Neus Arques's Blog, page 23
March 9, 2016
Lo mejor de la autoayuda
Cada vez buscamos más consuelo. Y cada vez sabemos menos qué necesitamos.
Como en el sector del petróleo, que con el “peak oil” ha alcanzado las mayores cotas de extracción, estamos en el “peak help”. Nunca había sido tan fácil extraer consejos de toda índole para resolver nuestra angustia cotidiana. Esta mañana, de camino al mercado, me he topado con propuestas de cursos para aprender a alimentarme mejor, visualizar mi yo futuro y comprender mi rabia.
Con la autoayuda puedes convertirte en una mujer o en un hombre diez. La lista de remedios es infinita, con alivios para toda ocasión. Existen libros para los momentos bajos y otros para los altos, lecturas para sanar el dolor físico y moral, webs donde te enseñan a ganar autoestima. Si quieres, puedes hacerte millonario, mejorar tus relaciones de pareja o encontrar una nueva.
¿Quieres? ¿Qué buscas en realidad? Hoy tenemos más remedios que enfermedades. Leemos libros de autoayuda para paliar la falta de sosiego. En una sociedad en la que las relaciones y la confianza son móviles, no nos queda más recurso que nosotros mismos para construirlas. Y entonces buscamos consuelo, es decir “descanso y alivio de la pena, molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo” (RAE).
Mis inicios
Todavía recuerdo cual fue el primer libro de autoayuda que leí: Las mujeres que aman demasiado. El ejemplar me lo prestó mi amiga Teresa. Me quedé un poco perpleja.
Las sensaciones que despierta en uno la lectura de un manual de autoayuda tienen que ver con la circunstancia personal. Sacas según estés. De ahí mi teoría: lo importante no son los consejos. Lo importante es la circunstancia. Aprendes más de ti que del consejo.
Pongo un ejemplo de un cliente:
-Quiero ser más visible.
-¿Por qué?-le pregunto.
-Porque quiero ganar más dinero.
-¿Por qué?
-Para cambiar de coche. El que tengo se ve viejo y me disgusta.
¿Por qué?-insisto.
-Porque me hace parecer viejo a mí.
Conclusión: en realidad mi cliente quiere ser más visible para no envejecer socialmente.
Me intrigan mucho más las preguntas, los síntomas, el malestar que la respuesta. Por eso para mí la clave está en estas tres palabras:
¿Qué te duele?
La panacea universal no existe. Con esto no quiero decir que no haya consejos útiles ni bienintencionados: la mayoría lo son. Quiero decir que aprendes mucho quedándote quieto un momento y preguntándote por qué ahora mismo este libro concreto, este post concreto, esta terapia concreta te llama la atención.
Suscribo estas palabras del psicólogo Xavier Guix: “Ahora vuelve a estar de moda ocuparse de “uno mismo”, de nuestra persona, y más allá aún, de nuestra esencia. Hacemos hueco en la agenda para cursos de crecimiento personal, prácticas de meditación, yoga, lo que convenga con tal de sentirnos de nuevo el centro del universo. Eso está muy bien. Pero a menudo tengo la sensación que lo que realmente está haciendo mucha gente es una nueva separación entre su alocada vida y sus espacios de relax y “espiritualidad”. En lugar de trabajar hacia un camino de integración, de unidad, de congruencia, lo único que logramos es darnos un respiro y sentir por un instante que aún nos queda algo de nosotros mismos.”
¿Qué opinas tú de la autoayuda? Gracias por compartir.
PD. La ilustración procede de este pin.
February 25, 2016
El propósito de Freddie (Mercury)
Llevo unos días abrazada al grupo Queen.
Como por azar, la banda se cruzó en mi camino. Y como creo que las casualidades no existen, comencé a investigar. ¿Por qué Queen en mi vida ahora? ¿Por qué ahora Freddie Mercury me canta, desde un vídeo y otro, que somos los campeones y que se lo está pasando tan bien?
De los documentales, vídeos musicales, de las entrevistas, me quedo con dos ideas clave sobre visibilidad, una especie de “moralejas” que podemos aplicar a nuestro propio caso.
El propósito
Verbalizar tu misión es una de las fases psicológicamente más complejas de tu plan de visibilidad. También es la más necesaria, porque marca el camino. Por eso, en la hoja de ruta (puedes descargártela aquí) –va en primer lugar. A los alumnos en mis seminarios les ayudan mucho los ejemplos. Veamos éste.
Freddie Mercury, el moreno de dientes saltones, como el conejo en el cuento de las maravillas. El “niño raro”, nacido en la antigua colonia de la que saldrá por causa de la guerra. El niño con espíritu artístico que cursará estudios de diseño y que finalmente creará un grupo llamado Queen. Y como él es diseñador, él es quien se encarga del naming y del logo. Y como le han criado en la religión zoroástrica, dibuja una corona y añade los símbolos zodiacales de los integrantes de la banda.
Ese niño raro quería hablar con el público, no hablar de él. Lo dijo muy claro:
“Mi misión es acercar el ballet a las masas”.
Freddie Mercury se paseaba por el escenario, voluptuoso y onírico, vestido con unas mallas de arlequín que visualizaban este propósito estético, que no literal. No se trataba de hablar de ballet. Quería que los fans se elevaran más allá de la rutina decadente y punk de los setenta. Por eso a su desparpajo contraponía unas letras que decían: “He trabajado duro una y otra vez”.
Cuenta la leyenda que Queen y la banda punk Sex Pistols coincidieron en un estudio de grabación. No podía haber mundos más opuestos. Sid Vicious, el lider punk, se plantó en el estudio contrario e increpo a Mercury:
-¿Qué? ¿Has conseguido acercar el ballet a las masas?- le espetó.
Y Freddie, tan delgado, tan amanerado, lo agarró por la camiseta y, literalmente, lo echó.
Moraleja: Si nos tocan el propósito, nos tocan la fibra. Ese es un concepto que nos puede ayudar a descifrarlo.
2. La determinación
Para una banda de rock, el éxito pasa necesariamente por triunfar en los Estados Unidos. Queen eran adorados en Gran Bretaña y triunfaban en Europa, pero Norteamérica se les resistía una y otra vez.
La banda se pasó ocho años intentando conquistar el mercado discográfico estadounidense. No uno o dos: ¡ocho años!
El triunfo llega cuando colocan el single “Another one bites the dust” en el nº 1 de las listas. “Y en ese momento fugaz fuimos los amos del mundo”, declararía más tarde su guitarrista, Brian May.
Ocho años durante los cuales una parte del mundo ya te adora. Lo fácil hubiese sido dejar correr ese mercado. Dejar de lucharlo. Y sin embargo, se les metió entre ceja y ceja que ese era precisamente el objetivo.
Moraleja: ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a luchar por tus objetivos?
Te dejo con este pedazo de interpretación y con Freddie – esta vez vestido de Superman- en concierto en Montreal.
¿Qué opinas tú? Gracias por comentar y compartir esta nota.
OK, Let’s do it!
El propósito de Freddy (Mercury)
Llevo unos días abrazada al grupo Queen.
Como por azar, la banda se cruzó en mi camino. Y como creo que las casualidades no existen, comencé a investigar. ¿Por qué Queen en mi vida ahora? ¿Por qué ahora Freddy Mercury me canta, desde un vídeo y otro, que somos los campeones y que se lo está pasando tan bien?
De los documentales, vídeos musicales, de las entrevistas, me quedo con dos ideas clave sobre visibilidad, una especie de “moralejas” que podemos aplicar a nuestro propio caso.
El propósito
Verbalizar tu misión es una de las fases psicológicamente más complejas de tu plan de visibilidad. También es la más necesaria, porque marca el camino. Por eso, en la hoja de ruta (puedes descargártela aquí) –va en primer lugar. A los alumnos en mis seminarios les ayudan mucho los ejemplos. Veamos éste.
Freddy Mercury, el moreno de dientes saltones, como el conejo en el cuento de las maravillas. El “niño raro”, nacido en la antigua colonia de la que saldrá por causa de la guerra. El niño con espíritu artístico que cursará estudios de diseño y que finalmente creará un grupo llamado Queen. Y como él es diseñador, él es quien se encarga del naming y del logo. Y como le han criado en la fe zoroástrica, dibuja una corona y añade los símbolos zodiacales de los integrantes de la banda.
Ese niño raro quería hablar con el público, no hablar de él. Lo dijo muy claro:
“Mi misión es acercar el ballet a las masas”.
Freddy Mercury se paseaba por el escenario, voluptuoso y onírico, vestido con unas mallas de arlequín que visualizaban este propósito estético, que no literal. No se trataba de hablar de ballet. Quería que los fans se elevaran más allá de la rutina decadente y punk de los setenta. Por eso a su desparpajo contraponía unas letras que decían: “He trabajado duro una y otra vez”.
Cuenta la leyenda que Queen y la banda punk Sex Pistols coincidieron en un estudio de grabación. No podía haber mundos más opuestos. Sid Vicious, el lider punk, se plantó en el estudio contrario e increpo a Mercury:
-¿Qué? ¿Has conseguido acercar el ballet a las masas?- le espetó.
Y Freddy, tan delgado, tan afeminado, lo agarró por la camiseta y, literalmente, lo echó.
Moraleja: Si nos tocan el propósito, nos tocan la fibra. Ese es un concepto que nos puede ayudar a descifrarlo.
2. La determinación
Para una banda de rock, el éxito pasa necesariamente por triunfar en los Estados Unidos. Queen eran adorados en Gran Bretaña y triunfaban en Europa, pero Norteamérica se les resistía una y otra vez.
La banda se pasó ocho años intentando conquistar el mercado discográfico estadounidense. No uno o dos: ¡ocho años!
El triunfo llega cuando colocan el single “Another one bites the dust” en el nº 1 de las listas. “Y en ese momento fugaz fuimos los amos del mundo”, declararía más tarde su guitarrista, Brian May.
Ocho años durante los cuales una parte del mundo ya te adora. Lo fácil hubiese sido dejar correr ese mercado. Dejar de lucharlo. Y sin embargo, se les metió entre ceja y ceja que ese era precisamente el objetivo.
Moraleja: ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a luchar por tus objetivos?
¿Qué opinas tú? Gracias por comentar y compartir esta nota.
February 2, 2016
El inquietante poder de las palabras

Enrique Baeza. Word Portrait
La Real Academia define “inquietar” como “quitar el sosiego, turbar la quietud”. Esta última semana he vivido tres ocasiones en que las palabras me han mostrado el increíble poder que tienen para alterar situaciones.
Las palabras son la primera herramienta de visibilidad que tenemos, porque con ellas captamos la atención del otro/a. Las situaciones que me han intrigado no son cotidianas, pero pueden darte ideas sobre cómo conseguir que el lenguaje juegue a tu favor.
Creas lo que dices |El lunes conocí, por mediación de Francesc Miralles, a Eva Sandoval. Eva es la autora del libro ¿Y tú que crees? Hablando con ella, me hizo notar que a menudo creas lo que dices.
El modo como hablamos determina la percepción que el otro se forma de nosotros y por tanto, su reacción a nuestra propuesta, y por tanto, la interacción. Frente al otro, el lenguaje nos define. ¿Eres de adjetivos negativos? ¿Utilizas a menudo el adverbio “quizás”? ¿Recurres a una muletilla del tipo “sabes lo que quiero decir”? En los cursos de formación de portavoces a los participantes los graban en video: de este modo se ven y toman conciencia de qué dicen y cómo. Haz la prueba tú mismo: escúchate al hablar –o mejor, grábate con el móvil. ¿Qué sensación transmiten tus palabras? ¿Entusiasmas? ¿Convences? ¿Titubeas?
Chamanismo textual |El martes tuve el placer de conocer al artista Enrique Baeza, autor de retratos con palabras como el que anima este post. El encuentro estuvo propiciado por Maite Castellet, una de sus retratadas. En su presentación, apuntó cómo funciona el ejercicio de “resumir” una persona con dos palabras, ejercicio que algunos críticos definen como “chamanismo textual”.
Enrique “mueve” palabras y espera a ver cómo reacciona el sujeto o sujetos que interactúan con ellas. Parece magia y quizás lo sea, porque a través de la escucha es capaz de percepciones sorprendentes.
El discurso de aceptación |El jueves asistí a la fiesta de inicio de la Semana Negra, el encuentro de novela negra de Barcelona. La fiesta sirve de marco a la entrega del premio “Crims de tinta”, que entrega la editorial RBA y cuyo origen se remonta al club de lectura de los Mossos de escuadra. Que la policía tenga un club de lectura sobre novelas de detectives me parece sensacional. Pues bien, Núria Cadenes, la ganadora de esta edición, ofreció un discurso de aceptación bonito y personal. Estaba nerviosa pero supo que los nervios jugaran a su favor y consiguió dejarnos a todos con ganas de leer Tota la veritat, su novela. Y ese debería ser, creo yo, el objetivo de los discursos de aceptación de premios literarios.

Barcelona 31 01 2016 Fotografia de Jordi Cotrina
Cadena humana |La semana terminó con otro evento, que me perdí pero que quiero reseñar aquí. La librería No llegiu convocó a un centenar de vecinos para, literalmente, mover palabras. Los vecinos formaron una cadena humana desde el antiguo local al nuevo y, pasándose los ejemplares, trasladaron el fondo editorial de la librería. Este acto participativo me anima a pensar en otros futuros para las librerías.
Y tú, ¿qué dices? Me encantará leer tus aventuras con palabras, si quieres compartirlas en los comentarios.
January 25, 2016
Cómo especializarse en la encrucijada
Estás redactando el apartado “Quiénes somos” para un proyecto importante. O actualizando tu perfil en LinkedIn. De repente te bloqueas y te entra una angustia fría: para demostrar que eres un especialista tienes que silenciar otros aspectos profesionales y personales. Son importantes para ti pero sientes que en tu CV de especialista “no encajan”.
A veces mutilamos nuestras descripciones corporativas y nuestro currículum con el fin de presentarnos como “expertos puros”. Dejamos fuera cualquier información que no se ajuste a esta pureza 100% corporativa. Omitimos aspectos de nuestra biografía para encajar.
Tengo la suerte de acompañar a profesionales con trayectorias increíbles; cuando me las cuentan me doy cuenta de que encogen su capacidad.
“Encogemos” nuestros talentos y los simplificamos porque hemos crecido creyendo que el mercado prima la especialización.
Yo apunto a que ya estamos en otra etapa.
¿Qué entendemos hoy por “experto/a”? El contenido generado por un experto remite, según Google (p.21), a los conceptos de “autoridad” y “confianza”. Nosotros podemos añadir el de “diferenciación”.
Cuando la oferta es tan sumamente diversa que incluso en las áreas más concretas tenemos múltiples opciones, más que especializarse, importa diferenciarse.
Eres bueno porque eres experto en lo tuyo y eres bueno porque eres tú.
Eres la mejor abogada matrimonialista porque has estudiado para ello y tienes una trayectoria en el sector. De acuerdo. A eso le sumamos que tu recorrido vital aporta acentos que tu competidor no tiene. Esos acentos son los que te hacen memorable.
Cuando creamos y comunicamos nuestra marca personal, tenemos que incorporar el adjetivo “personal”. Lo personal nos diferencia.
Yo soy escritora y trabajo como analista experta en Marketing. No hay muchos analistas escritores, ni viceversa. Esa es mi posición diferencial: se deriva de mi trayectoria y, con el tiempo, me he dado cuenta del valor que tiene.
¿Cuál es tu encrucijada personal? ¿Qué intereses y experiencias se cruzan en tu trayectoria o en la de tu empresa?
Anoto tres ideas para “especializarte” sin renunciar a nada:
Cuando te presentes, en persona o por escrito, muestra claramente cuál es tu especialidad teniendo en cuenta el interés de tu interlocutor. De este modo obtienes -y respetas- su atención.
Busca entonces el párrafo, el espacio y/o el momento para explicar por qué has elegido esta especialidad– o te ha elegido ella a ti- y qué otros aspectos se suman a ella. Si a tu especialidad –o a la de tu empresa- le sumas tu narrativa personal, tu propuesta es más visible porque es, necesariamente, única.
Si el cliente requiere –porque es un organismo oficial o una organización con procedimientos rígidos- unos formularios o pautas claras, cíñete a ellos. Continúa buscando el párrafo, espacio y/o momento informal para hacer visibles otros aspectos.
Ésta es mi reflexión de la semana. Gracias por compartirla en tus redes y por comentar. Aprendo mucho en los comentarios –los que rematan el post sobre el propósito y Luke Skywalker no tienen precio: gracias a quienes los firmáis.
La próxima semana, coincidiendo con el Carnaval -tiempo de ponerse y quitarse la máscara- estaré dando una formación en Gestión de la Visibilidad en Gran Canaria. En este enlace te informan.
PD: La ilustración, un conjunto de máscaras realizadas con botellas de plástico, procede de este pin.
January 18, 2016
Tu viaje empieza aquí: Marca personal y propósito
¿Te has preguntado alguna vez porqué los buenos propósitos de enero sufren una tasa de mortalidad tan elevada? Empezamos el año motivadísimos y al poco tiempo…. ¡plof!
El abandono tiene una explicación – y no depende sólo de ti. Mi hipótesis es algo prolija, pero creo que te sorprenderá y espero que te ayude a entender que no estás solo/a.
La marca
Imaginemos que tu marca personal es una huella. La huella que dejas en los otros. En tu trabajo. En casa. En tus amigos.
Las huellas las dejamos al pisar. Caminando.
Tu marca es entonces un viaje. Ésta es una perspectiva en la que quiero ahondar. Nuestra marca personal no es un “hit express”, no la logramos de forma instantánea, sino que se construye a lo largo de un proceso.
Este viaje a tu marca se inicia en tu propósito. Estoy convencida de que todos venimos con un “talento de serie”. Por eso no hay dos personas iguales. Ese don -que tienes tú y yo no, yo tendré otro- es el que tienes que aportar.
Ese talento es el que sobrevuela los buenos propósitos del mes de enero, el que nos lleva a la pregunta “¿Qué he venido a hacer a aquí?”. Por cierto, si andas perdido, en este curso te ayudo a responderla.
“¿Qué he venido a hacer a aquí?” es justo la pregunta que empezará a esbozar tu marca. Y tu marca será visible. Y será tu única, extraordinaria, singular huella. Sólo tuya y para todos.
El viaje
Para entender este proceso, avanzo aquí la hipótesis de que este viaje a tu marca personal evoca “el viaje del héroe”.
¿De qué estoy hablando?
En síntesis, después de estudiar durante años textos y tradiciones de muy diversas culturas, el mitógrafo Joseph Campbell concluyó que todas las historias del mundo son la misma y que las historias – y las personas, al contarlas- siguen siempre un mismo arco narrativo. Repito: todas las historias del mundo siguen un mismo patrón.
Veamos con un ejemplo cómo comienza este patrón y en qué se parece a tu propósito de enero.
“Star Wars” como ejemplo
Si has sucumbido a la renacida fiebre “Star Wars”, tendrás el arco narrativo muy presente. El viaje del héroe que Joseph Campbell dibujó impregna toda la saga, en especial la trilogía original. Esto es así porque George Lucas, su director, era seguidor declarado de las teorías de Cambpell.
¿Recuerdas cómo empieza la primera película? Luke Skywalker es un granjero que sueña con entrar en la academia espacial. Éste es su propósito.
Su monótona vida se ve sacudida por una llamada de socorro de la princesa Leia. Luke la hace llegar a Obi-Wan, quien le invita a acompañarle y a poner en marcha su propósito, del mismo modo que con el inicio del año tú y yo decidimos que es el momento de poner en marcha el nuestro.
¿Sabes cómo continua esta historia?
Según el modelo ancestral del viaje del héroe, esto es exactamente lo que tú y yo y Luke Skywalker decimos a continuación:
“No”.
“No me interesa el tema del propósito. Ahora mismo no me interesa preguntarme por qué estoy aquí. No quiero profundizar en mi marca. Ahora mismo estoy muy ocupado/a haciendo inventario de stocks o consolidando mi posición en la empresa o planificando las próximas vacaciones. Estoy bien como estoy. No necesito darle más vueltas”.
Resistirse al propio propósito marca el principio del viaje. Le pasa a todo el mundo. Va en el ADN humano, si somos capaces de concebir el ADN como una historia. A esta fase del viaje Campbell la denomina, precisamente, “el rechazo a la llamada”. El héroe –la heroína- se resiste al cambio y decide replegarse en cotidianidad, ajeno a toda posibilidad de vida más plena o distinta.
Según Campbell “el rechazo a la llamada convierte la aventura en su negativo. Encerrado en el aburrimiento, en el trabajo o la “cultura”, el sujeto pierde la capacidad de actuar de forma afirmativa y se convierte en una víctima, pendiente de que la salven” (1). Por eso nos sentimos tan mal cuando vemos que, apenas nacidos, nuestros propósitos naufragan.
Y ahora, ¿qué?
La buena noticia es que el viaje continúa. Y en la próxima etapa, el héroe –tú, Luke Skywalker, yo- acepta por fin la llamada a la aventura y se pone en marcha. Skywalker sigue a Obi-Wan y conoce a Han Solo. Su propósito empieza a cumplirse.
Con el tuyo sucederá lo mismo. Regresarás a él cuando, en palabras de Campbell, “aprendas a reconocer tu propia profundidad” (2). Tú decides que ha llegado el momento de ponerte a escribir ese libro, o de solicitar el cambio de puesto, de buscar otro empleo o de crear una empresa.
Pasará un día o pasará un año. Estate atento, porque la llamada a la acción se repetirá: se hará presente en una reflexión que no te deja dormir, en alguna conversación o en una lectura, en un encuentro fortuito o deliberado.
Y esta vez te pondrás en camino.
(1) CAMPBELL, J., The Heroe With a Thousand Faces. Bollinger series, XVIII. New World Library, Novato, 2008, p. 49.
(2) CAMPBELL, J. with MOYERS, B., The Power of Myth. Anchor Books, NY, 1991. p. 147.
PD: Las huellas que ilustran esta nota proceden de este pin.
December 15, 2015
Lecturas de temporada: Siete títulos para descorchar en estas fiestas
La que sigue es una selección particular de siete títulos para las fiestas. Te animo a leerlos y/o a regalarlos, por las razones que expongo a continuación.
Hombres desnudos. Este año la crisis ha ganado el premio Planeta. Alicia Giménez Bartlett resuelve con maestría una trama sórdida. Aquí puedes leer mi reseña (en catalán; en castellano). Novela ideal para comentar en la fiesta de Fin de Año (también puedes acompañarte de Un hombre de pago).
¿De quién es Steve Jobs? La canonización del fundador de Apple prosigue y Jobs se convierte en una especie de santo 2.0. De El libro de Steve Jobs, editado por Malpaso, llama la atención la estética: un volumen negro como determinados aspectos del protagonista. Ideal para Jobmaníacos y para regalar a tu amigo invisible.
¿Planteándote cómo sobrevivir a la cena de empresa? Este ritual corporativo me inspiró Office Party, un cuento moderno de Navidad. Aposté decididamente porque, por una vez, triunfe la chica grande. Ideal para chicas grandes que quieren sentirse sex symbols por una noche.
En la categoría “Literatura internacional” te propongo Americanah. La historia de una nigeriana en EEUU nos habla de la identidad y el exilio, en unos momentos convulsos en los que medio mundo se refugia en la otra mitad. Chimamanda Ngozi Adichie escribe muy, muy bien. Ideal para viajar a Lagos sin moverte del sofá. He leído la novela en inglés; la versión castellana es ésta.
En literatura catalana apuesto por Fulls de contactes. Las memorias del fotógrafo Xavier Miserachs te ayudaran a entender de una vez y para siempre qué fue y quién estuvo en la “Gauche divine” y a contextualizar la exposición que el MACBA dedica a su obra.
Thriller night. Cuando vas en tren leyendo y tres asientos más allá otra viajera lee el mismo thriller en otra edición, saber que estas frente a un best-seller. Sé lo que estás pensando es ideal para aislarse de la cacofonía familiar.
Tu Plan 40+: Escribí este manual para ayudarme y ayudarte a clarificar tu propósito; el de Año Nuevo, por ejemplo. Ideal para profesionales de más de 40, que quieren apostar por su visibilidad.
Si has leído –o lo lees- alguno de estos títulos, gracias por compartir tu opinión en los comentarios.
PD: La imagen que ilustra la nota procede de este pin.
Hombres desnudos: Cuando la vida es una “merde”
(Ésta es la traducción al castellano de la reseña que he publicado en Nació digital).
Alicia Giménez Bartlett, ganadora del apetitoso Premio Planeta, recogió el galardón vestida con un jersey bordado con la palabra Merde, brillando sobre un escenario oscuro. Este contraste resume el sentido de la vida que respira su novela Hombres desnudos.
En cubierta, un limón a medio pelar nos avanza la amargura. Irene, una mujer de cuarenta años sofocada por la tutela paterna, entra en crisis cuando su marido la deja. Para superarla se acerca a Genoveva, rica y liberada. En frente, Javier, profesor de literatura desesperado porque lo ha perdido todo: el trabajo, la novia y los amigos “que leían libros de Murakami y veían películas de los Cohen en versión original”. Quien le ayuda es Ivan, un Pijoaparte enrabiado y justiciero.
La relación entre Irene y Javier crece allí donde la crisis sentimental y la económica se cruzan. Los cuatro personajes se reflejan unos a otros: las relaciones con los padres, los roles sociales (de maestro a alumno stríper), la situación económica (ellas viven de réditos y ellos, de bailar en pelotas). Crisis también de la Literatura: la autora arma su propia agenda con referencias bibliográficas que alimentan una segunda lectura.
El texto nos lo recuerda en más de una ocasión: un puto no es un gigoló. Todo es más sórdido. El submundo de los “chicos de alterne” queda perfectamente reflejado y con él juega el título del libro. Giménez Bartlett, autora de referencia en novela negra, propone una novela social… negra, marcada por el ritmo creciente de la acción y la verosimilitud con que narra la degradación psicológica de los protagonistas. Los diálogos no marcan las transiciones: a veces suenan acartonados, sobre todo si los contraponemos a unas descripciones potentísimas, como la de este striptease: “Está moviéndose como en un coito despacioso, majestuoso, ritual. Suda, siente gusto, se encuentra en algún lugar privado, tórrido”.
Hombres desnudos nos sitúa frente a la posibilidad de que una crisis, una, la que quieras, nos vuelva la vida del revés. No existe escapatoria: la voluntad nada puede. Sólo nos queda, a título de consuelo, el realismo cínico de Ivan, “el puto amo”, cuando nos avisa de que “puede que los libros no pinten la vida más bonita de lo que es, pero sí que la hacen más importante. Y cosas importantes en la vida de la gente corriente no hay. Nada, nada es importante”.
December 9, 2015
Cómo poner precio a tu experiencia
Tu currículum lo afirma: has tenido una vida laboral prolija. Has desempeñado funciones varias con resultados sólidos. Has creado oportunidades de negocio. Has liderado proyectos. Has consolidado equipos. Has innovado, incluso cuando innovar no estaba de moda.
Tanto si eres profesional autónomo como si te empleas a sueldo necesitas poner en valor este bagaje. Como autónomo, la experiencia es tu fuente principal de diferenciación en el mercado. Cómo empleado, en la nueva cultura corporativa se te pide que cuantifiques tu aportación a la línea de negocio.
¿Cómo le pones precio? ¿Cuánto vale tu experiencia?
Las variables que intervienen en la fijación de precios son múltiples y diferentes según el mercado en que operas, pero hay una constante que conviene no perder de vista:
A la hora de fijar tarifas o pedir revisiones salariales, tu experiencia sólo tiene valor si eres capaz de traducirla en un beneficio para tu cliente.
Repito:
Tu experiencia sólo tiene valor si eres capaz de traducirla en un beneficio para tu cliente.
Que tu cliente perciba en beneficio propio tu experiencia es lo que te permitirá traducirla en valor.
¿Cómo puedes resolver la ecuación Experiencia = Beneficio?
Experiencia. Recuerda y ordena. Ten tu CV actualizado (y, añado, publicado en LinkedIn estés o no en búsqueda de empleo). Ten además presente una lista de habilidades y competencias que puedas hacer visibles según te convenga.
Beneficio: Todo este conocimiento que has adquirido, ¿cómo puede traducirse en beneficios para tu cliente o para tu interlocutor en la empresa?
Tipología de beneficios
A grandes rasgos, podemos clasificar los beneficios en funcionales y emocionales. Los primeros dan respuesta a una necesidad concreta del interlocutor. Los segundos nos indican cómo se sentirá el interlocutor gracias a nosotros.
Veamos un ejemplo. Imaginemos que tienes una gestoría o que te ocupas de la contabilidad de tu empresa.
Beneficio funcional: ¿Qué problema resuelves? Tu cliente cuanta con un profesional que se hace cargo de gestionar los impuestos. Tu cliente sabe que no debe dedicar tiempo a comprender y cumplir con sus obligaciones fiscales.
Beneficio emocional: ¿Cómo se sentirá tu cliente por el hecho de que le atiendas tú y no otra persona? Tu cliente siente la tranquilidad de que un profesional con experiencia probada en el área fiscal, que ha hecho X, ha asesorado a Z y ha publicado Y se haga cargo de su dinero. Sabe que su dinero está en buenas manos y sabe que el trato fiscal que recibirá será el óptimo. Él/ella siente que él/ella vivirá mejor gracias a todo lo que tú sabes.
La experiencia nos diferencia. Si sabemos destilar qué beneficios –especialmente emocionales- aportamos a nuestros clientes, podemos aumentar nuestro valor ante sus ojos y en consecuencia, nuestros precios.
Para los lectores asalariados, os recuerdo la entrevista a Pablo Tovar en la que hablamos de salario, valor y precio.
Gracias por comentar a pie de post y por compartir tu experiencia.
PD. La ilustración proviene de este post.
November 24, 2015
Reinventarse significa descubrir
¿Tienes ganas de reinventarte?
Más que ganas, los que pasamos de cincuenta tenemos casi obligación.
Nos aturullan con el concepto de que “toca reinventarse”. A nuestra edad los cambios profesionales acechan, porque nos jubilan o nos despiden o, en casos contados, nos despedimos.
-Con tu experiencia -susurra, amable el responsable de Recursos humanos- éste es buen momento para nuevas aventuras profesionales. Deberías reinventarte.
Para los de mi quinta no se usa “emprender”: se usa “reinventarse”. Sin embargo, la reinvención no es patrimonio de los 50+. En un entorno laboral líquido y para una época en la que el mantra vigente es “puedes ser lo que quieras ser”, todos, maduros y jóvenes, estamos llamados a reinventarnos. ¿Cómo puedes abordar el tema?
Yo creo que “reinventarse” en sentido literal es equívoco. Lo leo así: hace muchos, muchos años, al terminar los estudios o al cumplir la mayoría de edad, te “inventaste” una carrera. Inventaste que querías ser abogado, o abrir un restaurante. A falta de experiencia, te lo inventaste porque tu mejor amiga se inventó lo mismo, porque tu padre era abogado o porque en casa tenían restaurante.
Y ahora, después de todos estos años, el mercado laboral -por fuerza mayor o menor- te invita a que te reinventes, es decir, a que construyas una nueva identidad profesional.
Totalmente de acuerdo con construir una nueva identidad profesional, pero ¿inventarla? ¿Podríamos cambiar el imperativo por “descubrirla”? Ojo, y sin el prefijo “re”, porque seguramente en tu adolescencia te dejaron descubrirte poco, de modo que ahora no estas repitiendo el proceso, sino que lo estás realizando por primera vez.
¿Qué tal si te des-inventas y por una vez en la vida –ahora- haces lo que te viene en gana y no lo que entonces creíste que querías hacer y ahora sabes que ya no quieres? Y si lo que hacías te gustaba, ¿qué tal buscar modos distintos de seguir haciéndolo?
Si estás dispuesto a descubrirte, te cuento cuál es el método que empleo y que puedes utilizar para amortizar tu experiencia. En El mapa de tu talento, mi colega Arancha Ruiz propone ejercicios prácticos para que veas por dónde van los tiros. Personalmente, me funciona bien el tándem lista + pregunta.
Lista: apunta todas las ocupaciones has tenido en tu vida. Incluye tanto el trabajo remunerado (con independencia de su duración) como las actividades de voluntariado. En mi caso la lista incluye: canguro, profesora de inglés, administrativa, vendedora de bolsos, chica para todo en una inmobiliaria, traductora, animadora infantil en un campo de refugiados, camarera, intérprete, gestora, emprendedora, tertuliana, consultora, analista, escritora.
Esta primera lista se deja reposar.
Después, relees cada una de las entradas a la luz de una sencilla pregunta:
-¿Me hace feliz?
De todas las cosas que has hecho en la vida, tengas cincuenta o treinta y dos, ¿qué te hace feliz? ¿Qué aspectos de esos trabajos fueron los que valieron la pena? Antes de censurarte pensando si hay mercado, en cómo funciona la competencia o si eres demasiado mayor/joven, pregúntate si te hace feliz.
Yo sostengo que la felicidad apunta al talento. Y eso me parece fundamental, porque también sostengo que el talento -no la tecnología- nos hará libres. Ese es el hilo del que hay que tirar. Eso es lo que hay que descubrir. Sin inventarlo. Ni reinventarlo.
Te invito a compartir tu experiencia en los comentarios a este post y a compartir esta nota con aquellos contactos tuyos a quienes creas que puede interesar.
PD: La próxima semana hablo en Barcelona de Marca personal en la Administración pública. Más info en este enlace.


