Félix A. Bas's Blog, page 101
August 23, 2017
Crítica: VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS
El cómic de Valerian (1967) inspiró a Star Wars, Avatar y demás. Sin embargo, el blockbuster francés, dirigido por Luc Besson, acaba siendo una copia barata con dos protagonistas que no pegan ni con cola. Valerian y Laureline tienen que salvar el universo: un soso que se cree lo que no es y una top-model perdonavidas de cejas enarcadas y cara de asco profundo nos acompañan durante dos horas de luces y colores que, sin embargo, debería haber durado menos y hacer algo más de ruido. Esta semana hemos visto: VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS.
El prólogo de Valerian and the city of a thousand planets es bueno. La estación espacial se va haciendo cada vez más y más grande, lo que da lugar a la pedazo de ciudad en la que viven más de 30 millones de personas que avanza imparable por el universo. Vemos como miles de razas conviven, comparten conocimientos y se ayudan, pero hay un hecho que se ha ocultado y que precisamente se muestra en el prólogo. Valerian y Laureline emprenden una misión que tendrá que ver con ello y, por supuesto, con la seguridad del universo. Un derroche de efectos especiales y CGI's muy coloridos e imaginativos, aunque pos desgracia el metraje es algo excesivo y peca de tedioso en algunos momentos.
Luc Besson ofrece un buen espectáculo, de lo mejor de la ciencia ficción últimamente, aunque no es suficiente. Para empezar, la química entre Dane Dehaan y Cara Delevingne es cuestionable, aunque podemos pasar. Sin embargo, Valerian y el actor no parecen encajar del todo puesto que Dehaan es más bien soso, aunque lo intenta. Quien sí lo da todo, a pesar de la cara de mustia que pone en todo momento es Cara Delevingne, quien con sus cejas bien perfiladas y arqueadas logra ser de lo mejor de la película, y no precisamente por los modelos que luce en plan fanservice, pero también. Quien también se luce es Rihanna, en una serie de bailes deslumbrantes que, por desgracia ocupan una parte de metraje que debería haber sido eliminado del montaje final. Pero, claro, es Rihanna, y aunque no tenga nada que ver con la trama diremos que ya está bien así.
Al final la historia cuenta lo de siempre, una pareja de cuestionable compenetración descubren una sórdida historia acerca de un planeta destruido y se ven envueltos en una space-opera de ahora voy ahora vengo que sirve para demostrar que Europa también sabe hacer buena ciencia ficción y trabajar con CGI, derrochar dinero y tener su propio blockbuster. VALERIAN no deja mal sabor de boca, pero es inevitable salir de la película y no quejarse del exceso de metraje y de algunas partes lentas que no aportan nada al conjunto. Cuenta con un reparto de lujo, al margen de los protagonistas y Rihanna: John Goodman, Ethan Hawke, Clive Owen, por ejemplo. Sin embargo, no dejaba de pasarme una y otra vez por la cabeza las similitudes compartidas con Avatar y, sobre todo, Star Wars.
En definitiva, VALERIAN es una película entretenida, con algún bajón que se podrían haber ahorrado para que el filme fuera más ágil, rápido e impactante. Se dejan carisma por el camino, haber creado algo con más sustancia, más elaboración, pero el producto es disfrutable para los que amamos la ciencia ficción y la fantasía. Un derroche de imaginación y buen gusto, CGI's impresionantes y alguna que otra dosis de humor comiquera. No os la perdáis.
El prólogo de Valerian and the city of a thousand planets es bueno. La estación espacial se va haciendo cada vez más y más grande, lo que da lugar a la pedazo de ciudad en la que viven más de 30 millones de personas que avanza imparable por el universo. Vemos como miles de razas conviven, comparten conocimientos y se ayudan, pero hay un hecho que se ha ocultado y que precisamente se muestra en el prólogo. Valerian y Laureline emprenden una misión que tendrá que ver con ello y, por supuesto, con la seguridad del universo. Un derroche de efectos especiales y CGI's muy coloridos e imaginativos, aunque pos desgracia el metraje es algo excesivo y peca de tedioso en algunos momentos.
Luc Besson ofrece un buen espectáculo, de lo mejor de la ciencia ficción últimamente, aunque no es suficiente. Para empezar, la química entre Dane Dehaan y Cara Delevingne es cuestionable, aunque podemos pasar. Sin embargo, Valerian y el actor no parecen encajar del todo puesto que Dehaan es más bien soso, aunque lo intenta. Quien sí lo da todo, a pesar de la cara de mustia que pone en todo momento es Cara Delevingne, quien con sus cejas bien perfiladas y arqueadas logra ser de lo mejor de la película, y no precisamente por los modelos que luce en plan fanservice, pero también. Quien también se luce es Rihanna, en una serie de bailes deslumbrantes que, por desgracia ocupan una parte de metraje que debería haber sido eliminado del montaje final. Pero, claro, es Rihanna, y aunque no tenga nada que ver con la trama diremos que ya está bien así.Al final la historia cuenta lo de siempre, una pareja de cuestionable compenetración descubren una sórdida historia acerca de un planeta destruido y se ven envueltos en una space-opera de ahora voy ahora vengo que sirve para demostrar que Europa también sabe hacer buena ciencia ficción y trabajar con CGI, derrochar dinero y tener su propio blockbuster. VALERIAN no deja mal sabor de boca, pero es inevitable salir de la película y no quejarse del exceso de metraje y de algunas partes lentas que no aportan nada al conjunto. Cuenta con un reparto de lujo, al margen de los protagonistas y Rihanna: John Goodman, Ethan Hawke, Clive Owen, por ejemplo. Sin embargo, no dejaba de pasarme una y otra vez por la cabeza las similitudes compartidas con Avatar y, sobre todo, Star Wars.
En definitiva, VALERIAN es una película entretenida, con algún bajón que se podrían haber ahorrado para que el filme fuera más ágil, rápido e impactante. Se dejan carisma por el camino, haber creado algo con más sustancia, más elaboración, pero el producto es disfrutable para los que amamos la ciencia ficción y la fantasía. Un derroche de imaginación y buen gusto, CGI's impresionantes y alguna que otra dosis de humor comiquera. No os la perdáis.
Published on August 23, 2017 12:37
August 21, 2017
Crítica: LA TORRE OSCURA
La obra magna de Stephen King (ocho volúmenes desde 1979) ha dado lugar a una terrible adaptación cinematográfica en la que ni siquiera se salvan Matthew McConauguey ni Idris Elba. Un relato de fantasía, ciencia ficción con toques western que el espectador que no haya leído las novelas no acabará de descifrar. Triste, pero es así. Esta semana hemos visto: LA TORRE OSCURA.
Cuando el proceso de producción lleva tanto tiempo es porque algo cojea. Y así ha acabado siendo para The Dark Tower, una saga inmensa del gran Stephen King que dirige Nikolaj Arcel con poco brío, menos acción y un sopor inimaginable para una película de fantasía y ciencia ficción. el caso es que existen mundos paralelos, y un chico humano (Tom Taylor) tiene sueños con ellos. Le tratan como a un loco, pero pronto descubrirá que es real y se meterá en dicho mundo, donde conocerá al Pistolero (Idris Elba), decidido a vengarse de un mago odioso (Matthew McConaughey). Este mago quiere destruir la Torre Oscura para dejar entrar a las bestias, porque se ve que la torre protege a todos los mundos de que eso no suceda.
El problema de LA TORRE OSCURA radica en que sus novelas son muy complejas, un basto universo y leyes que en la película directamente se pasan por alto. Pensarán, pues, que los únicos que van a ir a verla son aquellos que han leído las novelas de Stephen King. Un error que les va a costar caro, pues tengo serias dudas de que la saga continúe tras este tropiezo tan serio. Además de que las conversaciones son insulsas y manidas, sobre todo las de McConaughey, las escenas de acción y efectos especiales son escasas, algo que en los tráilers prometían. Y, por cierto, el propio tráiler se carga la mejor escena. Es una película, pues, sin alma, pasando de puntillas por su gran universos y con unos actores que no se lo toman nada, pero que nada en serio.
El niño puede ser odioso, y además le dan el protagonismo total teniendo a Matthew McConaughey y a Idris Elba, dos pedazo de actores que parecen hartos de sus personajes y no destacan en absoluto. El mago brilla de maquillaje y el Pistolero está tan harto del mundo como de su papel. Cumplen sin más, pero no están a la altura porque el guión, los diálogos y la trama son tan sencillos que es imposible salvarse. Los problemas en la producción, los bandazos del guión y demás circunstancias hacen que LA TORRE OSCURA sea una ocasión desperdiciada para haber creado una saga de fantasía y ciencia ficcion más que digna. En su lugar, ha quedado una película que a duras penas consigue ser entretenida.
En definitiva, LA TORRE OSCURA es un chasco en el debut del danés Nikolaj Arcel en Hollywood, y yo creo que no vuelve. Una pena que lamentarán los fans de la saga y que, lamentablemente, no empujará al resto a leer las novelas del querido Stephen King. Idris Elba y Matthew McConnaughey están y ya está, pero es que es imposible hacerlo bien con esos recursos. 95 minutos de poca chica, menos acción y, además, bastante tedio. Estáis avisados.
Cuando el proceso de producción lleva tanto tiempo es porque algo cojea. Y así ha acabado siendo para The Dark Tower, una saga inmensa del gran Stephen King que dirige Nikolaj Arcel con poco brío, menos acción y un sopor inimaginable para una película de fantasía y ciencia ficción. el caso es que existen mundos paralelos, y un chico humano (Tom Taylor) tiene sueños con ellos. Le tratan como a un loco, pero pronto descubrirá que es real y se meterá en dicho mundo, donde conocerá al Pistolero (Idris Elba), decidido a vengarse de un mago odioso (Matthew McConaughey). Este mago quiere destruir la Torre Oscura para dejar entrar a las bestias, porque se ve que la torre protege a todos los mundos de que eso no suceda.
El problema de LA TORRE OSCURA radica en que sus novelas son muy complejas, un basto universo y leyes que en la película directamente se pasan por alto. Pensarán, pues, que los únicos que van a ir a verla son aquellos que han leído las novelas de Stephen King. Un error que les va a costar caro, pues tengo serias dudas de que la saga continúe tras este tropiezo tan serio. Además de que las conversaciones son insulsas y manidas, sobre todo las de McConaughey, las escenas de acción y efectos especiales son escasas, algo que en los tráilers prometían. Y, por cierto, el propio tráiler se carga la mejor escena. Es una película, pues, sin alma, pasando de puntillas por su gran universos y con unos actores que no se lo toman nada, pero que nada en serio.El niño puede ser odioso, y además le dan el protagonismo total teniendo a Matthew McConaughey y a Idris Elba, dos pedazo de actores que parecen hartos de sus personajes y no destacan en absoluto. El mago brilla de maquillaje y el Pistolero está tan harto del mundo como de su papel. Cumplen sin más, pero no están a la altura porque el guión, los diálogos y la trama son tan sencillos que es imposible salvarse. Los problemas en la producción, los bandazos del guión y demás circunstancias hacen que LA TORRE OSCURA sea una ocasión desperdiciada para haber creado una saga de fantasía y ciencia ficcion más que digna. En su lugar, ha quedado una película que a duras penas consigue ser entretenida.
En definitiva, LA TORRE OSCURA es un chasco en el debut del danés Nikolaj Arcel en Hollywood, y yo creo que no vuelve. Una pena que lamentarán los fans de la saga y que, lamentablemente, no empujará al resto a leer las novelas del querido Stephen King. Idris Elba y Matthew McConnaughey están y ya está, pero es que es imposible hacerlo bien con esos recursos. 95 minutos de poca chica, menos acción y, además, bastante tedio. Estáis avisados.
Published on August 21, 2017 12:44
August 17, 2017
Crítica: REY ARTURO: LA LEYENDA DE EXCÁLIBUR
Nos llega otro blockbuster veraniego sin otro objetivo que el de entretener. En este caso, le cuesta un poco hacerlo con la reinvención de una leyenda de la que solo queda el nombre y tres pinceladas. Guy Ritchie dirige un filme de acción atropellado y simple a más no poder, con Charlie Hunnam y Jude Law dotando de ningún carisma a sus personajes. Esta semana hemos visto: REY ARTURO: LA LEYENDA DE EXCÁLIBUR.
Será que no ha habido película que traten el tema del Rey Arturo, y muy pocas de las actuales ha tenido éxito. Pensaría Guy Ritchie, reinventor de Sherlock Holmes, que con King Arthur: The legend of the sword, la cosa le iba a ir bien. Pues se ha pegado una leche extraordinaria en USA, y recuperará lo invertido en Europa con dificultad. Un tropiezo refrendado por lo visto durante las dos horas de película en las que, básicamente, el Rey Arturo (Charlie Hunnam) consigue desenterrar la espada y cargarse con ella a su tío, el malo maloso (Jude Law), que solo aparece para decir lo malo que es, con música oscura de fondo, por si a alguno se le había olvidado.
Todo comienza con el padre del Rey Arturo (Eric Bana) luchando contra elefantes y un poderoso mago al que logra derrotar. Sin embargo, su hermano (Jude Law) se hace con el poder y el crío consigue huir. Lo acogen unas prostitutas y allí se cría, haciéndose el amo del barrio en una evolución de menos de treinta segundos, con música trepidante, para que veamos lo mucho que ha crecido y tal. El caso es que cuando ya es mayor, Arturo (Charlie Hunnam) se hace con la espada y se pasa el resto de la película diciendo que no va a empuñarla, pero finalmente la empuña, claro, y lucha contra sí mismo para matar a su tío. Junto a él le acompañan un grupo de ladrones o rebeldes sin ningún carisma. Ni siquiera la muerte de alguno de ellos consigue levantar otro sentimiento en el espectador que una mirada abochornada.
Después tenemos a un Guy Ritchie que, no contento con destrozar la leyenda del Rey Arturo, se dedica a ralentizar la cámara en la secuencia de combate, o la acelera a tope, provocando borrones y pérdida de cualquier tipo de seguimiento al espectador, harto ya de movimientos estúpidos de cámara y efectos especiales que tienen pinta de envejecer mal. Ni Charlie Hunnam ni Jude Law se toman muy en serio sus papeles. El primero es el típico chulo de barrio que coge una espada súperpoderosa y no la usa hasta que no mueren cuatro o cinco de los suyos, para que no se diga. Jude Law se preocupa más de fruncir el ceño y poco más, porque encaja tan mal que a nadie le importa lo que diga.
En definitiva, REY ARTURO: LA LEYENDA DE EXCÁLIBUR, es un fallido blockbuster que al menos consigue no aburrir y entretiene, algo que llega a los mínimos que se le exige a estos filmes. Sin embargo, Guy Ritchie no conseguirá obtener secuela de esto porque ni siquiera despierta interés en el espectador. Una película que veréis y olvidaréis al instante. Lástima de tanto dinero invertido en ella. Pasad a otra sin pensarlo.
Será que no ha habido película que traten el tema del Rey Arturo, y muy pocas de las actuales ha tenido éxito. Pensaría Guy Ritchie, reinventor de Sherlock Holmes, que con King Arthur: The legend of the sword, la cosa le iba a ir bien. Pues se ha pegado una leche extraordinaria en USA, y recuperará lo invertido en Europa con dificultad. Un tropiezo refrendado por lo visto durante las dos horas de película en las que, básicamente, el Rey Arturo (Charlie Hunnam) consigue desenterrar la espada y cargarse con ella a su tío, el malo maloso (Jude Law), que solo aparece para decir lo malo que es, con música oscura de fondo, por si a alguno se le había olvidado.
Todo comienza con el padre del Rey Arturo (Eric Bana) luchando contra elefantes y un poderoso mago al que logra derrotar. Sin embargo, su hermano (Jude Law) se hace con el poder y el crío consigue huir. Lo acogen unas prostitutas y allí se cría, haciéndose el amo del barrio en una evolución de menos de treinta segundos, con música trepidante, para que veamos lo mucho que ha crecido y tal. El caso es que cuando ya es mayor, Arturo (Charlie Hunnam) se hace con la espada y se pasa el resto de la película diciendo que no va a empuñarla, pero finalmente la empuña, claro, y lucha contra sí mismo para matar a su tío. Junto a él le acompañan un grupo de ladrones o rebeldes sin ningún carisma. Ni siquiera la muerte de alguno de ellos consigue levantar otro sentimiento en el espectador que una mirada abochornada.Después tenemos a un Guy Ritchie que, no contento con destrozar la leyenda del Rey Arturo, se dedica a ralentizar la cámara en la secuencia de combate, o la acelera a tope, provocando borrones y pérdida de cualquier tipo de seguimiento al espectador, harto ya de movimientos estúpidos de cámara y efectos especiales que tienen pinta de envejecer mal. Ni Charlie Hunnam ni Jude Law se toman muy en serio sus papeles. El primero es el típico chulo de barrio que coge una espada súperpoderosa y no la usa hasta que no mueren cuatro o cinco de los suyos, para que no se diga. Jude Law se preocupa más de fruncir el ceño y poco más, porque encaja tan mal que a nadie le importa lo que diga.
En definitiva, REY ARTURO: LA LEYENDA DE EXCÁLIBUR, es un fallido blockbuster que al menos consigue no aburrir y entretiene, algo que llega a los mínimos que se le exige a estos filmes. Sin embargo, Guy Ritchie no conseguirá obtener secuela de esto porque ni siquiera despierta interés en el espectador. Una película que veréis y olvidaréis al instante. Lástima de tanto dinero invertido en ella. Pasad a otra sin pensarlo.
Published on August 17, 2017 13:02
August 15, 2017
Crítica: ABRACADABRA
Hoy os traigo una película española, comedia rara, sí, pero atrayente e hipnótica. Una familia más o menos tranquila de Carabanchel asiste a una boda donde el primo, hipnotista amateur, tiene un accidente y el espíritu se adueña del marido, teniendo que recurrir al maestro para arreglar el desaguisado. Comedia con humor negro. Esta semana hemos visto: ABRACADABRA.
Pablo Berger da una vuelta de tuerca al manido género de la comedia que últimamente ha estado rondando la cartelera, sobre todo de tipo nacional. Nos trae un humor oscuro que esconde una crítica al maltrato y a la desigualdad en la pareja. Marido y mujer, interpretados por Antonio de la Torre y Maribel Verdú, asisten a una boda, tan hortera como lo son ellos, y este acaba siendo hipnotizado por el primo plasta, que no es otro que José Mota. Pero un espírituo poseerá al marido, convirtiéndolo en otra persona, muy diferente y quizás hasta mejor. Sin embargo, el personaje de Maribel Verdú quiere solucionar el embrollo, así que deberán recurrir a las artes del maestro Fumetti (Josep María Pou).
A simple vista, ABRACADABRA es una película normal, una comedia algo distinta, pero no dejéis que os lo cuenten, porque os hará soltar un buen par de carcajadas con algún gag absurdo y de humor negro que tan bien encaja Pablo Berger en el filme. La estética también merece mención aparte, pues es más bien ordinaria (kistch), con estridencias y toques poligoneros que, aún así, sientan genial a Maribel Verdú, todo hay que decirlo. Remarcar también una secuencia de baile donde Antonio de la Torre y Maribel Verdú se lo pasan en grande, y un par más donde los monos hacen de los suyos. Y si queréis saber más acudid a verla.
ABRACADABRA, gracias al tema de la hipnosis, logra llevar al espectador hacia donde quiere. Nos damos cuenta de la vida que está llevando esa mujer, de desigualdades e incluso maltratos. Una dualidad interpretada a la perfección por un Antonio de la Torre que, menuda sorpresa, está brutal. También lo está Maribel Verdú, José Mota, Josep María Pou y el resto del elenco, que dejan a buen nivel la comedia dirigida por Pablo Berger.
En definitiva, ABRACADABRA es un soplo de aire fresco en la comedia actual. No gustará a todo el mundo, pero tiene un aire hipnótico muy bien trabajado, que despertará el interés del espectador en todo momento. Tiene buenos golpes que levantarán carcajadas y, además, unos intérpretes como Antonio de la Torre y Maribel Verdú. Suficiente como para ir a verla sin hacerse demasiadas preguntas. No os la perdáis.
Pablo Berger da una vuelta de tuerca al manido género de la comedia que últimamente ha estado rondando la cartelera, sobre todo de tipo nacional. Nos trae un humor oscuro que esconde una crítica al maltrato y a la desigualdad en la pareja. Marido y mujer, interpretados por Antonio de la Torre y Maribel Verdú, asisten a una boda, tan hortera como lo son ellos, y este acaba siendo hipnotizado por el primo plasta, que no es otro que José Mota. Pero un espírituo poseerá al marido, convirtiéndolo en otra persona, muy diferente y quizás hasta mejor. Sin embargo, el personaje de Maribel Verdú quiere solucionar el embrollo, así que deberán recurrir a las artes del maestro Fumetti (Josep María Pou).
A simple vista, ABRACADABRA es una película normal, una comedia algo distinta, pero no dejéis que os lo cuenten, porque os hará soltar un buen par de carcajadas con algún gag absurdo y de humor negro que tan bien encaja Pablo Berger en el filme. La estética también merece mención aparte, pues es más bien ordinaria (kistch), con estridencias y toques poligoneros que, aún así, sientan genial a Maribel Verdú, todo hay que decirlo. Remarcar también una secuencia de baile donde Antonio de la Torre y Maribel Verdú se lo pasan en grande, y un par más donde los monos hacen de los suyos. Y si queréis saber más acudid a verla.ABRACADABRA, gracias al tema de la hipnosis, logra llevar al espectador hacia donde quiere. Nos damos cuenta de la vida que está llevando esa mujer, de desigualdades e incluso maltratos. Una dualidad interpretada a la perfección por un Antonio de la Torre que, menuda sorpresa, está brutal. También lo está Maribel Verdú, José Mota, Josep María Pou y el resto del elenco, que dejan a buen nivel la comedia dirigida por Pablo Berger.
En definitiva, ABRACADABRA es un soplo de aire fresco en la comedia actual. No gustará a todo el mundo, pero tiene un aire hipnótico muy bien trabajado, que despertará el interés del espectador en todo momento. Tiene buenos golpes que levantarán carcajadas y, además, unos intérpretes como Antonio de la Torre y Maribel Verdú. Suficiente como para ir a verla sin hacerse demasiadas preguntas. No os la perdáis.
Published on August 15, 2017 13:03
August 9, 2017
Crítica: ATÓMICA
Año 1989, con el Muro de Berlín a punto de caer, una lista de espías del Berlín Oriental está cerca de ver la luz tras el asesinato de un agente del MI6. Comienza una guerra entre espías que no podrán confiar en nada ni nadie. Charlize Theron y James McAvoy logran hipnotizar al espectador con derroches de acción, espectacularidad, una buena banda sonora y buenos giros de guión. Esta semana hemos visto: ATÓMICA.
Atomic Blonde (The Coldest City), dirigida por David Leitch, arranca en la fría Alemania, todavía dividida en oriente y occidente, donde los espías estadounidenses, rusos, franceses e ingleses, luchan por el control de una lista arrebatada a un agente del MI6. Su salida a la luz podría amenazar la seguridad de todos los que han trabajado allí, por lo que se envía a Lorraine Broughton (Charlize Theron) a intentar hacerse con ella. Allí coincidirá con la espía francesa (Sofia Boutella) y el inglés (James McAvoy). Pronto descubrirá que no puede fiarse de nadie, y veremos todo lo que ocurre desde su llegada a Alemania hasta su salida, narrada por ella misma en una especie de interrogatorio en el que estarán presentes agentes ingleses y estadounidenses (John Goodman).
ATÓMICA es una película que tiene momentos en los que decae, como el inicio de la película, en la que se nos pone en antecedentes. Quizás tarda un poco en arrancar, pero cuando lo hace es todo trepidancia y buen acción con unas escenas de combate bien coreografiadas y, sobre todo, muy Tarantinianas. Derroche de sangre, visceralidad y realismo a la que se entrega una Charlize Theron que, una vez más, demuestra que está hecha para este tipo de filmes. Engaña al espectador con su aspecto cándido para convertirse en una experta en artes marciales que puede contra todo lo que se le pone por delante. Su inteligencia, sin embargo, se verá puesta en aprietos por el personaje interpretado por un James McAvoy que también se luce, como casi siempre. En la guerra de espías no hay amigos ni enemigos, así que el espectador se mantendrá hipnotizado hasta su desenlace, siendo sacudido con reveses una y otra vez.
Mención aparte y especial para la banda sonora, ochentera, que nos acompaña en los momentos más impresionantes de la película. Es, sin duda, de lo mejor del filme, donde también es destacable la recreación del estilo de la época y sus juegos con la luz. Hay que decir que ATÓMICA cuenta con un presupuesto de 30 millones, algo que recuperará de inmediato, pues ha de convertirse en un blockbuster del verano que no solo compite con la aborrecible Transformers V, sino que también le da un repaso al Rey Arturo ei ncluso a Spider-Man: Homecoming. Es una película rodada con un buen gusto exquisito, bien cuidada e inteligente. Sus coreografías y escenas de acción son impecables y su guión, si bien se enrevesa al final, nos hace estar pegados a la butaca sin parpadear.
En definitiva, ATÓMICA es una película muy a lo John Wick 2, de hecho comparte equipo, por lo que podéis imaginar el nivel que tiene y el buen sabor de boca que deja tras verla. Charlize Theron y James McAvoy saben elegir sus papeles y verlos siempre es un disfrute. A ritmo de los hits del pop ochentero, golpes, persecuciones y contraespionajes, se convierte en una de las películas más interesantes y originales del año, de esas a las que no se le puede perder la pista. Ni se os ocurra perdérosla.
Atomic Blonde (The Coldest City), dirigida por David Leitch, arranca en la fría Alemania, todavía dividida en oriente y occidente, donde los espías estadounidenses, rusos, franceses e ingleses, luchan por el control de una lista arrebatada a un agente del MI6. Su salida a la luz podría amenazar la seguridad de todos los que han trabajado allí, por lo que se envía a Lorraine Broughton (Charlize Theron) a intentar hacerse con ella. Allí coincidirá con la espía francesa (Sofia Boutella) y el inglés (James McAvoy). Pronto descubrirá que no puede fiarse de nadie, y veremos todo lo que ocurre desde su llegada a Alemania hasta su salida, narrada por ella misma en una especie de interrogatorio en el que estarán presentes agentes ingleses y estadounidenses (John Goodman).
ATÓMICA es una película que tiene momentos en los que decae, como el inicio de la película, en la que se nos pone en antecedentes. Quizás tarda un poco en arrancar, pero cuando lo hace es todo trepidancia y buen acción con unas escenas de combate bien coreografiadas y, sobre todo, muy Tarantinianas. Derroche de sangre, visceralidad y realismo a la que se entrega una Charlize Theron que, una vez más, demuestra que está hecha para este tipo de filmes. Engaña al espectador con su aspecto cándido para convertirse en una experta en artes marciales que puede contra todo lo que se le pone por delante. Su inteligencia, sin embargo, se verá puesta en aprietos por el personaje interpretado por un James McAvoy que también se luce, como casi siempre. En la guerra de espías no hay amigos ni enemigos, así que el espectador se mantendrá hipnotizado hasta su desenlace, siendo sacudido con reveses una y otra vez.Mención aparte y especial para la banda sonora, ochentera, que nos acompaña en los momentos más impresionantes de la película. Es, sin duda, de lo mejor del filme, donde también es destacable la recreación del estilo de la época y sus juegos con la luz. Hay que decir que ATÓMICA cuenta con un presupuesto de 30 millones, algo que recuperará de inmediato, pues ha de convertirse en un blockbuster del verano que no solo compite con la aborrecible Transformers V, sino que también le da un repaso al Rey Arturo ei ncluso a Spider-Man: Homecoming. Es una película rodada con un buen gusto exquisito, bien cuidada e inteligente. Sus coreografías y escenas de acción son impecables y su guión, si bien se enrevesa al final, nos hace estar pegados a la butaca sin parpadear.
En definitiva, ATÓMICA es una película muy a lo John Wick 2, de hecho comparte equipo, por lo que podéis imaginar el nivel que tiene y el buen sabor de boca que deja tras verla. Charlize Theron y James McAvoy saben elegir sus papeles y verlos siempre es un disfrute. A ritmo de los hits del pop ochentero, golpes, persecuciones y contraespionajes, se convierte en una de las películas más interesantes y originales del año, de esas a las que no se le puede perder la pista. Ni se os ocurra perdérosla.
Published on August 09, 2017 13:03
August 7, 2017
Crítica: TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO
No voy a entrar a hacer una sinopsis, porque seguramente ni Michael Bay ni sus guionistas saben de lo que va su propia película. Un amasijo de historias, a cada cual más absurda, que provocará desprendimiento de retina en un espectador atrapado en la sala durante dos horas y media. Mala, patética, de vergüenza ajena, incomprensible y un largo etcétera de adjetivos que, aún así, no describirán la quinta entrega de una saga que ya es un amasijo robótico sin gracia. A menos que os pongan una pistola en la cabeza, ni se os ocurra ir a verla. Esta semana hemos visto: TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO.
Pero si vais a verla, poned la mente en blanco, porque vais a tragar mierda incoherente por un tubo. Ya no solo es que el argumento sea tan patético como inabarcable, hasta para Michael Bay, sino que los protagonistas se mueven sin ton ni son en un exceso de metraje que se alarga sin control para ir de un punto a otro, ser perseguidos por aquellos que se volverán aliados y de vuelta a comenzar. Unas decisiones de lo más cuestionables, marionetas de un guión que hace aguas por todos lados y, sobre todo, excesos, muchos excesos. Porque Michael Bay es la excesivo en sí mismo, y en su anterior trabajo (Transformers: La era de la extinción) lo fue, pero al menos dio cierto entretenimiento con algo de coherencia. Aquí no hay nada de eso, un rezo para que acabe la peli cuanto antes y el orgullo de haberte quedado sentado durante dos horas y media sin salir corriendo por la indigestión. Basura metálica por todos lados.
TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO, es un verdadero despropósito hecho película. Cierto es que hay momento cómicos que sí que funcionan, la mayoría con el robot mayordomo de Anthony Hopkins. Y qué decir de este último, pues que está pasado de rosca, absolutamente desatado e ido de la olla. Michael Bay, que también anda perdido, le habrá dicho que se deje ir, y vaya si lo ha hecho. Lo más sobreactuado que habrá hecho en su vida. Al menos espero que se haya divertido encarnando a un noble coleccionista de objetos desde la época del Rey Arturo. Impresionante la de tripis que se han tomado los guionistas para meter a los Transformers en la historia del pasado. Impresionante a la par que patética e hilarante, claro. Paso olímpicamente de hablar de Autobots y Decepticons, de su patética lucha y de lo absorbidos por la trama que están, haciendo estúpida su aparición incluso en una película que lleva su nombre.
Mark Walhberg en su línea, defendiéndose como puede, aunque se deja ir. Las nuevas incorporaciones son una niña (Isabela Moner) que supongo que tendrá repercusión en el futuro, porque en esta, como en toda la película en general, empieza fuerte y acaba difuminándose. Y luego la buenorra de turno (Laura Haddock) que no sé si viene para quedarse, pero se monta el romance con el prota. En todo caso, los protagonistas son los robots, pero Optimus Prime apenas sale dos minutos en el metraje y dice cinco veces eso de "Yo soy Optimus Prime", por si a la gente se le olvida, supongo.
En definitiva, TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO, habiéndose gastado más de 200 millones de dólares, es por derecho propio, una de las peores películas del año. Es patética en todos los sentidos, poco disfrutable y mal montada, con cortes abruptos por todos lados. La lucha de Transformers es muy escasa, y los últimos 45 minutos son incomprensibles, con Michael Bay excesivo, destrozos y chatarra por todos lados. Incomprensible el desperdicio de película para el presupuesto que tenía. Un disparate que destrozará vuestra integridad mental. Os ruego que no acudáis a verla a menos que queráis comenzar a odiar una saga. Avisados estáis.
Pero si vais a verla, poned la mente en blanco, porque vais a tragar mierda incoherente por un tubo. Ya no solo es que el argumento sea tan patético como inabarcable, hasta para Michael Bay, sino que los protagonistas se mueven sin ton ni son en un exceso de metraje que se alarga sin control para ir de un punto a otro, ser perseguidos por aquellos que se volverán aliados y de vuelta a comenzar. Unas decisiones de lo más cuestionables, marionetas de un guión que hace aguas por todos lados y, sobre todo, excesos, muchos excesos. Porque Michael Bay es la excesivo en sí mismo, y en su anterior trabajo (Transformers: La era de la extinción) lo fue, pero al menos dio cierto entretenimiento con algo de coherencia. Aquí no hay nada de eso, un rezo para que acabe la peli cuanto antes y el orgullo de haberte quedado sentado durante dos horas y media sin salir corriendo por la indigestión. Basura metálica por todos lados.
TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO, es un verdadero despropósito hecho película. Cierto es que hay momento cómicos que sí que funcionan, la mayoría con el robot mayordomo de Anthony Hopkins. Y qué decir de este último, pues que está pasado de rosca, absolutamente desatado e ido de la olla. Michael Bay, que también anda perdido, le habrá dicho que se deje ir, y vaya si lo ha hecho. Lo más sobreactuado que habrá hecho en su vida. Al menos espero que se haya divertido encarnando a un noble coleccionista de objetos desde la época del Rey Arturo. Impresionante la de tripis que se han tomado los guionistas para meter a los Transformers en la historia del pasado. Impresionante a la par que patética e hilarante, claro. Paso olímpicamente de hablar de Autobots y Decepticons, de su patética lucha y de lo absorbidos por la trama que están, haciendo estúpida su aparición incluso en una película que lleva su nombre. Mark Walhberg en su línea, defendiéndose como puede, aunque se deja ir. Las nuevas incorporaciones son una niña (Isabela Moner) que supongo que tendrá repercusión en el futuro, porque en esta, como en toda la película en general, empieza fuerte y acaba difuminándose. Y luego la buenorra de turno (Laura Haddock) que no sé si viene para quedarse, pero se monta el romance con el prota. En todo caso, los protagonistas son los robots, pero Optimus Prime apenas sale dos minutos en el metraje y dice cinco veces eso de "Yo soy Optimus Prime", por si a la gente se le olvida, supongo.
En definitiva, TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO, habiéndose gastado más de 200 millones de dólares, es por derecho propio, una de las peores películas del año. Es patética en todos los sentidos, poco disfrutable y mal montada, con cortes abruptos por todos lados. La lucha de Transformers es muy escasa, y los últimos 45 minutos son incomprensibles, con Michael Bay excesivo, destrozos y chatarra por todos lados. Incomprensible el desperdicio de película para el presupuesto que tenía. Un disparate que destrozará vuestra integridad mental. Os ruego que no acudáis a verla a menos que queráis comenzar a odiar una saga. Avisados estáis.
Published on August 07, 2017 13:05
July 31, 2017
Crítica: SPIDER-MAN: HOMECOMING
Nuevo reinicio, nuevas caras y un rejuvenecimiento claro para el Vengador más divertido de Marvel. Una película dirigida a un público más joven, con muchos toques de humor y acción que harán las delicias de los fans del hombre araña. Una conexión clara con Los Vengadores que cumplirá las expectativas gracias al buen trabajo del elenco de actores. Esta semana hemos visto: SPIDER-MAN: HOMECOMING.
La nueva película de MARVEL, dirigida por Jon Watts, es un mero pretexto para introducirnos a Tom Holland como el nuevo Spider-man, tras su breve aparición en El Capitán América: Civil War. Un joven muchacho que va al instituto y trata de controlar sus poderes bajo el ala protectora de Tony Stark (Robert Downey Jr.), por quien siente gran veneración. Un acierto, de todas formas, dejar que Iron Man no aparezca demasiado en el filme, o al menos no le reste el protagonismo que merece Spider-Man. Se agradece también la frescura de la nueva tía-buenorra Mei, interpretada por Marisa Tomei y el amigo que descubre su secreto (Jacob Batalon), con quien comparte aficiones frikis y le aporta un toque todavía más adolescente al filme.
SPIDER-MAN: HOMECOMING contiene algo que a las demás películas de Marvel les falla, que es un enemigo carismático. Y no es otro que El Buitre, interpretado por un Michael Keaton que funciona a la perfección sin enfundarse en ese pesado armatoste. Él, junto a algunos de sus compañeros, se dedican a saquear y crear armas mezclando tecnología extraterrestre extraída directamente de la película Los Vengadores 2, y de paso sirve para meter a Spider-Man de lleno en el universo Marvel tan inmenso como el que nos espera. Con traje nuevo y la tecnología Stark a su alcance, Spider-Man se verá atraído por el poder, de manera que se llevará alguna lección debido a su juventud, y siempre bajo la protección de Iron Man.
Como toda buena película de Marvel, los efectos especiales, combates y artificios son espectaculares, aunque diría que quizás excesivos y mareantes, sobre todo tirando hacia el final. Visualmente es una pasada ver cómo Spider-Man trepa edificios y deja sus telarañas por todos lados, además de nuevos usos para su lanzatelarañas y la intuición de un nuevo traje para la nueva película de Los Vengadores. Spider-man es Tom Holland, y diría que es una apuesta acertada haberle dado ese toque tan juvenil y macarra. Es un superhéroe adolescente que recién entra en el universo dominado por Iron Man, Thor o el Capitán América, y esta primera película lo ha introducido de la mejor manera posible. Se han dedicado a hacer de Spider-Man un héroe de barrio, un chico que lucha contra sus ansias de popularidad y, de paso, por conseguir a la chica que desea. Buen golpe en el guión, todo sea dicho.
En definitiva, SPIDER-MAN: HOMECOMING supone la vuelta a la pantalla grande, una vez más, de Spider-Man interpretado por un Tom Holland que encaja a la perfección en el traje. La unión con Los Vengadores se ha producido y la aportación de El Buitre de Michael Keaton es fundamental para que Marvel se dé cuenta de que pueden existir villanos con carisma. Divertida, entretenida y adolescente, un derroche de efectos especiales y palomitera, como debe ser. Spider-Man ha vuelto. No os la perdáis.
La nueva película de MARVEL, dirigida por Jon Watts, es un mero pretexto para introducirnos a Tom Holland como el nuevo Spider-man, tras su breve aparición en El Capitán América: Civil War. Un joven muchacho que va al instituto y trata de controlar sus poderes bajo el ala protectora de Tony Stark (Robert Downey Jr.), por quien siente gran veneración. Un acierto, de todas formas, dejar que Iron Man no aparezca demasiado en el filme, o al menos no le reste el protagonismo que merece Spider-Man. Se agradece también la frescura de la nueva tía-buenorra Mei, interpretada por Marisa Tomei y el amigo que descubre su secreto (Jacob Batalon), con quien comparte aficiones frikis y le aporta un toque todavía más adolescente al filme.
SPIDER-MAN: HOMECOMING contiene algo que a las demás películas de Marvel les falla, que es un enemigo carismático. Y no es otro que El Buitre, interpretado por un Michael Keaton que funciona a la perfección sin enfundarse en ese pesado armatoste. Él, junto a algunos de sus compañeros, se dedican a saquear y crear armas mezclando tecnología extraterrestre extraída directamente de la película Los Vengadores 2, y de paso sirve para meter a Spider-Man de lleno en el universo Marvel tan inmenso como el que nos espera. Con traje nuevo y la tecnología Stark a su alcance, Spider-Man se verá atraído por el poder, de manera que se llevará alguna lección debido a su juventud, y siempre bajo la protección de Iron Man.Como toda buena película de Marvel, los efectos especiales, combates y artificios son espectaculares, aunque diría que quizás excesivos y mareantes, sobre todo tirando hacia el final. Visualmente es una pasada ver cómo Spider-Man trepa edificios y deja sus telarañas por todos lados, además de nuevos usos para su lanzatelarañas y la intuición de un nuevo traje para la nueva película de Los Vengadores. Spider-man es Tom Holland, y diría que es una apuesta acertada haberle dado ese toque tan juvenil y macarra. Es un superhéroe adolescente que recién entra en el universo dominado por Iron Man, Thor o el Capitán América, y esta primera película lo ha introducido de la mejor manera posible. Se han dedicado a hacer de Spider-Man un héroe de barrio, un chico que lucha contra sus ansias de popularidad y, de paso, por conseguir a la chica que desea. Buen golpe en el guión, todo sea dicho.
En definitiva, SPIDER-MAN: HOMECOMING supone la vuelta a la pantalla grande, una vez más, de Spider-Man interpretado por un Tom Holland que encaja a la perfección en el traje. La unión con Los Vengadores se ha producido y la aportación de El Buitre de Michael Keaton es fundamental para que Marvel se dé cuenta de que pueden existir villanos con carisma. Divertida, entretenida y adolescente, un derroche de efectos especiales y palomitera, como debe ser. Spider-Man ha vuelto. No os la perdáis.
Published on July 31, 2017 12:54
July 27, 2017
Crítica: DUNKERQUE
En plena Segunda Guerra Mundial, en 1940, los soldados aliados, más de 400.000, están acorralados por el ejército nazi en las orillas del Canal de la Mancha, viendo su patria desde la distancia, a tan solo 40 kilómetros. Christopher Nolan nos deja caer de lleno en la trepidancia de la que es, quizás, su mejor película hasta la fecha, y eso ya es mucho decir. Una de las mejores películas del año y, efectivamente, es casi seguro que en los Oscar jugará de titular. Esta semana hemos visto: DUNKERQUE.
Reino Unido tiene a más de 400.000 soldados en Dunkerque, en una playa donde el rumor de las olas acompaña el estruendo de nazis y aliados combatiendo palmo a palmo en las calles de la ciudad. Si los nazis avanzan la playa podría teñir de rojo su arena, y además sus potentes cazas sobrevuelan y bombardean la playa demasiado a menudo. Los escasos efectivos que protegen a los soldados desde el cielo son escasos y con pocos recursos, lo que nos arroja desde el minuto uno a una huída constante en la que el espectador ni siquiera necesita ver la cara de los nazis para saber que están ahí. Christopher Nolan ha creado una película que te deja sin respiración desde el principio hasta el final. Y si a eso le añadimos la potente y genial banda sonora del brillante, una vez más, Hans Zimmer, podéis imaginar el conjunto.
Dunkirk es una película que podría no haber sido filmada de no ser por el movimiento social de los ciudadanos del Reino Unido, que sacaron sus pequeñas embarcaciones al mar para ir al rescate de esos 400.000 soldados que ven su tierra desde la distancia. Cuenta con un gran reparto, entre ellos Mark Rylance y Tom Hardy, aunque es todo demasiado coral para que ninguno destaque, porque los silencios prolongados son los que predominan, los que activan la ansiedad del espectador y los que describen a la perfección la sensación de supervivencia extrema que se vivió en la realidad. Christopher Nolan firma una de sus mejores películas, sino la mejor, y lo hace siguiendo su tónica general, aunque aparte de blockbuster DUNKERQUE es un drama bélico que no hace sino realzar el gran pulso del director a la hora de rodar escenas tan directas como escalofriantes.
DUNKERQUE es un acto de sinceridad, una historia de héroes que salvó al Reino Unido de caer doblegado ante Hitler. Nolan recrea al ser humano en toda su oscuridad, cuando su vida corre peligro, cuando la inacción salva vidas a costa de otras. Es un filme épico en todo su desarrollo, asfixiante de principio a fin que hace que el espectador se quede pegado a la butaca sin ni siquiera pestañear. Parte de esa culpa la tiene Hans Zimmer, con unas partituras que martillean, agobian y potencian el conjunto como siempre hace en sus trabajos. Hay que hablar, cómo no, de sus 104 minutos de metraje, algo que siendo Christopher Nolan su director es más que reseñable, sobre todo por su habilidad para irse más allá de las dos horas sin despeinarse. En este caso, menos es más, y desde buen principio el director arroja al espectador y lo sumerge en la cosa de Dunkerque, lo monta en los cazas aliados y también en los barcos que los nazis consiguen hundir con submarinos.
Que DUNKERQUE va a estar en la próxima ceremonia de los Oscar es seguro, y que es pronto para afirmar y hacer apuestas también es cierto, pero que Christopher Nolan, como mejor director, y Hans Zimmer, a mejor banda sonora, van a estar nominados es algo que se ve venir de lejos. En todo caso, Nolan tiene mucho tirón, y la película pasa a ser una obra maestra del cine bélico desde ya. Una historia real tan dura como directa y llena de oscuridad. No puedo decir nada malo de ella, ni siquiera que Mark Rylance y Tom Hardy aparezcan poco o no tengan tanto peso como su nombre invita a pensar. Eso se debe a que no es una película de actores, sino algo mucho más coral, puesto que los verdaderos protagonistas fueron aquellos que sacaron de las costas francesas a más de 300.000 soldados con vida. No dudéis e id a verla sin falta, es una de las mejores del año.
Reino Unido tiene a más de 400.000 soldados en Dunkerque, en una playa donde el rumor de las olas acompaña el estruendo de nazis y aliados combatiendo palmo a palmo en las calles de la ciudad. Si los nazis avanzan la playa podría teñir de rojo su arena, y además sus potentes cazas sobrevuelan y bombardean la playa demasiado a menudo. Los escasos efectivos que protegen a los soldados desde el cielo son escasos y con pocos recursos, lo que nos arroja desde el minuto uno a una huída constante en la que el espectador ni siquiera necesita ver la cara de los nazis para saber que están ahí. Christopher Nolan ha creado una película que te deja sin respiración desde el principio hasta el final. Y si a eso le añadimos la potente y genial banda sonora del brillante, una vez más, Hans Zimmer, podéis imaginar el conjunto.
Dunkirk es una película que podría no haber sido filmada de no ser por el movimiento social de los ciudadanos del Reino Unido, que sacaron sus pequeñas embarcaciones al mar para ir al rescate de esos 400.000 soldados que ven su tierra desde la distancia. Cuenta con un gran reparto, entre ellos Mark Rylance y Tom Hardy, aunque es todo demasiado coral para que ninguno destaque, porque los silencios prolongados son los que predominan, los que activan la ansiedad del espectador y los que describen a la perfección la sensación de supervivencia extrema que se vivió en la realidad. Christopher Nolan firma una de sus mejores películas, sino la mejor, y lo hace siguiendo su tónica general, aunque aparte de blockbuster DUNKERQUE es un drama bélico que no hace sino realzar el gran pulso del director a la hora de rodar escenas tan directas como escalofriantes.
DUNKERQUE es un acto de sinceridad, una historia de héroes que salvó al Reino Unido de caer doblegado ante Hitler. Nolan recrea al ser humano en toda su oscuridad, cuando su vida corre peligro, cuando la inacción salva vidas a costa de otras. Es un filme épico en todo su desarrollo, asfixiante de principio a fin que hace que el espectador se quede pegado a la butaca sin ni siquiera pestañear. Parte de esa culpa la tiene Hans Zimmer, con unas partituras que martillean, agobian y potencian el conjunto como siempre hace en sus trabajos. Hay que hablar, cómo no, de sus 104 minutos de metraje, algo que siendo Christopher Nolan su director es más que reseñable, sobre todo por su habilidad para irse más allá de las dos horas sin despeinarse. En este caso, menos es más, y desde buen principio el director arroja al espectador y lo sumerge en la cosa de Dunkerque, lo monta en los cazas aliados y también en los barcos que los nazis consiguen hundir con submarinos.
Que DUNKERQUE va a estar en la próxima ceremonia de los Oscar es seguro, y que es pronto para afirmar y hacer apuestas también es cierto, pero que Christopher Nolan, como mejor director, y Hans Zimmer, a mejor banda sonora, van a estar nominados es algo que se ve venir de lejos. En todo caso, Nolan tiene mucho tirón, y la película pasa a ser una obra maestra del cine bélico desde ya. Una historia real tan dura como directa y llena de oscuridad. No puedo decir nada malo de ella, ni siquiera que Mark Rylance y Tom Hardy aparezcan poco o no tengan tanto peso como su nombre invita a pensar. Eso se debe a que no es una película de actores, sino algo mucho más coral, puesto que los verdaderos protagonistas fueron aquellos que sacaron de las costas francesas a más de 300.000 soldados con vida. No dudéis e id a verla sin falta, es una de las mejores del año.
Published on July 27, 2017 13:01
July 25, 2017
Crítica: DÍA DE PATRIOTAS
Maratón de Boston, 15 de abril de 2013, un atentado se produce durante el transcurso de la carrera y toda Boston se vuelca hasta dar con el paradero de los terroristas, cuyo ataque acabó con 260 heridos y 3 muertos. Un reparto de lujo para una película que documenta bien lo sucedido y lo narra de una manera tan eficaz como eficiente. Esta semana hemos visto: DÍA DE PATRIOTAS.
Patriots Day está dirigida por Peter Berg y cuenta con Mark Walhberg, J.K Simmons, Kevin Bacon y John Goodman. Como veréis, es un reparto de lujo, pero su protagonista no es otro que el propio Mark Walhberg, él es el sargento Tommy Saunders y demuestra que le van bien todo tipo de papeles, lo que le convierte en un todoterreno. Tiene un par de escenas sobrecogedoras y es tan eficiente como sus grandes compañeros de reparto. Pero, como suele pasar en este tipo de filmes, al final todo ello acaba siendo muy coral y ninguno sobresale por encima del resto. La mano de Peter Berg nos ofrece planos y escenas documentadas brillantemente, de manera que no sabemos si lo que estamos viendo es lo que sucedió realmente o la película en sí misma, por lo que se ha hecho un gran trabajo a la hora de recrear los hechos tal y como sucedieron.
DÍA DE PATRIOTAS no sorprende, porque ya sabemos lo que sucedió: los terroristas detonaron ambas bombas y trataron de escapar, pero gracias a la ciudadanía de Boston y el trabajo conjunto de policía y FBI, fueron finalmente detenidos. Eso uno de ellos, puesto que el otro acabó muerto. Las escenas de acción son interesantes, aunque el clímax está resuelto muy a la americana, con un despliegue enorme de efectivos que echa para atrás. EEUU, como siempre, mostrando músculo en cuanto tiene ocasión. En todo caso, es una película inmersiva, bien documentada e históricamente verídica, por lo que hay que valorar el trabajo realizado, ya que es entretenida pese a sus dos horas de metraje.
Se nos enseña, también, las vidas de muchas personas que sufrieron el ataque durante la maratón, incluso a los dos terroristas: cómo vivían y todos los pasos que siguieron antes y después de hacer estallar ambas bomas. Doy por hecho que todos y cada uno de los pasos que siguieron los yihadistas, y de todas las historias que se narran, son igualmente verídicas. Sin embargo, al espectador le interesará más lo que hicieron los terroristas, por lo que el intento de crear empatía con algunos de los participantes de la maratón se antoja algo excesivo e innecesario, y aunque Peter Berg ha querido mostrar la realidad tal y como sucedió, alarga el metraje y no logra crear el efecto adecuado. Al menos a mi personalmente.
En definitiva, DÍA DE PATRIOTAS es una buena película. Entretenida, veraz y con pocos altibajos. Sabe mantenerte enganchado y crea la tensión necesaria para no desconectar. No sé si en España habrá pegado muy fuerte tras sus tráilers infinitos, a veces menos es más, pero su reparto es tan increíble que vale la pena ir a verla solo por verlos a ellos. Si buscáis historias reales y documentación verídica, al margen de que os guste que sea algo panfletaria, esta es vuestra película.
Patriots Day está dirigida por Peter Berg y cuenta con Mark Walhberg, J.K Simmons, Kevin Bacon y John Goodman. Como veréis, es un reparto de lujo, pero su protagonista no es otro que el propio Mark Walhberg, él es el sargento Tommy Saunders y demuestra que le van bien todo tipo de papeles, lo que le convierte en un todoterreno. Tiene un par de escenas sobrecogedoras y es tan eficiente como sus grandes compañeros de reparto. Pero, como suele pasar en este tipo de filmes, al final todo ello acaba siendo muy coral y ninguno sobresale por encima del resto. La mano de Peter Berg nos ofrece planos y escenas documentadas brillantemente, de manera que no sabemos si lo que estamos viendo es lo que sucedió realmente o la película en sí misma, por lo que se ha hecho un gran trabajo a la hora de recrear los hechos tal y como sucedieron.
DÍA DE PATRIOTAS no sorprende, porque ya sabemos lo que sucedió: los terroristas detonaron ambas bombas y trataron de escapar, pero gracias a la ciudadanía de Boston y el trabajo conjunto de policía y FBI, fueron finalmente detenidos. Eso uno de ellos, puesto que el otro acabó muerto. Las escenas de acción son interesantes, aunque el clímax está resuelto muy a la americana, con un despliegue enorme de efectivos que echa para atrás. EEUU, como siempre, mostrando músculo en cuanto tiene ocasión. En todo caso, es una película inmersiva, bien documentada e históricamente verídica, por lo que hay que valorar el trabajo realizado, ya que es entretenida pese a sus dos horas de metraje.Se nos enseña, también, las vidas de muchas personas que sufrieron el ataque durante la maratón, incluso a los dos terroristas: cómo vivían y todos los pasos que siguieron antes y después de hacer estallar ambas bomas. Doy por hecho que todos y cada uno de los pasos que siguieron los yihadistas, y de todas las historias que se narran, son igualmente verídicas. Sin embargo, al espectador le interesará más lo que hicieron los terroristas, por lo que el intento de crear empatía con algunos de los participantes de la maratón se antoja algo excesivo e innecesario, y aunque Peter Berg ha querido mostrar la realidad tal y como sucedió, alarga el metraje y no logra crear el efecto adecuado. Al menos a mi personalmente.
En definitiva, DÍA DE PATRIOTAS es una buena película. Entretenida, veraz y con pocos altibajos. Sabe mantenerte enganchado y crea la tensión necesaria para no desconectar. No sé si en España habrá pegado muy fuerte tras sus tráilers infinitos, a veces menos es más, pero su reparto es tan increíble que vale la pena ir a verla solo por verlos a ellos. Si buscáis historias reales y documentación verídica, al margen de que os guste que sea algo panfletaria, esta es vuestra película.
Published on July 25, 2017 12:58
July 23, 2017
Crítica: CARS 3
Última entrega de la saga de Rayo McQueen, quien comienza a ver cómo coches ultrarrápidos comienzan a pasarle por delante. Dispuesto a afrontar el reto de vencer, y gracias al entrenamiento junto a Cruz Ramírez, Rayo McQueen nos ofrecerá un tono mucho más serio y todo un derroche de buena animación, como Disney-Pixar acostumbra a hacer. Una despedida al nivel de la leyenda. Esta semana hemos visto: CARS 3.
Antes de CARS 3, y como viene siendo costumbre en Pixar, nos ofrecen un corto de animación llamado LOU. Es un bicho que vive en el cajón de juguetes perdidos de un colegio y que obliga a un pequeño "matón" a devolver sus cosas al resto de niños. El chaval, que le hace la vida imposible a sus compañeros, comienza a recibir agradecimientos y ve cómo su mundo cambia. Un corto de gran sensibilidad que trata el bullying de una forma muy directa y con una conclusión brillante. Sin duda, una gran introducción que precede las aventuras de Rayo McQueen; una enseñanza para los más peques, que disfrutarán con la originalidad del "monstruo" Lou.
CARS 3 comienza con Jackson Storm irrumpiendo en la Copa Piston al frente de una nueva generación de coches ultraveloces, aerodinámicamente preparados para mantener la trazada y llevarse por delante a las antiguas glorias, entre ellas la más popular y legendaria: Rayo McQueen. Este ve cómo se va quedando solo, hasta el punto en el que necesita evolucionar. Y para eso nada mejor que un centro de alto rendimiento, donde conocerá a su entrenadora: Cruz Ramírez. Sin embargo, con el fallecimiento de su mentor, Hudson, Rayo McQueen comienza a pensar que quizás es hora de colgar las ruedas y comenzar otra vida.
CARS 3 es animación hiperrealista, con una trama más adulta y, posiblemente, la mejor de la saga. Sus personajes son más redondos, más reales y más reflexivos. Es muy colorista y rezuma adrenalina, las escenas de carreras están muy bien llevadas y técnicamente Pixar demuestra que juega en otra liga. Una road movie de superación personal, donde Rayo McQueen ha de vérselas con su futuro y también con un legado que teme dejar atrás. Gustará a los más peques, pero al ser más adulta dejará mayor poso de reflexión en los mayores. Los personajes son los mismos de siempre, pero con menos peso, porque ahora Cruz y Rayo son los protagonistas en una película que no tiene tanto sentido del humor como las anteriores.
En definitiva, CARS 3 es una delicia visual, un derroche de colores y de carreras locas que suponen el colofón final para las aventuras de Rayo McQueen. Una película de tono más serio que gustará a los niños, pero cuyas capas solo podrán degustar los mayores. Una película de verano que satisfará a todo el mundo y que lleva las carreras a un nivel más tecnológico, como ocurre en estos tiempos, donde las manos del piloto no son tan importantes como la calidad del monoplaza. No os la perdáis.
Antes de CARS 3, y como viene siendo costumbre en Pixar, nos ofrecen un corto de animación llamado LOU. Es un bicho que vive en el cajón de juguetes perdidos de un colegio y que obliga a un pequeño "matón" a devolver sus cosas al resto de niños. El chaval, que le hace la vida imposible a sus compañeros, comienza a recibir agradecimientos y ve cómo su mundo cambia. Un corto de gran sensibilidad que trata el bullying de una forma muy directa y con una conclusión brillante. Sin duda, una gran introducción que precede las aventuras de Rayo McQueen; una enseñanza para los más peques, que disfrutarán con la originalidad del "monstruo" Lou.
CARS 3 comienza con Jackson Storm irrumpiendo en la Copa Piston al frente de una nueva generación de coches ultraveloces, aerodinámicamente preparados para mantener la trazada y llevarse por delante a las antiguas glorias, entre ellas la más popular y legendaria: Rayo McQueen. Este ve cómo se va quedando solo, hasta el punto en el que necesita evolucionar. Y para eso nada mejor que un centro de alto rendimiento, donde conocerá a su entrenadora: Cruz Ramírez. Sin embargo, con el fallecimiento de su mentor, Hudson, Rayo McQueen comienza a pensar que quizás es hora de colgar las ruedas y comenzar otra vida.CARS 3 es animación hiperrealista, con una trama más adulta y, posiblemente, la mejor de la saga. Sus personajes son más redondos, más reales y más reflexivos. Es muy colorista y rezuma adrenalina, las escenas de carreras están muy bien llevadas y técnicamente Pixar demuestra que juega en otra liga. Una road movie de superación personal, donde Rayo McQueen ha de vérselas con su futuro y también con un legado que teme dejar atrás. Gustará a los más peques, pero al ser más adulta dejará mayor poso de reflexión en los mayores. Los personajes son los mismos de siempre, pero con menos peso, porque ahora Cruz y Rayo son los protagonistas en una película que no tiene tanto sentido del humor como las anteriores.
En definitiva, CARS 3 es una delicia visual, un derroche de colores y de carreras locas que suponen el colofón final para las aventuras de Rayo McQueen. Una película de tono más serio que gustará a los niños, pero cuyas capas solo podrán degustar los mayores. Una película de verano que satisfará a todo el mundo y que lleva las carreras a un nivel más tecnológico, como ocurre en estos tiempos, donde las manos del piloto no son tan importantes como la calidad del monoplaza. No os la perdáis.
Published on July 23, 2017 13:13


