Rafael Uzcátegui's Blog, page 12

February 24, 2022

Contra las anexiones y la agresión imperial. Una declaración de anarquistas rusxs contra la agresión rusa en Ucrania

Esta declaraciópn apareció en ruso en avtonom.org, un proyecto de comunicación que nació de la red comunista libertaria Acción Autónoma.

Ayer, el 21 de febrero, una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Ruso sesionó. Como parte del acto teatral, Putin forzó a sus lacayos más próximos a “pedirle” publicamente que reconociera la independencia de las llamadas “repúblicas populares” de Luhansk [RPL] y Donetsk [RPD] en el este de Ucrania.

Es bastante obvio que este es un paso hacia la posterior anexión de estos territorios por Rusia, sin importar como se formalice (o no) legalmente. De hecho, el Kremlin deja de considerar a la RPL y RPD parte de Ucrania y finalmente las hace sus protectorados. “Primero el reconocimiento de independencia, luego la anexión”: esta secuencia ya se efectuó en 2014 en Crimea. Esto también queda claro en las estúpidas reservas de Naryshkin [representante permanente por Rusia] en la reunión del Consejo de Seguridad (“Sí, apoyo la entrada de estos territorios a la Federación Rusa”).1 Ya que esta reunión, como resulta, fue grabada y retransmitida (no en vivo) y estas “reservas” no fueron editadas… el mensaje está claro.

En un “llamado al pueblo” esa misma tarde, Putin pareció “estar de acuerdo” con estos pedidos y anunció el reconocimiento de la RPL y RPD como estados independientes. De hecho, dijo lo siguiente: “nos llevaremos un pedazo del Donbass, y si Ucrania sacude el bote, entonces que se culpe a sí misma, nosotros no la consideramos un Estado en absoluto, así que tomaremos aún más”. De acuerdo al decreto de Putin, tropas rusas ya están entrando al territorio de la RPL y RPD. Esto es un claro gesto de amenaza hacia el resto de UCrania y especialmente hacia las partes de las regiones de Luhansk y Donetsk aún bajo el control de Ucrania. Esta es la verdadera ocupación [en el sentido de que hasta ahora, Luhansk y Donetsk solo estaban ocupadas por proxy].

No queremos salir a defender a ningún estado. Somos anarquistas y estamos contra cualquier frontera entre naciones. Pero estamos contra esta anexión, porque solo establece fronteras nuevas, y la decisión de esto se hace solo por el líder autoritario Vladimir Putin. Esto es un acto de agresión imperialista por Rusia. No nos hacemos ilusiones sobre el estado ucraniano, pero está claro para nosotres que no es el principal agresor en esta historia; esto no es un enfrentamiento entre males iguales. Primero que nada, esto es un intento del gobierno autoritario ruso de resolver sus problemas internos por medio de una “pequeña guerra victoriosa y la acumulación de tierras” [una referencia a Iván III].

Es bastante probable que el régimen del Kremlin construya algún tipo de espectáculo de “referéndum” en las tierras anexionadas. Tales performances ya tuvieron lugar en la RPL y RPD en 2014, pero ni siquiera Moscú reconoció sus resultados. Ahora, aparentemente, Putin decidió cambiar esto. Por supuesto, no puede haber mención alguna al “voto secreto y libre” en estos territorios: están bajo el control de bandas militarizadas completamente dependientes de Moscú. Aquellxs que se opusieron a estas bandas y a la integración con Rusia fueron asesinades o forzades emigrar. Así, cualquier “referéndum sobre la devolución como de una nave perdida a su puerto natal” sería una mentira propagandística. Les residentes del Donbass serán capaces de formular su decisión solo cuando las tropas de todos los estados -y en primer lugar de la Federación Rusa- abandonen estos territorios.

El reconocimiento y anexión de la RPL y RPD no traerá nada bueno a les habitantes de la propia Rusia.

Primero, en cualquier caso, traerá la militarización de todos los espacios de la vida, un aún mayor aislamiento internacional de Rusia, sanciones y un declive general del bienestar. Restaurar la infraestructura destruida y contemplar las “repúblicas populares” al presupuesto estatal tampoco será gratis: ambos costarán miles de millones de rublos que podrían invertirse de otra forma en salud y educación. No tengan duda: los yates de los oligarcas rusos no se harán más pequeños, será todo el resto los que empezarán a vivir peor.

En segundo lugar, el probable agravamiento del conflicto armado con Ucrania significará más soldados y civiles muertes y herides, más ciudades y pueblos destruidos, más sangre. Incluso si este conflicto no deviene en guerra mundial, las fantasías imperiales de Putin no valen una sola vida.

En tercer lugar, esto significará la mayor expansión del llamado “mundo ruso”: una loca mezcla de oligarquía neoliberal, rígido poder centralizado, y propaganda imperial patriarcal. Esta consecuencia no es tan obvia como el aumento en los precios de chacinados y las sanciones a smartphones… pero a la larga, es aún más peligrosa.

Te urgimos contrarrestar la agresión del Kremlin por todos los medios que veas meritorios. Contra la toma de territorios bajo cualquier pretexto, contra mandar al ejército ruso al Donbass, contra la militarización. Y finalmente, contra la guerra. Sal a las calles, difunde la palabra, habla con la gente a tu alrededor; tú sabes qué hacer. No te quedes en silencio. Pasa a la acción. Incluso un pequeño tornillo puede trabar los engranajes de una máquina mortal.

¡Contra toda frontera, contra todo imperio, contra toda guerra!

Acción Autónoma
https://es.crimethinc.com/2022/02/22/contra-las-anexiones-y-la-agresion-imperial-una-declaracion-de-anarquistas-rusxs-contra-la-agresion-rusa-en-ucrania

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Published on February 24, 2022 06:12

December 13, 2021

Discurso al recibir el Premio Franco-Alemán 2021 en Derechos Humanos

Al inicio de la Semana Internacional de los Derechos Humanos recibí la notificación que había sido seleccionado como parte de los 15 defensores y defensoras que los gobiernos de Alemania y Francia entregaban cada año un reconocimiento por su labor. Este reconocimiento fue entregado el 10 de diciembre, fecha en la que se recuerda la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, siendo el cuarto venezolano que recibe el galardón, luego de Liliana Ortega, Susana Raffalli y Luz Mely Reyes. Publico las palabras del discurso, en donde describo la significación de recibir un reconocimiento de esa magnitud en estos momentos:

DISCURSO RECONOCIMIENTO FRANCO-ALEMAN


Feliz 10 de diciembre. En primer lugar agradecer a los gobiernos de Francia y Alemania por esta distinción. Ser considerado como parte de los 15 defensores y defensoras de derechos humanos que deben ser reconocidos en este 2021, un año de dificultades y pandemia para el mundo y de agravamiento de la situación en nuestro país, no sólo es un honor, sino también una gran responsabilidad. La profundización de la emergencia humanitaria compleja en Coronavirus y la ratificación que han ocurrido entre nosotros crímenes contra la humanidad, hace que cada mañana me despierte con la sensación que no estamos haciendo lo suficiente, que necesito más y mejores herramientas para ayudar a quienes lo necesitan. Y aunque me ruborizo al pensar mi nombre fue seleccionado, y lo retribuiré con un mayor esfuerzo de mi parte, interpreto que lo que Francia y Alemania están reconociendo hoy es el esfuerzo grupal del gremio del que soy parte, el de los defensores de derechos humanos que hemos decidido mantenernos dentro del país en el momento en que más se nos necesita.

La respuesta positiva a nuestra tragedia es que hoy el movimiento de derechos humanos venezolano se encuentra presente en todos los estados del país, abordando temas diversos desde diferentes estrategias, que van desde la asistencia humanitaria a la realización de informes. Pero este tejido asociativo no hubiera sido posible sin una cultura de la cooperación y solidaridad que fue emergiendo en Venezuela durante muchos años, uno de las dimensiones positivas de haber sido un país que en algún momento fue rico en hidrocarburos. El petróleo nos modeló, para bien y para mal, como país. Y como sociólogo siempre trato de identificar los aspectos positivos que legó para nuestra sociedad y su cultura. Y estoy convencido que uno de ellos fue el habernos dado las condiciones materiales para ser desprendidos con los demás. El haber tenido ciclos de menores penurias económicas, al compararnos con nuestros países vecinos, logró construir una cultura igualitarista y solidaria, que nunca fue perfecta, pero que nos permitió incorporar la fraternidad a la identidad de lo que era ser un venezolano o venezolana. Aunque esos hilos horizontales han sido intervenidos y debilitados en los últimos años, aún es posible encontrar sus rastros, ecos que precisamente encuentran una caja de resonancia en los hombres, mujeres y otros géneros que hoy hemos hecho de la defensa de los derechos humanos no sólo una vocación, sino un estilo de vida. Pero los activistas, como seres humanos que somos, estamos tan rotos como el resto de los venezolanos, con muchos de nuestros seres queridos afuera y haciendo malabares para lidiar con la incertidumbre y el sentimiento de pérdida de cada día. Este reconocimiento, que es de todos y para todos mis colegas, nos hace sentir este Día Internacional de los Derechos Humanos menos solos y consolados en nuestros dolores secretos y profundos.

Finalmente quiero agradecer a mi familia, especialmente a mi esposa y colega Lexys Rendón. Sin el apoyo de ellos, y su comprensión, yo haría la mitad de las cosas que hago. Y no estaría hoy aquí, dirigiéndoles estas palabras. Gracias a todos y todas.

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Published on December 13, 2021 06:10

June 23, 2021

Derechos Humanos y Política

Rafael Uzcátegui

1) Política se ha convertido en una mala palabra entre nosotros, algo que describe una actividad realizada con oscuras intenciones. Los venezolanos y venezolanas nos encontramos agotados y cansados por la situación de país, que no se detiene en su deterioro. Las expectativas por lograr el cambio del estado de las cosas no se han cumplido y, en nuestra frustración, responsabilizamos a los políticos por esta situación. Si bien se han incurrido en muchos errores en la conducción del movimiento democrático por parte de los partidos políticos, también es cierto que ellos y nosotros nos hemos enfrentado a una situación desconocida: El progresivo desmontaje de la institucionalidad democrática. Y frente a esta situación inédita no hemos usado las herramientas y estrategias mas eficaces para lograr el retorno de la democracia. Estos tropiezos del liderazgo democrático han aumentado, entonces, nuestra desconfianza tanto sobre la política como sobre los políticos.

Sin embargo, la palabra “política” no sólo describe la actividad que hacen las personas dentro de una organización doctrinaria que busca el ejercicio del poder. La “política” es cualquier cosa que hacemos las personas para influir sobre nuestro entorno, y generar cambios en el actual estado de cosas. Y si la política realizada por una persona es importante, cuando un individuo se asocia con otras para tener mayor capacidad de influencia, es mucho mas eficaz. Siendo así, desde esta perspectiva amplia, “política” es todo aquello que hacemos las organizaciones de la sociedad civil para el logro de nuestros objetivos, aunque no queramos nunca ejercer un cargo público. Si intentar provocar cambios, en nuestro caso en positivo, es el objetivo de la política, tenemos que reconocer que todos nosotros y nosotras podemos hacer, y efectivamente hacemos, política en algún momento de nuestra vida.

2) Si la defensa y exigencia de nuestros derechos humanos es un acto político en sentido amplio, aunque no político-partidista, podemos pensar que el desprestigio de la palabra política también afecta alcanzar nuestros objetivos, que son la vigencia plena de los derechos reconocidos en la Constitución y la garantía de otros nuevos. Y esto es tan real que uno de las metas de los gobiernos populistas autoritarios, como el que ahora tenemos en nuestro país, es que la sociedad toda desconfíe de sus potencialidades, de su capacidad de asociarse y resolver sus problemas autónomamente. Es decir, que los ciudadanos hagan política. Y si la sociedad piensa que es incapaz, por sus propios medios de aportar a la solución de los problemas que afectan su vida, estará más dispuesta a entregarle esa responsabilidad a una persona, el caudillo o el representante máximo del Estado. Está siendo disciplinada para la delegación. Desde 1999 hemos sido testigos de cómo todo el aparato de propaganda gubernamental ha construido un culto a la personalidad, en Hugo Chavez primero y después, aunque en menor medida, sobre Nicolás Maduro, para convencernos que disfrutar de salud o acceder a una vivienda no es un derecho, sino una concesión, casi un favor, otorgado por ellos. Entonces, durante todo el ejercicio del poder del gobierno bolivariano ha existido una estrategia sistemática para quitarle capacidad a la gente y entregárselo a sus élites, a la cúspide del gobierno. Y aunque esto puede ocurrir mediante mecanismos violentos y de coerción, es mucho más eficaz cuando son consecuencia de la servidumbre voluntaria, cuando cada uno de nosotros piensa que la política es sucia y corrupta por naturaleza y por tanto, para no ensuciarnos, delegamos y entregamos todo a la élite gubernamental.

Resumimos: Es cierto que miembros de partidos políticos han incurrido en hechos de corrupción y, en diferentes ocasiones sus organizaciones no tienen mecanismos democráticos de toma de decisiones. Pero el desprestigio de nuestra potencialidad de asociarnos para resolver problemas, de hacer política en sentido amplio, es una política de Estado del autoritarismo, con el objetivo de mantener dividida y fragmentada a la sociedad, y que sea incapaz de modificar el actual estado de las cosas.

3) Los venezolanos nos encontramos en el peor momento de nuestra historia, por lo menos la que ha transcurrido desde 1958. La ausencia de democracia y la emergencia humanitaria compleja se han agravado durante la situación de pandemia. Siendo un momento extraordinario en nuestra vida, por tanto, demanda también que como ciudadanos hagamos más que lo que, en circunstancias normales, hacemos. Esta reflexión no es fácil. En el caso de Provea tuvimos muchos años conversando sobre ello, estimulados por nuestros colegas del movimiento de derechos humanos del Perú, que debido a su experiencia bajo Alberto Fujimori en los 90, un gobierno que llegó al poder mediante el sufragio y posteriormente se transformó también en una dictadura, desde muy temprano nos compartieron lo que aprendieron durante esos días. Desde los primeros signos de la deriva autoritaria bolivariana ellos nos decían, de diferentes maneras, que cuando en un país ocurre un quiebre de la institucionalidad democrática, las organizaciones de derechos humanos deben asumir un rol político. Un rol político en sentido amplio, como hemos venido explicando, no político-partidista. Y este rol político consiste, en pocas palabras, en sumar esfuerzos con otros sectores de la sociedad para lograr que retorne de la democracia. Esto nos exige, en nuestro caso, hacer más que lo que usualmente hacemos. Y seguramente contamos con recursos limitados y ya estamos desbordados de exigencias. Pero, lamentablemente, la gravedad de la situación lo amerita.

Como nos lo explicaron nuestros colegas peruanos este trabajo político, en sentido amplio, no es solamente sumarnos a los esfuerzos de articulación por el regreso de la democracia que ya existan, sino que si es necesario, convertirnos en actores clave en la apertura de nuevos espacios de confianza que permitan al resto de los sectores ponerse de acuerdo. Aunque se han visto casos, generalmente quienes participamos en una ONG o en una organización social o comunitaria no tenemos vocación de ejercer el poder en un cargo público, Y esto nos otorga un nivel de reserva moral que pudiera darnos la legitimidad de convocar o reforzar espacios de articulación, cuando por el desgaste del conflicto pareciera que no fuera posible que los representantes de los partidos políticos pudieran actuar juntos. Porque cuando un ciudadano o ciudadana interviene en los asuntos públicos, es decir, hace política, no quiere sustituir el rol del liderazgo partidista, sino precisamente generar las condiciones para que puedan cumplir de manera correcta con su trabajo de gestión de lo público.

4) Hacer política desde una organización social o comunitaria tiene sus riesgos. El mas importante es no mantener la separación entre política en sentido amplio y política partidista, por lo que la identidad ideológica o partidista termina por sustituir o sobreponerse a nuestra identidad como activistas o defensores de derechos humanos. Para poder mantener los campos claramente delimitados, debemos actuar siempre en base a nuestros principios. En el caso de los defensores y defensoras los principios en derechos humanos: universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, como los más importantes. Nuestra manera de pensar y razonar debe ser, en todo momento, desde lo lentes de los principios en derechos humanos. Desde esta mirada aportaremos al conjunto de esfuerzos por el rescate de la democracia, que son realizado por miradas desde otros lugares y bajo otras prioridades.

Aclaramos que desde los derechos humanos se pueden hacer dos tipos de esfuerzos: El del activista y el del defensor. Un activista, en este caso, decide defender los derechos humanos de un sector o de un grupo de personas, la mayoría de las veces de la organización a la que pertenece o de quienes le son afines ideológicamente. Por tanto, decide racionalmente no defender los derechos de un determinado grupo de personas. En cambio, un defensor o defensora de derechos humanos debe defender a todos, sin ningún tipo de discriminación, en virtud del principio de universalidad. Está obligado a ser solidario sin mirar a quien. Para ejemplificar podemos decir que Alfredo Ruiz, en su papel como Defensor del Pueblo, sólo defiende los derechos de quienes 1) se identifican con el chavismo y 2) apoyan, o por lo menos no critican al gobierno. Por tanto es un activista de derechos humanos. No es un defensor. Los activistas son necesarios, pero cuando se dice que uno es un defensor, se debe actuar coherentemente.

Por otro lado, un defensor o defensora de derechos humanos, en el ejercicio de sus derechos políticos, puede simpatizar o estar inscrito en un partido político determinado. Sin embargo, en todo momento, su principal identidad es la de ser un defensor o defensora de derechos humanos, por lo que no dudará ni un segundo en defender los derechos de quienes adversan a su partido o tampoco debe titubear en denunciar las violaciones de derechos humanos en las que se encuentren involucrados funcionarios que representan al partido de su preferencia. Esto es actuar siembre guiado por los principios, y no por las preferencias políticas. El día de mañana los defensores y defensoras de Derechos Humanos deberán defender, por ejemplo, el derecho a la defensa y al debido proceso de Nicolás Maduro en caso que deba responder por sus actuaciones frente a un tribunal. No es una tarea fácil, pues los defensores también somos humanos, pero para no flaquear en nuestro trabajo siempre debemos aferrarnos a los principios y valores presentes en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

5) Desde la sociedad civil hemos aprendido, paulatinamente, a hacer política en sentido amplio. El promover una identidad propia, en medio del conflicto, nos ha obligado a cuestionar el chantaje unitario y hacer cuestionamientos a las diferentes autoridades cuando ha sido necesario. Tampoco ha sido sencillo y hemos tenido que extraer enseñanzas de nuestros propios errores, y silencios, para ello. Luego de tantos años en hacer causa común contra el autoritarismo, un hito importante de este ejercicio autónomo de política en sentido amplio fue cuando se interpeló la instrumentalización de la ayuda humanitaria, en febrero de 2019. Eso nos dio la suficiente autoestima para rechazar, a su vez, el llamamiento insurreccional en las inmediaciones de La Carlota, meses después. Cuando llegó la pandemia a nuestro país no había vuelta atrás en la práctica autonómica, por lo que se les exigió a las diferentes autoridades que colocaran en primer plano el bienestar de la población e hicieran un alto en el conflicto para orquestar la mejor respuesta posible al Coronavirus. Recientemente, a pesar que era impopular, un sector de la sociedad civil siguió siendo fiel a sus principios sobre la resolución pacífica y negociada del antagonismo y fue clave en la designación de nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE). Seguramente se cometerán otros errores, pero quienes desde la ciudadanía han comenzado a hacer política en sentido amplio, han decidido asumir en primera persona las riendas de su destino.

6) Actualmente existe una importante crisis de representatividad en la población, la cual desconfía que los voceros políticos opositores puedan lograr el retorno de la democracia y la vigencia plena de la Constitución. El autoritarismo piensa que neutralizando a la clase política detendrá, por otra parte, los esfuerzos de promoción de la transición a la democracia. En este esfuerzo, los ciudadanos y quienes participamos en organizaciones sociales y comunitarias tenemos un rol que cumplir, por lo que si nos asociamos para actuar políticamente, estos esfuerzos por volver a la democracia seguirán por diferentes vías. Queremos que la clase política se recomponga, reflexione sobre sus errores y limitaciones, y finalmente ejerza su rol. Pero anhelamos que eso sea acompañado, y con la inclusión, del resto de la sociedad, mediante canales de participación incluyentes y democráticos. Hoy, tenemos que recoger testimonios y documentar violaciones de derechos humanos, realizando informes para remitirlos a los organismos internacionales de protección y hacer denuncias públicas. También tenemos que hacer trabajo humanitario, ayudando a las personas que más lo necesitan en este momento. Pero además de esos esfuerzos, que seguramente ya consumen muchas de nuestras energías y recursos, debemos ponernos de acuerdo con otros sectores, incluyendo a la clase política, para poder recuperar la democracia, el único sistema de gobierno que puede garantizar el disfrute y ampliación de los derechos humanos. Otros países de la región han pasado por situaciones tan traumáticas como la nuestra. Los venezolanos no somos menos, y tenemos tanta capacidad humana como ellos para lograr, en un futuro, un país para todas y todos. Que este tipo de preocupaciones sea, cada vez más, de interés público, es un pequeño ejemplo de ello.

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Published on June 23, 2021 11:02

Junio 2021: El contexto venezolano en 5 minutos

Luego de la desaparición física de Hugo Chávez, ocurrida en marzo de 2013, su proyecto político sufre las consecuencias de la aparición de una profunda crisis económica y la pérdida de apoyo popular, que fue evidente en diciembre del año 2015 cuando la oposición obtuvo dos millones de votos por encima de las candidaturas oficiales a la Asamblea Nacional. A partir de ese momento Nicolás Maduro toma una serie de decisiones que alejaron a su gobierno de la democracia.

Desde el año 2014 Venezuela sufre una Emergencia Humanitaria Compleja. Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), para el año 2020 el 79,3% de los venezolanos no tienen como cubrir la canasta de alimentos. El 1 de mayo del 2021 el gobierno ordenó que el salario mínimo, el cual percibe una cantidad importante de venezolanos, fuera de 7 millones de bolívares mensuales, lo cual equivale a dos dólares y medio al mes. Los cortes recurrentes de los servicios de electricidad, agua y gas doméstico, que son más graves en las ciudades del interior del país, han obligado según ACNUR a que 5,4 millones de venezolanos se hayan ido a otros países en calidad de migrantes forzados. Nicolás Maduro atribuye como causa de la crisis a las sanciones económicas impuestas en años recientes. Sin embargo, tal como lo expresó la Alta Comisionada Michelle Bachelet en su Informe sobre Venezuela; si bien las sanciones económicas pueden agravarla, la crisis económica y social es preexistente a las sanciones.

Desde diciembre del año 2015 las autoridades han implementado una estrategia para ganar elecciones siendo minoría. Entre otras decisiones se ha intervenido la junta directiva de partidos políticos, se ha obligado a miembros notables de la oposición a exiliarse, se ha inhabilitado a candidatos y se han modificado las normas por las cuales se realizan los procesos electorales en el país. Todo esto ha disminuido la confianza de la población en la capacidad del voto para lograr cambios en el país y ha posibilitado la realización de elecciones en condiciones fraudulentas. Los diferentes poderes públicos no cuentan con la independencia necesaria para garantizar la vigencia de la Constitución ni responder los reclamos de la ciudadanía. La ausencia de controles institucionales ha generado un contexto de corrupción generalizada en el manejo de los asuntos públicos.

En marzo del año 2020 se detectó el primer caso de Covid-19 en Venezuela. La respuesta de las autoridades fue decretar un estado de alarma en el país, aumentando los mecanismos de control sobre la sociedad y los niveles de censura y represión. No existe información confiable sobre la evolución de la enfermedad ni la cifra de enfermos y fallecidos. El país tiene en los actuales momentos una de las tasas de inmunización más baja de la región, y no existe un cronograma de conocimiento público sobre el proceso de vacunación ni los sectores priorizados para obtener una dosis. Según declaraciones oficiales, las vacunas privilegiarán a las personas inscritas en el llamado “Sistema Patria”, un mecanismo de identificación paralelo al establecido en la Constitución y que ha venido siendo utilizado para el control político. Según cifras de Provea durante el año 2020 ocurrieron 15.470 detenciones arbitrarias en el país, un aumento del 464% respecto al año anterior. Durante el primer año de pandemia 123 voceros e integrantes de partidos políticos fueron detenidos, mientras que 68 detenciones fueron contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación. Por su parte 27 defensores de derechos humanos y trabajadores humanitarios fueron víctimas de una privación arbitraria de su libertad. La difusión de estadísticas que contraríen la versión oficial puede generar represalias, por lo que la información sobre la evolución del coronavirus diferente a la versión oficial debe consultarse en foros privados.

La grave situación de los derechos humanos en Venezuela ha motivado la activación de 5 mecanismos internacionales de protección: La Comisión de Encuesta de la Organización Internacional del Trabajo; El Mecanismo Especial de Seguimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; La presencia en el país de 6 oficiales del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos; La Misión Independiente de Determinación de Hechos para Venezuela, decidida por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y, finalmente, un examen preliminar por la Corte Penal Internacional. En contraparte, las autoridades promueven iniciativas para vulnerar el derecho a la libre asociación y reunión, mediante campañas sistemáticas de criminalización y desprestigio y, paralelamente, la promulgación de normas para restringir el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y la recepción de cooperación internacional.

La ausencia de una institucionalidad democrática en Venezuela, lamentablemente, otorga un papel fundamental a la comunidad internacional en la contención del abuso de poder de las actuales autoridades en nuestro país.

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Published on June 23, 2021 07:51

June 10, 2021

Restricciones y amenazas a la libertad de asociación en América Latina: Venezuela

Siguiendo la categorización sugerida por Krizna Gómez y César Rodríguez, en su libro para la ONG colombiana Dejusticia llamado “Encarar el desafío populista”, los ataques de los líderes autoritarios como Nicolás Maduro contra el espacio cívico se enfocan en debilitar dos aspectos: La legitimidad de las organizaciones y la eficacia con la que realizan su trabajo.

En el caso venezolano los ataques a la legitimidad de las organizaciones comenzaron desde el propio inicio del gobierno bolivariano, en 1999. A pesar que se vivió una corta luna de miel entre las ONG y el nuevo gobierno, durante el proceso Constituyente, ya en ese momento habían voces que desconfiaban públicamente de las organizaciones independientes. Un año después, cuando ocurre el deslave en el estado Vargas y en medio de la tragedia ocurren ejecuciones extrajudiciales, el propio Higo Chávez hace evidente esta corriente de opinión cuando acusa a Provea de ser financiada por la CIA. Rápidamente, a partir de ese momento, comienza una campaña de desprestigio y criminalización contra las organizaciones que se hace política de Estado a partir del año 2007, luego que Chávez pierde el referendo por la reforma de la Constitución, debido a que muchas de las ONG habíamos alertado sobre los retrocesos de la propuesta. Hoy existen dos programas de televisión pública donde, de manera semanal, se hacen señalamientos contra las organizaciones y se muestran fotografías de defensores y activistas, por ejemplo, en el aeropuerto llegando de un viaje, afirmando que sus maletas están llenas de dólares o perfumes costosos. El objetivo de todos los ataques es posicionar la opinión que las organizaciones y los activistas no son actores democráticos legítimos, sino que forman parte de una elite opresora, que vive con privilegios y que sus verdaderos jefes se encontrarían fuera del país. Alguna vez en Provea contamos en una de las páginas web oficialistas, que no diré su nombre para no darle publicidad, que había 43 artículos donde se decía, de diferentes maneras, que nuestro verdadero jefe era George Soros. Uno solo no era diferente: Eran 43 artículos!. Al socializar la desconfianza sobre las motivaciones de una organización o un activista siembras la semilla de la discordia en el conjunto del movimiento e inhibes a que la ciudadanía en general o sus potenciales beneficiarios se vinculen con la iniciativa. También lo deshumanizas, quitando en consecuencia las inhibiciones morales que impiden una agresión física o simbólica, y que en caso que ocurran vas a mostrar como un acto de “justicia popular”. Hoy una veintena de activistas, entre los que me cuento, contamos con medidas cautelares de protección emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Este tipo de ataques, que generan un contexto de riesgos y amenazas, han motivado que muchos defensores y defensoras se hayan ido del país, sumándose a la corriente de migración forzada. Y a pesar que desde fuera siguen trabajando por los derechos humanos de los venezolanos, el tejido asociativo dentro del país se ha venido debilitando por estas ausencias.

El segundo tipo de ataques quiere disminuir la eficacia con la que trabajan las organizaciones, promoviendo obstáculos para el desarrollo de sus labores. Esto incluye no sólo la posibilidad de ser detenidos sino también la aprobación de leyes restrictivas.  Durante el primer año de estado de alarma en Venezuela, entre los meses de febrero de 2020 a marzo de 2021 han ocurrido un total de 318 detenciones arbitrarias, siendo 27 de ellas contra defensores, activistas y trabajadores humanitarios. El resto fueron 123 contra líderes y miembros de partidos políticos de oposición, 68 contra periodistas y 35 fueron sindicalistas. El Covid-19 ha sido una oportunidad para Nicolás Maduro de aumentar los mecanismos de control sobre la población y los territorios, además de incrementar los niveles de censura. En mayo de 2020, dos meses después de la llegada del primer caso al país, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela emitió un informe donde proyectaba los casos de enfermos y fallecidos por el coronavirus. Por haber discrepado de las cifras oficiales, que en nuestro caso ni son transparentes ni creíbles, el presidente de la ilegal Asamblea Nacional Constituyente pidió públicamente a la FAES, un organismo que por su letalidad el ACNUDH solicitó su disolución, que les hiciera un allanamiento. En este momento de Cuarentena lo que debería discutirse públicamente debe hacerse en foros privados. Y esto obliga a los medios, pero también a las ONG, ser muy cuidadosas de lo que informan y de cómo lo informan.

En las leyes restrictivas tenemos ahora la aprobación de la providencia 002 que nos obliga a registrarnos ante una oficina contra la delincuencia organizada y financiamiento al terrorismo. Ahora mismo, si una ONG desea abrir nuevas cuentas bancarias para la institución o sus trabajadores, las entidades bancarias les están exigiendo estar registradas. Además, ha sido aprobada en la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional la discusión sobre un proyecto de ley de cooperación internacional, una iniciativa jurídica que se intentó aprobar en el año 2005, pero que debido a la reacción y movilización de diferentes sectores, no pudo avanzar. Entonces, se intenta aprovechar la desmovilización consecuencia de las medidas de distanciamiento social para aprobar lo que en otras circunstancias hubiera tenido un amplio margen de contestación. La combinación de estas dos normativas colocará al margen de la legalidad a muchas iniciativas asociativas del país, por lo que seguiremos el grave ejemplo de Nicaragua.

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Published on June 10, 2021 12:42

June 8, 2021

Notas ponencia foro “Violación a los DDHH en Venezuela” 08.06.21

1) La situación de violación a los DDHH en Venezuela no ha ido “desapareciendo”. Al contrario la emergencia humanitaria compleja y la ausencia de institucionalidad democrática se ha agravado bajo la pandemia de Covid-19. La situación es de tal preocupación que tenemos la expectativa sobre la posible apertura de una investigación formal sobre nuestro país por parte de la Corte Penal Internacional.

2) Es insuficiente la presencia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Venezuela para detener las actuaciones abusivas del poder. 1) Los informes del ACNUDH han generado alrededor de 60 recomendaciones, las cuales hasta ahora se han incumplido en su gran mayoría. Sólo citar la disolución del FAES. 2) Debido a su mandato de mantener el dialogo con las autoridades venezolanas, el ACNUDH ha priorizado la cooperación técnica sobre otros componentes de su mandato, por ejemplo, el componente de protección. Y esa cooperación técnica, incluso, no esta siendo respetada por las actuales autoridades venezolanas. 3) A pesar de la presencia del ACNUDH continúan repitiéndose patrones de violación a los derechos humanos y promoviéndose nuevas iniciativas restrictivas de derechos humanos. Si tenemos que evaluar la situación del país antes de la llegada del ACNUDH con la que tenemos en estos momentos, debemos afirmar que ha continuado deteriorándose. Algunas de estas recomendaciones sólo dependen de la voluntad política del Ejecutivo, como por ejemplo la publicación de estadísticas oficiales. Hay una intención clara por parte de las autoridades venezolanas de instrumentalizar su relación con el ACNUDH y simular ante la comunidad internacional que hay voluntad de cooperación con los sistemas de protección.

3) La llegada del Coronavirus a Venezuela no ha sido abordada como una emergencia sanitaria, sino como una amenaza política que debe enfrentarse, igualmente, con criterios políticos, no con criterios técnicos. Ha sido una oportunidad para aumentar los mecanismos de control sobre la población y los territorios. Según datos recopilados por Provea, durante el primer mes del estado de alarma se han realizado un total de 318 detenciones arbitrarias, 123 contra líderes y miembros de partidos políticos de oposición, 68 contra periodistas, 35 sindicalistas y 27 defensores y activistas de la sociedad civil. Por otro parte han ocurrido 628 detenciones en el contexto de manifestaciones y 7 personas asesinadas en las adyacencias de una protesta. Por otra parte se han incrementado los mecanismos de censura y opacidad de información pública. Los venezolanos no conocemos la real dimensión del impacto del coronavirus en nuestro país, siendo las cifras de enfermos y fallecidos no confiable. Por otra parte, como parte de la política de exagerar los resultados oficiales, las cifras sobre pruebas realizadas y vacunas administradas no es real. En Venezuela no tenemos políticas públicas sino actos de propaganda.

4) Ante la ausencia de instituciones democráticas, la única contención que tenemos los venezolanos contra el aumento del autoritarismo es el monitoreo y la presión de la comunidad internacional. Ahora hay 5 mecanismos internacionales activados sobre el país (CIDH, ACNUDH, MDH, OIT y CPI). Para nosotros, los mecanismos más contundentes han sido, por un lado los informes de la Misión Independiente de Determinación de Hechos, que han afirmado que existen elementos suficientes para creer que han ocurrido crímenes contra la humanidad en Venezuela, los cuales contaron con el conocimiento y la tolerancia de altos funcionarios del gobierno, incluyendo al propio Nicolás Maduro. El segundo ha sido el examen preliminar de la CPI. La difusión de los dos informes de la Misión y la inminencia de una decisión sobre Venezuela por parte de la fiscalía de la CPI, ha obligado a las autoridades venezolanas a tomar medidas y reconocer responsabilidades para intentar impedir una decisión desfavorable en La Haya. Por ejemplo, en los últimos meses han disminuido las personas detenidas en manifestaciones y los operativos realizados por la FAES en todo el país. Se ha decidido la libertad plena de diferentes personas sometidas a presentación periódica en tribunales por participar en las protestas del año 2014 y 2017. Cada vez que un gobierno, su cuerpo diplomático u organizaciones sociales de otros países deciden abandonar los mecanismos internacionales de protección, para el caso venezolano aumentan las posibilidades que una persona privada de libertad por razones políticas, o las comunidades que son víctimas de la acción del FAES, sean víctimas de tratos inhumanos, crueles o degradantes, o sencillamente torturas.

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Published on June 08, 2021 15:08

May 13, 2021

Arturo Meza: Recopilación de una treintena de canciones

Durante mi enfermedad por Covid-19, en la necesidad de compañía y consuelo en el aislamiento, escuché varios conciertos del cantautor mexicano Arturo Meza publicados en la red Youtube. Al recuperar la salud, suerte que no han tenido muchos en una Venezuela golpeada por la emergencia humanitaria compleja, como agradecimiento a los mensajes de aliento, me prometí hacer una selección de canciones de su prolífica trayectoria para compartirlas con los venezolanos que conocen poco o casi nada de este gran artista independiente.

Arturo Meza, un músico excepcional con 33 discos y 15 libros en su haber, una figura de culto en la escena cultural independiente de ese país. Son 36 canciones escogidas, en formato mp3, que pueden descargar de https://mega.nz/file/RSwH0SZZ#QNA2YKhUQyGnP5hbr-pZ8pw5GW-cVOaR3evs-Zp3IWU

Que me disculpe el maestro por el pirateo, pero es la única manera en estas circunstancias que mis pares puedan disfrutar su talento

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Published on May 13, 2021 10:08

May 5, 2021

Venezuela: Ha fallecido el compañero Nelson Mendez por Covid-19

Integrantes del periódico El Libertario

En la madrugada de este lluvioso 5 de mayo en Caracas, ha fallecido a sus 68 años Nelson Mendez. Incansable propagandista ácrata, editor de las publicaciones Correo (A) y El Libertario, autor de varios libros y decenas de artículos de opinión e investigación. Nelson murió como consecuencia de complicaciones asociadas al Covid-19.

Nelson Méndez: (Caracas, 1952) era licenciado en Sociología y profesor titular de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Vinculado desde la juventud al activismo social y al anarquismo a partir de 1980, desde finales de los años 90 fue parte del equipo de redacción del periódico El Libertario. También fue uno de los animadores del Centro de Estudios Sociales Libertarios (CESL), que funcionó en Sarría durante varios años. Su más reciente libro es “Gastronomía y anarquismo. La utopía intensa de unir fogones, barricadas, placer y libertad” (2021). Anteriormente publicó “Un país en su artificio. Itinerario histórico de la ingeniería y la tecnología en Venezuela” (2011); y en coautoría con Alfredo Vallota: “Bitácora de la utopía. Anarquismo para el siglo XXI”.

Nelson fue una referencia para varias generaciones de activistas anarquistas venezolanos. Su cubículo en la Escuela de Ingeniería de la UCV era un epicentro de publicaciones libertarias que llegaban de varias partes del mundo y reuniones de planificación de actividades de organización y propaganda. Fue un antiautoritario coherente, rechazando las inequidades de los gobiernos venezolanos previos y posteriores a 1998, así como los golpes de Estado de diferente signo ideológico ocurridos en los años 1992 y 2002.


Sus compañeros y compañeras de El Libertario queremos, con estas líneas, rendirle un sentido homenaje. Su ejemplo sigue siendo una inspiración para nosotros y siempre llevaremos su alegría y bondad en nuestros corazones. Nuestras sentidas palabras de cariño y consuelo para su compañera Mina y su hijo Salvador.

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Published on May 05, 2021 09:40

February 24, 2021

Contra la unidad, por la acción conjunta

Rafael Uzcátegui (*)

En el esfuerzo por la recuperación de la democracia en Venezuela la “unidad”, entendida en sentido amplio, es un principio clave. El título de este texto, no obstante, quiere problematizar lo que en los últimos años hemos entendido bajo este término, que a nuestro juicio no sólo ha sido contraproducente, sino también funcional para que el autoritarismo logre su principal objetivo en su permanencia infinita en el poder: La separación de quienes lo cuestionan.

¿Qué es lo que hemos interpretado como “unidad”? Precisamente, ser “uno”, análogos y compactos en la respuesta a la dictadura. Como reza el concepto, cultivando la propiedad de no dividirnos ni fragmentarnos sin destruirnos. La polarización, que principalmente fue azuzada por el populismo autoritario de izquierdas que hemos padecido en los últimos años, construyó en contraste la identidad “antichavista”, que obligatoriamente debía asumir cualquier disidente para ser reconocido por los otros como tal. A partir del año 2015, con la exacerbación del cénit de la ausencia de democracia, la estrategia de mayor consenso promovida por la oposición derivó en el llamado mantra de los tres pasos (cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres). En este punto “la unidad”, como se internalizó por una serie de situaciones, era ser parte de la identidad “antichavista” sin fisuras y comulgar, sin ningún tipo de duda, con el mantra. En una curiosa voltereta del enfrentamiento del militarismo hegemónico, la pretensión de pensar y actuar, todos, de manera similar.

Espero ser suficientemente pedagógico con el punto. Hay ocasiones en la historia en que la sincronía de las fuerzas sociales detrás de una misma estrategia no sólo es importante, sino útil en el logro de los objetivos planteados. Pero en el caso venezolano reciente, especialmente en la fase que inició a partir de enero de 2019, este tipo particular de “unidad” no sólo fue ineficiente para lograr cualquiera de sus metas, sino que debilitó al conjunto del campo democrático hasta el grado de crisis en el que nos encontramos en el momento en que esto se escribe.

Este tipo de “unidad” presupone una vocería única, valga la redundancia, que la represente. Y si la duración del conflicto ha erosionado los procesos internos de toma de decisiones, es un caldo de cultivo para que aparezcan las tensiones por la disputa de su control. El autoritarismo sólo tuvo que esperar el tiempo suficiente para que las contradicciones internas emergieran. De esta manera pudo introducir los estímulos necesarios para aumentar exponencialmente la separación y, finalmente, que los puentes de comunicación entre las partes se dinamitaran hasta impedir cualquier iniciativa común.

Si nuestro esfuerzo en vez de enflaquecer al autoritarismo nos debilita, es hora de repensarlo. Insistir en ella es profundizar los resultados conocidos. Si el chantaje unitario, por calificarlo provocativamente, ha sido ineficaz, es hora de innovar con la dispersión estratégica: Atacar al autoritarismo, simultáneamente, desde varios puntos. Este método ha sido llamado “netwar” o enjambre en la literatura sociológica, y hay múltiples ejemplos de cómo ha sido aplicada en los últimos años en diferentes latitudes y conflictos. Para aclarar confusiones no es ningún llamado al “dibujo libre” o que cada quien haga lo que le parezca. Una estrategia de dispersión tipo “avispero” necesita de flujos de comunicación y coordinación entre las diferentes partes, pues la idea es reaccionar conjuntamente a una amenaza común.

En una ofensiva de avispero todas las iniciativas son legítimas en sí mismas. Los actores son distintos, en sus intereses y subjetividades. Por ello la única discusión pertinente es la de la eficacia, que debe valorarse en función de la serie de metas que cada una haya definido. Nos guste o no, en política hay un gran abanico de posibilidades que usted y yo podemos discutir, moralmente, hasta el infinito, que van desde la mínima confrontación hasta la insurrección armada. Lo cierto es que estarán, y seguirán estando, si las situaciones de opresión y empobrecimiento persisten. En vez de dilapidar energías en interpelar su legitimidad el debate debe reorientarse hacia los niveles de eficacia, que les haga ganar o perder seguidores. Que cada quien escoja la estrategia con la que se sienta más cómodo y haga peso desde ese punto. Lo importante es tener la capacidad para responder colectivamente a las agresiones comunes y mantener las coordinaciones necesarias para identificar oportunidades en la que una ofensiva común pueda aumentar el desgaste del elefante autocrático.

(*) Sociólogo y Coordinador General de Provea.

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Published on February 24, 2021 15:02

January 19, 2021

Venezuela después de Trump

Rafael Uzcátegui

Al igual que para buena parte del resto del mundo, para los venezolanos fue una novedad, todo el sentido del término, la no re-elección de Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos. Estadísticamente los números jugaban a su favor: Desde 1789 apenas 10 presidentes de ese país no lograron la renovación cuando lo intentaron. Por otro lado, su estilo pendenciero y populista era cónsono con la sociedad del espectáculo creada por el predominio de los medios de comunicación y las redes sociales. A nivel económico, su gestión no estuvo mal. Como lo refleja un artículo de The Economist, republicado en La Vanguardia, “en el período 2017-2019, la economía estadounidense se comportó de un modo ligeramente mejor al esperado”. Como dato reflejan que el crecimiento del PIB durante esos años fue más rápido que el experimentado en cualquiera de los dos mandatos de Barack Obama.

En contraste Joseph Biden aparecía como una figura pragmática y de menor carisma, cuya estrategia se basó en “unir el alma del país”, para enfrentar a una persona fuera de control sentada en la Casa Blanca. Sin ser una campaña inspiradora como la de Obama, que generó un movimiento juvenil conectado intensamente por sus smartphones, la estrategia de Biden fue de bajo perfil pero persistente, aprovechando a su favor los desafueros verbales de su oponente, que incluyeron sus rocambolescas declaraciones sobre la pandemia de Covid-19 y errores como el asesinato de George Floyd, que generaron una serie de movilizaciones que pusieron a la raza sobre el tapete, un tema que no es precisamente de las fortalezas del magnate de bienes raíces.

Dentro de Venezuela, con las narices metidas en nuestros propios escollos, dábamos por descontada la re-elección. Por el lado del gobierno de facto, toda la narrativa para exculparse de los malos manejos tenía al “catire” como protagonista del antagonismo en los años por venir, la maquiavélica mano detrás de la imposición de sanciones contra el país. Al contrario de la anterior elección, en la cual Miraflores azuzaba la confrontación entre repúblicanos y demócratas en sintonía con su discurso contra las sanciones, que en ese momento resumía como “El decreto Obama”, en esta oportunidad no se hizo mayor alusión a la contienda electoral del gran hermano del norte. Por el lado del sector opositor representado por Juan Guaidó y algunos partidos políticos, toda la carne se colocó en el asador de la renovación. A pesar de lo que la opinión de muchos compatriotas creyó, el tema Venezuela no era de los principales en los debates. Quizás un elemento más en la estrategia de acercamiento o disrupción del voto latino. Sin embargo, a pesar de la ausencia de evidencias, un sector del país está convencido que Trump tenía cartas bajo la manga sobre el tema venezolano, que en algún momento se activarían. Esta sensación fue reforzada por las recientes medidas de impedir el envío de diesel a Caracas. Una reciente encuesta de la firma Datanalisis realizada en el país coloca los índices de popularidad del saliente presidente norteamericano por encima de la mayoría de los voceros de la oposición, salvo Juan Guaidó, de quien lo diferencia apenas 3 puntos porcentuales.

Después del fuego

Para quienes intentábamos difundir los matices del conflicto venezolano e intentar sumar solidaridades con la población, Donald Trump era una mala sombra. La política internacional de alianzas de la oposición venezolana, por real politik, no podía prescindir de la coordinación con Washington. Lo que intentamos, siempre, era que ese protagonismo fuera equilibrado con acciones de diplomacia multilateral en la que participaran tanto otros países como otros sectores. Además, siempre insistimos que esa sombra era del tamaño que era, también, por los vacíos dejados por el progresismo internacional frente a la causa democrática de los venezolanos. Y aunque uno pueda reconocer, y agradecer, todo lo que hicieron muchos funcionarios de su administración por viabilizar una salida al conflicto, a pesar de las incertidumbres no dejamos de experimentar una sensación de alivio. Ya no habrá, como justificación de la ignominia, el argumento Trump.

En las próximas semanas comenzará a despejarse la interrogante sobre la dirección de la política exterior estadounidense por parte del nuevo gabinete. Descartada la posibilidad que Venezuela sea un tema priorizado, en un contexto signado por la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas, uno pudiera desear que las sutilezas y el pragmatismo evidenciado durante su propia campaña electoral, hagan la diferencia sobre la aproximación al conflicto en el país caribeño. Mantener una posición de principios en alentar una salida democrática al conflicto, en donde en algún momento puedan realizarse elecciones libres. Y dentro de esta continuidad, realizar una estrategia de presión internacional que combine el aumento de sanciones a violadores de derechos humanos con una flexibilización de las sanciones financieras que están aumentando el sufrimiento de la población. Todo en el marco de una estrategia coherente y coordinada con otros actores internacionales. Sin olvidar la atención global y regional a la crisis migratoria, que continuará aumentando sus flujos en la medida que la economía de nuestros países vecinos normaliza sus actividades económicas.

Hemos aprendido, amargamente, que la crisis venezolana no tiene atajos ni salidas rápidas. Si las tuviera, sencillamente ya estaríamos en otra situación. La política exterior estadunidense, a partir del 2021, debe permitir que sean los propios venezolanos quienes puedan encontrar una salida a su laberinto. Ojalá que el liderazgo político del país asuma la transición en la Casa Blanca como una oportunidad para recapitular en sus estrategias, enmendar errores y darle oxígeno a sus fortalezas. A quienes somos parte de la sociedad civil nos toca otro tanto, una labor que podemos llevar de manera más ligera sin el peso de aquella sombra sobre nuestros hombros.

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Published on January 19, 2021 15:21

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Rafael Uzcátegui
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