Andrés Accorsi's Blog, page 183
July 31, 2013
31/ 07: LOS MAS VENDIDOS DE JULIO

1) Bife Angosto Vol.3 (De la Flor)
2) Macanudo Vol.10 (Común)
3) Términus Vol.3 (Términus)
4) Perramus Vol.1+2 (De la Flor)
5) Bife Angosto Vol.2 (De la Flor)
6) Gaturro Vol.21 (De la Flor)
7) ¿Dónde está el Polaco? (Fabio Zurita)
8) Términus Vol.2 (Términus)
9) Peter Kampf lo Sabía (Ojo de Pez)
10) El Sabio de Sión (Noviembre)
Cinco novedades entre los 10 más vendidos, está muy bien. De los cinco puestos restantes, el Vol.2 de Términus entró por el “efecto arrastre” del Vol.3, el Vol.2 de Bife Angosto es casi una novedad (porque estaba agotado y se reeditó), Gaturro resiste hace ya varios meses pero todavía no alcanza las cifras que vendimos del Vol.20, Peter Kampf sigue tan insumergible como siempre (mientras los editores se obstinan en no publicar otras obras de Trillo y/o Mandrafina) y el más vendido, el Vol.3 de Bife Angosto, ya llevaba varios meses ahí, peleando la pole position con otros lanzamientos de la misma editorial. Esta vez vendió una brutalidad de ejemplares y se le dió.
Hablando de brutalidad, imposible enumerar todos los lanzamientos que prometen las editoriales para Agosto. Preparate para un tsunami de novedades pocas veces visto. Esto tiene que ver con que mañana arranca Crack Bang Boom, y todas las editoriales quieren tener alguna papa fina para presentar en el mega-evento rosarino. Es lógico y me parece perfecto. Veremos cómo responden los consumidores.
Y también a causa de Crack Bang Boom, el blog hace una pausa de cuatro días para retomar nuestros encuentros diarios el lunes 5. Si vas a Rosario, nos vemos allá (junto a los ídolos Paul Pope, David Lloyd y miles más) y si no, aprovechá estos días de paréntesis para leer más comics, que de eso se trata este blog.
En Agosto vamos a tener otra pausa de unos poquitos días, porque el 24 y 25 voy a estar con stand y charlas en la cuarta edición de Dimensión Comics, la convención de Comics, Cine, Anime y Cultura Pop que se realiza en Salta, ciudad a la que voy a viajar por primera vez. Allí estaremos junto a los maestros Eduardo Risso, Quique Alcatena, Darío Brizuela, Rubén Meriggi, Jorge De los Ríos y la legión tucumana de la UNHIL. La convención se realizará en tres espacios en simultáneo: Casa de la Cultura (Caseros 460), Plaza 9 de Julio y Centro Cultural América (Mitre 23). Si andás por la zona Norte (Olivos, San Isidro, esa onda) no dejes de sumarte.
Buenas ventas en comiquerías, muchos lanzamientos editoriales y eventos grossos en varias ciudades del país. Y la gilada se sigue quejando...
Published on July 31, 2013 12:04
July 30, 2013
30/ 07: SHARAZ-DE

En los trabajos a color de Toppi, de los que este fastuoso libro ofrece dos, vemos toda otra gama de recursos increíbles (algunos que lo emparentan al enorme Fernando Fernández) y el mismo talento inconmensurable para el dibujo y la composición. Entre el color y el blanco y negro, esta edición nos bombardea con casi 200 páginas de Sergio Toppi y esa es una experiencia totalmente alucinante, sin ninguna posibilidad de retorno. En total son 11 historias, todas ellas basadas en los cuentos (menos conocidos) de Las Mil y Una Noches, y realizadas por el italiano a lo largo de muchos, muchos años. Las primeras son de 1979 y las últimas de 2005. En ningún momento se nota la evolución: el Toppi de 1979 ya hacía gala de la solvencia y la magia que conservó hasta sus últimos días. Si no buscás en la web las fechas, jamás te imaginás que Toppi no dibujó las 11 historietas una atrás de otra.
¿Y qué onda las historias? Casi todas son muy buenas. Hablan de honor, de lealtad, de humildad, de respeto, de no dejarse llevar por el poder o la ambición, de mantenerse fiel a los sueños... todo esto con los textos bien sintetizados, de modo que no se haga para nada densa la lectura. Está claro que Toppi planeó adaptar muchos cuentos más, porque en el último no hay ni el menor indicio de que pueda cambiar ese status quo que se impone cuando el sultán decide no matar a Sharaz-de a cambio de que esta le narre nuevas historias.
El problema (porque vos que me leés todos los días sabías que en algún punto nos íbamos a topar con un problema) es que Toppi elige no narrar con sus dibujos. Estos están ahí, majestuosos y omnipresentes, y sin embargo todo el peso del relato recae sobre los textos. Si leés los textos sin mirar los dibujos, las historias se entienden perfectamente. Si mirás los dibujos sin leer los textos, vas a tener varios orgasmos, pero no vas a entender una chota. Yo soy de los que creen que, por más virtuoso que seas a la hora de dibujar, si se pueden omitir tus dibujos y aún así entender las historias, estás haciendo algo mal. Si la imagen y el texto van cada uno por su lado, si no se frotan, la magia de la historieta no se produce. Y lamentablemente Toppi eligió ese camino: el de las imágenes superlativas, que te detonan las retinas, pero que funcionan apenas como ilustración medio fumada de algún pedacito del texto.
Por supuesto, corrí a buscar otras historietas de Toppi de principios de los ´80, y me quedé tranquilo al ver que en otras obras, el maestro ponía su formidable grafismo al servicio de los relatos, hilvanaba secuencias complejas, manejaba una amplia gama de planos y angulaciones, y aún así no descuidaba ni la identidad de su dibujo ni esa forma tan personal de componer las viñetas y las páginas. Así me convencí de que esto que sucede en Sharaz-de no es un error ni una torpeza por parte del ídolo, sino una elección, que yo particularmente no comparto.
Si sos dibujante o te gusta el dibujo, supongo que ya tenés una o varias historietas de Toppi en tu biblioteca. Si todavía no capturaste ninguna, este libro te propone una sobredosis devastadora de una droga jodida de verdad. Ahora, si sos fan de las historias, si te copa más la narrativa visual que el despliegue de virtuosismo de un dibujante (o incluso de un genio del dibujo), seguro vas a encontrar obras de Sergio Toppi más logradas en ese sentido. Como sea, siempre está bueno deleitarse con el talento descomunal de esta bestia legendaria. La edición yanki (de Archaia), sencillamente inmejorable.
Published on July 30, 2013 16:39
July 29, 2013
29/ 07: SHOWCASE PRESENTS THE HOUSE OF MYSTERY Vol.1

El primer grosso es, sin dudas, Sergio Aragonés, quien se luce con sus viñetas humorísticas en casi todos los números, a veces con chistes que tienen más filo y más mala leche que las historietas supuestamente “dramáticas”. Genio y figura Aragonés.
Marv Wolfman (por entonces un borreguito) firma varias historias más que dignas, algunas con ideas que hoy servirían para bancar series de 60 episodios. La mejor es The Roots of Evil, bien dibujada por Jack Sparling, que habitualmente dibujaba para el orto. Mike Friedrich mete una sóla historia, pero está muy buena y además el protagonista es... Gil Kane, que además es el dibujante. Otto Binder logró ponerme nervioso con su Sir Greeley´s Revenge, aunque los dibujos del mediocre Frank Springer no ayudan para nada.
El mítico Robert Kanigher me sedujo con The Siren of Satan, dibujada como los dioses por Berni Wrightson. El final es choto, pero la historia es sumamente atrapante y muy al límite de lo que se podía publicar en el mainstream de 1969. También en la misma veta, está bastante buena su Secret of the Egyptian Cat, de nuevo con hermosos dibujos de Wrightson. Otra de gatos, Eyes of the Cat, logró incomodarme bastante a pesar de ser predecible. Esta está bien dibujada por Jerry Grandenetti. Y la extraña Fright se apoya mucho en la magia claroscurística del genial Alex Toth, pero además el guión se la banca bastante.
E. Nelson Bridwell, el tipo que escribía los comics de Superman más chotos de los ´70 (y la revista de los Superfriends!) me sorprendió gratamente con una historia atípica para este tipo de antologías: The Eyes of the Basilisk, de nuevo con Gil Kane en los lápices, entintado como los dioses por otro grande, Wally Wood. Joe Gill, el pulpo que escribía 150 series en las revistas de la Charlton, también mete una sóla historia, pero muy linda: The Beautiful Beasts, con unos dibujos majestuosos de Al Williamson, otro artista de lujo con pasado en la EC.
De todas las historias que juegan con la dicotomía entre sueño y realidad, la más finoli, la más sutil es Nightmare, escrita por Jack Oleck (abonado a estos títulos) y con unos dibujos de Neal Adams demasiado buenos para ser reales. Otra muy digna de Oleck, potenciada a full por los dibujos de Toth, es Born Loser, una historia con más de un giro impredecible en sólo 10 páginas. Finalmente, Len Wein da cátedra con la perturbadora No Strings Attached!, donde además logra algo casi imposible: que Bill Draut parezca un dibujante virtuoso y no uno del montón. Muy notable.
Acá tenemos, además, la primera aparición de Cain (n°175), el primer trabajo profesional de Wrightson (n°179) y el primer trabajo para EEUU de Tony de Zuñiga (n°188), que luego habilitaría el desembarco masivo de los dibujantes filipinos en las antologías de misterio de DC. Y por si faltara algo, historietas con guiones medio chotos, pero dibujadas por animales como Jim Aparo, Néstor Redondo, Russ Heath y Gray Morrow. Si a esto le sumamos las dibujadas por Wrightson, Adams, Kane, Toth, De Zuñiga y Williamson (y reproducidas en blanco y negro, sin coloristas que las masacren), vamos a coincidir en que de estas 552 páginas cerca de un tercio están a cargo de un All-Star Squadron de próceres del lápiz y la tinta. Con eso y los chistes de Aragonés y los guiones que pudimos rescatar, nos sobran los motivos (diría el poeta) para atesorar este Showcase.
Published on July 29, 2013 14:53
July 28, 2013
28/ 07: PERIODICIDADES DE UN TIEMPO LOCO

Periodicidades... es un buen libro para descubrir a Mezquita en su faceta más libre, más suelta, en la que despliega un dibujo virtuoso, riquísimo en detalles y climas, de modo mucho más natural, menos afectado que en sus trabajos más “caretas”. El problema es que casi no hay historietas, son casi todos dibujos con algún texto alusivo, pero sin narrativa. A veces Mezquita echa mano a algún recurso historietístico, como insertar entre las ilustraciones una viñeta chiquita, en la que aparece él mismo aportando algún comentario sobre el dibujo. Los bloques de texto que acompañan a varias de las ilustraciones también, están colocados como para dar la sensación de que estamos frente a una página de historieta, obviamente con pocas viñetas. Pero no. La única historieta propiamente dicha es una joyita muda de cuatro páginas, que aparece cerca del final del primer tramo del libro. En esa secuencia sin textos y CON narrativa, Mezquita despliega un talento muy notable para el relato gráfico, y además la sana intención de llegarle al lector, de conmoverlo con una historia chiquita, basada en los sentimientos y las frustraciones de un tipo común, que podría ser cualquiera de nosotros.
El resto del libro no funciona como un relato, sino más bien como un manifiesto. En la primera parte, denominada Postales Porteñas, Fabián se cuelga en una aguda y acertada observación de Buenos Aires, sus calles, su gente, su ritmo. Su pluma capta rostros, climas, situaciones y paisajes de la gran ciudad y sus textos bajan línea acerca de contradicciones, injusticias, olvidos, recuerdos, amores y desamores vinculados a la Ciudad de la Furia. La segunda parte (Postales de un Mundo en Crisis) nos invita a recorrer mediante imágenes una larga serie de conflictos que estallaron en distintas partes del planeta entre 2008 y 2012. Mezquita apoya las ilustraciones (algunas realmente descarnadas, fuertes) con textos en los que explica brevemente –y sin escatimar sus opiniones- el núcleo de cada uno de estos conflictos. Y en el epílogo, titulado Postales de Esperanza, el autor nos cuenta (también con hermosos dibujos) hacia dónde cree él que va el mundo y qué cambios hacen falta para que la paz y la fraternidad le ganen a la violencia y la depredación de unos sobre otros. Esto es 100% bajada de línea, pero Mezquita baja línea de frente, con honestidad, sin pretender venderte otra cosa más que SU visión del mundo.
Tanto en los tramos a color como cuando se vuelca por el blanco y negro, Mezquita hace gala de una increíble solidez en el estilo académico-realista, además de ese notable sentido de la observación que destacábamos hace un ratito. Es raro, porque Fabián fue asistente de Carlos Meglia y acá no se ve nada ni remotamente parecido al estilo del ídolo. Pero se ve (y resalta a ocho cuadras) un gran manejo de la línea, de las texturas, de las aguadas, del cross-hatching, de la iluminación, y de la composición en cada uno de estos cuadritos, que tienen nivel de sobra para ser cuadros, para enmarcarse y exhibirse por sí solos.
No lo pongo en la categoría de los indispensables, porque casi no tiene historietas. Si eso no te quita el sueño y te ceba más la idea de descubrir a un dibujante de gran talento para traducir en imágenes la realidad que lo rodea, Periodicidades... te va a resultar una experiencia sumamente placentera. Si además amás a la ciudad de Buenos Aires como la ama Fabián Mezquita, seguro vas a flashear.
Published on July 28, 2013 16:20
July 27, 2013
27/ 07: CHECKMATE Vol.1

Checkmate tiene un gancho irresistible: Greg Rucka. No sé cómo DC dejó ir a Rucka, porque este tipo la rompió prácticamente en todo lo que hizo para la editorial. Creo que lo único choto son esas historias de Renée Montoya como Question que enganchan con Final Crisis. El resto es todo de dignísimo para arriba. En Checkmate, además, a Rucka le dejan hacer algo que le sale muy bien: una de espionaje internacional con tono realista y con mucho énfasis en el procedimiento. Por supuesto, no logra transplantar al Universo DC la onda de Queen & Country, porque acá, para que la serie venda, tiene que meter mucha más machaca y personajes con disfraces coloridos. Aún así, se acerca bastante a la onda de las gloriosas aventuras de Tara Chace (ver reseña del 06/03/12), con mucho peso para los jetones de saco y corbata que negocian con embajadores y ministros antes de poner en marcha o abortar las misiones de los agentes, muchos muertos, mucha runfla, etc.
Esta encarnación de Checkmate, totalmente reformada tras los eventos de The OMAC Project, depende del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Acá vemos cómo el Consejo aprueba la creación de este nuevo Checkmate, a pesar del voto negativo de dos miembros y la abstención de uno sólo (Argentina, canejo!). Por supuesto, para que las cosas importantes se aprueben, hay que rosquear. Y en ese rubro, Rucka juega con 40 anchos de espada en el mazo, porque –a pesar de sus esfuerzos por darle chapa a Sasha Bordeaux- el personaje central será, sin discusión posible, Amanda Waller, la reina de la rosca. Amanda, ex integrante del gabinete de ministros de Luthor y experta en operaciones encubiertas ejecutadas por super-villanos (ver reseña del 10/05/11), llevará a cabo su propia agenda, no alineada con la ONU, sino siempre leal al gobierno de los EEUU. Y todos los demás miembros de la cúpula de Checkmate (“los reales”) tendrán que cambiar su juego para descubrir de qué juega Waller.
El primer arco está apenitas estirado y nos narra la opereta que arma Checkmate para “convencer” a China de que apruebe la creación de la agencia. Hay un episodio de transición en el medio y cierra una aventura de dos capítulos en la que Waller reactiva al Suicide Squad (con Rick Flag y todo) para resolver una crisis en Myanmar (Guy Delisle nos contó bastante sobre ese páis en el libro que vimos el 15/11/11) en la que la ONU prefieren no meterse. Si –como yo- sos fan del Squad, con estos dos numeritos vas a flashear mal.
El dibujante titular es español Jesús Sáiz (el de Manhunter), muy correcto, sin pifias y sin mayores despliegues de virtuosismo. Sáiz cuida la narrativa y logra una muy buena integración entre su grafismo y la referencia fotográfica. El suplente (con tres de estos siete episodios, incluyendo los del Suicide Squad) es Cliff Richards, al que no conocía. Y no es malo, por suerte. De hecho, se luce bastante cuando lo complementan las tintas del veterano Dan Green. O sea que visualmente, esto se la banca, sin descollar ni emocionar demasiado.
Y sí, para que esto fuera un comic de espionaje posta, había que sacar a Alan Scott (que por suerte está sólo en el primer arco), a los superhéroes chinos (algunos con pinta... interesante) y a los villanos y demás personajes del Suicide Squad. Al meterlos a todos, Rucka logra que uno se tome menos en serio el tono circunspecto y protocolar de “las partidas de ajedrez” entre la cúpula de Checkmate, ese aspecto más realista, del toma-y-daca entre intereses muy fuertes, muy encumbrados a nivel del poder mundial. Algo que, en una de esas (y sobre todo en manos de guionistas menos talentosos) podría ser un embole, y que acá se hace muy entretenido porque Sasha, Mr. Terrific, Fire, los “amiguitos” de Waller y varios personajes más vinculados al palo metahumano le ponen picante a la runfla cada vez que estalla la acción. Si sos fan de Greg Rucka o extrañás al DCU pre-reboot, no dejes de darle una oportunidad.
Published on July 27, 2013 15:26
July 26, 2013
26/ 07: ZEBITA

Esta es una tira que sale en ese horror de la gráfica, esa tragedia para el periodismo conocida como el diario MUY, obviamente parte del oligopolio que controla el prócer inmaculado de la patria, el Señor Héctor Magnetto. Por suerte, entre tanta mentira, tanto amarillismo y tanta mierda, este medio (medio choto) le da espacio a J.J. Rovella para que todos los días juegue en el espacio de una tira, muy bien reeditada en libro por Comiks Debris.
El protagonista de la tira es un chico, pero no estoy muy seguro de que se trate de una historieta infantil. Me parece que Rovella apunta a un público más amplio. Como siempre, sus recursos a la hora del humor son muy, muy amplios. Puede jugar con el lenguaje de la historieta, con el slapstick, con la clásica comedia costumbrista, con el absurdo, con una mirada más social, con juegos de palabras, con el siempre fértil recurso de meterse con la imaginación de los chicos (y contraponerla con la chatura de los grandes)... Rovella no deja timbre sin tocar ni veta sin explorar a la hora de crear los chistes, y casi siempre logra el efecto deseado.
Hasta pasada la mitad del tomo, Zebita es una family strip bastante convencional, con ese vuelo extra que le da la vasta gama de recursos humorísticos que enumeraba recién, pero no muy disinta de cientos de otras. Ahora, cuando faltan seis páginas para el final, Rovella le pega un sacudón heavy al status quo de la tira: los pades de Zebita deciden separarse! Y se separan! Y hay CHISTES basados en eso, que encima SON GRACIOSOS! Eso sí, nunca se lo había visto hacer a ningún humorista y la verdad que acá está muy, muy bien manejada la situación. El autor la viene cocinando a fuego lento desde el principio y cuando detona, lo hace de una manera muy inteligente, muy bien pensada, sin restarle dramatismo (a pesar de ser presentada en el contexto de una tira cómica) y sin convertirla en un hecho trágico, imposible de sobrellevar. Un volantazo muy, muy notable, que despega a esta tira del pelotón, rápido y bien.
El dibujo de Rovella es prolijo, correcto, pensado para gustarle a un público lo más amplio posible. Casi siempre logra una síntesis, un dibujo que funciona con pocas líneas y casi sin fondos, y ese es –para mí- el mejor Rovella. El que no sobrecarga las viñetas con información. Cuanto más despojado sea su dibujo (o sea, cuanto más se acerque a lo que hace en Dante Elefante), más me gusta. El color está muy bien, muy sobrio, aunque yo le sacaría las tonalidades y los sombreados para utilizar sólo colores planos, como en las historietas más antiguas.
Si te jugás a comprar y leer el libro de Zebita, te vas a encontrar algunas genialidades. No muchas. No estamos hablando de Mafalda, ni de Calvin & Hobbes. Pero sí de una tira más que competente, donde se nota la mano de un tipo que conoce perfectamente el oficio y que -si bien hizo su debut en el mundo de la publicación diaria con esta historieta- se mueve con muchísima solvencia en un terreno muy complicado, como es el del humor en los diarios. Habrá más J.J. Rovella en los próximos meses, acá en el blog.
Published on July 26, 2013 17:19
July 25, 2013
25/ 07: A1 Vol.5

Arrancamos con grandes ambiciones: ocho páginas en las que se reencuentran Neil Gaiman y Kelley Jones, que acababan de romperla en Season of Mists, una gloriosa saga de Sandman. Acá el guión plantea una compleja ucronía, un mundo bastante distorsionado respecto del real (con Bett Page presidenta de los EEUU!), pero le falta espacio para desarrollar al personaje y a los conflictos. Es el gen de una posible gran historieta a la que no vimos cristalizarse nunca. Y el dibujo es espectacular, con un Jones prendido fuego, que nos recuerda en cada viñeta que en blanco y negro es un tanque demoledor, como su admirado Berni Wrightson.
Glenn Fabry nos trae otro episodio de su Bricktop, con otro argumento medio frutero y un dibujo exquisito, cada vez más puntilloso, más cerca de Arthur Adams que de la cosa anatómico-cabeza de Simon Bisley (que me encanta, aclaro). Peter Milligan forma equipo con Brett Ewins (como en Skreemer) para destripar un relato de Franz Kafka en algo que más que una adaptación parece un ensayo dibujado sobre el cuento en cuestión. Son ocho paginitas, repletas de hallazgos gráficos y de textos brillantes.
Dos personajes creados en los ´50 dicen presente: El maestro Joe Kubert mete una historia de 5 páginas de Tor, sin textos, pero con unos dibujos bellísimos y una narrativa impecable. Y el piloto británico que surcó el espacio exterior, Jeff Hawke, tiene una aventura de 7 paginitas, bien escrita por su creador (Sydney Jordan) y correctamente dibujada por unos autores ignotos, a los que nunca había oído nombrar. El genio neozelandés Roger Langridge mete una de tres paginitas de Knuckles, la Monja Malévola, que combina humor con patetismo y bajada de línea, por supuesto muy bien dibujada.
Dos autores icónicos del comic independiente británico aportan sendas historietas que clavan muy arriba, entre lo mejor del tomo: Illya y Nick Abadzis, dos nombres a los que vale la pena seguir, hagan lo que hagan. El ya fallecido/a Jeff Jones (antes de convertirse en Catherine) aporta tres paginitas muy aburridas, en las que ni siquiera se luce su dibujo. La que escribe Bruce Jones tiene un guión remanido, medio traído de los pelos, y zafa más que decorosamente gracias al excelente dibujo de un tal Jim Sullivan, entintado con jerarquía por William Stout, el autor de la impactante portada.
La historieta más larga del tomo es una adaptación de un cuento. El maestro David Lloyd (a quien manosearemos la semana que viene en Rosario) convirtió en historieta de 12 páginas a un relato de Ramsey Campbell, con un guión que no me terminó de cerrar y unos dibujos que me emocionaron hasta las fibras más íntimas del alma. Magnífico trabajo en el que Lloyd, as del lápiz y la tinta, hace magia con las aguadas. ¿Lo tenías a Steve Leialoha dibujando bien? Acá la rompe en una historia corta y en joda escrita por Bill Mumy y el actor Miguel Ferrer, en la que mete muy buenos enfoques y excelentes tramas mecánicas. Y cerramos con una de cinco paginitas escrita y dibujada por Steve Dillon, que deja la vida en cada viñeta y nos regala un laburo que visualmente le pasa el trapo a TODO lo que hizo para las editoriales yankis en los últimos 25 años. El guión es un slice of life melancólico, con ritmo pachorro, una de “jóvenes a la deriva”, pero con protagonista de 30 ó 35. En cinco páginas está pefecto. Eso mismo, en 8 páginas, era para pegarse un corchazo.
A1 sirve para descubrir historias cortas raras y copadas y además para armarse un mapa mental de quiénes eran los nombres más destacados de la historieta británica allá por 1989-1991. Por supuesto, hay varias colaboraciones de autores yankis y hasta de Moebius, pero el énfasis de los coordinadores (Dave Elliott y Garry Leach) estaba puesto en el gran momento por el que atravesaba en esos años el comic del Reino Unido, en todas sus vertientes: desde los autores más comerciales hasta los más under. Y la mezcolanza les salió tan bien, que los comiqueros del 2013 seguimos tras la pista de esos seis míticos tomos de A1.
Published on July 25, 2013 15:08
July 24, 2013
24/ 07: EDEN HOTEL Vol.1

En esta novela gráfica, Diego Agrimbau pone a funcionar una fórmula infalible: toma algunos datos verídicos de la realidad y sobre eso empieza a moldear un “what if...?”, una ucronía sutil, finita, MUY factible, en la que el verosímil no se rompe nunca. De todo lo que nos narra Eden Hotel, son verdades históricas estas tres: 1) El hotel existió en La Falda y albergó a muchos jerarcas y partidarios nazis, 2) el Che Guevara y su familia llegaron una vez hasta las puertas del hotel (aunque decidieron hospedarse en otro lado) y 3) el papá de Ernesto y el General Jurado militaban en una agrupación llamada Acción Argentina, que investigaba y denunciaba el accionar de los nazis en nuestro país. El resto, lo inventó todo el guionista. Bah, también hay varios teóricos que afirman que Adolf Hitler logró escapar con vida de Alemania, vivió muchos años en Córdoba y falleció en Mendoza. El día que eso se compruebe fehacientemente, serán cuatro los episodios reales que se ven trasladados al guión de Agrimbau.
La idea de que Hitler y el Che hayan vivido un tiempo en la misma provincia argentina es – ya de por sí- riquísima. Los que leemos bastante historieta sabemos que los villanos nazis garpan a full y enfrentarlos nada menos que a un Ernesto Guevara adolescente es un golazo, de acá a Berlín. Lo más lindo que tiene el guión es cómo nos muestra en este borreguito rebelde muchas cosas que después caracterizarán al Che adulto, el Che mítico. Acá, además de sufrir por el asma, lo vemos enamorarse, discutir, soñar, tomar un arma de fuego por primera vez, tener que aguzar el ingenio para enfrentar a un ejército mucho más poderoso que el suyo... En EEUU te venderían este comic como el “Year Zero” del Che. Como Ernesto todavía es chico, lógicamente tiene que apoyarse en varios personajes más grandes que él: dos son reales (su padre y el General Jurado) y uno es ficticio, Helena Werner. Los tres están muy bien desarrollados por el guionista, pero obviamente es Helena a quien Agrimbau trata mejor, dota de más personalidad y más carnadura humana. Le sacás a Helena y el guión no avanza para ningún lado.
En 70 páginas no se pueden hacer milagros, por lo cual la madre y los hermanos del Che están apenas esbozados y los villanos... son simplemente villanos, no hay intentos serios por darles profundidad, ni siquiera a los que más escenas protagonizan. Pero hay un personaje relevante más, también tomado de la Historia real: Fritz Mandl, un mercader especializado en armas que, efectivamente, vivió muchos años en La Falda, en una finca cerca del Hotel Edén. Agrimbau aprovecha los contactos que este señor tuvo con los nazis (perfectamente documentados) para convertirlo en una pieza importante en la trama, encargado principalmente de que Ernestito Guevara y los suyos no alteren el curso de la historia que todos conocemos. O sea que las escenas con Mandl son importantísimas.
En la faz gráfica, tenemos a un inspiradísimo Gabriel Ippóliti, que vuelve a superarse a sí mismo. Este es el trabajo donde se lo ve más suelto, donde los personajes actúan mejor, donde todos (sobre todos los niños) se mueven con más plasticidad. Si las viñetas de Ippóliti te parecían algo estáticas, o por momentos pecaban de excesiva solemnidad, acá el maestro rosarino sorprende con su búsqueda de otra dinámica, más fresca y más ganchera. Y en todo lo demás está tan afianzado, tan imbatible como en sus trabajos anteriores. Una maravilla.
Esto no es historieta histórica, no es ciencia-ficción, no es un thriller, no hay erotismo, no hay persecuciones y vuelan –como mucho- media docena de trompadas y un tiro. Es una historia redondísima, intensa, que te atrapa desde el planteo y no te suelta hasta el final y que, además de jugar con los años mozos de un personaje icónico como el Che, nos invita a pensar en serio en un tema medio barrido abajo de la alfombra, que es la estrecha relación entre el nazismo y nuestro país durante la década del ´40. ¿Está al nivel de los grandes clásicos de la dupla Agrimbau-Ippóliti? Sí, totalmente. Eden Hotel no desentona para nada al lado de genialidades como La Burbuja de Bertold y El Gran Lienzo. Y demuestra, de paso, que se puede pegarla en Francia con una historieta recontra-argenta inmersa como pocas en las temáticas que nos tocan más de cerca. Muy notable, de verdad.
Published on July 24, 2013 16:25
July 23, 2013
23/ 07: THE WOLVERINE

The Wolverine dura 126 minutos, pero no la sufrís, no se hace larga en ningún momento. En algunos pasajes, hasta logra sumergirte por completo en la historia, compenetrarte a full y hacer que sufras cuando los personajes sufren. Un ratito, nomás, no toda la película. El director James Mangold encontró un equilibrio entre machaca e introspección que funciona bastante bien. La machaca abunda, pero no es la única pata en la que se apoya la película que –sorprendentemente- ofrece un muy buen planteo argumental, capaz de atrapar y satisfacer incluso al que no es fan de Wolverine.
El principal hallazgo es –me parece- todo ese tramo en el que a Logan le funciona para el orto el factor curativo. Ahí lo vemos más vulnerable, más humano, más creíble, incluso con alguna chance de fracasar en su misión, que es impedir el asesinato de una bellisima Mariko Yashida, muy bien interpretada por Tao Okamoto. Logan tiene que echar mano a otros recursos, apoyarse un poco más en otro personaje con mucha onda (Yukio, interpretada por Rila Fukushima) y hasta usar la cabeza para deducir pistas. Por supuesto hay saltos al vacío totalmente inverosímiles, como la lucha arriba del tren bala o la escena en la que Wolverine se opera a sí mismo del corazón. Y varios momentos jodidos de verdad, en los que no se te ocurre cómo va a zafar el canadiense de los peligros que enfrenta. La runfla empresario-político-criminal que rodea a los Yashida desde aquella mítica miniserie de Frank Miller y Chris Claremont está muy bien aprovechada y es un caldo de cultivo muy fértil para... dos villanos y medio, a los que no se puede nombrar para no spoilear. La vuelta de tuerca que llega cerca del final, cuando se nos revela la identidad de... uno de los villanos, es totalmente impredecible y está muy, muy bien. Lo único medio choto es cómo se sacan de encima a la villana, a la que le habían logrado dar mucha chapa a lo largo de la película. Daba para propinarle un mejor final.
A la atractiva base de “Wolverine en Japón metido en una rosca espinosa por la sucesión de un industrial multimillonario, con villanos y ninjas”, el guión le agrega un tramito inicial tomado levemente de Logan, el comic de Brian Vaughan y Eduardo Risso, en el que Wolvie sobrevive al ground zero de la bomba de Nagasaki. Eso está bellamente contado por Mangold en una escena muy, muy notable. Sin ser una maravilla, la peli tiene poco para envidiarle a las tan ovacionadas producciones de la “línea Avengers”. Tiene acción, aventuras, runflas, honor, amor y hasta algún chiste bien calzado. Le falta la sangre, claro. Pareciera que la gente sólo sangra DESPUES de cagarse a espadazos o a tiros, cuando los médicos les curan las heridas. En las peleas no vuela una sóla gota de sangre y eso que se dan de lo lindo.
A diferencia de la primera peli, ambientada mucho antes de que Wolverine se uniera a los X-Men, esta va claramente después de X-Men III y se hace cargo de TODO lo sucedido en esa trilogía. De hecho, un personaje importante es el fantasma de Jean Grey, interpretada de nuevo por una Famke Janssen ya más viejita, pero igual de hermosa que hace 10 ó 12 años. Y la secuencia entre los créditos está pensada para cebar a los fans de los X-Men a niveles cósmicos, inconmensurables. Salís del cine y empezás a tachar los días que faltan para X-Men: Days of the Future Past, como si fueras un preso.
La verdad que Hugh Jackman hizo bien en insistir con SU versión de Wolverine en la pantalla grande. Esta vez remó con creces el bajón del film anterior y nos obsequió dos horas y puchitos de diversión al palo, bien actuada, bien filmada y con pocos momentos frutihortícolas en el guión, que no logran empañar un argumento bastante más sólido que el del comic promedio de Logan. A mí no me apasionó la trilogía de X-Men, ni soy fan de Wolverine, ni me excita ver a Jackman en cuero y todo chivado. Pero si reuniera alguna de esas tres condiciones, creo que esta película tendría grandes chances de ser mi nuevo totem personal. Aguante el kusuri.
Published on July 23, 2013 13:16
22/ 07: THE WOLVERINE

The Wolverine dura 126 minutos, pero no la sufrís, no se hace larga en ningún momento. En algunos pasajes, hasta logra sumergirte por completo en la historia, compenetrarte a full y hacer que sufras cuando los personajes sufren. Un ratito, nomás, no toda la película. El director James Mangold encontró un equilibrio entre machaca e introspección que funciona bastante bien. La machaca abunda, pero no es la única pata en la que se apoya la película que –sorprendentemente- ofrece un muy buen planteo argumental, capaz de atrapar y satisfacer incluso al que no es fan de Wolverine.
El principal hallazgo es –me parece- todo ese tramo en el que a Logan le funciona para el orto el factor curativo. Ahí lo vemos más vulnerable, más humano, más creíble, incluso con alguna chance de fracasar en su misión, que es impedir el asesinato de una bellisima Mariko Yashida, muy bien interpretada por Tao Okamoto. Logan tiene que echar mano a otros recursos, apoyarse un poco más en otro personaje con mucha onda (Yukio, interpretada por Rila Fukushima) y hasta usar la cabeza para deducir pistas. Por supuesto hay saltos al vacío totalmente inverosímiles, como la lucha arriba del tren bala o la escena en la que Wolverine se opera a sí mismo del corazón. Y varios momentos jodidos de verdad, en los que no se te ocurre cómo va a zafar el canadiense de los peligros que enfrenta. La runfla empresario-político-criminal que rodea a los Yashida desde aquella mítica miniserie de Frank Miller y Chris Claremont está muy bien aprovechada y es un caldo de cultivo muy fértil para... dos villanos y medio, a los que no se puede nombrar para no spoilear. La vuelta de tuerca que llega cerca del final, cuando se nos revela la identidad de... uno de los villanos, es totalmente impredecible y está muy, muy bien. Lo único medio choto es cómo se sacan de encima a la villana, a la que le habían logrado dar mucha chapa a lo largo de la película. Daba para propinarle un mejor final.
A la atractiva base de “Wolverine en Japón metido en una rosca espinosa por la sucesión de un industrial multimillonario, con villanos y ninjas”, el guión le agrega un tramito inicial tomado levemente de Logan, el comic de Brian Vaughan y Eduardo Risso, en el que Wolvie sobrevive al ground zero de la bomba de Nagasaki. Eso está bellamente contado por Mangold en una escena muy, muy notable. Sin ser una maravilla, la peli tiene poco para envidiarle a las tan ovacionadas producciones de la “línea Avengers”. Tiene acción, aventuras, runflas, honor, amor y hasta algún chiste bien calzado. Le falta la sangre, claro. Pareciera que la gente sólo sangra DESPUES de cagarse a espadazos o a tiros, cuando los médicos les curan las heridas. En las peleas no vuela una sóla gota de sangre y eso que se dan de lo lindo.
A diferencia de la primera peli, ambientada mucho antes de que Wolverine se uniera a los X-Men, esta va claramente después de X-Men III y se hace cargo de TODO lo sucedido en esa trilogía. De hecho, un personaje importante es el fantasma de Jean Grey, interpretada de nuevo por una Famke Janssen ya más viejita, pero igual de hermosa que hace 10 ó 12 años. Y la secuencia entre los créditos está pensada para cebar a los fans de los X-Men a niveles cósmicos, inconmensurables. Salís del cine y empezás a tachar los días que faltan para X-Men: Days of the Future Past, como si fueras un preso.
La verdad que Hugh Jackman hizo bien en insistir con SU versión de Wolverine en la pantalla grande. Esta vez remó con creces el bajón del film anterior y nos obsequió dos horas y puchitos de diversión al palo, bien actuada, bien filmada y con pocos momentos frutihortícolas en el guión, que no logran empañar un argumento bastante más sólido que el del comic promedio de Logan. A mí no me apasionó la trilogía de X-Men, ni soy fan de Wolverine, ni me excita ver a Jackman en cuero y todo chivado. Pero si reuniera alguna de esas tres condiciones, creo que esta película tendría grandes chances de ser mi nuevo totem personal. Aguante el kusuri.
Published on July 23, 2013 13:16
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