Óscar Contardo's Blog, page 202

April 10, 2017

La mutación del poder

Actualmente, son 7.400 millones los habitantes del planeta que presionan por tener una mejor calidad de vida, pero el sistema económico y social no puede cumplir con las expectativas de todos. Por ello, hay vastas regiones del mundo donde persisten la  pobreza y las hambrunas. Las proyecciones de crecimiento demográfico de Naciones Unidas, en su variante media y conservadora, apuntan a una población mundial de 10.800 millones para mediados del siglo XXII, aunque la cifra podría ser bastante superior, lo que plantea una situación potencialmente explosiva.


Sin embargo, antes de aquello, las recurrentes crisis planetarias llevarán al Estado-nación hacia una cada vez mayor inoperancia, debilidad y grandes quiebres. Este punto de inflexión no tiene un tiempo previsto con exactitud, pues los eventos que conducen hacia el mismo son muy complejos y las dificultades a controlar, muy amplias y profundas. Los signos que van dejando estos sucesos, empero, son claros y contundentes; a medida que pasan los años, existen más personas indignadas e insatisfechas que salen a protestar a la calle, a menudo con propuestas estrambóticas y con violencia también.


Entre las poblaciones pobres del mundo, esta compleja transición continuará generando muchas angustias, tensiones sociales y furia; las guerras fratricidas y las migraciones forzadas serán cada vez más frecuentes y numerosas. Después de años de estudio, se puede concluir que el actual sistema sólo alcanza para que una determinada y pequeña parte de los habitantes del planeta, pueda vivir según los estándares económicos modernos en lo que se refiere a educación, alimentación, salud, vivienda, inserción laboral, consumo y tiempo libre. El cruel resultado de esta situación es que a pesar de todas las conferencias internacionales y buenas intenciones orientadas a erradicar el hambre, la realidad nos muestra que la pobreza y la desigualdad están omnipresentes y aumentarán su presencia a medida que el creciente desorden destruya a Estados débiles, cuyos sistemas de gobierno fueron impuestos por potencias coloniales en zonas conflictivas y desvalidas.


El mundo está transitando actualmente hacia el surgimiento de formas de gestión y de direccionamiento del poder totalmente distintas, que en su futura evolución tendrán pocos puntos de similitud con las estructuras públicas que hemos instaurado en los últimos doscientos años para ejercer el poder político, donde se impuso la democracia como forma de gobierno dominante en el mundo. Sin embargo, la separación entre lo público y lo privado se irá haciendo cada vez más difusa. La totalidad de la vida política, económica y social de individuos e instituciones fluirá a través de una amplia red de distribución, intercambio e información, con sofisticados sistemas de fiscalización y control. En ese futuro aún distante, el orden público quedará asegurado a través de mecanismos de regulación y coerción tremendamente eficientes, inevitables y rara vez apelables. Algo de esto ya está comenzando a imponerse, de manera incipiente, en vastos sectores de Occidente y también de Oriente, habida cuenta de las recurrentes crisis financieras, económicas, políticas, sociales y humanitarias que asolan al planeta.

Las comunicaciones son globales e instantáneas; todo se sabe, se informa en tiempo real, para bien o para mal. La crueldad contra las poblaciones es difícil de esconder. En esa futura época visualizada, ya no existirán fronteras ni defensa ante poderes externos por cuanto habrá tan solo un poder, que será planetario. Cada región, cada sector y cada proceso económico accederá, de acuerdo con la potestad relativa que ostente, a diversos cuerpos directivos e instancias de decisión que, en forma escalonada, administrarán la operación de una enorme tecnoestructura planetaria, muy distinta a la meramente empresarial descrita por John K. Galbraith medio siglo atrás en su obra “El Nuevo Estado Industrial”, pues a futuro ésta tendrá una clara orientación hacia el control político.


La actual experiencia al interior de la empresa demuestra que la administración eficiente de los procesos microeconómicos (o negocios), debe realizarse con gran flexibilidad y a través de esquemas horizontales, lo que se ve posibilitado y facilitado por modernos adelantos tecnológicos. Sin embargo, la gestión y control político-mundial de todo el proceso financiero y macroeconómico, se realiza según esquemas crecientemente verticales y autocráticos. El poder real en el futuro gobierno planetario lo detentará una compacta estructura para la cual lo importante será la eficiencia del sistema en todos los ámbitos bajo su  direccionamiento. Hoy en día poco cuentan los más de 2.000 millones de pobres que pasan hambre en el mundo, pero en el futuro esa suerte de gobierno planetario se abocará al mejoramiento de la calidad de vida de las grandes masas de pobres, y a la justicia social, como método para evitar los conflictos y mantener el orden y el control. Este poder incorporará mecanismos de auto-regulación y corrección sustentados en la recepción y estudio de enormes cantidades de información, procesada e interpretada de manera permanente.


La máxima figura mundial no se parecerá ni a un presidente, por cuanto ello traería recuerdos de ineficacia y debilidad, ni mucho menos a un “Chief Executive Officer” ya que esa figura es sólo válida para conducir los procesos administrativos horizontales en el ámbito de los negocios, pero en el mundo del futuro la economía planetaria habrá quedado subordinada al poder político y militar de la Autoridad Máxima y sus delegados. Resulta muy decidor comprobar que a pesar de las constantes alabanzas a favor de la democracia, se tolera la existencia de regímenes autoritarios como China o crecientemente policiales como Estados Unidos, pues en ellos están la semilla y el modelo que servirán de conexión hacia las nuevas formas de gobernar un mundo cada vez más convulsionado y sobrepoblado.


 


 


 


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Published on April 10, 2017 05:00

Un héroe a medio camino

Christian Garin tenía la gran oportunidad de erigirse como la gran figura del equipo chileno de Copa Davis. En su curriculum incluía triunfos, casi todos en confrontaciones que se definieron con marcadores expresivos, pero nada como el potencial del que tenía en frente esta vez en Medellín.

Ante Santiago Giraldo, su misión era la de mantener con vida la opción nacional de ganar la confrontación contra Colombia. Quizás, hasta asegurarla, considerando que asomaba como muy probable que Nicolás Jarry venciera a Eduardo Struvay en el partido que no se disputó, aunque eso no es más que pura especulación.


No era sencillo. Su rival tenía más experiencia y mayor manejo de partidos que él, además de contar con la siempre necesaria ventaja de jugar en casa.


Garin hizo todo lo que estuvo a su alcance para sobreponerse a las dificultades que le planteó el entorno (la altura, la pelota), el adversario y sus propias falencias.


Supo levantarse de momentos en que todo parecía derrumbarse, producto de decisiones apresuradas y golpes endebles. Lograba reponerse ocupando la que fue su mayor virtud: jamás claudicar y siempre buscar una nueva oportunidad, sin importar cuántas desperdiciara.


El número uno de Chile, acechado en esa condición por el buen inicio de temporada de Nicolás Jarry, demostró ser consciente de la relevancia que tenía su triunfo y protagonizó escenas de recuperación notables, como el desempate del cuarto set, ese que vino después de dejar pasar un quiebre arriba, y donde no sólo volvió a perder una ventaja considerable, sino que además debió salvar un par de puntos de partido (y de serie) antes de adjudicárselo.


No fue suficiente.


Y no pudo ser el héroe que la ocasión ameritaba. Los años de circo de Giraldo pudieron más para convertirlo en el MVP de la serie.


Garin ratificó el talento que hay en su juego, donde destacan un buen saque, un potente derecho y el arrojo para lanzarse aun estando contra la pared; también que su revés y que la toma de decisiones en los momentos importantes de un partido son aspectos en los que necesita trabajar.


Sobreponerse a la adversidad es una característica destacable, sin duda. Enorme, incluso. El problema es que no se puede vivir a merced de ello; en algún momento se necesita salir adelante y dominar la situación. Eso le faltó a Garin esta vez. Y a Chile.


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Published on April 10, 2017 04:55

El número uno

El tema cobró importancia después del clásico. No hay planificación posible ni trabajo táctico realizado de buena manera si se producen errores tan grandes. Sobre todo si esto ocurre con los arqueros, un puesto tan ingrato como clave. El Superclásico fue un partido vibrante, atractivo, con muchas emociones pero la clave del partido pasó por fallos groseros de sus porteros.


Lamentablemente, en el caso de Paulo Garcés, esta situación ha sido recurrente. Desde de que volvió a la titularidad no ha podido ofrecer seguridad ni solvencia. No es el caso de Johnny Herrera. El capitán de la Universidad de Chile es prenda de garantía permanente y su grueso error fue una excepción. No por ello menos determinante. De hecho, si no hubiera ocurrido, seguramente la U podría haber dejado atrás una larga racha sin victorias ante su archirrival.


El asunto es preocupante en el cuadro albo, con Justo Villar lesionado por largo tiempo más, el momento de Garcés complica enormemente las pretensiones del Cacique. Seamos justos. El nivel del Halcón tampoco es éste. El ex guardameta de la Universidad Católica tuvo buenos momentos anteriores, tanto que en algún instante fue alternativa para la selección chilena. Es absolutamente necesario que recupere su juego. Claramente, su problema se acrecienta por una falta de confianza evidente. Es deber del cuerpo técnico y del propio jugador trabajar de manera adecuada para volver a ser confiable.


Es distinto al caso de Herrera. Sin embargo, su error invita a una reflexión más amplia que tiene que ver con la Roja. La diferencia entre Claudio Bravo y el resto de los porteros de nuestro país es demasiado grande y si a eso sumamos las declaraciones del capitán del seleccionado, señalando que no continuará más allá del 2018, la inquietud crece demasiado. No se observa quién pueda reemplazarlo con la misma categoría. Cristopher Toselli, por edad, podría ser el recambio natural. De hecho, él es el portero de esta generación. Hizo un gran trabajo en el Mundial de Canadá y luego en Toulon. Sin embargo, su juego de pies está muy lejano al de Bravo.


Castellón aparece como alternativa, pero todavía parece no tener la experiencia ni la solidez necesarias. El propio Herrera después de Rusia vivirá la etapa otoñal de su carrera. Por todo eso, lo ocurrido en el Superclásico dejó una preocupación que va mucho más allá del partido mismo. En Chile no parece haber un portero que pueda, por condiciones y trayectoria, tomar el relevo del 1 de la Selección. Falta mucho todavía, pero el tema aflige. Y mucho.


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Published on April 10, 2017 04:42

April 9, 2017

Efecto dominó

LA BAJADA de los candidatos internos del Partido Socialista, José Miguel Insulza y Fernando Atria, y la apertura a considerar candidatos externos, como Ricardo Lagos (no existe la doble militancia) y Alejandro Guillier, pudieran constituirse en la primera ficha que cae de un efecto dominó que desarme las primarias tanto de la Nueva Mayoría como de Chile Vamos.


Hoy domingo el Comité Central del PS ha sido convocado apresuradamente para elegir entre los dos pretendientes afuerinos. Y si bien una decisión más cupular como ésta en teoría favorece a Lagos -como también el hecho de no ser tan afuerino-, lo cierto es que las apuestas están con Guillier; y por simple lógica: si a los candidatos que son militantes los bajaron por no marcar en las encuestas, sería un contrasentido que nominaran al expresidente. Porque si de rating se trata, éste favorece al senador -aunque algo alicaído en el último tiempo- en desmedro de Lagos, que casi no marca y también está a la baja en las encuestas.


En el evento que se dé esa lógica y nominen a Guillier, la situación de Lagos se debilita, tanto que el senador Montes, que integra su equipo, habló de reevaluar la viabilidad de su postulación. Aunque proclamado por el PPD, la realidad es que no se hizo con mucho entusiasmo y hay muchos en esa tienda que miran la candidatura de Guillier como más factible de cara a noviembre. Por eso, presentarse con el mero apoyo del PPD no lo torna competitivo en la primaria.

Una primaria Goic vs. Guillier como únicos competidores, no deja indiferente a la Democracia Cristiana. En una columna anterior dije que la decisión de la DC de ir a la primaria la determinaría -como en toda la Nueva Mayoría- el factor “cupos y pegas”, pero la hipótesis en esa justa de “todos contra la DC” resulta muy poco tolerable.


Entonces, la opción de ir directo a la primera vuelta, más que atractiva, resulta casi un imperativo. Incluso la propia presidenta/candidata del partido lo advirtió sin mucho rodeo. Si ésta es la determinación, se acabó la primaria del oficialismo y Lagos apoyado únicamente por el PPD se terminará bajando.


Y si no hay primaria en la Nueva Mayoría, pierden brillo las primarias como un todo, lo que podría afectar seriamente el entusiasmo de los votantes por concurrir a la que pretende celebrar Chile Vamos. Más, cuando su resultado es conocido de antemano. Es un trámite para validar a Sebastián Piñera, quien eludirá hasta donde sea posible la real competencia. No en vano se niega a realizar varios debates, sino que acepta apenas uno, sólo para cumplir (no puede negarse totalmente). Así las cosas, Felipe Kast y Manuel José Ossandón pudieran tentarse a buscar una oportunidad efectiva en la primera vuelta; o al menos, ir a ella para saber realmente cuánto pesan. Sobre todo, cuando la primaria no define la disputa electoral en la centroderecha, pues José Antonio Kast irá de todos modos a noviembre.


No pocos estarán pendientes de lo que determine hoy el PS, pero no por mera curiosidad de saber el nombre del candidato que lanzará al ruedo, sino porque la decisión que se tome puede provocar un desbande generalizado a primera vuelta, que haga todo más incierto.


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Published on April 09, 2017 02:33

Semáforo en rojo

LA DECISIÓN que el Partido Socialista tome hoy será crucial para el desenlace de la estrategia con que la Nueva Mayoría enfrente las próximas elecciones presidenciales. Después de un errático cuando no bochornoso periodo, habiendo en dos ocasiones ratificado la realización de una consulta a las bases para decidir su abanderado, finalmente será el Comité Central quien hoy domingo opte entre dos personas que no militan en dicha tienda política: me refiero a Guillier y Lagos. En el camino quedó la candidatura de Insulza y Atria, los que sintiéndose engañados (es muy grosero el chilenismo de uso habitual para estos casos) optaron finalmente por dar un paso al costado.


Si hoy se unge a Ricardo Lagos, el expresidente habrá conseguido aquello que le ha sido tan esquivo, y que consiste en poner detrás de su candidatura a los dos partidos con los que siempre tuvo una relación histórica. Además, obviamente constituiría una inyección de energía para una aventura que ha tenido más de agraz que de dulce, renovando el entusiasmo de sus partidarios y seguidores.


Adicionalmente, optar por Lagos contribuye a consolidar el proceso de primarias en el oficialismo, manteniendo la competencia entre tres aspirantes, donde al menos para esa instancia el apoyo y estructura de los partidos políticos será relevante. Lo que restaría por dilucidar, es cuánto se mueve la aguja electoral con este movimiento y si resulta lo suficientemente significativo para alterar las actuales tendencias.


Pero si el Partido Socialista elige a Guillier, el cuadro podría cambiar sustancialmente. Por una parte, y como ya lo han insinuado varios, dicha decisión forzaría una anticipada renuncia de Lagos, quien no parece estar dispuesto a competir si la tienda política que lo cobijó por tantos años finalmente le diera la espalda. Por la otra, y con el expresidente fuera de competencia, a la Democracia Cristiana le quedan pocas razones para mantener su compromiso con la elección primaria, transformándose la primera vuelta presidencial en una alternativa razonable; lo que no solo le daría más tiempo a Goic, sino también le permitiría -al menos inicialmente- disputar el voto más moderado con Sebastián Piñera. En dicho escenario, lo que bastaría por resolver es si existe, o no, la posibilidad de mantener un pacto electoral parlamentario común, con una o dos listas, lo que optimiza la representación de la falange, siempre a cambio de un gesto más explícito para con el futuro de la Nueva Mayoría, o al menos con el compromiso de su voto para la segunda vuelta.


En efecto, sigue siendo muy probable que la oposición se haga con el gobierno y que Bachelet por segunda vez le entregue la banda presidencial a Piñera. Y es justamente por esa razón que los partidos del actual oficialismo miran con atención al Congreso como un refugio para el invierno que se les avecina, siendo significativa la sobrevivencia de la Nueva Mayoría, y en especial su lista parlamentaria, aunque sea hasta la noche del 19 de noviembre.


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Published on April 09, 2017 02:28

“La gente”: frases sin contenido

SI HAY una expresión verdaderamente abusada por la política es eso de “la gente” que se usa intercambiada con “la ciudadanía”. Dos categorías que realmente no significan nada y justifican todo. “La gente me conoce, vamos a consultar a la gente, la cercanía a la gente, el programa emana en la gente, este es un gobierno de la gente, lo que la gente quiere. Lo que la gente piensa. Lo que la gente espera. La gente nos dice. La gente nos pide” , etc. Son solo palabras vacías y demagógicamente engañosas. Quizás quieren referirse al ciudadano medio, o común, lo que es una enorme falta de respeto al individuo o la persona. La gente es un sinónimo de ovejas.


La gente es una categoría que es parte de la lógica de los conjuntos. Hay distintos (no mejores ni peores) tipos de gente, por ejemplo los religiosos, los políticos, los de dinero, los de la calle, los deportistas, estudiantes, ancianos. Por lo tanto, la gente es solo un grupo con algunas propiedades cualitativas en común, por eso la sociedad tiene muchísimos tipos de grupos. La gente desde el punto de vista cuantitativo es básicamente pura estadística. Hablar de “la gente” de verdad es una muy mala caricatura de la realidad.


En consecuencia, “la gente” (el colectivo), como tal, no piensa, solo lo hacen las personas, y hoy las máquinas ya empiezan a pensar de manera real, tema que ni siquiera está presente en nuestra política actual y que será determinante en el futuro, especialmente para la educación. ¿Qué pensará la gente acerca de la computación cognitiva, la epigenética, la web 3.0, o de los multiversos? En la era del conocimiento el concepto de la gente es un absurdo. La sociedad del conocimiento, como la del capital, es por esencia elitista y por ello el tema central de la educación no es la gratuidad sino primero la calidad, luego el acceso, finalmente el financiamiento. Por eso la educación está retrocediendo aceleradamente con este gobierno.

“La gente” total en nuestro país son 17 millones de personas, no ovejas ni ruts. Pero muchos pertenecen a varios conjuntos de “gente” lo que hace bien complejo el tema. ¿Cómo podríamos entonces escuchar a la gente? ¿Quién sería representativo de la gente? Bueno, la escuchamos en las elecciones, y también se tratan de modelar en las encuestas o en estudios sociológicos y por cierto las estadísticas. Son abstracciones. Las encuestas son efectivamente una clara indicación de lo que probablemente “piensa la gente”. Por eso es más que curioso escuchar a los gobiernos que dicen que escuchan a la gente pero no se guían por las encuestas, que igual se equivocan. Solo demagogia. La verdad es que jamás escuchan a la gente sino básicamente a sus partidarios. La izquierda tiene una larga tradición de gobernar para los suyos y no para todos. Por eso generan tanto conflicto y odiosidad.


Otro tema profundo que está relacionado, es el de la verdad y las mayorías. Las mayorías se equivocan muy a menudo, por efectos claros de psicología social y comportamientos de masas. La mayoría de los alemanes apoyaron a Hitler y los rusos a Lenin. La gente sigue las ideas de los líderes, no al revés. Quién diga lo contrario es probablemente un populista más.


¿Tendría sentido someter a la votación de la gente por ejemplo, la ley de gravedad? ¿Newton versus Einstein? O quizás someter a votación, ¿la existencia de Dios? No todos los espacios de la realidad pertenecen “a la gente”, los hay muchos más que pertenecen a la persona. Por ello es tan fundamental la libertad y responsabilidad personal. El ser humano lucha por ser diferente, único, especial, por destacarse del grupo o “de la gente” como promedios. No hay dos seres humanos iguales, ni siquiera los gemelos. ¿Qué sentido tiene entonces la igualdad? Bueno efectivamente lo tiene en algunos ámbitos como la ley, las oportunidades, y otros, pero ello para lograr finalmente diferenciarse. La unidad en la diversidad es el viejo anhelo de los defensores de la libertad que en consecuencia son adversarios del socialismo que trata de ecualizar a “la gente”.


Somos todos humanos, pero tenemos el desafío de convertirnos en personas, no en “la gente”. Jung agregó la importancia de encontrar el sí mismo en lo inconsciente, y que llamó proceso de individuación (que no es lo mismo que individualismo).


La gente es una expresión propia del totalitarismo, del populismo y la demagogia, de la superficialidad intelectual, de la manipulación y por cierto de la profunda ignorancia de lo que es realmente ser humanos. Los políticos hablan de la gente casi como del vulgo y conlleva un profundo desprecio a la persona y su sentido vital.

Invito entonces a increpar públicamente a todos quienes hablan de “la gente”, como si supieran de qué están hablando.


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Published on April 09, 2017 02:25

Tragicomedia socialista

NI CANTINFLAS habría podido arribar al guión desplegado por el PS para escoger a su abanderado presidencial. Una impresionante sucesión de absurdos que debe concluir precisamente hoy, cuando el Comité Central del partido decida entre el expresidente Lagos y el senador Guillier, no descartándose que pueda optar también por ambos o por ninguno, es decir, decretando ‘libertad de acción’. Encrucijada a la que llega después de un largo recorrido, con decisiones insólitas que han terminado por dejar a la colectividad en el peor de los mundos.


Primero, se buscó generar una instancia participativa, una “consulta ciudadana” avalada por dos reuniones de su Comité Central, en una de las cuales se dieron incluso el lujo de someter a Ricardo Lagos a una increíble “pifiadera”. Después y por razones aun no aclaradas, una de sus principales cartas, la senadora Isabel Allende, abandonó la carrera dejando una estela de versiones sobre una supuesta presión ejercida en su contra por el propio Lagos. Y luego que el PPD optara por proclamar en solitario al expresidente, las instancias formales de la colectividad mantienen a firme la realización de la consulta, aún con la voluntad ya explícita de Lagos de no participar en ella.


Finalmente, hace apenas una semana, otra sesión del Comité Central desechó la elección interna en la que ya estaban confirmados y en plena campaña el exministro Insulza y el académico Fernando Atria. En dicho escenario, ambos personeros optaron por bajar sus candidaturas, dejando al partido ante la disyuntiva de escoger ahora entre Lagos y Guillier, o ambos o ninguno. En síntesis, solo alternativas de alto costo político, en las que el PS arriesga no solo una fractura interna sino también, el destino de las primarias oficialistas.


En los hechos, si a estas alturas el PS escoge al expresidente Lagos, el daño que todo este entuerto ya le ha provocado jugará fuertemente en contra de sus escasas posibilidades. A su vez, esa decisión implicará un claro golpe a Alejandro Guillier, la única carta electoral que hasta el momento exhibe un apoyo competitivo frente a Sebastián Piñera. Pero si el partido decide en cambio apoyar al senador independiente, el PS habrá puesto la lápida definitiva a la candidatura de Lagos, cerrando su larga trayectoria política de la peor forma imaginable. Y si opta por ambos o por ninguno, la nueva mesa directiva quedará marcada desde el inicio por su crucial incapacidad para imponer una verdadera definición.


Como epílogo de esta comedia de errores, en los últimos días los partidarios de Lagos han desplegado un chantaje impresentable, apuntando a que el exmandatario se bajaría de la carrera presidencial si no obtiene la nominación de la colectividad, ilustrando así a los cuatro vientos la precariedad con que llega a esta instancia decisiva.


Ahora el PS debe optar entre la lealtad con su historia y la sobrevivencia de quienes en la próxima contienda presidencial arriesgan bastante más que sus convicciones. Lo increíble y lo tragicómico es que los socialistas hicieron todo para dilatar su importante decisión, hasta el límite de conseguir que hoy ella no valga prácticamente nada, y que nadie pueda salir de esta instancia como un claro y digno triunfador.


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Published on April 09, 2017 02:23

El bolsillo o la gloria

SEBASTIÁN PIÑERA ha señalado que estamos en una encrucijada histórica. Y tiene razón: los rumbos que el país tome ahora decidirán si logramos dar un nuevo paso hacia la prosperidad compartida, o si nos perderemos en los pantanos de la frustración, el odio y las murmuraciones. La última vez que Chile tuvo que tratar de dar un salto a una nueva etapa de desarrollo nuestras instituciones republicanas colapsaron, la violencia se tomó las calles y la democracia se derrumbó. Y fue una dictadura militar, con todo lo que ello implica, la que terminó decidiendo sobre aquello que la política democrática había sido incapaz de decidir.


Hoy no se trata de lidiar con el desborde urbano por la migración campo-ciudad y los resultantes cordones de miseria en busca de una figura patronal. Tampoco tenemos una población joven, movida por la osadía propia de esa edad. Y ya no estamos en la Guerra Fría. Chile es hoy un país de clase media, envejecido y fuera de disputas globales. Casi todos saben que tienen algo que perder. El capitalismo democrático ha tenido tanto éxito que hoy se le exije que profundice el cumplimiento de sus promesas. Y es eso lo que está en juego. Pero no por ser menos espectacular que el colapso setentero, nuestro fracaso en este desafío va a ser menos doloroso y menos dañino para las generaciones que vendrán.


Y tenemos que ser realistas: la calidad de nuestra política no parece estar a la altura de las circunstancias. Ni la mayor parte de los viejos políticos “binominales” ni los nuevos grupos que reclaman ser portadores de la verdad y la pureza parecen entender muy bien que su pega es salvar la unidad del cuerpo político. Que su desafío es nacional, más que partisano o burocrático.

Piñera, entonces, tiene razón. Y tiene alguna credibilida y votos. Suficientes para volver a La Moneda. Pero eso no le servirá de nada, será un gesto estéril en medio de una caída libre, si no comprende los deberes que su propio diagnóstico le impone. No puede elegir ser menos que un ejemplo de ciudadano. No puede elegir ser menos que un ejemplo para los jóvenes que se llevará, una vez más, desde el sector privado al Estado. Ni los ciudadanos del país ni esos jóvenes pueden ver en él a un millonario que se da el gustito de ser Presidente de la República, así como Luksic se da el gustito de tuitear. Cambiar El Golf por el centro no puede llamarse “servicio militar”. Él, Piñera, debe mostrar con actos que la gloria duradera y la realización están realmente en el servicio a los demás, y no a uno mismo. Y para eso, debe dejar su patrimonio totalmente fuera de este esquema: debe hacer un gesto definitivo que lo libere de ese peso y notifique a sus adversarios que la cosa va en serio.


Da lo mismo su pasado. La historia le entrega a algunas personas, en muy especiales momentos, la oportunidad de que todo su legado se decida en un solo acto. Piñera ha sido puesto en esa posición, y deberá decidir si ese legado se plasmará definitivamente en los libros que cuenten la historia de la República o en los libros de actas de los directorios. Ninguna gran biografía se ha inscrito jamás en ambos.


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Published on April 09, 2017 02:20

La caña de Giorgio

GIORGIO NOS confiesa que su organismo reacciona de forma inadecuada cuando ingiere alcohol y drogas de manera simultánea. Gracias Giorgio por la información. En adelante procuraremos evitarte el suministro paralelo de dichas sustancias.

Giorgio y su amigo Gabriel tienen su propia candidata a la Presidencia -la Bea- que hace lo que ellos le indican, tal como le notificó el mismo Gabriel por la prensa. Es que ella “tiene una opinión sin dobles tintas”, nos explica Giorgio, como si esa fuese la competencia fundamental para comandar La Moneda.


La Bea también nos ha hecho saber la razón por la cual ella debe ser elegida. Nos dijo: “cuánto vamos a soportar que sean siempre las mismas caras”, apelando al manoseado y sobrevalorado argumento del recambio. Me disculpan, pero la experiencia también importa, especialmente cuando se trata de política.


Todo indica que para Giorgio esto de terminar mezclando drogas y alcohol es algo que está en el horizonte de cualquiera, así que en un momento de generosidad invaluable, nos obsequió su propia y patentada fórmula para enfrentar la temida “caña”: “Tomar mucha agua en la noche… un paracetamol o dos… sal de fruta”. Gracias Giorgio.


Camila tiene buena onda con Giorgio y Gabriel, pero ella milita en el partido de la hoz y el martillo y ahí no están para payasadas ni para candidatos al voleo. Camila se aburrió de liderar los ranking de políticos con mayor rechazo. Probó varias fórmulas para superar su estigma de escasa simpatía: entrevistas humanas, fotos sonriendo y el infalible argumento del ataque machista. Como nada funcionó, no le quedó otra opción que recurrir al populismo simplista y lo hizo de la mano de un proyecto de ley tan simple como embriagador: disminuir las horas laborales.


Bien Camila. Trabajemos menos y ganemos lo mismo. O mejor: ganemos más, trabajando menos. O no trabajemos y punto. Y que nos suban las pensiones y jubilemos más jóvenes. Y que nos den todo gratis y con calidad. Hasta escuché a algún brillante decir que con este proyecto vamos a solucionar el problema de la baja productividad del chileno. Era que no.


El problema, Camila, es que no pocos chilenos tienen dos, tres o más pegas al mismo tiempo para tratar de juntar un sueldo decente. No gozan de la fortuna parlamentaria de fijarse su propia y suculenta dieta, viajar gratis y tener garantizado un mes de vacaciones. Para ellos tus límites horarios sólo son sinónimo de menos oportunidades.


Mientras tanto, Giorgio “trata de evitar” la mezcla de alcohol y drogas. De sus palabras se desprende que no siempre logra escapar de este flagelo. Ojalá no te ocurra mientras legislas. Porque añade que, en esos casos, hasta sufre de “desaparición de recuerdos”.


Capaz que esa alternativa no sea mala: recurrir al combinado, un par de paracetamol, sal de fruta y esperar a que se nos olvide tanta candidatura y proyecto populista dando vuelta por ahí.


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Published on April 09, 2017 02:19

Qué encantadora es la gente común y corriente

En una de sus novelas, la escritora británica Nancy Mitford describe a una mujer de cierta edad, una aristócrata que pasa la mayor parte del tiempo en su habitación descansando de un agotamiento crónico. A través de ese personaje, cuyo nombre olvidé en beneficio del poder del mensaje que encarna, Mitford nos brinda una especie de seminario sobre los mecanismos del poder en una sociedad rígidamente estratificada, como lo era la inglesa anterior a las grandes guerras del siglo XX.


En una gran habitación, sobre una cama que bien podría haber sido un trono, rodeada de retratos de antepasados, tapices, ácaros y de potes de crema vacíos, la aristócrata elabora una lista de invitados a una gran recepción. Abrirá los salones, anuncia, pero necesitará ayuda, pequeñas minucias que inmediatamente se propone encargarles a algunos vecinos de menor rango social. Se trata de familias que no tienen ningún vínculo laboral con ella, no son sus empleados, tampoco le deben favores y bien podrían ignorarla si vivieran en otra cultura, pero habitan en la campiña inglesa previa a la irrupción de los Beatles y la revista Hello! La mujer sencillamente comenta que son personas a las que hará muy felices con tan sólo pedirles sus servicios. Ella sabe que les hace un favor tomándolos en cuenta: no les regala nada más ni nada menos que el solo gesto de pensar en ellos. Naturalmente, el desarrollo de los hechos le da la razón.


Los relatos de Nancy Mitford -quien nació formando parte de una familia tan ilustre como excéntrica- tienen el encanto de describir, con aparente ingenuidad frívola, vínculos y relaciones complejas de explicar de otro modo. El genio de Mitford se desliza con gracia por una superficie que inevitablemente refleja las imágenes de las profundidades abisales de un orden centenario. Un mundo lleno de símbolos y convenciones arbitrarias, que en ocasiones son un simple adorno, un accesorio y, por momentos, lo significan todo, lo llenan todo, lo anuncian todo. El secreto está en saber leer las reglas de ese mundo, entender las dinámicas físicas desatadas y conocer el lugar que se ocupa en ese orden. Eso es lo que explica que existan ejercicios de abajismo exitosos, como el de un joven médico burgués de Rosario, que termina como ícono mundial del revolucionario, patrono de los explotados y estruendosos fracasos de artificio abajista como el comercial en que Pepsi trató de hacer pasar por contestataria a una figura célebre por los lujos de un clan mediático -las Kardashian- que ha vivido gracias a la explotación intensiva de su vida íntima. La diferencia entre la épica del Che Guevara y el comercial de Kendall Jenner es la distancia que hay entre la identidad enarbolada con ideas y voluntad y la pose vacía de convicción.


Una comparación similar puede establecerse entre la visita que un magnate hace a la casa de un estudiante de Estación Central y la cita entre el ministro de Hacienda y el presidente ejecutivo de Codelco en una sanguchería del centro. Por un lado, Andrónico Luksic cumplía el sueño de una familia común y corriente de ser tomada en cuenta por un hombre poderoso. No hay regalos ni reclamos. Una cumbre entre una persona que figura en la revista Forbes y los usuarios habituales de la tarjeta bip! La fantasía perfecta de integración social en una sociedad que ha hecho de la desigualdad parte de su floclore. Luksic llegó sin más testigos que los anfitriones que hicieron público el encuentro subiendo una foto a sus redes sociales. Por otro lado, una autoridad citaba a la prensa a una actividad que simulaba sencillez por la locación en que se llevaría a cabo. La finalidad evidente era una foto y la secuencia para el noticiero de dos autoridades -Rodrigo Valdés y Nelson Pizarro- comiendo un sándwich en el Paseo Huérfanos. El millonario comía sopaipillas y carne mechada con su amigo de Twitter; el ministro se sentaba a la mesa con un par, alguien de su círculo profesional, haciendo de la normalidad un acontecimiento público sin prestar atención a que estaba usando a la gente alrededor como una escenografía muda sin derecho a sentarse junto a ellos en medio del hastío de la opinión pública sobre el sistema de pensiones. Nadie pensó que tal vez el atrezo podría rebelarse a participar en la puesta en escena, salirse de madre y sacar la voz. Fue justamente lo que ocurrió. La cita concluyó como una nota de prensa sobre la violencia que se vive en el país, la misma idea que repite el candidato de la oposición que quiere volver a La Moneda. El mensaje de normalidad planificado acabó en uno de alarma y preocupación: la gente común y corriente está tan crispada -repetían una y otra vez-, que el deber de las autoridades es hacer un llamado a la calma, sumándose así al discurso de sus adversarios políticos.


Un gobierno que prometía reformas que nos harían vivir mejor termina su mandato alertando sobre el ambiente de violencia latente, durante la misma semana en que uno de los hombres más ricos de Chile aparece en la portada de un diario compartiendo mesa con un estudiante desconocido de una comuna de Santiago poniente. ¿Cuál de las dos imágenes se acerca más a la realidad? Tal vez las dos a la vez. La diferencia la marca quien logró su cometido y quien no. Quién sería un personaje en una novela de Nancy Mitford y quién, definitivamente, no sabría cómo usar el encanto que provoca el poder en su propio beneficio.

Esta semana ha quedado claro que alguien nunca supo leer los signos de los tiempos, ni la física de los anhelos de los comunes y corrientes.


La entrada Qué encantadora es la gente común y corriente aparece primero en La Tercera.

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Published on April 09, 2017 02:18

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Óscar Contardo
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