Rafael Uzcátegui's Blog, page 41

July 4, 2016

Memoria rock

PP's primer showPrimer concierto PP´S. Foto cortesía Pedro Castillo


Rafael Uzcátegui


Venezuela es un país de memoria corta. Todos lo sabemos, todos lo repetimos, sin embargo, desde el sitio en el que uno se ubique, también todos arrimamos al mingo de la amnesia colectiva. Y no solo de la historia en mayúsculas. La hegemonía que intentó construirse a partir de 1999 puso todos sus esfuerzos en intentar convencernos que, antes de la llamada “revolución bolivariana”, todo era prescindible en Venezuela, que los pobres la pasábamos muy pero muy mal y que los privilegiados se reían, a mandíbula batiente, a nuestra costa.


La transición que estamos experimentando como país nos coloca varios retos, también desde el punto de vista de la memoria. Por un lado porque aún está por escribirse el relato, complejo y multidimensional, de lo que ha sucedido en Venezuela entre 1998 y el 2015 que realmente dé cuenta de los acontecimientos. Por el otro, re-comenzar un proceso de recuperación de nuestra historia contemporánea, sin mitificaciones, para poder extraer de ella las lecciones del pasado que nos permitan avizorar el futuro. La profanación de las tumbas de Rómulo Gallegos y Medina Angarita son una metáfora del proceso que adelantó el bolivarianismo durante década y media.


Usted pensará que este es un trabajo que atañe exclusivamente a los historiadores. Sin embargo la documentación y registro de nuestros antecedentes excede a la Academia Nacional y vale para una cantidad increíble de dimensiones en nuestro país, donde los vacíos y las zonas grises es lo que impera, no los relatos. Ejemplificaré con un tema que me es próximo: La música rock.


Cuando se tiene la suerte de visitar otros países de la región, se percibe como los exponentes musicales son venerados y recordados como cultores artísticos y creadores de lenguajes. No sólo hay reediciones masterizadas de los discos, también documentales, merchandising, libros y homenajes por parte de bandas nóveles. La generación que los disfrutó, pero también las siguientes, venera a sus héroes locales. Poco de eso tenemos en Venezuela. Como no hay un mercado que lo exija, en el sentido amplio, son inexistentes las reediciones de los discos de bandas venezolanas. Y de estas omisiones somos responsables, principalmente, los endógenos amantes de la música.


No es casualidad que sea, en este momento de búsquedas, cuando están comenzando a aflorar iniciativas para recuperar nuestra historia rockera contemporánea. Bienvenidas sean. Pero deben multiplicarse. El bolivarianismo, por diferentes razones, no pudo imponer una supremacía musical en el gusto de la muchachada. Por ello se comienza a recuperar la historia de lo que pasó en los 80´s y los 90´s, como inspiración y referente de los lenguajes por venir. Si usted tiene fotografías, reseñas de prensa, grabaciones raras o discos descatalogados, puede digitalizarlos y ponerlos de dominio público para aumentar la masa crítica colectiva sobre el tema. En este y cualquier tema, pues los “gendarmes necesarios” siempre trabajaron a medias sobre el resentimiento y la desmemoria. @fanzinero


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Published on July 04, 2016 14:53

Vuelta de la mitad del mundo

Rafael Uzcátegui


Tuvimos la suerte de formar parte de un proyecto de “diplomacia ciudadana” en el que, por una semana, pudimos visitar organizaciones en Quito para intercambiar desafíos, retos y preocupaciones, mediante un mecanismo de diálogo Sur-Sur entre emprendimientos de la sociedad civil. Fueron 20 vertiginosas reuniones con académicos, organizaciones indígenas, de diversidad sexual, derechos humanos, libertad de expresión y redes de mujeres, más dos reuniones públicas sobre la situación venezolana.


Correa y Maduro están emparejados por ser parte del llamado “giro a la izquierda” del continente, bajo gobiernos autocalificados como progresistas. Sin embargo, las diferencias son menos conocidas que las similitudes. La primera de ellas es que a pesar que la llamada “Revolución Ciudadana” orbita en torno a la figura presidencial, el culto a la personalidad no ha alcanzado las dimensiones grotescas del bolivarianismo. En el recorrido de 40 minutos desde el nuevo Aeropuerto Internacional Antonio José de Sucre, en los suburbios de Tababela, a la capital no vimos, ni de ida ni de vuelta, ninguna imagen del guayaquileño líder de “Alianza País”. Tampoco durante nuestra estancia en la ciudad salvo, claro está, en los medios de comunicación controlados por el Estado. Los edificios de Quito están adornados por el logo multicolor de “Ecuador ama la vida”, a través del cual el país intenta posicionarse regionalmente como marca. Pero nada que ver con las gigantografías orwellianas a las que estamos tristemente acostumbrados los venezolanos. Una segunda diferencia es la relación de Correa con las Fuerzas Armadas, de tensión y distanciamiento, nada que ver con el pasticho “cívico-militar” endógeno. Además los intereses de clase que refleja el gobierno ecuatoriano, como dirían mis amigos marxistas, son los de la tecno-burocracia académica, bilingüe y de sectores medios de la población. A pesar de algunos intentos, y esta es la última diferencia, el partido Alianza País no pudo cooptar a toda la izquierda ni a los movimientos sociales. Por ello, hay dos oposiciones a Correa, una ligada a estos últimos. La otra a los sectores políticos conservadores desplazados del poder.


Las analogías están allí. Un férreo y aceitado aparato propagandístico que ha logrado construir su hegemonía comunicacional y promover leyes draconianas para limitar la libre expresión. Ausencias de contrapesos que han permitido enriquecimientos súbitos en 24 horas. Criminalización de toda protesta y disidencia. Y por último, un presidencialismo soberbio y sordo que ha ocasionado que el “rechazo a la prepotencia” haya sido la frase que más escuchamos durante nuestra visita. Algunos nos hablaron de la “venezolanización” del Ecuador, cuando la inflación alcanza el 7% y la crisis asoma sus narices. “Estamos a 3 o 4 años atrás de ustedes” nos dijeron. “Ojalá no lleguen ni a la mitad de nuestros problemas”, respondimos. Todos creen que ante su baja popularidad, Correa salga del poder en 2017. En esto también nos parecemos. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


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Published on July 04, 2016 14:42

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Rafael Uzcátegui
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