José Luis Sicre's Blog, page 9
April 18, 2024
Pasado, presente y futuro. Domingo 4º de Pascua. Ciclo B
 
En los domingos anteriores se han recordadodiversas apariciones de Jesús resucitado. A partir de este domingo y hasta laAscensión las lecturas del evangelio, tomadas siempre del evangelio de sanJuan, se centrarán en diversos aspectos de la relación entre Jesús y elcristiano: buen pastor, vid y sarmientos, mandamiento nuevo, oración sacerdotal.
No es fácilencontrar una relación entre las tres lecturas de hoy porque se usan imágenesmuy distintas: Piedra angular para hablar de Jesús (1ª lectura); Padre e hijospara hablar de Dios y nosotros (2ª lectura); pastor y rebaño, para hablar deJesús y nosotros (evangelio). Buscando una relación entre ellas la vería en elritmo del tiempo de Jesús y de nosotros.
Pasado y presente de Jesús (Hechosde los apóstoles 4,8-12)
Sesupone conocido el relato anterior. Pedro y Juan suben al templo para laoración de media tarde y en la puerta Hermosa encuentran tendido a un lisiadoque les pide limosna. Pedro lo agarra de la mano derecha, lo levanta y lo cura.Ante el asombro del pueblo, Pedro pronuncia un discurso en el que atribuye lacuración a Jesús (este discurso se leyó en parte el domingo pasado, 3º delciclo B). Los sacerdotes, el comisario del templo y los saduceos, se irritan alescuchar sus palabras y al día siguiente los convocan ante el Consejo y losinterrogan. La respuesta de Pedro es la siguiente:
En aquellos días, lleno de Espíritu Santo,Pedro dijo:
«Jefes del pueblo y ancianos: Porque lehemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poderha curado a ese hombre; quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel queha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis ya quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta estesano ante vosotros. Él es “la piedra que desechasteis vosotros, losarquitectos, y que se ha convertido en piedra angular”; no hay salvación enningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por elque debamos salvarnos»
Para un judío,el nombre equivale a la persona. El nombre de Jesús es Jesús. En estas pocaspalabras se resume su pasado y su presente. El pasado ofrece una imagen deJesús totalmente pasiva: no se recuerda su predicación ni sus milagros. Sólo secuenta lo que hicieron con él las autoridades judías y Dios. Las autoridades lorechazaron y crucificaron; Dios los resucitó y convirtió en piedra angular. Deesto se deduce su situación presente: él es quien ha curado al lisiado, y elúnico que puede salvarnos a todos nosotros.
Presente y futuro del cristiano (1ªcarta de Juan 3, 1-2)
Queridos hermanos: Mirad quéamor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! Elmundo no nos conoce porque no lo conoció a él. Queridos, ahora somos hijos deDios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él semanifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
La 1ª lecturahablaba del pasado y el presente de Jesús. Esta 2ª habla de nuestro presente ynuestro futuro. El presente: somos hijos de Dios. El futuro: seremos semejantesa Dios. Cuando nace un niño siempre se buscan parecidos con el padre, la madre yotros miembros de la familia. Para el autor de la carta, nuestra semejanza conDios no es algo que se perciba ya desde ahora; se manifestará en el futuro,cuando veamos a Dios cara a cara. Pero eso no impide que seamos ya realmentehijos de Dios. Lástima que esto no se valore. Si fuéramos hijos de undeportista famoso o de un cantante de moda, todos querrían hacerse una foto connosotros.
Pasado y futuro de Jesús (evangelio de Juan 10,11-18)
  
    
  
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yosoy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado,que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejasy huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no leimportan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las míasme conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vidapor las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también aesas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un soloPastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poderrecuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poderpara entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de miPadre».»
Laimagen del pastor era frecuente en el Antiguo Oriente para referirse al rey:simbolizaba la relación correcta con sus súbditos, que no debía ser despóticasino preocupada por su bienestar. Jesús se la aplica, pero llegando a unextremo que no se da entre los pastores: da la vida por sus ovejas. Es ciertoque un pastor, a diferencia del asalariado, está dispuesto a luchar con el lobopara defender al rebaño. Pero no es normal que esté dispuesto a morir por susovejas. A tanto no llega. Jesús, en cambio, ve así su misión: dar la vida porellas. No lo hace por obligación, forzado, sino libremente. Sabiendo que esavida que entrega la podrá recuperar. Y esto tampoco puede hacerlo un pastornormal y corriente. Aunque el evangelio hable de Jesús como “el buen pastor”debería haber dicho: bueno y excepcional.
Este pasaje delevangelio concede también especial importancia al futuro de Jesús: a su laborcon respecto a otras ovejas, a las que debe buscar para que haya un solo rebañoy un solo pastor. Es una referencia a las comunidades cristianas que se iríanformando en países paganos y a todos nosotros.
Reflexión final
Relacionandolas tres lecturas, Jesús, buen pastor nos ha salvado y nos ha conseguido el serhijos de Dios. A nosotros nos corresponde escuchar su voz y agradecerle el donque nos ha hecho.
April 11, 2024
Perdón, resurrección y misión. Domingo 3º de Pascua. Ciclo B
 
El perdón
Las treslecturas de hoy coinciden en el tema del perdón de los pecados a todo el mundogracias a la muerte de Jesús. La primera termina: “Por tanto, arrepentíos yconvertíos, para que se borren vuestros pecados.” La segunda comienza: “Hijosmíos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a unoque abogue ante el Padre: a Jesucristo, el justo.” En el evangelio, Jesúsafirma que “en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecadosa todos los pueblos”.
Personas con poco conocimiento de la culturaantigua suele decir que la conciencia del pecado es fruto de la mentalidadjudeocristiana para amargarle la vida a la gente. Pero la angustia por elpecado se encuentra documentada milenios antes, en Mesopotamia y Egipto. Lotípico del NT es anunciar el perdón de los pecados gracias a la muerte deJesús.
La resurrección
En estaépoca de Pascua, es lógico que el evangelio de este domingo conceda especialimportancia a la resurrección de Jesús. Imaginemos la situación de los primerosmisioneros cristianos. ¿Cómo convencer a la gente para que crea que una personacondenada a la muerte más vergonzosa por las autoridades, religiosas,intelectuales y políticas ha resucitado, de que Jesús sigue realmente vivo?
Lucas parece moverse entre cristianos quetienen muchas dudas a propósito de la resurrección (recuérdese que en Corintohabía cristianos que la negaban), y proyecta esa situación en los apóstoles:ellos son los primeros en dudar y negarse a creer, pero Jesús les ofrecepruebas físicas irrefutables: camina con los dos de Emaús, se sienta con ellosa la mesa, bendice y parte el pan. El episodio siguiente, el que leemos estedomingo, insiste en las pruebas físicas: Jesús les muestra las manos y lospies, les ofrece la posibilidad de tocarlos, y llega a comer un trozo depescado ante ellos.
  
    En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasadopor el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y lesdice:
  
«Paz a vosotros».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y élles dijo:
«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mismanos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espírituno tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creerpor la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
«Tenéis ahí algo de comer?».
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante deellos.
El hechode que Jesús comiese un trozo de pescado podría ser una prueba contundente paralos discípulos, pero no para nosotros, los lectores actuales del evangelio, quedebemos hacer un nuevo acto de fe: creer lo que cuenta Lucas.
Por eso,el evangelista añade un breve discurso de Jesús que está dirigido a todosnosotros: en él no pretende probar nada, sino explicar el sentido de su pasión,muerte y resurrección. Y el único camino es abrirnos el entendimiento paracomprender las Escrituras. A través de ella, de los anunciado por Moisés, losprofetas y los salmos, se ilumina el misterio de su muerte, que es paranosotros causa de perdón y salvación.
Y lesdijo:
«Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario quese cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmosacerca de mí».
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y lesdijo:
«Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos altercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de lospecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigosde esto».
La misión
Las últimas palabras de Jesús anuncian elfuturo: “En su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todoslos pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.” Lafrase final: “vosotros sois testigos de esto” parece dirigida a nosotros,después de veinte siglos. Somos testigos de la expansión del evangelio entre personas que, comodice la primera carta de Pedro, “lo amáis sin haberlo visto”. Esta es la mejorprueba de la resurrección de Jesús.
1ª lectura (Hechos de los Apóstoles3, 13-15. 17-19)
En aquellos días, Pedro dijo a la gente:
El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, haglorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis antePilato, cuando había decidido soltarlo.
Vosotros renegasteis del Santo y del justo, y pedisteis el indulto de unasesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre losmuertos, y nosotros somos testigos de ello.
Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, al igual quevuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predichopor los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.
2ªlectura (Primera carta del Apóstol San Juan 2, 1-5a)
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca,tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctimade propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino tambiénpor los del mundo entero.
En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quiendice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y laverdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Diosha llegado en él a su plenitud.
April 4, 2024
Una aparición muy peculiar. Domingo 2º de Pascua. Ciclo B.
 
Todas las apariciones de Jesús resucitado sonpeculiares. Incluso cuando se cuenta la misma, los evangelistas difieren:mientras en Marcos son tres las mujeres que van al sepulcro (María Magdalena,María la de Cleofás y Salomé), y también tres en Lucas, pero distintas (MaríaMagdalena, Juana y María la de Santiago), en Mateo son dos (las dos Marías) yen Juan una (María Magdalena, aunque luego habla en plural: «no sabemos dóndelo han puesto»). En Mc ven a un muchacho vestido de blanco sentado dentro delsepulcro; en Mt, a un ángel de aspecto deslumbrante junto a la tumba; en Lc, alcabo de un rato, se les aparecen dos hombres con vestidos refulgentes. En Mt, adiferencia de Mc y Lc, se les aparece también Jesús. Podríamos indicar otrasmuchas diferencias en los demás relatos. Como si los evangelistas quisieranacentuarlas para que no nos quedemos en lo externo, lo anecdótico. Uno de losrelatos más interesantes y diverso de los otros es el del próximo domingo (Juan20,19-31).
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban losdiscípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y enesto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó lasmanos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre meha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellosy les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; aquienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se losretengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamadoel Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos ledecían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señalde los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la manoen su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mismanos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sinocreyente».
Contestó Tomás:
«Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído?Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no estánescritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sidoescritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que,creyendo, tengáis vida en su nombre.
Las peculiaridades de este relato deJuan
1. El miedo de los discípulos. Es elúnico caso en el que se destaca algo tan lógico, y se ofrece el detalle tanvisivo de la puerta cerrada. Acaban de matar a Jesús, lo han condenado porblasfemo y por rebelde contra Roma. Sus partidarios corren el peligro determinar igual. Además, casi todos son galileos, mal vistos en Jerusalén. Noserá fácil encontrar alguien que los defienda si salen a la calle.
2. El saludo de Jesús: «paz a vosotros». Tras la referencia inicialal miedo a los judíos, el saludo más lógico, con honda raigambre bíblica,sería: «no temáis». Sin embargo, tres veces repite Jesús «paz a vosotros».Algún listillo podría presumir: «Normal; los judíos saludan shalom alekem,igual que los árabes saludan salam aleikun». Pero no es tan fácil comopiensa. Este saludo, «paz a vosotros» sólo se encuentra también en la aparicióna los discípulos en Lucas (24,36). Lo más frecuente es que Jesús no salude: nia los once cuando se les aparece en Galilea (Mc y Mt), ni a los dos que marchana Emaús (Lc 24), ni a los siete a los que se aparece en el lago (Jn 21). Y alas mujeres las saluda en Mt con una fórmula distinta: «alegraos». ¿Por quérepite tres veces «paz a vosotros» en este pasaje? Vienen a la mente laspalabras pronunciadas por Jesús en la última cena: «La paz os dejo, os doy mipaz, y no como la da el mundo. No os turbéis ni os acobardéis» (Jn 14,27). Enestos momentos tan duros para los discípulos, el saludo de Jesús les desea ycomunica esa paz que él mantuvo durante toda su vida y especialmente durante supasión.
3. Las manos, el costado, las pruebas y la fe. Losrelatos de apariciones pretenden demostrar la realidad física de Jesúsresucitado, y para ello usan recursos muy distintos. Las mujeres le abrazan lospies (Mt), María Magdalena intenta abrazarlo (Jn); los de Emaús caminan,charlan con él y lo ven partir el pan; según Lucas, cuando se aparece a losdiscípulos les muestra las manos y los pies, les ofrece la posibilidad depalparlo para dejar claro que no es un fantasma, y come delante de ellos untrozo de pescado. En la misma línea, aquí muestra las manos y el costado, y aTomás le dice que meta en ellos el dedo y la mano. Es el argumento supremo parademostrar la realidad física de la resurrección. Curiosamente se encuentra enel evangelio de Jn, que es el mayor enemigo de las pruebas física y de losmilagros para fundamentar la fe. Como si Juan se hubiera puesto al nivel de losevangelios sinópticos para terminar diciendo: «Dichosos los que crean sin habervisto».
4. La alegría de los discípulos. Es interesante el contraste con lo que cuentaLucas: en este evangelio, cuando Jesús se aparece, los discípulos «se asustarony, despavoridos, pensaban que era un fantasma»; más tarde, la alegría vaacompañada de asombro. Son reacciones muy lógicas. En cambio, Juan sólo hablade alegría. Así se cumple la promesa de Jesús durante la última cena: «Vosotrosahora estáis tristes; pero os volveré a visitar y os llenaréis de alegría, ynadie os la quitará» (Jn 16,22). Todos los otros sentimientos no cuentan.
5. La misión. Condiferentes fórmulas, todos los evangelios hablan de la misión que Jesúsresucitado encomienda a los discípulos. En este caso tiene una connotaciónespecial: «Como el Padre me ha enviado, así os envío yo». No se tratasimplemente de continuar la tarea. Lo que continúa es una cadena que se remontahasta el Padre.
6. El don de Espíritu Santo y el perdón. Mc y Mt no dicen nada de este don y Lucas loreserva para el día de Pentecostés. El cuarto evangelio lo sitúa en este momento, vinculándolo con el poder deperdonar o retener los pecados. ¿Cómo debemos interpretar este poder? No pareceque se refiera a la confesión sacramental, que es una práctica posterior. Entodos los otros evangelios, la misión de los discípulos está estrechamenterelacionada con el bautismo. Parece que en Juan el perdonar o retener lospecados tiene el sentido de admitir o no admitir al bautismo, dependiendo de lapreparación y disposición del que lo solicita.
* * *
1ª Lectura: Hechos de los Apóstoles 4,32-35
Efecto de la resurrección en la comunidadcristiana, insistiendo en compartir los bienes.
  
    
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todoen común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles dabantestimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios losmiraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseíantierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de losapóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
  
2ª Lectura: Primera carta de san Juan 5,1-6
Consecuencias para el cristiano de la fe en JesúsMesías: 1) se convierte en hijo de Dios, ha nacido de él; 2) ama a Dios; 3) amaa los hijos de Dios (en esto consisten “sus mandamientos”, de hecho, uno solo:“amaos unos a otros como yo os he amado”); 4) vence al mundo, que niega queJesús es el Hijo de Dios, o la realidad de su muerte; el Espíritu testimoniaque “vino con agua y sangre”.
  
  
    Todo el que cree que Jesús es el Cristo hanacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que hanacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos aDios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en queguardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo queha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre elmundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesúses el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. Nosólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien datestimonio, porque el Espíritu es la verdad.
  
March 28, 2024
Tres reacciones ante la resurrección de Jesús. Domingo de Pascua
  
 
  La tumba vacía
Una elección extraña
Las dos frases más repetidas por laiglesia en este domingo son: “Cristo ha resucitado” y “Dios ha resucitado aJesús”. Sin embargo, como evangelio para este domingo se ha elegido uno que notiene como protagonistas ni a Dios, ni a Cristo, ni confiesa su resurrección.Los tres protagonistas que menciona son puramente humanos: María Magdalena,Simón Pedro y el discípulo amado. Ni siquiera hay un ángel. El relato delevangelio de Juan se centra en las reacciones de estos personajes, muydistintas.
EL primer día de la semana, María la Magdalena fueal sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada delsepulcro. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y nosabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino delsepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro;se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos;pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en elsepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto lacabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el quehabía llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habíanentendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
Maríareacciona de forma precipitada: le basta verque han quitado la losa del sepulcro para concluir que alguien se ha llevado elcadáver; la resurrección ni siquiera se le pasa por la cabeza.
Simón Pedro actúa como un inspector de policía diligente:corre al sepulcro y no se limita, como María, a ver la losa corrida; entra,advierte que las vendas están en el suelo y que el sudario, en cambio, estáenrollado en sitio aparte. Algo muy extraño. Pero no saca ninguna conclusión.
El discípulo amado también corre, más incluso que Simón Pedro,pero luego lo espera pacientemente. Y ve lo mismo que Pedro, pero concluye queJesús ha resucitado.
Elevangelio de san Juan, que tanto nos hace sufrir a lo largo del año con susenrevesados discursos, ofrece hoy un mensaje espléndido: ante la resurrecciónde Jesús podemos pensar que es un fraude (María), no saber qué pensar (Pedro) odar el salto misterioso de la fe (discípulo amado).
¿Por qué espera el discípulo amado a Pedro?
Es frecuente interpretar este hecho de lasiguiente manera. El discípulo amado (sea Juan o quien fuere) fundó unacomunidad cristiana bastante peculiar, que corría el peligro de considerarsesuperior a las demás iglesias y terminar separada de ellas. De hecho, el cuartoevangelio deja clara la enorme intuición religiosa del fundador, superior a lade Pedro: le basta ver para creer, igual que más adelante, cuando Jesús seaparezca en el lago de Galilea, inmediatamente sabe que “es el Señor”. Sinembargo, su intuición especial no lo sitúa por encima de Pedro, al que espera ala entrada de la tumba en señal de respeto. La comunidad del discípulo amado,imitando a su fundador, debe sentirse unida a la iglesia total, de la que Pedroes responsable.
Las otras dos lecturas: beneficios y compromisos.
Adiferencia del evangelio, las otras dos lecturas de este domingo (Hechos yColosenses) afirman rotundamente la resurrección de Jesús. Aunque son muydistintas, hay algo que las une:
a)las dos mencionan los beneficios de la resurrección de Jesús para nosotros: elperdón de los pecados (Hechos) y la gloria futura (Colosenses);
b)las dos afirman que la resurrección de Jesús implica un compromiso paralos cristianos: predicar y dar testimonio, como los Apóstoles (Hechos), yaspirar a los bienes de arriba, donde está Cristo, no a los de la tierra(Colosenses).
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra ydijo:
«Vosotrosconocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después delbautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios conla fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos losoprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en latierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de unmadero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia demanifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: anosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entrelos muertos.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemnetestimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dantestimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por sunombre, el perdón de los pecados».
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4
HERMANOS:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienesde allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a losbienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristoescondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces tambiénvosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
March 21, 2024
Domingo de Ramos. Ciclo B
 
Este domingo se lee el relato de la Pasión de Jesús en elevangelio de Marcos, precedido de dos lecturas: una del libro de Isaías y otrade la carta a los Filipenses. Dada su extensión, la Conferencia Episcopalpermite que, atendiendo a la índole de la asamblea, se lea una sola de las doslecturas, o incluso que solo se lea el evangelio. Pero ambas ayudan grandementea comprender la pasión de Jesús.
El Siervo (Jesús) acepta el plan de Dios(Isaías 50,4-7)
«Jesús murió porque hizo la cosa másinadecuada (entrada triunfal) en el momento más inadecuado (semana de Pascua) yen el sitio más inadecuado (Jerusalén)». ¿Una imprudencia? ¿Un suicidio? Lalectura de Isaías indica que Jesús sabe perfectamente que le esperan golpes,insultos y salivazos. Ha sido el Padre quien se lo ha comunicado. Y él no seechó atrás. Lo aceptó, convencido de que el Padre lo ayuda y no quedarádefraudado. Al mismo tiempo, el Padre le ha encomendado «decir al abatido unapalabra de aliento». Y quien sufre hasta la muerte es la persona más capacitadapara animar a los que sufren.
El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo,
para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda, por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.
Por la cruz a la victoria (Filipenses 2,6-11)
El Siervo estaba convencido de que noquedaría defraudado. Y eso mismo ocurre con Jesús. La lectura de la pasión noes la historia de un fracaso, sino de un triunfo. A la muerte más cruel einfamante, la de cruz, sigue el nombre sobre todo nombre y la adoración detodas las creaturas.
Cristo Jesús, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el nombre sobre todo nombre;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Pasiónde Jesucristo según san Marcos (14,1-15,47)
Este domingo selee el relato de la Pasión de Jesús en el evangelio de Marcos. Dada suextensión me limito a sugerir dos puntos de atención (Jesús y sus discípulos) ya ofrecer cuatro posibles lecturas de la pasión.
¿Quién es Jesús?
El relato del capítulo 15 supone un gran contraste con el de los doscapítulos anteriores, 13-14. En estos, Jesús se enfrenta a toda clase deadversarios en diversas disputas y los vence con facilidad. Ahora, losadversarios, derrotados a nivel intelectual, deciden vencerlo a nivel físico,matándolo (14,1). Lo que más se destaca en Jesús es su conocimiento yconciencia plena de lo que va a ocurrir: sabe que está cercana su sepultura(14,8), que será traicionado por uno de los suyos (14,18), que morirá sin remedio(14,21), que los discípulos se dispersarán (14,27), que está cerca quien loentrega (14,42). Las palabras que pronuncia en esta sección están marcadas poresta conciencia del final y tienen una carga de tristeza. Como cualquiera quese acerca a la muerte, Jesús sabe que hay cosas que se pierden definitivamente:la cercanía de los amigos (“a mí no siempre me tendréis con vosotros”: 14,7),la copa de vino compartida (14,25). No falta un tono de esperanza: del vinovolverá a gozar en el Reino de Dios (14,25), con los discípulos se reencontraráen Galilea (14,28). Pero predomina en sus palabras un tono de tristeza, inclusode amargura (14,37.48-49), con el que Marcos subraya ―una vez más― la humanidadprofunda de Jesús.
Cuatro veces se debate en estos capítulos la identidad de Jesús: el sumosacerdote le pregunta si es el Mesías (14,61), Pilato le pregunta si es el Reyde los judíos (15,2), los sumos sacerdotes y escribas ponen como condición paracreer que es el Mesías que baje de la cruz (15,31-32), el centurión confiesaque es hijo de Dios (15,39). A la pregunta del sumo sacerdote responde Jesús ensentido afirmativo, pero centrando su respuesta no en el Mesías, sino en elHijo del Hombre triunfante (14,62). A la pregunta de Pilato responde con unaevasiva: “tú lo dices” (15,2). A la condición de los sumos sacerdotes yescribas no responde. Cuando el centurión lo confiesa hijo de Dios, Jesús ya hamuerto.
Los discípulos
Los datos son conocidos. Se entristecen al enterarse de que uno de ellos lotraicionará; pero, llegado el momento, todos huyen. Una vez más, Pedrodesempeña un papel preponderante. Se considera superior a los otros, más fiel yfirme (14,29), pero comenzará por quedarse dormido en el huerto (14,37) yterminará negando a Jesús (14,66-72). En este contexto de abandono total porparte de los discípulos adquiere gran fuerza la escena final del Calvario,cuando se habla de las mujeres que no sólo están al pie de la cruz, sino queacompañaron a Jesús durante su vida (15,40-41).
Cuatro lecturas posibles de losrelatos de la pasión de Jesús.
La lectura deidentificación personal y afectiva
El testimonio escrito más antiguoque poseemos en este sentido es el de san Pablo. A veces, cuando habla de lamuerte de Jesús, lo hace con frialdad dogmática, recordando que murió pornuestros pecados. Pero en otra ocasión lo enfoca de manera muy personal yafectiva: “He quedado crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que viveCristo en mí. Y mientras vivo en la carne vivo en la fe en el Hijo de Dios, queme amó y se entregó por mí” (Gal 2,19-20). En línea parecida, san Ignacio deLoyola, en la tercera semana de los Ejercicios espirituales, cuando secontempla la pasión, el ejercitante debe pedir “dolor con Cristo doloroso,quebranto con Cristo quebrantado, llanto, pena interna de tanta pena como elSeñor pasó por mí”.
La lecturaindignada
Es la que practicamos todas lasmañanas al leer el periódico, cuando acompañamos la lectura de los titulares yde las noticias con toda suerte de imprecaciones, insultos y maldiciones. Losrelatos de la pasión cuentan tal cantidad de atropellos, injusticias,traiciones, que se prestan a una lectura indignada. Sin embargo, los evangeliosnunca invitan al lector a indignarse con la traición de Judas, a maldecir a lasautoridades judías o romanas que condenan a Jesús, a insultar a quienes seburlan de él, a sentir como en el propio cuerpo los azotes, la corona de espinao los clavos, a llorar la muerte de Jesús. En ningún momento pretenden losevangelios excitar los sentimientos y, mucho menos, fomentar elsentimentalismo.
La lecturadetallada
Ofrezco un extenso comentario, que puede bajarse de la dirección indicada. Enel ángulo superior derecho aparecerán dos ventanitas: COMPARTIR y ABRIR. Sepulsa ABRIR y se elige la opción que prefiera.
Presto gran atención a cuatro aspectos:
1) la división minuciosa de cada episodio, que a veces quizá parezcaexagerada, como cuando distingo siete momentos en el relato de la oración delhuerto; pero es la única forma de no pasar por alto detalles importantes.
2) los protagonistas, advirtiendo qué hacen o no hacen, qué dicen o nodicen, cómo reaccionan, por qué motivos se mueven, qué sienten.
3) la acción que se cuenta y sus presupuestos; a veces predominará loinformativo, ya que ciertos detalles a veces no se conocen bien, como lacelebración de la Pascua en el mundo judío y en Qumrán o el proceso ante elSanedrín.
4) el arte narrativo de Mc, que a menudo no se tiene en cuenta, pero quesirve también para captar su teología.
Este tipo de lectura, aunque aplique el mismo método a todas las escenas,pone de relieve lo típico de cada una de ellas y deja claro que el relato de lapasión está formado por episodios aparentemente cotidianos y por otrosterriblemente dramáticos, como la oración del huerto. Lo importante es captarel espíritu y mensaje de cada episodio y el mensaje global de cada evangelio.
La lecturainteractiva y orante
Sería la respuesta personal alcomentario anterior, reflexionando cada cual sobre lo que el texto le sugiere ylo que le invita a pedir.
March 14, 2024
Angustia y oración. Domingo 5º de Cuaresma
 
  Oración del huerto
La primera lectura, profundamente optimista,anuncia una nueva alianza entre Dios y el pueblo. Todo tendrá lugar de forma fácil,casi milagrosa, sin especial esfuerzo para Dios ni para nosotros. En cambio,las dos lecturas siguientes ofrecen una imagen muy distinta: la nueva alianzaentre Dios y el pueblo implicará un duro sacrificio para Jesús. Un sacrificioque le sumerge en la angustia y le mueve a rezar al Padre. Esta trágicaexperiencia se recuerda hoy en dos versiones distintas: la de Juan, y la de laCarta a los Hebreos, que recoge el famoso relato de la oración del huerto delos olivos contado por los evangelios sinópticos.
Oración en el templo (evangeliode Juan 12,20-33)
Elcuarto evangelio enfoca el relato de la pasión de manera peculiar, bastantedistinta a la de los sinópticos: no acentúa el sufrimiento de Jesús sino elseñorío y la autoridad que demuestra en todo momento. Por eso no cuenta laoración del huerto. Pero unos días antes sitúa una experiencia muy parecida deJesús en la explanada del templo de Jerusalén.
En aquel tiempo, entre los que habíanvenido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; éstos, acercándose aFelipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
-Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés yFelipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó:
-Ha llegado la hora de que sea glorificadoel Hijo del hambre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra ymuere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a símismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardarápara la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allítambién estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará. Ahora mialma está agitada, y ¿qué diré?: Padre líbrame de esta hora. Pero si por estohe venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.
Entonces vino una voz del cielo:
-Lo he glorificado y volveré aglorificarlo.
La gente que estaba allí y lo oyó decía quehabía sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:
-Esta voz no ha venido por mí, sino porvosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va aser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todoshacia mí.
Esto lo decía dando a entender la muerte deque iba a morir.
El evangeliocomienza y termina en tono de victoria. El triunfo inicial se concreta en eldeseo de algunos de conocer a Jesús (es secundario que se trate de “gentiles”,paganos, como dice la traducción litúrgica, o de “judíos de lengua griega”residentes en otros países que han venido a celebrar la fiesta de Pascua). Yese triunfo, reflejado en el interés de unos pocos, alcanza dimensionesuniversales al final: “atraeré a todos hacia mí”.
Peroeste marco de triunfo encuadra una escena trágica: Jesús es consciente de que paratriunfar tiene que morir, como el grano de trigo; tiene que ser “elevado sobrela tierra”, crucificado. Ante esta perspectiva confiesa: “me siento agitado”,angustiado. E intenta superar ese estado de ánimo con la reflexión y laoración. Ante todo, procura convencerse a sí mismo de la necesidad de su muerte:igual que el grano de trigo tiene que pudrirse en tierra para producir fruto. Sinembargo, los argumentos racionales no sirven de mucho cuando uno se sienteangustiado. Viene entonces el deseo de pedirle a Dios: “Padre, líbrame de estahora”. Pero se niega a ello, recordandoque ha venido precisamente para eso, para morir. En vez de pedir al Padre quelo salve le pide algo muy distinto: “Padre, glorifica tu nombre”. Lo importanteno es conservar la vida sino la gloria de Dios.
Oración en el huerto (Carta alos Hebreos 5,7-9)
  
    
  
Cristo, en los días de su vida mortal, agritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo dela muerte, cuando en su angustia fue escuchado. El, a pesar de ser Hijo,aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertidopara todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
El relato delos evangelios sinópticos es muy conocido: Jesús marcha al huerto de los olivosla noche en que será apresado. Sabe que va a morir, siente profunda angustia, ypor tres veces reza al Padre pidiéndole que, si es posible, le evite ese tragoamargo. La Carta a los Hebreos no se detiene a contar lo ocurrido. Pero recuerdalo trágico del momento cuando afirma que Jesús rezó “a gritos y con lágrimas”,cosa que no menciona ninguno de los evangelios. Y lo que pedía (“pase de míeste cáliz”) lo sugiere al decir que suplicaba “al que podía salvarlo de lamuerte”.
Sin embargo, elfinal de la lectura es optimista: Jesús salva eternamente a quienes leobedecen. En medio de este contraste entre tragedia y triunfo, unas palabrasdesconcertantes: “en su angustia fue escuchado”. Quizá el autor piensa en elrelato de Lucas, que habla de un ángel que viene a consolar a Jesús. Pero quienconoce el evangelio advierte la ironía o el misterio que esconden estaspalabras: Jesús es escuchado, pero muere.
El templo y el huerto
Esevidente la relación entre las dos lecturas. En ambos casos Jesús se sienteagitado (Juan) o angustiado (Hebreos). En ambos casos recurre a la oración. Enambas lecturas, la palabra final no es la muerte, sino la victoria de Jesús y,con él, la de todos nosotros. Pero, dentro de estas semejanzas, hay una grandiferencia con respecto a la oración de Jesús: en el evangelio, se niega apedir al Padre que lo salve, sólo quiere la gloria de Dios, por mucho que lecueste; en la Carta, Jesús suplica “a gritos y con lágrimas” para ser salvadode la muerte.
Laciencia bíblica actual tiende a considerar estos relatos dos versionesdistintas del mismo hecho. Pero durante años y siglos estuvo de moda latendencia a armonizar los datos del evangelio. En esta postura, los relatosofrecen dos momentos distintos y sucesivos de la experiencia humana y religiosade Jesús.
Enun primer momento, ante la angustia de la muerte, se refugia en la reflexiónracional (he venido para morir como el grano de trigo) y se niega a pedirle alPadre que lo salve. Al cabo de pocos días, cuando la pasión y muerte no son unaposibilidad sino una certeza, reza con gritos y lágrimas, sudando sangre (comoañade Lucas): “Padre, si es posible, pase de mí este cáliz”. Una reacción máshumana, pero perfectamente compatible con lo que cuenta Juan.
Alas puertas de la Semana Santa, la experiencia y la reacción de Jesús son unejemplo excelente que nos anima en nuestros momentos de angustia y desánimo, ynos mueve a agradecerle su entrega hasta la muerte.
La nueva alianza (Jeremías 31,31-34)
Laprimera lectura ofrece el quinto momento, culminante, de la Historia de lasalvación.
«Mirad que llegan días —oráculo delSeñor— en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva.No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano parasacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor—oráculo del Señor—. Sino que así será la alianza que haré con ellos, despuésde aquellos días —oráculo del Señor—: Meteré mi ley en su pecho, la escribiréen sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá queenseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: «Reconoce al Señor».Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande —oráculo del Señor—,cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados».
March 7, 2024
Amor de Dios y respuesta humana. 4º domingo de cuaresma. Ciclo B
 
Jesús y Nicodemo
Existe una clara relación entre las tres lecturas de este domingo: el amorde Dios. En la primera, provoca la liberación de los judíos desterrados enBabilonia. En la segunda afirma Pablo: “Dios, rico en misericordia,por el gran amor con que nos amó…” Enel evangelio, Juan escribe la famosa frase: “De tal manera amó Dios al mundoque le entregó a su hijo único”. Si leemos los textos más tranquilamente,advertimos algo más profundo: ese amor se manifiesta perdonando en distintascircunstancias y por diversos motivos. Al mismo tiempo, requiere una respuestade parte nuestra. Es preferible leer los textos en el orden cronológico en quefueron escritos. Por eso dejo para el final la carta a los Efesios.
Perdón para losjudíos basado en la fidelidad a la palabra dada. ¿Encontrará respuesta? (2Crónicas 36, 14-16. 19-23 )
Enaquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron susinfidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon lacasa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de suspadres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porquetenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de losmensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas,hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no huboremedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas deJerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetospreciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos aBabilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada delreino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca delprofeta jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todoslos días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años.»
Enel año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor,por boca de jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, quemandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro, reyde Persia: "El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos losreinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén,en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, ysuba!"»
La primera lectura resume la cuarta etapa de la Historiade la salvación. Nos traslada a Babilonia, donde los judíos llevan medio siglodeportados (586-539 a.C.). La ciudad cae en manos de Ciro, rey de Persia, yDios lo mueve a liberarlos. Para justificar el medio siglo de esclavitud, lalectura comienza hablando del pecado de los israelitas, que no se limita a unhecho concreto, se prolonga en una larga historia. A la idolatría einfidelidades del comienzo respondió Dios con paciencia, enviando a susmensajeros para invitarlos a la conversión. Pero los judíos los despreciaron yse burlaron de ellos. Entonces, la compasión de Dios dio paso a la ira, y losbabilonios incendiaron el templo, arrasaron las murallas de Jerusalén,deportaron a la población. Años más tarde, la actitud de Dios cambia de nuevo ymueve a Ciro de Persia a liberar a los judíos. ¿A qué se debe este cambio? Deacuerdo con la mentalidad más difundida en el Antiguo Testamento, el pueblo,tras sufrir el castigo, se convierte y Dios lo perdona. Igual que el niño quehace algo malo: su madre le riñe, pide perdón, la madre lo perdona. Sinembargo, en esta primera lectura no aparece la idea del arrepentimiento delpueblo. El único motivo por el que Dios perdona y mueve a Ciro a liberar alpueblo es por ser fiel a lo que había prometido. Volviendo al ejemplo de lamadre, como si ella le hubiera dicho al niño: “Hagas lo que hagas, terminaréperdonándote”. Y lo perdona, sin que el niño se arrepienta, para cumplir supalabra. ¿Cómo reaccionan los judíos ante la noticia? El texto no lo dice, perolo sabemos: unos pocos volvieron a Judá, arriesgándolo todo, sin saber lo queiban a encontrar; otros prefirieron quedarse en Babilonia. (¿Cuántos afroamericanosestarían dispuestos a volver de Estados Unidos a los países de origen de susantepasados?)
Perdón universal basadoen el amor, que puede ser aceptado o rechazado (evangelio)
En aquel tiempo,dijo Jesús a Nicodemo:
̶ Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en eldesierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el quecree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijoúnico para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vidaeterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino paraque el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no creeya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Eljuicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron latiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obraperversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado porsus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que sevea que sus obras están hechas según Dios.»
El evangelio enfoca el tema del amor y perdón de Dios deforma universal. No habla del amor de Dios al pueblo de Israel, sino de su amora todo el mundo. Pero un amor que no le resulta fácil ni cómodo, en contra delo que cabría imaginar: le cuesta la muerte de su propio hijo. Además, elevangelio subraya mucho la respuesta humana: ese perdón hay que aceptarlomediante la fe, reconociendo a Jesús como Hijo de Dios y salvador. Esto lohemos dicho y oído infinidad de veces, pero quizá no hemos captado que implicaun gran acto de humildad, porque obliga a reconocer tres cosas:
a) que soy pecador,algo que nunca resulta agradable;
b) que no puedosalvarme a mí mismo, cosa que choca con nuestro orgullo;
c) que es otro,Jesús, quien me salva; alguien que vivió hace veinte siglos, condenado a muertepor las autoridades políticas y religiosas de su tiempo, y del que muchospiensan hoy día que sólo fue una buena persona o un gran profeta.
Usando la metáfora del evangelio, es como si un potentefoco de luz cayese sobre nosotros poniendo al descubierto nuestra debilidad eimpotencia. No todos están dispuestos a este triple acto de humildad. Prefierenescapar del foco, mantenerse a oscuras, engañándose a sí mismos como elavestruz que esconde la cabeza en tierra. Pero otros prefieren acudir a la luz,buscando en ella la salvación y un sentido a su vida.
Perdón para lospaganos basado en la compasión. Respuesta: fe y buenas obras (carta a losEfesios, 2,4-10)
Hermanos:Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotrosmuertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáissalvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo conél. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondadpara con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia ymediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampocose debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nosha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que élnos asignó para que las practicásemos.
La salvación universal de la que habla el evangelio laconcreta la carta a los Efesios en una comunidad concreta de origen pagano: lade la ciudad de Éfeso (situada en la actual Turquía). Antes de convertirse,estaban muertos por los pecados, con un agravante: Dios no les había hechoninguna promesa de salvación, como a los judíos deportados en Babilonia. Sinembargo, los perdona. ¿Por qué motivo? Porque es “rico en misericordia”, “porel gran amor con que nos amó”, “por pura gracia”. Esto es lo que san Pablollama en otro contexto “el misterio que Dios tuvo escondido durante siglos”:que también los paganos son hijos suyos, tan hijos como los israelitas. Estaprueba del amor de Dios espera una respuesta, que se concreta en la fe y en lapráctica de las buenas obras.
Reflexión final
En el contexto de la cuaresma, que se presta a subrayar el aspecto delpecado y del castigo, la liturgia nos recuerda una vez más que nuestra fe sebasa en una “buena noticia” (evangelio), la buena noticia del amor de Dios.Nosotros, que somos los herederos de los efesios, de los corintios, de lostesalonicenses, debemos reconocer, como ellos, que todo es don de Dios y nomérito nuestro, y que debemos responder con fe y dedicándonos “a las buenasobras” que él nos ha asignado.
February 29, 2024
Jesús, nuevo templo de Dios. Domingo 3º de Cuaresma. Ciclo B
 
La escena de la expulsión de los mercaderes del templo la cuentan loscuatro evangelios. Pero, como ocurre a menudo, hay algunas diferencias entreellos.
Preguntas para un concurso
1. ¿Cuándo tuvo lugar dicha escena? ¿Al comienzo de lavida de Jesús o al final?
2. Esta escena ha sido pintada por numerosos artistas,entre ellos el Greco. En todas ellas aparece Jesús empuñando un azote decordeles. Pero, de los cuatro evangelios, sólo uno menciona dicho azote; en losotros tres Jesús no recurre a ese tipo de violencia. ¿De qué evangelio setrata?
3. Sólo un evangelio dice que Jesús prohibió transportarobjetos por la explanada del templo. ¿Cuál?
4. ¿Qué evangelista cuenta la escena de la forma másbreve?
5. ¿Quién la cuenta con más detalle, incluyendo unadiscusión con las autoridades judías?
Respuestas
1. Juan la sitúa al comienzo de la vida de Jesús. Mateo,Marcos y Lucas al final, pocos días antes de morir.
2. El único que menciona el azote es Juan.
3. Esa prohibición sólo se encuentra en Marcos.
4. El más breve es Lucas.
5. Juan.
El relato de Juan (Jn 2,13-25)
El concurso anterior no se debe a un capricho. Pretenderecordar que los evangelistas no cuentan el hecho histórico tal como ocurrió,sino transmitir un mensaje. Por eso alguno insiste en un detalle, mientrasotros lo omiten por no considerarlo adecuado para su auditorio. Lucas, porejemplo, reduce al mínimo la actitud violenta de Jesús, mientras que Juan lasubraya al máximo. El relato de Juan se divide en dos partes: la expulsión delos mercaderes y la breve discusión con los judíos.
Un gesto revolucionario
  
    
      
    
  
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió aJerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas ypalomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echóa todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedasy les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
̶ Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casade mi Padre.
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «Elcelo de tu casa me devora.»
A nuestra mentalidad moderna le resulta difícil valorarla acción de Jesús, no capta sus repercusiones. Nos ponemos de su parte, sinmás, y consideramos unos viles traficantes a los mercaderes del templo,acusándolos de comerciar con lo más sagrado. Pero, desde el punto de vista deun judío piadoso, el problema es más grave. Si no hay vacas ni ovejas, tórtolasni palomas, ¿qué sacrificios puede ofrecer al Señor? ¿Si no hay cambistas demoneda, cómo pagarán los judíos procedentes del extranjero su tributo altemplo? Nuestra respuesta es muy fácil: que no ofrezcan nada, que no paguentributo, que se limiten a rezar. Esa es la postura de Jesús. A primera vista, coincidecon la de algunos de los antiguos profetas y salmistas. Pero Jesús va máslejos, porque usa una violencia inusitada en él. Debemos contemplarlo trenzandoel azote, golpeando a vacas y ovejas, volcando las mesas de los cambistas.
Imaginemos la escena en nuestros días. Jesús entra en unacatedral o una iglesia. Se fija en todo lo que no tiene nada que ver con unaoración puramente espiritual, lo amontona y lo va tirando a la calle: cálices,copones, candelabros, imágenes de santos, confesionarios, bancos… ¿Cuál sería nuestra reacción? Acusaríamos aJesús de impedirnos decir misa, poder comulgar, confesarnos, incluso rezar.
¿Por qué actúa Jesús de este modo? En el evangelio deMarcos, lo explica como un buen maestro, empalmando dos textos proféticos, deIsaías y Jeremías: “¿No esta escrito: Mi casa será casa de oración paratodos los pueblos? Pues vosotros la tenéis convertida en una cueva debandidos”.
En el evangelio de Juan, Jesús no actúa como maestro sinocomo hijo: “No convirtáis en unmercado la casa de mi Padre.” Estamos al comienzo del evangelio (lo único quese ha contado después de la vocación de los discípulos ha sido el episodio delas bodas de Caná), y ya se anuncia lo que será el gran tema de debate entreJesús y las autoridades judías en Jerusalén: su relación con el Padre. Esesentirse Hijo de Dios en el sentido más profundo es lo que le provoca esafuerte reacción de cólera, incluso trenzando y usando un látigo (detalle que noaparece en los Sinópticos).
Juan explica esta reacción con unas palabras que noaparecen en los otros evangelios: «Sus discípulos se acordaron de lo que estáescrito: El celo de tu casa me devora.» El celo por la causa de Dios habíaimpulsado a Fineés a asesinar a un judío y a una moabita; a Matatías, padre delos Macabeos, lo impulsó a asesinar a un funcionario del rey de Siria. El celono lleva a Jesús a asesinar a nadie, pero sí se manifiesta de forma potente.Algo difícil de comprender en una época como la nuestra, en la que todo está democráticamentepermitido. El comentario de Juan no resuelve el problema del judío piadoso, quepodría responder: «A mí también me devora el celo de la casa de Dios, pero lo entiendo deforma distinta, ofreciendo en ella sacrificios». Quienes no tendrían respuesta válida serían los comerciantes, a los que nomueve el celo de la casa de Dios sino el afán de ganar dinero.
La reacción de las autoridades
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
̶ ¿Qué signos nosmuestras para obrar así?
Jesús contestó:
̶ Destruid estetemplo, y en tres días lo levantaré.
Los judíos replicaron:
̶ Cuarenta y seisaños ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuandoresucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo habíadicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
En contra de lo que cabría esperar, las autoridades noenvían la policía a detener a Jesús (como le ocurrió siglos antes al profetaJeremías, que terminó en la cárcel por mucho menos). Se limitan a pedir unsigno, un portento, que justifique su conducta. Porque, en ciertos ambientesjudíos, se esperaba del Mesías que, cuando llegase, llevaría a cabo unapurificación del templo. Si Jesús es el Mesías, que lo demuestre primero yluego actúe como tal.
La respuesta de Jesús es aparentemente la de un loco:“Destruid este templo y en tres días lo reconstruiré”. El templo de Jerusalénno era como nuestras enormes catedrales, porque no estaba pensado para acoger alos fieles, que se mantenían en la explanada exterior. De todas formas, era unedificio impresionante. Según el tratado Middot, medía 50 ms delargo, por 35 de ancho y 50 de alto; para construirlo, ya que era un edificiosagrado, hubo que instruir como albañiles a mil sacerdotes. Comenzado por Herodesel Grande el año 19 a.C., fue consagrado el 10 a.C., pero las obras deembellecimiento no terminaron hasta el 63 d.C. En el año 27 d.C., que es cuandoJuan parece datar la escena, se comprende que los judíos digan que ha tardado46 años en construirse. En tres días es imposible destruirlo y, mucho menos,reconstruirlo.
Curiosamente, Juan no cuenta cómo reaccionaron lasautoridades a esta respuesta de Jesús. (Resulta más lógica la versión deMarcos: los sumos sacerdotes y los escribas no piden signos ni discuten conJesús; se limitan a tramar su muerte, que tendrá lugar pocos días después.)Pero el evangelista sí nos dice cómo debemos interpretar esas extrañas palabrasde Jesús. No se refiere al templo físico, se refiere a su cuerpo. Los judíospueden destruirlo, pero él lo reedificará. Tenemos aquí, también desde el comienzodel evangelio, algo equivalente a los tres anuncios de la Pasión y Resurrecciónen los Sinópticos, aunque dicho de forma mucho más breve: “Destruid este templo(Pasión) y en tres días lo levantaré” (Resurrección).
Cuaresma y resurrección
Esto último explica por qué se ha elegido este evangeliopara el tercer domingo. En el segundo, la Transfiguración anticipaba la gloriade Jesús. Hoy, Jesús repite su certeza de resucitar de la muerte. Con ello, laliturgia orienta el sentido de la Cuaresma y de nuestra vida: no termina en elViernes Santo sino en el Domingo de Resurrección.
Jesús, nuevo templo de Dios
Hay otro detalle importante en el relato de Juan: eltemplo de Dios es Jesús. Es en él donde Dios habita, no en un edificio depiedra. Situémonos a finales del siglo I. En el año 70 los romanos handestruido el templo de Jerusalén. Se ha repetido la trágica experiencia de seissiglos antes, cuando los destructores del templo fueron los babilonios (año 586a.C.). Los judíos han aprendido a vivir su fe sin tener un templo, pero loechan de menos. Ya no tienen un lugar donde ofrecer sus sacrificios, donde subirtres veces al año en peregrinación. Para los judíos que se han hechocristianos, la situación es distinta. No deben añorar el templo. Jesús es elnuevo templo de Dios, y su muerte el único sacrificio, que él mismo ofreció.
Portentos y sabiduría (1 Corintios 1,22-25)
En la segunda lectura aparece también el tema de losprodigios. Pablo, judío de pura cepa, pero que predicó especialmente enregiones de gran influjo griego, debió enfrentarse a dos problemas muydistintos. A la hora de creer en Cristo, los judíos pedían portentos, milagros(como se ha contado en el evangelio), mientras los griegos querían un mensajerepleto de sabiduría humana. Poder o sabiduría, según qué ambiente. Pero lo quepredica Pablo es todo lo contrario: Cristo crucificado. El colmo de la debilidad,el colmo de la estupidez. Ninguna universidad ha dado un doctorado “honoriscausa” a Jesús crucificado; lo normal es que retiren el crucifijo. Pero eseCristo crucificado es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Quien sienta latentación de considerar el mensaje cristiano una doctrina muy sabiahumanamente, digna de ser aceptada y admirada por todos, debe recordar laexperiencia tan distinta de Pablo.
  Hermanos:
Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotrospredicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para losgentiles; pero, para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerzade Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que loshombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 
El Decálogo: tercer momento de la Historia de lasalvación (1ª lectura)
Pensando especialmente en los catecúmenos se recuerda en la primera lecturael Decálogo. A pesar de su enorme interés, es difícil tratar las tres lecturasen la homilía. Por su estrecha relación con la Cuaresma convendría limitarse ala segunda y al evangelio.
February 22, 2024
La anticipación del triunfo de Jesús. Domingo 2º de Cuaresma. Ciclo B
  
 
El domingo 1º de Cuaresma se dedica siempre a lastentaciones de Jesús, y el 2º a la transfiguración. El motivo es fácil deentender: la Cuaresma es etapa de preparación a la Pascua; no sólo a la SemanaSanta, entendida como recuerdo de la muerte de Jesús, sino también a suresurrección. Este episodio, que anticipa su triunfo final nos ayuda a enfocaradecuadamente estas semanas.
El contexto
Jesús ha anunciado que debe padecer mucho, serrechazado, morir y resucitar. Pedro, que no quiere oír hablar de sufrimiento ymuerte, lo lleva aparte y lo reprende, provocando la respuesta airada de Jesús:«Retírate, Satanás». Luego llama a toda la gente junto con los discípulos, yles dice algo más duro todavía: no sólo él sufrirá y morirá; los que quieranseguirle también tendrán que negarse a sí mismos y cargar con la cruz. Pero tendránsu recompensa cuando él vuelva triunfante. Y añade: «Algunos de los aquípresentes no morirán antes de ver llegar el reinado de Dios con poder». ¿Secumplirá esa extraña promesa? ¿Hay que hacerle caso a uno que pone condicionestan duras para seguirle?
El cumplimiento: la transfiguración
Seis después tiene lugar este extraño episodio.
En aqueltiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos auna montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieronde un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se lesaparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó lapalabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacertres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Estabanasustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salióuna voz de la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al miraralrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban dela montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta queel Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Esto se les quedó grabado, ydiscutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».
El relato podemos dividirlo en tres partes: la subidaa la montaña, la visión, la bajada. Desde el punto de vista literario es unateofanía, una manifestación de Dios, y Marcos utiliza los mismos elementos queempleaban los autores del Antiguo Testamento para describirla.
La subida a la montaña
Es significativo el hecho de que Jesús sólo elige atres discípulos, Pedro, Santiago y Juan. La exclusión de los otros nueve nodebemos interpretarla sólo como un privilegio; la idea principal es que va aocurrir algo tan importante que no puede ser presenciado por todos. Por otraparte, se dice que subieron «a una montaña alta». Mc usa el frecuentesimbolismo de la montaña como morada o lugar de revelación de Dios. Entre losantiguos cananeos, el monte Safón era la morada del panteón divino. Para losgriegos se trataba del Olimpo. Para los israelitas, el monte sagrado era elSinaí. También el Carmelo tuvo un prestigio especial entre ellos, igual que elmonte Sión en Jerusalén.
La visión
En la visión hay cuatro elementos que lahacen avanzar hasta su plenitud.
1) La transformación de las vestiduras deJesús, que se vuelven «de un blanco deslumbrador, como no es capaz deblanquearlos ningún batanero del mundo». Mc parece sugerir que del interior deJesús brota una luz deslumbradora que transforma sus vestidos. Esa luzsimboliza la gloria de Jesús, que los discípulos no habían percibido hastaahora de forma tan sorprendente.
2) Elías y Moisés. Curiosamente, elprimer plano lo ocupa Elías, considerado en el judaísmo el precursor del Mesías(Eclesiástico 48,10); el puesto secundario que ocupa Moisés resulta difícil deexplicar. Moisés es el gran mediador entre Dios y su pueblo, el profeta con elque Dios hablaba cara a cara. Sin Moisés, humanamente hablando, no habríaexistido el pueblo de Israel ni su religión. Elías es el profeta que salva aesa religión en su mayor momento de crisis, hacia el siglo IX a.C., cuando estáa punto de sucumbir por el influjo de la religión cananea. Sin él, habría caídopor tierra toda la obra de Moisés. Por eso los judíos concedían especialimportancia a estos dos personajes. El hecho de que se aparezcan ahora a losdiscípulos (no a Jesús), es una manera de confirmarles la importancia delpersonaje al que están siguiendo. No es un hereje ni un loco, no estádestruyendo la labor religiosa de los siglos pasados, se encuentra en la líneade los antiguos profetas, llevando su obra a plenitud.
3) En este contexto, las palabras dePedro proponiendo hacer tres tiendas suenan a simple despropósito. Mc lojustifica aduciendo que estaban espantados y no sabía lo que decía.Generalmente nos fijamos en las tres tiendas. Pero esto es simple consecuenciade lo anterior: «qué bien se está aquí». Pedro no quiere que Jesús sufra. Mejorquedarse en lo alto del monte con Jesús, Moisés y Elías que tener que seguirlecon la cruz.
4) La nube y la voz. Como en el Sinaí,Dios se manifiesta en la nube y habla desde ella. Sus primeras palabras repitenexactamente las que se escucharon en el momento del bautismo de Jesús, cuandoDios presentaba a Jesús como su siervo. Pero aquí se añade un imperativo: «¡Escuchadlo!».La orden se relaciona con las anteriores palabras de Jesús, que han provocadotanto escándalo en Pedro, y con la dura alternativa entre vida y muerte que haplanteado a sus discípulos. Ese mensaje no puede ser eludido ni trivializado. «¡Escuchadlo!»
Este episodio está contado comoexperiencia positiva para los apóstoles y para todos nosotros. Después de haberescuchado a Jesús hablar de su pasión y muerte, de las duras condiciones queimpone a sus seguidores, tienen tres experiencias complementarias: 1) ven aJesús transfigurado de forma gloriosa; 2) se les aparecen Moisés y Elías; 3)escuchan la voz del cielo.
Lo cual supone una enseñanza creciente:1) al ver transformados sus vestidos tienen la experiencia de que su destinofinal no es el fracaso, sino la gloria; 2) al aparecérseles Moisés y Elías seconfirman en que Jesús es el culmen de la historia religiosa de Israel y de larevelación de Dios; 3) al escuchar la voz del cielo saben que seguir a Jesúsno es una locura, sino lo más conforme al plan de Dios.
El descenso de la montaña
La orden de Jesús de que no hablen de lavisión hasta que él resucite (v.9) se inserta en la misma línea de laprohibición de decir que él es el Mesías (16,20). No es momento ahora de hablardel poder y la gloria, suscitando falsas ideas y esperanzas. Después de laresurrección, cuando para creer en Cristo sea preciso aceptar el escándalo desu pasión y cruz, se podrá hablar con toda libertad también de su gloria.
Dos padres, dos hijos, dos escándalos
Eldomingo pasado recordamos un primer momento de la Historia de la Salvación: eldiluvio y su relación con el bautismo. En este segundo domingo se recuerda elsacrificio de Abrahán (1ª lectura) y el sacrificio de Cristo (2ª). Las doslecturas se relacionan por oposición. En la primera, Abrahán está dispuesto asacrificar a su único hijo si Dios se lo pide, cosa que no ocurre. En la segunda,Dios entrega a su hijo para demostrarnos que está dispuesto a concedernos todo.Los dos textos extrañan, incluso escandalizan, a muchos cristianos.
Primer escándalo:el sacrificio de Abrahán (Génesis 22,1-2. 9-13.15-18)
En aquellosdías, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole:
̶ ¡Abrahán!
Élrespondió:
̶ Aquí me tienes.
Dios ledijo:
̶ Toma a tu hijo único, al que quieres, aIsaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de losmontes que yo te indicaré.
Cuandollegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar yapiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de laleña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángeldel Señor le gritó desde el cielo:
̶ ¡Abrahán!Abrahán!
Élcontestó:
̶ Aquí me tienes.
El ángel leordenó:
̶ No alargues la mano contra tu hijo ni lehagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo tuúnico hijo.
Abrahánlevantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Seacercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángeldel Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
̶ Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Porhaber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré,multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arenade la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudadesenemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porqueme has obedecido.
La práctica de los sacrificioshumanos está muy extendida en los más diversos pueblos y culturas, desdeEscandinavia al Japón. Pero el Antiguo Testamento nos informa también de algomás terrible: el sacrificio del primogénito. En casos de extrema necesidad, elrey o el jefe militar ofrecía en sacrificio a los dioses lo más valioso queposeía: el hijo o la hija primogénito. No sabemos si esta práctica estabadifundida también a nivel privado. Si lo que dice el profeta Jeremías no esexageración, cabe pensar que sí.
En esa práctica, desde la ópticade aquellos siglos, hay algo muy valioso: se reconoce el derecho de Dios a lomás querido para cualquier persona. Pero en Israel intuyeron pronto que Dios noquiere esa forma de piedad. Había que compaginar dos cosas aparentementecontradictorias: Dios tiene derecho a la vida del primogénito, pero no quiereejercer ese derecho.
El relato del sacrificio deAbrahán cumple perfectamente este objetivo: el patriarca reconoce el derecho deDios, pero Dios no quiere que lo ponga en práctica. Cuando se conocen lascircunstancias históricas y culturales, el relato no escandaliza, sino quealegra.
Segundo escándalo:el sacrificio de Jesús (Romanos 8, 31b-34)
Hermanos:Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó asu propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todocon él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quiéncondenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún resucitó y está a la derechade Dios, y que intercede por nosotros?
Más difícil de explicar es estesegundo escándalo. Porque nadie comprende que Dios sacrifique a su hijo parasalvar a esa panda de indeseables que somos nosotros. Lo curioso es que losprimeros autores cristianos (los evangelistas y los apóstoles en sus cartas)nunca se escandalizaban de este hecho. Se admiraban, pero no se escandalizaban.Por un motivo muy sencillo: no se quedaban en la muerte de Jesús, todo lopensaban a partir de la resurrección. La historia había terminadomaravillosamente bien. Y eso les capacitaba para ver de forma positiva inclusolos aspectos más escandalosos. Las palabras de Pablo en esta lectura no puedenser más duras: Dios «no perdonó a su propio Hijo». Sin embargo, Pablo no deducede ahí que Dios es cruel, sino que está dispuesto a darnos todo con él.
Ya que la idea del juicio finalse ha utilizado a menudo para angustiar a la gente, conviene advertir cómo loenfoca Pablo. El fiscal es Dios; pero no el Dios justiciero, sino un juezcorrupto que se pone de parte de los culpables. Y el juez es Jesús, que hamuerto y sigue intercediendo por nosotros. Es el caso más escandaloso decorrupción de la justicia. Afortunadamente para nosotros.
La mejor forma de ser agradecidos coneste fiscal y este juez es vivir de acuerdo con sus palabras en el evangelio:“Este es mi Hijo amado, escuchadlo”.
February 15, 2024
Tentación sin tentaciones. Domingo 1º de Cuaresma. Ciclo B
 
Un relato sin tentaciones (Marcos 1,12-13)
Si se hiciera una encuesta a los cristianos sobrelas tentaciones de Jesús, algunos mencionarían la de convertir una piedra enpan; otros, que Satanás le ofreció toda la gloria y riqueza si lo adoraba; losmás listos incluso recordarían lo de tirarse desde el pináculo del templo. Coneso, demostrarían conocer los relatos de las tentaciones que cuentan Mateo yLucas. Pero Marcos no dice nada de eso.
Más que un relato parece un guion con seis datos que el catequistadeberá desarrollar.
El Espíritu. En la tradición bíblica, el Espíritu es el que impulsa a los Jueces ya los profetas a realizar la misión que Dios les encomienda: salvar al pueblode sus enemigos o transmitir su palabra. En este caso, con notable diferencia,el Espíritu impulsa a Jesús al desierto.
El desierto es el lugar de la prueba, como lo fue para el pueblo de Israel cuandosalió de Egipto, camino de la Tierra Prometida. Allí fue tentado para ver siera fiel. Y la inmensa mayoría sucumbió en la prueba, mostrándose un pueblo decorazón duro y obstinado. Jesús, en cambio, superará en el desierto latentación.
Los cuarenta días equivalen a los cuarenta años que, según la tradición bíblica, pasóIsrael en el desierto. Es número de plenitud, de tiempo redondo (recuérdenselos cuarenta días del diluvio, los cuarenta días de Moisés en el Sinaí, loscuarenta días entre la resurrección de Jesús y la Ascensión, etc.).
Satanás. Nosotros hemos adornado este personaje con tantos elementos(incluidos cuernos y rabo) que conviene dejar claro cómo lo concibe Marcos. Elevangelista usa el nombre de Satanás en cinco ocasiones (1,13; 3,23.26; 4,15;8,33), y desaparece en la segunda parte del evangelio (cc.9-16); curiosamente,la última vez que se menciona a Satanás no se refiere al demonio sino elapóstol Pedro, que quiere apartar a Jesús de la pasión y la cruz. Porconsiguiente, Satanás es el símbolo de la oposición al plan de Dios. Satanásquiere apartar a Jesús del camino que Dios le ha trazado en el bautismo: hacerque se olvide de pobres y afligidos, dejar de consolar a los tristes, deanunciar la buena noticia. O, como hará Pedro más adelante, pedirle que cumplasu misión, pero sin pensar en cruz ni sufrimientos.
Fieras y ángeles. Esta curiosa mención está cargada de simbolismo. Los animales deldesierto no son los que ve cualquier campesino galileo a su alrededor: mulos,vacas, ovejas... Son escorpiones, alacranes, etc. Y esto nos recuerda el Salmo91,11-13, donde aparecen mencionados junto con los ángeles:
«A sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en todos tus caminos;
te llevarán en sus palmas
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre chacales y víboras,
pisotearás leones y dragones».
Jesús, en el desierto, sufre la tentación deSatanás. Pero Dios está a su lado, lo protege mediante sus ángeles, y hace quetriunfe en todos los peligros.
Estos elementos (tentación, vivir con los animales,servicio de los ángeles) recuerdan al relato de Adán en el paraíso, tal como secontaba en las tradiciones rabínicas. De este modo, Marcos presenta a Jesúscomo el nuevo Adán, que, a diferencia del primero, no sucumbe a latentación, sino que la supera.
El relato de las tentaciones en Marcos es tan breveque la liturgia ha añadido las frases siguientes. Aunque tratan un tema muydistinto (el comienzo de la actividad de Jesús), la invitación a la conversiónencaja muy bien al comienzo de la Cuaresma.
Esaspalabras ya las leímos el domingo 3º del Tiempo Ordinario. Marcos ofrece tresdatos: 1) momento en el que Jesús comienza a actuar; 2) lugar de su actividad;3) contenido de su predicación.
Momento. Cuando encarcelan a JuanBautista.
. Adiferencia de Juan, Jesús no se instala en un sitio concreto, esperando que lagente venga a su encuentro. Como el pastor que busca la oveja perdida, sededica a recorrer los pueblecillos y aldeas de Galilea, 204 según FlavioJosefo.
Los judíos de Judá y Jerusalén noestimaban mucho a los galileos: «Si alguien quiere enriquecerse, que vaya alnorte; si desea adquirir sabiduría, que venga al sur», comentaba un rabinoorgulloso. Y el evangelio de Juan recoge una idea parecida, cuando los sumossacerdotes y los fariseos dicen a Nicodemo: «Indaga y verás que de Galilea nosale ningún profeta» (Jn 7,52).
Mensaje.¿Qué dice Jesús a esa pobre gente, campesinos de las montañas y pescadores dellago? Su mensaje lo resume Marcos en un anuncio («Se ha cumplido el tiempo yestá cerca el reino de Dios») y una invitación («convertíos y creed en elEvangelio»).
El anuncio encaja en la mentalidadapocalíptica, bastante difundida por entonces en algunos grupos religiososjudíos. Ante las desgracias que ocurren en el mundo, y a las que no encuentransolución, esperan un mundo nuevo, maravilloso: el reino de Dios. Para estosautores era fundamental calcular el momento en el que irrumpiría ese reinado deDios y qué señales lo anunciarían. Jesús no cae en esa trampa: no habla delmomento concreto ni de las señales. Se limita a decir que «está cerca».
Pero lo más importante es que vinculaese anuncio con una invitación a convertirse y a creer en la buena noticia.
Convertirse implica dos cosas: volver aDios y mejorar la conducta. La imagen que mejor lo explica es la del hijopródigo: abandonó la casa paterna y terminó dilapidando su fortuna; debe volvera su padre y cambiar de vida. Esta llamada a la conversión es típica de losprofetas y no extrañaría a ninguno de los oyentes de Jesús.
Pero Jesús invita también a «creer enla buena noticia» del reinado de Dios, aunque los romanos les cobren toda clasede tributos, aunque la situación económica y política sea muy dura, aunque sesientan marginados y despreciados. Esa buena noticia se concretará pronto en lacuración de enfermos, que devuelve la salud física, y el perdón de los pecados,que devuelve la paz y la alegría interior.
El recuerdo del bautismo (dos primeras lecturas)
Desde antiguo, la celebración de laPascua quedó vinculada con el bautismo de los catecúmenos el Sábado Santo, y esoha influido en la selección de las lecturas. Ya la primera carta de Pedro ve enla salvación de ocho personas del diluvio atravesando el agua un símbolo delbautismo que ahora nos salva. Este texto se recoge en la segunda lectura. Laprimera, como es lógico, recuerda el relato del Génesis.
Génesis 9.8-15
Diosdijo a Noé y a sus hijos:
Yoestablezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos losanimales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salierondel arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros:el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio quedevaste la tierra.
YDios añadió: Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y contodo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco enel cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre latierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros ycon todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes.
La carta de Pedro (llamada así, aunqueno la escribió san Pedro) ve en el diluvio un simbolismo del bautismo: Noé ysus hijos se salvaron cruzando las aguas del diluvio, el cristiano se salvasumergiéndose en el agua bautismal.
1Pedro 3, 18-22
Queridoshermanos: Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, eljusto por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne perovivificado en el Espíritu; en el Espíritu fue a predicar incluso a losespíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo, cuando la pacienciade Dios aguardaba, en los días de Noé, a qué se construyera el arca, para queunos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua. Aquelloera también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no espurificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buenaconciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, estásentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.
Jesús y nuestro bautismo
La presentación de Jesús como nuevoAdán está estrechamente relacionada con la nueva vida que comienza en elcristiano con el bautismo. La Cuaresma es el mejor momento para profundizar eneste sacramento que, en la mayoría de los casos, recibimos sin ser conscientesde lo que recibíamos.
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