El labrador, la vid y los sarmientos. Domingo 5º de Pascua. Ciclo B.
 
  ·Evangelio (Juan 15,1-8)
Este pasaje se conoce como «la parábola de la vid y lossarmientos». Título erróneo, porque no tiene en cuenta al protagonistaprincipal, el labrador, que es quien poda, arranca y tira los sarmientos que nodan fruto. Y más bien que parábola es una fábula, donde los protagonistas sonanimales o plantas que pueden hablar y actuar. En este caso, los protagonistassecundarios, los sarmientos, no hablan, pero sí actúan. Algunos decidenmantenerse unidos a la vid, y dan fruto abundante. Otros deciden independizarse,cortar la relación con la vid, y dejan de dar fruto.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy laverdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da frutolo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotrosya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo envosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en lavid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros lossarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porquesin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como elsarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Sipermanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo quedeseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis frutoabundante; así seréis discípulos míos.»
El enfoque del evangelio, insistiendo en la idea depermanecer en Jesús, se comprende recordando un episodio de Lucas. En laaparición a los discípulos de Emaús, estos terminan pidiéndole: «Quédate con nosotros, Señor». En Juan cambia la perspectiva. Es Jesús quien nos dice:«Permaneced en mí». Es muy distinto «quedarse con» y «permanecer en», aunqueparezcan lo mismo. Lo segundo habla de mayor intimidad, como la de un niño enel seno de su madre.
El título habitual subraya laimportancia de la vid. Y en parte lleva razón: de estar unidos a ella oseparados de ella depende el futuro de los sarmientos. Pero la vid no hacenada. Simplemente está ahí. Todas las acciones las realizan el labrador o lossarmientos. Enfoque curioso, que nos obliga a reflexionar sobre la importanciade Dios Padre en la vida del cristiano; y el papel fundamental de Jesús, aunquea veces tengamos la impresión de que no hace nada en nuestra vida.
1ª lectura: la viña y la poda de Dios
Aunqueno tenga relación con el evangelio, el texto de los Hechos se puede leer comouna concreción del mismo. El final nos dice cómo la vid, la comunidadcristiana, se extiende y fructifica. Y la primera parte, la que trata de Pablo,recuerda lo que dice la fábula a propósito del labrador: «a todo el que dafruto lo poda, para que dé más fruto». Podar es cortar, herir al árbol,despojarlo de algo que le ha costado tiempo y esfuerzo producir. Pero elcampesino lo hace para que esté más sano y fuerte. Eso es lo que hace Dios conPablo.
En aquellos días, llegado Pablo aJerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo,porque no se fiaban de que fuera discípulo. Entonces Bernabé, tomándoloconsigo, lo presentó a los apóstoles y él les contó cómo había visto al Señoren el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había actuadovalientemente en el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía conlibertad en Jerusalén, actuando valientemente en el nombre del Señor. Hablaba ydiscutía también con los helenistas, que se propusieron matarlo. Al enterarselos hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba depaz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temordel Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo.
Despuésde su conversión, Pablo podría esperar que lo recibieran muy bien en Jerusalén.Pero ocurre algo muy distinto: no se fían de él, lo rehúyen, hasta que Bernabélo presenta a los apóstoles. Cuando comienza a predicar, los judíos de lenguagriega intentan eliminarlo y debe huir a Tarso. En realidad, toda la vida dePablo fue una gran poda, una vida llena de persecuciones y sufrimientos. Pero através de ellos se convirtió en el mayor de los apóstoles. Dio mucho fruto. Unabuena enseñanza para los que quisiéramos que todo nos fuera bien en la vida,sin ningún tipo de dificultades.
2ª lectura: cómo permanecer unidos a la vid (1ª carta de Juan 3,18-24)
Elevangelio insiste en la necesidad de que el sarmiento esté unido a la vid. Lasegunda lectura nos indica el modo concreto de mantener la unión.
  Hijos míos, no amemos de palabra y deboca, sino de verdad y con obras.
  
    
  
  En esto conoceremos que somos de la verdad ytranquilizaremos nuestro corazón ante él, en caso de que nos condene nuestrocorazón, pues Dios es mayor que nuestro corazón y lo conoce todo. Queridos, siel corazón no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Cuanto pidamos lorecibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, yque nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda susmandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permaneceen nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Eltexto, como es habitual en Juan, resulta complicado y mezcla diversos temas: elamor falso y el verdadero, el complejo de culpabilidad, la confianza en Dios,la observancia de los mandamientos, la fe en Jesús y el amor mutuo, lapermanencia en Dios y el don del Espíritu. Siguiendo la metáfora del evangelio,es una vid demasiado frondosa que conviene podar. Bastaría recordar que amar deverdad y con obras equivale a creer en Jesús y amarnos unos a otros. Esa es laforma de permanecer unidos a la vid y la única garantía de que daremos fruto comocristianos.
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