Félix A. Bas's Blog, page 104
May 30, 2017
Crítica: PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR
Quinta entrega de una saga cuya cuarta entrega naufragó pero que parece volver a resurgir de los males como si del Holandés Errante se tratara. Esta vez, el capitán Jack Sparrow se enfrentará a unos piratas-fantasma de quienes solo se librará consiguiendo el Tridente de Poseidón. Dos horas y media de diversión, acción y de fan-service. Esta semana hemos visto: PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR.
Nada más terminar de ver la película se puede afirmar que es el final de la historia de Will Turner (Orlando Bloom y Keira Knightley), que sabemos algo más del pasado de Jack Sparrow y que hay una nueva hornada de protagonistas, jóvenes y con ganas, de hacer las cosas bien. Hablamos de los nuevos protagonistas, aparte de Johny Depp, claro, que son Brenton Twaites, (hijo de Will Turner) y la bella Kaya Scodelario (os sonará de El corredor del laberinto). Estamos pues, ante un soplo de aire fresco que situa al filme, probablemente, como la mejor película después de la original. Y esto se convierte en diversión a raudales, buenas dosis de humor y de acción y 2 horas y 33 minutos que vuelan. Y eso no muchas películas pueden presumirlo.
Sin embargo, la saga Piratas del Caribe ya ha perdido esa frescura de la primera entrega, pues no deja de ser un viaje para encontrar un tesoro fantástico que librará a Sparrow y a sus protagonistas de, en este caso, el villano pirata-fantasma Salazar, interpretado por un Javier Bardem que se esfuerza y lo consigue, pero del que siempre se puede extraer algo más. Bardem y Depp tienen personajes peculiares que rozan el ridículo y el exceso de gestualidad; algo que a Johny Deep le ha pasado factura, pero Bardem se la juega y al final tiene éxito, dotando a Salazar de entidad con sus piratas-fantasmas sanguinarios, quizás hasta demasiado.
Hay que admitir que es una secuela, la más digna seguramente, que se esfuerza en contentar a su público y lo consigue. Buenas dosis de fan-service, sobre todo en su final, pero con el flagrante error de apuntar como salvadora a una mujer (Kaya Scodeleario), que se esfuerza y tiene complicidad con Brenton Twaites, pero que no es heroína y se mantiene siempre en segundo plano de los hombres cuando se la había pintado de otra cosa. Disney vuelve a caer en el papel de la mujer en sus película, y aunque es muy mona y el corsé hasta el cuello siempre ayuda, no es lo que se esperaba de ella. Una ocasión desperdiciada para darle un giro de tuerca al paper de la mujer el Piratas del Caribe.
Disfrutamos de Johny Depp consciente y sobrio (a veces) y su Jack Sparrow tan carismático e incisivo como siempre, de su tripulación y de Barbossa (Geoffrey Rush), y de un enemigo de altura, como es el Capitán Salazar (Javier Bardem), pero el guión a veces se pierde y se alarga en lo que debiera haber sido un viaje hacia un Tridente de Poseidón que liberará las maldiciones que existen en el mar. Por otra parte, espero que Aquaman tenga uno mejor, porque este parece estar hecho de plastilina. Imaginación al margen, PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR no aburre, divierte y, lo que es más, logra que el espectador vuelva a engancharse a la saga. Habrá sexta entrega y esperemos que vuelva con ideas renovadas.
En definitiva, LA VENGANZA DE SALAZAR (Dead men tell no tales para el resto del mundo) es una secuela que cumple lo que promete, algo que no dieron las anteriores, y que hace que nuevos tripulantes/espectadores vuelvan a subirse a un barco en compañía de los fans absolutos que nunca dejaron de creer. Johny Depp vuelve a estar fresco y las incorporaciones de los jóvenes Brenton Twaites y Kaya Scodelario son aire fresco para una saga que parecía navegar sin rumbo. Dos horas y media de diversión con sus carencias, pero que divertirá tanto a jóvenes como a mayores. No os la perdáis.
Nada más terminar de ver la película se puede afirmar que es el final de la historia de Will Turner (Orlando Bloom y Keira Knightley), que sabemos algo más del pasado de Jack Sparrow y que hay una nueva hornada de protagonistas, jóvenes y con ganas, de hacer las cosas bien. Hablamos de los nuevos protagonistas, aparte de Johny Depp, claro, que son Brenton Twaites, (hijo de Will Turner) y la bella Kaya Scodelario (os sonará de El corredor del laberinto). Estamos pues, ante un soplo de aire fresco que situa al filme, probablemente, como la mejor película después de la original. Y esto se convierte en diversión a raudales, buenas dosis de humor y de acción y 2 horas y 33 minutos que vuelan. Y eso no muchas películas pueden presumirlo.
Sin embargo, la saga Piratas del Caribe ya ha perdido esa frescura de la primera entrega, pues no deja de ser un viaje para encontrar un tesoro fantástico que librará a Sparrow y a sus protagonistas de, en este caso, el villano pirata-fantasma Salazar, interpretado por un Javier Bardem que se esfuerza y lo consigue, pero del que siempre se puede extraer algo más. Bardem y Depp tienen personajes peculiares que rozan el ridículo y el exceso de gestualidad; algo que a Johny Deep le ha pasado factura, pero Bardem se la juega y al final tiene éxito, dotando a Salazar de entidad con sus piratas-fantasmas sanguinarios, quizás hasta demasiado. Hay que admitir que es una secuela, la más digna seguramente, que se esfuerza en contentar a su público y lo consigue. Buenas dosis de fan-service, sobre todo en su final, pero con el flagrante error de apuntar como salvadora a una mujer (Kaya Scodeleario), que se esfuerza y tiene complicidad con Brenton Twaites, pero que no es heroína y se mantiene siempre en segundo plano de los hombres cuando se la había pintado de otra cosa. Disney vuelve a caer en el papel de la mujer en sus película, y aunque es muy mona y el corsé hasta el cuello siempre ayuda, no es lo que se esperaba de ella. Una ocasión desperdiciada para darle un giro de tuerca al paper de la mujer el Piratas del Caribe.
Disfrutamos de Johny Depp consciente y sobrio (a veces) y su Jack Sparrow tan carismático e incisivo como siempre, de su tripulación y de Barbossa (Geoffrey Rush), y de un enemigo de altura, como es el Capitán Salazar (Javier Bardem), pero el guión a veces se pierde y se alarga en lo que debiera haber sido un viaje hacia un Tridente de Poseidón que liberará las maldiciones que existen en el mar. Por otra parte, espero que Aquaman tenga uno mejor, porque este parece estar hecho de plastilina. Imaginación al margen, PIRATAS DEL CARIBE: LA VENGANZA DE SALAZAR no aburre, divierte y, lo que es más, logra que el espectador vuelva a engancharse a la saga. Habrá sexta entrega y esperemos que vuelva con ideas renovadas.
En definitiva, LA VENGANZA DE SALAZAR (Dead men tell no tales para el resto del mundo) es una secuela que cumple lo que promete, algo que no dieron las anteriores, y que hace que nuevos tripulantes/espectadores vuelvan a subirse a un barco en compañía de los fans absolutos que nunca dejaron de creer. Johny Depp vuelve a estar fresco y las incorporaciones de los jóvenes Brenton Twaites y Kaya Scodelario son aire fresco para una saga que parecía navegar sin rumbo. Dos horas y media de diversión con sus carencias, pero que divertirá tanto a jóvenes como a mayores. No os la perdáis.
Published on May 30, 2017 12:57
May 27, 2017
Crítica: EL CASO SLOANE
El lobby armamentístico en EEUU es muy poderoso, pero se ha topado con una mujer arrolladora que decide abandonar su puesto en una gran compañía para defender una regulación más controlada del uso de armas en el país. Un thriller con toques de juicio muy consistente en el que Jessica Chastain brilla con luz propia. Esta semana hemos visto: EL CASO SLOANE.
Elizabeth Sloane tiene bien claro sus principios, y cuando un senador viene a pedirle su ayuda para que las mujeres apoyen el nuevo proyecto de ley sobre las armas, no solo se niega en rotundo, sino que abandona su cómodo puesto y se pasa a otra compañía más pequeña, donde desplegará todo su poder de convicción y armas para que la sociedad se oponga y poder aprobar una regulación menos permisiva. Por el camino conseguirá un nuevo equipo de trabajo, un jefe y un sinfín de dolores de cabeza con los que, a pesar de todo, podrá batallar y salir victoriosa. Increíble papel el de Jessica Chastain, que logra aporta un plus a la ya de por sí interesante película.
Junto a su nuevo jefe (Mark Strong) y equipo, Sloane manipulará, incluso a sus espaldas, todo a su alrededor para conseguir el fin. Obsesionada con la victoria, y a base de pastillas para aguantar todo el día despierta, al final se verá protagonista de una comisión que indagará todas las acciones ilegales que ha hecho para conseguir el apoyo de los senadores para la causa. Miss Sloane conseguirá poner en peligro no solo los trabajos de sus colaboradores, a los que maneja a su antojo e incluso espía, sino también sus propias vidas, pues el imperio armamentístico no estará interesado en un mayor control sobre la venta de armas.
EL CASO SLOANE nos muestra a una protagonista muy compleja, obsesionada y arrolladora, una personalidad a la que Jessica Chastain dota con brillantez, sin duda es una actriz que marca diferencias en un más que interesante que guión, que siempre va por delante del espectador. John Madden, su director, consigue mantenernos a la expectativa durante más de dos horas, que no se hacen largas, gracias al carisma y a lo interesante del guión. Eso sí, los espectadores más acostumbrados a blocbusters con chascarrillos propios de niños de seis años mejor que se abstengan o su cerebro reventará.
Jessica Chastain hace que el espectador no sienta empatía con Miss Sloane, pero sí que hace que pase por su estadios y reaccione conforme avanza la trama. La vemos segura, arrolladora, manipuladora, miserable y reprobable a nivel moral, llegando a límites insospechados hasta para su propia seguridad y carrera, pero persigue su objetivo y se guarda ases en la manga. Nos muestra lo corrupto de la política, de la sociedad y de las relaciones que se establecen en las altas esferas. EL CASO SLOANE es, por tanto, una de las mejores película de Jessica Chastain, puesto que le da oportunidad de pasar por un sinfín de emociones y sentimientos.
En definitiva, EL CASO SLOANE es un thriller muy interesante, con un reparte coral que no brilla porque la estrella no es otra que una Jessica Chastain descomunal. Una película bien dirigida y que, a pesar de su duración, es muy entretenida de principio a fin. Un viaje por las emociones y ambiciones de una mujer que no se detiene ante nada y ante nadie. Vale la pena, no os la perdáis.
Elizabeth Sloane tiene bien claro sus principios, y cuando un senador viene a pedirle su ayuda para que las mujeres apoyen el nuevo proyecto de ley sobre las armas, no solo se niega en rotundo, sino que abandona su cómodo puesto y se pasa a otra compañía más pequeña, donde desplegará todo su poder de convicción y armas para que la sociedad se oponga y poder aprobar una regulación menos permisiva. Por el camino conseguirá un nuevo equipo de trabajo, un jefe y un sinfín de dolores de cabeza con los que, a pesar de todo, podrá batallar y salir victoriosa. Increíble papel el de Jessica Chastain, que logra aporta un plus a la ya de por sí interesante película.Junto a su nuevo jefe (Mark Strong) y equipo, Sloane manipulará, incluso a sus espaldas, todo a su alrededor para conseguir el fin. Obsesionada con la victoria, y a base de pastillas para aguantar todo el día despierta, al final se verá protagonista de una comisión que indagará todas las acciones ilegales que ha hecho para conseguir el apoyo de los senadores para la causa. Miss Sloane conseguirá poner en peligro no solo los trabajos de sus colaboradores, a los que maneja a su antojo e incluso espía, sino también sus propias vidas, pues el imperio armamentístico no estará interesado en un mayor control sobre la venta de armas.
EL CASO SLOANE nos muestra a una protagonista muy compleja, obsesionada y arrolladora, una personalidad a la que Jessica Chastain dota con brillantez, sin duda es una actriz que marca diferencias en un más que interesante que guión, que siempre va por delante del espectador. John Madden, su director, consigue mantenernos a la expectativa durante más de dos horas, que no se hacen largas, gracias al carisma y a lo interesante del guión. Eso sí, los espectadores más acostumbrados a blocbusters con chascarrillos propios de niños de seis años mejor que se abstengan o su cerebro reventará.Jessica Chastain hace que el espectador no sienta empatía con Miss Sloane, pero sí que hace que pase por su estadios y reaccione conforme avanza la trama. La vemos segura, arrolladora, manipuladora, miserable y reprobable a nivel moral, llegando a límites insospechados hasta para su propia seguridad y carrera, pero persigue su objetivo y se guarda ases en la manga. Nos muestra lo corrupto de la política, de la sociedad y de las relaciones que se establecen en las altas esferas. EL CASO SLOANE es, por tanto, una de las mejores película de Jessica Chastain, puesto que le da oportunidad de pasar por un sinfín de emociones y sentimientos.
En definitiva, EL CASO SLOANE es un thriller muy interesante, con un reparte coral que no brilla porque la estrella no es otra que una Jessica Chastain descomunal. Una película bien dirigida y que, a pesar de su duración, es muy entretenida de principio a fin. Un viaje por las emociones y ambiciones de una mujer que no se detiene ante nada y ante nadie. Vale la pena, no os la perdáis.
Published on May 27, 2017 13:29
May 25, 2017
Crítica: DÉJAME SALIR
Brillante thriller de terror con toques de comedia que con menos de 7 millones de presupuesto ha conseguido recaudar más de 150 y subiendo. La ópera prima de Jordan Peele arriesga criticando a cierto sector de la sociedad y sorprende al espectador con sus giros de guión y juegos mentales. Una de las sorpresas del año. Esta semana hemos visto: DÉJAME SALIR.
Get Out nos pone en la piel de una pareja que lleva apenas cuatro meses saliendo y pasarán unos días en casa de los padres de ella (Allison Williams), que no saben que él es negro (Daniel Kaluuya). Y parecerá una tontería, pero en el barrio pijo y blanco en el que viven han sucedido misteriosas desapariciones que se irán esclareciendo conforme avance el filme. Un estreno muy prometedor por parte de Jordan Peele, su primera obra y un completo éxito que promete dar mucho más que hablar. El racismo sobrevuela en todo momento la película, dejando toques de humor, sopapos a los acomodados y una inquietud que deja al espectador atrapado en la butaca hasta el final.
DÉJAME SALIR no es una sorpresa porque sí, sino porque ha arriesgado y ha salido ganando. Esa mezcla de géneros encaja a la perfección, saliendo un gag cómico cuando menos te lo esperas o haciéndote sentir escalofríos de golpe. Y es que la familia y el servicio de los padres, unos inquietantes Catherine Keener y Bradley Withford, acompañados por Betty Gabriel, que tiene un par de escenas que hielan la sangre. La llegada de la pareja al vecindario provocará una reunión de vecinos que nos regalará escenas racistas realmente incómodas y de las que su protagonista (Daniel Kaluuya) intentará aguantar por su novia.
GET OUT nos muestra personajes bien detallados y sombríos, pero son Daniel Kaluuya y Allison Williams los que sustentan una trama que conforme avanza nos va pegando golpes uno tras otro, algunos esperados y otros no tantos, que nos obligarán a permanecer atentos y anclados al asiento en un final apoteósico donde predominará el gore. Un filme que no deja a nadie indiferente y que, además, da que pensar sobre el racismo y esa parte acomodada de la sociedad. Contiene un prólogo muy interesante que ayuda a dar profundidad a la trama y un desarrollo que atrapa desde el minuto uno.
En definitiva, DÉJAME SALIR es una de las sorpresas del año. Original, reflexiva, interracial y con una mezcla de géneros que sorprende por lo bien encajados que están y lo mucho que removerán al espectador en su butaca. Todos los actores se muestran a gran nivel de expresividad corporal, algo que ayuda a ponerte la piel de gallina. Cuando quiera te hará reír y cuando no te hará saltar de terror o reflexionar sobre la sociedad de hoy en día. Jordan Peele no podría tener mejor estreno tras las cámaras. Ni se os ocurra perdérosla.
Get Out nos pone en la piel de una pareja que lleva apenas cuatro meses saliendo y pasarán unos días en casa de los padres de ella (Allison Williams), que no saben que él es negro (Daniel Kaluuya). Y parecerá una tontería, pero en el barrio pijo y blanco en el que viven han sucedido misteriosas desapariciones que se irán esclareciendo conforme avance el filme. Un estreno muy prometedor por parte de Jordan Peele, su primera obra y un completo éxito que promete dar mucho más que hablar. El racismo sobrevuela en todo momento la película, dejando toques de humor, sopapos a los acomodados y una inquietud que deja al espectador atrapado en la butaca hasta el final.
DÉJAME SALIR no es una sorpresa porque sí, sino porque ha arriesgado y ha salido ganando. Esa mezcla de géneros encaja a la perfección, saliendo un gag cómico cuando menos te lo esperas o haciéndote sentir escalofríos de golpe. Y es que la familia y el servicio de los padres, unos inquietantes Catherine Keener y Bradley Withford, acompañados por Betty Gabriel, que tiene un par de escenas que hielan la sangre. La llegada de la pareja al vecindario provocará una reunión de vecinos que nos regalará escenas racistas realmente incómodas y de las que su protagonista (Daniel Kaluuya) intentará aguantar por su novia.GET OUT nos muestra personajes bien detallados y sombríos, pero son Daniel Kaluuya y Allison Williams los que sustentan una trama que conforme avanza nos va pegando golpes uno tras otro, algunos esperados y otros no tantos, que nos obligarán a permanecer atentos y anclados al asiento en un final apoteósico donde predominará el gore. Un filme que no deja a nadie indiferente y que, además, da que pensar sobre el racismo y esa parte acomodada de la sociedad. Contiene un prólogo muy interesante que ayuda a dar profundidad a la trama y un desarrollo que atrapa desde el minuto uno.
En definitiva, DÉJAME SALIR es una de las sorpresas del año. Original, reflexiva, interracial y con una mezcla de géneros que sorprende por lo bien encajados que están y lo mucho que removerán al espectador en su butaca. Todos los actores se muestran a gran nivel de expresividad corporal, algo que ayuda a ponerte la piel de gallina. Cuando quiera te hará reír y cuando no te hará saltar de terror o reflexionar sobre la sociedad de hoy en día. Jordan Peele no podría tener mejor estreno tras las cámaras. Ni se os ocurra perdérosla.
Published on May 25, 2017 12:51
May 22, 2017
Crítica: GOODBYE BERLÍN
Maik es un chaval al que marginan en clase y con una familia disfuncional, su madre es alcohólica y su padre viaja demasiado con su supuesta compañera de negocios. Pero a su clase llega un ruso asiático con el que emprenderá un viaje de vida que cambiará su vida para siempre. Más compleja de lo que aparenta y narrada con gran sencillez. Esta semana hemos visto: GOODBYE BERLIN.
Fatih Akin dirige esta road movie con dos protagonistas atípicos. En la flor de la vida pero marginados y con una situación complicada. En Maik (Tristan Göbel) y Tschick (Anand Batbileg), que es el nombre de la película original, veremos el proceso multicultural de Alemania, la disfuncionalidad de la familia y la adolescencia en sí misma narrada con una sencillez pasmosa, pero no por ello menos interesante y contundente. Interesante la lectura sobre la madre que hace Maik en clase y le sirve para conseguir marginarse todavía más. Sin embargo, la llegada de Tschick, un asiático inmigrante ruso hará que ese verano sea diferente y revelador para ambos.
No se les ocurrirá otra cosa que robar un coche y viajar con él hacia donde les lleve, encontrándose en situaciones variopintas y con un aprendizaje convertido en una huida hacia adelante que, si bien acaba siendo una película feel-good, nos muestra los clichés de la sociedad y el poder de la amistad más sincera. El amor de la chica más popular de la clase se le resiste a Maik, que cuando esta ni siquiera le invita a su cumpleaños ve cómo su vida entra en barrena. Fatih Akin, su director, carga GOODBYE BERLÍN en las espaldas de ambos con gran acierto, puesto que tanto Tristan Göbel como el desconocido Anand Batbileg dotan al filme de gran carisma y personalidad.
TSCHICK es un golpe de aire fresco en la cartelera que, si bien no aporta nada nuevo y tiende hacia el optimismo, supone un gran entretenimiento y buenas dosis de reflexión para los que sepan ir más allá de la sencillez que parece proponer. Familia, educación, inmigración, amistad... Una road movie que sabe divertir y tiene grandes dosis de humor, es magnética y reveladora en un mundo en el que los adolescentes solo se preocupan por la cantidad de likes y me gusta que reciben por unas fotos retocadas en redes sociales.
En defintiva, GOODBYE BERLÍN es una buena película, divertida, sencilla y con carisma. Su banda sonora también es apropiada y su guión, aunque sencillo, nos va despedazanda trocitos de una sociedad Alemana que no dista demasiado de la nuestra. Mismos problemas y grandes dosis de optimismo para una etapa de la vida en la que somos más vulnerables que nunca. Quizás todo el mundo debería realizar un viaje así para darse cuenta del valor de la vida y de lo que importa de verdad. No os la perdáis.
Fatih Akin dirige esta road movie con dos protagonistas atípicos. En la flor de la vida pero marginados y con una situación complicada. En Maik (Tristan Göbel) y Tschick (Anand Batbileg), que es el nombre de la película original, veremos el proceso multicultural de Alemania, la disfuncionalidad de la familia y la adolescencia en sí misma narrada con una sencillez pasmosa, pero no por ello menos interesante y contundente. Interesante la lectura sobre la madre que hace Maik en clase y le sirve para conseguir marginarse todavía más. Sin embargo, la llegada de Tschick, un asiático inmigrante ruso hará que ese verano sea diferente y revelador para ambos.
No se les ocurrirá otra cosa que robar un coche y viajar con él hacia donde les lleve, encontrándose en situaciones variopintas y con un aprendizaje convertido en una huida hacia adelante que, si bien acaba siendo una película feel-good, nos muestra los clichés de la sociedad y el poder de la amistad más sincera. El amor de la chica más popular de la clase se le resiste a Maik, que cuando esta ni siquiera le invita a su cumpleaños ve cómo su vida entra en barrena. Fatih Akin, su director, carga GOODBYE BERLÍN en las espaldas de ambos con gran acierto, puesto que tanto Tristan Göbel como el desconocido Anand Batbileg dotan al filme de gran carisma y personalidad.TSCHICK es un golpe de aire fresco en la cartelera que, si bien no aporta nada nuevo y tiende hacia el optimismo, supone un gran entretenimiento y buenas dosis de reflexión para los que sepan ir más allá de la sencillez que parece proponer. Familia, educación, inmigración, amistad... Una road movie que sabe divertir y tiene grandes dosis de humor, es magnética y reveladora en un mundo en el que los adolescentes solo se preocupan por la cantidad de likes y me gusta que reciben por unas fotos retocadas en redes sociales.
En defintiva, GOODBYE BERLÍN es una buena película, divertida, sencilla y con carisma. Su banda sonora también es apropiada y su guión, aunque sencillo, nos va despedazanda trocitos de una sociedad Alemana que no dista demasiado de la nuestra. Mismos problemas y grandes dosis de optimismo para una etapa de la vida en la que somos más vulnerables que nunca. Quizás todo el mundo debería realizar un viaje así para darse cuenta del valor de la vida y de lo que importa de verdad. No os la perdáis.
Published on May 22, 2017 12:44
May 19, 2017
Crítica: GUARDIÁN Y VERDUGO
Basada en una historia real, en 1987, en Sudáfrica, más de 160 personas fueron ejecutadas en el corredor de la muerte de Pretoria. El abogado, Jon Weber, defiende a un ex-trabajador de la prisión de máxima seguridad traumatizado por todo lo que ha vivido allí. Una película que narra un cambio de política en cuanto a la pena de muerte en Sudáfrica. Esta semana hemos visto: GUARDIÁN Y VERDUGO.
Shepherds and Butchers es una película de juicios, últimamente en boga tras Negación, lo que no suele ser demasiado normal en la gran pantalla. En ambas películas, quizás en esta algo más, al espectador se le golpea con imágenes duras. En el caso de GUARDIÁN Y VERDUGO, Leon (Garion Dowds) ha asesinado a 7 personas de color tras perseguirlos con un coche y llevarlos a una cantera. Hasta ahí todo está claro, sin embargo, ese mismo día dejó de trabajar en la prisión de máxima seguridad, tras pasar dos años con los presos del corredor de la muerte.
Lo que le llevó a cometer tal asesinato es lo que mueve a Jon Weber (Steve Coogan) a investigar e interrogar a su defendido sobre todo lo que sucedió en el corredor de la muerte mientras trabajaba. Quizás la parte más interesante del filme, la más desgarradora e impactante, que por desgracia cae en picado cuando vuelven al juicio en sí, puesto que se crea misterio cuando en realidad no lo hay. Por lo tanto, pasamos de una fase de drama impactante, con imágenes potentes y una narración profunda, a momentos de tedio que nos devuelven a la clásica película de juicios sin sorpresa.
Oliver Schmitz, por tanto, dirige GUARDIÁN Y VERDUGO con arrojo durante las escenas más importantes, donde el espectador se pega a la butaca para ver con sus propios ojos todo lo que sucede en el corredor de la muerte. La compañía de Leon a los presos, los últimos y desgarradores momentos de estos antes de morir, cuando se le pone la soga al cuello y finalmente caen y mueren. Incluso a posteriori, cuando han de limpiar e incluso enterrar los cuerpos. Todo esa parte del filme remueve y conciencia sobre la pena de muerte, abolida en 1995 con la llegada de Nelson Mandela.
En definitiva, GUARDIÁN Y VERDUGO es una película que contentará al espectador más habituado a películas concretas de un tono más serio y dramático. Steve Coogan interpreta con solvencia al abogado defensor y también es destacable la actuación del novato Garion Dowds. Interesante reflexión sobre la pena de muerte cuyas imágenes pueden llegar a impactar por su crudeza. Avisados estáis.
Shepherds and Butchers es una película de juicios, últimamente en boga tras Negación, lo que no suele ser demasiado normal en la gran pantalla. En ambas películas, quizás en esta algo más, al espectador se le golpea con imágenes duras. En el caso de GUARDIÁN Y VERDUGO, Leon (Garion Dowds) ha asesinado a 7 personas de color tras perseguirlos con un coche y llevarlos a una cantera. Hasta ahí todo está claro, sin embargo, ese mismo día dejó de trabajar en la prisión de máxima seguridad, tras pasar dos años con los presos del corredor de la muerte.
Lo que le llevó a cometer tal asesinato es lo que mueve a Jon Weber (Steve Coogan) a investigar e interrogar a su defendido sobre todo lo que sucedió en el corredor de la muerte mientras trabajaba. Quizás la parte más interesante del filme, la más desgarradora e impactante, que por desgracia cae en picado cuando vuelven al juicio en sí, puesto que se crea misterio cuando en realidad no lo hay. Por lo tanto, pasamos de una fase de drama impactante, con imágenes potentes y una narración profunda, a momentos de tedio que nos devuelven a la clásica película de juicios sin sorpresa.Oliver Schmitz, por tanto, dirige GUARDIÁN Y VERDUGO con arrojo durante las escenas más importantes, donde el espectador se pega a la butaca para ver con sus propios ojos todo lo que sucede en el corredor de la muerte. La compañía de Leon a los presos, los últimos y desgarradores momentos de estos antes de morir, cuando se le pone la soga al cuello y finalmente caen y mueren. Incluso a posteriori, cuando han de limpiar e incluso enterrar los cuerpos. Todo esa parte del filme remueve y conciencia sobre la pena de muerte, abolida en 1995 con la llegada de Nelson Mandela.
En definitiva, GUARDIÁN Y VERDUGO es una película que contentará al espectador más habituado a películas concretas de un tono más serio y dramático. Steve Coogan interpreta con solvencia al abogado defensor y también es destacable la actuación del novato Garion Dowds. Interesante reflexión sobre la pena de muerte cuyas imágenes pueden llegar a impactar por su crudeza. Avisados estáis.
Published on May 19, 2017 12:46
May 17, 2017
Crítica: ALIEN: COVENANT
Después de la discutida Prometheus, llega la segunda película de la trilogía, una mejora considerable y entretenimiento puro que deja buen sabor de boca. Sirve de nexo de unión con la mítica Alien, el octavo pasajero, aunque queda lejos de esta. Con unos efectos técnicos impresionantes en todos los aspectos, sin embargo, no innova ni sorprende, de hecho cae en lo predecible, aunque es disfrutable al cien por cien. Esta semana hemos visto: ALIEN: COVENANT.
Michael Fassbender es el actor de moda, entre otras cosas porque marca diferencias y, de hecho, hace que esta película se mantenga a buen nivel en todo momento. No importa que deba interpretarse dos veces y que ambos personajes sean lo más profundo del filme, lo hace y lo hace como nadie. A años luz está la protagonista femenina, una Katherine Waterston que le pone ganas y tiene cierto carisma y recursos, pero que si nos ponemos a recordar a la teniente Ripley de Sigourney Weaver nos sabe a muy poco. En cuanto al resto, bueno, son carnaza, como bien imaginaréis cuando comienza la película, pero cada uno con sus propios dilemas y pérdidas, aunque como no les cogemos demasiado carisma ni siquiera nos importa.
ALIEN: COVENANT lo tiene todo visualmente hablando, es una maravilla técnica que nos deja con la boca abierta a bordo del Covenant por el espacio, pero cuyo guión y profundidad queda reducido al descubrimiento de un planeta al que se desvían para comprobar que es habitable. Allí se dan cuenta de que es el planeta donde acabó el Prometheus, encontrando rastros de una antigua civilización, quizás el momento más filosófico, donde el primer sintético (una especie de robot, Michael Fassbender) les espera con más de un as en la manga. Colonizar el nuevo mundo les será imposible, y tratarán de emprender una huida en la que, como imagináis, participará el Alien, llevándose a todo lo que aparezca por el camino.
Es una pena que la trama no sorprenda, nos esperemos por dónde van los tiros (como en toda película de la saga) y que lo más interesante sea el duelo moral y filosófico de los dos sintéticos interpretados por un Michael Fassbender que vuelve a clavarlo. Eso sí, los efectos especiales, las escenas sangrientas y la acción no faltan y los hay a raudales, aunque lo más disfrutable del conjunto es la delicia visual que obtenemos a bordo del Covenant mientras surca el universo. Solo por eso ya es digna de verse en gran pantalla, y por supuesto también por ver al Alien de nuevo, una bestia que no se detiene ante nada y que es aterradora.
En definitiva, ALIEN: COVENANT es mejor que Prometheus, pero no llega a ser El octavo pasajero, ni mucho menos. Está en la buena senda y supera también a otra propuesta similar en cartelera como es Life (Vida). Entretenimiento puro, deleite visual y a Michael Fassbender en estado de gracia, como siempre. Acción, sangre y Alien para rato, y esperemos que vuelva todavía con más fuerza. No os la perdáis.
Michael Fassbender es el actor de moda, entre otras cosas porque marca diferencias y, de hecho, hace que esta película se mantenga a buen nivel en todo momento. No importa que deba interpretarse dos veces y que ambos personajes sean lo más profundo del filme, lo hace y lo hace como nadie. A años luz está la protagonista femenina, una Katherine Waterston que le pone ganas y tiene cierto carisma y recursos, pero que si nos ponemos a recordar a la teniente Ripley de Sigourney Weaver nos sabe a muy poco. En cuanto al resto, bueno, son carnaza, como bien imaginaréis cuando comienza la película, pero cada uno con sus propios dilemas y pérdidas, aunque como no les cogemos demasiado carisma ni siquiera nos importa.
ALIEN: COVENANT lo tiene todo visualmente hablando, es una maravilla técnica que nos deja con la boca abierta a bordo del Covenant por el espacio, pero cuyo guión y profundidad queda reducido al descubrimiento de un planeta al que se desvían para comprobar que es habitable. Allí se dan cuenta de que es el planeta donde acabó el Prometheus, encontrando rastros de una antigua civilización, quizás el momento más filosófico, donde el primer sintético (una especie de robot, Michael Fassbender) les espera con más de un as en la manga. Colonizar el nuevo mundo les será imposible, y tratarán de emprender una huida en la que, como imagináis, participará el Alien, llevándose a todo lo que aparezca por el camino.Es una pena que la trama no sorprenda, nos esperemos por dónde van los tiros (como en toda película de la saga) y que lo más interesante sea el duelo moral y filosófico de los dos sintéticos interpretados por un Michael Fassbender que vuelve a clavarlo. Eso sí, los efectos especiales, las escenas sangrientas y la acción no faltan y los hay a raudales, aunque lo más disfrutable del conjunto es la delicia visual que obtenemos a bordo del Covenant mientras surca el universo. Solo por eso ya es digna de verse en gran pantalla, y por supuesto también por ver al Alien de nuevo, una bestia que no se detiene ante nada y que es aterradora.
En definitiva, ALIEN: COVENANT es mejor que Prometheus, pero no llega a ser El octavo pasajero, ni mucho menos. Está en la buena senda y supera también a otra propuesta similar en cartelera como es Life (Vida). Entretenimiento puro, deleite visual y a Michael Fassbender en estado de gracia, como siempre. Acción, sangre y Alien para rato, y esperemos que vuelva todavía con más fuerza. No os la perdáis.
Published on May 17, 2017 12:48
May 15, 2017
Crítica: LA PROFESORA
Basada en una historia real, 1983 en Bratislava, la vida en un colegio de un suburbio se ve alterado con la llegada de Maria Drazdechova, que con un comportamiento corrupto y un intento de suicidio por parte una alumna provoca que el colegio tome cartas en el asunto. Sus contactos con el Partido Comunista pesarán e infundirán temor en los padres de los alumnos. Esta semana hemos visto: LA PROFESORA.
Película eslovaca, pequeña pero universal sobre la corrupción, y más en concreto sobre la bochornosa actuación de una profesora que llega a un colegio y toma el mando no solo de su clase, sino también de los padres de sus alumnos. A medida que estos le hacen favores, las notas de sus hijos empeoran o mejoran, provocando perplejidad en sus alumnos y en los padres de los que deciden no participar en dichos asuntos. Sin embargo, que una alumna intente suicidarse es la gota que colma el vaso, y la dirección del colegio, tan o más temerosa como los padres por la pertenencia de esta y sus contactos con el Partido Comunista, harán que la película fluya entre la reunión y los sucesos en clase.
Jan Hrebek dirige una película con alma y mucho que enseñar. Basada en un hecho real y con la gran aportación de su protagonista, interpretada por Zuzana Mauréry, una profesora que en cuanto llega a clase hace que sus alumnos se presenten e informen del trabajo de sus padres para tomar nota y utilizarlos a conveniencia, convirtiendo la película en algo caricaturesco pero indignante conforme avanza y vemos la impotencia de unos padres que asisten con pavor a una reunión en la que se cuestiona el buen hacer de dicha profesora. El miedo puede más que las espadas, y mientras el espectador descubre la trama con indignación, la reunión avanza con los leales y los dispuestos a firmar una queja para que trasladen a la profesora.
No hace falta decir que es una película que todo buen profesor o docente debería ver, puesto que si bien no es una Capitán Fantastic, sí se puede aprender un par de cosas, como por ejemplo evitar la corrupción y los favoritismos, descubrir acerca de los últimos coletazos del comunismo en Checoslovaquia y también sobre el contexto sociopolítico del momento. Pero, seas profesor o no, la actuación de la profesora con alumnos y padres se llevará tu indignación de la misma manera que se llevó la autoestima de sus alumnos. Y lo peor es que está basada en una historia real y esa profesora estuvo rondando hasta los años noventa por el país siguiendo la misma táctica.
LA PROFESORA es un filme bien rodado y de bajo presupuesto, pero contundente y disfrutable como pocas pueden decir. Una película que remueve e invita a la reflexión, a lo frágiles que son los niños y a lo que un padre puede llegar a dar por su bien. También lo que una moral corrupta puede llegar a provocar en el seno de la sociedad. Tomad nota y no os la perdáis, vale la pena.
Película eslovaca, pequeña pero universal sobre la corrupción, y más en concreto sobre la bochornosa actuación de una profesora que llega a un colegio y toma el mando no solo de su clase, sino también de los padres de sus alumnos. A medida que estos le hacen favores, las notas de sus hijos empeoran o mejoran, provocando perplejidad en sus alumnos y en los padres de los que deciden no participar en dichos asuntos. Sin embargo, que una alumna intente suicidarse es la gota que colma el vaso, y la dirección del colegio, tan o más temerosa como los padres por la pertenencia de esta y sus contactos con el Partido Comunista, harán que la película fluya entre la reunión y los sucesos en clase.
Jan Hrebek dirige una película con alma y mucho que enseñar. Basada en un hecho real y con la gran aportación de su protagonista, interpretada por Zuzana Mauréry, una profesora que en cuanto llega a clase hace que sus alumnos se presenten e informen del trabajo de sus padres para tomar nota y utilizarlos a conveniencia, convirtiendo la película en algo caricaturesco pero indignante conforme avanza y vemos la impotencia de unos padres que asisten con pavor a una reunión en la que se cuestiona el buen hacer de dicha profesora. El miedo puede más que las espadas, y mientras el espectador descubre la trama con indignación, la reunión avanza con los leales y los dispuestos a firmar una queja para que trasladen a la profesora.No hace falta decir que es una película que todo buen profesor o docente debería ver, puesto que si bien no es una Capitán Fantastic, sí se puede aprender un par de cosas, como por ejemplo evitar la corrupción y los favoritismos, descubrir acerca de los últimos coletazos del comunismo en Checoslovaquia y también sobre el contexto sociopolítico del momento. Pero, seas profesor o no, la actuación de la profesora con alumnos y padres se llevará tu indignación de la misma manera que se llevó la autoestima de sus alumnos. Y lo peor es que está basada en una historia real y esa profesora estuvo rondando hasta los años noventa por el país siguiendo la misma táctica.
LA PROFESORA es un filme bien rodado y de bajo presupuesto, pero contundente y disfrutable como pocas pueden decir. Una película que remueve e invita a la reflexión, a lo frágiles que son los niños y a lo que un padre puede llegar a dar por su bien. También lo que una moral corrupta puede llegar a provocar en el seno de la sociedad. Tomad nota y no os la perdáis, vale la pena.
Published on May 15, 2017 12:53
May 13, 2017
Crítica: Z, LA CIUDAD PERDIDA
Una pequeña decepción en una película basada en una historia real y técnicamente impresionante, con una fotografía espectacular. Sin embargo, los viajes por el descubrimiento de una nueva civilización por el Amazonas del aventurero Percy Fawcett acaban por ser lentos y pesados, algo que afecta al conjunto y le dota de un aire clásico y reposado que no gustará a todo el mundo. Esta semana hemos visto: Z, LA CIUDAD PERDIDA.
Una lástima que un elenco de lujo y una producción tan elaborada acabe siendo una película más, de esas que se olvidan y que incluso acaban pareciéndote pesadas. Pintaba bien, sobre todo por sus intérpretes, cuyo protagonista, Charlie Hunnam (Sons of anarchy) está empecinado en que una civilización existió en el Amazonas, y de hecho era así, pero sus sucesivos viajes acaban convirtiéndose en algo de lo más pesado y poco interesante, pues el espectador nunca siente que sus protagonistas están en peligro, a pesar de que los bellos parajes de la selva amazónica invitan a ello.
Sienna Miller y Robert Pattinson son sin duda lo mejor de Z, LA CIUDAD PERDIDA, donde también podemos ver al nuevo Spiderman (Tom Holland), algo más desdibujado. Quizás Charlie Hunnam no era el protagonista adecuado, pues su personaje no rebosa del carisma que necesita todo un aventurero. James Gray, su director, nos deleita con bellas imágenes y un aspecto técnicamente muy cuidado, pero sin embargo el filme acaba perdiéndose en batallas que no vienen a cuento. Excesivamente larga, el espectador acabará pidiendo la hora y, lo que es peor, completamente alejado de todo interés sobre el futuro de sus protagonistas.
Z, LA CIUDAD PERDIDA tiene un ritmo demasiado reposado, aunque ofrece visiones de la época que que calan hondo, como el conocimiento y el saber, y su lucha contra el racismo en una época muy clásica donde el hombre blanco dominaba y menospreciaba cualquier otra raza. En esos aspectos la película refleja bien el trato con los poblados, sus costumbres y tradiciones y también la manera en la que consiguen alimento y, en definitiva, sobrevivir. Un filme que a los antropólogos gustará, lástima que al resto de espectadores no conseguirá convencer.
En definitiva, Z, LA CIUDAD PERDIDA abarca mucho y aprieta poco. John Hunnam no es todo lo carismático que debería y sus sucesivos viajes acaban siendo repetitivos y tesiosos para un espectador poco acostumbrado a un cine tan clásico y en parte filosófico. Sin embargo, su fotografía y aspecto ténico es de lo más cuidado, lo mejor de la película. Vosotros decidís.
Una lástima que un elenco de lujo y una producción tan elaborada acabe siendo una película más, de esas que se olvidan y que incluso acaban pareciéndote pesadas. Pintaba bien, sobre todo por sus intérpretes, cuyo protagonista, Charlie Hunnam (Sons of anarchy) está empecinado en que una civilización existió en el Amazonas, y de hecho era así, pero sus sucesivos viajes acaban convirtiéndose en algo de lo más pesado y poco interesante, pues el espectador nunca siente que sus protagonistas están en peligro, a pesar de que los bellos parajes de la selva amazónica invitan a ello.
Sienna Miller y Robert Pattinson son sin duda lo mejor de Z, LA CIUDAD PERDIDA, donde también podemos ver al nuevo Spiderman (Tom Holland), algo más desdibujado. Quizás Charlie Hunnam no era el protagonista adecuado, pues su personaje no rebosa del carisma que necesita todo un aventurero. James Gray, su director, nos deleita con bellas imágenes y un aspecto técnicamente muy cuidado, pero sin embargo el filme acaba perdiéndose en batallas que no vienen a cuento. Excesivamente larga, el espectador acabará pidiendo la hora y, lo que es peor, completamente alejado de todo interés sobre el futuro de sus protagonistas.Z, LA CIUDAD PERDIDA tiene un ritmo demasiado reposado, aunque ofrece visiones de la época que que calan hondo, como el conocimiento y el saber, y su lucha contra el racismo en una época muy clásica donde el hombre blanco dominaba y menospreciaba cualquier otra raza. En esos aspectos la película refleja bien el trato con los poblados, sus costumbres y tradiciones y también la manera en la que consiguen alimento y, en definitiva, sobrevivir. Un filme que a los antropólogos gustará, lástima que al resto de espectadores no conseguirá convencer.
En definitiva, Z, LA CIUDAD PERDIDA abarca mucho y aprieta poco. John Hunnam no es todo lo carismático que debería y sus sucesivos viajes acaban siendo repetitivos y tesiosos para un espectador poco acostumbrado a un cine tan clásico y en parte filosófico. Sin embargo, su fotografía y aspecto ténico es de lo más cuidado, lo mejor de la película. Vosotros decidís.
Published on May 13, 2017 14:42
May 10, 2017
Crítica: UN ITALIANO EN NORUEGA
Llega la comedia del momento, la película más taquillera de la historia de Italia que tiene como protagonista a un funcionario aferrado a su cargo, aunque su vida cambiará cuando el Estado elimina las provincias, convirtiendo su vida en un traslado continuo que le llevará incluso hasta Noruega. Esta semana hemos visto: UN ITALIANO EN NORUEGA.
Al margen de traducciones cuestionables, pues en italia la película se llama "Quo vado?", tenemos la versión italiana de Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes, o también de la francesa Bienvenidos al Norte. Supongo que ya sabréis por dónde van los tiros, por lo que tenemos todos los clichés de los italianos concentrados en un filme que, si bien es bastante entretenido, contiene gags que no lo son tanto. Su protagonista es Checco Zalone, un funcionario que se dedica a facilitar licencias de pesca y caza que se ve obligado a trasladarse una y otra vez antes de renunciar a su puesto.
Vive cómodamente en casa de sus padres y tiene una novia con la que no piensa ni casarse ni tener hijos, como Dios, vaya, pero ante todo prefiere aferrarse a su cargo de funcionario antes que a cualquier otra cosa, lo que provocará la diversión del público y también la desesperación con su protagonista, con el que los españoles nos sentiremos bastante reconocidos. Ya se sabe, italianos y españoles vienen a ser lo mismo. UN ITALIANO EN NORUEGA sabe aunar los clichés italianos y hacer una divertida sátira sobre el país. El guión no es nada del otro mundo, pero su humor funciona y es muy entretenida, aunque no sé si tanto como para ser la película más taquillera de la historia, y menos con todo lo que tiene el país transalpino en la historia del cine.
70 millones de euros y 10 millones de espectadores en Italia no es algo baladí para una película de un humor grueso y satírico que, sin embargo, logra reflejar lo peor de una sociedad italiana que, al igual que la española, convive y ve como algo normal la corrupción política y siente cierta veneración por los cargos públicos y la seguridad de un sueldo de por vida. Checco Zalone se encarga de poner el carisma a su personaje, un zafio y acomodado funcionario que tira solo del filme y al que veremos muchas más veces en la gran pantalla de ahora en adelante.
En definitiva, UN ITALIANO EN NORUEGA es una propuesta fresca, ácida y satírica, con un humor directo y claro, nada de medias tintas, con la que nos sentiremos reconocidos por la similitud de ambos países. Un divertimento que os hará pasar un buen rato con las peripecias de un funcionario que viajará hasta el mismísimo infierno para mantener su puesto de trabajo. Echadle un vistazo.
Al margen de traducciones cuestionables, pues en italia la película se llama "Quo vado?", tenemos la versión italiana de Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes, o también de la francesa Bienvenidos al Norte. Supongo que ya sabréis por dónde van los tiros, por lo que tenemos todos los clichés de los italianos concentrados en un filme que, si bien es bastante entretenido, contiene gags que no lo son tanto. Su protagonista es Checco Zalone, un funcionario que se dedica a facilitar licencias de pesca y caza que se ve obligado a trasladarse una y otra vez antes de renunciar a su puesto.
Vive cómodamente en casa de sus padres y tiene una novia con la que no piensa ni casarse ni tener hijos, como Dios, vaya, pero ante todo prefiere aferrarse a su cargo de funcionario antes que a cualquier otra cosa, lo que provocará la diversión del público y también la desesperación con su protagonista, con el que los españoles nos sentiremos bastante reconocidos. Ya se sabe, italianos y españoles vienen a ser lo mismo. UN ITALIANO EN NORUEGA sabe aunar los clichés italianos y hacer una divertida sátira sobre el país. El guión no es nada del otro mundo, pero su humor funciona y es muy entretenida, aunque no sé si tanto como para ser la película más taquillera de la historia, y menos con todo lo que tiene el país transalpino en la historia del cine.70 millones de euros y 10 millones de espectadores en Italia no es algo baladí para una película de un humor grueso y satírico que, sin embargo, logra reflejar lo peor de una sociedad italiana que, al igual que la española, convive y ve como algo normal la corrupción política y siente cierta veneración por los cargos públicos y la seguridad de un sueldo de por vida. Checco Zalone se encarga de poner el carisma a su personaje, un zafio y acomodado funcionario que tira solo del filme y al que veremos muchas más veces en la gran pantalla de ahora en adelante.
En definitiva, UN ITALIANO EN NORUEGA es una propuesta fresca, ácida y satírica, con un humor directo y claro, nada de medias tintas, con la que nos sentiremos reconocidos por la similitud de ambos países. Un divertimento que os hará pasar un buen rato con las peripecias de un funcionario que viajará hasta el mismísimo infierno para mantener su puesto de trabajo. Echadle un vistazo.
Published on May 10, 2017 12:25
May 8, 2017
Crítica: GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2
Llega una de las películas más palomiteras del año. Un peculiar grupo que pegó fuerte en su día y vuelve dispuesto a hacérnoslo pasar en grande con sus aventuras. Esta vez la cosas va de linajes y de venganza; una aventura en la que, a pesar de la cantidad de personajes que aparecen, todos logran brillar con luz propia. Esta semana hemos visto: GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2.
Tras una genial Guardianes de la Galaxia, y aunque digan que segundas partes nunca fueron buenas, podemos afirmar que la película dirigida por James Gunn no mejora a la primera, pues rezuma cierto aire autoconclusivo (o lo que es lo mismo: relleno), que no aporta nada nuevo a la historia de nuestros superhéroes del espacio favoritos. Eso sí, deja un buen sabor de boca y el grupo sigue formado por Star-Lord, un Chris Pratt nacido para hacer de él; Drax, interpretado de nuevo por el genial Dave Bautista en su vena más cómica, aunque se le resta peso argumental, Gamora (Zoe Saldana) que sigue de rollete indefinido con Star-Lord, el lenguaraz y manos largas Rocket y el adorable Baby-Groot, que en cuanto aparece en pantalla se gana nuestros corazones a ritmo de música setentera.
Al mapache, Rocket, no se le ocurre otra cosa que robarle a Los Soberanos, lo que provoca la ira de estos (pues les habían contratado para proteger dichos objetos llenos de energía). En su huída encontrarán ayuda en Ego (Kurt Rusell), al que le acompaña una criatura carismática como Mantis. Además, también aparecen Nébula y el líder de los Saqueadores (Michael Rooker) con un peso vital en la trama. No es un argumento demasiado elaborado para sus más de dos horas de duración, pero sí que vuelan y se hace muy ameno, pues el sentido del humor sigue impregnado en la saga con quizás más fuerza que antes. Es Drax "el destructor" (Dave Bautista), quien nos hará reír a carcajadas con su vis cómica.
Si queréis acción y grandes dosis de espectacularidad con personajes carismáticos, aquí los tenéisEl linaje de Peter Quill, o Star-Lord, se descubrirá en esta película, un golpe de efecto que nos llevará a un planeta con vida propia, lleno de color e imaginación, aunque las aventuras y combates de los Guardianes de la Galaxia se sucederán una y otra vez, para deleite visual del espectador. GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 supone un buen paso para asentar la saga en el universo Marvel, aunque no logra innovar ni superar a su primera parte. Es una secuela muy digna y quizás más divertida, pero cuyo argumento tiene poco peso y el villano de entidad sigue sin estar a la altura. Es aquí cuando nos preguntamos dónde leches está Thanos.
A pesar de todo, GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 es un blockbuster potente, de los mejores, de esos que valen la pena pagar la entrada y comer palomitas hasta hincharte. No decepciona y divierte, y además ofrece gags de humor constante y su música y referencias retro hará que a más de uno le venga la nostalgia de tiempos mejores. Quizás su final se podría haber resumido en menos minutos, demasiado artificio para lo que se viene encima, aunque James Gunn opta por un toque muy comiquero que le sienta genial a la película. El protagonismo de Yondu (Michael Rooker) al final del filme es tan interesante como inesperado, y supongo que no hace falta decir que las escenas de acción son lo mejor de la película: desenfreno, luz, color, balas y humor a raudales.
Adorable y achuchable en cualquier "Yo soy Groot" que suelte, rebosa carismaEn definitiva, GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 se convierte en un imprescindible para los fans del género, de Marvel, de las space opera y del humor. Una película que marca el buen rumbo de la franquicia y nos deja bien claro que hay Star-Lord para mucho. Imposible no enamorarse de Baby-Groot, aunque ya veremos si cuando llegue a la edad del pavo nos cae igual de bien. No hace falta deciros que es una de las películas que deberíais ir a ver sin falta, y acompañados por un buen cubo de palomitas.
Tras una genial Guardianes de la Galaxia, y aunque digan que segundas partes nunca fueron buenas, podemos afirmar que la película dirigida por James Gunn no mejora a la primera, pues rezuma cierto aire autoconclusivo (o lo que es lo mismo: relleno), que no aporta nada nuevo a la historia de nuestros superhéroes del espacio favoritos. Eso sí, deja un buen sabor de boca y el grupo sigue formado por Star-Lord, un Chris Pratt nacido para hacer de él; Drax, interpretado de nuevo por el genial Dave Bautista en su vena más cómica, aunque se le resta peso argumental, Gamora (Zoe Saldana) que sigue de rollete indefinido con Star-Lord, el lenguaraz y manos largas Rocket y el adorable Baby-Groot, que en cuanto aparece en pantalla se gana nuestros corazones a ritmo de música setentera.Al mapache, Rocket, no se le ocurre otra cosa que robarle a Los Soberanos, lo que provoca la ira de estos (pues les habían contratado para proteger dichos objetos llenos de energía). En su huída encontrarán ayuda en Ego (Kurt Rusell), al que le acompaña una criatura carismática como Mantis. Además, también aparecen Nébula y el líder de los Saqueadores (Michael Rooker) con un peso vital en la trama. No es un argumento demasiado elaborado para sus más de dos horas de duración, pero sí que vuelan y se hace muy ameno, pues el sentido del humor sigue impregnado en la saga con quizás más fuerza que antes. Es Drax "el destructor" (Dave Bautista), quien nos hará reír a carcajadas con su vis cómica.
Si queréis acción y grandes dosis de espectacularidad con personajes carismáticos, aquí los tenéisEl linaje de Peter Quill, o Star-Lord, se descubrirá en esta película, un golpe de efecto que nos llevará a un planeta con vida propia, lleno de color e imaginación, aunque las aventuras y combates de los Guardianes de la Galaxia se sucederán una y otra vez, para deleite visual del espectador. GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 supone un buen paso para asentar la saga en el universo Marvel, aunque no logra innovar ni superar a su primera parte. Es una secuela muy digna y quizás más divertida, pero cuyo argumento tiene poco peso y el villano de entidad sigue sin estar a la altura. Es aquí cuando nos preguntamos dónde leches está Thanos.A pesar de todo, GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 es un blockbuster potente, de los mejores, de esos que valen la pena pagar la entrada y comer palomitas hasta hincharte. No decepciona y divierte, y además ofrece gags de humor constante y su música y referencias retro hará que a más de uno le venga la nostalgia de tiempos mejores. Quizás su final se podría haber resumido en menos minutos, demasiado artificio para lo que se viene encima, aunque James Gunn opta por un toque muy comiquero que le sienta genial a la película. El protagonismo de Yondu (Michael Rooker) al final del filme es tan interesante como inesperado, y supongo que no hace falta decir que las escenas de acción son lo mejor de la película: desenfreno, luz, color, balas y humor a raudales.
Adorable y achuchable en cualquier "Yo soy Groot" que suelte, rebosa carismaEn definitiva, GUARDIANES DE LA GALAXIA VOL. 2 se convierte en un imprescindible para los fans del género, de Marvel, de las space opera y del humor. Una película que marca el buen rumbo de la franquicia y nos deja bien claro que hay Star-Lord para mucho. Imposible no enamorarse de Baby-Groot, aunque ya veremos si cuando llegue a la edad del pavo nos cae igual de bien. No hace falta deciros que es una de las películas que deberíais ir a ver sin falta, y acompañados por un buen cubo de palomitas.
Published on May 08, 2017 14:14


