Óscar Contardo's Blog, page 205
April 6, 2017
Opeth: da confianza
Antes de iniciar el bis el líder Mikael Åkerfeldt repasa el rasgueo de Faith de George Michael y habla de los placeres culpables. Rato antes pidió paciencia mientras afinaba la guitarra entre chistes que iban y venían entre él y la audiencia. Mikael -Miguelito según los gritos de la fanaticada que repleta el miércoles por la noche el teatro Nescafé de las artes- está encantado con su público favorito en el mundo, como ha declarado sobre Chile en revistas especializadas de la talla de Spin. Ha bromeado toda la cita con la gente que no para de exigir temas. A veces el líder de la banda sueca coge alguna solicitud, cortes que claramente no están en el listado, y se lanza con lo que recuerda mientras los músicos lo siguen a tientas, el ambiente da para ese tipo de licencias. Casi siempre son composiciones antiguas, cuando se trataba de un grupo de death metal con voces guturales. Pero Opeth no es como la mayoría de las figuras del rubro, sino que pertenece a esa categoría decidida a desafiar a sus seguidores en general reacios a los cambios, para correr los cercos y abrir sus oídos, buscando cosechas en un territorio en apariencia yermo. Como si se tratara de la parábola de los talentos, Opeth invirtió su capital para maximizar sus habilidades técnicas que son sencillamente impresionantes, abarcando distintos estilos con pasmosa elocuencia, raíces que hurgan en el rock progresivo, el jazz, la fusión, e incluso cierta rítmica latina gracias al fluido estilo del bajista uruguayo Martín Méndez complementado a la perfección por el virtuoso baterista Martin Axenrot, oscilante entre patrones matemáticos y el relajo sin transar precisión.
Aunque Opeth trae en esta visita un álbum como Sorceress (2016), excedido en guiños a los clásicos progresivos de los 70, y cuya canción homónima abrió la gala previa al show oficial de esta noche en el teatro Caupolicán, el aplomo en la interpretación junto a la complicidad con el público chileno, hicieron memorable la jornada como suele pasar con sus conciertos. A ratos parecía un show de stand up por los diálogos y bromas constantes de Mikael, también por el griterío aclamando a cada músico incluso mediante apodos. El guitarrista Fredrik Åkesson fue vitoreado al grito de “Peluca”.
Opeth repasó material antiguo como The Grand conjuration de Ghost reveries (2005), que mejora una enormidad respecto de la original, Demon of the fall de My arms, your hearse (1998), y piezas más recientes como The Devil’s orchard de Heritage (2011) y Cusp of eternity de Pale comunnion (2014). Puede ser chovinismo, quizás, pero es casi seguro que Mikael Åkerfeldt seguirá declarando que su público favorito en el mundo está en Chile.
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April 5, 2017
Socialistas a la deriva
LA DECISIÓN de la dirección del Partido Socialista de no realizar la consulta ciudadana a través de la cual elegiría a su abanderado presidencial, y traspasar la decisión al nuevo Comité Central, es una didáctica expresión de por qué hoy existe una brecha de desconfianza, cuando no de indiferencia, entre los ciudadanos y la representación política, pero más profundamente de cómo hoy se entiende que se debe construir un liderazgo.
Una de las razones para suspender la consulta ciudadana es que los dos candidatos con militancia socialista -Insulza y Atria- marcaban poco en las encuestas. El próximo Comité Central elegirá ahora entre un candidato que también marca poco (Lagos) y otro que marca, pero que de pronto puede dejar de hacerlo o estancarse (Guillier). ¿Es bueno Guillier por su posición en las encuestas o porque tiene un programa que identifica a los socialistas? ¿No se debe apoyar a Lagos porque no se comparte su visión o porque no despega en las encuestas? ¿Y si comenzara a despegar habría que apoyarlo?
El drama de un partido que reemplaza su reflexión, y la construcción de su programa y de liderazgos propios, por lo que dicen las encuestas es que queda al desnudo que carece de un proyecto político y, lo que es peor, quizás no le interese tenerlo. Lo principal pasa a ser conquistar o retener el poder, no lograr el poder para llevar adelante un programa. El pragmatismo deja de estar al servicio de un proyecto político y se transforma en el proyecto mismo.
Cuando la ideología pragmática reemplaza al proyecto es lógico que el candidato se elija por encuestas. También lo es que el partido político se vacíe de contenido y se despolitice. Mantener el partido despolitizado es condición de funcionamiento de una política sin proyecto. La consecuencia de esta despolitización al interior de los partidos, incluye el reemplazo de la clásica militancia política por un “militante ficha” (aquel que apenas sabe en qué partido se encuentra pero que es movilizado para las elecciones) y el desplazamiento del dirigente político por el “operador”.
Quienes tuvieron la posibilidad de ver de cerca la reciente elección del Partido Socialista -fenómeno extensivo a otras tiendas políticas- pudieron percatarse de que existen dos partidos en uno: un “partido militante” y un “partido clientelar”; este último conformado a partir de redes de índole estatal, municipal o parlamentaria. En elecciones internas el acarreo del “partido clientelar” tiene todas las de ganar e imponer su “mayoría” frente al “partido militante”.
Los partidos políticos son fundamentales para un sistema democrático, pero ciertamente, no partidos despolitizados, sin proyecto, gobernados por encuestas o capturados por redes clientelares. Los socialistas habían dado algunas muestras de vitalidad con su refichaje. El paso siguiente era buscar reconectarse con la ciudadanía y los movimientos sociales. La bajada de la consulta ciudadana ha significado para los socialistas un grave retroceso en la posibilidad de ese reencuentro.
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Nación y república: respuesta a Miguel Vatter
El 15 de marzo, Miguel Vatter comenta nociones sobre las que he venido reparando en artículos de prensa. Entiende que la idea republicana por la que abogo no coincidiría con la “tradición republicana moderna”. Que en ella se trataría de atribuirle funciones a las distintas partes del cuerpo político, y el mando a los mejores, o los más ricos. Plantea que el “principio nacional” que sostengo –“integración de todos los grupos en una cierta forma de existir común”–, sería excluyente, pues “necesariamente debe determinar quiénes representan esa ‘cierta forma de existir común’ y quiénes no”. En fin, indica que, según el principio republicano, debiese avanzarse hacia el federalismo y darse reconocimiento a las comunidades locales. Federalismo e integración, en cambio, serían “antónimos”.
Sabe Miguel Vatter que “republicanismo” y “nación” se dicen de muchas maneras.
El republicanismo admite diversos sentidos. Ciertamente, ligado a democracia, puede significar que el poder reside en el pueblo. Pero también cabe que signifique, simplemente, oposición a la monarquía. En Kant, el término adquiere un sentido preciso: republicano es el régimen donde el poder ejecutivo y el legislativo se hallan separados. Es en este sentido que uso la idea de republicanismo.
Una tal definición permite distinguir lo republicano del principio nacional, al modo en el que lo entiendo, y que incluye el elemento democrático o popular. Además, esa definición posibilita discernir algo que se pierde si sólo se enfatiza el elemento democrático en la noción de republicanismo, pues bien sabemos quees pensable un gobierno popular sin división clara del poder.
¿Qué persigue el principio republicano? Dividir el poder, bajo la idea de que cuando se lo divide, y en la medida en que los poderes divididos se limitan, los sometidos a él alcanzan mayores grados de libertad. Esta idea, luego de la revolución tecnológica, exige ser expandida a la consideración de la relación del Estado y el mercado: si todo el poder –político y económico– está concentrado en el Estado o todo el poder en grandes grupos económicos, la libertad de los sometidos a esos poderes se debilita o sucumbe. Y es la misma idea la que está tras la defensa, que vengo planteando hace tiempo, de la división territorial del poder.
La nación puede ser, ciertamente, un concepto excluyente, por ejemplo, cuando se la liga a la raza o al colonialismo. Pero también puede ser un concepto que explícitamente se haga cargo del problema de la integración. Benedict Anderson ha mostrado la distancia entre una idea anclada en la biología, como la de racismo, y el nacionalismo como concepción eminentemente cultural. En Chile, y no en último término debido al mestizaje, a la existencia de pueblos originarios y a olas de inmigración que no se han detenido, el pensamiento nacional ha poseído, en su etapa más reflexiva, un carácter integrador, poroso, antioligárquico o popular. Es lo que han mostrado, entre otros, Jorge Larraín y Bernardo Subercaseaux. Decir que para el nacionalismo la integración es “siempre” “reducción de la diferencia” o “necesariamente” excluyente importa desconocer las consideraciones anteriores.
El principio nacional y el republicano se hallan en tensión, en la medida en que uno apunta a la integración (de lo diverso) y el otro a la dispersión. Pero pueden operar en una tensión productiva. Así ocurre, en el caso del federalismo. El principio federal se dirige a la división del poder territorial. Estaría del lado de la idea republicana de la división el poder. Pero, a la vez, puede volverse base de una política compatible con la integración nacional, pues permite otorgarle más poder político a las comunidades no-capitalinas; lograr mayor igualdad social, económica y cultural entre Santiago y las provincias; dar, de esta forma, cabida política articulada a las diferencias que ha de reconocer un principio nacional no excluyente, sino popular.
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Intereses ideológicos
NUESTRA SOCIEDAD se ha vuelto crecientemente inquisitiva, cuestiona a quienes tienen poder y, bombardeada de información, exige transparencia a todos los actores sociales. Un signo de nuestros tiempos es la lucha contra la opacidad que permite ejercer una influencia engañosa, usando en beneficio personal los espacios que son propios de la deliberación o de las decisiones de interés común.
Así los políticos y las autoridades del Estado deben declarar sus intereses; incluso las personas que participamos del debate público haciendo análisis debemos transparentar nuestro domicilio político o nuestros intereses. Estaría muy mal que yo usara este espacio para promover agendas particulares o que comentara la actuación de quienes ejercen funciones políticas ocultando que tengo una opción personal definida.
En esta tarea de aportar transparencia, la prensa y los periodistas ejercen un rol fundamental, porque al informar hacen posible el llamado control social del poder. Ello ha llevado a entender que entre el periodismo y la política, por ejemplo, hay una relación de coexistencia, pero de independencia. El que quiere ser periodista asume la opción de no ser, al mismo tiempo, político, así como el árbitro no puede ser también jugador.
Es verdad que las concepciones tradicionales han ido cambiando y ha surgido un estilo de periodismo “militante”, que tiene posición, que no solo informa o denuncia hechos, sino interpreta y acusa, convirtiendo a algunos periodistas en líderes de opinión, tanto o más influyentes que el parlamentario más connotado. Pero la línea se ha corrido a un punto que, en mi opinión, merece ser analizada en su legitimidad.
Es perfectamente probable que, en la próxima elección, dos de los tres candidatos más competitivos sean periodistas de connotada trayectoria anterior. El senador Guillier fue largos años rostro de un canal de TV y el periodista de mayor credibilidad del país. Beatriz Sánchez, ejercía el periodismo hasta hace unas pocas semanas, ¿es razonable que haya entrevistado al expresidente Lagos, de una manera particularmente ruda, para luego -casi inmediatamente- convertirse en candidata y competir contra él?
No me parece que esto supere el estándar de transparencia que se exige hoy a otras figuras públicas. No estoy sugiriendo que ellos no puedan ingresar a la política y ser candidatos, pero creo que el público tiene derecho a saber si un periodista tiene un compromiso ideológico tan fuerte y específico, como para llegar a competir por la presidencia de la República en representación de determinados partidos. Al menos debiera dejar transcurrir un tiempo entre una actividad y otra, porque lo que hizo la candidata del Frente Amplio es un tipo de puerta giratoria.
La antigua expresión que reza “quién custodia a los custodios” se aplica también al periodismo. De hecho muchos de ellos harían bien, cuando hablan de “los poderosos”, en comenzar a decir “nosotros los poderosos”, transparentando sus intereses ideológicos, porque actualmente ejercen una de las cuotas más importantes de poder y si la utilizan en beneficio de convicciones militantes, o agendas personales, tenemos derecho a saberlo.
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Valdés versus Alejandra Krauss
EL MINISTRO de Hacienda regañó a su par, la ministra del Trabajo y Previsión Social, por actuar “imprudentemente”, pese a ser un tema de su cartera dejando además en evidencia, la disparidad de opiniones en la administración. Ello explica la fuerte reacción de Carolina Goic y de otros parlamentarios DC. Sin embargo, ha sido la exministra Rincón quien puso el punto sobre las íes: “Valdés debía entender que la previsión depende del ministerio del Trabajo y que los ministros son sus pares, no subalternos”: es muy distinto que la reforma del sistema de pensiones sea liderado por el Ministerio del Trabajo, cuyos interlocutores principales son los trabajadores y la clase media, a que sea dirigido por el ministro de Hacienda cuya interacción principal es con el empresariado.
Rincón además destacó el papel dominante que, como herencia de la dictadura, juega el Ministerio de Hacienda al interior del Ejecutivo. Este predominio se ha consolidado en los 25 años de restaurada la democracia. Primero, como efecto de la utilización de su rol presupuestario para imponer sus criterios a las otras carteras, bajo la mirada prescindente de varios presidentes de la República, y luego por la injerencia que le permiten la obligación legal de preparar un informe financiero sobre cada proyecto de ley y el papel de la Dipres en la evaluación de los programas públicos. Esto implica que su mirada ortodoxa de la economía y su criterio presupuestario predominan sobre la mirada técnica y política propia del sector de que se trate. Este sobredimensionamiento del rol de Hacienda imprime también su sello sobre la gestión global del gobierno. Esto resulta particularmente preocupante en el caso de la reforma de pensiones, que detona este conflicto.
Si en el mundo privado resulta inconcebible que el gerente de finanzas asuma la gerencia general, en el sector público resulta aún más inconveniente. El gobierno tiene como funciones fundamentales, entre otras, conducir políticamente al país, asegurar su cohesión social, enfrentar las amenazas internas y externas, asumir sus tareas respecto del desarrollo económico, en todas las cuales el criterio macroeconómico y presupuestario constituyen un elemento indispensable, pero no el único que se debe considerar para asegurar una gestión gubernamental exitosa. Es por eso que el ministro del Interior es el principal colaborador del Presidente de la República; justamente por el rol político que le cabe. Corresponde por su parte a la Segpres el “logro de una efectiva coordinación programática general de la gestión de gobierno”, pues la tarea de este ministerio es apoyar al Presidente para que conduzca efectivamente el gobierno. El rol hipertrofiado de Hacienda en la formulación de la política pública, alcanza las decisiones presidenciales, pese a la estructura descrita del gabinete. Ejemplo de ello es la designación de Valdés a la cabeza de la reforma de pensiones, lo cual no resulta comprensible ni desde el punto de vista de la gestión global del gobierno ni de su contenido. Si se considera que la ministra no es capaz de cumplir con sus funciones, lo lógico sería que fuese cambiada y no afectar las atribuciones de su ministerio.
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Estereotipos de la mujer en los medios
Esta semana en Glasgow se reunieron dos importantes líderes mundiales, la Primera Ministra británica, Teresa May, y la cabeza del gobierno regional de Escocia, Nicola Sturgeon. El tema del encuentro fue el inicio de las negociaciones para concretar la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y sus posibles implicancias en la propuesta de independencia que están negociando los escoceses.
La relevancia del encuentro era evidente, sin embargo, el periódico inglés Daily Mail publicó en su portada una foto de ambas sentadas de frente con el título “No importa el Brexit, ¿Quién gana en piernas?”. De inmediato surgieron reacciones en las redes sociales, unas contrarias a la decisión editorial del medio y otras que apoyaban la publicación con el argumento de que en la política es positivo incorporar el humor.
Pero el tema central no es el humor en la política, sino el papel que ejercen los medios de comunicación en la creación de valores y que en este caso se aplican a la legitimidad simbólica de las mujeres en la sociedad.
De acuerdo con estudios realizados en el Observatorio de la Mujer en Medios de Comunicación de la Universidad del Desarrollo, a pesar de que la mitad de la población está compuesta por mujeres y que entre ellas hay muchos talentos que les permiten realizar contribuciones significativas en distintos ámbitos, el análisis de medios es desalentador.
Primero porque la visibilidad de la mujer como fuente de información y opinión en temas de relevancia no está siendo recogido ni reconocido a cabalidad. El desconocimiento por parte de la opinión pública limita las posibilidades reales que tienen las mujeres de participar en áreas importantes del país como la política, la economía y la cultura.
En segundo lugar, junto con ser escasamente visibles, a las mujeres se las muestra mal representadas, a la vez que se mantienen los estereotipos y sesgos que limitan su riqueza y oportunidades. Al focalizar la atención en la apariencia física, vestimenta o temas relacionados a la intimidad familiar, se deja de lado lo que es más importante para el desarrollo del ámbito público: la trayectoria y competencias que le permiten a una persona realizar una contribución significativa a nivel social.
El problema se ve potenciado aún más si consideramos los mensajes subyacentes que prevalecen en los contenidos de la publicidad y el cine chileno. En ambos casos priman dos estereotipos: el de la mujer cuidadora de la familia y el de objeto decorativo erotizado, lo que limita la visión del desarrollo futuro, especialmente de las niñas que focalizan su atención en la apariencia física por sobre las oportunidades educativas y profesionales.
La proyección de modelos de rol expande o limita las posibilidades para todas las mujeres de decidir libremente qué vida aspiran tener. En este contexto, los actores de la industria de la comunicación tienen aún como desafío pendiente relevar el papel de las mujeres en la construcción de una sociedad representativa, pluralista y democrática.
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Resultados y desafíos del nuevo sistema de admisión escolar
Esta columna fue escrita junto con Angélica Bosch, Coordinadora Nacional SAE; Rafael Epstein, Prorrector Universidad de Chile; y Juan Escobar, Académico Ingeniería Industrial y Director Instituto para la Investigación de Imperfecciones de Mercado y Políticas Públicas (MIPP).
Con motivo de la Reforma Educacional, y con el objetivo de implementar el fin a la selección en colegios municipales y subvencionados, entre agosto y diciembre de 2016 se implementó en la región de Magallanes un moderno sistema de admisión escolar desarrollado por el Mineduc junto con investigadores de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, del Núcleo Milenio Información y Coordinación en Redes y del Instituto Milenio de Imperfecciones de Mercado y Políticas Públicas.
El sistema tuvo por finalidad mejorar la eficiencia y transparencia del proceso e igualar las oportunidades a padres y apoderados que postulan a sus hijos a establecimientos municipales y subvencionados.
La región de Magallanes ha sido la primera donde se ha implementado el sistema de asignación basado en el algoritmo de “Aceptación Diferida” (DA) postulado por los matemáticos David Gale y Lloyd Shapley en 1962. Este algoritmo está en la frontera del conocimiento y ha sido aplicado por el profesor de Stanford Alvin Roth a muchos problemas de política pública. En 2012, Roth y Shapley recibieron el Premio Nobel de Economía por sus investigaciones en esta área.
La implementación de este nuevo sistema contó con la participación de todos los actores relevantes. Los colegios informaron activamente a los apoderados sobre los diversos aspectos de sus programas educativos y sus vacantes. Luego de acceder a esta información (de manera presencial o a través de la plataforma web diseñada por el Mineduc), los apoderados declararon una lista de preferencias de los colegios en los que deseaban matricular a sus hijos. El sistema está diseñado de modo que ellos expresen sus preferencias sobre los distintos establecimientos de manera honesta y transparente.
Muchos colegios tienen más postulantes que cupos. Para decidir los alumnos que serán admitidos a un establecimiento, los postulantes se ordenan en una lista. Esta lista respeta las prioridades indicadas en la Ley de Inclusión y garantiza la igualdad de oportunidades resolviendo empates de manera aleatoria.
Mecanismos de asignación similares al implementado en Magallanes se utilizan en diversos países del mundo, destacando los casos de EE.UU. (Boston y Nueva York, entre otros), Holanda y Finlandia. En cada caso, el algoritmo DA debe resolver demandas locales que hacen que cada implementación sea única e interesante. En Chile, por ejemplo, la ley establece criterios de prioridad para los postulantes por lo que el algoritmo de asignación debe dar preponderancia a hermanos e hijos de funcionarios, así como a aquellos alumnos considerados prioritarios por su situación socioeconómica.
Nuestro balance del proceso 2016 es positivo. Participaron 3.580 alumnos en dos rondas de postulación: 3.147 exclusivamente en la ronda principal, 222 exclusivamente en la segunda ronda y 211 en ambas. De estos postulantes, en la ronda principal, 1.959 (58,3%) fueron asignados a su primera opción, mientras que en la segunda ronda este número llegó a 357 (82%). En el proceso completo 3.107 estudiantes fueron asignados a alguna de sus preferencias, mientras que 258 se retiraron del proceso. La experiencia internacional muestra que estos números son positivos. En Nueva York, por ejemplo, en el proceso de admisión a la educación secundaria del año 2006, cerca del 40% de los alumnos quedó asignado a su colegio favorito.
Uno de los desafíos para las próximas implementaciones es la simplificación de las distintas etapas del proceso. Del mismo modo, es importante informar a los padres y apoderados para motivarlos a utilizar el nuevo sistema de admisión y, de esta forma, aumentar las opciones de que sus hijos queden en un colegio que les satisfaga. Nuestro desafío es escalar este sistema para que realice la asignación escolar de todos los niños de Chile.
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El camino de la derecha al poder
Sebastián Piñera ya es oficialmente candidato, teniendo las encuestas de su lado. Si bien ganar la presidencial no será cosa fácil, comienza a instalarse en la derecha un ánimo optimista y una seria proyección de ser gobierno. Al final del día, los tiempos son de cambio y la ciudadanía está profundamente desilusionada de la Nueva Mayoría.
Pero el optimismo es ilusorio. Los tiempos actuales requieren de una lectura política precisa que permita enfrentar a una ciudadanía distinta. Nos encontramos abrumados por la desconfianza, la sensación de abuso y falta de oportunidades, lo cual se arrastra desde tiempos anteriores a los de la Nueva Mayoría. Se ha dañado la relación entre la sociedad civil y la política, se ha cuestionado la relación entre la economía y la política, y ello obliga a pensar cómo fortalecer las espaldas de una clase dirigente vulnerable a no poder liderar.
Frente a esto, la idea de representación se torna un concepto relevante para el fortalecimiento de una institucionalidad cuestionada y dirigentes debilitados. Si la derecha vence, es necesario distinguirse de la ciudadanía, sin que esta considere la brecha como un abuso. Es decir, debe empoderarse con normas lo suficientemente claras y transparentes que impidan sospechar de sus acciones y efectivamente representar a la sociedad. Esto iría más allá de un fideicomiso.
Perfeccionar la división de poderes del Estado, con todos sus contrapesos, es un paso fundamental para evitar las repercusiones del populismo constituyente. Si continúan señales de impunidad como las del caso Dávalos, que muestra la débil independencia de poderes y los privilegios de la política, es difícil volver a confiar en esta última. Sumado a ello, también será relevante integrar a equipos heterogéneos que no representen solamente a una elite profesional. Si la derecha se instala como un sector clausurado, iluminado y beneficiado, de difícil manera podrá encontrar vasos comunicantes con el imaginario colectivo.
Ahora, el tema no refiere solamente a quienes tendrían poder. También entre los ciudadanos y la clase política ¿cómo será esa relación? ¿qué hacer con la temida opinión pública? Será necesario observarla y considerarla, pero sobre todo influir en ella. Hacerlo es ejercer verdaderamente la autoridad del gobernante y evadirlo es caer en las lógicas reaccionarias e insípidas de meros gobiernos administradores. No habría proyecto político y se terminaría gobernando para minorías opositoras que conocen la organización de masas.
Lograr un empoderamiento limitado, que devuelva la confianza en la clase política, permitirá gobernar sin profundizar la crisis actual. Si no se consideran estos temas, es posible que la derecha llegue al poder para desocuparlo en el corto plazo. Los resultados podrían favorecer a quienes hoy quieren debilitar el orden sistémico y acrecentar la crisis de liderazgo. No la Nueva Mayoría, sino al Frente Amplio. Un sector con hambre de reformas y con ganas de destacar la caricatura colectiva de la derecha.
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El 5% adicional y el desafío de mejorar las pensiones
Por estos días comienzan a conocerse más detalles de la propuesta previsional que presentaría el gobierno. Y aunque no es lo único en discusión, el debate ha estado mayormente centrado en qué hacer con los 5 puntos adicionales de ahorro para pensiones. Esta pregunta debiese tener una sola respuesta: el 5% debiese destinarse a aquello que permita maximizar el aumento en las pensiones de los trabajadores, y no podemos concluir que esto ocurrirá con el bosquejo de reforma presentado por el gobierno.
Las estadísticas muestran que existe una relación directa entre el monto ahorrado en las cuentas individuales y la pensión obtenida al momento de jubilarse. La razón de que las pensiones estén por debajo de lo esperado radica en que, por distintos motivos (unos más y otros menos controlables por los trabajadores), nuestro ahorro para la vejez resulta insuficiente. De hecho, sólo ahorramos, en promedio, la mitad del tiempo que dura nuestra vida activa. Es por ello que la forma más directa y eficiente de mejorar las pensiones (si consideramos las potenciales externalidades económicas que esto podría traer) es aumentar el monto que se destina a las cuentas individuales. Lamentablemente, sólo la mitad de la mayor cotización sería destinada a este fin.
Ha trascendido también que este nuevo mayor ahorro individual no iría a las cuentas de capitalización de los trabajadores, sino que a nuevas “cuentas personales”, las que si bien aumentarían el ahorro que destina cada uno a su pensión, en caso de que el trabajador muera no serían heredables, sino que pasarían a formar parte de un fondo común. Esto atenta contra los derechos de propiedad de las personas sobre su ahorro para la vejez. Además, no es trivial cómo la nueva “cuenta personal” se fusionará con las cuentas individuales. ¿Podrán en conjunto ser utilizadas para el cálculo de la pensión al momento del retiro? Si es así, ¿cómo se sabrá cual será la fracción “no heredable” (“expropiable”)? La forma en que esto se resuelva incluso podría llevar a que lo que supuestamente iba a ser destinado a un mayor ahorro individual sólo termine alimentando un fondo común para financiar las pensiones de otros.
¿Quién debería administrar el mayor ahorro individual? Si lo que buscamos es aumentar las pensiones, el encargado debiese ser aquel queminimice los costos administrativos de gestionar los ahorros y maximice la rentabilidad de lo acumulado. A diferencia de lo señalado por parte de nuestras autoridades, no cerraría las puertas a que las AFP realicen esta labor: como el mayor ahorro es sobre el mismo salario imponible, las comisiones recaudadas no aumentarían, por lo que la gestión sería realizada a costo cero. Por su parte, los resultados de nuestros fondos de pensiones han sido tales que de lo acumulado las cotizaciones representan sólo cerca de 30% de los fondos acumulados. El 70% restante corresponde a rentabilidad. En suma, parece del todo razonable permitir que los cotizantes decidan dónde invertir su cotización adicional, sin excluir que las AFP sean parte de las alternativas.
La otra mitad del mayor ahorro (los 2,5 puntos restantes) se utilizarían para financiar (con el ahorro individual de los trabajadores) las pensiones de otros: ya sea de los que hoy están jubilados o de quienes en el futuro no alcancen un determinado nivel de pensión. En ambos casos se rompería la lógica entre ahorro realizado y beneficio obtenido, desincentivando la cotización y fomentando la informalidad. Todo ello juega en contra del objetivo final (mejorar las pensiones), además del impacto negativo que esto podría tener sobre el mercado laboral, el ahorro y las finanzas públicas que incluso ha reconocido el Banco Central en un reciente informe. Mención especial para los efectos de financiar con cotizaciones presentes las pensiones de los hoy jubilados (“solidaridad intergeneracional”). Ello no es más que instalar un componente de reparto en nuestro sistema, que dada nuestra realidad sociodemográfica (envejecimiento acelerado de la población y baja tasa de natalidad) resultaría imposible de financiar en el futuro. Si lo que buscamos es mejorar las pensiones de quienes no alcanzan un nivel de ahorro suficiente para su retiro, debiésemos fortalecer el Pilar Solidario, el que se financia a través de rentas generales y no con un impuesto al trabajo.
Estamos ante una oportunidad única: se ha generado un consenso tácito en torno a la idea de aumentar el ahorro que destinamos para financiar nuestras pensiones, lo cual era impensado hasta hace algunos meses (de hecho, los efectos de este aumento en el mercado laboral podrían no ser menores, por lo que resulta clave implementarlo de manera gradual). Sin embargo, todo apunta a que una vez más lo político primará a lo técnico y que este gobierno desaprovechará la posibilidad de acercar nuestra tasa de cotización a un nivel que permita revertir nuestro bajo nivel de ahorro y que esté más acorde a las mayores expectativas de vida que hoy existen.
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April 4, 2017
No hay atajos
“Como Chile es un Estado de carácter presidencialista, una opción es que el Gobierno nombre a un Interventor especial conforme a la problemática de este particular conflicto, único en el país. El propio Senado debe respaldar tal decisión, para que sobreviva a los cambios de los gobiernos. Puede ser seleccionado de forma parecida al Fiscal Nacional. Este Interventor debe dar garantías a todas las partes de que su actuación será en pos de la búsqueda de soluciones factibles”.
Lo anterior no fue dicho por un candidato presidencial. Tampoco por un parlamentario sureño. Mucho menos por una alta autoridad de gobierno. Son palabras del oficial en retiro de Carabineros, Jorge Aguirre Hrepic, ex comisario de Nueva Imperial y miembro de las Fuerzas Especiales en Temuco, hoy consultor en seguridad. Su mirada, política y estratégica, sorprende tratándose de alguien cuya misión, mientras fue uniformado, trató más bien de repartir lumazos y no precisamente grandes ideas.
Si hasta un excomisario es capaz de analizar correctamente lo que sucede y proponer un audaz abordaje político, ¿qué impide a parlamentarios y autoridades hacer lo mismo? Lo responde el propio Aguirre en entrevista con Cambio 21. “Se visualiza falta de interés, como si solo fuera local y no se sospecha de las consecuencias que pudiera tener si determinados actores deciden accionar de forma aún más radical, como ha ocurrido en otros países, generando conflictos que luego a los estados y a la propia Naciones Unidas les ha costado años controlar”.
Lo dicho por Aguirre no es nuevo. La responsabilidad del Estado en el agravamiento del conflicto fue subrayada hace días por la propia ONU. El bochorno lo vivió la Presidenta Bachelet de visita en Ginebra. Hasta allí arribó buscando apoyos para que Chile pueda integrar el Consejo de Derechos Humanos del organismo. La respuesta del Alto Comisionado de la ONU fue un verdadero balde de agua fría. Chile, le recordó el príncipe Zeid Ra’ad Al Hussein de Jordania, tiene demasiados temas pendientes en la materia. Uno de ellos, el conflicto no resuelto en la Araucanía.
Entre autoridades, ministros y embajadores se ha vuelto una costumbre aquello, ponerse colorado en los foros internacionales. Y es que Chile bate varios record en la materia. Entre ellos, el incumplimiento de las recomendaciones que tres relatores especiales han entregado a Chile tras visitas oficiales. “Décadas de discriminación han creado una profunda injusticia y desigualdad. Un reconocimiento adecuado y un diálogo significativo son esenciales en La Araucanía”, señaló a Bachelet el alto personero, a modo de consejo.
Tiene razón el jordano. Un conflicto político, cultural y de ribetes étnicos no se ahoga con represión, camino impresentable en democracia e inconducente en cualquier otro tipo de régimen. Mucho menos con militares en los campos como piden a gritos agricultores y descendientes de colonos. La solución es Política. Trata de diálogo y negociación de alto nivel con los actores del conflicto, la CAM y los grandes grupos económicos forestales, dos de ellos. Una hoja de ruta a largo plazo, como bien propone Aguirre.
Créanme, no hay atajos.
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