José Luis Sicre's Blog, page 11

November 30, 2023

Súplica, admiración, vigilancia. Domingo 1º de Adviento. Ciclo B

 

¿Cuatro semanas para prepararnos a recordar el nacimientode Jesús? No. El Adviento es más que eso. No se trata de recordarrománticamente un hecho pasado, sino de comprender a fondo lo ocurrido yprepararnos para el encuentro definitivo con el Señor. Para ello, la liturgianos sugiere tres actitudes: súplica (1ª lectura), admiración ante los bienesrecibidos (2ª lectura) y vigilancia (evangelio).

            Suplica(Isaías 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7)

            Laprimera lectura nos sitúa unos cinco siglos antes de la venida de Jesús, cuandola situación en Jerusalén y Judá dejaba mucho que desear desde todos los puntosde vista: político, social, religioso. El pueblo de Israel se ve como un traposucio, un árbol de ramas secas y hojas marchitas. La situación no sería muydistinta de la nuestra. Pero el pueblo, en vez de culpar a los políticos, a losindependentistas, a los banqueros, al FMI, a los Presidentes de las grandespotencias, se reúne en asamblea litúrgica y entona una lamentación.

Tú, Señor,eres nuestro padre, tu nombre de siempre es Nuestro redentor. Señor, ¿porqué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no tetema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalárasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste,y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó ni ojo vio unDios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en e1. Sales alencuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado,y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramosimpuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos comofollaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tunombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nosentregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eresnuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tumano.

            Laspalabras del pueblo ofrecen un curioso contraste al hablar de Dios. A vecesdestaca sus rasgos positivos: es «nuestro padre», «nuestro redentor», «sales alencuentro del que practica la justicia», «somos todos obra de tu mano». Otrasse queja de que «nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón», «estabasairado y nosotros fracasamos», «nos ocultabas tu rostro». Pero el puebloreconoce que la culpa no es de Dios, sino suya: «todos éramos impuros, nuestrajusticia era un paño manchado, nuestras culpas nos arrebataban como el viento,nadie invocaba tu nombre, ni se esforzaba por aferrarse a ti».

            ¿Cuál esla solución? Sorprendentemente, que Dios se convierta: «vuelve por amor a tussiervos», «ojalá rasgases el cielo y bajases», «aparta nuestras culpas». Losprofetas anteriores (Amós, Isaías, Jeremías…) habían concedido gran importanciaa la conversión, al hecho de que el pueblo volviese a Dios y cambiase su formade actuar. Quienes rezan esta lamentación no confían en ellos mismos. Debe serDios mismo quien vuelva y, como buen alfarero, moldee una nueva vasija.

            En elcontexto del Adviento, la frase que más llama la atención y ha motivado lainclusión de este texto en la liturgia es: «¡Ojalá rasgases el cielo y bajases!».Aunque el profeta piensa en una venida de Dios, la liturgia nos hace pensar enla venida de Jesús. Pero ese recuerdo debe ir acompañado del reconocimiento denuestra debilidad y la necesidad de ser salvados.

            Admiración(1 Corintios 1,3-9)

            Larespuesta de Dios supera con creces lo que pedía el pueblo en la lectura deIsaías, aunque de modo distinto. Dios Padre no rasga el cielo, no sale anuestro encuentro personalmente. Envía a Jesús, y desde el momento en el que loaceptamos, nuestra vida cambia por completo.

            Hermanos:La gracia y la Paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo seancon vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por lagracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sidoenriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se haprobado, el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotrosque aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendráfirmes hasta el final, para que no tengan de que acusaros en el día deJesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo,Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

            Pablohabla de nuestro pasado, nuestro futuro y nuestro presente.

            En elpasado, Dios nos ha enriquecido en todo; nos ha llamado a participar de lavida de su Hijo, Jesucristo. La imagen es potente y extraña. Recuerda a laexperiencia de un hijo con su madre, de la que recibe la vida. Pero esarelación vital no termina cuando se corta el cordón umbilical, perdura siempre.

            Conrespecto al futuro, aguardamos la manifestación de Jesucristo, la segunda ydefinitiva venida del Señor, tema esencial para los primeros cristianos y quedebería serlo para nosotros en este tiempo de Adviento.

            En elpresente, «no carecemos de nada». Cuando tanta gente se lamenta, a vecescon razón, de las muchas cosas de que carece, estas palabras pueden resultarcasi hirientes: «No carecéis de ningún don». Buen momento, este del Adviento,para pensar en qué cosas valoramos: si las materiales, que a menudo faltan, ola riqueza espiritual que proporciona Jesús.

            Estaenseñanza de Pablo no se produce en un contexto de fría reflexión teológica,sino de oración y acción de gracias al pensar en sus cristianos de Corinto, lamás complicada y problemática de sus comunidades.

            Vigilancia(Marcos 13, 33-37)

            No dejade ser irónico que precisamente el evangelio no hable de Dios Padre ni deJesús. Se centra en nosotros, en la actitud que debemos tener: «vigilad», «velad»,«velad». Tres veces la misma orden en pocas líneas. Porque el Adviento no solo pretenderecordar la venida del Señor, sino también prepararnos para el encuentro final conÉl.

En aqueltiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando esel momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejo su casa, y dio acada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Veladentonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, oa medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que vengainesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo atodos: ¡Velad!»

            Laactividad pública de Jesús termina con un discurso sobre el fin del mundo y susegunda venida, que no está dirigido a todos los discípulos, como sugiere laintroducción del evangelio de hoy, sino solo a los cuatro primeros llamados porJesús: Pedro, Santiago, Juan y Andrés (Mc 13,3-37). Jesús ha dicho poco antesque de los grandes edificios del templo no quedará piedra sobre piedra. Paraestos cuatro, el fin del templo de Jerusalén equivale al fin del mundo, ydesean saber cuándo ocurrirá y qué señales lo precederán. Un tema que anosotros nos parece más propio de los Testigos de Jehová, pero que creabaenorme preocupación en las primeras comunidades cristianas. El discursoresponde a estas cuestiones, pero termina con esta exhortación a la vigilancia,que la liturgia, con pleno sentido, aplica a todos los discípulos y a todosnosotros.

            ¿En quéconsiste la vigilancia? Se sugiere con muy pocas palabras: «dio a cada uno desus criados su tarea». Esa es, en parte, la misión del Adviento: reflexionarsobre la propia tarea recibida de Dios y examinar si la cumplimos debidamente.

 

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Published on November 30, 2023 00:38

November 23, 2023

Dos regalos, con una condición. Fiesta de Cristo Rey. Domingo 34 Ciclo A

 


El próximo domingo terminael año litúrgico, con más de un mes de anticipación al año civil. Los domingossiguientes los dedicaremos a preparar la Navidad (tiempo de Adviento) y acelebrarla. Ahora nos toca cerrar el año, y la Iglesia lo hace con la fiesta deCristo Rey.

Motivo y sentido de la fiesta

            No se trata de unafiesta muy antigua, la instituyó Pío XI en 1925. Para comprenderlo hay querecordar los principales acontecimientos de la época. En 1917 ha tenido lugarla revolución rusa y la instauración del comunismo. Un año después termina laPrimera Guerra Mundial; Alemania, Francia, Italia, Rusia, Inglaterra, Austria,incluso los Estados Unidos, han tenido millones de muertos. La crisis económicay social posterior fue tan dura que provocó la aparición del fascismo enItalia, con la marcha sobre Roma de Mussolini en 1922, y la del nazismo, con elPutsch de Hitler en 1923. Mientras en los Estados Unidos se vive una época deeuforia económica, que llevará a la catástrofe de 1929, en Europa la situaciónde paro, hambre y tensiones sociales es terrible.

            Ante esta situación, Pío XI no hace un simple análisissociopolítico-económico. Se remonta a un nivel más alto, y piensa que la causade todos los males, de la guerra y de todo lo que siguió, fue el “haber alejadoa Cristo y su ley de la propia vida, de la familia y de la sociedad”; y que “nopodría haber esperanza de paz duradera entre los pueblos mientras losindividuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de Cristo Salvador”.Por eso, piensa que lo mejor que él puede hacer como Pontífice para renovar yreforzar la paz es “restaurar el Reino de Nuestro Señor”. Las palabras entrecomillas las he tomado del comienzo de la encíclica Quas primas, con la queinstituye la fiesta.

            La posible objeción es evidente: ¿se pueden resolver tantos problemascon la simple instauración de una fiesta en honor de Cristo Rey?, ¿conseguiráuna fiesta cambiar el corazón de la gente? Los casi cien años que han pasadodesde entonces demuestran que no.

            Por eso, en 1970 secambió el sentido de la fiesta. Pío XI la había colocado en el mes de octubre,el domingo anterior a Todos los Santos. En 1970 fue trasladada al últimodomingo del año litúrgico, como culminación de lo que se ha venido recordando apropósito de la persona y el mensaje de Jesús.

            Ahora, la celebraciónno pretende primariamente restaurar ni reforzar la paz entre las naciones sinofelicitar a Cristo por su triunfo. Como si después de su vida de esfuerzo ydedicación a los demás, hasta la muerte, le concedieran el mayor premio.

            Pero las lecturas nohablan de una celebración de campanas al vuelo y ceremonias deslumbrantes.Hablan de lo bien que se porta Cristo Rey con nosotros y de la respuesta queespera de nuestra parte.

Primerregalo: su preocupación por nosotros (Ezequiel)

            En el Antiguo Oriente, la imagen habitual para hablar del rey era la delpastor. Simbolizaba la preocupación y el sacrificio por su pueblo, como la deun pastor por su rebaño. En la práctica, no siempre era así. El c. 34 deEzequiel habla de los reyes judíos como malos pastores que han abusado de supueblo y luego se han desinteresado de él y lo han abandonado cuando se produjola caída de Jerusalén y la deportación a Babilonia.

Pero Dios no va a permanecer impasible: eliminará a esos malos reyes yocupará su puesto haciendo dos cosas: 1) como Rey-pastor, buscará a sus ovejas,las cuidará, etc. 2) como Rey-juez, juzgará a su rebaño, defendiendo a lasovejas y salvándolas de los machos cabríos (por eso llamamos en España “cabrones”a los que se portan mal con otros).

            El texto del evangelio (elJuicio Final) empalma con el segundo tema. Pero la liturgia se ha centrado enel primero, que subraya la preocupación de Dios por su pueblo. Es interesanteadvertir la cantidad de acciones que subrayan su amor e interés: «seguiré elrastro de mis ovejas, las libraré, apacentaré, las haré sestear, buscaré,recogeré, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas». En el contexto de lafiesta de hoy, estas frases habría que aplicarlas a Jesús y ofrecen una imagenmuy distinta de Cristo Rey: no lo caracterizan el esplendor y la gloria sino sucercanía y entrega plena a todos nosotros. Buen momento para recordar cómo seha comportado con cada uno, buscándonos, librándonos, curando...


Así dice el Señor Dios: «Yo mismo enpersona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.  Como sigue el pastorel rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo elrastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por dondese desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Yo mismo apacentaré misovejas, yo mismo las haré sestear -oráculo del Señor Dios-. Buscaré las ovejasperdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a lasenfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré« como esdebido.  Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor: Voy a juzgar entreoveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.»

 

Segundoregalo: victoria sobre la muerte (1ª carta a los Corintios)

            Pablo, influido sin dudapor las campañas romanas de su tiempo, presenta a Dios Padre como el granemperador que termina triunfando y sometiendo todo. Pero quien guerrea en sunombre es Cristo, que debe enfrentarse a numerosos enemigos. El último deellos, el más peligroso, es la muerte, a la que Jesús vence en el momento deresucitar. De esa victoria sobre la muerte participamos también todos nosotros.El fin del año litúrgico, que recuerda el fin de la vida, es un momentoadecuado para superar la incertidumbre y la angustia ante la muerte y agradecerla esperanza de la resurrección.

 

Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombrevino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murierontodos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primeroCristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo;después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vezaniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta queDios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquiladoserá la muerte. Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo sesometerá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo paratodos.

Unacondición (evangelio)

            El evangelio no secentra en el triunfo de Cristo, que da por supuesto, sino en la conducta quedebemos tener para participar de su Reino.

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a susdiscípulos:

Cuando venga en su gloria el Hijo delhombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, yserán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros,como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a suderecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha:

̶ Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado paravosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis decomer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuvedesnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis averme. 

Entonces los justos le contestarán:

̶ Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y tedimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y tevestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? 

Y el rey les dirá: 

̶  Osaseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos,conmigo lo hicisteis. 

Y entonces dirá a los de su izquierda:

̶ Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo ysus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no medisteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no mevestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.

Entonces también éstos contestarán:

̶ Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, oenfermo o en la cárcel, y no te asistimos?

Y él replicará:

̶  Osaseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes,tampoco lo hicisteis conmigo.

Y éstos irán al castigo eterno, y losjustos a la vida eterna.

            La parábola es tanfamosa y clara que no precisa comentario, sino intentar vivirla. Pero indicoalgunos datos de interés.

            1. A diferencia deotras presentaciones del Juicio Final en la Apocalíptica judía, quien lo llevaa cabo no es Dios, sino el Hijo del Hombre, Jesús. Es él quien se sienta en eltrono real y el que actúa como rey, premiando y castigando.       

            2. Los criterios parapremiar o condenar se orientan exclusivamente en la línea de preocupación porlos más débiles: los que tienen hambre, sed, son extranjeros, están desnudos,enfer­mos o en la cárcel. Estas fórmulas tienen un origen muy antiguo. EnEgipto, en el capítulo 125 del Libro de los Muertos, encontramos algo pareci­do:«Yo di pan al hambriento y agua al que padecía sed; di vestido al hombredesnudo y una barca al náufrago». Dentro del AT, la formulación más parecida esla del c. 58 de Isaías: «El ayuno que yo quiero es éste: partir tu pan con el hambriento,hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tupropia carne.» Lo único que Jesús tendrá en cuenta a la hora de juzgarnos serási en nuestra vida se han dado o no estas acciones capitales. Otras cosas a lasque a veces damos tanta importancia (creencias, prácti­cas religiosas, vida deoración...) ni siquiera se mencionan. 

            3. La novedadabsoluta del planteamiento de Jesús es que lo que se ha hecho con estaspersonas débiles se ha hecho con Él. Algo tan sorprendente que extraña porigual a los condenados y a los salvados. Ninguno de ellos ha actuado o dejadode actuar pensando en Jesús; pero esto es secundario.

 

 

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Published on November 23, 2023 00:38

November 16, 2023

El empleado miedoso y la empresaria modelo. Domingo 33. Ciclo A

  

La parábola del domingo pasado (lasdiez muchachas) animaba a ser inteligentes y previsores. La de hoy anima a laacción, a sacar partido de los dones recibidos de Dios. Jesús ha usado pocoantes, en otra parábola, la imagen del señor y sus empleados. Ahora vuelve ahacerlo, pero usando el contexto de la cultura urbana y pre-capitalista. Lariqueza del señor no consiste en tierras, cultivos y rebaños de vacas y ovejas.Consiste en millones contantes y sonantes, porque los famosos “talentos” notienen nada que ver con la inteligencia. El talento era una cantidad de plata quevariaba según los países, oscilando entre los 26 kg en Grecia, 27 en Egipto, 32en Roma y 59 en Israel. Por consiguiente, los tres administradores reciben,aproximadamente, 300, 120 y 60 kg de plata.

 

 

 

Talento de plata

 

Laparábola (Mateo 25,14-30)

 

En aquel tiempo, dijoJesús a sus discípulos esta parábola: 

Un hombre, al irse deviaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejócinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según sucapacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida anegociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganóotros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondióel dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempovolvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas conellos. 

Se acercó el que hablarecibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cincotalentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo:"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco,te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

Se acercó luego el quehabla recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira,he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleadofiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante;pasa al banquete de tu señor."

Finalmente, se acercó elque había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, quesiegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui aesconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo."

El señor le respondió:"Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego dondeno siembro y recojo donde no esparzo? Pues deblas haber puesto mi dinero en elbanco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadleel talento y dádselo al que tiene diez.

Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que notiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera,a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

 

Elempleado miedoso, negligente y holgazán

 

Los dos primeros duplican esacantidad negociando con el dinero que les han confiado. Pero la parábola sedetiene en el tercero, que se molesta en buscar un sitio escondido, cava unhoyo, y entierra el talento. El lector actual, conocedor de tantos casosparecidos, se pregunta quién ha sido el más inteligente. ¿Es preferible colocarel capital en acciones arriesgadas o guardarlo en una caja fuerte? En cambio,el propietario de la parábola lo tiene claro: había que invertir el dinero ysacarle provecho, como hicieron los dos primeros empleados.

¿Por qué no ha hecho igual eltercero? Él mismo lo dice: porque conoce a su señor, le tiene miedo, y prefirióno correr riesgo. Y termina con un lacónico: “Aquí tienes lo tuyo”.

Sin embargo, el señor nocomparte esa excusa ni esa actitud. Lo que ha movido al empleado no ha sido elmiedo, sino la negligencia y la holgazanería. Le traen sin cuidado su señor ysus intereses. Y toma una decisión que, actualmente, habría provocado manifestacionesy revueltas de todos los sindicatos: lo mete en la cárcel (“echadlo fuera, alas tinieblas”).

 

Aplicándonos el cuento

 

Los sindicatos llevaríanrazón, y conseguirían que readmitieran al empleado, incluso con un granresarcimiento por daños y perjuicios. Pero el Señor de la parábola no dependede sindicatos ni tribunales del trabajo. Tiene pleno derecho a pedirnos cuentasa cada uno del tesoro que nos ha encomendado.

Como ocurría con el aceite enla parábola de las muchachas, los talentos se han prestado a múltiplesinterpretaciones: cualidades humanas, don de la fe, misión dentro de laiglesia, etc. Ninguna de ellas excluye a las otras. La parábola ofrece unaocasión espléndida para realizar un autoexamen: ¿qué he recibido de Dios, atodos los niveles, humano, religioso, familiar, profesional, eclesial? ¿Qué hehecho con ello? ¿Ha quedado escondido en un cajón? ¿Ha sido útil para losdemás? Como se dice en el mismo evangelio de Mateo: ¿Ha resplandecido mi luzante los hombres para que glorifiquen al Padre del cielo? ¿Pienso que serásuficiente decirle: “Aquí tienes lo tuyo”?

 

Una moraleja desconcertante

 

La parábola, termina con unaspalabras muy extrañas:

           

“Al que tiene se le dará, y al que no tiene sele quitará hasta lo que            tiene”.

 

¿En qué quedamos? ¿Tiene o notiene? Pero la frase no se debe al error de un copista, se encuentra así en lostres evangelios sinópticos (Mt 13,12; Mc 4,25; Lc 19,26). Es posible que elmismo Jesús intentara aclararla más tarde mediante la historia de un señor queencomienda su capital a tres empleados. El sentido de la frase resulta ahoramás claro: “Al que produzca se le dará, y al que no produzca se le quitará loque tiene”. Esa parábola terminó en dos versiones bastante distintas, la deMateo, que se lee hoy, y la de Lucas 19,11-27. Lucas, para no provocar las irasde los sindicatos, no mete al empleado holgazán en la cárcel, se limita aquitarle el denario.

 

La empresaria modelo (1ª lectura:Proverbios 31,10-13.19-20)

 

En el contexto económico de laparábola encaja perfectamente la imagen de la mujer empresaria de la que hablael libro de los Proverbios. La liturgia traduce “mujer hacendosa”. Pero eltexto sugiere mucho más. Habla de una mujer que es, al mismo tiempo, excelenteempresaria (cosa que quedaría más clara si la liturgia no hubiera mutilado eltexto), generosa con los necesitados y con las personas a su servicio,preocupada por sus hijos y su marido, gozando del respeto y estima de susconciudadanos, porque ella misma respeta al Señor. Es interesante esta imagenpropuesta por un libro bíblico hace veintitrés o veinticuatro siglos, tandistinta de nuestro proverbio: “La mujer casada, la pata quebrada… y en casa”.

 

Una mujer hacendosa,¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas.  Su marido se fía deella, y no le faltan riquezas.  Le trae ganancias y no pérdidas todos losdías de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de susmanos.  Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma larueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo alpobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señormerece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras laalaben en la plaza.

 

Quien lee el poema entero (seencuentra en Proverbios 31,10-31) advierte la enorme actividad que esta mujerdesarrolla desde la mañana temprano hasta avanzada la noche. El capitalrecibido de Dios (sean cinco talentos, dos o uno) ha sabido invertirlo perfectamente.

 

 

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Published on November 16, 2023 01:04

November 9, 2023

Preparando el examen final. Domingo 32. Ciclo A

  

                     Diez muchachas eran sensatas...

Se acerca el fin del año (litúrgico)

            Nos acercamos al final del añolitúrgico, que terminará el 26 de noviembre. Como si nos aproximáramos al finalde curso y tuviéramos que hacer un examen, la Iglesia quiere que nos preparemosa fondo y con tiempo. Para ello, en estos tres últimos domingos del año(32-34º), se leen tres parábolas que se complementan: las diez muchachas, lostalentos, el Juicio Final. Estas parábolas solo se encuentran en el evangeliode Mateo, que las añade con un fin muy concreto: tomarse la vida muy en serio.

            El 24 de octubre de 2023 se abatió sobre Acapulco (Méjico) un huracán defuerza 5. Se han contabilizado 46 muertos y 58 personas no localizadas.Pensemos también en los miles muertos en la Franja de Gaza, Israel, Ucrania yel resto del mundo. Si pudieran volver a la vida estarían de acuerdo con laspalabras del evangelio: «Estad en vela, porque no sabéis el día ni lahora». 

Vigilar no es vivir angustiado

            San Luis Gonzaga estaba un díajugando al frontón y le preguntó un compañero: «Hermano Luis, si supieras queibas a morir dentro de poco, ¿qué harías?». Y él respondió: «Seguir jugando».¿Cómo se conjugan la vigilancia y el juego? La parábola de hoy puede ayudarnosa comprenderlo.

La parábola de las diez muchachas

«Separecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas ysalieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, lassensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, lesentró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: ¡Que llega elesposo, salid a recibirlo! Entonces se despertaron todas aquellas doncellas yse pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas:"Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas."Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotrasy nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientrasiban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con élal banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también lasotras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos. "Pero élrespondió: "Os lo aseguro: no os conozco. Por tanto, velad, porque nosabéis el día ni la hora.»

Entiempos de Jesús, cuando se celebraba una boda, un grupo de muchachas acompa­ñabaal novio a recoger a la novia para acompañarlo a la ceremonia. A partir de estehecho tan trivial crea Jesús la parábola. Nos encon­tramos ante diez muchachasdivididas en dos grupos de cinco: unas necias, que se olvidan del aceite paralos candiles; otras sensatas, que llevan aceite de repues­to. Hasta aquí todo esposible. Pero la parábola adquiere de repente un tono irreal, porque quien dael plantón no es la novia, sino el novio, que se retrasa hasta la medianoche.

Mientras,las diez se han quedado dormidas. Y los candiles siguen consumiendo aceite. Alllegar el novio, unas pueden reponerlo fácilmente, los otros están casiagotados. Las sensatas no quieren darles aceite, y el novio se niega aadmitirlas después de cerrada la puerta.

Laconclusión de la parábola es desconcertante: “Por tanto, estad en vela, porqueno sabéis el día ni la hora”. Es desconcer­tante, porque ninguna de la diez havelado, todas se quedaron dormidas. Lo cual significa que la vigilancia, eneste caso, equivale a la sensatez de llevarse la provisión de aceite. ¿Quésignifica esto en la práctica?

Dos interpretaciones posibles

La parábola se ha interpretado en dos líneas principales.

Unaconcede especial importancia al aceite, viéndolo como imagen de la fe, delfervor, de las buenas obras, de lo que debemos estar provistos cuando llegue elesposo, Cristo.

Otrano presta atención al aceite; lo importante es estar preparados ya, y noretrasarlo hasta un momento que resulte demasiado tarde. Esta segunda líneaparece la más exacta, como lo demuestra su traducción al lenguaje moderno. Diezuniversitarios se acercan al fin de curso. Cinco han estudiado durante todo elaño, asistido a las prácticas, tomado apuntes; otros cinco han empalmado movidacon movida. En el momento de entrar al examen piden a los primeros que lespasen las respuestas. Los otros se niegan, como es lógico. El examen se preparacon tiempo, no se improvisa ni se copia.

            De todos modos, las dosinterpretaciones se complementan. Si decimos: «Lo importante es estarpreparados», ¿en qué consiste la preparación? «En llevar aceite de repuesto». Y¿qué es el aceite? Mateo dejará claro dentro de dos domingos, en la paráboladel juicio final, que el aceite del que debemos estar provistos son las buenasobras: dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo,etc.

La clave de la 1ª lectura

         

Laprimera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, ofrece una perspectiva muyinteresante. Se ha elegido porque su tema empalma con el de la sensatez de lascinco muchachas. 

Lasabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y laencuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que ladesean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a lapuerta. en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve librede preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que lamerecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cadapensamiento.

Enesta lectura, la sabiduría no es algo intelectual, un conjunto deconocimientos, sino una persona a la que se ama, se busca y se encuentra, o quese encuentra sentada a nuestra puerta esperándonos. Los primeros cristianosaplicaron esta imagen personalizada de la sabiduría a Jesús, que es laSabiduría de Dios.

Conesto, la parábola adquiere un sentido nuevo. ¿Cómo podemos estar preparados? ¿En qué consiste la vigilancia? En tener ese contacto con Jesús, pensaren Él, hablar con Él, dejarnos encontrar por Él. Para que no nos ocurra lo que diceel novio a las cinco muchachas insensatas: “No os conozco”. La amistad conJesús, la capacidad de diálogo con Él, no se improvisan. Hay que ejercitarlastodos los días para poder disfrutar luego del banquete de bodas. Sin olvidarque el segundo mandamiento es igual que el primero: el amor y la preocupaciónpor el prójimo tampoco se improvisan a última hora.

 



   

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Published on November 09, 2023 00:26

November 2, 2023

Dos ejemplos malos y uno bueno. Domingo 31. Ciclo A

 La cátedra de Moisés

Los protagonistas de las treslecturas (hoy tendré también en cuenta la segunda) son las personas quedeberían estar al servicio de la comunidad. Unos se portan mal con Dios y conel prójimo; Pablo se entrega por completo a sus cristianos. 

El mal ejemplode los sacerdotes (1ª lectura)

            La primera lectura nos traslada a Judá en el siglo IVa.C. Por entonces, los judíos están sometidos al imperio persa. No tienen rey,sólo un gobernador, y los sacerdotes gozan cada vez de mayor poder y autoridad.Pero no lo ejercen como correspondería. Contra ellos se alza este profetaanónimo (Malaquías no es nombre propio sino título; significa “mi mensajero”).

            Las acusaciones que hace a lossacerdotes son muy duras, pero parecen muy genéricas: no dar gloria a Dios, noobedecerle, no guardar sus caminos, hacer tropezar a muchos. Si la liturgia nohubiese mutilado el texto, quedarían claras algunas de las cosas con las quelos sacerdotes desprecian a Dios: ofreciendo sobre el altar pan manchado,animales ciegos, cojos, enfermos o incluso robados. En definitiva, no danimportancia al altar ni a lo que se ofrece a Dios. En cambio, hacen tropezar amuchos, son parciales en la instrucción, favoreciendo a unos y perjudicando aotros en cuestiones muy distintas (cultuales, económicas, matrimoniales).

Lecturade la profecía de Malaquías 1, 14-2, 2b. 8-10

«Yosoy el Gran Rey, y mi nombre es respetado en las naciones -dice el Señor de losejércitos. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes. Si no obedecéis y no osproponéis dar gloria a mi nombre -dice el Señor de los ejércitos-, os enviarémi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos enla ley, habéis invalidado mi alianza con Leví -dice el Señor de losejércitos-. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por nohaber guardado mis caminos, y porque os fijáis en las personas al aplicar laley. ¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismoSeñor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando laalianza de nuestros padres?»

El mal ejemplode los escribas y fariseos (Mateo 23,1-12)

            En los domingos anteriores leíamos diversosenfrentamientos de grupos religiosos judíos con Jesús. Ahora le toca a élcontraatacar. Y lo hace con un discurso muy extenso, del que hoy sólo se lee laprimera parte, dirigido contra los escribas y fariseos, los principalesrepresentantes religiosos de los judíos después del año 70 (cuando los romanosincendiaron el templo de Jerusalén, los sacerdotes pasaron a segundo planoporque no podían ejercer su función cultual).

            Los escribas eran los especialistas en la Ley de Moisés,algo así como nuestros canonistas y moralistas. Los fariseos eran los seglarespiadosos, que se esforzaban sobre todo por cumplir las normas de pureza y porpagar el diezmo incluso de lo más pequeño.

            Ni buen ejemplo ni buenaenseñanza

En la cátedra de Moisésse han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan;pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo quedicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a lagente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo paraempujar.

El discurso comienza con unaafirmación llena de ironía. Aparentemente distingue entre lo que dicen y lo quehacen. Lo que dicen es bueno, lo que hacen... es que no hacen nada. Sinembargo, esta afirmación hay que matizarla teniendo en cuenta el resto delevangelio. Entonces se advierte que Jesús no está de acuerdo con la enseñanzade escribas y fariseos, porque en otras ocasiones ha mostrado su desacuerdo conellos, e incluso ha puesto en guardia a los discípulos contra su doctrina. Asílo demuestra la referencia a su enseñanza: toda ella se resume en agobiar a lagente con cargas pesadas, que ellos no se molestan en empujar ni con el dedo.Por consiguiente, la única forma adecuada de interpretar las palabras inicialeses la ironía. Jesús está en desacuerdo con la conducta de escribas y fariseos,y también con su enseñanza.

Filacterias yalzacuellos, borlas y colorines

Todo lo que hacen espara que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas delmanto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honoren las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente losllame maestros.

            El discurso sigue con el mismo enfoque irónico. Despuésde afirmar que «no hacen», dice que hacen muchas cosas, todas para llamar laatención. Y se detiene en algo a lo que Jesús daba mucha importancia: la formade vestir.

            Las filacterias eran pequeñas cajas forradas de pergaminoo de piel negra de vaca que contienen tiras de pergamino en las que estánescritos cuatro textos bíblicos (Dt 11,13-22; 6,4-9; Ex 13,11-16; Ex 13,2-10).Desde los trece años, durante la oración de la mañana en los días laborables, elisraelita varón se ponía una sobre la cabeza y otra en el brazo izquierdo,pronunciando estas palabras: «Bendito seas, Yahvé, Dios, Rey del Universo, quenos has santificado por tus mandamientos y que nos has ordenado llevar tusfilacterias». Mateo alude a una costumbre de los judíos beatos, que llevabanlas filacterias todo el día y agrandaban las borlas para hacerlas más visibles.

            El origen de las borlas se remonta a Nm 15,38s: «Di a losisraelitas: Haceos borlas y cosedlas con hilo violeta a la franja de vuestrosvestidos. Cuando las veáis, os recordarán los mandamientos del Señor y osayudarán a cumplirlos sin ceder a los caprichos del corazón y de los ojos, queos suelen seducir». Los judíos beatos agrandaban esas borlas que llamar laatención. Escribas y fariseos caen en estos defectos, a los que se añaden otrosdetalles de presunción.

            Ni maestro, ni padre

Vosotros, en cambio, noos dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotrossois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno soloes vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno soloes vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestroservidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla seráenaltecido.

            Mateo, que no quiere limitarse a ironizar, sino que deseaevitar los mismos peligros en la comunidad cristiana, termina esta parteintroductoria exhortando a evitar todo título honorí­fico: maes­tro, padre,consejero. En su opinión, no se trata de una cuestión secundaria: el uso deestos títulos equivale a introducir dife­rencias dentro de la comunidad,olvidando que todos somos igua­les: todos herma­nos, todos hijos del mismoPadre. Más aún, esos títulos signifi­can desposeer a Dios y al Mesías de la dignidadexclusiva que les pertenece, para atribuírsela a simples hombres. Por eso,frente al deseo de aparentar de escri­bas y fariseos, el principio que deberegir entre los cristianos es que «el más grande de vosotros será servidorvuestro». Y el que no esté dispuesto a aceptarlo, que se atenga a las consecuen­cias:«A quien se eleva, lo abajarán, y a quien se abaja, lo elevarán».

El buen ejemplode Pablo (1ª Tesalonicenses 2,7b-9.13)

            Por pura casualidad, y sin que sirva de precedente, lasegunda lectura de hoy se puede relacionar con las otras dos. Frente al malejemplo de desinterés, autoritarismo, vanidad y presunción, Pablo ofrece unejemplo de entrega absoluta a los cristianos de Tesalónica, como una madre,trabajando día y noche para no resultarles gravoso.

Hermanos:
            Os tratamos con delicadeza,como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamosentregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas,porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestrosesfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie,proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Ésa es la razón por laque no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, queos predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es enverdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.

 

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Published on November 02, 2023 01:36

October 26, 2023

Aprenda a salvarse en treinta segundos. Domingo 30. Ciclo A

 



¿Cuál es el mandamiento principal? Muchos católicosresponderían: «Ir a misa el domingo». A los que piensen de otro modo, les gustarárecordar lo que pensaba Jesús.

 

El problema de sus contemporáneos

 

            Enlos domingos anteriores, diversos grupos religiosos se han ido enfrentado aJesús, y no han salido bien parados. Los fariseos envían ahora a unespecialista, un doctor de la Ley, que le plantea la pregunta sobre elmandamiento principal. Para comprenderla, debemos recordar que la antiguasinagoga contaba 613 mandamientos (248 preceptos y 365 prohibiciones).

 

¿Se puede reducir todo a uno?

 

            Anteeste cúmulo de mandamientos, es lógico que surgiese el deseo de sintetizar, desaber qué era lo más importante. Este deseo se encuentra en una anécdota apropósito de los famosos rabinos Shammay y Hillel, que vivie­ron pocos añosantes de Jesús. Una vez llegó un pagano a Shammay y le dijo: «Me haré prosélitocon la condición de que me enseñes toda la Torá mien­tras aguanto a pata coja».Shammay, que era sastre, lo despidió amenazándolo con la vara de medir quetenía en la mano. El pagano acudió entonces a Hillel, que le dijo: «Lo que note guste, no se lo hagas a tu prójimo. En esto consiste toda la Ley, lo demáses interpreta­ción» (Schabat 31a). Tambiénel Rabí Aquiba (+ hacia 135 d.C.) sintetizó toda la Ley en una sola frase: «Amarása tu prójimo como a ti mismo; este es un gran princi­pio general en la Torá». 

 

La novedad de Jesús

 

            Mateohabía puesto en boca de Jesús una síntesis parecida al final del Sermón delMonte: «Todo lo que querríais que hicieran los demás por vosotros, hacedlovosotros por ellos, porque eso significan la Ley y los Profetas» (Mt7,12). En el evangelio de hoy Jesús responde con una cita expresa de laEscritura:

 

En aquel tiempo, losfariseos, al oír que Jesús habla hecho callar a los saduceos, formaron grupo, yuno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

̶Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?

Élle dijo:

̶  Amarás al Señor, tu Dios, con todo tucorazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el principal yprimero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.

 

            «Amarásal Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente» (Deuteronomio6,5). Son parte de las palabras que cualquier judío piadoso recita todos losdías, al levantarse y al ponerse el sol. En este sentido, la respuesta de Jesúses irreprochable. No peca de originalidad, sino que aduce lo que la fe estáconfesando continuamente.

            Lanovedad de su respuesta radica en que le han preguntado por el manda­mientoprincipal, y añade un segundo, tan importante como el primero: «Amarás a tuprójimo como a ti mismo» (Levítico 19,18). Una vez más, su respuesta entroncaen la más auténtica tradición profética. Los profetas denunciaron continuamenteel deseo del hombre de llegar a Dios por un camino individual e intimista, queolvida fácilmente al prójimo. Durante siglos, muchos israelitas, igual quemuchos cristianos, pensaron que a Dios se llegaba a través de actos de culto,peregrinaciones, ofrendas para el templo, sacrificios costosos... Sin embargo,los profetas les enseñaban que, para llegar a Dios, hay que dar necesariamenteel rodeo del prójimo, preocuparse por los pobres y oprimidos, buscar unasociedad justa. Dios y el prójimo no son magnitudes separables. Tampoco sepuede decir que el amor a Dios es más importante que el amor al prójimo. Ambospreceptos, en la mentalidad de los profetas y de Jesús, están al mismo nivel,deben ir siempre unidos. «De estos dos mandamientos penden la Ley entera y losProfetas» (v.40).

El prójimo son los más pobres (1ª lectura)

            Enesta misma línea, la primera lectura es muy significativa. Podían haber elegidoel texto de Deuteronomio 6,4ss donde se dice lo mismo que Jesús alprincipio: «Escucha, Israel, el Señor tu Dios es uno. Amarás al Señor tu Dioscon todo tu corazón...» Sin embargo, han elegido un texto del Éxodo quesubraya la preocupación por los inmigrantes, viudas y huérfanos, que son losgrupos más débiles de la sociedad (la traducción que se usa en España dice los «forasteros»,pero en realidad son los inmigrantes, los obligados a abandonar su patria enbusca de la supervivencia, marroquíes, senegaleses, rumanos, etc.). Luego habladel préstamo, indicando dos normas: si se presta dinero, no se puedencobrar intereses; si se pide el manto como garantía, hay que devolverloantes de ponerse el sol, para que el pobre no pase frío. Es una forma deacentuar lo que dice Jesús: sin amor al prójimo, sobre todo sin amor ypreocupación por los más pobres, no se puede amar a Dios.

Así dice el Señor:«No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros enEgipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas yellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir aespada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Siprestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no seráscon él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda elmanto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tieneotro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si gritaa mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.»

El ejemplo de unos cristianos pobres (2ª lectura: 1Tes 1,5c-10)

            La lectura dela primera carta a los Tesalonicenses, continuación del fragmento que leímos eldomingo pasado, recuerda lo bien que acogieron «la Palabra, entre tanta luchacon la alegría del Espíritu Santo». La continuación de la carta aclara que«tanta lucha» se refiere a las persecuciones de los judíos. La comunidad, quizála más pobre de las que fundó Pablo, supo unir dos realidades aparentementeirreconciliables: sufrir y vivir alegres, gracias al Espíritu Santo. De estemodo se convirtieron en modelo para otros muchos cristianos de Macedonia yGrecia y nos recuerdan el ejemplo parecido de otras comunidades actuales.

            El texto, aunque muy breve, contienedos datos interesantes: 1) Resume la predicación de Pablo, al menos en susprimeros tiempos: el recurso para evitar el castigo futuro de Dios consiste enabandonar los ídolos, volverse al Dios verdadero y vivir aguardando la vueltade su Hijo Jesús. 2) Hay comunidades cristianas no solo en Macedonia, sinotambién en Acaya y «en todas partes»; Acaya es la región situada al norte delPeloponeso, entre la región de Corintia y el mar Jónico. Esto demuestra que lapredicación de Pablo y de los otros misioneros no se limitó a la ciudad deCorinto, sino que se extendió también hasta relativamente lejos.

Hermanos: Sabéis cuálfue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteisnuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con laalegría del Espíritu Santo. Así llegaste a ser un modelo para todos los creyentesde Macedonia y de Acaya. Desde vuestra comunidad, la palabra del Señor haresonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes; vuestra fe enDios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidadde explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que oshicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir alDios vivo y verdadero y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde elcielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os librará del castigofuturo.

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Published on October 26, 2023 00:36

October 18, 2023

A Dios lo que es de Dios y la carta más antigua. Domingo 29. Ciclo A.

  


Dos posturas ante el tributoal César

Seguimos en la explanada del templo de Jerusalén, enmedio de los enfrentamientos de diversos grupos con Jesús. Esta vez, fariseos yherodianos lo van a poner en un serio compromiso preguntándole sobre la licituddel tributo al emperador romano. Por entonces, además de los impuestos que sepagaban a través de peajes, aduanas, tasas de sucesión y de ventas, los judíosdebían pagar el tributo al César, que era la señal por excelencia de sometimientoa él.

            Fariseosy herodianos no tenían dudas sobre este tema; ambos grupos eran partida­rios depagarlo. Los fariseos, porque no querían con­flictos con los romanos mientrasles permitieran observar sus prácticas religiosas. Los herodianos, porque manteníanbuenas relaciones con Roma. Como anadie le gusta pagar, los rabinos discutían si se podía eludir el tributo. Yalgunos adoptaban la postura pragmática que refleja el tratado Pesajim112b: «... no trates de eludir el tributo, no sea que te descubran y te quitentodo lo que tienes». 

          Sin embargo,otros judíos adoptaban una postura de oposición radical, basada en motivosreligiosos. Dado que el pago del tributo era signo de sometimiento al César,algunos lo interpretaban como un pecado de idolatría, ya que se reconocía a unseñor distinto de Dios. Este era el punto de vista de los sicarios, grupo quecomienza con Judas el Galileo, cuando el censo de Quirino, a comienzos delsiglo I de nuestra era. Al narrar los comienzos del movimiento cuenta FlavioJosefo: «Durante su mandato [de Coponio], un hombre galileo, llamado Judas,indujo a los campesinos a rebelarse, insultándolos si consentían pagar tributoa los romanos y toleraban, junto a Dios, señores morta­les» (Guerra de losJudíos II, 118). Más adelante repite afirmaciones muy pareci­das: «Judas,llamado el galileo..., en tiempos de Quirino había atacado a los judíos porsometerse a los romanos al mismo tiempo que a Dios» (Guerra de los JudíosII, 433).

La trampa de la pregunta

            Coneste presupuesto, se advierte que la pregunta que le hacen a Jesús sobre si eslícito pagar el tributo podía compro­meterlo gravemente ante las autoridadesromanas (si decía que no), o ante los sectores más progresistas y politizadosdel país (si decía que sí). Además, la pregunta es especialmente insidiosa,porque no se mueve a nivel de hechos, sino a nivel principios, de licitud oilicitud.

 En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo paracomprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unospartidarios de Herodes, y le dijeron:

̶ Maestro, sabemos que eres sincero y queenseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie,porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagarimpuesto al César o no?

La respuesta de Jesús

             Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

- Hipócritas, ¿por qué me tentáis?Enseñadme la moneda del impuesto.

Le presentaron un denario. Él lespreguntó:

̶ ¿De quién son esta cara y estainscripción?

Le respondieron:

̶ Del César.

Entonces les replicó:

̶ Pues pagadle al César lo que es delCésar y a Dios lo que es de Dios.

            Jesús,que advierte enseguida la mala intención, ataca desde el comienzo: «¿Por qué metentáis, hipócritas?» Pide la moneda del tributo, devuelve la pregunta y sacala conclusión. Jesús, como sus contemporáneos, acepta que el ámbito de dominiode un rey es aquel en el que vale su moneda. Si en Judá se usa el denario, conla imagen del César, significa que quien manda allí es el César, y hay quedarle lo que es suyo.

            Estaspalabras de Jesús, tan breves, han sido de enorme trascen­dencia al elaborar lateoría de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Y se han prestadotambién a inter­pretaciones muy distin­tas.

Las cosas de Dios

            Sianalizamos el texto, las palabras: «Dad al César lo que es del César, y a Dioslo que es de Dios», no constituyen una evasiva, como algunos piensan. Van alnúcleo del problema. Los fariseos y herodianos han preguntado si es lícito pagartributo desde un punto de vista religioso, si ofende a Dios el que se pague. Larespuesta contundente de Jesús es que a Dios le interesan otras cosas másimportantes, y ésas no se las quieren dar. Teniendo presente el conjunto delevangelio, «las cosas de Dios», lo que le interesa, es que se escuche a Jesús,su enviado, que se acepte el mensaje del Reino, que se adopte una actitud deconversión, que se ponga término al raquitismo espiritual y religioso, que sesepa acoger a los débiles, a los menesterosos, a los marginados. Eso nointeresa ni preocupa a fariseos y herodianos, pero es la cuestión principal. Siel evangelio no fuese tan escueto, podría haber parafraseado la respuesta deJesús de esta manera: ¿Es lícito poner el sábado por encima del hombre? ¿Eslícito cargar fardos pesados sobre las espaldas de los hombres y no empujar nicon un dedo? ¿Es lícito llamar la atención de la gente para que os haganreverencias y os llamen maestros? ¿Es lícito impedir a la gente el acceso alReino de Dios? ¿Es lícito hacer estúpidas disquisiciones sobre los votos yjuramentos? ¿Es lícito dejar morir de hambre al padre o a la madre por cumplirun voto? ¿Es lícito pagar los diezmos de la menta y del comino, y olvidar lahonradez, la compasión y la sinceridad? En todo esto es donde están en juego «lascosas de Dios», no en el pago del tributo al César.

            Naturalmente,la comunidad cristiana pudo sacar de aquí conse­cuencias prácticas. Frente a lapostura intransigente de los sicarios, defender que no era pecado pagar tributoal César. Y, con una perspectiva más amplia, fundamentar una teoría sobre laconviven­cia del cristiano en la sociedad civil, sin necesidad de buscar portodas partes enfrentamientos inútiles. Siempre, incluso en las peorescircunstancias políticas, nadie podrá arrebatarle a la iglesia y al cristiano laposibilidad de dar a Dios lo que es de Dios.

El emperador no siempre esenemigo (1ª lectura)

            En Israel, desde los primeros siglos, hubo gentefanática y enemiga de conceder el poder político a un hombre mortal. El únicorey debía ser Dios, aunque no quedaba claro cómo ejercía en la práctica esarealeza. Otros grupos, sin negarle la autoridad suprema a Dios, aceptaban elgobierno de un rey humano. Pero siempre debía tratarse de un israelita, no deun extranjero. La novedad del texto de Isaías, una auténtica revoluciónteológica para la época, es que Dios, aunque afirma su suprema autoridad («Yosoy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios»), él mismo escoge al reypersa Ciro, lo lleva de la mano, le pone la insignia y le concede la victoria.Porque Ciro, al cabo de pocos años, será quien conquiste Babilonia y libere alos judíos, permitiéndoles volver a su tierra.

            Este proceso de esclavitud –liberación – vuelta a la tierra recuerda al ocurrido siglos antes, cuando elpueblo salió de Egipto. La gran novedad, escandalosa para muchos judíos, es queahora el salvador humano no es un nuevo Moisés sino un emperador pagano.

          El texto ha sido elegido paraconfirmar con un ejemplo histórico que se puede respetar al emperador, pagartributo, sin por ello ofender a Dios.

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, aquien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturasde los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Pormi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di untítulo, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, nohay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Orientea Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.

El escrito más antiguo del Nuevo Testamento(2ª lectura)

            Desde este domingo hasta el 33inclusive la segunda lectura se toma de la 1ª carta de Pablo a lostesalonicenses, escrita en Corinto hacia el año 49/50.

            El breve fragmento elegido por laliturgia de hoy solo contiene el exordio, con los elementos típicos (remitentes, destinatarios, saludo)y el comienzo de la acción de gracias, donde Pablo recuerda las tres grandesvirtudes de los tesalonicenses (fe, amor, esperanza) y el don de la elección. Adviértaseel tono tan cordial con que escribe Pablo.

Pablo, Silvano y Timoteo, a la Iglesia de los tesalonicenses, en DiosPadre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos graciasa Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. AnteDios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, elesfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristonuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido yque cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros no hubo sólo palabras, sino,además, fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda, como muy bien sabéis.

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Published on October 18, 2023 23:26

October 12, 2023

Un banquete que termina mal. Domingo 28 Ciclo A

El domingo pasado, laparábola de los viñadores homicidas terminaba diciendo que la viña seríaconsignada «a un pueblo que produzca sus frutos» (v.43). Algo parecido afirmala parábola de hoy, la de los invitados al banquete, que nos ha llegado através de Mateo y Lucas. Para comprender el enfoque de Mateo considero esencialtener en cuenta no solo la primera lectura (Isaías) sino también la versión deLucas.

El punto departida: un festín de manjares suculentos (Is 25,6-10a)

            La parábola de los invitados a la boda se inspira en unpoema del libro de Isaías a propósito del gran banquete que Dios organizará “eneste monte”, Jerusalén, que supondrá la alegría, la salvación y la victoriasobre la muerte para todos los pueblos.

            Aquel día,

            el Señor de los ejércitos preparará para todos lospueblos,

            en este monte,

            un festín de manjares suculentos, un festín de vinos desolera;

            manjares enjundiosos, vinos generosos.

            Y arrancará en este monteel velo que cubre a todos los pueblos,

            el paño que tapa a todas las naciones. 

            Aniquilará la muerte para siempre.

            El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros,

            y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país.

            Aquel día se dirá:

            «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nossalvara;

            celebremos y gocemos con su salvación.

            La mano del Señor se posará sobreeste monte».

La reinterpretaciónirónica de Lucas (Lc 14,15-24)

            El texto de Isaías podía provocar en cualquiera elsentimiento que pone Lucas en boca de un oyente de Jesús: «¡Dichoso el que comaen el Reino de Dios!». Entonces Jesús, con gran dosis de ironía y realismo,cuenta una parábola que podemos dividir en dos actos:

            Acto I:

ü  un hombre organiza un gran banquete;

ü  envía a un criado allamar a los invitados;

ü  los invitados se excusan debuena manera.

            Acto II:

ü  El hombre, irritado, manda alcriado a invitar al banquete a pobres, lisiados, ciegos y cojos;

ü  el criado obedece, perotodavía sobra sitio;

ü  el hombre vuelve a enviarlo«hasta que se llene la casa».

            Moraleja:

«Ninguno de aquellos invitados probará mi banquete».

            En la versión de Lucas, la parábola contada por Jesúsexplica por qué en la comunidad cristiana (el banquete) no están los que cabríaesperar (los judíos), sino otros (los paganos). Del optimismo exagerado deIsaías pasamos al terrible realismo con que Jesús enfoca siempre lascuestiones.

Lareinterpretación más dura y crítica de Mateo (Mt 22,1-14)

            La versión de Lucas podía suscitar en las comunidadescristianas un sentimiento de satisfacción y de falsa seguridad. Para evitarlo, Mateoañade una última escena e introduce también interesantes cambios; los dos actosse convierten cuatro:

            «Elreino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandócriados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir.Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengopreparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto.Venid a la boda. " Los convidados no hicieron caso; uno se marchó asus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados ylos maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas,que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo asus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se lamerecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis,convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron atodos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó decomensales.

            Cuando el rey entró a saludar a loscomensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y ledijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" Elotro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo depies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y elrechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos losescogidos.»

            Acto I:

ü  Un rey invita a la boda de suhijo;

ü  envía criados (enplural);

ü  los invitados no quieren ir.

            Acto II:

ü  El rey vuelve a enviar criados;

ü  los invitados no hacen caso a los criados eincluso matan a algunos de ellos;

ü  el rey mata a los asesinos yprende fuego a su ciudad.

            Acto III:

ü  El rey manda a recoger por lascalles a todos, malos y buenos;

ü  La sala se llena decomensales.

            Acto IV:

ü  El rey descubre a un comensalsin traje de fiesta;

ü  manda expulsarlo del banquete.

            Moraleja:

                        «Hay más llamados que escogidos».

            Mateo ha reinterpretado la parábola a la luz de losacontecimientos posteriores y en clara polémica con las autoridades religiosasjudías.

            En el Acto I, el protagonista no es un hombre cualquiera,sino un rey (Dios), que celebra la boda de su hijo (Jesús). Y no envía a unsolo criado, sino a muchos (referencia a los antiguos profetas y a losmisioneros cristianos). Los invitados, en vez de excusarse de buena manera,como en Lucas, simplemente no quieren ir.

            Entonces introduce Mateo un acto nuevo (II), donde lainvitación del rey encuentra una oposición mucho mayor (incluso llegan a matara algunos criados) y la reacción del monarca es terrible, porque manda suejército a acabar con los asesinos y a prender fuego a la ciudad (destrucciónde Jerusalén por los romanos en el año 70).

            El Acto III también representa una novedad con respecto aLucas: no se invita a pobres, lisiados, ciegos y cojos, sino a todos, buenos ymalos. El enfoque socioeconómico de Lucas (en el banquete entran los marginadossociales) lo sustituye Mateo por el moral (todo tipo de personas).

            Pero Mateo añade un nuevo Acto, el IV, que es la que másle interesa: un invitado se presenta sin vestido de boda y es echado fuera.

            Con estos cambios, la parábola explica por qué lacomunidad cristiana está compuesta de personas tan imprevisibles y, al mismotiempo, contiene un toque de atención para todas ellas. En el Reino de Diospuede entrar cualquiera, bueno o malo. Pero, si se acepta la invitación, hayque presen­tarse dignamente vestido.

Ni frac ni maxifalda

            Para entrar en una mezquita hay que descalzarse. Paraentrar en una sinagoga hay que cubrirse la cabeza. Para entrar en cualquieriglesia se aconseja o exige un vestido digno. Pero el vestido del que habla laparábola no se mide en centímetros ni se debe caracterizar por su elegancia. Esuna forma de comportarse con Dios y con el prójimo. O, utilizando una metáforade san Pablo, hay que vestirse de nuestro Señor Jesucristo. No es un disfraz.Es un modo de vivir y de actuar que recuerde a los demás, dentro de lo posible,como él vivió y actuó.

La generosidad de los filipenses y losmejicanos que esperan a La Bestia (Fil 4,12-14.19-20)

            Pablono quería ser gravoso a las comunidades que fundaba. No aceptaba que leayudasen económicamente, prefería ganarse de vivir trabajando con sus manos.Pero hay ocasiones en las que no puede hacerlo, como ocurre cuando está presoen la cárcel de Éfeso. Entonces acepta y agradece la ayuda que le envían losfilipenses, y les asegura que Dios se lo recompensará con creces.

            EnMéjico hay una red de trenes de carga conocida como La Bestia, o El tren de lamuerte. Son los trenes escogidos por muchos migrantes de Venezuela, Colombia,Honduras, etc., para llegar a la frontera de Estados Unidos, montándose en eltecho y jugándose la vida. Cuando pasa por algunas estaciones, gente muy pobrey sencilla lo espera para lanzarles bolsas con comida y bebida. Un ejemplomaravilloso, que recuerda la generosidad de los filipenses.

 


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Published on October 12, 2023 00:29

October 5, 2023

De canción de amor a canción de muerte. Domingo 27. Ciclo A


 El domingo pasado, Jesús denunció a lasautoridades religiosas y políticas por no haber creído a Juan Bautista nihaberse dejado interpelar por el buen ejemplo de los recaudadores de impuestosy las prostitutas. Este domingo, el ataque es más duro: los acusará de ladronesy asesinos. Para comprenderlo hay que remontarse ocho siglos, hasta la época deIsaías.

Acto I: Explanada del templo deJerusalén. Hacia 735 a.C.

            Elmurmullo se apaga lentamente. Cuando se hace silencio, Isaías se dirige a lagente congregada: «Voy a cantar una canción de amor. Del amor de mi amigo a suviña». El público sonríe incrédulo. No imagina al profeta cantando una canciónde amor. Lo más frecuente en él son denuncias y elegías.

            Lacanción habla del trabajo entusiasta que dedica su amigo a una hermosa viña:entrecava el terreno, lo descanta, plata buenas cepas, construye una atalaya y,esperando una magnífica cosecha, cava un lagar. Pero, al cabo del tiempo, laviña, en vez de dar uvas hermosas y dulces, da ácidos agrazones.

            Isaíasaparta la cítara y mira fijamente al público: «Ahora os toca a vosotros hacerde jueces entre mi amigo y su viña. ¿Podía hacer por ella más de lo que hizo».

La gente guarda silencio e Isaíascontinúa: «Voy a deciros lo que hará mi amigo: derribará su valla para quesirva de pasto a ovejas y cabras, para que la pisoteen mulos y toros; laarrasará para que crezcan en ella zarzas y cardos, y prohibirá a las nubes quelluevan sobre ella».

El profeta se interrumpe ypregunta de nuevo: «¿Quién es mi amigo y cuál es su viña?» Pero no da tiempo aque nadie intervenga: «La viña del Señor sois vosotros, los hombres de Israel yde Judá. Dios ha hecho mucho por vosotros, y esperó a cambio que practicaraisel derecho y la justicia, que os portarais bien con el prójimo. Pero sólohabéis producido asesinatos y provocado lamentos».

            Eltexto de la canción es la 1ª lectura de hoy:

Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto deamor a su viña. 

Mi amigo tenía una viña en fértilcollado. 

La entrecavó, la descantó, y plantó buenascepas;

construyó en medio una atalaya y cavó unlagar. 

Y esperó que diese uvas, pero dioagrazones. 

Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombresde Judá,

por favor, sed jueces entre mí y miviña. 

¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lohaya hecho? 

¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? 

Pues ahora os diré a vosotros lo que voy ahacer con mi viña:

quitar su valla para que sirva de pasto,

derruir su tapia para que la pisoteen. 

La dejaré arrasada:

no la podarán ni la escardarán, creceránzarzas y cardos;

prohibiré a las nubes que lluevan sobreella. 

La viña del Señor de los ejércitos es la casade Israel;

son los hombres de Judá su plantel preferido.

Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis:asesinatos; 

esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos.


Acto II: Explanada del templo deJerusalén. Hacia año 29 de nuestra era.

 

Jesús acaba de contar a lossacerdotes y senadores la parábola de los dos hermanos, advirtiéndoles que lasprostitutas y los publicanos les llevan la delantera en el camino del reino deDios. Inmediatamente, sin darles tiempo a reaccionar ni responder, les dice:

―Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó conuna cerca, cavó en ella un lagar…

―Ésa ya la sabemos, comenta uno en voz alta. Ésa no es tuya, es de Isaías.

Jesúsno se inmuta. Yla parábola toma de repente un rumbo imprevisible. A diferencia de la viña deIsaías, ésta sí da fruto. El problema no radica en la viña, sino en losviñadores, que se niegan a entregar los frutos a su legítimo propietario.

El drama se desarrolla en tresetapas. En las dos primeras, el dueño envía unos criados, y los viñadores losapalean, matan o apedrean. En la tercera, envía a su propio hijo. Cuando lomatan, Jesús, igual que Isaías, se encara con los oyentes, pidiéndoles suopinión: «¿Qué hará con aquellos labrado­res?»

A diferencia de lo que ocurre en Isaías,los oyentes intervienen, emitiendo una sentencia tremendamente dura: losviñadores merecen la muerte y la viña será entregada a otros más honrados.

En aquel tiempo, dijoJesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

― Escuchad otra parábola:Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ellaun lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y semarchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a loslabradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores,agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro loapedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, ehicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo, diciéndose:"Tendrán respeto a mi hijo. "Pero los labradores, al ver al hijo, sedijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con suherencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Yahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»

Le contestaron:

― Hará morir de malamuerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguenlos frutos a sus tiempos.

Y Jesús les dice: 

― ¿No habéis leído nuncaen la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora lapiedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagropatente"?  Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Diosy se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»

Tres grandes enseñanzas

            1.La canción de la viña de Isaías insiste en una idea que a muchos cristianostodavía les resulta extraña: el amor de Dios se paga con amor al prójimo.Dios ha hecho mucho por los israelitas, pero lo que pide de ellos no es actosde culto sino la práctica de la justicia y el derecho. Jesús dirá que elsegundo mandamiento (amar al prójimo) es tan importante como el primero (amar aDios). Y la 1ª carta de Juan afirma: «Si Dios nos ha amado tanto, tambiénnosotros debemos amar… a nuestros hermanos».

            2.Para Jesús, a diferencia de Isaías, el pueblo no es una viña mala eimproductiva. Al contra­rio, da frutos a su tiempo. El mal radica en lasautoridades religiosas, que consideran la viña propiedad privada y norecono­cen a su auténtico propietario. Por eso Mateo termina con un comentarioincomprensiblemente suprimido por la liturgia: «Al oír sus parábolas, los sumossacerdotes y los fariseos se dieron cuenta de que iban por ellos» (v.45). Seríacompletamente equivocado utilizar la homilía de este domingo para atacar alpúblico presente, que bastante hace con soportarnos. Quienes debemos sentirnosespecialmente interpelados somos los que tenemos una responsabilidad dentro dela comunidad cristiana.

            3.En su versión final (véase “Una cuestión discutida”), la parábola subraya la importanciay triunfo de Jesús. Después de todos los profetas (los criados), él es “elhijo”, lo más valioso que Dios puede mandar. Y aunque las autoridadesreligiosas lo infravaloren y desprecien, él termina convertido en la piedraangular del nuevo edificio de la Iglesia. 

Una cuestión discutida

Muchos comentaristas piensan que laparábola primitiva contada por Jesús hablaba sólo del envío de los criados, losprofetas, a los que los viñadores apalean, matan o apedrean. Y terminaría conlas palabras: «Por eso os digo que seos quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca susfrutos.» Es pueblo eran los seguidores de Jesús.

Cuando lo mataron, los primeroscristianos pensaron que este era el mayor crimen, y se habrían añadido laspalabras referentes al envío y la muerte del hijo. En la misma línea desubrayar la importancia de Jesús habría añadido las palabras del Salmo 118,22:«La piedra que desecharon losarquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sidoun milagro patente». Es un cambio fuerte de metáfora. Los viñadores se convierten en arquitectos,y el hijo en una piedra. Los constructo­res la desechan, porque no laconsideran válida como piedra angular, la que soporta el peso de todo el arco.Sin embargo, Dios la coloca en un puesto de privilegio. Con este añadido, laparábola pierde en clari­dad, pero advierte a las autoridades religiosas que sucrimen no ha servido de nada, y alegra a los cristianos con la certeza deltriunfo de Jesús.

La paz de Dios y la forma deconseguirla (Filipenses 4,6-9)

            Lalectura de Pablo comienza con las palabras: «Nada os preocupe», y repite másadelante dos promesas muy parecidas: «La paz de Dios custodiará vuestroscorazones» y «el Dios de la paz estará con vosotros». La paz, siemprenecesaria, lo es quizá más en este tiempo. Pablo indica a los cristianos deFilipos tres recursos para conseguirla: 1) la oración, la súplica y la acciónde gracias; 2) tener en cuenta todo lo que es virtud o mérito; 3) poner porobra lo que recibieron, oyeron y vieron en él.

            Sireflexionamos sobre estos recursos y los ponemos en práctica, conseguiremos lapaz de Dios.

 

 

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Published on October 05, 2023 00:38

September 28, 2023

Ir por lana y salir trasquilado. Domingo 26. Ciclo A

 


Esto es lo que ocurre a los nuevos protagonistas que presenta elevangelio de Mateo. Hasta este momento, sacerdotes y “ancianos” (equivalentes anuestros senadores) no han desempeñado papel alguno. Jesús no ha tenidocontacto con ellos en Galilea. Pero ahora, cuando la liturgia, en un vueloasombroso, nos traslada a Jerusalén durante el lunes santo, se presentan anteJesús pidiéndole cuentas de lo que ha hecho el día antes, cuando purificó eltemplo, expulsando a mercaderes y cambistas, y curó en el recinto sagrado acojos y ciegos, a los que estaba prohibida la entrada en el templo.

Una pregunta y tresrespuestas

            Lo anterior va aprovocar que los responsables religiosos (sacerdotes) y políticos (ancianos) lepregunten a Jesús: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado esaautoridad?». El evangelio de Mateo responde en tres pasos.

1) En el primero, Jesús pone a lasautoridades entre la espada y la pared, preguntándoles: «El bautismo de Juan,¿de dónde venía, de Dios o de los hombres?» Viendo el peligro de comprometerseen un sentido o en otro, responden: «No lo sabemos». Y Jesús termina con unescueto: «Pues yo tampoco os digo con qué autoridad hago esto».

2) Inmediatamente pasa al contrataque,con la parábola que leemos este domingo: la de los dos hijos (Mt 21,28-32).

            3) Sin interrupción,añade una nueva parábola: los viñadores homicidas, que leeremos el próximodomingo.

            En conjunto, ladenuncia de sacerdotes y ancianos es durísima: 1) no se atreven a dar unaopinión sobre Juan Bautista; 2) son peores que los recaudadores de impuestos ylas prostitutas, que sí le hicieron caso a Juan; 3) para apoderarse de una viñaque no les pertenece, deciden asesinar al hijo del propietario (Dios).

            No es raro que, trasescuchar estas tres acusaciones, decidieran matar a Jesús.

            La lectura de hoy secentra en el segundo punto.

Obras son amores, y no buenas razones

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y alos ancianos del pueblo:

― ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercóal primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en laviña". Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitóy fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy,señor" Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?

Contestaron:

― El primero.

Jesús les dijo:

― Os aseguro que los publicanos y las prostitutas osllevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotrosenseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, lospublicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros norecapacitasteis ni le creísteis.

            La historieta quepropone Jesús es tan fácil de entender que sus enemigos caen en la trampa.¿Quién cumple la voluntad del padre? ¿El hijo protestón y maleducado quetermina haciendo lo que le piden, o el hijo amable y sonriente que hace lo quele da la gana? La respuesta es fácil: el primero. Lo importante no es decirpalabras bonitas; tampoco importa protestar mucho. Lo importante es hacer loque el padre desea. «Obras son amores, y no buenas razones».

            Pero Jesús saca deaquí una consecuencia asombrosa. Es preferible vivir de mala manera, si alfinal haces lo que Dios quiere, que vivir de forma aparentemente piadosa ynegarse a cumplir la voluntad de Dios. Dicho con las palabras hirientes delevangelio: es preferible ser prostituta o ladrón, si al final te conviertes,que ser obispo, sacerdote, o pertenecer a cualquier congregación o instituciónreligiosa y ser incapaz de convertirse.

            ¿En qué consiste laconversión? Nueva sorpresa. No se trata de aceptar a Jesús y su mensaje, sino aJuan Bautista, que mostraba el camino de la justicia, de la fidelidad a Dios,como primer paso hacia el evangelio. Con ello, Jesús responde indirectamente ala pregunta que no habían querido responder las autoridades: «¿De dóndeprocedía el bautismo de Juan, de Dios o de los hombres?» El bautismo de Juanera cosa de Dios, su predicación marcaba el camino recto. Las prostitutas y losrecaudadores, representados por el hijo protestón, pero obediente, creyeron enél. Las autoridades religiosas, representadas por el hijo tan amable comofalso, no le creyeron.

¿Tirando piedras contra el propio tejado?

            Lo curioso de estainterpretación de la parábola es que parece volverse contra Juan y contraJesús. Los que dan testimonio a su favor son gente indigna de crédito,prostitutas y explotadores; quienes lo rechazan o se abstienen, personalidadesreligiosas de buena fama, los sacerdotes. Puestos a elegir, ninguna personapiadosa aceptaría la opinión de unos cuantos drogatas y unas pocas prostitutasen contra de lo que decida una Conferencia Episcopal.

            Además, el judíopiadoso de tiempos de Jesús (como muchos cristianos piadosos de nuestro tiempo)está convencido de que no necesita convertirse. Y si en algo tiene que cambiar,el camino no deben indicárselo personas tan extrañas y discutibles como JuanBautista, Martin Lutero King, Oscar Romero, Pedro Casaldáliga o el PapaFrancisco.

            Así adquieren plenosentido las palabras de Jesús: «los publicanos y las prostitutas os llevan ladelantera en el camino del reino de Dios». Para entrar en ese reino, hay queabrirse a una nueva forma de vida, aunque suponga un corte drástico y doloroso conla vida anterior. La institución religiosa seguirá firme en sus trece, inclusoutilizará el argumento de la parábola para rechazar a Juan y a Jesús. Sinembargo, el Reino se irá incrementando con esas personas indignas de crédito,pero que creen en quien les muestra el camino de una nueva forma de fidelidad aDios. Esas personas que, como dice el profeta Ezequiel en la primera lectura,son capaces de recapacitar y convertirse.

Así dice el Señor: Comentáis: “No es justo el procederdel Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no esvuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia,comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvadose convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, élmismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos,ciertamente vivirá y no morirá.

 

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Published on September 28, 2023 00:33

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José Luis Sicre
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