Neus Arques's Blog, page 20
April 19, 2017
¿Te gustaría firmar?
Esta semana celebramos el día del Libro. En Barcelona y en honor de Sant Jordi, las editoriales han empapelado ya los autobuses urbanos con los títulos superventas por los que apuestan. Los escritores que tienen novedad en el mercado salen a la calle, como dice la manida frase, “al encuentro de sus lectores”. A su lado arrasan los autores mediáticos. Por todas partes, rosas y más rosas y más libros.
Te acercas a pedir dedicatoria a tu escritor favorito y, por un momento, sueñas con estar al otro lado de la mesa. Ha pasado el tiempo, pero recuerdo perfectamente la sensación: los nervios de hablar con el escritor firmante y las ganas de ocupar su lugar. Veía la cubierta de mi libro (aún sin escribir) y me veía, bolígrafo en mano, lista para la dedicatoria.
En mi experiencia las firmas son un momento mágico, uno de los rituales más conmovedores del oficio de escribir y uno de los más gratificantes. Y exóticos (doy fe de que incluso pueden regalarte un pastel).
Para estar firmando en el Día del Libro necesitas pasar tres pruebas: escribir, publicar y que te vean. Necesitas un texto. Una editorial que lo publique –o bien autoeditarlo. Y tienes que conseguir que las librerías apuesten por ti y te hagan hueco en los kafkianos horarios de firmas. Lo que sigue es una selección de recursos que te pueden ser de utilidad.
Vayamos por partes. Primero, escribir. Si no tienes tiempo, te interesa el Taller de escritura para mujeres muy ocupadas (hombres bienvenidos) este próximo sábado en Barcelona. Ya que hablamos de libros, Tomás de Escrilia compila esta bibliografía para aprender a escribir.
Si estás en la fase dos, te preguntas cómo publicar lo escrito, y yo te respondo en este mini curso on-line. Todos los pasos explicados y ordenados en 10 entregas por email de manera que en diez días tengas tu hoja de ruta, con la lista concreta de tareas para continuar avanzando. El curso se basa en mi experiencia como autora –son ya nueve los libros publicados. ¿Invertirás 3,6 euros al día en tu libro?
Si no te ven, no te leen. La tercera prueba consiste en hacer que el lector vea tu libro. Aquí te cuento cómo funciona la marca personal del escritor. En esta videoserie comparto tácticas concretas para que tu obra sea visible.
La firma es un momento que siempre tiene la misma génesis: la decisión de escribir primero y, después, de publicar. Son empeños grandes que te cambian la vida. Si estás decidido: ¡adelante! Si tienes que escribir, escribe.
Yo te espero este domingo 23 a las 12h, en el Corte Inglés Diagonal, (Diagonal 617, Barcelona). Allí estaré firmando ejemplares de Vive 50.
¡Feliz semana del libro!
La imagen que ilustra este post procede de este pin.
April 12, 2017
¿Qué libro estás leyendo?
Soy de las que opinan que los libros nos presentan a las personas: saber qué lee el otro nos acerca a su visión del mundo. Es más: sostengo que nuestras lecturas forman y conforman nuestra marca personal. Somos lo que leemos.
La triada “marca personal”, “visibilidad” y “libros” es la que guiará esta tertulia durante el mes de abril. Conocer qué lecturas te interesan o te han interesado me ayudará a formarme una idea de los lectores que siguen este blog. Para ello, recupero un cuestionario que el Financial Times emplea en sus entrevistas, del que he adaptado estas tres preguntas. En los comentarios al post puedes responderlas todas, o algunas, o una sola. A tu criterio.
–¿Qué libro(s) tienes en la mesita de noche?
-¿Cuál el libro que recuerdas de tu infancia?
– ¿Con qué autor te gustaría quedarte encerrado en un ascensor?
Por coherencia, creo que yo misma también debo responder al mini cuestionario. Éstas son mis respuestas.
-¿Qué libro(s) tienes en la mesita de noche? Heartburn, de Nora Ephron.
–¿Cuál el libro que recuerdas de tu infancia? La serie Los cinco, de Enid Blyton. Cuando la terminé, empecé a escribir yo. Quería nuevas aventuras.
– ¿Con qué autor te gustaría quedarte encerrado en un ascensor? Con Brenda Ueland y con Elizabeth Gilbert. Y con Coulston Whitebread, que acaba de ganar un merecido Pulitzer por The Underground Railroad.
Gracias por responder al cuestionario en los comentarios. Te avanzo las próximas citas:
Si además de leer, quieres escribir, el sábado 22 de abril te espero en la nueva edición de mi Taller de escritura para mujeres muy ocupadas (hombres bienvenidos).
Para Sant Jordi, estaré firmando ejemplares de Vive 50. Cambiar de vida sin cambiar de barrio en El Corte Inglés.
Te deseo unas felices vacaciones de Pascua, repletas de lecturas estimulantes.
La ilustración de este post es de Jordi Labanda y procede de este pin.
March 29, 2017
Ponerse en valor: escuchar como estrategia de negocio
“La verdad es que me gustaría leer una segunda nota, una sobre por qué nos vemos constantemente “empujados” a rebajar honorarios” ¿Porque resulta que “otro hace lo mismo pero más barato”? Hay que poner en valor cómo lo hacemos nosotros, ya lo sé, ¡y nadie nos dijo que fuera fácil!”.
Esta es la solicitud que publicó Cayetana en los comentarios al .
Esta es mi respuesta, para Cayetana y para ti, al reto que ella plantea: la presión a rebajar honorarios. Las tres claves que lees a continuación no se limitan a “defender” el propio valor sino que permiten incrementar honorarios. No hay truco raro: puro sentido común y capacidad de empatía.
Para cobrar más es necesario evitar el efecto sustitución
“Otro hace lo mismo pero más barato”, dice Cayetana. Si otro puede ofrecer lo que tú ofreces a un precio menor, el encargo se lo llevará tu competencia, especialmente si tu cliente es sensible al precio.
Para evitar el efecto sustitución son necesarias dos cosas: ser diferente y comunicarlo.
Diferénciate: Sólo tú puedes ser tú
¿Qué te hace distinto a tu competencia? Se trata de explorar los rasgos singulares que te caracterizan. A mí me gusta contemplar tanto los profesionales como los personales, porque concibo a las personas como un todo. Creo que valemos por lo que somos dentro y fuera de la oficina.
El método que propongo para identificar tu diferencia es trabajar tu marca personal. El primer paso es entender tu propia narrativa: lo que tú te cuentas a ti mismo/a de ti mismo. Esto requiere una cierta escucha interna: escucharnos para saber qué nos motiva realmente. Lo que necesitamos es saber cuáles son nuestros puntos fuertes, porque son la base de la diferenciación.
Para cobrar más, es necesario ser necesario
Si el cliente te necesita, te contrata. Repito: Si te necesita, es decir, si tiene un problema y considera que tú se lo puedes resolver. Por lo tanto, tu diferencia debe ser expresada como beneficio para tu cliente. Dicho de otro modo: la diferencia por si sola es necesaria, pero no suficiente. Es fundamental mostrar a tu cliente que a) has entendido cuál es su reto (que puede ser el que ha verbalizado o bien tratarse de otro, subyacente) y b) que eres la persona idónea, por tus características, para resolverlo.
Esta fase requiere practicar la escucha activa. Llegar a la reunión y escuchar siempre funciona mejor que comenzar anunciándose. El cliente no quiere que hablemos de nosotros: quiere hablar de él. Y nosotros queremos escuchar cual es la motivación real que le (pre)ocupa.
Escuchar de forma atenta es siempre una ventaja competitiva. Para impedir el efecto sustitución, escucha tus propias diferencias y escucha las necesidades reales de tu cliente.
Gracias por compartir esta nota con aquellas personas a las que crees que puede interesar y por compartir tus propias estrategias y opinión a pie de post.
La “combofoto” que ilustra esta entrada es del director creativo Stephen McMennamy y procede de este pin.
March 21, 2017
Visibilidad y gratuidad: ¿Te pagan cuando no te pagan?
Cada vez abundan más las propuestas en las que el cliente pide una prestación -que redactes un artículo, moderes una mesa redonda, que le mandes unas muestras…- a cambio de visibilidad. Hablando en plata: no paga sino que da acceso a su audiencia.
En estos casos, ¿cuándo conviene trabajar pro bono y cuando se impone pedir pago?
La respuesta no es sencilla porque no existe una regla universal.
Es importante en este tipo de ofertas detectar posibles abusos. Considero un abuso que quien te ofrece que impartas un taller gratuito sea una organización que puede perfectamente pagar tu tarifa pero prefiere ahorrarse el coste. La persona que te contacta cobra por organizar el seminario, el hotel les cobra el alquiler de la sala, la empresa de catering cobra el canapé, el asistente paga su inscripción y el esponsor patrocina, pero tú no cobras por dotar el evento de contenido. ¿Por qué? En realidad, sin contenido no hay canapé.
En mi caso, considero que mi propuesta aporta valor a un público determinado, con el aval de mis libros. Los escenarios de gratuidad que contemplo se refieren al prestigio o a la pasión:
Quien me convoca tiene tal alcance, se relaciona con una audiencia tan alineada con mi marca, me permite aprender tanto, me acerca de tal modo a mis objetivos que la propuesta compensa mi esfuerzo.
La intervención contribuye a construir comunidad. Me importa el proyecto y/o la persona que lo impulsa y veo que en este momento no está en disposición de pagar mis honorarios.
En ambos casos, estudiaré junto al cliente cómo arbitramos una compensación. Siempre, siempre, habrá alguna forma de compensación, por la sencilla razón de que no hay reconocimiento sin retribución. Que reconozcan tu esfuerzo requiere algún tipo de retorno: en especies, en tiempo, en productos, en contactos, en visibilidad.
En este post Seth Godin formulaba algunas preguntas que podemos hacernos para discernir cuándo nos interesa trabajar gratis. Las traduzco aquí:
¿A otros les pagan por el trabajo? ¿Su competencia paga?
¿Aprendo lo suficiente en este intercambio para considerarlo parte de mi formación?
¿Se trata de un contenido en abierto, que llevará mi nombre, o sólo quieren ahorrar dinero en un trabajo por el que deberían pagar?
Si me pagaran por él, ¿la organización prestaría más atención, promocionaría mejor mi contenido y lo trataría de forma más profesional?
¿Comparto su misión? ¿Pueden permitirse desarrollarla de forma profesional?
¿Me verán las personas adecuadas, las que me ayudarán a hacer visible mi mensaje, de modo que en adelante me contraten como profesional?
¿Qué riesgo corro, que riesgo corre mi reputación si acepto este encargo?
Las preguntas me parecen importantes para ayudarnos a decidir si y cuándo nos interesa ofrecer contenidos gratuitos a cambio de visibilidad.
Esta reflexión actualiza la que ya publiqué en su momento sobre el tema de la gratuidad. La imagen procede de este pin. Gracias por comentar y por compartir.
March 15, 2017
¿Cuánto cuesta ser visible?
Cada vez tomamos más conciencia de que es importante que hagamos visible nuestra propuesta profesional. La visibilidad es uno de los activos con los que contamos en esta época de transformación digital masiva.
Me parece estratégico recordar que la visibilidad se paga. Como advertía la profesora en Fame: “Queréis la fama, pero la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor”. No sé si con sudor, pero sí sé que pensar qué tipo de visibilidad necesitamos, encontrar los formatos adecuados, hacer llegar el mensaje a nuestro público cuesta.
Para empezar, cuesta tiempo: el que invertimos a aprender (en Internet nadie nace enseñado) y a poner en práctica lo aprendido. Y ese tiempo es diario: para obtener resultados, cada día hacemos algo para optimizar nuestra visibilidad. Y ese tiempo es tiempo que no dedicamos a otros menesteres. Escucho y entiendo, por ejemplo, las quejas de mis colegas autores cuando dicen que lo suyo es escribir novelas, no tuits. Sin embargo, en el actual panorama editorial, si no queremos quedarnos huérfanos de lectores, no podemos abdicar de participar en la difusión de nuestra obra.
También pagamos por la visibilidad de otras maneras. ¿Qué cuota de privacidad estás dispuesto a ceder? El uso de las plataformas sociales no es gratis: pagamos con nuestra información personal. ¿Cuántos datos querrás compartir en tu perfil después de haber aceptado –porque lo hemos aceptado todos al poner el sí en las condiciones de uso- que cualquier contenido que publiques en Facebook pasa a ser propiedad de Facebook?
Nuestro tiempo y nuestros datos son material sensible. Yo los veo como los pilares de nuestra identidad personal. Y creo que cada vez es más complejo gestionarlos en un entorno donde los algoritmos siempre corren más que las personas. La palabra clave aquí es la expresión“transformación digital”, que va camino de etiquetarlo todo.
No hay recetas mágicas para la visibilidad instantánea. Para ser visible, hay que ser relevante. Relevante para que nos vea nuestro público. Me refiero aquí a aquellas personas que queremos que nos conozcan, nos contraten, nos lean, nos recomienden. Cada uno de nosotros encuentra su equilibrio. Si nuestro mensaje llega a su destinatario, la inversión en tiempo y privacidad será adecuada.
Este post actualiza este otro, que publiqué en noviembre de 2012. ¿Qué opinas? ¿Te desgasta ser visible o te atrae la idea? En mi opinión este debate comienza a ser imprescindible, así que te doy las gracias por compartir tu opinión.
March 7, 2017
Mujeres, hombres, planetas
Uno de cada cuatro estadounidenses cree que es más probable que los humanos colonicen Marte a que la mitad de los CEOs de las empresas en el ranking Fortune 500 sean mujeres (via Shiftbalance).
Lo bueno del caso es que tienen razón. En la NASA, la promoción 2013, formada por ocho astronautas con posibilidades reales de viajar a Marte, es de composición paritaria.
Tres de las cuatro astronautas están casadas. Dos tienen hijos. El viaje de ida y vuelta puede durar entre dos y tres años. En el Mars One Project, un proyecto de financiación privada que también se propone llegar a Marte, algún marido ha declarado ya su predisposición a ser el primero en mantener una relación de pareja a distancia interplanetaria. Es duro.
El tema de las mujeres astronautas me fascina, quizás porque nací justo cuando una de ellas se convertía en el primer civil y la primera mujer en orbitar el espacio exterior. Valentina Tereshkova también salió de misión sin saber si regresaría. A pesar de la precariedad de medios, aislada y sin la confianza de sus superiores, regresó. Su coraje me impresiona tanto que le he dedicado una de las experiencias-capítulo en mi autobiografía Vive 50.
La paridad interestelar necesita visibilidad. Por eso ahora tenemos películas sobre la contribución de las mujeres afroamericanas a la carrera espacial. Por eso LEGO lanzará un conjunto dedicado a mujeres que han realizado aportaciones estratégicas a las misiones de la NASA (la iniciativa partió precisamente de una mujer, que logró el apoyo de 10.000 firmas).
En la semana oficial de la cosa femenina, nos interesa pensar por un momento en cómo nos afecta personalmente la cuestión. El emprendedor y visionario Elon Musk se propone ir a Marte. Su compañía, Space X, tiene como misión convertir a los humanos en una especie interplanetaria. Esto es lo que se me ocurre: las mujeres tenemos que saltar ya al terreno de juego. Tenemos que ir a Marte y donde haga falta, porque la tecnología nos coloca frente a un cambio de paradigma al que no somos ajenas. La vida –la nuestra- cambiará a la velocidad de la luz.
Orbitar o sucumbir. El partido ha cambiado. En palabras de la astronauta Anne McClain: “Al final, todos formamos parte del Equipo humano”. Por lo tanto: Avanti!
February 21, 2017
Destellos y haces de luz: Sobre visibilidad, libros y redes sociales
En la lucha por ser visibles, echamos mano de todos los formatos a nuestro alcance. Tuiteamos, publicamos fotos en Instagram, alimentamos un blog.
Se abre paso con fuerza la opción y el deseo de escribir un libro: lo comenté en el último Personal Branding Lab Day.
Para que una propuesta sea visible podemos seguir diversos caminos: ser activo en una (o varias) redes sociales o escribir un libro sobre el tema. Las dos opciones no son excluyentes, pero son diferentes.
Las redes sociales son un parpadeo: una luz ilumina tu mensaje o tu marca por un instante apenas, antes de fundirse en negro sobre un mar de tuits. Lo que hacemos entonces es insistir, una y otra vez, en la confianza de que a base de repetirnos transformaremos ese instante en un parpadeo estroboscópico, como si estuviésemos en una discoteca: nuestros usuarios entrevén el título de nuestra conferencia o nuestro mensaje y reciben un impacto. A base de repetición, nos garantizamos que “les suene”: que les suene nuestro nombre o nuestra marca. Transmitimos un mensaje a base de mucha repetición y poca profundidad.
Los libros funcionan al revés: el formato nos permite abordar un tema de forma intensiva. Podemos encadenar argumentos, interpelar al lector, proponer nuevos métodos y citar el trabajo de otros colegas. En los libros, el mensaje se trasmite a base a mucha profundidad y poca repetición. En la maravillosa metáfora de Anne Lamott, los libros son como faros: “Los faros no corren de un lado a otro de la isla, en busca de barcos a los que salvar. Permanecen inmóviles y hacen brillar su luz”.
Las redes sociales parpadean y los libros son como faros. Ambos formatos son útiles si adecuamos el contenido a las especificidades de cada uno de ellos. Esto es lo que quería compartir hoy, aquí y con mis alumnos en el Postgrado de Librería, con quienes tengo el gusto de estar esta semana.
PD: Si quieres publicar pero no sabes cómo, este breve curso te puede ser útil.
PDD: La imagen procede de este pin.
February 14, 2017
Todos dormimos solos (sobre los rankings y el objetivo de la visibilidad)
«Aunque, a veces, me apetece bajar el ritmo básicamente porque una ya tiene una edad. Pasados los 50 hay guerras y carreras “por ser más lo que sea” que ya no me apetecen. Me preguntaba tu opinión al respecto».
Este es el comentario que publicó mi colega Sylvia de Béjar de en respuesta a mi nota sobre la necesidad de formarnos para no quedarnos atrás.
¿Hay que ser siempre «el más/ la más» rápida, rica, sexy, eficiente, popular…? Como a Sylvia la aprecio mucho, recojo el guante y le respondo aquí.
Para mí, la visibilidad necesita una razón de ser. Uno quiere ser visible por un motivo concreto, y cuanto más claro esté, más sencillo es desarrollar un plan. El motivo puede ser variopinto: aumentar la cartera de clientes, conseguir una promoción o que publiquen tu ensayo. Cada cual escoge el suyo.
En el extremo opuesto, uno puede decidir que quiere ser directamente el más visible. Entonces, en definitiva, lo que quiere es ser una celebrity, cuya razón de ser se sustenta al 100% en la visibilidad. Este es el único perfil que no puede prescindir de followers o fans. La celebrity necesita la visibilidad porque éste es su recurso primordial y la base de su posicionamiento.
Coincido con Sylvia en que, pasados los 50, esa etapa vital en la que vuelves a planteártelo todo, los rankings dejan de interesarte porque dejas de supeditar tu autoestima al Top Ten. La mayoría de mujeres que conozco, y gracias a mi libro Vive 50 conozco unas cuantas, están más por la labor del sentirse bien que del parecer más o mejor.
Al final, en este continuo la visibilidad funciona si es funcional a tus objetivos. Lo que queda no es el aplauso: es la sensación de plenitud que cada uno experimenta en relación a los propios logros. Y esa sensación es individual. Seas o no celebrity, el caso es que al final todos dormimos solos, seamos ricos, famosos o menos. Cher lo canta estupendamente: We all sleep alone.
Esta es, querida Sylvia, mi respuesta. Un abrazo.
February 6, 2017
Crea tu propio departamento de I+D: 7 ideas para evitar la obsolescencia
En junio de 1989 me gradué en Ciencias Políticas, en la especialidad troncal de Relaciones Internacionales. Estaba orgullosa de mi esfuerzo y lista para comerme el mundo. Lo que sucedió fue exactamente lo contrario: el mundo se me comió a mí. Al mes justo de acabar la carrera se inició el desmembramiento de la Unión Soviética. La flamante especialista en Relaciones Internacionales se encontró de repente con que le habían cambiado el mapamundi que en teoría dominaba a la perfección: ¿Dónde quedaba Kazajistán?
A raíz de esa experiencia me di cuenta de que la expresión «formación continua» no es un cliché. Y no habló de Geopolítica: sea cual sea tu área de especialidad, vivimos en un entorno tan cambiante que no podemos dejar de formarnos si no queremos quedarnos atrás. Este conocimiento puede venir de empeños ambiciosos (como matricularse en un postgrado) o inmediatos (hacer un mini curso que resuelve una duda concreta).
Tu propio programa de I + D
Para continuar siendo relevante necesitas desarrollar tu propio programa de I+D, con iniciativas que te mantengan informado. He calculado que dedico entre el 15-20% de mi tiempo a investigar y a leer. Forma parte de mi negocio y, por tanto, de mi agenda.
En esta lista encuentras 7 actividades que te ayudan a continuar aprendiendo. Algunas exigen más recursos que otras. Ninguna de ellas es obligatoria, pero todas te ayudarán a refrescar conocimientos.
7 actividades prácticas para que evites la obsolescencia
Leer periódicamente manuales, revistas, newsletters o blogs dedicados a tu área de interés.
Apuntarte a la oferta formativa de tu empresa.
Apuntarte a un curso breve o a un taller concreto, on-line o presencial, para resolver una cuestión específica o por curiosidad.
Cursar un postgrado en tu área actual o en aquella a la que deseas dedicarte. Si no tienes tiempo, plantéate la modalidad on-line o semipresencial.
Reunirte una vez a la semana con un contacto profesional y detectar juntos nuevas oportunidades en tu sector.
Crear y/o participar en un grupo de apoyo mutuo, formal (tipo asociación o colegio profesional) o informal (círculos,…).
Trabajar con un mentor que te guíe y resuelva tus dudas concretas. Si tienen que ver con tu visibilidad, puedo ayudarte yo.
Gracias por comentar esta nota y por compartir en los comentarios tus ideas para estar al día.
!! Última llamada para el Curso de Escritura para Mujeres Muy Ocupadas (Hombres bienvenidos) el próximo sábado en Barcelona. Ahora mismo no hay fecha aún para nueva convocatoria, así que si tienes interés, aprovecha ésta o mándame un correo y te avisaremos cuando se abra la edición on-line.
La imagen que ilustra este post procede de este pin.
January 25, 2017
Morning Pages: La escritura como estrategia de concentración
¿Te cuesta concentrarte? Eso, suponiendo que te dejen, porque cuando estás inspirada… ¡zas! Mensajito. O eres tú mismo quien va a Facebook a distraerse un rato. La visibilidad requiere foco, pero estamos cada vez más dispersos.
El ejercicio del que hablo en esta nota tiene dos efectos muy claros: te desbloquea y te centra. Se trata de una técnica tan sencilla como eficaz a la hora de evitar la dispersión. Yo la empleo a diario y los resultados son sorprendentes.
No hace falta que inviertas en software o en materiales exóticos, o que pagues un fee: sólo tienes que… escribir. Escribir es una actividad física que conecta tu cerebro con tu mano. Este circuito se puede entrenar y eso es lo que persigue la escritura automática.
La cosa funciona así. Búscate una libreta pautada, tamaño DIN-A-4. Éste es tu cuaderno más personal. No está hecho para compartir con nadie. No necesitas siquiera releer lo escrito, ni editarlo ni corregirlo. Basta con que escribas.
Abre tu libreta. Busca un bolígrafo que corra bien y… ¡adelante! Responde a esta pregunta:
«¿Cómo me siento ahora mismo?»
Comienza a escribir.
¿Cuál es el truco? El lápiz no se despega del papel. No te detengas. Ni te corrijas. Si no sabes qué escribir, apunta «Ostras, no sé qué escribir». Y sigue, hasta que hayas llenado tres carillas enteras sin detenerte.
Las claves son dos:
– No pares. Sólo estás entrenando: no juzgues ni compartas. Escribe y escribe.
– Practica con regularidad, preferiblemente a diario.
Esta técnica ha sido formulada por la escritora Julia Cameron con el nombre de Morning Pages. Cameron la propone como una estrategia para conectar con la propia creatividad: en este video lo cuenta ella misma. Sugiere que el ejercicio se realice a primera hora de la mañana (de ahí el nombre), en el tránsito del sueño a la vigilia. Si ese momento no es operativo, busca otro espacio de calma.
Además de animarte a ser creativo, la escritura automática tiene tres beneficios:
– El desbloqueo: puedes recurrir a este sistema el día que no estás inspirada, si te da pereza o angustia o miedo escribir un mensaje, o el día que estás tan inspirada que no sabes por dónde empezar. La escritura automática te entrena para conectar cerebro y mano y dejar expedito este canal.
-La claridad: puedes escribir sobre cualquier tema, el que te inquiete en este momento, y puedes escribir cómo te sientes sin miedo al qué dirán. Tu texto es confidencial.
– El autoconocimiento: este tipo de escritura se parece a la meditación. ¿Meditas o has meditado alguna vez? Recordarás la predica que te anima a «observar las ideas que vienen, sin juzgarlas, y dejarlas machar». Se trata de hacer lo mismo, pero en vez de dejarlas marchar, las anotas. De ahí que a las Morning Pages también se las conozca como una forma de escritura meditativa.
A la vez que te vacías en la página, vas tomando conciencia del aquí y ahora. Y esta conciencia te lleva a poner foco en lo que realmente te importa. Y eso es, precisamente, lo que necesitas hacer visible.
Es tu turno. Gracias por compartir y comentar tu experiencia en los comentarios.
PD. La revista cultural Catorze.cat me preguntó por mis 14 lecturas esenciales. El camino del artista de Julia Cameron es una de ellas. ¿Cuáles serían tus libros de cabecera? La pregunta tiene enjundia: podrías explorarla en una sesión de escritura automática.
Ya está convocada la próxima edición del Curso de escritura para mujeres muy ocupadas (hombres bienvenidos) el 11 de febrero en Barcelona. Si te interesa hacer el curso on-line, mándame un correo y te avisamos en cuanto abramos convocatoria.
La imagen del post procede de este pin.


