José Luis Sicre's Blog, page 2
August 7, 2025
Cuando menos lo penséis. Domingo 19 Ciclo C
 
  Estad como los que esperan a su señor
El Nuevo Testamento termina con unas palabras de Jesús en el libro delApocalipsis: “Sí, vengo pronto”. A las que responde el autor: “Amén. Ven, SeñorJesús”. Aunque la mayoría de los católicos no ha leído el Nuevo Testamento depunta a cabo, a muchos les suena la idea de “la segunda venida de Jesús” o “lavuelta del Señor”, sin que a nadie le quite el sueño. Esa vuelta no la ven comoalgo inmediato, ni siquiera a largo plazo.
A gran parte de los cristianos de finales delsiglo I, cuando Lucas escribe su evangelio, le ocurría lo mismo. Desde niños, odesde que se convirtieron, les habían anunciado la pronta vuelta del Señor.Pero pasaron años, décadas, y no volvía. Escritos muy distintos del NuevoTestamento recogen el desánimo y el escepticismo que se fue difundiendo en lascomunidades. Hasta el punto de que el autor de la segunda carta a losTesalonicenses se siente obligado a negar la inminencia de esa vuelta: «No perdáis fácilmente la cabeza ni osalarméis por profecías o discursos o cartas fingidamente nuestras, como si eldía del Señor fuera inminente» (2 Tes 2,2).
Lucas también estáconvencido de que el fin del mundo no es inminente. Antes habrá que extender elevangelio «hastalos confines de la tierra», comoexpone en los Hechos de los Apóstoles. Pero aprovecha la enseñanza degeneraciones anteriores para exhortar a la vigilancia.
[El sacerdote puede elegireste domingo entre una lectura breve y otra larga. Sin detenerme en justificarlos motivos, aconsejo limitarse a la breve.]
Tened ceñida la cintura yencendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señorvuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criadosa quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá,los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche ode madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
Comprendedque si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrirun boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menospenséis viene el Hijo del hombre.
Si se lee eltexto de forma rápida parece hablar de los mismos personajes: unos criados y suseñor. Sin embargo, cuando se lee con atención, se advierte que habla de dosseñores distintos:
1) uno quevuelve de un banquete y al que esperan sus criados;
2) otro, queno tiene criados, se entera de que esa noche va a venir un ladrón, y lo esperaen vela.
Dos comparaciones anticuadas
Veintesiglos hacen que incluso las imágenes más expresivas se desvirtúen. La primeracomparación trae a la memoria la serie Downton Abbey, con toda la servidumbreperfectamente uniformada y dispuesta a la entrada del palacio esperando lallegada del señor o la familia. Esto pasó a la historia. Imaginando una comparación actual diría: “Tened los chalecos antibalas puestos y las armas preparadas, igual que los agentes de seguridad que esperan que el Presidente salga de la recepción”. Demasiado llamativo y aplicable a poca gente. Pero lo más desconcertante es lo que hace el Presidente: en vez irse a descansar o a dormir, se dedica a servir la cena a sus guardias.
La segundacomparación, la del que espera la venida del ladrón, también parece anticuada.Esa función la cumplen las agencias de seguridad y la policía. Sin embargo,dados los numerosos fallos en este campo, es posible que el dueño de la casa semantuviese en vela.
 
Los protagonistas
En elprimer caso, los protagonistas somos nosotros, presentados como criados queesperan a su señor, Jesús. En el segundo, el dueño de la casa también nosrepresenta a nosotros, atentos a que no nos roben. Imagen bastante atrevida,porque el ladrón es “el Hijo del hombre”.
Dos consejos distintos
Ya que setrata de dos comparaciones distintas, los consejos también difieren: en elprimer caso, debemos imitar a los criados que esperan a su señor; en elsegundo, imitar al propietario que espera al ladrón, preparados para la llegadaimprevista del Hijo del hombre. Hay también una notable diferencia en cuanto altono: la primera comparación da por supuesto que el señor encontrará a loscriados vigilando y los proclama dos veces bienaventurados. La segunda tiene untono de amenaza y peligro.
De la vuelta del Señor al encuentro conel Señor
A mediados del siglo XX,los Testigos de Jehová estaban convencidos de que el fin del mundo sería en1984 (70 años después de 1914, el comienzo de la Primera Guerra Mundial).Supongo que ahora mantendrán otra fecha. Pero no debemos reírnos de ellos. La adaptaciónde antiguas profecías a nuevas realidades es frecuente en el Antiguo Testamentoy también en la iglesia primitiva.
En el caso concreto de lalectura de hoy, sin negar la vuelta del Señor, el acento se ha desplazado aalgo más cercano e indiscutible: el encuentro personal con él después de lamuerte. En esta perspectiva, la exhortación a la vigilancia sigue siendo totalmenteválida.
Pero vigilar no significa vivirangustiados, sino cumplir adecuadamente las propias obligaciones, como deja claro la continuación delevangelio (en la forma larga que puede omitirse).
La primera lectura
La primera lectura, tomadadel libro de la Sabiduría 18, 6-9, ofrece dos posibles puntos de contacto conel evangelio. El texto dice así.
La noche de la liberación[de Egipto] se les anunció de antemano a nuestros padres, para quetuvieran ánimo, al conocer con certeza la promesa de que se fiaban. Tu puebloesperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables, puescon una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos ati. Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y,de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada: que todos los santosserían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar loshimnos tradicionales.
Primerpunto de contacto: vigilancia esperando la salvación.
El libro de la Sabiduríapiensa en la noche de la liberación de Egipto
El evangelio, en lasalvación que traerá la segunda venida de Jesús.
En ambos casos se subrayala actitud vigilante de israelitas y cristianos.
Segundopunto de contacto: solidaridad
Al momento de salir deEgipto, los israelitas se comprometen a compartir los bienes: seríansolidarios en los peligros y en los bienes.
En el evangelio, Jesúsanima a los cristianos a ir más lejos: Vended vuestros bienes y dad limosna;haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo. (Estepunto de contacto sólo se advierte leyendo el comienzo de la lectura larga).
Reflexiónfinal
Leer este evangelio en elprimer domingo de agosto, cuando muchos acaban de empezar las vacaciones, noparece lo más adecuado. Sin embargo, precisamente al comienzo de las vacacioneses cuando más nos aconsejan una actitud de vigilancia: con respecto a laprotección de la casa, las ruedas del coche, la revisión del motor, laprotección de los rayos solares… Siendo realistas, también al comienzo de lasvacaciones es cuando muchos se encuentran definitivamente con el Señor. Lavigilancia no es solo para el otoño.
July 31, 2025
Dos sabios ante la riqueza. Domingo 18 del Tiempo Ordinario. Ciclo C
 
Un sabio pesimista (¿u optimista?):Qohélet (Eclesiastés 1,2; 2,21-23)
El nombre de Qohélet lesuena a muy pocas personas. Sin embargo, muchos han oído citar su famosa frase:«Vanidad de vanidades,todo es vanidad», con la que comienza la primera lectura de este domingo. Pero su enseñanza no se refiere hoy a lavanidad sino a la riqueza.
En el Antiguo Testamento, la riqueza se ve a vecescomo signo de la bendición divina (casos de Abrahán y Salomón); otras, como unpeligro, porque hace olvidarse de Dios y lleva al orgullo; los profetas laconsideran a menudo fruto de la opresión y explotación; los sabios denuncian sucarácter engañoso y traicionero. En esta última línea se inserta la primeralectura de hoy, que recoge dos reflexiones de Qohélet.
La primera reflexión afirmaque todo lo conseguido en la vida, incluso de la manera más justa y adecuada,termina, a la hora de la muerte, en manos de otro que no ha trabajado(probablemente piensa en los hijos).
¡Vanidad de vanidades, dice Qohélet;
vanidad de vanidades, todo es vanidad!
Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto,
y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado.
También esto es vanidad y grave desgracia.
Lasegunda se refiere a la vanidad del esfuerzo humano. Sintetizando la vida enlos dos tiempos fundamentales, día y noche, todo lo ve mal.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lofatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente.
También esto es vanidad.
Ambos temas (lo conseguido en la vida y lavanidad del esfuerzo humano) aparecen en la descripción del protagonista de laparábola del evangelio.
Un sabio optimista (¿o pesimista?):Jesús (Lucas 12,31-21)
En el evangelio de hoypodemos distinguir tres partes: el punto de partida, la parábola, y laenseñanza final.
El punto de partida
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:
‒ Maestro, di a mi hermanoque reparta la herencia conmigo.
El le respondió:
‒ ¡Hombre! ¿Quién me haconstituido juez o repartidor entre vosotros?
Y les dijo:
‒ Mirad y guardaos de todacodicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por susbienes.
Si esa misma propuesta se la hubieran hecho a unobispo o a un sacerdote, inmediatamente se habría sentido con derecho aintervenir, aconsejando compartir la herencia y encontrando numerosos motivospara ello. Jesús no se considera revestido de tal autoridad. Pero aprovechapara advertir del peligro de codicia, como si la abundancia de bienesgarantizara la vida. Esta enseñanza la justifica, como es frecuente en él, conuna parábola.
La parábola .
Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí,diciendo: “¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?” Y se dijo: “Voy ahacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes y reuniréallí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienesen reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea”. Pero Dios ledijo: “¡Necio! esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas quepreparaste, ¿para quién serán?”
A diferencia de Qohélet, Jesús no presenta al ricosufriendo, penando y sin lograr dormir, sino como una persona que ha conseguidoenriquecerse sin esfuerzo; y su ilusión para el futuro no es aumentar sucapital de forma angustiosa sino descansar, comer, beber y banquetear.
Pero el rico de laparábola coincide con el de Qohélet en que, a la larga, ninguno de los dospodrá conservar su riqueza. La muerte hará que pase a los descendientes o aotra persona.
La enseñanza final. Si todo terminara aquí, podríamos leer los dostextos de este domingo como un debate entre sabios.
Pesimismo, optimismo y realismo
Qohélet, aparentementepesimista (todo lo obtenido es fruto de un duro esfuerzo y un día será deotros) resulta en realidad optimista, porque piensa que su discípulo dispondráde años para gozar de sus bienes.
Jesús, aparentementeoptimista (el rico se enriquece sin mayor esfuerzo), enfoca la cuestión con un escepticismocruel, porque la muerte pone fin a todos los proyectos.
Pero la mayor diferenciaentre Jesús y Qohélet la encontramos en la última frase.
Así es el que atesorariquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.
Frente al mero disfrute pasivo de los propiosbienes (Qohélet), Jesús aconseja una actitud práctica y positiva: enriquecersea los ojos de Dios. Y este consejo es tremendamente realista porque no se fijaen lo que ocurrirá al final de la vida, sino en lo que puedo y debo hacer desdeahora mismo.
July 24, 2025
Aprendiendo a rezar Domingo 17 del Tiempo Ordinario. Ciclo C
 
  
  El domingo pasado, el evangelio nosanimaba a escuchar a Jesús, como María. Hoy nos anima a hablarle a Dios. Anteuna persona importante es fácil quedarse sin palabras, no saber qué decir.Mucho más ante Dios. Quizá por eso, los discípulos no rezan. Pero les suscitacuriosidad ver a Jesús rezando. ¿Qué dice? ¿Por qué no les enseña a hablarle aDios? Este será el tema del evangelio, que recoge dos cuestiones muy distintas:la oración típica del cristiano y la importancia de ser insistentes y pesadosen nuestra oración, hasta conseguir que Dios se harte y nos conceda… ¿Qué nosconcederá Dios? Dada la importancia del tema, comentaré la primera lectura alfinal.
Aprendiendoa rezar (Lucas 11, 1-4)
            Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de susdiscípulos le dijo:
‒ Señor, enséñanos a orar,como Juan enseñó a sus discípulos.
Él les dijo:
‒ Cuando oréis decid:
“Padre,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
danos cada día nuestro pandel mañana,
perdónanos nuestrospecados,
porque también nosotrosperdonamos a todo el que nos debe algo,
y no nos dejes caer en latentación.”
Nota a la traducción
EnLucas faltan dos peticiones que conocemos por Mateo: “hágase tu voluntad en latierra como en el cielo”, y “líbranos del mal”.
Laliturgia traduce “nuestro pan del mañana”;debería traducir, como en la misa, “nuestro pan de cada día”, ya que la fórmula griega es la misma en Mateo y Lucas. Pero existe una discusión muy antigua sobre si epiousionse debe interpretar del alimento cotidiano o como referencia a la eucaristía.Parece que la liturgia se ha inclinado en este caso por la interpretacióneucarística.
Breve comentario al Padre nuestro
El “Padre nuestro” es la síntesis de todo lo que Jesús vivió y sintió apropósito de Dios, del mundo y de sus discípulos. Entorno a estos temas giran las peticiones (sean siete como en Mateo o cinco comoen Lucas).
Frente a un mundo que prescinde de Dios, lo ignora o incluso lo ofende,Jesús propone como primera petición, como ideal supremo del discípulo, el deseode la gloria de Dios: “santificado sea tu Nombre”; dicho con palabras másclaras: “proclámese que Tú eres santo”. Es la vuelta a la experienciaoriginaria de Isaías en el momento de su vocación, cuando escucha a losserafines proclamar: “Santo, santo, santo, el Señor, Dios del universo” (Is 6).La primera petición se orienta en esa línea profética que sitúa a Dios porencima de todo, exalta su majestad y desea que se proclame su gloria.
Ante un mundo donde con frecuencia predominan el odio, laviolencia, la crueldad, que a menudo nos desencanta con sus injusticias, Jesúspide que se instaure el Reinado de Dios, el Reino de la justicia, el amor y lapaz. Recoge en esta petición el tema clave de su mensaje (“está cerca elReinado de Dios”), en el que tantos contemporáneos concentraban la sumafelicidad y todas sus esperanzas.
Como tercer centro de interésaparece la comunidad. Esepequeño grupo de seguidores de Jesús, que necesita día tras día el pan, elperdón, la ayuda de Dios para mantenerse firme. Peticiones que podemos hacercon sentido individual, pero que están concebidas por Jesús de formacomunitaria, y así es como adquieren toda su riqueza.
Cuando uno imagina a ese pequeñogrupo en torno a Jesús recorriendo zonas poco pobladas y pobres, comprende sindificultad esa petición al Padre de que le dé “el pan nuestro de cada día”.
Cuando se recuerdan los fallos delos discípulos, su incapacidad de comprender a Jesús, sus envidias y recelos,adquiere todo sentido la petición: “perdona nuestras ofensas”.
Y pensando en ese grupo que debiósoportar el gran escándalo de la muerte y el rechazo del Mesías, la oposiciónde las autoridades religiosas, se entiende que pida “no caer en la tentación”.
El Padre nuestro nos enseña que laoración cristiana debe ser:
Amplia, porque no podemos limitarnos a nuestros problemas;el primer centro de interés debe ser el triunfo de Dios;
Profunda, porque al presentar nuestrosproblemas no podemos quedarnos en lo superficial y urgente: el pan esimportante, pero también el perdón, la fuerza para vivir cristianamente, elvernos libres de toda esclavitud.
Íntima, en un ambiente confiado y filial, ya que nos dirigimosa Dios como “Padre”.
Comunitaria. “Padrenuestro", danos, perdónanos, etc.
En disposición de perdón.
Necesidadde ser insistentes en la oración (Lucas 11,5-13)
Y les dijo:
‒ Si alguno de vosotrostiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstametres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada queofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puertaestá cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme paradártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y selos da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le darácuanto necesite.
Pues así os digo avosotros:
Pedid y se os dará,
buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá;
porque quien pide recibe,
quien busca halla,
y al que llama se leabre.
¿Qué padre entre vosotros,cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra?
¿O si le pide un pez, ledará una serpiente?
¿O si le pide un huevo, ledará un escorpión?
Si vosotros, pues, quesois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padrecelestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?
El ejemplo del amigo importuno
En las casas del tiempo de Jesús losniños no duermen en su habitación. De la entrada de la casa a la cocina no seva por un pasillo. No existe luz eléctrica ni linterna. Un solo espacio sirvede todo: cocina y comedor durante el día, dormitorio por la noche. Moverse enla oscuridad supone correr el riesgo de pisar a más de uno y tener que soportarsus quejas y maldiciones.
El “amigo” trae a la memoria unsimpático proverbio bíblico: “El que saluda al vecino a voces y de madrugada escomo si lo maldijera”. Este amigo no saluda, pide. Y consigue lo que quiere.
Este individuo merecería que ledirigiesen toda la rica gama de improperios que reserva la lengua castellanapara personas como él. Sin embargo, Jesús lo pone como modelo. Igual que mástarde, también en el evangelio de Lucas, pondrá como modelo a una viuda queinsiste para que un juez inicuo le haga justicia.
La bondad paternal de Dios y un regalo inesperado
En realidad, no haría falta ser taninsistentes, porque Dios, como padre, está siempre dispuesto a dar cosas buenasa sus hijos.
Aquí es donde Lucas introduce undetalle esencial. Las palabras tan conocidas “Pedid y seos dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá…” seprestan a ser mal entendidas. Como si Dios estuviera dispuesto a dar cualquiercosa que se le pida, desde un puesto de trabajo hasta la salud, pasando poraprobar un examen. Esta interpretación ha provocada muchas crisis de fe y laconciencia diluida de que la oración no sirve para nada.
Elevangelio de Mateo, que recoge las mismas palabras, termina diciendo que Dios“dará cosas buenas a los quese las pidan”. La oración de Jesús en el huerto de los olivos demuestra queDios tiene una idea muy distinta de nosotros, incluso de Jesús, de lo que esbueno y lo que más nos conviene.
Perolas palabras del evangelio de Mateo a Lucas le resultan poco claras y ofreceuna versión distinta: “vuestro Padre celestial dará Espíritu Santo a los que se lo piden”. ParaLucas, tanto en el evangelio como en el libro de los Hechos, el Espíritu Santoes el gran motor de la vida de la iglesia. En medio de las dificultades,incluso en los momentos más duros de la vida, la oración insistente conseguiráque Dios nos dé la fuerza, la luz y la alegría de su Espíritu.
Un regateo inútil (Génesis 18, 20-32)
En la primera lectura Abrahán es comoel amigo inoportuno de la parábola, aunque, en este caso, su insistencia nosirve de nada. Sodoma y Gomorra desaparecerán de la historia porque no seencontraron en ella ni siquiera diez personas buenas. Prescindiendo de lo quepueda haber de histórico a propósito de esas dos ciudades, el episodio estácontado pensando en Jerusalén, que también ha sido devastada por los babiloniosen el año 586 a.C. ¿Cómo es posible que Dios no la haya perdonado? El autor deeste pasaje del Génesis lo tiene claro: la culpa no es de Dios, que estádispuesto a perdonar a todos si encuentra un número mínimo de inocentes. Laculpa es de la ausencia total de inocentes.
  
              
  
    En aquellos días, el Señor dijo:
  
‒ La acusación contraSodoma y Gomorra es fuerte, y su pecado es grave; voy a bajar, a ver sirealmente sus acciones responden a la acusación; y si no, lo sabré.
Los hombres se volvieron yse dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán.
Entonces Abrahán se acercóy dijo a Dios:
‒ ¿Es que vas a destruiral inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿losdestruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él?¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que lasuerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo elmundo, ¿no hará justicia?
El Señor contestó:
‒ Si encuentro en laciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención aellos.
Abrahán respondió:
‒ Me he atrevido a hablara mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número decincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?
Respondió el Señor:
‒ No la destruiré, si esque encuentro allí cuarenta y cinco.
Abrahán insistió:
‒ Quizá no se encuentrenmás que cuarenta.
Le respondió:
‒ En atención a loscuarenta, no lo haré.
Abrahán siguió:
‒ Que no se enfade miSeñor, si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?
Él respondió:
‒ No lo haré, si encuentroallí treinta.
Insistió Abrahán:
‒ Me he atrevido a hablara mi Señor. ¿Y si se encuentran sólo veinte?
Respondió el Señor:
‒ En atención a losveinte, no la destruiré.
Abrahán continuó:
‒ Que no se enfade miSeñor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?
Contestó el Señor:
‒ En atención a los diez,no la destruiré.
El lectormoderno no está de acuerdo con esta mentalidad. En las ciudades de Ucrania, deSiria, en Gaza, en Hiroshima y Nagasaki había sin duda más de diez justos. Diosno es el responsable de invasiones, bombardeos, destrucciones y deportaciones.De eso nos encargamos los hombres, que sabemos hacerlo muy bien. Pero Abrahánnos sirve de modelo. No se alegra al enterarse de que esas ciudades van a serdestruidas, intercede por ellas, intenta que no les sobrevenga la desgracia.Algo que muchas personas buenas siguen haciendo con procedimientos muydistintos y acudiendo a instancias de otro tipo. ¡Ojalá tengan más éxito queAbrahán!
July 17, 2025
¿Afanarse o escuchar? Domingo 16 del Tiempo Ordinario. Ciclo C
  
 
Vermeer, Marta y María
El domingo pasado, la parábola del buensamaritano terminaba con una invitación a la acción: «Ve, y haz tú lo mismo».Imaginemos que quien tenemos delante no es un pobre hombre apaleado y mediomuerto, sino Jesús. Se ha presentado en la casa a mediodía. ¿Qué es másimportante: afanarnos por darle bien de comer o sentarnos a escucharle?
Comoel evangelio va de invitación a comer, para la primera lectura se ha elegido lafamosa escena en la que Abrahán invita a tres personajes misteriosos que llegana su tienda.
Lapreciosa miniatura que adjunto contiene todos los elementos del relato: laencina de Mambré, los tres hombres, representados como ángeles, Abrahán y Sara.El artista ha convertido la tienda de Abrahán en una casa, casi una iglesia. Eltexto nos ayudará a comprender mejor el evangelio.
Abrahán invita a comer al Señor (Génesis 18,1-10)
   
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina deMambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacíacalor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrióa su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo:
‒ Señor, si he alcanzadotu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para queos lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo depan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto avuestro siervo.
              Contestaron:
            ‒ Bien, haz lo que dices.
Abrahán entró corriendo enla tienda donde estaba Sara y le dijo:
‒ Aprisa, tres cuartillosde flor de harina, amásalos y haz una hogaza.
Él corrió a la vacada,escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase enseguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió.Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron.
Después le dijeron:
‒ ¿Dónde está Sara, tumujer?
              Contestó:
            ‒ Aquí, en la tienda. 
Añadió uno:
‒ Cuando vuelva a ti,dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.
¿Cuántos son los invitados?
Estebreve relato ha supuesto uno de los mayores quebraderos de cabeza para loscomentaristas del Génesis. Empieza diciendo que el Señor se aparece a Abrahán, pero lo que ve el patriarca son tres hombres.
Alprincipio se dirige a ellos en singular, como si se tratara de una sola persona(“no pases de largo”), pero luego utiliza el plural (“os lavéis, descanséis,cobréis fuerzas”). El plural se mantiene en las acciones siguientes (“comieron,dijeron”), pero la frase capital, la gran promesa, la pronuncia uno solo.
Enresumen, un auténtico rompecabezas, resultado de unir tradiciones distintas. Nofaltaron comentaristas cristianos que vieron en esta escena un anticipo de laSantísima Trinidad. Aunque la idea carece de fundamento serio, sirvió de basepara una de las creaciones artísticas más maravillosas: el icono de AndréiRubliov, pintado hacia 1422-1428.
   
Hospitalidad
Laley de hospitalidad es una de las normas fundamentales del código del desierto.El hombre que recorre estepas interminables sin una gota de agua ni pobladosdonde comprar provisiones, está expuesto a la muerte por sed o inanición.Cuando llega a un campamento de beduinos o de pastores no es un intruso ni unenemigo. Es un huésped digno de atención y respeto, que puede gozar de lahospitalidad durante tres días; cuando se marcha, se le debe protección duranteotros tres días (unos 100 kilómetros). Esta ley de hospitalidad es la que poneen práctica Abrahán.
El menú, dos cocineros y un maître.
Abrahán nose limita a hospedar a los visitantes. Entre él y su mujer, con la ayudatambién de un criado, organiza un verdadero banquete con un ternero hermoso,cuajada, leche y una hogaza de flor de harina. A diferencia de las comidasactuales, no hay prisa. Pasan horas desde que se invita hasta que se preparanlos alimentos y se termina de comer.
La cuenta
Alinvitado no se le cobra. Pero el huésped principal paga de forma espléndida:prometiendo que Sara tendrá un hijo. El tema de la fecundidad domina toda latradición de Abrahán y se cumple a través de muchas vicisitudes y de formadramática.
Marta invita a comer a Jesús (Lucas 10, 38-42)
Eltexto del evangelio también se ha prestado a mucho debate. Este relato esexclusivo de Lucas, no se encuentra en Mateo, Marcos ni Juan.
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lorecibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a lospies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abastocon el servicio; hasta que se paró y dijo:
‒ Señor, ¿no te importaque mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
Pero el Señor le contestó:
‒ Marta, Marta, andasinquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogidola parte mejor, y no se la quitarán.
¿Cuántos invitados a comer?
Enla historia de Abrahán resultaba difícil saber si los invitados eran uno otres. El relato de Lucas nos deja en la mayor duda. Jesús siempre ibaacompañado, no sólo de los Doce, sino también de muchas mujeres, como afirmanexpresamente Marcos y Lucas, citando el nombre de algunas de ellas. ¿Los recibea todos Marta? ¿Se limita a invitar a Jesús? Las palabras “Marta semultiplicaba para dar abasto con el servicio” sugieren que no se trataba deun solo invitado. Pero la escena parece tan simbólica que resulta difícilimaginar la habitación abarrotada de gente.
El menú, y una cocinera sinayudante
Nosabemos el número de invitados, pero sí está claro el de cocineras. Aquí noocurre con en el relato del Génesis, donde Sara amasa y cuece la hogaza,mientras Abrahán colabora corriendo a escoger el ternero, dando órdenes deprepararlo, encargándose de la cuajada y de la leche.
Enla casa del evangelio hay también dos personas, Marta y María. Pero María sesienta cómodamente a los pies de Jesús mientras Marta se mata trabajando. ¿Porqué tanto esfuerzo? ¿Porque son muchos los invitados? ¿O porque Marta pretende prepararlea Jesús un banquete tan suculento como el de Abrahán, y le faltan tiempo ymanos para el ternero, la hogaza, la cuajada y la leche?
Desgraciadamente,ignoramos el menú. Según algunos comentaristas, las palabras que dirige Jesús aMarta, “sólo una cosa es necesaria” significarían: “un plato basta”, note metas en más complicaciones.
Dos actitudes
Elcontraste entre María sentada y Marta agobiada se ha prestado a muchasinterpretaciones. Por ejemplo, a defender la supremacía de la vidacontemplativa sobre la activa, sin tener en cuenta que esas formas de vida noexistían en tiempos de Jesús ni en la iglesia del siglo I. Entre los judíos dela época existían grupos religiosos con tintes monásticos (los esenios de losque habla Flavio Josefo y los terapeutas de los que habla Filón de Alejandría),pero Lucas no presenta a María como modelo de las monjas de clausura frente aMarta, que sería la cristiana casada o la religiosa de vida activa.
Elevangelio no contrapone pasividad y trabajo. Jesús no reprocha a Marta quetrabaje sino que “andas inquieta y nerviosa con tantas cosas”. Esainquietud por hacer cosas, agradar y quedar bien, le impide lo más importante:sentarse un rato a charlar tranquilamente con Jesús y escucharle.
Todos tenemos la tendencia a sentirnos protagonistas, incluso en larelación con Dios. Nos atrae más la acción que la oración, hacer y dar queescuchar y recibir. Nos sentimos más importantes. La breveescena de Marta y María nos recuerda que muy a menudo andamos inquietos ynerviosos con demasiadas cosas y olvidamos la importancia primaria del tratocon el Señor.
Marta-María y el buensamaritano
Esteepisodio sigue inmediatamente a la parábola del buen samaritano, que leímos eldomingo pasado. Los dos textos son exclusivos del evangelio de Lucas, y piensoque se iluminan mutuamente.
Laparábola del buen samaritano es una invitación a la acción a favor de lapersona que nos necesita: “ve y haz tú lo mismo”.
Paramantener la acción a favor del prójimo la mejor preparación es sentarse, comoMaría, a escuchar la palabra de Jesús.
July 10, 2025
El teólogo listillo y el buen samaritano. Domingo 15º. Tiempo ordinario. Ciclo C

El domingo pasado, el envío de lossetenta y dos discípulos nos hacía pensar en los miles de personas anónimas quedifunden el evangelio en todas partes del mundo. Este domingo, la parábola delbuen samaritano nos recuerda a tantísima gente que ha puesto en práctica suenseñanza.
¿Cuántas normas hay que cumplir para salvarse?
Hace añosse hizo famoso un libro escrito por el jesuita Jorge Loring, Para salvarte, primera obra en lenguaespañola que alcanzó un millón de ejemplares en vida de su autor. Todo empezócon unos breves apuntes para sus catequesis, pero terminaron convirtiéndose enun enorme volumen de 1084 páginas. Ante tal cúmulo de páginas, el lector puedesentirse como el antiguo israelita, retratado en el Deuteronomio, que consideraimposible conocer la voluntad de Dios; o como el legista del evangelio que lepregunta a Jesús qué debe hacer para conseguir la vida eterna.
Larespuesta del Deuteronomio es clara: no hay que subir al Himalaya ni atravesarel Atlántico para saber lo que Dios quiere de nosotros. Lo que Dios quiere delisraelita está escrito “en el código de esta ley”, que se limita a loscapítulos 12-26 del Deuteronomio. No se trata de estudiar mucho sino deconvertirse con todo el corazón y toda el alma, y de poner en práctica lo queallí se dice.
Moisés habló al pueblo, diciendo:
‒ Escucha la voz delSeñor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en elcódigo de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y contoda el alma. Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda,ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: “¿Quién de nosotros subiráal cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará para que lo cumplamos?” Ni estámás allá del mar, no vale decir: “¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lotraerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?” El mandamiento está muycerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.
Pero alDeuteronomio le ocurrió algo parecido al Para salvarte. Aunque el textoera intocable, y nadie estaba autorizado a quitar ni añadir nada, lainterpretación de sus normas fue creciendo de forma incontrolable. En tiemposde Jesús, el judaísmo contaba 613 mandamientos (365 prohibiciones y 248preceptos) capaces de volver loco a cualquier persona.
Los intentos de sintetizar
Ante este cúmulo de mandamientos, eslógico que surgiese el deseo de sintetizar, de saber qué era lo más importante.A propósito de los famosos rabinos Shammay y Hillel, que vivieron pocos añosantes de Jesús, se cuenta la siguiente anécdota. Una vez llegó un pagano aShammay, famoso por su intolerancia, y le dijo: “Me haré prosélito con lacondición de que me enseñes toda la Torá mientras aguanto a pata coja”. Él,que era sastre, lo echó, amenazándolo con una vara de medir que tenía en lamano. Entonces fue a Hillel, famoso por su tolerancia, que le respondió: “Loque no te guste, no se lo hagas a tu prójimo. En esto consiste toda la Ley, lodemás es interpretación”. También del Rabí Aquiba (+ hacia 135 d.C.) serecuerda un esfuerzo parecido de sintetizar toda la Ley en una sola frase: “Amarása tu prójimo como a ti mismo; este es un gran principio general en la Torá”.
Enlos evangelios hay diversos intentos de simplificar la cuestión con unarespuesta breve y drástica. El más famoso es la Regla de oro, con la que cierrael evangelio de Mateo el Sermón del Monte: “Tratad a los demás como queréis queos traten a vosotros. En esto consiste la ley y los profetas” (Mt 7,12). Eltema reaparece en el episodio de hoy, cuando le preguntan a Jesús cuál es elmandamiento principal.
El teólogo malintencionado de Lucas
Elprotagonista del relato de Lucas no viene con buena intención, pretende poneren un aprieto a Jesús; y no plantea una cuestión teórica (“¿cuál es elmandamiento principal?”) sino muy personal: “¿qué tengo que hacer para heredarla vida eterna?”.
Jesúsno cae en la trampa. En vez de responder, pregunta: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?” Y el legista se veobligado a reconocer que sabe perfectamente lo que debe hacer: amar a Dios y alprójimo. Jesús, con cierta ironía, le indica que su problema no consiste ensaber lo que tiene que hacer, sino en hacerlo.
Aquí podría haber terminado todo.Pero el legista, que tiene la sensación de haber quedado en ridículo, parajustificarse plantea una cuestión filosófico-teológica: “¿Y quién es miprójimo?” Afortunadamente, Jesús no era alemán. No le da unaconferencia de Antropología ni le escribe un Manual de quinientas páginas paraaclarar esa intrincada cuestión. Se limita a contar una parábola.
‒ Un hombre bajaba deJerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lomolieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto.
Por casualidad, unsacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó delargo.
Lo mismo hizo un levitaque llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero unsamaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo,
le dio lástima,
se le acercó,
le vendó lasheridas,
echándoles aceite yvino,
y, montándolo en supropia cabalgadura,
lo llevó a unaposada
y lo cuidó.
Al día siguiente, sacódos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo:
‒ Cuida de él, y lo quegastes de más yo te lo pagaré a la vuelta
La parábolaofrece dos modelos de conducta: la del sacerdote y del levita, que ante elpobre hombre asaltado y malherido por los bandidos dan un rodeo y pasan delarg; y la del samaritano que siente lástima, se acerca, echa aceite y vino enlas heridas, las venda, lo monta en su cabalgadura, lo lleva a una posada, locuida y paga su estancia. Son siete acciones, basadas todas ellas en elsentimiento inicial de lástima.
Allegista podría resultarle ofensivo que le cuenten un cuento. Pero Jesús no leda tiempo a protestar, pasa directamente al ataque, obligándole a reconocer quelo importante es comportarse como prójimo.
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó enmanos de los bandidos?
Élcontestó: El que practicó la misericordia con él.
DíjoleJesús: Anda, haz tú lo mismo .
Loimportante no es discutir sino actuar.
La mala idea de la parábola
Amuchos les gustaría limitar la parábola al ejemplo del samaritano y dejarnos conbuen sabor de boca. Pero Lucas, del que siempre alabamos su bondad, resulta eneste caso muy hiriente. No le basta un protagonista, necesita tres. Y los eligecon toda la intención: un sacerdote, un levita, un samaritano.
Elsacerdote y el levita, los personajes especialmente consagrados a Dios, hacenexactamente lo mismo: dan un rodeo y siguen su camino. ¿Por qué actúan de estemodo? ¿Porque son malos y egoístas? No. Porque si el herido no está herido,sino muerto, basta tocarlo para quedar impuro.
Laley es tajante: “El sacerdote no se contaminará con el cadáver de un pariente,a no ser de pariente próximo: madre, padre, hijo, hija, hermano o de su propiahermana soltera, no dada en matrimonio. Queda profanado” (Levítico 21,2-4). Sino pueden contaminarse con un pariente, mucho menos con un desconocido al bordedel camino.
Ylo que se deduce es trágico: es la ley de Dios la que impide practicar lamisericordia y comportarse como prójimo del herido.
Lucaspodría haber buscado como tercer protagonista a un cura progre o a un diáconopermanente sin obsesión por la ley. Elige al menos indicado: un samaritano. Elpersonaje más odioso y despreciable para un judío, miembro de un pueblo que,según el libro de los Reyes, “no veneran al Señor ni proceden según sus mandatosy preceptos”. Irónicamente, un representante de este pueblo que novenera al Señor ni procede según sus mandatos y preceptos es quien actúa conmisericordia y se comporta como prójimo.
Reflexión actual
Sin caer enla crítica injusta a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, la parábolanos hace pensar en tantos samaritanos agnósticos, ateos, homosexuales,lesbianas, etc., que se entregan plenamente a personas necesitadas. «Anda, haztú lo mismo».
July 3, 2025
Tres personajes muy distintos. Domingo 14 Tiempo Ordinario. Ciclo C
 
El verano (en España) con sus olas de calor no sepresta a grandes reflexiones teológicas. Además, los tres textos de estedomingo van cada uno por su cuenta. Pero nos ponen en contacto con trespersonalidades muy distintas e interesantes.
1. Un profeta demasiado optimista: Jerusalén y Gaza(Isaías 66,10-14)
Recuerda las imágenes quehas visto de Gaza: ruina total, niños hambrientos, madres desesperadas…Jerusalén durante los siglos VI y V a.C. también estaba en ruina y, además,vacía. Su población había sido deportada a Babilonia, había huido a Egipto o sehabía dispersado por las regiones vecinas.
En este contexto, un profeta proclama su mensajeutópico, centrado en la vuelta de los hijos a su madre: la mayor alegría paraJerusalén y el mayor consuelo para los desterrados. El profeta también habla dela paz y la riqueza que inundarán la ciudad. Un mundo maravilloso de alegría,consuelo, paz y esplendor.
¿Cómo se consigue? ¿Qué deben hacer los judíos?Según este poema, nada. Todo lo hace Dios. Es él quien hace derivar haciaJerusalén la paz y la riqueza de las naciones; es él quien consuela. Es élquien manifiesta a sus siervos su poder (su mano), como dice la última frasedel poema.
Vuelve la mirada a Gaza. El único que ha propuestouna solución es Trump, que desea convertirla en una ciudad turística. Netanyahuprefiere seguir bombardeándola. ¿Habrá algún profeta capaz de consolar a los gazatíes? ¿Servirá de algo su consuelo?
Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis,
  alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto. 
            Mamaréis a sus pechos y ossaciaréis de sus consuelos, 
  y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. 
            Porque así dice el Señor: 
«Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz,
  como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. 
            Llevarán en brazos a suscriaturas y sobre las rodillas las acariciarán; 
como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaréyo,
  y en Jerusalén seréis consolados. 
            Al verlo, se alegrará vuestrocorazón, 
y vuestros huesos florecerán como un prado;
la mano del Señor se manifestará a sus siervos.
2. Un judío rebelde: Pablo (Gálatas 6,14-18)
En algunas instituciones ycolegio se ha propuesto (incluso llevado a cabo) suprimir los crucifijos. Entiempos de Pablo eso no era problema porque no existían. El buen israelita (ymuchos cristianos de origen judío) no presumían de llevar una cruz al cuellosino de estar circuncidados. Esa era la garantía de pertenecer al pueblo deDios y de hallarse en buena relación con él. Pablo, circuncidado a los ochodías, terminó convencido de que la circuncisión no sirve de nada. El único quesalva es Jesús al morir por nosotros. La cruz de Cristo es su único motivo degloria. Y los que se pasan el día hablándole de lo maravillosa que es lacircuncisión, que hagan el favor de dejarlo tranquilo.
Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro SeñorJesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nuevacriatura. La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que seajustan a esta norma, también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadieme moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia denuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén
3. Un optimista realista: Jesús (Lucas 10,1-12)
[La liturgia ofrece laposibilidad de elegir una lectura breve. Es la que sigo].
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó pordelante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Yles decía:
‒ La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de lamies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino!
Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, nialforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa , decid primero: "Paz a esta casa." Y si allíhay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá avosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan,porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.
Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad alos enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el Reino deDios."
Jesús lleva tiempo dedicado a la actividadmisionera, pero quiere que sus discípulos se entrenen para sucederlo. SegúnMateo, envió a los Doce para esa tarea, dándoles antes una serie deinstrucciones. Lucas, que escribe hacia el año 80, cuando el cristianismo se hadifundido por el imperio romano, sabe que la expansión del evangelio no ha sidosólo obra de los Doce sino también de otras muchas personas anónimas. Eintroduce un cambio muy importante: el discurso que Jesús dirige a los Doce enel evangelio de Mateo, en Lucas se lo dirige a setenta y dos (6 x 12, un númerosimbólico).
Curiosamente, lo primero que deben hacer es rezarpara que el Señor envíe operarios a su mies. El dueño de la mies no es DiosPadre, sino el mismo que Jesús, que les ordena ponerse en camino. Con unaadvertencia y unas órdenes.
La advertencia: no van a una labor fácil niagradable. Van como corderos en medio de lobos. El peligro no es la dentelladaque provoca la muerte sino la que desprestigia y tira por tierra el mensaje delevangelio. El imperio romano estaba repleto de grupos y predicadores religiososparecidos a muchos de los actuales que utilizan la religión como forma deganarse la vida. Por eso, la mejor forma de evitar las dentelladas de los loboses llevar una forma de vida totalmente pobre y austera: No llevéis talega, nialforja, ni sandalias. La talega hace referencia al dinero, la alforja alalimento, las sandalias al vestido.
Luego añade unas palabras que sólo se encuentranen Lucas: «no osdetengáis a saludar a nadie por el camino». Eso mismo le dijo el profeta Eliseo a su criado Guejazí, un día que loenvió a una misión urgente (curar al hijo de la sunamita). Lucas, que conocíael Antiguo Testamento de memoria, pensó que este momento era el adecuado paraponer en boca de Jesús las mismas palabras. La misión de los discípulos esurgente, no se puede perder el tiempo charlando a mitad de camino.
¿Qué hacer cuando llegan a un pueblo o aldea?Jesús concede una importancia capital al alojamiento, insistiendo en no cambiarde casa. Probablemente refleja su experiencia personal; y Lucas, la de losprimeros misioneros. Cambiar de casa puede provocar muchos celos y tensiones.
Las palabras siguientes resultan extrañas en estesitio: Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curada los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el Reino deDios." Los discípulos ya habían llegado a un pueblo y habían sido bienacogidos por una familia, que les da de comer. Si Lucas hubiera escrito conordenador, quizá hubiera marcado bloque, cortado y pegado, cambiando el ordende las frases. O quizá no, porque este orden ilógico deja para el final, dándolemayor importancia, la misión de los discípulos: curar a los enfermos y anunciarla cercanía del Reino de Dios.
Elcontraste entre la lectura de Isaías y el evangelio
El mundo utópico de Isaías, el esplendor deJerusalén, se realiza sin esfuerzo alguno, por pura obra de Dios. En cambio, elmundo utópico que predican Jesús y los discípulos conlleva mucho sacrificio yesfuerzo. Además, es un mensaje que puede ser rechazado, como le ocurrió almismo Jesús en Corozaín y Betsaida.
Además, esos discípulos enviados a la misión noson un grupo de selectos. Todos hemos conocido gente que nos ha hecho gran biendesde el punto de vista humano y cristiano, que nos han anunciado el Reino deDios. Y también nosotros hemos llevado y debemos llevar adelante esa tarea, aveces dura, y muchas veces con sensación de fracaso. Pero esto no es motivopara dejar de esperar en el triunfo de la utopía.
June 26, 2025
FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
 
Una pareja extraña para una fiesta peculiar
Cuando Pablo tuvoun serio altercado con Pedro en Antioquía de Siria, acusándolo casi de estartraicionando a Jesús, no podía imaginar que la Iglesia terminaría celebrando surecuerdo el mismo día. (Para los interesados, el conflicto lo cuenta el mismo Pabloen la carta a los Gálatas 2,11-21). Pero estoy convencido de que le gustaría laidea: lo que pretende la Iglesia al unirlos en una celebración común no escantar la gloria de ninguno de los dos sino celebrar la obra común que Diosllevó a cabo a través de ellos.
Pedro, el cabecilla
Entre losdiscípulos de Jesús, Pedro fue sin duda el más lanzado, con el peligro que esoconlleva. Era el cabecilla del grupo, el primero en hablar en cualquiercircunstancia, sin miedo a reprender a Jesús cuando anuncia su pasión, sinmiedo a llevarle la contraria cuando quiere lavarle los pies o cuando anunciaque todos lo traicionarán. El ser tan lanzado lo sitúa también en el lugar máspeligroso, y termina negando a Jesús. Pero, como él mismo termina confesandodespués de la resurrección: «A pesar de todo, tú sabes que te amo».No es raro que Jesús lo viese como el cabecilla natural del grupo después de sumuerte.
Pablo, el hombre universal
Pero la expansiónde la Iglesia primitiva es humanamente inconcebible sin la figura de Pablo.Todos hemos leído su conversión. Lo que muchos no conocen es la revelación queDios le hizo y en la que él tanto insiste en sus cartas: que la buena noticiade Jesús no era sólo para los judíos sino también para todo el mundo; parajudíos y paganos. Es cierto que a mediados del siglo I ya hay cristianos enRoma (a ellos les dirige Pablo su famosa carta), pero si el evangelio seextiende por lo que actualmente es Turquía, Grecia, quizá España, es gracias ala labor de Pablo, que recorrió miles de kilómetros y se expuso a toda clase depeligros por llevar la fe en Jesús «hasta los confines de la tierra».
El enfoque de las lecturas
La liturgia concedeespecial importancia a Pedro, dedicándole las lecturas primera y tercera(evangelio). A Pablo dedica la segunda. En ambos casos se destacan los aspectosde protección divina y misión.
PEDRO: PROTECCIÓN Y MISIÓN
1ª lectura: protección divina
Se expresa a través de un sorprendentemilagro: Pedro, a pesar de estar encadenado y vigilado por cuatro piquetes decuatro soldados cada uno, es liberado durante la noche por un ángel.
Enaquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de laIglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que estoagradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandóprenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a cuatro piquetesde cuatro soldados cada uno; tenla intención de presentarlo al pueblo pasadaslas fiestas de Pascua, Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, laIglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacaraHerodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Loscentinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó elángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertóy le dijo:
― Date prisa, levántate.
Lascadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió:
―Ponte el cinturón y las sandalias.
Obedeció,y el ángel le dijo:
―Échate el manto y sígueme.
Pedrosalió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad.Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro quedaba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó elángel. Pedro recapacitó y dijo:
―Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos deHerodes y de la expectación de los judíos.
Resulta imposible no pensar en laliberación de los israelitas de Egipto, cuando el ángel marcha delante de ellostambién durante la noche. Esta es latercera vez que meten a Pedro en la cárcel, y la segunda que lo saca un ángel.Algo que llama la atención, porque otros cristianos no gozan del mismo grado deprotección divina: a Esteban lo apedrean, a Santiago lo degüellan, a Pablo lopersiguen a muerte y tienen que descolgarlo en una espuerta… Por otra parte, elmismo Pedro terminará crucificado según la tradición.
Esta primera lectura,que puede provocar una sonrisa escéptica en muchos cristianos actuales, tienegran valor simbólico. Basta pensar en los últimos Papas, atados con todo tipode cadenas: geográficas, culturales, económicas (desde el lejano caso Marcinkushasta los recientes escándalos del IOR), tradiciones que tienen muy poco quever con el evangelio, y vigilados por multitud de cardenales, obispos yteólogos (más atentos que las cuatro cohortes romanas de Pedro). Buen momentopara pedirle a Dios que envíe un ángel a liberar a Francisco.
Evangelio: misión
La misión se cuenta con el famoso episodio de la confesión deCesarea de Felipe, que parte de la gran pregunta: ¿quién es Jesús?El pasaje se divide en tres partes: 1) lo que piensa la gente; 2) lo que afirmaPedro; 3) la promesa de Jesús a Pedro.
Loque piensa la gente
Enaquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a susdiscípulos:
―¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Elloscontestaron:
―Unos que Juan Bautista, otros que Ellas, otros que Jeremías o uno de losprofetas.
Jesúsrealiza una encuesta: quién dice la gente que es él. Un lector moderno concierta cultura bíblica pensará que el resultado no puede ser másdescorazonador. Para la gente, Jesús no es un personaje real, sino un muertoque ha vuelto a la vida, se trate de Juan Bautista, Elías, Jeremías o de otroprofeta. De estas opiniones, la más "teológica" y con mayorfundamento sería la de Elías, ya que se esperaba su vuelta, de acuerdo conMalaquías 3,23: "Yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el díadel Señor, grande y terrible; reconciliará a padres con hijos, a hijos conpadres, y así no vendré yo a exterminar la tierra".
Allector moderno le puede resultar interesante que el pueblo vea a Jesús en lalínea de los antiguos profetas, en lo que pueden influir muchos aspectos: supoder (como en los casos de Moisés, Elías y Eliseo), su actuación pública, muycrítica con la institución oficial, su lenguaje claro y directo, su lugar deactuación, no limitado al estrecho espacio del culto...
Sinembargo, cuando se conoce la época de Jesús, la visión anterior resultainadecuada. En la mentalidad popular, el título de "profeta" tienefuertes connotaciones políticas; significa que la gente ve a Jesús como unlibertador. Flavio Josefo nos ha dejado testimonio de varios"profetas" surgidos por entonces. Su visión es muy negativa, perointeresante:
"Hombreengañadores e impostores, que bajo apariencia de inspiración divina realizabaninnovaciones y cambios, induciendo a la multitud a actos de fanatismo religiosoy la llevaban al desierto, como si allí Dios les hubiese mostrado los signos dela libertad inminente. Félix envió caballería e infantes contra estos, matandoa gran cantidad. Mayor desgracia fue la que trajo sobre los judíos el falsoprofeta egipcio. Efectivamente, llegó al país un hombre charlatán, que,habiéndose ganado reputación de profeta, reunió a casi treinta mil de losseducidos por él; desde el desierto los llevó al monte de los Olivos, desdedonde, según decía, podía penetrar a la fuerza en Jerusalén, vencer a laguarnición romana e imponerse como tirano sobre el pueblo" (Guerra de losJudíos II, 258-263).
Estementalidad popular del profeta como libertador político es la que comparten losdiscípulos de Emaús; para ellos, Jesús era "un profeta poderoso en obras yen palabras... nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel"(Lc 24,19-21).
Loque afirma Pedro
Jesúsquiere saber si sus discípulos comparten esta mentalidad o tienen una ideadistinta:
Él les preguntó:
― Y vosotros, ¿quiéndecís que soy yo?
Simón Pedro tomó lapalabra y dijo:
― Tú eres el Mesías,el Hijo de Dios vivo.»
Es unapena que Pedro se lance inmediatamente a dar la respuesta, porque habría sidointeresantísimo conocer las opiniones de los demás.
Según Mc8,29, la respuesta de Pedro se limita a las palabras "Tú eres elMesías". Mt añade "el Hijo de Dios vivo". ¿Aporta algo especialeste añadido? Según algunos, Pedro confesaría no sólo la misión salvadora deJesús (Mesías), sino también su filiación divina (Hijo de Dios). Sin embargo,esta teoría no es tan clara como parece. El rey de Israel -y por tanto elMesías- era presentado desde antiguo como "Hijo de Dios" o "Hijodel Altísimo". En el fondo, parece que Mateo no añade nada nuevo. Encualquier caso, hay un dato indiscutible: confesar a Jesús como "Hijo deDios" ya lo habían hecho los discípulos después de verlo caminar sobre lasaguas (14,33). Por consiguiente, la novedad no reside aquí, sino en el títulode Mesías. En su origen, el Mesías era el rey de Israel, al que se ungíaderramando aceite sobre la cabeza. Con el paso del tiempo, especialmente en lossiglos II y I a.C., la imagen del Mesías fue adquiriendo rasgos cada vez mássorprendentes, como se advierte en los Salmos 17 y 18 de Salomón (de origenfariseo, no forman parte de la Biblia). De él se esperaba la liberaciónpolítica de Israel y la instauración de una sociedad de justicia, paz enentrega al Señor.
Porconsiguiente, la confesión de Pedro reviste una importancia y novedad enormes.Además, es importante advertir que se sitúa inmediatamente después del episodiode fariseos y saduceos, representantes del judaísmo oficial, que no aceptan aJesús. Pedro, contra la opinión oficial, ve en Jesús al salvador del puebloelegido por Dios.
Laspromesas de Jesús a Pedro
Jesús le respondió:
― ¡Dichoso tú, Simón,hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino miPadre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre estapiedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré lasllaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en elcielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
Estatercera parte es exclusiva de Mateo y es la fundamental para la fiesta de hoy. Enlos evangelios de Marcos y Lucas, el pasaje de la confesión de Pedro en Cesareade Felipe termina con las palabras: "Prohibió terminantemente a losdiscípulos decirle a nadie que él era el Mesías". Sin embargo, Mateointroduce aquí unas palabras de Jesús a Pedro.
Comienzancon una bendición, que subraya la importancia del título de Mesías que Pedroacaba de conceder a Jesús. Humanamente hablando, Pedro es un hereje o un loco.Para Jesús, sus palabras son fruto de una revelación del Padre. Nos vienen a lamemoria lo dicho en 11,25-30: "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y aquela quien el Padre se lo quiere revelar".
Basándoseen este revelación, no en los méritos de Pedro, Jesús le comunica unaspromesas: 1) sobre él edificará su Iglesia; 2) le dará las llaves del Reino deDios; 3) como consecuencia de lo anterior, lo que él decida en la tierra serárefrendado en el cielo.
Lasafirmaciones más sorprendentes son la primera y la tercera. En el AT, la"roca" es Dios. En el NT, la imagen se aplica a Jesús. Que el mismoJesús diga que la roca es Pedro supone algo inimaginable, que difícilmentepodrían haber inventado los cristianos posteriores. (La escapatoria de quienesafirman que Jesús, al pronunciar las palabras "y sobre esta piedraedificaré mi iglesia" se refiere a él mismo, no a Pedro, es poco seria).
Lasegunda afirmación ("te daré las llaves del Reino de Dios") seentiende recordando la promesa de Is 22,22 al mayordomo de palacio Eliaquín:"Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadielo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá". Se concede al personaje unaautoridad absoluta en su campo de actividad. Curiosamente, el texto de Mateocambia de imagen, y no habla luego de abrir y cerrar sino de atar y desatar.Pero la idea de fondo es la misma.
El textocontiene otra afirmación importantísima: la intención de Jesús de formar unanueva comunidad, que se mantendrá eternamente. Todo lo que se dice a Pedro estáen función de esta idea.
¿Por quépone de relieve Mateo este papel de Pedro? ¿Le guía una intencióneclesiológica, para indicar cómo concibe Jesús a su comunidad? ¿O tienen unafinalidad mucho más práctica? Ambas ideas no se excluyen, y la teologíacatólica ha insistido básicamente en la primera: Jesús, consciente de que sucomunidad necesita un responsable último, encomienda esta misión a Pedro y asus sucesores.
Esposible que haya también de fondo una idea más práctica, relacionada con elpapel de Pedro en la iglesia primitiva. Uno de los mayores conflictos que seplantearon desde el primer momento fue el de la aceptación o rechazo de lospaganos en la comunidad, y las condiciones requeridas para ello. Los Hechos delos Apóstoles dan testimonio de estos problemas. En su solución desempeñó unpapel capital Pedro, enfrentándose a la postura de otros grupos cristianosconservadores (Hechos 10-11; 15). En aquella época, en la que Pedro no era"el Papa", ni gozaba de la "infalibilidad pontificia", laspalabras de Mateo suponen un espaldarazo a su postura en favor de los paganos."Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en latierra quedará desatado en el cielo". Es Pedro el que ha recibido lamáxima autoridad y el que tiene la decisión última.
PABLO: PROTECCIÓN Y MISIÓN
De Pablo se podrían haber elegido infinidad de textos, dada la abundancia desus cartas y lo mucho que cuenta de él el libro de los Hechos. La liturgia haelegido un breve pasaje, muy autobiográfico, de la segunda carta a Timoteo. Apunto de morir, Pablo recuerda su intensa actividad apostólica y espera elpremio prometido. Al mismo tiempo, es consciente de que siempre contó con laayuda y la fuerza del Señor. Igual que a Pedro lo liberó milagrosamente, a éllo ha librado también de la boca del león, no milagrosamente, sino después denaufragios, azotes, apedreamientos, hambre y sed.
Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mipartida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta,he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor,juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los quetienen amor a su venida. El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciaríntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de laboca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevaráa su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  
June 19, 2025
Jesús alimenta, la comunidad recuerda. Fiesta del Corpus Christi. Ciclo C
 
La institución de la Eucaristía secelebra el Jueves Santo. ¿Qué sentido tiene dedicar otra fiesta al mismomisterio? Podríamos decir que, en el Jueves Santo, el protagonismo es de Jesús,que se entrega. En la fiesta del Corpus, el protagonismo es de la comunidadcristiana, que reconoce y agradece públicamente ese regalo. Esta fiesta comenzóa celebrarse en Bélgica en 1246, y adquirió su mayor difusión pública dossiglos más tarde, en 1447, cuando el Papa Nicolás V recorrió procesionalmentecon la Sagrada Forma las calles de Roma. Dos cosas pretende: fomentar ladevoción a la Eucaristía y confesar públicamente la presencia real deJesucristo en el pan y el vino.
Enel ciclo C, las lecturas centran la atención en el compromiso del cristiano conJesús, al que debe recordar continuamente con gratitud (2ª lectura), porque éllo sigue alimentando igual que alimentó a la multitud (evangelio).
1ª lectura. ¿El primer anuncio de la Eucaristía? (Génesis 14,18-20)
El c.14 delGénesis cuenta una batalla casi mítica de cinco reyes contra cuatro, en la quetermina tomando parte Abrán (no es una errata, el nombre se lo cambió más tardeDios en el de Abrahán). Al volver victorioso, el rey de Salén (Jerusalén), quees sacerdote del Dios Altísimo, «le ofreció pan y vino» y lo bendijo. Enrespuesta, Abrán le da el diezmo del botín recuperado.
Este brevepasaje contiene dos datos que explican su elección para esta fiesta; 1)Melquisedec no es solo rey, es también sacerdote, 2) Lo que ofrece a Abrán noes una comida normal (un cabrito o un ternero) sino pan y vino; además, lobendice.
Siglos mástarde, el autor de la Carta a los Hebreos estableció un paralelismo entreMelquisedec y Jesús. Con estos elementos, no es raro que los Padres de laIglesia vieran en esta escena un anuncio de la Eucaristía y que los artistasplasmaran esta idea. Lo mejor que Melquisedec pudo ofrecer a Abrán es pan yvino. Lo mejor que Jesús nos ofrece es su pan y su vino.
En aquellos días, Melquisedec, rey deSalén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y bendijo a Abrán,diciendo: «Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra;bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» Y Abrán le dioun décimo de cada cosa.
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2ªlectura. “En recuerdo mío” (1 Corintios 11,23-26)
Hermanos: Yo he recibido una tradición, queprocede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en lanoche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción degracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto enmemoria mía.» Lo mismo hizocon el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianzasellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis delcáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Dosveces insiste Pablo, al recordar la institución de la Eucaristía, que hay querealizarla «en memoria mía». Evoca la imagen de un padre o una madre que, antesde morir, entrega un foto suya a los hijos diciéndoles: «acuérdate de mí». Loque pide Jesús es que recordemos todo lo que hizo por nosotros a lo largo de suvida. La Eucaristía nos obliga a echar una mirada al pasado y agradecer todo loque hemos recibido de Jesús. Pablo no omite la mirada al pasado, pero la limitaa la muerte de Jesús, su acto supremo de entrega; y la proyecta luego alfuturo, «hasta que vuelva».
Pabloescribe estas palabras a propósito de los desórdenes que se habían introducidoen la celebración de la Eucaristía en Corinto, donde algunos se emborrachaban ohartaban de comer mientras otros pasaban hambre. Por eso les advierteseriamente: cuando celebráis la cena del Señor, no celebráis una comida normaly corriente; estáis recordando el momento último de la vida de Jesús, suentrega a la muerte por nosotros. Celebrar la eucaristía es recordar el mayoracto de generosidad y de amor, incompatible con una actitud egoísta.
Evangelio.Segundo anuncio de la Eucaristía (Lc, 9,11b-17)
Si la lectura del Génesis ha sidoconsiderada el primera anuncio de la Eucaristía, la multiplicación de los paneses el segundo.
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar algentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde, y losDoce se le acercaron a decirle:
‒ «Despide a la gente; que vayan a lasaldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquíestamos en descampado.»
Élles contestó: «Dadles vosotros de comer.»
Ellosreplicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos acomprar de comer para todo este gentío.»
Porqueeran unos cinco mil hombres.
Jesúsdijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»
Lohicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces,alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y selos dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos yse saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
Lucas, siguiendoa Marcos con pequeños cambios, describe una escena muy viva, en la que lainiciativa la toman los discípulos. Le indican a Jesús lo que conviene hacer y,cuando él ofrece otra alternativa, objetan que tienen poquísima comida. Laorden de recostarse en grupos de cincuenta simplifica lo que dice Marcos, quedivide a la gente en grupos de cien y de cincuenta. Esta orden tan extraña secomprende recordando la organización del pueblo de Israel durante la marcha porel desierto en grupos de mil, cien, cincuenta y veinte (Éx 18,21.25; Dt 1,15).También en Qumrán se organiza al pueblo por millares, centenas, cincuentenas ydecenas (1QS 2,21; CD 13,1). Es una forma de indicar que la multitud que siguea Jesús equivale al nuevo pueblo de Israel y a la comunidad definitiva de losesenios.
Jesúsrealiza los gestos típicos de la eucaristía: alza la mirada al cielo, bendicelos panes, los parte y los reparte. Al final, las sobras se recogen en docecestos.
¿Cómohay que interpretar la multiplicación de los panes?
Podríaentenderse como el recuerdo de un hecho histórico que nos enseña sobre el poderde Jesús, su preocupación no sólo por la formación espiritual de la gente, sinotambién por sus necesidades materiales.
Estainterpretación histórica encuentra grandes dificultades cuando intentamosimaginar la escena. Se trata de una multitud enorme, cinco mil personas, sintener en cuenta que Lucas no habla de mujeres y niños, como hace Mateo. Enaquella época, la “ciudad” más grande de Galilea era Cafarnaúm, con unos milhabitantes. Para reunir esa multitud tendrían que haberse quedados vacíosvarios pueblos de aquella zona. Incluso la propuesta de los discípulos de ir alos pueblos cercanos a comprar comida resulta difícil de cumplir: harían faltavarios Hipercor y Alcampo para alimentar de pronto a tanta gente.
Aunadmitiendo que Jesús multiplicase los panes y peces, su reparto entre esamultitud, llevado a cabo por solo doce personas (a unas mil por camarero, siincluimos mujeres y niños) plantea grandes problemas. Además, ¿cómo semultiplican los panes? ¿En manos de Jesús, o en manos de Jesús y de cadaapóstol? ¿Tienen que ir dando viajes de ida y vuelta para recibir nuevos trozoscada vez que se acaban? Después de repartir la comida a una multitud tangrande, ya casi de noche, ¿a quién se le ocurre ir a recoger las sobras enmitad del campo? ¿Y cómo es que los apóstoles no se extrañan lo más mínimo delo sucedido?
Estaspreguntas, que parecen ridículas, y que a algunos pueden molestar, sonimportantes para valorar rectamente lo que cuenta el evangelio. ¿Se basa elrelato en un hecho histórico, y quiere recordarlo para dejar claro el poder yla misericordia de Jesús? ¿Se trata de algo puramente inventado por losevangelistas para transmitir una enseñanza?
Eltrasfondo del Antiguo Testamento
Lucas,muy buen conocedor del Antiguo Testamento vería en el relato la referenciaclarísima a dos episodios bíblicos.
Enprimer lugar, la imagen de una gran multitud en el desierto, sin posibilidad dealimentarse, evoca la del antiguo Israel, en su marcha desde Egipto a Canaán,cuando es alimentado por Dios con el maná y las codornices gracias a laintercesión de Moisés. Pero hay también otro relato sobre Eliseo que le vendríaespontáneo a la memoria. Este profeta, uno de los más famosos de los primerostiempos, estaba rodeado de un grupo abundante de discípulos de origen bastantehumilde y pobre. Un día ocurrió lo siguiente:
«Uno deBaal Salisá vino a traer al profeta el pan de las primicias, veinte panes decebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo:
― Dáselos ala gente, que coman.
El criadoreplicó:
― ¿Qué hagoyo con esto para cien personas?
Eliseoinsistió:
― Dáselos ala gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.
Entonces elcriado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor»
(2 Re4,42-44).
Lucaspodía extraer fácilmente una conclusión: Jesús se preocupa por las personas quele siguen, las alimenta en medio de las dificultades, igual que hicieron Moisésy Eliseo antiguamente. Al mismo tiempo, quedan claras ciertas diferencias. Encomparación con Moisés, Jesús no tiene que pedirle a Dios que resuelva elproblema, él mismo tiene capacidad de hacerlo. En comparación con Eliseo, supoder es mucho mayor: no alimenta a cien personas con veinte panes, sino avarios miles con solo cinco, y sobran doce cestos. La misericordia y el poderde Jesús quedan subrayados de forma absoluta.
¿Siguesaciando Jesús nuestra hambre?
Aquíentra en juego un aspecto del relato que parece evidente: su relación con lacelebración eucarística en las primeras comunidades cristianas. Jesús lainstituye antes de morir con el sentido expreso de alimento: “Tomad y comed...tomad y bebed”. Los cristianos saben que con ese alimento no se sacia el hambrefísica; pero también saben que ese alimento es esencial para sobrevivirespiritualmente. De la eucaristía, donde recuerdan la muerte y resurrección deJesús, sacan fuerzas para amar a Dios y al prójimo, para superar lasdificultades, para resistir en medio de las persecuciones e incluso entregarsea la muerte. Lucas volverá sobre este tema al final de su evangelio, en elepisodio de los discípulos de Emaús, cuando reconocen a Jesús “al partir elpan” y recobran todo el entusiasmo que habían perdido.
June 12, 2025
FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
 
Andréi Rubliov, Trinidad (s. XV)
El ciclo litúrgico se abre con lavenida de Jesús y culmina con la venida del Espíritu; el Padre estápresente en todo momento. Es lógico que se dedique una fiesta en honor de laTrinidad. Para ella había que elegir textos que hablaran de las tres personas,al menos de dos de ellas. Pero no pretenden darnos una lección de teología sinoayudarnos a descubrir a Dios en las circunstancias más diversas. La primera,llena de belleza y optimismo, en los momentos felices de la vida. La segunda,incluso en medio de las tribulaciones, dándonos fuerza y esperanza. La tercera, en medio de las dudas,sabiendo que nos iluminará.
Dios presente en la alegría (Proverbios 8, 22-31)
DelAntiguo Testamento se ha elegido un fragmento del libro de los Proverbios quepolemiza con la cultura de la época helenística: ¿cuál es el origen de lasabiduría? Para muchos, es fruto del pensamiento humano, tal como lo hanpracticado sobre todo los filósofos griegos. Frente a esta mentalidad, el autordel texto de los Proverbios afirma que la verdadera sabiduría es anterior a nuestrasreflexiones y estudios; y lo expresa presentándola junto a Dios muchos antes dela creación del mundo, acompañándolo en el momento de crear todo.
Así dice la sabiduría de Dios:
«El Señor me estableció alprincipio de sus tareas,
al comienzo de sus obrasantiquísimas.
En un tiempo remotísimofui formada,
antes de comenzar latierra.
Antes de los abismos fuiengendrada,
antes de los manantialesde las aguas.
Todavía no estabanaplomados los montes,
antes de las montañas fuiengendrada.
No había hecho aún latierra y la hierba,
ni los primeros terronesdel orbe.
Cuando colocaba loscielos, allí estaba yo;
cuando trazaba la bóvedasobre la faz del abismo;
cuando sujetaba el cieloen la altura,
y fijaba las fuentesabismales.
Cuando ponía un límite almar,
cuyas aguas no traspasansu mandato;
cuando asentaba loscimientos de la tierra,
yo estaba junto a él, comoaprendiz,
yo era su encantocotidiano,
todo el tiempo jugaba ensu presencia:
jugaba con la bola de latierra,
gozaba con los hijos delos hombres.
¿Porqué se eligió esta lectura? San Pablo, en la primera carta a los Corintios,dice que Cristo es “sabiduría de Dios” (1,24). Y la carta a los Colosensesafirma que en Cristo “se encierran todos los tesoros del saber y delconocimiento” (Col 2,3). Este fragmento del libro de los Proverbios, quepresenta a la Sabiduría de forma personal, estrechamente unida a Dios desdeantes de la creación y también estrechamente unida a la humanidad (“gozaba conlos hijos de los hombres”) parecía muy adecuado para recordar al Padre y alHijo en esta fiesta.
Dios presente en los sufrimientos (Romanos 5, 1-5)
Curiosamente, en este texto, quemenciona claramente a las tres personas, los grandes beneficiarios somosnosotros, como lo dejan claro las expresiones que usa Pablo: “hemos recibido”,“hemos obtenido”, “nos gloriamos”, “nuestros corazones”, “se nos ha dado”. Él nopretende dar una clase sobre la Trinidad, adentrándose en el misterio de lastres divinas personas, sino que habla de lo que han hecho por nosotros:salvarnos, ponernos en paz con Dios, darnos la esperanza de alcanzar su gloria,derramar su amor en nuestros corazones. Para Pablo, estas ideas no sonespeculaciones abstractas, repercuten en su vida diaria, plagada detribulaciones y sufrimientos. También en ellos sabe ver lo positivo.
Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en pazcon Dios , por medio de nuestro Señor Jesucristo . Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos; ynos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Másaún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulaciónproduce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y laesperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestroscorazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Dios presente en las dudas (Juan 16, 12-15)
Elevangelio también menciona a Jesús, al Espíritu y al Padre, aunque la parte delleón se la lleva el Espíritu, acentuando lo que hará por nosotros: “os guiaráhasta la verdad plena”, “os comunicará lo que está por venir”, “os loanunciará”.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Muchas cosas me quedan pordeciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiaráhasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye yos comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mílo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará delo mío y os lo anunciará.
Piensoque el texto se ha elegido porque habla de las relaciones entre las trespersonas. El Espíritu glorifica a Jesús, y todo lorecibe de él. Por otra parte, todo lo que tiene el Padre es de Jesús.Tampoco Juan pretende dar una clase sobre la Trinidad, aunque empieza a tratarunos temas que ocuparán a los teólogos durante siglos.
Paraentender el texto conviene recordar el momento en el que pronuncia Jesús estaspalabras. Estamos en la cena de despedida, poco antes de la pasión. Sabe que alos discípulos les quedan muchas cosas que aprender, que él no ha podidoenseñarles todo. Surgirán dudas, discusiones. Pero la solución no laencontrarán en el puro debate intelectual y humano, será fruto del Espíritu,que irá guiando hasta la verdad plena.
Reflexiónfinal
Ennumerosas ocasiones, la liturgia repite la fórmula “Gloria al Padre, al Hijo yal Espíritu Santo”. Es fácil caer en la rutina y rezarla mecánicamente. Hoy esel día más indicado para darle todo su valor, igual que a la recitación delGloria, que se extiende en la alabanza del Padre y del Hijo (aunque al Espíritusolo lo menciona de pasada).
May 31, 2025
Domingo de Pentecostés
 
Cuenta el libro delos Hechos de los Apóstoles que Pablo encontró cierta vez en Éfeso un grupo decristianos desconocidos. Algo debió de resultarle raro porque les preguntó:“¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando comenzasteis a creer?” La respuesta fuerotunda: “Ni siquiera hemos oído que hay un Espíritu Santo”. Si Pablo noshiciera hoy la misma pregunta, muchos cristianos deberían responder: “Sé desdeniño que existe el Espíritu Santo. Pero no sé para qué sirve, no influye nadaen mi vida. A mí me basta con Dios y con Jesús”. Esta respuesta sería sincera,pero equivocada. Las palabras que acaba de pronunciar las ha dicho impulsadopor el Espíritu Santo. Tiene más influjo en su vida de lo que él imagina. Yesto lo sabemos gracias a las discusiones y peleas entre los cristianos deCorinto.
La importancia del Espíritu(1 Corintios 12,3b-7.12-13)
Loscorintios eran especialistas en crear conflictos. Una suerte para nosotros,porque gracias a sus discusiones tenemos las dos cartas que Pablo les escribió.La que originó la lectura de hoy no queda clara, porque el texto, para noperder la costumbre, ha sido mutilado. Quien se toma la pequeña molestia deleer el capítulo 12 de la Primera carta a los Corintios, advierte cuál es elproblema: algunos se consideran superiores a los demás y no valoran lo quehacen los otros. Con una imagen moderna, como si un arquitecto despreciase, yconsiderase inútiles, al delineante que elabora los planos, al informático quetrabaja en el ordenador, al capataz que dirige la obra y, sobre todo, a losobreros que se juegan a veces la vida en lo alto del andamio.
Lasección suprimida en la lectura (versículos 8-11) describe la situación enCorinto. Unos se precian de hablar muy bien en las asambleas; otros, de sabertodo lo importante; algunos destacan por su fe; otros consiguen realizarcuraciones, y hay quien incluso hace milagros; los más conflictivos son los quepresumen de hablar con Dios en lenguas extrañas, que nadie entiende, y los quese consideran capaces de interpretar lo que dicen.
Pablocomienza por la base. Hay algo que los une a todos ellos: la fe en Jesús,confesarlo como Señor, aunque el César romano reivindique para sí este título.Y eso lo hacen gracias al Espíritu Santo.
Estaunidad no excluye diversidad de dones espirituales, actividades y funciones.Pero en la diversidad deben ver la acción del Espíritu, de Jesús y de DiosPadre. A continuación de esta fórmula casi trinitaria, insiste en que es el Espírituquien se manifiesta en esos dones, actividades y funciones, que concede a cadauno con vistas al bien común.
Además,el Espíritu no solo entrega sus dones, también une a los cristianos. Gracias alél, en la comunidad no hay diferencias motivadas por el origen (judíos -griegos) ni por las clases sociales (esclavos - libres). En la carta a losGálatas dirá Pablo que también elimina las diferencias basadas en el género(varones - mujeres). Hoy día somos especialmente sensibles a la diferencia degénero. No podemos imaginar lo que suponía en el siglo I las diferencias entreun esclavo (por más cultura que tuviese) y un ciudadano libre, ni entre uncristiano de origen judío (algunos se consideraban lo mejor de lo mejor) y uncristiano de origen pagano, recién bautizado (para algunos, un advenedizo). [Solohay un tema en el que ha fracasado el Espíritu: en unir a independentistas ynacionalistas].
Endefinitiva, todo lo que somos y tenemos es fruto del Espíritu, porque es laforma en que Jesús resucitado sigue presente entre nosotros.
Hermanos: Os manifiesto que nadiepuede decir: «Jesús es el Señor», si no es movido por el Espíritu. Haydiversidad de dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo; diversidad defunciones, pero el mismo Señor; diversidad de actividades, pero el mismo Dios,que lo hace todo en todos. A cada cual se le da la manifestación del Espíritupara el bien común. Del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchosmiembros, y todos los miembros del cuerpo, con ser muchos, forman un cuerpo,así también Cristo. Porque todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres,fuimos bautizados en un solo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todoshemos bebido del mismo Espíritu.
¿ Cómo comenzó la historia? Dos versiones muy distintas.
Si a uncristiano con mediana formación religiosa le preguntan cómo y cuándo vino porvez primera el Espíritu Santo, lo más probable es que haga referencia al día dePentecostés. Y si tiene cierta cultura artística, recordará el cuadro de ElGreco, aunque quizá no haya advertido que, junto a la Virgen, está MaríaMagdalena, representando al resto de la comunidad cristiana (ciento veintepersonas, según Lucas). Pero hay otra versión muy distinta: la del evangelio deJuan.
La versión de Lucas (Hechosde los apóstoles 2,1-11)
Lucas es un entusiasta del EspírituSanto. Ha estudiado la difusión del cristianismo desde Jerusalén hasta Roma,pasando por Siria, la actual Turquía y Grecia. Conoce los sacrificios yesfuerzos de los misioneros, que se han expuesto a bandidos, animales feroces,viajes interminables, naufragios, enemistades de los judíos y de los paganos,para propagar el evangelio. ¿De dónde han sacado fuerza y luz? ¿Quién les ha enseñado a expresarse en lenguastan diversas? Para Lucas, la respuesta es clara: todo es don del Espíritu.
Por eso, cuando escribe el libro delos Hechos, desea inculcar que su venida no es solo una experiencia personal yprivada, sino de toda la comunidad. Algo que se prepara con un largo período deoración (¡cincuenta días!), y que acontecerá en un momento solemne, en lasegunda de las tres grandes fiestas judías: Pentecostés. Lo curioso es que estafiesta se celebra para dar gracias a Dios por la cosecha del trigo, inculcandoal mismo tiempo la obligación de compartir los frutos de la tierra con los másdébiles (esclavos, esclavas, levitas, emigrantes, huérfanos y viudas).
En este caso, quien empieza acompartir es Dios, que envía el mayor regalo posible: su Espíritu. Y lo envíano solo a los apóstoles (los obispos) sino a toda la comunidad, «unasciento veinte personas».
El relato de Lucas contiene dosescenas (dentro y fuera de la casa), relacionadas por el ruido de una especiede viento impetuoso.
Dentro de la casa, el ruido vaacompañado de la aparición de unas lenguas de fuego que se sitúan sobre cadauno de los presentes. Sigue la venida del Espíritu y el don de hablar endistintas lenguas. ¿Qué dicen? Lo sabremos al final.
Fuera de la casa, el ruido (o la vozde la comunidad) hace que se congregue una multitud de judíos de todas partesdel mundo. Aunque Lucas no lo dice expresamente, se supone que la comunidad hasalido de la casa y todos los oyen hablar en su propia lengua. Desde un puntode vista histórico, la escena es irreal. ¿Cómo puede saber un elamita que unparto o un medo está escuchando cada uno su idioma? Pero la escena simbolizauna realidad histórica: el evangelio se ha extendido por regiones tan distintascomo Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto,Libia y Cirene, y sus habitantes han escuchado su proclamación en su propialengua. Este “milagro” lo han repetido miles de misioneros a lo largo desiglos, también con la ayuda del Espíritu. Porque él no viene solo a cohesionara la comunidad internamente, también la lanza hacia fuera para que proclame «lasmaravillas de Dios».
Al llegar el día de pentecostés,estaban todos los discípulos juntos en el mismo lugar. De repente un ruido delcielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban. Se lesaparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada unode ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar enlenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse.
Había en Jerusalén judíos piadososde todas las naciones que hay bajo el cielo. Al oír el ruido, la multitud sereunió y se quedó estupefacta, porque cada uno los oía hablar en su propialengua. Fuera de sí todos por aquella maravilla, decían: «¿No son galileostodos los que hablan? Pues, ¿cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra lenguamaterna? Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, , forasteros romanos, judíos yprosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablar en nuestras lenguas lasgrandezas de Dios».
La versión de Juan 20, 19-23
Muy distinta es la versión queofrece el cuarto evangelio. Eneste breve pasaje podemos distinguir cuatro momentos: el saludo, laconfirmación de que es Jesús quien se aparece, el envío y el don del Espíritu.
El saludo es el habitual entre los judíos:“La paz esté con vosotros”. Pero en este caso no se trata de pura fórmula,porque los discípulos, muertos de miedo a los judíos, están muy necesitados depaz.
Ese paz se la concede la presencia deJesús, algo que parece imposible, porque las puertas están cerradas. Almostrarles las manos y los pies, confirma que es realmente él. Los signos delsufrimiento y la muerte, los pies y manos atravesados por los clavos, seconvierten en signo de salvación, y los discípulos se llenan de alegría.
Todo podría haber terminado aquí, con lapaz y la alegría que sustituyen al miedo. Sin embargo, en los relatos deapariciones nunca falta un elemento esencial: la misión. Una misión que culminael plan de Dios: el Padre envió a Jesús, Jesús envía a los apóstoles. [Dada laescasez actual de vocaciones sacerdotales y religiosas, no es mal momento pararecordar otro pasaje de Juan, donde Jesús dice: “Rogad al Señor de la miesque envíe operarios a su mies”].
El final lo constituye una acciónsorprendente: Jesús sopla sobre los discípulos. No dice el evangelistas si lohace sobre todos en conjunto o lo hace uno a uno. Ese detalle carece deimportancia. Lo importante es el simbolismo. En hebreo, la palabra ruaj puede significar “viento” y“espíritu”. Jesús, al soplar (que recuerda al viento) infunde el EspírituSanto. Este don está estrechamente vinculado con la misión que acaban deencomendarles. A lo largo de su actividad, los apóstoles entrarán en contacto connumerosas personas; entre las que deseen hacerse cristianas habrá quedistinguir entre quiénes pueden ser aceptadas en la comunidad (perdonándoleslos pecados) y quiénes no, al menos temporalmente (reteniéndoles los pecados).
En la tarde de aquel día, el primero de la semana, yestando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, llegóJesús, se puso en medio y les dijo: «¡La paz esté con vosotros!».
Y lesenseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver alSeñor.
Élrepitió: «¡La paz esté con vosotros! Como el Padre me envió a mí, así os envíoyo a vosotros».
Despuéssopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéislos pecados, les serán perdonados; a quienes se los retengáis, les seránretenidos».
Reflexión final
Los textos dejan clara laimportancia esencial del Espíritu en la vida de cada cristiano y de la Iglesia.El lenguaje posterior de la teología, con el deseo de profundizar en elmisterio, ha contribuido a alejar al pueblo cristiano de esta experienciafundamental. En cambio, la preciosa Secuencia de la misa ayuda a rescatarla. Hoyes buen momento para pensar en lo que hemos recibido del Espíritu y lo quepodemos pedirle que más necesitemos.
El don de lenguas
«Yempezaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedíaexpresarse». El primer problema consiste en saber si se trata de lenguas habladasen otras partes del mundo, o de lenguas extrañas, misteriosas, que nadieconoce. En este relato es claro que se trata de lenguas habladas en otrossitios. Los judíos presentes dicen que «cada uno los oye hablar en sulengua nativa». Pero esta interpretación no es válida para los casos posteriores delcenturión Cornelio y de los discípulos de Éfeso. Aunque algunos autores seniegan a distinguir dos fenómenos, parece que nos encontramos ante dos hechosdistintos: hablar idiomas extranjeros y hablar «lenguas extrañas» (lo quePablo llamará «las lenguas de los ángeles»).
El primero es fácil deracionalizar. Los primeros misioneros cristianos debieron enfrentarse al mismo problemaque tantos otros misioneros a lo largo de la historia: aprender lenguasdesconocidas para transmitir el mensaje de Jesús. Este hecho, siempre difícil,sobre todo cuando no existen gramáticas ni escuelas de idiomas, es algo queparece impresionar a Lucas y que desea recoger como un don especial delEspíritu, presentando como un milagro inicial lo que sería fruto de muchoesfuerzo.
El segundo fenómeno es máscomplejo. Lo conocemos a través de la primera carta de Pablo a los Corintios.En aquella comunidad, que era la más exótica de las fundadas por él, algunostenían este don, que consideraban superior a cualquier otro. En la base de estefenómeno podría estar la conciencia de que cualquier idioma es pobrísimo a lahora de hablar de Dios y de alabarlo. Faltan las palabras. Y se recurre asonidos extraños, incomprensibles para los demás, que intentan expresar lossentimientos más hondos, en una línea de experiencia mística. Por eso hacefalta alguien que traduzca el contenido, como ocurría en Corinto. (Creo queeste fenómeno, curiosamente atestiguado en Grecia, podría ponerse en relacióncon la tradición del oráculo de Delfos, donde la Pitia habla un lenguajeininteligible que es interpretado por el “profeta”).
Sin embargo, no es claro queesta interpretación tan teológica y profunda sea la única posible. En ciertosgrupos carismáticos actuales hay personas que siguen «hablando en lenguas»; unobservador imparcial me comunica que lo interpretan como pura emisión desonidos extraños, sin ningún contenido. Esto se presta a convertirse en unauténtico galimatías, como indica Pablo a los Corintios. No sirve de nada a lospresentes, y si viene algún no creyente, pensará que todos están locos.
Es lo que sugiere el texto litúrgico, que traduce ruido en losdos casos. El texto griego usa dos palabras distintas: “ruido” (h=coj) y “voz” (fwnh,). Cabe pensar queel ruido del viento se escucha solo en la casa, y lo que hace que la gente sereúna es la voz de la comunidad cristiana que alaba a Dios.
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