Rafael Uzcátegui's Blog, page 38

October 24, 2016

Ciudadanía – Diálogo 3.0

Ponencia presentada en el Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil, Caracas, jueves 20 de octubre de 2016


Rafael Uzcátegui


Una reflexión desde Venezuela


Las preguntas de este diálogo 3.0 sobre ciudadanía son desafiantes, sin embargo lamento tener que responderlas desde Venezuela en este momento, cuando tras 17 años de polarización bajo un proyecto político que se ha denominado como “bolivariano” se han destruido las dos condiciones que hacen posible la ciudadanía: En primer lugar el reconocimiento de eso que llaman “la alteridad”, y es el derecho que tienen los demás a pensar y ser diferente a mí. Y en segundo término el territorio físico libre de coacción donde la ciudadanía es posible: El espacio público, la ciudad. Si en Venezuela tenemos todo por hacer para reconstruir la ciudadanía, mi reflexión tendrá particularidades que no tendrán las intervenciones de los compañeros de otros países. Pido excusas entonces porque mis ideas sean tan venezolanizadas, aportando poco a un diálogo más regional, que también es necesario.


Herederos de la modernidad


Sin embargo, los venezolanos y venezolanas hemos llegado a esta situación también porque somos herederos del pensamiento positivista moderno. La ciencia, cuyo desarrollo intentó superar los dogmas de fe para explicar al mundo, terminó convirtiéndose en una nueva religión. El método científico, esa serie de pasos para conocer la realidad, generó posteriormente teorías para transformarla, que pasaron a conocerse como ideologías. El siglo XX fueron años caracterizados por el enfrentamiento entre ideologías, cada una afirmándose como la verdadera y única para alcanzar la felicidad humana. Las ideologías incluso tuvieron vida propia, se convirtieron en un fetiche: la gente daba su vida por ellas aunque no las entendiera suficientemente de que iban. Venezuela parece ser uno de los últimos países sede de cruzadas religiosas ideológicas, donde un grupo de convencidos intenta imponer al resto de la sociedad sus propios valores y visión de mundo. Un convencido, o digámoslo más provocativamente, un fanático de su ideología hace esto con las mejores intenciones. Se ha convencido a sí mismo que sus ideas son las mejores para garantizar la felicidad de los seres humanos, y que las personas que difieren de ellas tienen problemas que deben solucionarse de alguna manera. Des-educarse de esta manera de pensar, o cómo le encanta decir a los sociólogos como yo “Deconstruirse” no es una tarea sencilla. Se los dice alguien que piensa de esta manera tras verse reflejado en el espejo bolivariano y espantarse de la imagen.


El impulso para enfrentar estos dos desafíos, valorar la diversidad y recuperar el espacio público, no debe hacerse a nombre de abstracciones. La hora de las grandes palabras, los adjetivos de las ideologías, ya pasó



Ideologías como caja limitada de herramientas


Antes de vincular toda esta perorata con la ciudadanía quiero aclarar que no quiero sumarme al decreto de muerte de las ideologías, ni sugerir que ya no sirven para nada. Las ideologías son tan limitadas como la capacidad de reflexión de las personas que las desarrollaron, por eso mintieron cuando prometieron tener la solución definitiva a todos los problemas de la humanidad. Tuvieron soluciones parciales e imperfectas a problemas y condiciones siempre cambiantes. Ahora pienso que las ideologías deben entenderse como cajas de herramientas. Es útil que cada uno de nosotros tenga una, y que intentemos usar estas herramientas para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos cada día. Pero quizás estemos golpeando un clavo con un destornillador, que a lo mejor haga medianamente el trabajo. Pero necesitamos de otra persona, con una caja de herramientas diferente a la nuestra que efectivamente tenga un martillo dentro de sus accesorios. Ya estoy llegando a donde quería llegar. Vivir en sociedad es valorar lo diferente que hay en el resto de las personas y considerar la diversidad como una oportunidad para conseguir mejores respuestas que mis pensamientos en solitario o con los que piensan similar a mí. Esta idea, que es una perogrullada en el resto de América Latina, es una lección que debemos aprender en Venezuela, incluso amargamente.


La inminente explosión de subjetividades


Tras 17 años en donde las únicas identidades políticas validas han sido “chavista” y “opositor”, soy optimista pues creo que estamos parados en el umbral de la explosión de las subjetividades y deseos de los venezolanos. A pesar del chantaje y las presiones por ubicarse en alguno de estos dos polos, todas las encuestas vienen registrando una cantidad importante de venezolanos que se identifican a sí mismos como “independientes”, es decir no están conformes con llamarse “oficialistas” o “opositores”. Si tomamos la última de Datanalisis, citada por el gobernador del estado Miranda Henrique Capriles, el 36% de los electores es independiente, estando lo que se califican como “opositores” o “antichavistas” apenas 6 puntos por encima, es decir el 42% del electorado, mientras que el 18% es “chavista” o “progobierno”. Esto me hace pensar que en un futuro muy próximo tendremos en el país más de dos identidades políticas con las cuales, valga la redundancia, identificarse.


La promoción y defensa de la alteridad


Entonces la primera condición para construir ciudadanía, en el caso venezolano, es defender la posibilidad que tienen todos los demás a pensar y ser diferentes, e igualmente ser eso que los defensores llamamos “sujetos de derechos”, los mismos que los míos. ¿Cuántos de ustedes están dispuestos a defender el derecho de las personas a autocalificarse como “chavista”? Si ni siquiera pensaron en levantar la mano es porque aún tenemos mucho que aprender de lo que nos ha pasado como país. Porque otro asunto, muy diferente, es que personas que se denominen así deban ser investigadas y sancionadas por haber cometido delitos o violaciones de derechos humanos.


La necesidad del espacio público


Valorar lo que tienen que aportar los diferentes a mí es un primer elemento. O como dice Mireya Lozada, el “aquí cabemos todos”. Lo segundo es tener el espacio físico, libre de coacciones de cualquier tipo, en donde esa ciudadanía pueda expresarse. Como todos sabemos, con 16.000 homicidios según las cifras oficiales o 21.000 homicidios según el Observatorio Venezolano de Violencia somos actualmente uno de los países más peligrosos de la región. Una de las ideas interesantes contenidas en el intento de reforma de la Constitución, rechazada por el voto popular como sabemos, fue la noción del “derecho a la ciudad”, que por cierto no es un invento chavista. Tenemos el desafío de construir ciudades amigables y agradables para quienes habitamos o transitamos en ellas, no ciudades cuartel o ciudades para el Operativo de Liberación del Pueblo, que son las que tenemos ahora. Sin espacio público, sin sitios para reconocernos en nuestras diferencias, cara a cara, conversar y llegar a acuerdos sobre asuntos que nos afectan, es imposible desarrollar ciudadanía.


Una necesidad egoista


El impulso para enfrentar estos dos desafíos, valorar la diversidad y recuperar el espacio público, no debe hacerse a nombre de abstracciones. La hora de las grandes palabras, los adjetivos de las ideologías, ya pasó. Nos debe motivar, en cambio, el puro y duro sentido común, lo que el pensador alemán Max Stirner llamaba “la unión de los egoístas”. Porque intentar ser feliz en la única vida que tenemos es un ideal para satisfacer nuestros egos. Sólo los cínicos, o los care´ tablas como últimamente nos gusta decir, pueden sentirse plenos rodeados de injusticia y abusos de poder. Parafraseando a Bakunin, la dignidad de los demás extiende hasta el infinito mi propia dignidad. Gracias a todos y todas por su paciencia en escucharme.


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Published on October 24, 2016 16:15

October 23, 2016

Provea: A partir del 20-0, gobierno de Nicolás Maduro debe calificarse como una dictadura

El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) es una organización que durante sus 28 años de existencia ha ganado respetabilidad debido a la credibilidad de sus análisis y denuncias. Con la seriedad y responsabilidad que nos caracteriza, compartimos la siguiente toma de postura ante la opinión pública: A raíz de la suspensión ilegal del proceso de realización del Referendo Revocatorio, ratificando la ausencia de independencia de los poderes en el país, el gobierno de Nicolás Maduro debe calificarse como una dictadura. No estamos en presencia de la simple dilación del proceso, sino de la interrupción y obstaculización de cualquier proceso electoral mientras el gobierno no pueda obtener resultados favorables en las urnas. Estamos ante una dictadura incipiente que se consolidará dependiendo de la resistencia ciudadana al creciente autoritarismo.


La decisión del pasado 20 de octubre continúa profundizando la vulneración del estado de derecho que se inició el 13 de mayo de 2016 con la aprobación de un decreto de estado de excepción y emergencia económica, que fue calificado por un conjunto de organizaciones de derechos humanos del país como la ruptura del hilo constitucional. En ese momento la posibilidad de expresarse mediante el voto nos impedía calificar la situación como de “dictadura”, derecho que no existe hoy con las garantías que existieron, hasta por lo menos, el pasado 6 de diciembre de 2015. La decisión simultánea de tribunales penales suspendiendo el Revocatorio, afirmando su evidente subordinación al poder Ejecutivo, y la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de plegarse a decisiones ilegales de esos tribunales penales regionales, quienes no tienen competencia para suspender sufragios, dieron una estocada a lo que quedaba de democracia en el país. Suspensión del revocatorio que se realiza tras haberse expresado la voluntad del pueblo cumpliendo con dos de las fases del procedimiento establecido por el Consejo Nacional Electoral y aprobado la validez de las firmas, expresa que ya no existen condiciones para convocar eventos comiciales de manera ecuánime y transparente, salvo que se restituya el orden democrático.


La democracia no es un valor absoluto. La dictadura tampoco lo es. No estamos en presencia de una dictadura clásica, como la que enfrentaron en décadas anteriores las ONG de derechos humanos en países hermanos como Argentina o Chile, donde las condiciones permitían el asesinato y desaparición de centenares de personas. Estamos en presencia de regímenes dictatoriales adecuados a los nuevos tiempos, cooptando la independencia de las instituciones para darles un matiz de legitimidad legal al abuso, la arbitrariedad y la hegemonía del poder. En el actual caso venezolano sustentado en el apoyo del sector militar y en el uso del poder judicial para criminalizar y neutralizar a la disidencia. América Latina hace menos de dos décadas tuvo una experiencia similar en Perú con el fujimorazo que cercenó las libertades democráticas en ese país y que culminó gracias a la lucha de la población reclamando la restitución de la democracia.


El gobierno venezolano se ha puesto al margen de la Carta Democrática Americana y del Protocolo de Ushuaia sobre el compromiso democrático en el Mercosur. Se ha puesto en contra de los postulados democráticos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.


La gran consigna del movimiento social venezolano debe ser la defensa del derecho a evaluar la gestión del presidente Nicolás Maduro, a través del mecanismo del Referendo Revocatorio, en el plazo más corto posible, como primer paso para la recuperación de la democracia en el país. Para ello se deben articular todos los sectores teniendo la no-violencia como principio irrenunciable, rechazando las provocaciones de los entes estatales para desviarse de ese camino. No es tiempo de silencio ni de inhibiciones, sino de defender la Constitución y la democracia frente al arrebato dictatorial y autoritario. La vigencia de los derechos humanos depende de ello.


Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea)

Caracas, 23 de octubre de 2016


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Published on October 23, 2016 10:58

October 18, 2016

Allá y aquí: Resistencia al extractivismo

Rafael Uzcátegui


El río Missouri es la corriente de agua más grande de Estados Unidos, y para millones de personas, incluyendo varias de las comunidades indígenas que aún sobreviven en reservas, es su principal fuente de acceso al agua potable. El gobierno del país ha decidido construir el oleoducto Dakota Access, valorado en 3.7 mil millones de dólares, el cual cruzaría el río 800 metros por encima de la toma de agua de la reserva siux Standing Rock, en Dakota del Norte. Los indígenas siux iniciaron un proceso judicial contra la obra, alegando que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos otorgó permisos para el proyecto sin evaluar de forma adecuada sus posibles consecuencias tanto para la calidad del agua como en los lugares sagrados de las indígenas. También argumentan que no se realizó ningún proceso de Consulta Previa, Libre e Informada con los integrantes de la tribu.


Los Sioux de Standing Rock instalaron, a comienzos de abril de 2006, el primer campamento de resistencia y lo llamaron “Piedra Sagrada”. Rápidamente se convirtieron en cuatro campamentos, con más de 1.000 personas en vigilia permanente, la mayoría de ellas pertenecientes a pueblos originarios de Estados Unidos y Canadá. “El agua es vida” es la consigna de esta lucha pacífica contra el oleoducto que se construye para el transporte de crudo desde los yacimientos petroleros de Bakken, en Dakota del Norte, hasta Illinois. Cuando las máquinas excavadoras profanaron cementerios y otros sitios sagrados, decenas de indígenas se enfrentaron a la policía. Según un reporte de Amnistía Internacional del pasado 24 de agosto, 29 manifestantes habían sido detenidos en las últimas semanas. Días después la ONG emitía una acción urgente para pedir a las autoridades respetar el ejercicio del derecho a la manifestación pacífica en Dakota del Norte: “El gobierno de Estados Unidos está obligado por el derecho internacional de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos de los indígenas, como el derecho a la libertad de expresión y de reunión. Es el legítimo derecho de las personas a expresar pacíficamente su opinión -dice la comunicación-. “Las reuniones públicas no deben ser consideradas como el ‘enemigo'”. La organización lamentaba que las autoridades hayan cortado el paso por la carretera, impidiendo que nuevas personas se sumaran a la protesta pacífica si así lo deseaban.


El reclamo de no haber sido consultados sobre el proyecto, realizado por los indígenas norteamericanos, los hermana con sus pares venezolanos, a quienes tampoco les preguntaron su opinión sobre el proyecto denominado “Arco Minero del Orinoco”




Según la página web Democracy Now “La batalla contra el oleoducto Dakota Access se libra como una renovada afirmación de los derechos y la soberanía de los pueblos originarios, como una lucha para proteger el agua, pero sobre todo, como parte de la lucha mundial contra el cambio climático y para romper con nuestra dependencia de los combustibles fósiles”. El reclamo de no haber sido consultados sobre el proyecto, realizado por los indígenas norteamericanos, los hermana con sus pares venezolanos, a quienes tampoco les preguntaron su opinión sobre el proyecto denominado “Arco Minero del Orinoco”, que entrega en concesión al capitalismo extractivista el 12% del territorio venezolano.


Como Provea, Laboratorio de Paz y el Grupo de Trabajo de Asuntos Indígenas de la Universidad de los Andes recordaron recientemente en un comunicado: “El Ejecutivo Nacional ha venido imponiendo este proyecto sin cumplir con los requisitos establecidos por la Constitución, la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades indígenas (LOPCI) y en pactos internacionales firmados por Venezuela en materia de derechos indígenas. El artículo 120 de la CRBV establece que el aprovechamiento de los recursos de los hábitats indígenas “está sujeto a previa información y consulta a las comunidades indígenas respectivas”. El derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada, se encuentra desarrollado en las normativas internacionales en materia de derechos de los pueblos originarios, y cuenta con diferentes experiencias concretas en los países latinoamericanos. El adjetivo “Informada” expresa que las poblaciones a ser afectadas por la actividad extractiva deben ser instruidas sobre todas las consecuencias de la actividad a realizarse en su territorio. Esta dimensión se encuentra prevista en el artículo 129 de la Carta Magna, el cual obliga a realizar estudios de impacto ambiental y sociocultural en las actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas”.

Así como los indígenas de Dakota del Norte, en Estados Unidos, han escuchado mentiras sobre el oleoducto, en Venezuela los miembros de las comunidades originarias han oído como el Vicepresidente para Desarrollo Social y Revolución de las Misiones, Jorge Arreaza, ha denominado como “Consultas” a reuniones improvisadas cuyo único objetivo ha sido convertir pueblos indígenas en campamentos mineros. Arreaza, ni nadie del gobierno, puede informar debidamente sobre las consecuencias del Arco Minero del Orinoco, sobre el medio ambiente y la salud de los indígenas, sencillamente porque han ignorado la obligación constitucional de realizar un Estudio de Impacto Ambiental. Es la misma lógica capitalista extractiva que motiva el Oleoducto Dakota Express, de considerar a la naturaleza como una simple mercancía. (Publicado en Correo del Caroní)


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Published on October 18, 2016 19:49

October 13, 2016

October 10, 2016

El ombligo ilustrado

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Rafael Uzcátegui


Como quizás algunos de ustedes saben, trabajo desde hace tiempo en una de las organizaciones más reconocidas y antiguas de derechos humanos del país. Siendo el escenario internacional el privilegiado para pasar mensajes a un gobierno negado al diálogo, hemos promovido y participado en articulaciones y alianzas subregionales, regionales y mundiales. Lo paradójico es que mientras estas alianzas se fortalecían por todo el planeta, especialmente después del fallecimiento de Hugo Chávez, con quienes menos hemos podido trabajar ha sido con las organizaciones hermanas de aquí al lado, de Colombia. Cada vez que los cruzábamos teníamos que explicarles, de diversas maneras, ni que pertenecíamos a la “ultraderecha” ni que cuestionar los abusos de poder de los gobiernos bolivarianos no nos hacía, automáticamente, furibundos pro-Uribistas. Chismorreos hay en todos los vecindarios, pero creímos que explicarlo una vez en un terreno de valores compartidos era suficiente. No bastó la segunda, ni las siguientes. Para estos hermanos la versión que valía era la de Telesur, no la de nosotros. Tiramos la toalla cuando ante el cierre de la frontera colombo-venezolana una propuesta de acción conjunta tuvo como respuesta el silencio. Meses después, de la boca de una abogada bogotana, entendí –aunque no justifiqué- las razones. En dos platos me dijo: Para las organizaciones sociales colombianas su prioridad es el “Proceso de Paz” y cualquier cosa que pueda debilitarlo, será descartado. Bonito resumen: Cualquier decisión u opinión que tomaban en el plano internacional se hacía en función de su propia agenda interna, aunque eso significara la omisión, el desconocimiento o el prejuicio. Valga la redundancia: Los defensores de derechos humanos también somos humanos, demasiado humanos.


Todo lo anterior viene a cuento por las opiniones, destempladas y frívolas, que gran parte de los influenciadores del país vienen expresando por el triunfo del “No” en el Referéndum realizado en torno al acuerdo de paz. Para quienes nos ha irritado las opiniones superficiales sobre nuestro país que la intelectualidad internacional he hecho durante década y media, deberíamos internalizar las lecciones aprendidas amargamente: 1) Las situaciones que involucran a millones de personas son más complejas que cualquier reduccionismo y 2) Debemos aprender lo que tienen que decir al respecto los propios colombianos, no venir a darles lecciones –y menos morales- desde fuera.


La paz después de los ríos Arauca y Catatumbo es un asunto que nos concierte a todos. Debemos apostar por lo mejor para nuestros vecinos, y que sean ellos quienes de manera democrática puedan construir una Colombia inclusiva para todos. Aunque no guste también para los miembros y simpatizantes de la lucha armada. Por ahora este proyecto de paz no ha convencido a la mayoría, los que votaron en contra y los que se abstuvieron, por lo que siempre habrá manera de mejorar lo hecho hasta ahora. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


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Published on October 10, 2016 21:40

Ideogramas revocatorios

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Rafael Uzcátegui


01

Los partidos opositores sostuvieron que eran mayoría electoral, cuando no lo eran. Hoy, cuando la oposición sí lo es, no se comportan como tales.


02

“Ser realistas y pedir lo imposible”. Era cierto ayer en el Mayo Francés y siguen siendo verdad hoy. La petición debe seguir siendo RR en 2016 sin ningún tipo de obstáculos.


03

La mesa del RR tiene cuatro patas: El funcionario cuya gestión será evaluada; instituciones y reglas de juego claras; organizaciones políticas que formalicen la petición de activación y pueblo que participe activamente en todo el proceso.


04

Si la representatividad es el lado “derecho” del universo democrático, la gestión directa es su izquierdo. El Referendo Revocatorio es el único componente de democracia directa presente en la Constitución de 1999.


05

Quienes rechazan el RR por ser liderizado por la MUD olvidan que el proceso tiene un momento destituyente y otro constituyente.


06

Al ser una hegemonía política con fecha de expiración, el bolivarianismo gana tiempo para alcanzar mejores condiciones para negociar su condición de minoría.


07

Un RR realizado en el 2017 es casi tan bueno como uno efectuado en el 2016. Seremos testigos de una carrera intrachavista, de dos años de duración, a ver quién puede mercadearse como el “bolivarianismo bueno” –o el menos corrompido-.


08

Las condiciones anunciadas por el CNE tienen como principal objetivo reducir las posibilidades de expresiones fenoménicas de la nueva mayoría, no bolivariana.


09

Para la clase política el Revocatorio es una táctica circunstancial. Para la ciudadanía debería ser una filosofía permanente: El derecho a evaluar la gestión de los funcionarios electos a la mitad de su gestión.


10

En el objetivo de evaluar negativamente la gestión de Nicolás Maduro, mediante el RR, todas las perspectivas y lugares desde dónde actuar son importantes y necesarias.


11

Si entendemos al RR como un amplio movimiento destituyente, la MUD es sólo un vector de la red descentralizada que lo puede hacer posible.


12

Sólo en un cuartel una persona da una orden, y en segundos “la tropa” obedece. En una democracia se debate (intensa y apasionadamente)


13

Debemos llevar las interacciones simbólicas de las redes sociales digitales a los espacios físicos privatizados por el miedo. No existe democracia sin espacio público, cara a cara, de deliberación.


14

El madurismo ha perdido la capacidad de construir relatos de futuro. El “cambio”, lo “diferente” tiene la potencialidad de convertirse en los nuevos significantes de la gente. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


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Published on October 10, 2016 21:17

September 29, 2016

Venezuela: Hacia los 15 millones (de pobres)

Rafael Uzcátegui


Luego de varios años sin publicar estadísticas sobre exclusión, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó recientemente la cifra oficial de hogares en situación de pobreza por Línea de Ingreso (LI) correspondiente al primer semestre de 2015. En estos números oficiales se admite un nuevo incremento de la pobreza en Venezuela que, situando en 33,1% el porcentaje de hogares pobres para ese momento.


Según la información revelada por el INE 2.434.035 hogares venezolanos se encontraban en situación de pobreza hasta junio de 2015, siendo los anteriores datos oficiales suministrados por el ente correspondieron al año 2013. De acuerdo a la data oficial, entre enero de 2013 y junio de 2015 la cantidad de 950.771 hogares ingresaron a la línea de pobreza por ingreso. Aunque el INE suprimió de su portal web la información referida al número de personas en situación de pobreza, esta cifra indica que 12.170.175 venezolanos se encontraban en condición de penuria, pues tradicionalmente se ha establecido como promedio 5 integrantes por familia para las mediciones oficiales estadísticas. La cantidad de más de 12 millones de personas pobres abarcaría al 39,7% de la población. En promedio, 4.791.917 venezolanos pasaron a ser pobres en los primeros 2 años y medio de gestión de Nicolás Maduro.


El total de nuevos pobres en Venezuela entre 2013 y el primer semestre de 2015 superaría la población total de Uruguay, que según su último censo oficial situó su población en 3.323.906 habitantes.




Ante esta realidad, lamentablemente, hemos calificado a la actual gestión gubernamental como una verdadera fábrica de pobreza. Sacando el cálculo de cuántas personas diariamente son incluidas en el umbral de la exclusión bajo el mandato de Nicolás Maduro la cifra es de 5.254 personas. Haciendo una proyección, estimando que el crecimiento de la pobreza se ha mantenido igual desde junio de 2015 –un cálculo conservador debido al deterioro de todos los indicadores económicos- para el 1 de septiembre de 2016 tendríamos la cantidad de 14.403.125 personas pobres en nuestro país.


Recordemos los números oficiales. En los primeros dos años y medio de gobierno de Nicolás Maduro el porcentaje de hogares en condición de pobreza ascendió de 21,2%, en enero de 2013, a 33.1% en junio de 2015, incrementándose en un 11,9%. Sin embargo, en el número de personas pobres el repunte se sitúa en 64.94%, pasando de 7.378.258 personas en situación de marginación para diciembre de 2012 a 12.170.175 personas pobres en junio de 2015. En este período la cesta petrolera venezolana promedió los 79,29 dólares por barril y se obtuvieron cuantiosos ingresos por recaudación fiscal y préstamos internacionales, lo cual desmiente el argumento oficial de la llamada guerra económica y la caída de los precios petroleros como causas del actual aumento de la pobreza en el país.


La ineficiencia y la corrupción en la gestión de gobierno han dilapidado cuantiosos recursos que hubiesen permitido hacer sostenible la reducción de la pobreza en Venezuela, independientemente de la caída del ingreso. Hoy, en números totales, existen más pobres en Venezuela que lo registrado en 1997 cuando el INE contabilizó a 11.950.111 personas en condición de pobreza. El total de nuevos pobres en Venezuela entre 2013 y el primer semestre de 2015 superaría la población total de Uruguay, que según su último censo oficial situó su población en 3.323.906 habitantes. Entre 2006 y 2016 se perdió una década en la lucha contra la pobreza.


La gestión de Maduro está generando un impacto más negativo para los derechos sociales, que el ocasionado durante la aplicación de medidas antipopulares en la llamada ofensiva neoliberal de los años 90. Su gestión se ha convertido en una gran maquila de pobreza y exclusión social. Paradójicamente, el “Presidente Obrero” ha hecho más pobres a los trabajadores.


Esta dramática situación debería motivar una profunda reflexión entre los altos funcionarios del gobierno para implementar la rectificación de las políticas que, lejos de generar los resultados esperados, está llevando a más familias venezolanas a una situación de desesperanza e incertidumbre. Y según coinciden diferentes analistas, la situación del año 2017 sería más dramática, remontando la tasa de inflación en el país a cuatro dígitos.

En primer lugar el Ejecutivo debería convocar a todos los sectores de buena voluntad que deseen sumar esfuerzos para aumentar la producción y disponibilidad de alimentos. Seguidamente, reconocer que por sí mismo no es capaz, a corto plazo, de garantizar los medicamentos para el disfrute del derecho a la salud, permitiendo que los organismos internacionales remitan ayuda humanitaria, la cual sería distribuida por los propios canales estatales. En tercer lugar volver a impulsar el diálogo tripartito entre los funcionarios estatales, representantes de los empresarios y, especialmente voceros de los trabajadores, para aprobar una serie de medidas para proteger el salario y la capacidad adquisitiva de los venezolanos. Los próceres del socialismo bolivariano deben salir del aire acondicionado y conectarse con los padecimientos y angustias de la gente común, no continuar dándoles la espalda. (Publicado en Correo del Caroní)


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Published on September 29, 2016 17:56

September 25, 2016

Así fué el 1er Aniversario Humano Derecho


El jueves 08 de septiembre de 2016 el radioweb show Humano Derecho celebró su primer aniversario en la Sala Cabrujas de Caracas en un evento gratuito con la presentación de La Pequeña Revancha, Zombies No y Jimmy Flamante, además de la proyección del documental Blackout”, sobre la libertad de expresión en Venezuela.


En este video resumimos aquella jornada. Más sobre Humano Derecho en su sitio web www.humanoderecho.com


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Published on September 25, 2016 15:43

September 22, 2016

Ànteros – Lunas

“El nacimiento de Ànteros, formado por miembros de algunos de los más interesantes proyectos de underground patrio, es una de las mayores sorpresas que nos hemos llevado durante este 2016. Que gente de bandas como Viva Belgrado, Syberia, Erroma o incluso ex-militantes de formaciones de renombre como Toundra o Minor Empires y miembros de uno de nuestros sellos favoritos se involucren en un proyecto común, es algo que no podía más que generar las más altas expectativas entre los seguidores de estos estilos” http://keepanopenmind.es/exclusiva-escucha-un-tema-nuevo-de-anteros/


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Published on September 22, 2016 20:08

September 19, 2016

Ni desquite ni revancha: Democracia

Rafael Uzcátegui


En las pasadas elecciones del 6-D los candidatos del oficialismo sumaron más de 5 millones y medio de votos, una cantidad que recuerda que el proyecto bolivariano cuenta, todavía, con una importante base social de apoyo. Aunque los dislates de Maduro la reduzcan a su mínima expresión, lejos de desaparecer, esta identidad continuará protagonizando el panorama socio-político endógeno. Por otra parte la mitad de ellos, según diferentes sondeos de opinión, siguen fieles al barinés supremo, rechazando por diferentes motivos la gestión del tío político de Francisco Flores y Efraín Campo. Cualquier analista que no escriba con tinta color bilis recomendará que este segmento debe incorporarse, genuinamente, al proyecto de reconstrucción del país. Como el debate al respecto es largo y tendido, por ahora nos ocuparemos de lo inmediato: La convocatoria al Referendo Revocatorio.


Derrumbado el mito de la invencibilidad en elecciones y la representatividad de las mayorías nacionales, el último factor de cohesión del universo chavista lo representa la amenaza de la retaliación. Así lo expresan en sus intercambios: Somos malos, pero ellos son peores; Te damos poco, pero si ellos llegan a ganar tú no tendrás nada. Por ello quienes deseamos dejar atrás los errores, del presente y del pasado, debemos ser más que quienes anteponen la venganza a la justicia, proyectando al infinito la forma criolla de hacer política basada en el resentimiento. Por eso la gesticulación, el lenguaje corporal y el tono de muchos que conjugan el verbo revocatorio suena a vendetta, a cabezas de tirios y troyanos rodando por el suelo. Quienes no somos políticos debemos resignificar lo que significa el proceso revocatorio, ahuyentando demonios y en caso que alguno asome la cabeza, exorcizarlo con todas nuestras ganas.


Los venezolanos y venezolanas tenemos la posibilidad de evaluar la gestión de los funcionarios y funcionarias, electos por voto popular, mediante un mecanismo de democracia directa llamado “Referendo Revocatorio”. Su inclusión en la Carta Magna no fue un favor ni una concesión de nadie, sino un derecho conquistado por el pueblo venezolano. En tercer lugar, las autoridades deben generar las condiciones para facilitar, y no para obstaculizar, la activación del mecanismo y permitir la participación de quien lo desee, sin temor a ningún tipo de represalias. Estos son los tres mensajes claves que deberíamos emitir desde ese espacio gelatinoso llamado “sociedad civil”, es decir, todos aquellos que no somos Estado (ni queremos serlo).


Si el presidente Nicolás Maduro no puede ejercer las funciones que le fueron encomendados por el voto universal y secreto, debe ceder el paso a quienes si pueden cumplir las expectativas. Cualquier funcionario, de ahora en adelante, debería saber que sus años de gestión no significan períodos de gracia para arbitrariedades, nepotismos y abusos de toda índole. Por tanto no es desquite ni revancha, sino un poco de más democracia. @fanzinero (Publicado en Tal Cual)


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Published on September 19, 2016 18:55

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Rafael Uzcátegui
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