J.C. Hidalgo's Blog, page 7
October 17, 2020
Testigo del fin
Pronto, todo rastro de la existencia de la especie humana habrá desaparecido y no quedará nada ni nadie que pueda siquiera recordarnos.
Apenas quedamos unos pocos supervivientes, y sólo para ser testigos de cómo la llama de una civilización de miles de años, llega a su fin de la manera más indigna y menos previsible que pudiera haber. Ninguna de las visiones, teorías o fantasías sobre el fin del mundo pudo prever la que, finalmente, se iba a alzar como la auténtica.
Nadie hubiera pensado que algo tan absurdo pudiera ocasionar tal daño a la humanidad. De hecho, al principio, nadie le prestó atención. ¿Cómo podíamos creer que acabaría de esta manera?
Tampoco supimos nunca de dónde vinieron, si era su intención acabar con la vida en nuestro planeta o sólo una consecuencia indirecta de su existencia.
Aquí estoy, atrincherado en mi ruinosa vivienda, rodeado por ellos, que asoman con su silencioso orgullo por cada rincón y grieta de una casa que amenaza con derrumbarse en cualquier momento.
Todo gracias a ellos. Simplemente su existencia fue lo que condenó a todo nuestro planeta.
Al principio nadie se dio cuenta, y los que lo hicieron, no le prestaron ninguna atención. Otros, lo tomaban como una pequeña molestia que debían solucionar como cualquier otra labor casera de mantenimiento, porque los primeros sitios donde aparecieron estos pequeños invasores, fue en las construcciones. Aparte de esto, todos hacíamos una vida normal.
Pero no tardó en hacerse cada vez más evidente. En poco tiempo, no había país ni ciudad, que no contara con varios edificios infestados con esos malditos hongos y, por supuesto, las noticias se hicieron eco de ello, llamando la atención sobre algo que estaba a la vista de todos, pero que hasta el momento, habíamos ignorado.
¡Hongos! Algo tan simple e inofensivo, similares a los que podías encontrar en un supermercado, los que comíamos a diario, ahora crecían por todas partes. Paredes, techo, suelo, aceras, muros de iglesias… Podías señalar un edificio al azar, y los tenía creciendo en mayor o menor medida.
Al principio, cuando lo encontré creciendo en algunos rincones de mi oficina, culpé al servicio de limpieza por negligencia. Ellos aseguraban que los habían visto y quitado, pero que por lo visto, habían vuelto a crecer. Por supuesto, no les creí, y asumí que no los habían visto, y si lo hicieron, no los eliminaron.
Pronto me enteré que otros socios o clientes, estaban pasando por la misma situación. Bien ellos mismos, o sus limpiadores, aseguraban haberse deshecho de ellos para, en pocas horas, volver a encontrarlos en el mismo sitio, o incluso nuevos brotes en cualquier otro rincón. Lo mismo pasó en mi propia casa poco después. Aquellos asquerosos hongos crecían una y otra vez, cada vez en mayor cantidad.
Poco podíamos sospechar que esto era el preámbulo de ciertos eventos, a cual peor, que culminaría con una auténtica pesadilla, el cuatro de Marzo.
Las conjeturas sobre su origen fueron múltiples. Humedad, el cambio climático… Lo extraño era que estaba pasando en todo el mundo, en países con diferente clima y temperatura. ¿Cómo podía ser? En cualquiera de los casos, nadie se alzaba con una respuesta plausible. Por supuesto, los medios se llenaban de respuestas incuestionables y métodos caseros que aseguraban su efectividad… sin que ninguno lo fuera.
Algunos aseguraban que empezó antes, pero en zonas remotas donde pasó desapercibido, y que no fue hasta que ocurrió en zonas civilizadas, cuando nos dimos cuenta.
Los vídeos en youtube hablando sobre el suceso y su origen se disparaban, al igual que las noticias. Había teorías de todo tipo, desde una mutación en hongos comunes, hasta experimentos del gobierno, o un ataque terrorista. No faltaron las teorías magufas que aseguraban su origen extraterrestre, o un castigo de la madre naturaleza. Lo cierto era que nadie sabía nada. Ningún organismo oficial podía arrojar luz sobre el asunto.
Estas despreciables… cosas, no solo se estaban apoderando silenciosamente de cada recóndito hueco del mundo y de nuestras construcciones, sino de nuestras vidas también, ya que se había convertido en el tema de conversación habitual. Lo más extraño era esa sensación de estar hablando de ellos, en su presencia. Cuando se hacía, muchos lo hacían hablando en voz baja, como si pudieran oírnos. Quizá lo hagan.
Frecuentemente he tenido la sensación de que me contemplan desde el silencio, que sus sombreros son ojos que surgen de las paredes para observar el mundo que les rodea. Especialmente ahora que mi casa está atestada por ellos, me siento rodeado por miles de ojos vegetales mirándome, esperando a que muera de inanición. ¿Qué puedo hacer? Los he intentado destruir cientos de veces, pero continuaban creciendo una y otra vez, como las cabezas de la hidra mitológica. Al final, me acostumbré a su desagradable presencia.
Día tras día, los pisos y edificios hospedaban decenas de pequeños hongos, que no sólo crecían en tamaño, sino en cantidad, y en cuestión de semanas, cubrían gran parte de las superficies, no solo por fuera, sino por dentro, en sus estructuras. Algunos edificios, donde nadie ejercía un mantenimiento o cuidado, habían sido devorados por ellos y habían dañado la estructura. El interior de los muros estaba saturado de ellos hasta lo inimaginable. Tal era la cantidad, que ratas y cucarachas se habían visto obligadas a abandonar estas residencias, o perecer atrapadas entre las densas telarañas vegetales que se formaban.
Se descubrió que, a diferencia de los hongos normales, estos tenían raíces y crecían con fuerza, penetrando en cada resquicio que encontraban, creando aberturas y fracturas en las construcciones donde se desarrollaban. Eliminarlas se reveló como algo imposible. De estas raíces surgían unos filamentos diminutos se que aferraban al terreno con extremada fuerza, y por mucho que se intentaran quitar, siempre quedaba algo de lo que se generaban nuevas raíces, y de ellas, más hongos.
Los equipos designados para eliminarlos no tuvieron mucho más éxito; ningún veneno o pesticida que se intentó causó ningún efecto. Parecían inmunes a todo lo conocido. ¡Incluso se los había encontrado creciendo dentro de un reactor nuclear!
En cuestión de meses, la vida en todo el mundo había sido radicalmente alterada por los hongos. Definitivamente estaban tomando posesión de nuestro modo de vida. Se abrían paso a través de las superficies, destrozando baldosas, moquetas o cualquier otro tipo de superficie. Algunas instalaciones estaban acusando fallos y deterioros debido a los que crecían en el interior de sus muros y los empujaban bajo una fuerza basada en la masa. Los que crecían en las paredes de mi casa aprisionaban las tuberías del agua de tal manera que acabaron por hacerlas reventar. Los centros sanitarios, eran incapaces de tener áreas limpias e higiénicas, ya que todas las salas de operación tenían brotes. Eran millones de personas, en todo el mundo, las que reportaban problemas similares de un tipo u otro.
Que los expertos descubrieran, casi al principio, que estos hongos no correspondían a nada conocido, alimentaba las teorías del origen extraterrestre, cada vez más populares y ahora divididas en dos vertientes; ¿era un ataque extraterrestre o una simple casualidad el hecho de que cayeran en nuestro planeta?
Pero los que creíamos en las teorías sobre mutaciones y efectos de experimentos científicos seguíamos siendo numerosos, y muchos culpamos a los chinos de estar atacando el mundo occidental con técnicas químicas, pero ellos estaban sufriendo la situación de igual manera que el resto del mundo.
Ninguna explicación se alzaba como definitiva y la humanidad seguía en las tinieblas. Mientras tanto, poco a poco, nos acercábamos, sin saberlo, al fatídico cuatro de Marzo. Pero aún quedaban otras desgracias por llegar antes.
En menos de un año, todos los edificios estaban en mayor o menor grado cubiertos de hongos. Los neoyorquinos vieron con tristeza cómo su querida estatua de la libertad había sido devorada por ellos, así como las pirámides de Egipto y numerosos monumentos, patrimonios de la humanidad, a los que no se les había podido prestar atención, fueron eliminados de la faz de la tierra.
Como una especie de macabro adelanto de lo que iba a venir, los edificios más débiles y dañados, se derrumbaron víctimas del daño que les causaban con el crecimiento inmisericorde de sus raíces a través de sus estructuras.
En este momento, es cuando nos dimos cuenta de la auténtica gravedad de la situación. Quienes podían, se mudaron a lugares más seguros, y los que no pudieron, se quedaron en sus hogares hasta que fueron desalojados y reubicados en zonas temporales. Algunos edificios, colapsaron y se derrumbaron por sorpresa aplastando a todos los que se encontraban dentro. Con los meses, se produjo un efecto dominó en el que el derrumbe de un edificio causaba el mismo efecto en los que tenía alrededor, tan dañados que no pudieron soportar el impacto. Incluso las explosiones controladas ponían en peligro cualquier otro edificio cercano, y algunas ciudades tuvieron que ser evacuadas.
De repente, me di cuenta de que mi hogar se había convertido en una espada de Damocles que acabaría por destruirme en cualquier momento, pero no tenía a dónde ir.
Y mientras, seguía sin encontrarse una solución, ni un veneno, pesticida o solución permanente. Finalmente, se desarrolló en laboratorios, un tipo de bacteria que podía eliminarlos, e incluso resultó efectivo. Con cierta lentitud, el virus acababa con los hongos. Se probó en Milán con bastante éxito, y en unos días, marchitaban y morían.
Por fin se había encontrado una cura.
O eso creímos.
Se distribuyeron las bacterias, se fumigó por todas partes y, efectivamente, al principio funcionó. Al principio.
A los pocos días, pudimos ver, horrorizados, que un nuevo brote, inmune a la bacteria, crecía nuevamente.
¿Quizá fuera esta bacteria la que hizo posible el principio del fin, el cuatro de Marzo? Nadie lo sabe.
Pero las cosas cambiaron, con o sin bacteria… para peor.
Los hongos crecían en cualquier superficie y lugar; coches, barcos, aviones… todo era susceptible de desarrollarlos, y algunos vuelos sufrieron accidentes, con la muerte de sus ocupantes hasta que se cancelaron todos los vuelos. También algunos trenes o vehículos sufrieron accidentes similares, por deterioro de partes importantes. No hay que decir que todo esto estaba afectando seriamente a los servicios, por lo que las ambulancias eran cada vez menos frecuentes, la gente faltaba más al trabajo por no atreverse a desplazarse o falta de transporte público, o temían que su puestos de trabajo se desplomaran sobre ellos, si aún seguían en pie.
Por supuesto, esto afectaba también a todo tipo de servicios. Internet había sido cancelada hacía tiempo, y la única manera de seguir informado era mediante la televisión, si la electricidad seguía funcionando en tu hogar. Algunas centrales eléctricas habían quedado reducidas a escombros, y lo mismo con las de agua.
Lo peor fue que, entre esta falta de servicios se encontraban los de alimentación; no había manera de conseguir comida de la manera habitual. No tardó en darse casos de vandalismo. Al principio saltábamos supermercados en busca de lo que pudiera quedar, o rebuscamos entre las ruinas de los que habían colapsado.
Los enfrentamientos se hicieron más comunes, y salir a por comida se convirtió en una lucha constante, que más de una vez acababa en sangre. Yo no salía a la calle sin mi escopeta, y más de una vez tuve que dispararla. Fortifiqué mi casa para evitar asaltos, que también se estaban haciendo comunes.
A estas alturas, aunque aún existían gobiernos buscando una solución, a nadie le importaba. Sobrevivir al día a día era mucho más importante que esos malditos hongos.
El mundo estaba sucumbiendo a un caos a nivel global y, poco a poco, nuestra sociedad iba apagándose, pero aún era Febrero. La auténtica pesadilla, estaba ya a la vuelta de la esquina. Si todo hubiera quedado como estaba, quizá algo hubiera podido hacerse. Algún nuevo sistema hubiera aparecido.
Pero no.
El cuatro de Marzo llegó, y con él… se abrieron las puertas del infierno.
Aún quedaban algunos medios informativos, y electricidad que ponían al día de la situación. Cuando creíamos que nada podía ir a peor, lo hizo.
La noticia no fue que se encontrara el cadáver de alguien en su domicilio. Ni que la pobre chica que lo encontró entró en estado de shock, y psicológicamente afectada para el resto de sus días.
La noticia fue que el cadáver estaba infestado de hongos que habían nacido dentro de él. Habían arraigado en sus órganos internos, en los pulmones, a lo largo de todo el sistema respiratorio y digestivo. Se abrieron paso a través de su garganta hasta salir al exterior por boca, nariz y oídos, incluso rasgando tejido y piel. Por si esto fuera poco, las raíces hicieron con su cuerpo lo mismo que hacían con los edificios, destrozando en su crecimiento huesos, músculos y nervios. Todo ello mientras había estado vivo. Ahora que estaba muerto habían seguido creciendo y continuado su expansión por las cuencas de los ojos.
El pobre hombre murió por una mezcla de deshidratación, asfixia y con sus órganos destruidos.
Los expertos que habían estudiado el cuerpo, aseguraron que se debió a que había ingerido hongos. ¿Cómo puede sorprender esto? Sin comida, ni manera de conseguirla, el pobre desgraciado se vio obligado a comerlos, ya que crecían a su alrededor.
Más casos se dieron por todas partes, ya que multitud de personas también habían hecho lo mismo, y acudieron en pánico a los pocos hospitales que permanecían en pie.
En los siguientes días, aparecieron más víctimas, familias enteras, que sufrían dolores internos por el crecimiento de los hongos que se abrían paso a través de la carne, creciendo también en sus pulmones sin dejarles respirar.
Afortunadamente, yo sentía tal repugnancia por estos vegetales, los odiaba tanto, que nunca jamás se me ocurrió comerlos. Solo pensarlo, me daban arcadas.
Entonces, se hizo público algo todavía peor; estos hongos que habían crecido en el cuerpo humano eran variantes nuevas y sus esporas podían proliferar en otros organismos vivos. En otras palabras, eran, desde cierto punto de vista, contagiosos.
Los doctores y enfermeros que habían atendido a los afectados no tardaron en manifestarlo ellos mismos, y los pocos que no lo hicieron renunciaron a sus puestos en el hospital, abandonando a su suerte a quienes allí dejaron.
Los casos se hacían cada vez más frecuentes. Una vez entraban en tu organismo, tardaban días en empezar a hacerse sentir, por lo que cualquiera podía ser portador.
Ahora, cuando salía en busca de comida entre algunas ruinas, si encontraba a alguien, nos apuntábamos desde la distancia; nadie se atrevía a dejar que nadie se acercara, y si lo hacías, disparaban sin preguntar. Si alguien quería asaltar tu casa, disparaba primero, acabando con sus ocupantes, para entrar después.
En hogares que sospechaban que alguien podía tenerlos, los expulsaban y abandonaban a su suerte. Una simple tos o un dolor muscular era síntoma suficiente para que tu hermano, cónyuge o hijos, te expulsaban por miedo a contagiarse.
Cientos de personas y animales, morían a diario, consumidos por estos hongos que crecían dentro de ellos, y se alimentaban de sus cuerpos, dejando jardines cadavéricos.
El gobierno intentaba mantener el control de una sociedad que ya no existía ni obedecía a nada que no fuera la supervivencia animal. Ni siquiera la policía, el ejército o los científicos, respondían a ninguna orden.
Los servicios cayeron definitivamente, dejó de haber comunicación. Las ciudades desaparecían poco a poco, mientras sus edificios se derrumbaban unos tras otros. Incluso me llegaron noticias de que las centrales nucleares de algunos países, al estar desatendidas, los hongos las habían destruido, liberando un apocalipsis nuclear. Cabía esperar lo mismo en el resto del mundo. La cuenta atrás hacia la extinción era ya un hecho inevitable.
A nadie le importaba ya el origen de los hongos. ¿Extraterrestres? ¿Mutación? ¿Cosa del gobierno? Daba igual.
Ellos esperan pacientemente, sin prisa, para reclamar el planeta cuando nosotros dejemos de existir. Todo vestigio de nuestro paso, nuestra historia, todo cuanto hemos hecho, eliminado como si nunca hubiéramos existido, para ser suplantados por… unos malditos e impasibles hongos. ¡Unos hongos miserables!
Mientras esperaba el momento de la extinción, yo me había convertido en una alimaña sobreviviendo como podía, rodeado únicamente de los futuros herederos del planeta. Me sorprendió la facilidad con la que había descendido de un ser civilizado, un ciudadano educado y formado, a convertirme en un salvaje, capaz de cualquier cosa con tal de sobrevivir un día más, pese a saber el destino que nos aguardaba.
Cada vez encontraba menos gente en mis incursiones, hasta no hacerlo en absoluto. Soy uno de los pocos supervivientes, que observa impotente la desaparición de nuestra especia. Atrincherado con esos odiosos hongos rodeándome, observándome desde todas partes. Agazapado en una residencia con demasiadas grietas como para mantenerse en pie. Si he de morir, prefiero hacerlo bajo los muros de mi casa. Prefiero la muerte rápida del aplastamiento.
Oigo las paredes crujir. Nubecillas de polvo caen en algunos sitios. La viga del techo cruje. Las columnas gimen bajo el peso de los hongos, lamentándose por el daño que le hacen, incapaz de seguir manteniéndose por más tiempo.
La promoción
Además de analizar cosas y cotillear cómo escriben los demás, también escribo mis propios cuentos. Muchos de ellos han sido publicados en este blog, pero es mucho mejor leerlos en su recopilación autopublicada en Amazon, al mismo precio que te cuesta un café, pero durando mucho más.
October 12, 2020
Día #103 – Cómo escriben los capítulos los profesionales (III y última)
Querido diario, dos puntos.
Espero, por fin, terminar esta serie sobre mi análisis de cómo los profesionales esquematizan (¿esa palabra existe?) los capítulos. En las dos partes anteriores (la I y la II) expuse los puntos y elementos que componen un capítulo, y en esta parte, voy a comprobar si se cumple, basándome en tres capítulos elegidos aleatoriamente:
El misterio del lobo blanco, Capítulo 3, libro 2 (M. Moorcock)Harry Potter y la piedra filosofal, The potion master (J.K. Rowling)Coraline, Capítulo 5 (Neil Gaiman)
[image error]El misterio del lobo blanco, Michael Moorcock. 1988
El misterio del lobo blanco
Comienza con una introducción, poniéndonos en situación. Leí este libro hace tiempo, así que, aunque no recuerdo de lo que trata esta novela, la introducción me ayudó a situarme.
En cuanto a los cambios de estado, Elric no cambia mucho a lo largo de todo el capítulo. En cualquiera de los casos, Elric comienza decidido a cumplir su objetivo, el grupo es atacado, se desmoraliza un poco, sale victorioso y continua. Al final del capítulo sigue igual de resulto a continuar su objetivo. A Elric se le puede acusar de muchas cosas, pero no de inestable. Bueno, también.
En cuanto al conflicto, consiste en, por un lado el ataque de unos fantasmas y por otro que la espada de Elric no funciona (los poderes del caos que le dan el poder, están apagados o fuera de cobertura) por lo que están en mala situación. Elric invoca al dios de la piedra e, inicialmente no parece hacerle caso y están perdidos; esto genera drama. Finalmente, el dios de la piedra aparece y se carga a los fantasmas. Todos felices. Ya no ha más conflictos. Resumido así, suena todo muy absurdo, pero es lo que hay.
Este capítulo hace avanzar la trama porque los personajes llegan a una cueva que conduce a su objetivo. Se dan algunos datos importantes, como la explicación de porqué la espada no funciona, se revela la naturaleza del lugar al que se dirigen, y lo que es más importante, porqué Elric quiere ir y su opinión sobre los dioses del caos y el orden y la importancia que tiene para él conocer su naturaleza, lo que da más peso al final de la historia.
“Ahora, quizá pueda descubrir al fin la respuesta a la única pregunta que me preocupa: ¿Existe alguna fuerza última que gobierne a las facciones opuestas del Orden y el Caos?”
El misterio del lobo blanco
Al final llegan a una playa subterránea, con barcos estancados en la arena. Quizá hoy día esto no es especialmente espectacular, pero para la época lo era. Elric expresa que piensa coger una de las barcas y continuar su camino por ese extraño mar, lo que genera el interés por saber qué pasará.
La mayor parte de lo expuesto anteriormente se cumple; el capítulo es un minirelato, con su puesta en escena, conflicto (aunque sea un encuentro un poco pobre), una revelación y la resolución.
El final crea un interés e introduce el siguiente capítulo.
En cuanto a lo de los cambios de estado, Elric prácticamente no cambia de estado de ánimo, ni aquí ni en muchos capítulos; le pasan cosas por el camino, pero los eventos y conflictos no parece que le afecten especialmente y si lo hacen no se demuestra, pero es que Elric, al igual que Conan, no son precisamente las almas de las fiestas. Debo decir que los personajes de ese estilo y época si tienen algo es que no son muy de mostrar emociones y apenas tienen cambios. Así que esto puede ser algo generacional y, en la actualidad, sí que hay más predisposición a personajes no tan cara-piedra, sino más emocionales y dispuestos a vivir una montaña rusa de emociones.
[image error]Harry Potter and the Sorcerer’s Stone (2001)
Harry Potter and the philosopher’s stone, The potion master (J.K. Rowling)
En este caso, Harry pasa por diversos estados y, efectivamente, termina de forma diferente a como empieza.
Si bien al principio se muestra la escuela como algo confuso y atemorizante, tanto por un mobiliario algo inquieto, como por la presencia de Peeves y Filch, y profesores más o menos aburridos o poco interesantes, se llega al momento cubre en la clase de Snape. Hay una ligera mejoría en su estado cuando comprueba que el resto de alumnos se siente igual de confusos y vulnerables, y también cuando se indica que Harry y Ron consiguen encontrar el comedor sin perderse, lo que demuestra que ya van haciéndose con el lugar. En el principio del capítulo, el personaje ya ha experimentado varios cambios.
Sin embargo, referente a Snape, el estado de Harry se vuelve cada vez más negativo; empieza mal cuando se entera de que Snape es de Slytherin, y que siempre los favorece, pero vuelve a mejorar cuando Hagrid le invita a tomar el té: Harry tiene un amigo en este entorno tan hostil.
Una vez en la clase de Snape, el asunto va de mal en peor; nada más empezar, Severus muestra una mala actitud hacia Harry; Rowling avisa al lector de que se avecina tormenta. Por si esto es poco, que Malfoy se ría demuestra que Snape cuenta con aliados, mientras que Harry es el nuevo Gary Cooper, solo ante el peligro.
A estas alturas queda claro quienes son los enemigos de Harry en este fragmento de la historia y las bases están asentadas.
A partir de aquí, Snape lanza ataque tras ataque a Harry, a base de preguntas que este no es capaz de responder, haciéndole sentir un idiota delante de todos. Finalmente, como en el momento de la ordalía, Harry consigue sacar fuerza de flaqueza y hacer algo impensable; Harry responde a su profesor (recordemos que es un libro escrito por una británica en la cultura británica). No es una respuesta especialmente insolente ni agresiva, pero lo suficiente como para mostrar que no se va aquedar sentado sin hacer nada, y además es capaz de conservar la calma y frialdad frente a la tempestad. Adicionalmente, algunos de sus compañeros se ríen con camaradería, y Seamus le cuca un ojo con complicidad; Harry ya no está solo, tiene aliados. Pasa a un estado muy positivo.
Snape aún continúa dando caña, quitando puntos a Gryffindor y dando la brasa a Harry y, aunque queda claro que este personaje va a ser el enemigo numero uno, el asunto ya está resulto.
Aunque parecería que este arco ha terminado, tiene su resurgir en el siguiente fragmento, cuando, en casa de Hagrid, este hace ciertos comentarios que despiertan ciertas dudas en Harry respecto a Snape. Como mencioné en el momento de los arcos y subtramas, aunque la merienda en la choza de Hagrid podría ser un anticlimax, tiene la función real de hacernos pensar sobre las motivaciones de Snape, recapacitar sobre lo pasado y empezar a hacernos creer que este personaje es el villano de la historia. Todo esto ocurre en paralelo en otra subtrama, que es la amistad que está gestándose entre Harry, Ron y Hagrid (que dicho sea de paso, aquí es cuando estos dos últimos se conocen).
También se generan nuevas dudas y, quizá se abre o se insinúa un arco nuevo, sobre el robo en Gringots.
Como se puede ver, Harry pasa por diversos estados; empieza en negativo, pero va subiendo y bajando, especialmente en su encuentro con Snape, en el que baja en picado hasta que sube de golpe al “ganar” el enfrentamiento. Finalmente termina en positivo por la merienda con sus amigos.
El capítulo definitivamente aporta a la trama y además revela información, incluyendo la presentación del profesor que al final resultará ser el auténtico enemigo, aunque aún no lo sabemos.
Hay otro arco, aunque se muestra en segundo plano, que es el de Hermione:
Empieza positiva, ya que es la única que consigue resultados en la clase de Transformaciones, además de la aprovación de McGonagall. Pero cuando aparece Snape, se asusta porque teme no estar a la altura de las circunstancias (su objetivo es ser la mejor alumna en todas las asignaturas). Intenta recupear su estado positivo respondiendo las preguntas que Snape lanza a Harry, pero es ignorada continuamente, y por fín su estado baja del todo cuando el profesor le grita para que se siente. El personaje acaba mal con lo suyo y no se sabe más de ella en todo el capítulo (ni siquiera participa en la merienda).
[image error]Coraline, Neil Gayman. 2002
Coraline, Capítulo 5 (Neil Gaiman).
Comienza con que los padres de Coraline han desaparecido y eso la hace estar en un estado bajo, y esto va a peor cuando ve que no regresan. Después está un poco con las señoras vecinas, las cuales no reaccionan cuando la niña les cuenta esto; Coraline está sola y sin ayuda (me he dado cuenta de que en estos tres ejemplos se repite este concepto: el personaje se haya solo y desamparado ante una situación desconocida y amenazante. Igual es casualidad, pero ahí está). El punto más bajo es cuando se pone a llorar, o mejor dicho, Gaiman nos muestra que es el punto más bajo mediante el momento en que ella llora.
Por otro lado se nos ha mostrado que es capaz de subsistir por sí sola, comprar comida y hacer cosas, lo que nos hace ver que es independiente (información que se revela)
Más tarde aparece el gato, que es el único que la ayuda en el momento más oscuro. También es el heraldo y la ayuda a cruzar el umbral. Coraline recibe la llamada definitiva a la aventura cuando ve a sus padres al otro lado del espejo.
Muestra el rechazo a la llamada intentando reportar el asunto a la policía, sin éxito. Finalmente, cruza la puerta y deja el mundo ordinario para entrar en la barriga de la ballena. Además, expone el motivo por el que va a rescatarlos, así que nos queda claro su motivación y qué puede pasar si no lo consigue.
Durante este capítulo, Coraline tiene miedo, dudas e incertidumbres, recibe ataques verbales y desmoralizantes por parte de la otra madre, pero se mantiene firme en su objetivo. Por si esto fuera poco, la otra madre consigue la llave de la puerta, por lo que Coraline se queda atrapada en este mundo. Esto es claramente un segundo acto.
Nuevamente, Coraline, cae en un momento muy turbio, pero el gato aparece nuevamente para aconsejarle.
El capítulo termina cuando ella se va a dormir, pensando en el consejo del gato, y dejándonos a nosotros con la duda de qué hará a continuación para salir de esa situación.
En general, este capítulo tiene prácticamente todos los elementos de una historia, excepto la resolución, pero esa falta es el cliff-hander que nos motiva para seguir leyendo.
Conclusión
Aunque no de forma a raja tabla, sí que creo que las novelas siguen más o menos los puntos para escribir escenas. Quizá es más patente hoy día, en que la escritura ha sido influenciada en gran medida por el cine y su estructura, y los libros más antiguos probablemente no sean tan estrictos con todo esto. De hecho, muchos autores anteriores al cine son famosos por irse por las ramas, y sus capítulos no siguen tanto estos puntos.
Así que pienso que, al menos a modo de esquema y ayuda a organizar la información, tener claro estos elementos puede ser un recurso muy útil para elaborar y desarrollar los capítulos de la novela.
Fuentes:
How To Write A Great Scene by Michael Hauge & Mark W. Travis (Film Courage)The Silence of the lambs – Dissecting a Scene (Lessons from screenplay)Scene Dynamics (The Art of Story)Escritura de guión para cine y televisión (Curso Domestika)Into the Woods (John York)El misterio del lobo blanco, Capítulo 3, libro 2Harry Potter and the phylosopher’s stone, The potion master (J.K. Rowling)Coraline, Capítulo 5 (Neil Gaiman)
La promoción
Además de analizar cosas y cotillear cómo escriben los demás, también escribo mis propios cuentos. Muchos de ellos han sido publicados en este blog, pero es mucho mejor leerlos en su recopilación autopublicada en Amazon, al mismo precio que te cuesta un café, pero durando mucho más.
September 30, 2020
Día #102 – Cómo escriben los capítulos los profesionales (II)
“You ask or imply a question at the beginning of the book and you absolutely self-consciously withhold the answer”.
Lee Child.
Antes que nada, una nota mental. En la parte anterior hice mucho hincapié sobre que si algo no tiene relevancia, se hace que la tenga o se elimina. Un lector me comentó por mail que Tarantino llena sus escenas de conversaciones irrelevantes y sin embargo funciona, y debo darle la razón. Así que me apunto para una futura investigación el averiguar porqué los diálogos de Tarantino son tan buenos cuando, en teoría, deberían ralentizar el ritmo.
Hecha esta nota para mi yo del futuro, empiezo.
Querido diario, dos puntos.
En la primera parte comenté que una escena debe contar con dos características: hacer avanzar la trama, y un capítulo es un cuento dentro de la historia principal, como muñecas rusas. El primer punto ya lo traté, así que voy con el segundo: el cuento interior.
Como tal, un capítulo debería contar con sus tres actos; planteamiento, nudo y desenlace, incluyendo una resolución y conclusión. Pero, esto, según me encontrado, no se aplica tal cual; muchos autores hacen sus trampirujas, jugando con estos conceptos con el fin de generar más interés por la historia, crear cliff-hangers y otras cosas interesantes.
“Scenes, like acts and lile stories, have their own three-act structure, and mimic exactly an archetypal story shape”
John Yorke, Into the woods.
Presentación
El principio de una escena/capítulo es una versión minimalista de un primer acto, en el que se presenta la situación, aunque frecuentemente esto se hace de forma muy por encima, ya que suele quedar clara por la escena anterior. En el caso de que se haga (no siempre se hace), se suelen introducir los personajes que participarán en ella y, especialmente, sus objetivos para con la escena.
No obstante, creo que no es bueno infravalorar esto, ya que puede hacer de recordatorio; como en una serie, la novela se deja y se continúa el día siguiente o incluso días después, así que un ligero refresco no viene mal para recordar un poco por dónde vamos, pero de forma muy sutil, sin caer en ser pesados y repetitivos.
También hay quien los hace in media res, es decir, con la acción medio empezada. Así que, cada uno lo suyo, lo que mejor vea, ya que creo que todo lo que vale para los primeros actos, vale también para la introducción de un capítulo.
[image error]No lo sabíamos, pero no estaba presentando a los personajes
Nudo: El conflicto y los cambios de estado.
Lo mismo que en una novela, en un capítulo, el estado del personaje cambia, tiene conflictos y los resuelve, y esto sí que me lo he encontrado en todas partes. Lo apropiado es que a lo largo de un capítulo, estos eventos hagan que el personaje no acabe cómo lo empezó y provoque un cambio de estado; de contento pasa a triste, si empieza nervioso acaba relajado, si entró en escena encantado de la vida, terminará estresado. Esto no es una regla de dogma en plan “cambiale el estado de ánimo al personaje o te quemo la casa”, ya que, si bien en el cine sí que es una especie de dogma, en la literatura es algo más relajado. Ese cambio de humor es un reflejo del cambio interno, es decir, una forma de indicar al lector/a que las cosas van cambiando en la personalidad de los personajes, o dicho de otra forma, el avance en su arco evolutivo.
Un capítulo debería contar con una fuerza opositora a los deseos de los personajes, al igual que existe en la historia completa. Este conflicto va a ser el responsable de la carga emocional, por lo que a una mayor pugna, habrá un mayor impacto dramático. Tener claro cuales son las consecuencias para el personaje la no obtención de su objetivo, o ser derrotado, ayudará a fortalecer la motivación de este e incrementar ese drama. ¿Qué hubiera pasado con Frodo si hubiera sido atrapado por los Nazgul en el capítulo 12 de La comunidad del anillo? Hubiera sido su fin, probablemente. Saber eso intensifica la presión en el personaje, refuerza sus acciones y, por lo tanto, genera más interés en el lector. Imaginemos que no hay manera de saber o suponer quienes son los Nazgul y por lo tanto no sabemos qué pasaría si lo atrapan; el desasosiego al garete.
También existe la posibilidad de que ese impacto dramático venga porque una acción anticipa un evento futuro que probablemente traerá problemas. No hay un conflicto, pero lo habrá.
En cualquier caso, estas pugnas contra las circunstancias o enemigos físicos nos permitirán desmenuzar el camino del personaje y su avance en la trama en pequeñas porciones más fáciles de manejar que si lo vemos como un todo. Una guerra está compuestas por batallas, en las que se avanza o se pierde terreno. La novela es la guerra y los capítulos las batallas en las que los personajes irán avanzando o serán derrotados según convenga (pobrecitos personajes).
Al igual que ocurre con la historia completa, lo ideal es crear un crescendo en la tensión, de forma que la máxima tensión, el enfrentamiento gordo, se reserve para las ¾ partes del final del capítulo, aproximadamente. Esto no quiere decir que haya que matar a un enemigo poderoso cada episodio, sino que haya un punto álgido dramático, una muerte y renovación, ya sea en forma de tomar una decisión, cambiar de actitud, aceptar algo o, literalmente romperle la cara a alguien. Que ocurra en el momento adecuado es importante, de lo contrario se podría generar un anticlimax y eso no mola, caca.
Una gran ventaja y cosa bonica, es que al ser solo una porción de la historia, en estas batallas podemos hacer que los personajes sean derrotados las veces que sean necesarias.
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Desenlace y resolución
“Story as such can only have one merit; that of making the audience want to know what happens next. And conversely it can only have one fault: that of making the audience not want to know what happens next”
E.M. Forster.
Finalmente, hacia el final del capítulo/escena se produce la resolución, en la que se revela si consigue el objetivo o ha fracasado y como se afronta esto y afecta al arco.
William Goldman, autor de La princesa prometida y guionista de muchas películas (Chaplin, Maverick, Misery, la adaptación al cine de La princesa prometida, y muchas más), decía la famosa frase “entra tarde y vete pronto” (Come in late, get out early). Con esto quería decir que no conviene extender demasiado el final de una escena/capítulo, sino dejar el asunto un poco colgando, de forma que el personal se quede con ganas y curiosidad de saber qué pasará a continuación, en otras palabras más modernas; un cliff-hanger.
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Los arcos secundarios
Hay un último factor a tener en cuenta, y es que en un capítulo pueden haber arcos secundarios, las subtramillas.
En ocasiones hay capítulos con varios arcos, que bien pueden ir en paralelo o intercalándose. También puede ser relativos a diferentes personajes o al mismo. Por ejemplo, en La morada (R.A. Salvatore), primer libro de la saga de Drizz Do’Urden, en su primer capítulo tenemos la trama principal que son los preparativos de los Do’ Urden para asaltar a los DeVirl; una guerra por la posición. De forma adicional están las tramas que hay de las relaciones entre los personajes, quién domina a quién o quién ostenta más poder. Esta información se va intercalando, pero nunca se pierde de vista que el asunto principal es la batalla. Que las subtramas no eviten ver la trama principal.
Hay que tener cuidado con no empezar y terminar una subtrama cuando la principal ha terminado, ya que esto genera un anticlimax. No obstante esto puede ser válido si este anticlimax tiene el objetivo de dar una pausa de reflexión sobre lo que ha ocurrido. Bueno, es cierto que algo muy recurrente en las series es justo empezar un arco al final del capítulo que genera el cliff-hanger mencionado, pero esto no hace avanzar nada; su único objetivo es hacer que veas el siguiente capítulo y te des cuenta como ese evento se soluciona en tres segundos sin ninguna repercusión en absoluto.
¿Todo esto se cumple en la literatura?
El mundo cinematográfico es bastante ortopédico, sigue unas pautas muy marcadas a la hora de elaborar sus guiones y funciona a base de fórmulas, pero la literatura es otra cosa y se permite ciertas licencias que en una producción holywoodiense serían impensables. Así que, mi duda es; ¿todo esto se cumple realmente?
Por esto he analizado unos pocos capítulos elegidos al azar de tres novelas igualmente aleatorias (además de las ya comentadas anteriormente):
El misterio del lobo blanco, Capítulo 3, libro 2 (M. Moorcock)Harry Potter y la piedra filosofal, The potion master (J.K. Rowling)Coraline, Capítulo 5 (Neil Gaiman)
Pero como esto ya es muy largo, lo haré en la siguiente (y espero última) entrada.
La promoción
Puedes conseguir la recopilación de mis relatos en amazón al mismo precio que te cuesta un café, pero durando mucho más.
September 20, 2020
Día #101 – Cómo escriben los capítulos los profesionales
“The scene is the single most important element in your screenplay. It is where something specific happens… the place in which you tell your story”
Syd Feld, Screenplay.
Querido diario, dos puntos.
Como he podido comprobar en varios vídeos y libros, escribir una escena para el cine tiene su técnica, no es algo que se haga a lo loco sino que hay varios aspectos a tener en cuenta, tiene sus pasos y planificación . Visto lo visto, me he puesto a indagar sobre el asunto, y he querido averiguar hasta qué punto esto se puede aplicar a la escritura de novela, y esto es lo que he encontrado.
Hay dos conceptos claves e impepinables que se aplican tanto al cine como a la escritura:
La escena/capítulo es un cuento dentro del cuento y cuenta con sus tres actos: planteamiento, nudo, desenlace, y también su propia conclusión, la cual está relacionada con la historia, aunque como he visto más tarde, esto no es exactamente así. En realidad, un capítulo debería tener sentido por sí mismo, de forma que si una persona leyera un capítulo al azar, sin saber nada de la historia, aunque no fuera capaz de entender la historia ni todo el trasfondo, sí que debería poder entender lo que pasa en ese fragmento.
Una escena/capítulo debe hacer avanzar la trama, aportar algo sobre ella o revelar una información importante. De lo contrario es paja que no sirve para nada y marea la perdiz.
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Preparar el esquema del capítulo
Antes que nada, es muy aconsejable hacer un esquema de los capítulos para tener la información a golpe de vista y, lo que es más importante, destilada a lo importante. La importancia de esta capacidad de sintetizar lo mencioné en el artículo Síntesis o el triunfo de la brújula. Este esquema debería contar con una línea resumen que incluya los siguientes elementos:
Personajes que van a participar y sus objetivos.
¿Cómo lo va a conseguir?
¿Cuál es el obstáculo/conflicto?
¿Cómo va a ser presentado todo eso?
Una vez con esto claro, hay que hacerse la pregunta del millón: ¿todo esto ayuda a la trama?
Si la respuesta es que no, entonces o sobra o se trabaja para que cumpla este propósito, ya que toda trama o evento, debe aportar algo. La explicación de esto es sencilla: estamos narrando la historia de uno o varios personajes y hay que centrarse en las partes interesantes de esa historia. No tiene sentido dedicar páginas a hablar sin decir nada. Incluso tratándose de conversaciones o situaciones, si realmente no cumplen un propósito, lo mejor es solucionarlas con una elipsis que para eso están. De hecho, muchas de las partes narrativas de una novela se basan en eso, resumir en unos párrafos una serie de acontecimientos para no dar la turra. En el cine, muchas de esos cambios de lugar o situación, simplemente se cortan y se salta a otro escenario, con un lenguaje visual que nos lo hace saber y no nos resulta disonante. En una novela podría ser más confuso que un personaje pase de una localización a otra sin aviso, o que pasen diez años de golpe, por lo que las elipsis son necesarias para mantener la fluidez de eventos.
Pero ojo-cuidao: una simple conversación puede ser importante si ayuda al lector a conocer mejor a los personajes. La película “In Bruges” está cargada de este tipo de momentos, al igual que las de Tarantino. Así, la línea que divide entre lo que sobra y lo que aporta a veces puede ser muy difusa.
Partes aburridas: elipsis.
Partes interesantes: mostrar.
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Dicho así, incluso a mí me suena un poco radical, pero lo cierto es que cuando escribo tiendo a dejarme llevar por descripciones del mundo y de los personajes. Pero la realidad es que, como lector, no hay nada que más me fastidie que esos capítulos que no aportan nada y me quedo con la sensación de perder el tiempo.
Por eso, tener la línea resumen permite ver rápidamente si la trama de ese capítulo sobra, es útil o si hay que trabajarla más.
En el cuento con el que estoy ahora, “la cofradía de los señores pequeñitos” eliminé un capítulo precisamente porque no contribuía en nada. Era un giro que dejaba a los personajes exactamente en el mismo punto que al principio, y tampoco se me ocurría cómo podía hacer que los personajes crecieran ni nada así que… adiós. No obstante, la idea la guardo a parte porque puedo rescatarla en el futuro para otra cosa, aquí se aprovecha todo.
Además, tener todos los capítulos esquematizados en antelación, me permite, cuando me pongo a escribir, repasarlos y ya sé por dónde voy y lo que me toca hacer hoy. Por supuesto esto no es algo estático, sino que se va revisando y modificando continuamente. Frecuentemente se me ocurre hacer algo en el capítulo 12 que hace que tenga que modificar algunos anteriores para ir anticipando esa situación.
Una vez claro esto, hay que prestar atención al otro elemento; el cuento dentro del cuento con sus tres actos internos, más importante de lo que parece. Pero como esto se me está yendo de las manos, lo hablaré en el siguiente post.
Fuentes:
How To Write A Great Scene by Michael Hauge & Mark W. Travis (Film Courage)
The Silence of the lambs – Dissecting a Scene (Lessons from screenplay)
Scene Dynamics (The Art of Story)
Escritura de guión para cine y televisión (Curso Domestika)
Into the Woods (John York)
El misterio del lobo blanco, Capítulo 3, libro 2
Harry Potter and the phylosopher’s stone, The potion master (J.K. Rowling)
Coraline, Capítulo 5 (Neil Gaiman)
September 15, 2020
Día #100 – Seleccionado para publicación
Querido diario, dos puntos.
Hace ya unos meses, la revista Tártarus hizo una convocatoria para relatos basados en el apocalipsis, supongo que por lo del COVID-19.
Me dio mucha alegría saber que, de entre unos cien relatos presentados, el mío fue uno de los pocos elegidos. La publicación salió al mercado a principios de Septiembre, y me hizo más ilusión aún ver que mi relato estaba entre gente que había ganado concursos literarios y que tenían una experiencia. Que hubiera sido elegido junto a estas personas, me dio todo el subidón.
Mi cuento es “Testigo del fin”, en el que narro el testimonio de una persona que ve la civilización apagándose lentamente debido a unos hongos que crecen de forma tan descontrolada como imparable.
Se me ocurrió mientras iba al super, pensando en la lista de la compra. Por algún motivo se me ocurrió la idea de champiñones creciendo como locos, causando daños irreparables en las construcciones y eso causaba destrucción en un efecto dominó. En realidad es muy absurdo y parece de comedia, pero es que pienso que la línea divisoria entre el terror y la comedia es muy difuminada, todo depende de cómo se presenten las cosas y de la cercanía con la situación. Así que cogí esa idea y la trabajé en una perspectiva de terror.
A principios de Septiembre fue publicada la revista
July 29, 2020
Día #99 – Setup and pay off, Chejov y deus ex machinas
Querido diario, dos puntos.
Me he encontrado con un recurso en el storytelling llamado setup and pay off, aunque luego tiene muchos otros nombres, y como no he encontrado traducción al español usaré la terminología anglosajona.
El setup and pay off es una argucia de la narrativa que permite preparar al lector-a/público anticipando cierta información sobre algo que revelará su importancia más adelante, de manera parecida a lo de la famosa escopeta de Chejov:
Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí.
En realidad, esto que es tan sencillo, tiene una cantidad de usos muy amplia.
Pre-conocer al personaje.
En “Indiana Jones y el arca perdida”, al principio de la película me entero que tiene fobia a las serpientes cuando se encuentra una en el avión en el que escapa. Esta situación queda como un chiste gracioso y no le presto más caso, sin saber que me han plantado una semilla. Pero más adelante, cuando cae en una sala llena de reptiles ya conozco su fobia, y verlo rodeado por estos animales tiene mucho más impacto por el significado que ya conozco. De esta manera se me hace más partícipe de la situación que si simplemente lo hubiera dicho él mismo en ese momento, concordando con la máxima de “muestra, no cuentes”.
[image error]“Riders of the lost ark” (1981)
Salvado por superar el trauma.
Son innumerables las películas en las que el personaje principal tiene un sueño frustrado y, al final, en un momento crítico se revela como lo que le salva el culo. Por poner un ejemplo, la primera película que me viene a la cabeza es Parque Jurásico II, en la que la niña se deshace de un velocirraptor a base de unas cuantas cabriolas gimnásticas, pero esto no sale de la nada. Al principio de la película, ella menciona que ha sido expulsada del grupo de gimnasia. Al principio nos plantan la semilla, y más tarde la flor emerge.
Esto es esencial para arcos, representado el paso de ser un fracasado/a a un héroe capaz de realizar esa acción que antes era incapaz.
Eliminar el deus ex machina.
Pongamos, por ejemplo, una historia en la que al final un edificio va a arder porque uno de los personajes se deja una colilla encendida. Dicho así no tiene nada de raro, pero si ese incendio es decisivo y soluciona la trama, puede parecer (y de hecho lo és) una manera de solucionar las cosas con algo que me he sacado de la manga. Una planta ha florecido sin que se hubiera plantado; esto son malas hierbas.
Para evitar este mal sabor de boca, lo suyo sería mostrar en algún otro momento, que un personaje en cuestión tenga la mala costumbre de dejarse las colillas encendidas, incluso algún otro le podría reprender para hacerlo más obvio. Con esto se consigue que esa salvación sorpresa sea más verosímil y nos salva de un deus ex machina, porque ya habíamos avisado. Si el lector/publico no estaba atento, es cosa suya. En “Regreso al futuro III“, Marty resulta ileso al recibir un balazo en el pecho gracias a una plancha de hierro que se coloca. ¿Aparece de la nada? ¡NORL! Se ha presentado antes. ¿Dónde? En “Regreso al futuro II”, cuando meten en primer plano una escena de “Por un puñado de dólares”, protagonizada por Clint Eastwood. Por si las referencias pueden no estar claras, Marty adopta el nombre de Clint cuando viaja al salvaje oeste, enlazando las cosas todavía más. Sin haber presentado esa información, si no hubieran plantado la semilla, y si Marty hubiera aparecido con su plancha de hierro sin más, hubiera sido un deus es machina en toda regla.
[image error]Fotograma de “Regreso al futuro II” cuando están viendo la secuencia de “Por un puñado de dólares”
Generar tensión
Si he visto a un personaje fracasar miserablemente al hacer algo importante, cuando lo vuelva a estar en esa situación, habrá un mayor dramatismo porque puede morder el polvo otra vez. Si esta acción es algo importante para el personaje, ya sea tanto de forma directa como simbólica, el drama está asegurado.
En el señor de los anillos, he sido testigo a lo largo y ancho de los libros y películas, de que Frodo tiene problemas para controlar al anillo, por no hablar de que va a peor. Por eso, ese momento final en el que debe tirarlo al fuego es tan intenso, porque conozco la lucha interna del hobbit y su debilidad frente al poder del único; sé que puede fracasar. Tolkien fue dejando semillas durante toda la historia para que cuando esa planta creciera tuviera el poder que se merecía.
[image error]“El retorno del rey” (2003)
Ejemplos en los que las cosas fueron mal
Como mejor se ven las cosas es con casos en los que esto se hizo mal o no se hizo en absoluto.
Mostrar situaciones que luego no van a ningún lado no es muy común, pero pasa, especialmente en series, en las que de una temporada a otra olvidan elementos presentados anteriormente, pero al ser tan largas y tan llenas de subtramas, estos fallos pueden pasar desapercibidos. Sin embargo, en películas cantan más. En Suicide Squad está el caso de un peluche que Boomerang se dedica a cuidar como si tuviera una relevancia y en ningún momento se nos dice ni porqué ni qué finalidad tiene. Se planta una semilla que nunca germina. ¿Se olvidaron de ella?
El otro caso es casi peor, hacer un pay off sin un setup, que surjan plantas dónde nadie puso semillas; esto se llaman malas hierbas y a nadie le gustan. Que en un momento crítico, alguien salve el día con un arma que ha sacado de nadie sabe dónde es un deus ex machina que no lo justifica ni “un girito de guión”. Uno de los más graves que recuerdo es en Superman (1978), cuando Lois muere porque Kal-El no llega a tiempo de detener un misil. Este, en una rabieta, se dedica a dar vueltas al mundo en dirección contraria a la rotación hasta que hace retroceder el tiempo y así consigue detener el misil. Más que una escopeta Chejovera, han sacado un tanque de la nada. En ningún momento nadie nos dijo que podía hacer semejante cosa, ni se avisa ni nada, lo meten sin vaselina y, además, no lo vuelve a repetir en su vida. Es un “deus ex machina” como la copa un pino y este tipo de cosas no se hacen; caca.
[image error]“Superman” (1978)
Como conclusión, esto lo estoy incorporando a mis historias, inclluso reescribiendolas, y veo que les da mucho mejor sentido y las enriquece, hace que todo sea más coherente y enlace el fin con el principio, como un círculo.
En la que estoy reescribiendo ahora, “Pétalos sobre nieve“, el título hace referencia a que al final hay un reguero de gotas de sangre sobre la nieve, pero era muy sin venir a cuento. Con esto en mente, he incluido al principio un momento en el que el personaje que narra la historia, cuenta que en su país helado no existen las rosas y expresa su deseo de verlas. Al final, se establece una conexión entre ese sueño de ver rosas, con unas manchas de sangre que caen en la nieva, como que eso será lo más parecido a ver pétalos de rosa, lo que da sentido al título. O no. Bueno, en la historia queda mejor que aquí resumido.
Fuentes:
Imagen de portada: de la película “In bruges“
Cosa adicional que no tiene nada que ver.
Recientemente he publicado un artículo en el blog de entretenimiento Frikerio, sobre anécdotas y curiosidades del rodaje de la película Conan el barbaro, la buena, la de 1982, por si alguien quiere leerlo: ¿Desea saber más?
July 23, 2020
Audiocuento: El señor que estaba decidido
Querido diario, dos puntos
Ya he hecho la versión en audio de uno de mis cuentos.
Para empezar, he eleigido uno de los que más ha gustado, y además es corto y sencillo de relatar: El señor que estaba decidido.
Espero seguir, porque me conozco y soy capaz de dejarlo aquí. Lo que no tengo tan claro es si haré versión vídeo para Youtube y Vimeo, porque eso ya es complicarme con imagen y video, pero ya veremos.
En este enlace, se puede escuchar directamente haciendo click en play. Más abajo está el enlace a Ivoox para quienes prefieran esta plataforma.
Enlace a Ivoox
PD: si alguien escucha esto, agradecería feedbacks.
July 10, 2020
Día #98 – Creando mundos con Dark (sin spoilers)
Querido diario, dos puntos.
En una semana me he pulido la serie Dark, de una sentada y me ha encantado. Dado que tal, me puse a investigar sobre la serie porque quería saber más, los detalles que se me habrían escapado y toda la info sobre la historia y, por supuesto, a ver si podía aprender algo de su estructura y narración, porque me parece muy buena.
“Para crear mundos tienes que crear patrones, y la mejor manera de crear patrones es usando símbolos” (¿Desea saber más?)
Baran bo Odar (co-creador de Dark)
Para dotar al mundo de Dark de una mitología interna, la serie cuenta con varios elementos que se convierten en símbolos a lo largo de las tres temporadas (incluso que la propia serie la compongan tres temporadas es uno de ellos); la cadena del santo, la moneda del yayo, el chubasquero amarillo, las frases que repiten a lo largo de toda la serie… Todo esto forma un simbolismo interno, coherente, que hace que toda la serie sea un mundo en sí mismo.
Puede que hayan cosas que no sean realistas o que no respeten ciertos aspectos de la física o incluso sentido común, como que los jovencitos se dediquen a ir a través del bosque constantemente tanto si es de día como de noche, o que no exista pueblo (excepto el sanatorio mental, la policía, el colegio, la central nuclear y un par de hogares… ¡no hay más pueblo! Y para ir de un sitio a otro tienen que cruzar el bosque, ¿dónde puñetas vive esa gente?). Pero nada de esto nos sorprende ni afecta porque… sigue a una coherencia interna del propio mundo: todo el mundo va por el bosque, nadie se queja de él, ninguna madre riñe a sus hijos por hacerlo… es algo normal en ese mundo y por lo tanto, se acepta.
Esto es algo que defendía Tolkien al afirmar que un mundo debe ser coherente consigo mismo por encima de la realidad real misma. Puedo inventarme un mundo que no respete ciertas leyes reales, pero no importará tanto si el lector/espectador puede ver que esas cosas se respetan entre ellas en ese mundo, que hay unos límites marcados, definidos y claros, y toda la historia de ciñe a ellas. El problema es cuando en una película o serie, las cosas empiezan a salirse de madre y romper sus propios convenios sin motivo, solo porque “nos conviene para la trama” o para dar un giro inesperado de guión.
En el mundo de Harry Potter, todos los magos necesitan su varita, y da igual que sea un novato de primero o Voldemort. No aparece un “supermago cañero” que no la necesita, rompiendo así las reglas internas del mundo. Además, que hayan hechizos para hacer saltar dichos palitos de las manos de sus dueños, refuerza esto.
Hay veces en los que, escribiendo las novelas, me encuentro conque el carácter de algún personaje se interpone en la trama, o la manera en que he hecho la magia a veces me supone un problema para ciertas cosas, pero debo respetarlo hasta sus últimas consecuencias porque de lo contrario, perdería su “credibilidad”.
En muchas películas, por aquello del “girito” o sorprender, rompen su coherencia interna y sí, en principio sorprenden, pero francamente, es jugar sucio: por supuesto que vas a sorprender si haces algo que no se puede hacer; estás haciendo trampa. Que los fans me perdonen (o no), pero en las películas de Marvel y las últimas de Star Wars hacen esto constantemente. ¿Cuántas veces un personaje muere, pero luego está vivo? ¿Y cuántas de estas “no-muertes” están realmente justificadas? Es solo por crear expectación.
[image error]La princesa Leia resucitando milagrosamente en mitad del espacio. No hay fondos en mi banco para comprar esto.
Dark, es coherente consigo misma. Tiene su simbología interna y respeta sus propios límites, y cuando los rompe, hay un buen motivo detrás, que explica que realmente no han roto nada, me están sorprendiendo con algo que desconocía. Es cierto que durante unos capítulos parece que se les va de las manos, pero al final, todo tiene sentido y no se contradice en ningún momento. Y, ¡hey!, nos sorprenden con una troleada cocida a fuego lento que nos demuestra que los alemanes sí que tienen sentido del humor. ¿A qué me refiero? No puedo decirlo sin spoilear, pero ocurre en el minuto 1:04:00 el último capítulo.
June 28, 2020
Día #97 – Mi mundo de alta fantasía
Al principio solo había oscuridad.
Entonces llegaron las Mos, mas viejas que el tiempo mismo, capaces de grandes prodigios como de modificar y crear la realidad con su voluntad. Pero se aburrían. Su civilización estaba sumida en el tedio y monotonía. Por eso, abandonaron su mundo en busca de algo de diversión.
—Solo un par de galaxias y nos volvemos —dijeron.
Su viaje las llevó a un cosmos casi vacío, sin reformar, listo para entrar y con grandes posibilidades. Allí crearon un mundo y, al igual que los niños empiezan a mezclar todo lo que encuentran en un vaso y ven como cambia de color, lo llenaron de plantas, bichos, gente y cosas que se mueven. Las Mos vieron que aquello era divertido y continuaron jugando. Complacidas con el resultado, decidieron dedicarse a la existencia contemplativa, acomodarse, y recrearse observando lo que allí ocurría.
Como ese mundo se iba haciendo cada vez más complejo, las Mos nos crearon a nosotras, las Ilvasdi, seres que en otros mundos considerarían divinidades. Seres no-antropomorfos en absoluto, con formas que no voy a definir porque no seríais capaces de concebir, sin género ni raza. El hecho de usar determinantes o declinaciones en masculino o femenino en lo referente a nosotras, es una muestra de la limitación de vuestro lenguaje. Las Mos nos dieron el trabajo de cuidar del mundo y divertirlas. Desde entonces nos ocupamos de que la física, naturaleza, y todas las fuerzas que mantienen el orden y creatividad, funcionen adecuadamente, ajustándolas y modificándolas según las necesidades.
Pero la tarea más importante es asegurarles espectáculo y diversión, ya que, ante todo y por encima de todo, el mundo y todo cuanto contiene existen para su esparcimiento. Si las Mos llegaran a aburrirse, ocurriría lo que todas las Ilvasdi tememos: el día de la cancelación final. El fin de todo, y lo que es más importante, el fin de nuestra existencia.
Una de estas Ilvasdi, conocida como Directora Maestra, es la que da el último repaso a los guiones, hace los cambios oportunos, coordina y añade lo que haga falta. Para ayudarle en su faena monumental, cuenta con un grupo enorme de espíritus, guionistas y creativos que diseñan incansablemente bocetos, esquemas y diálogos.
En un mundo cuyo único objetivo es crear espectáculo, su labor es vital. Elegir o desechar ideas que merecen la pena ser trabajadas, es el tipo de discusión más frecuente en su sala del Argumento.
Mientras, los mortales viven sus vidas inconscientes de que son fichas de parchís, actores en un escenario que llaman vida, ajenos a que su existencia depende de lo interesante que les resulte a las Mos.
Así empieza “cuna de alimañas”, mi novela en fase beta, en el que introduzco la naturaleza del mundo de alta fantasía que inventé hace muchos años y he ido puliendo poco a poco. He cambiado muchas cosas, pero la base ha permanecido intacta todo este tiempo.
Aunque las primeras frases han sido confundidas con las de la biblia, en realidad me inspiró el comienzo de la canción “Rumours about angels”, del grupo “diary of a dreams”, que a su vez las sacaron de la película “dark city”.
A raíz de un chiste que dimos mucho de sí hace más de veinte años, me surgió el concepto de que siempre se representa a los dioses como unos seres que o nos aman o nos odian, pero la cuestión es que, en nuestra visión humanocentrista, nuestra existencia es el centro de interés de los dioses. Un día pensé, que ¿Y si a Dios le importamos un carajo y lo único que hace es mirarnos y entretenerse, indiferente a nuestras circunstancias? ¿Y si somos sus Sims, su televisión, su Play Station? De ahí fui desarrollando la idea de un mundo en el que esto lo llevo al extremo y, efectivamente los mortales viven en un mundo creado para eso. Todo lo que les rodea, las leyes de la física, química, biología son las reglas para que el mundo funcione como en cualquier otro juego, y las Mos las pueden variar según su placer, bien porque le parece divertido o porque se aburren.
Aunque esto es la espina vertebral de todo, me sirve para justificar ciertas cosas y he hecho algunas historias sobre estos seres, no es el argumento de las novelas.
El hilo argumental mayoritario, lo forman las historias de los mortales, más o menos manipulados por los Ilvasdi en su trabajo de crear espectáculo, en el que los personajes principales ni son héroes ni villanos, ni siquiera antihéroes. Hacen lo suyo, siguen sus propios objetivos que pueden ir por el lado legal o no, o incluso ambos. Tienen sus propios códigos morales, filosofías y objetivos, pero no en el sentido de que intenten hacer algo con ellos, de hecho, en muchos casos no sin ni conscientes de que los tienen. Están ahí, en su inconsciente, guiándolos y evolucionando.
A todo este mundo lo llamé en su momento “héroes de palo” de forma provisional, y desde entonces he estado buscando algún nombre mejor, pero por algún motivo ese nombre parece que ha calado hondo, así que lo seguiré manteniendo.
June 27, 2020
Un nuevo tipo de espectáculo
El depredador llamó a la puerta del señor Gurnate. Su nombre era Garrison y trabajaba en la oficina de hacienda.
Un hombre de mediana edad, con intachable expediente, serio y educado; un miembro respetable de la comunidad. Todo ello una fachada que ocultaba a una bestia salvaje de instintos ferales.
Hoy había salido de caza y el señor Gurnate era su presa. Este era un hombre solitario sin familia que vivía solo, una víctima perfecta con la que deleitarse satisfaciendo sus ansias homicidas. Su posición privilegiada en hacienda le permitía acceder a la información de la gente, y seleccionar a los más adecuados y vulnerables.
Mientras esperaba a que aquel abriera la puerta, dedicó unos segundos a asegurarse que su aspecto era insuperable, no sólo por las apariencias, sino por su propia satisfacción personal.
La americana azul marino, la camisa blanca y la corbata, perfectamente planchadas y limpias, a juego con los zapatos. Se miró en el espejito de bolsillo disfrutando de su propia efigie. Un afeitado de anuncio, dientes blancos y piel suave bien cuidada. Su imagen era impecable. Casi divina. De hecho, propia de un dios.
De entre su repertorio de «caras», esa mañana había tomado la del Encantador; un personaje que había creado durante años de observación, imitación y práctica. Este perfecto caballero ocultaba el monstruo frío y despiadado que realmente era. Un monstruo que disfrutaba asesinando a sangre fría.
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Nunca había sentido lástima ni remordimientos por ninguna de sus víctimas, sino bienestar y la satisfacción de ser él quien tomaba el control. Por supuesto no había nada personal hacia ninguna de ellas, ni siquiera las conocía. Sólo eran presas elegidas metódicamente de entre una masa de posibles objetivos.
En su maletín, estaban delicadamente dobladas y bien dispuestas las herramientas que iba a usar; no eran papeles ni documentos como cualquiera podría creer, sino un traje completo, guantes y máscara de plástico que le protegería de mancharse de sangre. Como fetiche, hoy le apetecía usar un cuchillo largo y estrecho para hundirlo lentamente en su víctima.
Estaba disfrutando de la imagen, a medio camino de una erección, cuándo la puerta se abrió lo que la cadena de seguridad dio de sí. Alguien le miraba en silencio con unos ojos apagados, en los que Garrison pudo leer la timidez y recelo en sus ojos.
—Buenos días, señor Gurnate —dijo en tono tranquilizador con una gran sonrisa—. Mi nombre es Garrison y vengo en nombre de la Agencia Tributaría. ¿Podría pasar un momento, por favor?
El hombre, al otro lado de la puerta, desvió la mirada. El cazador detectó inseguridad. Estos eran fáciles de manejar.
—No creo que sea buen momento ahora. No puedo atenderle. ¿Por qué no vuelve mañana? —respondió en voz baja sin mirarle a los ojos.
Un contratiempo. Esto no gustó al depredador, a escasos centímetros de su presa.
—Comprendo que he aparecido sin avisar y no ha sido lo más oportuno. Le pido disculpas por molestarle pero, por favor, señor Gurnate, tengo que insistir. Tengo una agenda muy apretada y me causaría muchas molestias tener que volver otro día. Solo llevará unos pocos minutos y me haría un gran favor —remarcó el concepto del favor. A los débiles les gusta complacer a sus superiores.
El hombre dudó unos segundos.
—Ahora me pilla muy ocupado. Vuelva mañana.
Tanto contratiempo le estaba poniendo nervioso. Tenía un cuchillo en el maletín que satisfacer. ¿Es que este estúpido egoísta no era capaz de entenderlo?
—Me temo que me es imposible volver mañana. Por favor, le aseguro que seré lo más breve posible. Por favor, déjeme pasar, debo insistir.
La puerta se cerró sin aviso.
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Todo parecía fallar con este tipejo. Sentía que estaba fracasando y esto le hacía sentir frustrado y encolerizado. Tuvo que reprimir las ganas de abrir la puerta de una patada y apuñalar a ese bastardo mil veces, cortarle el cuello y ahorcarlo con sus propias entrañas. Respiró hondo y volvió a intentarlo; no iba a aceptar una negativa.
—Por favor, señor Gurnate. Debe dejarme pasar, esto es un asunto importante. Si no colabora me veré obligado a acudir a la policía y entonces tendrá serios problemas —dijo, cambiando a un tono más imperativo. El Encantador no estaba funcionando.
Tras unos segundos pudo oír el sonido de la cadena y la puerta se abrió. Se relajó ligeramente, pero debería lavar su orgullo en sangre para quedar satisfecho.
El señor Gurnate le dejó pasar, apenas vestido con un albornoz completamente cerrado.
—Lamento las molestias. Pase, por favor. —se limitó a decir evitando el contacto visual, mientras se cerraba el albornoz.
No pudo evitar sentir desprecio por tal personaje. Su postura encorvada, la voz baja y la falta de contacto visual delataba un sujeto sin carácter ni personalidad, débil y vulnerable. Pudo apreciar que, debajo del albornoz no llevaba nada. Seguramente lo había pillado masturbándose con alguna página porno. O quizá lo hubiera pillado con alguna prostituta. Quizá iba a ser su día de suerte tendría un dos por uno.
—¿Está solo, señor Gurnate? —quiso asegurarse.
—Sí. Bueno —se corrigió—, estaba en medio de una videoconferencia.
¿Una videoconferencia? ¿Desnudo? La idea divirtió al cazador. Ahora estaba seguro de que lo había pillado pajeandose con una webcamer. Una idea le pasó por la cabeza.
Tenía un pasamontañas en el maletín. Quizá podría matarlo frente a la cámara, ante los ojos de la chica o chico, o quien fuera. La idea de ser observado, de aterrar a alguien que lo vería todo en directo, le hizo tener una erección. Garrison se acarició los labios con los dedos con deleite.
Apenas podía esperar. Su corazón latía con más fuerza y su animal interior ansiaba hacer el espectáculo. Matarlo ante una cámara. La idea latía en su cabeza, como un eco impaciente. Matarlo ante una cámara. «Alguien viéndome y sin poder hacer nada, salvo aterrarse y gritar». Un nuevo tipo de espectáculo.
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— ¿Le importa que vaya un momento al cuarto de baño? —preguntó.
—Al fondo a la derecha —dijo con un hilo de voz sin dejar de mirar al suelo.
—Gracias —respondió, controlando el nerviosismo.
Habitualmente se tomaría su tiempo, hablaría con la víctima y analizaría más la casa, recreándose en quién era, posiblemente para añadir datos a futuras «caras» que pudiera usar en otro momento. Pero su voz interior insistía, y él quería satisfacerla. «Mátalo ante la cámara». Quería verlo sangrar cuanto antes, el ansia de muerte era intensa. Deseaba verla cara de la chica al otro lado de la cámara. Quería matar y quería matar ya. Y cuando él quería algo, lo quería ya.
Se dirigió al cuarto de baño pensando en el momento en que blandiera el cuchillo. Quería matarlo ante la cámara. El nerviosismo y la ansiedad le recorrían el cuerpo y apenas podía esperar. Una caza en directo. Cuan placentero sería sentir el acero hundiéndose en la carne, la sensación de control y la sangre fluyendo. Mucha sangre… Sangre ante la cámara.
Cuando encendió el interruptor de la luz del cuarto de baño, sangre fue todo lo que vio.
Los baldosines de las paredes estaban cubiertos de ella. Salpicaduras rojas lo cubrían todo. Gotas aun frescas caían dejando surcos verticales como códigos de barras.
En la bañera yacía el cuerpo mutilado de una mujer sumergida en su propia sangre. La cabeza estaba cercenada y colocada de forma ritual en alto, sobre un charco goteante, flanqueada por un par de velas. Los ojos sin vida estaban abiertos mediante imperdibles para que pudiera ver la escena y ahora lo observaban a él. Los miembros estaban cortados en varias partes, amontonados de una forma descuidada que mostraba que había sido interrumpido.
La sorpresa lo dejó paralizado en el sitio.
—Le dije que estaba ocupado. Pero no me quiso hacer caso —dijo el señor Gurnate, tras él.
El inspector se giró al oírlo. El que iba a ser su presa, estaba plantado bloqueando la puerta, blandiendo un machete en una mano. Alargó la otra, tomó una GoPro y se la sujetó en la cabeza.
—Ahora… va a unirse al show. Sonría, está en directo.
Sin aviso, se abalanzó contra el cazador bramando como un animal descontrolado. El maletín sólo pudo contener los dos primeros golpes del machete.
Más sangre salpicó las baldosas, y más gotas dibujaron nuevas líneas en las paredes.
La mirada inerte de la muchacha era testigo indiferente de la mezcla de los rugidos animales del hombrecillo y de los agonizantes bramidos del señor Garrison.
Los espectadores debían estar encantados. Estaban recibiendo un dos por uno por el mismo precio. Todo transmitido on streaming, a tiempo real. Un nuevo tipo de espectáculo.
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