Neus Arques's Blog, page 22
September 6, 2016
Cobranding: Dime con quién andas y te diré cuáles son tus valores
En un número reciente la revista « The New Yorker» dedica un artículo al periodista Tony Schwartz. Probablemente su nombre no te suena. Quien sí te suena es la persona para la cual Schwartz escribió un libro: Donald Trump.
Tony Schwartz era el “negro” de Trump y escribió junto a él y para él The Art of the Deal, un manual publicado en 1987 que presenta al hoy candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos como un ejecutivo carismático y un empresario nato.
A cambio de su colaboración en el proyecto, un libro de encargo de la editorial, Schwartz cobraría la mitad del anticipo (500.000 dólares de entonces) y la mitad de los royalties. Su nombre constaría como colaborador en la portada. Las condiciones eran tentadoras y las aceptó. Todos tenemos un precio y éste era, al parecer, el suyo.
Ahora Tony Schwartz se arrepiente públicamente de haber escrito un libro que presenta a Trump bajo una luz a sus ojos demasiado benévola. Le preocupa en especial la escasa capacidad de atención de su retratado. Lamenta que con su trabajo ha reforzado la comunicación de unos valores y una marca que, a su entender, son más un peligro que un mérito. En sus propias y crudas palabras: “Vestí a la mona de seda” (traducción de la frase “I put lipstick on a pig”).
Schwartz intenta ahora distanciarse y enmendar su error de marca haciéndolo público. Ha decidido donar los royalties de las ventas del libro a diversas ONGs dedicadas precisamente a las causas criticadas por el hoy candidato.
Recurro a esta historia como ejemplo de Co-branding mal resuelto en Marca personal. El Co-branding es aquel ejercicio que junta a dos marcas con el objetivo de que una refuerce a la otra: el tenista que luce un reloj deportivo está “prestando” sus valores a dicho reloj. En este enlace, del que procede la ilustración, encuentras ejemplos de campañas de Co-branding bien planteadas.
Las marcas personales también se “contagian” los valores por asociación. Lo saben los patrocinadores, que encargan minuciosos estudios de imagen antes de contratar a una celebrity para un anuncio determinado.
Si te asocias a otro profesional, busca, además de la confianza que os permita trabajar juntos, que vuestros valores sean cuanto mínimo compatibles. Eso es el mínimo. Idealmente, quieres ir más allá y que vuestras dos marcas se refuercen, una a la otra. Que tú le aportes y ella/él te aporte, desde unos planteamientos compartidos.
Solo tenemos una vida. Decide tú con quien quieres andar el camino. Y recuerda que tu asociación de hoy te acompañará también mañana.
Gracias por compartir tus experiencias en los comentarios. Recuerda que también podemos revisar tus dudas en una sesión privada.
August 23, 2016
La práctica deliberada o cómo convertirse en una eminencia
Ser talentoso en cualquier campo requiere 10.000 horas de práctica. Las cuantificaron los psicólogos Herbert A. Simon and William G. Chase en 1973. En su estudio, centrado en el ajedrez, concluyeron que los jugadores dedicaban al menos diez mil horas a estudiar antes de alcanzar el rango de gran maestro. De ahí la regla de las 10.000 horas o de los 10 años, que conocí cuando Malcom Gladwell la rescató en su ensayo sobre el éxito.
A la cifra regreso de la mano de la psicóloga Angela Duckworth en Grit, un manual dedicado a la determinación en el que sostiene que el tesón es en realidad el aspecto que diferencia el éxito del fracaso.
¿Son suficientes las 10.000 horas para alcanzar la excelencia? Duckworth se refiere a otro estudio, publicado 20 años después. Los psicólogos analizaron en este caso la maestría musical y coincidieron en que los músicos profesionales también habían dedicado una media de 10.000 horas a ensayar. Añadieron además una consideración crítica. No valía solo con practicar; era necesario hacerlo de forma intencionada:
“Nuestra investigación muestra asimismo que un individuo no alcanza el máximo rendimiento en un área determinada de forma automática y en función de una experiencia prolongada, pero que el nivel de rendimiento puede aumentar, incluso en individuos con mucha experiencia, como resultado de esfuerzos de mejora deliberados”.
En resumen: a la repetición hay que añadirle el propósito. No basta con “machacar” si queremos asegurar el aprendizaje. Para ello, Duckworth propone que cumplamos cuatro requisitos básicos:
Un objetivo claramente definido y situado fuera de nuestra zona actual de confort: lo que queremos es superarnos, no hacer algo que ya sabemos hacer.
Plena concentración y pleno esfuerzo. No “echamos horas” sino que le ponemos intención.
Nos interesa obtener feedback inmediato e informativo sobre qué tal lo estamos haciendo, de forma que podamos ir ajustando nuestra preparación en vez de limitarnos a repetirla.
Las 10.000 horas de práctica funcionan si el practicante es capaz de reaccionar a la crítica y al fallo y ajusta sus esfuerzos. (pag 137)
Duckworth señala la conveniencia de crearse una rutina. Por ejemplo, si quieres escribir, escribe. Pero escribe de forma periódica y con un método que te facilite la continuidad (como comenzar cada sesión diaria releyendo el texto escrito el día anterior). Importa vivir la práctica deliberada no como un monstruo que consume horas sino como una experiencia positiva de aprendizaje.
¿Qué tal andas de determinación? Este test (en inglés) de la propia Duckworth te puede dar una idea.
Viendo que la maestría requiere una inversión considerable en tiempo y esfuerzo, vale la pena tener claro cuál es ese
área a la que quieres dedicar las 10.000 que te han de llevar a la excelencia. De nada sirve, como en la imagen que ilustra este post, lanzar mensajes en una botella. Si tienes dudas respecto de dónde ubicar tu talento, podemos comentarlas en una sesión privada.
Gracias por compartir tu experiencia en los comentarios.
July 28, 2016
“He venido a traer una sandía”
A veces nos encontramos en situaciones incómodas. De repente todo el mundo nos mira y no sabemos qué decir, qué pintamos allí. Nos han pasado la palabra y nos hemos quedado en blanco. Hemos confundido el nombre de la persona más importante en el evento. Nos ofrecemos a pagar la cuenta y no llevamos dinero encima…
En estas situaciones nos enfrentamos a lo que la periodista Carmen Mañana denominó, en un post vintage suyo muy logrado, el “momento sandía”: “un momento embarazoso y terriblemente humillante en el que te sientes estúpido y sabes a ciencia cierta que los que te rodean están convencidos de que eres gilipollas (y con razón); te caes mal a ti mismo y quieres irte a vivir a un convento con voto de silencio y sin agua caliente en Siberia o Tierra de Fuego”.
La expresión procede de la película Dirty Dancing y más en concreto de la escena en la que Baby se cuela en la zona reservada al servicio. Allí se da de bruces con una fiesta animada por bailes muy dirty. Cuando Johnny le pregunta qué hace una chica cómo ella en un sitio como ese, responde, como una idiota: “He venido a traer una sandía”. La contraposición entre el melón y el lío montado es superior y ella se siente totalmente inadecuada. La escena es tan especial que en el pase “Sing along” en Barcelona, la destacan, con todos los asistentes levantando una sandía de plástico al oír la mítica frase. Ahí fue cuando me puse a pensar en el tema.
Creo que todos nos podemos identificar con meteduras de pata como esas. Situaciones y ocasiones en los que nos han pillado en falso y no nos hemos explicado adecuadamente. En momentos así, sólo se me ocurren dos cosas:
Respirar para centrarse.
Dedicar un minuto -¡uno solo!- a la conmiseración: “soy un/a inútil, ¿cómo se me ha ocurrido…?”.
Transcurrido el minuto, proseguir.
Seguramente quien peor lo pasa eres tú. Los demás no están permanentemente pendientes de nosotros. La solución pasa por soltar la sandía. Preguntarte cómo puedes aprovechar la experiencia (transformándola en una falda, por ejemplo).
Si quieres liberarte de alguna sandía pretérita y/o compartir tu opinión, te animo a escribir un comentario.
También te invito desde ya mismo a la fiesta de presentación de Vive cincuenta. Cambiar de vida sin cambiar de barrio, que celebraremos con la editorial Comanegra en Barcelona el jueves 13 de octubre. Seguiremos informando a vuelta de vacaciones.
June 22, 2016
Cambiar de vida sin cambiar de barrio
Hoy es mi cumpleaños.
Hoy hace tres años comencé un reto personal que hice público: celebrar, a lo largo de un año, 50 experiencias que me llamaran la atención.
50 experiencias en 52 semanas. Lo logré. Crucé la línea de meta 50+1 a tiempo. Me sentí y me siento más fuerte, con las prioridades reordenadas.
La última experiencia consistió en pasar el relevo a otra mujer. En estos momentos son setenta las mujeres que están haciendo su propio camino. Mi propósito es que entre todas tendamos esta cadena de vida con el objetivo grande y luminoso y quizás ingenuo, pero ya sabes, yo soy post #vive50, de animar a las mujeres a hacer visible su talento en un momento de cambio tan radical como el presente. Si te apetece sumarte a la cadena #vive50, aquí te cuento cómo.
Soy escritora, así que escribí mi testimonio: primera incursión en la autobiografía. No es fácil hablar de una misma, ni de todo lo que sucedió. Hoy tengo la alegría inmensa de anunciar que el próximo mes de octubre la editorial Comanegra publicará Vive cincuenta, el libro de mi viaje cotidiano para cambiar de vida sin cambiar de barrio.
A veces los sueños se cumplen. Otras, mutan. Lo importante es ir persiguiéndolos como los niños persiguen las mariposas en el verano cuyo solsticio celebramos esta noche. Gracias por haber compartido estos meses conmigo. Por los más de mil comentarios que sostienen la conversación en este blog.
Gracias especiales al insigne pintor cubano Gustavo Acosta por su caricatura, que tuvo a bien regalarme y bautizar, con una cierta sorna, como “Neus en el momento AHH” (no te pierdas el detalle: ¡incluso dibujó el micro de solapa!)
Momento AHH. Exactamente. Hace tres años, cuando me puse en marcha, lucía en el cielo la superluna. Esta noche la luna mengua. Bajo todas las lunas, hoy y siempre: ¡celebra TU VIDA!
Neus
June 19, 2016
Si no et ven, no te leen: La marca personal del escritor
La relación entre “marca personal” y “escritor” es doble. Por un lado, los libros nos ayudan a posicionarnos como expertos en nuestro sector. Por otro, los escritores necesitamos desarrollar nuestra marca personal porque si no nos ven, no nos leen. A esta relación me referiré a continuación.
Los autores nos ubicamos en un contexto saturado. En el año 2014 se publicaron España 90.802 títulos con ISBN, de los cuáles 68.378 libros en papel.
A pesar de que somos conscientes de que necesitamos que nuestra obra sea visible en este mar de títulos, los escritores somos a menudo reacios a “exponernos” por tres razones:
Porque trabajamos en soledad. Al escribir, nuestro modo es la introspección. A menudo cuesta exponer en público lo que ya hemos escrito en privado.
Porque esperamos que nos descubran. Que vengan a buscarnos. Que nuestro texto brille por sí sólo.
Porque delegamos la visibilidad de nuestro libro en el editor. Sin embargo, las apuestas son distintas. Nosotros tenemos una obra que defender; el editor, un catálogo. La intensidad y el interés varían.
A los escritores nos han cambiado la descripción del puesto de trabajo. Además de escribir, ahora somos responsables de gestionar nuestro patrimonio editorial (libro y derivados) y nuestra visibilidad.
Entiendo que la visibilidad del autor/a pasa por:
Reforzar la relación con el lector: pasar de la audiencia a la comunidad.
Amplificar la conversación sobre nuestro libro.
Escoger bien los canales y optimizarlos, para no agotarnos matando moscas a cañonazos.
Si es posible, buscar alianzas, en el sector y fuera del sector, que apoyen a nuestra obra.
Sobre este tema hablaremos el próximo 9 de julio en Barcelona, en el Taller de Marketing para escritores que convoco con mi colega Francesc Miralles.
Si te preguntas “¿qué tengo que hacer para que me publiquen?”, este recurso te interesa.
Si ya has publicado, en esta videoserie encuentras más consejos para la visibilidad de tu obra y la tuya.
Gracias por comentar y por compartir. Gracias también a los participantes en el Personal Branding Lab Day 16, donde impartí esta ponencia, por su interés y por sus tuits.
June 2, 2016
No estaba previsto
“No estaba previsto que yo estuviera allí”.
Esta frase se la escuche ayer la abogada y política Magda Oranich, a quien aprecio mucho. Me reconocí: me recordó momentos en mi vida en los que tuve la sensación de que me presentaba en una fiesta a la que no me habían invitado o en la que era “la rara”.
La frase de Magda ha sembrado la reflexión de hoy, sobre cómo ser visibles cuando somos pocos y/o raros. Las dos coincidimos en la presentación de la asociación WomUp: una mesa redonda sobre visibilidad y mujer en la que también participaron Andrea Vilallonga, Montserrat Vendrell y Julia Salses.
Magda narraba sus experiencias al iniciar la carrera, cuando en los juzgados ni siquiera había aseos para mujeres. “Entonces me di cuenta de que no estaba previsto que yo estuviera allí”. A las mujeres en la Justicia no se las esperaba. Escuchándola empecé a pensar este post. Todos queremos ser visibles, pero ser visibles cuesta especialmente cuando
Tu presencia no está prevista en un acto
Eres “el raro”: la única mujer, el “nuevo empleado”…
Tu interlocutor no te recibe
Tu superior/a te ningunea en una reunión
El banco no concede el crédito porque tu idea de negocio es poco ortodoxa (es decir, innovadora)
Tu editor rechaza el manuscrito porque “no sabe dónde ubicarlo”.
Esas son ocasiones en las que no estaba previsto que tú y tu idea estuvierais ahí. Y en esas ocasiones más que nunca hay que ser valiente y visible y decir: Aquí estoy yo, aunque no me hayáis previsto, y ahora veamos entre todos como salimos de ésta por la puerta grande.
Es muy fácil ser popular. El reto es ser visible cuando no está previsto que estés allí. Pre-visto. Pre-ver. Visible.
Adelante entonces.
Gracias por comentar y por compartir esta nota en tus redes.
Te dejo con las próximas convocatorias:
Si estás escribiendo o has terminado tu libro, quieres publicarlo y promocionarlo y no sabes cómo, vente al taller de Marketing para escritores que organizo con Francesc Miralles en Barcelona el sábado 9 de julio. Para reservar tu plaza, escribe a Anna de mi parte.
Para amantes de la Marca personal, llega el próximo Personal Branding Lab Day. Las inscripciones ya están en marcha. Allí nos veremos.
May 10, 2016
La queja y el talento
Uno de los conceptos que más me ha interesado últimamente es el de la “queja recreativa”.
Se lo debo a mi colega cubana Cristina Amaya, que define así esa propensión de los artistas –yo diría que de los humanos en general- a resistirse quejándose. Se refiere a esa queja que impide que un escritor publique, que una obra se estrene, que un proyecto salga adelante. Todos conocemos alguna de sus manifestaciones. Una de las más populares es “no escribo porque no tengo tiempo”. Otra se formula como “si tienes padrino, te bautizan; si no, no”.
La queja recreativa es una forma sibilina de resistencia: mientras nos quejamos, no hacemos. Como no hacemos, no podemos fracasar. Ni pueden juzgarnos. Para estar bien protegido, nada como quejarse.
Enumeramos toda las razones por las que lo nuestro no va bien . Mentamos la suerte del otro. Insistimos en que no tenemos tiempo, como si algún otro ser humano tuviese días con más de 24 horas.
La queja recreativa es letal, porque nos impide avanzar. Si la culpa de tu estancamiento es de otro, estas abdicando de tu propio talento. Le estás dando a otro (al Estado, al sistema, a la casta, a quien designes como culpable de tus males) pleno poder sobre tu proyecto. Claro que el contexto influye, pero creo que no determina. Porque si lo determinara, apaga y vamonos.
Repito mi mantra: El talento que no se ve, se pierde. Por suerte depende de nosotros que el nuestro se vea. Aparca la queja recreativa. Si de entrada no puedes, limítala a intervalos con principio y fin (cinco tonificantes minutos de queja y ya). No contamines tu conversación con ella. Y p’alante.
Este post esta escrito con mi admiración para todos los super talentosos artistas a quienes pude hablar en ArtShowBiz Miami. Éstos son los próximos eventos:
Si eres de las que no tienes tiempo, vente al primer taller de escritura para mujeres muy ocupadas. Ideal para aparcar la queja recreativa de una vez.
Si eres emprendedor y vives en Andorra, te espero en la 2ª jornada de Networking el próximo día 19.
Si eres empresaria o ejecutiva, nos vemos en el acto de presentación de la asociación WomUp.
Gracias por compartir esta nota y comentarla.
PD: La cita “Complaining is not conversation” es del artista James Victore.
April 27, 2016
La resistencia y el permiso
A veces no hacemos porque no nos permitimos.
Este post está dedicado a un lector, a quien llamaremos Marcos, porque tuvo la valentía de preguntar (trato todas las consultas de forma confidencial: de ahí su nuevo nombre).
Marcos me escribió angustiado. Se había plantado en cuarto de carrera. Entre el nacimiento de su hija y los encargos, decidió aparcar los estudios. “Sólo me arrepiento de no haber terminado la licenciatura una vez por semana, aproximadamente”.
Marcos tiene un trabajo que le gusta, habla idiomas y cuenta con una red profesional envidiable. Pero le falta el título. Siente que no haber terminado la carrera le impide avanzar en el área profesional que ha elegido, pero no porque lo digan otros, sino porque lo dice él. No consigue explicar con fluidez su trayectoria.
Si entre tú y tu visibilidad existe, como en el caso de Marcos, una resistencia, te invito a leer la historia de Michael Messer.
El señor Messer era un agente de bolsa muy rico – y un músico frustrado. Su pasión era la música, pero se sentía lastrado por su vida ostentosa, su casa de nueve habitaciones… y por su falta de formación musical formal. Tocaba el piano de oídas: no sabía leer una partitura.
La frustración le llevó al psicólogo. Messer se armó de valor y le confesó que quería componer.
-Pues componga –le respondió el médico. -¿Qué problema hay?
Messer se lanzó a recitar un montón de objeciones que imposibilitaban que él compusiera. El psicólogo escuchó las divagaciones de su paciente. Al terminar la sesión, le tendió un trozo de papel y le dijo:
-Esta nota es un permiso para que escriba música.
Armado con esa nota y ese permiso, Messer por fin se lanzó. A él le debemos éxitos como “The greatest love of all”, “Saving all my for you” y “Didn’t we almost have it all” de Whitney Houston y también “Touch me in the morning”, que cantó Diana Ross. Estarás de acuerdo conmigo que para un compositor sin formación musical formal, el palmarés no está mal. Vamos: que no está mal para un compositor y punto.
La moraleja de esta historia -y la de Marcos- es que a veces basta con que uno se dé permiso para seguir el propio propósito. Y andando.
Hablando de permisos, una de las objeciones que más esgrimen las mujeres es la de no tener tiempo. Por eso he creado este taller de escritura para mujeres muy ocupadas: si quieres escribir, puedes. De verdad. Basta con que me dediques tres horas y te muestro cómo.
Gracias por compartir esta historia en tus redes y darnos tu opinión en los comentarios.
April 20, 2016
Cada uno juega la mano de cartas que tiene
Huele a libro. Pronto celebraremos el día de Sant Jordi. Después, la feria del libro en Madrid y en muchos otros lugares.
En estos días muchos mediáticos –presentadores, artistas, celebrities– se sientan en las mesas de firmas, dispuestos a dedicar su libro a los lectores que lo deseen. Y éstos por lo general son muchos. Atraídos por la visibilidad del mediático en cuestión, compran cualquier libro que haya escrito o le hayan escrito. Se forman colas descomunales. Lo sé por experiencia propia: no olvidaré jamás el año que me tocó firmar en la mesa contigua a la de Ana Obregón.
Mediáticos los hay de toda condición. Maleducados (no diré nombre) y personas de trato exquisito (diré nombre: Mario Vaquerizo). Los mediáticos se pasean entre los autores no mediáticos. Unos y otros se miran con recelo. Los escritores los ven como usurpadores que juegan a ser autores por un día y les quitan el puesto. Los editores se defienden diciendo que gracias a los ingresos que generan los mediáticos se pueden publicar libros cuyas cuentas serán deficitarias.
Yo creo que en el fondo todos jugamos al “quiero ser”: los mediáticos quieren ser escritores como imaginan que somos los escritores, seres torturados recluidos en una habitación rebosante de diccionarios polvorientos. Los escritores queremos firmar frente a colas de fans gritando nuestro nombre.
En realidad lo que hacemos unos y otros es jugar nuestras cartas. Y eso es lo que me repito y te aconsejo: juega la mano de cartas que tú tienes y olvídate de la que tienen los demás.
¿Qué hace la escritora que es amiga de un editor? ¿Qué hace el mediático con el share más alto en su franja horaria? ¿Qué hace el autor que tiene un amigo que presenta un programa de radio? Aprovechan sus cartas. Si tienes un amigo, un contacto o un share, lo aprovechas para sacar tu proyecto a delante.
“¿Dónde queda entonces la calidad y la excelencia?”, te preguntas. Yo entiendo que queda donde estaba siempre: en la obra. Jugar tus cartas te sirve para dar a tu obra una oportunidad, por pequeña que sea, de avanzar en un entorno hipercompetitivo. Y quien dice libros, dice otro tipo de proyectos.
No defiendo el favoritismo ni el diletantismo. Sólo te propongo que no malgastes energía criticando las cartas de los demás. Céntrate en ver cuáles tienes tú y juégalas de la mejor manera posible.
Te dejo con las próximas convocatorias:
Mañana día 21, presentamos la libreta Vive cincuenta para que te animes a celebrar tus sueños. Aquí tienes la convocatoria.
Para hablar del mundo del arte y del negocio del arte nace ArtShowBiz Miami, los días 3-4 de mayo. Estoy encantada de participar junto con colegas tan valiosos: ¡nunca había visto tantos premios Grammy juntos!
Si quieres escribir pero no tienes tiempo de nada, te animo al primer Taller de escritura para mujeres muy ocupadas. Verás como sí hay un sistema. Te lo digo yo, que he publicado ocho libros.
Me despido con un gran gracias a Julieta Lionetti por poner este mi blog como ejemplo de voz apasionada en su detalladísimo post sobre cómo construir una voz de marca. Un honor.
April 5, 2016
Obra o autor: ¿quién va primero? La estrategia Ferrante
¿Se puede ser anónimo y visible a la vez?
Ésta es la pregunta que evoca Elena Ferrante, seudónimo con el que firma la autora de la serie Dos amigas. La escritora ha decidido ocultar su identidad al servicio de su obra. Nada más se sabe de esta persona anónima y, paradójicamente, visible.
Anónima no significa muda. Ferrante ha concedido entrevistas a distintos medios de comunicación. Suele responder por correo electrónico, salvo en el caso de la prestigiosa “Paris Review of Books” en la que fueron sus editores italianos –únicos conocedores de su identidad real- quienes la entrevistaron en persona. Por primera vez en la historia de esta venerable cabecera se publicaba la entrevista a un autor que firma sólo con seudónimo.
El interés por desvelar quién es crece en paralelo al éxito de sus novelas, que recomiendo. En un entorno en el cual la tecnología permite saberlo todo de casi todos, para Ferrante permanecer en el anonimato debe requerir un esfuerzo considerable. No es tan sencillo ocultarse. ¿Por qué lo hace?
Leyendo las diversas entrevistas concedidas, entiendo su estrategia como su respuesta individual a la pregunta:
La obra o el autor: ¿quién va primero?
Los escritores hemos esperado desde siempre que nuestro trabajo fuera la clave. Pensábamos y pensamos que un buen texto brilla por sí solo y puede llevarnos al lector. El mérito está en la obra y ésta va delante.
Preferimos el arte al negocio del arte, pero reconocemos que el sector editorial es una industria. Con el impacto de la nueva industrialización tecnológica –que genera déficit de atención por un lado y sobreoferta por otro- la figura del autor es cada vez más necesaria para dar visibilidad a su obra. A los escritores nos han cambiado la descripción del puesto de trabajo: lo expongo en el artículo “Cuando escribir ya no es suficiente”, que puedes consultar en el sitio web del Ministerio de Cultura. Ésta ha sido mi experiencia hasta la fecha y la razón por la que publiqué Marketing para escritores.
Las editoriales piden hoy que junto a la propuesta editorial se presente un plan de promoción. La visibilidad de un autor en redes sociales es un factor tenido en cuenta a la hora de contratar o rechazar un manuscrito. Los followers se equiparan a lectores y se considera que audiencia y comunidad son sinónimos. La tecnología quiere predecir qué será un éxito; por ahora algunos éxitos, como el de la propia Ferrante, se escapan. Hasta la fecha, la Mitología gana a la Tecnología.
Inmersa en un mercado hipercompetitivo, la industria editorial recurre a autores mediáticos. Pronto les veremos, ocupando la “pole position” en el día y en la feria del libro. Ferrante caracteriza este énfasis mediático como “el predominio del icono del autor sobre la obra. En este caso, el libro funciona como la camiseta sudada de una estrella pop, camiseta que sin el aura del divo resulta completamente insignificante”. (“Corriere“).
La fama mediática es tema recurrente en sus entrevistas. Precisamente en la publicada por la “Paris Review” insiste: “No cuenta el libro sino el aura del autor. Si el aura ya existe y los medios la refuerzan, el mundo editorial está encantado de abrirte sus puertas y el mercado te da la bienvenida. Si no hay aura pero el libro, por milagro, vende, los medios se inventan al autor, con lo que el escritor termina no solo vendiendo su trabajo sino también vendiéndose a sí mismo”.
En este contexto, la apuesta de Elena Ferrante es valiente porque va contracorriente. No es una autora invisible, sino anónima. No quiere que su yo interfiera mediaticamente con su obra, que es el soporte que refleja este yo.
Al respecto resulta una coincidencia curiosa y tal vez feliz que el prólogo de La amiga estupenda lleve por título “Borrar todo rastro”. En el argumento se reflejan los sueños infantiles de las protagonistas que pudieran ser también los de su autora:
“Creíamos que estudiar mucho nos permitiría escribir libros y que los libros nos habrían hecho ricas. La riqueza era siempre un resplandor de monedas de oro encerradas dentro de infinidad de cajas, para llegar a ella bastaba con estudiar y escribir un libro”. (Lumen, pág. 75),
La fotografía que acompaña este post retrata un detalle de la fachada de El Corte Inglés en Barcelona. La leyenda reza: “Labor Omnia Vincit”. El trabajo todo lo puede. Comercio y mérito, juntos.
Gracias por comentar esta nota y compartirla.
Sobre visibilidad, creatividad y libros hablaré los próximos 3-4 de mayo en ArtShowBiz Miami.
Sobre mi último proyecto, Vive cincuenta, hablaré el próximo 21 de abril en la presentación que organiza Enebra en Badalona.
Ojalá nos veamos pronto, en Miami o en Badalona. Escríbeme si vas a asistir a alguno de estos dos eventos.


