Jorge Zepeda Patterson's Blog, page 16

July 19, 2015

Son atascados, pues

Pregunta: las empresas petroleras desairaron a la reforma energética de Peña Nieto por a) los precios actuales del petróleo no son un incentivo para invertir; b) las bases para la licitación no eran realistas y exigían demasiado; c) existían arreglos por debajo del agua para sacar provecho a las licitaciones. Veamos.


La verdadera tragedia para el gobierno de Peña Nieto no ocurrió el sábado que se fugó “El Chapo”, sino cinco días más tarde cuando las empresas petroleras de todo el mundo le dieron la espalda a su reforma energética. Lo del capo sinaloense fue un golpe de imagen chusco y vergonzoso, pero de escasas consecuencias prácticas; el menosprecio de las petroleras, en cambio, es un misil a la zona de botes de salvavidas en momentos en el que el gobierno de Peña Nieto comienza a naufragar.


¿Por qué? Porque la reforma energética era, en efecto, la tabla de salvación a la que se aferraba el Presidente. El as en la manga con el que taparía las bocas de los incrédulos. Lo que sucedió fue dramático. Se esperaban 18 mil millones de dólares de inversión en respuesta a la primera licitación de 14 bloques territoriales ofrecidos para su explotación a empresas privadas, pero sólo se colocaron el equivalente a poco más de mil millones. Como se sabe, el concurso de 12 de los 14 bloques quedó desierto por falta de interesados o por haberse recibido ofertas por debajo de los esperado.


Las consecuencias son devastadoras en lo político y en lo económico. En lo político porque confirma el fracaso de las reformas de Enrique Peña Nieto. No está funcionando la reforma educativa, la energética va por el mismo camino y de la de justicia mejor ni hablamos. Y en lo económico, porque está claro que no habrá en el corto plazo la cacareada inversión petrolera del exterior capaz de dinamizar a la alicaída industria nacional. No se ve por dónde llegarán las tasas de crecimiento de 5 o 6 % anual prometidas por el Presidente y, todo indica, estaremos creciendo a promedios de 2%, es decir, a la mitad del ritmo con el que cerró el sexenio de Calderón.


Pero las malas noticias no terminan aquí. Los especialistas comienzan a especular sobre las razones de tan pobre resultado en las licitaciones. Y ciertamente hay material para la sospecha. Resulta que la empresa ganadora de los únicos dos sectores otorgados es una compañía mexicana originalmente fundada hace unos meses con la participación de Jerónimo Gerard Rivero, cuñado de Carlos Salinas de Gortari. Sierra Oil & Gas, reconvertida en un consorcio con otras dos empresas posteriormente, afirma que Gerard Rivera dejó la presidencia de la compañía hace unas semanas y que un fondo internacional tomó el control de la misma, pero es un hecho que la licitación fue preparada desde hace meses.


Por otro lado, los expertos revelan que los dos sectores otorgados a este consorcio eran aparentemente los menos atractivos para la inversión si se partía de la información técnica ofrecida por el gobierno a los interesados. Es decir, los que ofrecían perspectivas más grises.


Y como la burra no era arisca, los palos la hicieron, tendríamos que preguntarnos si no estamos, otra vez, frente a una licitación dirigida. ¿Tenía Sierra Oil & Gas información privilegiada de la que carecían el resto de los interesados sobre lo que realmente existe en esos dos bloques? A la luz de lo que ha sucedido con los contratos de carreteras a favor de OHL o la cancelación por irregularidades en el concurso del tren México-Querétaro que construirían los chinos, valdría la pena examinar lo que hay detrás de este proceso. Creyendo que los catorce sectores se iban a colocar en el mercado, alguien pudo pensar que sería buen negocio enriquecerse a mansalva con dos de ellos. Digo, son apenas dos de catorce, ¿no? Nadie podía anticipar que sólo se colocarían esos dos y que, en consecuencia, quedarían exhibidos.


Ciertamente lo que acaba de suceder es apenas la primer ronda de licitaciones, habrá otras en los próximos meses. El problema es que si las grandes empresas petroleras barruntan que hay gato encerrado en estos concursos, la apertura habrá nacido muerta.


Se me dirá que hay tanto en juego con esta reforma energética que ni siquiera los priistas se atreverían a medrar con ella y ponerla en riesgo. Pero yo no puedo dejar de pensar en la fábula del alacrán y el sapo. “¿Cómo has podido picarme a la mitad del río?”, dijo el sapo que llevaba en la espalda al alacrán, “ahora moriremos los dos”. “No he podido evitarlo”, respondió el alacrán, “es mi naturaleza”. Tampoco puedo dejar de pensar en las privatizaciones de Salinas de Gortari que convirtieron a Carlos Slim en el hombre más rico del mundo, o casi.


Son atascados, pues, es su naturaleza. Aunque eso los lleve a ahogarse.


Publicado en Sinembargo y otros quince diarios


@jorgezepedap


La entrada Son atascados, pues aparece primero en Jorge Zepeda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 19, 2015 11:32

July 16, 2015

Chapo 2.0, ¿qué sigue?

La fuga de El Chapo Guzmán demuestra que en México todo se puede comprar. Una frase demoledora de la prensa extranjera, que bien podría fungir como epitafio del gobierno de Enrique Peña Nieto. Y es que el Presidente se había comprometido con la comunidad nacional e internacional a que eso, la fuga del capo, no volvería a ocurrir. Lo dijo en su momento, como si la mera posibilidad fuera una idea inconcebible, absurda. La negativa de entregar a El Chapo a Estados Unidos, que solicitaba su extradición, fue asumido y aplaudido como un desplante de soberanía. Hoy los mexicanos constatan, en medio del rubor y la vergüenza, que sus autoridades ni siquiera eso han podido cumplir.


No somos una república bananera ni el mexicano es un Estado fallido. ¿Pero cómo diablos lo vamos a demostrar? La comitiva de varios cientos de personas que acompaña al Presidente Peña Nieto a Francia ahora mismo es más propio del desembarco de la corte de un reino centroafricano deseoso de aprovechar la oportunidad para conocer París, que la de cualquier país más o menos serio. Sobre todo considerando que nuestro intercambio comercial con los galos representa sólo 0.68%, y es apenas el quinto país europeo en esa escala (detrás de Alemania, España, Italia y Holanda). Con Estados Unidos, con quien sostenemos 65% de nuestro comercio exterior, hace cuatro meses que la embajada en Washington está acéfala. Pues sí, paradojas de país bananero.


Se da por descontado que la fuga de El Chapo del penal de máxima seguridad del país entraña la complicidad de custodios y autoridades. Eso significa que Peña Nieto ha terminado por quedar atrapado en las miasmas de la corrupción que nunca quiso ver, que nunca quiso combatir. Una corrupción que ha minado las bases mismas del propio Estado y las condiciones mínimas de gobernabilidad.


Su administración asumió que bastaba con echar andar las reformas económicas para que la inseguridad pública y la corrupción se desvanecieran como una neblina derrotada por la luz del sol. Obviamente minimizó los alcances de esas lacras y sobrestimó los efectos de reformas que resultaron tibias y mutiladas. Hoy su gobierno ya no es identificado con las reformas, sino con las tragedias de Ayotzinapa y Tlatlaya, con los escándalos de corrupción de su círculo inmediato y con la fuga “inconcebible” de El Chapo. Justo los problemas para los cuales nunca se desarrolló una estrategia. Vamos, ni siquiera una narrativa: hace unos meses Peña Nieto aseguró que la corrupción tenía raigambres culturales, que era un producto histórico. Más recientemente se desdijo y describió el fenómeno como algo propio de la condición humana. En realidad no son más que declaraciones coyunturales para intentar salir al paso de lo que en su fuero interno considera un exabrupto de la realidad.


Justamente ese es el problema, que el gobierno priista afronta cada tragedia y cada escándalo como si se tratase de una anomalía, una embestida momentánea que sólo requiere ser capoteada. La realidad es que lo excepcional se ha convertido en lo cotidiano y el gobierno va dando tumbos de una crisis de credibilidad a otra, siempre a la defensiva y cada vez más desbordado por los demonios sueltos.


El sexenio no llega aún a la mitad y ya parece agotado. Mientras Peña Nieto no esté dispuesto a atacar la corrupción frontalmente, los siguientes tres años estará condenado a vivir maniatado, acosado por las dentelladas de ese México salvaje que quiere tomar el control.


Claro, atacar la corrupción requiere eliminar la impunidad y las prebendas de la maquinaria política que sustenta al PRI y erradicar el tráfico de influencias del grupo político del cual él mismo procede, peor aún, de su círculo íntimo. Ese es su dilema.


Publicado en El País


@jorgezepedap


La entrada Chapo 2.0, ¿qué sigue? aparece primero en Jorge Zepeda.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on July 16, 2015 11:36

June 3, 2015

Machos y Machetes

Los ciudadanos pueden perdonar la deshonestidad en un gobernante, pero nunca la debilidad. Es una frase cínica pero de otra manera no se explica el afán de los italianos para votar a favor de Berlusconi o de los mexicanos para regresar al PRI al poder. No fueron elegidos por su trayectoria moral ni porque alguien hubiese creído que se habían enmendado. Lo fueron por la presunción de fuerza que emana de ellos, la sensación de que con buenos o malos oficios sabrán hacer la tarea.


Por ello es tan preocupante que el gobierno de México haya cedido al chantaje de la CNTE, la fracción radical del gremio de maestros, al suprimir las pruebas de evaluación del magisterio, columna vertebral de la reforma social más importante de Peña Nieto.


La reforma intentaba enmendar una de las trabas fundamentales para el desarrollo económico y social del país; esto es, la deplorable calidad en la educación, muy por debajo de la media de los países en vías de desarrollo. Los ingentes presupuestos que el país ha destinado a este propósito han desaparecido en el hoyo negro de un gremio secuestrado por la mafia sindical.


Tan grave como es, las consecuencias políticas son aun mayores. Al ceder al chantaje de los maestros, el gobierno de Peña Nieto pasa el mensaje a los distintos grupos de poder que con la debida presión pueden echar abajo las reformas que lesionen sus cotos de poder. Ello es alarmante porque las reformas fueron presentadas como algo necesario para modernizar al país, destrabándolo de los monopolios e intereses creados que paralizaban la vida social y económica.


La única posibilidad de llevar a cabo tales reforma residía en la presunción de que existía un árbitro con la fuerza suficiente para imponerse a los diversos jugadores en aras del interés común. Pero obligar al árbitro a que retire una tarjeta amarilla constituye el camino más rápido para que el resto de los protagonistas se subleve contra los fallos que les son adversos. En otras palabras, al recular en su reforma educativa por la presión gremial, el gobierno podría estar dando el tiro de gracia al resto de sus reformas.


Durante su administración Vicente Fox (2000-2006) se propuso dotar a la Ciudad de México de un nuevo y necesario aeropuerto en el ejido de San Salvador Atenco. Los estudios revelaron que el sitio era idóneo y la opinión pública aplaudió la iniciativa presidencial. Pero la torpeza política para negociar con algunos cientos de ejidatarios provocó movimientos de protesta que terminaron por dejar a una metrópoli de 18 millones sin el puerto aéreo que necesitaba. El incidente fue interpretado como una expresión de la falta de oficio de los nuevos gobernantes.


Se suponía que los priistas tenían en su ADN lo que los panistas nunca pudieron adquirir, y que los ciudadanos habían votado su regreso a Los Pinos para que ejercieran su oficio político. Pero lo que los macheteros de Atenco le hicieron a Fox es justamente lo que la CNTE le ha hecho a Peña Nieto.


Al señalar lo anterior no estoy abogando por una respuesta represiva. No se trata de ver quien es más macho ni que el asunto se resuelva a punta de machetes. Estoy apelando, más bien, al ejercicio de la política entendida como el arte de conciliar en aras del bien común los intereses contradictorios de la sociedad. Además de la ley, el Estado posee una batería de instrumentos que el político profesional puede y debe utilizar para buscar el beneficio de las mayorías sin pisar los derechos de las minorías.


Nadie suponía que los priistas se caracterizarían por su honestidad, pero sí por su oficio. Lo sucedido esta semana demuestra que no es así. Urge enmendarlo.


@jorgezepedap

Publicada en El País.



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on June 03, 2015 18:06

May 31, 2015

FIFA tu madre

El futbol espectáculo, como la música o la cultura deberían ser un espacio de tregua para las infamias del mundo. La sección de deportes de los diarios y los noticieros tendría que ser un remanso lúdico y de esparcimiento, luego de pasar por la cuota de vergüenzas y desfiguros que nos imponen las secciones informativas duras, plagadas de sangre y escándalos de corrupción. Pero ahora resulta que Joseph Blatter ha convertido en un imperio de ambición y opacidad al organismo rector de la pasión deportiva más extendida en el mundo.


La corrupción en la FIFA se ha convertido en un lugar común tal que el año pasado los Simpson anticiparon en algún capítulo el arresto de alguno de sus vicepresidentes. Más allá de la proverbial sensibilidad de los creadores de Homero Simpson para captar las tendencias que devienen en elementos de la cultura popular, justamente el hecho revela que la FIFA es una marca asociada a la corrupción y la prepotencia. O cómo decían las redes sociales durante el último Mundial: FIFA tu madre.


Y difícilmente podía ser de otra manera con presidentes que se han entronizado en el puesto gracias a la complicidad de directivos septuagenarios, todos ellos millonarios. El brasileño Joao Havelange y el suizo Joseph Blatter han ocupado el liderazgo de la FIFA desde hace 41 años y este último acaba de reelegirse por otros cuatro años pese a su desprestigio internacional. Terminará a la edad de 84 años, esto es, si en 2019 no intenta amafiarse de nuevo para un periodo de otros cuatro años. Su padrino y tutor, Havelange dejó el cargo a los 82, luego de 24 años en el poder, acusado también de corrupción y enriquecimiento. El yerno de Havelange, Ricardo Teixeira fue presidente de la federación de futbol brasileño durante 23 años y tiene vínculos con más de uno de los directivos aprehendidos por las autoridades estadounidenses la semana pasada.


Habría que preguntarnos qué es lo que tienen las organizaciones deportivas para explicar estas gerontocracias. Cacicazgos seniles que envidiarían los sempi eternos lideres sindicales o la nomenclatura soviética. Todavía se recuerda el virtual monopolio que ejerció durante décadas el recién fallecido Mario Vázquez Raña sobre el olimpismo mexicano.


La explicación en última instancia tiene que ver con dinero, desde luego. Los ingresos anuales de la FIFA superan los 2 mil millones de dólares, y muchos más en negocios colaterales, lo cual ofrece enormes márgenes para montar una operación clientelar que asegure el encumbramiento de directivos leales al capo mayor. La FIFA es una organización mundial al margen de cualquier Estado u institución internacional, y por lo mismo no está supeditada a la rendición de cuentas o a la auditoría de alguna instancia superior. Gracias a ello sus dirigentes operan con absoluta discrecionalidad. Les basta con asegurar el apoyo de la mayoría de los países miembro (209 en total), muchos de las cuales reproducen un liderazgo con características similares.


Blatter se ha mantenido en el cargo gracias al voto masivo de dirigentes de América Latina, África y Asia. Los nueve funcionarios detenidos formaban parte de esta estructura de control de las confederaciones regionales y de los muchos negocios vinculados. Todo hace suponer que no es más que la punta del iceberg. También la mierda llegó a la sección de deportes.


La excepcionalidad del Santos


Las reuniones de presidente de clubes de la Federación Mexicana de Futbol se han convertido en una versión local de la lista de Forbes: Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, Olegario Vázquez Raña, Jorge Vergara, entre otros. La mayoría de los equipos son la cereza del pastel de enormes conglomerados. Algunos otros, como los Pumas de la UNAM, los Tigres de la UNL o el Cruz Azul son soportados por grandes y sólidas instituciones. El Santos de Torreón constituye un valeroso David entre todos estos Goliats. Es propiedad de un grupo de accionistas liderado por Alejandro Irarragorri, quien fungía como directivo cuando la cervecera Modelo, recién adquirida por una empresa brasileña, prefirió venderlo. Irarragorri decidió quemar naves, agotar el patrimonio personal y concitar el apoyo de patrocinadores locales para hacerse del equipo. Salvo una catástrofe, este domingo habrán de coronarse en la final del torneo, luego de endilgarle 5-0 en el partido de ida al Querétaro, un equipo de Olegario Vázquez Raña. Más allá de la afición que cada cual tengamos por algún equipo, es una buena noticia que una institución que carece de las chequeras de los millonarios haya logrado imponerse a partir de talento y entusiasmo. Felicidades. Una de las de cal por las de arena.


@jorgezepedap


www.jorgezepeda.net

Publicado en Sinembargo.mx y otros quince diarios.



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 31, 2015 18:07

May 27, 2015

No es un problema de colesterol

Ningún político se ve en el espejo por las mañanas y espeta un “carajo, que corrupto soy”. No importa si ha hurtado diez pesos o diez millones de dólares, está absolutamente convencido de que cualquier otro en su lugar habría robado cinco veces más. Alguna vez escuché a un gobernador criticar indignado a un político por su deshonestidad; lo consideraba un atascado. Por alguna razón el mandatario asumía que el opulento rancho de su propiedad en el que nos encontrábamos no calificaba como un exceso, a pesar de que nunca podría haberlo justificado con la suma de sus sueldos de toda su trayectoria como funcionario público.


Es que los políticos tienen que construirse una narrativa que les permita besar a su madre o reconvenir a sus hijos por un mal comportamiento. Algo que les permita creer que, en el fondo, son personas decentes. Los funcionarios públicos están convencidos de que son más trabajadores que el común de los mortales y de que están sometidos a una presión desproporcionada en comparación con la remuneración que reciben oficialmente. Cargan sobre sus hombros responsabilidades que no guardan relación con el exiguo salario que devengan.


Justamente es el principio sobre el que se asienta la narrativa que justificaría la corrupción. Más aún, el empleado público asume que se trata de un valor entendido: su sueldo es bajo porque tiene acceso a otras compensaciones discrecionales que mejoran sus prestaciones. Compensaciones que no contempla la ley pero que el uso reiterado ha convertido en costumbre. Como los policías de tránsito que solían ganar tres pesos (es un decir) porque el resto de sus ingresos los obtendrían a través de las mordidas a los conductores. En la mente del funcionario la lógica se invierte: no es que robe porque su sueldo es bajo sino al revés, su sueldo es bajo porque se asume que los ingresos están en otro lado. Algo así como el mesero con sueldo base minúsculo porque se da por descontado que vivirá de las propinas de los comensales.


Una segunda fuente de legitimación tiene que ver con la naturaleza de la política. Se trata, afirman ellos, de una carrera azarosa, por no decir traicionera. El diputado, el alcalde, el gobernador o el responsable de una institución pública, muchas veces termina en con una jubilación prematura forzada por sus enemigos. En ocasiones en el exilio. Y con mucha frecuencia por motivos que ni siquiera tienen que ver con su desempeño sino con el de su jefe. Esto significa que el político debe acumular recursos hoy para prevenir las miserias de mañana. Entre otras razones a esto se refería el famoso ministro Hank González con su célebre frase “un político pobre es un pobre político”. El problema, claro, es que muchos se han tomado a pecho eso de acumular para las vacas flacas y ya han asegurado el patrimonio de su descendencia hasta la tercera generación.


Un tercer argumento es más sistémico. Se asume que las comisiones, el diez por ciento, la compensación por gestoría, etcétera, no es sino la versión tropical del famoso cabildeo que existe en los países del norte. Un lubricante para que los negocios se agilicen y los proyectos encuentren su curso en la maraña de trámites. En esa modalidad, el corrupto se ve como un gestor que se gana cabalmente una gratificación.


La corrupción tiene incluso su código de ética. El problema no es quedarse con una comisión por licitar una carretera; el funcionario asume que ha metido tiempo, relaciones personales y esfuerzos para promoverla y sacarla adelante. El problema es cuando para ganar unos pesos se acepta una carretera con materiales infames o, de plano, cuando se construye una autopista que no se necesitaba. O sea, entre los corruptos hay distintos categorías morales. Según esta tesis, el agente de tránsito que nos detiene por pasarnos un auto y sugiere un “arreglo”, en realidad está cobrando la multa in situ y sin necesidad de ir a una oficina pública a hacer un engorroso trámite. Ofrece un servicio al usuario y al mismo tiempo lo disuade de seguir cometiendo la infracción. Y más importante, con la mordida el ayuntamiento se está ahorrando sueldos que no puede pagar. Un sistema virtuoso, según esta lógica. El problema es cuando el sistema “se corrompe” y el agente de tránsito comienza a inventar un delito que el conductor no cometió.


Un profesional de la real politik lo expresó de la siguiente manera: “que un gobernador haga su guardadito de diez millones de dólares no afecta a nadie, es una minucia para las finanzas estatales, lo importante es que haga la obra pública que se necesita”. Desde luego, se trata de un funcionario enriquecido que gracias a ese argumento duerme a pierna suelta por las noches.


Para nuestra desgracia no sólo es el gobernador quien hace su guardadito; también los otros quince mil funcionarios de su gobierno. Todos ellos muy decentes personas. Y a la postre la suma constituye un enorme e ineficiente desfalco. Peor aún, para financiarlo se termina inflando la obra pública, desviando fondos, construyendo escuelas con materiales de segunda e inventando carreteras encarecidas que no se necesitan. La corrupción no es como el colesterol, uno bueno y otro malo. Desmontar el discurso que han armado tomará mucho tiempo y el primer paso consiste en entender lo que ve el político cuando se ve al espejo.

@jorgezepedap

Publicado en El País



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 27, 2015 18:10

May 24, 2015

Total, no hay bronca, ¿o sí?

Usted súmele: El Trife desdice al INE con tal de evitar que Marcelo Ebrard sea candadito a suplente de diputado; espían al titular del INE y exhiben grabación para lincharlo por racista; dejan en el limbo los límites de gastos en campaña para los candidatos ciudadanos, lo cual permitiría al Trife impedir que Jaime Rodríguez, El Bronco, tomara posesión en caso de ganar la elección de gobernador en Nuevo León. Mientras tanto, el Partido Verde viola masivamente la ley con la complicidad de autoridades y televisoras, sabiendo que si eso le permite subir uno o dos puntos su cosecha de diputados y prerrogativas las multas serán peccata minuta, en caso de que las haya.


El recuento anterior muestra hasta que punto los que están en el poder quieren asegurarse de neutralizar cualquier riesgo en las próximas elecciones. Un blindaje para deslactosar los comicios y convertirlos en un acto protocolario. Como un partido de futbol que arranca con el árbitro amedrentado y los abanderados comprados, con jugadores del equipo rival arteramente suspendidos o que salen a la cancha con tenis y bajo la advertencia de que si consiguen la proeza y ganan, el resultado será protestado ante la junta de notables, que ellos dominan.


Parte de mi frustración con los doce años de gobierno del PAN reside en la enorme oportunidad perdida para fortalecer y convertir en irreversible los tibios avances de la democracia electoral. Durante los cincuenta años que fueron oposición se quejaron de las reglas torcidas que tenía el PRI para evitar una competencia leal, pero en cuanto llegaron arriba se olvidaron de mejorarlas. Hoy, que el PRI ha retomado el poder, parece decidido a nunca más volver a perderlo, y para ello está cerrando las vías de acceso a una competencia efectiva.


El Trife, máximo tribunal en materia electoral, es un cómplice de los designios de la presidencia y en el INE, la autoridad operativa, se ha conformado una fracción de consejeros vinculados al PRI que aún cuando no sea mayoría (todavía) ya tiene el poder para bloquear cualquier iniciativa que les resulte incómoda. En el Partido Verde han encontrado la fórmula perfecta para captar el voto que nunca sufragaría por el PRI pero les permite contar en las cámaras con los aliados que apoyarán los designios del partido oficial. Los últimos nombramientos de ministros para la Suprema Corte, el surgimiento de las telebancadas, el control sobre los comités de competencia y un largo rosario de etcéteras dan cuenta del desmantelamiento de todo lo que huela a rendición de cuentas.


La historia muestra el peligro en que el incurren las élites cuando cierran los accesos pacíficos e institucionales al poder. El PRI tendría que recordar por qué sus últimos presidentes antes de la alternancia, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, se vieron obligados a abrir el sistema electoral en la década de los noventas. No fue una graciosa concesión sino el resultado de la presión de una sociedad que experimentó serias amenazas de fractura, desde el movimiento zapatista o el asesinato de un candidato presidencial hasta la crisis del 95. Síntomas evidentes de que se había agotado el sistema político que funcionó durante décadas.


La restauración de las viejas formas que hoy intentan los priistas parte de la premisa de que pueden instalarlas sin consecuencias. Total, no hay broncas. O eso creen. El muy probable triunfo de El Bronco en Nuevo León, revela que si hay broncas. El hecho de que los ciudadanos le den la espalda a los partidos y opten por la libre podría cambiar el futuro de las elecciones en el país. Es una reacción tan inesperada y sorprendente. Y se trata nada más y nada menos que de la joya de la corona de estas elecciones intermedias, el estado más importante del norte del país (este jueves abordé en extenso el tema en un artículo en el diario El País: http://bit.ly/1HpinAX).


Los que están arriba nunca se imaginaron lo de el EZLN o la muerte de Colosio, y veinte años más tarde tampoco pudieron anticipar la descomposición de Michoacán y Jalisco, la emergencia de las guardias de autodefensa o un fenómeno como el de Jaime Rodríguez, El Bronco. Los impulsos sociales adquieren vías caprichosas, a veces tortuosas, para expresarse cuando se cierran los canales institucionales.


Resulta imposible predecir por dónde podría salir la siguiente sorpresa. Lo que está sucediendo en Nuevo León es una reacción pacífica pero profundamente hostil al sistema de partidos. Bloquear el paso a Ebrard muy probablemente significará que intente convertirse en el Bronco del 2018. De continuar la cerrazón me temo que habrá rupturas mucho más graves que esa.

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net


Publicado en Sinembargo.mx y otros quince diarios.



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 24, 2015 18:11

May 20, 2015

La esperanza en el México Bronco

Muy probablemente el peinado de Pablo Iglesias, el líder de Podemos en España, le provoque ronchas a Jaime Rodríguez “El Bronco”, candidato a la gubernatura de Nuevo León. Los dos personajes no podrían ser más distintos. No obstante, el encumbramiento político de ambos obedece a un mismo fenómeno: el profundo deterioro de la imagen de los partidos políticos tradicionales.


Contra todo pronóstico, “El Bronco” aparece a la cabeza de las encuestas de intención de voto para gobernar Nuevo León, la locomotora industrial del norte del país y joya de la corona de todas las posiciones en disputa en los comicios del próximo 7 de junio.


Unos meses antes la postulación de Jaime Rodríguez como candidato ciudadano parecía la bufonada de un personaje de por sí pintoresco. Las elecciones estaban condenadas a convertirse en una competencia entre PRI y PAN , tal como ha sucedido en las últimas dos décadas… hasta que El Bronco irrumpió en la escena. O, mejor dicho, los ciudadanos comenzaron a declarar sus preferencias por este candidato ciudadano antes que entregarse de nuevo a las ofertas de dos partidos identificados con escándalos de corrupción e ineptitud en los gobiernos locales y federales.


Gracias a una utilización viral de las redes sociales, en particular Facebook con casi medio millones de seguidores, El Bronco logró mostrar a su campaña como una suerte de rebelión ciudadana en contra de los partidos. Algo muy parecido a lo que consiguió Podemos en España en los últimos años. No obstante, ahí termina cualquier parecido entre ambos fenómenos, porque El Bronco puede ser muchas cosas, pero en estricto sentido difícilmente un candidato de extracción ciudadana.


Rodríguez ha sido un profesional de la política y militante priista durante 35 años: con la bandera de ese partido ha sido diputado local y federal y alcalde de García, empleado público y miembro de la cúpula de la Confederación Nacional Campesina, CNC, del PRI. En realidad él disputó la candidatura por su partido en las actuales elecciones y al perder optó por lanzarse por la libre, bajo la figura legal de la candidatura independiente. Lo que parecía un berrinche terminó siendo la sorpresa política del 2015. El tamaño de la proeza debe mucho a la personalidad extrovertida y carismática del candidato pero sobre todo, insisto, al enorme hartazgo de los ciudadanos.


Desde luego esto no asegura que El Bronco vaya a ganar las elecciones o incluso si las gana, que pueda tomar posesión. Es precaria su ventaja en las encuestas sobre la candidata priista y en los últimos días el fuego de las maquinarias mediáticas se ha desatado en su contra. La televisión y la prensa oficial exhuman un día tras otro pasajes incómodos de su larga carrera o exabruptos de su personalidad. Y por lo demás, se da por descontando que muchos ciudadanos que participan en las encuestas no necesariamente acudirán a las urnas.


Y adicionalmente el asunto de los límites del gasto en las campañas pende sobre el cuello de El Bronco como una espada de Damocles. La ley al respecto quedó demasiado vaga pero en sus términos más severos contempla que todo candidato que exceda los límites de gastos de campaña queda inhabilitado incluso si resulta vencedor en las elecciones. En el caso de la disputa por Nuevo León tal límite asciende a 49 millones de pesos. Para un candidato ciudadano es un límite absurdo porque la ley señala que el financiamiento de origen privado no puede rebasar el 10% de lo estipulado (el resto es financiamiento público, al que estos candidatos apenas tienen acceso). En otras palabras, si se proponen buscarle encontrarán que el Bronco habrá superado 4.9 millones, dependiendo de lo que quieran contabilizar. (En estos días las autoridades electorales definirán criterios específicos sobre este tema, con el ánimo de dar certidumbre a lo que está sucediendo en Nuevo León; de cualquier manera me temo que no será la última palabra: el Trife, usualmente plegado a los intereses de la presidencia, podría dictaminar otra cosa a posteriori. Ya lo ha hecho antes).


No tengo ninguna base para considerar si El Bronco sería un buen gobernador o no. Su trayectoria y las entrevistas que le he visto me hacen abrigar más dudas que esperanzas. Sin embargo, el mero hecho de poner contra las cuerdas a los partidos políticos constituye una buena noticia. Para los ciudadanos es una tragedia tener que decidir entre un presidencialismo autoritario y una partidocracia mezquina y paralizante. Más allá del resultado, lo que está sucediendo en Nuevo León revela el desencanto de la sociedad con un sistema político tan agotado como desacreditado. Un eventual triunfo de este candidato podría dar lugar a una gestión de alto riesgo, en efecto, pero la vida electoral no volvería a ser la misma en este país. No es un mal balance.


Espero que sea el primero de mucho y mejores “Broncos” y, por qué no, la vía para el surgimiento de un “Podemos” versión mexicana. Cualquier cosa antes que seguir secuestrados por dirigencias partidistas tan mercenarias como ineptas.

@jorgezepedap

Publicado en El País.



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 20, 2015 18:13

May 16, 2015

Ciudadanos contra políticos

Peña Nieto lo está haciendo mal, y las encuestas de evaluación presidencial lo muestran, pero la oposición lo está haciendo peor. Y eso es una tragedia para la salud de nuestra frágil vida pública.


Por distintas razones, el deterioro que padecen el PAN y el PRD, provocan que el PRI encabece las intenciones de voto para las próximas elecciones. En otras palabras, eso significa que las autoridades no tendrán que pagar ninguna factura política por sus errores. Y eso, como señalo, es desastroso para cualquier comunidad.


Peor aún, a pesar de ser elecciones intermedias, algo importante se está jugando este verano en las urnas. Actualmente el PRI y sus aliados (PVEM y Panal) alcanzan 251 de los 500 escaños en la Cámara de Diputados, es decir literalmente 50% más uno, justo la mayoría relativa que requiere la aprobación de los presupuestos o el diseño de las leyes secundarias de las reformas. Las previsiones de los encuestadores señalan que la próxima jornada electoral arrojará una proporción muy cercana a la actual. Pero eso puede significar diez diputados más hacia arriba o hacia abajo y, como sabemos, el diablo está en los detalles. Para lo que resta del sexenio se trata de un resultado decisivo: la diferencia entre tener un poder legislativo subordinado o uno con capacidad de negociar.


Eso explica porque las autoridades han sido absolutamente laxas con el Partido Verde. Les ayuda a captar un ciudadano que no votaría por el PRI, pero que terminará sumando a la causa del PRI en las decisiones que cuentan. La presión en el INE o la complicidad del TRIFE son apenas un reflejo de lo mucho que se está apostando por este partido para alcanzar la meta que el Presidente necesita. Sergio Aguayo publicó hace unos días detalles de la manera en que las televisoras han forzado pautas y coberturas informativas para incrementar la recordación del Verde, de cara a las próximas elecciones.


En sí mismo no hay nada vergonzante en el hecho de que el poder ejecutivo conduzca una estrategia política para alcanzar mayoría en el Congreso. Lo hace Obama en Estados Unidos y Cameron en Inglaterra. Y desde luego, lo hacen recurriendo a los límites de lo que sus normas permiten.


Algunos analistas argumentan a favor de la estabilidad y la certidumbre que tendría la segunda mitad del sexenio si Peña Nieto logra la ansiada mayoría relativa. En efecto, le permitiría definir los detalles de la reformas secundarias y aterrizarlas sin necesidad de desgastarse en negociaciones con la oposición. Justamente allí está la virtud pero también la perversidad. Algunos consideran que las ventajas superan a las desventajas. Cuestión de enfoques.


Ciertamente no es fácil optar entre el presidencialismo y la partidocracia. En los procesos en los que manda el Congreso los ciudadanos nos quedamos con la impresión de que los asuntos se deciden a favor de las dirigencias de los partidos, empeñadas en mantener sus privilegios. Agendas mezquinas que tienen muy poco que ver con las banderas ideológicas que presumen durante las campañas. En los nombramientos de consejeros electorales, ministros, miembros de comités de competencia, etcétera, han mostrado una y otra vez un espíritu mercenario deplorable que termina en repartos de pastel por cuotas partidistas.


Pero eso no hace más virtuoso al presidencialismo, particularmente por la larga tradición autoritaria de la que procedemos. Las tentaciones están allí, y no veo el caso de ofrecerles un caldo de cultivo para que se reproduzcan. A lo largo de sus reformas Peña Nieto se ha caracterizado por dar dos pasos adelante seguidos de uno o dos hacia atrás. Están claros de que el país debe cambiar, pero también están aferrados a que cambie sin que se modifique las lógicas que les permitirían seguir en el poder. Libradas a los exclusivos designios de la presidencia, las leyes secundarias de las reformas reflejarán necesariamente esa contradicción.


Lo que nos estamos jugando en las próximas elecciones es, justamente, si la andanada de cambios que se nos vienen para los siguientes años son diseñados en solitario por el ejecutivo o en conjunto con los otros partidos. Y pese a reconocer el lamentable desempeño de la oposición, me parece que la discusión pública de los asuntos que atañen a todos sería más provechoso para los mexicanos.


Entiendo la desconfianza hacia la clase política de aquellos que argumentan a favor de nulificar el voto. Es cierto que los políticos nos han enajenado la cosa pública. No obstante, me parece que depende del voto ciudadano la posibilidad de que el PRI y el PVEM alcancen o no la mayoría que buscan en el Congreso. Y eso no es poca cosa.


@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net

Publicado en Sinembargo.mx y quince diarios



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 16, 2015 18:14

May 14, 2015

Amores que dañan

Los poetas siempre han sabido que el amor nos hace vulnerables, los comerciantes también y lo han explotado para vendernos cosas en Navidad o un seguro de vida cada año. Pero ahora el asunto ha escalado a una dimensión absurda. El peso que las redes sociales han adquirido en nuestras vidas ha dado lugar a toda una revolución para generar formas de explotación de nuestras listas de amigos en Facebook, Twitter o Instagram.


Los publicistas y los cabilderos de todo el orbe siempre han sabido que no hay mejor publicidad que la que corre de boca a boca. Las redes sociales digitales constituyen el paraíso para explotar este viejo adagio. Nunca como ahora las conexiones sociales informales y las redes de amistad se habían vuelto tan visibles y cuantificables. Por lo mismo, el mundo de la publicidad se ha volcado al “friendvertising”; o el arte de crear imágenes y video clips que el público de las redes sociales convierta en virales. Expertos en marketing, en psicología y en programación desarrollan esquemas para inducir a las personas a compartir con sus amigos y conocidos mensaje positivos sobre determinadas marcas o causas, sin que parezca publicidad. La ciencia del marketing viral abreva en modelos matemáticos sofisticados para determinar los nodos o personas claves en distintas redes de amigos que a su vez conectan con otras redes y constituyen motores de expansión de la viralidad.


Lo anterior no sólo tiene que ver con el consumo; también con la forma en que piensa y reacciona una sociedad sobre los asuntos públicos. El estudio de la manera en que se generan los temas virales ha arrojado luz sobre aspectos tan delicados como la formación de opinión pública. Las redes sociales no sólo construyen percepciones sobre un producto, sino también sobre las ideas y estados de ánimo colectivos. Hoy por hoy resulta imposible definir con precisión cuál es la influencia específica de la blogosfera en la formación de opinión pública de un país. Entre otras cosas porque está aumentando año con año.


Las ventajas de que cada ciudadano se convierta en un medio de comunicación con acceso inmediato a la arena pública son obvias. Excesos policiacos, abusos de autoridades, de celebridades y de “intocables”, exhibición de malas prácticas públicas, circulan todos los días por la red. Para los políticos de todo el mundo las redes sociales se han convertido en una pesadilla.


Pero el uso de ninguna tecnología es neutro y esta también conlleva riesgos y desventajas. El estudio de las redes sociales y de la manera en que un tema se hace viral ha llevado a los especialistas a hablar del “contagio emocional”. Hay estados de ánimo que resultan más propicios que otros para multiplicarse en la red. La cólera, la ansiedad y la depresión son los más exitosos. Una crítica tiene efectos más expansivos que un elogio. La conclusión es obvia: el estado de ánimo que impera en las redes sociales no es un reflejo fiel del estado de ánimo de una sociedad. Y basta con asomarse a cualquier foro espontáneo en alguna de las plataformas digitales: es mucho más pesimista, agrio, descalificador y verbalmente violento que cualquier arena pública o que el resultado de toda encuesta a población abierta. El estado de ánimo que impera en la comunidad digital es demasiado importante para ignorarlo, pero excesivamente distorsionado para asumirlo acríticamente. Y, por lo demás, esta distorsión no es totalmente espontánea.


Recientemente me enteré de que en Washington existen en promedio cuatro personas dedicadas al cabildeo por cada periodista. A riesgo de ser simplista, cuatro que se dedican a manipular la realidad a favor de uno que la reporta. Cuatro maquilladores por cada desmaquillador, por así decirlo. Y todas las señales revelan que buena parte de esta fuerza de cabildeo se está volcando a las redes sociales transfigurada en un oficio relativamente nuevo: “community manager”. No hay empresa o institución que no tenga o esté en proceso de construir una unidad para influir en la comunidad digital.


Nuestra red de amigos y conocidos, o aquellos con los que interactuamos docenas de veces al día, aunque sólo sea para ver que han posteado en Facebook o Twitter, están siendo escrutados minuciosamente por algoritmos cada vez más sofisticados para convertir gustos, fobias y filias en comportamientos de consumo o de opinión. A la postre, ese reino de libertad e intimidad que supone el vínculo con nuestra comunidad digital será la puerta de entrada para influir en la manera en que sentimos y pensamos. Algo tendremos que hacer para que la amistad y el amor no sea usado en nuestra contra.


Publicado en El País


@jorgezepedap



Comentario:

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 14, 2015 07:02

May 10, 2015

Chiva a pesar de Vergara

Haber pasado la infancia en Guadalajara y tener dos hermanos mayores me condenó a ser aficionado a un equipo ya desaparecido, el Oro. En las “cáscaras” de metegolsepone mi hermano mayor se apersonaba Chiva, el que le seguía se decía del Atlas y a mí no me quedaba más que pegarle a la pelota en nombre de los Mulos del Oro. Con el tiempo mi pobre equipo fue condenado a las ligas inferiores y terminé acogiéndome, cómo no, al Rebaño Sagrado durante las siguientes tres décadas. Bueno, hasta que apareció Jorge Vergara en 2002. Desde entonces, mi querencia por Las Chivas ha estado permanentemente amenazada por los exabruptos y desfiguros de su dueño y presidente.


Jorge Vergara es al mundo del futbol lo que Berlusconi a una asamblea de Jefes de Estado. Un personaje anecdótico y pintoresco, capaz de sorprendernos con decisiones temerarias (comprar al Saprissa en Costa Rica y al Chivas USA o construir un nuevo estadio), pero también provocarnos pena ajena con decisiones atrabancadas. Diría que para muchos efectos ha sido un chivo en cristalería, pero ni eso: ni siquiera es un aficionado Chiva. Un amigo de corazón rojiblanco salió indignado del palco de Vergara cuando observó la actitud del empresario en un partido épico del Guadalajara; el dueño se distraía una y otra vez con la botana que se servía mientras mi amigo padecía connatos de embolia cada que el balón merodeaba la portería de su equipo. En suma, a Vergara le importaba el resultado, pero no las incidencias del juego.


Desde luego que no se tiene que ser un apasionado del futbol para encabezar un proyecto deportivo. Es el caso de los Glazer, dos hermanos norteamericanos propietarios de los Bucaneros de Tampa Bay de la NFL, que sin saber de futbol soccer adquirieron el club inglés Manchester United. Pero a diferencia de Jorge Vergara, ellos asumieron su falta de experiencia y dejaron en manos de expertos y profesionales la conducción del Club.


El problema para el futbol nacional es que Jorge Vergara haya sido tan buen vendedor. Luego de fracasar en varios negocios (tacos, carnitas, cocina italiana), se convirtió en un comisionista estrella de la empresa de ventas piramidales Herbalife de Estados Unidos. Consciente de que los mexicanos están más acostumbrados a los jugos y brebajes que a las píldoras y polvos, domesticó las fórmulas e hizo una versión autóctona con líquidos nutricionales de presuntas virtudes curativas. Eso y su habilidad para motivar a miles de vendedores se tradujo en poco tiempo en el gigante que hoy conocemos como Omnilife.


Para desgracia de Las Chivas, Vergara confundió sus indudables dotes de vendedor con aptitudes empresarial. Convencido de su habilidad para hacer exitoso cualquier negocio decidió que si había hecho un imperio con sus productos Omnilife podía transformar a una franquicia deportiva en un negocio planetario. De los planes desmesurados de hace una década según los cuales el Guadalajara disputaría al Real Madrid y al Manchester United la supremacía mundial, hoy el chiverío lucha por no descender a la segunda división. Un desfile interminable de entrenadores, proyectos y gerentes deportivos al vaivén de los arranques y caprichos del dueño ha provocado una crisis permanente en la identidad y en la filosofía del juego del mexicanísimo club. El intervencionismo compulsivo de Vergara, su desconocimiento del juego y su desprecio por los jugadores han impedido la consolidación de una plantilla de profesionales. Y si los resultados no son peores es gracias al amor incondicional a la camiseta de muchos de estos jóvenes que crecieron bajo el techo de la institución. Los proyectos de Saprissa y Chivas USA fracasaron y el nuevo estadio sigue siendo un elefante blanco desdeñado por los aficionados.


Pero quizá nada ilustra mejor la falta de comprensión de lo que es el futbol que haber entregado las riendas del equipo a Angélica Fuentes, una mujer con supuestas dotes empresariales pero aún más ajena que su marido al mundo del deporte. El resultado hoy es una disputa familiar con intercambio de demandas judiciales por fraude entre los aún cónyuges. Un pleito que no pide nada a los dramas de las series de televisión sobre los Tudor o los Borgia. Imposible saber quien ganará. Lo que sí sabemos es quien perdió: todos aquellos que seguimos siendo Chivas vergonzantes, a pesar de Vergara, debido a Vergara.


Publicado en Sinembargo.mx y otros quince diarios


@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net



Comentario:

1 like ·   •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on May 10, 2015 09:31

Jorge Zepeda Patterson's Blog

Jorge Zepeda Patterson
Jorge Zepeda Patterson isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Jorge Zepeda Patterson's blog with rss.