José Luis Sicre's Blog, page 7

September 5, 2024

¿Es Jesús un mago o el Mesías? Domingo 23. Ciclo B

 


La dificultad de curara un sordo

Cuando llegamos al final delcapítulo 7 del evangelio de Marcos, Jesús ha curado ya a muchos enfermos: unleproso, un paralítico, uno con la mano atrofiada, una mujer con flujo desangre; incluso ha resucitado a la hija de Jairo, aparte de las numerosas curacionesde todo tipo de dolencias físicas y psíquicas. Ninguno de esos milagros le hasupuesto el menor esfuerzo. Bastó una palabra o el simple contacto con supersona o con su manto para que se produjese la curación.

            Ahora,al final del capítulo 7, la curación de un sordo le va a suponer un notableesfuerzo. El sordo, que además habla con dificultad (algunos dicen que lossordos no pueden hablar nada, pero prescindo de este problema), no viene porpropia iniciativa, como el leproso o la hemorroisa. Lo traen algunos amigos ofamiliares, como al paralítico, y le piden a Jesús que le aplique la mano. Asíha curado a otros muchos enfermos. Jesús, en cambio, realiza un ritual tancomplicado, tan cercano a la magia, que Mateo y Lucas prefirieron suprimir esterelato.

«En aquel tiempo salió Jesús del territorio de Tiro, fuepor Sidón y atravesó la Decápolis hacia el lago de Galilea. Le llevaron unsordo tartamudo y le rogaron que le impusiera sus manos. Jesús lo llevó apartede la gente, le metió los dedos en los oídos, con su saliva le tocó la lengua,alzó los ojos al cielo, suspiró y le dijo: «¡Epheta!», que quiere decir«¡Ábrete!». Inmediatamente se le abrieron los oídos y se le soltó la atadura dela lengua, de modo que hablaba correctamente. Les encargó que no lo dijeran anadie; pero cuanto más se lo ordenaba, más lo proclamaban. Y en el colmo de laadmiración decían: «Todo lo ha hecho bien, hasta a los sordos hace oír y a losmudos hablar».

            Convieneadvertir cada una de las acciones que realiza Jesús: 1) toma al sordo de lamano; 2) lo aparta de la gente y se quedan a solas; 3) le mete los dedos en losoídos; 4) se escupe en sus dedos; 5) toca con la saliva la lengua del enfermo;6) levanta la vista al cielo; 7) gime; 8) pronuncia una palabra, effatá(se discute si hebrea o aramea), misteriosa para el lector griego delevangelio.

            Desdeel punto de vista de la medicina de la época, lo único justificado sería el usode la saliva, a la que se concede un poder curativo. Las otras acciones, elgemido, la palabra en lengua extraña, recuerdan al mundo de la magia.

            Sinembargo, los espectadores no piensan que Jesús sea un mago. Se quedanestupefactos, pero no relacionan el milagro con la magia sino con la promesahecha por Dios en el libro de Isaías, que leemos en la primera lectura: «Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordosse abrirán. Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudolanzará gritos de júbilo.» La curacióndemuestra que con Jesús ha comenzado la era mesiánica, la época de lasalvación.

La dificultad de curara un ciego

Si la selección de los textoslitúrgicos hubiera estado bien hecha, dentro de dos o tres domingos habríamosleído un milagro parecido, de igual o mayor dificultad, y fundamental paraentender el evangelio de hoy: la curación de un ciego. Como no se lee, recuerdolo que cuenta Marcos en 8,22-26. Le presentan a Jesús un ciego y le piden quelo toque. Exactamente igual que ocurrió con el sordo.

            Jesús:1) lo toma de la mano; 2) lo saca de la aldea; 3) le unta con saliva los ojos;4) le aplica las manos; 5) le pregunta si ve algo; el ciego responde que ve alos hombres como árboles; 6) Jesús aplica de nuevo las manos a los ojos y seproduce la curación total. Los relatos no coinciden al pie de la letra (aquífalta el gemido y la palabra en lengua extraña) pero se parecen mucho. Noextraña que Mateo y Lucas supriman también este episodio.

La sordera y ceguera delos discípulos

            ¿Porqué detalla Marcos la dificultad de curar a estos dos enfermos? La clave pareceencontrarse en el relato inmediatamente anterior a la curación del ciego,cuando Jesús reprocha a los discípulos: «¿Tenéis la menteembotada? Tenéis ojos, ¿y no veis? Tenéis oídos, ¿y no oís?» (Mc 8,17-18).

            Ojosque no ven y oídos que no oyen. Ceguera y sordera de los discípulos, enmarcadaspor las difíciles curaciones de un sordo y un ciego. Ambos relatos sugieren lodifícil que fue para Jesús conseguir que Pedro y los demás terminaran viendo yoyendo lo que él quería mostrarles y decirles. Pero lo consiguió, como veremosel domingo 30, cuando Jesús cure al ciego Bartimeo.

1ª lectura: Lasmaravillas de la época mesiánica (Isaías 35,4-7)

            Hasido elegida por la promesa de que «los oídosde los sordos se abrirán», que se ve realizada en el milagro de Jesús. Dehecho, el texto del libro de Isaías se centra en la situación de los judíos desterradosen Babilonia, sin esperanza de verse liberados. Y, aunque se diese esaliberación, tienen miedo de volver a Jerusalén. Se consideran una caravana degente inútil: ciegos, sordos, cojos, mudos, que deben atravesar un desiertoardiente, sin una gota de agua y con guarida de chacales. El profeta los anima,asegurándoles que Dios los salvará y cambiará esa situación de formamaravillosa. Estas palabras terminaron convirtiéndose en una descripción idealde la época del Mesías y fueron muy importantes para los primeros cristianos.

Decid a lospusilánimes: ¡Ánimo, no temáis! Mirad, es vuestro Dios; ya viene la venganza,la revancha de Dios; viene él mismo a salvaros. Entonces se abrirán los ojos delos ciegos, y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará el cojo como unciervo, la lengua del mudo gritará de júbilo, porque en el desierto brotaráncorrientes de agua, y torrentes en la estepa; la tierra ardiente se trocará enestanque, el suelo sediento en hontanar de aguas; y el cubil donde yacían loschacales se volverá verdor de cañas y de juncos.

2ª lectura: Un milagromás difícil todavía (Carta de Santiago 2,1-5)

            Aunquesin relación con el evangelio, este texto puede leerse como una visiónrealista, nada milagrosa, de la época mesiánica. Aquí el pueblo de Dios no estáformado por gente que se considera inútil y débil. Al contrario, está divididoentre personas con anillos de oro, elegantemente vestidas, y pobres convestidos miserables. Y lo peor es que el presidente de la asamblea concede alos ricos el puesto de honor, mientras relega a segundo plano a los pobres. Elnuevo milagro, la nueva época mesiánica, será cuando los cristianos seamosconscientes de que «Dios ha elegido a los pobres para hacerlos ricosen la fe».

Hermanos míos, nomezcléis con favoritismos la fe de nuestro Señor Jesucristo glorificado. Sientra en vuestra asamblea un hombre con anillo de oro y vestido elegantemente,y entra también un pobre con vestido miserable, y vosotros volvéis vuestramirada al que viste elegantemente y le decís: «Tú, siéntate aquí, en el puesto de honor», y al pobre: «Tú estate de pie o siéntate aquí, a mis pies», ¿no hacéis así distinción entrevosotros mismos, y no juzgáis con pensamientos perversos? Mis queridoshermanos, escuchad. ¿No ha elegido Dios a los pobres según el mundo para serricos en la fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

Reflexión final

Tomado por sí solo, en elevangelio de hoy destaca la reacción final del público: «Todo loha hecho bien». Recuerda las palabras que pronunciará Pedro eldía de Pentecostés, cuando dice que Jesús «pasóhaciendo el bien». El público se fija en la promesa mesiánica;Pedro, en la bondad de Jesús. Ambos aspectos se complementan.

Pero quien desea conocer elmensaje de Marcos no puede olvidar la relación de este milagro con la curacióndel ciego. Debe verse reflejado en esos discípulos con tantas dificultades paracomprender a Jesús, pero que siguen caminando con él.

La segunda lectura, en lasituación actual de la Iglesia, cuando tantos escándalos parecen sumirla en undesierto sin futuro, supone una invitación a la esperanza. Pero el milagro seráimposible mientras las personas que tienen mayor responsabilidad en la Iglesiasigan luchando por los primeros puestos, los anillos de oro y los capeloscardenalicios.   

 

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Published on September 05, 2024 00:20

August 29, 2024

Las manos sucias y el corazón limpio. Domingo 22. Ciclo B

 


Despuésde cinco domingos leyendo el evangelio de Juan, volvemos al de Marcos, base deeste ciclo B. Durante un mes nos ha ocupado el tema de comer el pan de vida. Estedomingo el problema no será comer el pan, sino comer con las manos sucias. Unapregunta malintencionada de los fariseos y de los doctores de la ley (losescribas) provoca:  a) la respuestaairada de Jesús; b) una enseñanza algo misteriosa a la gente; c) la explicaciónposterior a los discípulos. El texto de la liturgia ha suprimido algunosversículos, empobreciendo la acusación de Jesús, y uniendo lo que dice a lagente con la explicación a los discípulos. 

Evangelio: Marcos 7,1-8.14-15.21-23.

En aquel tiempo los fariseos y algunos maestros de la leyde Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos seponían a comer con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. Porque losfariseos y todos los judíos, siguiendo la tradición de sus mayores, no se ponena comer sin haberse lavado cuidadosamente las manos; y si vienen de la plaza,no comen sin haberse lavado; y tienen otras muchas prácticas que observan portradición, tales como lavar copas, jarros y bandejas. Así que los fariseos ylos maestros de la ley preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos noobservan la tradición de los mayores, sino que comen con las manos impuras?».

Él les contestó: «Hipócritas, Isaías profetizó muy bienacerca de vosotros, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios,pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto enseñando doctrinasque son preceptos humanos. Dejáis el mandamiento de Dios y os aferráis a latradición de los hombres».

Llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Oídme todos yentended bien: Porque delcorazón del hombre proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, robos,homicidios, adulterios, avaricia, maldad, engaño, desenfreno, envidia,blasfemia, soberbia y estupidez. Todas esas cosas malas salen de dentro y hacenimpuro al hombre».

Antes de dar la palabra alos fariseos y escribas es interesante recordar lo que cuenta Marcosinmediatamente antes. Después de la multiplicación de los panes y los peces,Jesús ha cruzado a la región de Genesaret, recorriendo pueblos, aldeas ycampos, acogido con enorme entusiasmo por gente sencilla, que busca y encuentraen él la curación de sus enfermedades.

Laintervención de los fariseos y escribas

De repente, el idilio serompe con la llegada desde Jerusalén de fariseos (seglares superpiadosos) y dealgunos escribas (doctores de la ley de Moisés). No todos los escribaspertenecían al grupo fariseo, pero sí algunos de ellos, como aquí se advierte. Paraellos, lo importante es cumplir la voluntad de Dios, observando no solo losmandamientos, sino también las normas más pequeñas transmitidas por susmayores. Lo esencial no es la misericordia, sino el cumplimiento estricto de loque siempre se ha hecho.

Con esta mentalidad,cuando se acercan al lugar donde está Jesús, advierten, escandalizados, quealgunos de los discípulos están comiendo con las manos sucias. El lectormoderno, instintivamente, se pone de su parte. Le parece lógico, inclusonecesario, que una persona se lave las manos antes de comer, y que se lave lavajilla después de usarla. Es cuestión elemental de higiene. Sin embargo,aunque en su origen quizá también fuese cuestión de higiene entre los judíos,los grupos más estrictos terminaron convirtiéndola en una cuestión religiosa.Lo que está en juego es la pureza ritual. Por eso, los fariseos no se quejan deque los discípulos coman con las manos sucias, sino con las manos impuras,saltándose con ello la tradición de los mayores. Aunque el AntiguoTestamento contiene numerosas normas, algunas de carácter higiénico, nuncamenciona la obligación de lavarse las manos ni de lavar copas, jarros ybandejas; esto forma parte de «lastradiciones de los mayores», tan sagradaspara los fariseos como las costumbres de la madre fundadora o del padrefundador para algunas congregaciones religiosas, o de cualquier minucialitúrgica para algunos ritualistas.

Larespuesta airada de Jesús

La reacción de Jesús esdurísima. Tras llamarlos hipócritas, les hace tres acusaciones: 1) su corazónestá lejos de Dios; 2) enseñan como doctrina divina lo que son preceptoshumanos; 3) dejan de observar los mandamientos de Dios para aferrarse a las tradicionesde los hombres.

Estas acusacionesresultan durísimas a cualquier persona, pero especialmente a un fariseo, que deseacon todas sus fuerzas estar cerca de Dios, agradarle cumpliendo su voluntad.

El problema, según Jesús,es que el fariseo termina dando a esas tradiciones más importancia que a los mandamientosde Dios. Incluso las utiliza para dejar de hacer lo que Dios quiere y quedarsecon la conciencia tranquila. Para demostrarlo, Jesús cita un ejemplo que laliturgia ha suprimido. Dios ordena honrar a los padres, es decir, sustentarlosen caso de necesidad. Imaginemos un fariseo con suficientes bienes materiales.Puede atender a sus padres económicamente. Pero su comunidad le dice que esosbienes los declare qorbán, consagrados al Señor. A partir de ese momento,no puede emplearlos en beneficio de sus padres, pero sí de su grupo. «Y así invalidáis el precepto de Dios en nombre devuestra tradición. Y de ésas hacéis otras muchas».

Un lector critico podríaacusar a Marcos de tratar un tema tan complejo de forma ligera y demagógica.Conociendo a los fariseos de aquel tiempo (bastante parecidos a los de ahora),la reacción de Jesús es comprensible y su acusación justificada. Sobre todo,para los primeros cristianos, que sufrían los continuos ataques de estos quepresumían de religiosos.

Enseñanzaa la gente

Como los fariseos yescribas no responden, aquí podría haber terminado todo. Sin embargo, Jesúsaprovecha la ocasión para enseñar algo a la gente a propósito de la pureza eimpureza: «Nada que entrade fuera puede manchar al hombre; lo que sale de dentro es lo que puede mancharal hombre.»

Laexplicación a los discípulos

No sabemos si Jesús sequedó contento de esta breve enseñanza. Lo que es seguro es que la gente no laentendió, y los discípulos tampoco. Por eso, cuando llegan a la casa (nuevodetalle suprimido por la liturgia), le preguntan qué ha querido decir. Y élresponde que lo que entra por la boca no llega al corazón, sino al vientre, ytermina en el retrete. Entra y sale sin contaminar a la persona. Lo que la contaminano es lo que entra en el vientre, sino lo que sale del corazón. Paraaclararlo, enumera trece realidades que brotan del corazón.

Esta enseñanza de que elpeligro no viene de fuera, sino de dentro, resultará a algunos muy discutible.¿No vienen de fuera la pornografía, la droga, las invitaciones a la violenciaterrorista? ¿No nos influyen de forma perniciosa el cine, la televisión, laliteratura? Lo anterior es cierto.Pero Jesús no entra en estas cuestiones, se refiere al caso concreto de losalimentos. Por otra parte, su enseñanza tiene un valor más general y desvelannuestra comodidad e hipocresía. El mal no viene de fuera, sale de dentro. Y conel mismo criterio debe enjuiciar cada uno de nosotros su realidad. Nuestromayor enemigo somos nosotros mismos. No echemos la culpa a los demás.

Una frase capital suprimida en la liturgia


Comentando que lo que entra por la boca no contamina, añade Marcos: «con esto declaraba puros todos los alimentos». Es algo revolucionario, porque la legislación del Levítico y del Deuteronomio enumera una serie de animales que no se pueden comer por ser impuros. Y todas las religiones obligan a observar una serie de normas dietéticas. En cambio, los cristianos podemos comer carne de cerdo, de liebre, de avestruz, gambas (camarones), cigalas, langostinos y cualquier alimento que nos apetezca, según nuestra costumbre y nuestra economía. 

1ª lectura: Deuteronomio 4,1-2.6-8.

La importancia queconcede Jesús a la ley de Dios frente a las tradiciones humanas ha animado aelegir este texto del Deuteronomio como paralelo al evangelio. Pienso que losresponsables de la elección no han caído en la cuenta de un problema. Moisésordena: «No añadiréis ni suprimiréis nada de las prescripciones que os doy». YJesús añadió y suprimió. Por ejemplo, a propósito de los alimentos puros eimpuros, como acabo de indicar; tanto el Levítico como el Deuteronomiocontienen una extensa lista de animales impuros, que no se pueden comer (Lv 11;Dt 14,3-21). Esta primera lectura no debe interpretarse como una aceptaciónradical y absoluta de la ley mosaica, porque Jesús se encargó de interpretarlay modificarla.

Habló Moisés al pueblo diciendo: «Y ahora, Israel,escucha las leyes y prescripciones que te voy a enseñar y ponlas en práctica,para que tengáis vida y entréis a tomar posesión de la tierra que os da elSeñor, el Dios de vuestros padres. No añadiréis ni suprimiréis nada de lasprescripciones que os doy, sino que guardaréis los mandamientos del Señor,vuestro Dios, tal como yo os los prescribo hoy. Guardadlos y ponedlos por obra,pues ello os hará sabios y sensatos ante los pueblos. Cuando éstos tengan conocimientode todas estas leyes exclamarán: No hay más que un pueblo sabio y sensato, quees esta gran nación. En efecto, ¿qué nación hay tan grande que tenga dioses tancercanos a ella como lo está de nosotros el Señor, nuestro Dios, siempre que leinvocamos? ¿Qué nación hay tan grande que tenga leyes y mandamientos tan justoscomo esta ley que yo os propongo hoy?

2ª lectura: Carta de Santiago 1,17-18.21-27.

Los cristianos tenemos elmismo peligro que los fariseos de engañarnos, dando más valor a cosas menosimportantes. El final de esta breve lectura ofrece un ejemplo muy interesante.¿En qué consiste la religión verdadera, la que agrada a Dios? ¿En oír misadiaria, rezar el rosario, hacer media hora de lectura espiritual? Eso es bueno.Pero lo más importante es preocuparse por las personas más necesitadas; elautor, siguiendo una antigua tradición, las simboliza en los huérfanos y lasviudas. Cuando recordamos la parábola del Juicio Final («porque tuve hambre…») se advierte que el autor de esta carta piensa igual que Jesús.

Queridos hermanos: Todo don excelente y todo don perfectoviene de lo alto, del Padre de las luces, en el que no hay cambio ni sombra devariación. Él nos ha engendrado según su voluntad por la palabra de la verdad,para que seamos como las primicias de sus criaturas. Por eso, alejad devosotros todo vicio y toda manifestación de malicia, y recibid con docilidad lapalabra que ha sido plantada en vosotros y que puede salvaros. Cumplid lapalabra y no os contentéis sólo con escucharla, engañándoos a vosotros mismos.La práctica religiosa pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre,consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y enguardarse de los vicios del mundo.

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Published on August 29, 2024 00:28

August 22, 2024

Abandono, seguimiento y traición. Domingo 21 TO. Ciclo B.

El domingo pasado terminamos de leer el debate deJesús sobre el pan de vida. Lo curioso, y extraño, es que el evangelista nocuenta la reacción final del auditorio. Anteriormente, en dos ocasiones, haninterrumpido a Jesús mostrando su desacuerdo. Ahora no dicen nada, como si nomereciera la pena seguir discutiendo. Sin embargo, se cuenta la reacción de losdiscípulos de Jesús, con dos posturas muy distintas (unos lo abandonan, otroslo siguen) y el aviso de la traición de uno de ellos.

En aquel tiempo muchos de losdiscípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Esto que dice es inadmisible. ¿Quiénpuede admitirlo?».

Jesús, conociendo quesus discípulos hacían esas críticas, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¡Pues sivierais al hijo del hombre subir adonde estaba antes! El espíritu es el que davida. La carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu yvida. Pero entre vosotros hay algunos que no creen». (Jesús ya sabía desde elprincipio quiénes eran los que no creían y quién lo iba a traicionar). Yañadió: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no le es dado porel Padre». Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y noandaban con él.

Jesús preguntó a losdoce: «¿También vosotros queréis iros?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿aquién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos quetú eres el santo de Dios».

Abandono

«Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y no andaban conél.» Es un momento de crisis muyfuerte. Hasta ahora, los discípulos de Jesús no han tenido ningún problema.Ahora, la mayoría abandona a Jesús. ¿Por qué? Ellos lo justifican diciendo que «estediscurso» es duro, intolerable. No serefieren solo a la idea de comer su carne y beber su sangre; se refieren a todolo que ha dicho Jesús sobre sí mismo: que es el enviado de Dios, que ha bajadodel cielo, que resucitará el último día a quien crea en él, que él es elverdadero pan de vida. En el fondo, comer el cuerpo y beber la sangre de Jesúsequivalen a «tragárselo», a aceptarlo tal como él dice que es. Y eso, lamayoría de los discípulos, no está dispuesto a admitirlo. Lo han visto hacermilagros, pero eso no les extraña. También en el Antiguo Testamento se habla depersonajes milagrosos. Sin embargo, ninguno de ellos, ni siquiera Moisés, dijohaber bajado del cielo y ser capaz de resucitar a alguien. Si Jesús hubieraaceptado ser rey, como ellos habían pretendido poco antes, si se hubieralimitado a hablar de esta tierra y de esta vida, no se habrían escandalizado ylo seguirían. Ellos quieren un Jesús humano, no un Jesús divino.

En su respuesta, Jesús empiezaechando leña al fuego: si se escandalizan de lo que ha dicho, podría darles másmotivos de escándalo. Su problema es que enfocan todo desde un punto de vistahumano, carnal; y para creer en él hay que dejarse guiar por el espíritu. Peroesto solo lo consigue aquel a quien el Padre se lo concede. Estas palabras deJesús resultan desconcertantes: por una parte, cargan la culpa sobre losdiscípulos que se sitúan ante él con una mirada puramente humana; por otra,responsabiliza a Dios Padre, ya que solo él puede conceder el acceso a Jesús («nadiepuede venir a mí si no le es dado por el Padre»).

Quizá el evangelista estápensando en los cristianos que han abandonado la comunidad a causa de laspersecuciones o por cualquier otro motivo. ¿Qué les ha pasado a esas personas?¿Es solo culpa suya? ¿Hay un aspecto misterioso, en el que parte de la culpaparece recaer sobre Dios? Pensando en la gente que conocemos y cómo hanevolucionado en su vida de fe, estas preguntas siguen siendo de enormeactualidad.

Seguimiento

El momento más dramáticose cuenta con enorme concisión. Tras el abandono de muchos solo quedan losDoce. La pregunta de Jesús («¿Tambiénvosotros queréis iros»), sugierecosas muy distintas: desilusión, esperanza, sensación de fracaso… La respuestainmediata de Pedro, como portavoz de los Doce, recuerda a su confesión enCesarea de Filipo, según la cuentan los Sinópticos: «Tú eres el Mesías».

Pero hay unas diferenciasinteresantes. Pedro no comienza confesando: “Nosotros creemos que tú has bajadodel cielo, que eres el pan de vida, que quien come tu carne y bebe tu sangretiene vida eterna…”. Nada de esto. Pedro no comienza confesando su fe en Jesús,sino preguntándole: «Señor, ¿aquién iremos?» Abandonar a Jesús y volver a sus trabajos es algo queno se les pasa por la cabeza. Necesitan un maestro, alguien que los guíe.¿Dónde van a encontrar uno mejor que él? ¿Uno cuya palabra te hace sentirtevivo? Lo primero que hace Pedro es reconocer que necesitan a Jesús, no puedenvivir sin él.

Luego sigue la confesión de fe, pero eludiendocomprometerse con fórmulas que no entiende. Jesús ha dicho que la vida seconsigue comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre. Pedro evita esta expresióntan dura y dice: “Tú tienes palabra de vida eterna”. Es su palabra laque alimenta y da la vida. En cuanto a la identidad de Jesús, prescinde de siha bajado del cielo; ni siquiera le concede el título de Mesías, sino el de «Santode Dios», título que sólo aparece una vez en el Antiguo Testamento, aplicado alsumo sacerdote Aarón, con sentido honorífico o por su estrecha relación con elculto (Sal 106,16). Sin duda, Pedro confiesa que Jesús está en una relaciónespecial con Dios, sin meterse a discutir si ha bajado del cielo.

Traición

En el texto litúrgico,este tema solo aparece de pasada: Jesús sabía «quien lo iba a traicionar». Si nohubiesen mutilado el evangelio, quedaría mucho más claro. Porque,inmediatamente después de la intervención de Pedro, Jesús añade: «“¿No os heelegido yo a los Doce? Pero uno de vosotros es un diablo.” Lo decía por JudasIscariote, uno de los Doce, que lo iba a entregar.»

Con ello surge una nuevapregunta y un nuevo misterio: ¿por qué Judas no abandona a Jesús en estemomento, cuando tantos otros lo han hecho? ¿Por qué Jesús, si lo sabe, lomantiene en el grupo? ¿Cómo puede llegar alguien a desilusionarse de Jesúshasta el punto de traicionarlo?

1ª lectura: el compromiso de los israelitas con Dios (Josué24,1-2.15-18)

Estamos en el capítulofinal del libro de Josué. Josué reúne a todas las tribus en Siquén, lesrecuerda los beneficios pasados de Dios y les ofrece la alternativa de servir ono servir a Yahvé. Es un diálogo espléndido, dramático, en el que Josué, contralo que cabría esperar, se esfuerza por convencer al pueblo de que no sirva aYahvé. Es un dios celoso que no los perdonará si lo traicionan. Sin embargo,los israelitas porfían en que quieren servirlo, y todo termina con la alianzaentre el pueblo y Dios.

Quienes han seleccionadoel texto han demostrado, una vez más, que no les entusiasma la Biblia: hanmutilado la intervención de Josué, el diálogo con el pueblo, y el final. De 28versículos, solo se han salvado 6.

En aquellos días Josué reunió atodas las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos, jefes, jueces yescribas, y en presencia del Señor dijo a todo el pueblo: «Esto dice el Señor,Dios de Israel: Vuestros padres, Téraj, padre de Abrahán y de Najor, vivíanantiguamente al otro lado del río Éufrates y adoraban a otros dioses. Si no osparece bien servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir, si a losdioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del río o a los diosesde los amorreos, cuya tierra ocupáis; yo y mi casa serviremos al Señor». Elpueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otrosdioses, porque el Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestrospadres de Egipto, de la casa de la esclavitud; ha realizado ante nuestros ojosestos grandes prodigios y nos ha protegido durante todo el camino que hemosrecorrido y en todos los pueblos por los que hemos pasado. Nosotros serviremosal Señor, porque él es nuestro Dios».

El texto, si se hubieraleído completo, ofrecería una relación más clara con el evangelio. Tanto Josuécomo Jesús hablan de manera clara y dura, como queriendo desanimar a susseguidores. La gran diferencia radica en la diversa reacción de los oyentes. Eltexto de Josué ofrece un final feliz, ajeno por completo a la realidad: losisraelitas siguieron sirviendo a otros dioses y abandonando a Yahvé. Elevangelio traza un cuadro más realista, incluso pesimista: muchos discípulosabandonan a Jesús; solo quedan doce, y uno de ellos será un traidor.

2ª lectura: ¿Sería mejor suprimirla? (Efesios 5,21-32)

Este es el texto queninguna novia quiere que se lea el día de su boda. En los tiempos que corren,decirle que «sea sumisa a sumarido», que «le debe estar sujeta en todo», porque no hay igualdad entreambos, sino que «el marido es la cabeza de la mujer», no es lo más agradable.Aunque luego le diga al marido que ame a su esposa como a su propio cuerpo. Deesta segunda parte de la lectura, ni se entera.

Hermanos, respetaos unos a otros porfidelidad a Cristo. Que las mujeres sean sumisas a sus maridos como si setratara del Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, del mismo modo queCristo es cabeza de la Iglesia, cuerpo suyo, del cual él es el Salvador. Asícomo la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las mujeres lo deben estar asus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras esposas, como Cristo amó a laIglesia y se entregó él mismo por ella, a fin de santificarla por medio delagua del bautismo y de la palabra, para prepararse una Iglesia gloriosa, sinmancha ni arruga ni cosa parecida, sino santa y perfecta. Así los maridos debentambién amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer seama a sí mismo. Porque nadie odia jamás a su propio cuerpo, sino que, por elcontrario, lo alimenta y lo cuida, como hace Cristo con la Iglesia, pues somosmiembros de su cuerpo. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y seunirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Éste es un gran misterio, queyo aplico a Cristo y a la Iglesia.

Esta mentalidad sobre elmatrimonio, que hoy día nos escandaliza, era progresista en el siglo I. Bastamirar lo que ocurre en algunos países árabes. La mujer acepta con naturalidadestar sometida al marido. Pero el marido no siempre es consciente del cariño ydelicadeza con que debe tratar a su mujer. La corrupción moral, tan extendidaen el siglo I, explica que el autor exija a los matrimonios cristianos uncomportamiento fundado en el respeto mutuo, por fidelidad a Cristo. Ojalá entodos los matrimonios cristianos actuales hubiera ese mismo respeto.

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Published on August 22, 2024 00:14

August 15, 2024

El sagrario somos nosotros. Domingo 20. Ciclo B.

Un final duro y sorprendente (Evangelio:Juan 6, 51-58)

Llegamos al final del discurso del pan de vida. Eldomingo pasado, Jesús terminó diciendo: «Yo soy el pan del cielo…  el pan que yo daré es mi carne». Como en las seriesde televisión, el pasaje de hoy comienza repitiendo ese final, para recordarnosdónde estamos y entender la reacción de los judíos: «¿Cómo puede éstedarnos a comer su carne?». Es la pregunta que se haría cualquier personanormal, incluso la predispuesta a favor de Jesús. Pero él no responde a estapregunta. Los oyentes o lectores cristianos del discurso saben la respuesta: nose trata de comer un trozo del cuerpo de Jesús, sino de comer el paneucarístico. Pero el autor del cuarto evangelio no lo dice, prefiere que ellector experimente la misma duda que los judíos.

            En una lectura precipitada, pareceque esta última parte del discurso no ofrece ninguna novedad, que se limita arepetir la promesa de la vida eterna para quien coma «el pan que ha bajadodel cielo».

En aquel tiempo dijo Jesúsa los judíos: «Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este panvivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».Los judíos discutían entre ellos: Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis lacarne del hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros.El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré enel último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdaderabebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como elPadre que me ha enviado vive y yo vivo por el Padre, así el que me come vivirápor mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron lospadres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente».

Sin embargo, hayaspectos nuevos e importantes.

            1. Beberla sangre. Hasta ahora, solo se ha hablado del pan. En esta secciónfinal se hace referencia cuatro veces a la sangre, verdadera bebida, igual queel pan es verdadera comida. Dado la relación del discurso con la eucaristía,esta referencia era imprescindible. La iglesia primitiva siempre recordó eldoble gesto de Jesús durante la última cena: al comienzo, partiendo el pan; alfinal, bendiciendo y pasando la copa. Pan y vino son esenciales. Un discursosobre la eucaristía no puede dejar de mencionar la sangre, el vino.

            2. La dureza del lenguaje. Hasta ahora, eldiscurso ha sido polémico y ha provocado discusión y rechazo. Jesús, en vez deecharse atrás e intentar justificar sus expresiones, usa fórmulas escandalosasque se prestan a ser interpretadas como canibalismo: «Mi carne es verdaderacomida y mi sangre es verdadera bebida». Hay que comerla y beberla.Sin explicación alguna ni matices. ¿Por qué? Jesús no quiere seguidoresinconscientes y rutinarios. En los evangelios sinópticos hay otras muchasexpresiones suyas, durísimas, desanimando a seguirle a quienes no esténdispuestos a cargar con la cruz, a renunciar a todo, a abandonar al padre y ala madre… En una línea distinta, estas palabras del discurso son también unaforma de seleccionar a sus seguidores, como quedará claro el próximo domingo.

            3. Lavida. La repetición frecuente de «la vida eterna» y de «yo lo resucitaré en elúltimo día» parece sugerir que es algo que solo se consigue después de la muerte.Ahora se deja claro que «el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna». La tiene ya, ahora,antes de morir. Sin decirlo expresamente, el texto supone que hay dos formas devida: la normal, física, y la espiritual o eterna. La primera la tienen todoslos seres humanos; la segunda, quienes comen el cuerpo y la sangre de Jesús.¿En qué consiste esa vida?

            4. Jesúsdentro de nosotros. La respuesta la ofrecen estas palabras: «El que come mi carne ybebe mi sangre, habita en mí y yo en él». Es la única vez que apareceeste tema en el discurso, que recuerda la experiencia de Pablo: «Vivo yo, pero no yo;es Cristo quien vive en mí». Pero la imagen que mejor puede expresarlo es la delfeto en el vientre de su madre: habita en ella, y ella en él. Esa intimidadabsoluta y misteriosa es la que se produce en la eucaristía. Y esa presencia deJesús en los que comulgamos no termina al cabo de un cuarto de hora, comoenseñaban a veces de niño. Una educación religiosa bienintencionada, perodeficiente, hace pensar a muchos que Jesús está principalmente en el sagrario,olvidando que está dentro de nosotros tan realmente como allí.

            5. Elfinal. Tras las cuatro intervenciones de la gente al comienzo deldiscurso y las dos preguntas escandalizadas que encontramos más tarde, resultacurioso que el autor no diga nada de la reacción del auditorio, de losjudíos. Todo termina con unas palabras suprimidas por la liturgia: «Esto dijo [Jesús]enseñando en la sinagoga de Cafarnaúm», que son esenciales paradistinguir la reacción de los judíos (el silencio, no discuten más) y la de losdiscípulos de Jesús, que leeremos el próximo domingo.

Jesús yla Sabiduría como anfitriones (1ª lectura: Proverbios 9,1-6)

            Ninguno de nosotros se extraña dever a la justicia representada como una mujer con los ojos vendados, una espadaen la mano derecha y una balanza en la izquierda. En los últimos siglos antesde Jesús, algunos autores bíblicos, para oponerse a la idea griega de que lasabiduría es algo humano, y reside especialmente en Atenas, comenzaron apresentarla como una criatura de Dios, que lo acompaña desde el momento de lacreación y termina residiendo en Jerusalén. La primera lectura la describe comouna gran señora que construye un palacio, prepara un banquete, e invita a losjóvenes a compartir su pan y su vino, su sabiduría y su enseñanza, que lesdarán la vida.

Los cristianosaplicaron estas imágenes e ideas a Jesús. Él es la verdadera sabiduría de Dios,que baja del cielo y reside entre nosotros, como dice el prólogo de Juan. Eslógico que se haya elegido este breve fragmento del libro de los Proverbioscomo primera lectura (en este caso debo reconocer, sin que sirva de precedente,el acierto de quienes seleccionaron los textos). Habla de comer mi pan ybeber del vino, y de conseguir la vida.

Lasabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas, inmoló sus víctimas,preparó su vino e igualmente aderezó su mesa. Envió sus criados y proclamósobre los puntos más altos de la ciudad: «Jóvenes inexpertos, venid aquí». Alos insensatos ella les dice: «Venid, comed de mi pan y bebed del vino que yohe preparado. Dejad de ser imprudentes y viviréis, y caminad por la senda de lainteligencia».

            Indico, no obstante, dos diferenciasentre este texto y el evangelio.

            1. La Sabiduría invita solamente alos jóvenes. Cosa lógica, porque es presentada como una maestra que enseña a «sus hijos», sus discípulos, acomportarse rectamente. Jesús invita a todos.

            2. El pan y el vino de la Sabiduríano dan la vida; la da la prudencia: «Dejad de ser imprudentes yviviréis». El simbolismo del evangelio es más fuerte: la sabiduría no se adquiere através de una serie de enseñanzas, se come y bebe y termina habitando dentro denosotros.

Lasabiduría cotidiana del cristiano (2ª lectura: Efesios 5,15-20)

Por pura casualidad,porque la segunda lectura nunca se elige por relación con la primera ni con elevangelio, existe un punto de contacto con los Proverbios. También aquí seexhorta a la inteligencia y la sensatez, a no actuar neciamente. Y la forma devivir de acuerdo con la voluntad de Dios se concretas en dos datos: 1) No llenarsede vino. 2) Llenarse del Espíritu Santo, cantando, alabando y dando gracias aDios.

Hermanos:a ver cómo os comportáis; que no sea como insensatos, sino como inteligentes,aprovechando el tiempo, porque los días son malos. Por consiguiente, no actuéiscomo necios, sino procurad conocer cuál es la voluntad del Señor. No bebáisvino hasta emborracharos, pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llenaosdel Espíritu Santo recitando entre vosotros salmos, himnos y cánticosespirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones, dando siempregracias por todo a Dios Padre en nombre de nuestro Señor Jesucristo.

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Published on August 15, 2024 00:56

August 7, 2024

Tres tipos de pan. Domingo 19. Ciclo B.


Elías alimentado por un ángel

La primera lectura y el evangelio nos hablan de tresclases de pan: el que alimenta por un día (maná), el que da fuerzas paracuarenta días (Elías) y el que da la vida eterna (Jesús). 

El domingo pasado, Jesús ofrecía un pan infinitamentesuperior al del milagro de la multiplicación. Ese pan es él, que ha bajado delcielo. El evangelio de este domingo comienza contando lareacción de los judíos ante esta afirmación. ¿Cómo puede haber bajadodel cielo uno al que conocen desde niño, que conocen a su padre y a su madre?

Jesús no responde directamente a esta pregunta. Ataca elproblema de fondo. Si los judíos no aceptan que ha bajado del cielo es porqueno creen en él. Y si no creen en él, es porque el Padre no los ha llevado hastaél. Esta afirmación tan radical sugiere que todo depende de Dios: solo los queél acerca a Jesús creen en Jesús. Por eso, inmediatamente después se añade:«Dios instruye a todos… pero no todos quieren aprender». Solo el que acepta suenseñanza viene a Jesús, lo acepta, y cree que ha bajado del cielo. Ningúnjudío puede echarle a Dios la culpa de no creer en Jesús.

La idea de que Dios instruye a todos cabe interpretarlacomo si fuese un profesor sentado delante de sus alumnos, al que pueden ver.No. A Dios no lo ha visto nadie. Solo el que procede de él: Jesús.

Tras este paréntesis sobre la fe, la acción del Padre yla visión de Dios, Jesús vuelve al tema del pan que baja del cielo, el que dala vida, a diferencia del maná, que no la da. Pero termina añadiendo unaafirmación más escandalosa aún: «El pan que yo daré es mi carne por la vida delmundo». La reacción de los judíos no se hace esperar: «¿Cómo puede éste darnosa comer su carne?». La solución, el próximo domingo.

En aquel tiempo los judíos criticaban aJesús porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo», y decían:«¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a sumadre. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?».

Jesús les dijo: «Dejad de criticar. Nadiepuede venir a mí si el Padre que me envió no lo trae, y yo lo resucitaré en elúltimo día. Está escrito en los profetas: Todos serán enseñados por Dios. Todoel que escucha al Padre y acepta su enseñanza viene a mí. Esto no quiere decirque alguien haya visto al Padre. Sólo ha visto al Padre el que procede de Dios.Os aseguro que el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida.Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Éste es el pan quebaja del cielo; el que come de él no muere». «Yo soy el pan vivo bajado delcielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y ».

Los judíos discutían entre ellos: «¿Cómopuede éste darnos a comer su carne?».

Tres notasal evangelio

1. El auditorio cambia. Ya no se trata de los galileosque presenciaron el milagro, sino de los judíos. En el cuarto evangelio,los judíos representan generalmente a las autoridades que se oponen aJesús. Sin embargo, lo que dicen («conocemos a su padre y a su madre») noencaja en boca de un judío, sino de un nazareno. Esto demuestra que no estamosante un relato histórico, que recoge los hechos con absoluta fidelidad, sino deuna elaboración polémica.

2. El tema de la fe interrumpe lo relativo a Jesús comopan bajado del cielo, pero es fundamental. Solo quien cree en Jesús puedeaceptar eso. Lo curioso, en este caso, es cómo se llega a la fe: por acción delPadre, que nos lleva a Jesús. Normalmente pensamos lo contrario: es Jesús quiennos lleva al Padre. «Yo soy el camino… nadie puede ir al Padre sino por mí».Aquí se advierte, como en todo el evangelio de Juan, la acción recíproca delPadre y de Jesús.

3. Tras este inciso, Jesús vuelve a contraponer el maná ysu pan. En la primera parte (domingo 18), adoptó una actitud muy crítica anteel maná. Cuando los galileos, citando el Salmo 78,24, dicen que Dios «les dio acomer pan del cielo», Jesús responde que el maná no era «pan del cielo»; elverdadero pan del cielo es él. Ahora añade otro dato más polémico: los quecomían el maná morían; su pan da la vida eterna.

El pan deElías (1ª lectura: 1 Reyes 19,4-8).

            El sigloIX a.C. fue de profunda crisis religiosa. El rey de Israel, Ajab, se casó conuna princesa fenicia, Jezabel, muy devota del dios cananeo Baal. La gente yaera bastante devota de este dios, al que atribuían la lluvia y las buenascosechas. Pero el influjo de Jezabel y la permisividad de Ajab provocaron queYahvé dejase de tener valor para el pueblo. A esto se opuso el profeta Elías,denunciando a los reyes y matando a los profetas de Baal, lo que le habríacostado la vida si no llega a huir hacia el sur, al monte Horeb (el Sinaí). Elviaje es largo, demasiado largo, y Elías se desea la muerte. Un ángel le ofreceuna torta cocida sobre piedras; la come dos veces, y con la fuerza de aquelmanjar camina cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte en el que tuvolugar la gran revelación de Dios a Moisés. Este relato se ha usado a menudo enrelación con la eucaristía, y por eso se ha elegido para este domingo.

En aquellos días, Elías llegó a Berseba deJudá y dejó allí a su criado. Él se internó en el desierto una jornada decamino y fue a sentarse bajo una retama, deseándose la muerte y diciendo: «¡Yabasta, oh Señor! Quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres». Luegose acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Un ángel le tocó y le dijo:«Levántate y come». Miró en derredor, y vio a su cabecera una torta cocidasobre piedras ardiendo y un vaso de agua. Comió, bebió y luego se volvió aacostar. El ángel del Señor volvió por segunda vez, le tocó y le dijo:«Levántate y come, pues te resta un camino demasiado largo para ti». Selevantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquel manjar caminó cuarenta días ycuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb.

Tres clasesde panes

            Laslecturas de hoy sugieren una reflexión.

            Antes dela reforma de Pío X, la comunión no era frecuente. Los cristianos más piadososcomulgaban una vez a la semana; normalmente, una vez al mes. La comunión erapara ellos como el pan de Elías, que da fuerzas para vivir cristianamentedurante un período más o menos largo de tiempo.

            Con lareforma de Pío X, a comienzos del siglo XX, se difunde la comunión diaria,aunque no se oiga misa. (Recuerdo de joven, en la iglesia de los franciscanosde Cádiz, la gran cantidad de gente que iba a comulgar en un altar lateralmientras en el altar mayor se decía una misa que muy pocos seguían). Es como elmaná, que da fuerzas para ese día, pero conviene repetirlo al siguiente.

            Elevangelio de Juan nos hace caer en la cuenta de que la eucaristía no solo dafuerzas para un día o un mes. Garantiza la vida eterna. Se comprende que Jesúsinterrumpa su discurso para hablar de la fe y de la acción del Padre.

La vidaeterna en la vida diaria (2ª lectura: Efesios 4,30-5,2)

            Secuenta en el libro del Éxodo que, en la noche de Pascua, los israelitas mojaroncon la sangre del cordero el dintel y las dos jambas de la puerta de la casapara que el ángel del Señor, al castigar a los egipcios, pasase de largo antelas casas de los israelitas. Esta costumbre se remonta a los pastores, que alcomienzo de la primavera sacrificaban un cordero y untaban con su sangre lospalos de la tienda para preservar al ganado de los malos espíritus y garantizaruna feliz trashumancia.

            El autorde la carta a los Efesios recoge la imagen y la aplica al Espíritu Santo, quenos ha marcado con su sello para distinguirnos el día final de la liberación. Yañade una serie de consejos para vivir esa unidad en la que ha insistido en laslecturas de los domingos anteriores. Sirven para un buen examen de conciencia ypara ver cómo podemos vivir, ya aquí en la tierra, la vida eterna del cielo.

Hermanos Noentristezcáis al Espíritu Santo de Dios, que os ha marcado con su sello paradistinguiros el día de la liberación. Desterrad de vosotros la amargura, laira, los enfados e insultos y toda maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoosunos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijosqueridos, y vivid en el amor, como Cristo os amó y se entregó por nosotros aDios como oblación y víctima de suave olor.

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Published on August 07, 2024 23:42

August 1, 2024

Eucaristía e inmortalidad . Domingo 18. Ciclo B.

 


¿Cuántos miles de veces has comulgado desde que hicistela Primera Comunión? ¿Se ha convertido ya en rutina, aunque seas consciente desu importancia? Hablando de otro tema: ¿qué piensas de la otra vida? ¿Eres delos que dicen: «El pobrecito se ha muerto», como si fuera una desgracia sinremedio? A menudo preferimos no hacernos estas preguntas. Es más cómodoesconder la cabeza, como el avestruz. Pero el autor del cuarto evangelio (sanJuan o quien sea) disfruta amargándonos la vida.

El debate sobreel pan de vida

El próximo domingo y lostres siguientes se lee el «Debate sobre el pan de vida», que continúa el temade la multiplicación de los panes y los peces. El inconveniente de dividir eldebate y sus consecuencias en cuatro domingos es que se pierde su fuertetensión dramática. Por ello, considero importante ofrecer una visión deconjunto, aunque haya que anticipar datos de los próximos domingos.

Losinterlocutores del debate

Los interlocutores deJesús, aunque resulte extraño, cambian: al principio son los galileosque se beneficiaron del milagro de la multiplicación de los panes; cuando eldebate adquiere un tono polémico, son los judíos quienes «critican» aJesús y «discuten entre ellos». Pero su reacción final, cuando termina dehablar Jesús, no se cuenta. El protagonismo pasa a muchos de sus discípulos [deJesús], que «se escandalizan» y lo abandonan. Al final, solo quedan losdoce.

Los tres puntosprincipales del debate

Los debates y discursos deJesús en el evangelio de Juan, aunque largos y complicados, se pueden resumiren pocas ideas. En este podemos distinguir tres, estrechamente relacionadas.

1. La «vida eterna»(vv.27.40.47.54), «la vida» (v.33.53), «vivir para siempre» (v.51.58). Es untema obsesivo del cuarto evangelio, que comienza afirmando que «el Verbo eravida» y lo ejemplifica en la resurrección de Lázaro, donde Jesús se muestracomo «la resurrección y la vida». Recuerda lo que decía Miguel de Unamuno: «Conrazón, sin razón, o contra ella, lo que pasa es que no me da la gana demorirme».

2. Esa vida eterna seconsigue comiendo «el pan de la vida» (v.35.48.51), «el verdadero pan que da lavida al mundo» (v.33.51), «el pan que ha bajado del cielo» (v.41.50.58). Al quecome de ese pan, Jesús «lo resucitará en el último día» (vv.39.40.44.54).

3. Los dos temasanteriores están muy vinculados al de la fe en Jesús: «lo que Dios quiere esque creáis en el que ha enviado» (v.29); «el que cree en mí nunca tendrá sed»(v.35); «el que cree en mí tiene la vida eterna» (v.47). Por eso, losdiscípulos que abandonan a Jesús lo hacen porque «no creían» (v.64); en cambio,los Doce, como afirma Pedro, «hemos creído y sabemos que tú eres el santo deDios» (v. 69).

Por consiguiente, alhablar del «pan de vida», la fuerza capital recae en «la vida», esa vida eternaa la que Jesús nos resucitará en el último día. Igual que la comida no es unfin en sí misma, sino un medio para subsistir, el pan eucarístico está directamenteenfocado a la obtención de la inmortalidad. Quien comulga, como algunoscorintios, sin creer en la otra vida, no es consciente de la estrecha relaciónentre eucaristía y vida eterna.

El desarrollodel debate y sus consecuencias

            En eltexto litúrgico (que suprime el pasaje 6,36-40) podemos distinguir tres grandespartes (domingos 18, 19, 20), centradas en el diálogo entre Jesús y lospresentes en la sinagoga de Cafarnaúm. Todo termina con la reacción tandistinta de muchos discípulos y de los Doce (domingo 21).

            Laprimera parte (domingo 18), que desarrollaré luego, termina con una revelacióninimaginable por parte de Jesús: «Yo soy el pan de vida», «el que baja delcielo y da la vida al mundo».

            Lasegunda (domingo 19) comienza con la reacción crítica de los judíos antela pretensión de Jesús de haber bajado del cielo. Imposible: conocen a su padrey a su madre. Pero él termina con una afirmación más desconcertante aun: «elpan que yo daré es mi carne».

            Latercera (domingo 20) empalma con la afirmación anterior: «¿Cómo puede estedarnos a comer su carne?» Los judíos llevan razón. Parece imposible, absurdo.Jesús no lo explica ni matiza. Insiste en que comer su carne y beber su sangrees la única forma de conseguir la vida eterna.

            Con loanterior termina del debate, sin que se diga como reaccionan los judíos. Perosí se añade la reacción de los discípulos (domingo 21), distinguiendo entre elescándalo de mucho de ellos y la respuesta positiva de los Doce. 

Notas aldebate

1. Aunque las ideas puedan resultar claras, son difícilesde aceptar. La reacción normal de los oyentes es que les están tomando el pelo,que Jesús está loco, o que es un blasfemo. Una persona a la que conocen depequeño, igual que a su familia, tiene que haberse vuelto loca para decir queha bajado del cielo, que es superior a Moisés, que el que viene a él no tendránunca hambre ni sed, que es preciso comer su cuerpo y beber su sangre, como siellos fuesen caníbales.

2. Jesús recurre a la ironía («me buscáis porque oshartasteis de comer»), al escándalo (rebajando la importancia del maná) y aexpresiones simbólicas desconcertantes (comer su carne y beber su sangre). Conello pretende lo contrario que los políticos actuales: que solo lo siga ungrupo selecto, aquellos que «le trae el Padre». Este enfoque desconcertante delcuarto evangelio se basa probablemente en la experiencia posterior a la muertede Jesús, y pretende explicar por qué la mayoría de los judíos no lo aceptócomo enviado de Dios.

3. El debate no reproduce lo ocurrido al pie de la letra,es elaboración del autor del cuarto evangelio. Él sabe que sus lectores, sucomunidad, entenderá rectamente los símbolos. Cuando Jesús dice que «mi cuerpoes verdadera comida y mi sangre verdadera bebida», que hay que comer su cuerpoy beber su sangre, saben que no se trata de comer un trozo de su brazo o beberun vaso de su sangre; se refiere a la eucaristía, al pan y la copa de vino quecomparten.

4. Desde un punto de vista pastoral, si el tema ya eracomplicado y escandaloso para muchos discípulos, los teólogos se han encargadode complicarlo aún más con el concepto de «transubstanciación». El que tengadificultades sobre este punto podría acogerse a las palabras finales de Pedro:«Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos ysabemos que tú eres el santo de Dios». Y que los teólogos sigan discutiendo.

1ª lectura(Ex 16, 2-4.12-15)

            Ya queel evangelio hace referencia al don del maná, se lee la versión del libro delos Números, que lo une al de las codornices (pan y carne). Hay otra versiónmuy distinta del maná, nada milagrosa, en el libro de los Números 11,7-9. Eneste relato, el pueblo está harto de no comer más que maná. Y se añade: «Elmaná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo sedispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machaban en el almirez, lococían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por lanoche caía el rocío en el campamento y encima de él, el maná».

Sin embargo, la versión que terminó imponiéndose fue lamilagrosa, de un alimento que envía Dios desde el cielo, no cae los sábadospara respetar el descanso sabático, todos recogen lo mismo, sabe a galletas demiel, y es tan maravilloso que hay que conservar dos litros en el Arca de laAlianza. Estos detalles han sido suprimidos en la versión litúrgica, que, sinembargo, mantiene a las codornices; podría haberlas dejado volando y nadie lasecharía de menos.

En aquellos días. Toda la comunidad deIsrael murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo: «¡Ojaláhubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto alas ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos! Vosotros, en cambio, noshabéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda estamuchedumbre». El Señor dijo a Moisés: «Mira, voy a hacer llover pan del cielopara vosotros. El pueblo saldrá todos los días a recoger la ración diaria, afin de probarle si camina según mi ley o no. «He oído las murmuraciones de losisraelitas. Diles: a la tarde comeréis carne, y a la mañana os saciaréis depan; así conoceréis que yo soy el Señor, vuestro Dios». Por la tarde salierontantas codornices que cubrieron el campamento, y por la mañana había en torno aél una capa de rocío. Cuando se evaporó el rocío, apareció sobre la superficiedel desierto una cosa menuda, granulada, fina, como escarcha sobre la tierra.Los israelitas, al verla, se dijeron unos a otros: «man hu' ¿qué es esto?»,pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Éste es el pan que os da el Señorpara comer.»

Evangelio(Jn 6, 24-35)

La introducción ha suprimido muchos datos. Después de lamultiplicación de los panes y los peces, los discípulos se marchan en la barcamientras Jesús se retira al monte huyendo del deseo de la gente de hacerlo rey.Por la noche, cuando la barca está en peligro por un viento en contra, Jesús seaparece caminando sobre el agua, sube a la barca y al punto llegan a tierra. Loanterior se ha suprimido. El relato comienza cuando la gente advierte laausencia de Jesús y de los discípulos y va a Cafarnaúm en su busca.

Empieza entonces el largo debate. La sección de hoyconsta de cuatro intervenciones de la gente (tres preguntas y una petición),seguidas de cuatro respuestas de Jesús.

Todo comienza con una pregunta muy sencilla: «Maestro,¿cuándo has venido aquí?» Jesús, en vez de responder a la pregunta, hace unsuave reproche («me buscáis porque os hartasteis de comer») y les habla delalimento que dura hasta la vida eterna. Lo lógico sería que la gente preguntasecómo se consigue ese alimento; en cambio, pregunta cómo pueden hacer lo queDios quiere. Y Jesús responde: lo que Dios quiere es que crean en aquel que haenviado. Los galileos captan que Jesús habla de creer en él, y adoptan unapostura más exigente: para creer en él deberá realizar un gran prodigio, comoel del maná. Con la referencia al maná le ponen a Jesús el tema en bandeja.Enfrentándose a la tradición que presenta el maná como «pan del cielo» y «pande ángeles», Jesús dice que el maná no se puede comparar con el verdadero pandel cielo, que no se limita a saciar el hambre, sino que da la vida al mundo.Los galileos reaccionan de forma parecida a la samaritana: «Señor, danossiempre de ese pan». La respuesta de Jesús no puede ser más desconcertante: «Yosoy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en míno tendrá sed jamás.» ¿Cómo reaccionará la gente? La solución el domingopróximo.


En aquel tiempo, cuando la gente vio que noestaban allí ni Jesús ni sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúmen busca de Jesús. Lo encontraron al otro lado del lago, y le dijeron:

«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».

Jesús les contestó: «Os aseguro que no mebuscáis porque habéis visto milagros, sino porque habéis comido pan hastahartaros. Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vidaeterna; el que os da el hijo del hombre, a quien Dios Padre acreditó con susello».

Le preguntaron: «¿Qué tenemos que hacerpara trabajar como Dios quiere?».

Jesús les respondió:

Le replicaron: «¿Qué milagros haces tú paraque los veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron elmaná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo».

Jesús les dijo: «Os aseguro que ; mi Padrees el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el quebaja del cielo y da la vida al mundo».

Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre deese pan».

Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida.El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.

 

 

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Published on August 01, 2024 00:29

July 25, 2024

Jesús alimenta a su comunidad y prepara un discurso, Domingo 17. Ciclo B

  


El domingo pasado, el evangelio de Marcos nos presentabaa Jesús enseñando al pueblo, reunido de muy distintos lugares. Inmediatamentedespués, lo presenta alimentándolo mediante la multiplicación de los panes ypeces. Pero este relato no se ha toma hoy de Marcos, sino de Juan, porque loscuatro domingos siguientes los dedica la liturgia a la lectura del discurso delpan de vida, que solo cuenta Juan.

Jesús y Eliseo

            Es raroque Juan coincida con los Sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas) en algún relato.Este de la multiplicación de los panes y los peces es uno de los pocos casos. Ylos cuatro evangelios toman como punto de referencia el milagro atribuido aEliseo en el Antiguo Testamento. Este profeta, rodeado de una comunidad de unoscien hombres, muy pobres, recibió un día como regalo veinte panes de cebada ycierta cantidad de espigas. Teniendo en cuenta las dimensiones de los antiguospanes, no era demasiado difícil sacar un bocadillo para cada uno. Al criado leparecen pocos; pero, en contra de sus dudas, comieron todos y sobró.

En aquellosdías un hombre llegó de Baal Salisá, trayendo al hombre de Dios el pan de lasprimicias, veinte panes de cebada y espigas nuevas en su alforja. Eliseoordenó: «Dalo a las gentes para que coman». Pero su criado replicó: «¿Cómo voya poner esto delante de cien hombres?». Él dijo: «Dalo a la gente para quecoman, pues esto dice el Señor: Comerán, y sobrará». Se lo sirvió y comieron; ysobró, como había dicho el Señor.

            Elmilagro de la multiplicación de los panes y los peces está calcado sobre el deEliseo, pero aumentando las dificultades. En vez de cien personas son cinco mil(según Mc, Lc y Jn; Mt añade «sin contar mujeres y niños», lo cual obligaría apensar en unos veinte mil). Y en vez de veinte panes, Jesús sólo dispone decinco.

            A pesarde todo, igual que Eliseo dijo: «comerán y sobrará», los comensales de Jesúscomen «todo lo que quisieron» y, para demostrar la abundancia, se recogen docecanastos de sobras de los cinco panes.

            Quedaclaro el poder superior de Jesús. Pero los Sinópticos añaden un detalle importante:este milagro ocurre «en un lugar desierto», y esto trae a la memoria la marchadel pueblo por el desierto, cuando Dios lo alimenta con el maná. Jesús, nuevoMoisés y superior a él, también alimenta a su comunidad (quizá por eso Mt hacemención expresa de las mujeres y niños). Jn desarrollará en el discursoposterior la relación con el maná y con Moisés.

La multiplicación de los panes y peces segúnJuan

            Después Jesús pasó al otro lado del lago de Galilea (oTiberíades). La gente lo seguía, porque veían los prodigios que hacía con losenfermos. Jesús subió al monte y allí se sentó con sus discípulos.

Estabacerca la pascua, la fiesta de los judíos. Jesús alzó los ojos y, al ver tantagente, dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos panes para que coman todos ellos?».Decía esto para probarlo, pues él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó:«El sueldo de un año no bastaría para que cada uno de ellos comiera un poco».

Entonces,uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, dijo: «Aquí hay unmuchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces. Pero ¿qué es esto paratantos?». Jesús dijo: «Decidles que se sienten».

Había muchahierba en aquel sitio. Eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, diogracias y los distribuyó entre todos; y lo mismo hizo con los peces. Les diotodo lo que quisieron.

Cuando sesaciaron, dijo a sus discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que no sepierda nada». Los recogieron, y llenaron doce canastos de las sobras de loscinco panes de cebada.

La gente,al ver el milagro que había hecho Jesús, decía: «Éste es el profeta que teníaque venir al mundo». Y Jesús, dándose cuenta de que querían llevárselo parahacerle rey, se retiró otra vez al monte él solo.

A pesar de las semejanzas, el relato de Juanofrece notables diferencias con el de los Sinópticos.

1. La indicación temporal falta en losSinópticos: «Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.» De este modo, Jnrelaciona la multiplicación de los panes con la fecha de la muerte de Jesús. Jnno cuenta la institución de la Eucaristía, pero este milagro, ocurrido en lamisma fiesta, simboliza la idea de que Jesús alimenta a su pueblo.

            2. La preocupaciónpor la gente no parte de los discípulos, sino de Jesús. En los Sinópticos, sonellos quienes se acercan a decirle que despida a la gente para que se busquealgo de comer. En Jn es el mismo Jesús quien toma la iniciativa preguntando aFelipe cómo resolverán el problema.

3. Lo anterior demuestra que los discípulosdescargan la responsabilidad en el pueblo: son ellos los que tiene que buscarsede comer. En cambio, Jesús se encarga de darles de comer.

4. Para dejar clara la dificultad delproblema, Felipe indica lo que costaría alimentar a esa gente: 200 denarios. Eldenario era el jornal de un campesino; 200 denarios suponen una cantidad muygrande para un grupo que vive de limosna, como el de Jesús.

            5. Larelación entre el milagro de Jesús y el de Eliseo queda especialmente clara enJuan, ya que, mientras los Sinópticos hablan simplemente de «cinco panes», Juanindica que son «panes de cebada», como los que regalan a Eliseo.

            6. Elmomento culminante difiere de manera notable. Los Sinópticos dicen que Jesús «levantandolos ojos al cielo, los bendijo, los partió y los dio a los discípulos para quelos repartieran a la gente». Tres acciones (alzar la mirada, bendecir, partir),pero quienes reparten el pan a la gente son los discípulos. En Jn, Jesús solorealiza una acción, dar gracias (euvcaristh,saj); pero lo más importante es quees él mismo quien distribuye el pan a todos los presentes. Es claro que setrata de un dato simbólico. Un camarero para cinco mil personas es imposible.Jn quiere indicar que, en la eucaristía, es Jesús mismo quien nos alimenta.

            7. Mateo,al contar este milagro, omite la referencia a los peces en el momento de lamultiplicación, para subrayar la importancia del pan como símbolo eucarístico.Juan lo sugiere de forma distinta. La orden de Jesús: «Recoged los trozos sobrantespara que nada se pierda», la refieren los discípulos sólo a los panes, no sepreocupan de los peces. Es probable que estas palabras de Jesús reflejen lapráctica litúrgica posterior, cuando se pensó que el pan eucarístico no podíaser tratado como otro cualquiera.

8. La reacción del pueblo y la de Jesús. En losSinópticos, la gente no es consciente del milagro ocurrido. En Juan, el pueblose sorprende de lo hecho por Jesús y deduce que es el profeta esperado,semejante a Moisés, que alimentó al pueblo en el desierto. A primera vista,extraña que identifiquen a ese «profeta que iba a venir al mundo» con el futurorey de Israel. Pero Flavio Josefo habla de profetas que se presentaban en elsiglo I con pretensiones regias, mesiánicas. La intención del pueblo esclaramente revolucionaria, nombrar un rey que los gobierne distinto del Césarromano, un rey que los libere. Pero Jesús no comparte ese punto de vista yhuye.  

Un milagro que continúa en un discurso

            En losSinópticos, el milagro está cerrado en sí mismo. En Juan, el milagro supone elpunto de partida para el largo discurso que se leerá en los próximos domingos. Esimportante recordar este detalle al comentar el texto: se puede subrayar lapreocupación de Jesús por la gente, su poder infinitamente superior al deEliseo, el simbolismo eucarístico, la oposición de Jesús a un mesianismopolítico… pero hay que dejar claro que el relato es sólo la puerta a undiscurso. «Ahora viene lo bueno».  Elmilagro de los panes sirve para presentar a Jesús como el verdadero pan devida.

Receta para conseguir la unidad (2ª lectura:Efesios 4,1-6)

El domingo pasado, la carta a los Efesiosrecordaba que Dios reconcilió a judíos y paganos mediante la muerte de Jesús.Pero esa unidad puede resquebrajarse fácilmente. Nos solo entre los dospueblos, sino también dentro de las comunidades del mismo origen. Laexperiencia de veinte siglos lo demuestra. Pablo, desde la cárcel, aconseja lasactitudes que ayudan a mantener la unidad: humildad, amabilidad, comprensión,sobrellevarse mutuamente, esforzarse en mantener el vínculo de la paz. Así sellegará a ser un solo cuerpo y un solo espíritu, basados en «un Señor, una fe,un bautismo». Este texto recuerda, con palabras muy distintas, el gran deseo deJesús en su despedida, según el evangelio de Juan: «Padre, que todos sean uno,como tú en mí y yo en ti». Y, en relación con el evangelio, nos recuerda quesomos uno todos los que comemos el mismo pan.

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Published on July 25, 2024 01:03

July 18, 2024

Descanso merecido y frustrado. Domingo 16. Ciclo B.

 


¿Un relato imposible o un relato simbólico? (Mc 6,30-34)

El evangelio empalmacon el del domingo anterior, cuando Jesús envía a los discípulos de misión.

En aquel tiempo se reunieron de nuevo los apóstoles conJesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid conmigoa un lugar retirado y tranquilo y descansad un poco». Porque eran tantos losque iban y venían, que no tenían tiempo ni para comer. Y se fueron en la barcaa un lugar tranquilo ellos solos. Al ver que se iban, muchos se dieron cuenta,y de todos los poblados corrieron allá a pie y se les adelantaron. Jesús, aldesembarcar y ver tanta gente, se compadeció de ellos porque eran como ovejassin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Aprimera vista se entiende tan bien que casi da vergüenza comentarlo. Pero hayun detalle sorprendente e inexplicable: cuando Jesús y los discípulos se montanen la barca en busca de un lugar solitario, cuenta Marcos que muchos los vieronmarcharse, fueron corriendo de todos los poblados y llegaron allí antesque ellos.

¿Esposible que la gente vaya corriendo desde Cafarnaúm, Betsaida, Magdala, yllegue antes que la barca a un sitio que nadie sabe cuál es? Imposible. Estodemuestra que el relato no hay que leerlo desde un punto de vista histórico (loque ocurrió aquel día) sino simbólico.

            El primer aspecto que subraya Marcoses el enorme interés de la gente por Jesús. Ya lo ha dicho antes, indicando queeran tantos los que iban y venían en su busca que no tenían tiempo ni paracomer. Cuando Marcos leyese este texto en su comunidad, es posible que leobligara a preguntarse: ¿sentimos nosotros el mismo interés por Jesús? ¿Vamoscorriendo detrás de él, o preferimos quedarnos cómodamente sentados en casa?

            El segundo aspecto es la dedicaciónde Jesús a la gente. Cuando se acercan a la orilla y ve a la multitud reunida,no le dice a Pedro que vuelva mar adentro y busque otro sitio. Siente compasiónde ellos porque los ve abandonados, como ovejas sin pastor. Si el primeraspecto sirve de autoexamen a la comunidad, este se dirige a sus responsables.¿Siento compasión de la gente, o procuro quitarme de en medio cuando me van afastidiar mi merecido descanso?

            El tercer aspecto, muy importante,es que Jesús, al sentir compasión, no se dedica a hacer milagros, sino aenseñar. Y la gente parece satisfecha con eso. El viaje en busca de Jesús hamerecido la pena.

Pastores malos, pastores buenos, descendiente de David (1ª lectura:Jeremías 23,1-6)

Eltexto recoge ideas típicas de mediados del siglo VI a.C., durante el destierrode Babilonia. Es el resultado de unir diversas intervenciones proféticas, muybreves y tenidas en diversos momentos. No debe extrañarnos que existandiferencias.

Porentonces era frecuente acusar a los reyes, los pastores, de habersedespreocupado del pueblo y provocar que marchara al destierro. La primeraintervención de Dios se centrará en castigar a los monarcas.

¡Ay de los pastores que dejan perecer y dispersarse alrebaño de mi pasto, dice el Señor! Por tanto, esto dice el Señor, Dios deIsrael, sobre los pastores que guían a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mirebaño, lo habéis descarriado sin preocuparos de él. Pero yo me voy a ocuparahora de vosotros -dice el Señor-, castigando vuestras perversas acciones.

Peroel castigo no basta. Si los israelitas están dispersos, la siguienteintervención de Dios consistirá en reunirlos de todos los países.

Yo mismo recogeré los restos de mi rebaño de todos lospaíses donde los dispersé y los haré volver a sus pastos, donde crecerán y semultiplicarán.

¿Quéocurrirá después? Los textos proféticos difieren bastante en este aspectos, yse pueden distinguir tres tendencias: 1) Dios mismo será el rey de Israel,mentalidad que se mantiene en el Padrenuestro cuando pedimos: «Venga a nosotros tureino». 2) Habrá una restauración de la monarquía, con buenos reyes, no como losanteriores. 3) Dios suscitará un rey maravilloso. El texto elegido por laliturgia mezcla las dos últimas ideas: en un caso se habla de “pastores”, enplural.

Suscitaré para ellos pastores que los apacentarán; nosufrirán más temor y angustia, ni se volverá a perder ninguno -dice el Señor-.

Perola última promesa se refiere a un único descendiente de David que gobernarárectamente, practicando el derecho y la justicia.

Vienen días -dice el Señor- en que yo suscitaré a Davidun vástago legítimo, que reinará como verdadero rey, con sabiduría, y ejerceráel derecho y la justicia en la tierra. En sus días se salvará Judá, e Israelvivirá en seguridad. Y éste será el nombre con que le llamarán: «El Señornuestra justicia».

Encualquier caso, restauración de la monarquía o rey ideal, los israelitas queescuchaban estas promesas proféticas imaginaban a un soberano poderoso yrespetado, con capacidad de implantar la justicia y traerles el bienestar. Yaque esta lectura se ha elegido por su relación con el evangelio, es importanteadvertir cómo cambia la imagen. Jesús no es un monarca sentado en su trono; noes temido, como la mayoría de los reyes antiguos; se mueve en un ambientesencillo, humilde, de campesinos y pescadores; y su misión principal noconsiste en administrar justicia, sino en enseñar. Algo que puede parecerdecepcionante, pero que a sus contemporáneos entusiasma hasta el punto deseguirlo de todas partes.

De Galilea y de todo el mundo (2ª lectura: Efesios 2,13-18)

Segúnel evangelio, los galileos siguieron a Jesús desde todas partes. Años mástarde, el seguimiento se produjo en muchos países, y la iglesia adquirió unaspecto nuevo al estar formada por cristianos de origen judío y de origenpagano. La experiencia actual de Estados Unidos y Europa con respecto a losmigrantes ayuda a comprender lo difícil que resulta sentirse unidos, iguales yhermanos los miembros de distintos pueblos.

Desdeel punto de vista religioso, en el siglo I, el mayor motivo de conflicto era laLey de Moisés, con sus mandamientos y decretos. El judío que los practicaba seconsideraba «cerca de Dios». El pagano, que ni los conocía ni los practicaba, estaba «lejos». ¿Cómo podría conseguirse la unión dejudíos y paganos? Para los judíos contemporáneos de Jesús y de Pablo, larespuesta era clara: que el pagano se circuncide y observe la Ley de Moisés.Pero lo que hace Jesús, según el autor de la carta, es revolucionario: en vezde obligar a observar la Ley, la anula con sus mandamiento y decretos. Al morirpor todos, destruye la enemistad y hace que todos, lejanos y cercanos, tengamosacceso al Padre en un mismo Espíritu.

Hermanos, ahora estáis unidos a Cristo Jesús gracias a sumuerte, los que antes estabais lejos, ahora estáis cerca. Él es nuestra paz; elque de ambos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, laenemistad; anulando en su propio cuerpo la ley, sus mandamientos y decretos. Élha formado de los dos, en su propia persona, una nueva humanidad, haciendo asíla paz. Él hizo de los dos un solo cuerpo y los ha reconciliado con Dios pormedio de la cruz, destruyendo en sí mismo la enemistad; con su venida anuncióla paz a los que estabais lejos y a los que estaban cerca; porque por él losunos y los otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu.

Por desgracia, lo que dice este autor no siempre secumple. En muchos conflictos políticos, económicos, sociales, entre cristianos,lo que triunfa no es la paz sino la enemistad. No somos una «nueva humanidad»sino una multitud de inhumanidades. Necesitamos ir en busca de Jesús para queél nos enseñe.

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Published on July 18, 2024 01:12

July 10, 2024

De discípulos a misioneros. Domingo 15. Ciclo B


El fracaso en Nazaretno desanima a Jesús. Al contrario. Además de continuar misionando, como veíamosel domingo pasado, envía también a sus discípulos a misionar. Los profetas delAntiguo Testamento tienen a veces discípulos; pero, que sepamos, nunca losenvían de misión; la labor del discípulo consiste en servir de apoyo social yespiritual al profeta, memorizar sus palabras y transmitirlas a la posteridad.El enfoque que tiene Jesús de sus discípulos es distinto, más dinámico: no selimitan a aprender, deben también poner en práctica lo aprendido, y ampliardesde ahora la actividad de Jesús. 

Las instrucciones a los discípulos (Marcos 6,7-13)

En aquel tiempo Jesús llamó a los doce y los envió de dos en dos, dándolespoder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que, aparte de un bastón, nollevasen nada para el camino: ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja; quefueran calzados con sandalias, pero que no llevaran dos túnicas.

También les dijo: «Quedaos en la casa en que entréis hasta que dejéis aquellugar; y si no os reciben ni os escuchan, al salir de allí sacudid el polvo devuestros pies en testimonio contra ellos».

Ellos se fueron a predicar que se convirtieran; echaban muchos demonios,ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

            El texto de Marcos trata brevementecinco puntos:

            1. Laautoridad. Cualquier embajador o misionero debe estar investido deuna autoridad. La que reciben los discípulos es sobre los espíritus inmundos.Esta idea, tan extraña a la cultura de nuestra época, debemos considerarla enel contexto del evangelio de Marcos. Jesús, desde el primer momento, en lasinagoga de Cafarnaúm, ha demostrado su autoridad sobre un espíritu inmundo.Sus discípulos reciben el mismo poder. Son embajadores plenipotenciarios.

            2. Equipajey provisiones. Es interesante advertir lo que se permite y lo que seprohíbe: sólo se permite llevar un bastón y sandalias; en cambio, se prohíbellevar comida (ni pan, ni alforja) y túnica de repuesto. El permiso del bastóny las sandalias contrastan con lo que dice el evangelio de Mateo, donde se prohíben.Es un caso interesante de cómo los evangelistas adaptan el mensaje de Jesús alas circunstancias de su comunidad: Marcos tiene en cuenta el apostoladoposterior de largos viajes, por terrenos difíciles, que requieren el bastón ylas sandalias. En cambio, la prohibición de comida y vestido de repuestodemuestra la enorme preocupación de Jesús por dar ejemplo de pobreza en unaépoca en que los predicadores religiosos eran acusados con frecuencia decharlatanes en busca de dinero.

            3. Alojamiento.Para evitar tensiones y peleas entre las personas que quisieran acogerlas ensus casas, Jesús ordena que se alojen siempre en la misma.

            4. Rechazo.El apostolado no tendrá siempre éxito. Igual que Jesús fue rechazado enNazaret, ellos pueden ser rechazados en cualquier lugar.

            5. Actividad. Curiosamente, lo que deben hacer los discípulos noaparece hasta el final: «Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungíancon aceite a muchos enfermos y los curaban.» Lo mismo que hacía Jesús, aexcepción del uso de aceite para curar enfermos. Esta práctica parece haberentrado en la iglesia en un momento posterior y está atestiguada en la carta deSantiago: «¿Que uno de vosotros cae enfermo? Llame a los ancianos de lacomunidad para que recen por él y lo unjan con aceite invocando el nombre delSeñor.» (Snt 5,14).

El rechazo (1ª lectura: Amós 7,12-15)

 

            En las instrucciones de Jesús, estetema es el que ocupa menos espacio. Sólo se menciona como posibilidad. Encambio, la primera lectura nos recuerda que esta posibilidad fue y sigue siendomuy real.

En aquellos días Amasías dijo a Amós:

- Vidente, vete, retírate a la tierra de Judá; come allí el pan y allíprofetiza. Pero en Betel no continúes profetizando, porque es santuario del reyy templo del reino.

Entonces Amós dijo a Amasías:

- Yo no soy profeta ni hijo de profeta; yo soy boyero y descortezador desicómoros. El Señor me tomó de detrás del rebaño, diciéndome: Vete, profetiza ami pueblo Israel.

            A mediados del siglo VIII a.C., elprofeta Amós, originario del sur (Judá) fue enviado por Dios a predicar en elReino Norte (Israel), para denunciar las injusticias terribles que se cometían,favorecidas por la corte y el clero. El enfrentamiento más fuerte tiene lugaren el santuario de Betel (= Casa de Dios), con el sumo sacerdote Amasías, quelo expulsa. En el fondo, Amós tuvo suerte. A otros les cortaron la cabeza.

Si eltexto de Amós se hubiera leído completo (cosa que horroriza a los liturgistas),se habría advertido una diferencia capital entre la reacción del profeta y laque deben tener los discípulos de Jesús. Cuando el sacerdote Amasías expulsa aAmós de Betel, este le responde anunciándole que su mujer será violada, sushijos e hijas morirán a espada, perderá sus tierras y será deportado. Eldiscípulo de Jesús, si es rechazado, debe limitarse a sacudirse el polvo de lospies. Ni una palabra de amenaza o condena. El juicio corresponde a Dios.

Una síntesis del mensaje (2ª lectura: Efesios 1,3-14)

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido enCristo con toda clase de bendiciones espirituales y celestiales. Él nos ha elegido enCristo antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables a susojos. Por puro amor nos ha predestinado a sersus hijos adoptivos, por medio de Jesucristo yconforme al beneplácito de su voluntad, para hacer resplandecer la graciamaravillosa que nos ha concedido por medio de su querido Hijo. Él nos ha obtenido con su sangre la redención, el perdón de los pecados, según la riqueza de sugracia, que ha derramado sobre nosotros con una plenitud de sabiduría y deprudencia, dándonos a conocer el designio misteriosode su voluntad, según los planes que se propuso realizarpor medio de Cristo cuando se cumpliera el tiempo: recapitular todas las cosasen Cristo, las de los cielos y las de la tierra. En Cristo también hemos sido hechos herederos, predestinados según el designio del que todo lo hace conforme a su librevoluntad, a fin de que nosotros, los que antes habíamos esperado en Cristo,seamos alabanza de su gloria; tambiénvosotros los que habéis escuchado la palabra de la verdad, el evangelio de vuestrasalvación, en el que habéis creído, habéis sidosellados con el Espíritu Santo prometido, el cual es garantía de nuestra herencia, parala plena liberación del pueblo de Dios y alabanza de su gloria.

Elevangelio no concreta lo que los discípulos deben predicar. Sólo dice que «predicaban laconversión», igual que Jesús. Al pasar los años, especialmente después de su muerte yresurrección, el mensaje de los apóstoles se fue enriqueciendo con lo que Jesúshizo y dijo, y también con una elaboración teológica de lo que él supuso paranosotros.

            La introducción de la carta a losEfesios es un excelente ejemplo de esto último. Pero su estilo tan denso,barroco y recargado se presta a que los asistentes a la misa no se enteren denada. Una pena, porque las ideas son espléndidas.

Adviértaseque el texto habla generalmente de «nosotros» («nos ha bendecido», «nos eligió», «nos ha destinado», «nos ha obtenido», «hemos heredado», «nosotros, los que yaesperábamos en Cristo»). Pero termina hablando de «vosotros» («y también vosotros», «habéis escuchado», «habéis creído», «habéis sido sellados». Parece lógico aplicar el «nosotros» a los cristianos deorigen judío; el «vosotros», a los efesios, de origen pagano.

            Ante la persona y la obra de Jesús,la reacción de los primeros debe ser bendecir a Dios por todos los beneficiosque nos ha concedido a través de Cristo, que se resumen en estos cinco puntos:nos eligió; nos destinó a ser hijos suyos; por su sangre, nos perdonó lospecados; nos dio a conocer su proyecto de recapitular en Cristo todas lascosas; nos convirtió en herederos.

            ¿Y los efesios? ¿Y nosotros? Lacarta toma un rumbo muy distinto. No comienza hablando de lo que Dios ha hechopor nosotros, sino de lo que nosotros hemos hecho al escuchar la extraordinarianoticia de que hemos sido salvados: «habéis creído». Y entonces, Cristo nos ha marcado con el EspírituSanto, «prenda de nuestra herencia». Muy pocas palabras, en comparación con los párrafosdedicados al «nosotros», pero con la novedad de la acción de Cristo y el don del Espíritu.

            En cualquier caso, al recapitularDios todas las cosas en Cristo, todo lo que se dice es válido para todos.También nosotros podemos y debemos proclamar: «Bendito sea Dios, Padre de nuestro SeñorJesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendicionesespirituales y celestiales».

           

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Published on July 10, 2024 23:22

July 4, 2024

El misterio de la incredulidad. Domingo 14. Ciclo B.

  

El domingopasado nos recordaba el evangelio de Marcos dos ejemplos de fe: el de la mujercon flujo de sangre y el de Jairo. Hoy nos ofrece la postura opuesta de losnazarenos, que sorprenden a Jesús con su falta de fe.

En aquel tiempo Jesús fue a su tierraacompañado de sus discípulos. El sábado se puso a enseñar en la sinagoga, y lagente, al oírlo, decía asombrada: «¿De dónde le viene a este todo esto? ¿Cómotiene tal sabiduría y hace tantos milagros? ¿No es éste el carpintero, el hijode María y el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sushermanas no viven con nosotros?». Y se escandalizaban de él. Jesús les dijo:«Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian al profeta». Yno pudo hacer allí ningún milagro, aparte de curar a algunos enfermosimponiéndoles las manos. Y se quedó sorprendido de su falta de fe. Recorriódespués las aldeas del contorno enseñando.

Éxito enCafarnaúm

            Resulta interesante comparar loocurrido en Nazaret con lo ocurrido al comienzo del evangelio: también unsábado, en Cafarnaúm, Jesús actúa en la sinagoga y la gente se pregunta, llenade estupor: «¿Qué significa esto? Es unaenseñanza nueva, con autoridad. Hasta a los espíritus inmundos les da órdenes yle obedecen.» Enseñanza y milagrosdespiertan admiración y confianza en Jesús, que realiza esa misma tardenumerosos milagros (Mc 1,21-34).

Fracasoen Nazaret

            Otro sábado, en la sinagoga deNazaret, la gente también se asombra. Pero la enseñanza de Jesús y sus milagrosno suscitan fe, sino incredulidad. La apologética cristiana ha consideradomuchas veces los milagros de Jesús como prueba de su divinidad. Este episodiodemuestra que los milagros no sirven de nada cuando la gente se niega a creer.Al contrario, los lleva a la incredulidad.

Los milagros de Jesús han representado un enigma para las autoridadesteológicas de la época, los escribas, y ellos han concluido que: «Lleva dentro a Belcebú y expulsa los demoniospor arte del jefe de los demonios» (Mc 3,22).

Los nazarenos no llegan a tanto. Adoptan una extraña postura que no sabríamoscómo calificar hoy día: no niegan la sabiduría y los milagros de Jesús, pero,dado que lo conocen desde pequeño y conocen a su familia, no les encuentranexplicación y se escandalizan de él.

Jesús,motivo de escándalo

En griego, la palabra escándalo designa la trampa, lazo o cepo que secoloca para cazar animales. Metafóricamente, en el evangelio se refiere a vecesa lo que obstaculiza el seguimiento de Jesús, algo que debe ser eliminadoradicalmente («si tu mano, tu pie, tu ojo, teescandaliza… córtatelo, sácatelo»).

Lo curioso del pasaje de hoy es que quien se convierte en obstáculo paraseguir a Jesús es el mismo Jesús, no por lo que hace, sino por su origen.Cuando uno pretende conocer a Jesús, saber «de dónde viene», quién es su familia; cuando lo interpreta de formapuramente humana, Jesús se convierte en un obstáculo para la fe. Desde el puntode vista de Marcos, los nazarenos son más lógicos que quienes dicen creer enJesús, aunque lo consideran un profeta como otro cualquiera.

Asombro eimpotencia de Jesús

            A Marcos le gusta presentar a Jesúscomo Hijo de Dios, pero dejando muy clara su humanidad. Por eso no oculta suasombro ni su incapacidad de realizar en Nazaret grandes milagros a causa de lafalta de fe. Adviértase la diferencia entre la formulación de Marcos: «no pudo hacer allí ningún milagro» y la de Mateo: «Por su incredulidad, no hizo allí muchos milagros».

Nazaretcomo símbolo

Los tres evangelios sinópticos conceden mucha importancia al episodio deNazaret, insistiendo en el fracaso de Jesús (la versión más dura es la deLucas, en la que los nazarenos intentan despeñarlo). Se debe a que consideranlo ocurrido allí como un símbolo de lo que ocurrirá a Jesús con la mayor partede los israelitas: «Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casadesprecian al profeta».

Elfracaso no lo desanima

            El evangelio de hoy termina conestas palabras: «Recorrió después las aldeas del contornoenseñando.» Jesús ha fracasado en Nazaret,pero esto no le lleva al desánimo ni a interrumpir su actividad. Igual queEzequiel (1ª lectura), le escuchen o no le escuchen, dejará claro testimonio deque en medio de Israel se encuentra un profeta.

Lectura del Profeta Ezequiel (1ª lectura: Ez 2,2-5).

En aquellos días, al decirme esto, el espíritu entró enmí, me hizo tenerme en pie y pude escuchar a aquel que me hablaba. Él me dijo:«Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes, que sehan rebelado contra mí, ellos y sus padres, hasta este mismo día. Hijos de caradura y corazón de piedra son aquellos a quienes yo te envío. Les dirás: Estodice el Señor Dios. Escuchen o no escuchen -puesto que son una raza derebeldes-, sabrán que en medio de ellos se encuentra un profeta.

Unremedio contra la soberbia y el narcicismo (2ª lectura).

            Aunque sin relación con elevangelio, el texto de Pablo enseña algo muy útil para todos. Él es conscientede haber recibido unas revelaciones especiales de Dios. La más importante,después de la conversión, que Jesús vino a salvarnos a todos, no solo a losjudíos, y que el evangelio debe proclamarse por igual a todas las personas, sintener en cuenta su raza, género o condición social. Una revelación totalmenterevolucionaria. Esto pudo provocar en él una reacción de orgullo y soberbia.Para contrarrestarla, Dios «le clava una espina en el cuerpo», que le humillaprofundamente. No sabemos a qué se refiere. Se ha pensado en su enfermedad dela vista, de la que habla en la carta a los Gálatas, que coartaba su actividadmisionera. Por lo que dice a continuación, le humillaban las propias flaquezasy las persecuciones, insultos y críticas procedentes de todas partes. Sinolvidar sus arrebatos de ira, que le llevaron a pelearse con Bernabé, su mejoramigo, al que tanto debía; o que le hacían escribir cosas terribles contra losjudíos, e incluso contra los cristianos que no compartían sus puntos de vista,a los que llama «falsos hermanos». En cualquier caso, avergonzado de suconducta, pide a Dios que le saque esa espina. Quiere ser bueno y sentirsebueno. Sin fallo alguno. Narcisismo puro. Y Dios le responde: «Te basta migracia, pues mi poder triunfa en la flaqueza».

            A ninguno de nosotros nos faltanespinas en el cuerpo y en el alma que nos gustaría arrancarnos; o, mejor, queDios las arrancara para dejarnos vivir tranquilos, satisfechos de nosotrosmismos. Pero nos dice como a Pablo: «Te basta mi gracia». Y nosotros debemosrepetir como él: «Me alegro de mis flaquezas, de los insultos, de lasdificultades, de las persecuciones, de todo lo que sufro por Cristo».

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Published on July 04, 2024 00:11

José Luis Sicre's Blog

José Luis Sicre
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