Jesús y Dios. Jesús, nosotros y los otros. Domingo 5º de Pascua. Ciclo C
El domingo pasado leímos que las ovejas seguían al pastor. Hoy el pastorabandona temporalmente a su rebaño, dejándole un encargo de última hora. Lasdos primeras lecturas hablan de las persecuciones presentes y de la gloriafutura.
Lectura delevangelio (Juan 13, 31-33a. 34-35)
El evangelio de hoy,tomado del discurso de Jesús durante la última cena, aborda brevemente dostemas: Jesús y Dios; Jesús, nosotros y los otros.
Jesús y Dios. (Puede extrañar que no escriba “Jesús y el Padre”, pero en esta primeraparte Jesús usa tres veces la palabra “Dios” y nunca “Padre”.)
Cuando salióJudas del cenáculo, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, yDios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios loglorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Estamos en la noche del Jueves Santo. Judas acabade salir del cenáculo para traicionar a Jesús y este pronuncia unas palabrasdesconcertantes. “ Ahora es glorificadoel Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.”
¿Qué quiere decir Jesús? La primeradificultad está en que usa cinco veces el verbo “glorificar”, que nosotros nousamos nunca, aunque sepamos lo que significa. Nadie le dice a otro: “yo teglorifico”, o “Pedro glorificó a su mujer”. Sólo en la misa recitamos elGloria, y ahí el verbo va unido a otros más usados: “te alabamos, tebendecimos, te adoramos, te glorificamos”. Pero, en el fondo, después de leerla frase diez o doce veces, queda más o menos claro lo que Jesús quiere decir:ha ocurrido algo que ha redundado en su gloria y, consiguientemente, en gloriade Dios; y Dios, en recompensa, glorificará también a Jesús.
¿Qué es eso que haocurrido ahora y que redunda en gloria de Jesús? Que Judas hasalido del cenáculo para ir a traicionarlo. Parece absurdo decir esto. Perorecuerda lo que dice la primera lectura: “hay que pasar mucho para entrar enel reino de Dios”. A través de la pasión y la muerte es como Jesús darágloria a Dios, y Dios a su vez lo glorificará.
Jesús,nosotros y los otros.
Hijos míos, mequeda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que osaméis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señalpor la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos aotros.»
Esta parte, muy conocida, esfácil de entender y muy difícil de practicar. El amor al prójimo como a unomismo es algo que está ya mandado en el libro del Levítico. La novedad consisteen amar “como yo os he amado”. Laidea de que Jesús amaba solo a uno de los discípulos (“el discípulo amado”) noes exacta. Amaba a todos, y si a ellos les hubieran preguntado en aquel momentocómo los había amado Jesús dirían que eligiéndolos y soportándolos. Es mucho,pero hay una forma más grande de demostrar el amor: dando la vida por lapersona a la que se quiere, como el buen pastor que da la vida por sus ovejas.
Cabe el peligro deconcluir: “Si Jesús nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarlo a él”.Sin embargo, el mandamiento nuevo no habla de amar a Jesús, sino de amarnosunos a otros. Esto supone un cambio importante con respecto al libro delDeuteronomio, donde el mandamiento principal es “amarás al Señor, tu Dios, contodo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”. Jesús, de forma casipolémica, omite la referencia a Dios y habla del amor al prójimo. Y lo mismoque a los israelitas se los reconocía por creer en un solo Dios dentro de unambiente politeísta, a los cristianos se nos debe reconocer por amarnos unos aotros.
Sin embargo, cuando seconoce la historia de la Iglesia, queda claro que los cristianos nosdistinguimos, más que por el amor mutuo, por la capacidad de pelearnos, no soloentre diversas confesiones, sino dentro de la misma. Curiosamente, la situaciónha mejorado mucho entre las distintas confesiones, mientras los conflictosabundan dentro de la misma iglesia. Lo cual es comprensible. Es más fácilpelearse con el hermano que vive contigo que con el que ha formado su propiafamilia y está más lejos.
Lectura del libro de los Hechos delos apóstoles 14, 21b-27
El domingopasado se leyó la actividad de Pablo y Bernabé en Antioquía de Pisidia, y lasdificultades que promovieron al final los judíos y algunas señoras importantes,obligándoles a huir de allí. Marchan entonces a Iconio, Listra y Derbe (el mapaayuda a seguir el itinerario). Lo que allí ocurrió no se lee en la misa, peroes importante recordarlo brevemente para comprender la lectura de hoy (el quequiera puede leer el capítulo 14 de los Hechos, que es muy interesante).
EnIconio predican con bastante éxito, pero al final la gente se divide, algunos intentanapedrearlos y tienen que huir de nuevo.
En Listra curan a un tullido y la gente los consideran dioses; ellosconsiguen con dificultad que no les den culto. Pero vienen judíos de Antioquíae Iconio que ponen a la gente contra Pablo; lo apedrean y lo arrastran fuera de la ciudaddándolo por muerto. Los discípulos lo recogen yal día siguiente huye con Bernabé hacia Derbe.
En Derbe anuncian el evangelio yganan bastantes discípulos. Allí no se dan persecuciones. Terminada lapredicación, emprenden el viaje de vuelta a Antioquía de Siria (donde habíancomenzado el viaje misionero), pasando por las mismas ciudades que ya habíanevangelizado. Este viaje de vuelta es el tema de la lectura de hoy.
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En aquellosdías, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando alos discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay quepasar mucho para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designabanpresbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habíancreído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajarona Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habíanenviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Alllegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por mediode ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
El viaje de vuelta, contado tanesquemáticamente, debió de durar, como mínimo, uno o dos meses. Pero Lucas nose detiene a contar con detalle lo ocurrido. Para él es más importante indicarla conducta de los apóstoles. En todas las comunidades hacen lo mismo durantela vuelta:
1) Confortar y exhortar a perseverar en lafe. “Confortar” es un verbo exclusivo de Hch (14,22; 15,41; 18,23) y siempretiene por objeto a los discípulos o a las comunidades (no a individuos). ¿Cómose conforta y exhorta? Advirtiéndoles de la realidad: “hay que pasar mucho paraentrar en el Reino de Dios”. Igual que Pablo y Bernabé han tenido que sufrirpara anunciar el evangelio; igual que Esteban fue apedreado hasta la muerte(Hch 11,19). Las persecuciones y tribulaciones forman parte esencial de la vidacristiana.
2) Designar responsables. Esta palabragriega, presbitérous,etimológicamente designa a los “ancianos”, pero en la práctica se aplica a losresponsables de la comunidad y terminará adquiriendo un matiz muy concreto:sacerdote. Pero no es eso lo que designan los apóstoles, sino simplesencargados de dirigir la comunidad, las asambleas litúrgicas, etc.
3) Celebrar liturgias de oración y ayuno, enlas que encomiendan a la comunidad al Señor.
Finalmente, cuando llegan a Antioquía deSiria, pueden dar la gran noticia: Dios ha abierto a los paganos la puerta dela fe. Ha comenzado una etapa nueva en la historia de la iglesia y de lahumanidad.
Lecturadel libro del Apocalipsis 21, 1-5a
Sila primera lectura se fija sobre todo en las tribulaciones por las que hay quepasar para entrar en el reino de Dios, la segunda, del Apocalipsis, habla deese reino de Dios, del mundo futuro maravilloso. No es literatura de ficción,aunque lo parezca. Los cristianos del siglo I estaban sufriendo numerosaspersecuciones, y la certeza de un mundo distinto era el mayor consuelo quepodían recibir.
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y unatierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el marya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía delcielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dioscon los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará conellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, niluto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» Y el queestaba sentado en el trono dijo: «Todo lo hago nuevo.»
Aunque el lenguaje es muy distinto,la idea de fondo es la misma en las dos primeras lecturas: ahora mismo, lacomunidad padece grandes tribulaciones (Hch), hay lágrimas, muerte, luto,llanto, dolor (Ap), pero todo esto llevará al reino de Dios (Hch) y a un mundomaravilloso (Ap).
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