Mikel López Iturriaga's Blog, page 57

January 23, 2013

Pescado con mojo de cilantro y cebolla frita

Pescado con mojo de cilantro y cebolla frita
Una cena limpia. / EL COMIDISTA

 


Quizá un título más técnico para esta receta habría sido Gallo con mojo de cilantro. Pero he preferido dejarlo en "pescado" por dos motivos: primero, la rica salsa canaria funciona bien casi con cualquier pez, y segundo, tengo la sensación de que hay bastante gente que piensa que un gallo es sólo un animal con plumas y cresta.




En cualquier caso, se trata de un plato de comida rápida de la buena. Lo único que lleva cierto tiempo es la cebolla: para que quede crujiente, se requiere un poquito de paciencia. Si tú no tienes de eso, siempre puedes comprar cebolla crujiente preparada, al estilo de la que ponen en los infames pero maravillosamente adictivos perritos calientes de Ikea. Además, el mojo viene muy bien para aprovechar el clásico paquetón de cilantro del que sólo has usado cuatro hojitas para alguna chorrada, y evitar que una vez amarillento y medio podrido acabe en su destino habitual: la basura.


Dificultad


Para gandules.


Ingredientes


Para 4 personas



Los lomos limpios de 2 gallos grandes o 4 pequeños (o cualquier otro pescado)
1 cebolla mediana
1 diente de ajo (o más si se quiere el mojo más potente)
1 manojo de cilantro (unos 30-40 gramos)
1/2 cucharadita de comino en grano
2 cucharadas de vinagre blanco
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Preparación


1. Picar la cebolla y ponerla a freír a fuego suave en una sartén grande con abundante aceite de oliva, removiendo de vez en cuando.


2. Majar en un mortero el diente de ajo con el vinagre, el comino y sal (si no se tiene mortero, triturar con la batidora). Incorporar el cilantro y seguir majándolo hasta obtener una pasta.


3. Añadir poco a poco unos 200 ml de aceite sin dejar de aplastar y remover. Corregir de sal.


4. Cuando la cebolla empiece a tomar color y esté blanda, subir el fuego para que se dore. Sacarla con una espumadera a un plato cubierto con papel de cocina.


5. Retirar la mayor parte del aceite y dejar sólo una o dos cucharadas. Con el fuego medio-alto, pasar los filetes de pescado por la sartén por ambos lados, sin marearlos para que no se deshagan. Salar.


6. Poner un poco de mojo de cilantro sobre cada filete. Decorar con la cebolla y servir inmediatamente.

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Published on January 23, 2013 22:00

January 22, 2013

El futuro de la comida en 11 ideas

COMIDA FÁCIL
Fácil y rápido. / GRAVITY

 


¿Cómo será la comida del futuro? Hay dos formas de saberlo: una es llamar a Sandro Rey o a Katiuska Romero, y la otra, algo menos esotérica, consiste en averiguarlo a través de estudios como Food Thinking.



La consultora alemana de diseño e innovación Gravity elaboró este informe tras dos meses de trabajo de campo en su país, Reino Unido y España. Entrevistas y encuentros con cocineros, expertos y simples ciudadanos les llevaron a algunas conclusiones interesantes sobre tendencias futuras y presentes en nuestra relación actual con los alimentos, como el exhibicionismo en internet, la simplificación en la cocina o la falsa creencia en la naturalidad de lo comemos.


"La comida es un tema que nos importa y nos fascina a todos", explica desde Munich Markos Grohmann, uno de los autores de Food Thinking. "No hay casi ninguna interacción social sin que esté por medio, y si piensas en cuánto tiempo empleamos cada día en comprar, cocinar, almacenar o comer... Queríamos averiguar qué está pasando en este momento en el paisaje gastronómico europeo y qué vendrá, y pensamos que el estudio podría ayudar a quitarnos de encima ideas anticuadas sobre la forma en que comemos y pensar de una forma más abierta sobre lo que ponemos en nuestros platos".


Los autores del estudio encontraron las previsibles diferencias entre los tres países que pusieron bajo el microscopio. "La cultura del pan es un gran tema en este momento en España, al contrario que en Alemania, donde es una parte esencial de la nutrición diaria. De igual forma, en este país es muy importante lo bio ya desde el movimiento verde de los setenta, mientras que en España, no. En el Reino Unido, los consumidores parecen haber pasado la primera oleada de lo ecológico, que durante la recesión ha sido reemplazado por la comida de proximidad", relata Grohmann.


A pesar de todo, existen tendencias comunes a las tres naciones, que el equipo de Hoenle ha sintetizado en cinco puntos. Food is bling, el primero, se podría traducir como "la comida es ostentación": no somos lo que comemos, somos lo que los otros ven que comemos. La comida es un culto y se ha transformado en un nuevo símbolo de estatus, y de ahí nuestra obsesión por alardear de ese restaurante que nadie conoce o esa receta maravillosa en internet. La consultora apoya estas afirmaciones en dos datos llamativos: Tecnhorati tiene catalogados 17.000 blogs de comida frente a 10.000 de moda, y siete de los 20 libros más vendidos en Amazon UK en 2011 son de cocina.


La comida miente, pero nos gusta es la segunda conclusión del estudio. Con sus constantes evocaciones a lo casero y lo natural, productores y vendedores se esfuerzan en transmitir una imagen de autenticidad y de felicidad que casi nunca se corresponde con la realidad. El tercer punto tampoco anima mucho al optimismo: en La comida necesita simplicidad, se retrata un panorama de vagancia generalizada en el que cada vez exigimos menos complicaciones a recetas, electrodomésticos, productos o servicios. "Estas afirmaciones están basadas en lo que hemos visto en restaurantes, casas, tiendas, cocinas y granjas. Son una versión no filtrada de lo que condiciona el paisaje de la comida. Más que pesimistas, nosotros diríamos que invitan a la reflexión", defiende Grohmann.



Berlin
"Un ultramarinos moderno de Berlín pretende ser de los viejos tiempos". / GRAVITY

 


Las dos siguientes conclusiones son, en cualquier caso, algo más positivas. La comida es el háztelo tú mismo para todos los públicos apunta una idea reveladora: la cocina es el último refugio de la artesanía, lo único que un ciudadano medio puede producir con sus manos en esta época. El gran interés que despierta en la actualidad se debe precisamente a eso, a que ofrece un tipo de gratificación inexistente en otros campos de nuestra actividad cotidiana.


La quinta idea sobre el presente de Food Thinking plantea un desafío: La comida puede ser transparente. ¿Lo eres tú?
Basada en conceptos como la temporalidad, la proximidad o lo ecológico,
transparencia significa saber de dónde vienen los alimentos y cómo han
sido producidos. El problema es que esa información puede no resultar
muy apetecible. Si analizáramos nuestras neveras y conociéramos la
granja donde se ha criado el pollo que vamos a asar o los extraños
componentes de ese 30% que no es cerdo del fiambre con el que nos vamos a
hacer el bocata, ¿preferiríamos vivir en la ignorancia?


 


Conceptos del futuro


La parte más vistosa del informe se compone de Conceptos, productos o servicios del futuro que los autores imaginaron tras su investigación. So Not
es una marca ficticia que reniega de los exotismos y apuesta por vender
alimentos de proximidad de manera honesta a la par que estilosa.



01_SO_NOT


GRAVITY

 


El Hol(e)y Plate
es un plato para "presentar tus comidas con los pies en la tierra". El
comensal puede tomar las hojas de la planta y aderezar él mismo su
ración. ¿Un poco bobada? Pues sí.



02_hol(e)y_plate


GRAVITY

 


Convenience 2.0 suena
más apetecible: una aplicación para pedir que te traigan a casa los
ingredientes justos para hacer una receta que ves en internet. Así te
evitas el marrón de la compra pulsando sólo un botón (y pagando después, claro).



03_convenience_APP


GRAVITY

 


Pommes des Terre une
comida y moda. Unas vulgares patatas se convierten en producto de lujo
tras ser recogidas a mano, escrupulosamente seleccionadas y empaquetadas
como joyas. Huele a provocación... pero tampoco parece demasiado lejano de algunos envoltorios de alimentos que ya existen.


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GRAVITY

 


 


"Aliméntame... y luego cómeme".
Es el lema de Happy Meat, una marca a través de la cual conoces y crías a
la vaca cuya carne te acabaras zampando. Me recuerda un poco al Apadrina un jamón de Jamones 2.0.


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GRAVITY

 


 



Por último, Still
Good es un compartimento dentro de los contenedores donde puedes dejar
comida que aún esté en buen estado, pero que no vayas a consumir porque
tienes demasiada, porque te vas de viaje o por cualquier otro motivo. Así se evita que las personas necesitadas tengan que escarbar en la
basura. Un concepto muy de actualidad en plena era del freeganismo, pero que no sé si gustaría demasiado a algunos responsables políticos empeñados en candar los contenedores.


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GRAVITY

 


¿Crees que estos conceptos se harán realidad? Opina en los comentarios.


 

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Published on January 22, 2013 22:00

January 21, 2013

Hamburguesa de lentejas y garbanzos

Hamburguesa de garbanzos y lentejas
Gustarán hasta a los más escépticos. / AINHOA GOMÀ

 


Hamburguesa. Vegetariana. Hasta hace poco, cada vez que oía esas dos palabras juntas se me cerraba el estómago, pensando en que pronto aterrizaría en mi plato un mondongo de alfalfa, soja, seitán o cualquier grano macrobiótico. De color parduzco y forma plana y redonda como el original, sí, pero más seco y pastoso que una tortilla de alubias recocida durante horas en una sartén.



Vivía en el error, confundido por algunos ejemplares prefabricados con los que he sido castigado en más de una ocasión. Tras probar la de judías blancas que sirven en El Filete Ruso o la de falso chorizo que prepara Mònica Escudero, y animado por la de lentejas de No Más Tuppers de Mamá, me convencí de que otra hamburguesa vegetariana era posible. Y así, la semana pasada me dispuse por fin a preparar la primera de mi vida en casa.

Mi guía espiritual en este camino hacia la virtud fue el Meat Free Monday Cookbook, un recetario impulsado por la familia McCartney del que ya he hablado en algún capítulo anterior. Frente a tanta cocina vegetariana lacia, este libro es un festival de platos rebosantes de alegría, que incluye una hamburguesa de legumbres con cebolla y queso cheddar de lo más apetecible.


En ella me inspiré para las burgers de hoy, tan deliciosas como las del mejor buey y bastante más sanas y baratas. El único misterio que tienen es el de no pasarse con el triturado de las legumbres: no vas a hacer un hummus ni un puré. Doy fe de que fueron probadas por tres carnívoros natos y a los tres les encantaron. Y ninguno dijo la temida frase: "Ya, pero dónde estén las de carne...".


Dificultad


Es una hamburguesa, así que necesitas haber sido ingeniero aeroespacial en la NASA para poder hacerla.


Ingredientes


Para 6 personas


Hamburguesas



400 g de lentejas cocidas
400 g de garbanzos cocidos
100 g de queso feta
50 g de queso manchego semicurado rallado
1 huevo
50 gramos de miga de pan
1 cebolleta
1 cucharadita rasa de comino
1/2 cucharadita de pimentón picante
3 cucharadas de perejil picado
Leche
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra recién molida

Salsa de yogur



2 yogures
1/2 limón
1/2 cucharada de tomillo seco
Sal y pimienta negra recién molida

Preparación


1. Mezclar los ingredientes de la salsa de yogur, batir bien y reservar.


2. Picar la cebolleta y rehogarla a fuego suave en una sartén con un chorro de aceite de oliva hasta que se ablande (unos 15 minutos).


3. Incorporar la miga de pan troceada y dejar que se tueste ligeramente 3 o 4 minutos. Aderezar con el comino, el pimentón y sal, rehogar un minuto más y retirar del fuego.


4. Triturar las lentejas y los garbanzos lo justo para que se deshagan, pero sin pasarnos y que se forme una pasta.


5. Incorporar el queso feta desmigado, el manchego, la cebolla y la miga con su aceite, el perejil, sal, pimienta y un par de cucharadas de leche. Mezclar con las manos sin amasar.


6. Ligar la mezcla con el huevo batido y dejar reposar unos minutos. Hasta aquí se puede hacer con antelación.


7. Si la pasta se ha quedado muy seca, humedecerla con un chorrito de leche. Preparar un plato con harina y calentar una sartén con aceite.


8. Formar las hamburguesas con las manos, pasarlas ligeramente por harina y tostarlas en la sartén por los dos lados hasta que se doren. Servirlas con la salsa de yogur y ensalada verde.

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Published on January 21, 2013 22:00

January 20, 2013

Lo que hay que comer en invierno

Crema zanahoria yogur
Por un invierno de crema de zanahorias con naranja. / AINHOA GOMÀ

 


Con esta entrada se cierra un ciclo. Tras los posts sobre los alimentos que hay que comer en primavera, verano y otoño, el invierno es la última estación que me quedaba por tratar. Como saben los que me conocen, soy un auténtico brasa con el asunto de las temporadas, y cual talibán a punto de inmolarse me niego a comer frutas y verduras fuera de su época natural. Ya sé que en los supermercados hay de todo todo el año, pero no soy tan tonto como para pagar más por un producto de peor calidad y encima nada simpático con el medio ambiente. Además, me gusta esperar a que llegue el tiempo de cada producto, porque lo cojo con más ganas y lo disfruto más.


Los meses de invierno no son los más exuberantes hortofrutícolamente hablando, porque el frío pone a buena parte de la naturaleza en periodo de reflexión. Pero algunas plantas, sobre todo las que hacen cosas interesantes bajo tierra, nos dan nuestras alegrías, acompañadas por ciertas verduras de hoja y una fruta tan excepcional como la naranja. Tampoco hay que olvidar que superstars del otoño como las espinacas, la acelgas, las mandarinas o las peras siguen en racha, y que las habas o las fresas pueden empezar a decir hola al final del invierno en algunas zonas.


Naranjas


Ellas, y en general todos los cítricos, son nuestra salvación frutera en el invierno. La naranja es un alimento tan maravilloso que casi podría suplir a todas las demás frutas: jugosa, dulce, nada empalagosa, cargada de toneladas de vitamina C... la única pega es el rollo de pelarla, para lo cual se recomienda tener una madre a mano que lo haga por ti. Más consejos: comprarlas directamente a productores levantinos por internet, a través de webs como Naranjas con Sabor, Naranjas Palau o Naranjas Lola. Y cocinar con ellas platos como la crema de zanahoria con naranja y yogur, el secreto glaseado con naranja, miel y romero, el sabayón con cítricos o las naranjas caramelizadas con cacao y canela.



Sabayón con cítricos

Sabayón con cítricos. / EL COMIDISTA

 


Alcachofas


¿Qué decir de la verdura que tengo por logo? Me resultan incomprensibles los reparos de mucha gente ante las alcachofas, que para mí son uno de los productos cumbre de la gastronomía europea. Supongo que es cuestión de probarlas y de cogerle el gustillo a su peculiar sabor, capaz de transformar el de cualquier bebida que tomes con ellas. Las buenas alcachofas tienen las hojas pegadas y poco abiertas, y al palparlas deben estar firmes, no blandurrias ni huecas. De mis múltiples recetas con ellas, yo recomendaría las milagrosas alcachofas de la nonna Sara, las alcachofas rellenas de sobrasada, la ensalada de alcachofas con anchoa y huevo o la pasta con alcachofas y pesto de nueces.



Alcachofas sobrasada
Alcachofas con sobrasada. / EL COMIDISTA

 


Remolacha


La temporada de la bola granate que todo lo tiñe es larga y varía mucho en función de las zonas. Pero como no la he sacado en las entradas de otoño ni de primavera, debo rendirle homenaje ahora. Si le tienes un poco de manía, será porque la has probado en esa versión infame y avinagrada que suele venderse embotada rallada o en rodajas. Pero una remolacha natural cocida en su punto o, mejor aún, al horno, es pura gloria. Cortada en láminas muy finas, incluso se puede comer cruda. Personalmente, a mí me pirran la ensalada de remolacha y calabaza asadas, la de remolacha, boquerones y huevo, el carpaccio de remolacha y apionabo o la ensaladilla rosa.



Ensalada-remolacha-huevo-boquerones
Remolacha+boquerones+huevo=triunfo asegurado. / AINHOA GOMÀ

 


Coliflor y brécol


Imagino que doña Coliflor y don Brécol deben de mantener una relación difícil: son primos hermanos, pero me da que la primera, que es como de pueblo, debe de estar algo celosa del éxito del segundo, un señorito de ciudad. A mí me ponen tanto la una como el otro. Reconozco que el brécol es más digerible, pero encuentro que la coliflor es más rica en matices. En cualquier caso, los dos me gustan poco cocidos, porque si están pasados a) me saben a pedo y b) me sientan peor que una noticia sobre Bárcenas. ¿Cómo tomarlos para salirse del rollo habitual? Se puede hacer un cuscús de coliflor con naranja y anacardos, una coliflor tostada con pasas, o una coliflor asada con zanahoria y naranja. Y el brécol, gratinado con boniato.



Cuscus coliflor naranja
Cuscús de coliflor. / AINHOA GOMÀ

 


Hinojo


El hinojo no es un bulbo demasiado popular en España, sobre todo si comparamos con países donde se consume masivamente como Italia. Cada vez se encuentra con más frecuencia en las fruterías, aunque me da la sensación de que la mayoría de la gente no tiene ni idea de qué hacer con él. Es simple: si se toma crudo, no hay más que cortarlo en láminas muy finas y usarlo en ensaladas. Cocido, funciona muy bien en sopas o en asados de carnes y pescados. Ahí van algunas recetas: crema de calabaza, hinojo y yogur, boquerones marinados con hinojo y la ensalada de hinojo, habas y parmesano.



Ensalada-hinojo-habas-parmesano
Ensalada de hinojo, habas y parmesano. / ONDAKÍN

 


Lechuga, escarola y endibias


El invierno es la edad de oro de estas tres verduras de hoja habituales de las ensaladas. Las tres tienen posibles elaboraciones con calor, bastante habituales por cierto en otros países europeos. Pero a mí me gustan tanto crudas que, la verdad, no he sentido nunca el impulso irrefrenable de cocinarlas. En la ensalada verde con cítricos y aceitunas os encontraréis a las tres juntas. Por separado, propongo un xató de escarola, rábanos y anchoas, una auténtica ensalada césar o una ensalada de endibias, apionabo y queso azul.



Ensalada-endivias-apionabo-queso-azul
Endibias de otra forma. / AINHOA GOMÀ
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Published on January 20, 2013 22:00

January 17, 2013

Plan para el fin de semana: Cea, meca del pan gallego

El Comidista prosigue su serie de entradas breves
en forma de
autoentrevista sobre restaurantes, bares, cafés y actividades
gastronómicas diversas para disfrutar el fin de semana. Se publican
uno de cada dos viernes, alternando con el consultorio Aló, Comidista.



Pan de cea 2
División celular en el pan de Cea. / AINHOA GOMÀ


¿Cea? ¿Eso dónde está? En la provincia de Ourense. Es un pequeño pueblo de 3.500 habitantes en la comarca de Carballiño, donde se elabora uno de los mejores panes de España, y el único en este país europea junto al de Cruz (Ciudad Real). ¿Y llevan mucho tiempo haciéndolo? No me había enterado. Esto... más o menos desde el siglo XIII. En el siglo XVIII casi toda la población se dedicaba al pan, y a finales del XIX era famoso en toda la región. ¿Qué tiene de especial? Que se elabora de forma artesanal siguiendo unas normas muy estrictas. Los hornos deben ser los tradicionales, de granito y forma circular, y sólo se pueden calentar con leña u otros materiales de origen vegetal que no afecten al sabor. Los únicos ingredientes permitidos son harina de trigo, agua, sal y masa madre, más una pequeña cantidad opcional de levadura prensada. Además de los tiempos de amasado, las formas también están reguladas: pieza o poia alargada de entre 1 y 1,2 kilo, y media pieza o molete, siempre con un corte en la masa que las divide por la mitad.  


Pan de cea 3



Pan de cea 5 Pan de cea Pan de cea 6



Pan de cea 4
AINHOA GOMÀ

Muy interesante. Pero vamos a lo que importa: ¿está bueno? De primeras, sabe a pan, algo que no se puede decir de muchos productos con ese nombre que se venden en España. A mí me gustó porque tiene la corteza bastante recia y una miga densa pero a la vez esponjosa. Huele a trigo, es suave pero con un ligero punto ácido, y conserva bien la humedad de tal forma que no se pone como una piedra al segundo día. Es pan de verdad, en definitiva. ¿Dónde se puede comprar? En Cea, donde hay unos 20 hornos que lo elaboran y venden, y en algunas tiendas fuera de la localidad. Pero hay que tener cuidado con los fraudes: el verdadero siempre va en bolsas etiquetadas y numeradas. ¿Y si no podemos ir a Cea? Se puede comprar por Internet.


 

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Published on January 17, 2013 22:00

January 16, 2013

Pudin de bollos con chocolate y plátano

Puding
Para bailar esto es una bom-ba. / AINHOA GOMÀ

 


Como ya insinué en algún capítulo anterior, estoy hasta el ñoto de platos superlight, dietas detox,  ensaladas para mujeres que ríen solas y demás tontunas que año tras año aparecen por todos lados después de Navidad. Así que hoy os traigo uno de esos postres para disfrutar sin ningún tipo de control calórico de por medio, pura lujuria hecha carbohidrato que os llevará a un paraíso de huríes vacaburras.



Este pudin no es bueno sólo por eso, sino porque también resulta de lo más económico: sirve para aprovechar restos de repostería seca que, de otra forma, acabarían en la basura. Yo lo suelo preparar con lo que haya por casa: brioches, cruasanes, suizos, panes dulces... Todo vale en esta orgía lacto-bollera. Además, es de los postres más fáciles y rápidos de hacer que conozco.


Dificultad


Para mujeres que quieren ir a Bruselas y acaban en Zagreb.


Ingredientes


Para 6 personas



Unos 400 g de cualquier tipo de bollo seco
2 plátanos muy maduros
50 g de chocolate negro
3 huevos
200 ml de nata líquida
250 ml de leche entera
1 cucharadita de canela
2 cucharadas de azúcar blanco
2 cucharadas de azúcar moreno
Mantequilla a temperatura ambiente

Preparación


1. Precalentar el horno a 200º.


2. Batir los huevos con la leche, la nata, la canela y el azúcar blanco hasta que este se disuelva.


3. Pelar y picar los plátanos y el chocolate.


4. Cortar los bollos en láminas gruesas y untarlas ligeramente
con mantequilla. Ponerlos en una fuente de horno con el plátano y el chocolate picado y
verter por encima la crema. Dejar unos 15 minutos para que se
empape bien.


4. Espolvorear el azúcar moreno por
encima. Preparar un baño maría, poniendo la fuente dentro de otra un
poco más grande y llenando esta última de agua hasta la mitad. Meter en
el horno y bajar la temperatura a 180º. Hornear unos 35-40 minutos hasta
que se dore. Dejar que se temple y servir.

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Published on January 16, 2013 22:00

January 15, 2013

Espejito, espejito, ¿cómo seré dentro de 10 años si bebo demasiado?


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Las campañas contra el abuso del alcohol y las drogas han jugado tradicionalmente la baza del miedo: accidentes, malos viajes, gusanos que se meten por la nariz... Sin embargo, ninguna nos había proporcionado el pánico de vernos a nosotros mismos tras unos cuantos añitos de despendole. Esta bendita inocencia se ha acabado con el nacimiento de la aplicación para móviles Drinking Mirror.



Creada por el Departamento de Salud de Escocia, la app tiene un funcionamiento muy simple: subes una foto tuya, eliges cuantas copas de vino te tomas a la semana, y te devuelve una imagen de cómo serás dentro de una década. Cada copa se supone que contiene 175 mililitros. Si tomas entre una y cinco, engordas y enrojeces levemente. De seis a diez, empiezas a parecer un borrachillo de ojos inyectados en sangre y venillas por la cara. Si te pasas de diez, te conviertes en un odre lleno de alcohol con notables estragos en tu cara. Y si coges esta foto y le pones diez copas más, el resultado es tan horrible que te planteas volver a beber alguna vez en tu vida.


La aplicación, que forma parte de la campaña Drop a Glass Size, está dirigida a las mujeres, al parecer el colectivo más perjudicado por el abuso de alcohol en Escocia. Según los datos oficiales, el 38% de las escocesas beben en exceso, el número de muertes por esta causa entre mujeres de 30 a 44 años se ha duplicado en los últimos 20 años. Aunque puedes usarla independientemente de tu género, piensa que si eres macho deberías aumentar un poco las cantidades, puesto que según las autoridades sanitarias escocesas los hombres pueden beber algo más que las mujeres sin poner en riesgo su salud.


Como podréis imaginar, lo primero que hice nada más saber de la existencia del Espejo del Beber fue bajármelo y utilizarlo con una foto mía. No soy de los que toma más de 10 copas de vino a la semana, pero bueno, por si las moscas... El resultado fue bastante alarmante. Y más alarmante aún el de las más de 20 copas.



Yo drinking mirror



Para mostrar el efecto del alcohol en otras caras, decidí jugar con rostros de personajes de actualidad en España. Espero que si lo ven no se molesten, porque no estoy insinuando de ninguna manera que beban demasiado, ni siquiera que beban: sólo quiero enseñar cómo funciona la aplicación. En la primera persona que pensé, no sé por qué, fue en Ana Botella, que quedó así.



Ana botella drinking



 


El héroe de Pesadilla en la cocina, Alberto Chicote, fue el siguiente en pasar por el espejito mágico. Resultó seriamente perjudicado, diría que casi tanto como yo.



Chicote drinking mirror



 


¿Y qué pasaría si aplicamos Drinking Mirror a una joven estrella del deporte? A Messi el sobrepeso le deforma la cara hasta parecer un leñador vasco con excesiva afición a los txikitos.



Mess drinking mirror



 


No sé si por el photoshop de la foto original o por el hecho de ser tonadillera, Isabel Pantoja produjo un efecto extraño. Se le enrojecieron un poco las mejillas y los ojos, pero más que nada le creció la mandíbula.



Pantoja drinking mirror



 


También me entretuve un rato con el yerno de Su Majestad el Rey, Iñaki Urdangarín. Esto es lo que pasaría si sus tribulaciones con la justicia le llevaran a pimplar en exceso en los próximos 10 años.



Urdangarin drinking mirror



 


Por último, pasé por el Drinking Mirror a mi idolatrada Massiel. La mujer que cantó La, la, la, Eres y Más fuerte se transformó en una especie de travesti hinchada por la cortisona.



Massiel drinking mirror



 


Como habréis podido comprobar, Drinking Mirror es bastante mejorable en cuanto a sus resultados gráficos, y no sé si resulta un poco exagerada: conozco a personas que beben entre 5 y 10 copas de vino a la semana desde luego no están así (puede que sus hígados tengan una opinión diferente, hablo del aspecto físico). Probablemente mucha gente se limite a hacer unas risas con la aplicación, pero como idea para concienciar al público del efecto del consumo diario del alcohol no va por el mal camino. Sólo le falta una alerta automática que haga aparecer tu foto de futuro alcohólico en el móvil cuando te vayas a servir el segundo o el tercer vaso, pero supongo que la tecnología aún tiene que avanzar para eso.

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Published on January 15, 2013 23:27

January 14, 2013

Cebiche de lubina, pulpo y aguacate

Cebiche lubina pulpo aguacate
No es un ceviche, es un cebiche. / AINHOA GOMÀ

No sé si podría elegir mi restaurante favorito de Barcelona. Bueno, o mi cosa favorita de cualquier otro terreno, porque mis predilecciones son tan cambiantes como traicionera es mi memoria. Ahora bien, estoy casi seguro de que en ese campo, el Coure estaría entre los más firmes candidatos. Me gusta porque la relación calidad-precio es excelente, los platos son imaginativos pero bien ejecutados y anclados en la tradición, y el producto que maneja es excepcional. Además, el local no es nada pomposo ni sus camareros rimbombantes, sino que se centra en lo verdaderamente importante: dar bien de comer en un entorno agradable.



El cebiche de hoy no es la primera receta que le robo al chef Albert Ventura: en el pasado ya fusilé sus inconmensurables huevos con sobrasada y puré de patatas. Como en aquella ocasión, ésta es mi aproximación personal al plato, porque lo único que sé son los ingredientes. No es exactamente igual que el de Albert -y, no nos vamos a engañar, no es tan sublime-, pero da el pego como versión casera. Y como todos los cebiches simples, no tiene más misterio que el de encontrar un buen pescado y no pasarse con el tiempo de macerado.


Dificultad


Para seres con sistema nervioso central.


Ingredientes


Para 4 personas



600 g de lomos de lubina limpios de piel y espinas
200 g de pulpo cocido
1 aguacate
1 cebolleta
2 limones
4 cucharadas de caldo de pescado
2 cucharaditas de huevas de salmón
2 cucharaditas de cebollino picado
Sal

Preparación


1. Cortar la cebolla tierna y ponerla a macerar unos 20 minutos con el zumo de medio limón y un chorro de agua para que pierda fuerza.


2. Mientras, cortar la lubina y el pulpo en láminas finas. Pelar y picar el aguacate y mojarlo con el zumo de medio limón para que no se oxide.


3. Justo antes de servir, juntar la lubina, el pulpo, el aguacate, la cebolla escurrida y el zumo del otro limón. Dejar reposar un minuto. Añadir el caldo, salar y mezclar.


4. Servir inmediatamente decorado con el cebollino y las huevas de salmón.

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Published on January 14, 2013 22:00

January 13, 2013

Infografía de una paella


Paella recetas por colores


 


La receta culinaria es un formato más viejo que la tos. Más allá de mejorar en términos de exactitud o de claridad, no ha evolucionado en exceso desde tiempo inmemorial. Sin embargo, en los últimos tiempos algunos ilustradores o diseñadores cocinillas tratan de encontrar nuevas formas de contar un plato en papel, que nos saquen de la rutina de la foto, los ingredientes y la preparación.



Una de las propuestas que más me ha gustado últimamente dentro de esta tendencia son los carteles de la diseñadora Laura Valero. En su serie Recetas por Colores, la diseñadora retrata ocho clásicos de la cocina española con técnicas propias de la infografía. Las cantidades aproximadas de tomate, caldo o leche del gazpacho, la paella o las croquetas se plasman en discos multicolores, gráficos y pirámides invertidas con las formas de los propios platos.



"Me cambié de piso y al decorar mi cocina pensé en colocar los platos que más me gustan, pero de una forma que fueran atractivos para mi", recuerda Valero. Codirectora del departamento de Grafismo e Infografía
de una productora de televisión, esta barcelonesa de 31 años no cree que su manera de presentar las recetas puede descubrir algo nuevo sobre ellas. "Son un divertimento. Al no tener las medidas exactas de los ingredientes, no te queda más remedio que improvisar".



Tortilla gazpacho pa amb tomaquet


Los carteles me recuerdan a las telas o trapos de cocina viejunos con recetas castizas españolas que todavía se ven en algunas tiendas de recuerdos para turistas. Pero en versión moderna y estilizada, claro. "No me he inspirado en ellos de forma consciente", asegura Valero. "Pero es más que probable que estos elementos viejunos estén en la base de las ilustraciones, ya que estoy totalmente a favor de los souvenirs kitsch y hace años que los colecciono".

Valero es aficionada a la cocina por parte de padre. "Es un gran cocinero. Le miro hacer, y luego lo copio para invitar a mis amigos y quedar como una reina. O eso creo yo, y ellos no se quejan". Se autodefine como "tragona con mucha curiosidad", y afirma que los fogones son su "plan B" para cuando deje su actual profesión. Sus carteles son una muestra más del juego que puede dar la comida en el campo de la ilustración y el diseño. "Y en el arte en general", añade. "A mí siempre me han encantado los bodegones, y ver la comida en los cómics, como esos pollos de Carpanta, los festines de jabalí de Obélix… bueno, paro, que me entra hambre".


La diseñadora, que vende los carteles de Recetas por Colores por 30 euros en su web, ha trabajado para marcas de alimentación como San Miguel o Danone. Pero lo que le gustaría de verdad es hacer un envase o una publicidad de algún producto en decadencia. "Algo que sea poco conocido o se considere de viejos. Por ejemplo el Ricard, las banderillas o la mortadela de aceitunas. ¡Para darles el esplendor que se merecen!".


Empanada fabada croquetas peus de porc



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Published on January 13, 2013 22:00

January 10, 2013

Aló, Comidista: ¿En qué se diferencian los huevos blancos de los morenos?

Aló, Comidista es un consultorio en el que vale todo: dudas
culinarias, enigmas gastronómicos, cuestiones personales o problemas
psicológicos y metafísicos. Sólo tenéis que enviarme un mail a
elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras cuitas cada
15 días, un viernes sí y otro no (si no hay puentes o cosas
raras).


Marcos: ¿Qué problema tiene este país con los nabos? Es mencionar la palabra nabo y ver como se reduce la capacidad intelectual del que tienes en frente y comienza a reirse como un crío. ¡El nabo es maravilloso y lleno de posibilidades! ¿Por qué no puedo decir en la frutería "quiero un buen nabo"? ¿Tienes tú también problemas con los nabos? ¿Por qué no publicas recetas para sacar todo el potencial que tiene? Otro día comentamos amablemente y con cariño qué coño le pasa también a todo el mundo con el MANGO. Adjunto fotografía de una pizarra puesta en mitad de la via pública tras ver que todo el mundo, al leerla, se descojonaba como López Vázquez al ver una sueca.




MangoAfricano


Querido Marcos, yo no tengo ningún problema personal con los nabos, y siempre que me han puesto uno delante me lo he comido. Pero te confesaré que tampoco es mi verdura favorita. Me sabe a pobre, como a comida de posguerra o a caldurrio de país del Este en plena hambruna invernal. Por eso no he publicado ninguna receta que lo lleve, porque el nabo no entra dentro de mi dieta casera y sólo me lo como cuando salgo por ahí. El mango, por el contrario, sí que me entra bien en todas las ocasiones, y eso que no he tenido el gusto de probar uno africano.


Rafa: Por más que he buceado en tu blog y en tu libro, no he encontrado
ninguna receta de solomillo Wellington. ¿Tienes
alguna recomendación? ¿Algún
truco para que no se destroce el hojaldre a la hora de cortar los
filetes para servir? Venga Mikel, contesta a esta pregunta que me hace especial ilusión. Ya
sé que se sale del 'target' habitual (no todo va a ser bukakes y crisis
bipolares).

Querido Rafa, aunque la cocina sea un off topic en este consultorio de sexo y patologías mentales, te contestaré. En efecto, no tengo ninguna receta de solomillo Wellington, pero te puedo recomendar ésta de Pepacooks o ésta de Velocidad Cuchara si tienes thermomix. El mejor truco para que no se te deshaga al cortar es preparar raciones individuales: en vez de envolver todo el tocho de carne, haces paquetitos de hojaldre para filetes gruesos, poniéndoles dentro el acompañamiento que te apetezca.


Susi: Como atesoro 34 primaveras ya me da vergüenza
preguntarle esto a cualquier otro ser humano. Es de esos temas que se te
hacen bola y llegas al geriátrico con la duda. Al caso: ¿por qué hay
huevos blancos y huevos morenos? ¿Por qué mi madre sólo usa los morenos?
¿Qué carajo de diferencia hay?


Querida Susi, me ha encantado el concepto de "tema que se te hace bola", soy fans tuyo desde ya. Las gallinas ponen huevos blancos o morenos dependiendo de su tipo genético o estirpe.
Seguramente tu madre usa sólo los morenos por la falsa creencia de que
son más nutritivos o más "naturales", un mito que ha reducido el consumo
de los blancos de forma drástica. La realidad es que no existe ninguna
diferencia entre ambos, ni de valor alimenticio ni de sabor.



Huevos
Dios los hizo a todos iguales.

 


Mikelo: He aprendido a hacer sushi por
internet y tengo una duda
infernal. Cuando dicen que tienes que lavar el arroz hasta que el agua
salga transparente, no me sale. Es imposible y mira que me pongo en plan
zen, música relajante para no acordarme de las madres de quien
hacen estos vídeos, donde nunca mueven el arroz por última vez para
comprobar si les sigue saliendo
blanca. ¿Si lo siguen removiendo seguirá saliendo almidón?
No lo sabremos, no se mojan.


Querido Mikelo, ¿has probado a meterlo en la lavadora con un buen chorro de lejía? También puedes ir a preguntar a la López Ibor, que creo que tienen un pabellón específico para neuróticos del shushi que lavan y lavan el arroz con la esperanza de que extraer hasta la última gota de almidón. O mejor te calmas y te conformas con pasarlo tres o cuatro veces por agua, que es más que suficiente.


Cecilia: Estoy obsesionada con los
caramelos de cubalibre desde mi infancia (sí, suena sórdido). El tema es
que hace años que no los veo a la venta en ningún sitio, y cuando se lo
comento a amigos de mi edad pero de otras comunidades autónomas (yo soy
de Asturias) a veces me encuentro comentarios del tipo "yo eso no lo he
visto en mi vida" o "es que los asturianos empináis demasiado". ¿Alguien puede decirme de algún sitio donde pueda
comprarlos?


Querida Cecilia, ¡vaya, qué bien, una borracha precoz! Creo que en el catálogo de disfunciones de Aló, Comidista nos faltaba el alcoholismo infantil. Recuerdo perfectamente los caramelos de cubalibre, a mí también me encantaban. Y soy vasco, así que en Euskadi también se vendían. Eso sí, la última vez que comí uno debió de ser hace 20 años. No tengo ni idea de dónde se podrán comprar, vivo muy al margen del mundo de la chuchería. A ver si alguien te puede ayudar en los comentarios.



Niña borracha
Cecilia tuvo una infancia feliz en Asturias.

 


 


Adriana: Tengo un novio que tiene la manía de hacer 'paquetitos' de filetes y congelarlos. Últimamente le ha dado por meter los filetes directamente en agua
caliente en el fregadero. ¿Lo encuentras normal? ¿No es una pésima idea aguar
la carne de esas maneras?


Querida Adriana, en efecto, es una pésima idea, que retrata a tu novio como un gañán con muy poco respeto por la comida. Las descongelaciones rápidas dañan las propiedades de los alimentos, y no te digo nada si los dejas flotando en agua caliente. Échale de la cocina cuanto antes.


Guillermo: El
otro día vi un capítulo del programa de Chicote en que salías cenando en
un mexicano y me he enamorado de ti. ¿Crees que sería posible que
vinieras a Copenhagen y empezáramos los dos una vida juntos abriendo un
restaurante de comida española?


Querido Guillermo, toda solicitud de matrimonio que me queráis hacer debe ir acompañada de una memoria económica. Antes de decir "sí, quiero" tengo que saber cuánto dinero estás dispuesto a darme mensualmente para satisfacer mis vicios, en qué tipo de mansión vamos a vivir, con cuántas personas de servicio vamos a contar, etcétera. Como comprenderás, la perspectiva de ponerme a freír croquetas en un restaurante en Copenhagen no me resulta demasiado atractiva, pero si dispones de los millones suficientes como para que yo sólo tenga que pasarme por el local de vez en cuando entre las sesiones de spa y los partidos de tenis, estoy dispuesto a pensármelo.


Violeta: He decidido iniciarme en los
postres y siempre que me dispongo a encender el horno las dudas me
asaltan. ¿Cuándo usar ventilador? ¿Queda más seca la comida con él? También
somos aficionados a las pizzas caseras. ¿Cómo quedan mejor? En mi
horno hay una función especial para pizza, llamada "horno de leña". ¿Qué
diferencia puede haber con cualquiera de las otras opciones?


Querida Violeta, el ventilador viene muy bien cuando te interesa que el calor en el horno se reparta lo más uniformemente posible (caso de los bizcochos, por ejemplo) o cuando quieras que baje la humedad (para desecar alimentos o conseguir una piel más crujiente). En el caso de los pescados, por ejemplo, no suele ser lo más recomendable. La pizza es mejor hacerla con el calor por la parte de abajo, porque supongo que querrás cocer la masa antes de que se te churrume lo que le has puesto encima, ¿no? La opción "horno de leña" no la he usado en mi vida, así que no puedo opinar.


Juan: Admirado Mikel, últimamente estoy hecho un lío. Desde hace más de 10
años soy (o era) vegetariano feliz. Pero hace unos meses volví a probar
el jamón y desde entonces me estoy replanteando mi vida. El desliz
coincidió con la llegada de un erasmus holandés que tengo de realquilado
y que ha hecho que deje de ser, técnicamente, heterosexual. El caso es
que siento que un abismo se abre ante mí. ¿Crees que lo que comemos
puede hacernos cambiar el comportamiento de ese modo? Y a lo que
iba. ¿Sabes si el incienso puede usarse en la cocina, como condimento o
para ahumar? No se por qué, pero siempre he soñado con un arroz con leche
con aroma de incienso.


Querido Juan, yo no sé de dónde salís los que escribís a este consultorio pero os pasan unas cosas que ni a los que llaman al Hablar por hablar
de la Ser. Como Freud nunca dijo nada de la coincidencia entre el
abandono del vegetarianismo y la iniciación en la homosexualidad,
trataré tu caso con un poco de psicología de todo a cien. Te habías
autoimpuesto muchas barreras, y ha sido derribar una (la del jamón) y
venirse abajo la otra (la que te hacía creerte hetero cuando eras más
gaylor que un azafato). Y no me vengas con que no entiendes, porque
soñar con arroces con leche con aromas de incienso no es precisamente lo
más heterosexual del mundo... Respecto a tu pregunta sobre esta
esencia, jamás he visto a nadie comérsela ni utilizarla en ningún plato,
entre otras cosas porque no parece una idea demasiado apetecible a no
ser de que estés celebrando una cena gótica en una iglesia con Tim
Burton y Helena Bonham-Carter. Ah, y ten cuidado, que con el carrerón
que llevas tú empiezas con el incienso y acabas en el popper.





Poppers1
Era heterosexual y vegetariano, y acabó así.

 


David: Me dejo de mariconadas y peloteo y voy al grano con la pregunta: a veces
hago un arroz con leche un poco hindi con arroz basmati, cardamomo,
pistachos y pasas amarillas. El cardamomo, obviamente lo retiro al
final, y me las veo finas para distinguirlo de los
pistachos. ¿Existe algún tipo de bolsita, filtro reutilizable o
truquillo que permita separar estos condimentos fácilmente sin tener que hacerlo a
mano grano a grano?


Querido David, supongo que en las tiendas de trastos de cocina habrá alguna clase de bolsita ad hoc, pero una simple gasa de las de farmacia atada con un cordel de cocina puede servir para hacer un atadillo de hierbas o especias. Otra opción es usar un artefacto de los de preparar infusiones o tés.


Marieta: Mi suegra no calcula bien
las cantidades de comida cuando cocina y cuando nos invita a comer
suelo quedarme con bastante hambre, pero no comentamos nada, supongo
que por pudor. Como me hincho a pan durante las comidas, ha pensado
que soy una fanática de este producto, así que cuando salimos a
comer por ahí le dice al camarero que me traiga dos panes (que me
tengo que comer para disimular). No hay término medio, o me quedo con
hambre o me empapuza. ¿Qué hago? ¿Cómo se lo digo para que no se
ofenda?. Y mi otra pregunta: esta misma señora me regaña cada vez
que me ve fregar con jabón una sartén, dice que se frotan con papel
de periódico y listo, que si no después se agarran. ¿Me estoy
cargando todo mi ajuar?


Querida Marieta, puede que las sartenes del Renacimiento, época en la que debió de nacer tu suegra, funcionaran mejor si no se lavaban, porque entonces no existían los revestimientos antiadherentes que ahora llevan prácticamente todas. Otra cosa es que las frotes con el estropajo como si estuvieras poseída por Don Limpio: eso sí podría dañar tu preciado ajuar. En cuanto a la cantidad de comida que te sirve, ¿seguro que es poca? No serás un poco vacaburri, ¿verdad? ¿O es que tu suegra es una cutre de las que ahorra cuando tiene invitados en casa? Yo que tú le plantearía el caso a tu marido para que se coma él el marrón de decirle a su madre que ponga más comida.


Lolee: En Nochevieja llevo a casa de la familia de mi marido el salmón ahumado y siempre me dicen que no quieren comerlo porque les da flato. El caso es que después de que me dijeron esto, con lo que me gusta a mí el salmón ahumado, es verdad que he notado yo que me da flato. ¿Qué fundamento tiene dicha afirmación?


Querida Lolee, de todas las teorías ridículas que he leído en este consultorio, que han sido muchas, creo que la tuya se lleva la palma. ¿De qué cueva ha salido tu familia política? ¿Son neandertales, quizá? ¿Te saludan diciendo "ola ke ase"? Porque el cuento este de que el salmón "da flato" me suena a creencia de personas nunca escolarizadas... Pero bueno, igual sí es verdad que el salmón "da flato", y los 20 kilos de croquetas, langostinos congelados y corderazo reseco más los 10 litros de sidra El Gaitero que os debéis de meter entre pecho y espalda en Nochevieja no tienen nada que ver.


Marina: Recuerdo un tartar de salmón y aguacate de El Comidista que quiero hacer, pero no encuentro la receta. ¡Help!



Querida Marina, déjame que te cuente un cuento. Había una vez dos
chicos en una universidad americana que se llamaban Larry y Sergey. Eran
muuuuuuy listos, y juntos inventaron un sistema para buscar en internet
muuuuuucho mejor que todos los que había antes. Le pusieron de nombre "Google",
y era muy fácil de usar: si querías encontrar un tartar de salmón de El
Comidista, simplemente escribías las palabritas "tartar", "salmón" y
"Comidista" en la cajita, le dabas al botón y ¡chas!, te respondía en
menos de un segundo. Entonces apareció una madrastra maaaaaala maaaaaala
que se hacía llamar Mikel López Iturriaga, que quiso tener su propio
buscador e hizo que se lo instalaran en la columna derecha de su blog,
justo debajo del banner publicitario. Encontrar allí esa receta era
todavía más fácil, ¡sólo tenías que escribir "tartar" y te salía! Y
colorín colorado, este cuento se ha acabado. Espero que hayas captado la
moraleja.



Tartar salmón aguacate
El tartar en cuestión. / AINHOA GOMÀ

 


Luisa: ¿La calabaza con piel o sin piel? Yo siempre pruebo a dejarla con la
piel. A veces funciona y a veces no. ¿Hay tipos de calabaza a los que
les va bien dejarles la piel y tipos a los que no?


Querida Luisa, yo sólo dejo la piel a veces cuando la hago al horno. Después, si la calabaza es de las de piel dura (redonda, gorda, de tipo botonera), no me la como. Si es de las moscadas (las alargadas, tipo fálico), sí. Para cremas u otro tipo de preparados, la pelo.


Laia: Mi pareja y yo tenemos una grave discrepancia con las judías
verdes. A mi me gusta que sepan a judía y tengan "estructura" de judía.
Que hagan ñic-ñic cuando muerdas. Mi pareja dice que eso está crudo y le
va a sentar fatal, y las hace hasta que se pochan horriblemente. ¿Es malo comerlas duras? ¿Se pueden comer crudas? ¿O son asquerosas?


Querida Laia, por poder, también te puedes comer una patata o un puerro crudos, pero eso no quiere decir que vaya a ser una experiencia agradable. En mi modesta opinión, meterte una judía verde sin cocer o poco cocida en la boca es tan gustoso como tomarte un bocata de pelos o masticar un nanas, pero si a ti te gusta, no seré yo quien te considere una tarada en términos gastronómicos. Para mí las judías como mejor están es cortadas en tiras finas y cocinadas al vapor. Esta técnica permite una cocción corta y respetuosa con el alimento, pero a la vez suficiente para que no te rechinen los dientes. 


Lupe: Hace 3 años que descubrí tu blog y de ahí en cascada a muchos de tus compinches 'gastrobloggers'. No doy abasto entre el GReader, Twitter y FB acumulando nuevas recetas y técnicas para probar. Mi marido empieza a echarme de menos porque me paso el día en la cocina. Me tiene intrigada cómo se organiza la vida un 'blogger' como tú, para estar a la última de todo el tema culinario, probar y publicar recetas y encima contestar a freaks como yo. A ver si me das algún truco y nos desestresamos... mi horno y yo.


Querida Lupe, me gusta que te definas como freak, se ve que has puesto en práctica el nosce te ipsum de los sabios de la Antigüedad. Te explico brevemente cómo es mi vida: lunes, repaso de webs y blogs, planificación de la semana y escribir entrada de El Comidista; martes, escribir entrada y columna para la Revista Sábado de la edición impresa de EL PAÍS; miércoles, entrada y preparar la sección que hago en el Hoy por hoy de la Cadena Ser; jueves, ir a la radio y después entrada; viernes, entrada y eventuales historias para El País Semanal; fin de semana, cocinar y hacer fotos para las recetas del blog. Todo esto aderezado con participar en las redes sociales y estar atento a lo que se dice en ellas y en los medios, más unos cuantos brownies que sistemáticamente surgen cada semana. En definitiva, un montón de curro, aunque mi pareja insiste en que meto tantas horas "porque no me organizo bien".


Carlos: Hace algunas semanas celebré mi cumpleaños con amigos. Preparé un
pequeño güateque, para lo cual nos inspiramos en tus reseñas de comida
viejuna. Te envío un testimonio gráfico del ágape, en el que podrás
apreciar los clásicos huevos rellenos, los frescos espárragos con
mayonesa y el sabroso melón con jamón, además de unas ricas banderillas
picantes y las sobresalientes aceitunas de campo real. Todo ello bañado
por cocacola y vino español y presidido por uno de los clásicos de
Arguiñano. Más tarde la cosa degeneró y freímos gambas con gabardina y san jacobos.
Lamento tener fotos solo de estos últimos, ingeridos con un toque de
ketchup. ¡Espero que te sientas orgulloso de nosotr@s!



Comida viejuna

Comida viejuna 2


 


Querido Carlos, me ha dejado impresionado este bodegón. Especialmente los detalles más sutiles, como la mayonesa de Hacendado. El san jacobo también tiene una pinta estupenda, se ve que está crujiente y nada grasiento ni blandurrio. ¡Enhorabuena! 


Dr. López Ivory: Estimado Juanma, mis enfermos discuten acaloradamente sobre picores,
digo sobre picantes. Unos dicen que matan los sabores, otros que los
potencian. ¿Qué tengo que decirles? Me traen loco...


Querido Dr. López Ivory, tienes el día graciosillo, ¿eh? Me parto. A mí me encanta el picante y no creo que mate ningún sabor si lo utilizas con sensatez y en platos en los que venga a cuento. Además, no todos son iguales: un wasabi no pica de la misma forma que un chile habanero o uno tailandés. Ah, y haces bien en llamarme Juanma, porque en realidad Palomero y yo somos dos personas distintas en un mismo Iturriaga verdadero. 


María: Desde hace unos meses he podido observar que una nueva moda se ha
instalado en las fruterías del barrio: la pirámide frutal. No hay
frutería que se precie sin sus mandarinas y aguacates milimétricamente
colocadas cual pirámides de Gizeh desde primera hora de la mañana, y
curiosamente es un fenómeno inversamente
proporcional al nivel del establecimiento: cuanto más cutre es la
frutería, pirámide mas perfecta. Espero que tu enorme sabiduría me ayude a resolver este enigma.


Querida María, me encanta que hables de esta tendencia, que a mí también me tiene asombrado. No sé si se debe a la inmigración desde otros países en los que es costumbre, o a la difusión de fotos de La Boquería por internet, o a que algún genio del márketing hortofrutícola ha llegado a la conclusión de que así se vende más. Te diré cuál es mi norma: frutería en la que veo pirámide, frutería en la que no compro. Desconfío de los sitios donde toda la fruta tiene el mismo tamaño y un aspecto perfecto (condiciones sine qua non para la construcción de estos monumentos funerarios), por no hablar de que la monumental chorrada que me parecen estas decoraciones. ¡Tendero, preocúpate de que tu género sea bueno y deja las tumbas para Ramsés II!


Felipe: Como asiduo lector de diarios y blogs de actualidad, no me resisto a
soportar la triste deriva que está sufriendo el uso de nuestro idioma entre reconocidos blogueros y
periodistas en sus artículos. Todo empezó confundiendo "haber" con "a
ver", continuó con "hecho/echo" y luego con "por qué/porque/porqué/por
que". Pero en los últimos tiempos se suceden los artículos redactados
por gente que cobra por hacerlo en los que se usa la siguiente
expresión: La economía española -o la audiencia de TVE, o el euribor...-
cae "empicado", cuando deberían decir "en picado". Todo esto no me hace
más que desear que esta gente acabe comiendo en el peor tugurio
gastronómico español como penitencia. ¿Se te ocurre algún infecto lugar que les pueda recomendar en mi propósito de venganza?


Querido Felipe, si "no te resistes a soportar" es que te gusta soportarlo, ¿no? ¿O es que es "inferior a tus fuerzas", como decían en La hora chanante? Como ves, todos cometemos errores escribiendo, incluso tú. Ahora bien, tienes razón en quejarte de las crecientes sodomizaciones no consentidas con los que algunos plumillas castigan el castellano. El problema es que los medios cada vez cuentan con menos filtros para evitar que disparates como los que mencionas lleguen a publicarse o emitirse, y la obra de cualquier periodista semianalfabeto puede llegar sin corregir a la imprenta, la web o el micrófono de turno. En los blogs nunca han existido siquiera esos filtros, y así se lee lo que se lee. Para castigar a los patanes sería difícil elegir un mal restaurante, habiendo tantos en España. Te diré lo que sería una condena para mí: obligarme a cenar en algún establecimiento de cadena pseudoitaliana tipo La Tagliatella o en cualquier abrevadero que tenga en su nombre la palabra WOK. O encerrarme de por vida en cualquier aeropuerto español y que tuviera que alimentarme en los Fresh&Ready, La Pausa o Ars de turno.


Elena: Mi duda es la leche. En los bares y cafeterías veo muchas veces botellas
de leche de las marcas habituales, pero etiquetadas como "hostelería"
(y el envase suele ser de otro color que se sale de los de
entera-semi-desnatada de la marca en cuestión). ¿Qué diferencia tienen
estas leches respecto a las que las mismas empresas venden en el súper?


Querida Elena, la diferencia fundamental es que tiene más materia grasa. Resulta más cremosa al paladar, además de hacer una espuma consistente en los cafés. Así que ya sabes, si estás a plan, pide desnatada.

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Published on January 10, 2013 22:00

Mikel López Iturriaga's Blog

Mikel López Iturriaga
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