Mikel López Iturriaga's Blog, page 54
March 11, 2013
'Hora de aventuras': nueve comidas de Ooo y una receta de albóndigas

La hojita de albahaca no se ve, pero está detrás. / EL COMIDISTA
Creo que nunca olvidaré la primera vez que vi Hora de aventuras. Fue un día que llegué bastante cansado a casa, me senté delante de la tele y, aburrido de todo lo que daban, caí en un episodio que estaban dando en Boing. Finn, un niño extraño con gorro blanco, mochila verde y espada mágica, y Jake, un perro-mago que toca el violín, se metían dentro de un vídeojuego de su consola y vivían una serie de peripecias que me dejaron clavado al sofá. Pocas veces había visto en una serie de animación infantil una imaginación tan exhuberante, una atmósfera tan alucinatoria y unos diálogos tan alejados de la mongolez habitual en esta clase de programas para niños.
Es imposible no quedarse pillado de Hora de Aventuras. Tengas la edad que tengas, entre 0 y 208 años, las aventuras de Finn y Jake y todos los personajes periféricos que les rodean, desde la sexy vampira Marceline hasta el malvado Rey Hielo, Lady Arco Iris o la Princesa Bultos nunca te dejan indiferente. Tienen el punto exacto de fantasía, chaladura y números musicales, y estéticamente son preciosos. Pero, ¿por qué nos gustan tanto estos personajillos coloristas que parecen estar en ácido el 99% del tiempo?
"Además de talento visual y creativo, hay un respeto muy grande hacia el espectador, especialmente hacia el espectador niño", explican dos fanses de la serie, Xavi Daura y Esteban Navarro (más conocidos como Venga Monjas). "Eso arrastra también a los adultos a la fiesta. Lo mismo pasa con las películas o la literatura para niños: si están hechas con respeto, tratando al niño como una persona inteligente, lo normal es que los adultos también lo disfruten. Si tratan a los niños como idiotas (que es lo más común) para un adulto eso será muy aburrido, incluso para el mismo niño”.
Además de dedicarse a salvar princesas y viajar de Chuchelandia a Pradosverdes, a Finn, Jake y los demás también les gusta comer. Entre Mònica Escudero, otra fanática de la serie, y yo hemos seleccionado algunos de los platos que aparecen en diferentes episodios, y elaborado una receta tan buena que a Finn le sirve para animarse cuando está triste o deprimido.
1. El sandwich perfecto
Lo preparara la Princesa Chicle para Don Polvorón usando la física y la química como herramientas, lo cual complica mucho su preparación a pesar de que solo tiene 4 ingredientes: pan, lechuga, tomates y queso (conseguido centrifugando una vaca entera). Cuando se lo da, Don Polvorón se mete el sandwich directamente en el estómago, sin pasar por la boca.
2. La tarta de manzana de Trompi
El elefantito Trompi prepara una de las comidas favoritas de Finn y Jake, que incluso les ayuda a recuperar su salud después de alguna aventura épica. Aunque sus ingredientes son secretos, cuando Trompi y Jamón cantan la impagable canción Sueño de Amor podemos ver como trabaja la masa, y le añade manzanas de su huerto.
3. Las patatas de Marceline
La relación entre la vampira y su padre, Justo Chupaalmas, un demonio “absolutamente malvado” que vive en la Nocheosfera, es bastante difícil. Estas patatas, que Marceline guardaba celosamente y su padre se comió, fueron uno de los pilares del conflicto paternofilial. Marceline se libera de ese peso cantándole esta pegadiza canción.
4. Leche de insecto
Posiblemente por culpa de la Guerra de los Champiñones, en Ooo empezaron a escasear las vacas, y sus habitantes tuvieron que buscar otras fuentes de leche. Si se te caduca no te preocupes, puedes usarla para entrar en la Nocheosfera: solo tienes que dibujar una cara sonriente en el suelo, derramar la leche encima y entonar las palabras: "Maloso vobiscum et cum spiritu".
5. El “burrito de todo” de Jake
Un desayuno sencillito preparado por Jake una mañana cualquiera. Se compone de absolutamente TODO lo que tenía en la cocina, incluidas las sartenes, ollas, espátulas y leche con brik y todo. Esta es la escena del baile y la declaración de amor de Jake al burrito en inglés.
6. Jugo de jamón
Uno de los potingues que componen la Bebida del Perdedor, que ingredientes tan variados y apetecibles como la jalea de uva, el kimchi coreano o la mantequilla de escarabajo. Está pensada para que se la beba el perdedor del episodio La guerra de las cartas, mientras el ganador se bebe una limonada con gas.
7. Macarrones con queso del Rey Hielo (alerta, SPOILER)
Aunque normalmente no es demasiado amable, después de devolverle el Enchiridión (un libro mágico) a Fionna, el alter ego femenino de Finn, el Rey Hielo le ofrece una bandeja de macarrones con queso hechos por él para hacer las paces. En este episodio, titulado Little Bad Boy y aún no estrenado en España, todos los personajes cambian de género.
8. Los Chuches
Todos los habitantes de Chuchelandia son comestibles. Algunos son piezas de pastelería o bollería, como Señor Magdalena; otros, caramelos como el Mayordomo Menta o frutas como el Plátano Guardián. Se lo creen todo, y cuando se asustan corren el riesgo de explotar.
9. Tartas Reales de Chuchelandia
El manjar más delicioso de Ooo solo se sirve durante la Ceremonia Anual del Masaje, y los más golosos no tienen miedo a la cárcel con tal de comerse uno. Cuando el encargado de su seguridad, el Porta Tartas Real, se quedó ciego, sordo y gagá, Finn y Jake tuvieron que tener cuidado de que llegaran bien al Salón del Congreso Real.
10. Espaguetis con albóndigas de Finn
Este no es el plato más rápido de preparar del mundo, pero tampoco hace falta tener el cerebro de la Princesa Chicle para hacerlo. De hecho, ni siquiera se fríen las albóndigas sino que se hacen directamente en la salsa: quedan más jugosas y, sorprendentemente, no se deshacen. Solo hay que escoger bien la carne (NOTA: cada vez que se hacen albóndigas con esa carne picada mezclada con soja y cereales y demás, Dios mata a dos Chuches), tener paciencia con la salsa –si se hace a fuego lento, el tomate quedará más dulce– y asegurarse de que los tomates no son de porexpán (seguramente esto sea lo más complicado de todo). Aparte de eso y de saber preparar la pasta al dente, no tiene más secretos. Esta salsa va con trocitos, pero si se quiere conseguir una textura finísima, se puede hacer una passata (puré de tomate sin piel ni pepitas) con el tomate antes de cocinarla.
Ingredientes
Para 4 personas
Para la salsa
• 1,5 kilos de tomates pera, frescos o enteros en lata (peso una vez escurridos)
• 1 cebolla grande
• 3 dientes de ajo
• Unas 12 hojas de albahaca genovesa (la de hoja grande)
• Aceite de oliva virgen extra
• Sal
• Pimienta
• Azúcar (si es necesario)
Para las albóndigas
• 300 gramos de carne de cerdo picada (cabeza de lomo o pierna, por ejemplo)
• 300 gramos de carne de ternera picada (jarrete o brazuelo)
• 2 dientes de ajo
• 100 gramos de pan seco
• Leche entera
• 2 huevos
• Sal
• Pimienta
• Perejil fresco
Además
• 300 gramos de spaguetti (en seco)
Preparación
1. Escaldar, pelar y quitar los pedúnculos de los tomates (si usamos tomate entero de bote, solo el último paso). Cortar a dados y reservar. Poner en una olla ancha con un chorro generoso de aceite la cebolla, pelada y picada, a fuego medio. Cuando empiece a dorarse, añadir también los ajos, finamente picados. Poner el tomate, un poco de sal, bajar el fuego y dejar cocinar destapado.
2. Trocear el pan, mojar con la leche y, cuando ya esté blando, escurrirlo ligeramente. Picar fino el ajo y unas 2 cucharadas soperas de perejil fresco. Mezclar con el pan mojado en leche, las carnes picadas y los dos huevos. Salpimentar y mezclar durante un buen rato con las manos.
3. Cuando la salsa de tomate haya reducido bastante y casi se haya cocinado (unos 25 minutos, dependiendo del tamaño de la olla y otros factores), comprobar si la salsa ha quedado muy ácida y si es necesario ponerle un poco de azúcar. Rectificar, remover e ir haciendo bolitas de carne picada y poniéndolas con cuidado encima de la salsa. Cocinar tapado y a fuego lento unos 15 minutos más, añadiendo la albahaca picada (reservando 4 hojas para decorar) 5 minutos antes del final.
4. Cocinar la pasta al dente en abundante agua con sal según instrucciones y montar el plato poniendo un nido de pasta, las albóndigas encima, una cantidad generosa de salsa y una hoja de albahaca fresca.
5. Comer en una casa de árbol mientras se ve Hora de Aventuras.
March 10, 2013
Ensalada verde con remolacha y gorgonzola

Botellita para aliñar en el último momento. / EL COMIDISTA
La remolacha no se suele poner demasiado en ensaladas de hojas verdes, supongo que porque mancha más que Stainboy. Todo lo que toca, lo tiñe de granate. Pero teniendo un poco de cuidado y colocándola al final, consigues que el resto de ingredientes conserven su color sin que el plato se te convierta en una la fiesta del fucsia.
El caso es que su sabor pega muy bien con el de la lechuga, la escarola o los brotes tiernos. Y también con la zanahoria. Pero como es bastante dulzona, a mí me gusta ponerle siempre en frente un elemento salado potente, y a poder ser cremoso, como el queso gorgonzola. Si no lo encontráis u os apetece algo de otras regiones, funciona bien cualquier queso de tipo azul como el roquefort, el cabrales, el stilton o el valdeón. Para el aliño he usado alcaravea, una especia ligeramente anisada que en realidad es pariente lejana de la zanahoria, por lo que se lleva muy bien con lo que crece bajo la tierra. Si no la encontráis en algún herbolario, no pasa nada: es un detalle que se puede obviar.
Para que la ensalada quede bien, es fundamental no recocer la remolacha ni la zanahoria, que deben estar al dente. Si las haces al vapor, además conservarás mejor su sabor original y sus propiedades.
Dificultad
Si hay manitas, hay ensaladita.
Ingredientes
Para 4 personas
Unos 300 g de hojas verdes variadas (lollo, hoja de roble, escarola o cualquier otra)
2 remolachas medianas
4 zanahorias de manojo
120 gramos de queso gorgonzola
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de Jerez
Sal y pimienta negra
Unos granos de alcaravea (opcional)
Preparación
1. Cocer las remolachas (enteras y sin pelar) al vapor durante unos 40 minutos –dependiendo del tamaño–, hasta que estén hechas pero al dente, no blandurrias. Dejar enfriar, pelar y cortar en dados medianos. Reservar.
2. Cortar las zanahorias en mitades o cuartos a lo largo (si son tiernas no hace falta pelarlas) y hacerlas al vapor unos 3 minutos. No tiene que quedar cocida, solo un poco menos crujiente que cuando está cruda. Enfriar y reservar.
3. Disponer las hojas verdes en forma de lecho en un plato o bol.
4. Repartir encima la zanahoria, la remolacha y el gorgonzola.
5. Aliñar con una vinagreta hecha con ¾ partes de aceite de oliva virgen extra, ¼ parte de vinagre de Jerez, sal, pimienta y, si se quiere, unos granos de alcaravea previamente majados en el mortero.
March 7, 2013
Aló, Comidista: ¿Cuándo se echa la sal al cocer la pasta?
Aló, Comidista es un consultorio en el que vale todo: dudas
culinarias, enigmas gastronómicos, cuestiones personales o problemas
psicológicos y metafísicos. Sólo tenéis que enviarme un mail a
elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras cuitas cada
15 días, un viernes sí y otro no (si no hay puentes o cosas
raras).
Alberto: He vivido parte de mi vida con italianos y siempre han coincidido en que cuando se hace la pasta la sal se echa justo en el momento que el agua empieza a hervir, jamás se tapa y no se deja sola cuando se cuece sino que se le hace compañía. ¿Hay alguna explicación? ¿Y por qué en España se cuece tanto la pasta? ¿Somos tan monguers?
Querido Alberto, yo también he aguantado a unos cuantos sabiólogos de la pasta dando la tabarra con lo de poner la sal cuando el agua empiece a hervir. Me apostaría las cuatro extremidades a que serían incapaces de diferenciar unos espaguetis cocinados de una forma y de la otra. Personalmente, prefiero fiarme de científicos de la gastronomía como Harold McGee, que dicen que da exactamente igual cuando la eches siempre que sea después de meter el agua en la cazuela, para no dañar el fondo de la misma. Lo de la tapa sí es verdad, más que nada para que no se monte un sindiós en la cocina cuando el agua de la cocción empiece a espumar y a desbordarse al estar cubierta la cazuela. Lo de acompañarla es directamente una bobada: con darle un meneo de vez en cuando con una cuchara de madera para que no se pegotee la pasta es más que suficiente. Y en España no es que seamos monguers, es que venimos de una tradición de recocimiento salvaje de pastas, verduras y todo lo que se nos pusiera por delante. Quizá tiene que ver con la falta de dientes en las abuelas que cocinaban, no lo sé.

Espaguetis cocidos echando la sal al principio. / EL COMIDISTA
Razia: El otro día me compré un libro de recetas de chocolate que estaban de muerte lenta. Y horror, cuando me pongo a elegir una, aparece un ingrediente que no tengo ni idea qué es: crema doble. Estoy por cambiarla por nata líquida, pero no he podido resistirme a consultarte.
Querida Razia, veo que sólo tienes acceso a internet para mandar preguntas a este consultorio, y no para mirar la Wikipedia. Igual es que vives en Corea del Norte y tienes el acceso capado. La double cream es una crema de leche con alto contenido en materia grasa (más del 45%). Lo más cercano que podrás encontrar aquí es la nata de repostería, que suele tener un 30%. Mi consejo: o reducirla ligeramente al fuego o añadir un poco de mantequilla a la receta.
Raquel: Cuando estuve en 2008 viviendo en Dublín pasaba por delante de un restaurante 'español' llamado La Paloma. Leer su menú se convirtió para los que me vinieron a visitar en toda una atracción turística y creo que tu también la sabrás apreciar.
Querida Raquel, mira que os gusta sacar a la luz cosas malas para burlaros de ellas. De verdad, no entiendo qué tipo de lecturas en internet os inspiran para hacerlo. En fin, te agradezco este terrorífico documento, del que destacaría dos platos de honda raigambre en la gastronomía española: el pollo rollo y la lubina con chorizo.
Marta: Tengo una especie de obsesión con la cebolla. Hace un tiempo aprendí a caramelizarla (dejarla cocer a fuego bajo en agua y aceite durante más de 12h). Como es un poco peñazo, cuando me pongo hago algunos kilos... y se me queda en cuatro tuppercitos. La pregunta en cuestión es que congelé hace tres meses los tuppers con cebolla caramelizada y querría saber hasta cuándo es sensato utilizarlos o si se me ha ido la pinza y hace tiempo que están en mal estado.
Querida Marta, no sólo tienes una obsesión con la cebolla, tienes un problema mental grave. 12 horas me parece poco tiempo para caramelizar la cebolla. ¿Por qué no la tienes 48? ¿O 62? O vete de vacaciones y la dejas ahí haciéndose un mes, mujer, ya verás que bien te queda. En fin, vuestras prácticas culinarias lopeziborianas me desconciertan, pero como no las he probado, tampoco puedo descalificarlas. Yendo a lo que me preguntas, yo diría que esa pastufli de cebolla congelada es perfectamente comestible: tras medio día de cocción, no debió de quedar en ella ni media bacteria coliforme viva.
Héctor: Estoy bastante mosqueado con el análisis que hacen en las editoriales del tema de la piratería de libros electrónicos. Pienso que si se ahorran los costes de impresión y distribución no tienen por qué poner precios tan altos. El otro día compre en versión kindle el libro Comer bien a diario de Recetas de Rechupete por 2,99 €, y Amazon me sugirió el tuyo por 13,29€. No es que te quiera echar nada en cara, pero ya que estás en el mundillo, ¿podrías darme alguna explicación?
Querido Héctor, la versión digital del libro de Alfonso de Recetas de Rechupete, según él mismo me ha contado, es una autoedición. Es decir, que no hay editorial por medio: se lo hicieron entre él y su novia, y por eso es tan barato. En cuanto al mío, que cuesta ocho euros menos que impreso, desde Plaza&Janés justifican el precio por un montón de gastos que tiene el libro sea digital o no: elaborarlo, diseñarlo, editarlo, promocionarlo... No sé si será justo o no, pero te aseguro que detrás de La cocina pop ha habido unas cuantas personas currando que, digo yo, merecen su sueldecico.
Luis: Me gustaría saber qué alimentos son más perjudiciales y cuáles más beneficiosos para un amigo mío que padece de aerofagia. En caso de haber poco remedio para el mal de mi amigo, aprovecho el carácter multidisciplinar de su consultorio para preguntarle cómo disimular los brotes violentos de tan lamentable enfermedad cuando aparecen en mitad de una reunión de trabajo, haciendo cola en la carnicería o mismamente realizando el acto sexual en cualquiera de sus múltiples variantes.
Querido Luis, ya estaba tardando en llegar la pregunta escatológica de cada viernes. O sea, que tienes gases. No hace falta que nos mientas diciendo que es "un amigo tuyo", hombre, que cuescos se tira todo el mundo. Las comidas que más gases dan son, por desgracia, de las más sanas: algunas verduras y, sobre todo, las legumbres. Eso no quiere decir que dejes de comerlas, sino que debes consumirlas junto a otros alimentos que palíen sus efectos: especias como el comino, el hinojo o la canela; frutas como la piña o la papaya o infusiones como la manzanilla. Evitar las bebidas con gas, los cereales con fibra y las fritangas también suele tener efectos positivos en las pedorreras.
Mónica: Siempre que estoy mezclando en un bol ingredientes con las varillas y se me empieza a dormir el brazo, cambio la dirección, comienzo a dar vueltas en sentido contrario y me pregunto si se puede estropear la mezcla o no. ¿Hay alguna teoría al respecto?
Querida Mónica, que yo sepa, no, aunque sí es verdad que hay recetas que recomiendan batir en la misma dirección, imagino que para favorecer una mejor ligazón u homogeneidad en el preparado que estés manejando. De todas formas, para no se te paralice el brazo y te lo tengan que amputar después, lo mejor es batir haciendo juego de muñeca. Duele menos.
Luisa: Iba a ponerte esto en los comentarios de la entrada sobre tus experimentos con la carne de caballo, pero me he dado cuenta de que es material para el consultorio. Cuando he leído el título del artículo (El día que probé el caballo), he pensado que nos ibas a contar sobre la vez que probaste el, ejem, 'caballo'. Y he pensado: ¿Mikel yonqui? Y entonces se me ha ocurrido una preguntita: ¿comentarios sobre el uso de drogas en la comida?
Querida Luisa, tranquila que no soy ni he sido yonqui, aunque algunas de mis entradas lo puedan dar a entender. Siempre me dio mucho miedo la heroína y nunca la probé, después de que en mi adolescencia me impactaran la visión de Yo Cristina F. o la escucha de Más chutes no, de Los Calis. Sobre lo que me preguntas, yo diría que la única droja ilegal que se lleva bien con el comer es el cannabis. Como imagino que eres drogadicta porque si no no estarías preguntando estas cosas, te recomiendo el libro High Times Cookbook, probablemente el primer recetario decente con marihuana que se ha publicado en el mundo. Por lo demás, la coca y las anfetas te quitan el hambre, con los ácidos y el éxtasis no estás para ponerte a guisar y con el caballo directamente potas. A este respecto, recuerdo una leyenda muy bonita sobre el mítico yogur líquido Yop. Al parecer era el único alimento que toleraban los estómagos de los yonquis, y por eso se conviertieron en el núcleo duro de los consumidores del producto en España. La estrella de la marca declinó cuando los pobres heroinómanos se empezaron a morir de sobredosis o de sida en los noventa, y de hecho ya no se vende en nuestro país.
Algo que ha comido esta chica le ha sentado mal. / YOUTUBE
Sara Eme: El fin de semana pasado me colgué el delantal y me dispuse a preparar la receta de tu libro de empanada de almejas (pag. 259) y los susodichos bichitos siguen en la nevera esperando ser introducidos en la empanada, ya que la receta las deja allí exiliadas sin fecha final.
¿Es 'nouvelle cuisine'? ¿Cocina a lo Juan Tamariz? ¿Me han robado una página del libro sin que me enterara?
Querida Sara Eme, veo que tú también te has entregado al deporte del momento: sacarle faltas a mi libro. Lo de las almejas está hecho a propósito, es un desafío a vuestra intuición culinaria. Una pequeña trampa a ver si sabéis superar las dificultades. Bueno. Vale. Está bien. Es un error. Hay que añadirlas al relleno una vez que se hayan cocinado las verduras. Y ahora me voy a llorar a un rincón hasta que me haga efecto el ansiolítico. Estarás contenta, ¿no?
Sergio: Llegan las fresas y con ellas la polémica a mi casa sobre la mejor forma
de conservación de esta fruta en la nevera. Opiniones para todos los
gustos: en su caja sin tapar; en su caja pero cubiertas con un trapo; en
su caja pero cubiertas con un film transparente; en cualquier
recipiente cubiertas con un film transparente al que previamente se le
han practicado unos agujeritos (dice mi abuela que para que respiren las
fresas...) ¿Puedes sacarnos de dudas? ¿Varía si el electrodoméstico en
cuestión es 'no frost'?
Querido Sergio, a mí lo que mejor me ha funcionado es la caja de madera con plástico encima, pero dejando que entre aire por los lados o a través de agujeritos (si no, alcanzan demasiado nivel de humedad y se empiezan a pochar). Y cuanto más repartidas estén para que no se aplasten las unas a las otras, mejor. El no frost tiende a resecar todo lo que metes en la nevera, así imagino que deberás aumentar la protección de la fruta, dejándola poco expuesta al aire.
Santi C.: ¿Las lentejas y otras legumbres por el estilo, se deben masticar al comer? Nunca he visto a nadie comiendo lentejas y masticándolas, sería como masticar los fideos. Pero es que yo, si no las mastico, me salen después tal cual, enteritas, y entiendo que no las aprovecho. ¿Consejos al respecto?
Querido Santi C., no sé si quieres hacerte el gracioso o es que eres lerdo. Perdona, pero es que las preguntas de caca, culo, pedo, pis me cansan un poco.
Maldita: Estoy un poco obsesionada con conseguir croquetas perfectas y tengo algunas dudas técnicas. La primera es que veo recetas para la bechamel que solo llevan mantequilla, otras que solo llevan aceite y otras que llevan las dos. ¿Qué diferencia hay? La segunda ¿Tropezones antes o después de la harina? La tercera: para el rebozado, ¿huevo primero y pan después o pan-huevo-pan?
Querida Maldita, cada croquetista tiene su librillo, y no seré yo quien se ponga a sentar cátedra en este espinoso asunto. Te diré cómo las hago yo: bechamel con mantequilla, porque me parece que queda más cremosa y con más sabor, y además es como se hace originalmente esta salsa. La bechamel con aceite de oliva la veo yo un poco de fanático del AOVE en pleno ataque de mantequillofobia. Los tropezones, puede depende: si estoy manejando alguna carne o pescado susceptible de quedarse como la suela de zapato, yo los rehogo en la mantequilla, los retiro, cuezo la harina y luego los vuelvo a incorporar. Para el rebozado, harina, huevo y pan rallado.
Sara: Tengo varias preguntas. La primera: ¿de verdad eres hermano de Juanma López Iturriaga? La segunda: ¿Eres tan alto como él? La tercera: no entiendo bien el "fenómeno Maleni", a pesar de haber visitado el blog. Soy un poco corta. ¿Lo puedes explicar muy brevemente? Y ahora, mi consulta: vivo en una residencia universitaria y no tengo cocina ni hay zonas comunes. Bueno, sí tengo cocina (ver foto): una kettle, un calientaleches, una cafetera eléctrica y una mini-nevera que me llega por la rodilla (y mido 1'60). También tengo una placa eléctrica ilegal que tengo que esconder en el armario cada vez que acabo de "cocinar" porque si me la pillan me echan de la residencia. ¿Qué puedo cocinar con semejantes condiciones? ¡Ah, me olvidaba! Tengo que fregar los cacharros en el lavabo.
Querida Sara, te respondo por partes. 1) No, no soy hermano de Juanma. Tenemos los dos apellidos iguales, la misma nariz, la misma barba, la misma voz, los dos nacimos en Bilbao y crecimos en la misma casa. Pero todo es pura coincidencia. 2) No, soy más bajito que él, lo cual es una suerte en los aviones y una desgracia en los conciertos. 3) Malenis son esas chicas enganchadas a las cosas monas, que llevan gorritos, ropa vintage y telas de cuadritos, y pretenden vivir una vida en colorines entre lo indie y lo naïf. Por extensión, se aplica a cualquier mujer que haga cupcakes con asiduidad, porque no hay nada más maleni que una magdalena decorada. Si no lo entiendes con estas explicaciones no es que seas corta, es que eres la cortimer por excelencia. 4) Cocinar, lo que se dice cocinar, en esas condiciones, es difícil. Yo te recomiendo que te entregues a las ensaladas ricas, a las verduras cocidas aliñadas con vinagretas chulas y otros primeros que sean simples de hacer, como un cuscús fácil de rehidratar con el agua caliente de la kettle. De segundo, tunea latas y precocinados al estilo Falsarius.
Miguel: Yo pensaba que la mantequilla, por aquello de la grasa animal, iba a ser lo peor para guisar por el colesterol y tal, y que en cambio la margarina nos redimía de todos los pecados. Mirando por Internet parece que sí, o que no, o que vaya, pero que en cualquier caso la margarina también es un mal bicho. Para complicar más el asunto, pretendía intentar hacer algo de repostería sustituyendo cualquiera de las anteriores por manteca de cerdo, para ver si le daba un toque contundente a panadería de pueblo de la España profunda. Y francamente ahora no sé si me atrevo... A la hora de utilizar cualquiera de las tres ¿se puede establecer claramente una ordenación entre ellas atendiendo a malignidad creciente?
Querido Miguel, en mi humilde opinión, la margarina es una auténtica porquería que sólo se debe usar por motivos económicos, si es que no te alcanza para otra cosa. Se inventó como sustitutivo "sano" y barato para la mantequilla, y resultó ser más perjudicial para la salud por ser pura grasa hidrogenada. Parece que las actuales han reducido su potencial destructivo... pero aún así, yo no veo mucho sentido a utilizar un producto industrial procesado existiendo alternativas más naturales como el aceite o la mantequilla. Tanto esta última como la manteca no tienen por qué ser nocivas siempre que las uses en dosis moderadas, ya que son grasas animales y no conviene pasarse con ellas. Para mí, la primera es muy superior en repostería por el sabor que da a las masas, pero no sabría decirte cuál de las dos es más maligna en cuestión de obturar arterias.
Leti: Gracias por hacerme pasar tan buenos ratos con tu consultorio del señorito Pepis-culinario cada dos semanas. Tengo dos temas para preguntarte. El primero es: la pasta de colores que supuestamente es de colores por llevar espinacas, tomate... ¿Cuánto de verdad tiene eso? A mí me sabe igual que la normal. ¿Hay alguna que realmente sepa a verdura? El otro tema es sobre los brownies, nunca he conseguido hacer uno decente. O se me quedan estilo zapatilla, o no se hacen en absoluto. ¿Me podrías dar la receta definitiva del brownie perfecto?
Querida Leti, buena parte de esas pastas de las que hablas o simplemente llevan colorante o su proporción de verdura es tan ínfima que saben exactamente igual que las normales. ¿Cuál es su función entonces? Pues añadir un poco de variedad visual y crear en el consumidor la ilusión de que está comiendo algo verde y más sano. Supongo que las únicas en las que puedes encontrar una diferencia real es en marcas de cierto nivel, como DeCecco u otras artesanales italianas.
Eónica: El otro día, en el twitter de la Policía Nacional, que siempre te da información interesante (del estilo "si recibes un mail de tu tía Manoli de 80 años
que no habla inglés diciendo LOL, HAVE YOU SEEN THIS PIC? no lo abras,
que es un virus"), vi esto que te adjunto en forma de pantallazo, y me
surgió la duda. Bueno, varias dudas. Primera, ¿los camellos pasaban la droga vía Whatsapp o les han detenido vía Whatsapp? (si la respuesta buena es la primera, ¿alguien tiene esa aplicación? Es para una amiga...) Segunda, ¿lo que iba camuflado en un cacahuete era la mandanga o la policía? Y tercera, ¿qué plato prepararías con unos cacahuetes rellenos de poli/farlopa? es para una cosita... Muy contenta de haberme atrevido por fin a compartir contigo mis dudas existenciales, y estar por una vez lado de los perturbados.
Querida Eónica, detecto que tú también eres drogodependiente, como la yonqui que preguntaba lo del caballo. Está bien que los toxicómanos vengan al Aló, era un grupo social de élite que faltaba en el elenco de mis lectores. Bien, yo también soy refans de la cuenta oficial de la Policía en Twitter, sobre todo cuando anuncian sucesos tan enigmáticos como este. Me pregunto cómo un narcotraficante se puede meter en un cacahuete. Igual las mafias han conseguido crear una especie de camellos mini-mís. O han localizado una tribu de conguitos y los usan como correos de la droga, quién sabe. Otra posibilidad es que el community manager que lleva esta cuenta hubiera catado la mandanga requisada antes de escribir este tuit, y de ahí la peculiar sintaxis de su texto.
Garcid: Estimado señor: después de haber leído varias ediciones de su consultorio, he llegado a la siguiente conclusión: todas, todas las consultas son falsas. Usted lo escribe todo, preguntas y respuestas. La técnica no es nada original, ya se utilizó en el consultorio de la revista LIB, como recordará. Queremos llevar a cabo un estudio morfolingüístico del consultorio para demostrar nuestra hipótesis, pero todos los morfolingüistas a los que hemos llamado están ocupados con el caso Bárcenas. Ahora, la pregunta: ¿de qué están hechas, de verdad, las salchichas alemanas? Danke schön.
Querid@ Garcid, acierta usted en que el consultorio de la legendaria LIB es en efecto una de las grandes influencias del Aló Comidista. Sin embargo, siento decepcionarle en lo demás: las preguntas son verdaderas, y están todas almacenaditas en el buzón de correo por si algún día alguien me demanda por falsedad documental o por si alguno de los que aquí escriben decide descuartizar a su madre o comerse a sus hijos y puedo tener una exclusiva periodística. En cuanto a las salchichas alemanas, las buenas están hechas de carne, y las malas, de detritus. Por cierto, que el otro día salió en el Wall Street Journal un artículo que ligaba el consumo de este producto con la buena marcha de la economía alemana, a la vez que relacionaba la dieta mediterránea con el desastre de España, Italia y Grecia. Se titula Nuestro derecho inalienable a zampar comida basura, y le recomiendo su lectura.
María: Quisiera que con 100 euros de presupuesto semanal, me hicieras tu lista básica de la compra para 2 adultos y 2 niños, considerando que no sé cocinar muy bien y que tengo un hijo alérgico al huevo y pescado.
Querida María, son las 10 de la noche, llevo desde primera hora de la mañana currando y me da vueltas la cabeza con tanta pregunta. Así que espero que comprendas que en vez de montarte la lista de la compra mientras tú estás tumbada en el sofá viendo la tele, prefiera acabar de una vez este post e irme a cenar. Un besito para ti y para tu familia.
Berta: Has conseguido que me duela la tripa de reirme varios días seguidos con el post de las catástrofes culinarias. ¿Me pongo triste? Veo tu post y se me quita. Así que he pensado que te debía una. Los que vivimos en el extranjero nos esforzamos mucho en conseguir esas cosas inalcanzables en las baldas de los supermercados locales, por ejemplo, pipas de calabaza, de las buenas... Hacer pipas de calabaza es facilísimo!!!! Y si no, mira qué bien me quedaron!
Ximena: Vi la foto del pastel con kit kats y se veía hermoso. Trate de hacerlo
para San valentín pero así fue como terminó jaja no funcionó!
Laia: Para Halloween
organicé una fiesta en casa y se me ocurrió la brillante idea de hacer unos Halloween Eyes Cakepops
que vi en el blog de Bakerella.
A pesar de seguir las instrucciones al pie de la letra, lo único que conseguí fue
hacer una especie de bolitas con 'txapelas' que, evidentmente, fueron directas
a la basura.

BAKERELLA
Ana: Esta
es la famosísima tarta de tortuga gertrudis, parece fácil ¿verdad? pues
bien conseguir la consistencia recia del relleno no es tan sencillo,
sobre todo si hace calor y nadie te dice que congelarla ayuda bastante. Se me ocurrió la brillante idea de hacerla para una celebracion
veraniega, viene gente, quieres quedar como una reina.... y al final
pasa lo que pasa...todo iba bien hasta el momento de servira, la
desmoldé, parecia todo correcto, peeeeeeeeeeero con el calor que hacía
cuando terminé de colocarle las patitas y la cabeza comenzó la catástofe
y todo fue cuesta abajo. Mi pobre tortuga acabó pareciendo tener reventados todos sus órganos
internos tras haberse caido por una ventana de las torres Kio. Más que
una fiesta celebramos su velatorio.
Queridas Berta, Ximena, Laia y Ana, mil gracias por enviar vuestros desastres. Las pipas carbonizadas cancerígenas están bien; la tarta de kitkats y los popkakes euskaldunes, soberbios, pero creo que la ganadora de esta edición es la tortuga despanzurrada tras pasarle un camión por encima. ¡Vivan los desastres!
SUGERENCIA: ACTUALIZAR LOS HORRORES DEL PINTEREST CON LAS FOTOS QUE VAN LLEGANDO
1.- Querido comidista, antes de que la ingesta de la tortilla de patatas
devenga en crisis conyugal, acudo a este oráculo gastronómico en busca
de tu siempre sabio consejo. Veamos, a mí me gusta que el huevo no esté
muy hecho, que abras la tortilla y esté un poco cremoso. A mi novio,
"sin en cambio", le gusta extremadamente hecho, inexplicablemente. ¿Qué
hago?
Un saludo.
Aitor Tilla.
Buenas tardes, no hace mucho que le sigo pero estoy encantada con lo que
leo. Le digo esto porque no sé si ya habrá resuelto esta cuestión:
mi
comida favorita es la tortilla de patatas, me gustan casi todas, pero
mi preferida es la que me hace mi madre( poco cuajada); mi pregunta es
cómo se hace una tortilla de patatas? conozco la técnica, la
"estética"la domino, pero no consigo hacer una que me sepa realmente a
tortilla de patatas. Su sabor es como si los ingredientes se separasen:
por un lado el huevo, con el consiguiente sabor a tortilla francesa y
por otro la patata. Existe algún truco? por favor, dígamelo. Gracias
Ana I. Fernández
2.- Hola Mikel,
Como
decían las señoras de edad incierta cuando iban a El Diario, "antes que
nada, enhorabuena Patricia por tu programa". Ahora vamos con mi duda:
mi madre apareció un día por casa con un bote de salsa de ostras que no
sé de dónde sacó y, conocedora de mi predilección por la comida
oriental, me lo encasquetó creyendo que yo sabría qué hacer con él. El
caso es que dicho bote lleva meses dando vueltas por mi cocina (sale un
panda en la etiqueta; lo que todavía me perturba más ya que no le veo
relación entre un panda y una ostra) y no sé con qué emplear tan
oriental aderezo. Oh, Comidista, ilumíname con tu sapiencia... seguro
que conoces más de una receta para aprovechar la salsa de ostras.
¡Gracias!

Josep
3.- hola mikel. he vivido parte de mi vida con italianos(Sardos,
Napolitanos, Romanos,…) y siempre han coincidido en que cuando se hace
la pasta la sal se echa justo en el momento que el agua empieza a
hervir, JAMAS se tapa y que la pasta no se deja sola cuando se cuece
sino que se le hace compañía. hay alguna explicación para lo de la sal??
y de no taparla?? lo de acompañarla mientras se cuece lo veo como algo
de romanticismo italiano aplicado a la cocina.
y por que en España se cuece tanto la pasta?? somos tan mongers??
un saludo
4.- Querido Mikel,
Me declaro fans total tuyo y de esta sección locatis. Con tu uso del plural de elegancias (en palabras como la mencionada fans -plural fanses-)
se me enamora el alma, se me enamora. Dicho esto, al grano. Despues de
superar una fase de adiccións a los sándwiches de supermercado, brownies
de bote y patatas "pringuels", he conseguido iniciar una alimentación
moderadamente más equilibrada. Eso sí, mi inventiva culinaria es menor que el glamour del tupé de Anasagasti. ¿Conoces algún sitio webs de recetas sencillas para inspirar a un soltero empancipado y descarriado como yo?
Atentamente,
Telojurotío
Desde que leo tu blog y me he independizado, he decidido empezar a tener
una dieta más sostenible (y seguramente saludable) que le haga el
mínimo daño al planeta y que siga siendo sana. ¿Qué consejos me podrías
dar para ello? Ya no compro atún en lata a.k.a. Hacendado y voy a
comprar fruta, verdura y carne al mercado. Gracias Comidista, es un
placer leerte.
Lucía Pan
5.- Hola, me troncho de risa con este consultorio. Felicidades, reírse
hoy día esta peliagudo. Me encanta la cocina y las recetas ( colecciono y
compro como si tuviera tiempo de comer), bueno al turrón, el otro día me compré
un libro de recetas de chocolate que estaban de muerte lenta, horror cuando me
pongo a elegir una aparece un ingrediente que no tengo ni idea que es :Crema
doble ( estoy por cambiarla por nata líquida) pero no he podido resistirme a
consultarte. Gracias.
Razia
6.- Querido Mikel. El otro día estuve discutiendo
acaloradamente con mi compañero en el postcoito sobre de qué parte del cerdo se hacían
los torreznos, ya que él decía que de la careta y yo que del pellejo
cochinero, a lo alto y ancho del cochino en sí. ¿Podrías
sacarnos de dudas
por si algún día necesitamos poner una torreznería? En realidad me
importa una puñeta, porque no como torreznos desde que descubrí el poder
de los ganchitos naranjas fluorescentes, pero oye... así aprovecho para
salir en tu consultorio
y saludar a mi mamá HOLA MAMÁ ESTOY AQUÍ CON EL COMIDISTAAAAAA.
Haladiós,
que viene la enfermera. No te olvides de subrayar lo del postcoito, que lo he puesto sólo por joder (y nunca mejor dicho).
Besos de colega de pupitre que te acompaña al puticlub,
Nepomuk
7.- Hola Mikel!
Me declaro muy muy fan de tu blog! y por eso quiero
hacer mi aportación: Cuando estuve en 2008 viviendo en Dublín pasaba por
delante de un restaurante "español" llamado La Paloma. Leer su menú se
convirtió para los que me vinieron a visitar en toda una atracción
turística y creo que tu también la sabrás apreciar jejeje.
Recomendación del chef: Paella croquetas, lubina con chorizo, o paella de cerdo, chorizo y espinacas..
http://www.lapalomadublin.com/menus.htm
Me encantan tus recetas y las ideas que escribes en tu blog!
Muchas gracias por todo.

Raquel
8.- Hola Mikel,
Tengo una especie de obsesión con la
cebolla. Hace un tiempo aprendí a caramelizarla (dejarla cocer a fuego
bajo en agua y aceite durante más de 12h). Como es un poco peñazo,
cuando me pongo hago algunos kilos... y se me queda en cuatro
tuppercitos. La pregunta en cuestión es que congelé hace tres meses los
tuppers con cebolla caramelizada y querría saber hasta cuándo es sensato
utilizarlos o si se me ha ido la pinza y hace tiempo que están en mal
estado.
Gracias!

Marta Mañé Artells
9.- Estimado Comidista:
Me gustaría saber qué alimentos son más perjudiciales y cuáles más
beneficiosos para un amigo mío que padece de aerofagia. En caso de haber
poco remedio para el mal de mi amigo, aprovecho el carácter
multidisciplinar de su consultorio para preguntarle cómo disimular los
brotes violentos de tan lamentable enfermedad cuando aparecen en mitad
de una reunión de trabajo, haciendo cola en la carnicería o mismamente
realizando el acto sexual en cualquiera de sus múltiples variantes.
Enviado desde mi iPad
10.- Hola,
Tengo una duda gastronómica que puede parecer
algo absurda y hasta ahora no he preguntado a nadie por vergüenza:
siempre que estoy mezclando en un bol ingredientes con las varillas y se
me empieza a dormir el brazo, cambio y la dirección y comienzo a dar
vueltas en sentido contrario y me pregunto si se puede estropear la
mezcla o no.
Me suena haber leído que la leche se puede cortar, pero tampoco
tengo claro si es malo hacerlo con otros ingredientes, como el huevo.
El caso es que hasta ahora me he comido todo y aún estoy aquí para contarlo.... así que muy malo no debe ser....
¿Hay alguna teoría al respecto?
Un saludo,
Mónica.
11.- Mi querido Mikel,
Iba a ponerte esto en los comentarios de la entrada del día 26 de
febrero sobre tus experimentos con la carne de caballo pero me he dado
cuenta de que es material para el consultorio más dicharachero de la
blogosfera. Cuando he leído el título del artículo ("El día que probé el
caballo"), he pensado que nos ibas a contar sobre la vez que probaste
el, ejem, "caballo". Eso que se mete en vena y tal. Y he pensado: este
Mikel se nos está yendo de madre. ¿Mikel yonqui? Y entonces se me ha
ocurrido una preguntita relacionada con la comida: ¿comentarios sobre el
uso de drogas en la comida? Anda, por fa, hazme alguna bromilla con lo
de la López Ibor, que me encanta que nos trates de locos.
Un besote,
Luisa.
12.- Hola Mikel. El fin de semana pasado me colgué el delantal y me dispuse a preparar tu receta de Cocina Pop de empanada de almejas
(pag. 259) y los susodichos bichitos siguen en la nevera esperando ser
introducidos en la empanada, ya que la receta las deja allí exiliadas
sin fecha final.
¿Es nouvelle cuisine? ¿Cocina a lo Juan Tamariz? ¿Me han robado una página del libro sin que me enterara?
Sara Eme
13.- Hola Mikel:
Madre desesperada busca nuevas recetas para dar de comer a un chico
adolescente de 15 años y una niña de 10 con adolescencia adelantada.¡¡
Me aburro de comer siemrpe lo mismo¡¡ Se me va a poner cara de
fetuccini¡¡ y eso no favorece nada.
M H
14.- Apreciado Mikel!!!, una duda que me corroe por dentro ( nunca mejor
dicho ). ¿Las lentejas y otras legumbres por el estilo, se deben
masticar al comer? Nunca he visto a nadie comiendo lentejas y
masticandolas, seria como masticar los fideos, pero es que yo, si no las
mastico, me salen despues ( las cago ) tal cual, enteritas, y entiendo
que no las aprovecho. ¿Tu las masticas? ¿consejos al respecto? ¿un
ranking de alimentos masticables y no masticables?
Santi C.
Jelou!
Me he vuelto fans de las ensaladas de lentejas, probablemente
para compensar la morriña de las grandiosas con chorizo que hace mi
adorada madre. Al grano, ¿qué diferencias hay entre los distintos tipos
de lentejas? ¿Para qué recetas va mejor cada tipo? Por aquí por París
las que más veo en el super son las verdes de Puy, ¿tienes alguna
experiencia (culinaria, por favor) con éstas?
Merci!
15.- Hola Mikel
Estoy un poco obsesionada con conseguir croquetas perfectas y tengo algunas
dudas técnicas.
La primera es que veo recetas para la bechamel que sólo llevan mantequilla
y otras que sólo llevan aceite y otras que llevan las dos. ¿Qué diferencia hay?
La segunda ¿Tropezones antes o después de la harina? La tercera para el rebozado
¿huevo primero y pan después o pan-huevo-pan? Gracias. Se me dan bien, pero me
gustaría perfeccionar y no hago croquetas tan a menudo como para probar todas
las combinaciones, soy joven e impaciente. Gracias.
Maldita
16.- Querido comidista:
tengo varias preguntas. La primera: ¿de verdad
eres hermano de Juanma López Iturriaga? La segunda: ¿Eres tan alto como
él? La tercera: no entiendo bien el fenómeno maleni, a pesar de haber
visitado el blog. Soy un poco corta. ¿Lo puedes explicar muy brevemente?
Y ahora, mi consulta: vivo en una residencia universitaria y no tengo
cocina ni hay zonas comunes. Bueno, sí tengo cocina (ver foto): una
kettle, un calientaleches, una cafetera eléctrica y una mini-nevera que
me llega por la rodilla (y mido 1'60). También tengo una placa eléctrica
ilegal que tengo que esconder en el armario cada vez que acabo de
"cocinar" porque si me la pillan me echan de la residencia. No tengo
microondas porque también es ilegal y es más difícil de esconder. A lo
que iba: ¿qué puedo cocinar con semejantes condiciones? Las sopas y los
purés de tetra brick de momento son mis mejores aliados, junto con la
tortilla precocinada (tantas veces juré que no la comería, tantas veces
la he comido aquí...). ¡Ah, me olvidaba! Tengo que fregar los cacharos
en el lavabo.
Espero ansiosa tus consejos.
Un beso,
Sara.

17.- Yo pensaba que la mantequilla, por aquello de grasa animal iba a ser
lo peor para guisar por el colesterol y tal, y que en cambio la
margarina nos redimía de todos los pecados. Mirando por Internet
parece que sí, o que no, o que vaya, pero que en cualquier caso la
margarina también es un mal bicho. Para complicar más el asunto,
pretendía intentar hacer algo de repostería sustituyendo cualquiera de
las anteriores por manteca de cerdo para ver si le daba un toque
contundente a panadería de pueblo de la España profunda. Y francamente
ahora no se si me atrevo, de ahí la pregunta: a la hora de utilizar
cualquiera de las tres ¿se puede establecer claramente una ordenación
entre ellas atendiendo a malignidad creciente?

Miguel
18.- Aupa Mikel! Gracias por hacerme pasar tan buenos ratos con tu
consultorio del señorito Pepis-culinario cada dos semanas, son risas
aseguradas. Menuda peña la que te escribe no? Menos mal que yo soy
normal (ejem...)
Tengo dos temas para preguntarte. El primero es: La
pasta de colores que supuestamente es de colores por llevar espinacas,
tomate... ¿cuánto de verdad tiene eso? A mi me sabe igual que la normal.
¿Hay alguna que realmente sepa a verdura? ¿En qué supermercado o gran
superficie recomiendas comprarla? ¿Algún tipo de pasta en especial?
El
otro tema es sobre los brownies, nunca he conseguido hacer uno decente.
O se me quedan estilo zapatilla, o no se hacen en absoluto. ¿Me podrías
dar la receta definitiva del brownie perfecto?
Y ya puestos,
otra cosilla. Para los estudiantes que estamos fuera de casa y con no
demasiado tiempo para cocinar (de veras que me encataría tener más
tiempo para hacerlo, lo encuentro super divertido y relajante, además
creo que no se me da mal jaja) ¿nos recomiendas algún libro, web,
recetas, trucos... para sobrellevar el duro día a día con una buena y
rica alimentación?
Saludos y gracias de nuevo =)
Por cierto, la alcachofa también es mi musa y diosa gastronómica. Viva la alcachofa!!!
Leti
19.- Estimado señor: después de haber leído, con regocijo histérico, varias
ediciones de su "consultorio", he llegado a la siguiente conclusión, que
comparten dos amigas mías: todas, todas las consultas son falsas. Usted
lo escribe todo, preguntas y respuestas. La técnica no es nada
original, ya se utilizó en el consultorio erótico-festivo de la revista
"LIB", como recordará. Queremos llevar a cabo un estudio
morfolingüístico del consultorio para demostrar nuestra hipótesis, pero
todos los morfolingüistas a los que hemos llamado están ocupados con el
caso "Bárcenas". Ahora, la pregunta: ¿de qué están hechas, de verdad,
las salchichas alemanas? Danke schön.
20.- Mikel, en un momento complicado he recuperado la sonrisa con
tus
comentarios, eres un genio. Quisiera que con 100 euros de presupuesto
semanal, me hicieras tu lista básica de la compra para 2 adultos y 2
niños, considerando que no se cocinar muy bien y que tengo un hijo
alérgico al huevo y pescado. Difícil pero tu puedes seguro. Maria
21.- Mr. Sinatra: Soy un fanático y adicto a las salsas, pero las suelo
comprar en el supermercado, de las que son industriales. Uno de esos
días que estas sentado en la mesa aburrido, me puse a leer los
ingredientes de una, y vi que llevaba mucha 'guarrada' así que me
gustaría que me dijeras alguna receta sencillita de alguna salsita que
le vaya bien a una ensalada. Muchas gracias.
David

22.- Hola MIkel. Soy Josep. Aunque he de confesarte
que sigo tu blog muy de vez en cuando, de repente he pensado en ti para
hacerte una consulta. Estoy planeando un viaje a Toledo para el fin de
semana de San José, como buen valenciano huyo de las Fallas, y te
quedaría muy agradecido si pudieras recomendarme algún restaurante de la
ciudad que conozcas de primera mano. Confío plenamente en tu criterio y
estoy seguro de que no quedaré defraudado. Me interesa sobre todo la
cocina tradicional de la zona, muy distinta a la que tenemos en esta
franja del Mediterráneo.
Un fuerte abrazo.
Josep Manel
March 6, 2013
Flan de dulce de leche

Lo que tapa el flan es el careto de la Reina Madre. / AINHOA GOMÀ
Chile tiene muchas virtudes y una desventaja fundamental para el viajero español: está en el quinto pino. Sin embargo, las 13 horazas de vuelo (más dos o tres si viajas desde Barcelona y haces escala en Madrid) no me han impedido visitar un par de veces este alucinante país. La última fue el mes pasado, cuando llevé a cabo una mini-tournée que me llevó a Santiago, la región de los lagos y Patagonia. El objetivo real del viaje era ver a mi amiga Claudia Larraguíbel, pero como no podía ser de otra forma, aproveché la ocasión para ponerme como La Moñoño a comer. Y también a beber, dada la abundante presencia en la zona de esa perdición hecha cóctel llamada pisco-sour.
Uno de los momentos gastronómicos cumbre del viaje fue la comida en CasaMar, el restaurante en Santiago del chef Tomás Olivera Leiva. Este cocinero de Valparaíso se ha convertido en uno de los máximos referentes de la nueva cocina chilena, gracias a su sensata depuración de platos populares aplicando técnica moderna sin estridencias. Me pareció uno de esos chefs que se preocupa más de servir buena comida que de epatar o quedar como el más creativo del mundo, sin caer en mezclas absurdas ni en los experimentos de Quimicefa que no van a ninguna parte.
En CasaMar probamos delicias como el congrio con salsa de locos o el tomaticán, un guiso tradicional cuyo nombre me gustó tanto como su sabor. Pero si algo hizo que la cabeza me estallara fue el flan de dulce de leche, conocido en Chile como manjar. Contra todo pronóstico, ya que no soy nada goloso y sólo el concepto me daba sed, esta maravilla me hizo conocer la poliorgasmia, y a cada bocado necesitaba más.
Muy amablemente, Tomás Olivera me dijo que podía usar su receta, que no perdí tiempo en reproducir nada más volver a España. Según él, el secreto para alcanzar esa textura gloriosa es la temperatura. Veréis que a mí me quedó un poco raruna de forma porque cometí el error de preparar el baño maría en una fuente gruesa -la empanada del jet-lag-, por lo que la cima del flan se anatilló un poco. Pero los accidentes a veces tienen su parte buena, y la diferencia de espesores resultó hasta interesante.
Si queréis conocer más recetas del chef, podéis haceros con su primer libro, Cocinero + Casero + De autor. Incluye bastantes platos factibles en España, aplicando un poco de sentido común a la hora de sustituir ingredientes que no se encuentren por este hemisferio.
Dificultad
Para weones.
Ingredientes
Para 4 personas
200 g de dulce de leche
4 huevos
200 ml de leche entera
1 rama de vainilla
200 g de azúcar
Fresas y arándanos para acompañar (opcional)
Preparación
1. Calentar la leche casi hasta que hierva. Cortar la vaina de la vainilla longitudinalmente. Echar las semillas y la vaina en la leche, retirar del fuego, tapar y dejar que infusione.
2. Precalentar el horno a 160º.
3. Batir los huevos en un robot de cocina con la mitad del azúcar, el dulce de leche y la leche unos tres minutos.
4. Mientras, hacer un almíbar ligero con el resto del azúcar y tres cucharadas de agua en una cazuela pequeña al fuego. Cuando empiece a coger color de caramelo claro, retirar del fuego y repartir en los moldes de flan. Servir con fresas picadas, arándanos y gotas de dulce de leche.
5. Repartir la mezcla de los huevos en los recipientes. Hornear al baño maría 45 minutos o hasta que los flanes hayan cuajado (a mí me hizo falta algo más de una hora). Sacar y desmoldar cuando esté frío.
March 5, 2013
Arroz salvaje con guisantes, menta y butifarra de perol

Platillo volante. / EL COMIDISTA
Durante muchos años, los guisantes me parecieron el máximo ejemplo de aburrimiento vegetal. No eran para mí más que las bolitas verde parduzco de lata que te soportabas a duras penas en la ensaladilla rusa o los perdigones verde eléctrico congelados y después cocidos que te tocaban de castigo en el arroz a la cazuela o en el tres delicias de los chinos.
Hablo de días muy lejanos que se pierden en la noche de los tiempos, claro. De cuando no había probado aún un guisante decente, fresco, desgranado en casa y cocinado en el punto justo para no destruir su fino sabor. Desde que vivo en Barcelona, en cuyos mercados es relativamente fácil encontrarlos en esta época del año, son mi legumbre fresca favorita, en dura competencia, eso sí, con las habas. No suelen ser baratos, desde luego... pero tampoco hace falta zamparse 300 gramos. Su sola presencia como ingrediente segundario revive el plato más mustio.
En la receta de hoy hemos manejado el guisante un poco a la catalana, juntándolo con menta y butifarra de perol (si no encuentras esta última, piensa en salchichas, longaniza o en alguna morcilla de cebolla o puerro). El arroz salvaje es una base exótica / saludable que encaja a la perfección con el resto de los sabores, y que ya se puede encontrar en muchas tiendas y supermercados. Va rebajado con un poco de basmati para que no resulte demasiado agreste (de hecho, algunas marcas comercializan la mezcla ya preparada). El conjunto es un primero (¿o un segundo?) al que me declaro oficialmente enganchado.
Dificultad
Para estrellas de mar.
Ingredientes
Para 4 personas
200 gramos de arroz basmati
75 gramos de arroz salvaje
300 gramos de guisantes frescos pelados (un poco más del doble si los desgranas tú mismo)
1 cebolla morada grande (otro tipo de cebolla también sirve)
8 hojas de menta
1 butifarra de perol
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta negra
Preparación
1. Cocer el arroz en agua salada, según las instrucciones del envase.
2. En una olla con abundante agua hirviendo con una dosis generosa de sal, hervir los guisantes durante 3 minutos y enfriarlos posteriormente en agua con hielo para que conserven el color y la textura.
3. Picar la cebolla y saltearla a fuego medio con un par o tres de cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, hasta que esté dorada (no transparente).
4. Añadir a la cebolla los guisantes, saltear un minuto más y en ese momento añadir el arroz bien escurrido, dándole vueltas un par de minutos. Incorporar la menta recién picada casi en el último momento. Salpimentar al gusto.
5.- Emplatar el arroz y acabar el plato poniendo encima la butifarra, cortada a rodajas y previamente dorada –sólo un golpe de calor, vuelta y vuelta– en una sartén bien caliente.
Producción y asistencia psiquiátrica: Mònica Escudero.
March 4, 2013
Comida enferma en el hospital

La exquisita cena de hospital con la que todos soñamos. / MENÉAME
"El horror tiene cara, y uno debe familiarizarse con él", decía el Coronel Kurtz en Apocalypse Now. El personaje de Marlon Brando no se refería a la comida de los hospitales públicos españoles, pero si después de Vietnam hubiera tenido que tragar lo que se echa a los enfermos en algunos de ellos, seguramente habría repetido las mismas palabras.
Los manjares servidos en los centros sanitarios nunca fueron dignos de elBulli, y no precisamente por la ausencia de espumas y obulatos. Sopas aguachadas de fideos, tortillas francesas momificadas, verduras con sabor a vacío existencial, filetes de cuero repujado, macedonias de bote marca ACME o postres 100% libres de ingredientes naturales son algunos de los emblemas de nuestra gastronomía hospitalaria tradicional. Ahora bien, con los brutales recortes que está viviendo el sector público a causa de la crisis, parece que vamos a lograr lo que parecía imposible: que los enfermos coman aún peor.
El Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), cuyo servicio de comidas acaba de ser privatizado, se ha situado en la vanguardia de este proceso de transformación. La foto de una supuesta cena servida el domingo en el centro, en la que se ve una especie de vómito verdoso cuajado y guarnecido con unas zanahorias birriosas, recorrió ayer como un vendaval las redes sociales. Para verificar si se trataba de uno de los platos de su menú, me puse en contacto con la concesionaria del servicio, la empresa Meditérránea de Cátering. Me dijeron que no sabían nada de la foto ni de la ola de indignación que estaba desatando, y que me llamarían para confirmarla o desmentirla. Todavía espero su respuesta.
Lo que sí he podido contrastar es que el aterrizaje de esta compañía en el hospital público navarro ha sido movidito. La prensa local habla de un "alarmante deterioro" en la alimentación de los pacientes desde que se produjo la "externalización". A finales de enero, los enfermos y sus parientes denunciaron que a las habitaciones llegaban panes chamuscados, tortillas quemadas o ensaladas cocidas, en un delirante carrusel de despropósitos que incluyó cafés con leche para los niños, yogures azucarados para los diabéticos, bacalao salado para hipertensos y lentejas con chorizo para personas con el colesterol alto.

Carbonato de ternera en el CHN. / LAB

Delicias en la planta de pediatría. / NOTICIAS DE NAVARRA

Tortilla negra y lechuga cocida, rica rica. / FLORENCIO
Aunque el caos inicial, que le ha valido a la empresa la apertura de un expediente por parte del Gobierno navarro, parece haber remitido, las quejas de los pacientes continúan. "Las enfermeras nos piden perdón por la comida que nos traen", cuenta una paciente en Noticias de Navarra. Vistas las fotos que circulan por la red, no me extraña nada: yo serviría esa bazofia con una careta puesta para que nadie pudiera recordar mi cara y buscarme tras ponerse bueno. Las protestas no sólo se producen en Pamplona: trabajadores de centros sanitarios de Madrid, Alicante o Murcia cuyo servicio de comidas ha sido cedido a Mediterránea describen apetitosas carcasas de pollo y hamburguesas congeladas a punto de caducar,
verduras pasadas o aves a medio desplumar en el último número de la
revista Interviú. La compañía se defiende diciendo que los pacientes son su prioridad y que llevan 20 años trabajando con los principales hospitales sin que haya habido problemas de seguridad alimentaria.
Llamadme pesimista, pero me temo que la tendencia del futuro va a ser una mayor degradación de la calidad. Iniciativas como los menús "con denominación de origen" del Miguel Servet de Zaragoza, o la colaboración entre el Hospital de Galdakao y el chef Eneko Atxa suenan casi a frivolidad en estos tiempos de presupuestos cortados con machete. Al ritmo de "ajustes" al que vamos, la ya temible comida para los enfermos del sistema público de salud cuenta con todas las papeletas para convertirse en una pesadilla propia de Chicote.

Macarrones a la nada y cosa con zanahoria en el Hospital de Fuenlabrada (Madrid). / CHEMA MOYA

¿Qué es esto exactamente? / JAVIMETAL

Aquí al menos hay una fruta. / MAMÁ PICHÓN

También hay hospitales con comida decente: Ibán Yarza habla bien Universitario de San Sebastián.
Imagino que dar de comer en un hospital no debe de ser tarea fácil: cientos de comensales, muchas dietas distintas y un ritmo de servicios endiablado. Pero hay algunos hospitales en España donde se hace razonablemente bien. Además, mis cortas entendederas me dicen que una correcta alimentación es fundamental en la recuperación de cualquier enfermo, por lo que reducir gastos en este terreno es poco menos que una estupidez. Y más teniendo en cuenta que el coste no es demasiado alto: según un estudio elaborado por médicos del 12 de Octubre de Madrid, cada comida son 22 euros, y la cena, 7,2. No se trata de exigir delicatessen en las bandejas, sino simplemente demandar una comida digna, fresca y sana que ni insulte al paladar ni destruya el estómago.
Aunque pensándolo bien, quizá todo forme parte de una retorcida estrategia, encaminada a que los pacientes abandonen cuanto antes los hospitales espantados por la basura que les dan. O a que prefieran morirse antes de seguir comiendo semejantes truños, con el consiguiente ahorro en camas y recursos. Desde ese punto de vista, las tortillas verdes del Hospital de Navarra serían todo un éxito.
March 3, 2013
Revuelto de trastos: la taza de té inteligente, las bolsas para guardar queso y el apoya-tapas
Tras el despiste de febrero, la colección mensual de objetos relacionados con la comida vuelve con energías renovadas. Seguramente ninguno de estas fruslerías te solucionará la vida, pero podrás perder el tiempo en el trabajo mirándolos, pensando si puedes permitírtelos y desechando finalmente la idea porque no tienes un duro. O quizá haya alguno que te guste tanto que te sientas obligado a comprarlo, quién sabe.
Además de tener un fantástico blog de repostería, Biscayenne diseña camisetas con ilustraciones bonitas, inteligentes y divertidas que se salen del lugar común. Mi favorita es la que rinde homenaje a Con las manos en la masa, seguida muy de cerca por la de un Harry el Sucio panarra que dice "go ahead and bake my day". Cuestan 19 euros en su tienda.
Otro de mis descubrimientos de este mes es la tienda online de cosas para la casa Monapart Living. Centrada en los "productos domésticos supernormales", vende trastos chulos, sólidos, sencillos y sobre todo, útiles. Es decir, nada de descorazonadores de fresas ni vaporeras de espárragos. Este juego de cinco fuentes de horno de esmalte, fabricado por la marca británica Falcon Enamelware, me parece especialmente tentador.
El Festivalet es una feria de productos hechos a mano que se celebra cada Navidad en Barcelona, y en la que siempre das con algo que te sorprende. De lo que vi este año, una de las cosas que más me gustaron fueron los vinilos de Hommu, especialmente los dedicados al mundo de la cocina. Me compré uno de sus packs Bocazas para frascos, y por suerte no vi éste que evoca la primera escena de La guerra de las galaxias, porque si no también habría caído. Cuesta 19,95 euros en la tienda de la marca.
De todos los dramas del primer mundo, quizá uno de los más graves sea el de la etiqueta de la bolsita de té que sistemáticamente cae dentro de la taza cuando echas el agua hirviendo. La SlingsHOT no sólo previene este accidente, sino que permite exprimir y esconder la bolsa una vez lista la infusión sin necesidad de cuchara o de plato. Por ahora es sólo un diseño, pero si hay algún fabricante inteligente en este mundo, llegará a las tiendas.
Tapas de cierre hermético
¿Harto de andar con el film o el papel de aluminio a vueltas para tapar boles y cazuelas? Tu pesadilla quizá acabe con estas tapas de cierre hermético de Cuisipro, que se adaptan a cualquier recipiente de diámetro menor al suyo. No las he probado, pero si funcionan bien pueden ser un inventazo. También llevan un dial para marcar la fecha en la que has preparado lo que vayas a meter en la nevera, para que no se te vaya la olla y acabes comiéndote unas verduras de hace un mes. Se venden en tres tamaños en las tiendas habituales de la marca.
En el revuelto de trastos no todo puede ser belleza y practicidad. También debe haber sitio para los productos absurdos, como el Karate Chopper de Gama Go. Con ella se supone que puedes cortar verduras como si fueras Karate Kid noqueando villanos, pero siendo de plástico, me temo que el filo le puede durar unos tres días. Cuesta 7 euros en Amazon.com.
Apoya-tapas
Decía antes que uno de los más graves dramas del primer mundo es que se te caiga la etiqueta de la bolsita de té en la taza. Pues bien, otro es no saber qué hacer con la tapa de la cazuela mientras estás cocinando. El Pot Lid Stand no sólo te soluciona este problema, sino que además, ¡oh!, puedes dejar sobre él la cuchara de madera churretosa para que no manche la encimera. Cuesta 11,50 euros en Animi Causa.
Trixidelicious es una neozelandesa que tunea piezas de vajilla viejas con palabras procaces. Por desgracia, ya vendió las tazas de Whore y Bitch que tanto me gustaban, pero aún puedo conseguir este bol para poner el azúcar, la sal o cualquier polvo blanco que se asemeje a la farlopa. Cuesta unos 17 euros en Etsy.
Guardas el queso en la nevera envuelto en film y le sale moho. Le pones papel de aluminio, y lo mismo. Lo guardas sin nada y se seca, además de apestarte la nevera. ¿Qué haces? O envolverlo en papel o usar una de estas bolsas de Formaticum, hechas de un papel especial que retiene la humedad pero deja respirar al queso. Un paquete de 15 cuesta unos 7 euros en la web de la marca.
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February 28, 2013
Plan para el finde: We Pop
El Comidista prosigue su serie de entradas breves
en forma de
autoentrevista sobre restaurantes, bares y actividades
gastronómicas diversas para disfrutar el fin de semana. Se publican
uno de cada dos viernes, alternando con el consultorio Aló, Comidista.

We Pop, el piso restaurante. / AINHOA GOMÀ
¿Dónde está We Pop? En una peluquería de Barcelona. ¿Cómo? Bueno, en un salón de belleza en un piso de Paseo de Gracia, en el que se hacen cosas variopintas. Una de ellas es este restaurante efímero-clandestino, que sólo abrirá de jueves a domingo durante el mes de marzo. ¿Cómo se transforma una peluquería en un restaurante? Retirando las sillas, poniendo mesas con manteles de cuadros y montando una minicocina en una habitación. Pues entonces la comida no será muy complicada. Sí y no. En We Pop sirven un plato fijo compuesto de un bocadillo o taco de pulled pork, tres costillas de cerdo con salsa barbacoa, ensalada de col y guacamole. Las carnes, que están asadas al horno durante un montón de horas, están ya preparadas y se calientan en el momento. ¿Quién las hace? Unos expertos: la gente de CreOlé, que hace vende y hace cáterings con este tipo de carnes a la barbacoa americanas. Yo pude probarlas el miércoles y están muy buenas: supersabrosas, tiernas y perfectas para comer con las manazas.



AINHOA GOMÀ
Todo muy gringo, vamos. Sí, pero con carne local comprada en un matadero de Vic. Todos los productos que sirven en We Pop son de proximidad, lo que es un punto a favor. Otro es que el jueves tienen a Miguel Ángel Palau, del 41º, preparando cócteles; y que el domingo sirven vermut, hay venta de ropa de segunda mano y habilitan un espacio para niños. Costará un pastón, claro. Pues no. Son 20 euros el plato combinado, con una cerveza o una copa de vino y postre (brownie, tarta de queso o de zanahoria de Crustó) incluidos. Un precio muy razonable para lo que dan, y más teniendo en cuenta de que comes en un lugar que no se parece demasiado a un restaurante convencional.
We Pop. Paseo de Gracia, 26, 1º, Barcelona. Hasta el 31 de marzo, ueves, viernes y sábados de 21.00 a 01.00, y domingos de 13.00 a 17.00. Para reservar, escribir a reservas@we-pop.com.
February 27, 2013
Haz tu propia cerveza

Family Beer: tú te la guisas, tú te la bebes. / EL COMIDISTA
La Casa Blanca hizo pública en septiembre la receta de su cerveza casera. Respondía así a una petición popular firmada por más de 12.000 personas que, cuando supieron que en la cocina de la residencia del presidente de EEUU se estaba produciendo esta bebida, quisieron conocer la fórmula utilizada. Las cantidades de diferentes maltas, lúpulos y el toque de miel producida en las propias colmenas de la finca quedaron al descubierto para que cualquier aficionado pudiera elaborar su réplica.
La fiebre del home brewing, que como véis ataca hasta a los Obama, no sólo se extiende por Norteamérica, sino que también ha prendido ya en los países europeos con más tradición cervecera como Alemania o el Reino Unido. Aunque en España la epidemia aún es incipiente, existe ya un buen puñado de alquimistas amateurs, posiblemente estimulados por el boom de la cerveza artesana fabricada por pequeñas marcas como La Cibeles, Montseny, Pagoa o San Amaro.
Para salirte de la Mahou, la San Miguel o la Estrella del bar de abajo y divertirte un rato fabricando tu propia birra, no necesitas ni grandes montajes ni conocimientos enciclopédicos. Al menos esa es la sensación que llevas de un lugar como Family Beer, la primera tienda española de la que tengo noticia dedicada a vender todo lo necesario para elaborar cerveza en plan aficionado. Tanto en su local físico en el barrio de Gràcia de Barcelona como en su página web, puedes comprar kits para la fermentación, filtrado y embotellado, ingredientes (maltas, lúpulos y levaduras), mezclas con sabores tan apetecibles como hojaldre de canela y manzana o mandarina de la China y accesorios diversos.
"La ola de la cerveza casera empieza a formarse justo ahora, cuando la gente
empieza a estar informada de que hay otras opciones más allá de la
industrial", explica una de las socias del negocio, Sílvia Navarro Jordan. "No sé cuánta gente estará elaborándola en este momento; creo que muy poca respecto a la que
la va a hacer en un futuro. Pero primero hay que informar de que es sencillo y divertido hacerla en casa".



La tienda del aprendiz de cervecero. / EL COMIDISTA
Family Brew abrió hace menos de tres meses, después de que Navarro supiera del auge de la cerveza casera en Bélgica y Holanda a través de su cuñado David. "Nos dimos cuenta de que había un público al que le podía interesar tanto como a nosotros el tema, que toda la venta se hacía online y que las explicaciones de elaboración eran de todo menos sencillas. ¡Esa podía ser nuestra oportunidad!". Para empezar desarrollaron un kit propio de elaboración que, según esta barcelonesa de 39 años, "ha tenido una aceptación increíble como regalo". Desde luego, no es el armatoste que uno se imagina necesario para fabricar cerveza, y no parece amenazar con expulsarte de casa por falta de espacio.
Sílvia y su socio, Peio, pretenden que la tienda enseñe a los neófitos y ayude a mejorar a los experimentados a través de cursos, catas y actividades. Personalmente, tengo dudas respecto a mis posibilidades de fabricar una cerveza decente en casa sin tener ni idea, pero Navarro asegura que "si tienes una buena receta, buenos ingredientes y respetas mínimamente el proceso, es muy fácil".
Tal como lo cuenta, el proceso para elaborar cerveza casera con cereales malteados, sin extractos o jarabes, no suena complicado. Primero hay que macerar las maltas en agua de una hora a dos horas a una temperatura de unos 65ºC, filtrar el mosto a través del grano un par de veces y hervirlo de hora a hora y media. Durante el hervor se añaden los lúpulos de amargor, sabor y aroma y especias u otros ingredientes si la receta los lleva. Después se enfría el mosto hasta los 21ºC y se mete en el fermentador junto a la levadura. Se tapa con un tapón y una trampa de aire que libere el CO2 que crea la levadura y se deja en un sitio tranquilo y oscuro durante 14 días. Por último, se embotella y se deja reposar 14 días más... y ya está lista para tomar.
Cuando le planteo si existen riesgos de intoxicación si la pifias en algún paso, Navarro insiste en que lo peor que puede pasar es que las bacterias ("a las que también les encantan los azúcares") estropeen el mosto y "la cerveza tenga un sabor raro u horrible". "Aunque la tomaras no pasaría nada". Respecto a posibles daños en el bolsillo, tampoco parece que la cerveza casera pueda causar grandes destrozos, porque el litro sale por unos dos euros. Eso sumado a lo que te pueda costar el disfraz de monje de abadía belga, que a mí se me antoja imprescindible para meterme en estos menesteres.
February 26, 2013
Alcachofas con habas y menta

O te derrites delante de estas alcachofas, o no tienes sentimientos. / AINHOA GOMÀ
Si necesitas un plato que no puedas cocinar en ningún otro momento del año más que en éste, deja de buscar. Es en estos días cuando se produce el acontecimiento planetario de la coincidencia entre las temporadas de las alcachofas y de las habas. Pero no de unas habas cualquiera, sino de las primeras, las que todavía son pequeñitas y tiernas, como si aún no hubieran tomado anabolizantes para convertirse en musculocas.
Para la receta de hoy sólo debes encontrar unas buenas alcachofas (es decir, con las hojas pegadas al cuerpo, y que cuando las toques estén prietas y no parezcan huecas) y unas habas frescas (también se puede tirar de congeladas, siempre que no sean ejemplares tamaño judión de La Granja). La menta es un aderezo bastante obvio en el plato, ya que es amiga íntima del haba y se lleva razonablemente bien con la alcachofa. Y por si queréis desvegetarianizar el plato, propongo añadir un poco de cecina picada.
En cuanto a la preparación, no hay más misterio que el de confitar las verduras en aceite, un proceso milagroso que ablanda el hollejo de las habas y nos evita el tostón de quitarlo. Las alcachofas, eso sí, ganan 20 puntos si después del confitado les damos un toque de plancha para dorarlas. Quizá la receta os parezca demasiado escueta en sus ingredientes, pero de verdad que no necesita más para resultar no sólo deliciosa, sino bastante especial gracias a la técnica empleada.
Dificultad
Más simple que una explicación de Cospedal.
Ingredientes
Para 4 personas
10-12 alcachofas
300 g de habas (el doble si están en su vaina y las sacas tú)
2 cucharadas de cecina picada (opcional)
1 manojo de menta
Aceite de oliva suave
Sal en escamas
Preparación
1. Poner aceite abundante en una cazuela (unos dos o tres dedos).
2. Quitar las hojas exteriores de las alcachofas hasta que veamos que la
base es de color amarillo claro. Pelar los tallos sin separarlos de la flor. Cortar la punta de ésta. Cortar la alcachofa en dos trozos verticalmente y vaciar de pelitos el interior de cada uno con una cuchara. Pasarlos inmediatamente a la cazuela cuidando de que se impregnen bien de aceite para que no se oxiden.
3. Añadir las habas y cuatro hojas de menta, y cocer a
fuego mínimo controlando la temperatura no suba (que no hierva ni burbujee en exceso) hasta que estén
hechas pero no blandurrias, unos 45 minutos. Dejar enfriar en el
mismo aceite. Hasta aquí se puede hacer con antelación.
4. Picar el resto de la menta hasta conseguir unas 4 cucharaditas.
5. Justo antes de comerlas, escurrir muy bien las alcachofas y las habas, desechar las hojas de menta de la cocción y reservar el aceite para otras preparaciones. Dorar las alcachofas en una sartén bien caliente un minuto por cada lado. Recalentar las habas en la misma sartén. Servir con escamas de sal por encima, la menta picada y, si se quiere, la cecina.
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