Mikel López Iturriaga's Blog, page 48
June 9, 2013
Solomillo moruno con orejones y manzana

Cerdito bueno y magro / AINHOA GOMÀ
No estamos inventando la pólvora al combinar el cerdo con frutas: de toda la vida de Dios se ha sabido que la carne de este animalito se lleva especialmente bien con los sabores agridulces, que enriquecen y aligeran el carácter graso del porcino. Lo que hemos hecho en esta receta es llevar un pequeño paso más allá esta mezcla clásica separando la cocción de los distintos elementos y alegrando el festejo con especias y vino. Alá me perdone por llamar "moruno" a un plato elaborado con los descendientes de Babe y además alcoholizado, pero creo que es la manera más clara de orientaros sobre cómo sabe.
Por lo demás, es una receta bastante ligera, teniendo en cuenta que el solomillo es de las partes con menos grasa de este bendito animal. Si la acompañáis con unas patatas fritas, o yuca hervida, o bulgur con manzana salteada, ya ténéis una comida bien completa con la que satisfacer vuestras andorgas y las de los vuestros con el mínimo esfuerzo.
Dificultad
Para Hodors.
Ingredientes
2 solomillos de cerdo (si es muy grande, uno y medio)
2 manzanas tipo fuji o reineta
20 orejones
150 ml de vino blanco dulce
250 ml de caldo vegetal o de pollo
1 cucharadita de ras-el hanut (o una mezcla de pimienta negra, cúrcuma, comino, nuez moscada, canela, pimentón, jengibre o lo que tengas por casa)
1 de canela
6 bolas de pimienta negra
1 cucharada de mermelada de melocotón o albaricoque (o miel)
1 pellizco de pimienta cayena en polvo
15 gramos de mantequilla (1 cucharadita)
Aceite de oliva
Sal
1 chorrito de nata líquida (opcional)
Preparación
1. Cortar el solomillo en medallones de buen tamaño (unos 3 por persona). Mezclar la mermelada o miel con un par o tres de cucharadas de vino, el Ras-el hanut o la mezcla de especias, y la cayena. Pintar el solomillo, envolver en film de cocina y dejar reposar en la nevera (idealmente de un día para otro). A la vez, dejar los orejones remojando en el vino.
2. Pelar, descorazonar y cortar en octavos las manzanas. Poner en un cazo con los orejones y el vino, el caldo, la rama de canela y la pimienta. Cocer unos 20 minutos a fuego medio (el líquido debe haberse reducido como a una cuarta parte, y las manzanas deben estar blanditas).
3. Sacar la rama de canela, la pimienta y ocho orejones para decorar, añadir la mantequilla y procesar el resto hasta conseguir un puré. Si se quiere conseguir un resultado más cremoso, añadir un chorrito de nata líquida. Reservar caliente.
4. Hacer el solomillo en la sartén o plancha con un poco de aceite de oliva y sal. Servir sobre un lecho de puré y adornado con los albaricoques reservados previamente salteados con un poco de aceite en una sartén bien caliente.
Producción: Mònica Escudero.
June 6, 2013
Aló Comidista Live!!!!
'Aló Comidista Live' está patrocinado intelectualmente por Angeles-Luz.
Queridos cocinillas dudosos, politoxicómanos de los fogones, críticos gastronómicos extraterrestres y transtornados varios: hoy el Aló Comidista va a ser ALIVE. Es decir, en vivo. En directo. A pelo, sin preservativo. ¿Cómo?, os preguntaréis alarmados al ver que os falta la dosis quincenal de morbo sucio y risas por el mal ajeno. Pues muy sencillo: de 11.00 a 12.00 estaré contestando a vuestras preguntas en este encuentro digital con los lectores de EL PAÍS (aclaro que los lectores de El Mundo, el ABC o la Gaceta Klingon también son bienvenidos).
Si a esa hora no puedes porque eres una de esos españoles raros que aún conservan su empleo, no te preocupes: la charla estará ahí hasta el final de los tiempos. Así que venga. No esperes más. Has llamado muchas veces a Sandro Rey, así que no veo porque no puedes escribirme a mí.
ACTUALIZACIÓN 12:15: El encuentro digital ya se ha cerrado: podéis ver lo que ha dado de sí aquí. Siento no haber podido contestar a todas las preguntas, pero recordad que siempre hay una segunda oportunidad si enviáis vuestras cuitas a elcomidista@gmail.com. ¡Allí os espero!
June 5, 2013
Contra la crisis, cinco iniciativas de comida solidaria

Recoger alimentos sienta bien. / HOY INVITO YO
Ante la crisis hay dos posturas: la de cruzarte de brazos mientras te quejas, y la de mover el culo para ayudar a los que más la padecen. Reconozco que tiendo a ser de los que adoptan la primera, pero puede que haya llegado el momento de pasarse a la segunda.
En un momento en el que las cosas están chungas para muchos, las iniciativas solidarias de particulares, empresas y ONGs están, por fortuna, a la orden del día. Algunas de ellas giran alrededor de la comida o la gastronomía: ahora mismo coinciden cinco proyectos que no sólo comparten las buenas intenciones, sino que persiguen objetivos concretos a través de vías no demasiado convencionales. Participar en ellos no supone un gran esfuerzo, pero sí un alivio para los que se benefician de ellas. Así que ya sabes...
¿Qué es?
Una iniciativa para apoyar a los bancos de alimentos a partir de
iniciativas particulares de recogida de comida imperecedera. En la web
ofrecen la web los recursos necesarios (cajas, etc) para que un grupo de
personas pueda organizar su propia campaña de recogida de alimentos
dentro de su empresa, escuela o cualquier tipo de organización,
destinada al Banco de Alimentos más cercano. La idea es llegar a 100
toneladas, y ya han superado las 33. Estos alimentos van a parar a
personas necesitadas.
¿Dónde?
En cualquier punto de España, busca tu banco de alimentos más cercano y arranca.
¿Qué puedes hacer tú?
Organizar uno, o si no puedes por falta de tiempo o mandangas varias, donar algo al que te quede más cerca. Y si no, muévelo en Facebook, a ver si alguien se anima.
¿Qué es?
Una iniciativa napolitana (importada por Gonzalo,
un chico de Barcelona que trabaja en marketing online) que consiste en
dejar cafés pagados para que la gente que no puede permitirse uno se lo
tome. Los establecimientos que se apuntan a la iniciativa tienen una
pizarrita en la que van apuntando los cafés que los clientes dejan
pagados previamente. La idea no es ofrecer sólo un café con leche -que
ya es: la gente que vive en la calle muchas veces no toma una comida
caliente diaria- sino un rato de tranquilidad. Aunque hace poco que ha llegado a España, ya hay más de 100 locales que se han
apuntado.
¿Dónde?
En toda España. Puedes consultar los locales que participan aquí.
¿Qué puedo hacer yo?
Si tienes un bar o restaurante, apuntarte y
hacérselo saber a tus clientes. Si no, puedes dejar un café pendiente en
tu establecimiento adherido más cercano. Y también puedes dar a conocer
esta acción en tus redes sociales.

Señor tomándose un cafecico. / CAFÉS PENDIENTES
FERRÀN ADRIÀ Y LA FÁBRICA DE COMIDA SOLIDARIA
¿Qué es?
Un espectáculo gastronómico para todos los públicos que tendrá lugar
el día 9 de junio en el Auditori de Barcelona, en el que los cocineros
Ferrán y Albert Adrià, Joan Roca, Carme Ruscalleda, Nandu Jubany, Carles
Gaig, Mey Hofmann y el pastelero Christian Escribà –junto a los
personajes de los programas de TV3 Polònia y Crackòvia– descubrirán
alguno de los secretos de la cocina catalana. La recaudación íntegra (el
precio de la entrada es de 20 euros, y se pueden comprar aquí) irá a parar al Casal dels Infants del Raval.
¿Dónde?
En Barcelona.
¿Qué puedo hacer yo?
Ir a ver el espectáculo, y si te pilla lejos o mal de horario, también puedes donar a través de la Fila 0.
HOY COMEMOS... ARROZ A LA AFRICANA
¿Qué es?
Una iniciativa de varios restaurantes y escuelas de cocina de Madrid para poner su granito de arena -o de arroz, en este caso- para luchar contra el hambre en África. Cada restaurante ha creado su propia receta de arroz a la africana, que ofrecerán a sus clientes del 28 de mayo al 19 de agosto. Por cada plato vendido donarán dos euros a la campaña, con la intención de conseguir los 60.000 necesarios para garantizar la alimentación de 2.400 personas en 8 comunidades rurales de Malí y Níger. Las escuelas ofrecerán talleres, donando también a la causa un porcentaje por alumno inscrito. Karlos Arguiñano se ha convertido en padrino de la iniciativa, y también preparará su propia receta.
¿Dónde?
En Madrid.
¿Qué puedes hacer tú?
Pues ir a comer a los restaurantes y apuntarte a los talleres de las escuelas que participan en la campaña. Y si no estás en Madrid, puedes enviar un sms solidario con la palabra ARROZ al 28014 o contribuir a mover el invento por las redes sociales.
¿Qué es?
Una empresa social cántabra para la reinserción que con la venta de sus productos del Cantábrico (sólo comercializan aquellos que tienen una certificación oficial o son premium) contrata parados mayores de 50 años. La empresa se ha constituido para tratar de dar solución al paro en esa franja de edad: más de dos millones de españoles en la actualidad. "Tras trabajar y ayudar en comedores sociales, nos dimos cuenta que en la actualidad la sociedad no se ocupa de este colectivo", cuenta Arísitides, uno de los fundadores. "Es muy difícil se reincorporen al mercado laboral y además no han terminado de pagar sus casas o los estudios de sus hijos". Cantabria en Tu Boca lleva un año en el mercado, sin ayudas y con sus propios medios. Actualmente son dos socios y una persona mayor de 50 años, pero a partir del verano tendrán otra persona de 50 años en el equipo que ayudará con las ventas en Inglaterra.
¿Dónde?
En Cantabria, pero se puede comprar online en su web.
¿Qué puedes hacer tú?
Comprar alguno de sus quesos, conservas de pescado, embutidos o cualquiera de sus productos con D.O. Además, están buenísimos y tienen un precio más que razonable.
June 4, 2013
Ensalada de garbanzos, bacalao y pimiento rojo

Legumbres ligeras. / EL COMIDISTA
En España, los garbanzos han sido
vistos históricamente como un símbolo de ordinariez. La perra
(dicho en sentido cariñoso) de Valle-Inclán llamaba “Don Benito
el garbancero” a Pérez Galdós, porque le resultaba
demasiado prosaico y ramplón para su exquisito gusto de estilista. No le
debían de oler muy bien las escenas de cocido que el escritor
realista metía de vez en cuando en sus novelas para describir la España popular del siglo XIX.
Supongo que la mala fama de esta legumbre -hasta la RAE describe "garbancero" como "persona o cosa vulgar"- se debe a un cúmulo de factores: es barata, ergo comida
de pobre; mal acompañada se convierte en una masa pastosa en la
boca, y si está dura sólo se la puede tragar un muerto de hambre. Además, el esfuerzo digestivo que requiere, sumado a los
gasecillos que puede generar en nuestro interior y que acaban como el amor, en el aire, le ha restado
posibilidades como alimento favorito de damiselas y finolis.
A pesar de los pesares, a mí los garbanzos me vuelven loco. Me
gustan como me gustan los libros de Don Benito, en los que encuentro
verdad e inteligencia, no zafiedad. Con permiso de las lentejas y las alubias, son mi legumbre seca favorita. Dame unos garbanzos bien cocidos, y que se quite el foie.
La receta de hoy hermana estas pequeñas bolitas mágicas con un montón de ingredientes con los que se lleva fenomenal: el pimiento, el huevo cocido, el bacalao o el perejil, éste último usado más como un componente de pleno derecho que como una simple hierbecita decorativa. Se trata de un plato frío y nada pesado porque no incluye ningún tipo de grasa caliente y en el que el bacalao no está cocido, sino simplemente desalado. Además, admite dos versiones: una artesanal para los que les vaya la comida lenta, cociendo los garbanzos y asando los pimientos, y una fast food comprando estos ingredientes envasados.
Dificultad
Para atontolinados.
Ingredientes
Para 4 personas
400 g de garbanzos cocidos
200 g de bacalao desalado
2 pimientos rojos
2 huevos
1 manojo de perejil
1 limón
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra recién molida
Preparación
1. Precalentar el grill del horno a 240º.
2. Poner los pimientos en una bandeja de horno
ligeramente aceitada o cubierta con papel para hornear. Asar unos 20
minutos y, cuando tengan la piel quemada, dar la vuelta y dejar otros 20 más o menos (pueden necesitar más tiempo
dependiendo del horno).
3. Sacar los pimientos y ponerlos en un
bol o fuente tapados con plástico (el vapor hará que sean más fáciles de
pelar). Una vez templados, pelarlos, picarlos y dejar que se enfríen.
4. Si los garbanzos son de bote, darles un hervor en agua limpia para suavizar el sabor. Dejar enfriar.
5. Cocer los huevos 8 minutos en agua hirviendo (es interesante que la yema quede un poco tierna). Pasar por agua fría y pelar.
6. Mezclar los garbanzos con el pimiento, el bacalao desmigado con las manos, los huevos picados y perejil troceado con las manos (o picado, si se prefiere) al gusto.
7. Preparar una vinagreta con 8 cucharadas de aceite, zumo de limón al gusto, sal y pimienta negra. Batir bien hasta que la sal se disuelva, verter sobre la ensalada y servir.
June 3, 2013
La loca dieta de los locos del gimnasio
Esos pechos no son naturales. / ALFONSO RIVERA
Al mundo de la alimentación no le faltan fenómenos extraños: dietas a cada cual más chiflada, gente que deja de comer determinados productos sin motivo real para hacerlo, pintorescas teorías acientíficas que dictan que cocinar con calor es malo o que los lácteos son veneno... Habiéndome enfrentado dialécticamente a seguidores de estas tendencias cual padre Karras ante niña de El exorcista, no me debería extrañar nada sobre la faz de la tierra, pero el domingo entré en contacto con un grupo humano cuyos hábitos nutricionales me impresionaron: el de los adictos a la musculación.
Fue a través de un documental titulado Vigor, que se estrena hoy en Madrid y que TVE emitirá el día 15. La película retrata el universo de la vigorexia en España a través de la experiencia de tres fornidos chicos que, además de pasar media vida en el gimnasio y la otra media mirándose al espejo, se administran todo tipo de anabolizantes y medicamentos para inflar sus carnes sin pensar en los enormes riesgos para su salud. Además, con el objeto de no acumular grasa corporal, se someten a una dieta tan estricta que yo la calificaría de nazi.
En un momento del documental se ve la nevera de uno de los protagonistas, que podría valer como símbolo: está hasta arriba de huevos, atún y carne. "La dieta del vigoréxico", explica el guionista y codirector del filme, Alfonso Rivera, "se caracteriza por la escasez de hidratos de carbono y un exceso de proteínas, tal como dice en la película la doctora Carmen Gómez Candela, de la Unidad de Nutrición del Hospital de La Paz en Madrid. Los dulces y las grasas están prohibidos en su religión".
Poco puede sorprender que los hipermusculados no se zampen tartas de chocolate ni cocidos completos. Lo que llama la atención viendo la película son sus peculiares rutinas alimentarias. Comen de cinco a siete veces al día, en pocas cantidades, todo muy medido y controlado. Nunca toman hidratos para cenar, y los que ingieren durante el día se cuentan por gramos. La radicalidad de su dieta llega a impedirles socializar de una manera normal. "Diego, uno de los protagonistas de Vigor, lo cuenta a cámara: si sus amigos se iban a un restaurante, él prefería irse a casa a comer un filete a la plancha o una ensalada", relata Rivera. "Jamás ingería un helado o una hamburguesa, y no acudía a restaurantes italianos con sus amigos por miedo a la pasta. David, otro de los retratados, confiesa que, cuando sus amigos iban a un restaurante, él se tomaba una Coca Cola light y luego, en la calle, se zampaba el pollo o pavo a la plancha que había llevado en un tupper".
La ausencia de carbohidratos malignos y aceites mortales se suple con una buena batería de batidos, suplementos y demás morralla seudonutritiva. Productos que, por cierto, están al alcance de cualquiera y son publicitados y promovidos en gimnasios y tiendas deportivas. "El problema no está en la presencia de estos productos en el mercado, sino el abuso en el consumo de los mismos y en que se sustituya drásticamente una alimentación natural por otra artificial", reflexiona Rivera.
Además de deteriorar su salud física, la dieta pobre en hidratos tiene además un inesperado efecto en las mentes de los vigoréxicos: la "pérdida de grises". Esther Gómez, una psicóloga que aparece en Vigor, afirma que el cerebro necesita muchos nutrientes para trabajar con normalidad. Si se le niegan, cuenta con menos energía y economiza reduciendo los mecanismos mentales a lo básico y extremando sus razonamientos: bueno o malo, blanco o negro. No hay regulares. "De este modo, cualquier problemilla se convierte en un problemón", cuenta Rivera. "Uno de los personajes que entrevistamos, en pleno proceso de consumo de anabolizantes (lo que ellos llaman 'ciclo') empezó a ponerse agresivo con nosotros, haciendo una montaña de cualquier detalle del rodaje. Tuvimos que dejar de filmar con él porque su estado era muy irascible".

Espejo, espejito: ¿quién es el más musculoso del gimnasio? / A.R.
A los que sepan algo de anorexia o bulimia, todo esto les habrá sonado muy familiar. Como mal que nace, entre otros factores, de una falta de aceptación del propio cuerpo, la vigorexia está emparentada con dichos transtornos alimentarios. Sin embargo, no está tan estudiada y catalogada como ellos. "Y eso que hay mucha más gente afectada de la que creemos", apunta Rivera. En concreto, en Vigor se habla de un 10% de las personas que frecuentan habitualmente los gimnasios... y de unas tasas de mortalidad mayores que las de la anorexia.
Queda preguntarse dónde está el origen de este culto enfermizo al cuerpo. Del bien llamado "complejo de Adonis". Para los autores del documental, la vigorexia es fruto y reflejo de la sociedad en la que vivimos, donde el look y las apariencias priman por encima de otros valores. "Sus afectados son capaces de decir no a placeres tan gratos como los que ofrece una dieta completa a cambio de ser foco de las miradas ajenas, jugándose la salud hasta extremos insospechados", señala Rivera. "Por eso, uno de los títulos que barajamos al comienzo del proyecto era Yonkis del músculo".
Vigor se proyecta hoy a las 20.30 en la sala Azcona de la Cineteca de Madrid. A la presentación y coloquio asistirán los directores del documental y varios expertos en vigorexia.
June 2, 2013
Revuelto de trastos: la sudadera de donuts, el delantal de Dexter y la espátula Chopula
¡Albricias! ¡Cáspita! ¡Canastos! Ha llegado junio pero por la temperatura parece marzo. Como dicen que este verano no tendremos que preocuparnos porque se nos vean las lorzas con el bikini y el bañador, podemos prescindir de gimnasios y dietas y emplear nuestro tiempo y dinero en comprar inventos absurdos de cocina. Como cada mes, el revuelto de trastos te trae unos cuantos, e incluso alguno útil.
Dexter es uno de los asesinos en serie por los que siento más cariño. Por eso me compraría de cabeza este delantal, que además de ser útil cuando quieres descuartizar personas sin ponerte hecho un ecce homo, funciona muy bien en barbacoas y otras prácticas pringosas al estar hecho de vinilo (lo que se conoce como "plástico del bueno"). Cuesta 19,99 dólares en Think Geek.
Cuando vi esta vajilla de pizarra personalizable con iniciales pensé inmediatamente en lo bien que me iría si fuera dictador de algún país tipo Azerbaiyán. Aunque quizá con mis iniciales en oro quedaría mejor, ¿no?. En fin, la vajilla mínima se compone de 18 piezas (bajo platos, platos redondos y bajitos para el pan) además de dos bandejas, una tabla para cortar y un cuenco. Cuesta 210 euros en Platos y Pizarras, que no es precisamente una ganga pero para ser algo que te puede durar toda la vida, tampoco está mal.
Con ese nombre, como si fuera la hija de Chip y Chop y el conde Drácula, es imposible no sentir cierta ternura por esta espátula multifuncional de cocina hecha de nylon y capaz de aguantar temperaturas de hasta 250ºC. Un trastito capaz de voltear los alimentos y cortarlos o trocearlos en la sartén (NO un filete, sino más bien cosas como huevos o carne picada) y que además, gracias a su diseño, no ensucia el mármol cuando lo apoyamos en él. Cuesta 10,50 euros en Kook Shop.
BANDEJA DE HORNEAR PIZZA DE MODERNIST CUISINE
Otra pieza para mitómanos, en este caso de la editorial Modernist Cuisine, considerada la madre de todos los corderos de la literatura gastronómica tecnoemocional. En esta colaboración con la empresa Baking Steel la criatura resultante ha sido una bandeja para hacer pizza, pero no cualquier pizza, sino LA PIZZA. Su diseño y material prometen ayudarnos a hacerla crujiente, dorada y en el mínimo tiempo. Sus 10 kilos de peso no la hacen muy manejable, pero sí indestructible, y además puede usarse como calientaplatos (o enfriaplatos, si se congela antes) o plato de inducción. Cuesta 99 dólares en Baking Steel.
Una de las marcas de referencia en el mundo de la barbacoa americana, Williams-Sonoma, ha creado este asador de patatas pensado para hacer jacked potatoes. Esta marranada deliciosa consiste en rellenar las patatas con quesazo, mantequillaza y bacon hasta que no queda nada de la comida saludable que en principio son. Esta barra de acero inoxidable ayuda a que queden cremosas por dentro y crujientes por fuera, además de no caerse y mezclarse con otros alimentos gracias a los ganchitos que las sujetan. Para los que no tenemos barbacoa, también puede usarse en el horno. Cuesta menos de 9 euros en la web de Williams-Sonoma.
¿Que de qué sex shop he sacado esta especie de vibradores metálicos? De ninguna. Los Chillsner son la solución a la cerveza calentorra en un picnic, un día de playa o cualquier otra circunstancia que requiera un enfriamiento inmediato de cerveza o cualquier otro líquido que se comercialice en una botella de cuello largo. Después de meterlos en el congelador durante al menos 45 minutos, los introduces en la botella, ajustando su tapón metálico al cuello de la botella y bebes a través de él. Cuestan 29,59 dólares en Corckcicle.
SALERO Y PIMENTERO HUEVO Y TOSTADA
No lo busquéis. No existe. No hay nada más adorable sobre la faz de la Tierra que este salero y este pimentero, capaces de liberar mi maleni interior y suspirar por un mundo lleno de cucadas. Cuestan 19,99 dólares (más gastos) en Amazon.com.
Niños y adolescentes que vivieron en los ochenta entenderán mi fascinación por esta ilustración de LuisD, que aunque hoy en día sigue en el mercado poco o nada tiene que ver con ese de hielo-hielo, que cuando lo chupabas se quedaba blanco (y tu boca roja durante toda la tarde). La nostalgia pop puede venir en forma de póster, camiseta, funda para el iPad y muchos otros gadgets más o menos tecnológicos, a partir de 12 euros. A la venta en su tienda de Society6.
El Foodpod es una especie de bolsita de silicona en la que puedes: 1) meter cualquier alimento, 2) cocinarlo en una olla -y mantener la tapa semiabierta gracias a su gancho de sujeción, algo tan útil como complicado a veces- y 3) escurrirlo posteriormente sin quemarte ni demasiados mareos. Uno de esos gadgets prácticos, especialmente cuando te acabas de ir de casa, para segundas residencias y cosas por el estilo. Cuesta 15 dólares en en Fusionbrands.
SUDADERA DE DONUTS DE ALOHA FROM DEER
Los diseñadores polacos de Aloha From Deer han llevado el universo del print a otra dimensión con sus diseños de galaxias, flores, vírgenes y demás locuras. Aunque todas son chulísimas, por motivos comidísticos evidentes me quedo con la sudadera de donuts de colores, que volverá a estar en stock en muy breve . Perfecta para ESTE verano. La puedes comprar por 59 euros en su web.
Revuelto de trastos: la sudadera de donuts, el enfriador automático de cervezas y la espátula Chopula
¡Albricias! ¡Cáspita! ¡Canastos! Ha llegado junio pero por la temperatura parece marzo. Como dicen que este verano no tendremos que preocuparnos porque se nos vean las lorzas con el bikini y el bañador, podemos prescindir de gimnasios y dietas y emplear nuestro tiempo y dinero en comprar inventos absurdos de cocina. Como cada mes, el revuelto de trastos te trae unos cuantos, e incluso alguno útil.
Dexter es uno de los asesinos en serie por los que siento más cariño. Por eso me compraría de cabeza este delantal, que además de ser útil cuando quieres descuartizar personas sin ponerte hecho un ecce homo, funciona muy bien en barbacoas y otras prácticas pringosas al estar hecho de vinilo (lo que se conoce como "plástico del bueno"). Cuesta 19,99 dólares en Think Geek.
Cuando vi esta vajilla de pizarra personalizable con iniciales pensé inmediatamente en lo bien que me iría si fuera dictador de algún país tipo Azerbaiyán. Aunque quizá con mis iniciales en oro quedaría mejor, ¿no?. En fin, la vajilla mínima se compone de 18 piezas (bajo platos, platos redondos y bajitos para el pan) además de dos bandejas, una tabla para cortar y un cuenco. Cuesta 210 euros en Platos y Pizarras, que no es precisamente una ganga pero para ser algo que te puede durar toda la vida, tampoco está mal.
Con ese nombre, como si fuera la hija de Chip y Chop y el conde Drácula, es imposible no sentir cierta ternura por esta espátula multifuncional de cocina hecha de nylon y capaz de aguantar temperaturas de hasta 250ºC. Un trastito capaz de voltear los alimentos y cortarlos o trocearlos en la sartén (NO un filete, sino más bien cosas como huevos o carne picada) y que además, gracias a su diseño, no ensucia el mármol cuando lo apoyamos en él. Cuesta 10,50 euros en Kook Shop.
BANDEJA DE HORNEAR PIZZA DE MODERNIST CUISINE
Otra pieza para mitómanos, en este caso de la editorial Modernist Cuisine, considerada la madre de todos los corderos de la literatura gastronómica tecnoemocional. En esta colaboración con la empresa Baking Steel la criatura resultante ha sido una bandeja para hacer pizza, pero no cualquier pizza, sino LA PIZZA. Su diseño y material prometen ayudarnos a hacerla crujiente, dorada y en el mínimo tiempo. Sus 10 kilos de peso no la hacen muy manejable, pero sí indestructible, y además puede usarse como calientaplatos (o enfriaplatos, si se congela antes) o plato de inducción. Cuesta 99 dólares en Baking Steel.
Una de las marcas de referencia en el mundo de la barbacoa americana, Williams-Sonoma, ha creado este asador de patatas pensado para hacer jacked potatoes. Esta marranada deliciosa consiste en rellenar las patatas con quesazo, mantequillaza y bacon hasta que no queda nada de la comida saludable que en principio son. Esta barra de acero inoxidable ayuda a que queden cremosas por dentro y crujientes por fuera, además de no caerse y mezclarse con otros alimentos gracias a los ganchitos que las sujetan. Para los que no tenemos barbacoa, también puede usarse en el horno. Cuesta menos de 9 euros en la web de Williams-Sonoma.
¿Que de qué sex shop he sacado esta especie de vibradores metálicos? De ninguna. Los Chillsner son la solución a la cerveza calentorra en un picnic, un día de playa o cualquier otra circunstancia que requiera un enfriamiento inmediato de cerveza o cualquier otro líquido que se comercialice en una botella de cuello largo. Después de meterlos en el congelador durante al menos 45 minutos, los introduces en la botella, ajustando su tapón metálico al cuello de la botella y bebes a través de él. Cuestan 29,59 dólares en Corckcicle.
SALERO Y PIMENTERO HUEVO Y TOSTADA
No lo busquéis. No existe. No hay nada más adorable sobre la faz de la Tierra que este salero y este pimentero, capaces de liberar mi maleni interior y suspirar por un mundo lleno de cucadas. Cuestan 19,99 dólares (más gastos) en Amazon.com.
Niños y adolescentes que vivieron en los ochenta entenderán mi fascinación por esta ilustración de LuisD, que aunque hoy en día sigue en el mercado poco o nada tiene que ver con ese de hielo-hielo, que cuando lo chupabas se quedaba blanco (y tu boca roja durante toda la tarde). La nostalgia pop puede venir en forma de póster, camiseta, funda para el iPad y muchos otros gadgets más o menos tecnológicos, a partir de 12 euros. A la venta en su tienda de Society6.
El Foodpod es una especie de bolsita de silicona en la que puedes: 1) meter cualquier alimento, 2) cocinarlo en una olla -y mantener la tapa semiabierta gracias a su gancho de sujeción, algo tan útil como complicado a veces- y 3) escurrirlo posteriormente sin quemarte ni demasiados mareos. Uno de esos gadgets prácticos, especialmente cuando te acabas de ir de casa, para segundas residencias y cosas por el estilo. Cuesta 15 dólares en en Fusionbrands.
SUDADERA DE DONUTS DE ALOHA FROM DEER
Los diseñadores polacos de Aloha From Deer han llevado el universo del print a otra dimensión con sus diseños de galaxias, flores, vírgenes y demás locuras. Aunque todas son chulísimas, por motivos comidísticos evidentes me quedo con la sudadera de donuts de colores, que volverá a estar en stock en muy breve . Perfecta para ESTE verano. La puedes comprar por 59 euros en su web.
Acabo de recibir un kit de artilugios de cocina que está regalando EL PAÍS. ¿Un momento promocional? Pues sí, pero esta espumadera, cazo, cuchara de servir y cuchara para espaguetis me han gustado de verdad: son bastante ergonómicas, resisten temperaturas de hasta 210 grados y, sobre todo, tienen una piececita de goma de lo más práctica que hace que, cuando los apoyas en la encimera de la cocina, no manchen. Se pueden conseguir a partir del domingo que viene rellenando una cartilla que se puede descargar aquí, con 5 cupones + 9,95 euros de gastos. También hay un set de cuchillos (esta semana), y de aperitivos, de bebida y de sartenes (las siguientes).
May 30, 2013
Plan para el finde: Mont Bar
El Comidista prosigue su serie de entradas breves
en forma de
autoentrevista sobre restaurantes, bares, cafés y actividades
gastronómicas diversas para disfrutar el fin de semana. Se publican
uno de cada dos viernes, alternando con el consultorio Aló, Comidista.

Noche en el 220. / MONT BAR
Vaya, otro sitio de Barcelona. Pues sí. Es que yo vivo aquí, lo siento. Vale. ¿De qué va el Mont Bar? Digamos que es un bar de tapas de toda la vida, pero con cocina elaborada y algunos toques de vanguardia. Se nota que el señor que manda en los fogones, Pedro Salillas, ha pasado por restaurantes de nivel. ¿No será un restaurante pijo con pretensiones? No. De hecho, es bastante informal, como corresponde a un bar, y lo mismo puedes desayunar, picar unas croquetas o tomar un vermú que comer o cenar más en serio compartiendo unos platillos. Ni la decoración, bastante cálida, ni el servicio, poco rimbombante, apabullan: el refinamiento está más en la comida. ¿Qué se come? Yo probé una ensalada verde con sardinas, mango y cítricos muy fresca, una ensaladilla rusa con esturión confitado curiosa y un canelón de cordero con una bechamel de las que ya no se ven en ningún lado. Pero si algo me entusiasmó fueron los huevos de payés con papada confitada, trigo y cecina, uno de esos platos con los que podría morir feliz comiendo.




El reparto, por orden de aparición. / EL COMIDISTA
¿Y los postres? Los coloristas miniconos de helado me parecieron perfectos si estás lleno pero quieres acabar con una ligera gota de dulce. Y la tostadita de cereza con falso albaricoque, más allá de los fuegos artificiales, es una auténtica delicia, con el suficiente contraste ácido para no empapuzar ni empalagar. Te pondrías como un pepe a vino, claro. Pues no, porque fui al mediodía entre semana, y ése es uno de los raros contextos en los que no bebo. Pero la carta tiene más de 250 referencias y también sirven unos cuantos vinos por copa. ¿Quién montó esta maravilla? El impulsor es Iván Castro, criado en Mont -de ahí el nombre- y proveniente de familia de restauradores de Viella, en el Vall d'Aran. Por la carta pululan unos cuantos productos ecológicos propios, provenientes de aquella zona. Seguro que es carísimo. Más caro que el bar churretoso de fritangas al uso sí es. Dos platillos y postre pueden salir por unos 30 euros, dependiendo de lo que bebas. Un precio que, para el nivel de la cocina, resulta muy ajustado.


Falso albaricoque antes, falso albaricoque después. / EL COMIDISTA
Mont Bar. Diputación, 220, esquina Aribau. Barcelona. De domingo a jueves, de 12.30 a 23.30; viernes y sábado, hasta las 0.00. Teléfono: 933 239 590.
May 29, 2013
Pasta con espárragos verdes de un crítico hedonista
'Rigatoni alla Claiborne'. / EL COMIDISTA
El autor de la receta de hoy no es ningún mindundi (o sea, yo), sino un señor muy importante con una gran cultura gastronómica. Se llama Craig Claiborne, escribió en el New York Times durante casi 30 años, y es probablemente el crítico de restaurantes más importante de la historia de Estados Unidos.
Desde que se convirtió en el responsable de la información sobre comida en el diario en 1957, Claiborne difundió la exquisitez culinaria entre unos compatriotas que no andaban muy sobrados de refinamiento en los fogones. Sus columnas y recetarios enseñaron a los estadounidenses las delicadezas de la comida francesa, y también les abrieron los paladares a sabores del resto del mundo. Aunque algunos de sus libros nos puedan parecer un tanto demodés -los aspics ya no se llevan-, fue un auténtico renovador, y sus formas todavía sirven de modelo para la crítica: él se inventó el sistema de puntuación de estrellas para los restaurantes en el New York Times, imitado después en todo el mundo. Su máxima: "Conoce más que nadie, di algo divertido y deja alguna pregunta sin responder".
Claiborne fue además un personaje fascinante. Nacido en el sur de Estados Unidos y educado culinariamente en una prestigiosa escuela hostelera suiza, pronto se convirtió en un árbitro de la moda gastronómica, capaz de encumbrar a chefs como Alain Ducasse o destruir restaurantes con una simple mala crítica. No era lo que se dice una persona moderada: en su currículum brillan fiestas como la que dió en su 25º aniversario en el Times, con 400 invitados agasajados con los platos de tres docenas de chefs, o la de su 70 cumpleaños, que duró tres días y culminó en una orgiástica comida en el restaurante de Ducasse en Montecarlo.

Claiborne, con su libro 'The New York Times Cookbook'. / THE WASHINGTON POST
El crítico también se pegó la gran vida junto al amor de su vida, un señor casado con siete hijos de Florida con el que compartió viajes, hotelazos y cenas exquisitas. Famosa fue también su "cena de los 4.000 dólares": en 1975, Claiborne ganó en una subasta benéfica una comida en el restaurante que quisiera, pagada por American Express. Eligió Chez Panis, en París, donde se bajó 31 platos con foie, langosta, caviar Beluga, escribanos hortelanos y vinos carísimos junto a su amigo y colaborador Pierre Franey. Después publicó un artículo sobre la experiencia en el New York Times, que causó tanto escándalo que hasta el papa Pablo VI la criticó. Tanto hedonismo pasó factura: además de tener problemas con el alcohol, en su última década de existencia sufrió varios ataques al corazón y visitó con frecuencia quirófanos y hospitales. Murió en enero de 2000.
Sirvan como homenaje y prueba de su buen gusto estos rigatoni con espárragos, que Claiborne -o Franey, que era el chef que le solía hacer las recetas- apuntalaba de manera genial con huevo batido. Esta carbonarización consigue una fantástica textura sedosa para la salsa, a la vez que suaviza la acidez del tomate. Como éste último no está aún en plena temporada, recomiendo usar tomate embotado, a no ser que encontremos ejemplares suficientemente maduros y sabrosos. Aviso que la receta está ligeramente adaptada a mi gusto: aquí tenéis una versión quizá más fiel a la original de la web Food52.
Dificultad
La pasta sólo está al alcance de los grandes sabios de la gastronomía.
Ingredientes
400 g de espárragos verdes
350 g de rigatoni, macarrones o cualquier pasta tubular corta
3 tomates de lata pelados y picados en grueso
2 huevos
2 dientes de ajo
100 g de queso parmesano
1 cucharada de albahaca picada
1 cucharada de perejil picado
1 cucharada de mantequilla
Aceite de oliva
Sal y pimienta recién molida
Preparación
1. Poner a calentar agua abundante con sal para la pasta.
2. Quitar los extremos leñosos de los espárragos doblándolos hasta que se rompan. Cortarlos en trozos de unos tres o cuatro centímetros y saltearlos con la mantequilla unos 4 minutos. Salpimentarlos, sacarlos a un plato y reservar.
3. En la misma sartén, dorar los ajos cortados por la mitad con un chorro de aceite. Sacarlos y añadir el tomate. Rehogar a fuego medio-bajo unos 10 minutos. Añadir el perejil y la albahaca y mantener caliente.
4. Mientras el tomate se va haciendo, cocer la pasta en agua con sal siguiendo las instrucciones del fabricante.
5. Justo antes de que la pasta esté hecha, retirar del fuego el tomate. Pasarlo a un bol y esperar que se temple un par de minutos. Añadirle un huevo batido junto a la yema del otro. Remover con energía para que el huevo no cuaje. Incorporar los espárragos.
6. Escurrir la pasta y mezclarla con la salsa de tomate y espárragos y la mitad del queso. Servir con la otra mitad aparte para que quien quiera se pueda poner más.
May 28, 2013
Misterios de un buen cóctel: lo que debes hacer y lo que no

Parte de una de las ilustraciones de Jordi Labanda para la World Class Competition.
¿No sabes qué lleva el gin tonic? ¿El combinado más elaborado que has hecho en tu vida es un calimocho? ¿Nunca entendiste el misterio del vodka Martini agitado o revuelto que tomaba el agente secreto más folloso de la historia? Tranquilo. Esta entrada está dedicada a tí, novicio de la coctelería. Quizá su lectura te lleve a dominar en esta nueva ciencia gastronómica que amenaza con superar en sofisticación a la mismísima cocina. O casi.
Hoy se reúnen en Madrid algunos de los seres que mejor pueden explicar los misterios de un buen cóctel: los participantes de la World Class Competition 2013, un concurso de mixología -así lo llaman sus sabios- en el que dos representantes de 13 países europeos competirán entre ellos para ser los mejores de su nación (la gran final será en julio). Aprovechando la circunstancia, he pedido a los contendientes españoles, David de Ríos (Café Kobuk, de Barakaldo) y Antonio Naranjo (Lab4, Sevilla), unos cuantos consejos y un par de recetas para hacer pinitos cocteleros en la intimidad del hogar con la seguridad de que nadie sufrirá demasiados daños colaterales.
Para David de Ríos, ser consciente de tus propias limitaciones es la base del éxito. "La formación es fundamental", asegura. "Se debe empezar por combinados y cócteles muy sencillos. Hay que formar una base muy sólida para aventurarse a crear cócteles propios y poder mezclar sabores de alcohol, zumos, frutas, etcétera". Así que cuando os pongáis imaginativos, seguramente es el momento de retirarse del vaso y la coctelera y desplazarse al sofá más cercano.

Algo me dice que no es agua: David de Ríos, en acción. / WCC
"No debemos improvisar nunca", insiste David. "No es bueno inventarse un cóctel sobre la marcha. Seguro que fallas porque el trabajo creación de cóctel es una labor muy seria, las cosas no salen porque sí". Tras soportar durante años los aleatorios cócteles de mi padre en Navidad, doy fe de que tiene razón. El barman sevillano añade un consejo muy concreto: "Especialmente para los no profesionales, es mucho mejor hacer un cóctel con poco alcohol. Seguro que quien lo tome agradecerá que haya más zumos y otros elementos".
Consciente quizá de que a veces nos resulta difícil reprimir los arranques de libertad creativa, Antonio Naranjo avisa de que si nos ponemos a inventar, siempre debemos ir probando el cóctel. "El barman lo equilibra tal y como un cocinero añade la sal, poco a poco. Hay que ir añadiendo los diferentes ingredientes y midiendo hasta obtener el resultado final".
Ahora bien, el consejo principal de Naranjo es entender que la calidad de los ingredientes es primordial, algo que vale tanto para la coctelería como para la cocina. "La fruta influye mucho en el sabor de la mezcla. Como un cocinero utiliza la mejor materia prima para sus elaboraciones, nosotros necesitamos de la mejor fruta, la de mayor calidad, para poder hacer nuestros cócteles". Así que nada de aprovechar las peras pochas para mezclarlas con vodka Varriloff, porque el resultado será tan churresco como los ingredientes.

Antonio Naranjo, colando un jariguay. / WCC
ZACAPA SUMMER, de Antonio Naranjo
Ingredientes para uno
60 ml de ron añejo
30 ml de puré de plátano y jengibre
20 ml de zumo de lima
15 ml de sirope de azúcar
Preparación
1. Batir en coctelera y servir en vaso con hielo picado.
2. Decorar con ralladura de piel de lima y un buen trozo de piña.
SPRING TIME, de David Ríos
Ingredientes para uno
50ml de vodka
10ml licor marrasquino
20ml de zumo de lima
10ml sirope de azúcar
Laurel y cerezas
Preparación
1. Majar en el vaso unas cerezas y laurel.
2. Incorporar el resto de ingredientes y decorar con otras dos cerezas y más laurel.
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