Óscar Contardo's Blog, page 146

June 24, 2017

Se asoma el Papa

Como todas las cosas que conciernen a las creencias, las iglesias y el Papado, el reciente anuncio de que el Papa Francisco visitará Chile en enero de 2018 admite múltiples niveles de lectura. En un orden de mayor a menor, lo primero ha de ser la perspectiva regional.

Francisco, el primer Papa latinoamericano de la historia, estuvo ya en Brasil, México, Cuba (¡ja!, selección de países que han tenido visitas de los últimos tres papas) y el circuito bautizado como “la América indígena”, con Paraguay, Bolivia y Ecuador. La agenda de enero del 2018 contempla Perú y Chile, ¿la “América andina”, la “Alianza del Pacífico”, el “oeste del Cono Sur”, cómo habría que llamar a esta subsección? ¿Y por qué es necesario llamarla de alguna manera, por qué no pueden ser sólo Perú y Chile?


Pueden ser, pero al Papado -no a Francisco, sino a la institución- le gusta ofrecer un marco conceptual para sus acciones, como ocurrió en el curioso caso de la “América indígena”. Una segunda razón, mucho más importante, es que este Papa, no cualquiera, sino Jorge Mario Bergoglio, necesita una buena explicación para no incluir en una visita al sur de América a su país natal, Argentina.


Todas las especulaciones procedentes de la Santa Sede imaginaban, hasta la semana pasada, una gira que incluiría a Uruguay, Argentina y Chile, lo que constituye esa unidad llamada Como Sur. No fue así. La elección fue la más extraña de todas: dos países del Pacífico que sólo tienen conexión significativa en sus mayorías católicas, y que corren, como notaría un escolar flojo, de norte a sur. Una nadería.

Desde la perspectiva de la diplomacia católica global, la exclusión de Argentina es un problema clamoroso. Al revés de Juan Pablo II, que desde el día en que fue ungido pujaba por visitar su Polonia natal en contra de la voluntad del régimen comunista, Francisco dilata y evita el viaje a su país, a pesar de que el régimen democrático no hace más que reiterar sus invitaciones, muchas en público, muchas más en privado.


Durante los años en que Cristina Fernández de Kirchner le extendió todas las invitaciones posibles, la explicación extraoficial en el Vaticano era que el Papa no quería intervenir en la política interna argentina y menos ser utilizado por el gobierno. Sería fenomenal que los papas contuvieran la tentación de intervenir en la vida política de sus países, pero ello no ha ocurrido en la mayor parte de la historia.


Los papas italianos estaban contemplados dentro de la ecuación de la política romana -y no sólo por el hecho de que el Estado Vaticano está dentro de esa ciudad. El Papa Wojtyla desarrolló una amplia actividad en Polonia, en connivencia con Lech Walesa y el sindicato Solidaridad, mientras el general Jaruzelski se tiraba los pelos en el Palacio Koniecpolski. En cuanto a Francisco, por lo menos hasta el 2015 la evidencia de su intervención casi cotidiana en la política argentina era muy voluminosa, y constituía uno de los mayores secretos a voces de Buenos Aires. Precisamente, una de esas acciones -que el Papa no consideró como intervención, pero el gobierno sí- fue la causa de su confrontación inicial con el Presidente Mauricio Macri.


El desarrollo de esta historia ha sido desgarrador. Como era obvio, en cuanto asumió, el Presidente Macri entró en campaña para obtener la visita de Francisco. Se esperaba que un hito de ese proceso fuese su primer encuentro en el Vaticano, en febrero de 2016, pero esa reunión fue una catástrofe, porque el Presidente le reclamó al Papa que le hubiese enviado un rosario bendecido a la dirigenta jujeña Milagro Sala, arrestada bajo acusaciones de corrupción e instigación a la violencia. El Papa rechazó con enojo esa queja y la reunión terminó abruptamente 22 minutos después de comenzar.


Sala, contra quien se han abierto ocho causas judiciales, hizo de la organización barrial Túpac Amaru una extensión del kirchnerismo callejero en el norte de Argentina y fue por sus reiterados llamados a tomarse la plaza y las calles principales de San Salvador de Jujuy que el gobernador la puso tras las rejas. El regalo papal del rosario se hizo público 12 días antes de que Macri viajara al Vaticano, por lo que era un asunto hirviente en el momento de la cita.

Después de esa reunión malograda se sabía que vendría una segunda, ahora motivada por la canonización del “cura gaucho”, José Gabriel Brochero. La ceremonia estaba prevista para el 16 de octubre del 2016, y en los siete meses que transcurrieron entre ambos encuentros floreció en Buenos Aires una verdadera industria de mediadores que asegurarían la reconciliación entre el Presidente y el Papa, la que sería probable y naturalmente coronada con el anuncio de una visita. Como siempre pasa con Argentina, era imposible saber cuántos de estos voluntarios tenían real acceso al Vaticano, aunque se podía sospechar que -también como siempre- serían los menos.


Pero el Papa terminó con ese negocio el último día de septiembre de 2016, cuando emitió un mensaje inédito -en soporte y en contenido- dirigido sólo a los argentinos, en el que les explicaba que no podría visitarlos en lo que quedaba de 2016 y tampoco durante 2017, porque la agenda mundial ya estaba copada. Con ese gesto desinflaba de antemano las expectativas cifradas en el segundo encuentro con Macri, que en efecto se convirtió en un inocuo acto de protocolo.


Dentro del singularismo argentino, el Papa está indudablemente más cerca del peronismo, y es enemigo del “pensamiento único” que para él debe encarnar Macri. El “pensamiento único” es un concepto tomado de Herbert Marcuse por el fallecido profesor uruguayo Alberto Methol Ferré -gran amigo e inspirador de Bergoglio-, para denunciar algo que se podría identificar como el Consenso de Washington, aunque él mismo lo llamó neoliberalismo, hegemonía capitalista y otras cosas más difusas. Su tesis consiste en que esta forma de la economía se naturalizó como algo inevitable, un “pensamiento único” al que es necesario desafiar. Methol Ferré fue también un fervoroso promotor del Mercosur -precisamente una de las formas de economía alternativa que deseaba alentar-, cuya ruina pasada y presente no ha de ser indiferente al Papa.


El Vaticano no ignora que una visita del Papa puede reportar grandes beneficios de corto plazo a los gobiernos. Ello fue así incluso en el caso de Pinochet, en 1987, un dato que las reinterpretaciones de la historia suelen olvidar; al revés del general Jaruzelski en Varsovia, el general chileno acariciaba la idea de recibir en persona la bendición del Papa y de sacarlo a su balcón preferido de La Moneda, como en efecto ocurrió.


En el caso de Argentina, el Papa Bergoglio simplemente no quiere dar ese beneficio a Macri, lo que quizás significa no pensar en viajes antes de fines de 2019, aunque la expectativa de la Casa Rosada es que Francisco le dedique una larga visita exclusiva en la segunda mitad del 2018.


En junio del 2016, el periodista Andrés Oppenheimer, tras declarar su abierta simpatía por las posiciones del Papa en la escena global, escribió que estimaría “políticamente erróneo y moralmente despreciable” que no apoyara al Presidente Macri en su esfuerzo por recuperar la economía argentina. Pero ahora, los católicos argentinos, con aire de resignación, parecen dar por descontado que tendrán que esperar a que el Papa evalúe de una nueva manera la situación política local.


De la elección de Chile habrá mucho que decir en los próximos meses. Por ahora, basta con la evidencia de qué sucederá en una fecha singularísima: con la Presidenta Bachelet en las últimas semanas de su gestión -punto para el embajador Mariano Fernández- y con un presidente o presidenta in pectore, preparando su gabinete para asumir el 11 de marzo. Las complejidades protocolares de esa situación no son casi nada al lado de las complicaciones políticas, cuya intensidad dependerá de quién sea el sujeto in pectore.


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Published on June 24, 2017 23:25

Las tribulaciones de la joven Goic

En 1774 Johann Wolfang von Goethe publicó su primera obra con resonancia, la novela en forma de diario Die Leiden des jungen Werthers (Las penas del joven Werther), un empalagoso dramón sentimental que por esos años fue grito y plata pero que ahora, salvo sea uno romántico incurable y amante de la dulzona -¡aunque de Goethe!- semántica y gramática alemana al servicio del ego sufriente y la machacona metafísica del erotismo frustrado, resulta casi indigerible y más aun, intragable, aunque tal vez no más intragable e indigerible que otro drama tan artificioso y poco creíble como aquél, si bien en lengua española y con más risas que lágrimas por parte del respetable público. Hablamos de la candidatura de Carolina Goic.


Arrebato

La candidatura Goic se fraguó o más bien relampagueó en una tumultuosa y excitable asamblea donde militantes y personeros con menos intereses creados y por tanto con más entusiasmo espiritual legitimaron la proclamación de Carolina, la cual ya había sido anunciada, promovida y cacareada ex ante por ella misma. En más de un sentido podría catalogarse dicha candidatura y el entusiasmo inicial que la recibió, principalmente por parte de gente sin cargos o de poca relevancia, como el postrero y más espectacular arrebato emotivo de la colectividad, una rebelión climática o climatérica nacida de su dignidad pisoteada muchas veces y de su independencia vendida o alquilada otras tantas. Al menos en los últimos 50 años la vida no ha sido fácil para dicho partido. Derrotada en 1970, con la servilleta puesta pero sin puesto en la mesa en 1973, anulada en los años del régimen militar, algo recobrada con la Concertación, aun así decreciente en sus votaciones, irrelevante en sus ideas, majadera en su presunto monopolio del centro político y finalmente basureada y burlada en la y por la NM, ocurre entonces que el partido que iba a gobernar -como se creía sinceramente en 1964- por lo menos por los próximos mil años a contar de esa fecha se ha desinflado en el escenario de las doctrinas, de la credibilidad y de la relevancia y terminó haciendo de carro de cola de la arrogante y decepcionante Nueva Mayoría. De ahí en adelante, como las señoras maltratadas por su maridos pero sin medios para arreglárselas por su cuenta, no le han quedado sino los rezongos, las amenazas y las pataletas, todas ellas sin efectos salvo los regueros de lágrimas y de rímel corriendo por las mejillas. ¿Qué podría hacernos presumir que esta vez será distinto?


Dos generaciones

Dos fisuras de la decé explican que se llegara a esa sesión delirante y quizás autodestructiva que proclamó a Carolina. Sumada a la distancia que separa a los incumbentes del partido -congresistas, funcionarios de gobierno, súbitos servidores públicos desde el día de la elección de Michelle Bachelet, socios de buenos negocios, etc.- de los militantes comunes y corrientes que no han recibido sino migajas cayendo desde la bien provista mesa gubernamental, hay además otro quiebre en la tienda de los democratacristianos y que se refleja también en su relación con la candidatura Goic. Esta segunda división de aguas la protagonizan dos categorías de ciudadanos que, si bien por igual habitan el territorio de los favorecidos y privilegiados por el ejercicio del poder, aun así se encuentran en muy diferente situación vital. Es la división entre la nueva y la vieja generación y sus respectivos y muy distintos intereses. Los de la vieja, los Gutenberg Martínez, los Burgos y otros personeros obstinados en preservar la candidatura Goic, lo cual ocurría al menos hasta el día de escribirse esta columna, son gente que viene de vuelta, cumplió ya sus trayectorias políticas y están hoy decentemente forrados y en condiciones de privilegiar los Grandes Principios por la misma razón, como decía un cínico redomado, de que es preciso ser inmensamente rico para darse el lujo de jurar votos de pobreza. Esta venerable generación no sufre calofríos por el futuro porque ya no lo tiene y por lo mismo no siente haber costos en el hecho de coquetear con la idea de, a la hora de los postres, probar nuevas aguas, tantear continentes no explorados y ver si acaso la decé puede llegar una vez más a reencantar al ilusorio centro. La generación joven, en cambio, tiene sus carreras políticas a medio andar o incluso recién iniciadas, por lo cual disponen de un largo trecho por delante para llenarlo con sus ambiciones y también un largo lapso en el que deben considerar si hay o no medios para pagar las cuentas. Es, para decirlo brutalmente, gente tanto necesitada como de ambiciones aun no satisfechas. Es evidente que a estos últimos la trayectoria de colisión del partido con el muro de los lamentos nos les parece ni gloriosa ni glamorosa.


Kamikazes no, por favor…

¿Quiénes son los dudosos, vacilantes, inquietos, molestos y prestos a desenvainar los puñales? Son los que dicen “no ser kamikazes sino políticos”, como lo describió pintorescamente un personero decé. Son los que se devanan los sesos viendo modo de bajar con alguna decencia a Carolina. Son los que desean que alguien cometa el crimen, pero preferirían un suicidio. Son los que esperan en la próxima asamblea del partido que Carolina ponga en escena “un gesto de grandeza”. Son los que anhelan su abdicación y más la anhelan mientras ella más niega que vaya a hacerlo. Son los que como mínimo están dispuestos a firmar cualquier cosa, cualquier tratado, cualquier acta de rendición con tal de tener cupo en una lista parlamentaria única. Son los que eventualmente llegarán a acuerdo con la NM de modo que tácitamente y a priori el partido confiese que la candidatura Goic es una payasada y el verdadero negocio político es con la NM aunque se mantenga a Goic en procesión hacia las urnas, pero con tan pocos efectos como lograban los beatos de otrora que sacaban en procesión al Señor de Mayo. Son los que tras el escenario avivan el fuego de las tribulaciones de la bella Goic.


Balotaje

El trato que ofrecen a la NM estos “políticos y no kamikazes” es el siguiente: en segunda vuelta pulsarán un botón y automáticamente las masas democratacristianas votarán por Alejandro Guillier. Es una idea reiterativa de este gremio profesional. Siendo meros dirigentes de a pie, en su fantasía creen ser como los hacendados decimonónicos que desde sus altas cabalgaduras eran capaces de poner en fila a la peonada para hacerla apoyar al candidato de su preferencia. Dicha ilusión es compartida por todos los partidos políticos como si aun operaran lógicas que tal vez todavía funcionaban a en la era prepinochetista, pero no ahora. Hoy sólo son parcialmente válidas en los extremos del espectro político. Puede suponerse a la militancia comunista o de la UDI siguiendo órdenes, pero no al electorado de centro, ambiguo y cambiante en sus preferencias.


¿Cómo va a votar entonces ese electorado decé que en vista de los números de las encuestas ha perdido sus esperanzas con la atribulada Carolina? ¿Cómo votará ese cerca del 50% o más que llamamos “centro” no siendo sino el caudal indeciso que aun no se manifiesta claramente en las encuestas de opinión? Porque no hay ya obedientes militantes ni obsecuentes electores siguiendo instrucciones. No es claro ni siquiera si los militantes estarán dispuestos a seguir siquiera sugerencias. Lo único claro es la total falta de claridad. Reinan la confusión y ambigüedad ya sea por falta de ideas o por falta de valor para expresarlas abiertamente. De ahí los episodios de proposiciones “que se colaron” en el programa de Guillier, condición que adquirieron apenas el rechazo se hizo manifiesto.


Pero si acaso el comportamiento de la ciudadanía es incierto, no lo será el del heterogéneo conglomerado del progresismo. Todo puede estar en dudas o colisionar en patéticas contradicciones de ideas y posturas, salvo una cosa: “Hay que derrotar a la derecha”. Es el mantra de la unidad. Es la última bandera bajo la cual se acogen. Sola, a los tumbos, acompañada en su deambular por piezas de museo, Carolina Goic deberá encarar un destino a lo joven Werther.


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Published on June 24, 2017 23:20

“El país que quieres”

¿CORRESPONDE QUE el Servel haga propaganda, incluso incentivando ir a votar? No pareciera deducirse de sus atribuciones vinculadas más bien a la corrección del proceso eleccionario, no a si la gente concurre o no, y menos si se admite el voto voluntario. Algunos puede que voten mientras otros prefieren guardar una prudente reticencia frente a las alternativas ofrecidas; no siendo ésta la única razón para no votar (los hay que ni siquiera quieren saber del asunto). Lo que es el Servel ha preferido no darse por enterado, desincentivando dicha opción perfectamente legítima, al insistir vía campaña radial (presumo que por televisión también), que se “elige el país que quieres” únicamente si se vota.


No es la primera vez que lo hace, además. Para las elecciones municipales del 2016, el Servel recurrió al mismo eslogan. Mandó a hacer un video tendencioso que contraponía la duda de adultos versus la supuesta “sabiduría” de niños respecto a las virtudes de votar. Caricatura que de nada sirvió; la abstención se disparó al 65%. Ante lo cual, cabe preguntarse si intentos de infantilizar a los chilenos como éstos y otros no estarán alimentando la desconfianza, en vez de atemperarla.


No ayuda tampoco que el eslogan en cuestión tenga un sorprendente parecido al de Podemos en España el 2015: “Llegó el momento de decidir el país que queremos. Llegó el momento de votar”. O que la misma estrategia comunicacional la barajaran contrarios al gobierno de Theresa May en las recientes elecciones británicas. Un tal Mark Choueke, consultor de marketing y comunicaciones, aparece en un video online sugiriendo concientizar a la población -“Vote for the country you want to be in the future”- a fin de evitar un nuevo gobierno conservador que, de ganar, haría irreversible el Brexit. Con la salvedad, que tanto Podemos como este consultor (entre cuyos clientes se cuentan trasnacionales que venden gaseosas, hamburguesas y sitios webs), al ser partes interesadas en la contienda, les sería lícito manifestarse en dichos términos, no así el Servel.


Mensajes tan impúdicamente dirigistas, los de estas campañas y spots publicitarios, fuera que hacen dudar de un órgano obligado a prescindir de partidismos de toda índole, insultan la inteligencia media. “Votar te hace grande”, sostenían los párvulos. Al contrario, es posible que en votaciones como las que se esperan para este año, el cuadro de opciones lleve a confirmar lo que, por un lado, afirma Noel Clarasó: “Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, solo puede ser elegido uno”; esto es, se optará por el mal menor, sin convencimiento alguno. Y, por el otro, lo dicho por Ambrose Bierce: “El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros” (seleccionado antes), y siempre que estos otros hayan votado por lo que de veras querían. En otras palabras, la decepción, a la larga, será inevitable (viene siendo históricamente), lo del Servel es pueril y, “Yes, they can”, los publicistas siempre “pueden” y ganan.


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Published on June 24, 2017 00:00

June 23, 2017

El mateo del curso

SEBASTIÁN PIÑERA debiera tener un cartel muy visible, con letras rojas, que le recordara todas las mañanas que no tiene que contar chistes. Porque, incluso aquellos que consideran una exageración la reacción respecto de su última broma, deben reconocer que este tipo de situaciones aportan poco o nada a su candidatura. Por dos motivos. Primero, porque a Piñera, en general, le salen mal. O son desubicadas, o son fomes. Todos saben que el humor no es su fuerte. Segundo, lo más importante, el ambiente no está para tallas, de ningún tipo.


Uno puede compartir que nos hemos puesto demasiado serios o graves. Dejemos a los sociólogos o psicólogos que investiguen aquello. Para los políticos, en cambio, este es solo un dato de la causa. Hoy es peligroso salirse del libreto. Le pasó no solo a Piñera esta semana; también a Guillier, cuando con su ya clásico estilo de viejo galán, dijo que sus acercamientos con Carolina Goic son un romance que va apasionado. Bueno, la respuesta de ella fue lapidaria: “La única persona con quien yo tengo un romance es con mi marido. Esto es la carrera presidencial, no un pololeo”.


Sí, la tónica del momento parece ser la seriedad. Esto queda en evidencia en los debates o entrevistas políticas que hemos visto en estos días. A los candidatos se les piden respuestas serias, medidas concretas, casi con calculadora en mano. Son momentos duros, exigentes, donde la simpatía y el humor tienen poco espacio. Donde prima la idea de que estamos mal -sea correcta o no-, que la cosa está difícil y que hay que estar a la altura de las circunstancias.

En este ambiente, Piñera tiene mucho que ganar. Por la sencilla razón de que, al final del día, aparece como el único candidato serio a asumir la presidencia. Ese es su fuerte, su ventaja evidente frente a la inexperiencia de los otros, la ignorancia de Ossandón, o la ya franca frivolidad de Guillier.


Pero, para capitalizar aquello, Piñera debe actuar en consecuencia. Y en eso, sus chistes son un problema. Lo alejan de la figura que quiere la gente. Este es un cambio radical a lo que vivió durante su pasada estancia en La Moneda. En ese período, sufrió bajo la sombra que provocaba el aura de cariño con que Bachelet terminó su primer gobierno. Todos lo comparaban con ella. Bueno, nada de eso sucede ahora. La experiencia con Bachelet II agotó el modelo de la simpatía como activo político. Su sonrisa y carisma ya no cautivan a nadie.


En este escenario, Piñera puede desplegarse sin restricciones en lo que mejor hace: ser el mateo del curso. El que más sabe, el que tiene propuestas y respuestas serias para todo. O casi todo. Es cierto, ser mateo, en general, nunca ha sido sinónimo de popular. Sin embargo, es aquel al que acuden todos cuando la cosa se pone difícil. Ahí, se convierte en el más importante, el que salva la situación. Algo de aquello parece estar pasando hoy en Chile. Pero el mateo nunca fue bueno para los chistes, ni las tallas. Si lo hacía, recibía la capotera de todos. Como le sucede a Piñera. Entonces, la cosa es clara: repetir 100 veces “nunca cuentes chistes”.


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Published on June 23, 2017 23:55

Francia: la explosión de la clase política

FRANCIA TERMINÓ su intenso proceso electoral. En el campo de batalla han quedado muchos muertos y heridos. La République en Marche, el partido del Presidente, inexistente hasta hace un año atrás ha obtenido una holgada mayoría de 308 diputados sobre un total de 577. Dos tercios de la Asamblea Nacional estarán compuestos por diputados y diputadas que comienzan recién su primer mandato y por primera vez las mujeres representarán más del 40%.


La Presidencia, el gabinete ministerial y la Asamblea Nacional serán ocupados, salvo contadas excepciones, por ilustres desconocidos. El resultado de las legislativas muestra que la elección de Macron no fue simplemente el recurso de última hora, el “mal menor”, frente a Le Pen. El movimiento es mucho más de fondo. Agotada por años de estancamiento, la sociedad busca nuevas opciones fuera de los partidos tradicionales.


Así lo entendió Macron. Todo lo que se ha venido sabiendo de su trayectoria muestra a un joven inteligente y ambicioso, que rodeado de un pequeño grupo de incondicionales planificó un verdadero asalto al poder. Lo logró haciendo gala de una tremenda eficacia y a un mes de instalado en el Eliseo ha traído de vuelta la Presidencia monárquica. Macron no deja detalle suelto. Su control del gobierno y del Parlamento será total. Los gabinetes ministeriales, en donde reside el verdadero poder, están ampliamente constituidos por jóvenes en torno a los 40, casi todos hombres, conservadores y egresados de las Grandes Escuelas a imagen del Presidente. En el caso del Parlamento, una gran mayoría de los nuevos diputados simplemente le debe su elección.

El epicentro del terremoto se situó en el Partido Socialista. Sus principales figuras sufrieron humillantes derrotas. La mayoría electoral de 289 diputados de la que disponía se redujo a solo 30. Aquí no se trata simplemente de enfrentar un accidente electoral grave si no que de ajustar cuentas con un fracaso histórico. “El Partido Socialista está muerto” afirmó Ségolène Royal, ex ministra y excandidata a la Presidencia de la República.


La izquierda radical representada por J. L. Mélenchon cayó de cerca del 20% al 10%. No se le perdona y con razón no haber tomado posición entre Le Pen y Macron de cara a la segunda vuelta. Es cierto, logró igualar el resultado del Partido Socialista, pero no le servirá de mucho: con escasa representación parlamentaria, se ha también condenado a una cierta marginalidad.


El recorrido de Macron ha sido hasta ahora impecable. Consiguió dinamitar el antiguo sistema político abriendo paso a una renovación profunda de los elencos de primera línea. Han cambiado las personas, ¿cambiarán también las políticas? Está por verse. En las próximas semanas el gobierno enfrentará una prueba que puede ser decisiva: la reforma del código del trabajo. Aquí se pondrá a prueba la consistencia del proyecto de superación de las derechas y las izquierdas. No es fácil: hay que eliminar las rigideces propias de los modelos socialdemócratas sin caer en la flexibilidad neoliberal.


Este es el terreno en el cual se situará la disputa política en los próximos meses. Son muchas las interrogantes planteadas. Por de pronto, un Parlamento tan monocolor puede llevar a que la oposición se exprese esencialmente por la vía de la calle fuera de la institucionalidad. En ese cuadro, la actitud que adopte más de la mitad de los franceses que se abstuvo en las legislativas y que observa este proceso con indiferencia o escepticismo, puede llegar a ser muy determinante.


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Published on June 23, 2017 23:50

Chile según el PNUD: más prósperos e iguales

EL RECIENTE informe del PNUD sobre desigualdad en Chile es una buena noticia para quienes creemos en mantener y perfeccionar el actual sistema económico e institucional. Si bien el título del informe es “Desiguales”, lo cierto es que un nombre más correcto habría sido “Prósperos y más iguales”.


Pues antes de entrar a analizar el tema de la desigualdad el informe sostiene que en Chile en los últimos 30 años “la tasa de pobreza se ha reducido de manera notoria, los ingresos de los hogares han aumentado de forma considerable, la matricula escolar y universitaria se ha expandido significativamente y el sistema democrático se ha mostrado estable”. Es más, el informe señala que, si bien hay problemas que mejorar, el país puede sentirse “orgulloso” por su lista de logros derivados en buena medida de un “relativamente acelerado crecimiento económico”.


Esto, agrega el PNUD, no solo nos hace tener la mejor posición histórica que hayamos conocido sino el mejor Índice de Desarrollo Humano de la región. Si estuviéramos en un país sensato la discusión se centraría en nuestro “innegable” progreso, como lo calificó el mismo informe.


Como la igualdad se ha convertido en la impostura moral e intelectual del momento, en lugar de mostrar “orgullo” por todo el éxito destacado en el informe, muchos actúan como si estuviéramos en el peor de los mundos. Pero aquí viene lo interesante: también en materia de desigualdad el informe avala el éxito del actual sistema de economía social de mercado. En primer lugar, el PNUD afirma que ella no es producto de este modelo económico sino que constituye una característica “estructural” del tejido socioeconómico chileno cuyo origen se remonta a tiempos pretéritos. Pero además sostiene claramente que en las últimas décadas la desigualdad, ya sea medida por el índice Gini, el cuociente 20/20 o el cuociente 10/40, ha disminuido de manera importante.


A modo de ejemplo el informe plantea que entre el año 2000 y el 2015, el ingreso del decil más pobre se incrementó en un 145% real, mientras el ingreso del decil más rico aumentó un 30%.

En otras palabras, los más pobres han visto incrementar sus ingresos casi un 500% más rápido que los más ricos. Ahora bien, si, en lugar de promedios, la desigualdad se mide por generaciones o cohortes, como ha hecho el profesor Claudio Sapelli (2017), la disminución de la desigualdad es aún más significativa. Como el promedio por definición incluye generaciones mayores con altos porcentajes de personas sin educación escolar completa, entonces el resultado de la redistribución se ve afectado negativamente. Pero si se toma la tendencia de largo plazo y se analiza la realidad de cada cohorte, lo que se constata es que tanto la movilidad social como la igualdad de ingresos han crecido sostenidamente. Es interesante notar en este contexto que el informe, al analizar la alta participación del 0,1% más rico en la distribución del ingreso, reconoce literalmente que “la mayor parte de esos ingresos” es reinvertida generando empleo y crecimiento económico, desechando así la falaz lógica de suma cero que arguyen muchos de quienes utilizan la retórica igualitaria.


Finalmente el informe muestra interesantes datos de percepción sobre desigualdad, según los cuales esta es cada vez un mayor problema para los chilenos, a pesar de que claramente ha disminuido. Parte esencial de la explicación para ello es, sin duda, el triunfo de una narrativa irresponsable que no considera el progreso real alcanzado por mayorías antes excluidas, ni siquiera la sostenida disminución de la desigualdad que muestran los datos, sino que busca la imposición de un modelo ideológico de sociedad cuyos resultados perjudican especialmente a los más desaventajados.


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Published on June 23, 2017 23:45

Avances y desafíos en desigualdad

LA RECIENTE publicación Desiguales del PNUD entrega un completo y actualizado panorama de la desigualdad social en Chile (www.desiguales.org). En el libro se analizan las brechas de salarios e ingresos, la concentración de la riqueza en el 1% más rico, la desigualdad de trato y dignidades, la distribución de oportunidades, la influencia del dinero en la política, el acceso diferenciado a pensiones y salud, entre otros.


El texto profundiza en las causas del problema y muestra cómo se vive la desigualdad y que relación entablan personas y grupos según su posición social. Asimismo, da cuenta de la evolución de la desigualdad a través de la historia del país y de los cambios experimentados en las últimas décadas. Su objetivo es proveer conocimiento y evidencia empírica que permitan tener un debate más informado sobre el problema y así poder construir buenas políticas públicas.


Desiguales da cuenta de luces y sombras en cuanto al estado actual de la desigualdad en Chile. Ha habido avances en ingresos, educación, protección social, reconocimiento de minorías e inclusión laboral de la mujer. Sin embargo, estamos lejos de alcanzar niveles razonables de inclusión y justicia social. A modo de ejemplo, Chile tiene hoy el ingreso per cápita más alto de América Latina, pero la mitad de sus trabajadores obtiene una remuneración líquida inferior a la línea de pobreza de un hogar promedio (Casen 2015).


La desigualdad de ingresos ha caído en el último tiempo. El coeficiente de Gini (que mide esta desigualdad) se redujo desde un 54% a fines de los 90s a un 48% en el 2015. Este es un avance significativo, pero estamos aún lejos del Gini de 30% que exhiben en promedio las economías desarrolladas. La caída de la desigualdad en el país se explica principalmente por las mayores transferencias monetarias a grupos vulnerables y por el aumento en el número de técnicos y profesionales, que amplía el segmento de clase media acomodada y contiene el crecimiento de los salarios en la parte alta de la distribución.


No es claro que esta tendencia se proyecte a futuro. En la última década la economía ha crecido muy por debajo del aumento de la matrícula en educación superior y en este escenario es difícil que los nuevos titulados consigan en promedio buenos empleos y remuneraciones. Por otra parte, estudios del Banco Mundial y otras instituciones señalan que alrededor del 60% de las actuales ocupaciones están en riesgo de ser sustituidas por tecnologías en las próximas décadas en países similares a Chile.


Para seguir reduciendo la desigualdad se necesitan, entre otros factores, de crecimiento económico y buenas políticas públicas. El crecimiento provee recursos que financian transferencias y servicios sociales, además de empleo e ingresos para los hogares. Por su parte, las políticas públicas fueron claves en la reducción de la desigualdad en los países desarrollados, en áreas como seguridad social, legislación laboral, cese de discriminaciones, tributación, regulación de monopolios, y otras.


Pero es necesario adaptar estas políticas a un escenario que se prevé muy distinto a futuro, por el impacto que tendrán las nuevas tecnologías -digitalización, automatización de procesos, inteligencia artificial- en los distintos ámbitos de la vida económica y social, así como la crisis de la política representativa que afecta a muchos países (Chile incluido) y como eso afecta la gobernabilidad (sin la cual no hay política pública).


Esta no es una tarea de corto plazo ni de un solo gobierno, y es un requisito para lograr el desarrollo, si por tal entendemos un buen nivel de bienestar material, una sociedad justa e inclusiva, y una democracia sólida.


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Published on June 23, 2017 23:40

Un anuncio tardío e insuficiente

Las medidas del llamado Plan Araucanía, dadas a conocer por la presidenta Bachelet ayer viernes en La Moneda, constituyen el perfecto resumen de su errática política de gobierno con los pueblos indígenas. Hablamos de un refrito de anuncios anteriores, algunos de ellos comprometidos incluso para los primeros cien días de su gobierno. Y con los cuales no pasó gran cosa.


Es el caso de los proyectos de ley sobre ministerio de Asuntos Indígenas y el denominado Consejo de Pueblos. Ninguno de los dos, me advierte una fuente de gobierno, verá la luz en la actual administración. Los tiempos políticos y la agenda legislativa definitivamente no calzan.


En lo relativo a la paz social, la principal preocupación de la Comisión Asesora Presidencial encabezada por el Obispo Héctor Vargas, el anuncio si bien adelantó medidas paliativas para las “víctimas de la violencia rural”, sus montos y alcances se desconocen por completo.


Cero referencia a la militarización policial que afecta zonas como Ercilla o Lleulleu, causal directa de fricciones y enfrentamientos. Tampoco se refirió Bachelet a las graves violaciones de derechos humanos contra comunidades, familias y niños mapuche, las otras víctimas olvidadas del anuncio. Una omisión incomprensible.


Pero detengámonos, a mi juicio, en la medida simbólico-política de mayor calibre de todo el anuncio presidencial; la petición de perdón al pueblo mapuche por los “errores y los horrores” cometidos o tolerados por el Estado en un siglo de mala relación.


Ya en 2014, al asumir como Intendente de La Araucanía, Francisco Huenchumilla había realizado la misma petición, lo que le valió duras críticas de empresarios sureños, parlamentarios de derecha y también, lo más insólito, de su propio gobierno. Su despido, me confidenció un año más tarde, comenzó a ser tema en La Moneda tras aquel inédito acto.


Tres años después Bachelet sigue por fin el ejemplo de su ex intendente regional. Creo no ser el único que advierte la tardanza y su incongruencia política.


Pero hay un tema más de fondo con el perdón; la ausencia total de medidas reparatorias por el daño causado. Y es que tal como advirtieron dirigentes mapuche, el pago de la denominada “deuda histórica” no figuró por ningún lado en el anuncio presidencial.


La experiencia internacional dicta que perdón y reparación siempre van de la mano. En 2008, en Australía, similar paso dio el gobierno del laborista Kevin Rudd al pedir disculpas a los indígenas por sufrir la colonización de los blancos en el siglo XX. Esta petición fue acompañadas de un paquete de medidas legislativas, además de la negociación con las tribus del pago de 1.000 millones de dólares en compensación por el daño causado.


Lo mismo pasó en Canadá el año 2015, cuando el primer ministro Justin Trudeau pidió perdón a los indígenas por los abusos, físicos y sexuales, que centenares de niños sufrieron en residencias escolares durante más de un siglo.


El perdón de Trudeau se basó en el trabajo de una Comisión de Estado presidida por el juez nativo Murray Sinclair e incluyó 94 recomendaciones al Ejecutivo, el Congreso y el Poder Judicial. Entre ellas, el pago de indemnizaciones a las tribus y familias afectadas por los abusos.


Allí radica lo débil de la petición de perdón de Bachelet. En su tardanza para seguir la huella trazada correctamente por Huenchumilla. Y en su falta real de contenido.


En 2013, en plena campaña electoral, el entonces Plan Araucanía propuesto por Bachelet contemplaba un inédito abordaje político del conflicto. Así quedó plasmado en el programa de gobierno. 


Allí figura la autonomía territorial, las cuotas parlamentarias y la no aplicación de la Ley Antiterrorista, entre otras medidas. El Plan Araucanía 2017 dista mucho de aquella idea inicial. Es, básicamente, control de daños.


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Published on June 23, 2017 23:38

Inversiones: ¿Adrenalina o fomedad?

Todos quienes nos dedicamos a estudiar  inversiones financieras quedamos sorprendidos con la noticia que el Banco Popular Español, el cuarto o quinto banco en tamaño de España, se vendió, el 7 de junio, en un euro al Banco Santander. Esto, por orden del nuevo organismo europeo que vigila la sanidad financiera de los mismos. En efecto, esta es la primera resolución del ente creado en agosto del 2014, con posterioridad a la crisis bancaria internacional del 2008-2013. Con esta medida, los bonos subordinados o “cocos” y “convertibles”, además de las acciones,  se fueron a cero. Se perdió todo.


Los chilenos estuvimos interesados en la noticia por la compra, por parte del grupo Luksic, de 100 millones de dólares en acciones en mayo recién pasado . De esta sorprendente noticia se pueden sacar varias conclusiones.


En primer lugar,  toda inversión financiera tiene riesgo, e incluso en algunos casos, se puede perder todo, como sucedió en este en particular. Por eso, hay gente que prefiere comprar tierras o inmuebles, a pesar de tener muy baja o cero rentabilidad en el corto plazo, pero no desaparecen literalmente de la noche a la mañana.


Otra conclusión es que se debe diversificar. En efecto, en  las inversiones financieras que no controlamos se da la máxima de la diversificación y a mayor riesgo o volatilidad, mayor diversificación. Aquí hay que tomar en cuenta diferentes países, industrias, plazos, renta variable o fija, inversiones alternativas, inmobiliaria, etc. Todo. Parecido a lo que hacen nuestros fondos de pensiones.; al revés de lo que propone el candidato Guillier, que es traer a Chile todas nuestras “platas” del exterior y concentrarlas. Así seguro que nos va a ir mal con nuestros ahorros para la vejez en algún momento. Concentrar el riesgo en uno solo, y para toda nuestra larga vejez, es lo peor.


En tercer lugar: no imitar. La flojera hace que imitemos lo que hace el otro. “Alguien” me dijo, o “escuché” que era buena inversión. Eso es lo que hicieron los casos piramidales descubiertos el 2016. Invierto porque el del lado lo hizo, porque rindió mucho mensualmente, sin tener idea o sin saber lo que van a hacer con mis ahorros. Lamentablemente, nos ha tocado presenciar casos como el del periodista de Chilevisión que no le gusta el lucro empresarial, pero invierte al supuesto 18% con su amigo Garay, sin preguntarle o consultarle cómo lo hace. Peor aun los inversionistas o Family Offices  que corrieron para seguir a Luksic en España, sin estudiar previamente, solo para subirse en el carro ajeno. Y no fue poca plata.


Antiguamente, la bolsa chilena funcionaba así. El mejor corredor era el que tenía el “dato”, el que sabía en qué estaba invirtiendo Zutano o Mengano, para imitarlo. Cuando uno pierde producto del “dato” ajeno, se siente leso, ya que hacemos mucho research,  por ejemplo, para invertir en un refrigerador o baño  nuevo, pero, ¿nada para colocar importantes recursos?


Por último, mientras más lejos estoy de la inversión, menos entiendo. Para eso existen los ETF o índices accionarios de renta variable o incluso fija. Si no entiendo de la bolsa, en vez de escoger acciones, compre el índice que imita el Ipsa. En el largo plazo es mejor incluso que un fondo mutuo que hace lo mismo, ya que el índice cobra mucho menos comisión anual. Busque entonces  los ETF correspondientes de los países que le interesan, ellos diversifican por usted, por algo nuestras AFP lo hacen así. Usted haga lo mismo.


En conclusión, tratemos de ser lo más profesional posible con nuestro dinero. No imite ideas particulares de otros. Compre índices. Diversifique en el largo plazo  y, si es para el corto plazo, busque seguridad en un depósito a plazo bancario.  Suena fácil, pero a todos nos cuesta seguir estos consejos  porque, al fin y al cabo, son inversiones más bien “fomes” y no tienen nada de adrenalina.


 


 


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Published on June 23, 2017 23:35

El atentado de Colombia

La bomba que mató a tres mujeres y dejó heridas a varias personas en el centro comercial Andino en Bogotá ha desatado conjeturas.


Las posibilidades no son muchas. O es el ELN, el grupo terrorista menor que está en negociaciones con el gobierno, o es un sector disidente de las FARC, opuesto a los acuerdos que esta organización violenta, la principal de Colombia, pactó con la administración de Juan Manuel Santos. Cualquier otra suena descabellada en el contexto actual.


Vi de cerca el proceso de Irlanda del Norte que puso fin al terrorismo del IRA, por parte republicana, y de los unionistas violentos, por parte lealista, en los 90. Recuerdo el surgimiento del IRA Continuidad, rama del IRA que organizó atentados desde mediados de los 90, cuando se dio la negociación de Sinn Fein, la cara legal del grupo terrorista, con Londres, Dublín y el enemigo norirlandés. Esa negociación desembocó en el “Acuerdo de Viernes Santo” gracias al cual el IRA acabó entregando las armas y aceptando una convivencia que llevaría, años después, a Sinn Fein a compartir el poder en el gobierno autonómico norirlandés.


Todos los esfuerzos del IRA disidente para deslegitimar a Sinn Fein y al IRA principal por “traicionar” los ideales republicanos fracasaron. ¿Por qué? Por dos razones. La primera: el propio Sinn Fein y el IRA hicieron un trabajo intenso para neutralizar a sus disidentes. La segunda: los votantes favorables a la reunificación de Irlanda del Norte con la república de Irlanda recompensaron, en las urnas, a Sinn Fein por poner en práctica, disciplinadamente, lo acordado a pesar de que implicaba una renuncia a la separación de Irlanda del Norte con respecto al Reino Unido.


¿Son estos factores trasladables a Colombia? Las diferencias entre los dos escenarios son sustanciales. Sinn Fein tenía un respaldo más significativo de partida del que tienen las FARC en Colombia. Además, con el tiempo el unionismo fue aceptando el acuerdo de paz al punto que llegó a compartir el gobierno norirlandés con Sinn Fein. En Colombia, el sector opuesto al acuerdo de paz  no tiene por qué aceptar al adversario pues no se están formando nuevas estructuras gubernamentales en las que deba compartir responsabilidades. Y, sin esa aceptación, es mucho más difícil para las FARC ir legitimándose ante el electorado colombiano favorable a los acuerdos de paz (que también consideran a las FARC, muy mayoritariamente, una organización terrorista repudiable). 


Otro factor diferenciador es Juan Manuel Santos. La erosión de su prestigio ha dificultado las cosas durante toda la primera parte de la aplicación de los acuerdos. Aunque ya un 60 por ciento de las armas han sido entregadas y muy pronto lo será el otro 40 por ciento, el desánimo de millones de colombianos no han amainado significativamente.


Todo lo cual implica la posibilidad de que en las presidenciales de 2018 triunfen las corrientes opuestas al acuerdo de paz. Es improbable que los acuerdos puedan ser revertidos en su totalidad, pero la polarización de la campaña electoral puede ser aprovechada por los disidentes de las FARC y eventualmente del ELN. Ellos podrían, en ese caso, encontrar vasos comunicantes con los narcotraficantes que están ocupando el espacio dejado por las FARC en algunas zonas del país.


A mediano plazo los grupos reacios a la paz parecen sentenciados. Una vez abandonadas las armas por lo principal de la organización, la amenaza de los disidentes será mucho más limitada militarmente. En el corto plazo, eso sí, pueden hacer daño porque las condiciones para que se las neutralice no son las que había en Irlanda del Norte.


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Published on June 23, 2017 23:25

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Óscar Contardo
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