Rafael Uzcátegui's Blog, page 35
March 21, 2017
Berta Cáceres y Arco Minero del Orinoco
Rafael Uzcátegui (*)
Al cumplirse el primer aniversario del asesinato de la activista hondureña Berta Cáceres Provea y Laboratorio de Paz emitimos un comunicado, que cito en extenso:
“Este 02 de marzo de 2017 se cumple el primer aniversario del asesinato de la activista medioambiental e indígena hondureña Berta Cáceres. Como se recordará, Cáceres mantenía una lucha de resistencia a los proyectos inconsultos que afectan a las comunidades indígenas de su país. Este contexto de ausencia de garantías del ejercicio de derechos que acompañan el avance del modelo de desarrollo extractivista en Honduras y en el resto de América Latina, incluyendo la República Bolivariana de Venezuela, crea condiciones para acciones que vulneran derechos fundamentales entre ellos el territorio, el ambiente y la vida y garantizan impunidad para los responsables.
Las decisiones unilaterales, e impositivas, así como la violación al derecho a la demarcación, a los estudios de impacto ambiental y cultural, el acceso a la información, la actuación de buena fe, la consulta previa libre e informada y el consentimiento previo de este modelo de desarrollo, que generaron las condiciones para el asesinato de Berta Cáceres y otros activistas en Honduras, se repiten en Venezuela
Desde el año 2006, junto a la comunidad indígena lenca de Río Blanco, Berta Caceres se organizaron para rechazar la construcción de cuatro represas hidroeléctricas en el río Gualcarque, las cuales impactarían negativamente en el acceso al agua, alimentos y medicinas de los poblados de la zona, forzándolos a desplazarse a otros territorios. El Estado Hondureño y las compañías involucradas: Sinohydro (China), Corporación Financiera Internacional (Banco Mundial) y la estatal Desarrollos Energéticos S.A incumplieron la obligación de realizar el derecho a las consultas previas, libres e informadas con las comunidades indígenas que habitan en las inmediaciones del proyecto. Debido a su activismo en defensa del ambiente y pueblos indígenas, Cáceres sufrió hostigamiento y criminalización por parte del gobierno de su país, quien la acusó falsamente de “posesión ilegal de un arma de fuego poniendo en peligro la seguridad del Estado de Honduras”, así como de “usurpación de tierras, y coacción”. El 03 de marzo de 2016, atacantes no identificados irrumpieron en su domicilio y la asesinaron.
Datos de la ONG Global Witness estima en 12 los activistas medioambientales asesinados en Honduras desde el año 2014, quienes se habían opuesto a la construcción de grandes infraestructuras y proyectos extractivos en zonas de alta fragilidad ecológica y habitados por pueblos y comunidades indígenas. A pesar de la diversidad ideológica de los gobiernos de América Latina los une la profundización de la economía extractiva y de renta minero-petrolera, generando resistencias de amplios sectores sociales. La impunidad en el crimen de Berta Cáceres es un claro mensaje en la búsqueda de disuasión, amedrentamiento y miedo para todos aquello/as que desean rechazar la promoción de grandes obras de infraestructura y la profundización de la economía extractiva, petrolera y minera en los territorios tanto en Honduras como en el resto de nuestros países.
Las decisiones unilaterales, e impositivas, así como la violación al derecho a la demarcación, a los estudios de impacto ambiental y cultural, el acceso a la información, la actuación de buena fe, la consulta previa libre e informada y el consentimiento previo de este modelo de desarrollo, que generaron las condiciones para el asesinato de Berta Cáceres y otros activistas en Honduras, se repiten en Venezuela. Sin cumplir sus obligaciones constitucionales el gobierno del Presidente Nicolás Maduro ha decretado una zona para la explotación minera que se extiende en un 12% del total del territorio venezolano bajo la denominación “Arco Minero del Orinoco”. Actualmente decenas de líderes, lideresas y miembros de comunidades indígenas del estado Bolívar están siendo hostigados y coaccionados para incorporarse a este proyecto, que afectará el medio ambiente, sus culturas ancestrales y su vida.
Diversas organizaciones indígenas del estado Bolívar y Amazonas en Venezuela han expresado que sus derechos han sido vulnerados con la aprobación del Decreto Arco Minero del Orinoco. Organizaciones de sociedad civil, aliadas, intelectuales, académicas, políticas exigimos el cumplimiento de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los pactos internacionales en materia de derechos de pueblos y comunidades indígenas.
El mismo día que conmemoramos 1 año de la muerte de Berta Cáceres, se cumplen 4 años de la muerte del Cacique Yukpa Sabino Romero asesinado igualmente por defender sus territorios ancestrales en la Sierra de Perijá estado Zulia. Al exigir Justicia para Berta Caceres, exigimos Justicia para todos los defensoras y defensores indígenas asesinados en el mundo por defender el ambiente y la tierra para todo/as.
Nos sumamos a las palabras de la relatora ONU de Pueblos indígenas Victoria Tauli-Corpuz “Es urgente que se termine con la impunidad imperante en el país en relación con hechos delictivos contra miembros de las comunidades indígenas y sus defensores”. Exigimos al gobierno de Honduras el fin de la impunidad en los asesinatos de Berta Cáceres y el resto de activistas medioambientales, sancionando a sus autores materiales e intelectuales
Demandamos tanto al gobierno de Honduras como el de Venezuela cumplir con el compromiso de promover y garantizar los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, la demarcación, los procesos de consulta previa, libre e informada antes de realizar intervenciones en los territorios habitados por comunidades indígenas.
Exigimos al gobierno venezolano cumplir el requisito constitucional de realizar y difundir el estudio de impacto socioambiental en el proyecto del Arco Minero del Orinoco”.
(*) Publicado en Correo del Caroní


March 12, 2017
Derechos culturales e importación de instrumentos tradicionales
Rafael Uzcátegui
En diciembre del 2016 la investigación del portal Armando.info, tras la pesquisa del periodista Roberto Deniz, divulgó al país la importación de instrumentos tradicionales venezolanos, fabricados en China, con destino al proyecto “Alma Llanera” del Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (Fesnojiv).
Según el reportaje “El cuatro venezolano made in China” se afirma que la Fundación Musical Simón Bolívar, un ente creado en 2011, coordinador del Fesnojiv y adscrito al Ministerio del Despacho de la Presidencia y Gestión de Gobierno, utilizó 11,7 millones de dólares, provenientes del financiamiento al sistema de orquestas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la importación de 31.465 instrumentos musicales autóctonos. De esta cifra se destinaron casi 3 millones de dólares para la compra de alrededor de 17 mil cuatros. Los instrumentos, adquiridos entre el 9 de junio y el 17 de octubre de 2014, favorecieron a empresas como Taixing Feng Ling Violin Manufacture o Ideal Music Corp. Cada cuatro habría costado un promedio de 168,2 dólares.
Desde una perspectiva de derechos humanos, como establece la Observación General 21, la decisión de importar instrumentos tradicionales vulnera los derechos culturales no sólo de los fabricantes artesanales, sino de la colectividad en general, pues su producción no puede desvincularse del hecho sociocultural en que la cultura se materializa y comparte
Ante esta negociación surge la pregunta de por qué no se benefició a los fabricantes de cuatro venezolanos, muchos de ellos radicados en el estado Lara, que durante años han mantenido la tradición promoviendo la cultura autóctona, muchas veces en circunstancias difíciles. Por otro lado, como recuerda la investigación, contradice abiertamente el discurso nacionalista del Ejecutivo Nacional. En noviembre de 2013, durante una fiscalización de comercios privados los funcionarios denunciaron la importación de cuatros por parte de una tienda de Caracas. El ministro de cultura de aquel entonces, Fidel Barbarito, declaró con indignación ante las cámaras de televisión: “Nos encontramos con un cuatro importado de China, cuyo valor en origen es de 12 dólares (…) Aunque esté hecho fuera del país sigue siendo simbólicamente nuestro”. Seguidamente afirmó: “Es una usurpación, una expoliación no solamente de los derechos económicos de nuestro pueblo, sino además de los derechos culturales de nuestro pueblo”. En esa oportunidad el ministro defendió la capacidad de los lutieres venezolanos en producir el instrumento, cosa que se olvidó apenas un año después en la contratación de los mismos con las empresas chinas. Esta irregular situación se mantuvo en silencio durante todo este tiempo, hasta que fue revelada por el periodismo de investigación independiente.
Derechos culturales y defensa del patrimonio
Los derechos culturales son parte de la familia de derechos humanos, junto a los derechos civiles y sociales. En el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se establece que “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad”. Por su parte en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de 1966, aprobado por Naciones Unidas, en su artículo 15.1 establece el “derecho de toda persona a participar en la vida cultural”.
Ante la necesidad de clarificar los ámbitos de protección de los derechos cultuales, en el año 2009 se aprueba la Observación General número 21 referente al citado artículo 15.1 del PIDESC. En ella el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas establece, en su introducción, que “Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos y, al igual que los demás, son universales, indivisibles e interdependientes. Su promoción y respeto cabales son esenciales para mantener la dignidad humana y para la interacción social positiva de individuos y comunidades”. ¿Qué nos puede decir este articulado sobre la importación de instrumentos tradicionales en menoscabo de la actividad artesanal local? En su párrafo 6 se refiere a la obligación estatal de abstenerse de interferir en el ejercicio de las prácticas culturales, por una parte, y la necesidad que tome medidas positivas, como asegurarse que existan las condiciones previas y necesarias para participar en la vida cultural, promoverla, facilitarla y preservarla.
Sobre el derecho a participar o tomar parte en la vida cultural la Observación General aclara que posee tres componentes relacionados entre sí: a) la participación en la vida cultural; b) el acceso a la vida cultural y c) la contribución a la vida cultural. Dentro de la primera característica se incluye el derecho de toda persona a buscar, desarrollar y compartir con otros sus conocimientos y expresiones culturales. Sobre la contribución a la vida cultural se refiere al derecho de toda persona a contribuir a las manifestaciones materiales e intelectuales de la comunidad. Así mismo en la definición, formulación y aplicación de políticas y decisiones que incidan en el ejercicio de sus derechos culturales.
El párrafo 16 de la Observación General describe los elementos, sobre la base de la igualdad y la no discriminación, que deberían estar presentes en el derecho a participar en la vida cultural: La disponibilidad (presencia de bienes y servicios que todo el mundo pueda disfrutar y aprovechar); La accesibilidad (disponer de oportunidades efectivas y concretas para que individuos y comunidades puedan disfrutar plenamente de una cultura que esté al alcance físico y financiero de todos, tanto en las zonas urbanas como rurales; La aceptabilidad (las leyes, políticas, estrategias, programas y medidas adoptadas por el Estado para el disfrute de los derechos culturales deben formularse y aplicarse de tal forma que sean aceptables tanto para las personas como para las comunidades. Deben celebrarse consultas para que las medidas destinadas a proteger la diversidad cultural les sean aceptables); La adaptabilidad (Las políticas y programas adoptados por el Estado en cualquier ámbito de la vida cultural deben respetar la diversidad cultural de las personas y las comunidades); La idoneidad (Medidas pertinentes y aptas a un determinado contexto o una determinada modalidad cultural, de manera que respete la cultura y los derechos culturales de las personas y las comunidades).
La necesidad de proteger la diversidad cultural es descrito de manera especial en la Observación General: “La protección de la diversidad cultural es un imperativo ético inseparable del respeto a la dignidad humana”. Sobre el impacto de la globalización en su protección, oportuna para el caso de importación de instrumentos tradicionales, se establece: “Los Estados deben adoptar medidas apropiadas para evitar sus consecuencias adversas”. El párrafo 43, por su parte, agrega: “Los Estados deberían también tener presente que las actividades, los bienes y los servicios culturales tienen dimensiones económicas y culturales que transmiten identidad, valores y sentido, y no debe considerarse que tengan únicamente valor comercial”. Más adelante expresa: “Las medidas pueden apuntar también a evitar que los signos, los símbolos y las expresiones de una cultura particular sean sacados de contexto con fines de mercado”.
Obligaciones estatales
La Observación General desarrolla las obligaciones de los Estados en materia de derechos culturales en tres tipos o niveles: La obligación de respetar, la obligación de proteger y la obligación de cumplir. El texto indica que las obligaciones de respetar y proteger las libertades, el patrimonio cultural y la diversidad están interrelacionadas, “Por lo tanto la obligación de proteger debe interpretarse en el sentido que los Estados deben adoptar medidas para impedir que terceros tengan injerencia en el ejercicio de los derechos culturales”.
La fabricación de instrumentos musicales tradicionales es inherente a lo establecido en el párrafo 50.a, que afirma que “El patrimonio cultural debe ser preservado, desarrollado, enriquecido y transmitido a las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad y alentar un verdadero diálogo entre culturas. Esas obligaciones incluyen el cuidado, la preservación y la restauración de sitios históricos, monumentos, obras de arte y obras literarias, entre otras cosas”.
En lo concerniente a la obligación de cumplir, la Observación General sugiere la adopción de diversas medidas positivas, entre ellas las de tipo financiero, que contribuyan al disfrute de los derechos culturales: “Adoptar políticas para la protección y promoción de la diversidad cultural y facilitar el acceso a una variedad rica y diversificada de expresiones culturales mediante, entre otras cosas, medidas que apunten a establecer y apoyar instituciones públicas y la infraestructura cultural necesaria para la aplicación de dichas políticas”. El numeral d del párrafo 52 indica que en vez de importar los productos culturales se debe “Otorgar ayuda financiera o de otro tipo a artistas y organizaciones públicas y privadas como academias científicas, asociaciones culturales, sindicatos y otras personas e instituciones dedicadas a actividades científicas y creativas”.
En la obligación de cumplir se exige a los Estados disponer todo lo necesario para hacer realidad el derecho a participar en la vida cultural cuando los individuos o comunidades no pueden hacerlo por sí mismos. Esto implicaría la promulgación de legislación adecuada, programas destinados a preservar y restablecer el patrimonio cultural y el acceso garantizado de todos a actividades, servicios y eventos culturales. La Observación General incluso sugiere que, en el caso de violación de derechos culturales, las personas afectadas pueden reclamar y obtener una indemnización.
Desde una perspectiva de derechos humanos, como establece la Observación General 21, la decisión de importar instrumentos tradicionales vulnera los derechos culturales no sólo de los fabricantes artesanales, sino de la colectividad en general, pues su producción no puede desvincularse del hecho sociocultural en que la cultura se materializa y comparte. El Estado debe abstenerse de reincidir en la decisión de importar instrumentos tradicionales que pueden fabricarse en el país, beneficiando a los lutieres locales que han mantenido esta actividad cultural a través del tiempo.
(*) Coordinador General de Provea


March 1, 2017
Vodka piche
Rafael Uzcátegui
El madurismo, el chavismo burocratizado realmente existente, a pesar de los señalamientos de narcotráfico continúa -hasta el momento en que esto se escribe- tratando a Donald Trump con manos de seda. Analistas opinan que Miraflores está a la expectativa de la reunión entre el mandatario estadounidense y ruso, por lo que los tovarich han sugerido a Caracas silencio hasta que las cartas se pongan sobre la mesa.
Usted y yo podemos especular sobre las razones por las cuales este país tropical sea, en las actuales circunstancias, tema de conversación en dicha cumbre presidencial. Por ahora nos referiremos a hechos concretos. Hoy, el negocio de exportación de armamento ruso a Venezuela.
Según el último informe del Instituto de Investigaciones de Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés), entre los años 2012 a 2016 Venezuela es el único país latinoamericano en el ranking mundial de los 20 mayores importadores de armas. Tomando sólo los años de gobierno de Nicolás Maduro, 2013 a 2016, a pesar de la crisis se ha gastado 1.535 millones de dólares en armamento, 75% proveniente de Moscú. En estos años el país ha sido su quinto mejor comprador, detrás de India, Vietnam, China y Argelia, en un monto de 1119 millones de dólares.
Sobre el último informe de SIPRI Aude Fleurant, analista franco-canadiense del ente, consultado por El País declaró: “Venezuela se mantuvo como el principal importador latinoamericano, pero lo redujo -en el 2016- un 17% únicamente porque su economía ha colapsado”. Durante la administración Maduro los sistemas de defensa antiaérea se han llevado 630 millones de dólares, seguidos por: Misiles (338 millones $), Vehículos blindados (268 millones $), Aeronaves (187 millones $), Artillería (65 millones $), Barcos (42 millones $) y motores (5 millones $).
En abril de 2015, cuando la crisis económica del país se había mostrado en su esplendor, la periodista Tatiana Rusakovah preguntaba abiertamente “¿Continuará Maduro comprando armamento ruso?”: “Los problemas de la economía venezolana –afirmaba- ponen en duda la capacidad de este país latinoamericano de sufragar estas compras. Considerando que la cooperación técnica militar no es un ámbito únicamente económico, sino también político, las partes podrían acordar la apertura de una línea de crédito (como ya sucedió en vida de Hugo Chávez), o bien desarrollar un sistema más flexible para el pago de este tipo de producción”. ¿No les genera curiosidad la frase “sistemas de pago flexibles”?
El gobierno de Maduro, devenido en dictadura moderna, intenta llegar al 2018 para organizar un simulacro de elecciones y mantenerse en el poder. Parece hoy apostar que la aleación Trump-Putin vuelva a poner el viento a su favor. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


Trump y Chávez como síntomas
Rafael Uzcátegui
En Venezuela se califica como “antipolítica” a quienes han señalado, desde diferentes ángulos, el agotamiento de los partidos políticos en el país. Los críticos de esta “antipolítica” señalaban a la institucionalidad democrática estadounidense como ejemplo del deber ser del estado de derecho y la protección de los derechos individuales. Sin embargo, desde el arribo a la presidencia del país de Donald Trump, estas certezas han quedado sin asidero.
Que la política contemporánea esté siendo protagonizada por personajes ajenos a la política misma es un síntoma que, con diferentes expresiones, nos revela la presencia de una tendencia: la crisis de la modernidad.
La Revolución Industrial inauguró el reinado del pensamiento científico en todo el mundo. Atrás quedaba un orden de las cosas delineado por el pensamiento religioso. La racionalidad administrativa estimuló la creación de los Estados-nación como modelo de dominación territorial. La Biblia, el texto que explicaba el pasado, y profetizaba el futuro, fue sustituido por los escritos fundacionales de las diferentes ideologías, ese universo conceptual coherente en sí mismo, que si era aplicado a la vida de hombres, mujeres y niños aseguraría la felicidad humana. De manera similar a la religión, cada una de las ideologías fue promovida por una iglesia diferente, los partidos políticos, en la búsqueda de una feligresía en cantidad tal que les permitiera imponer hegemónicamente el credo.
Sin embargo, ni la ciencia ni las ideologías cumplieron sus promesas. Incluso crearon monstruos más perversos que los que decían combatir. Los campos de concentración nazis, los gulags soviéticos y la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki inauguraron la necesidad de superar los límites de la modernidad, una época calificada como posmoderna.
El eclipse de las ideologías es el reconocimiento de las limitaciones y finitud del pensamiento de los seres humanos, en un mundo en permanente cambio. Al descubrirse las ideologías como explicaciones imperfectas de la realidad, también sus portavoces, los partidos políticos, dejaron de tener el protagonismo de antaño. Es por eso que la era de los grandes programas de los partidos políticos ha quedado atrás. Nos guste o no, como la generación del 28 no habrá nunca más.
Hay un vínculo entre Hugo Chávez y Donald Trump, mucho más profundo que los lugares comunes. Y no estamos sugiriendo que los partidos políticos en ambos países desaparecerán, sino que como organizaciones doctrinarias han perdido centralidad como motores de cambio. Lo que algunos califican como “antipolítica” es el signo de nuestros tiempos: La política, en mayúsculas, está siendo protagonizada cada día más por actores no tradicionales. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


Sequía de combustible en Amazonas
Rafael Uzcátegui
Si usted piensa que el acceso a la gasolina se ha vuelto difícil en las ciudades del país, imagínese lo que pasa en comunidades donde no existen caminos o carreteras, y necesitan de la gasolina para transportarse por agua o por aire. Sí, estamos hablando de la Venezuela del 2017
Vocero/as de comunidades indígenas de los municipios Autana, Atabapo, Maroa, Río Negro, Manapiare y Alto Orinoco, estado Amazonas, se comunicaron con Provea y el Laboratorio de Paz para denunciar la falta de acceso al combustible que vienen padeciendo desde agosto del 2016. A comienzos de este año se organizaron en vocerías municipales para reunirse con la Misión Ribas y Pdvsa, en Puerto Ayacucho, responsables de la distribución del combustible. Funcionarios de ambas instituciones se comprometieron a garantizar una cantidad a ser distribuida para cada comunidad, de manera regular, a través de la Brigada 52 del Ejército.
Sin embargo, ha pasado un mes y los acuerdos no se han cumplido. El argumento es que la distribución de la gasolina prioriza su distribución en las instituciones estatales. Sin embargo, si se dispone de 100.000 Bs para pagar 1.000 litros de gasolina, el combustible aparece como por arte de magia. Estas denuncias han sido entregadas a funcionarios de todos los niveles imaginables, teniendo como respuesta el silencio. Cansados de la situación, nos han pedido denunciar por los medios a nuestro alcance.
Los indígenas nos piden difundir su llamado urgente a las autoridades nacionales para que solventen de manera inmediata las irregularidades que se están presentando en Amazonas en esta materia. Comunidades y pueblos indígenas, habitantes originarios del sector, exigen soluciones para que no siga limitándose su acceso al combustible. Esta falta limita su libre tránsito por sus territorios afectando a su vez la entrada de los médicos, enfermeros y medicinas a las poblaciones, debilitando la ya precaria situación de salud en las comunidades. También se ha visto afectado el transporte de alimentos, tras años de intervención estatal que los ha obligado a abandonar sus cultivos tradicionales y depender de las políticas sociales para comer. También se ha visto afectado el normal desarrollo de su cultura y sus tradiciones. Los problemas relacionados con la gasolina han disminuido la cantidad de avionetas disponibles para hacer traslados a las comunidades apartadas, que por agua duran 48 horas.
Estas son las realidades de un país petrolero, cuyas venas abiertas han dejado de llover para los más vulnerables, y como siempre se continúa enriqueciendo a un sector privilegiado de la sociedad. @fanzinero


Amnesia Colectiva
Rafael Uzcátegui
A comienzos del 2017, junto con personas que conocieron en su momento a Angel Cappelletti, comenzamos un sitio web para colocar en internet un repositorio de su vasta obra, tanto de investigación histórica y pedagogía filosófica como de divulgación del ideario anarquista. Precisamente las dos pasiones que hicieron conocido a este argentino durante su estancia en Venezuela, entre las décadas de 1970 y 1990, que incluyeron clases en la Universidad de los Andes y la Universidad Central de Venezuela. Para nuestra sorpresa, la mayoría de los textos que poseíamos tras la investigación hemerográfica, era publicados en línea por primera vez. Aquello nos reiteró la ingente cantidad de información que podría desaparecer perdida en los baúles del mundo analógico. No pensemos en las obras más reconocidas, Doña Bárbara de Rómulo Gallegos por ejemplo, sino en la cantidad de creaciones escritas, sonoras y audiovisuales que cimentaron nuestro patrimonio colectivo y que hoy se encuentran inaccesibles y desaparecidas.
Esta preocupación no tiene solo una vena cultural, sino también es pertinente desde un punto de vista político. De manera improvisada y poco rigurosa, pero con muchos recursos, el bolivarianismo ha intentado re-escribir de la historia del país, como parte de su proyecto de dominación. Como ha coincidido con los años de su masificación, la gran mayoría de su discurso se encuentra disponible en internet. Caso contrario de todos los materiales producidos antes de su arribo al poder, que pudieran desmentir y conjurar su mitomanía.
En otras partes de América Latina, menos afectados por los modos de la renta petrolera, la memoria de los pueblos ha ido, progresivamente, digitalizándose para garantizar su preservación. En Venezuela tenemos todo por hacer. Y como ha ocurrido en esos países, depende menos de las instituciones que de un entramado de personas que suben sus propios archivos a la red de redes, para que sean de dominio público.
La primera resistencia contra el autoritarismo es la cultural. Sólo reflexionando, con honestidad, sobre el país que fuimos podemos construir un porvenir luminoso. Pero para eso tenemos que contar con todos los elementos para hacer un juicio sincero, ampliando nuestras mejores tradiciones y sacando las lecciones de nuestro pasado. El chavismo no pudo construir nada realmente nuevo, por ello exigía dinamitar todo lo que estuviera por encima de él para poder tener la capacidad de “socializar” su mediocridad. Internet nos ofrece un espacio privilegiado para democratizar y compartir información, que conjure la amnesia colectiva inoculada por una dictadura adaptada a los nuevos tiempos. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


February 2, 2017
La crisis del pensamiento crítico
Rafael Uzcátegui
A medida que se conoce la obra del madurismo, el chavismo burocrático realmente existente, se amplían los silencios y las críticas de quienes anteriormente eran sus activos defensores. Y no estamos hablando de quienes pasaron por Miraflores a exigir su pedazo de bonanza petrolera “revolucionaria”, como hubo y quedan tantos, sino esos intelectuales que, deslumbrados por la pirotecnia verbal bolivariana, confundieron deseos con realidad y argumentaron que bajo la sombra de Maisanta resurgían los proyectos emancipatorios a nivel global.
Ya hablamos de la rectificación de Noam Chomsky, quien pasó de protagonizar avisos publicitarios del Ministerio de Comunicación venezolano a declarar que “El modelo de Chávez ha sido destructivo”. La lista, cuyos nombres nos reservamos por razones de espacio, hoy incluye al periodista uruguayo Raúl Zibechi, que hasta febrero del 2014 firmaba comunicados galácticos denunciando la ofensiva imperialista sobre nuestro país.
En una conversación publicada en la revista española Libre Pensamiento, Zibechi indica: “Los gobiernos de izquierda no tocaron ni la estructura de la propiedad ni el modelo de acumulación que siguió centrado en la producción de materias primas con lo que la matriz productiva se reprimarizó, perdiendo peso la industria en todos los casos. (…) -no se pudo- salir de un modelo que funcionó mientras hubo altos precios de los productos de exportación y ahora que esos precios cayeron en picado, la crisis se instaló”. Más adelante, el uruguayo apunta: “Los que reciben las subvenciones son “beneficiarios”, pero no ciudadanos con derechos (…) La cooptación de movimientos enteros, por la combinación de las subvenciones y la designación de dirigentes y cuadros en las instituciones estatales. De ese modo, los movimientos perdieron su capacidad de acción y de crítica”. Ante la pregunta sobre el papel de la izquierda, expresa: “además de no hacer cambios de fondo, estructurales, se corrompieron. Este es un punto de no retorno. ¿Cómo se recupera la credibilidad después que te corrompiste?”. En una frase que calza perfectamente a Venezuela afirma: “-Se- subordinó a muchos intelectuales que habían jugado un papel importante en la década de 1990. Ahora el campo del pensamiento está mucho más confundido que antes, con análisis muy mentirosos que acomodan la realidad a los intereses que los escribas defienden. Hay todo un discurso que consiste en culpar de todo lo malo a la derecha y al imperio”. Hasta el 2014 Zibechi era publicado generosamente por todos los medios estatales. Hoy sus palabras sólo las podrá leer en Tal Cual. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


January 23, 2017
Holocausto moderno
Rafael Uzcátegui
Hemos comenzado el año 2017 con varias malas noticias. Una de ellas ha sido el fallecimiento de Zygmunt Bauman sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío, que continuaba la tradición de intentar por sí mismo dentro de una globalidad cada vez más presa de las apariencias, “donde la única certeza es la incertidumbre”. En países donde las novedades del pensamiento habitan sus estanterías, Bauman se había convertido en un sociólogo de moda tras sus disertaciones sobre la “modernidad líquida”. No obstante, yo me quedaría con uno texto más antiguo, “Modernidad y Holocausto” (1989), que desde las ciencias sociales -en sintonía con los aportes de Hannah Arendt- es una de las explicaciones más interesantes sobre los crímenes del nacional-socialismo.
Bauman da cuenta del fracaso metodológico de sus colegas en explicar adecuadamente las razones que hicieron posible aniquilar en masa a millones de seres humanos en los campos de concentración bajo la Alemania Nazi. E incluso reprocha que luego de este horror se continuara especulando sobre teoría social como si nada hubiera pasado. Zygmunt apunta que el sacrificio nazi es un producto legítimo de la modernidad, y que aquellos actos fueron realizados o permitidos por personas como usted o como yo. “No pretendo decir (…) que la burocracia moderna produce necesariamente fenómenos parecidos al Holocausto. Lo que quiero decir es que las normas de la racionalidad instrumental están incapacitadas para evitar estos fenómenos”.
¿Cómo fue que alemanes corrientes se convirtieron en asesinos en masa? La respuesta es perturbadora. Según el autor cuando se cumplen tres condiciones: 1) Cuando la violencia -simbólica o física- está autorizada; 2) Cuando las acciones se encuentran dentro de una rutina, con normas de gestión y delimitación de funciones y 3) Cuando las potenciales víctimas han sido deshumanizadas. La comparación del bolivarianismo con el nacionalsocialismo siempre ha sido un despropósito, pero las tres circunstancias se encuentran entre nosotros, los venezolanos de comienzos del siglo XXI. De hecho el chavismo, incluso en su mediocre versión madurista, reitera que los delirios ideológicos también recuerdan los límites vetustos del pensamiento moderno.
Nos queda de Bauman los desafíos del pensamiento propio. También la necesidad de una nueva ética, que supere miopías conservadoras y revolucionarias, “distinta a las morales que conocemos, una ética capaz de ir más allá de los obstáculos socialmente levantados de la acción mediada y de la reducción funcional del ser humano”. @fanzinero


January 20, 2017
El cuatro de Maduro
Rafael Uzcátegui
Ha sido gracias al periodismo de investigación, que ha crecido como respuesta a la hegemonía comunicacional estatal, que hemos conocido el negocio de importación de instrumentos musicales tradicionales fabricados en China. Un reportaje de Armando.info de mediados de diciembre de 2016, realizado por Roberto Deniz, ha ejemplificado la sustancia de la autodenominada “Revolución bolivariana”: Una burocracia que desea perpetuarse en el poder mientras hace negocios globales con todo lo imaginable y en terrenos que ya superan, con amplitud, los trapicheos del pasado.
En resumen: La Fundación Musical Simón Bolívar (Fundamusical), ente rector del Sistema Nacional de las orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (Fesnojiv) utilizó 11,7 millones de dólares, provenientes de la cooperación internacional (PNUD) para importar 31.465 instrumentos autóctonos musicales -cuatros- para que fueran distribuidos dentro del sistema de las orquestas infantiles y juveniles. De la cifra total, casi 3 millones de dólares fueron usados en la compra de alrededor de 17 mil cuatros chinos a empresas como Taixing Feng Ling Violin Manufacture o Ideal Music Corp. Lo insólito no llega hasta acá. Según la pesquisa los chinos no tenían ninguna idea de cómo se elaboraban los cuatros, siendo “instruidos por Fundamusical para llevar a cabo el encargo del gobierno bolivariano”. Aunque el oficialismo ligado al sector cultura conocía este despropósito y se murmuraba que era el negocio de la importación la verdadera motivación del acuerdo, salvo excepciones pocos denunciaron de manera pública. Una de las pocas fue Aracelis García, presidenta del Centro Nacional de Artesanía: “Ellos (los constructores) rechazan la importación del instrumento, pero a su vez indican que son capaces de construir la metodología para la elaboración del cuatro popular”. El argumento para la licitación con el capitalismo globalizado chino era que los instrumentos se necesitaban en un corto plazo, y los artesanos nacionales no tenían capacidad para satisfacer un pedido de esas dimensiones.
Como ya no es noticia, el doblepensar bolivariano rechazaba la importación del cuatro por parte de tiendas musicales privadas mientras, en lo oscurito, firmaba los contratos de adquisición de miles de unidades. En noviembre de 2013 el vicepresidente Jorge Arreaza declaraba ante las cámaras de televisión: “Que se despliegue un proceso productivo por todo el país para construir nuestros instrumentos”. Que yo recuerde, la Cuarta República no se atrevió a tanto: Importar cuatros de China, para ganancias de los funcionarios, mientras los artesanos locales deben bajar sus santamarías. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


January 10, 2017
Las heridas que la lengua abre nunca restañan
En el texto “Todavía hoy se puede preguntar: ¿Por qué pelearon Sartre y Camus? me encontré la siguiente cita que adjudican a palabras de un búho injuriado por un cuervo en una legendaria fábula de la tradición brahmánica:
“Haz hablado con brutalidad, y tus palabras me han causado muy graves daños; no recuerdo haberte hecho nunca mal alguno que justifique tu hostilidad; haz de saber que el hacha corta el árbol y éste vuelve a nacer y ser corpulento; y la espada corta la carne y queda el hueso, y la herida se sana y el hueso se suelda, más no ocurre lo propio con las heridas que la lengua abre, que nunca se restañan.
Las flechas que el arco lanza y que en las entrañas se hunden, pueden ser extraídas, pero no así sucede con las palabras, que como flechas la lengua hunde en el corazón, que jamás pueden ser arrancadas. Para cada mal hay un remedio: el fuego se apaga con el agua; cada veneno tiene su antídoto; la pasión del enamorado la calma la presencia del ser amado; la tristeza y el dolor son dominados por la paciencia y la resignación; pero nada puede calmar el fuego del odio y el rencor cuando arden. Y vosotros, ¡Oh reino de los cuervos! Habéis sembrado entre nosotros, para siempre, el árbol del odio y del rencor”


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