Andrés Accorsi's Blog, page 115
July 14, 2015
14/ 07: LOS REYES ELFOS: HISTORIAS DE FAERIE

Al igual que el Vol.2, este tomo de Historias de Faerie ofrece una antología de historias cortas que se complementan con la saga central, la que protagoniza Ehren Heldentodsson. Algunas de las historias intersectan en momentos muy puntuales de la saga, otras nos muestran anécdotas menores, o revelan detalles del pasado de los personajes principales, o narran breves historias en las que algún personaje secundario asume un rol protagónico. Y también al igual que el Vol.2, abre con una historia en la que Santos dibuja el guión escrito por un invitado, para luego ser él quien escribe todas las historias restantes, todas con distintos dibujantes. Vamos a repasarlas.
La primera historia tiene sólo seis páginas y es una anécdota menor protagonizada por el villano de la saga, el Caballero Oscuro. El dibujo de Santos es magnífico y el guionista invitado no es otro que Michael Avon Oeming, quien propone una muy buena idea.
De las que escribe Santos, la primera también es muy breve y tiene como principal atractivo el dibujo de Víctor Rivas, un dibujante notable, emparentado con Joann Sfar, Blutch y Christophe Blain, al que me hubiese encantado ver dibujar un álbum de La Mazmorra.
La siguiente es otra anécdota menor (y muy linda), ambientada en la juventud de Ehren, dibujada por Fermín Solís, un autor con un típico estilo de indie yanki, una especie de James Kochalka más civilizado.
Ya con un par de páginas más, Santos nos cuenta una historia de cuando Ehren vivió en las tierras de Cipango, con los dibujos de Carla Berrocal, que no me terminaron de convencer.
Junto a Norberto Fernández (dibujante muy correcto, de estilo realista muy pulido), Santos narra el violento episodio por el cual Glirren se convierte en la Emperatriz de Hielo.
Otro dibujante realista de trazo muy potente, Sergio Córdoba (hoy consagrado en el mercado francés) tiene a su cargo el dibujo de una historia protagonizada por Jurgen Ulf que se queda un poquito en la machaca.
Otro dibujante hoy consagrado, David Lafuente, acompaña a Santos en otra historia de Ehren vagando por el mundo, esta vez en el Ulster, donde intersecta con la saga de Cuchulain. Otro relato violento, vibrante y muy bien dibujado.
Dreide y Jurgen Ulf son los protagonistas de la siguiente historia, también demasiado jugada a la machaca, más algún chiste ingenioso. El dibujo de Joan Fuster está muy bien, con un buen trabajo a la hora de resolver todo desde el claroscuro.
Anna (la hija de Ehren y Dreide) protagoniza una aventura narrada en dos tiempos distintos, en la que Santos logra indagar bastante a fondo en su personalidad. El dibujo es excelente y muestra por qué Kenny Ruiz triunfa en el mercado europeo.
Y me guardé para el final mi historieta favorita, protagonizada por Grimmerson y sus enanos. Acá Santos saca chapa de GRAN guionista y logra que esta breve narración de 8 páginas interesecte no con uno, sino con varios momentos clave de la saga principal, además de regalarnos los mejores diálogos del tomo. Para dibujarla convocó nada menos que a Quim Bou, un dibujante que a mí me encanta (desde mucho antes de que otro Bou fuera ídolo en Racing) y que acá deja la vida en unas páginas fastuosas, realzadas por una aplicación de grises sencillamente magistral.
Complementan varios pin-ups y textos en los que Santos cuenta el backstage de cada una de las historias. Si nunca leiste Los Reyes Elfos, me parece que este libro te deja bastante en bolas. Pero si ya venís siguiendo la saga, acá vas a encontrar muy buenas historias accesorias, algunas dibujadas a un nivel altísimo y todas con el sello inconfundible del inmenso Víctor Santos.
Published on July 14, 2015 18:16
July 13, 2015
13/ 07: ANT-MAN

El que cambia bastante es Hank Pym (muy bien personificado por Michael Douglas) que ahora asume el rol del veterano retirado que se convierte en mentor del pibe nuevo. Y acá los guionistas Edgar Wright y Joe Cornish se animan a hacer algo muy loco, que nunca habíamos visto en el universo fílmico de Marvel: contar aventuras de un superhéroe ambientadas entre la Segunda Guerra Mundial y la primera peli de Iron Man. ¿Todo para qué? Para darle chapa a este Pym crepuscular y a… al personaje cuya ausencia en casi toda la peli resulta importantísima.
Esta versión baqueteada y apenas oscura de Hank Pym es el elemento más dramático, menos festivo, de una historia en la que la acción va todo el tiempo de la mano de la diversión y hasta del humor. Ant-Man no es una película cómica pero -al igual que Guardians- dedica buena parte de sus 117 minutos a escenas muy graciosas, ya sea por las situaciones bizarras o por lo diálogos, repletos de ingenio, ironía y filo. La comedia se sostiene principalmente en la actuación de Paul Rudd (a quien yo no conocía, y no sé si posee la versatilidad suficiente para interpretar roles en los que no tenga que hacer de fachero/canchero) y de uno de los secundarios creados para la peli, brillantemente interpretado por Michael Peña.
Incluso dentro de este festival de chistes (que rivaliza con el festival de efectos especiales) hay conflictos fuertes, algunos más humanos (la relación de Scott con su hija Cassie, o la tensión entre Pym y su hija, interpretada por Evangeline Lilly) y otros más grandes, más peligrosos, y ahí es donde gana peso en la trama el villano, también muy logrado por Corey Stoll. En el último tramo, esta película tiene algo que casi no hemos visto en toda esta saga de films de Marvel: un villano con máscara y traje de villano. Quiero más de esos. Pero lo mejor es que estos conflictos hacen que los personajes crezcan, que enfrenten lo que les pasa, que no tengan más opciones que cambiar de rumbo, de actitud, aunque más no sea de opinión. Ant-Man no es una peli que pretenda venderte la hiper-epopeya, sino que se apoya mucho más en las luchas internas, las que se desatan en el fuero íntimo de los personajes. Si lográs hacer eso y que además nos cebemos con la aventura y nos riamos con los toques cómicos, sos un grosso.
Por si faltara algo, la gran traición de este guión (Hank Pym nunca fue miembro de los Avengers) está perfectamente justificada y cobra sentido en virtud de lo que pasa al final (en las escenas post-créditos), que obviamente no te lo voy a contar, pero que termina de integrar a esta película al resto del universo fílmico de Marvel. No hace falta boquear mucho, vos ya te imaginarás para dónde va la cosa…
Así que no dudes en pasar por tu cine favorito y subirte a este festival de la imaginación propuesto por el director Peyton Reed. Preparate para delirar con un despliegue visual realmente imponente y sobre todo para disfrutar de una muy buena historia, que te va a dejar pidiendo más. ¿En serio? ¿Más Ant-Man? Sí, en serio. Más Ant-Man.
Published on July 13, 2015 18:33
July 12, 2015
12/ 07: MAR DE CACA

Si sos marplatense y te gusta hacer chistes con soretes, porongas, nazis y discapacitados, lo más probable es que te comparen permanentemente con Gustavo Sala, o peor aún, que te encasillen como “el Gustavo Sala de la B”. Y lo primero que hay que valorarle a Mono es eso, su esfuerzo denodado para no quedar pegado a la estética de Sala, para que su dibujo no nos haga acordar al del autor de Bife Angosto. Quedan apenas resabios, remotos vestigios del trazo de Sala en lo que hoy nos muestra Mono, quien parece muchísimo más encolumnado detrás de la onda de un Johnny Ryan, por ejemplo. En las ilustraciones, Mono muestra algunos recursos técnicos heredados de Diego Parés y Basil Wolverton, mientras que en los chistes se ven influencias muy variadas, que nos remontan incluso a humoristas gráficos de los ´40 y ´50, distorsionados por un filo under que aquellos atildados caballeros obviamente no tenían.
Más allá de los parentescos gráficos que podamos apreciar en el dibujo de Mono, lo más interesante es verlo poner en juego su arsenal humorístico para hacernos reir. Y la verdad es que en ese aspecto este librito es muy efectivo. Con diálogos, con textos al pie, con imágenes sin textos, con secuencias, con chistes resueltos en una única imagen, con parodias a portadas de comic-books clásicos, las asquerosidades y las atrocidades de Mono nos propinan una golpiza memorable. Zoofilia, necrofilia, coprofilia, pedofilia, fellatios y penetraciones de todo tipo y factor, tumores malignos, soretes, torturas, mutilaciones, discapacidades, infinitos miembros viriles, superhéroes, Adolf Hitler, Alf y hasta Jorge Corona se dan cita en estas páginas para robarnos una carcajada que se mezcla con el asco y la repulsión.
Si te gusta el humor zarpado, al límite, el “humor sin barreras”, te podés hundir tranquilo en este Mar de Caca y salir bastante cagado, pero de risa. Ni el Gustavo Sala de la B, ni el Johnny Ryan argentino: Julián Mono es un exponente del comic humorístico en imparable crecimiento y si todavía no lo descubriste, este librito te da una inmejorable oportunidad de hacerlo.
Published on July 12, 2015 19:01
July 11, 2015
11/ 07: EL JUEGO LUGUBRE

El Juego Lúgubre funciona como la típica historia de terror de un salame que se mete donde no se tiene que meter: mansión embrujada, castillo hecho mierda, pueblo abandonado… lo que más te guste. Lo interesante es que el horror que va a llevar al protagonista al borde de la locura no proviene de la tradición literaria de Bram Stoker o H.P. Lovecraft, sino de la imaginería pictórica de Salvador Dalí. La novela nos lleva todo el tiempo a preguntarnos si el excéntrico genio de la pintura surrealista no era también un asesino desquiciado, un criminal demente capaz de matar gente para luego comerse o empomarse a sus cadáveres, o hacer con ellos experimentos aberrantes. El guión de Roca subvierte ese pintoresco atelier en una apacible playa catalana, que uno asocia con un clima de libertad y creatividad, para convertirlo en sede de indecibles horrores.
Por supuesto a Salvador Dalí no se lo llama así, con su nombre y apellido, sino que el autor nos lo camufla mínimamente bajo el nombre de… Salvador Deseo. El resto es todo tal cual. La época en que transcurre la historia está perfectamente recreada, el pintor de ficción habla como el de la realidad, y hasta vemos muchísimas referencias a los cuadros más recordados del auténtico Dalí. O sea que si sos fan del genio vas a encontrar un montón de elementos de su vida cotidiana, frases que él decía e imágenes que te van a remitir a algunas de sus obras más embleméticas. Nada mal para una historieta de terror…
Podría hablar horas del argumento de El Juego Lúgubre, meterme con las pinceladas históricas (en la previa a la Guerra Civil Española), contar algo de la historia de amor que vive el protagonista… pero la verdad es que prefiero que –si todavía no lo leíste- te sorprenda tanto como a mí.
Prefiero centrarme un toque en el dibujo, ya que esta es la primera obra en la que realmente se ve con fuerza el estilo de Paco Roca. Obviamente, ahora que es un consagrado a nivel mundial y sus obras se editan en todo el mundo, en formatos de lujo, mete más cuadros por página que en este trabajo hecho (capaz que por el pancho y la coca) para una editorial española que –sin ser un kioskito- nunca pagó fortunas. Pero aún en este proyecto, Roca sorprende por su gran versatilidad en el armado de la secuencia, su gran criterio para elegir qué escenas narrar sin palabras, y su gran variedad de enfoques, todos pensados para meternos a fondo en los climas de la historia. Las escenas oníricas, las imágenes escabrosas, todo le sirve al autor para construir la atmósfera enrarecida del relato. Y cuando llegan las escenas tranqui, charlas al aire libre, a pleno sol, entre los únicos dos personajes más o menos sanos de la novela, cambia un poquito el registro y el dibujo se hace más luminoso, por momentos casi naïf. Un lindo respiro entre tantas orgías de sangre, decadencia y depravación.
El color, agregado para esta edición (o quizás para la francesa) es sobrio, sin estridencias, muy evocativo y –al igual que los efectos de iluminación que proponía Roca desde el dibujo a tinta- sumamente funcional a los climas del guión. Hay que ser un verdadero talibán del claroscuro para decir “me quedo mil veces con la versión en blanco y negro”.
Y bueno, siempre es un placer encontrarse con las historietas de este monstruo del Noveno Arte mundial como es Paco Roca. Estoy por leer su trabajo más reciente y esta segunda leída (este ballotage) de El Juego Lúgubre no hizo más que acrecentar mis expectativas. Y reforzar los argumentos con los que vengo recomendando este comic hace casi 15 años..
Published on July 11, 2015 19:14
July 10, 2015
10/ 07: A1 Vol.1

Arrancamos con una breve historia de tres páginas escrita y dibujada por el maestro Barry Windsor-Smith en clave de comedia. Una idea muy sencillita, rematada en pocas viñetas, donde el principal atractivo es, claramente, el dibujo.
Después tenemos una historia de siete páginas de los Warpsmiths, personajes secundarios de Miracleman, escrita por Alan Moore y dibujada por el inmenso Garry Leach. No se entiende cómo después de leer esto, alguien en DC no le metió una patada en el orto a quien fuera que estuviera escribiendo Green Lantern Corps, para dársela al Mago, con contrato por 130 años, mínimo. Una verdadera joya.
Eddie Campbell nos cuenta una historia interesantísima y muy divertida, protagonizada por Bacchus y con la participación de varios dioses griegos, principalmente Hephaestus. Lástima que en vez de dibujarla él se la da a Phil Elliott, que no es malo, pero no sintoniza bien la onda de esta serie. El maestro John Bolton nos regala cuatro páginas de una historia perturbadora y magnífica, sobre un guión del ignoto Graham Marks. Tanto la idea como la realización gráfica son excelentes.
Otro prócer británico, Brian Bolland, aporta tres paginitas de The Actress and the Bishop, con un guión muy limado, por momentos caprichoso, y con el atractivo de estar escrito en rima. El dibujo, obviamente es fastuoso. Un autor al que no conocía, Paul Behrer, cuenta una historia de Jai-Son the Wayfarer, una de espada y brujería protagonizada por un ratón antropomórfico, al que me parece que le deben no poco las actuales Mice Templar y Mouseguard. El dibujo no es malo, pero podría ser mejor.
Alan Moore vuelve a la carga, ahora con Steve Parkhouse y un episodio bastante cómico de The Bojeffries Saga. Mr. X, el clásico personaje de Dean Motter, protagoniza una historia corta escrita por Neil Gaiman y dibujada por Dave McKean (nada menos). No la quise leer porque tengo en la pila de pendientes un recopilatorio de historias cortas de Mr. X en el que está republicada y prefiero leerla en ese contexto. Ted McKeever escribe una historia muy retorcida, breve, delirante, que contrasta con el dibujo sobrio y casi elegante de un Dave Gibbons que se juega con gran éxito al claroscuro. Lo más raro de la antología es la republicación de una vieja historia de siete páginas, originalmente creada en 1942 y protagonizada por el enésimo superhéroe patriótico, prácticamente clonado del Capitán América. No me aportó nada.
También está el primer episodio de Bricktop, la serie de Glenn Fabry que continúa en los otros tomos, dibujada a un nivel alucinante. Bob Burden aporta una historia muy cortita de Flaming Carrot, que apenas llega a escozar el inicio de una trama que andá a saber dónde se resuelve. Se banca por los dibujos. Peter Milligan y Brendan McCarthy se mandan una historia muy experimental, muy drogada, que ya vimos en el tomo que Dark Horse le dedicó a la dupla. Y el limitadísimo dibujante Dom Regan intenta contar una aventura sin palabras y en el sentido de lectura japonés, con resultados poco convincentes.
Me guardé para el final la gema, la hiper-pulenta: las 10 páginas de Survivor, la historieta escrita por Gibbons y dibujada por McKeever (la misma dupla que ya habíamos visto, pero con los roles invertidos) en la que deconstruyen COMO NUNCA el mito de Superman. Esto es de una belleza y unos huevos descomunales, cada texto es brillante y encima está todo narrado en ocho viñetas por página, con cámara subjetiva. Es decir que sólo vemos lo que ve el protagonista, siempre de frente y desde la misma distancia. Una auténtica gloria, que creo que nunca se reeditó en ningún lado.
A1 fue genial en su momento y hoy se la re-banca. Si podés capturarla, no lo dudes un segundo.
Published on July 10, 2015 17:52
July 9, 2015
09/ 07: UN GLOBO QUE NO SE DESINFLA

Por supuesto, al ser de distintos años, hay variaciones en el dibujo, pero en general este rubro es muy sólido. El estilo de Brian está muy presente, las páginas en las que hay muchas tonalidades de grises se lucen muchísimo y las páginas en las que está todo jugado al claroscuro también están muy bien equilibradas.
Algunas de las historias van para el lado de la bizarreada, otras juegan con un humor más negro y otras son simples anécdotas de la vida real, pequeños relatos cotidianos ambientados en un barrio cualquiera, con un giro gracioso, o grotesco, sobre el final. A mí las historias que más me gustaron son esas en las que Janchez recurre bastante al relato en off, a bloques de texto que nos cuentan anécdotas notables en la vida de personajes excéntricos, que obviamente no existen. Esas historias me hicieron acordar mucho a las brillantes Efemérides Truchas del maestro Daniel Paz y me causaron mucha gracia.
No me quiero poner a enumerar todas las historietas que realmente valen la pena en este libro porque son muchas. Lo quiero recomendar, no sólo a los fans de Brian Janchez, sino a cualquiera que quiera disfrutar de un humor muy suelto, con muchos recursos, que van de la nerdeada a jodas bastante punzantes con temas como los nazis, los indigentes y los discapacitados. Cucarachas, supehéroes, parientes de Oesterheld, un demonio que da pie a un homenaje a Mignola, un transformer, la telemarketer de Satanás, pibes mutilados, el team-up entre Batman y Porky, muñecos del trencito de la alegría, hinchas de Canadá y el mundial de dominó para gordos son algunas de las ideas que Brian detona en apenas seis viñetas y que hacen a este libro un festival de chistes muy diverso y sumamente satisfactorio. Que no se desinfle nunca.
Published on July 09, 2015 15:26
July 8, 2015
08/ 07: HOY NO HAY NADA

Hoy en Buenos Aires la noche está alucinante, no hace ni frío ni calor, ideal para salir a atorrantear un rato, aprovechando que mañana no se labura y nos podemos acostar a cualquier hora. Así que ahí voy.
Si todavía no lo hiciste, te recomiendo darle ”me gusta” al perfil de Facebook de Comicópolis, así te enterás de todos los anuncios grossos que ya estamos dando a conocer, para ir generando calentura y expectativa rumbo a un evento que promete ser inolvidable.
Eso es todo. Perdón por el faltazo, gracias por el aguante de siempre y mañana vuelven las reseñas.
Published on July 08, 2015 16:46
July 7, 2015
07/ 07: ¡VIVA MEXICO!

La verdar es que el guión de Canzio se esfuerza, le pone garra, pero no logra armar una buena aventura. ¡Viva México! funciona mejor como un comic documental, casi como un ancestro de las historietas de Joe Sacco. Lo que mejor hace Canzio es recrear aquellos convulsionados años de la revolución mexicana, explicarnos cuál era el conflicto, por qué hace 100 años estos muchachos se cagaban a tiros y se dinamitaban unos a otros, con qué tácticas (y con qué pruritos a la hora de eliminar al adversario) combatían uno y otro bando, cuál era la postura de EEUU frente al bolonki, en qué se diferenciaban y en qué coincidían Emiliano Zapata y Pancho Villa… un montón de data muy interesante, que no aparece de modo pedagógico ni enciclopédico, sino muy bien integrado a ese relato que quiere ser de aventuras pero no llega.
El protagonista y uno de los principales secundarios son yankis, y excepto en las cuatro últimas páginas, cumplen roles muy menores, son simples testigos de lo que sucede. Acompañan, observan, hacen preguntas que le dan el pie a los mexicanos para explicarnos en los diálogos muchos de estos elementos ya enumerados… y no mucho más. Los comentarios que hacen los yankis entre ellos nos muestran claramente la distancia cultural entre ambos países… un poquito deformada por la visión que un guionista italiano tenía de esas diferencias. Por suerte, todo lo que muestra Canzio en esta faceta más descriptiva del guión resulta interesante, creíble, me permite suponer (por lo menos a mí que toco de oído en materia de Historia Mexicana) que el tipo hizo los deberes, se documentó bien, no mandó fruta.
Y por suerte escribió poco, metió pocos bloques de texto, pocos diálogos, pocos cuadros por página. Digo “por suerte” porque eso es lo que permite un enorme lucimiento del dibujo del maestro Toppi. Acá el milanés tiene espacio para jugar, para resolver hermosas secuencias mudas, para experimentar con el armado de la página, con la composición de las viñetas, en su estilo más maduro, ese que se basa en un complejo y fascinante equilibrio entre espacios vacíos y sobrecarga de elementos gráficos en texturas, fondos y hasta en detalles en los primeros planos.
Son innumerables los aciertos de Toppi en el manejo del plumín y la mancha. La documentación histórica está buenísima, la referencia fotográfica está perfectamente integrada, la acción tiene muchísimo dinamismo, las onomatopeyas son espectaculares… Por ahí le faltó zarparse un poquito más en las expresiones faciales, que están algo contenidas, desenfatizadas. Y lo que realmente no suma, sino que resta un poco, es el color. Un color chato, sin onda, sin énfasis, muchas veces puesto al estilo Columba (personajes o paisajes enteros pintados de un sólo color), muy poco comprometido, muy poco funcional a los climas del relato. Sospecho que alguna vez, probablemente en Francia, ¡Viva México! se debe haber reeditado en blanco y negro. Si existe tal cosa, debe ser una auténtica maravilla, mucho más disfrutable que esta versión.
Aunque no te interese mucho el tema de la revolución mexicana, este álbum se puede tener para babear con los dibujos del inmenso Sergio Toppi, a quien le venía dando duro y parejo, y ahora me propongo dejar decansar unos meses. De hecho, ya me queda sin leer muy poca historieta europea clásica de los ´70 y ´80, así que en estos días se vienen con todo varios hitos, pero del Siglo XXI.
Published on July 07, 2015 18:18
July 6, 2015
06/ 07: BATMAN BLACK & WHITE Vol.2

La de Paul Dini y Alex Ross (en la que Batman casi no aparece) es exquisita. Se merecía haber sido canónica. Gran narrativa, gran idea, todo muy lindo.
Chris Claremont y Steve Rude proponen una comedia muy graciosa protagonizada por Bruce Wayne, también sin Batman.
Muy linda la de Kelley Puckett y Tim Sale, con una técnica gráfica hermosa. El guión podría ser un toque más original…
No me cerró para nada el trabajo de Daniel Torres, no sé si porque perdí la costumbre de verlo en blanco y negro, o porque no se copó con el guión de Steven Seagle y no dio todo lo que puede dar.
La de Warren Ellis y Jim Lee, bastante menor, lastrada por el malabarismo narrativo que hacen ambos para que el Chino pueda meter pocas viñetas por página y pocos fondos.
Brillante lo de John Byrne, en un registro camp, casi un tributo a las historietas de los ´50, dibujado como los dioses.
Excelente también Paul Pope, con una historia muy sencillita, sin pretensiones, y un dibujo magnífico, muy jugado a los climas.
Las dos de John Arcudi me dejaron gusto a poco: una la dibuja Tony Salmons (muy zarpado) y la otra un John Buscema ya de vuelta, sin la calidad de sus años de gloria.
La de Paul Levitz tiene un guión livianito, casi setentoso, pero el dibujo de Paul Rivoche (mezcla de Jack Kirby, Alex Toth y David Mazzucchelli) la levanta enormemente.
Walt Simonson y John Paul Leon nos regalan una verdadera gema, con el Riddler como villano y mucho homenaje a Lewis Carroll.
La de Brian Azzarello y Eduardo Risso es flojita. La salvan los climas y ese manejo extremo del claroscuro que pela el león de Leones.
Otra joya es la de Howard Chaykin y Jordi Bernet (ma-mita) ambientada en la Segunda Guerra Mundial y con los diálogos repletos de chistes y juegos de palabras. Belleza.
Otra que no entiendo cómo no fue canónica (y cómo la remataron en 8 páginas en vez de estirarla para editarla como prestige de 48) es la de los maestros Alan Brennert y José Luis García López. Una cátedra absoluta, brillante por donde se la mire.
Dave Gibbons también juega a una onda retro, con un Batman copado y hasta gracioso, con miles de juegos de palabras y un montón de recursos que sólo se pueden lograr en una historieta.
El guión de Harlan Ellison está bueno, aunque requiere de páginas repletas de viñetas chiquititas para poder contarse en el espacio asignado. El dibujo de Gene Ha, sublime, de lo mejor del libro.
De las dos historias 100% en joda, me causó más gracia la de Ty Templeton y Marie Severin, pero la de Bob Haney corre con el caballo del comisario, que es el dibujo de un Kyle Baker prendido fuego.
Casi 100% en joda es la comedia de Paul Dini y Ronnie del Carmen, muy en la línea de la fundamental serie animada de los ´90, pero un poquito más zarpada en materia de insinuaciones sexuales.
Lo de Tom Peyer es bastante precario: su guión consiste en meras excusas para que el maestro Gene Colan dibujara lo que tenía ganas de dibujar… y se luciera a pleno.
Y cierro con un guión bastante light de Alan Grant, elevado al status de joya insuperable por los dibujos de Enrique Breccia, en su mejor trabajo para el mercado americano. ¿Mejor que lo de Lovecraft? Sí, y mejor que todo lo que publicó en blanco y negro en Skorpio y Fierro en los ´70 y ´80. Posta, nunca lo había visto al Churrique desparramar tanta jerarquía, tanta pasión, tanta dedicación en tan pocas páginas.
Aunque no te guste Batman, amigo viñetófilo, este libro es una fiesta de la historieta. Una fiesta sin colores, pero con un nivel de talento difícil de igualar.
Published on July 06, 2015 16:40
July 5, 2015
05/ 07: 1 OR W

Lo cierto es que, al igual que en el libro que me tocó leer en 2011, todas las historias de 1 or W están ambientadas en el presente, en ciudades chicas de Japón. Algunas tienen tramas románticas, otras tienen elementos fantásticos, otras giran en torno a algún deporte y hay un par que tienen las tres cosas: amor, fantasía y deporte. Vamos a repasarlas una por una.
La Kannon Delgada es la más flojita. Es una típica historia de capricho adolescente, protagonizada por una chica de escuela secundaria que sueña con bailar con el pibe que le gusta en la fiesta de graduación. Rumiko se las ingenia para que la historia tenga acción y hasta una cierta tensión dramática, y después la resuelve con una obviedad que desvirtúa un poco todo.
La siguiente tiene boxeo, romance y una familia en la que todos los varones se transforman en perro cada vez que les sangra la nariz. Con estas ideas, cualquier autor del montón te arma una serie de 40 tomos. Takahashi, en cambio, se aguantó la tentación y resolvió todo en 32 páginas notables, llenas de humor y vitalidad.
Vamos con La Abuela y Yo, mitad comedia de enredos y mitad thriller sobrenatural, protagonizado por una pareja de sinvergüenzas que para el final buscarán una especie de redención. Muy divertida, y sobre todo impredecible.
Un Mundo de Perversión parece ser la historieta más antigua del tomo, y resulta ser una comedia muy jugada al delirio, a que pasen cosas desopilantes e imposibles todo el tiempo, mínimamente justificadas por un elemento sobrenatural. No me causó demasiada gracia, sobre todo por cómo están desaprovechados los personajes con los que se supone que uno se tiene que identificar.
Grandfather no tiene elementos fantásticos y casi no tiene historia de amor. Es una de beisbolistas donde la sorpresa y la intensidad pasan por la relación entre un pibe y su abuelo, dos personajes entrañables, jodidos, filosos, que le habilitan a Rumiko la chance de meter los mejores diálogos del tomo y situaciones muy graciosas, con una mala leche muy sutil. Muy grossa.
Invitación a Takarazuka es una joya, muy basada en un elemento sobrenatural, pero muy divertida, con gran ritmo, buenos personajes, excelentes diálogos, una tensión que te llega a poner muy nervioso y un gran final. Otra de las gemas de este tomo.
1 or W tiene las tres cosas: deporte (en este caso, kendo), romance y espíritus que salen de sus respectivos cuerpos para poseer a otros. Y sin embargo, le falta algo. No está mal, es entretenida, pero no llega al nivel de las mejores historias del libro.
La joya máxima, la historia que deja chiquita a todas las otras, no tiene deportes, ni romance, ni fantasía. Se llama Happy Talk y tiene un sólo problema: Rumiko aprieta un poquito la narrativa para contar en 24 páginas algo que daba para 36 ó 40. Pero es un guionazo, emotivo, sorprendente y con huevos para meterse en temas muy espesos como la prostitución y el travestismo.
Y cierra una de rugbiers, también con un espíritu en un rol central, con protagonistas muy carismáticos, buenos diálogos y un final al que le falta un poquito de originalidad.
Como dije al principio, el dibujo de Takahashi fluctúa bastante porque son historietas de distintas épocas. Sin embargo, el piso de calidad es altísimo y hay páginas en las que la autora realmente dejó la vida. Siempre es un placer encontrarse con una narradora gráfica quintaesencial como Rumiko Takahashi y -para los que no le tenemos paciencia a las series de chotocientos mil tomos con tramas que avanzan más lento que el 151 por Rivadavia un martes a las seis de la tarde- este formato de historias cortas es el ideal para disfrutar a pleno del talento de esta genia indiscutida del manga.
Published on July 05, 2015 14:29
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