Óscar Contardo's Blog, page 147

June 23, 2017

Orgullosos, otra vez

Ya de vuelta en Moscú, tras el paso por la hermosa y acogedora Kazán, Chile empieza a masticar la opción real de pelear por el título de esta Copa Confederaciones. Un torneo que ha resultado estupendo, contra el pronóstico inicial de los amargos de siempre. De buen nivel futbolístico, de gran organización y de fantásticos e inalcanzables estadios… al menos para nuestra realidad, si de verdad soñamos con hacer alguna vez otro mundial. Una competencia, finalmente y quién lo iba a decir, que ha tenido una sorprendente asistencia de público, bordeando los 40 mil espectadores por partido. Muchísimos de ellos chilenos, ratificando que el rito entre este equipo y los hinchas es indisoluble se juegue donde se juegue.


En esos marcos saludables y robustos, propicios para el disfrute, el partido del jueves contra los alemanes fue un deleite. De lo mejorcito que hemos visto en un buen tiempo. Tal como dijeron en su momento Vidal, Aránguiz y Díaz -más conocedores que el resto, según se ve, de los nombres propios de la Bundesliga- los dirigidos de Low distaban mucho de ser un grupo de débiles o primerizos y convirtieron la lucha en una joya táctica. Un partido de verdad delicioso, no hay otra palabra, para ser analizado por quienes de verdad entienden el juego. Debido, entre otras cosas, a la propuesta sólida, moderna y eficiente de ambas escuadras. Sin pausa. Con movimientos tácticos no tan parecidos entre ambos como se anunciaba (Alemania de hecho jugó buena parte del partido con una clara línea de cinco atrás para evitar la posesión de Chile) y con una dinámica y una lucha por el protagonismo emocionante y digna de encomio. En esos marcos, jugando como deben jugar hoy los grandes, los que tienen de verdad alguna aspiración de elite o de gloria deportiva, Chile se vio siempre bien parado. A cargo, lo que no es poco y sigue maravillando a moros y cristianos. El primer tiempo sometió a su rival más allá  del marcador, con un trabajo y una movilidad feroz de nombres que ya parecen parte de un capítulo de Barrabases más que de nuestra esmirriada realidad local. Sánchez, Vidal, Medel, Jara, Isla, Beausejour, Aránguiz y Marcelo Díaz (más impreciso que otras veces pero más luchador y con una capacidad de recuperación a ratos suprema), una vez más rindieron a gran altura hasta quitarle todo espacio a las jóvenes estrellas alemanas… que eso eran, de hecho.


¿Qué le faltó a la selección la tibia noche de Kazán para llevarse aún más alabanzas del rival y de los medios extranjeros presentes? Más poder de gol. Ahí seguimos tropezando. Otra vez estuvo intermitente Vargas (y no hay mucha capacidad de reemplazo en la banca, al menos al mismo nivel), muy tibio Hernández en la función ofensiva, sin muchas opciones de ganar espaldas Isla y Beausejour por la mencionada línea de cinco germana, los rojos no pudieron quedarse con el triunfo ya que faltó más potencia y precisión.


Johnny Herrera, la verdad, tuvo muy poco trabajo. Pagó cara la desaplicación del equipo en el único gol alemán. Ok. Pero sería todo. Lo más complejo de la jornada para Chile, en rigor, fuerom la amarilla absurda a Sánchez, la desgracia del palo de Vargas que pudo significar el 2 a 0 y la lesión de Medel. Poco, para estar jugando ante los mejores del mundo.


Acá en Rusia ha quedado claro lo que ya era evidente: ni Brasil, ni Argentina, ni España, ni Alemania son hoy más que Chile en una cancha de fútbol. Y eso es una maravilla. Un orgullo. Y no deja de ser emocionante. ¿Le puse mucho? No, es la realidad. Al revés: no verlo ya sería sospechoso a estas alturas. Como tapar el sol con un dedo. O tener demasiada animosidad. Parecida a la de Vidal contra Bielsa. Al punto de tratar de cambiar lo obvio (su rol fundamental) sólo porque siempre sintió que el rosarino no lo quería lo suficiente. Y lo quería. Pero lo quería como es hoy: ordenado, aplicado, entendiendo mejor el juego. Ya se dará cuenta. Y si no, es hora que se lo digan.


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Published on June 23, 2017 23:23

Susan Sontag y el deseo revolucionario

Tengo una carpeta en mi computador con imágenes que recolecto sin ningún destino. Hace poco observando lo acumulado me di cuenta que había juntado varias fotos de Susan Sontag en distintas etapas de su vida. Algunas en blanco y negro donde sale muy joven, otras en los años 70, y también capturas de pantalla de documentales en las que aparece su imagen madura con el mechón blanco que la distinguía. El número de fotos de Sontag, sin duda, habla de la atracción que me produce. La lectura de sus textos solo ha corroborado lo que su imagen proyecta: su manera de encarar la escritura está destinada a seducir mediante técnicas como las anotaciones que constituyen su ensayo “Notas sobre el camp”.


En ciertas fotos Sontag sale masculina y desafiante; hay otras en que su ropa y postura es pop y femenina. Las de sus años de fama muestran en su rostro un rictus autoritario que ella, muy consciente de su cuerpo, suaviza con una sonrisa sexy. A ese gesto autoritario se refiere Siri Hustvert en su libro “La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres”. Recuerda lo crucial que fue para ella escuchar su conferencia ´La imaginación pornográfica´. Hustvert admira a Sontag, su modelo, pero a la vez critica su falta de humor caprichoso. Hustvert sabe que no cuenta con el encanto descarado de Sontag y le duele. Ella no es capaz de lanzar juicios y luego contradecirse sin inmutarse, como Sontag, que era una política hábil acostumbrada a desafiar y, sobre todo, a modificar sus métodos de estudio dependiendo de sus pulsiones y sus intensidades vitales. Era una intelectual más cercana a las emociones que a las ideas abstractas. Trabajaba con conceptos para esclarecer sus obsesiones. Su pasión teórica, en el fondo, era sentimental. Por algo dedicó a sus maestros largos y conmovedores escritos, los que juntó en el volumen “Bajo el signo de Saturno”. Por Barthes sentía verdadera devoción. Tomó de él la manera oblicua de cortar la realidad para analizarla.


La figura de Sontag se ha complementado con la publicación de sus diarios y de biografías que escrutan hasta sus últimos recovecos. Sus diarios muestran la voluntad que tuvo desde niña para convertirse en la escritora que llegó a ser. Su agenda de lecturas, cine y teatro es inverosímil. Hace listas, evalúa y confiesa sus angustias. Sontag sabía que sus diarios serían la parte de su legado en el que mostraría sus ansias devoradoras, su noción del poder y su despiadado trato cuando discutía o se enojaba. Los tormentos la invadieron desde niña y no la dejaron nunca. La ambigüedad sexual fue uno de los que más sufrió pese a su liberalismo. Sontag temía y no escatimó en decir cuánto miedo la apremiaba. Lo hizo con valentía refiriéndose a ella misma en sus libros sobre el cáncer y el Sida. Si escarbó en esos temas fue porque padeció en carne la enfermedad y vio a sus amigos morir.


El tiempo ha jugado a favor de Sontag. Escribió sobre artistas, cineastas y autores con un ímpeto analítico que ayudó a cimentar parte importante de la cultura norteamericana actual. Y acertó en sus apuestas. Su curiosidad sin límites le permitió descubrir artistas. A los que no dudó en celebrar. Sabía que el valor de la crítica radica en visibilizar autores a través de interpretaciones, no en destruirlos. Por lo mismo, nunca era predecible en sus juicios, ya que no buscaba el bien o el mal, o lo bello y lo feo. Esas categorías la aburrían. Sontag investigaba en las obras hasta tocar el fondo de éstas, su zona animal. Inquirió cuestiones complejas e intangibles con elocuencia, por ejemplo, los happenigs y la música de John Cage. La claridad para transmitir sus elucubraciones le permitió describir lo que sentía y veía sin pasar todo por el cedazo de la razón. Lo que logra es detectar y definir nuevas sensibilidades con nitidez. Si llegó a ser una eminencia, fue siempre por necesidad. Y por medio de su talento y trabajo. No le costaba demasiado: su inteligencia fusiona la sensibilidad literaria con la teoría y la vida sin distinciones. En sus ensayos uno ve cómo aplica lo que sabe a objetos nuevos y así desnuda sus peculiaridades y potencias. Su prosa, fluida y concisa, funciona como un bisturí capaz de abrir y exponer.


Las ficciones de Sontag, no me convencen, me latean. Considero que su imaginación literaria actúa mejor a la hora de indagar en cuestiones culturales o políticas que cuando narra historias. Revisar sus textos sobre feminismo, literatura y estética es urgente para contrarrestar a los insoportables moralistas que circulan. La pasiones intelectuales y físicas eran para Sontag un desagravió ante la muerte. Profundizó en lo radical para revelar “la diferencia” y lo innombrable. Constató de manera ejemplar que la libertad individual extrema no está reñida con el compromiso político. Y que nada es más revolucionario que el deseo.


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Published on June 23, 2017 23:22

June 22, 2017

¿Logro o lucro?

LA GENTE mayor no se queja de que su televisor sea muy pequeño o que su reloj no sea marca Rolex. A medida que las personas envejecen, su mayor tristeza es la soledad y su mayor felicidad es vivir acompañados. El estereotipo de Rico McPato, tío del pato Donald, que es en señor gruñón que le gusta abrir su bóveda de monedas de oro solo para mirarlas y admirarlas, no existe en la sociedad o al menos es extremadamente escaso.


En mi opinión el estereotipo de los empresarios egoístas cuya única motivación en la vida es hacerse cada vez más ricos sin importar como, tampoco corresponde a lo que observamos en la realidad. Mi experiencia profesional de más de 30 años interactuando con empresarios y familias de alto patrimonio en distintos países, me dice que a la gente la mueve mucho más el logro que el lucro. La plata es la consecuencia de un proyecto exitoso y no la motivación para el mismo.


Por su puesto que hay mucha gente, entre ellos varios filósofos, que discrepan de esta visión. Particularmente la gente de izquierda prefiere el estereotipo del hombre egoísta que lo guía solo el afán de lucro y satisfacción personal. Es más fácil criticar a un ambicioso que a un soñador.


En época de elecciones, es importante reflexionar respecto de estos temas. Los candidatos, preferentemente de izquierda, que adhieren al estereotipo de que lo único que mueve a los empresarios es el afán de lucro, no tendrán problemas en degradar el emprendimiento y la actividad empresarial y en usar a los empresarios exitosos como blancos de sus críticas. Dirán que su riqueza es la causa de la pobreza del resto, que sus éxitos son fruto del privilegio y que mientras más abusen de los consumidores mejor porque así ganan más plata. Denostar la actividad empresarial no causará menor inversión ni menor crecimiento económico, porque a los empresarios solo les importa la plata y no lo que la sociedad opine de ellos.


Sin embargo, lo que mueve a los emprendedores y empresarios es el logro y no el lucro. El reconocimiento de sus pares, entendidos como sus compañeros de curso y de trabajo, pero también en un sentido más amplio, su familia, amigos y compatriotas, será decisivo a la hora de decidir una nueva inversión o un nuevo emprendimiento. Ganar plata para ser odiado no es algo que en mi opinión mueva a mucha gente a emprender e invertir. Entonces demonizar la actividad empresarial y a quienes se dedican a ella, sí tendrá un impacto negativo relevante en la actividad económica de un país. Con el discurso antiempresarial de la izquierda, veremos menos inversión, menos crecimiento y menos creación de nuevos puestos de trabajo.


Como dije antes, hay mucha gente que piensa distinto a mi respecto de este tema. Así que decidí buscar apoyo en Google, y afortunadamente encontré varios personajes importantes de la historia que tienen una visión parecida a la mía respecto a las motivaciones de los seres humanos. Entre ellas les dejo una cita de Franklin D. Roosevelt que me pareció particularmente acertada: “ La felicidad no está en la mera posesión de dinero, ésta subyace en la satisfacción que genera el logro y el vértigo del esfuerzo creativo” .


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Published on June 22, 2017 23:30

Qué Fome

EL MINISTRO Rodrigo Valdés, mi amigo, lo ha hecho bien en la medida de lo posible, pero lo pasa mal. Ha estado empoderado en el manejo fiscal. Reordenó las cifras, ajustó la regla fiscal (realismo sin renuncia) y las leyes de presupuesto han sido ordenadas. Pero, en las reformas emblemáticas que ha participado, su opinión -conocida públicamente- generó discrepancias dentro del gobierno, y ha soportado estoicamente la aplanadora política que le ha pasado por encima cada vez. Él es un excelente economista y una persona intelectualmente honesta. No es cierto que haya mirado para el lado. Eso es injusto con la verdad. El problema de fondo no es el ministro de Hacienda, sino que un diseño de gobierno donde la economía se subordina a la política. Una renuncia puramente testimonial sería un error grave en tiempos con gobiernos y candidatos de la pos-verdad (*).


La semana pasada, Valdés señaló que el error de la reforma tributaria fue haberla presentado como neutra en lo económico. Que se debieron transparentar los costos que generaría sobre la economía. Si él hubiese sido el ministro en ese entonces, esa opinión también habría sucumbido frente a la aplanadora. Es que políticamente es más entretenido jugar al Robin Hood sin costos económicos. Los costos económicos son fomes para reformas que se presentan como emblemáticas. Y de tanto repetirse a sí mismos que esos costos económicos son irrelevantes, esa postura terminó como la verdad oficial. Como le pasó a Valdés con la reforma laboral.


Pero todo lo anterior ya es leche derramada. A mí me preocupa el futuro. Y es para preocuparse. En efecto, en la franja electoral de las primarias los candidatos, de un extremo al otro, apelan solo a la emotividad. Quizás ese sea el signo de los tiempos. Para mí no es fome preocuparse de cuánto cuestan las cosas, de cuáles son la consecuencias económicas de las decisiones políticas. Por el contrario, lo que encuentro fome es vender ilusiones con un destino final decepcionante. Encuentro fomes las iniciativas que partan con un respaldo mayoritario y terminan con un rechazo mayoritario, y además con rabia. Antes, a eso se le llamaba demagogia.


Yo soy de izquierda. Siempre lo he sido. Y me formé intelectualmente con la idea de siempre considerar las “condiciones de reproducción del sistema”. Es decir, que las decisiones deben pasar el test de ser sostenibles en el tiempo. ¿Cuándo la izquierda chilena dejó de discutir esas condiciones? Y la derecha no está mejor. Su opción más probable es repetir un gobierno que hizo poco y nada por el largo plazo.


He sido majadero en esta columna que los países con mejores indicadores de felicidad, con mejores bienes sociales (educación, salud, vivienda), y con mejor distribución del ingreso son todos desarrollados. Que el sueño chileno solo es posible emprendiendo el camino al desarrollo. Que el sueño chileno no es posible sin desarrollo. Qué fome.


(*) Post verdad: “Circunstancias en las que hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que la apelación a la emoción y la creencia personal”. Diccionario de Oxford, citado en El Mostrador.


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Published on June 22, 2017 23:25

Delincuencia y cárceles

ESTE ES un tema que agobia y preocupa a gran parte de la ciudadanía. Comenzaremos con dos precisiones:


A. La solución de este problema, será sistémica y de largo plazo, por muchos recursos que se agreguen, manos duras, puertas giratorias que se cierren, y cárceles que se construyan. Sugiero no dar mucho crédito a promesas demagógicas en esta materia. Hoy tenemos cerca de un millón de niños severamente abusados y maltratados en sus hogares, muchos de ellos ya con problemas síquicos y/o de abuso de droga. Bastará con que un 10% se dedique a actividades ilícitas para tener un ejército de delincuentes adolescentes, que aumentará día a día hasta que no abordemos con seriedad el tema de la protección de la infancia y la adolescencia, lo que no se ha hecho ni en gobiernos anteriores ni en el actual.


B. Debemos abandonar la pugna ideológica entre los “derechistas manoduristas” y los “izquierdistas garantistas”. La solución no pasa ni por llenar el país de cárceles de las cuales “egresarán” delincuentes peor que cuando entraron, ni por un exceso de mano blanda.


Las soluciones deben basarse en cuatro pilares:

1) Chile ya está entre primeros cinco países en el mundo, de presos por cada 100 mil habitantes. Es preciso disminuir radicalmente la población actual de las cárceles, para descongestionarlas y llevarlas a condiciones más dignas, dejando en libertad vigilada a todos los presos de menor peligrosidad. Se puede lograr con un programa de tobilleras electrónicas mejor diseñado e implementado que el actual, que sólo cubre al 10% de la población carcelaria. La evidencia internacional señala que los usuarios de la tobillera reinciden en mucho menor proporción que presos de similares características retenidos en la cárcel. Esto resultaría mucho más barato que los $700 mil mensuales que cuesta cada preso, tres veces más de lo que el Sename gasta en niños vulnerados.


2) Plan masivo de capacitación a delincuentes condenados, con o sin tobillera, hasta culminar con cada uno de ellos con un oficio certificado. Esto se puede lograr por medio de educación dual, en cooperación con los mejores CFT acreditados. Cueste lo que cueste, siempre será más barato que mantenerlos en la cárcel cuando reincidan, sin contar con el enorme valor ético y económico de reinsertarlos en la sociedad.


3) Convenios con los gremios empresariales, para otorgar un subsidio del 50% del sueldo a cada preso contratado, por dos años. Cada caso debiera implicar la designación de un mentor por parte de la empresa, para informar mensualmente la situación del empleado por ese período. En la ONG “Proyecto B la segunda oportunidad” ayudan a jóvenes que han infringido la ley a reinsertarse en la sociedad. Pero apenas llegan a 500. ¿Por qué no apoyarlos para multiplicar por 50 veces este número? Nuevamente, cualquier monto invertido se repaga rápido


4) Simultáneamente se requerirá prevenir y controlar el delito, reforzando de manera inteligente las fuerzas policiales en las zonas o barrios peligrosos, haciendo uso intensivo de la informática para modelar y predecir la frecuencia de delitos. El Centro de Análisis y Modelamiento en Seguridad de la Universidad de Chile ya desarrolló un software que esta siendo usado por Carabineros. Es otra loable iniciativa que hay que masificar.


Se requiere transparencia con la ciudadanía para informarlos de la realidad y no crear falsas expectativas, e inteligencia sistémica para abordar el problema. Los discursos demagógicos siempre tendrán patas cortas.


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Published on June 22, 2017 23:15

Maduro, Cariola y Guillier

Hace algunos días, la diputada comunista, Karol Cariola señaló que el régimen de Maduro en Venezuela no era una dictadura porque llegó al poder por vía electoral. No tendría mayor importancia si sólo fuera diputada comunista, que de manera coherente ha apoyado la dictadura de Fidel y Raúl Castro y ha respaldado el régimen de Maduro. Lo interesante es que ahora, además, Cariola es vocera del candidato Alejandro Guillier.


Con ese argumento, pareciera que la diputada ignora, omite conscientemente, o sencillamente está de acuerdo con la grave crisis social, económica e institucional ocasionada por Hugo Chávez y profundizada por Nicolás Maduro. Ciertamente, no sorprende la falta de objetividad al momento de analizar los problemas de los aliados del Partido Comunista.


Desde que la OEA empezó a existir, ningún país se había retirado de la organización. Con la decisión unilateral de Nicolás Maduro –no le preguntó al congreso, en el que hay mayoría opositora– se crea un ambiente de incertidumbre. Con la decisión no solo se excluye a Venezuela de la Carta Democrática, sino que rompe relaciones con una organización que da diferentes beneficios a los venezolanos, como, por ejemplo, el acceso a medicamentos.


Las declaraciones de Cariola son especialmente preocupantes, no solo por su indolencia con las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela, que ya cuenta con decenas de muertos en las protestas, sino porque es vocera del comando presidencial del candidato de continuidad del actual gobierno. En esta materia no se puede tener doble discurso, por lo que es necesario que el comando de Guillier se pronuncie si es que la posición de su vocera es la oficial de su candidatura, para entender si en su posible gobierno Chile tendrá un doble discurso en materia de DDHH. El candidato mismo debería tener una posición clara, considerando que es periodista, una de las profesiones más perseguidas por la dictadura de Maduro.


Nuestro país ya ha vivido situaciones vergonzosas a nivel internacional, como cuando Michelle Bachelet no fue capaz de condenar la violación de los derechos humanos en Alemania Oriental y mostró tan solo su “agradecimiento”. O cuando consideró al dictador Fidel Castro como un “líder de la dignidad y la justicia social”. No debemos repetir lo anterior con el caso venezolano. La represión, los presos políticos y la vulneración del Estado de derecho por parte de Maduro, no puede tener la complicidad de Chile, ni durante la campaña presidencial ni durante el ejercicio de un gobierno  democrático.


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Published on June 22, 2017 23:00

Rompe paga

El municipio de Santiago ha decido implementar un medida, aparentemente radical, para hacerse cargo de los destrozos –y sus consecuentes costos económicos– que involucran las tomas en establecimientos educacionales: demandará a los padres por los daños generados por sus hijos.


Esta decisión, amparada en el Código Civil, no solo contempla la responsabilidad respecto de los propios hechos, sino que también “del hecho de aquellos que tuvieran a su cuidado”. Más allá de los ingredientes jurídicos para que opere la presunción –disputa que se dará en tribunales–, una análisis superficial podría denunciar que la motivación de esta medida se encuentra en el análisis financiero de las arcas municipales, sin avizorar lo profundamente educativo que es hacer de alguien un responsable.


Y no es educativo porque sea ejemplificador. Por supuesto que ejemplifica, pero su carácter educativo está en que se constituye como una acción educativa concreta para enseñar, a fuerza del castigo correspondiente, que los propios actos tienen consecuencias. No importa que jurídicamente el perjuicio no constituya un castigo: lo realmente significativo es transmitir que no da lo mismo lo que usted haga porque debe responder de aquello. Y si bien hoy lo hacen sus padres, no queda mucho tiempo para que lo deba hacer usted mismo en todo ámbito.


El idealismo revolucionario,  sobre todo el del movimiento estudiantil, sólo asume responsabilidades positivas. Esas que hablan de “poner el tema en discusión” o “denunciar injusticias”. Pero siempre le costó –en algunos casos nunca llegó – reconocer las cosas que se hacían mal. Nunca hubo responsabilidad por la quema de locales, agresiones a civiles, el pillaje y un largo etcétera.


El punto es que ambas cosas se pueden separar. Se puede llevar adelante una expresión política, pero no es necesario que para ello se destroce todo en el camino. ¿Recuerda alguno las pacíficas marchas contra HidroAysén? ¿Qué cultura hay en quienes buscan mejoras en la educación utilizando como medio el destrozo por simple placer? ¿Hay civilidad al alegar por mayor calidad, al tiempo que se despedaza la propia casa de estudios? Son algunas de las preguntas que nos volvemos a plantear gracias a esta medida.


La política es señales y símbolos. El de la Municipalidad de Santiago es uno de los más importantes del último tiempo: poner los puntos sobre las íes para educar a sus propios alumnos. El efecto educativo no está sólo en la ley (como en el caso de la ley de tolerancia cero), sino que también en el gobernante. Y si bien pocos han criticado esta medida, muchos menos estaban dispuestos a aplicarla. Quizás la Municipalidad recaude muy poco, pero es mucho más importante lo que va sembrando para el futuro.


 


 


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Published on June 22, 2017 07:14

Desigualdad y lenguaje

La presidenta Bachelet terminó su último discurso anual con una pomposa frase en contra la desigualdad, coronando a ésta como la reina de todos los males y como el principal móvil que habría tenido su Gobierno para actuar. Por otro lado, durante estos últimos días, y marcando una diferencia con la presidenta en su época de candidata, los actuales aspirantes a presidir el país sí han dado entrevistas para intentar transmitir, unos más que otros, lo que piensan, pero coincidiendo en algo con Bachelet: la desigualdad es un problema.


Que existan pobres y ricos y, para qué decir, gente muy rica, sería un gran problema, “el” problema del país. Ante esto, recordé cuando, hace unos meses, tuve la suerte de ver una Ópera de Nueva York, pero no allá, sino que acá, en Providencia, Santiago. Es decir, quien antes vendía tickets a 500 o 1000 personas ahora le estaba vendiendo a gente en Santiago, La Paz y Caracas, multiplicando el público y obviamente, sus millones. ¿Es un problema acaso que ese productor y los artistas sean ahora millonarios debido a esta tecnología? Me imagino que estamos de acuerdo en que no, que no es un problema ni menos algo anti-ético. Bien por ellos, los millonarios. Igualmente, si un día conozco a un obsesivo hombre de acción que está desarrollando una gran “aplicación” o vende hormigón y se está llenando los bolsillos de millones, bien por él. Mi único juicio, o prejuicio más bien, será pensar que probablemente sea un latero y, por lo tanto, nunca iría a tomar unas cervezas con él, ya que personalmente encuentro depresivo escuchar sobre clavos y hormigones y, mucho peor, sobre “las novedades” relativas a innovación y Sillicon Valley. Ahora, esto no quiere decir que la pobreza no sea un problema político. Lo es, y grave. Y para eso están los impuestos a lo más ricos, y el Estado. Además, tampoco quiere decir que no sea un problema que existan millonarios que hayan usado información privilegiada, que hayan impedido la competencia mediante regulaciones o que practiquen cohecho: es grave y la peor de las injusticias, pero eso no es desigualdad, es injusticia.


Durante estos últimos diez o quince años la diferencia de significado entre estas dos palabras se ha ido perdiendo, sino desapareciendo. En abril unos psicólogos publicaron en la revista Nature que a las personas en realidad les “molesta algo que se confunde con desigualdad: injusticia económica” y que sería útil entonces empezar a “distinguir claramente entre desigualdad e injusticia”. ¿Por qué hablar de desigualdad cuando en realidad se está hablando de justicia? ¿Habrá que ceder? En épocas revoltosas esto no ayuda, y solo confunde. Históricamente, ¿siempre ha cambiado el significado de las palabras a tal nivel? Parece que sí, que hable el lingüista, yo no sé.


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Published on June 22, 2017 06:04

El liderazgo escolar como propulsor de los aprendizajes en los niños

Al igual que un director de orquesta, un buen líder es una persona que lleva el ritmo y marca la pauta de un equipo que debe funcionar con excelencia a nivel individual, pero que no alcanza la meta de la organización si no actúa de forma perfectamente coordinada y colectiva. Lo mismo ocurre en un establecimiento educacional: el director debe ser aquél que saque lo mejor de cada uno de los docentes y profesionales de su equipo escolar, que los exija y motive a la maestría, pero también debe saber lograr un concierto que conduzca a que, desde cada especialidad, se forme a los niños como personas integrales al máximo de sus capacidades. Este líder en particular debe ser capaz de sembrar en cada miembro de la comunidad escolar la necesidad por perfeccionar su arte, pero a la vez hacer florecer la enseñanza y el aprendizaje en comunidad.


En este sentido, un buen liderazgo escolar es la capacidad para guiar a otros de forma colaborativa hacia el mejoramiento de los aprendizajes de los niños, aprovechando al máximo las condiciones, habilidades y fortalezas de los elementos intrínsecos y extrínsecos a la cultura escolar. El director como líder debe ser capaz de orientar, guiar y motivar hacia un esfuerzo constante con foco en lo pedagógico; es decir, que cada objetivo y estrategia que se establezca en la organización conduzca finalmente a potenciar el proceso de aprendizaje en los niños.


En general, se asocia el liderazgo con jerarquía, y en ella, con los cargos más altos. Pero cada persona dentro de una organización puede ser líder desde el rol que le toca ejercer. Todos somos capaces de propiciar el mejoramiento en las áreas en las que nos desarrollamos. El docente con dotes de liderazgo tiene un poder transformador para el aprendizaje de los niños, y el líder de la comunidad escolar puede propulsar el cambio de prácticas de un profesor. Cada uno debe aceptar su responsabilidad de liderar, cada miembro del equipo puede asumir un esfuerzo en pos del mejoramiento escolar. Es por ello que el trabajo en red y la colaboración son claves: en un equipo exitoso todos aprendemos de todos.


El rol del líder es fundamental para los aprendizajes de los niños. Si bien no es el primer agente de impacto, ya que lo que influye directamente son las interacciones en el aula entre el profesor y los alumnos, el llamado del líder es a crear condiciones laborales favorables, y propiciar la motivación y las habilidades que se traducirán en un cambio de prácticas de los docentes. Esto es lo que a su vez se verá reflejado en las interacciones en el aula e impactará en los aprendizajes de los niños.


Es por ello que en Fundación Educacional Oportunidad tenemos como pilar de nuestra labor el acompañamiento a los equipos directivos y a los equipos educativos de las escuelas donde implementamos proyectos utilizando una metodología de Mejoramiento Continuo, mediante la cual los guiamos y les entregamos herramientas concretas de liderazgo intentando fortalecer su capacidad de orquestar el entorno escolar. En la Fundación los capacitamos para organizar y utilizar de manera efectiva datos disponibles, tanto internos como externos de las escuelas que dirigen, y que nos muestran la evolución de los aprendizajes de los alumnos. Esto permite al director y su equipo identificar los elementos que pueden alimentar una mejora, y proponer medidas que sean aplicadas en conjunto con la comunidad y que estén orientadas hacia el desarrollo integral de los niños.


Pero, así como toda orquesta es diferente, cada escuela también lo es. Por ello, se hace necesario entregar a los establecimientos educacionales las orientaciones sobre cómo institucionalizar estas prácticas, con el fin de que la mejora permee todos los ámbitos de la gestión directiva, considerando los recursos físicos y humanos, las condiciones y los instrumentos con los que cada establecimiento cuenta.


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Published on June 22, 2017 06:00

Un debate castrado

El debate que organizó un grupo de radios para candidatos de Chile Vamos y la carta de Beatriz Sánchez para pedir iguales condiciones para el Frente Amplio, dan pie para cuestionar el rol de los medios de comunicación en nuestras elecciones y en el sistema político en general. Si éstos son más determinantes de lo que queremos asumir, debemos enfrentarlo y acondicionar normas para hacerlas afines con el proyecto democrático.


El que no se garantice un debate en radio y TV para todos los actores legalmente reconocidos como participantes de las primarias del 2 de julio, es signo de que como sociedad no nos hemos hecho cargo del efecto político de los medios en las prácticas políticas. Es muestra que no consideramos tan relevante que quienes tienen el control del espacio público mediático, dispongan de él a su arbitrio, ya sea por razones económicas, políticas o cualquier otra.


Lo más claro del efecto medial en elecciones: no se vota por un candidato que no se conoce; no se vota por un candidato con el que no nos identificamos; no se vota por un candidato en el que no creemos. Y hoy el único lugar importante que tenemos para conocer un candidato, para identificarnos con él o discernir si es creíble o no, es el espacio que configuran los medios de comunicación. Se podrá argumentar que existe la “calle” o hasta las redes sociales (no son medios de comunicación de masas), pero su penetración es tan baja que no es posible comparar con los que ofrecen los medios tradicionales.


La relación de medios y política es tal que hay quienes han llegado a afirmar que la política de hoy si no es medial, no lo es. La relación contemporánea entre medios y democracia es indisociable.


Siempre hubo una relación entre proyecto democrático y espacio de visibilidad pública, como es el que ofrecen los medios. En ese sentido, nada nuevo bajo este sol de invierno. Efectivamente, antes no había medios de comunicación de masa pero habían “lugares” donde “caían” las ideas de los ciudadanos cuando estaban en relación al bien común y al interés general. Ahí las ideas se debatían, y producto del choque de ideas, surgía la mejor idea para el colectivo. Es este el ideal de la modernidad que nos salvaría de todo abuso se hacía carne sin vino ni pan divino. Solo con la razón contrastada.


Así fue el ágora ateniense y los town meetings de la revolución americana, o las asambleas de la revolución francesa. Hoy es el espacio que proporcionan los medios. Ahí es donde debería darse el conocimiento de lo político, el debate y la deliberación.


Pero si un sistema de medios deja al arbitrio de sus controladores la emisión o publicación de contenidos políticos, y privilegia, por ejemplo, contenidos de entretención (en búsqueda de mayores audiencias y por lo tanto de financiación) condenará a los ciudadanos a reflexiones de baja calidad crítica, con pocas exigencias cognitivas y débiles identidades. Sociedades de ese tipo sólo podrá dejar espacio a ciudadanos apáticos de lo político, ignorantes de sus entornos, y susceptibles de cualquier manipulación advenediza. A masas de abstencionistas que dejan a la deriva el sistema político en cada elección.


Si es tan importante este espacio, ¿por qué como sociedad no nos escandaliza que el grupo de radios disponga arbitrariamente de él? No nos escandaliza porque la concepción de la democracia que hemos construido en nuestras cabezas, es esencialmente de resorte privado y minimiza el rol de espacios públicos, como por ejemplo, los son la calle (el valor de las manifestaciones) o el de los medios. Hemos construido una idea de democracia que se reduce y justifica en lo privado y en el individuo: la opinión es privada, el voto es privado, la decisión es privada. Lo público casi no se toca a menos que sea como “institución pública”. Muy en línea con el espíritu de los años 80 y 90, es un modelo de democracia que reduce lo “público” a lo institucional, pero éste por su propia naturaleza, excluye de él, al debate, al disenso, al conflicto propio del espacio público auténtico y original de las democracias. La calle y el espacio medial son los únicos que pueden jugar en pleno el rol crítico necesario para un sistema republicano acorde con el sueño de la maltraída modernidad.


O los medios generan las condiciones para facilitar y promover el debate de todos los sectores sociales y políticos de manera justa y equitativa, o llegará el momento que la comunidad política tendrá que se hacerse cargo para enfrentar un problema que es de todos, no sólo de interés de los dueños de los medios. La franja gratuita es un buen comienzo. Estaría bien profundizar en ese sentido y evaluar la obligatoriedad de debates en radio y TV, así como hacerse cargo de una oportuna discusión sobre políticas comunicacionales en el país. En sentido amplio, este fue un debate castrado desde hace mucho, desde los primeros años de la transición.


La entrada Un debate castrado aparece primero en La Tercera.

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Published on June 22, 2017 06:00

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Óscar Contardo
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