Neus Arques's Blog, page 26
March 24, 2015
¿Qué dices cuando crees que ya está todo dicho?
Este fin de semana he estado impartiendo un seminario de Gestión de la visibilidad a un grupo de alcaldes y otros cargos electos. Aquí nos ves, posando durante el acto de clausura del curso.
Una de las inquietudes a la que dedicamos más tiempo era la necesidad de buscar nuevas vías para que la propuesta política llegue al ciudadano. Como comentaba uno de los participantes, existe un ritual electoral: la pegada de carteles, las visitas al mercado, los mítines… Este ritual forma parte de la campaña pero comunicativamente tiene unos límites, porque todos los partidos emplean las mismas estrategias. ¿Cómo propones una alternativa diferente al ritual?
Podemos responder a la pregunta desde una doble perspectiva: el formato y la narrativa.
El formato
En el debate académico coincidíamos en que algunos de los actuales formatos de campaña, de puro usados, ya no son eficientes. ¿Planteamos mítines para los electores o pensando en la conexión con las noticias del telediario?
Apunto tres vías alternativas para salir del camino trillado:
Segmentar: buscar el mejor canal para llegar a un público muy preciso. Para eso es imprescindible conocerlo muy bien.
Maximizar: aprovechar la tecnología para que la información circule de forma más rápida y llegue a más ciudadanos (siempre que estos sean nuestro público; el ruido por el ruido no es relevante).
Co-crear: auspiciar y participar en encuentros organizados no ya desde el partido (o la empresa o la institución) sino por los propios destinatarios (ciudadanos, clientes, donantes…).
La narrativa
A la narrativa oficial puedes contraponer tu narrativa personal. Si comunicas desde tu propia historia, eres imbatible: ¡nadie más que tú puede contarla! En ese momento el destinatario ya no escucha el eslogan machacón ideado por la maquinaria electoral del partido o por el departamento comercial de tu empresa, sino la versión personal de quien la expone.
El experto Bill Baker propone diversas preguntas para precisar cuál es tu narrativa personal:
¿Por qué te has metido en esto? ¿Qué razones te llevaron a la política (o a la escritura o a la auditoría)? ¿Por qué te hiciste abogado (o agente inmobiliario)? ¿Qué o quién influyó en tu decisión de dejar de trabajar como gemóloga para convertirte en bibliotecaria?
¿A favor de quién estás? En tu negocio, tu campaña, tu libro, ¿qué es lo que defiendes? (el derecho a la educación, la nutrición saludable, la necesidad de denunciar los abusos…).
¿Qué es lo que de verdad te importa de tu trabajo? Lo que más te gusta de tu trabajo como alcalde/ responsable de contabilidad/ educador infantil/ escritor/abogado matrimonialista/… es la interacción con otras personas/ trabajar en equipo/ buscar soluciones pacíficas a tensiones importantes/ ayudar a crecer/…
Éste es un buen momento para inventar y compartir nuevos rituales. ¿Cuál es tu estrategia para conseguir que te vean? Te invito a compartirla a pie de post.
PD: Mi nuevo libro, Tu plan de visibilidad 40+, calienta motores. Puedes empezar a trabajar ya en tu propio plan con estos recursos.
March 17, 2015
El humor y la marca personal
El presidente de los Estados Unidos grabó recientemente un sketch -“Qué hace el presidente cuando nadie le ve”- con selfie stick incluido. En el vídeo, Barack Obama se ríe de su propia sombra. Este contenido se publicó en el sitio web Buzzfeed, que igual conocerás por sus listas (“25 cosas que sólo le ocurren a la gente muy torpe”). El sketch pertenece a la serie “Cosas que la gente hace y de las que no habla”.
¿Por qué iba el presidente a hacer el ridículo?
Para conseguir visitas y altas al sitio web del sistema sanitario. Con el vídeo:
Consigue llamar la atención sobre un proyecto que le preocupa y “machacar” la fecha límite (Fíjate en la cantidad de veces que tropieza al pronunciar la palabra “febrero”).
Al parodiar el estilo de los jóvenes en una publicación para jóvenes, llega a los jóvenes.
En el vídeo, Obama se queja de sí mismo y se ríe de sí mismo. Y al hacerlo, consigue una repercusión notable del mensaje. El visionado se cuenta en millones. Además, se humaniza. Como afirma un usuario en los comentarios: “No me importaría salir de copas con él”.
El vídeo ha funcionado bien porque su protagonista ha apelado al propio sentido del humor. Nuestra marca personal puede asociarse a distintas formas de humor: la risa, el sarcasmo, la ironía, el histrionismo, la burla…. A menudo recordamos los extremos: la risa fácil por un lado y la ausencia de humor por otro. Y a menudo también confundimos profesionalidad con ausencia de humor, como si la capacidad de hacer reír y de reírse de uno mismo fuese un demérito.
Cada uno de nosotros emplea un registro humorístico distinto y es bueno saber cuál es. Al reírse de sí mismo, el presidente de Estados Unidos muestra como una marca personal sólida no es necesariamente una marca personal sosa.
March 2, 2015
Pon una manzana en tu propuesta
La semana pasada estuve impartiendo un seminario a un grupo de estudiantes estadounidenses. De repente, al entrar en el centro una tarde, me di de bruces con una secretaría totalmente remozada. Decorando el techo, ristras de banderolas con el mensaje “¡Cuídate mucho!” y en la mesa de la recepcionista un cesto lleno de manzanas y un único rótulo escrito a mano: “Toma una manzana”.
Le pregunté a mi anfitriona qué era todo aquello. Su explicación me llevó a pensar en lo sencillo que resulta a veces cambiar el modo como definimos nuestra relación con el cliente o el interlocutor o el proveedor. Esta semana los estudiantes tienen exámenes semestrales. La universidad quiere comunicarles que es consciente de que se van a matar a estudiar y que les cuida. Por ello y entre otras iniciativas, nada más entrar en el centro les ofrece manzanas y mensajes de refuerzo.
La iniciativa te puede parecer banal. A mí desde luego me sorprendió, porque resultaba muy eficaz en pasar la relación del plano académico al plano emocional. Como analizan muy bien en la revista de prospectiva Trendwatching, “El yo cuantificado ha fracasado”. Tenemos infinidad de datos sobre nosotros mismos pero no sentimos que eso nos haga mejores. En un entorno de saturación, el contacto emocional resulta cada vez más importante para que nuestro interlocutor nos preste su atención. ¿Qué podemos hacer para conectar emocionalmente con nuestro lector, cliente o consumidor?
En Trendwatching incluyen algunos ejemplos llamativos:
– El canal de TV brasileño SBT creó una máquina de vida, un proyecto pop-up en el cual el usuario “pagaba” con su cigarrillo y la máquina le expendía a cambio un regalo (entradas para el cine, revistas)… y once minutos de vida adicional (periodo que cada cigarrillo acorta a un fumador).
– La marca de zapatos Mamut permitió durante dos semanas que sus clientes pagasen hasta el 40% de sus compras con botellas de plástico. Cada botella “valía” 4 dólares y la campaña se enmarco dentro de un proyecto para limpiar las playas uruguayas.
Otro ejemplo, menos espectacular pero más cercano. Para celebrar el Año Internacional de la Familia, el Ayuntamiento de Barcelona grabo una serie de videos sobre los valores familiares. La peculiaridad estriba en que quienes simbolizan estos valores son colectivos que no son familias, pero funcionan como tales: los tenderos de un mercado de abastos habla de la corresponsabilidad, los castellers de la confianza y en mi propia asociación (!!) hablamos del diálogo. El proyecto busca trascender el discurso institucional con las declaraciones de los vecinos.
Pensemos cómo podemos introducir en nuestra propuesta elementos que modifiquen nuestra relación con el otro.Encontrar la vía que lleva al contacto emocional no es sencillo, pero tampoco es necesariamente caro o excluyente. Se trata –creo- de poner a la persona en primer plano y pensar qué “manzana” podemos ofrecerle que le ayude a sentirse mejor.
Gracias por compartir esta nota y por comentarla a pie de post.
PD: Estas manzanas gigantes decoran la fábrica de cestos Longaberger en Dresden, Ohio; la foto procede de este pin.
February 23, 2015
Ya (casi) tenemos un plan
A base de acompañar a un cliente y a otro me he dado cuenta de que, para que funcione, necesitas trabajar tu visibilidad de forma ordenada.
¿Cuál es el orden? Yo aplico mi propio método, empezando desde dentro –las bases de la marca- y expandiendo hacia fuera. Lo articulé en mi primer libro sobre marca personal. En los ocho años transcurridos lo he ido ajustando y perfeccionando proyecto a proyecto, candidatura a candidatura. Persona a persona.
Para poderlo compartir, he plasmado el método en un libro: Tu Plan de Visibilidad 40+. La visibilidad va de la mano de la marca en una relación simbiótica: una necesita a la otra.
¿Por qué 40+? Porque cada vez estoy más convencida de que los profesionales necesitamos ser visibles para nuestro público con independencia de la edad. Y de que si, como yo, ya has cumplido los cuarenta, probablemente te cuesta más aceptarlo y ponerte en marcha, porque nos educaron en una cultura diferente. Nos dijeron que bastaba con el esfuerzo anónimo. Que esperásemos a que “nos descubrieran”. En el actual entorno socioeconómico y cultural, el talento continua siendo necesario, cierto, pero ya no suficiente. Si no nos ven, no nos compran.
Por eso me he decidido a escribir mi método 40+ y a publicarlo, de la mano del sello Conecta. Es mi primer libro con el grupo Penguin Random House y esto intensifica la sensación de que todo es nuevo.
Aunque este título es el que hace ocho en mi trayectoria, la emoción continúa estando ahí. Me alegra mucho informarte de que Tu Plan de Visibilidad 40+ verá la luz el próximo mes de abril.
February 16, 2015
¿Por qué las empresas contratan al experto/a más visible?
La consultora estadounidense HingeMarketing ha publicado un informe en el que analiza el impacto de la visibilidad, En concreto, el informe se centra en la visibilidad de los profesionales liberales por cuenta ajena, es decir, profesionales que trabajan en un despacho, consultora, bufete, asesoría, etc. El informe los denomina “expertos visibles”, es decir, aquellos que “se han hecho un nombre” en su profesión.
Partiendo de un análisis propio, la consultora identifica las razones más frecuentes por las cuales las empresas contratan a un experto que tenga notoriedad pública. Son, en orden de frecuencia:
La necesidad de resolver un problema concreto de forma rápida. Cuanto más crítico es el tema, más interés tiene la empresa en contratar un experto/a reputado para resolverlo. Esta razón fue esgrimida por la mitad de los encuestados.
Para construir su marca y abrir nuevas vías de negocio. En este campo, la empresa recorre a un experto reputado para beneficiarse de su visibilidad y adquirir a su vez un cierto grado de “reputación instantánea”.
Por confianza: las empresas contractan a expertos reputados porque quieren tranquilidad. Cuanto más reconocido es el experto/a, más se fían de él/ella.
Finalmente, las empresas acuden a un experto reputado por razones legales, en especial para que testifique ante un tribunal. Creo que este aspecto es propio de la cultura estadounidense y no sé hasta qué punto sería trasladable a nuestro entorno.
De acuerdo con este análisis, estas cuatro razones explicarían por qué las empresas contratan a un experto reputado/a, incluso si eso les supone pagar honorarios más altos.
Gracias por comentar esta nota y por compartirla en tus redes.
PD. El pin que ilustra esta nota procede de este tablero.
February 10, 2015
La marca personal, la imagen personal y la primera impresión
Seguro que en alguna ocasión has escuchado la frase: ”Sólo existe una oportunidad de causar una buena primera impresión”. ¿Por qué es tan importante el primer contacto? ¿Cómo lo gestionamos?
En su obra Inteligencia intuitiva (Taurus, 2005), Malcolm Gladwell analiza lo que denomina “mecanismos de cognición rápida” y concluye que a los humanos nos bastan dos (¡2!) segundos para formarnos una impresión: “… los seres humanos tenemos una peculiar capacidad pre-racional para emitir juicios de valor sobre otros”. Estas primeras impresiones son muy potentes, porque las personas hacemos todo lo posible por ratificarlas. Una vez formada la impresión, omitimos aquella información que la contradice y prestamos especial atención a los inputs que la corroboran. En otras palabras, nuestro cerebro quiere “tener razón”.
Para “causar una buena impresión” es necesario realizar una comunicación coherente. La primera impresión tiene un componente externo muy importante: la imagen personal.
El packaging de la marca personal
Del mismo modo que los fabricantes tienen en cuenta la presentación de sus productos, nosotros deberíamos, como gestores de la marca Yo, S.A., preocuparnos por la manera como nos presentamos al otro y causamos esa primera impresión. Del mismo modo que la cara es el espejo del alma, la imagen personal es el espejo que refleja la propia marca.
En nuestra presencia confluyen distintos elementos: la voz, el porte, la gestualidad, el atuendo…. Nuestro objetivo es que todos ellos nos ayuden a transmitir de forma clara y diferenciada nuestra marca personal, ya sea en los dos primeros segundos, en las dos horas de la conferencia o en los dos meses que dure un proyecto. Nos movemos en entornos donde cada vez prima más el componente audiovisual y queremos asegurarnos de aprovechar su potencial de forma adecuada. En este campo existen profesionales que pueden ayudarnos a ajustar los distintos elementos que componen nuestra presencia física y que nos orienten a la hora de identificar aquellas prendas que mejor transmiten nuestros atributos.
Para mí, el proceso se inicia con la definición de los parámetros de tu marca personal: tus valores y los objetivos que te propones serán determinantes, junto con tus características antropomórficas, a la hora de definir el modo cómo eliges presentarte a los demás y abordas la comunicación de tu promesa de valor de forma integral. No se trata de ser otro, sino de ser tu mejor tú.
Si quieres ponerte manos a la obra, organizo con Andrea Vilallonga el I Speed-dating sobre Marca e imagen personal. Será el próximo jueves 19 de febrero en Barcelona. + info.
PD. El pin que ilustra la imagen procede de este tablero.
January 26, 2015
¿Sufres el síndrome de la impostora?
En 1978 Pauline Clance y Suzanne Imes publicaron un paper sobre el “fenómeno o síndrome de la impostora”. En su investigación, las psicólogas analizaron una muestra de mujeres con unos logros notables… que eran incapaces de internalizar. Desconfiaban de sí mismas. Estas mujeres pensaban que lo suyo había sido un engaño y que su fraude se descubriría tarde o temprano.
Clance e Imes lo resumieron así: “A pesar de contar con logros académicos y profesionales extraordinarios, las mujeres que sufren el síndrome de la impostora están convencidas de que en realidad no son inteligentes y de que han engañado a quienes creen que sí lo son. (…) (Creen que) su éxito ha sido… cuestión de suerte y que (….) salvo que realicen un trabajo hercúleo (…) no podrán mantener el engaño”.
El síndrome de la impostora no se considera un trastorno mental ni un rasgo de la personalidad, sino una respuesta a determinados estímulos externos.
¿Qué se esconde detrás de este síndrome?
Las causas aportadas por los profesionales que lo han estudiado incluyen:
– La necesidad de encajar: una mujer puede pensar que no le conviene socialmente “destacar” por su talento y que le resulta más rentable negarlo.
– El perfeccionismo: llevadas por un ansia de excelencia, negamos el talento actual a expensas de un talento imposible.
La impostora y la visibilidad
Llegué a este síndrome buscando entender por qué, aunque a menudo nos decimos que queremos ser visibles, al final no lo somos. Cuando llega el momento de la entrevista o la pausa-networking salimos huyendo de forma más o menos discreta. Lo veo en las participantes en mis sesiones privadas. Lo he visto en mí misma.
Las mujeres –y hombres- que experimentan este síndrome no quieren “correr el riesgo” de ser descubiertos. Por lo tanto, no quieren hacer visible su talento porque, al no internalizar sus logros, desconfían de sus propias capacidades.
Cuáles son las consecuencias y cómo abordarlas
Destacaría dos :
– La pérdida social de talento. Quienes sufren este síndrome se hacen invisibles y se retiran deliberadamente de cualquier contexto que perciben como competitivo
– El sobresfuerzo: convencida de que es una “falsa” y de que la van a pillar en falta, la mujer (o el hombre) que se siente impostora trabaja más y más para alejar el fantasma del fracaso.
Si te cuesta interiorizar tus logros y sientes que en realidad estás engañando a todo el mundo, éstas son las recomendaciones de los especialistas:
Compara tu autoevaluación con las opiniones que terceras personas emiten sobre ti (evaluaciones del desempeño en un trabajo, recomendaciones y reconocimientos). ¿Coinciden? ¿Es todo tan tremendo como imaginas?
Acepta las felicitaciones y los elogios. Piensa bien en su significado último antes de tirarlos a la papelera mental del “si supieran que yo…”
No te encojas: Date la oportunidad de competir. No pierdas por adelantado.
Comparte tus temores. Háblalos con tus amigos o con un profesional. Al hablarlos, salen de tu cabeza y pierden fuelle.
Gracias por compartir esta nota y comentarla.
PD: La imagen procede de este pin.
January 20, 2015
En visibilidad nunca empiezas de cero
Nuestra reputación digital es un activo que pesa cada vez más a la hora de preparar nuestro plan de visibilidad. Nadie empieza de cero.
Para posicionarnos correctamente, debemos saber qué sabe Google de nosotros. Necesitamos conocer qué contenidos encontrarán las personas (los clientes, los colegas, los competidores) que nos busquen en Internet. Todos buscamos información de los demás todo el tiempo.
La información ya disponible sobre nosotros es parte integrante de nuestra identidad digital. No podemos controlar los contenidos que hablan de nosotros pero, como mínimo, deberíamos saber cuáles son. A la acción de buscar información sobre uno mismo en Internet se la denomina, del inglés, “Egosurfing”.
El contexto en que se articula el Egosurfing se basa en dos premisas:
– En Internet no tenemos el monopolio de la información sobre nosotros mismos. Todos podemos emitir información sobre todos.
– Sin embargo, cada uno de nosotros es la principal fuente de información sobre sí mismo. Es ahí donde aparece la necesidad de construir el propio plan de visibilidad.
Si estás trabajando tu visibilidad o si te propones hacerlo en breve (cosa que te recomiendo encarecidamente, porque si no te ven, no te compran), ten en cuenta que no empiezas de cero.
La ilustración de este post procede de este sitio web
December 9, 2014
El pasado no se tira. Cómo preparar ahora un buen regreso
Estamos en la cuenta atrás para las vacaciones. Empieza la operación “Despejar la mesa”. Se trata de sacar de en medio todos los expedientes abiertos (también en Internet: vaciar la bandeja de entrada) y así, a la vuelta, poder empezar fresco y con calma.
Problema: Los clientes necesitan que entregues el proyecto. El gestor te reclama la documentación. El claustro ha decidido cerrar el programa esta semana. No hay tiempo. Por lo tanto, nos sacamos el trabajo de encima como podemos. Apilamos asuntos. No digerimos. Y eso nos pasa factura.
El pasado no se tira: se aprovecha. Si cierras estratégicamente bien los temas, te colocas en una posición táctica y psicológica de fuerza. ¿Cómo sacar partido a todo el trabajo que has hecho este año dedicándole una horita (total, más no tenemos)?
Necesitarás tres listas. Son para tu propio uso, así que escríbelas donde mejor te vaya.
Lista Lo mejor del 2014: En este momento proliferan los rankings de hits (“Las mejores canciones del año”). Escribe el tuyo. Anota aquí el proyecto con el que más has disfrutado. El cliente con quien mejor trabajas. El libro que más te ha gustado. El contacto más interesante. Anota cualquier otro hito que consideres relevante respecto de lo que TÚ has vivido en este año. Esta lista te sirve para empaquetar tu experiencia y ponerla en valor. Además recopilas información para alimentar tu biografía y tu estrategia.
Lista Lo que quiero hacer. Cuando regreses en enero, ¿qué te gustaría hacer? Anota tres propuestas, sean o no profesionales. Si ahora mismo te cuesta definir exactamente qué quieres hacer, anota tres cosas que te llamen la atención, aunque de momento no te las plantees. Esta lista esboza un horizonte personal.
Lista Lo que tengo que hacer. Ésta es la lista clásica, donde anotas las fechas de entrega, los asuntos pendientes y otros “marrones” que te esperan a la vuelta. De entrada, por el mero hecho de escribirlos salen de tu cabeza. Así no te los llevas de vacaciones.
A las tres listas les sacas un doble partido.
Busca concordancias y discrepancias. Lo mejor de 2014 se aproximará a lo que quieres hacer y, si eres afortunado y trabajas en lo que te gusta, también a lo que tienes que hacer. Si no es el caso, verás la distancia entre una cosa y otra.
Esa constatación es importante de cara a tu visibilidad: deberías invertir esfuerzos en ser visible en las áreas que te interesan, no en las que te mortifican.
Cuando vuelvas al trabajo, antes de encender el ordenador, lee la primera Lista. Lo que te gustó. Después la segunda. Lo que te gustaría. ¿Qué conseguirás? Regresarás al trabajo desde el logro y la expectativa.
¿Estás de acuerdo en que el pasado no se tira? Gracias por compartir tu opinión y/o tu propio método a pie de post.
La ilustración es de mi colega el diseñador Enric Jardí.
December 2, 2014
¿Cómo lo escribo? Encuentra el tono que le va a tu visibilidad
En Internet la visibilidad se apoya en el texto. Redactamos nuestros correos, nuestros posts y nuestros tuits. Quienes nos leen se forman una idea de nosotros basada en nuestras palabras. ¿Cómo acertar con el lenguaje adecuado para comunicar nuestra marca personal?
A menudo fracasamos por hablar “oficialés”, ese idioma ininteligible que esclerotiza las memorias anuales y los informes de gestión. Lo hacemos porque creemos que su tono impersonal y metálico “nos protege”. Nos escondemos detrás de las frases hechas, empezando por “Fundada en…”. Pero el “oficialés” no es el idioma de Internet y nadie nos entiende.
Tu marca se basa en tus valores: la manera como la comunicas, también (si no lo has hecho aún, te recomiendo el ejercicio de descubrir cuáles son). La forma de acertar con el lenguaje adecuado pasa por buscar un acento propio. El tono que mejor comunica nuestra marca es nuestro propio tono: Escribe con tu propia voz.
La pregunta del millón es cómo articular esa voz. A mí me funciona el truco del café. Me imagino que tú y yo estamos tomándonos un café y quiero hablarte de mi nuevo proyecto: ¿Cómo te lo cuento? Al imaginarla, escuchamos el tono de la conversación. Ese es nuestro tono personal.
El recurso de “tomarse un café mental con nuestro interlocutor ideal” nos plantea tres cuestiones:
-¿Cómo es mi interlocutor/a?: La respuesta nos lleva a ponernos en su lugar para hablarle de un tema que le interese a él/ella.
-¿Qué aspectos de mi propuesta destaco? : Ésta ayuda a sintetizar.
– ¿Qué palabras y expresiones captarán su atención?: Emplearemos nuestro lenguaje, con nuestras muletillas y maneras de decir.
Un blog, un perfil social, es una forma de conversación en la que un texto con acento propio nos posiciona. Nuestro acento atraerá a algunos lectores y alejará a otros, pero no los dejará indiferentes. Nuestra voz es única. Por eso escribir con la propia voz es una forma accesible y muy potente de diferenciarse on-line.
Gracias por participar en esta tertulia dando tu opinión en los comentarios y por compartirla en tus redes.
PD: ¿Te gusta escribir? A mí también.
PD: La ilustración procede de este pin.


