César Vidal's Blog, page 93
January 13, 2016
Mi lucha
La primera referencia a Mi lucha la tuve con doce o trece años cuando un compañero de colegio me habló de su existencia. Tenía yo curiosidad por leer el libro, pero en español nunca se publicó una versión íntegra – ni siquiera durante la guerra civil lo fue la patrocinada por el III Reich – y hube de esperar algunos años a tener un ejemplar en mis manos. Su primera lectura la realicé en inglés, pero no mucho después me hice con un ejemplar en alemán editado durante el gobierno de Hitler. Leí y releí el texto varias veces. Incluso me atrevería a decir que fui el primero que, en España, escribió sobre la obra con amplitud en uno de mis ensayos históricos, Los incubadores de la serpiente, que lleva descatalogado un par de décadas. Fue aquella una época en que los nazis atacaban las librerías para destruir mis libros sobre el Holocausto, en que pintaban esvásticas en el portal del bloque de pisos donde vivía en Zaragoza y en que ya había algunos que afirmaban la solemne estupidez de que yo era un agente del Mossad. De manera bien reveladora, cuando estudiar el nazismo – una década más tarde – reportó beneficios económicos o de otro tipo, gente encuadrada en el nacionalismo o en la izquierda se ocupó de vetar cualquier invitación que se me realizaba en el plano internacional alegando que yo era “controvertido”. Era cierto. Primero había sido controvertido para los nazis y luego para nacionalistas catalanes y vascos y gente de la izquierda. Al parecer, a ninguno se les ocurrió sacar conclusiones sobre su coincidencia de fobias con los admiradores de Hitler. Pero volvamos a Mi lucha. Muy posiblemente, Hitler no escribió personalmente Mi lucha. El texto se lo dictó a Rudolf Hess mientras estaba en la prisión de Landsberg y la redacción final se debió a un sacerdote de la orden de san Jerónimo, el padre Staempfle, que admiraba a Hitler contemplándolo como un valladar contra la influencia de los judíos en Alemania. Staempfle fue uno de tantos sacerdotes católicos que creyeron que Hitler coronaría el antisemitismo de siglos de la iglesia a la que pertenecían y que veían semejante tarea como justa y necesaria. Para ser ecuánimes, aunque eran partidarios de la discriminación más canallesca e incluso de los pogromos, sin embargo, no se les debió pasar por la cabeza que aquello iría todavía más lejos. Amanuense y redactor aparte, Mi lucha recoge la cosmovisión de Hitler con enorme exactitud e incluso con una especial sinceridad porque, como revelaría uno de sus compañeros de primera hora, estaba convencido de que no le quedaba mucho tiempo de vida y pretendía no persuadir a los votantes sino dejarles su legado doctrinal. Mi lucha es un texto pesado, reiterativo y aburrido en el que se mezclan el nacionalismo, el racismo, el antisemitismo y el socialismo no de corte internacionalista sino nacionalista. Con ciertas pinceladas autobiográficas, Hitler señalaba lo que sería el estado nacionalista y también cuáles constituirían sus objetivos en política exterior. Sabido es de todos que Hitler no logró alcanzar sus metas y que, en 1945, cosechó una pavorosa derrota que, entre otras consecuencias, trajo la del descuartizamiento de Alemania. Sin embargo, basta leer Mi lucha para saber que anunció lo que iba a suceder incluso cuando afirmó que si se hubiera gaseado a unos miles de judíos Alemania no habría sido derrotada en la Gran guerra. Por eso precisamente hay que leer Mi lucha. Para saber siquiera que ciertos anuncios no deben despreciarse jamás.
January 12, 2016
Seis meses en suspenso
El efecto era salutífero y la ausencia de ejecutivo, lejos de perjudicar a los españoles, los acababa beneficiando. Como fábula, la ocurrencia de Vizcaíno Casas – al que imagino que pensará quitarle la calle el desastrado y desastroso gobierno municipal de Madrid – resultaba ingeniosa y divertida. Como posibilidad real, crea inquietud. Con todo, es la opción que parece abrirse camino, paso a paso, en las cúpulas de los partidos políticos. En el PP, no faltan los que creen que el resultado de unas elecciones en mayo serían mejores siquiera por los votos que recuperarían de Ciudadanos. En Podemos, están convencidos de que asaltarán los cielos si tienen enfrente a Rajoy porque terminarán de absorber a IU y de desventrar al PSOE. En el PSOE, sueñan con poder quitarse de encima a Pedro Sánchez. Quizá la excepción sea Ciudadanos, formación que aún está groggy por los resultados y que, a estas alturas, imagino que continuará intentando aclararse. Personalmente, a mi todos estos cálculos y recálculos me parecen comprensibles porque en ellos les va el puesto a los protagonistas. Sin embargo, en términos de interés nacional, se me perfilan como absolutamente secundarios. Entre precampañas, campañas, poscampañas y trámites diversos, España puede estar sin ejecutivo ni legislativo más de medio año. Habrá quien recurra a la figura del gobierno en funciones, pero, con el corazón en la mano, ¿qué posibilidad tiene un gobierno en funciones para enfrentarse con desafíos importantes sin el respaldo del legislativo? Dios quiera que no suceda ninguna situación de especial gravedad, pero, caso de tener lugar, ¿cómo podría actuar el gobierno sin dar la sensación de moverse al margen de la ley y sin que lo aprovecharan aquellos que sueñan con acabar con el actual sistema constitucional? Aún más: Bruselas señaló claramente que el último presupuesto elaborado por Montoro era un disparate y que esperaba que el nuevo gobierno lo cambiaría. ¿Acometerá tan necesaria misión en septiembre u octubre y padeceremos la mayor parte del año unas cuentas inverosímiles? En fin, los políticos pueden seguir jugando al Monopoly de las urnas, pero España no puede estar más de medio año sin gobierno y en suspenso… a menos que Vizcaíno Casas tuviera razón.
January 11, 2016
Mi pobre amigo Cristóbal
Niño normal en todos los sentidos, de manera casi repentina comenzó a beber. Bueno, lo de beber es un eufemismo. En poco tiempo, aquel hombre menudo, de pelo negro y sonrisa tímida presentaba cabello ralo, cara chupada, dientes salidos y rictus nervioso. Algún compañero se apresuró a decir que recordaba a Nosferatu. Para mi lo peor es que no hubiera podido asegurar si era él quien chupaba de la botella o era la botella la que lo chupaba a él. Casi de la noche a la mañana, descubrimos que Cristóbal era incapaz de administrarse, que gastaba en alcohol bastante más de lo que ingresaba y que no tenía la menor intención de cambiar aquel camino autodestructivo. Lo peor no era que estuviera aniquilando su vida sino que además arruinaba a ojos vista la de aquellos que dependían de él. En ese momento, los que lo conocíamos nos dividimos. Unos decidieron aceptar sus promesas de que no seguiría dilapidando el escaso caudal familiar en bebida y que incluso, poco a poco, abandonaría el vicio. Otros, por el contrario, adoptamos una posición más contundentes advirtiéndole que de poco valía suprimir el vermut del aperitivo si, en el curso del almuerzo, se echaba al coleto tres botellas de vino como tres soles. Sin quererlo, los que habíamos sido amigos de Cristóbal comenzamos a distanciarnos. Los que confiaban en que todo se remediaría al final y en que una copa rechazada acá o acullá era un avance espectacular en aquella embriaguez perpetua nos consideraban demasiado ásperos e intransigentes a los que pensábamos que con el gasto etílico continuo, con el endeudamiento descontrolado y con su actitud persistentemente sorda y soberbia el desenlace acabaría siendo el peor. Hubo meses en que llegué a pensar que amistades de décadas acabarían desplomándose simplemente por la manera tan diferente en que veíamos la evolución vital del pobre Cristóbal. El pasado fin de semana, la discusión concluyó. El sábado por la noche, reventó su hígado que hubiera servido para jugar al baloncesto. Lo enterramos el lunes.
January 10, 2016
Responsabilidad
Con un parlamento hiperfragmentado, con dos partidos mayoritarios que han cosechado pésimos resultados – no lo neguemos – y con una suma de grupúsculos que ansían derribar el sistema, la responsabilidad es más necesaria que nunca. O PP y PSOE se ponen de acuerdo – quizá incluyendo a Ciudadanos – y forman una gran coalición o la situación puede deteriorarse de manera dramática y acelerada. La prima de riesgo está tensa como un violín, la deuda pública ronda – gracias a la pésima gestión de Montoro – el cien por cien del Producto Interior Bruto y cuando este año vuelva a subir el petróleo, la presión sobre la economía española se acercará a lo insoportable. La única salida es un gran acuerdo entre aquellas fuerzas que desean salvar el sistema y no aniquilarlo. Se trataría de un gran pacto de estado en el que se frenara de una vez por todas al nacionalismo catalán no mediante el fallido sistema montoril de entregarle decenas de miles de millones de euros que no le corresponden sino aplicando la ley. Se trataría de aportar racionalidad a un sistema administrativo imposible de costear, ineficiente y multitud de veces despótico. Se trataría de concluir las reformas laboral y de la Seguridad social antes de que el desempleo nos ahogue y el sistema de asistencia – saqueada su hucha - se colapse. Para dar credibilidad a ese programa ni Rajoy ni Sánchez pueden formar parte del gobierno. Ambos han conducido a sus partidos a resultados electorales pésimos – llamemos a las cosas por su nombre – y además no parecen contar con un programa claro de futuro más allá de balbuceos. Por responsabilidad, el “indecente” y el “miserable” – por citar la manera en que se calificaron recíprocamente – deben apartarse para que se forme una gran coalición con rostros nuevos. Por responsabilidad, ambos partidos tienen que frenar el nacionalismo catalán. Por responsabilidad, PP y PSOE tienen que evitar unas nuevas elecciones que significarían el desgobierno nacional durante medio año. Por responsabilidad, han de segar la hierba debajo de los pies de esa amenaza bolivariana que se denomina Podemos. Y es que si no actúan con responsabilidad, el panorama económico, prendido con los malos alfileres del gasto desaforado y la deuda desatada, se desbaratará y lo que veremos por las calles serán las milicias cuya legalización ya exigen algunos.
December 30, 2015
Diez sugerencias para 2016
1. Por encima de todo no se deje dominar por la preocupación o la angustia. Es cierto que habrá situaciones que no pueda arreglar, pero, aun así, el año concluirá al cabo de doce meses y la vida continuará. Cuantos menos sofocones se lleve mejor.
2. No se deje enredar por el apresuramiento y la prisa. Jesús dijo que había que observar los lirios del campo y las aves del cielo. No podrá hacerlo corriendo y sin tomarse tiempo para reflexionar con calma. Por eso, no permita que los políticos, los medios y otros expertos en manipulación lo aceleren engañándolo. Piense en todo con sosiego y tranquilidad. Contemple la realidad de las cosas y no lo que le venden como tal y, con seguridad, le irá mejor.
3. Procúre ser y olvídese de tener. Lo que haya ganado honradamente con su esfuerzo intentará quitárselo, con razón o sin ella, el Montoro de turno porque los vampiros de hoy no ceden ni ante las ristras de ajos. El sistema se ha afianzado como un inmenso mecanismo de expolio de las clases medias en favor de las castas privilegiadas así que espérese lo peor. La prima de riesgo, el mercado de valores, la deuda pública, la Agencia tributaria o el sistema financiero tampoco están para echar cohetes. No ponga su corazón en nada de eso. Sin embargo, lo que usted sea interiormente no podrá arrebatárselo nadie jamás. Sea, por lo tanto, o, al menos, intente ser lo mejor.
4. Saboree cada instante grato de su vida. Ciertamente, los buenos momentos no regresarán jamás, pero sí podrán quedar almacenados para aquella época difícil en que necesite recuerdos que endulcen su vida. Puede que los precise y mucho.
5. No espere soluciones de los políticos. Los primeros de entre ellos se las ven negras para arreglar su propio porvenir o simplemente para no acabar en el banquillo. Hay excepciones, pero recuerde que usted les paga el sueldo y – salvo que sea usted un rufián incrustado en cualquiera de las administraciones gracias a ellos – no viceversa. Son incapaces de formar gobierno y de hacer lo que deben con que imagínese si les importa ayudarle a usted y a los suyos.
6. Cuide de sus amigos. Los verdaderos son extraordinariamente escasos y no tienen precio. Los descubrirá con enorme facilidad en las situaciones difíciles. Si permanecen a su lado, son amigos. Si miran para otro lado, le abandonan o incluso se suman al linchamiento, es que no ha perdido usted nada al perderlos de vista.
7. Escuche a todos con paciencia y educación. Hágalo igual que si se tratara de su padre o de su hijo, pero sea prudente con los que lo adulan, lo envidian o lo aborrecen. Por regla general, su opinión no vale ni siquiera esa sustancia que se pisa por descuido en ocasiones y que deja un olor desagradable. Y tampoco permita que lo lleven a malgastar su tiempo. Con seguridad, el suyo es más valioso que el de los pelmazos.
8. No pierda tampoco un instante con los que se duelen porque a usted le van bien las cosas. Si quieren sufrir porque usted es feliz, allá ellos o, dicho en otras palabras, si se quieren condenar que se condenen.
9. Lea con calma y atención la Biblia. Los tiempos son difíciles y la ansiedad acecha detrás de cada esquina, pero, precisamente por ello, cuando todo se tambalea – y ya lo creo que se tambalea todo - son más precisas que nunca las verdades eternas
y 10. Confíe en Dios. Sin límites y sin que lo aparte de esa confianza lo que puedan hacer los demás. Es, con diferencia, el Único que ofrece una garantía del cien por cien. Lo dice alguien con no poca experiencia en ser objeto de las traiciones más repugnantes. Dicho lo cual: les deseo un felicísimo y luminoso año 2016.
December 29, 2015
Yo que siempre he pagado mis impuestos
La lista no sólo es ilegal - pisotea varios artículos del código penal -y va a desencadenar un marasmo de acciones judiciales contra Hacienda, además es inútil, falaz y no pasa de ser un instrumento de sucio linchamiento.
Es inútil porque muchos de los que aparecen no son morosos - es mi caso - sino personas que combaten a Hacienda en los tribunales en defensa de sus derechos y los de todos los ciudadanos. No van a dejarse avasallar por este número montoril ni a correr a Hacienda para permitir que los expolie totalmente. Inútil porque tampoco servirá para que a Montoro le cuadren unos presupuestos que nunca le han cuadrado y que en el caso del próximo año ya ha hecho que Bruselas le amoneste.por su imposibilidad. Inútil porque muchos pensarán que si esos no pagan… yo tampoco.
Es falaz porque muchos de los incluidos no sólo no deben dinero a Hacienda - es mi caso - sino que pelean contra su arbitrariedad en los tribunales.
Y no pasa de ser un instrumento de linchamiento como se ha podido comprobar con facilidad. Los medios afectos a Podemos y al nacionalismo catalán se han cebado conmigo pero eso no debería sorprender a nadie. Algun memo incluso me ha convertido en medio de comunicación solo para poder incluirme en un titular. En fin… Resulta especialmente triste que en La mañana de Federico de Es.Radio lo hayan mencionado sin contrastar la información. Sobre todo porque Federico padeció esta misma situación incluso antes que yo. Con una diferencia : el prefirió capitular quizá porque tenia demasiados frentes abiertos y yo, como otros profesionales, decidí resistir defendiendo la libertad de todos frente al despotismo.
Cuento todo con detalle en la entrevista que va a continuación. Porque yo a diferencia de los que han hablado estos días se lo que digo. Si lo sabré yo que siempre he pagado mis impuestos.
December 21, 2015
La luz de la Navidad
Dado que era cristiano, este dato llamó la atención de Kepler que no pudo dejar de preguntarse si el nacimiento de Jesús había tenido lugar en una fecha en que se hubiera producido un fenómeno similar. Realizando sus cálculos astronómicos, Kepler descubrió que una conjunción semejante se había dado en el 6-7 a. de C. lo que le llevó a percatarse de que esa fecha encajaba a la perfección con los datos proporcionados por el Evangelio de Mateo ya que en este texto -el primero del Nuevo Testamento- se dice efectivamente que Jesús había nacido cuando aún reinaba Herodes el Grande. Aún más exacto que Kepler fue en 1925, P. Schnabel. Entre otras labores, este erudito descifró unos escritos cuneiformes de la escuela de astrología de Sippar, en Babilonia. En ellos se hacía referencia a la mencionada conjunción en el 7 a. de C. y se indicaba que Júpiter y Saturno habían sido visibles durante un período de cinco meses. Efectivamente, hacia el final de febrero del 7 a. de C. atravesaba el firmamento la constelación mencionada. El 12 de abril ambos planetas efectuaron su orto helíaco a una distancia de 8 grados de longitud en la constelación de los Peces. El 29 de mayo se vio durante dos horas la primera aproximación. La segunda conjunción tuvo lugar el 3 de octubre, el día del Yom Kippur judío o fiesta de la Expiación. El 4 de diciembre se vio por tercera y última vez.
Fue esta conjunción la vista por los magos -que no reyes- de los que habla el evangelio de Mateo, unos personajes que no practicaban las artes ocultas sino que pertenecían a la tribu meda del mismo nombre ya mencionada por Heródoto y que, al parecer, contaban con conocimientos astronómicos. Una vez más, los datos encajaban con el Evangelio de san Mateo e incluso explicarían la manera en que los magos pudieron ver la denominada “estrella” y seguirla durante meses hasta llegar a Palestina. La misma se habría aparecido en diversas ocasiones - la primera llamando su atención, la última indicándoles donde estaba el niño. De esa manera, por lo tanto, Jesús habría nacido en mayo u octubre del 7 a. de C. - más verosímilmente en la primera fecha - y, como señala el primer libro del Nuevo Testamento, su nacimiento había venido acompañado de la visión de un astro en el cielo, astro rastreado por los magos.
Hoy quien se dirige a ustedes realiza el penúltimo programa de este año y desea recordarles que estamos en Navidad. No lo hace por cuenta de unos grandes almacenes ni para traerles a la cabeza que en Nochebuena habrá que cenar con los cuñados a pesar de que el resto del año se huya de ellos como de la peste. Tampoco pretende incitarlos al consumo o a la borrachera que, lamentablemente, suelen caracterizar estas fiestas. Mucho menos quiere dedicar este editorial al tristísimo espectáculo de la política nacional y al no pocas veces sangriento de la internacional.
No. Quien ahora se dirige a ustedes desea detenerse en la Navidad y así es porque la Navidad nos permite recordar a alguien que derramó, derrama y derramará una luz muy superior a la del fenómeno astral que contemplaron hace más de dos mil años unos magos.
La Historia de la Humanidad sería totalmente distinta si Jesús no hubiera venido al mundo. Nuestra sociedad padecería los males típicos de la, por otros conceptos magnífica, cultura clásica. La esclavitud, por ejemplo, seguiría siendo algo normal e incluso obligada porque, como señaló Aristóteles, algunos hombres nacen para ser esclavos. Las mujeres continuarían casándose a los doce años – el límite de edad establecido en la ley de las Doce tablas – en matrimonios concertados y sufrirían una tasa de mortalidad superior a las de las naciones más atrasadas del actual Tercer mundo. Los niños podrían ser abandonados por sus padres en el mismo momento de nacer si así convenía a la economía doméstica – y casi siempre le convenía cuando se trataba de la segunda niña – los enfermos serían abandonados en las cunetas por los propios parientes para facilitar su muerte rápida y evitar el contagio, y los ancianos… ah, los ancianos no pocas veces recibirían alguna forma de eutanasia para sacarlos de este mundo. Incluso en el seno del pueblo de Israel no sólo los ultra-ortodoxos sino todos seguirían rezando por las mañanas la fórmula que afirma: “Te doy gracias, Señor, porque no soy ni animal, ni mujer, ni gentil” marcando un muro de separación entre judíos y gentiles y entre hombres y mujeres que sólo el cristianismo logró derribar.
Entendámonos, sin haber nacido Jesús, seguramente, seguiríamos teniendo elecciones y se construirían calzadas, pero en medio de la tristeza típica de los clásicos que sólo cambió porque nació ese judío llamado Jesús. Y todo ello en el supuesto de que Roma hubiera resistido a los bárbaros, porque si, al final, godos o hunos hubieran prevalecido arrasando el imperio, nada nos habría llegado de la cultura clásica salvada por el cristianismo. Tampoco habríamos conocido la fundación de la universidad en la Edad Media ni mucho menos los grandes aportes de la Reforma como una cultura bíblica del trabajo, la revolución científica del s. XVI, la doctrina contemporánea de los Derechos Humanos, la alfabetización generalizada, la erradicación de la mentira y del hurto como pecados veniales o la democracia moderna. Nada de eso tendríamos si Jesús no hubiera nacido. Y la prueba está en cómo brilla por su ausencia, en mayor o menor medida, en aquellos lugares donde no se escuchó el mensaje del Evangelio.
Por encima de todos esos logros innegables vinculados al cristianismo, por añadidura, millones de personas no habrían sabido a lo largo de estos dos milenios lo que es la paz de corazón ni conocido la esperanza en medio de las dificultades ni disfrutado la confianza serena en la vida tras la muerte ni experimentado el gozo del perdón que no deriva de rituales y ceremonias sino sólo del abrazo gratuito de Dios que únicamente puede ser recibido mediante la fe. Jesús ha sido la luz que lo ha hecho posible para millones de seres humanos.
Lo que hoy pretendo dejarles no es un simple recuerdo histórico. Se trata más bien de una reflexión y de una invitación. Las dirijo ambas:
- A todos aquellos que nos escuchan y nos leen.
- A los que no tienen voz.
- A los ancianos.
- A los enfermos.
- A los huérfanos.
- A los deprimidos.
- A los que se han visto obligados a abandonar su tierra.
- A los que están solos.
- A los que carecen de un empleo digno.
- A los que sufren.
- A los que no disponen de alguien que los escuche.
- A los que no ven futuro.
- A los que miran en torno suyo sin encontrar un rostro amigo.
- A los que lloran.
- A los que están lejos de su hogar.
- A todos ellos y a muchos más quiero hoy recordarles que:
La paz, la esperanza, la confianza, el perdón, todo eso – y más – se hallan a disposición de aquellos que abren sus corazones a Jesús a pesar de la crisis económica, de la desastrosas castas que padecemos o de la inseguridad relacionada con el futuro.
Los invito a alegrarse aunque parezca que no hay motivos. En realidad, los hay de sobra, siquiera porque en este 2015 al que apenas le quedan días podemos darle gracias a Dios porque hace más de dos mil años nació Jesús y su luz ilumina al mundo sumido en las peores negruras.
Ahora mismo, en este mismo instante, está ahora llamándolos para que acepten su reconciliación y su abrazo de amor. No dejen pasar un día más para recibirlo. Hoy más que nunca… God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!... y feliz Navidad.
December 20, 2015
La coalición
LA COALICIÓN
Lo dejé escrito aquí mismo la primavera pasada. Señalaba entonces que la única salida que veía para la situación política era una gran coalición PP-PSOE. A medio año de distancia, temo – y lo digo con dolor – que mi visión se ha ido confirmando. Tal y como se ha ido desarrollando todo durante tan breve período de tiempo, el panorama político no parece que pueda ir más allá de tres opciones. La primera es que se cumplan los pronósticos de Montoro anunciados durante el debate de los presupuestos y que la economía crezca y salgamos realmente de la crisis. En ese caso, el PP podría revalidar su mayoría electoral y seguir gobernando. Sin embargo, tras examinar las cuentas del ministro de Hacienda, no le doy a esa opción ni siquiera un uno por ciento. Me encantaría equivocarme, pero creo que nuestra economía va a estancarse e incluso retroceder y no sólo porque la deuda superará el cien por ciento del PIB sino también porque la presión fiscal seguirá estrangulando las empresas y el consumo. Si no yerro, aún sin contar Gürtel, Punica o lo que salga, el PP no obtendrá una mayoría suficiente para gobernar. Se abrirían entonces paso dos opciones. La primera sería un gobierno del Frente popular formado por un PSOE que, comprensiblemente, no acierta a despegar sumado a un crecido Podemos. Ese gobierno podría provocar una euforia mediante ciertas medidas de carácter subvencionado durante un breve tiempo, pero, a medio plazo, se traduciría en la bancarrota, la salida del euro y la renegociación de la deuda aunque no necesariamente por ese orden. La segunda alternativa ante una imposibilidad del PP para gobernar en solitario – tercera si se contempla el conjunto – sería un gobierno de gran coalición de los dos partidos mayoritarios. Con todo, esta sólo funcionaría si estuviera dispuesta a realizar un drástico recorte del gasto público, una bajada muy acentuada de los impuestos, un borrón y cuenta nueva y una reestructuración del estado que incluyera tascar el freno de una vez y por todas al nacionalismo catalán y avanzar hacia la supresión de los conciertos vasco y navarro como se nos viene exigiendo discreta, pero firmemente desde hace demasiados años. Un programa semejante permitiría reactivar la economía y, si fuera llevado por gente nueva, hasta crear la sensación de regeneración indispensable para que se pueda salir de una lamentable situación que dura demasiado. Pero si la gran coalición no sale adelante en esos términos, temo que sólo quedará esperar la llegada del Frente popular.
December 19, 2015
La cristología (II): La piedra rechazada y de tropiezo y el cordero
LA IDEOLOGÍA DEL JUDEO-CRISTIANISMO EN EL ISRAEL DEL SIGLO I (II): LA CRISTOLOGÍA (II): La piedra rechazada y de tropiezo y el cordero
La piedra rechazada y de tropiezo
Otro de los títulos aplicados a Jesús —presumiblemente conectado asimismo con su muerte final— fue el de la «piedra rechazada» que se convertiría en tropiezo para Israel. La aplicación a Jesús de estos pasajes resultaba indiscutiblemente oportuna para los judeo-cristianos en la medida en que servía para dar una explicación, primero, al hecho de que hubiera judíos, y no en número reducido, que no habían reconocido como Mesías a Jesús y, segundo, a que éste hubiera sido entregado a los gentiles por algunos de sus compatriotas. Tales hechos, vividos muy de cerca por los judeo-cristianos , eran interpretados, a la luz de estos pasajes, como el cumplimiento de profecías centenarias que atestiguaban aún más claramente la legitimidad de las pretensiones de Jesús y del movimiento nacido de su predicación.
De hecho, los pasajes del Nuevo Testamento referidos a Jesús como «piedra rechazada» (Sal. 118, 22) o «de tropiezo» (Is. 8, 14) pretenden retrotraerse originalmente a aquél, lo que no tiene nada de extraño si juzgamos el fracaso final de su ministerio galileo y la más que probable conciencia de cuál sería su final.
Dentro de las fuentes referidas al judeo-cristianismo de Israel contamos con la noticia contenida en Hch. 4, 11 (cfg. con 1 Pe. 2, 4 y 7), relacionada con Pedro – que jamás identificó a la piedra sobre la que se eleva la iglesia consigo mismo sino que siempre lo hizo con Jesús - y que toma como base el Sal. 118, 22. La conexión de este texto con la vida de Jesús debió de ser muy primitiva. Con todo, la referencia al Mesías como «la piedra», incluso como «la piedra de tropiezo», no es original del judeo-cristianismo y cuenta con paralelos judíos.
El Targum Jonatán igualmente utiliza «piedra» como título mesiánico y lo mismo podemos ver en el Midrash sobre Nm. 13, 14, donde además el Mesías es denominado «Hijo del hombre» (Dn. 7, 14). En este último caso, la «piedra» es, más concretamente, la que deshizo los reinos gentiles (Dn. 2, 35). En ambos pasajes está ausente la idea de un rechazo del Mesías por el pueblo de Israel, pero todo lo contrario es lo que nos encontramos en el Talmud (Sanh. 38a). En esta referencia, el Mesías, hijo de David, es descrito como aquel que, según el texto de Is. 8, 14, será piedra de tropiezo y roca de escándalo para las dos casas de Israel. El pasaje talmúdico señala que las dos casas de Israel son el exilarcado de Babilonia y el patriarcado de Palestina, y de ello deduce que, por lo tanto, el Mesías no ha podido venir. No es cometido nuestro examinar esta última parte de la interpretación, pero sí nos parece de especial importancia destacar el hecho de que los pasajes donde se habla en el Antiguo Testamento de la piedra rechazada por Israel, piedra de escándalo y tropiezo fueron interpretados en varias ocasiones en el seno del judaísmo como una referencia al Mesías.
También era judía la conversión de la «piedra de tropiezo» en «piedra de ángulo». Un ejemplo de ello lo tenemos en el Testamento de Salomón 22, 7-23, 4, donde la piedra del Sal. 118, 22 ya es «cabeza de ángulo», y lo mismo cabría decir de las referencias en el Manual de Disciplina 8, 4 y en Yoma 54a.
De hecho, esta visión no se limitaría al judeo-cristianismo afincado en Israel, sino que sería desarrollada también a partir de textos del Antiguo Testamento por el judeo-cristianismo de la Diáspora (1 Pe. 2, 4-8) y por Pablo (Rom. 9, 33; 1 Cor. 3, 11) pero, una vez más, el origen de la terminología era única y exclusivamente judío y el canal de transmisión había sido el judeo-cristianismo.
El cordero
El título de «cordero» (amnos) en relación con Jesús aparece una vez en Hch. (Hch. 8, 32), dos en Juan (Jn. 1, 29 y 36) y una en una fuente judeo-cristiana ubicada en la Diáspora (1 Pe. 1, 19). Frente a este uso limitado del término, el Apocalipsis atribuye un título similar a Jesús un total de veintiocho veces, lo que revela el valor que tal denominación tenía en su teología (5, 6, 8, 12, 13; 6, 1 y 16; 7, 9, 10, 14, 17; 12, 11; 13, 8 y 11; 14, 1, 4, 10; 15, 3; 17, 14; 19, 7 y 9; 21, 9, 14, 22, 23, 27; 22, 1 y 3). Sin embargo, en este último caso la palabra griega usada es arníon.
Es relativamente fácil deducir dónde se originó tal atribución. En Is. 53, 7, uno de los cantos del Siervo, relacionado con el Mesías como ya vimos, y citado en Hch. 8, 32, el Siervo es asemejado a un cordero inocente al que se sacrifica sin que éste se resista a su destino. En la Septuaginta, al igual que en Hch., Juan y 1 Pedro, la palabra griega utilizada es amnós. Puesto que los judeo-cristianos identificaban a Jesús con el Mesías-Siervo de Is. 53 no debió de resultar difícil para ellos establecer paralelismos con un cordero sacrificado sin que ofreciera resistencia.
La utilización del término alternativo arníon en el Apocalipsis puede obedecer a varios motivos. R. Longenecker ha conectado tal uso con el de aren en 1 Enoc 89 y ss., que denomina así a los corderos de la era mesiánica. T. Holtz, por el contrario, ha visto en esta utilización una referencia al cordero pascual. Cabe asimismo la posibilidad de que simplemente nos hallemos ante una tradición transmitida en arameo que, al pasar a ser expresada en griego, adoptó otra palabra para indicar la misma idea.
En Apocalipsis, el Cordero-Siervo ya ha encontrado resonancias teológicas que parecen preñadas de lógica. La más evidente es la que tiende a identificar al Siervo-Cordero con el cordero de la Pascua, lo que, además, venía propiciado por el hecho de que Jesús había muerto en esa fecha. Tal conexión debió de ser muy temprana. En favor de ello abogan la datación más probable de Apocalipsis, así como sus ecos en referencias paulinas antiguas —como la recogida en 1 Cor. 5, 7— y en escritos judeo-cristianos de la Diáspora (cfg. 1 Pe. 1, 19 con Éx. 12, 5 y 13). Jesús, muerto en la Pascua como un cordero inocente, como un Siervo-Mesías ofrecido por los pecados de todos, podía ser visto asimismo como cordero pascual, igualmente inocente y sin defecto, aquel cordero cuya sangre se había derramado durante la primera Pascua para proteger y salvar a Israel. Incluso no puede dejarse de especular con la posibilidad de que la forma en que el cordero pascual sacrificado quedaba expuesto en una cruz de madera hubiera podido influir, siquiera inconscientemente, en esa identificación.
En Apocalipsis, desde luego, el título cuenta con un peso tal que prácticamente es el más importante a la hora de referirse a Jesús. De hecho, hace bascular sobre él una serie de funciones que, en realidad, posiblemente estarían mejor descritas recurriendo a otras imágenes. Así, el Cordero —del que se insiste en el hecho de que fue sacrificado— recibe culto divino (5, 6-13); abre los sellos de la ira (6, 1-16); vence a los enemigos de Dios (17, 14); celebrará el banquete de bodas con sus fieles (19, 7 y ss.) y compartirá el trono con Dios (22, 1). Pero toda esta serie de acciones arranca de que fue sacrificado y derramó su sangre. Ésta ha sido el canal de redención de sus seguidores procedentes de «todo linaje y lengua y pueblo y nación» (5, 9); ésta lo legitima para desatar los siete sellos (5, 7 y ss.); ésta lava y blanquea a sus seguidores (7, 14) y ésta proporciona a los mismos poder para vencer al Diablo (12, 11).
Resulta obvio, pues, que para el autor de Apocalipsis la muerte de Jesús, considerada como un sacrificio de contenido expiatorio, define por antonomasia la visión del mismo. Jesús es el Cordero, cuyo sacrificio salva a cualquiera que lo recibe, cuya victoria se espera en el futuro (y se pide; v. g.: Ap. 22, 20) y que ya es objeto de un culto similar al divino. Prescindiendo de estos últimos aspectos que trataremos más adelante al referimos a la cuestión de si Jesús recibió culto de los primeros cristianos, podemos señalar ahora que la visión de Jesús como Siervo-Cordero, una vez más, arrancaba de concepciones judías previas y había nacido en la tierra de Israel, y sólo posteriormente pasó a un ambiente no judío.
CONTINUARÁ
Un estudio especialmente interesante sobre este título en M. Pérez Fernández, «Aportación de la hermenéutica judía… en VII Simposio Internacional de Teología, Pamplona, 1985, pp. 298-301.
Véanse Mateo 21, 42-4; Marcos 12, 10; Lucas 20, 17-8. En el sentido de aceptar la autenticidad de los dichos, véanse R. N. Longenecker, The Christology…, ob. cit., pp. 50 y ss.; L. Goppelt, Typos: The Typological Interpretation of the Old Testament in the New, Grand Rapids, 1982; C. A. Evans, «Tipology», en DJG, 1991, p. 865.
En el mismo sentido, véanse S. H. T. Page, «The Authenticity of the Ramson Logion (Mark 10:45b)«, en R. T. France y D. Wenham (eds.), Gospel Perspectives, I, Sheffield, 1980, pp. 137-161; H. Schürmann, Gottes Reich-Jesu Geschick. Jesu ureigener Tod im Lichte seiner Basileia-Verkündigung, Friburgo, 1983; K. R. Snodgrass, The Parable of the Wicked Tenants, Tubinga, 1983; B. H. Young, Jesus…, ob. cit., pp. 170 y ss.
Comparar con el mismo concepto en I Pedro 2, 4 y 7.
J. Jeremias, «Eckstein-Sclussstein» en ZNW, 38, 1937, pp. 154-157. Bibliografía sobre el tema en R. J. McKelvey, «Christ the Cornerstone», en NTS, 8, 1962, pp. 352 y ss.
R. Longenecker, The Christology…, ob. cit., p. 50.
T. Holtz, Die Christologie der Apokalypse des Johannes, Berlín, 1962, pp. 39 y ss.
Una variante de esta posibilidad es la que señala que el término arameo que subyace aquí es el de talya’, que puede ser traducido como «siervo» y «cordero», siendo esta última opción errónea. El argumento es muy sugestivo por las posibles conexiones implicadas con Isaías 53, pero, con todo, los argumentos lingüísticos en contra parecen convincentes. En un sentido similar, I. H. Marshall, «Lamb of God», en DJG, p. 433.
A favor de encontrar un contenido teológico relacionado con la expiación en el título de «Cordero», véase J. Jeremias, «Airo, epairo», en TDNT, I, pp. 185-186, 388-341; y «Pásja» en TDNT, V, pp. 896-904; K. Weiss, «Anafero», en TDNT, IX, pp. 60-61; L. Morris, The Apostolic Preaching ..., ob. cit.
Véase A. T. Hanson, The Wrath of the Lamb, Londres, 1957, p. 159.
Acerca del Cordero vencedor y sus conexiones con la apocalíptica judía, véanse R. H. Charles, «Revelation» en IBC, p. CXIII, y H. Lilje, The Last Book of the Bible, Filadelfia, 1957, pp. 114 y ss.
Aparte de las obras citadas sobre este tema, véase asimismo L. Morris, The Cross in the New Testament, Exeter, 1979; R. H. Charles, «Revelation», ob. cit., p. 64; C. Ryder Smith, The Bible Doctrine of Salvation, Londres, 1946, p. 193.
Una referencia, sin duda, al perdón de los pecados cuyo origen puede estar en la ceremonia de expiación judía. Compárese con Hebreos 9, 14 y 1 Juan 1, 7.
Hark The Herald Angels Sing
Sus composiciones son tantas y tan hermosas que en no pocos casos han saltado las divisiones confesionales y muchos de los que cantan sus himnos ignoran que los escribió un más que convencido protestante. En este caso, he escogido uno especialmente hermoso que además está relacionado con la Navidad y que recuerda no sólo el gozo de los ángeles al contemplar el nacimiento del mesías sino también la proclamación del profeta Isaías a la que me referí en la entrega de ayer.
Recordar el nacimiento del mesías esperado durante siglos no es un aniversario más. Es anunciar que hay esperanza para este mundo ahora y mañana. No se me escapa que en estos momentos habrá mucha gente que se siente sola, que sufre, que padece desamparo, que está enferma, que se duele… A todos ellos quiero dedicarles de manera especial este himno de Charles Wesley que ha sido objeto de infinidad de versiones. Yo les he escogido una entonada por los fieles de la catedral anglicana de San Pablo, otra cantada por la intérprete country Carrie Underwood, otra debida a Maryah Carey y, finalmente, una en español con la letra con que yo la he entonado en docenas de ocasiones. Deseo que la disfruten. Y más que nunca God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí están los fieles de la catedral anglicana de san Pablo
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Aquí Carrie Underwood
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Aquí Mariah Carey
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y aquí una versión en español, el más que popular Oíd un son en alta esfera
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