Rafael Uzcátegui's Blog, page 25

September 10, 2018

Sobre el show de los “retornados” de Perú

Rafael Uzcátegui


Después de meses de negar la crisis migratoria la vocería de Nicolás Maduro, súbitamente, ha comenzado a construir una narrativa para explicar la salida de venezolanos del país. En síntesis, consiste en afirmar que 1) No son tantos como se dice y 2) Los que salen lo hacen bajo engaño, siendo explotados y maltratados en su destino por lo que desearían regresar.


He insistido en otras oportunidades que la fórmula de la simulación democrática madurista consiste en mantener una clientela de apoyo, ahora calculada entre el 15 y 20% de la población, que le permita ganar procesos electorales fraudulentos, tras desestimular, neutralizar y fragmentar la participación de sus contrarios. La mayoría de las políticas públicas de los años recientes están dirigidas a beneficiar a este sector, por lo que la discriminación por razones políticas sería parte estructural de nuestra dictadura del siglo XXI. Siendo así, el gobierno consideraba como opositores, o no sufragios a su favor, a los que venían cruzando la frontera, como incluso lo sugirieron las palabras del Defensor Constituyente del Pueblo, Alfredo Ruiz, cuando declaró que la diáspora estaba conformada por jóvenes de clase media “que no podían entrar a discotecas”. Sin embargo, la magnitud del éxodo hizo que las dos últimas oleadas migratorias –personas de los sectores populares, por un lado, y militantes de base y de sectores medios del chavismo más recientemente-, hayan comenzado a generar inquietudes en ese 15-20% de la clientela bolivariana.


Esta suposición parecería confirmarse por los datos recientes divulgados por la empresa Consultores 21: “17% de las personas que quieren salir de Venezuela se declara maduristas y el 66% son chavistas, no maduristas”. Según los datos, la correlación política de la migración, decididamente opositora en las dos primeras oleadas –empresarios y clase media-, se había modificado: “la cantidad de chavistas que desean salir del país –concluyó la encuestadora- es superior a la de opositores alineados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)”. En consecuencia, dos posibilidades: El madurismo “duro” está siendo impactado en sus fidelidades por la separación de miembros del núcleo familiar o, sencillamente, han comenzado a preparar maletas. Por esta razón el discurso sobre el fenómeno generado por Miraflores tendría como objetivo hacerlos desistir de emprender la huida o ideologizar la explicación del problema. Los mensajes no están pensados ni para usted ni para mí, sino hacer control de daños en su bastión de apoyo de las imágenes de los caminantes venezolanos por las autopistas colombianas.


Si necesita descifrar algún sentido de lo que parecen decisiones irracionales del chavismo realmente existente, el madurismo, le propongo que haga ese ejercicio: Razonar cuál es el impacto deseado en ese 15-20% de la población para el cual gobierna. @fanzinero

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Published on September 10, 2018 09:38

September 4, 2018

Videos: Música por Medicinas

Así estuvieron las primeras jornadas de “Música por Medicinas”, donde se promueve el canje de medicamentos vigentes por música en diferentes formatos físicos.


Caracas



Barquisimeto

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Published on September 04, 2018 07:53

Paraguaipoa

Rafael Uzcátegui


El pasado 7 de agosto un grupo de activistas viajamos hasta Paraguaipoa, en el municipio Guajira del estado Zulia, para acompañar a José David González y su equipo a propósito de la conmemoración de los 19 años del Comité de Derechos Humanos de La Guajira. Durante casi dos décadas, esta iniciativa ha atendido a las comunidades wayuu, yukpa y añu de la región en sus denuncias sobre las vulneraciones a su dignidad, que aumentaron exponencialmente a partir del año 2010 con la creación del “Distrito Militar de La Guajira”. El Comité, incluso sorteando el racismo que ha permanecido incólume en tiempos bolivarianos, ha rechazado las campañas de criminalización que señalaban a los indígenas como responsables de la escasez y el contrabando hacia la frontera. Por esta labor, González fue reconocido con el premio de la Embajada de Canadá a los defensores de derechos humanos destacados de Venezuela.


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Ante la imposibilidad del transporte público, por aire o tierra, nos desplazamos más de 900 kilómetros hasta la “tierra frente al mar”, según el significado wayuunaiki. Cuando se cruza el puente sobre el Río Limón pareciera que la civilización quedara atrás. Las llamadas “chirrincheras” son el único medio de transporte público, camionetas donde las personas se acomodan en todos los espacios posibles, incluyendo en techos y capós de los automóviles, desafiando leyes de gravedad y generando víctimas mortales y lesionados. Durante el trayecto fuimos testigos del cobro de vacunas por parte de los funcionarios en las alcabalas, multiplicadas ante la necesidad de aumentar las coimas en días de crisis económica.


Si en Maracaibo la falta de electricidad es noticia, en La Guajira la novedad es cuando llega la corriente. De las 48 horas que duró nuestra presencia en la zona, sólo tuvimos 6 horas con luz. El añadido es que junto al apagón desaparecen las señales de telefonía celular, por lo que la incomunicación es total. Los pobladores se han amoldado a estas circunstancias, durmiendo en los portales de las viviendas, atajando las caricias de la agradable brisa nocturna. En 2011 Hugo Chávez inauguró un Parque Eólico que costó 255 millones de dólares que, según los vecinos, sólo funcionó las 3 horas que duró el acto. Hoy muestra los signos del desmantelamiento tolerado por los militares que custodian aquellos molinos de cemento. Como una triste metáfora de la parálisis que nos embarga se relata que, a sólo 32 kilómetros, pasando la frontera en Maicao, las zonas rurales cuentan con paneles solares que permiten dos y tres bombillas y recargar los celulares.


En Paraguaipoa usted no puede pagar nada con tarjeta o transferencia, pues todo se comercia en efectivo. Es la manera tradicional de no dejar rastros en un contexto donde para sobrevivir hay que nadar en la economía ilegal.


Por los testimonios que escuchamos, una y otra vez, La Guajira es un territorio controlado por los pranes del contrabando, cuya jefatura porta uniformes verdeoliva. Luego de salir de la emisora Fe y Alegría, a media mañana, mataron a dos adolescentes por sicariato. Según, hay una nueva jefa en la zona, que está limpiando el terreno a punta de plomo. El hecho no apareció en medio alguno.


En medio de estas particulares circunstancias, ¿Cuáles son las demandas de José David y su grupo? Las enlistamos: Reanudar la consulta de la Ley de Demarcación de Tierras; reactivar el diálogo entre las comunidades, los pueblos indígenas y las organizaciones estadales, regionales y municipales; generar propuestas de planes de acción para el gozo pleno de los servicios públicos; revisión y socialización de los acuerdos internacionales de Venezuela con los países en materia de hidrocarburos y de recursos naturales; reactivar la Comisión de Demarcación de Tierras; iniciar en conjunto las comunidades, los pueblos procesos de creación de protocolos de consulta y de demarcación de tierras; iniciar en conjunto las comunidades, los pueblos procesos de creación de protocolos de consulta previa, libre e informada; paralizar los proyectos mineros extractivos en zonas indígenas hasta que se presenten a los pueblos y comunidades indígenas las longitudes y los impactos ambientales; reactivar los planes de salud indígena en comunidades amenazadas por la malaria, el sarampión; implementar la Educación Intercultural Bilingüe propia de los pueblos indígenas; crear un espacio de formación permanente con la participación del Comité de Derechos Humanos de la Guajira, junto con organizaciones y aliados para los funcionarios públicos y cuerpos de seguridad; y finalmente la apertura inmediata de la frontera. @fanzinero

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Published on September 04, 2018 07:14

August 19, 2018

Veneco 30: Especial de punk y hardcore maraco

En momentos en que el Zulia es castigado, sin clemencia, por la corrupción y la ineficacia de la dictadura, nos lanzamos este Veneco especial.


Playlist


1) Primero Venezuela: “Hasta cuando”

2) Trauma: “Guardia Nazional”

3) Convicción Hardcore: “Vamos mi gente”

4) Baigón: “Policías, militares y demás basura”

5) La Naranja Mecánica: “Vive”

6) KAFC: “Me niego a morir”

7) Aires de Rebelión: “Sangre en las corridas”

8) Doña Maldad: “Todos saben, creen, todos pueden”

9) Sistema Diez: “Rio de antorchas”

10) ODIO: “Somos más”

11) GAS: “Experto cobarde”

12) Frente de Ira: “Identidad”

13) Mustang 78: “Motorpunk”

14) Cinco Minutos Más: “No queda más”

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Published on August 19, 2018 15:55

August 16, 2018

La paradoja colombiana de la paz

Rafael Uzcátegui


Recientemente tuve la suerte de escuchar a Rodrigo Uprimny, fundador de la ONG Dejusticia y miembro del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, haciendo un resumen magistral sobre la evolución del llamado acuerdo de paz en Colombia, y haciendo algunas reflexiones sobre su futuro a raíz de la victoria del candidato Iván Duque a la presidencia colombiana. Aquello ocurrió en el taller global de Investigación Acción promovido por Dejusticia, bajo el sugerente título “Reimaginar el futuro del movimiento de derechos humanos”, en el cual activistas de una docena de países del sur global tuvimos la oportunidad de reflexionar desde el eje cafetero del país.


Me tomé la libertad de grabar y transcribir parte de aquella intervención, útil para opinar sobre el tema en el contexto venezolano, proclive a opinar sobre lo humano y lo divino con los lentes estrechos de la polaridad chavismo/antichavismo.


“Tuvimos en Colombia una guerra de 50 años con costos humanitarios tremendos, 6 millones de desplazados, con excepción de Guatemala, con más desaparecidos que todas las dictaduras de América Latina, una cantidad enorme de personas asesinadas y secuestradas. Además, la violencia relacionada con el conflicto armado, las otras violencias, las que vienen de las economías criminales, narcotráfico, explotación ilegal minas.


No era el acuerdo que iba a revolucionar a Colombia, pero tampoco era el acuerdo que simplemente acababa la guerra. Era un acuerdo que acababa la guerra, las FARC se desmovilizaban y se transformaban en un actor político con un mecanismo de verificación para que eso ocurriera, como efectivamente ocurrió. Lo segundo era que enfrentaba las violaciones de DDHH con un sistema de justicia transicional que es único, de lo que yo conozco, en el mundo.




En Colombia tenemos una paradoja: Tenemos un Estado débil con instituciones fuertes. Donde el Estado controla hay institucionalidad fuerte, y donde no lo hace hay grupos armados. Esos son dos países que están íntimamente relacionados, con conexiones. Por otro lado, tenemos un extremado legalismo, pues casi todos nuestros problemas políticos terminan en discusiones jurídicas.



¿Qué es lo nuevo con el proceso de paz? Para muchos de nosotros era la posibilidad de acabar con la paradoja colombiana en un sentido positivo. Porque uno podría acabarla terminando con la democracia, por ejemplo: “Este es in país horroroso, tengamos una dictadura. Punto”. O uno puede acabarla con un sentido progresista: “Salgamos de la guerra de una manera negociada, porque así podremos afrontar los problemas de control territorial del Estado y con ello una paz territorial”, con lo que al mismo tiempo lograremos tener un Estado fuerte con un Estado de derecho fuerte. Y eso lograría normalizar a Colombia, para poder tener las discusiones usuales que se dan en otros países: Pobreza, desigualdad, derechos sociales, etc.



Para quienes apoyábamos el acuerdo de paz con las FARC ese era la doble apuesta: Terminar el conflicto armado, que es costoso y doloroso, pero sobre todo que terminando el proceso de paz se activaran procesos de transformación democrática importantes, que nosotros llamábamos una “paz fundacional”. Otros querían una “paz chiquita”, una en la que simplemente la guerrilla se desmovilizara y entregara las armas y se sometiera a la justicia, con algunos beneficios. Ese debate era entre el reconocimiento que el conflicto armado generaba algunas fracturas, políticas y sociales en Colombia, o la idea que Colombia era un país integrado, donde había una cantidad de guerrilleros narcotraficantes que había que darles una oportunidad de desmovilizarse y punto. Esta es la discusión que está en el corazón de los debates actuales.



¿Qué fue lo que pasó con el Proceso de Paz? Resumo. Se logró lo que algunos de nosotros calificábamos como un muy buen acuerdo, en lo sustantivo. En lo formal muy malo porque el acuerdo de paz tiene 310 páginas, y eso no es un tema menor, que tuvo que ver con la derrota del plebiscito. ¿Por qué se logró un muy buen acuerdo? Porque era un acuerdo en la mitad. No era el acuerdo que iba a revolucionar a Colombia, pero tampoco era el acuerdo que simplemente acababa la guerra. Era un acuerdo que acababa la guerra, las FARC se desmovilizaban y se transformaban en un actor político con un mecanismo de verificación para que eso ocurriera, como efectivamente ocurrió. Lo segundo era que enfrentaba las violaciones de DDHH con un sistema de justicia transicional que es único, de lo que yo conozco, en el mundo. Es un acuerdo en donde las partes en vez de darse recíprocamente impunidad deciden someter sus crímenes a un sistema integral de justicia transicional, con todos los componentes que recomiendan los expertos. Creación de una Comisión de la Verdad; robustecimiento de los mecanismos de reparación que ya existían; que hubiera mecanismos humanitarios, para establecer la suerte humanitaria, no la verdad y responsabilidad, de los desaparecidos y, finalmente, un sistema de justicia por donde pasaran los criminales, tanto del Estado como de la guerrilla, como de paramilitares como de terceros, que era algo que muchos decían que era imposible de lograr: “Una paz con justicia es imposible”.



¿Cuáles eran los temas polémicos? Los tipos de penas. El esquema era: Se amnistiaba el delito de rebelión, el delito de alzarse en armas. Que era un poco el reconocimiento del Estado en decir “yo no tengo que estar de acuerdo en que usted hizo una rebelión legítima, pero reconozco que había problemas que usted interpretó como un derecho a rebelarse, por consiguiente, eso no lo voy a castigar”. Pero todos los crímenes internacionales, de guerra y lesa humanidad, no eran amnistiables. Para esto se establecía un sistema intermedio entre uno exclusivamente punitivo (como Nuremberg) y otro meramente restaurativo (como Surafrica, que daban verdad y luego quedaban en libertad). Aquellos que contribuyan a la verdad, con garantías de no repetición, tienen el máximo componente restaurativo y el mínimo retributivo, pues la sanción es restricción de la libertad por fuera de la cárcel y con el deber de hacer labores de desminado, ayudar a las víctimas, etc. Los que respondían tardíamente pero contribuían a la verdad estaban a la mitad, tenían que dar su testimonio con penas de cárcel de 5 a 8 años. Los que no contribuían a la verdad y no reconocían su responsabilidad, y eran demandados por la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), esos serían sancionados con penas de cárcel disminuidas para las sentencias ordinarias pero altas para los estándares colombianos, o sea hasta 20 años. Ese era el esquema.



Ese esquema fue extremadamente difícil de lograr por que las FARC siempre decían “Si no fuimos derrotadas militarmente ¿por qué vamos a terminar convertidos en delincuentes? Eso es una humillación”. Un guerrillero o un militar pueden aceptar muchas cosas, menos la humillación. Entonces el Estado les respondía: “Pero no es sólo usted, aquí va a entrar todo el mundo” lo cual ya daba cierta dignidad por que se creaba un sistema de justicia para todos. Esto facilitó la discusión. A veces respondían “Dígame usted que guerrillero negoció para finalmente entrar en la cárcel”. Entonces se les decía “Todos negociaron antes de la Corte Penal Internacional, ustedes están en un lío”. Recuerdo que, en una discusión con unos ex guerrilleros muy antiimperialistas, me decían: “Hay un punto en el que estamos de acuerdo con los gringos, no nos gusta la Corte Penal Internacional”. Yo les dije: “Pues de malas: Los gringos pueden dejarla de lado, pero ustedes no. Deben aceptar que el mundo cambió y ustedes lo que deben es negociar una paz con dignidad”. La fórmula fue encontrar, que era una cuadratura del círculo muy difícil, una sanción que fuera suficientemente digna para quien negocia y la acepte, pero suficientemente seria para la sociedad y las víctimas, para que no digan que eso era una tomadera de pelo. La idea que se encontró fue restricción efectiva de la libertad bajo cumplimiento de sanciones restauradoras. Esa fue la fórmula colombiana en lo sustantivo.



Los opositores comenzaron a decir que eso era impunidad. Nosotros, los defensores del acuerdo de paz, no logramos construir una narrativa que comunicara que esa era una justicia posible y suficiente en una paz negociada. También hubo problemas en el acuerdo que contribuyeron a su derrota en el plebiscito. El primero que se votó no clarificaba bien que era eso de “restricción efectiva de la libertad bajo cumplimiento de sanciones restauradoras”. Quedaba abierto, por lo que los opositores podían ridiculizarlo: “No salga de América latina. Allí está la libertad restringida”, por ejemplo. Fue un error que después de la derrota del plebiscito se clarificó y quedó bastante bien.



El segundo tema novedoso en el tipo de justicia promovida por el acuerdo de paz es el tipo de tribunal que se creó, que también generó polémica. Las FARC decían: “Si a nosotros no nos derrotaron, por qué nos vamos a someter a la justicia del enemigo”, sugiriendo un tribunal internacional. El Estado colombiano les respondía que un tribunal internacional no daba a lugar, “Este no es un Estado colapsado”, cosa que no aceptaba nadie en Colombia. Esto era otra cuadratura del círculo, por lo que la solución también fue ingeniosa: “Bueno, será un tribunal nacional pero que nazca del acuerdo”. Esta es la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). Esto generó muchas tensiones con la comunidad jurídica colombiana, que decían “pero si nosotros somos un sistema jurídico hiper-sofisticado, tenemos una corte suprema que funciona”. Entonces generó toda suerte de dificultades, pero fue la fórmula que se encontró.



El tercer desafío de armonizar justicia y paz, en ciudades que salvo períodos relativamente cortos vivieron directamente la violencia, aunque sí sus efectos, era como explicar que había que dejarlos participar en política, a las FARC. La esencia de un acuerdo de paz es que se pase de ser un actor armado a un actor político, que es el núcleo de la negociación. Era obvio que las FARC iba a participar en política, pero el problema era quienes y cuando. Algunos decían “Sí, pero no los responsables de crímenes internacionales”. Ese argumento era malo porque toda la comandancia de las FARC iba a terminar como responsables de crímenes internacionales. Al menos del crimen de secuestro, pues las FARC habían sacado un documento, la Ley 02, donde ponían cuales eran sus políticas de secuestro. Entonces la respuesta fue que, aunque las personas sean responsables de crímenes de lesa humanidad no les inhibirá de participar en política. En eso hubo entre las partes un acuerdo relativamente rápido, muy cuestionado por la derecha. Es un tema difícil y sensible. Ese punto quedó con ambigüedad porque tienen que cumplir sanciones, tienen que ser juzgados, pero es no les inhibe de participar en política. Allí hay un debate que aún sigue abierto y la Corte Constitucional sentenció que le correspondería a la JEP mirar como armoniza las dos cosas. Allí hay un tema abierto que ha generado problemas de legitimidad, que lo que la gente ve es que los grandes comandantes andan por ahí libres, haciendo política, van al Congreso y ¿la justicia qué? Allí hay un lio de legitimación del acuerdo entre participación política y justicia.



El presidente electo Duque era el más moderado de los candidatos del uribismo, aunque no sabemos qué tan autónomo sea con respecto a Uribe. Los defensores del proceso de paz tenemos que consolidar el mensaje al nuevo gobierno que su victoria en segunda vuelta, que fue clarísima, no es un mandato para reformar los acuerdos. El pueblo no le dio un mandato para deshacer los acuerdos y reformarlos, porque este es precisamente el discurso que tienen muchos uribistas. Nuestra posición es que el gobierno no puede deshacer unilateralmente un acuerdo de paz, primero porque lo que hace es fortalecer las disidencias. La cúpula de las FARC no va a volver a la guerra, pero eso fortalecería las disidencias internas y haría imposible cualquier futura negociación con el ELN. Es segundo lugar por los riesgos de credibilidad del Estado colombiano, de vulnerar la palabra comprometida. Porque ese acuerdo no fue con el gobierno de Santos: Fue Santos, aprobado por el Congreso, ratificado por la Corte Constitucional, todo el Estado”. @fanzinero

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Published on August 16, 2018 18:34

August 4, 2018

Deutsche Welle: Venezuela: La huida de un Estado fallido

Muy buen documental sobre una realidad que quema los ojos. Durante mucho tiempo escuché de boca de los chavistas que la Deustche Welle era un canal mucho más objetivo que el resto, especialmente CNN. Aquí está pues

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Published on August 04, 2018 19:05

July 24, 2018

Así estuvo “Música por Medicinas”

Despertando la solidaridad dormida y estimulando el canje de medicamentos por discos. Dos días en un tremendo ambiente, con música en vivo, y recuperando el derecho a esparcirnos a pesar de la crisis, la inseguridad y el Estado.


Algunas imágenes














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Published on July 24, 2018 11:40

July 19, 2018

7 preguntas frecuentes sobre la renuncia

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Rafael Uzcátegui


Quienes hemos venido promoviendo la creación de un movimiento nacional para presionar por la renuncia de Nicolás Maduro, nos hemos encontrado con preguntas frecuentes. Resumo en las siguientes siete:


1) ¿En qué consiste la propuesta de renuncia de Maduro?


La crisis venezolana debe resolverse democráticamente, consultando al pueblo sobre cuáles deberían ser los destinos del país. Sin embargo, el principal obstáculo para la realización de elecciones libres y con garantías democráticas se llama Nicolás Maduro. La propuesta concreta es la conformación de una gran plataforma nacional, integrada por todos los sectores del país, que obligue a Nicolás Maduro a renunciar a la presidencia del país, para de esta manera aplicar lo establecido en el artículo 233 de la Carta Magna.


2) La renuncia de Nicolás Maduro no va a suceder, es utópico, es irreal…


Para responder esta pregunta queremos recordar las palabras del padre Luis Ugalde en su artículo “La enfermedad, el remedio y la ruta”: “Proponer abiertamente las vías de solución no es delito, pero sí lo es ocultar con cinismo, disimular con el silencio y agravar con la inacción”. En esta oración hay 4 elementos que destacamos: El debate franco y abierto, el ocultamiento cínico, el silencio para disimular lo que realmente se piensa y no se puede decir y, por último, la inacción.


Rápidamente descartamos el no hacer nada, ser espectadores pasivos de la situación, esperando que todo se resuelva en la “perfección de los tiempos divinos”. Apostamos al debate transparente, base de la construcción de alguna acción consensuada, contrario a algunos líderes de partidos políticos que han venido incurriendo en el apolítico silencio y ocultamiento. Algunos de estos voceros han pasado del doble-discurso -a) Promover el Referendo Revocatorio sin creer en su viabilidad; b) Apoyar públicamente las protestas y en secreto actuar para enfriarlas; c) Afirmar que no se participará en elecciones promoviendo individualidades para cargos de elección popular- al silencio. Muchas personas opinan que el mutis de una parte de la clase política, para no generalizar, responde al mismo sentimiento de incertidumbre que sienten muchos venezolanos, después de las elecciones del 20 de mayo. No sólo no creemos en este argumento, sino que sostenemos que precisamente el silencio se debe a que han optado por estrategias que no pueden verbalizarse públicamente.


¿Cuáles son estas estrategias? Pasamos a enumerarlas:



a) La cohabitación. Siguiendo el mismo razonamiento que algunos tuvieron en el año 2013, cuando se sostenía que la crisis del país y las contradicciones internas imposibilitarían otro triunfo presidencial bolivariano en seis años. Esta estrategia plantea la acumulación de fuerzas en los próximos años, sacar la máxima ventaja posible de una recomposición de los actores opositores y no desgastarse en confrontaciones. Esta es la estrategia, que no pueden decir, de quienes están sacando cuentas para participar en un próximo certamen electoral, sin garantías y bajo la egida Constituyente. La cohabitación es la estrategia de quienes no califican al gobierno como una dictadura (o similares), y sostienen que aún se encuentra dentro del ámbito de la democracia.
b) La transición por implosión (o por milagro). Otros voceros opositores afirman que el gobierno está llegando a tal punto de inviabilidad, debido a la crisis económica y las sanciones internacionales, que solamente cabe esperar la implosión, pues “el gobierno se tumba sólo”. Sin mover un dedo, repartiendo anticipadamente cargos electorales según el supuesto tamaño de los partidos. En estas circunstancias la observación no participante no es consecuencia de la perplejidad, sino de una estrategia política.
c) El golpe de Estado:


d) La invasión militar (o la “injerencia humanitaria”).



Las dos últimas, declaraciones de impotencia política que nos abstendremos de comentar.

Tras colocar todas las cartas sobre la mesa, preguntamos ¿es la propuesta de renuncia menos factible que cualquiera de las anteriores?


3) Si las protestas del año 2017 no lograron que Maduro se fuera, por qué ahora sí pudiera ser posible


Las protestas del año pasado no pidieron la renuncia de Nicolás Maduro, sino las siguientes 4 peticiones: a) Calendario electoral b) Canal humanitario c) Respeto a la separación de poderes d) Liberación de los presos políticos. La propuesta es promover la diversidad de acciones, como un enjambre, con el punto único de la renuncia de Nicolás Maduro. La experiencia latinoamericana reciente posee diferentes episodios de la renuncia de primeros magistrados tras un proceso multidimensional de movilización ciudadana.


4) No es Nicolás Maduro el que debe renunciar, sino todo el chavismo en el poder


Lograr la renuncia de Nicolás Maduro sería el punto de quiebre de la coalición dominante, el eslabón más débil de la cadena, una salida negociada con el resto de los sectores del universo bolivariano, iniciando así un proceso transicional que haga posible que en algún futuro pueda actuar un verdadero sistema de administración de justicia y una auténtica Comisión de la Verdad. Nicolás Maduro es el principal responsable político de la serie de decisiones tomadas en el país desde el año 2013.


5) Exigir la renuncia de Nicolás Maduro es golpista


La falta permanente, como consecuencia de la renuncia, y con ello la convocatoria a elecciones a corto plazo es constitucional, presente en el artículo 233 de la Carta Magna.


 6) Promover la renuncia obstaculiza cualquier proceso de diálogo y la convocatoria a próximas elecciones


Ya está sobradamente demostrado que para Nicolás Maduro el diálogo es un mecanismo para ganar tiempo y desmovilizar tanto a la sociedad venezolana como a la comunidad internacional. Salvo votar “No” para rechazar un nuevo proyecto constitucional, participar en elecciones con Nicolás Maduro en el poder es repetir las experiencias posteriores a diciembre de 2015, en las que el chavismo ha encontrado la fórmula para ganarlas siendo minoría política en el país.


7) Quien me garantiza que tras la renuncia de Nicolás Maduro el chavismo no lo sustituya y se mantengan en el poder


Nadie. Sólo el movimiento ciudadano en la calle haciendo respetar el procedimiento establecido en el artículo 233 de la Carta Magna. Si es antes de la toma de posesión, asume el presidente de la Asamblea Nacional y se realiza un nuevo proceso electoral en los 30 días consecutivos siguientes. Si es después de la toma de posesión, pero antes de los 4 años, asume el Vicepresidente Ejecutivo, obligado también a una nueva elección dentro de los 30 días siguientes. En cualquiera de los dos casos la Constitución establece, sin ningún espacio para la duda, que deben convocarse elecciones a corto plazo. @fanzinero

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Published on July 19, 2018 18:39

July 16, 2018

Caracas: Fin de semana de música y activismo

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Published on July 16, 2018 09:28

July 8, 2018

El rock del cuartel

Para el próximo fanzine Humano Derecho queremos hacer una línea de tiempo con la actuación de bandas internacionales de rock en las tarimas del gobierno bolivariano. Por acción u omisión estas agrupaciones musicales aportaron para la construcción de la hegemonía política del autoritarismo, primero, y luego de una dictadura. Además, esta cronología vuelve a abrir la discusión si los artistas son completamente ajenos a los gobiernos que los contraten para los que tocan.


Por favor, si hace falta alguna presentación u concierto, pónmelo en los comentarios de este post. Gracias! El orden es la banda, ciudad de presentación, nombre del evento, sitio del mismo y, finalmente, el ente estatal que pagó la actividad


2017


Cactus, Maracay (Gillmanfest, Teatro de la Opera). Consejo Federal de Gobierno.


Tierra Santa, Caracas (Gillmanfest, Poliedro de Caracas). Consejo Federal de Gobierno.


2016


Skatalites, Caracas (Suena Caracas, Teatro Municipal). Alcaldía de Caracas


ANIMAL, Caracas (Suena Caracas, Parque Hugo Chávez). Alcaldía de Caracas


Obus, Caracas (Gillmanfest, Poliedro de Caracas y Teatro Teresa Carreño). Ministerio de Cultura, Alcaldía de Caracas y Consejo Federal de Gobierno.


2015


Vicentico, Caracas (Suena Caracas, Plaza Diego Ibarra). Alcaldía de Caracas


La Ley, Robi Draco Rosa; Caracas (Suena Caracas, Parque Los Caobos). Alcaldía de Caracas


Los Auténticos Decadentes, Caracas (Suena Caracas, Teatro Municipal). Alcaldía de Caracas


Guerra Santa, Caracas (Suena Caracas, Parque Los Caobos). Alcaldía de Caracas


Bersuit Vergarabat, Caracas (Suena Caracas, Teatro Municipal). Alcaldía de Caracas


No te va a gustar, Caracas (Suena Caracas, Teatro Nacional). Alcaldía de Caracas


Brujería, Caracas (Suena Caracas, Poliedro de Caracas). Alcaldía de Caracas


Bahiano, Caracas (Suena Caracas, Teatro Nacional). Alcaldía de Caracas


Angelus Apatrida, Mérida (Gillmanfest, Complejo Deportivo 5 Aguilas Blancas). Ministerio de Cultura, Consejo Fedearl de Gobierno y Alcaldía de Mérida.


Ratos de Porao, Caracas. (Gillmanfest, Plaza Diego Ibarra). Ministerio de Cultura y Alcaldía de Caracas.


ANIMAL, Maracay (Gillmanfest, Parque de Ferias San Jacinto). Gobernación de Aragua, Consejo Federal de Gobierno y Alcaldía de Girardot.


Malón, Carirubana (Gillmanfest, Polideportivo Manaure). Consejo Federal de Gobierno, Gobernación de Falcón y PDVSA.


2014


Café Tacuva, Caracas (Suena Caracas, Plaza Diego Ibarra). Alcaldía de Caracas


Bersuit Vergarabat, Caracas (Suena Caracas, Teatro Nacional). Alcaldía de Caracas


Carcass, Guerra Santa, Masacre y Rata Blanca, Caracas (Suena Caracas, Poliedro de Caracas). Alcaldía de Caracas


Aterciopelados, El Cuarteto de Nos; Caracas (Suena Caracas, Plaza Diego Ibarra). Alcaldía de Caracas.


Soziedad Alkoholica, Acarigua (Gillmanfest, Estadio de Beisbol “Bachiller Julio Hernández Molina”). Consejo Federak de Gobierno y Gobernación de Portuguesa.


Sherpa, Caracas (Gillmanfest, Poliedro de Caracas). Alcaldía de Caracas, Ministerio para la Juventud, PDVSA.


2013


Annhilitator, Mérida (Gillmanfest, Plaza de Toros). Gobernación de Mérida.


Saxon, Caracas (Gillmanfest, Plaza Diego Ibarra). Alcaldía de Caracas.


2012


Sepultura, Maracay (Gillmanfest, Parque de Ferias San Jacinto). Gobierno Bolivariano de Aragua, Cantv.


Fear Factory, Valencia (Gillmanfest, Parque Recreacional Sur). Alcaldía de Valencia.


Destruction y Tren Loco, Caracas (Gillmanfest, Plaza Diego Ibarra). Ministerio de Cultura, Alcaldía de Caracas.


Manu Chao, Caracas (Plaza Diego Ibarra) y Maracaibo (Estadio Luis Aparicio). Ministerio de Cultura.


2011


Uriah Heep, Caracas y Maracay (Gillmanfest, Teatro Teresa Carreño y Parque de Ferias San Jacinto). Ministerio de Cultura.


Kraken, Maracay (Gillmanfest, Parque de Ferias San Jacinto). Ministerio de Cultura, Gobierno Bolivariano de Aragua.


Over Kill y Rata Blanca (Gillmanfest, Avenida Perimetral). Gobernación de Sucre.


Brujería, Cabimas (Gillmanfest, Estadio de Beisbol Víctor Davalillo). Alcaldía Bolivariana de Cabimas.


Rata Blanca, Barquisimeto (Gillmanfest, Complejo Ferial Biocentenario). Ministrerio de Cultura, Alcaldía de Iribarren, Instituto Nacional de Juventud


2010


Tim Ripper Owens, Maracay (Gillmanfest, Parque de Ferias San Jacinto). Gobernación de Aragua, Alcaldía de Girardot.


Lujuria, Maracay (Gillmanfest, Parque de Ferias San Jacinto). Alcaldía de Girardot, Instituto Nacional de Juventud, Ministerio de Comunicación e Información.


Todos Tus Muertos, Caracas (Día Internacional de los Jóvenes, Plaza Venezuela). Instituto Nacional de la Juventud


 2008


Dios Salve a la Reina, Barinas (Gillmanfest, Ciudad Deportiva Antonio José de Sucre). Fondo Unico Social, Gobernación de Barinas, Pequiven, Misión Ché Guevara.


Megadeth y Testament, Valencia (Gillmanfest, Polideportivo Misael Delgado).  Gobernación de Carabobo, Fondo Unico Social, Instituto Nacional de Juventud, Misión Che Guevara, Venetur, Pequiven.


2007


Rata Blanca y Kraken, Valencia (Gillmanfest, Complejo Deportivo Bicentenario Simón Bolívar). Gobernación de Carabobo, Instituto Nacional de Juventud


2006


Dios Salve a la Reina, Puerto La Cruz (Gillmanfest, Paseo Colón). Gobernación de Anzoátegui.


Manu Chao, Poliedro de Caracas. Alcaldía Mayor Caracas


2005


Paul Dianno, Valencia (Gillmanfest, Complejo Deportivo Bicentenario). Ministerio de Cultura, Gobierno Bolivariano de Carabobo.

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Published on July 08, 2018 17:34

Rafael Uzcátegui's Blog

Rafael Uzcátegui
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