Andrés Accorsi's Blog, page 194

April 10, 2013

10/ 04: JINX

No confundamos excelente con importante. Jinx no es una historieta excelente, ni cerca. Y sin embargo es muy importante, por muchos motivos. Me parece que lo más llamativo es observar cómo Brian Micheal Bendis, en uno de sus primeros trabajos de mediados de los ´90 en una editorial chiquita, ya tenía clarísimo su estilo. Tanto, que lo lograría imponer (sospecho que no sin cierta resistencia) en varios de los proyectos más importantes que encararía en años posteriores para editoriales más grossas. En Jinx está el gen de Alias, claramente, y de muchos de los recursos que Bendis desplegó en proyectos como Powers, Daredevil, o Hellspawn. El “estilo Bendis” de escribir comics, esa onda Quentin Tarantino, de climas cercanos al hard boiled pero moderno, con diálogos larguísimos, muy reales, que convierten a las secuencias del comic casi en pequeñas obras de teatro, con conflictos cotidianos mezclados con pequeños chispazos de aventura que muchas veces no son lo que más le interesa al guionista... todo eso ya estaba en estas historietas que Bendis escribía (y dibujaba) en la editorial Caliber, cuando no lo conocía ni el loro.
Por supuesto, Jinx tiene el mismo “problema” que las obras más recientes del pelado: está infinitamente estirada. En un poco más de 400 páginas, Bendis cuenta una historia que, si me permitís la exageración, se podía contar en un unitario de 16 páginas de esos que escribía Walter Slavich en la Skorpio. La trama posta (la búsqueda de un auto con casi tres palos verdes en el baúl por parte de Jinx y su amigovio Goldfish) arranca cuando van más de 100 páginas de... casi nada, y desde ahí hasta el final avanza como si reptara, con prolongadas interrupciones en las que Bendis se cuelga contando otras cosas, con muchísimas disgresiones en las que cobra chapa un tercer personaje (Columbia, un malviviente amigo de Goldfish), etc. Por supuesto, Bendis estira con dos “excusas” que le salen bárbaro: el clima (sórdido, espeso, pero con lugar para el slice of life y los chistes) y los diálogos, que –como siempre- son extraordinarios. Ese oído descomunal para los diálogos del guionista (y su abuso de las puteadas) seguramente es lo que más debe haber sorprendido en su momento a los lectores de sus primeras obras.
Jinx es de la época en la que Bendis todavía dibujaba sus propios guiones, cuando todavía jugaba a ser un autor integral. Y como dibujante era medio choto, pero no impresentable. El pelado de Cleveland fue uno de los precursores en la onda de no dibujar fondos, sino mandar fotos mínimamente retocadas, cosa que en su momento más de uno le criticó, sin saber que eso que en 1995 era la excepción, hoy sería la regla. Para los personajes, Bendis no afanaba fotos: las sacaba él mismo. Armaba una especie de fotonovela, y a partir de las imágenes de las fotos, metía un laburo de tintas MUY zarpado, a años luz de los ínfimos retoques que hoy le meten a las fotos las legiones de Juan Carlos Flicker. Fanático de la onda oscura y espesa, Bendis terminaba por emparentarse mucho más con los grossos del claroscuro, en imágenes que recuerdan a la mejor época de Josep Ma. Beroy, a David Lloyd, al Tony Harris más zarpado, o a cosas que años más tarde le veríamos a Danijel Zezelj. Ojo, no siempre. También hay dibujos bien del montón, casi siempre disimulados por una muy buena planificación de las páginas.
Dentro de este masacote, Bendis prueba dos cosas raras: una breve secuencia en la que dibuja como Sal Buscema, burda pero efectiva parodia a los comics de Marvel de los ´70 y ´80, y un tramo bastante más largo, en el que narra un flashback al pasado de Jinx y –para diferenciarlo del resto de la obra- se va a un estilo mucho más basado en el collage de fotos, a las que casi no retoca. Obviamente es el tramo más feo de mirar. Y finalmente nos muestra un fragmento de un cuento fantástico escrito por Jinx, que no lo dibuja él, sino el talentoso Michael Gaydos, desconocidísimo en aquel entonces, pero ya con un estilo personal, sugestivo, mucho más agradable a la vista que esas páginas de Bendis saturadas de negro y con las viñetas muy chiquitas, o repetidas una y mil veces.
Con su sobrecarga de violencia urbana, chumbos, garches y traiciones, con su atmósfera tarantinesca y dark, sus diálogos afiladísimos y sus personajes bien trabajados, Jinx fue una historieta de culto en los ´90, que los fans de Bendis de aquel entonces le refregaron después por la cara a los que descubrieron al autor cuando se convirtió en estrella. Eso no la hace excelente –repito- pero sí importante. Igual se deja leer, no es un horror ni mucho menos.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 10, 2013 18:01

April 9, 2013

09/ 04: VARUA RAPA NUI Vol.1

Se termina esta recorrida por la historieta latinoamericana reciente y la última escala es en Chile, casualmente el próximo país de nuestra región al que voy a visitar. Como me pasó el otro día con Quartier Western, no alcanza con viajar al centro de Chile: este libro viene de más lejos, de la enigmática Isla de Pascua, territorio del país vecino, pero ubicado casi a mitad de camino entre Sudamérica y la Polinesia. Parece una joda, pero no. En la Isla de Pascua también se editan historietas.
¿Y de qué habla esta historieta? De cómo se pobló esta remota islita en el medio del Océano Pacífico. Es algo que, a nivel científico, todavía no se pudo corroborar con precisión. Pero claro, siempre existe la mitología, la tradición oral, y esta es casi siempre mucho más divertida y generosa que las conclusiones a las que llegan los historiadores. Varua Rapa Nui es la primera de una serie de cuatro historietas pensadas para recrear en forma de epopeya gráfica el pasado de la Isla de Pascua, de la mano de la guionista (y antropóloga) Bernardita Labourdette y el dibujante Ismael Hernández.
Labourdette se esfuerza mucho para que esto no se parezca en lo más mínimo a la típica historieta histórica, ceñida a los hechos tal como los narran los libros. Y le sale muy bien. Varua Rapa Nui se lee como una saga 100% fantástica, con buenos, malos, aventuras, runflas, maleficios, conjuros, escenas de altísimo impacto visual, y un ritmo frenético que no se empantana nunca en detalles chiquitos sobre la cultura de los protagonistas. Sólo sabemos lo importante de estos muchachos de la Polinesia: su isla, Hiva, se está por ir a la B a causa de las erupciones de un volcán y los maremotos, y los pobladores deben encontrar una nueva tierra donde empezar de cero. Algo nos muestra Labourdette de su religión, su sistema político y sus técnicas de navegación y cultivo, pero muy al pasar, y sólo lo indispensable. El resto es aventura pura, con la grandilocuencia de cualquier saga grossa de fantasía épica.
La única cagada es que la historieta se hace corta. Son sólo 44 páginas, varias de ellas con muy poquito texto, casi todas con pocas viñetas, y uno llega al final con la sensación de haber leído poco. Claro, es la primera parte de una saga. Eventualmente saldrán (supongo yo) los tres libros que faltan para que Varua Rapa Nui se pueda leer en forma completa. Por ahora, esta primera parte me dejó con ganas de más.
¿Cuál es la parte positiva de una historieta descomprimida, con pocas viñetas por página? Que se luce mucho más el dibujo. Ismael Hernández no es exactamente un virtuoso, pero sí un dibujante muy competente, interesante, con varios puntos altos a destacar. Ante todo, la originalidad: no es el enésimo “clon de” y eso, entre los dibujantes latinoamericanos de estilo realista, sin duda es una novedad muy bienvenida. El tratamiento del color también me pareció excelente, con una paleta acotada a blanco, negro, sepia y rojo, potenciada con unas aguadas a veces sutiles y a veces de gran power. Y lo más llamativo: la puesta en página. Sin entorpecer jamás el fluir del relato, Hernández se juega a desplegar las viñetas de modos absolutamente experimentales, y siempre sale bien parado, con puestas que nos asombran, nos meten aún más en el relato y subrayan todo el tiempo la envergadura, la fuerza, el cariz épico de lo que nos narra el guión. Es así. Cuando manejás tan bien los recursos narrativos que ofrece la planificación de la página, no necesitás ser... Juan Giménez para que el lector se cebe mal con tu dibujo.
Quiero más historietas sobre los misterios de la Isla de Pascua, tema poco explorado y de indudable riqueza para generar buenas historias. Quiero saber cómo carajo sigue la aventura del pueblo de Hiva y su exilio forzado a través del Pacífico. Y quiero más historietas dibujadas por Ismael Hernández, para verlo dibujar otra cosa que no sean isleños, canoas, olas y hechiceros esperpénticos con la chota al aire. Este primer libro es de 2012, así que por ahí tengo que esperar unos meses más. No calienta, me parece que vale la pena, que Varua Rapa Nui es una de las series realmente grossas que tiene hoy el comic chileno. En Argentina esto no se consigue ni a palos, pero si estás en Chile, no dejes de buscarlo.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 09, 2013 18:17

April 8, 2013

08/ 04: MISS DON´T TOUCH ME Vol.1

De nuevo me toca acompañar a una chica virgen a un prostíbulo de lujo. Esta vez la historieta se llama Miss Pas Touche, y salió originalmente entre 2006 y 2009, en cuatro tomos, editados en Francia por Dargaud. Por suerte en EEUU la editorial NBM tuvo el buen tino de editarla en sólo dos tomos, más voluminosos y muy accesibles.
El guionista es Hubert, legendario (y eximio) colorista, que por supuesto acá no desinstala el Photoshop para instalar el Word, sino que se hace cargo de ambas tareas. No sé cómo termina la historia, porque este Vol.1 trae sólo la mitad, pero lo que leí hasta ahora es increíblemente bueno. Parece un guión de Carlos Trillo, no de un colorista francés. La reconstrucción de época está perfecta (París, década del ´30), la construcción y el desarrollo de los personajes están bárbaros, los diálogos también, el misterio está llevado con talento y astucia, no falta la cuota de mala leche y sordidez y lo más importante: las escenas no se alargan al pedo, ni se cortan caprichosamente antes de que pase lo que tiene que pasar. Creo que entre todos los hallazgos de Hubert, ese es el más notable: el formidable manejo de los tiempos del relato, detrás del cual se nota una planificación milimétrica de cada escena, como sólo un guionista afiladísimo puede hacerlo.
La consigna (la chica virgen en un prostíbulo cheto) nos remite enseguida a Sakuran, el manga de Moyoco Anno que vimos el mes pasado, pero hasta ahí llegan las coincidencias. Blanche no llega al Pompadour como víctima de una red de trata, sino que se manda por su propia voluntad, convencida de que ahí va a encontrar pistas que le permitan esclarecer el brutal asesinato de su hermana. Así es como Hubert nos cuenta, por un lado, como vivían las putas de lujo en la París de los años ´30, y por el otro cómo se las ingenia Blanche para, con poquitas pistas, llegar a la verdad. Lo mejor es que se equivoca bastante, porque no es detective, es una chica que trabajó toda su vida de mucama en la casa de una señora bianuda y garca, que a la primera de cambio la rajó a la mierda. Por suerte, otros personajes que la tienen bastante más clara que Blanche se involucrarán en la investigación y la verdad terminará por salir a la luz, de modo bastante truculento.
Por otro lado, lo que también llama mucho la atención es cómo Blanche se mete en la boca del lobo, pero logra imponer sus propias reglas: ella no es prostituta y no permite que nadie la manosee ni mucho menos que la desvirguen. Vos estás todo el tiempo tenso, alerta, esperando el momento en el que algo salga mal y Blanche termine abierta de gambas, pero no. Hubert hace malabares, juega a full con el morbo y banca (por lo menos durante más de 90 páginas) la consigna de que la protagonista es una virgen intocable en el medio de un prostíbulo donde pasa de todo.
El dibujo de Kerascoët (que como ya conté en la reseña del 25/08/10 se trata de una dupla autoral integrada por Marie Pommepuy y Sébastien Cosset) peca un poquito de pegarse mucho a la estética de Joann Sfar. La faz gráfica de estos álbumes es muy similar en muchísimos aspectos a lo que vimos, por ejemplo, en El Gato del Rabino, o en Grand Vampire. Y está todo bien, porque son historietas magistralmente dibujadas, pero me queda claro que los Kerascoët pueden pelar imágenes y trazos menos tributarios de los trabajos del maestro Sfar. Fuera de la falta de originalidad, la dupla se cansa de acumular logros, de los cuales el más destacable es las pilas que le ponen a esas viñetitas microscópicas, a las que cualquier otro se sacaría de encima con dos pinceladas chotas, “total no se van a ver”. Miss Pas Touche tiene muchísimas páginas de más de 10 viñetas (unas cuantas de 14!) y en todas están plasmados al detalle los rasgos faciales, el vestuario, la decoración, los fondos, como si fueran splash pages. Pobre Hubert, se debe haber querido matar cuando tuvo que colorear todos esos detallitos minúsculos en cada una de esas estampillitas con globos de diálogo.
Esta es una historia muy zarpada, muy inteligente, con un equilibrio perfecto entre lo visceral y lo cerebral, entre la sofisticación y la salvajada. Hay asesinatos terribles, torturas, descuartizamientos, violaciones, sadomasoquismo, drogas, corrupción policial, altos mandatarios revolcados con putas y travas, y una heroína más valiente que brillante, dispuesta a consumar una venganza muy jodida, con muchas más posibilidades de ser boleta que de cumplir con su objetivo. No tengo idea de qué se guarda Hubert para la segunda mitad, porque acá resuelve muchísimas puntas argumentales, si no todas. Pronto me voy a enterar: este tomo me dejó tan cebado que dudo que aguante muchos días sin entrarle al Vol.2.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 08, 2013 18:40

April 6, 2013

06/ 04: HOY NO HAY NADA

Y mañana tampoco.
Arrancó la Temporada de Eventos y en un ratito me voy para una nueva edición de Dibujados, el encuentro de historietistas, ilustradores y guionistas que además es el evento de historieta más copado de la ciudad de Buenos Aires. Esta vez la cita es hoy y mañana, de 14 a 21 hs, en una nueva sede: el Espacio Aparte, que queda en Riglos 339.
Como ya es costumbre, se desarrollarán charlas con dibujantes, clínicas de historieta, talleres, feria de fanzines y publicaciones independientes, dibujo en vivo y la exposición "Ochenta´s" con trabajos de diversos dibujantes.
La entrada es gratuita, pero se solicita alguna donación en alimentos, útiles, libros, etc. para colaborar con instituciones benéficas.
Si estás al pedo, venite. Posta, es lo más lindo que tenemos en materia de eventos centrados en la Historieta Argentina.
Si no, todo bien, retomamos el lunes.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 06, 2013 08:17

April 5, 2013

05/ 04: 2001 NIGHTS Vol.2

Vuelvo al encuentro de uno de los mangakas favoritos de este blog, para reseñar la segunda parte de una trilogía, cuya tercera parte comentamos allá por Junio del año pasado.
Por suerte, leerlas en cualquier orden no les resta encanto a las historias. Yukinobu Hoshino construye estos relatos de modo autoconclusivo, aunque claramente insertos en un contexto mayor, más ambicioso, que permea a todas las historias del libro. En este segundo tomo, la Humanidad acaba de perfeccionar las técnicas de viajes hiperespaciales y, con los recursos naturales de la Tierra casi exhaustos, comienza a explorar otros planetas, en busca de alguno más o menos apto para albergar y abastecer a colonias de humanos. De eso se tratan estas siete historias, de adelantados, de exploradores, de terrícolas lanzados a planetas remotos con la misión de encontrar atmósferas, climas y suelos que en pocos cientos de años puedan alterarse hasta permitir la vida humana. Hay aventuras, pizcas de romance, y sobre todo ciencia-ficción de la dura, de la que pela sesudas explicaciones para todo. Hoshino demuestra un conocimiento devastador de astrofísica, de ecología, de geología, de todo lo que define las características de un planeta. Y aún así, el trampolín es siempre la imaginación. Veamos qué onda las historias.
La primera historia podría limitarse a contar de dónde sacan los humanos la tecnología para viajar por el hiperespacio, pero no. Hoshino le agrega una trama paralela, un slice of life pachorro y melancólico, protagonizado por la piloto Ellie Myu y su padre, el científico que desarrolló el primer motor para viajes hiperespaciales. El combo entre la faceta más épica y la más humana funciona muy bien y va a ser un elemento común a casi todas las historias del tomo.
La segunda es muy rara. Arranca con una primera parte medio golpebajera en la que la protagonista es una nave espacial y levanta grosso en la segunda parte, cuando nos centramos en la expedición liderada por Robinson para hacer habitable un planeta lejano. Es una historia de exploración e introspección, sin espacio para la machaca. La tercera, Medusa´s Throne, es todo lo contrario: tres expediciones, tres encuentros con cosas muy raras y muchísima acción en un planeta que definitivamente no podrá ser colonizado.
La siguiente historia nos lleva a un nuevo planeta donde los intentos de colonización fracasarán porque dos facciones distintas de terrícolas, los de la Unión Americano-Japonesa y los de Eurasia, confrontarán en vez de aunar esfuerzos. Es un relato lleno de escenas fuertes, de imágenes alucinantes y muchísimos bloques de texto de increíble vuelo poético narrados en primera persona por... el propio planeta donde transcurre la acción. En la quinta historia también, las dos facciones humanas tienen un roce medio áspero, pero ya aprendieron a colaborar y pronto liman asperezas. Acá el autor se manda una hermosa reversión de Romeo y Julieta, y además permite que se cuelen por la ventana la esperanza, la concordia y el humor.
La sexta historia es tensa y electrizante. Acá no hay exploración, simplemente un conflicto, que amenaza con destruir no sólo a la nave de los protagonistas, sino a la galaxia entera. Se trata de un agujero negro viviente, con capacidad de adaptación y hambre voraz, y si se junta con otro agujero negro (como el que propulsa a la nave humana) se pudre todo, mal. Y terminamos con la historia más aventurera, más dinámica, más ganchera. Elliptical Orbit, sin bajarse de la onda elegante de todo el tomo, tiene muchísima machaca, muchos diálogos graciosos y hasta una mina ligera de ropas a la que más de un muchacho le quiere explorar la atmósfera. Ah, y un giro brillante al final, que jamás te ves venir.
El dibujo de Yokinobu Hoshino brilla en este trabajo de mitad de los ´90 tanto como en todos los que ya vimos anteriormente en el blog, así que no tiene mucho sentido que me extienda en la enumeración de sus logros. Estamos frente a un monstruo, a un superdotado, a un distinto, que no deja de emocionarte ni de maravillarte ni en una sóla viñeta.
2001 Nights no sólo le va a gustar a los fans del manga, o de la ciencia-ficción. Le sobra magia y calidad para atrapar a cualquier lector que busque buenas y historias y dibujos gloriosos, más allá de épocas, géneros y estéticas. Papa fina de acá a Beta Hydri Cinco.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 05, 2013 13:54

April 4, 2013

04/ 04: THE TRIAL OF CAPTAIN AMERICA

Ah, bueno... Acá estaba la pulenta. Olvidémonos rápidamente del tomo anterior. Una vez que leés este, el tomo anterior se convierte en la nada misma, un ínfimo footnote en la historia, apenas ese segundo en el que alguien aprieta el gatillo para activar algo. Lo grosso pasa todo acá, en un tomo al nivel de lo mejor que escribió Ed Brubaker en sus muchísimos años al frente de Captain America.
El secreto no es más secreto. Ya todo el mundo sabe que bajo la máscara del Capitán está Bucky Barnes, quien durante la Guerra Fría fuera un implacable asesino al servicio de la Unión Soviética, responsable de crímenes escabrosos. Bucky está casi tranquilo: sabe que su mente había sido borrada primero y controlada después por los rusos y que nada de lo que hizo fue por su propia voluntad. Pero lo hizo con su cuerpo, con su habilidad. Y por eso se entrega a las autoridades para que lo juzguen. Esto desata un mega-circo mediático impresionante, donde los opinólogos de los noticieros se dedican a crucificar públicamente a Bucky y el único que lo defiende es Steve Rogers, ahora Comandante en Jefe de todas la fuerzas de seguridad de los EEUU y mano derecha del presidente Barack Obama. “A los medios no les interesa la verdad, sólo el rating”, sentencia Rogers en una escena monumental.
Para complicar más las cosas, Sin (la demencial hija del Red Skull) se fuga del manicomio y arma una arriesgada movida para forzar a Bucky a escapar de la policía y volver a la acción, cosa que el ex-compañerito del Capi logrará con la ayuda de... no te lo puedo contar. No son sus amigos de siempre, Falcon y Black Widow. Ni su abogada en el juicio, Bernie Rosenthal, un personaje creado en la breve etapa de Roger Stern y John Byrne (ver reseña del 19/04/11) como interés romántico de Steve, al que Brubaker rescató del pilón de los back issues. Con el plot de Sin, el guionista logra mechar excelentes escenas de acción en el medio de episodios repletos de cabecitas que hablan en oficinas y juzgados. Que igual son un deleite, porque los diálogos son formidables y porque todo el tiempo Brubaker le saca filo al dilema moral de Bucky, a sus ganas de hacer lo correcto, a su carrera de obstáculos hacia la redención. Sumémosle el ingrediente de los medios de comunicación, las reacciones de los Vengadores que no sabían nada del pasado de Bucky, el glorioso regreso del Profesor Faustus y un giro inesperado en el final, y tenemos una saga realmente memorable. Y con un epílogo raro, en el que reaparece un Nick Fury (que llevaba varios tomos alejado de esta serie) más rosquero y manipulador que nunca.
Por el lado del dibujo, de nuevo tenemos en casi todo el tomo a Butch Guice, en su estilo más oscuro, más realista, con muchísima referencia fotográfica (no hay un sólo fondo que no sea una foto mínimamente retocada) y cada tanto, algún homenaje a Jack Kirby medio descolgado. Acá Guice comparte tareas con Stefano Gaudiano, que viene más del palo de Michael Lark, otro maestro de la línea realista, dark y de la onda “ni en pedo te dibujo un fondo”. Por suerte a Guice lo dejan zarparse en las peleas, donde ahí sí, la anatomía explota, se descontrola, y esto parece más un comic que una fotonovela. En el primer episodio está de invitado el astro español Daniel Acuña, que también es bastante Juan Carlos Flicker, pero la recontra pilotea con su personalísima forma de colorear, que le suma muchísima onda a los dibujos. Y el epílogo le tocó a Mitch Breitweiser (que algo había mojado en el tomo anterior), un dibujante correcto, que no descolla pero que por lo menos dibuja mucho más de lo que afana de fotos. También, es otro dibujante de trazo adusto, de pinceladas fuertes, onda Lark, David Ajá, o el Lee Weeks más suelto, más salvaje.
Es un lástima (por no decir un bochorno) que toda esta movida que arma Brubaker en este tomo (y que supongo que se terminará de cristalizar en el próximo) para que Steve Rogers vuelva a ser el único y legítimo Capitán América, responda no a una necesidad del guionista, sino a una imposición de la editorial, pensada para acompañar el lanzamiento de una película. Si la saga no estuviera tan, pero tan bien escrita, me darían ganas de rebolear el TPB a la mierda y no leer nunca más un comic del Capi. Por suerte, con Bucky, con Steve o con cualquier croto que se ponga la capuchita con la “A”, mientras esté Brubaker, hay garantía de grandes historias. Ese disfrute le gana a la indignación por el manoseo editorial y por eso le hago el aguante a esta serie.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 04, 2013 12:56

April 3, 2013

03/ 04: SABADO (SOUVENIR DE LA B)

De las noticias impredecibles e impactantes que nos sacudieron en 2011 (la muerte de Trillo, el reboot de DC, el 54% de Cristina, etc.), hubo una particularmente extraña y rica para el análisis e incluso para la joda: el descenso de River a la B Nacional, algo que sin duda ningún fan del futbol creyó jamás que sucedería, o por lo menos que uno lo vería con sus propios ojos, en vivo, en directo y desde la comodidad de su hogar. Pero sucedió, y el otrora poderoso Millonario de Núñez, campeón infinitas veces de toda clase de torneos nacionales e internacionales, de pronto tenía que jugar con Patronato, Desamparados, Defensa y Justicia y Brown de Puerto Madryn.
La campaña de River en la B, esos 38 partidos que terminaron con los gallináceos de Matías Almeyda nuevamente en Primera, quedó plasmada en un libro casi de historietas. Sábado, en el que el diseñador gráfico, dibujante e hincha millonario Esteban Serrano cuenta desde su óptica personal lo que vivió con cada uno de los partidos de River, es una recopilación de páginas originalmente subidas a la web, cada lunes después de cada fecha. El libro arranca con un texto del mismísimo Enzo Francescoli y nos invita a recorrer, a repasar, a no olvidar, esa extraña temporada 2011-2012 en la que Boca festejó otro Clausura y la Copa Argentina, Arsenal ganó su primer Apertura (el último) y River, con mucho esfuerzo y más de un sobresalto, salió campeón de la B.
¿Por qué digo que se trata de un libro “casi de historietas”? Porque si bien Serrano arma cada plancha como una página de historieta, prácticamente no recurre al relato secuencial. Cada página (o sea, cada crónica de cada partido) se compone de 24 viñetas bastante independientes entre sí, que muchas veces parecen 24 fotos de distintas cosas, puestas una al lado de la otra. Hay bastantes excepciones, por suerte, y muchas de ellas son excelentes, como la del segundo partido contra Gimnasia de Jujuy, en la que Serrano rompe la grilla de las 24 viñetas para deleitarnos con un brillante tributo a la figura de David Trezeguet. A veces hay historietas en el sentido más purista del término, a veces varias de las 24 viñetas sólo tienen textos... en general todo se lee de modo bastante más raro que una historieta “tradicional”.
Me interesa subrayar un par de cosas: por un lado, cuando digo que las 24 viñetas “muchas veces parecen 24 fotos”, alguno pensará que estamos hablando de un dibujo hiperrealista, o del enésimo Juan Carlos Flicker. Nada que ver. Serrano es un dibujante de estilo naïf, con un trazo amistoso, muy sintético, casi caligráfico, muy bien apoyado por un criterioso uso del color (rojo). Por otro lado, los textos no son una crónica periodística, ni una adaptación al comic de los relatos de los partidos. Son apreciaciones muy personales, a veces casi crípticas, con mucho vuelo poético, con mucha emoción por parte del autor. Eso, sumado a la frecuente “desconexión” entre las viñetas, me hizo acordar mucho a las Postales de Rep. Obviamente salvando las distancias, porque acá todo gira en torno a un único tema, que son los partidos de River y las reflexiones, las alegrías, tristezas, dudas y esperanzas que el equipo de Almeyda le generan al autor. O sea que con algo tan potencialmente burdo, prosaico y hasta grotesco (y si no, volvé a mirar el mega-famoso video del Tano Pasman) como el descenso de uno de los dos gigantes de nuestro futbol, también se puede crear algo gracioso y a la vez elegante, elevado, sentido, con fanatismo y pasión, pero también con lirismo y magia.
Si sos fan de la historieta argentina, por ahí esto te puede llegar a resultar un poquito alienígena. No es una epopeya deportiva, no es un documental, no es un slice of life protagonizado por un hincha de River... no es nada de lo que te imaginás. Igual está muy bueno para conocer a un autor completamente atípico, como es Esteban Serrano. Y si sos uno de los millones de hinchas riverplatenses que putearon, lloraron, sufrieron, se ilusionaron, cortaron clavos con el orto, gastaron la calculadora haciendo cuentas y finalmente festejaron durante el año en que River estuvo en la B, no dejes de buscarlo, porque te vas a sentir muy identificado y lo vas a atesorar para siempre. Creo que si saliera un libro de historietas sobre Racing en la B con esta calidad, yo me lo compraría de una, aunque me cuente partidos de hace casi 30 años (y tenga el doble de páginas que el de River).
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 03, 2013 10:40

April 2, 2013

02/ 04: QUARTIER WESTERN

Hoy no me quiero extender mucho, primero porque tengo poco tiempo y segundo porque sería casi una crueldad. Me encontré de casualidad con este libro porque su autor, Tehem, vino a Buenos Aires en Octubre a participar del festival Viñetas Sueltas. A este historietista (hasta ese entonces ampliamente desconocido en toda el habla hispana) se le ocurrió traer unos pocos libros para vender, y bueno, a mí me pareció atractivo y se lo compré. Me falta agregar que Tehem viene de la Isla de la Reunión, que como su nombre lo indica, es una islita cerca de Madagascar, parte del territorio de Francia. Y claro, el libro no sólo está en francés, sino que –como la historia transcurre en Saint Denis, capital de la Isla de la Reunión- los personajes no hablan en el francés de Francia, sino en un dialecto que incorpora rasgos de las lenguas nativas, llamado “creole”. O sea que es un libro prácticamente inconseguible, editado en 2010 en una islita que queda en la Concha de la Lora, y casi imposible de traducir por el tema del dialecto.
Lo peor de todo es que Quartier Western es una historieta EXCELENTE, una maravilla, una joya del Noveno Arte, que pone a Tehem en la lista de los autores más grossos que hay hoy, no sólo en Africa, ni en la lengua de Goscinny, sino en general, a nivel mundial. El dibujo es una mezcla perfecta entre Blacksad y La Mazmorra: los seres humanos tienen fisonomía animal y el estilo no es tan realista como el de Juanjo Guarnido ni tan suelto como el de Sfar y Trondheim. Tehem labura toda la obra a lápiz y le saca al grafito unas texturas alucinantes. Hay grisados, esfumados, degradés... Todo se ve tan bien que no sé si es 100% lápiz o si hay efectos logrados con Photoshop. Los personajes son super expresivos, los fondos están buenísimos, los detalles están cuidadísimos, los enfoques son variados, la narrativa fluye a la perfección... Posta, me volví loco sólo con hojear un poquito estas 120 páginas de historieta.
Y lo mejor de todo es el guión, un mecanismo de relojería brillante, digno de los más grandes guionistas del mundo. Las primeras seis páginas parecen una aventurita menor, autoconclusiva, en la que cinco personajes confluyen en el almacén de “el Chino”. Y a partir de ahí, Tehem nos invitará a seguir las historias de estos personajes por separado, para adelante y para atrás, y a mostrarnos cómo llegan al almacén del Chino, por qué hacen lo que hacen durante esa secuencia y a dónde van después. Cada historia complementa y enriquece a la anterior, le suma nuevas capas y hasta la hace avanzar, porque como todo sucede en un pueblito, los personajes inevitablemente se cruzan no una, sino varias veces.
Terminé de leer Quartier Western y lo volví a empezar, para ver si le encontraba algún error, alguna inconsistencia, algún parche medio alevoso, algún “pero”... No hay. Esto, amigo viñetófilo, es Historieta Perfecta. Oculta, inaccesible, semi-perdida en las márgenes. Pero capaz de hacer muy, muy feliz al que tenga el culo de encontrarla y la paciencia para leerla, ya que más del 75% de los diálogos están escritos en un francés deforme y bizarro, que al principio cuesta un huevo decodificar. Quiero YA más obras de Tehem.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 02, 2013 17:52

April 1, 2013

01/ 03: VENTAS DE MARZO, FERIAS DE ABRIL

En Marzo se vendió un poco más que en Febrero, pero no mucho más. De nuevo tuvimos un mes tirando a flojo, en el que no hubo títulos que arrasaran. Así es como, una vez más, todas las novedades del mes (que, sin contar las reediciones, fueron tres) lograron entrar al ranking de los más vendidos, sin demasiado esfuerzo y sin vender grandes cantidades de ejemplares. La cosa quedó así:
1) Cadáver Exquisito (Loco Rabia)
2) Términus Vol.2 (Términus)
3) Merci (De la Flor)
4) Coltrane (La Pinta)
5) Sol De Noche (La Duendes)
6) Términus Vol.1 (Términus)
7) Cuatro Cuentos (Común)
8) Periodicidades de un Tiempo Loco (Llanto de Mudo)
9) La Historieta Salvaje (De la Flor)
10) Historias de Bosquenegro (Comiks Debris)

De las novedades de Febrero quedaron en el Top Ten sólo dos, y la que más se la bancó fue Coltrane. El Vol.2 de Términus salió cerquita de fin de mes y no sólo vendió muy bien, sino que arrastró pedidos para el Vol.1. Seguro lo tendremos también entre los más vendidos de Abril.
Bien por Loco Rabia que se queda con el primer puesto de la mano de un título raro, mucho más experimental que hitero. Y notable lo de La Historieta Salvaje, un libro de $ 225 páginas, editado en Enero y con historietas de 1907-1928, que sigue ahí, generando buenas ventas y excelentes críticas.
No sé si tenerle fe a Abril. Van a salir muchas novedades, pero las más fuertes las vamos a empezar a distribuir cuando termine la Feria del Libro, o sea, ya entrado Mayo. Veremos qué pasa. Yo le ponía fichas a Marzo y no pasó casi nada, así que esta vez no arriesgo pronósticos.
Y aprovecho el post no-reseñístico para manijear a los dos eventos en los que voy a participar este mes: El 6 y 7 de Abril estoy en una nueva edición de Dibujados, acá en Buenos Aires, en un centro cultural que queda en Riglos 339. Como ya es costumbre, esos dos días se desarrollarán charlas con dibujantes, clínicas de historieta, talleres, feria de fanzines y publicaciones independientes, dibujo en vivo y una exposición con trabajos de 80 dibujantes. La entrada es gratuita, pero se solicita alguna donación en alimentos, útiles, libros, etc. para colaborar con instituciones benéficas. El evento va los dos días de 14 a 21 y como lógica consecuencia, no habrá reseñas nuevas en el blog ni sábado ni domingo.
El 18 de Abril me tomo un avión rumbo a Santiago de Chile, capital del país vecino, al que no visito desde 2008. Me toca participar (con stand y charlas) en la segunda edición del FIC (Festival Internacional de Comic), que tendrá lugar en la Sede San Joaquín, Vicuña Mackenna 4835, del 19 al 21 de Abril. Ahí estaremos junto a maestros como James O’Barr, Arthur Suydam, Eduardo Risso, Martín Canale, Renato Guedes, Tomás Giorello y destacados autores chilenos, como Alfredo Rodríguez, Francisco Ortega, Alan Robinson, Nelson Dániel y Gabriel Rodríguez, entre otros. La entrada es libre y gratuita, así que si sos de Santiago (o por ahí) no hay excusas para no venir. El viernes 19 no sé, pero el 20 y 21 seguro no habrá posts nuevos en el blog.
Atenti, entonces, amigos viñetófilos de Buenos Aires y de Santiago. Arranca la Temporada de Eventos y se multiplican las ganas de hacer lo que más nos gusta, que es encontrarnos para hablar de comics, conocer a los autores, disfrutar de las muestras y comprar papa fina a precios irrisorios. Veremos por qué otras latitudes nos lleva el vértigo eventístico durante 2013...
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on April 01, 2013 11:59

March 31, 2013

31/ 03: GREYSHIRT: INDIGO SUNSET

Allá por 2002, a Rick Veitch se le ocurrió meterse más a fondo en el mundo de Grayshirt, el personaje que co-creó junto a Alan Moore para la notable antología Tomorrow´s Stories. En aquella revista, Grayshirt protagonizaba breves historias de 8 páginas, muchas de ellas brillantes, en las que el Mago de Northampton y Veitch pelaban jueguitos narrativos imposibles en una especie de virulento upgrade de lo que solía hacer Will Eisner a principios de los ´40 en las historietas de 7 páginas de The Spirit. Y lógicamente, no había mucho espacio para narrar cosas más complicadas, ni para meterse a fondo en la psiquis del personaje y mucho menos en el entramado socio-político de Indigo, la ciudad donde transcurrían las historias.
Todo eso se revierte en este proyecto capitaneado por Veitch. Indigo Sunset se compone de 12 historietas y un montón de textos que imitan al diario de la ciudad y que nos brindan muchísima información sobre los personajes, incluso sobre personajes que aparecieron un par de viñetas en algún episodio de los publicados en Tomorrow´s Stories. Y la página de los chistes, en la que Veitch satiriza el mundo de las strips y los cartoons de los diarios yankis con inequívoca mala leche. Las historietas se dividen en dos grupos: Seis de ellas narran el pasado de Grayshirt, desde su niñez hasta que se consolida como EL justiciero de Indigo. Enseguida nos metemos con esta saga disfrazada de seis historias cortas. Por el otro lado, hay otras seis historietas realmente autoconclusivas, una escrita y dibujada por Veitch, una escrita por el maestro Dave Gibbons y dibujada por Veitch y las otras cuatro, escritas por Veitch y dibujadas por cuatro invitados de lujo: Russ Heath, John Severin, David Lloyd y Frank Cho. La única que realmente tiene mucho peso en la trama principal (la de las historias íntegramente realizadas por Veitch) es la que dibuja Heath, que además es la mejor. El resto no es “pa´dispriciar”, aunque la que dibuja Cho tiene un guión realmente flojito.
En la otra mitad del libro, donde no hay próceres invitados sino un sólo autor dispuesto a dejar la vida en una obra potente y personal, nos encontramos con estas seis historias del pasado que componen un relato magnífico. Acá no sólo Veitch explica a Grayshirt desde su origen, sino que cuenta una historia compleja y cautivante acerca de su familia, sus amigos, sus minas y esa extraña criatura que habita los subsuelos de Indigo. Mafiosos e intelectuales, alienígenas e historietistas, chantas de las Bellas Artes y cantantes de cabarulo, todo tiene que ver con todo y todo se interrelaciona, se entrelaza, se contagia con el clima intoxicante que Veitch le da a esta ciudad. Como si esto fuera poco, cada “episodio” de entre 13 y 18 páginas tiene su final, fuerte, impactante, o sea que se la re-banca leído por sí solo. Y cuando los leés todos juntos, mechados con las páginas de los diarios y con cositas de las otras historietas que aportan data y detalles al contexto, se te arma un combo increíble, tu mente termina por mudarse a una ciudad que late con una fuerza que nunca viste en ninguna otra historieta.
Como en las historietas que hacía en Tomorrow´s Stories con el Mago, acá también Veitch se juega a orquestar truquitos narrativos arriesgados, pero menos. La gran mayoría de las secuencias se desarrollan en grillas clásicas, un poco para reproducir la mecánica de los comics de gangsters de los años ´40 y ´50. El foco del autor está más puesto en la trama, en el desarrollo de los personajes y en matarse para darle vuelo poético a cada bloque de texto, cosa que llega a su pico en la historia corta que dibuja David Lloyd. El dibujo de Veitch es áspero, por momentos oscuro, por momentos medio grotesco, más pensado para incomodar que para agradar al lector. Al lado de lo que hizo esta bestia en comics como The One, Bratpack o sus historias cortas para Epic, esto es terriblemente careta, obscenamente comercial y bajalienzos. Y aún así tiene un filo provocador, fruto de los permanentes homenajes a Eisner, a la EC, a Jack Kirby, a los comics de crímenes pre-Comics Code, a Steve Ditko, a Chester Gould y hasta a José Muñoz.
Si te habías cebado con Grayshirt cuando aparecía en Tomorrow´s Stories, con este libro te vas a desintegrar de la emoción. Si sos fan de Rick Veitch, ni hablar, lo vas a terminar en la guardia de algún hospital. Y si no conocías ni al autor ni al personaje, no lo dudes: en Indigo Sunset te espera un cataclismo de genialidades, creadas por un autor fundamental de los últimos 30 años (cómplice en muchas trapisondas del mismísimo Alan Moore) y secundado por varios monstruos sagrados, de esos a los que siempre da gusto encontrarse donde sea. Gloria a Grayshirt, carajo, mierda.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on March 31, 2013 18:36

Andrés Accorsi's Blog

Andrés Accorsi
Andrés Accorsi isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Andrés Accorsi's blog with rss.