de un rato, les invitan a hablar, yPablo hace un resumen muy rápido de la historia de Israel para terminarhablando de Jesús. Ahora se comprende que, al terminar la ceremonia, muchosjudíos y prosélitos se fueran con los apóstoles. Pero, al cabo de una semana,cuando vuelven a la sinagoga, la situación será muy distinta. Los judíosresponden a Pablo y Bernabé con insultos. Más tarde los expulsan delterritorio. Dentro de lo que cabe, tuvieron suerte. Más adelante apedrearán aPablo hasta darlo por muerto.

            Enla dinámica del libro de los Hechos este episodio es fundamental porque abreuna nueva etapa de predicación del evangelio a los paganos. Sin embargo, lapalabras “sabed que nos dedicamos a los gentiles” no debemos interpretarlascomo un corte radical de Pablo con el judaísmo. Siempre que llegue a unaciudad, lo primero que hará es acudir a la sinagoga y anunciar a Jesús a losjudíos.

En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia dePisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchosjudíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieronhablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios. 

            El sábado siguiente, casitoda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a losjudíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones:

            - Teníamos que anunciarosprimero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no osconsideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles.Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para quelleves la salvación hasta el extremo de la tierra”. 

            Cuando los gentiles oyeronesto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estabandestinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se ibadifundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señorasdistinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron unapersecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellossacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron aIconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Martirio y victoria (Apocalipsis 7,9.14b-17)

            Cuandoel cristianismo comenzó a difundirse por el imperio, encontró pronto laoposición de las autoridades romanas y de la gente sencilla. Veían a loscristianos como gente impía, que daba culto a un solo dios en vez de a muchos,inmoral, enemiga del emperador, al que no querían reconocer como Señor, etc. Elpunto final en bastantes casos fue la muerte, como ocurrió a Pedro, Pablo y alos otros durante la persecución de Nerón (lo que cuenta el historiador romanoTácito impresiona por la crueldad con que se los asesinó). Sin embargo, lalectura del Apocalipsis no se centra en sus sufrimientos sino en su victoria.

            Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todanación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidoscon vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos medijo: 

            - Estos son los que vienende la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre delCordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en sutemplo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasaránhambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero queestá delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguasvivas. Y Dios enjugara las lágrimas de sus ojos.

 

 

           

           

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Published on May 08, 2025 08:22

May 1, 2025

La aparición más extraña en el sitio más inesperado. Domingo 3º de Pascua. Ciclo C.

 


El cuarto evangelio tuvodos ediciones. La primera terminaba en el c.20. Más tarde, no sabemos cuándo,se añadió un nuevo relato, el que leemos hoy (Jn 21,1-19). El hecho de que seañadiese a un evangelio ya terminado significa que su autor le daba especialimportancia.

Uncomienzo sorprendente

            Según el cuarto evangelio, cuando Jesús se aparece a losdiscípulos al atardecer del primer día de la semana, les dice: “Como el Padreme ha enviado, así os envío yo”. Pero ellos no deben tener muy claro a dóndelos envía ni cuándo deben partir. Vuelven a Galilea, a su oficio de pescadores;en todo caso, resulta interesante que Natanael, el de Caná, no se dirige a supueblo; se queda con los otros. Pero no son once, solo siete. Pedro propone ira pescar, y se advierte su capacidad de liderazgo: todos le siguen, seembarcan… y no pescan nada.

Algunos comentaristas han destacado las curiosassemejanzas entre los evangelios de Lucas y Juan. Aquí tendríamos una de ellas.En el momento de la vocación de los cuatro primeros discípulos, también hanpasado toda la noche bregando sin pescar nada, y una orden de Jesús basta paraque tengan una pesca abundantísima. Por otra parte, en la propuesta de Pedro:“Me voy a pescar”, resuenan las palabras de Jesús: “Yo os haré pescadores delhombres”.


            En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a losdiscípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: 

            Estabanjuntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea,los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: 

            -Me voy a pescar.

            Elloscontestan: 

            -Vamos también nosotros contigo.

            Salierony se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.

Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó enla orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. 

            Jesúsles dice: 

            -Muchachos, ¿tenéis pescado?

            Elloscontestaron: 

            -No.

            Élles dice: 

            -Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.

            Laecharon, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces.

            Dos reacciones: el impulsivo y el creyente

El relato de lo que sigue es tan escueto que pareceinvitar al lector a imaginar la escena y completar lo que falta.

 

Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice aPedro: 

            -Es el Señor.

            Aloír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y seechó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distabande tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltara tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús lesdice: 

            -Traed de los peces que acabáis de coger.

            SimónPedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de pecesgrandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió lared. 

 

            El contraste más marcado es entre el discípulo al queJesús tanto quería y Pedro. El primero reconoce de inmediato a Jesús, pero sequeda en la barca con los demás. Pedro, al que no se le pasado por la cabezaque se trate de Jesús, se lanza de inmediato al agua… pero no sabemos qué hacecuando llega a la orilla. Tampoco Jesús le dirige la palabra. Espera a quelleguen todos para decir que traigan los peces, y de nuevo es Pedro el que subea la barca y arrastra la red hasta la orilla. Hay dos formas de protagonismo eneste relato: el de la intuición y la fe, representado por el discípulo al quequería Jesús, y el de la acción impetuosa representado por Pedro.

            [La cantidad de 153 peces se ha prestado a numerosasteorías, pero ninguna ha conseguido imponerse. Según Plinio el Viejo, existíanciento cincuenta y tres variedades de peces. El evangelista habría queridodecir que la pesca se extendió al mundo entero, abarcando a toda clase depersonas.] 

Elmisterio de la fe: seguridad sin certeza

 

Jesús les dice: 

            -Vamos, almorzad.

            Ningunode los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien queera el Señor.

 

            Frente a la apologética barata que nos enseñaban depequeños, donde la resurrección de Jesús parecía tan demostrable como elteorema de Pitágoras, los evangelistas son mucho más profundos y honrados.Sabemos, pero no nos atrevemos a preguntar.

Jesús no dice nada, pero hace mucho. Los gestos dedar el pan y el pescado recuerda a la multiplicación de los panes y los peces,con su claro mensaje eucarístico. La escena también recuerda a la de losdiscípulos de Emaús, que no reconocen a Jesús, pero lo descubren al partir elpan, aunque aquí no se habla de reconocimiento. Lo esencial es que Jesúsalimenta a sus apóstoles, dándoles de comer uno a uno.

 

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismoel pescado. 

            Estafue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitarde entre los muertos. 

Pedro denuevo: humildad y misión

La última parte, quese puede suprimir en la liturgia, vuelve a centrarse en Pedro. Va a recibir laimponente misión de sustituir a Jesús, de apacentar su rebaño. Hoy día, cuandose va a nombrar a un obispo, Roma pide un informe muy detallado sobre sus opinionespolíticas, lo que piensa del aborto, del matrimonio homosexual, el sacerdociode la mujer… Jesús también examina a Pedro. Pero solo de su amor. Tres veces loha negado, tres veces deberá responder con una triple confesión, culminando enesas palabras que todos podemos aplicarnos: “Señor, tú conoces todo, tú sabesque te quiero”. A pesar de las traiciones y debilidades.

            YJesús le repite por tres veces la nueva misión: “pastorea mis ovejas”. Cuandoescuchamos esta frase pensamos de inmediato en la misión de Pedro, y noadvertimos la novedad que encierra “misovejas”. La imagen del pueblo como un rebaño es típica del Antiguo Testamento,pero ese rebaño es “de Dios”. Cuando Jesús habla de “mis ovejas” está atribuyéndose ese poder y autoridad, semejantes alos del Padre, de los que tanto habla el cuarto evangelio.

           

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: 

            -Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?

Él le contestó: 

            -Sí, Señor, tú sabes que te quiero.

Jesús le dice: 

            -Apacienta mis corderos.

Por segunda vez le pregunta: 

            -Simón, hijo de Juan, ¿me amas?

Él le contesta: 

            -Sí, Señor, tú sabes que te quiero.

Él le dice: 

            -Pastorea mis ovejas. 

Por tercera vez le pregunta: 

            -Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?

Se entristeció Pedro de que le preguntara portercera vez si lo quería y le contestó: 
            - Señor, tú conoces todo, túsabes que te quiero.

Jesús le dice: 

            -Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñíase ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro teceñirá y te llevará adonde no quieras.» 

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dargloria a Dios. Dicho esto, añadió: 

            -Sígueme.

Laalegría en la persecución (Hechos 5,27b-32.40b-41)

            [Nota previa muy importante: La traducción litúrgica hasuprimido algo esencial: los azotes a los apóstoles. El texto griego dice:“llamando a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablaren nombre de Jesús y los soltaron”. En el leccionario, al faltar los azotes, nose comprende por qué se marchan “contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús”].

En la lectura podemos distinguir tres secciones: 1)el sumo sacerdote interroga a los apóstoles y los acusa de seguir hablando deJesús, haciendo responsables a las autoridades judías de su muerte. 2) Pedroresponde que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, e insiste en queDios resucitó a Jesús. 3) Final: los azotan, les prohíben nuevamente hablar deJesús y ellos salen contentos de haber merecido ese ultraje.

Dos detalles llaman la atención: a) la necesidad quetienen los apóstoles de hablar de Jesús, aunque se lo prohíban y los castiguen;así se explica la difusión del cristianismo en el ámbito del siglo I por lasregiones más distintas. b) La alegría en medio de las persecuciones, que notiene nada que ver con el masoquismo, sino como forma de revivir el destino deJesús.

Jesús exaltado (Apocalipsis 5,11-14)

            Este tema lo ha tratado Pedro ante el sumo sacerdotecuando dice: “La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador”.  El Apocalipsis desarrolla este aspectohablando del Cristo glorioso del final de los tiempos.

            Yo, Juan, en la visión escuché lavoz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de losvivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Corderodegollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor,la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en latierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: «Alque se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y elpoder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.»Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

Reflexiónfinal

            Las lecturas de este domingo son muy actuales.Además de la persecución sangrienta de Jesús a través de los cristianos, estáel intento de silenciarlo, como pretendía el sumo sacerdote. Aunque a veces, elproblema no es que nos prohíban hablar de Jesús, sino que no hablamos de él pormiedo o por vergüenza.

            Otras veces nos resulta difícil, casi imposible,identificarlo en la persona que tenemos enfrente. O admitir ese triunfo suyodel que habla el Apocalipsis. Las lecturas nos invitan a reflexionar y rezarpara vivir de acuerdo con la experiencia de Jesús resucitado.

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Published on May 01, 2025 00:04

April 24, 2025

“Dichosos los que crean a pesar de lo que ven”. Domingo 2º de Pascua. Ciclo C.

  


[NOTA PREVIA: Este domingo se conoce como de laDivina Misericordia, devoción promovida a partir de 1930 por una religiosapolaca, Sor María Faustina, e instituida como fiesta por Juan Pablo II. Ya queel tema de la misericordia divina ha sido central en la Semana Santa, me limitoa comentar los textos bíblicos, centrados especialmente en la fe.] 

Todas las apariciones de Jesús resucitado sonpeculiares. Incluso cuando se cuenta la misma, los evangelistas difieren:mientras en Marcos son tres las mujeres que van al sepulcro (María Magdalena,María la de Cleofás y Salomé) y también tres en Lucas, pero distintas (MaríaMagdalena, Juana y María la de Santiago), en Mateo son dos (las dos Marías) yen Juan una (María Magdalena, aunque luego habla en plural: «no sabemos dóndelo han puesto»). En Mc ven a un muchacho vestido de blanco sentado dentro delsepulcro; en Mt, a un ángel de aspecto deslumbrante junto a la tumba; en Lc, alcabo de un rato, se les aparecen dos hombres con vestidos refulgentes. En Mt, adiferencia de Mc y Lc, se les aparece también Jesús. Podríamos indicar otrasmuchas diferencias en los demás relatos. Como si los evangelistas quisieranacentuarlas para que no nos quedemos en lo externo, lo anecdótico. Uno de losrelatos más interesantes y diverso de los otros es el del próximo domingo (Juan20,19-31).

      Al anochecer deaquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con laspuertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso enmedio y les dijo:

     - Paz a vosotros.

     Y, diciendo esto, lesenseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al veral Señor. Jesús repitió: 

     - Paz a vosotros. Comoel Padre me ha enviado, así también os envío yo. 

     Y, dicho esto, exhalósu aliento sobre ellos y les dijo: 

     - Recibid el EspírituSanto; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se losretengáis, les quedan retenidos.

     Tomás, uno de losDoce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otrosdiscípulos le decían:

     - Hemos visto alSeñor.

     Pero él lescontestó: 

     - Si no veo en susmanos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos yno meto la mano en su costado, no lo creo.

     A los ocho días,estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estandocerradas las puertas, se puso en medio y dijo: 

     - Paz a vosotros.

     Luego dijo aTomás: 

     - Trae tu dedo, aquítienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo,sino creyente.

     Contestó Tomás:

     - ¡ Señor Mío y DiosMío!

     Jesús le dijo: 

     - ¿Porque me hasvisto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto. 

     Muchos otros signos,que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos.Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, ypara que, creyendo tengáis vida en su nombre.

Las peculiaridades de este relato deJuan

1. El miedo de los discípulos. Es el único caso en el que se destaca algo tanlógico, y se ofrece el detalle tan visivo de la puerta cerrada. Acaban de matara Jesús, lo han condenado por blasfemo y por rebelde contra Roma. Suspartidarios corren el peligro de terminar igual. Además, casi todos songalileos, mal vistos en Jerusalén. No será fácil encontrar alguien que losdefienda si salen a la calle.

2. El saludo de Jesús: «paz a vosotros». Tras la referencia inicial almiedo a los judíos, el saludo más lógico, con honda raigambre bíblica, sería:«no temáis». Sin embargo, tres veces repite Jesús «paz a vosotros». Algunopodría presumir: «Normal; los judíos saludan shalom alekem, igual quelos árabes saludan salam aleikun». Pero no es tan fácil como piensa.Este saludo, «paz a vosotros» sólo se encuentra también en la aparición a losdiscípulos en Lucas (24,36). Lo más frecuente es que Jesús no salude: ni a losonce cuando se les aparece en Galilea (Mc y Mt), ni a los dos que marchan aEmaús (Lc 24), ni a los siete a los que se aparece en el lago (Jn 21). Y a lasmujeres las saluda en Mt con una fórmula distinta: «alegraos». ¿Por qué repitetres veces «paz a vosotros» en este pasaje? Vienen a la mente las palabraspronunciadas por Jesús en la última cena: «La paz os dejo, os doy mi paz, y nocomo la da el mundo. No os turbéis ni os acobardéis» (Jn 14,27). En estosmomentos tan duros para los discípulos, el saludo de Jesús les desea y comunicaesa paz que él mantuvo durante toda su vida y especialmente durante su pasión.

3. Las manos, el costado, las pruebasy la fe. Los relatos deapariciones pretenden demostrar la realidad física de Jesús resucitado, y paraello usan recursos muy distintos. Las mujeres le abrazan los pies (Mt), MaríaMagdalena intenta abrazarlo (Jn); los de Emaús caminan, charlan con él y lo venpartir el pan; según Lucas, cuando se aparece a los discípulos les muestra lasmanos y los pies, les ofrece la posibilidad de palparlo para dejar claro que noes un fantasma, y come delante de ellos un trozo de pescado. En la misma línea,aquí muestra las manos y el costado, y a Tomás le dice que meta en ellos eldedo y la mano. Es el argumento supremo para demostrar la realidad física de laresurrección. Curiosamente se encuentra en el evangelio de Jn, que es el mayorenemigo de las pruebas física y de los milagros para fundamentar la fe. Como siJuan se hubiera puesto al nivel de los evangelios sinópticos para terminardiciendo: «Dichosos los que crean sin haber visto».

4. La alegría de los discípulos. Es interesante el contraste con lo que cuentaLucas: en este evangelio, cuando Jesús se aparece, los discípulos «se asustarony, despavoridos, pensaban que era un fantasma»; más tarde, la alegría vaacompañada de asombro. Son reacciones muy lógicas. En cambio, Juan sólo hablade alegría. Así se cumple la promesa de Jesús durante la última cena: «Vosotrosahora estáis tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría, ynadie os la quitará» (Jn 16,22). Todos los otros sentimientos no cuentan.

5. La misión. Con diferentes fórmulas, todos los evangelioshablan de la misión que Jesús resucitado encomienda a los discípulos. En estecaso tiene una connotación especial: «Como el Padre me ha enviado, así os envíoyo». No se trata simplemente de continuar la tarea. Lo que continúa es unacadena que se remonta hasta el Padre.

6. El don de Espíritu Santo y elperdón. Mc y Mt no dicennada de este don y Lucas lo reserva para el día de Pentecostés. El cuartoevangelio lo sitúa en este momento, vinculándolo con el poder de perdonar oretener los pecados. ¿Cómo debemos interpretar este poder? No parece que serefiera a la confesión sacramental, que es una práctica posterior. En todos losotros evangelios, la misión de los discípulos está estrechamente relacionadacon el bautismo. Parece que en Juan el perdonar o retener los pecados tiene elsentido de admitir o no admitir al bautismo, dependiendo de la preparación ydisposición del que lo solicita.

“Dichosos los que crean a pesar de loque ven”

  En estepasaje del evangelio se da un importante cambio en los destinatario. En laprimera parte, Jesús se dirige a los once: a ellos les saluda con la paz, aellos los envía en misión y les da el Espíritu. En la segunda se dirige aTomás, invitándolo a no ser incrédulo. En la tercera se dirige a todosnosotros: “Dichosos los que crean sin haber visto”.

Una primera lectura que hay que leercon atención (Hechos 5,12-16)

  El evangelioha proclamado dichosos a quienes creen sin ver. La primera lectura habla de ladicha de ver milagros y beneficiarse de ellos. Comienza diciendo que losapóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Y terminasubrayando el papel principal de Pedro; en opinión de la gente, incluso susombra basta para curar a alguno. Por eso le traen enfermos hasta de losalrededores de Jerusalén.

  En unalectura rápida, parece que son estos milagros los que favorecen la expansión dela comunidad cristiana («crecía el número de los creyentes»). Sin embargo, loque cuenta Lucas es más sutil.

  Además de losapóstoles, juega un papel capital la comunidad («todos se reunían con un mismoespíritu en el pórtico de Salomón»). Y es a ella a la que se adhieren losnuevos creyentes.

Los milagros de los apóstoles y de Pedro continúanla labor de Jesús, que «“pasó haciendo el bien». Esos enfermos se benefician deellos, pero no entran en la comunidad cristiana. Los que pasan a formar partede ella son los que ven la forma de vida de la comunidad. En esta época desecularización, con la disminución creciente de los cristianos, es importanterecordar que el numero de los creyentes depende en gran parte del ejemplo quedemos a los demás.

Por manos de los apóstoles se realizaban muchos signos yprodigios en medio del pueblo. Todos se reunían con un mismo espíritu en elpórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente sehacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, unamultitud tanto de hombres como de mujeres, que se adherían al Señor.

La gente sacaba a los enfermos a las plazas y los ponía encatres y camillas para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayerasobre alguno. Acudía incluso mucha gente de las ciudades cercanas a Jerusalén,llevando enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos eran curados.

Lectura del libro del Apocalipsis1,9-11a.12-13.17-19

Durante los domingos de Pascua, la segunda lecturase toma del libro del Apocalipsis, recogiendo pasajes sueltos, sin conexiónespecial entre ellos. Pero el Apocalipsis de Juan es una obra muy adecuada parala época de Pascua, porque alienta la esperanza en medio de las persecuciones yasegura que el triunfo ya conseguido por Jesús repercutirá en toda la Iglesia.El fragmento de hoy constituye el comienzo (mutilado, naturalmente) de la obra.

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en elReino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla llamadaPatmos a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.

El día del Señor fui arrebatado en espíritu y escuché detrás demí una voz potente, como de trompeta, que decía: «Lo que estás viendo,escríbelo en un libro y envíalo a las siete iglesias».

Me volví para ver la voz que hablaba conmigo y, vuelto, vi sietecandelabros de oro, y en medio de los candelabros como un Hijo de hombre,vestido de una túnica talar y ceñido el pecho como un cinturón de oro. Cuandolo vi caí a sus pies como muerto, pero él puso su mano derecha sobre mídiciéndome: «No temas; yo soy el Primero y el Último, el Viviente; estuvemuerto pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de lamuerte y del abismo. Escribe, pues, lo que estás viendo: lo que es y lo que hade suceder después de esto.

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Published on April 24, 2025 00:19

April 17, 2025

Tres protagonistas inesperados. Domingo de Pascua de resurrección.

 


La tumba vacía

Una elección extraña

       Lasdos frases más repetidas por la iglesia en este domingo son: “Cristo haresucitado” y “Dios ha resucitado a Jesús”. Resumen las afirmaciones másfrecuentes del Nuevo Testamento sobre este tema.

       Sinembargo, como evangelio para este domingo se ha elegido uno que no tiene comoprotagonistas ni a Dios, ni a Cristo, ni confiesa su resurrección. Los tresprotagonistas que menciona son puramente humanos: María Magdalena, Simón Pedroy el discípulo amado. Ni siquiera hay un ángel. El relato del evangelio de Juanse centra en las reacciones de estos personajes, muy distintas.

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro alamanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada delsepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otrodiscípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: 

― Se han llevado del sepulcro alSeñor y no sabemos dónde lo han puesto.

Salieron Pedro y el otrodiscípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulocorría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose,vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedrodetrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudariocon que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sinoenrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, elque había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces nohabían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre losmuertos. 

María reaccionade forma precipitada: le basta ver que han quitado la losa del sepulcro paraconcluir que alguien se ha llevado el cadáver; la resurrección ni siquiera sele pasa por la cabeza.

Simón Pedro actúacomo un inspector de policía diligente: corre al sepulcro y no se limita, comoMaría, a ver la losa corrida; entra, advierte que las vendas están en el sueloy que el sudario, en cambio, está enrollado en sitio aparte. Algo muy extraño.Pero no saca ninguna conclusión.

El discípulo amado tambiéncorre, más incluso que Simón Pedro, pero luego lo espera pacientemente. Y ve lomismo que Pedro, pero concluye que Jesús ha resucitado.

Elevangelio de san Juan, que tanto nos hace sufrir a lo largo del año con susenrevesados discursos, ofrece hoy un mensaje espléndido: ante la resurrecciónde Jesús podemos pensar que es un fraude (María), no saber qué pensar (Pedro) odar el salto misterioso de la fe (discípulo amado). 

¿Por qué espera el discípulo amado a Pedro?

 Es frecuente interpretar este hecho de lasiguiente manera. El discípulo amado (sea Juan o quien fuere) fundó unacomunidad cristiana bastante peculiar, que corría el peligro de considerarsesuperior a las demás iglesias y terminar separada de ellas. De hecho, el cuartoevangelio deja clara la enorme intuición religiosa del fundador, superior a lade Pedro: le basta ver para creer, igual que más adelante, cuando Jesús seaparezca en el lago de Galilea, inmediatamente sabe que “es el Señor”. Sinembargo, su intuición especial no lo sitúa por encima de Pedro, al que espera ala entrada de la tumba en señal de respeto. La comunidad del discípulo amado,imitando a su fundador, debe sentirse unida a la iglesia total, de la que Pedroes responsable.

Las otras dos lecturas: beneficios y compromisos.

Adiferencia del evangelio, las otras dos lecturas de este domingo (Hechos yColosenses) afirman rotundamente la resurrección de Jesús. Aunque son muydistintas, hay algo que las une:

a) lasdos mencionan los beneficios de la resurrección de Jesús para nosotros: elperdón de los pecados (Hechos) y la gloria futura (Colosenses);

b) lasdos afirman que la resurrección de Jesús implica un compromiso para los cristianos: predicar y dar testimonio,como los Apóstoles (Hechos), y aspirar a los bienes de arriba, donde estáCristo, no a los de la tierra (Colosenses).

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

― Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juanpredicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús deNazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo elbien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotrossomos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataroncolgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver,no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros,que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargópredicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez devivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen enél reciben, por su nombre, el perdón de los pecados. 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4

Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienesde allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a losbienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestravida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra,entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. 

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Published on April 17, 2025 00:33

April 10, 2025

La Pasión según Lucas. Domingo de Ramos. Ciclo C.

 

 


Tiziano 

Resulta imposible comentar en pocas líneas elrelato de la Pasión en el evangelio de Lucas. De los diversos episodiosexclusivos suyos, considero de especial interés las tres palabras que pone enboca de Jesús en la cruz. Ninguno de los evangelios trae las siete famosaspalabras de Cristo en la cruz. Mateo y Marcos, solo una; Juan, tres; Lucas,otras tres. Sumándolas tenemos siete. Las tres de Lucas pueden servir dereflexión y oración.

1. Morir perdonando

            Jesúsy los dos malhechores acaban de llegar al Calvario. Crucificar a tres personases un trabajo más lento y cruel de lo que puede imaginarse, pero Lucas no entraen detalles. Se limita a indicar lo que decía Jesús en este momento: “Padre,perdónalos porque no saben lo que hacen”.

            Eltema de los enemigos y del perdón ha aparecido en este evangelio desde elcomienzo. Zacarías, el padre de Juan Bautista, alaba a Dios porque ha suscitadoa un descendiente de David “para que, libres de temor, arrancados de las manosde nuestros enemigos, le sirvamos con santidad y justicia toda nuestra vida”.Su esperanza no se cumplirá como él espera. A su hijo lo decapitará Herodes. YJesús no habla de verse libres de los enemigos. Lo que manda a sus discípulos es:“amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los queos maldicen, rezad por los que os injurian”. Ahora, en el momento decisivo,Jesús va más adelante. No solo reza por los enemigos, sino que intentacomprenderlos y justificarlos: “no saben lo que hacen”.

2. Nunca es tarde para convertirse

            QueJesús fue crucificado entre dos malhechores lo dicen también Mateo y Marcos(aunque estos los llaman “ladrones”, que equivale a “terroristas”, cosa máslógica porque a los ladrones no los crucificaban, sino que los vendían comoesclavos). Pero la mayor diferencia consiste en que en Mateo y Marcos los dosinsultan a Jesús. Lucas cuenta algo muy distinto: mientras uno animairónicamente a Jesús a salvarse y salvarlos, el otro lo defiende, reconoce suinocencia y le pide que se acuerde de él cuando llegue a su reino. Todossabemos la respuesta de Jesús: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.

            Algúnescéptico podría decir que Lucas ha inventado esta conversión tan inesperadadel buen ladrón. Él respondería: “Si no fue así, pudo serlo”. Porque lo queintenta enseñarnos es que nunca es tarde para convertirse. En una parábola quecomentamos hace tres domingos, el labrador pedía un año de plazo para lahiguera estéril. Zaqueo tuvo el resto de su vida para demostrar su conversión.El buen ladrón solo dispone de unas horas antes de morir, aprovecha la ocasiónde inmediato, y esas pocas palabras le sirven para salvarse. Al mismo tiempo,las palabras de Jesús suponen un consuelo para todos nosotros cuando se acerquela muerte: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.

3. Morir en manos de Dios

            Loúltimo que dijo Jesús antes de morir también varía según los evangelios. Marcosy Mateo ponen en su boca el comienzo del Salmo 22: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Porqué he has desamparado?”. Parece un grito de abandono, sin esperanza. Quiensigue leyendo el salmo advierte que el olvido de Dios y el sufrimiento dan pasoa la victoria final. Aunque esto sea cierto, Lucas piensa que sus lectores novan a entenderlo y se pueden quedar con la sensación de que Jesús muriódesesperado. Por eso, las últimas palabras que pone en su boca son: “Padre, entus manos encomiendo mi espíritu”. De este modo, el final de la vida terrena deJesús empalma con el comienzo de actividad apostólica. En el bautismo escuchóla voz del cielo: “Tú eres mi hijo amado”. Ahora, en el momento del dolor y lamuerte, cuando parece que Dios lo ha abandonado, Jesús lo sigue viendo como“Padre”, un padre bueno al que puede entregarse por completo.

 

El relato de la pasión es una historia dedolor, injusticia, sufrimiento físico y moral para Jesús. Pero Lucas ha queridoque sus últimas palabras nos sirvan de enseñanza y consuelo para vivir y morircomo él.

Un comentario completo al relato de la pasiónpuede verse en J. L. Sicre, El evangelio de Lucas. Una imagen distinta deJesús (Verbo Divino 2021), págs. 449-510.

 

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Published on April 10, 2025 00:34

April 3, 2025

Dos conversiones distintas y parecidas. Domingo 5º de Cuaresma. Ciclo C.

 


Los domingos anteriores han tratado el tema dela conversión con distintos enfoques: amenazando con un final trágico a los queno se conviertan, pero concediendo un año de plazo para evitar la desgracia(domingo 3º); acogiendo al hijo pródigo, que se convierte por puro egoísmo,pero que da una inmensa alegría al padre con su vuelta (domingo 4º). En estequinto domingo habla del mejor recurso para convertirse: el contacto con Jesús,como lo demuestran una adúltera y un fariseo radical y violento. 

¿Qué hacemos con la adúltera?

El evangelio parte de un hecho concreto: unamujer sorprendida en adulterio. Se trata de un pecado condenado en todas laslegislaciones antiguas y en el Decálogo. El problema que plantean a Jesús esqué hacer con la adúltera. Del tema ya se habían ocupado los legisladoresantiguos. Recojo tres opiniones.

Laahogamos con el adúltero (Código de Hammurabi)

            Es la respuesta del famosoCódigo de Hammurabi, rey de Babilonia muerto hacia 1750 a.C. En el párrafo 129dictamina: «Si la esposa de un hombre es sorprendidaacostada con otro varón, que los aten y los tiren al agua [al río Éufrates]; siel marido perdona a su esposa la vida, el rey perdonará también la vida a susúbdito». Adviértase que la ley empieza por la mujer,pero los dos merecen la condena a muerte, aunque cabe la posibilidad de que elmarido perdone.

Laapedreamos (escribas y fariseos)

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos.Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y,sentándose, les enseñaba.

Los escribas y los fariseos le traen una mujersorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

- Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagranteadulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

La lapidación es el procedimiento másfrecuente en la Biblia para ejecutar a un culpable. Cosa lógica ya que enIsrael no abunda el agua, como en Babilonia, y sí las piedras. Sin embargo,estos escribas y fariseos no habrían aprobado un examen de Biblia por dosmotivos.

1) La Ley de Moisés, que usa a menudo el verbo«apedrear» para hablar de un castigo a muerte, nunca loaplica al adulterio. El texto que podrían invocar sería este del Deuteronomio: «Si uno encuentra en un pueblo a una joven prometida a otro y se acuesta conella, los sacarán a los dos a las puertas de la ciudad y los apedrearán hastaque mueran: a la muchacha porque dentro del pueblo no pidió socorro y al hombrepor haber violado a la mujer de su prójimo» (Dt 22,23-24). Pero esta ley no habla de adulterio, sino de violación (aparentementeconsentida) de una muchacha.

2) Si tienen tanto interés en cumplir la Leyde Moisés, al primero que deberían haber traído ante Jesús es al varón, ya quetambién a él lo han sorprendido en adulterio y por él comienza la ley («Si uno encuentra a una joven…y se acuesta con ella»). Hay un caso en el que solo se habla de apedrear a la muchacha, perotampoco se trata de adulterio, sino de la que ha perdido la virginidad mientrasvivía con sus padres. Cuando se casa, su marido lo advierte y lo denuncia; si ladenuncia es verdadera, «sacarán a la joven a la puerta de la casapaterna y los hombres de la ciudad la apedrearán hasta que muera, por habercometido en Israel la infamia de prostituir la casa de su padre» (Dt 22,20-21).

¿Cómo puede un escriba, con tantos años deestudios bíblicos, cometer estos errores elementales? ¿Por ignorancia? ¿Por eldeseo de interpretar la ley de la forma más rigurosa posible? ¿Para poner aJesús en un aprieto y poder acusarlo, como dice Juan? Efectivamente, si laperdona, no cumple la ley; si dice que la apedreen, demuestra que no tiene esacompasión de la que tanto presume.

Laperdonamos (Jesús)

Pero Jesús, inclinándose,escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó yles dijo:

- El que no tiene pecado, que letire la primera piedra.

E inclinándose otra vez, siguióescribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando porlos más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, queseguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó:

- Mujer, ¿dónde están tusacusadores?; ¿ninguno te ha condenado?

Ella contestó:

- Ninguno, Señor.

Jesús dijo:

- Tampoco yo te condeno. Anda, yen adelante no peques más.

Jesús no precipita su respuesta. Le piden unaopinión (“¿qué dices tú?”) pero se calla la boca y escribe en el suelo. Ellosinsisten. Buscan lana y salen tranquilados. «Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra». El principal pecado de escribas y fariseos no es la ignorancia, ni elrigorismo, sino la hipocresía.           

Cuando se retiran, solo quedan Jesús y lamujer, ella de pie en el centro. Un imagen de gran impacto, digna de la mejorpelícula. Por suerte para la mujer, Jesús no es un confesor a la vieja usanza.No le pregunta cuántas veces ha cometido adulterio, con quién, dónde, cuándo.Se limita a dos preguntas breves («¿dónde están?, ¿nadie te ha condenado?») y a la absolución final, con propósito de la enmienda: «Yo tampoco te condeno. Ve y en adelante no peques más».

A veces se habla de la actitud de Jesús conlos pecadores de forma muy ligera, como si los abrazase y aceptase su forma devida. Pero a la mujer no le dice: «No te preocupes, no tiene importancia; yasabes a quién tienes que acudir la próxima vez». Lo que le dice es: «en adelante no peques más». Se lo dice por su bien, no porque corra peligro de ser apedreada. A estecaso, cambiando de género, se puede aplicar el proverbio bíblico: «El adúltero es hombre sin juicio, el violador se arruina a sí mismo» (Proverbios 6,32). Eso es lo que Jesús no quiere, que la mujer se arruinea sí misma.

Elbuen ejemplo de los escribas y fariseos

A pesar de su hipocresía y mala idea, hay quereconocerles algo bueno: se van retirando poco a poco, empezando por los másviejos. Hoy día, somos muchos los que conocemos la opinión de Jesús pero seguimosconsiderándonos buenos y no vacilamos en apedrear (más con palabras y juicioscondenatorios que con piedras) a quien hemos elegido como víctima.

La conversión de un fariseo radical yviolento (Filipenses 3,8-14))

La lectura de Pablo a los Filipenses no cuentasu conversión, pero hace un balance de su vida antes y después de ella. Antesse gloriaba de ser israelita de pura cepa, de la tribu de Benjamín (¡ochoapellidos vascos!), circuncidado a los ocho días, estrictísimo en laobservancia de la Ley, perseguidor de los cristianos. De todo estabaenormemente orgulloso hasta que descubrió a Cristo. A partir de ese momento, suvida cambia. Todo lo anterior lo considera basura. Él estaba obsesionado consalvarse, pero la Ley de Moisés no puede salvarlo, solo la fe en Cristo. Poreso, lo único importante es conocerlo cada vez mejor, compartir sussufrimientos, resucitar con él. Pablo ve su vida como una extraña carrera. Yale ha concedido el primer premio, pero debe seguir corriendo hacia la meta, sinmirar atrás.


Hermanos: Todo lo considero pérdidacomparado con la excelencia del conocimiento deCristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo y todo lo considero basura con talde ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley,sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y seapoya en la fe.

Todo para conocerlo a él y lafuerza de su resurrección y la comunión con sus padecimientos, muriendo sumisma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre losmuertos. No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo,a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo.

Hermanos, yo no pienso haberconseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás ylanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacia el premioal cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús.

La adúltera y el fariseo

            Apesar de las diferencias, hay algo común en la conversión de estas dospersonas: el contacto con Jesús. Lo cual supone una gran novedad con respectoal mensaje de los domingos anteriores. Ahora, lo que provoca la conversión noes el miedo, ni el hambre, sino la relación personal con el Señor. Relación ala que se llega por caminos muy diversos: en el caso de la adúltera, son susenemigos quienes la llevan ante Jesús; en el caso de Pablo, es Jesús quien lesale al encuentro. Este encuentro personal con él es la única garantía de unaconversión auténtica y duradera.

Historia de la salvación (IV). Eléxodo antiguo y el nuevo (Isaías 43,16-21)

La primera lectura sigue recordando momentoscapitales de la Historia de la salvación: Abrahán, Moisés, Josué. Hoy secontraponen el éxodo de Egipto, con la gran victoria sobre el ejército delfaraón, y el nuevo éxodo de Babilonia, en el que Dios protegerá a su pueblodurante la marcha por el desierto. El peligro de los israelitas es seguirsoñando con lo antiguo. Y el profeta le dice: «No penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo». Curiosamente, coincide con lo que dice Pablo en la segunda lectura: «Olvidándome de lo que queda atrás, me lanzo a lo que está por delante».

 

Esto dice el Señor, que abrió camino en elmar y una senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos,la tropa y los héroes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que seextingue.

« No recordéis lo de antaño nopenséis en lo antiguo; mirad qué realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lonotáis? Abriré un camino en el desierto corrientes en el yermo. Me glorificaránlas bestias salvajes, chacales y avestruces, porque pondré agua en el desierto,corrientes en la estepa, para dar de beber a mi pueblo elegido, a este puebloque me he formado para que proclame mi alabanza.

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Published on April 03, 2025 00:09

March 27, 2025

Cuatro historias de padres e hijos. Domingo 4º de Cuaresma. Ciclo C.


El domingo pasado, a propósito de la conversión, Jesús contaba cómo unviñador intenta salvar a la higuera infructuosa pidiendo un año de plazo alpropietario. Nosotros debíamos identificarnos con la higuera y agradecer losesfuerzos del viñador por impedir que nos cortasen. El evangelio de estedomingo sigue centrado en la conversión, pero con un enfoque muy distinto: elpropietario se convierte en padre, y no tiene una higuera sino dos hijos. Conociendola historia de la parábola y teniendo en cuenta la lectura de la carta de Pablopodemos hablar de cuatro padres y distintos hijos.

1. El hijo rebelde y el padreirascible que perdona (Oseas)

            La idea de presentar lasrelaciones entre Dios y el pueblo de Israel como las de un padre con su hijo sele ocurrió por vez primera, que sepamos, al profeta Oseas en el siglo VIII a.C.En uno de sus poemas presenta a Dios como un padre totalmente entregado a suhijo: le enseña a andar, lo lleva en brazos, se inclina para darle de comer;pasando de la metáfora a la realidad, cuando era niño lo liberó de laesclavitud de Egipto. Pero la reacción de Israel, el hijo, no es la que cabíaesperar: cuanto más lo llama su padre, más se aleja de él; prefiere la compañíade los dioses cananeos, los baales. De acuerdo con la ley, un hijo rebelde, queno respeta a su padre ni a su madre, debe ser juzgado y apedreado. Dios seplantea castigar a su hijo de otro modo: devolviéndolo a Egipto, a laesclavitud. Pero no puede. “¿Cómo podré dejarte, Efraín, entregarte a ti,Israel? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas. No ejecutarémi condena, no te volveré a destruir, que soy Dios y no hombre, el Santo enmedio de ti y no enemigo devastador” (Oseas 11,1-9).

            El hijo que presentaOseas se parece bastante al de la parábola de Lucas: los dos se alejan de supadre, aunque por motivos muy distintos: el de Oseas para practicar cultospaganos, el de Lucas para vivir como un libertino.

            Mayor diferencia hayentre los padres. El de Oseas reacciona dejándose llevar por la indignación yel deseo de castigar, como le ocurriría a la mayoría de los padres. Si no lohace es “porque soy Dios, y no hombre”, y lo típico de Dios es perdonar. Lucas nodice qué siente el padre cuando el hijo le comunica que ha decidido irse decasa y le pide su parte de la herencia; se la da sin poner objeción, nisiquiera le dirige un discurso lleno de buenos consejos.

2. El hijo arrepentido y el padreque lo acoge (Jeremías)

            La gran diferencia entreOseas y Lucas radica en el final de la historia: Oseas no dice cómo termina,aunque se supone que bien. Lucas se detiene en contar el cambio de fortuna delhijo: arruinado y malviviendo de porquerizo, se le ocurre una solución: volvera su padre, pedirle perdón y trabajo.

            ¿Cómo se le ocurrió aLucas hablar de la conversión del hijo? Oseas no dice nada de ello, pero sí lodice Jeremías. A este profeta de finales del siglo VII a.C. le gustaban mucholos poemas de Oseas y a veces los adaptaba en su predicación. Para entonces, elReino Norte ha sufrido el terrible castigo de la invasión asiria. El pueblo loatribuye a sus pecados y decide convertirse, diciendo a Dios: “Vuélveme y mevolveré, que tú eres mi Señor, mi Dios; si me alejé, después me arrepentí, y alcomprenderlo me di golpes de pecho; me sentía corrido y avergonzado de soportarel oprobio de mi juventud”. Y Dios responde: “Si es mi hijo querido Efraín, miniño, mi encanto. Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello, se me conmuevenlas entrañas y cedo a la compasión” (Jeremías 31,18-28). En estas palabras, quereflejan el arrepentimiento del pueblo y su confesión de los pecados, se basa lareacción del hijo en Lucas.

3. Elpadre con dos hijos muy distintos (evangelio)

            Sin embargo, cuandoleemos lo que precede a la parábola, advertimos que el problema no es de Diossino de ciertos hombres. A Dios no le cuesta perdonar, pero hay personas que noquieren que perdone. Condenan a Jesús porque trata con recaudadores deimpuestos y prostitutas y come con ellos.

            Entonces Lucas saca unas de la manga y depara la mayor sorpresa. Introduce en la parábola un nuevopersonaje que no estaba en Oseas ni Jeremías: un hermano mayor, que nunca haabandonado a su padre y ha sido modelo de buena conducta. Representa a los escribasy fariseos, a los buenos. Y se permite dirigirse a su padre como ellos sedirigen a Jesús: con insolencia, reprochándole su conducta.

            El padre responde consuavidad, haciéndole caer en la cuenta de que ese a quien condena es hermanosuyo. “Estaba muerto y ha revivido. Estaba perdido y ha sido encontrado”. Lamayoría de los escribas y fariseos responderían: “Bien muerto estaba, ¡qué penaque haya vuelto!” Y no podríamos condenar su reacción porque sería la de lamayoría de nosotros ante las personas que no se comportan como nosotrosconsideramos adecuado. El mundo sería mucho mejor sin ladrones, asesinos,terroristas, adúlteros, abortistas, gais, lesbianas, transexuales, bisexuales,banqueros, políticos… y cada cual puede completar la lista según sus gustos eideología.

            La diferencia entre elpadre y el hermano mayor es que el hermano mayor solo se fija en la conductade su hermano pequeño: “se ha comido tu fortuna con prostitutas”. Encambio, el padre se fija en lo profundo: “este hermano tuyo”. CuandoJesús come con publicanos y pecadores no los ve como personas de mala conducta,los ve como hijos de Dios y hermanos suyos. Pero esto es muy difícil. Parallegar ahí hace falta mucha fe y mucho amor.

4. El padre con un hijo ymultitud de adoptados (2ª lectura)

            Lo que dice Pablo a loscorintios permite proponer una historia en línea con lo anterior. Este padretiene un hijo y una multitud de adoptados que dejan mucho que desear. Pero nose queda en la casa esperando que vuelvan. Les manda a su hijo para que intentetraerlos de vuelta. No debe portarse como el hermano mayor de la parábola, nodebe reprocharles nada ni “pedirles cuenta de sus pecados”. Sin embargo, paraconseguir convencerlos, deberá morir, cosa que acepta gustoso. ¿Cómo termina lahistoria? “En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”. De nosotrosdepende. Podemos seguir lejos o volver a nuestro padre.

Nota sobre la 1ª lectura

            La primera lectura delos domingos de Cuaresma recoge momentos capitales de la Historia de laSalvación. Después de Abraham (2º domingo) y Moisés (3º), se recuerda elmomento en que el pueblo celebra por primera vez la Pascua desde que salió deEgipto y goza de los frutos de la Tierra Prometida.

LOSTEXTOS DE LA LITURGIA

Lectura del libro de Josué 5,9a. 10-12

En aquellosdías, el Señor dijo a Josué: «Hoy os he despojado del oprobio de Egipto». Losisraelitas acamparon en Guilgal y celebraron la Pascua al atardecer del díacatorce del mes, en la estepa de Jericó. El día siguiente a la Pascua, esemismo día, comieron del fruto de la tierra: panes ázimos y espigas fritas.Cuando comenzaron a comer del fruto de la tierra, cesó el maná. Los israelitasya no tuvieron maná, sino que aquel año comieron de la cosecha de la tierra deCanaán.

Lectura de la segunda carta delapóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21

Hermanos:El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo hacomenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo reconciliandoconsigo y nos encargó el ministerio de reconciliación. Es decir, Dios mismoestaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de suspecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso,nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortarapor nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para quenosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.

Lectura del evangelio según sanLucas 15,1-3. 11-32.

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús lospublícanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribasmurmuraban entre ellos: Ése acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús lesdijo esta parábola: 

-Un hombre tenía dos hijos; el menos de ellos dijo asu padre: Padre, dame la parte que me toca de la fortuna. El padre les repartiólos bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, yempezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante deaquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas dellenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le dabade comer. Recapacitando entonces, se dijo: «Cuántos jornaleros de mi padretienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré encamino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo ycontra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tusjornaleros».

Se puso en camino adonde estaba su padre; cuandotodavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se leechó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecadocontra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Pero el padredijo a sus criados: «Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle unanillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo;celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido;estaba perdido, y lo hemos encontrado». Y empezaron el banquete.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volverse acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos,le preguntó qué pasaba. Este le contestó: «Ha vuelto tu hermano; y tu padre hamatado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud». Él se indignó y senegaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y el replicó a supadre: «Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una ordentuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos;y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres,le matas el ternero cebado».

El padre le dijo: «Hijo, tú siempre estás conmigo, ytodo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muertoy ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado».

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Published on March 27, 2025 01:13

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José Luis Sicre
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