Edilberto Aldán's Blog, page 29
November 16, 2021
Resentimiento
Rencor y resentimiento son emociones fáciles de confundir, ambas se generan a partir de daño que alguien nos causa y la reacción a ese agravio, real o imaginario, es básicamente la misma, la diferencia está en las consecuencias, el resentimiento acumulado suele generar rencor, un deseo de venganza difícil de satisfacer y que, con el paso del tiempo, se hace más destructivo. En un país como el nuestro, cuyo defecto principal es la desigualdad, no es sencillo escapar al resentimiento, a esa sensación de deuda no saldada porque se nos ha negado una oportunidad.
El resentimiento puede ser pasajero, de solución fácil, especialmente cuando se consideran todos los factores que nos colocan en esa situación, al considerar lo que nos provoca la desigualdad, sin ser la solución, la confianza en cumplir nuestras aspiraciones puede auxiliar a relegar esa emoción y no acumularla, entender, como quería Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.
Constantemente defenestradas las aspiraciones de la clase media desde la conferencia matutina del presidente, el discurso indica que a Andrés Manuel López Obrador sólo le interesa ir sembrando rencores para, en su momento, apuntalar en ese deseo de venganza cualquiera de sus iniciativas, desde su política pública asistencialista hasta el odio mínimo que siente hacia quien considera sus adversarios.
En el Presupuesto de Egresos aprobado por la Cámara de Diputados, sin moverle o agregarle una sola coma a lo que presentó López Obrador, la serie de recortes presupuestales indican los afectos presidenciales, ¿de qué otra manera entender la posición a la que el Ejecutivo, con el aval del Legislativo, han colocado al Instituto Nacional Electoral? Con el presupuesto otorgado, el INE simplemente no puede realizar el ejercicio de revocación de mandato. No importa cuántas veces y cuántos funcionarios declaren y prueben las mentiras de la bancada de Morena, el Partido del Trabajo y el mismo presidente, en el discurso oficial se impone la versión de que el INE se niega al mínimo sacrificio con tal de afectar al pueblo bueno.
Sin ningún empacho, López Obrador declara en la mañanera la fórmula para que el INE cumpla con la ley: “que lleven a cabo un plan de austeridad, que se bajen los sueldos. Ganan mucho, los consejeros ganan el doble de lo que gana el presidente, se ‘rayan’; que ya le bajen a los viáticos, a las comidas y los vinos, y a todos los gastos superfluos. Austeridad republicana y alcanza el presupuesto”. Y no, no alcanza, probado con números, dicho por el consejero presidente en su comparecencia ante la Cámara de Diputados, reiterado una y otra vez por el conjunto de consejeros del INE en diversos medios de comunicación, pero nada de eso importa, porque ya López Obrador declaró que todo consiste en recortar aquellos gastos que hacen de los funcionarios públicos una élite dorada maléfica que goza de abusar del pueblo.
López Obrador seguirá cosechando en el resentimiento de un país de desigualdades, azuzando hacia el rencor entre quienes, confiados en su caudillo, se han quedado sin permiso para tener aspiraciones a una mejoría y sólo les queda revivir constantemente el daño recibido, real o imaginario.
Al INE sólo le queda esperar la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al obligarlo a lo imposible, el presidente López Obrador no se verá en la necesidad de pensar en cómo alimenta el resentimiento entre sus gobernados, porque las consecuencias no serán inmediatas y él ya dijo que una vez que termine su mandato se irá a La Chingada, allá, en su propiedad, podrá como Pedro Páramo, desmoronarse como un montón de piedras, lejano de los efectos de los rencores cosechados.
Coda. En Siglo pasado (desenlace), poemario de José Emilio Pacheco, hallo este poema, que bien podría murmurarse López Obrador una vez que se retire a su rancho:
Encuentro
Ya me encontré a mí mismo en una esquina del tiempo.
No quise dirigirme la palabra,
en venganza por todo lo que me he hecho con saña.
Y me seguí de largo y me dejé hablando solo
-con gran resentimiento por supuesto.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 12, 2021
Representatividad
Para nadie es un secreto que el sistema de partidos en México está fracturado, sin embargo, ante la ruina que son estas organizaciones, la oposición no se cansa de señalar que no hay más ruta que la suya, hallar o construir una figura capaz de vencer a Andrés Manuel López Obrador, reducen la búsqueda del poder y el ejercicio de gobierno a una pelea de box.
Todo indica que estamos condenados a seguir por el camino del que está convencida la oposición, que llegaremos al 2024 evaluando a los gobernadores no por sus logros en cada entidad federativa sino por su capacidad de oponerse al presidente en una boleta electoral donde no estará López Obrador si no su elegida; dando seguimiento a las puntadas, observaciones y críticas de cartuchos quemados como Ricardo Anaya o José Antonio Meade para darles una nueva oportunidad de contender por la presidencia, porque si el actual presidente lo consiguió a la tercera postulación, ¿por qué no habría de repetir la experiencia?, ese es hasta ahora el camino para hallar a quien se oponga a la Cuarta Transformación.
En la segunda opción, la de construir una figura, también estamos condenados a seguir la ruta equivocada de la oposición obsesionada con López Obrador, porque levantar una figura capaz de oponerse al líder de la Cuarta Transformación no se está basando en elaborar un proyecto alternativo de nación ni de proponer políticas públicas que se opongan al proyecto tetratransformista, sino en la de generar una figura que concentre el odio contra una persona y, en esa medida, reúna la simpatía de los electores como si David hubiera necesitado porra para vencer a Goliat.
En un texto reciente comenté que la clase política se encuentra deslumbrada por los mercadólogos, asesores que les dictan sobre las formas antes que el fondo para conseguir la aceptación de la ciudadanía, la idea fija de la oposición que se concentra en López Obrador y las únicas dos opciones que hasta ahora ofrecen para convertirse en opción, lamentablemente, basará su esfuerzo en atender a quienes creen que todo consiste en la imagen. Con esta idea de la obsesión por la imagen, Jesús Medina, quien aspirara a la alcaldía de Aguascalientes, realizó un comentario público en que me señaló que “un sistema político no es distinto al de la ciudadanía que la conforma. No puede haber eficacia representativa ni buenos gobernantes mientras los partidos políticos no postulen candidatos idóneos ni haya electores a los que se pueda llegar con argumentos y razones. El imperio de lo que Giovani Sartori llamó el ‘Homo Videns’”.
Coincido con Jesús Medina, sin embargo, el fracaso mayor de los partidos políticos consiste en haber desligado su razón de ser de la representatividad que merece la ciudadanía, por eso el peligro del imperio de la forma sobre el fondo, en la construcción u hallazgo de un líder capaz de derrotar a López Obrador en el 2024, ninguna organización política está ofreciendo recoger las causas y movimientos, ni tampoco construir un proyecto de nación con base en lo que los ciudadanos están pidiendo, porque todo lo reducen al candidato; una de las críticas mayores que se le pueden hacer al presidente es que está convencido de que encarna los deseos del pueblo, y ni siquiera porque se coloca por encima de sus gobernados, la oposición logra ver que López Obrador no es el modelo a seguir, porque declara abiertamente que no representa a los mexicanos sino que sabe escucharlos.
Convencidos de que no hay más ruta que la del fracaso comprobado que proponen los partidos políticos, la ciudadanía está condenada a seguir buscando vías alternas para el ejercicio del poder y lograr los cambios necesarios, lo que acrecentará la desconfianza hacia la clase política, no sólo eso, un giro hacia el culto a la personalidad, creer que el esfuerzo colectivo no basta porque se requiere de un caudillo que sepa interpretar nuestros deseos.
Coda. Una cita de Voltaire: “La historia no se repite nunca; los seres humanos, siempre”.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 11, 2021
Diagnóstico equivocado
El desprestigio de la política y sus actores no es nuevo, sin embargo, de un tiempo a la fecha esta actividad tiene cada vez peor fama en la percepción pública, ya no es un arte ni una ciencia, no es la aplicación de diversas herramientas para lograr consensos y tomar decisiones, cada vez se parece más al chiste con que la definió Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar los remedios equivocados”.
Quizá por eso, también de un tiempo a esta parte, cada vez son menos quienes, al menos profesionalmente, eligen actuar y prefieren pasarse al otro lado de la barrera para analizar el actuar de los políticos, el mundo está lleno de analistas que venden sus servicios para hacer disertaciones en voz alta y aconsejar a quienes sí se animan a ejercer el poder. No tengo duda de la seriedad de un puñado de asesores que se dedican al análisis serio de la realidad, lamentablemente son menos, mucho menos que aquellos que de manera superficial y con la mirada puesta en la promoción de un producto antes que en una idea, se acercan a los políticos para ofrecer sus ideas de marketing.
El problema de la mercadotecnia aplicada al campo político es que la finalidad de esa serie de actividades está encaminada a lograr la satisfacción del cliente y los usuarios, antes que a provocar un cambio que beneficie nuestras prácticas de convivencia; enfocados en satisfacer los deseos del cliente, estos asesores suelen reducir la política a ganar adeptos antes que convencerlos, más a promover la imagen que a la elaboración de políticas públicas; los diagnósticos que entregan para mejorar el comportamiento de un político suelen estar equivocados, porque el propósito no apunta a la búsqueda del bien común o el intercambio de ideas que generen un cambio.
Lograr la satisfacción de un cliente puede ser sumamente complejo, sin embargo, en el marketing político hay muchísimos charlatanes que eligen simplificarlo todo a la aplicación de encuestas o sondeos que se basan en la imagen, se propone entonces al político que deje a un lado la congruencia y actúe de acuerdo a lo que la audiencia exige; si un producto no está funcionado, se elige cambiar la envoltura, modificar la presentación, sin importar que el contenido siga siendo el mismo; el resultado es que tenemos políticos a los que no se les exige convencer a partir de sus ideas sino a través de imágenes.
Llevamos décadas sufriendo el imperio de la imagen, con la contaminación visual de espectaculares donde lo que importa es el impacto visual, con discursos cada vez más huecos y que se repiten de manera nauseabunda porque ya alguna vez se probó su eficacia, sin importar que el sujeto sea distinto.
A pesar de la prioridad que se le da a la satisfacción del cliente a partir de sus gustos, algo parece estarse moviendo en el colectivo, cada vez más son las manifestaciones que reclaman un cambio que realmente modifique las reglas del juego y sirva para la colectividad, no por nada los movimientos y causas relacionados con la desigualdad y la defensa de los derechos humanos ocupan con mayor frecuencia la conversación pública, esas voces se están agrupando en comunidades crecientes, ya están en las calles, ya están demandando que se les tome en cuenta, sin ideologías, sin seguir una cuadrada geometría política y sin caer en los extremos donde quienes no acaban de entender esta transformación quieren colocar el descubrimiento del otro y la empatía.
Mientras lo que se quiera vender sea un producto y no atender las necesidades de los diversos sectores de la sociedad, se continuará la receta que parte de un diagnóstico equivocado, esa que hace actuar a nuestra clase política como unos verdaderos idiotas.
Coda. Otro aforismo de Groucho Marx que creo aplica: “Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar, es realmente un idiota”.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 10, 2021
Cegado
Con la bandera del combate a la corrupción, Andrés Manuel López Obrador logró darle un propósito al descontento de millones, los estragos provocados por la desigualdad y un sistema de complicidades en que sólo se beneficiaban siempre sólo unos pocos fueron tierra fértil para lograr que el candidato de Morena llegara a Palacio Nacional; desde ahí, el presidente de la Cuarta Transformación no ha dejado pasar un solo día sin recordarle a quienes lo eligieron que su compromiso es erradicar la corrupción.
La promesa es luminosa pero difícil de cumplir, no sólo eso, para erradicar la corrupción del sistema mexicano se requiere años, todos sabemos que no es tarea de un sexenio y que lo que haga López Obrador alcanzará apenas a establecer los cimientos. El presidente también lo sabe y es tan evidente que en la aplicación de su política anticorrupción sólo hay extremos, cuando lo que se requiere es un corte quirúrgico, López Obrador levanta el hacha y cercena el miembro completo.
López Obrador está obsesionado con cómo lo recordará la historia, a tal grado que es incapaz de sutilezas o matices, para el presidente sólo hay un camino y cree que lo tiene que recorrer solo, por eso no se tienta el corazón o le piensa cuando se deshace de sus mejores hombres, no le importa quedarse sin nadie que lo auxilie porque considera que él todo lo puede y que está obligado a demostrarlo.
La destrucción de Sodoma estuvo condicionada por Jehová a la existencia de un puñado de hombres justos, “Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos”, le dijo a Abraham; ¿quiénes son y qué hacen estos hombres justos?, todavía se sigue discutiendo, en el Talmud se le identifica como aquellas personas que por su generosidad y sentido de justicia consiguen la gracia de Dios y logran que el mundo permanezca.
En el combate a la corrupción el presidente bien haría en rodearse de esos hombres justos, unirlos a su causa y aprovecharlos, pero como está cegado por un mundo sin matices, sus preceptos morales lo llevan a desdeñar y descalificar a todo aquel que no comparta su idea de austeridad o su mediocre visión de desarrollo personal y social.
Santiago Nieto Castillo, sin duda, era un funcionario eficiente, un hombre justo por así decirlo, su tarea estaba incomodando no sólo a los adversarios de la Cuarta Transformación, también a los que recién llegaron al poder y, rápidamente, asumieron las malas mañas de los regímenes anteriores; pero esa eficiencia del extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera no fue considerada por el presidente al momento de aceptarle su renuncia, en un mundo de apariencias, al presidente le importa más cómo se ve que lo que hace.
Obsesionado con los símbolos antes que con los actos, López Obrador ni siquiera le ofreció una salida digna a Santiago Nieto para que lo siguiera auxiliando en el combate a la corrupción, todo porque no comparte su visión moral.
Coda. Fin de siglo, un poema de José Emilio Pacheco:
«La sangre derramada clama venganza».
Y la venganza no puede engendrar
sino más sangre derramada
¿Quién soy:
el guarda de mi hermano o aquel
a quien adiestraron
para aceptar la muerte de los demás,
no la propia muerte?
¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan?
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 9, 2021
Amor y lealtad
“Mi lealtad es con el presidente”, declaró a través de Twitter Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, para explicar por qué presentó su renuncia al cargo, dimisión que Andrés Manuel López Obrador aceptó y, en su lugar, colocó a Pablo Gómez Álvarez. Brevemente, Nieto Castillo justificó que prefería dejar el cargo antes de “que pudiera afectarse al proyecto, por las críticas derivadas de terceros relacionados con un evento personal y transparente”. En el remate de su tuit, el exfuncionario estableció: “Mi amor para @C_Humphrey_J”, la consejera del Instituto Estatal Electoral, con quien se casó el fin de semana.
El espectáculo que exige el morbo con que se analiza la escena política, una vez más, cobró ya varias víctimas, los actos de terceros a los que se refiere Santiago Nieto en su tuit, se relaciona con otra renuncia, la de Paola Félix Díaz, secretaria de Turismo de la Ciudad de México, sólo porque decidió viajar en un avión privado a la boda del extitular de la UIF, “violando los principios de austeridad de la actual administración”, según la jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum.
No tengo duda de la vocación de servicio de Santiago Nieto, cuando estuvo a cargo del caso Odebrecht fue despedido de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales por haber filtrado que se le estaba presionando para declarar inocente a Emilio Lozoya. Los motivos por los que fue destituido Santiago Nieto durante la administración de Peña Nieto son explicados así por Jaime Cárdenas García: “En realidad la destitución de Santiago se fue delineando desde el mismo momento en que tomó posesión del cargo. Su independencia y el rigor con que ejercía el cumplimiento de la axiología constitucional fueron los motivos de la remoción. El sistema oligárquico-autoritario de nuestro país repele a las instituciones independientes y a los funcionarios incómodos que intentan controlar el poder”, en el prólogo del libro Memorias de un fiscal incómodo, que publicó en 2019, cuando ya Santiago Nieto se había adherido al proyecto de López Obrador.
Estoy convencido de que Santiago Nieto ha servido al gobierno de la Cuarta Transformación, pero antes que seguir ciegamente las órdenes de López Obrador, ha realizado su trabajo para combatir los delitos relacionados con recursos de procedencia ilícita, sí, las decisiones del extitular de la UIF para prevenir el lavado de dinero han coincidido con las insinuaciones del presidente, en lo hechos, la autonomía de Nieto Castillo es ejemplar si se le compara con el servilismo del fiscal Alejandro Gertz Manero; sin embargo, a pesar de estas coincidencias y la declaración de lealtad, el gobierno federal le acepta la renuncia y coloca a un legislador ejemplar, Pablo Gómez, que no tiene ninguna experiencia en estos asuntos.
Así se comporta la Cuarta Transformación con sus mejores hombres, con quienes dan resultados, López Obrador considera que la investidura presidencial le otorga cierta divinidad que le permite ser celoso de los sentimientos y emociones de sus empleados, no por nada ha declarado desde la conferencia matutina que se está con él o en su contra; es una divinidad celosa y enferma que demanda no sólo lealtad sino amor, intrincados de tal manera que se traduzcan en fe ciega.
En un último gesto, Santiago Nieto se anticipa a las posibles críticas que recibiría López Obrador por mantenerlo en el cargo, porque el presidente despreció la boda declarando que los servidores públicos deben actuar con moderación, con austeridad y viviendo en la justa medianía, sin ninguna prueba de que la ceremonia haya sido ostentosa o contraviniera la austeridad monacal a la que el presidente rinde pleitesía.
Gesto inútil el de Santiago Nieto, quienes demandan devoción y fe ciega no saben la diferencia entre el amor y la lealtad.
Coda. Al tuit de Santiago Nieto, le siguió la respuesta, por la misma vía, de Carla Humphrey: “Mi amor absoluto e incondicional es para ti @SNietoCastillo. Eres, sin ninguna duda, lo mejor que me ha pasado en la vida. Un hombre leal, admirable e íntegro y un ser humano excepcional que siempre busca ayudar y apoyar a quien lo necesita.”
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 8, 2021
Ladrar
La percepción sobre el desempeño de la clase política ha sufrido tal desgaste entre la sociedad, que ya son muy pocos quienes se atreven a contender por un cargo público presentándose como “políticos”, antes que eso, los aspirantes prefieren colocarse cualquier otra etiqueta, una que no les pese tanto, que genere empatía y los aleje de las críticas, como si con un simple sobrenombre se cubriera satisfactoriamente los requerimientos para realizar una tarea.
Que ahora ya nadie se presente como político profesional ha tenido consecuencias severas en el servicio público, si hace algunos años se hizo evidente la necesidad de un servicio público de carrera, hoy los gobiernos ya no atienden esos programas porque está mal vista la necesidad de capacitar y reconocer a quienes ejercen con dedicación sus labores en la administración pública; no solo eso, ahora lo que tenemos son candidatos que como oferta principal, antes que un programa, ofrecen la promesa de ser distintos porque no cuentan con experiencia en la política. Miles de candidatos promocionan su ignorancia como si su desconocimiento asegurara que no son corruptos o que, una vez en el cargo, trabajaran de manera honesta, como si ser “ciudadano” te eximiera de todas las malas conductas.
Si presentarse como ciudadano antes que como político no fuera una tontería, en tiempos de la corrección política y la tergiversación de las acciones afirmativas, quienes aspiran a un cargo público antes que establecer la corriente ideológica que los impulsa, presumen los movimientos con los que simpatizan, no les basta con formar parte de la comunidad, ahora entran al baile disfrazados de activistas, son candidatos defensores de los derechos humanos, ecologistas, feministas, animalistas, de la diversidad sexual, veganos, indigenistas… y cualquier cosa que otorgue lustre a sus intenciones.
En un sistema de partidos como el mexicano, donde el acceso al poder está vinculado a postularse a través de una organización política, las fracturas y debilidades de esa práctica se incrementan cuando los aspirantes llegan disfrazados de la causa de moda y, así, desnaturalizan el objeto de la acción política; para actuar con perspectiva de género en cualquier campo, no se requiere una credencial que establezca ser feminista, para defender los derechos de la diversidad sexual no se necesita salir del clóset y declarar tu homosexualidad, para promover políticas públicas que aseguren que la ignorancia de la mayoría no someta a la desigualdad a las minorías, de cualquier tipo, lo que se requiere es hacer política, no declaraciones ni ondear banderas.
Todos esos aspirantes que alardean sobre su apego a una causa, hipócritas, lo que hacen es asistir a la mascarada con el atuendo adecuado para el entretenimiento cortesano, no para presentarse ante la ciudadanía.
Coda. Con toda mi solidaridad con Francisco M. Aguirre. La vileza y deshonestidad intelectual empleada para descalificar la tarea y compromiso honestos de alguien, al final, caracteriza de cuerpo entero a los oportunistas. Que los perros ladren no es señal de avance, eso es lo único que saben hacer esos animales, ladrar.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 5, 2021
Cuarto Poder
Durante mucho tiempo se ha pensado en la prensa como el cuarto poder, como si los medios de comunicación estuvieran a la altura de los tres poderes clásicos (ejecutivo, legislativo y judicial), esta forma de ver al periodismo está rodeada de historias en las que la influencia que se ejerce sobre la opinión pública es tal que es capaz de derrocar gobiernos o destruir individuos. Novelas, películas y series se han encargado de mantener y engrandecer esa imagen, imperios mediáticos y corporaciones detrás de cuanta teoría de la conspiración se pueda uno imaginar.
El periodismo no es un cuarto poder, sin embargo, los dueños de esos imperios, a los ciudadanos Kane que dirigen conglomerados de medios les funciona la figura y así han interactuado con los gobiernos, con la clase política, y en una alianza cómplice se tratan con el debido cuidado para que uno no interfiera en los propósitos de los otros. ¿Qué hace tan poderoso a los medios?, no la personalidad de quienes lo dirigen sino su capacidad de negociar con la posibilidad de jugar a favor o en contra de distintos intereses, manejando las piezas de sus maquinarias informativas de acuerdo a un plan, manipulando a sus periodistas.
En un artículo que Pierre Bordieu escribió acerca de Karl Krauss, el sociólogo francés describe el poder de construcción y deconstrucción que tienen los periodistas y advierte que “pueden ir más lejos, con toda impunidad, a propósito de personas o de sus obras. Sin exagerar, se podría decir que tienen el monopolio de la difamación legítima”; esa es la maquinaria que durante mucho tiempo ofrecieron los dueños de los medios, la capacidad de destruir a través de sus páginas o emisiones, dirigiendo los esfuerzos de sus reporteros o columnistas.
Al finalizar el siglo XX se planteó la idea de que existe un quinto poder: internet, así nomás, era la época de los blogs, la transición entre las versiones impresas, radiofónicas o televisivas a digital, al ser desplazados los medios por la posibilidad de organización social en la red, se creía que la sociedad podría ejercer una influencia similar a la de los otros poderes; pero no ha sucedido así, son excepcionales los ejemplos en que a través de internet los ciudadanos se han organizado para ejercer con la misma fuerza acciones que las de un gobierno, además, los avances tecnológicos han modificado nuestra idea de internet y hoy tendríamos que estar hablando de las redes sociales.
¿Podría Mark Zuckerberg ser considerado un Charles Foster Kane? No, al dueño de Meta (antes Facebook) no le interesa el ejercicio del poder clásico, es un comerciante que vende la información que genera la masa que se une a sus productos, la intimidad, gustos, deseos y sueños que regalamos con tal de estar “conectados”, nuestros datos sirven para otro propósito, su comercio tiene un objetivo distinto al de gobernar, es sólo un negocio lucrativo.
Lo que sí ganaron las redes a los medios de comunicación, a los periodistas, fue “el monopolio de la difamación legítima”, un poder incontrolable por nuestra misma incapacidad de organizarnos a través de internet, porque hasta hoy, a pesar de los algoritmos, nadie puede asegurar que colocar durante unas horas un tema como tendencia en Twitter o Facebook logrará movilizar a la masa, de hecho, tiene el efecto contrario, mientras más se mueve una tendencia es mayor la cantidad de personas que mantienen su atención en la aplicación antes que en la movilización, porque ahora basta emitir una opinión, así que ya no se tiene que salir a la calle o reunirse para promover una “idea” o empujar un argumento.
La facilidad de difamar desde el anonimato no sólo ha desplazado a los medios de comunicación como el supuesto cuarto poder, se ha transformado en un parásito de la mercadotecnia política, ahora lo que se vende es influencia, presencia que no requiere de sustento alguno en la realidad, le basta la apariencia.
Si hay un cuarto poder está en manos de la masa aburrida e incapaz de socializar porque sólo busca aceptación, sin importar a quien arrastre en esa búsqueda ególatra.
Coda. A propósito del papel que ahora juegan los medios, un apunte de Karl Krauss: “El medio se ha convertido en fin, el chico de los recados se ha convertido en protagonista; resulta ahora que la prensa se ha convertido en el acontecimiento, sobre el acontecimiento en sí”.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 4, 2021
Rencor
Emilio Lozoya Austin merece estar en la cárcel, después de gozar de todos los privilegios de testigo protegido con que Alejandro Gertz Manero protegió a este corrupto confeso, por la simple de que cooperaría en la lucha contra la corrupción y que en su caída, arrastrará a sus jefes, a los verdaderos responsables de todas las trapacerías durante el sexenio de Enrique Peña Nieto e incluso el de Felipe Calderón.
El exdirector de Pemex, sin duda, merece la cárcel preventiva, ayer el juez de control, José Artemio Zúñiga Mendoza, decidió modificar las medidas cautelares y explicó que si antes se le había otorgado la libertad condicional era porque la Fiscalía General de la República no había solicitado la prisión justificada para Emilio Lozoya, es decir, a pesar de que se había fugado y que existían todas las condiciones para encarcelarlo, a Alejandro Gertz Manero no se le había ocurrido que su testigo privilegiado se podría escapar.
Sin embargo, no se puede festejar la cárcel preventiva para Emilio Lozoya, nada ha cambiado en el proceso que se le sigue y esa medida cautelar sólo refleja la discrecionalidad de nuestro sistema judicial, por eso no es de festejarse, porque nos muestra como los rencorosos que somos.
La prisión preventiva se justifica ante la posibilidad de fuga o que el acusado implique un riesgo mayor fuera de la cárcel, Emilio Lozoya reunía esas características, que no fueron evidentes para Alejandro Gertz Manero hasta el momento en que lo ridiculizó al ser descubierto cenando ostentosamente en el Hunan, “una imprudencia para decir lo menos” dijo el presidente, “un acto de provocación” lo consideró López Obrador y legal pero inmoral. Desde la mañanera, el titular del Ejecutivo demandó a la Fiscalía que todo se aclarara y que se hiciera “justicia pronta, expedita”. El fiscal entendió el regañó y la FGR cambió su postura ante el juez, por eso está en la cárcel Emilio Lozoya, por la confusión punitiva de venganza por justicia.
Si bien Emilio Lozoya se merece la cárcel preventiva, ese acto no borra todas las injusticias que se han cometido y se siguen cometiendo con miles de mexicanos que son privados de su libertad, las múltiples ocasiones en que se detiene, para investigar, por años, incluso décadas a un inocente sin pensar en las consecuencias y el daño que se hace a la persona y su familia.
Disfrutar de la cárcel preventiva para Emilio Lozoya nos hace desviar la mirada de las atrocidades que se realizan en nombre de la justicia, es fácil comparar el caso del exdirector de Pemex con el de Rosario Robles, aún así, nos quedaríamos cortos, porque son miles las víctimas que se encuentran en prisión por delitos que no merecen la privación de la libertad, que sufren las consecuencias del burocratismo e ineficiencia del aparato judicial.
No hay nada que festejar en un acto de justicia, celebrarlo arrastra al rencor.
Coda. En más de una ocasión he comparado a Andrés Manuel López Obrador con Pedro Páramo, su estilo personal de gobernar me parece autoritario y paternalista, sobre todo, lo caracteriza como el rencor vivo que es; el cambio de actitud de la fiscalía ante el caso de Emilio Lozoya, me hizo pensar en otro personaje de Juan Rulfo, en Dolores Preciado, quien en el lecho de muerte demanda lo siguiente a su hijo:
-No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo cóbraselo caro.
Así respondió Gertz Manero ante la petición de justicia de López Obrador, se la cobró caro a Emilio Lozoya.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
November 3, 2021
Riesgos
En un artículo reciente, Jesús Silva-Herzog Márquez establece que la lógica del populismo es contagiosa y genera en sus antagonistas los mismos impulsos y simplificaciones que propaga; un retrato lúcido y certero que describe en qué se ha convertido la oposición partidista a Andrés Manuel López Obrador.
Para entrar en materia Jesús Silva-Herzog Márquez inicia con una descripción de cómo se desintegra el juicio del presidente día tras día en sus conferencias matutinas, las críticas a su texto, como suele ocurrir con los defensores a ultranza de López Obrador, no logran leer más allá del primer párrafo y ya se ha comenzado a descalificar al editorialista por “atacar” a la persona; era de esperarse, ya llevamos tiempo suficiente con este gobierno y sus comparsas como para reconocer la imposibilidad del diálogo con la turba tetratransformista.
La oposición partidista ya también ha hecho lo suyo “defendiendo” a Silva-Herzog Márquez de la jauría lopezobradorista, están cumpliendo con el papel que se asignaron en esta farsa, el texto es una crítica demoledora a la complicidad de los partidos políticos con la polarización propuesta por López Obrador, asumirse como defensores contra el tirano no los coloca del lado justo de la historia ni los transforma en los héroes salvadores, por el contrario, al omitir los señalamientos que se les hacen intentan evadir la responsabilidad por su pésimo comportamiento como patiños de los trastornos del presidente.
Si bien son ciertos los señalamientos sobre las sentencias lunáticas y aberraciones inconcebibles por parte del titular del Ejecutivo, quedarse en la defensa de Jesús Silva-Herzog Márquez y emplear estas críticas en contra de López Obrador omite la rendición de cuentas a la que está obligada la oposición partidista por prestarse al juego del presidente; no ha habido un solo pronunciamiento de nuestra clase política por el abaratamiento del discurso, por engancharse todos los días con lo irrelevante e insensato para no ocuparse de la construcción de una oposición que verdaderamente represente a quienes sentimos que se nos están vulnerando nuestros derechos o, simplemente, dejando a un lado por llevar al país a una transformación que no tiene un rumbo definido.
Mientras la idea de los partidos políticos sea que se requiere una figura a la altura de López Obrador, en vez de propuestas que representen las causas y las luchas que salen a las calles, es seguro que en el 2024 vuelva a ganar la elección el presidente, con el riesgo de que quien llegue a Palacio Nacional ejerza de peor manera el poder del que se ha investido a la Presidencia, un Maximato como el de Plutarco Elías Calles, con todos sus riesgos.
Coda. Del artículo de Jesús Silva Herzog-Márquez: “Cuando se anticipa una política persecutoria, cuando se ofrecen purgas antes que reparaciones, cuando se pinta el mundo con los mismos dos colores se ha caído en la trampa que nos tiende el demagogo de palacio. No hay mejor premio para el populismo que producir una oposición a la medida de sus obsesiones. Podrá vestirse con disfraces liberales, podrá invocar las razones de la técnica y la prudencia de las instituciones, pero en el fondo es remedo, muy malo por cierto, del populismo que dice combatir”.
@aldan
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November 2, 2021
Desviar la mirada
Una de las reacciones básicas ante aquello que nos provoca temor es desviar la mirada, ignorarlo, como si al dejar de ver lo que nos aterra dejara de existir y nos mantuviera a salvo de su amenaza; cuando niños nos cerramos al mundo y dejamos de estar en él, cuando adultos, esa acción, elimina al peligro; en ninguno de los dos casos se elimina lo que nos genera miedo, por el contrario, nos deja indefensos.
Es común que ante lo que nos sentimos amenazados se elija no sólo rehuirlo sino negarlo, preferir no enterarse, no saber, no conocer los detalles, quizá por eso algunos consideren que la falta de conocimiento sobre un asunto genera placidez, la ignorancia como generador de la felicidad.
Saber poco de algo permite alcanzar un grado de satisfacción simple, en Ran de Akira Kurosawa, el protagonista dice “La ignorancia es la felicidad. A mayor conocimiento, mayor sufrimiento”, con ese principio hemos logrado restarle valor al esfuerzo de estudiar o aprender, como si el placer únicamente se pudiera lograr desde la abulia.
Esa felicidad simple es la que promueve Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias matutinas, con discursos provocadores y sesgados que son emitidos desde la supuesta protección al pueblo bueno, no es un ánimo pedagógico el que guía al presidente, por el contrario, es paternalismo en el peor de los sentidos, el que niega a los suyos el desarrollo de un criterio propio, el que abusa de su autoridad para elegir qué o cómo se deben de ver las cosas.
Según López Obrador, el neoliberalismo, los que diseñaron para su beneficio la política neoliberal, “promovieron en el mundo para poder saquear a sus anchas fue crear o impulsar los llamados nuevos derechos. Entonces, se alentó mucho, incluso por ellos mismos, el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos, la protección de los animales”, de un plumazo, mejor dicho, con una sentencia, el presidente reduce las causas y movimientos que lo intimidan a una jugada política de sus adversarios.
López Obrador quiere que desviemos la mirada, que no se vean la violencia, las pérdidas, todo el dolor que provoca la vulneración de los derechos humanos, porque según él, a pesar de que estas causas sean “muy nobles” el propósito de defenderlas “era crear o impulsar, desarrollar todas estas nuevas causas para que no reparáramos, para que no volteáramos a ver que estaban saqueando al mundo y que el tema de la desigualdad en lo económico y en lo social quedara afuera del centro del debate. Por eso no hablaba de corrupción, se dejó de hablar de explotación, de opresión, de clasismo, de racismo”.
Es inútil mostrarle al presidente la evidencia de que la causa principal de la desigualdad reside en no reconocer que todos somos iguales y contamos con los mismos derechos, ante los feminicidios, el cambio climático, las desapariciones, la venta de niñas… ante todas estas miserias que lastiman, a López Obrador no le cuesta nada cerrar los ojos porque está convencido de que todo el mal en el mundo le está dirigido para evitar ser considerado un presidente mediocre.
El presidente no tiene remedio, lo terrible es que su discurso alimenta un debate ficticio que mantiene en la ignorancia a sus seguidores y alienta a quienes, incluso siendo enemigos de la Cuarta Transformación, niegan los derechos de todos para mantener sus privilegios. López Obrador mantendrá su discurso polarizador para evitar que desviemos la mirada de su objetivo, no le importa que al cerrar los ojos deje el camino libre a quienes ante las omisiones, ante la invisibilización de estos males, aprovechan para empujar una agenda conservadora que no genere mejores condiciones para todos.
No está mal que el presidente considere que “primero los pobres”, el problema radica en que a esos pobres no los reconoce como víctimas de la vulneración de los derechos humanos, sólo cuentan como posibles beneficiarios de su mano asistencialista.
Coda. “Solamente son felices quienes no piensan nunca, es decir, quienes no piensan más que lo estrictamente necesario para sobrevivir. El pensamiento verdadero se parece a un demonio que perturba los orígenes de la vida, o a una enfermedad que ataca sus raíces mismas”, de En las cimas de la desesperación, de Emil Cioran.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX


