J.C. Hidalgo's Blog, page 3

October 25, 2022

Día #118. El flashback de Django

Querido diario, dos puntos.

Ayer, viendo Django Unchained (2012) de Tarantino, un detallito me llamó la atención y me hizo meditar.

Más o menos al principio, Django (Jamie Foxx) acompaña al cazarrecompensas Dr. Schultz (Christopher Waltz, un aplauso por favor) a una plantación donde hay montones de negros esclavizados, para encontrar a tres hermanos.

Hasta ese momento, sabemos que esos hermanos estaban en la misma plantación que Django. Tarantino no nos cuenta nada, no detiene la historia para decirnos nada de su estancia en esa plantación. Ni sabemos nada. Tampoco nos importa.

Sin embargo, justo cuando los encuentran, tenemos un flashback en el que vemos una secuencia de Django junto a su esposa, siendo azotada por estos hermanos.

El flashback finaliza, y lo siguiente que ocurre es que Django los enfrenta y se venga.

Esta forma de contar los acontecimientos, intercalando un flashback, ha sido un recurso muy inteligente por varios motivos:

Si Tarantino nos hubiera hecho saber lo del castigo a la mujer de Django y todo eso al principio, posiblemente hubiera estado bien igualmente, pero es una información que en ese momento no necesitábamos y por lo tanto, cortaría el flujo.

Pero lo más importante y lo que yo creo que le da potencia a la escena, es que, al ver lo que pasó justo antes de que se vengue, lo tenemos más fresco, es todo más reciente, nuestra sangre está hirviendo por la rabia hacia esos fulanos y entonces es cuando se libera esa tensión. De haber conocido esa historia con media hora de antelación, la tensión habría ido desapareciendo con el tiempo y dicha escena no hubiera sido tan potente.

O eso creo.

¿Yo que sé?

Es una teoría. Tendría que probarla con monos.

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Published on October 25, 2022 02:48

September 19, 2022

Un viaje seguro

No estoy disfrutando del viaje en barco aéreo en absoluto. El primero y último.

Prefiero los tradicionales, los de mar. Pero, como la ciencia mágica ha puesto los barcos voladores al alcance de los turistas, los clásicos están desapareciendo rápidamente. A mucha gente le encanta esto de volar por los cielos pero, definitivamente, no soy uno de ellos; he descubierto que me aterra volar.

Salí de mi camarote solo por enfrentarme al miedo y no ser tachado de cobarde. 

Ni siquiera me interesa ver ese grupo de pegasos del que la gente está hablando con excitación. Seamos francos, no estamos diseñados para surcar el aire. Si algún dios (cualquiera) hubiera querido poner a las personas en las nubes, nos habría dado alas como a esos caballos voladores. ¿Qué hacemos aquí arriba? La gente se empeña en conquistar zonas imposibles.

Una señora me anima a ver las vistas y esos malditos aeroequinos. No gracias, desde aquí puedo ver bien. Ahí están las nubes, el horizonte… Tengo suficiente. Ni por todos los toquens del mundo voy a acercarme a la barandilla.

Además, ¿y si el barco tiene una sacudida y caigo al vacío? ¿Acaso esos bichos van a salvarme? Lo dudo.

¿Y esa… niebla verde, por llamarla de alguna forma, que sale de la chimenea? Es inquietante. Con esa variedad de tonos del verde fluyendo como un vapor extraño, a diferencia del clásico humo denso, oscuro. Por lo visto, es el resultado de limpiar los residuos de la magia que hace posible que el barco flote.

Me pregunto qué tipo de mecanismos hacen eso posible. ¿Será magia pura, hechiceros concentrándose constantemente o algún sistema alquímicos? En cualquiera de los casos, no entiendo nada de magia y eso no ayuda nada.

También podría atacarnos algún animal gigante volador, como las águilas gigantes o un ave fénix. Este barco no tiene pinta de estar preparado para defender de un ataque.

Oh cielos, ¡piratas! Un grupo de piratas podría atacarnos en cualquier momento y estaríamos a su merced.

No vuelvo a volar en mi vida, lo juro. Tiene que haber algún barco de mar todavía, aunque me cueste una fortuna.

A ver, Androlfos, tranquilízate. Estoy exagerando. La tripulación parece tranquila. Debe ser una buena señal. Si algo pudiera ir mal, estarían preocupados. Ellos saben perfectamente si estamos en territorio de animales hostiles, o si puede haber tormentas.

No había pensado en las tormentas. Un rayo podría destrozar esto, quizá.

Otra vez. Respira hondo. No va a pasar nada de eso. Según las estadísticas, los viajes aéreos son mucho más seguros en comparación con los navales o terrestres. Hay cientos de accidentes por viajes en mar.

Será mejor volver al camarote. Una siesta me sentará bien. Por lo menos, si paso dormido el resto del viaje no le daré vueltas a la cabeza. ¿Pero, no sería mejor estar consciente en caso de emergencia?

Un momento, ¿no es aquel caballero un mago? Desde luego tiene toda la pinta; sus ropas, la barba. Está observando algo muy atentamente. Voy a acercarme, con mucho cuidado no vaya esto a dar una sacudida.

Ahora puedo ver mejor. Es una esfera de cristal. La observa fijamente. Debe estar viendo el futuro o algo. Sonríe con satisfacción.

¡Ah! Aquí lo tienes Androlfos. Si un mago puede ver el futuro y está a bordo, es porque nada va a salir mal, ¿no? Su presencia es una garantía de seguridad.

Esto me tranquiliza un poco. A veces las personas somos tan simples. Como algo tan sencillo puede haberme aliviado mucho más que estudios estadísticos. Iré a hablar con él, pueda explicarme como funciona este ingenio.

—Buenos días caballero. ¿Le importa si me siento a su lado? —El mago (eso sigo creyendo), asiente sin hacerme mucho caso—. Es increíble los tiempos que vivimos, ¿verdad? Barcos volando. Nunca lo hubiera creído real cuando era niño —Intento romper el hielo, pero se limita a devolverme la mirada y asentir en silencio—. Perdone si le molesto, pero, ¿es usted mago, verdad?

—Sí. Hechicero profesional.

—Verá, me dirijo a Argilidar para encargarme de ciertos negocios familiares. Y usted, ¿porqué viaja allí? ¿Trabajo, placer…?

El mago se encoge de hombros. Desde luego no es muy amigo de las conversaciones ociosas. Ahora veo su expresión tornarse más oscura.

—Mi mujer me dejó por otro. Además, me han despedido de mi trabajo y tengo una cantidad de deudas imposible de pagar —vuelve a mirar intensamente la bola—. Solo quiero morir y que todo termine de una maldita vez.

Dios santo. Ahora entiendo.

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Published on September 19, 2022 01:06

September 4, 2022

15 reglas del humor de los ZAZ

Querido diario, dos puntos.


“Story is about priciples, not rules.” (si lo traduzco al español va a quedar algo raro).


Una regla te dice lo que debes hacer. Un principio dice “esto funciona y lo ha hecho desde siempre”… Una historia es sobre eternas y universales formas, no fórmulas.


(Lo he traducido como he podido).


Robert McKee.

Querido diario, dos puntos.

Es dificil enseñar a hacer humor. Aún así, he buscado información de cómo los profesionales lo hacen, a ver que puedo pescar de ellos.

Como soy muy fan de las películas Top Secret, la saga Agarrlo como puedas (incluyendo la serie Police Squad), y todo eso, he indagado sobre los ZAZ (David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker respectivamente), autores de toda una escuela del humor absurdo.

No obstante, debo tener en cuenta unos cuantos conceptos:

Estos principios los han ido desarrollando a lo largo de su carrera, desde que empezaron con su Kentucky Fried Theater hasta el final. Quicir, que no hicieron una lista de reglas y luego hicieron las películas, sino que fue un proceso de aprendizaje a base de prueba y error. Por lo tanto, algunos de estos conceptos no aparecen en las primeras películas. De hecho, ellos consideran sus primeros trabajos algo burdos.Los ZAZ hacen películas. No es lo mismo la técnica audiovisual que la escrita, especialmente en humor. No obstante, intentaré coger lo que me venga bien para lo mio.Los principios de los ZAZ para hacer películas de los ZAZ, son los principios de los ZAZ para hacer películas de los ZAZ. Quicir, que esto no se aplica  a todo el humor del mundo. Otros autores seguramente estarían en contra de varios o todos los enunciados.

1.- Chiste sobre chiste (Joke on a Joke)

David Zucker: “Never try to do two jokes at the same time.”

Considero esto uno de los más importantes conceptos, especialmente porque cuando lo veo, queda como el ojete. No hacer dos chistes a la vez porque se cancelan mutuamente.

Mucha veces esto pasa en forma de hacer el chiste actuando de forma chorra. En el doblaje de “La vida de Brian”, los dobladores les ponían vocecitas absurdas a los personajes que no existen en la versión original. Toda la película de la Vida de Brian está narrada en serio y los personajes actúan como tal.

Por último, si ocurren dos situaciones graciosas a la vez, sin tener nada que ver, no podremos prestar atención a una de ellas. Si ocurren dos acciones, y una de ellas es el chiste, la otra no puede serlo, entre otras cosas porque se requiere el contraste entre lo absurdo y lo serio.

Esto da para largo, así que quizá lo extienda en otra ocasión.

2.- Algo no relacionado de fondo (Unrelated Background)

David Zucker: “A joke happening in the background must be related in some way to the action in the foreground.”

Algo gracioso que ocurre de fondo debe estar relacionado de alguna manera con lo que ocurre en primer plano. Esto da la sensación de homogeneidad, estar hilado y no un puñado de cosas aleatorias lanzadas a la pantalla.

Hay varias situaciones en Top Secret que rompen este concepto, como cuando Nick y Hilari están sentados en un parque y de fondo se ven a unos tipos bajando a mear sobre una estatua de una paloma. La situación me hacía gracia, pero es cierto que me distraía y siempre me pareció algo extraño que no venía a cuento.

Algo no relacionado que ocurre de fondo, se vuelve irrelevante y además distrae de la acción principal (es el doble chiste).

Top Secret (1984). Esos señores del fondo no tienen nada que ver con nada y me distraen.

3.- Desconocimiento (Acknowledgment)

David Zucker: “Actors in the foreground must ignore jokes happening behind them.”

En esos chistes que ocurren de fondo, los actores en primer plano deben ignorarlos, continuar con lo suyo.

En Agarralo como puedas, cuando Frank está hablando sobre su exagerada vida sexual con su compañero, este suelta babas, pero Frank no se da cuenta de ello.

Más que nada, esto ayuda al efecto cómico del chiste de fondo, al estar pasando algo (normalmente algo grave) y nadie se da cuenta o no le presta atención.

The Naked Gun (1988). Nadie se da cuenta de que Nordberg se va escaleras a bajo. Además, esto está relacionado con la acción principal, aunque sea la anterior.

4.- Romper la cuarta pared (Breaking the Frame)

David Zucker: “It’s usually not a good idea to remind the audience that they’re watching a movie.”

Romper la cuarta pared no suele funcionar. Nada que decir aquí; es cosa de cine.

Top Secret (1984). Cuando la doblaron, dijeron lo que les dio la gana. Por eso lo prefieron en V.O.

5.- No ha pasado (That Didn’t Happen)

David Zucker: “Completely defying logic is bad, but something that is on and off the screen so fast that we can get away with it is OK.”

Hacer algo completamente absurdo no es buena idea. Pero si es lo suficientemente rápido, puede funcionar.

En Aterriza como puedas, Robert Stack dice “no puede aterrizar, están con los instrumentos”. Se corta la escena y vemos a los actores en la cabina del piloto tocando música (y lo hacen en serio). El corte dura segundos y no se menciona nunca más ni nada. Se hace el chiste y continuamos para bingo. Importante a destacar: cuando tocan música, lo hacen en serio, no ponen caras chorras ni nada que indique «estoy haciendo algo absurdo».

Son efectos visuales (normalmente) que quedan bien para el chiste, pero hay que continuar rápidamente. Se hace el impacto y luego continuamos como si nada. Así queda el concepto de que era un chiste. Si se profundiza o reitera en el concepto, ya se corre el riesgo de que se intente racionalizar y, por su naturaleza absurda, cae por su propio peso.

Airplane! (1980). El momento musical es visto y no visto. Es un lapso surrealista.

6.-¿ Puedes vivir sin ello? (Can You Live with It?)

David Zucker: “Once a joke is made, it can’t be allowed to hang around after the initial laughs.”

Una vez el chiste se ha hecho y nos hemos reido, continua, no te quedes ahí. Bastante similar al punto 5.

Por ejemplo, en Agarralo como puedas, cuando Frank y el otro están comiendo nosequé (nunca lo supe) y tienen la boca rosa, en la escena siguiente están limpios. No hay nada peor que alargar un chiste cuando ha terminado.

7.- Axe-Grinding

David Zucker: “Belaboring an ideological point past the humor of the joke.”

Cuando una broma es eclipsada por algún mensaje idealista, pierde la gracia rápidamente.

Supongo que esto pasa porque el mensaje moralista tras la broma, si es entendido, hace que uno se distraiga del chiste en sí, y si no lo pillas, o bien no entiendes la gracia o no tiene sentido el mensaje.

Sin embargo, muchos cómicos lo hacen como crítica, así que asumo que es preferencia personal de los ZAZ. Después de todo, sus películas nunca han tenido un propósito más allá del de entretener, a diferencia de otros humoristas, con un mensaje reivindicativo o sarcástico.

Geroge Carlin. Usa el humor para dar sus mensajes contraculturales y crítico con la sociedad y el sistema.

8.- Autoconsciencia (Self Conscious).

David Zucker: “Any jokes about the movie business or comedy itself. A strict no-no, except for isolated instances.”

Evitar las bromas sobre el mundo del cine o la comedia. Un poco como lo anterior.

9.- Trivia

David Zucker: “A joke understood by so few people as to make it not worth the effort.”

Chistes que solo van a entender unos pocos no merecen la pena, o basados en referencias que ya nadie conoce.

Ese es el problema del humor de actualidad; pasado cierto tiempo (no mucho) ya no tiene sentido y dentro de unos añitos, mucha gente ni lo entenderá.

10.- Muñeco de paja (Straw Dummy)

David Zucker: “Where the intended target is set up by the writer instead of real life. Even if the joke hits the target, who cares?”

No entiendo esto mucho, pero creo que se refiere a que no merece la pena hacer todo un chiste para meterse con un objetivo que nos hemos inventado. Similar al punto 7.

11.- Jerry Lewis, caca.

David Zucker: “We don’t do anything that Jerry Lewis would do.”

Francamente, no sé mucho de Jerry Lewis. Encontré una explicación pero no estoy seguro de entenderlo:

“Don’t use a comedian in a straight man role. Scenes in a parody ought to mimic the real thing. That means, basically, follow Rule #1. You’ve got funny lines in the script. If you add comedians (and «funny» character names, «funny» wardrobe, etc.), it’s a joke on a joke.”

Creo que se refiere a cuando tienes algo gracioso en el guión y el actor se comporta de forma cómica estás haciendo el chiste sobre chiste (el «joke on a joke»).

Cuando rodaron Aterriza como puedas, insistieron a todos los actores del reparto que debían actuar en serio. Al principio, Leslie Nielsen no lo entendía, pero le dijeron que “el chiste no es la frase, el chiste eres tú diciendo esa frase”. Ya haré otra entrada sobre esto.

Por otro lado, puede ser algo personal sobre Jerry Lewis. Igual les mordió cuando eran pequeños. Ni idea. Tendré que ver algo de él.

Varias escenas de Jerry Lewys. De paso, una muestra del doble chiste con la música de fondo innecesaria.

12.- Technical Pizzazz

David Zucker: “Mindless action without a comedic payoff never works.”

Cosas que pasan sin un objetivo cómico no suelen funcionar.

Supongo que se refiere a que una broma debe estar hilada con la trama, responder a la cohernecia interna de la historia y no elementos aleatorios corriendo como pollos sin cabeza (el punto 2). Por ejemplo, Pijus Magníficus (La vida de Brian) tiene ese nombre y sirve al propósito de toda una escena. Además, tiene frenillo y habla mal, pero tiene un propósito, no es algo aislado por ser gracioso sin más.

Al fin y al cabo una de las reglas más importantes es la coherencia interna, que todo esté interrelacionado.

13.- Late Hit (me rindo de traducir estas cosas)

David Zucker: “When a particular target has had enough and it’s been used up.”

No machacar demasiado con quien recibe los chistes, cambiarlos. Cuando la misma persona está recibiendo caña constantemente, deja de ser sorprendente, lo cual es uno de los elementos del humor.

Supongo que si la intención es hacer humor por la insistencia, esta cosa cambia.

14.- Hanging On

David Zucker: “Knowing when a joke… has gone too long.”

Saber cuándo parar es importante. Hay gente que no sabe y estira el chicle cuando ya no hace gracia. Dios es un ejemplo de eso.

15.- No hay reglas (There Are No Rules).

David Zucker: “What is most important is knowing when to ignore [the rules].”

Al final, en muchas listas de consejos me acabo por encontrar esta última línea. Incluso en las doce reglas de la animación de Disney, hay una decimotercera que dice “si algo queda bien, se queda, aunque contradiga todo lo anterior”.

Lo importante es hacer un chiste o algo gracioso, no seguir reglas, así que si toca saltarselas, pues se saltan. Pero para ir saltándose cosas hay que conocer primero lo básico y saber qué se está haciendo.

Fuentes:

Todopoderosos: ZAZ https://www.youtube.com/watch?v=5E09vOREZbA&ab_channel=EspacioFundaci%C3%B3nTelef%C3%B3nicaMadrid

Kyle Morrison: (francamente, las explicaciones me dejaban peor). https://medium.com/national-lackwit/zaz-rules-an-education-74b6d28111cd

Creative Creativity https://creativecreativity.com/2017/07/30/david-zuckers-15-rules-of-comedy/

Más fuentes varias: https://www.primrose.es/fuentes-jardin-c-1123.html

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Published on September 04, 2022 01:08

August 8, 2022

Día 117. He matado un mono.

Querido diario, dos puntos.

Desde que empecé el curso de escritura me está pasando una cosa, y a varios de mis compañeros también: cada vez nos cuesta más parir ideas para historias.

Antes era más prolífico, pero desde que estoy aprendiendo a escribir mejor (o eso me dicen la gente), lo hago menos. De hecho, me estoy un tiempo largo atascado con una historia porque no sé cómo abordarla.

Por supuesto, esto me lleva a preocuparme porque antes se me ocurrían ideas con bastante facilidad, pero ahora, cuando tengo que escribir algo para el ejercicio de la semana, es subir una cuesta.

De casualidad encontré un libro que me ha resultado de bastante ayuda. En apenas 100 páginas (incluso menos, porque lo importante está en el capítulo 2), me hizo entender lo que me está pasando.

El libro es «Creativity«, de John Cleese y en él referencia a otro libro sobre la mente creativa («Hare brain, tortoise mind», Guy Claxton ​), donde habla sobre cómo la forma de afrontar el proceso creativo marca una diferencia brutal.

Conocer las técnicas de escritura te da un capazo de herramientas: elementos de Campbell, técnicas, escopetas de Chejov para acribillar al más pintado, arquetipos de personajes y un largo etc. Si bien todo esto es de inestimable ayuda, escribir se empezó a convertir, sin que me diera cuenta, en algo más similar a resolver un enigma cuya pregunta me había creado yo, que a algo creativo.

Mientras escribo el borrador, me dedico a analizarlo con vista crítica incluso desde el primer momento. Mucha mierda en la cabeza a la vez. Escribir se ha convertidoen una fórmula matemática y eso me ha bloqueado.

He matado a los monetes de la creatividad.

En su libro, Cleese advierte de la importancia de tomarse el momento creativo como un juego. Con jugar se refiere a exactamente eso, hacer como cuando uno tontea con los tente, juntando piezas sin ningún propósito (los monos lo hacen lanzando sus cacas al público, lo cual envidio); no hay bien o mal, solo experimentación, hacer cosas para ver que pasa y por que sí, sin darse prisa ni rayarse (lo mismo que los monos con su materia).

En realidad, cuando lo pienso, nunca había tenido problemas para tener ideas. El motivo es porque nunca me había sentado a tenerlas. Tengo mucha tendencia a evadirme mentalmente cuando estoy haciendo algo monótono (la falta de atención por hiperactividad tiene sus cosas positivas de vez en cuando), por lo que andar pensando en sandeces es un estado muy habitual en mí. Los pensamientos absurdos pululan por mi cabeza y alguno de ellos se queda. Entonces me dejo llevar por él, desvariando y estirándolo, viendo a donde me lleva sin plantearme un destino ni censurarlo en ningún momento. Dejo a los monetes de mi cabeza jugar con las ideas, desvariar con sandeces por el mero placer de hacerlo (lanzarse caca unos a otros). Muchas veces no llegan a nada, pero como no tengo un objetivo, no me importa. Otras veces acaban desarrollándose en un concepto. La historia «La granja del tesoro» (la de las gallinas mutantes incluida en mi libro en fase beta «La cofradía de los criminales pequeñitos» se me ocurrió mientras le daba un masaje en la cabeza a un señor de Manchester). Cuando el concepto de la historia se conformó en mi mente pensé «estaría chulo para un video juego, pero como no trabajo en esa industria, nunca podré hacerlo». Al rato recordé que soy escritor y que podría escribir una historia con eso.

Así es como lo había hecho toda la vida, pero ahora, aplicar lo aprendido en el momento aquivocado, está sepultando ese momento de malabares mentales y diversión importante del proceso creativo.

Ambas actitudes son importantes, tanto la de lanzar caca (la gente normal lo llama la brújula de las narices) como la de manejar las cosas aplicando conocimientos y técnicas (el puñetero mapa), pero, como toda herramienta, conviene saber cuando aplicar cada una, hay que saber cuando dejar de jugar con tus excrementos.

John recomendaba un recorrido de ida y vuelta, usar la brújula para crear, y cuando ya no se te ocurre nada más, ordenarlo todo con el mapa. Cuando necesitas más material, dejar a los monos hacer lo suyo, así hasta conseguir un resultado.


“This back and forth process is called iteration. It´s what creative people do all the time”


Creativity. John Cleese.

Como dice mi amiga y colega de afición Isabel Lopez: «En el borrador lo echo todo, porque por eso es el borrador. Luego ya lo apañaré».

Como no sé como terminar esto, termino con una distracción: ¿En qué se diferencia el sistema de bloques del wordpress de una piedra en el zapato? En que la piedra te la piedes quitar.

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Published on August 08, 2022 02:07

June 17, 2022

May 16, 2022

Promesa de futuro

0 Años. 0 Semanas. 30 Segundos. Descontando.

John Smith yacía en el suelo sobre un charco de su propia sangre, tapando con las manos una herida en el abdomen. Había recibido más impactos de bala, pero no sentía nada, solo frío.

Sus pensamientos estaban lejos de allí, con Rita. Sollozaba pensando en ella. No quería morir. Había muchas cosas por hacer. Quería abrazar a Rita. Quería estar con ella. Quería estar en casa. Un par de horas más junto a ella.

Gritaba pidiendo ayuda, pero sus gritos eran silenciados por el sonido de las explosiones, disparos y voces de sus compañeros y enemigos.

Alguien se le echó encima. Apartó las manos para ver la herida. Le dijo algo. Intentó hacer varias maniobras ya inútiles.

El mundo de John quedó en tinieblas.

0 Segundos.

0 Años. 14 Semanas. 78 Horas. Descontando.

—No os preocupéis, volveré pronto. Es solo un año —dijo John.

Un año. Para Rita sonaba a una eternidad. Podían pasar muchas cosas durante un año en el frente, todas malas. Le estaba costando un esfuerzo enorme no llorar.

Su madre, en cambio, lloraba abiertamente, un privilegio prohibido para John senior, que debía mostrarse fuerte.

—¡Adiós hijo! ¡Estoy orgulloso de ti!

—No hagas tonterías, Johnny. No quieras ser un héroe —dijo su madre.

John la abrazó para calmarla. Luego a Rita, y la besó.

—No me va a pasar nada. Antes de que te des cuenta, ya habré vuelto.

Dejó a su prometida cuando el silbido del tren avisó de la inminente partida.

Cogió el macuto y subió al vagón, junto a otros muchos chicos.

Su familia lo buscó a través de las ventanas. Cuando tomó asiento, se miraron unos a otros. John sonreía para tranquilizarlos. En el fondo, estaba tan asustado como ellos.

—Cuando vuelva, nos casaremos —dijo a Rita.

1 Año. 32 Semanas. 3 Horas. Descontando.

—¡No entiendo por qué tienes que irte ahora! ¿Qué sentido tiene? Ni siquiera es obligatorio.

—Nuestro país nos necesita, Rita; es mi deber —dijo John lacónicamente. Como no esperaba que ella lo entendiera, tampoco quería perder el tiempo en explicaciones absurdas.

La joven le arrancó la carta de las manos y la hizo trizas con furia. Ese simple papel se había convertido en su enemigo.

—¡No te están llamando a filas! No tienes por qué ir, es solo una petición voluntaria.¿A quién quieres impresionar?

John suspiró para relajarse. No quería enfadarse ahora.

—Escucha. No lo entiendes. Mucha gente está yendo al frente. Mike, Sam… casi todos mis amigos también se han presentado como voluntarios. ¿Debo quedarme aquí, sentado, mientras nuestros compatriotas están luchando?

—¡Sí! Eso es lo que deberías hacer. Además, íbamos a casarnos este año.

—No sabíamos que esto pasaría cuando hicimos los planes. —La estrechó entre sus brazos para calmarla—. La boda se va a retrasar un poco, pero no te preocupes. Será solo un año. Pasará rápido.

—Eso me preocupa. El tiempo pasa muy rápido, Johnny. Además, apenas te veo. Siempre estás en la carretera, cubriendo reportajes, trabajando sin parar. ¡Casémonos ahora, antes de que te vayas!

Él hizo un gesto con la mano para quitarle importancia. Mujeres, siempre tan melodramáticas.

—Quiero estar allí para verlo todo en primera persona; será bueno para mi carrera. Podría ganar el Pulitzer con esta experiencia.

Hacía casi un año, había cubierto un evento sobre una película proyectada en Nueva York en la que se combinaban las imágenes con un fonógrafo, pero llegó tarde y otro se le adelantó con un artículo mucho más exhaustivo. No iba a pasarle lo mismo. Quería estar en el frente, vivirlo por sí mismo y escribir un artículo, quizá un libro, con sus vivencias.

—No te preocupes. Cuando vuelva, nos casaremos y tendremos un par de niños. Te lo prometo. Hay tiempo de sobra.

2 Años. 12 Semanas. 6 Días. Descontando.

—Le estoy muy agradecido, señor Goldsmith. No se arrepentirá, ya lo verá. Estoy dispuesto a entregarme a fondo por esta empresa.

—Estoy seguro de ello, señor Smith. No damos un ascenso como este a la ligera, pero usted tiene talento. Sin embargo, debo advertirle que deberá dedicar unas cuantas horas extra. Los viajes, el tiempo en oficina redactando los artículos, nuevas responsabilidades… Le quitará bastante tiempo. ¿Está seguro de poder hacerlo?

John estaba demasiado excitado como para pensar en los contras de esta nueva posición.

—Por descontado.

—Estupendo. —El director se recostó en el sillón. Tomó un puro y luego le ofreció la caja a John—. Dígame, ¿tiene usted familia? Este puesto puede interferir con la vida familiar.

John no contestó de inmediato. Sus ojos se volvieron ensoñadores.

—Recientemente, he conocido a una chica… Pero no se preocupe: no afectará al desempeño de mi trabajo. Cuando nos casemos, tendremos tiempo para estar juntos.

El doctor tomó al neonato con ambas manos.

La mujer estaba agotada, jadeaba con la cara llena de sudor tras un largo parto. El dolor y el esfuerzo la había consumido, pero ahora que veía a su hijo, era el mejor momento de su vida.

—Felicidades, señora Smith. Ha tenido un hijo y está perfectamente sano. ¿Ha pensado en algún nombre ya?

La mujer recibió a su bebé entre los brazos, en un gesto instintivo de protección. Lo miró con ternura.

—Se llamará John.

El bebé se agitó y estiró los bracitos, queriendo agarrar algo. La mujer sonrió.

—Tranquilo, cariño. Descansa. Tienes todo el tiempo del mundo.

19 Años. 21 Semanas. 65 Horas. 3 Segundos. Descontando.

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Published on May 16, 2022 03:02

April 23, 2022

El funeral de padre

El cadáver del patriarca yacía sobre la pila de leña y paja en la barca, como era su deseo. Amante del drama, consideraba ser incinerado en una pira mientras el río se lo llevaba, una manera muy épica de acabar.

Sus tres hijos, adoptivos, lo consideraban una excentricidad propia de la senilidad. Pero acataron este último deseo a regañadientes.

Tuncan, el enano, nunca estuvo a favor. Si hubiera sido por él, hubiera tirado el cuerpo por un barranco. Por lo tanto, todo el trabajo de montar la pira, cargar con el cuerpo y la barca, le había resultado un tostón innecesario. Pero a los otros dos les sabía mal no cumplir su promesa.

Tuncan empujó con el pie la pira flotante para introducirla en la corriente y esta la arrastró lentamente.

—Acabemos con esto de una maldita vez. Pégale candela a esto, Eldan.

El aludido, un elfo más del doble de su tamaño, encendió una flecha. Disparó y el se fue describiendo un arco de fuego en el aire. Al llegar al punto más alto, descendió, prolongando su viaje hacia la pira funeraria.

Sonó un «chof».

Los otros dos le miraron con mala cara.

Encendió otra flecha en la hoguera y disparó.

Chof.

El enano lo miró, furioso.

—¿Has olvidado cómo usar el arco?

—No es nada fácil disparar una flecha incendiaria, ¿sabes? El pegote este para arder desequilibra la flecha.

—Debimos haber incendiado la barca a mano.

—Padre lo quería así.

Tuncan bufó.

—Y también una manada de unicornios. Dispara otra, maldita sea: se está alejando.

—Ya no quedan más. Solo compré dos.

—¿Solo dos?

—¿Sabes a cuánto están? No pensé que fallaría.

Elvira, una humana, soltó una risita.

—¿Qué hacemos?

Tuncan cogió uno de los leños en llamas.

—Siempre tengo que hacerlo todo yo.

Tomó carrerilla hasta el borde y lo lanzó. Los tres miraron expectantes. Este voló girando sobre sí mismo, a través del cielo. Trazó una parábola y descendió rápidamente.

Chof.

El enano maldijo con una patada al suelo.

—Pues tu estilo tampoco parece funcionar mucho mejor —dijo Eldan con sorna.

—Dejaos de impertinencias y haced algo útil. Rápido, cada vez está más lejos.

Los tres arrojaron las maderas en llamas. Tras unos pocos minutos, los habían agotado.

Elvira rio.

—No es nada fácil fallarlos todos, ojo. Tiene su mérito.

—No me lo puedo creer —exclamó Tuncan.

Eldan sacó el candil del saco.

—Nos queda esto, pero más vale acertar.

El enano negó con las manos.

—Ya he tenido bastante. Dejémoslo por imposible. Además, el viejo está muerto y no se enterará.

—De eso nada. Le prometimos incinerarlo. Además, no quiero dejarlo expuesto a los cuervos. No es una manera digna de tratar a nuestro difunto padre.

—Es indecoroso dejar un cadáver flotando río abajo. Pensad en los niños —añadió Elvira.

El enano se mesó la barba, nervioso.

—Hasta muerto es un dolor de muelas. —Cogió el candil, se lo encasquetó a Elvira y lo encendió—. Nada de lanzar cosas. Vas a nadar con esto hasta la balsa y le pegas fuego a mano.

La sonrisa desapareció de la cara de la mujer.

—¿Yo?

—Eres la única que sabe nadar. Date prisa.

Con bastante desgana, entró en el río.

—¡Está helada!

Se tumbó boca arriba para flotar, puso el candil sobre su pecho y avanzó moviendo los pies.

Un ligero golpe en la cabeza le indicó cuando alcanzó la barca. Tuvo algunos problemas para darse la vuelta y subir, pero lo consiguió. Con cuidado de no quemarse, fue prendiendo la paja. Cuando esta cogió volumen, saltó al agua y nadó hasta la orilla.

Por fin, la barca fue presa de las llamas, creciendo en tamaño poco a poco.

Los tres observaron el espectáculo con cierto alivio, excepto Elvira, ocupada en escurrir el agua de sus ropas.

—Estoy empapada.

Tuncan desplegó un mapa, ignorando el comentario.

—Vayamos a alguna taberna a tomarnos una cerveza. Hay un pueblo siguiendo el río. No está muy lejos y… ¡Maldición!

Eldan miró el plano asomando por encima del enano.

—¿Qué pasa…? ¡Maldición!

Elvira, llena de curiosidad, se acercó a ver. Efectivamente, había un poblado cerca, hacia donde la balsa se dirigía. Pero eso no era lo importante.

La mujer dejó escapar una risa.

Según el mapa, en ese pueblo, un puente viejo, considerado histórico y atracción turística local, cruzaba el río. Hecho de madera.

Los seis ojos se fijaron en la barca incandescente flotando en esa dirección.

—El viejo va a ser una molestia hasta el último momento —dijo Tuncan.

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Published on April 23, 2022 01:43

April 8, 2022

El ciervo

Esto es un ejercicio para el curso de escritura de Teo Palacios sobre las acciones: las que aportan datos, las que no aportan gran cosa pero hacen el texto más placentero y las que incitan algo que pasará. En otras palabras, saber cuando sobra o no. Por otro lado, está inspirado en algo que me pasó en el juego de PC Medieval Dinasty

El cazador avanzó con paso cauto entre los árboles y ramas caídas, cuidando de no hacer el menor ruido.

Tras una larga búsqueda, por fin había encontrado una presa. A varios metros, un ciervo pastaba sin haberse dado cuenta de su presencia.

Preparó la flecha en el arco. El año había sido horrible. Bayas y frutos habían sido escasos, al igual que la caza. El aumento de otros depredadores, atraídos por esta escasez, añadió más problemas. Por supuesto, podían intentar cazar a esos mismos depredadores; un oso sería una excelente pieza, con una gran cantidad de carne, por no hablar de la piel. Pero para su tribu, era algo extremadamente difícil; no estaban preparados para ese tipo de ejemplares.

Por eso, este ciervo suponía unos días de comida para su pueblo. No podía cometer un error. Intentaba reducir la distancia para asegurar el tiro, pero si, en ese avance, provocaba un ligero ruido, el astado huiría. Era un riesgo por otro.

Cuando consideró estar a una distancia segura, tensó el arco y apuntó. Era también un momento crítico. Si fallaba, el ciervo escaparía y, además, perdería una de las flechas, ahora valiosas por la cantidad limitada del veneno que las impregnaba.

Apuntó con sumo cuidado.

Un ruido cercano le alertó. A unos cien metros de él, un par de jabatos merodeaban tranquilamente, ajenos a su presencia.

Su corazón se paralizó de inmediato. Eso significaba una cosa: un jabalí estaba cerca, probablemente la pareja. Estos animales eran peligrosos de por sí, pero, con sus crías cerca, lo eran el doble.

Aterrorizado, pero sin moverse, miró a todos lados buscándolos sin éxito. Quizá estaban ocultos entre los matorrales.

«¡Ahora no, necesitamos ese animal!».

Si el jabalí lo percibía, le atacaría sin dudar. En el caso de acertarle una flecha, no sería suficiente para matarlo y su daga no serviría de nada. Además, estaba la pareja.

Debía huir. Era lo más sensato. Si vivía, podría encontrar otra presa. Si moría ahora…

Volvió a fijarse en el ciervo. Estaba quieto, rumiando unas hojas. Era una presa tan fácil… No sabía si encontraría otra.

Tensó el arco.

Otro pensamiento le atenazó. El ciervo no moriría de inmediato. Aún con el mejor disparo, huiría unos metros hasta que el veneno lo paralizara. Debería seguirle ese tiempo, con el peligro de los jabalíes.

La inseguridad de encontrar otra pieza le atenazaba. Había necesitado caminar mucho hasta dar con esta.

Unos gruñidos muy cercanos le sacaron de sus pensamientos. Estos eran los adultos. No los veía, pero estaban muy cerca.

El ciervo comenzó a alejarse. Se escapaba.

Sin pensarlo más, apuntó; aguantó la respiración. Liberó la flecha.

Esta voló hasta hundirse en el costillar del ciervo. El animal dio un salto y emprendió la carrera.

Al hacerlo, asustó a los jabatos y huyeron de él.

El chico, temeroso, se mantuvo quieto, pero sin perder de vista la dirección de su comida.

Uno de los jabatos salió a su paso y, al verlo, cambió de rumbo. Un jabalí, persiguiendo a su cría, apareció de entre la maleza, frente al cazador.

Ambos quedaron frente a frente. El joven no se movió, con la esperanza de que el jabalí no hiciera nada o se asustara y huyera.

No fue así. Con un gruñido, se lanzó contra él.

El chico huyó con el animal persiguiéndole rápidamente.

El segundo le salió al paso. Lo esquivó y corrió en otra dirección, pensando en el ciervo que se alejaba.

El sonido de las bestias casi sobre él le estimulaba; no sentía sus piernas mientras corría como nunca, pero no sería suficiente. Le iban a alcanzar.

Cuando estaban casi sobre él, saltó a un árbol y trepó con habilidad. Una rama se rompió por su peso, y cayó. Rápidamente, se agarró a otra. Recuperó el equilibrio y subió hasta lo más alto.

Los animales arremetían contra el árbol, gruñendo amenazadoramente.

Con el corazón aún golpeándole el pecho, confiaba en que se fueran, tarde o temprano. Entonces, debería seguir el rastro del ciervo. Solo esperaba dar con él antes de que lo hicieran los lobos.

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Published on April 08, 2022 02:03

February 26, 2022

El último beso (El remake)

Esto es una reedición del cuento «El último beso», escrito de otra forma, con bastantes cambios. Es tan distinta que he preferido dejar la otra versión. En los comentarios podeís poner cual os gusta más.

La puerta amenazaba con romperse en cualquier momento. Al otro lado, un idiota se esforzaba en tirarla abajo para detenerme.

Apreté el cañón del arma contra la frente de ella. Me miraba llorando, sin dejar de suplicar perdón. No sabía si quería ganar tiempo o realmente confiaba en convencerme.

Se deshacía en disculpas y promesas.

—Él me obligó. Tienes que creerme. Yo nunca quise hacerte daño. Fue él. ¡Está loco!

Mentiras. Cuando tienes el cañón de un revólver en la frente dirías cualquier cosa para sobrevivir.

—Confía en mí, por favor. Intenté detenerlo, pero quiere matarte por celos, porque es a ti al único a quien amo.

Otro golpe en la puerta. Su nuevo pelele luchando por salvarla. No tenía mucho más tiempo; amartillé el percutor. Su mera existencia era veneno en este mundo. Estaba harto de sus mentiras. Estaba cansado de quererla. La odiaba tan intensamente como la amaba.

Sus ojos grandes, castaños, brillantes por las lágrimas, me miraban fijamente. Esos ojos tiernos. Tan maravillosos.

Quise apretar el gatillo, pero mi dedo se negaba a obedecer. No podía soportar la idea de verla muerta.

Hubo un tiempo en el que juré morir por ella. Le prometí defenderla de cualquier peligro. Un caballero debe mantener sus promesas.

Por el crujido de la madera, el idiota no tardaría en entrar. Estaría armado y no dudaría en disparar. Pobre diablo. Él o yo. No me importaba en realidad. Los dos éramos unos imbéciles, dispuestos a dejar correr sangre por esta mujer. Si alguien debía morir hoy, si alguien lo merecía, era ella.

¿Cuántas veces me había engañado? Imposible contarlas. Muchas de ellas, con consecuencias casi mortales. Manipulaba a la gente, hacía con ellos lo que quería, como si fueran marionetas. Lo sé perfectamente porque yo fui una de ellas. Me convenció para matar a su exmarido para poder estar juntos. Fue su idea, lo planeó todo. Yo solo fui su mano ejecutora. Otro ocuparía mi puesto.

Un demonio con curvas de mujer, capaz de derramar lágrimas de falsedad cuando el momento lo necesitaba. Pero su actuación conseguía hacerse un hueco en mi alma. Debía esforzarme por recordar todo el daño que había causado. Con un movimiento del dedo y todo terminaría.

No podía hacerlo.

A veces, el odio y el amor se mezclan hasta ser indistinguibles. El uno alimenta al otro.

Por eso, la detestaba tanto como la deseé. La amé hasta odiar hacerlo.

Las voces de su nuevo amante gritaban amenazas, me prevenían de no hacerle daño. Yo había dicho esas mismas palabras en algún momento.

—Mátalo a él. Me da miedo, es peligroso. Sálvame, por favor. Solo quiero estar contigo, para siempre.

Fueron palabras, pero me impactaron como balas.

¿Debería matarlo a él? Él era la amenaza. Luego huiría de la ciudad. Ella vivía, yo también. Todo el mundo está feliz. No la volvería a ver nunca más. Excepto ese pobre desgraciado, inconsciente de dónde se había metido.

Apunté a la puerta.

—Huyamos de esta ciudad, los dos. Dejémoslo todo atrás. Empecemos otra vez. Pero antes, debes acabar con él.

Estaba dispuesto. Volver a estar con ella. Su veneno entraba en mi cabeza. Sería como si nada hubiera pasado, solo una pesadilla. Debía acabar con ese chaval.

La seguía amando demasiado.

Entonces me di cuenta, por algún extraño motivo, de que estaba jugando con mis sentimientos otra vez.

Su expresión se contrajo con terror cuando puse nuevamente la pistola en su preciosa cara.

—¿No quieres estar conmigo? Seré toda tuya, para siempre. ¿Cuándo nos besamos por última vez? No puedo recordarlo. Por favor, bésame otra vez.

Nuestro último beso, en aquel túnel. El recuerdo me sacudió como el puñetazo de un boxeador. Nunca sabes cuándo es el último beso. Lo descubres demasiado tarde.

Ignorando la pistola, se puso de pie para acercarse a mí. Aproximó su cara a la mía. Pude oler su perfume y, por unos segundos, el pasado se convirtió en presente.

La puerta crujió, anunciando que estaba apunto de ceder.

Me rodeó con los brazos. Sentí el calor de su cuerpo invadiéndome.

Apreté el revólver contra su abdomen.

Nuestros labios se juntaron otra vez. Me besó con pasión.

Quise matarla como nunca antes por todo cuanto me hacía sentir. Cuanto más la deseaba, más la repudiaba.

La puerta estalló con el último golpe. Un chico muy joven entró con un arma en la mano. No sabía ni sujetarla correctamente. Su cara no expresaba la locura de los celos, sino preocupación. Sus ojos analizaron el cuerpo de ella, buscando alguna herida. Después, se dio cuenta de la escena: ambos abrazados, besándonos mientras él luchaba por defenderla. Su rostro se nubló por la furia. Era estar frente a un espejo.

Sentí lástima por él. Los dos dispuestos a matar o morir por quien realmente merecía la muerte.

—Mátale y seré toda tuya —me susurró con lascivia.

Sonaron disparos. Plomo de muerte voló de todas direcciones. El suelo se cubrió de sangre.

Hace tiempo, le prometí protegerla. Un caballero debe cumplir sus promesas. Pero el amor y el odio, a veces, se funden en una única cosa. Tampoco soportaba la idea de verla muerta. Este pobre chico no merecía morir aquí.

La oigo salir caminando, emitiendo una ligera risa mientras pasa por encima de nuestros cuerpos. Ahora sé cual fue nuestro último beso.

La promoción

Historias simpaticas (o no), de terror (o no), de fantasía (o no) ¡por el quivalente a un puñado de cesped de un campo de rugby, señora!

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Published on February 26, 2022 02:27

February 16, 2022

Día #116. El negro, ese color desconocido.

«Su cabello era negro como el ala de un cuervo…»

«Sus ojos, negros como el carbón…»

«Estaba oscuro como la boca de un lobo…»

No sé cuantas veces habré visto comparar el negro con algo. Por lo visto, hay una regla no escrita en el mundo de la literatura sobre dejar claro como de negro es algo negro. O qué tipo de negro.

Pero, si hay un color en todo el mundo que no necesita explicación es el negro. Porque el negro es negro. De hecho, es, probablemente, el único color que conocen hasta los ciegos.

Me puedo encontrar cosas como:

«Vestía una chaqueta marrón. Sus ojos eran azules, los labios rojos y su pelo negro como el ónice.»

Todos los colores mencionados pueden tener distintos tonos, saturación, brillo, cuya combinación les hace ser otros colores. Pero, por algún motivo, el único que la gente se dedica a deja claro, es el negro. Hay verde aguacate, verde oliva, verde pistacho (¿quién puso nombre a los colores? ¿Un verdulero?), o blanco hueso, etc. ¿Qué tipo de marrón era la chaqueta? ¿Beige? ¿Marrón caca? ¿Crema?

El negro, a diferencia de todos los colores, no tiene variantes. El negro es negro. Si es un poco más claro es gris, como el pubis de Gandalf. No hay un negro verduzco, ni un negro rojizo. Hay rojo oscuro, verde oscuro, azul marino. Pero el negro no tiene variantes porque el negro es la ausencia total de color, luz y cualquier cosa que se te ocurra. El negro es absoluto. De hecho, ni siquiera es un color, es un tono. En photoshop, el negro tiene un RGB de 0,0,0.

Así que, excepto si hablamos de Michael Jackson, ya está bien de explicar como de negro es algo negro, todos lo sabemos ya. Y si no, cierra los ojos.

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Published on February 16, 2022 02:23