Jorge Zepeda Patterson's Blog, page 25

July 5, 2014

El Papa contra sus obispos

El presidente Enrique Peña Nieto anticipaba la oposición a sus reformas por parte de los poderes de facto en México, recelosos de la pérdida de sus privilegios, pero nunca creyó que uno de los más virulentos críticos llegase a ser la cúpula eclesiástica. Y sin embargo los líderes de la Iglesia Católica en México han lanzado repetidos ataques públicos a las políticas del gobernante priista y muy en particular a sus reformas. Lo curioso es que las críticas no se originan por la pérdida de prebendas de los religiosos en México, sino por la defensa de los oprimidos. Y esa sí que es novedad.


“No habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales que nos llevan a estar más atentos a la vida privada de los artistas que al sufrimiento de los migrantes arrojados de un tren por no tener para pagar los extorsionadores”, afirmó un editorial de mediados de junio del semanario oficial de la Arquidiócesis de México, considerado el órgano de expresión de los obispos mexicanos. El texto añadía severas críticas a la partidocracia que gobierna al país, “una clase hambrienta de poder” que ha corrompido la reforma electoral impidiendo la transparencia y la participación ciudadanas.


La confrontación tiene mucho de sorprendente. Durante décadas cardenales y obispos mexicanos han constituido un aliado dócil e incondicional de las políticas emanadas desde el poder. Lejos de cambiar este panorama, la llegada de Enrique Peña Nieto a Los Pinos parecía que habría de acentuarlo. El nuevo presidente mexicano procede de un hogar profundamente católico y fue formado en escuelas y universidades confesionales. Sus giras al Vaticano como gobernador, como candidato presidencial y ahora como mandatario han sido una alta prioridad en su agenda internacional. Y para nadie es desconocido el enorme esfuerzo que significo anular el matrimonio anterior de Angélica Rivera para que el presidente pudiera casarse por vía religiosa en el verano de 2012.


El factor que se ha modificado en esta ecuación de mutua complacencia procede de una variable externa: el arribo al Vaticano de un pontífice impensado. Después de cuarenta años de intervenciones de la Santa Sede sobre la jerarquía eclesiástica latinoamericana para desterrar cualquier vestigio de la llamada “Iglesia de los pobres”, los obispos de la región buscan de manera desesperada adecuarse a una narrativa papal que los ha tomado descolocados.


A lo largo de los meses el Papa Francisco ha generado un cambio drástico en posiciones anquilosadas de la Iglesia, desde el tema de la pobreza hasta asuntos relacionados con la zona de la cintura para abajo, como el mismo ha designado sus referencias a la homosexualidad y a la contracepción. Y una y otra vez en los últimos meses, ha pedido a sus obispos mostrar mayor flexibilidad frente a las nuevas tendencias sociales.


Pero es en el tema de la pobreza y al corrupción, incluyendo la eclesiástica, donde sus posiciones han ido más lejos. “No se puede hablar de pobreza si no se la experimenta con una inserción directa en los lugares en los que se vive”. “No se puede hablar de pobreza, de pobreza abstracta, ¡ésta no existe! La pobreza es la carne de Jesús pobre, en ese niño que tiene hambre, en quien está enfermo, en esas estructuras sociales que son injustas”.


El domingo pasado, en la Plaza de San Pedro, el Papa cargó de nuevo en contra de la corrupción de los poderosos, un tema cada vez más recurrente en sus homilías, incluyendo la corrupción eclesiástica. Durante la misa hizo un exhorto explícito a los obispos a “no buscar el apoyo de los que tienen el poder”.

Las críticas de los obispos mexicanos a la reformas de Peña Nieto, me parece, se inscriben en este giro de timón desesperado por parte de las élites católicas para amoldarse a los designios de Roma.


Pero no todos los altos clérigos están de acuerdo. El arzobispo hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, rescatado por el Papa del exilio al que lo condenaban sus ideas “socialistas”, habló de una creciente rebelión contra Francisco entre la jerarquía eclesiástica conservadora. “¿Qué pretende este argentinito?” dijo que dijeron. Y algún cardenal habría sentenciado un “Nos equivocamos.” (citado por Alma Guillermo Prieto en un excelente perfil sobre el papa argentino, en Medium.com).


La batalla entre el Papa y sus obispos apenas comienza y podemos asumir que será soterrada y disfrazada en las misteriosas manera en las que dicen que Dios suele trabajar. Y ya está sucediendo, para sorpresa y confusión del presidente mexicano.


Publicado en El País

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 05, 2014 07:19

Mireles, el fracaso de la política

Si Miguel Hidalgo y su colegas de los libros de texto no nos hubieran independizado de España hace doscientos años habríamos sido campeones del Mundial de 2010 y ahora, en 2014, ya estaríamos en cuartos de final gracia a Costa Rica, que como dice el Rompplotas era una provincia mexicana antes de 1821. Claro que eso es tomarse con demasiada libertad las interpretaciones históricas. Pero, vamos, ¿no es eso lo que está haciendo el gobierno con los grupos de autodefensa?


La detención de José Manuel Mireles este fin de semana es el enésimo capítulo de un folletón tele novelesco que ha convertido ahora en héroe y ahora en villano al líder de las guardias de autodefensa de Tierra Caliente. El doctor de Tepalcatepec, ex vocero de las distintas fuerzas ciudadanas que surgieron en la zona, fue hijo predilecto del gobierno en su estrategia para pacificar el oeste de Michoacán, tierra de los Templarios. Cuando se accidentó el avión que lo transportaba de regreso a casa en enero de este año, luego de entrevistarse con autoridades de la Ciudad de México, fue llevado a un hospital de Morelia y posteriormente fue atendido en la capital en instalaciones militares.


Durante meses Mireles fue el interlocutor favorito de Alfredo Castillo, el poderoso comisionado especial para la pacificación de Michoacán. Ahora es tratado como un reo peligroso y ha sido encerrado en un penal de alta seguridad en Sonora, acusado de portar armas de uso restringido y posesión de drogas.


Resulta imposible saber si los cargos obedecen a delitos reales o son producto de las pruebas “sembradas” para poder encerrarlo, como ha dicho su abogada. Lo de las armas en posesión de su escolta no es descabellado, toda vez que debían protegerse de templarios que no tiran precisamente con resortera. Pero el médico no era conocido por portar pistola al cinto, mucho menos una Kalashnikov o equivalente. Mucho menos creíble es que Mireles hubiese estado en posesión de drogas toda vez que se sabía en la mira de las autoridades.


Pero más allá de los dimes y diretes de la acusación, es evidente que la aprehensión de Mireles constituye un fracaso de la política. El gobierno había fluctuado en su estrategia para con los grupos de autodefensa una y otra vez a lo largo de los meses. Reconocerlas como grupos legítimos armados de la sociedad civil equivalía a abdicar de una de las responsabilidades de todo Estado nacional, el llamado monopolio de la violencia. Pero, del otro lado, las fuerzas federales habían sido incapaces de pacificar a Michoacán desde que lo intentó Calderón en diciembre de 2006. Para todos era evidente que el ejército o las policía judicial eran un intruso en la región, un ejército de ocupación, ajeno al tejido social local. Eso derivó en una estrategia más madura e inteligente que consistió en establecer alianzas con las fuerzas de autodefensa para penetrar efectivamente en Tierra Caliente. Al final, se establecieron convenios para dar protección a estas fuerzas, a condición de incorporarlas, subsumidas en los cuerpos oficiales. Fue entonces que Mireles se convirtió en un líder clave en la interlocución con estos grupos.


No obstante, algo falló. O el gobierno adquirió confianza y sintió que ya no necesitaba de tan incómodos aliados y comenzó a hostilizarlos o estos no se sintieron suficientemente protegidos frente a los Templarios para deponer las armas. Después de todo son ellos los que viven allí, desafiando al crimen organizado. De nada valía haber pacificado un pueblo, si desde la población vecina los Templarios seguían dirigiendo ataques en contra de los integrantes de las fuerzas de autodefensa y sus familias. Lo cierto es que algo se rompió en ese acuerdo tácito entre el comisionado Castillo y los líderes civiles de Tierra Caliente.


Cualquiera sea la razón para este desencuentro, es una lástima que termine en un penal de alta seguridad un médico cuyo crimen fue empecinarse en dejar de ser víctima pasiva de los abusos del crimen organizado. El hecho de que sea acusado de posesión de drogas parece una broma de mal gusto considerando las muchas veces que ha puesto en riesgo su vida para combatir a los traficantes de drogas.


No se trata de que debamos glorificar o canonizar a personajes como Mireles; como cualquier ser humano, se trata de un hombre de claroscuros, con virtudes y defectos, producto de una región salvaje como Tierra Caliente. Pero algo está mal cuando el gobierno se ceba en contra de los únicos ciudadanos que han puesto la cara para enfrentar a los capos del narco. Si las autoridades creen que ya no se les necesita quiero pensar que hay maneras más dignas de retirarlos que hacerles expedientes carcelarios a modo.


Publicado en Sinembargo.mx

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 05, 2014 07:10

July 1, 2014

Mireles, el fracaso de la política

Si Miguel Hidalgo y su colegas de los libros de texto no nos hubieran independizado de España hace doscientos años habríamos sido campeones del Mundial de 2010 y ahora, en 2014, ya estaríamos en cuartos de final gracia a Costa Rica, que como dice el Rompplotas era una provincia mexicana antes de 1821. Claro que eso es tomarse con demasiada libertad las interpretaciones históricas. Pero, vamos, ¿no es eso lo que está haciendo el gobierno con los grupos de autodefensa?


La detención de José Manuel Mireles este fin de semana es el enésimo capítulo de un folletón tele novelesco que ha convertido ahora en héroe y ahora en villano al líder de las guardias de autodefensa de Tierra Caliente. El doctor de Tepalcatepec, ex vocero de las distintas fuerzas ciudadanas que surgieron en la zona, fue hijo predilecto del gobierno en su estrategia para pacificar el oeste de Michoacán, tierra de los Templarios. Cuando se accidentó el avión que lo transportaba de regreso a casa en enero de este año, luego de entrevistarse con autoridades de la Ciudad de México, fue llevado a un hospital de Morelia y posteriormente fue atendido en la capital en instalaciones militares.


Durante meses Mireles fue el interlocutor favorito de Alfredo Castillo, el poderoso comisionado especial para la pacificación de Michoacán. Ahora es tratado como un reo peligroso y ha sido encerrado en un penal de alta seguridad en Sonora, acusado de portar armas de uso restringido y posesión de drogas.


Resulta imposible saber si los cargos obedecen a delitos reales o son producto de las pruebas “sembradas” para poder encerrarlo, como ha dicho su abogada. Lo de las armas en posesión de su escolta no es descabellado, toda vez que debían protegerse de templarios que no tiran precisamente con resortera. Pero el médico no era conocido por portar pistola al cinto, mucho menos una Kalashnikov o equivalente. Mucho menos creíble es que Mireles hubiese estado en posesión de drogas toda vez que se sabía en la mira de las autoridades.

Pero más allá de los dimes y diretes de la acusación, es evidente que la aprehensión de Mireles constituye un fracaso de la política. El gobierno había fluctuado en su estrategia para con los grupos de autodefensa una y otra vez a lo largo de los meses. Reconocerlas como grupos legítimos armados de la sociedad civil equivalía a abdicar de una de las responsabilidades de todo Estado nacional, el llamado monopolio de la violencia. Pero, del otro lado, las fuerzas federales habían sido incapaces de pacificar a Michoacán desde que lo intentó Calderón en diciembre de 2006. Para todos era evidente que el ejército o las policía judicial eran un intruso en la región, un ejército de ocupación, ajeno al tejido social local. Eso derivó en una estrategia más madura e inteligente que consistió en establecer alianzas con las fuerzas de autodefensa para penetrar efectivamente en Tierra Caliente. Al final, se establecieron convenios para dar protección a estas fuerzas, a condición de incorporarlas, subsumidas en los cuerpos oficiales. Fue entonces que Mireles se convirtió en un líder clave en la interlocución con estos grupos.


No obstante, algo falló. O el gobierno adquirió confianza y sintió que ya no necesitaba de tan incómodos aliados y comenzó a hostilizarlos o estos no se sintieron suficientemente protegidos frente a los Templarios para deponer las armas. Después de todo son ellos los que viven allí, desafiando al crimen organizado. De nada valía haber pacificado un pueblo, si desde la población vecina los Templarios seguían dirigiendo ataques en contra de los integrantes de las fuerzas de autodefensa y sus familias. Lo cierto es que algo se rompió en ese acuerdo tácito entre el comisionado Castillo y los líderes civiles de Tierra Caliente.


Cualquiera sea la razón para este desencuentro, es una lástima que termine en un penal de alta seguridad un médico cuyo crimen fue empecinarse en dejar de ser víctima pasiva de los abusos del crimen organizado. El hecho de que sea acusado de posesión de drogas parece una broma de mal gusto considerando las muchas veces que ha puesto en riesgo su vida para combatir a los traficantes de drogas.


No se trata de que debamos glorificar o canonizar a personajes como Mireles; como cualquier ser humano, se trata de un hombre de claroscuros, con virtudes y defectos, producto de una región salvaje como Tierra Caliente. Pero algo está mal cuando el gobierno se ceba en contra de los únicos ciudadanos que han puesto la cara para enfrentar a los capos del narco. Si las autoridades creen que ya no se les necesita quiero pensar que hay maneras más dignas de retirarlos que hacerles expedientes carcelarios a modo.


Publicado en Sinembargo.mx

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 01, 2014 07:56

June 30, 2014

TV: La otra cancha

En estos días México se juega algo más importante que el Mundial. O bueno, casi: más gente sale al Ángel de la Independencia a festejar un triunfo de la selección que a la calle para influir en la definición de la televisión y las telecomunicaciones que tendremos en los próximos años. Y basta ver la relación entre un adolescente y su “móvil” para darnos cuenta que una parte importante del futuro se está jugando en las leyes a las telecomunicaciones. Entre otras cosas para decidir cómo se va a ver el Mundial del 2018, por ejemplo.


Lo que está en juego es decidir si Televisa es preponderante en la televisión de paga en la nueva ley que se fallará en el Senado. Para la realidad es preponderante, pues controla más del 70% gracias a Cablevisión y a Sky, pero no para el gobierno de Peña Nieto. Gracias a un subterfugio formal, la ley antimonopolio del ejecutivo no contempla analizar al sector telecomunicaciones servicio por servicio sino por bloques completos. Esto significa que la televisión de paga no es analizada como tal y Televisa no sólo no será obligada a reducir su peso (como sí es el caso de Slim en telefonía), sino que puede ampliar su área de influencia y competir por las nuevas licitaciones de cable. Y como bien se sabe, la tendencia mundial muestra claramente que la televisión de paga irá ganando terreno a la televisión abierta. Alguien podría decir que lo que está en juego es simplemente la letra chica de una ley secundaria, pues simplemente se trata de saber si se dictaminara la preponderancia por sector o por servicio. Una mera palabrita pero que determinará miles de millones de pesos y, más importante, será decisivo en la conformación de la opinión pública del futuro.


Se ha querido ver en esta confrontación un choque de trenes entre Slim y Azcárraga, como si se tratara de un juego de suma cero, donde lo que uno gana el otro lo pierde. En realidad tendríamos que asegurarnos de que ambos perdieran en beneficio de muchos otros actores cuya confluencia permita mejorar el servicio y diversificar las opciones.


Y por lo demás, detrás de esta reforma secundaria hay muchas otras batallas de la misma forma que un juego entre dos equipos supone batallas soterradas en distintas zonas de la cancha (como la pequeña guerra entre Luis Suárez y Chiellini en la confrontación Uruguay-Italia). Algo así está sucediendo con el PAN, mordidas incluidas.


En el Senado el grupo PRI-PVEM tiene 61 votos de los 65 que requiere la aprobación de la ley en los términos favorables a Televisa en que la envió el ejecutivo. La dirigencia nacional del PAN decidió este sábado que su posición será contraria a ese proyecto e hizo un exhorto a sus 38 senadores para que voten a favor de la preponderancia por servicio El único problema es que Gustavo Madero, presidente del blanquiazul, no controla a la fracción calderonista en el Senado, parte de la cual se pliega a los intereses de Televisa, particularmente el senador Javier Lozano quien ha sido poco menos que organizador de la porra a favor de Azcárraga. En otras palabras, el pronunciamiento del PAN sirve simplemente para lavar la cara. Al final son los senadores panistas los que darán a Peña Nieto los votos necesarios para ofrecerle un regalo inconmensurable a la televisora.


Purificación Carpinteyro

La renuncia de Carpinteyro a participar en el debate de esta ley por conflicto de intereses luego de hacerse pública una conversación telefónica privada, arroja ángulos adicionales. La diputada y exsubsecretaria del ramo señaló en un texto reciente: “Juzguen mis actos como conflicto de interés, háganlo y confróntelo con el de los senadores Ninfa Salinas, hija de Ricardo Salinas Pliego; Armando Melgar, Presidente de Canal 40; Javier Lozano Alarcón, autor de la Ley Televisa 2; Emilio Gamboa Patrón, impulsor de la Ley Televisa; Gerardo Flores, asesor y ex funcionario de Iusacell; Arely Gómez González, hermana de Leopoldo Gómez, Vicepresidente de Televisa; Mónica García de la Fuente, miembro jurídico de Televisa, entre otros. También con el de muchos diputados, algunos no claramente identificados y otros sin pudor, como son Carlos Jorge Mendoza, Vicepresidente de Grupo Azteca; Federico González Luna, ex representante de la CIRT y autor de la Ley Televisa; Laura Ximena Martel, ex presidenta de la CIRT; Antonio Cuéllar Steffan, ex director jurídico de Televisa; Javier Orozco Gómez, abogado de Televisa; Enrique Cárdenas, accionista de la Organización Radiofónica Tamaulipeca; Homero Niño de Rivera, ex director de comunicación social de Segob con Calderón y autor del cambio de la palabra “comprar” por “adquirir” para beneficiar a los medios; Patricio Flores, dirigente del SITATYR, con plaza en Televisa y Rubén Acosta Montoya, ex director ejecutivo de la Cofetel.


Publicado en una quincena de diarios


@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 30, 2014 08:41

June 26, 2014

Letizia, la Reina en el Sur

Probablemente yo era el único periodista del Hemisferio Occidental que desconocía la noticia. Había estado tres días incomunicado tomando fotos a osos polares en medio de la tundra canadiense y sólo al regresar al pequeño pueblo de Churchill, punto de partida de la expedición, pude percatarme de docenas de correos electrónicos que indagaban mi opinión sobre la futura reina de España. La pregunta me parecía casi tan surrealista como la aurora boreal que había contemplado horas antes.


Entre lo emails recibidos reconocí el nombre de un amigo, directivo de El País, quien me ponía al tanto de la noticia: la corona española había emitido un boletín para anunciar el compromiso del príncipe Felipe de Borbón con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano. Entre los escasos datos que aportaba el anuncio oficial se decía que había trabajado en el diario Siglo21 de Guadalajara, México.


Recordé a la joven rubia que había conocido siete años atrás y temí por ella al comenzar a leer el medio centenar de correos electrónicos febriles y perentorios de mis colegas españoles. Estaban desesperados por conocer algo más del pasado de la futura reina. Luego acudieron a mi mente un par de estampas de Letizia durante su paso por México y supuse que, a su manera, podría con todo ello.


La conocí a principios de 1996 cuando cursaba un diplomado en periodismo en la Universidad de Guadalajara en el que di una charla. Sobresalía por su estatura, la cabellera rubia y las preguntas inquisitivas. Al final del acto me abordó y quiso saber si había posibilidad de ingresar al diario que yo dirigía.


No me extrañó que Letizia quisiera trabajar con nosotros. Siglo 21, fundado en 1991, era un periódico absolutamente singular. Fue concebido luego de una larga estancia de mi parte en El País en Madrid y en muchos sentidos constituía una versión bonsái del diario español. Tenía también la influencia de Tomás Eloy Martínez, el escritor y periodista argentino, quien me había ayudado a capacitar al personal. Cinco años después, cuando la futura reina apareció, Siglo 21 era un diario con una redacción punzante, fruto de la convicción romántica y mesiánica de estar descubriendo el nuevo periodismo en México.


Recibí en mi oficina a la aspirante días después de la charla en la Universidad; estaba por terminar su diplomado y tenía una promesa para un empleo en Madrid que estaría disponible meses más tarde. Un trato similar habíamos realizado ya con una docena de egresados del Master de El País con buenos resultados, así que no dudé en ofrecer una plaza provisional a la avispada joven, aunque supuse que mi oferta la frustraría: sólo tenía disponible una plaza de reportera en Tentaciones, el suplemento de ocio. Me equivoqué, aceptó encantada.


Letizia fue recibida por el pequeño universo cerrado de nuestra redacción de la misma manera que lo haría la opinión pública española al ingresar al Palacio de la Zarzuela: algún entusiasmo, mucha desconfianza. Era demasiado guapa para pasar inadvertida entre el elenco masculino y para su desgracia lo mismo podía decirse del femenino. Sin embargo, la joven de 25 años no se arredró; días más tarde comenzó a inundar de notas periodísticas a su editora.


La falta de contexto de los usos y costumbres tapatíos por parte de Letizia se convirtieron en un activo inesperado. Su crónica de platillos típicos para la sección “gourmet callejero” permitió a los locales ver los tacos de lengua con otros ojos. Lo mismo ofrecía miradas nuevas sobre el sobador de huesos del mercado que del artista plástico semijubilado y enfermo de nostalgias de París. Su pasión por la música pronto redituó dividendos al periódico gracias a la amistad que supo granjearse entre los grupos de rock de la ciudad.


Algunas semanas después observé que el suplemento se había llenado de notas firmadas por Letizia Ortiz. Llamé a la editora, Cecilia Jarero, para reclamar lo parroquiano que resultaba tal reincidencia. “Es que me trae dos notas diarias”, se quejó. Una semana después Letizia misma ofreció la solución: la mitad de sus textos aparecieron firmados por Ada Rocasolano.


Meses más tarde me invitó un café para anunciar su regreso a España donde la esperaba el nuevo empleo en la radio. “Si no lo hago ahora no lo hago nunca, estoy encantada”. Traté de disuadirla, sin éxito, invitándola a ser editora de la sección internacional. Para entonces Letizia era apreciada incluso por una buena parte del personal femenino.


Un año más tarde la vi en Madrid; nos citamos en un bar al caer la noche para ponernos al corriente de las novedades. Cuando se enteró que me estaba quedando en casa de un célebre periodista español al que ella respetaba me ofrecí a presentárselo y me acompañó a la Calle de Velázquez. Lo encontramos enfundado en bata leyendo en un sofá. Letizia relató entusiasmada que hacía entrevistas y exámenes para ser admitida como presentadora en la televisión. Mi amigo, quien ha hecho de la provocación un arte, le aseguró que con esa cara podía contestar mal todos los cuestionarios y aún ganar la plaza. A su manera quería hacer una mofa del periodismo televisivo versus el profesional de la prensa escrita. Picada por el desdén del anfitrión, Letizia insistió en el rigor de las pruebas. Él, encantado con el jaleo, reiteró la frivolidad de algunos conductores de la pantalla.


De regreso en la calle a donde la acompañé a tomar un taxi, ella seguía molesta. Se sabía guapa pero insistía que eso nunca había sustituido la inteligencia ni el trabajo; a veces, me dijo, resulta incluso un estorbo. Pensé en su experiencia en Guadalajara y comprendí sus razones. Volví a pensarlo años después cuando leí las críticas superficiales en la prensa española en torno a la boda real. También supe que tarde o temprano sabría vencerlas con esa mezcla de temeridad, trabajo y talento con el que se emplea para lograr sus metas, sin renunciar a ser ella misma. Me parece que otra vez está sucediendo, ahora en su papel de reina de España.


Publicado en El País

@jorgezepedap



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 26, 2014 07:30

June 24, 2014

La utilidad de ganar a Croacia

Para Einstein el nacionalismo es el sarampión de la humanidad y para Ambrose Bierce constituye el refugio de los canallas. Pues sí. Pero qué bien se siente ver ganar a México por un contundente 3-1 contra un equipo croata plagado de estrellas internacionales.


Sí, ya se que un entrenador que lleva a cuestas el apodo de “El Piojo” y, lo que es peor, con un físico que lo justifica, no es la mejor de las postales para presumir al mundo. Pero si Miguel Herrera hace jugar a su equipo de esa manera, más que bienvenido. Los croatas estaban dirigidos por un director técnico que parecía salido de un anuncio de Giorgio Armani, lo cual no impidió que al final del partido sus jugadores tuvieran que hacer las maletas para el regresar a casa.


Hombre por hombre el valor de mercado de la plantilla croata es cuatro veces más alto que el de México: 163 millones de euros contra 47 millones. Basta decir que Mandzukic, su centro delantero, es el titular del Bayern Munich campeón de Alemania, Rakitic acaba de ser adquirido por el Barcelona en 20 millones de euros y Modric es el creativo de la media cancha del Real Madrid, actual campeón de Europa. Frente a esta constelación México apenas puede presumir a Guardado y a Giovanni que no siempre son titulares en equipos españoles de media tabla. Y, pese a todo, el equipo nacional ofreció un partido muy por encima del rival.


El orgullo nacional por esta victoria es más que legítima. No se trata de que los triunfos o las derrotas de la selección de un país tengan que ser interpretadas como expresión de la calidad –o falta de ella- de un pueblo. Tan absurdo es auto flagelarnos por nuestras “miserias” cuando perdemos en casa ante Honduras durante una eliminatoria, como asumir cualquier sentimiento de superioridad por algunas victorias en el Mundial. El desempeño de un equipo es una mezcla, a veces caprichosa, del nivel de juego con que se practica una disciplina en un país, del momento por el que atraviesan 22 jugadores, de la habilidad y el trabajo previo para convertirse en un conjunto eficaz y, por qué no decirlo, de la subjetividad arbitral y el incompresible azar que lleva a una pelota golpear contra el marco y continuar a la red o salir botado.


El hecho de que los jugadores mexicanos no se hayan amilanado frente a dos goles legítimos invalidados en el primer partido y que no se hayan cebado en el lamento paralizante por el ostensible penalti no cobrado por el árbitro en el juego contra Croacia, habla de un temperamento mucho más maduro del equipo nacional. Pero eso no significa que refleje algún supuesto férreo temperamento del “alma azteca”. De la misma forma que tampoco era un rasgo del pueblo mexicano que en el pasado los jugadores fueran unos quejicas infantiles y víctimas fatalistas de todo yerro arbitral. La templanza mostrada por los jugadores muestra simplemente la maduración creciente del oficio de futbolista en México: atletas que son formados desde niños para responder a las presiones que se desarrollan en un partido.


El nacionalismo en efecto puede ser el repositorio de los canallas. En nombre de la patria se han cometido enormes atrocidades y la mayor parte de las guerras. Con harta frecuencia ha sido la coartada para que las masas se movilicen en defensa de los intereses de las élites de un país. Pero como la tecnología, el sexo o el vino, el problema no está en sí mismo sino en la manera en que se le utilice. El nacionalismo es también un factor de identidad, un elementos de cohesión de una comunidad, un sentimiento de pertenencia. Hace unos días cité un comentario enviado por un lector a este sitio; nunca más pertinente: “Tengo un vecino al cual apenas le había hablado unas cuantas palabras desde hace décadas y hoy al meter gol la selección mexicana gritamos como locos y hasta carne asada hicimos junto a nuestras familias”. Es decir, vecinos cuyo distanciamiento o indiferencia persistió pese a haber compartido sismos, delincuencia en el barrio o vicisitudes en los servicios públicos, y acabaron reunidos por un gol del equipo nacional.


Así que asumamos el triunfo sabiendo que no significa otra cosa que un gran motivo de júbilo para festejar y compartir una alegría con todos aquellos con los que convivimos. Y lamentemos la derrota cuando ella llegue conscientes de que no representa otra cosa que la ley del juego: 31 equipos de 32 habrán de pasar por ella. En cierta forma el deporte espectáculo tendría que ser una enorme experiencia pedagógica de humildad: después de todo sólo un equipo termina siendo campeón.


Los triunfos del Tri deben ser motivo de orgullo y regocijo para todos aquellos que disfrutan el futbol. Una dosis de nacionalismo en estas circunstancias es bienvenido siempre y cuando el fortalecimiento de la identidad no derive en sentimientos intolerantes o despectivos hacia los otros. Y no me parece que sea el caso.


Dudo que México llegue a ser campeón. Pero espero tener motivos para seguir festejando luego de enfrentar a Holanda. Ya vimos que hay con qué. ¿No creen?


Nota: Resulta interesante la participación de la vilipendiada CONCACAF. De los cuatro equipos de la región dos están calificados, Costa Rica y México, y un tercero, Estados Unidos, con muy altas posibilidades. 75%, una proporción que desearía cualquier confederación.

@jorgezepedap



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 24, 2014 07:52

June 22, 2014

Los Mirreyes y la ley de la gravedad

Con diferencia de algunos días dos jóvenes mexicanos murieron en el extranjero en condiciones singulares. Suficientemente singulares como para convertirse en noticia internacional. Más allá de la desgracia que significa la interrupción de una vida en ciernes, dos circunstancias llaman la atención: en ambos casos se trata de muertes absurdas originadas en el delirio irresponsable y, en ambos también, se trata de hijos de políticos.

Al grito de “Voy a hacer historia, voy a detener el barco”, alrededor de las cinco de la tarde del miércoles pasado Jorge Alberto López Amores se tiró al mar desde el nivel 15 del Crucero MSC Divina. Se encontraba en compañía de otros 3,500 pasajeros en un crucero que navegaba por las costas de Brasil. Buena parte de los pasajeros son mexicanos, incluyendo los mil ganadores de un viaje al mundial promovido por una empresa cervecera. López Amado era uno de ellos.


El joven de 25 años, hijo del procurador de Chiapas, logró su propósito: detener el barco. El enorme crucero interrumpió momentáneamente su marcha para intentar encontrarlo. López Amores consiguió los quince minutos de gloria a costa de su vida. Aunque se tiró con chaleco salvavidas “ni siquiera salió del agua” fue el epitafio involuntario por parte de un testigo.


Los pasajeros describen a López Amores como un joven que deseaba socializar con aquellos que admiraba. Durante días había bebido con todos aquellos que tenían ganas de fiesta, particularmente con pasajeros de buena condición social. Los testigos afirman que saltó para impresionar a la periodista Eva Meza, de Sinaloa, a quien había conocido en la travesía. Hay algo que mueve a la ternura en una de sus últimas frases: “tómenme con su celular, me voy a tirar”. Nadie lo hizo.


Una semana antes murió en Londres Miguel Ángel Lozano Ramos también de un salto, aunque al parecer de manera involuntaria. Con apenas 18 años, el hijo del ex líder estatal del PRI en Nuevo León y actual funcionario de dicha entidad, había llegado a Inglaterra para estudiar inglés. El día de su muerte, 11 de junio, conoció a la rusa Anastasia Tutik, de 19 años y por la noche fueron a una fiesta a un edificio de apartamentos en el sur de Londres. Un testigo señala que la pareja salió al balcón y comenzó a hacer el amor; para facilitar la tarea Miguel Ángel ayudó a su compañera a sentarse sobre el barandal. Era una acción temeraria; las fotos de la fachada del edificio muestran que se trata de un mera tabla metálica a la altura de la cintura, no más ancha que un pasamanos. Todo hace suponer que en algún momento la mujer perdió el equilibrio, se aferró a su compañero y juntos se precipitaron al vacío.


No tengo elementos para describir la trayectoria o la personalidad de los dos jóvenes más allá de las trágicas circunstancias en las que murieron. Igual pudo tratarse de dos mexicanos valiosos tratando de abrirse camino en la vida. Pero tampoco es usual que en el lapso de una semana mueran en el extranjero dos jóvenes por razones tan absurdas. En ambos casos la tragedia no es producto del azar sino de la irresponsabilidad que supone vivir al límite. No bastaba el gozo de saberse en la fiesta interminable de un crucero futbolero; había que destacar a cualquier costo, ganarse un motivo para ser admirado así fuera poniendo en riesgo la vida. No bastaba la exultante experiencia que para un chico de 18 años representa el haberse “ligado” a un atractiva rusa de 19 (las fotos dan cuenta de una rubia de belleza clásica); había que hacer algo atrevido y transgresor: hacer el amor en público y en un sitio imposible.


Me pregunto si el hecho de ser hijos de políticos significa algo; después de todo, miles de jóvenes salen al extranjero cada año sin que se maten en circunstancias tan singulares. Me pregunto si ser hijos de hombres de poder los convierte en mirreyes que se perciben a sí mismos como protegidos por un halo de invulnerabilidad.. No creo que López Amores y Lozano Ramos quisieran matarse; por el contrario ambos querían comerse la vida a bocanadas. Lo que sí compartían era la convicción de que podían arriesgarse sin tener que padecer los efectos de sus actos. Como si estuviesen resguardados por un escudo protector, como el que se sabe capaz de transgredir las normas con absoluta impunidad.


Desde siempre han existido juniors en México, pero comienzan a proliferar esta subespecie denominada mirreyes. Jóvenes que al falso sentido de superioridad que otorga una posición económica desahogada se añade ahora la sensación de poder transgredir las leyes de los hombres y de la gravedad sin sufrir las consecuencias gracias a ser hijos de papi.


Publicado en una quincena de diarios

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 22, 2014 08:31

June 19, 2014

El Chapo al rescate de México

Hace unos meses la revista Time dedicó su portada al presidente Enrique Peña Nieto con el sugerente título Saving Mexico. A la luz de la decisión de la Unión Europea de contabilizar las actividades ilegales dentro del PIB, quizá tendría que publicar una nueva portada con el verdadero salvador de la economía nacional: el Chapo Guzmán y sus colegas.


Tiene lógica esto de incorporar a la contabilidad del PIB el valor estimado de actividades como la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando. Todas ellas generan un impacto económico independientemente de que se trate de actividades ilegales. Si el Producto Interno Bruto “expresa” el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país durante un período de tiempo (normalmente un año), no hay razón para ignorar las actividades non sanctas. Desde siempre hemos sabido que el dinero no tiene moral, ¿para qué mantener la hipócrita costumbre de ignorar la existencia del subsuelo?


La Unión Europea ha pedido a sus miembros que a partir de 2014 los institutos de estadísticas nacionales incorporen los giros negros, por así decirlo. Algunos ministros de economía ya se frotan las manos por el empujón inesperado. Austria, que asumió la medida desde 2010 estimó que tales actividades representaron 0,1% del PIB el último año. No es despreciable, pero esa es Austria. Según el gobierno italiano la nueva contabilidad le permitirá sumar casi 1% a su PIB originalmente estimado en 1,3%.


Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística de España ha sido cauto en sus estimaciones pero señaló que el valor adicional podría fluctuar entre 1,5 y 3,0% del PIB. Nada mal considerando que las expectativas originales de la economía “formal” en 2014 para el país ibérico eran de 0,9%.


Hace algunos años las autoridades de la ciudad de México observaron que el Viaducto, una crucial y céntrica vía rápida de la capital del país, se encontraba colapsado. En respuesta se decidió ampliar a tres carriles lo que antes sólo era de dos, pero la inversión resultó prohibitiva por el valor de los edificios que se tendrían que derribar. Un funcionario resolvió la cuestión con una pincelada de ingenio. Una pincelada literalmente. Encontró que los dos carriles eran relativamente laxos, calculó distancias y estimó que en el mismo espacio cabían tres automóviles de manera simultanea. Las obras de ampliación consistieron en unos cuantos barriles de pintura para delimitar los nuevos carriles. La vía rápida más barata en la historia de México.


Algo parecido está a punto de suceder con el gobierno de Peña Nieto. El PRI se comprometió a tasas de crecimiento de 5 y 6 por ciento anual en la segunda mitad del sexenio. Pero en 2013, su primer año, el PIB creció sólo 1,1 y se estima que en 2014 apenas rebasará el 2%. La meta de un 5% dentro de dos años requeriría de un efecto milagroso digno de Ochoa, el imbatible portero mexicano. Un milagro que no se advertía de dónde podría llegar hasta que apareció la recomendación de la Unión Europea.


Todavía no está claro cuando adoptaría México la medida; algunos países de América Latina consideran incorporar los nuevos criterios de manera paulatina y es probable que la tendencia termine por generalizarse.

Luis Videgaray, el atribulado ministro de Hacienda, recibiría las buenas nuevas como oro molido. En materia de actividades clandestinas el país ocuparía el podio en una olimpiada internacional. Las nuevas reglas harían de México un invitado con ametralladora a una fiesta de cuchillos. Se estima que alrededor de la mitad de la población económicamente activa labora en la economía informal, buena parte de la cual hasta ahora escapa al registro de la contabilidad nacional. Y es obvio que durante décadas amplias zonas del país han evitado la crisis gracias a la derrama de la economía clandestina.


¿A cuánto asciende el valor de la droga producida y comercializada? ¿Cuántos mexicanos laboran en la piratería, en los puestos callejeros, en los tianguis que pululan el paisaje urbano? ¿Cuántas prostitutas existen en el país? ¿Cuántos servicios al día proporcionan y bajo cuál tarifa? Imposible saberlo, la metodología apenas se está discutiendo en Europa. Por lo pronto, Videgaray puede dormir tranquilo. Desde la cárcel el Chapo viene a su rescate.


Publicado en El País

@jorgezepedap



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 19, 2014 08:29

June 17, 2014

Alzati, el hombre que murió dos veces

Es loable que el PRI se haya metido a labores de reciclaje, pero francamente no hay Greenpeace que hubiera aprobado la reutilización de un funcionario tan defenestrado como Fausto Alzati. El problema no es que hubiese sido sorprendido inventándose un doctorado del que aún no tenía el título; total, el hombre simplemente estaba tratando de justificar con florituras el encargo como secretario de Educación Pública que Ernesto Zedillo acababa de hacerle. El PRI debió advertir que en aquella invención de Alzati había mucho más que un asunto de egos y frivolidad. El verdadero pecado residía en la prepotencia grosera y el doble rasero del funcionario al que se dota de poder: resulta que durante sus años como titular de Conacyt fue un ferviente Torquemada contra becarios que mostraban cualquier fisura en su documentación académica y algunos perdieron su beca. Un agravio que muchos recordaron meses más tarde cuando Alzati quiso presumir su título de Harvard. Eso fue en 1995 y lo convirtió en el ministro de Educación más efímero de la historia de México.


Emilio Chuayffet, también zedillista y él mismo un cartucho reciclado por los mexiquenses que llegan a Los Pinos, decidió rescatarlo 18 años más tarde y lo designó Director General de Televisión Educativa en junio de 2013. Dos años después mostró que el ser humano es capaz de dispararse al pie dos veces.

Como es sabido, el viernes pasado Alzati suspendió a gritos la inauguración de una exposición en la que se hacía la lectura de un poema escrito por Aurora Reyes en 1948 en honor a Lázaro Cárdenas, al grito de “Aurora mis huevos” por considerar que insultaba a Peña Nieto (así de visionario era mi General Cárdenas).

Los audios que difundió Sinembargo.mx no dejan duda de la estulticia del personaje (se me ocurren otros adjetivos pero pongo este para que Alzati se tome la molestia de ir al diccionario). Con voz aguardentosa el político gritó: “Basta, no escucho más”. Luego intentó organizar una porra a favor de Peña Nieto que tenía como propósito desagraviar al mandatario de un insulto que sólo el advirtió. He leído el poema en su totalidad y francamente cuesta trabajo encontrar algo que pudiera lastimar con el pétalo de una rosa la sensibilidad presidencial. Lo cual nos hace preguntarnos sobre los insumos que el ahora ex funcionario habría estado bebiendo o fumando.


Cuando el asunto estalló en redes sociales Alzati se vistió del mejor goberprecioso para intentar escamotear el golpe. Primero dijo que no era su voz; luego tuiteó “defenderé a EPN como un ebrio”, más tarde aseguró que no estaba borracho, que así sonaba porque andaba agripado. Esta última me parece una explicación verdaderamente incriminatoria de su IQ. Digo, el tremendo “oso” del viernes pudo haberlo atribuido al deber patriótico de festejar el triunfo de la selección, ofrecer disculpas y punto; pero sin atenuantes etílicos la torpeza se vuelve descomunal. Durante el fin de semana y el lunes el todavía funcionario insistió que no permitiría que EPN fuese insultado y para mostrar su devoción envió una batería de elogios y estadísticas favorables al gobierno y a su líder.

Creo que esto último fue lo que acabó condenándolo. Desde Los Pinos se juzgó que el nombre del presidente y el de Alzati en el mismo trendig topic resultaba muy inconveniente. El lunes en la tarde fue despedido.


El affaire Alzati será comentado desde diversos ángulos en los próximos días. A mí me deja tres reflexiones inmediatas que tal vez ni siquiera son las más importantes.


Primero, cuan patético resulta el servilismo político. Cuando Alzati arengó al círculo que le rodeaba a echarle porras al presidente en medio de la lectura de un poema se advierte el desconcierto entre sus acólitos. Escuchan a su jefe decir “¡Arriba Peña Nieto! ¡Arriba Peña Nieto, sí o no! El que esté de acuerdo conmigo que diga: ¡Arriba Peña Nieto, ¿sí o no?!” Ellos vacilan, pero al final la vileza se impone; uno tras otro comienza a secundarlo.


Segundo, el peso de las redes sociales. La nota sobre el “pancho” de Alzati comenzó a circular en tuiter desde el viernes pero tomó fuerza hasta el sábado. Sin embargo.mx lo publicó el domingo y Julio Hernández en su columna Astillero este lunes. Pero la nota pasó inadvertida en la prensa escrita. En otras palabras, la respuesta de Los Pinos el lunes en la tarde fue resultado esencialmente del impacto político de la blogosfera. Un dato por demás revelador (agradeceré se me haga saber si he pasado por alto alguna publicación impresa de manera inadvertida).


Tercero, las reacciones de los círculos de poder son cada vez más rápidas frente a un escándalo político que estalla en las redes sociales. Les tomó semanas responder al desaguisado de la Ibero que dio lugar al #Yosoy132 en la campaña de 2012. El caso de #Ladyprofeco requirió 17 días antes de que “renunciaran” al titular de la dependencia (por cierto y a propósito de reciclajes, el gobernador Eruviel Ávila rescató a Humberto Benítez el padre de Lady Profeco hace cuatro días al designarlo presidente del Colegio Mexiquense). Ahora, en el caso de Alzati, sólo tomó tres días. Interesante, ¿no creen?


Publicado en Sinembargo.mx

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 17, 2014 18:37

June 16, 2014

Ay FIFA

Instantes después de que el abanderado colombiano acuchillará por segunda vez un gol legítimo de Giovani dos Santos circuló en las redes sociales un tuit tan certero como oportuno: “FIFA tu madre” (@almadeliamc). No fue el único: “Está bien que nos roben el petróleo. Pero los goles no. Esas son chingaderas”. Bueno, y esos eran los publicables.


Para fortuna de México los errores arbitrales quedaron en segundo plano luego del gol de O ribe Peralta. De otra forma la sensación de despojo habría sido interminable. Peor aún, un empate con Camerún con toda probabilidad a la postre habría significado la eliminación de la selección nacional de cara a la segunda ronda.


Hasta ahora la FIFA ha asumido que los equívocos arbitrales son parte del juego; un incidente más de una fiesta deportiva donde el azar con harta frecuencia se convierte en protagonista central. El problema es que el futbol hace buen rato que dejó de ser sólo una fiesta deportiva. No sólo porque se trata de un negocio enorme que afecta ingresos publicitarios y restauranteros, además de las ventas d una infinidad de artículos.


Más importante que eso, la derrota de una selección es una cuestión de Estado. El orgullo por la Roja, en España, es una de las pocas señales de identidad que aún persisten en la península Ibérica a contrapelo de los crecientes sentimientos de autonomía. Ayer cinco elementos del once inicial procedían del club Barcelona.


El desempeño de un equipo en el Mundial afecta el ánimo de millones de personas, destroza o fortalece las certezas en las propias posibilidades como nación, propicia identidades, apuntala presidentes y partidos en el poder o, por el contrario, los debilita. Quizá no debería ser así, pero lo es. Este sábado leí un comentario en redes que lo dice todo: “Tengo un vecino al cual apenas le había hablado unas cuantas palabras desde hace décadas y hoy al meter gol la selección mexicana gritamos como locos y hasta carne asada hicimos junto a nuestras familias”. Vecinos cuyo distanciamiento persistió pese a haber compartido sismos, delincuencia en el barrio o vicisitudes en los servicios públicos, acaban reunidos por un gol del equipo nacional.


La noción de la apreciación arbitral como un componente intrínseco del juego carece de sentido luego del surgimiento del video. Que hubiese sido gol o no lo sucedido hace cincuenta años es algo que vivirá eternamente en la polémica, y cada opinión al respecto es tan subjetiva como la que argumenta lo contrario. En ese sentido la FIFA tendría razón, el azar y la duda son parte del juego. Pero hoy en día, cuando el video exhibe de manera inmediata a millones de espectadores cuatro tomas que muestran a Giovani anotar un gol legítimo, ya no existe alguna duda. Frente a la certeza del equívoco no hay espacio para la polémica. Simple y llanamente habría sido un despojo que podría haber eliminado a México de la contienda de manera absurda e ilegítima.


Es decir, hay demasiado en juego para que todo dependa de la apreciación infinitesimal de un abanderado que contempla una melé a treinta metros de distancia. Años de preparación de atletas de élite, millones de aficionados siguiendo durante meses los incidentes de la calificación y los juegos de amistosos, miles de horas de transmisión de tertulias de comentaristas, toneladas de papel vertidas, millones de camisetas vendidas, esperanzas frustradas de una buena parte de la infancia de un país.


Si los directivos de la FIFA no estuvieran tan gozosos con las prebendas y privilegios de los que se han rodeado, ya habrían intervenido para dotar al Mundial de las herramientas tecnológicas que hace años llegaron a otros deportes. Sería perfectamente factible que un entrenador tuviera la posibilidad de solicitar hasta en un par de ocasiones por partido la revisión del video de alguna jugada decisiva. No tomaría más de un minuto consultar un monitor colocado a la orilla de la cancha; con frecuencia los jugadores que fingen una lesión se toman más que eso.


De haber contado con ese recurso México habría anotado dos goles desde el primer tiempo, por ejemplo, y Croacia habría tenido una segunda oportunidad contra Brasil de no haber sido víctima de un penal más que cuestionable.


Pero la FIFA no es precisamente un bastión de la innovación tecnológica (o de cualquier otra). Apenas se están estrenando los sensores que permiten confirmar cuando un balón cruza la raya de meta, luego de varios mundiales con partidos decididos por yerros arbitrales. Ahora se introduce el spray grafitero para señalar la distancia entre el balón y la barrera. Seguramente un alarde tecnológico para la gerontocracia que gobierna al futbol internacional.

Ojalá que cuando el equipo mexicano pierda, y supongo que eventualmente sucederá pese a la buena exhibición contra Camerún, lo haga por lo sucedido legítimamente en la cancha y no por las veleidades del brazo inquieto de un abanderado.



Publicado en una quincena de diarios


@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 16, 2014 14:20

Jorge Zepeda Patterson's Blog

Jorge Zepeda Patterson
Jorge Zepeda Patterson isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Jorge Zepeda Patterson's blog with rss.