César Vidal's Blog, page 90
February 12, 2016
Los libros profeticos (XIV): Isaias (IX): El mensaje (VI): c. 56-66: la verdadera espiritualidad
El judío era sabedor de que la gente con un pensamiento espiritual puritano era, a diferencia de los católicos, muy cercana a los judíos y que, por ejemplo, en Holanda habían dado asilo a aquellos que habían sido expulsados de España y hasta entonces habían vagado por medio mundo en busca de refugio. La intención de Menasseh ben Israel era conseguir que sus compatriotas recibieran una invitación para asentarse en Inglaterra de una manera semejante. A fin de cuenta, los reformados holandeses habían concedido libertad plena a los judíos, ¿por qué no debían hacerlo los ingleses? Cromwell manifestó al judío que, por supuesto, veía con buenos ojos tal posibilidad, pero que pensaba que existía una patria histórica del pueblo judío – entonces bajo el control del imperio otomano - hacia la que debían volver sus ojos. Menasseh se quedó más que sorprendido al escuchar aquellas palabras, pero su pasmo aumentó cuando Cromwell lo condujo hacia una Biblia que estaba en la habitación y le mostró el pasaje del capítulo 60 de Isaías donde se dice que los judíos serían llevados a su tierra en brazos de los gentiles. Cromwell era un convencido protestante que creía en lo que dice la Palabra de Dios y, por lo tanto, esperaba que, un día, los gentiles llevarían hasta su tierra a los judíos. Lo que no podía saber es que eso acabaría sucediendo unos tres siglos después y que la organización internacional mayor de la Historia – la ONU – sería la encargada de poner su sello legal a la situación. La Palabra de Dios encierra multitud de ejemplos semejantes anunciando lo que nos va a deparar el porvenir.
La última porción del libro de Isaías es un hermoso llamamiento a volverse a Dios para obtener restauración. Aclarémoslo. No se trata de una manifiesto nacionalista. Todo lo contrario. Isaías comienza diciendo que Dios no excluirá de Su pueblo ni a los extranjeros no-judíos ni a los eunucos (56: 1-8). De hecho, en Su pueblo estarán judíos restaurados y a otros diferentes. Por supuesto, antes de que suceda semejante hecho – escandaloso para muchos judíos - habrá tiempos difíciles, tan difíciles que, en algunos casos, se pensará que aquellos justos que han muerto simplemente han sido llevados por el Señor para evitar que contemplen horrores (57: 1-2) y, por supuesto, también nos será dado contemplar aquellos que, aunque religiosos, incurren en abominaciones como el culto a las imágenes (57: 3-13).
En situaciones como ésa, los profetas mostrarán que la verdadera espiritualidad no está en las ceremonias, los ritos o las prácticas religiosas que, en realidad, para nada sirven sino en una vida digna de la conversión (58: 1-12).
El primer paso para recibir las bendiciones de Dios pasa por reconocer que el pecado es pecado y por no buscar justificaciones o legitimaciones para el mismo (c. 59). Cuando se cae en el error de pensar que la religiosidad puede compensar la falta de obediencia a Dios se abren unas sendas en las que nunca se puede encontrar la paz (59: 8) y esperando luz lo que vienen son las tinieblas y ansiado claridad, se camina en medio de la oscuridad (59: 9).
Esa situación, una constante en la Historia del ser humano, sólo tiene una posibilidad de redención y es la de acudir a aquel al que Dios ungirá – es decir, designará como mesías – y cuya misión sería proclamar la Buena noticia – el término que en griego se denominó Evangelio – para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la liberación de los cautivos y la libertad a los presos y para proclamar el año del jubileo del Señor, para consolar a los afligidos y cambiar la ceniza en gloria, el luto en canto y la aflicción en manto de alegría (61: 1-3). Ese es aquel al que sólo pueden reconocer los que previamente se han dado cuenta de que lo que muchos consideran obras de justicia son algo tan inmundo como los paños utilizados por las mujeres durante su menstruación (64: 5). Suena muy duro – incluso desagradable – pero el profeta está afirmando que el ser humano puede pensar que es justo, pero que lo que considera que lo define como tal no tiene más pureza que un tampax usado. No, la salvación nunca puede ser por nuestras obras no sólo imperfectas sino muchas veces retorcidas. La salvación es un acto de pura gracia, de bondad inmerecida de Dios, que se manifiesta en su mesías venido a restaurar y que únicamente podemos aceptar o rechazar, pero jamás comprar, merecer o adquirir. Así quedará de manifiesto cuando ejecute su juicio al final de la Historia (compárese la descripción del capítulo 63 con la de Apocalipsis 19: 11 ss), un juicio que será universal y que abarcará a todas las naciones y que concluirá con la restauración de unos y con la perdición de otros (66: 18 ss).
Isaías, a lo largo de sesenta y seis capítulos, con una demostración extraordinaria de genio literario, al fin y a la postre, ha repetido el mensaje nuclear de todos los profetas: 1. Dios es único y Señor; 2. Pedirá cuentas en juicio a todos los seres humanos sin importarle si son de una nación, una raza o una religión u otra; 3. Esa religión, esa nación, esa raza no salvarán a ningún ser humano; 4. La salvación es pura gracia inmerecida de Dios ejecutada a través de Su mesías; 5. Al final de los tiempos, ese mesías – al que Isaías insiste en presentar con el Ebed YHVH, el siervo sufriente de Dios – restaurará cósmicamente no sólo a Israel sino a todos los pueblos; 6. Entonces el destino eterno de todos quedará establecido de manera irremisible y 7. Por lo tanto, es ahora cuando hay que dar el paso de la conversión. Mañana quizá será ya tarde.
Ese mensaje fue también el de Jesús y el de sus primeros seguidores. Sigue teniendo a día de hoy la misma relevancia que entonces. Es el de la verdadera espiritualidad porque otras formas no son genuinas e incluso pueden ser abominación ante los ojos de Dios. Pero ahora debemos pasar a otro profeta.
Lectura recomendada:
c. 58, 59, 64.
CONTINUARÁ
February 11, 2016
Recordando el Holocausto
http://www.informandotentn24.info/video/exterminio-nazi-87786
February 10, 2016
Refocilarse en la vileza
La primera era imponer políticamente un relato absolutamente falso de la guerra civil blanqueando al bando derrotado hasta convertirlo en portador de virtudes de que careció totalmente como la defensa de la libertad y de la democracia y, a la vez, satanizando totalmente a los vencedores. La segunda era trasladar esa indecencia moral e historiográfica al panorama político para convertir a izquierdas y nacionalistas en supuestos herederos de unos héroes de la democracia que nunca existieron y asimilar al PP con el franquismo. Así, se intentaba dotar de un plus moral a fuerzas con un terrible pasado de sangre como el PNV, la ERC, el PSOE y el PCE y se infamaba al único partido que no había participado en la guerra civil. La tercera era utilizar el dinero arrancado de los bolsillos de todos los españoles para satisfacer a clientelas como los partidos de izquierda y nacionalistas, los sindicatos – incluso si, como CCOO, no habían existido durante la guerra civil – las fundaciones relacionadas con unos y con otros, y una caterva de buscadores de rentas entre los que destacarían profesores de nula calidad académica, pero inmenso sectarismo político. La llegada de Podemos al poder ha permitido profundizar aún más en la indignidad. En los últimos días, en Madrid, se ha retirado la placa que recordaba el fusilamiento de unos frailes – nadie debe saber que los “defensores de la democracia” asesinaron a decenas de miles simplemente por lo que pensaban o creían – se ha arrancado la que hacía referencia a un joven asesinado por las izquierdas y se ha destrozado cobardemente el monumento al alférez provisional. Igualmente se pretende ocultar el miserable asesinato de José Calvo Sotelo, jefe de la oposición al Frente popular, perpetrado antes de la guerra civil por miembros de la escolta del socialista Indalecio Prieto. Resulta incalificable que esto lo haga gente que persiste en honrar al responsable de las matanzas de Paracuellos, el único acto de genocidio – por desgracia, no el único crimen de guerra - cometido durante la contienda fratricida. El espectro de la guerra civil se perpetuará en España mientras no se asuman las atrocidades de ambos bandos y se mire hacia adelante en un proyecto nacional común. Demasiado quizá para los que, entre sueños de crear nuevas checas, se refocilan en la vileza.
February 9, 2016
Trump y Sanders
No faltan tampoco los que procuran asimilarlos con fenómenos como el de Podemos o el Frente nacional francés. Incluso se trazan supuestos paralelos con la crisis del bipartidismo en España. La realidad es bien diferente y está relacionada, fundamentalmente, con la situación de la clase media norteamericana y, en especial, la de la clase media blanca. Estados Unidos ha sido desde su fundación una nación de clases medias y esa circunstancia explica, por ejemplo, el escaso eco que han tenido en su sociedad ideologías como el socialismo o el comunismo. Sin embargo, la clase media ha sufrido en las últimas décadas una situación que la demócrata Elizabeth Warren ha definido con la palabra “fragilidad”. Especialista en quiebras, Warren ha trazado desde hace tiempo un panorama que confirma que la clase media en Estados Unidos es, seguramente, la más extensa y próspera del mundo, pero que la estabilidad se ha ido desconchando inquietantemente con el paso del tiempo. Según el libro de reglas no escritas de Estados Unidos, cualquier persona que trabaja con laboriosidad y que obedece las leyes debería dar por seguro que contará con una vivienda propia, que sus hijos podrán ir a la universidad si lo desean, que su nivel de vida irá mejorando con el paso de los años y que su ancianidad será plácida y tranquila. Para garantizar esa situación, incluso se han ido aprobando leyes que, por ejemplo, impiden desahuciar a los propietarios de las viviendas ya pagadas o embargar su plan de pensiones. Ni la Hacienda norteamericana ni los acreedores tienen derecho a amargar la vejez de un ciudadano. Sin embargo, a pesar de esas normas, la clase media ha ido percibiendo inquietantes señales de su exposición a los avatares económicos. No se trata sólo de que cada vez resulta más difícil mantener un hogar con solo un salario o que el recurso a los part time (trabajos a tiempo parcial) está cada vez más extendido. Además los sucesivos presidentes no han ayudado a mejorar la situación. Con George W. Bush, no sólo la deuda pública se disparó – una situación que sobrecoge al americano medio – sino que estalló una crisis económica que afectó al sistema crediticio en general y a las cajas de ahorros, en particular. La convicción de millones de norteamericanos de que los republicanos McCain y Romney no se preocuparían por la clase media – a pesar de las apelaciones continuas que ambos hicieron a la misma – facilitó las dos victorias de Obama. Sin embargo, aunque el primer presidente negro de la Historia detuvo la crisis y logró un despegue del desempleo, la desazón ha seguido presente en el seno de una clase media que se siente, con más o menos razón, amenazada. Esa circunstancia explica el respaldo recibido por Trump y Sanders. En el caso del demócrata, hay que tener en cuenta que el 10 de diciembre de 2010, pronunció un discurso de más de ocho horas y media en la cámara alta de los Estados Unidos cuyo contenido constituyó uno de los alegatos más extraordinarios desarrollados nunca en el seno de un órgano legislativo contemporáneo. A pesar de proceder de un estado pequeño y de un legislador casi marginal, el impacto de aquella pieza oratoria en favor de la clase media resultó tan extraordinario que Obama y Bill Clinton tuvieron que combinar esfuerzos durante esos días para apartar la atención del personaje. Cuestión aparte es que la prensa extranjera – este periódico fue la excepción – lo pasara por alto. El mensaje de Sanders incluye un orden fiscal sensato en el que cada uno pague realmente lo que corresponde – lo que implica una reducción drástica de la carga fiscal de las clases medias – y una visión del gasto público racional lo que significaría, por ejemplo, repensar los fabulosos gastos militares de Estados Unidos en comparación con los destinados a sanidad y educación. No se trata ni de subir impuestos ni de gastar más. Se trata más bien de aliviar la carga impositiva de las clases medias y de emplear los fondos públicos de otra manera. El hecho de que, hasta la fecha, Sanders haya mantenido su campaña sobre la base de pequeñas donaciones procedentes de tres millones y medio de norteamericanos de clase media resulta claramente revelador. El caso de Donald Trump, por paradójico que parezca, no es tan diferente. Su libro Crippled America: How to Make America Great Again (América lisiada: Cómo hacer grande a América de Nuevo) es un canto a la clase media que trabaja, emprende y se esfuerza. De manera bien significativa, Trump se opone a los lobbies, a las clientelas y a las burocracias y, a la vez, cree en el desarrollo de la economía, en el pleno empleo y en pensar en grande. En otras palabras, más allá de los episodios extravagantes, también es el suyo un mensaje de clases medias que no terminan de ver por qué los recursos de la nación se dilapidan en guerras lejanas que no concluyen en victoria, que desean asegurarse una estabilidad económica, que temen la competencia desleal de los inmigrantes ilegales y que dudan de que el viejo libro de reglas no escritas siga vigente. Por supuesto, en un intento de atrapar votos Trump puede declararse pro-vida en la cuestión del aborto y Sanders hará alguna referencia a las minorías étnicas. Sin embargo, su mensaje está dirigido a aquellos que todavía tienen posibilidad de ascender a la clase alta, pero que, en mayor proporción, saben que pueden descender en la escala social. Ambos se presentan en el interior de los dos grandes partidos y no con formaciones nuevas; ambos apelan a los miembros de una clase media que hace pocas décadas era todavía considerada la sal de la tierra, pero que desde hace tiempo no deja de ser objeto de ataques y ambos resultan especialmente creíbles para millones porque Trump no es un político profesional sino un empresario de éxito – algo que en Estados Unidos despierta no la envidia sino la admiración - y porque Sanders no forma parte de la élite del partido y siempre ha sido fiel a sus votantes. De momento, esas proclamas dirigidas a la clase media, especialmente la blanca, están teniendo un éxito notable. Cuestión aparte es que sirvan para obtener una nominación o – más allá – para alcanzar la Casa Blanca.
February 8, 2016
Cándido o la estafa de RETAR (Capítulo IV)
Permítanme proporcionarles dos clases de ejemplos en apariencia contradictorios, pero, en realidad, de la misma naturaleza. En ocasiones, se da la circunstancia de que una persona es objeto de una llamativa bendición, pero la misma acaba convirtiéndose en raíz de todas las desgracias. Tampoco resulta extraño que se produzca el fenómeno opuesto, es decir, el de aquel que cree encontrarse frente a una desgracia y aunque, objetivamente hablando pueda resultar innegable el carácter lamentable de su situación, vea cómo se convierte en vía de escape de futuras y abundantes desventuras e incluso en canal de notables e indescriptibles alegrías. Algo así fue lo que le sucedió a Cándido apenas se vio de regreso en el país donde vivía su exilio.
Ya dejamos referido en el capítulo anterior cómo su experiencia en el campus literario le deparó sensaciones más que diversas. Por un lado, había estado la alegría inmensa de volver a ver a sus padres, de pisar de nuevo las calles de su ciudad natal, de encontrarse con gente que lo seguía desde hacía tiempo y a la que encontró conmovedoramente encantadora. Por otro, se había topado con la tristeza continua al ver la falta de profesionalidad, la pereza y el desdén por el trabajo bien hecho de la gente de RETAR. Finalmente, había experimentado la compasión por personas como Magdaleno Ortiz o el propio Miguel Díaz incapaces de escapar de aquella red que habían creado o en la que habían caído. Mientras regresaba a la nación que lo había acogido, Cándido se preguntaba cómo iba a conciliar todos aquellos sentimientos, en apariencia, tan contradictorios. ¿Sería posible que, en algún momento, la gente de RETAR cambiara? Por ejemplo, ¿llegarían aceptar algo tan elemental como que no existe disculpa para no hacer bien las cosas? ¿En algún momento, Miguel Díaz sería capaz de escuchar algo que no fueran lisonjas y alabanzas? ¿Podría darse la circunstancia de que Daniel Díaz dejara de tener una responsabilidad para la que – saltaba a la vista – no servía o, al menos, lo acompañara alguien con la competencia necesaria? En otras palabras, las emisiones de Radio Solitaria podrían, con los baches habituales, desarrollarse adecuadamente, pero ¿qué sucedería en otros ámbitos? Por ejemplo, ¿sería realista repetir un campus literario como el pasado? Rosario, sin duda, volvería a hacerlo bien, pero ¿se podía someter a los asistentes a un tormento parecido en lo que a las condiciones hoteleras se había referido? No hubiera pretendido Cándido tener respuestas para todo aunque lo habría deseado. Sin embargo, finalmente y de la manera más inesperada para él, la gente de RETAR - o ¿fue más bien la Providencia? - se las brindó.
Cuando se encontraba en su nación de origen, Daniel Díaz ya había comentado a Cándido que le enviaría a la mayor brevedad el dinero del crowdfunding y del campus literario. Se trataba de algo lógico porque Cándido seguía realizando los pagos y, tras más de un año, aquel peso se había convertido en insoportable. Sin embargo, en contra de lo dicho, de lo afirmado, de lo prometido y comprometido, Daniel no entregó a Cándido ni un solo un céntimo. Sí que le envió unos cálculos que hubieran sorprendido por igual al cabalista más avezado y a un competente contable. Tenían que ver aquellos números con el campus y describirlos resultaría, seguramente, harto prolijo. Baste decir que las famosas cuentas del Gran Capitán eran el colmo de la transparencia y de la honradez comparadas con las que ahora RETAR le pasaba a Cándido. Absolutamente sorprendido, Cándido vio cómo Daniel Díaz había ido acumulando una serie de gastos que restaba de los ingresos del campus. En primer lugar, estaban los relacionados con el hotel de RETAR donde había transcurrido la mayor parte del encuentro. Pasmado, contempló Cándido que, a pesar del pésimo servicio, los precios que RETAR había fijado al alojamiento en aquel lugar eran los propios de un establecimiento de tres estrellas. A decir verdad, incluso más. Así, deslizando la mirada por aquella contabilidad atrabiliaria, Cándido reparó en que el coste del hotel al que habían tenido que trasladarse – y que merecía el nombre de tal – había sido más económico que el de RETAR. El cómo podía darse semejante circunstancia cuando RETAR ni pagaba a los trabajadores ni los tenía asegurados – y quizá tampoco compraba los alimentos ya que le eran regalados para fines sociales por distintos mercados y almacenes – constituía un misterio que Cándido no se sintió capacitado para desentrañar.
Todavía más hondamente perplejo se quedó Cándido al observar el número de comidas que RETAR pretendía atribuir al fugaz paso por otro de sus inmuebles, antaño altivo enclave, donde el servicio no había sido mejor que en el hotel perdido. Las colaciones también habían sido calculadas a precio de mercado, pero de mercado caro y profesional, precisamente siendo esta una característica que no se daba nunca en las actividades de RETAR. Al fin y a la postre, lo que quedaba de manifiesto examinado aquellos números era que RETAR pretendía cobrarse – y cobrarse bien generosamente - todo lo que había prometido aportar. En otras palabras, no sólo no aportaba nada, como, por otra parte, constituía su conducta habitual, sino que además se había aprovechado de las circunstancias para realizar un pingüe negocio.
En otras palabras, imagínese el inteligente lector – y reconoce el autor de estas líneas que es mucho imaginar - que Sinatra hubiera estado cantando gratis y pagando a la orquesta durante un año en una sala de fiestas de Las Vegas con la promesa de que se quedaría con la mitad de la publicidad. Sin embargo, el propietario del local habría ubicado todos los anuncios justo antes y justo después de las intervenciones de La Voz de tal manera que el “viejo ojos azules” no hubiera percibido un céntimo. Cuando, cansado de perder dinero, Sinatra hubiera dicho al dueño de la sala de fiestas que se marchaba, éste le habría propuesto como compensación proporcionarle un salón más grande que sería gratis y entregarle toda la recaudación de la semana. Sin embargo, tras haber deleitado a los asistentes con sus canciones, Sinatra se hubiera encontrado con que el estafador del mundo del espectáculo que llevaba defraudándolo meses realizaba un cálculo en el que sumaba una cifra astronómica por el alquiler del local, otra no menos disparatada por las consumiciones, una tercera fabulosa por conceptos varios y, al final, le decía a La Voz que le correspondían menos de mil dólares. ¿Increíble? Si en el caso de Sinatra y de Las Vegas, pero no en el Cándido porque eso fue precisamente lo que RETAR hizo con él.
Se frotó los ojos Cándido como si así pudiera despertarse de una pesadilla de codicia y descaro, pero los números volvieron a aparecer ante su vista, testarudos e inverosímiles. La gente de RETAR había hinchado desmesuradamente unos gastos sobre los que nunca había hecho la menor referencia antes y los había descontado de los ingresos del campus. En otras palabras, lo que, originalmente, iba a ser su primera aportación al coste de un programa que le proporcionaba no pocos beneficios se convertía en un jugoso negocio. Pero no terminaba ahí todo. En aquella maraña de cifras, RETAR no incluía un solo gasto de Cándido y además el resultado final – ingresos menos gastos - lo dividía por dos asignando, eso sí, una de las dos partes resultantes a Cándido. De manera prodigiosa, unos ingresos que superaban a los treinta mil dólares dejaban una aportación a Cándido de poco más de mil. Pocas veces se habrá realizado una operación con tanto beneficio marginal porque hasta los gastos los cobraba RETAR como beneficios.
Es posible que Cándido se hubiera indignado tras ver aquello, pero lo cierto es que no tuvo tiempo. No lo tuvo porque leyó en la comunicación que le había enviado Daniel Díaz que RETAR tenía además la intención de quedarse con la mitad del dinero recaudado mediante el método de crowdfunding. Es cierto que este fraude resultaba, numéricamente hablando, menos importante que el del campus. Sin embargo, a Cándido le dolió infinitamente más. Porque no se trataba de un dinero del que RETAR se apoderara sin el menor derecho. No, era mucho más que una cuestión monetaria. Lo que RETAR pretendía perpetrar era un flagrante delito de estafa. Durante semanas, se había invitado a la gente a realizar donaciones, en general modestas, para financiar el programa que durante meses había costeado Cándido. Pues bien, tras reunirse el dinero con esa finalidad, RETAR pretendía quedarse con la mitad para sus propios fines.
Lo que vino a continuación fue un intercambio de correos electrónicos entre Cándido y Daniel Díaz en los que el primero no reclamó el dinero – no era una cuestión de líquido – sino que, primero, indagó acerca del por qué de aquella conducta y, después, comunicó, de manera tajante, que no tenía la menor intención de tolerarla. Las respuestas de Daniel Díaz – crecientemente irritadas y rezumantes de mala educación – fueron causando en Cándido un profundo estupor. En una de ellas, intentó justificar la apropiación señalando que RETAR tenía muchos gastos en sus “obras de África”. La respuesta de Cándido fue que si RETAR tenía que financiar sus obras en África, no tenía el menor inconveniente en que convocara un crowdfunding con esa finalidad, pero que, apropiarse de un dinero donado con otro objetivo, revestía todo el aspecto de ser un delito de estafa. En otra, Daniel acusó a Cándido de no valorar el trabajo de la gente de RETAR, un argumento cuando menos peculiar porque los esclavos de la ONG realizaban, por regla general, sus funciones tarde, mal y nunca y, puestos a valorar, resultaba chocante que el hijo del fundador no pensara en considerar siquiera mínimamente el trabajo de Cándido.
Todos estos mensajes enviados por Daniel Díaz iban además servidos en una salsa de grosería y prepotencia tan desagradable que acabó provocando en Cándido una respuesta directa, aquella que señalaba que si Daniel hubiera sido un empleado suyo lo habría despedido por la sencilla razón no sólo de que era un incompetente absoluto sino, sobre todo, de que se trataba de una persona incapaz de comportarse con la mínima educación imprescindible. Con el paso de los años, Cándido – hay que reconocerlo – soportaba cada vez menos la falta de educación y el hijo del fundador, tal y como señalaban todos los indicios, no la había recibido jamás ni siquiera en su forma más elemental. Así, cuando Daniel le comunicó que no seguiría comunicándose con él y que dejaba todo en manos de su padre, Cándido experimentó un sentimiento de alivio.
Que Miguel Díaz no era, precisamente, un ejemplo moral era una conclusión a la que había llegado Cándido en el curso del campus literario. Sin embargo, a pesar de todo, lo consideraba lo suficientemente inteligente como para no cometer estupideces. Durante toda una temporada, su radio, Radio Solitaria, había tenido un programa de notable audiencia sin que le costara un céntimo y además embolsándose la publicidad que se emitía inmediatamente antes y después. Por añadidura, la promoción que había significado la presencia de Cándido y la perspectiva de otras actividades habría llevado a cualquier persona con un mínimo de sal en la mollera a intentar limar asperezas, salvar distancias y llegar a un acuerdo. Pero para comportarse así habría que poseer una flexibilidad que, de haberla tenido alguna vez Díaz, había naufragado mucho tiempo atrás en océanos de pastosa adulación y pantanos de sumisión absoluta.
Cándido se escuchó a si mismo soltando una carcajada estruendosa mientras leía el email de Miguel Díaz. No sólo lo insultaba con vehemencia sino que además lo amenazaba con recurrir a acciones legales si no retiraba las afirmaciones que había formulado en el entrecruce de correos con Daniel. En aquellos momentos, Cándido podía haberse irritado, indignado, enfadado. No fue así. De repente, Miguel Díaz se le presentó en toda la rotundidad de su ridiculez o en toda la ridiculez de su rotundidad. Acostumbrado a que nadie osara contradecirle, a que todos agacharan las orejas ante el sonido de su voz, a que su palabra se convirtiera en ley, había reaccionado como la fea orgullosa cuyo horrendo cutis es comentado por alguien o el necio ignorante cuya estupidez queda expuesta suavemente por un erudito. Había explotado Miguel y, al hacerlo, había provocado, sin pretenderlo, un estallido de risa de Cándido.
Con la sonrisa iluminándole el rostro, Cándido respondió de inmediato. No tenía la menor intención de pedir disculpas por nada de lo que había escrito a Daniel y no retiraba una sola palabra. A otros los asustaría Miguel con sus baladronadas, pero Cándido – cuya cabeza había pedido algún presidente de gobierno y cuya vida transcurría en el exilio – no se encontraba entre ellos.
Al poco, le llegó un nuevo email. Díaz, por supuesto, pretendía quedarse con todo el dinero – ya no sólo el cincuenta por ciento – pero, a cambio, se decía dispuesto a pagar a los colaboradores del programa cuyos modestos emolumentos había cubierto totalmente Cándido hasta la fecha. Si aquel ofrecimiento se lo hubieran planteado tan sólo dos meses antes, incluso uno, Cándido lo habría aceptado con toda seguridad. Pero ahora… ah, ahora, era sabedor de la carencia de escrúpulos que mostraba Miguel Díaz cuando se trataba de dinero que no era suyo y sobre el que no tenía el menor derecho de manera que sólo podía rechazar aquella eventualidad. Y es que Cándido ya no hubiera sido cándido sino un perfecto estúpido, un tonto de capirote, un majadero incorregible si hubiera confiado lo más mínimo en la palabra de Miguel Díaz. Hasta para él habría resultado excesivo. No. Volvió a reiterar Cándido lo que ya había señalado a Daniel varias veces: hasta el último céntimo tenía que ser devuelto a los donantes del crowdfunding. Lo contrario sería una estafa.
Pensando en lo que le había escrito Miguel Díaz exigiéndole que se disculpara, Cándido había entrado en una fase de carcajadas incontenidas. No es que no se esforzara en controlarlas. Lo intentaba una y otra vez, pero, cuando pensaba que lo había conseguido, se le escapaba la risa al recordar el tono pomposo, ridículo y vanidoso del fundador de RETAR. Divertido por primera vez desde que había comenzado todo, Cándido comenzó a prepararse un té. Aunque la situación era lamentable, el hecho de que tanto Daniel como su padre estuvieran dando muestras de aquella inmensa necedad no dejaba de parecerle cómico. Al fin y a la postre, por apoderarse de unos miles de euros a los que no tenían derecho alguno, estaban dispuestos a perder el único programa de audiencia importante que había tenido Radio Solitaria, un programa que no les había costado un solo céntimo. Sospechaba Cándido que la radio aquella iba a estar a partir de ahora más solitaria que nunca… y todo ello por no hablar de otros proyectos que RETAR había lanzado por la borda por un despliegue tontilón de codicia.
No pudo Cándido dejar de recordar en aquellos momentos la sabia máxima clásica que afirma que cuando Dios quiere perder a alguien, previamente lo vuelve loco. Daba la sensación de que, efectivamente, el Altísimo deseaba privar al soberbio creador de RETAR de algo que no merecía y que además había sido incapaz de valorar desde las negras profundidades de su indescriptible engreimiento. Daba la sensación de que, como antaño había hecho con el faraón a fin de liberar al pueblo de Israel, el Señor había tocado el corazón de Miguel y Daniel Díaz para que se comportara como un necio colosal. Y, al pensar en ello, Cándido se sintió repentinamente ligero y pensó que Miguel Díaz, por supuesto sin quererlo, le había abierto la puerta para salir de una situación que no veía con claridad y, al pensarlo, experimentó una sensación de libertad difícil de describir. Mientras vertía el té en una taza grande y blanca incluso se permitió musitar una melodía y acompañarla con un ligero movimiento de pies que, vagamente, recordaba a unos pasos de baile.
Por supuesto, a Cándido no se le ocultaba el conjunto de problemas que derivaban ahora de su relación – felizmente pasada – con RETAR. Nadie hubiera podido decirle que pasaría con el programa que ya no se emitiría por Radio Solitaria, que sucedería con el dinero que había que devolver hasta el último céntimo a los donantes del crowdfunding, que acontecería con su biblioteca que permanecía almacenada en uno de los innumerables inmuebles propiedad de RETAR. Así era ciertamente, pero Cándido no se sentía infeliz, desgraciado o amargado. Más bien todo lo contrario.
En el curso de aquellas horas, Cándido – que notaba como su corazón se esponjaba de manera creciente gracias al fresco aliento de la libertad recuperada - escribió varios mensajes a Magdaleno Ortiz. Lo hizo con cierto pesar adelantado porque tenía la absoluta convicción de que Miguel Díaz y su hijo Daniel jamás reconocerían una equivocación y, por lo tanto, arrojarían sobre el infeliz Magdaleno todo el peso de la culpa relacionada con el reciente desenlace. No atribuirían a su codicia, a su soberbia, a su falta de educación, la pérdida de todo sino que buscarían a un tercero para convertirlo en responsable del enorme desaguisado. La china le iba a caer a Magdaleno, pero con la misma contundencia que habría tenido de ser el mismísimo Peñón de Gibraltar. Sí, uno de los grandes perdedores iba a ser el pobre Magdaleno…
Aquel mismo día – después de que le anunciaran que Radio Solitaria dejaba de emitir su programa – Cándido se despidió del voluntarioso técnico y de Magdaleno dándoles las gracias por el trabajo de los meses anteriores. Luego envió un email a Magdaleno diciéndole que podía contar con él para lo que necesitara. La respuesta de Magdaleno fue que no veía salida fuera de RETAR y Cándido lo creyó porque sabía desde hacía ya mucho tiempo que era un desdichado esclavo sin fuerza ni aliento para sacudirse las cadenas. ¿Cuántos como él no había en este mundo? ¿Cuántos sacerdotes no siguen en el seno de una orden religiosa a pesar de que ya no creen casi nada simplemente porque no sabrían vivir fuera? ¿Cuántos políticos no continúan en una actividad que les repugna íntimamente porque ya no recuerdan – si es que alguna vez lo supieron – como llevar una vida honrada? ¿Cuántos hombres y mujeres siguen manteniendo, muchas veces deslealmente, relaciones destructivas sencillamente porque les aterra volver a ser libres? Se preguntó Cándido si no sería ese el caso también de Miguel, Daniel y Magdaleno. Quizá Miguel hubiera querido ser otra cosa, no tener que depender de RETAR para llamar la atención y sentirse importante, recibir respeto y consideración en lugar de miedo y temor, pero… pero si alguna vez sentía esa tentación tendría que reprimirla con todas sus fuerzas porque fuera de RETAR no era, objetivamente hablando, nada. Quizá también Daniel hubiera deseado llevar otra vida; no verse condenado toda su existencia a empujar cada minuto por los raíles puestos por su padre; respirar con un poco de independencia para él y su familia, pero… pero si en alguna ocasión el deseo lo zarandeaba, lo estrangulaba porque, en el fondo, sabía que no servía para nada medianamente útil y que sólo tenía el puesto que malservía gracias a que era el hijo de Miguel Díaz. Quizá igualmente Magdaleno soñaba en alguna ocasión en aquella época en que había realizado una labor profesional creativa, en que amaba y era amado, en que sus pensamientos eran propios y no impuestos por otro, pero… pero si en alguna ocasión aquellas remembranzas retornaban las apartaba de si casi airado porque le aterraba abandonar RETAR y ser libre. Pensó en todo ello Cándido y se dijo que, verdaderamente, eran dignos de lástima. Sin embargo, a pesar de lo ya sabido, Cándido ignoraba lo poco, realmente poquísimo, que sabía de RETAR y, por encima de todo, ni se imaginaba todo lo que iba a averiguar en los días venideros. Pero a eso nos referiremos en el próximo capítulo de esta real y provechosa historia.
CONTINUARÁ
February 7, 2016
El Hijo de Dios
LA IDEOLOGÍA DEL JUDEO-CRISTIANISMO EN EL ISRAEL DEL SIGLO I (V): LA CRISTOLOGÍA (V): El Hijo de Dios
Unido a esta serie de títulos que hemos examinado, pero ligado asimismo a los que veremos a continuación, se halla el de «Hijo de Dios». En el Antiguo Testamento, la expresión aparece vinculada a tres circunstancias diferentes. Por un lado, se denominaba a todo el pueblo de Israel con este calificativo (Éx. 4, 22; Os. 11, 1; etc.); por otro, se utilizaba como título regio (2 Sa. 7, 14; Sal. 2, 7; Sal. 89, 26) y, finalmente, servía para designar a una serie de personajes de cierta envergadura como los ángeles (Jb. 1, 6; 2, 1; 38, 7, etc.).
Las referencias al Mesías como «Hijo de Dios» que se hallan en el Enoc etíope (105, 2) y en 4 Esdras (7, 28 y ss.; 13, 32; 37, 52; 14, 9) son dudosas por cuanto cabe la posibilidad de que, en el primer caso, nos hallemos ante una interpolación cristiana y, en el segundo, de que debamos interpretar pais quizá no como «hijo» sino como «siervo», tal como ya hemos visto que sucedía en el judeo- cristianismo de Israel. Todo esto explica que G. Dalman y W. Bousset negaran que el judaísmo empleara el título «Hijo de Dios» en relación con el Mesías[1] y que W. Michaelis[1] insistiera en la novedad del mismo. A pesar de ello, hay datos que apuntan en dirección contraria. En 4Q Florilegium, 2 Samuel 7, 14 es interpretado mesiánicamente lo que, como ha señalado R. H. Fuller,[1] indica que «Hijo de Dios» era ya usado como título mesiánico en el judaísmo anterior a Jesús. No se trata, desde luego, de un caso aislado. De hecho, en la literatura judía el Salmo 2, donde se hace referencia explícita al «Hijo de Dios», éste es aplicado repetidamente al Mesías. Así, el versículo 1 es referido al Mesías en Av. Zar.; en el Midrash sobre el Salmo 92, 11 y en Pirqué de R. Eliezer 28.[1] El versículo 4 es aplicado mesiánicamente en el Talmud (Av. Zar.) y el 6 es referido al Mesías en el Midrash sobre 1 Samuel 16, 1, relacionándolo además con el Canto del Siervo de Is. 53. En cuanto al versículo 7 es citado en el Talmud junto a otras referencias mesiánicas en Suk. 52a.
El Midrash sobre este pasaje es realmente notable porque en el mismo se asocian con la persona del Mesías los textos de Éx. 4, 22 (que, evidentemente, se refiere en su redacción originaria al pueblo de Israel), de Is. 52, 13 y 42, 1 correspondientes a los Cantos del Siervo; el Salmo 110, 1 y una cita relacionada con «el Hijo del hombre que viene con las nubes del cielo». Incluso se menciona el hecho de que Dios realizará un Nuevo pacto. En cuanto al versículo 8 se aplica en Ber. R. 44 y en el Midrash al Mesías. En Suk 52a se menciona además la muerte del Mesías, hijo de José.
De lo anterior se desprende que el Mesías sí era denominado «Hijo de Dios» en algunas corrientes interpretativas judías y que además su figura fue conectada incluso en algún caso con la del Siervo y el Hijo del hombre, algo realmente notable si tenemos en cuenta la forma en que la controversia anticristiana afectó a ciertos textos judíos. En todos los casos, «Hijo de Dios» parece implicar la idea de elección para una misión concreta y determinada y, más específicamente, la ligada al concepto de Mesías.
El título no parece haber disfrutado excesivo uso dentro del judeo-cristianismo afincado en Israel, con la excepción de las tradiciones plasmadas en los Sinópticos, Juan y, caso de haber existido, el Documento Q. En el libro de los Hch., no aparece ni una sola vez conectado con Jesús[1] y lo mismo puede decirse de Santiago. Que el título era conocido se desprende de su aparición en Apocalipsis donde, no obstante, es usado una sola vez (2, 18). En el Evangelio de Juan, sin embargo, tiene un valor muy considerable y casi puede contemplarse como el título preferido por el cuarto evangelista para referirse a Jesús, un título además que no se limita a tener connotaciones mesiánicas sino que indica igualdad con Dios (Jn. 5, 17-8; 10, 30 y ss., etc.). Q 10, 21-2 recoge un dicho indiscutiblemente auténtico en que Jesús califica a Dios como Padre y señala una relación con el mismo diferente a la de cualquier otro ser.[1]
En cuanto al judeo-cristianismo de la Diáspora, las referencias son abundantes. Mateo concede al título una prominencia indiscutible entre los Sinópticos (16, 16) y pretende a través del mismo señalar la autoconciencia de Jesús, que se centra en ser «Hijo del Padre», y recoge (11, 25-7) el dicho ya mencionado. Hebreos dedica más de dos capítulos (1-2) a desarrollar su visión del término, que equivale a afirmar la Divinidad del Hijo, relacionándola con la del Padre. Así, al Hijo se le llama Dios (Heb. 1, 8), se indica que todos los ángeles le adoran (Heb. 1, 6) y se le aplican textos originariamente relacionados con YHVH (Heb. 1, 10 y Sal. 101, 26-8). En cuanto a las cartas de Juan, éstas recuerdan el uso del Evangelio (1 Jn. 2, 23; 4, 15). Por el contrario, Pablo sólo utiliza el título tres veces (Rom. 1, 4; 2 Cor. 1, 19; Gál. 2, 20) y en contextos que no presentan ecos de una influencia pagana[1] y mucho menos de los «hijos de dios» del helenismo.
En términos generales, puede decirse que el título, aparte de sus connotaciones mesiánicas, parece estar teñido, ocasionalmente, en el cristianismo primitivo de connotaciones de divinidad que se retrotraen a la especiad relación que Jesús manifestaba tener con Dios como Abba.
Con todo, el judeo-cristianismo afincado en Israel no da la impresión de haber otorgado una importancia especial al título de «Hijo de Dios», al menos en lo que a su predicación externa se refiere. Que lo conocía es cierto, pero no parece haberlo utilizado con profusión, salvo en el caso del Evangelio de Juan, donde es usado fundamentalmente para establecer la divinidad de Cristo.
Las razones que explican esta conducta parecen haber sido diversas. En primer lugar, estaba el hecho de que algunas de las connotaciones del título eran susceptibles de inducir a error. «Hijo de Dios» podía ser asociado con la idea mesiánica vulgar y, por las mismas razones que aconsejaban utilizar poco el título de «Mesías», aquél apenas fue usado. Una vez más, resultaba preferible recurrir a expresiones como «siervo», «justo», etc., que tenían un contenido mesiánico difícilmente susceptible de asociarse con una idea violenta.
En segundo lugar, y esto fue algo que captaron los evangelistas y, muy especialmente, Juan, la expresión «Hijo de Dios» servía para describir no sólo la especial relación de Jesús con Dios como Padre, sino también para atribuirle un rango de Divinidad. Para expresar ese fenómeno, los judeo-cristianos prefirieron optar por otras expresiones que, como veremos, estaban más enraizadas en el judaísmo y que no eran susceptibles de ser dotadas de un contenido distinto al deseado. Algo similar sucedería con el paulinismo, en el que el título «Hijo de Dios» tiene un eco muy inferior, por ejemplo, al de los Sinópticos. Es muy posible que si el título no desapareció del ámbito judeo-cristiano se debió precisamente a las referencias contenidas en las diversas tradiciones que mostraban a Jesús llamando Padre a Dios de una manera específica e inigualable.
CONTINUARÁ
February 6, 2016
El Salvador
Aunque la más conocida – y traducida – es su Seek Ye First the Kingdom (Busca primero el Reino de Dios) a la que me referí hace unos meses, la que hoy traigo es especialmente hermosa y tiene una peculiaridad: está cantada en inglés y español. Mientras que la parte en inglés describe la llegada de Jesús a un pueblo y lo que significó su vida, los versos en español reproducen casi literalmente unos versículos del capítulo 14 del Evangelio de Juan, aquellos en que Jesús se presenta como EL Camino, LA Verdad y LA Vida y no como un camino de tantos, una verdad de tantas y una vida de tantas.
Jesús fue muy claro a la hora de afirmar que nadie va al Padre si no es a través de él y que sólo en él hay vida eterna puesto que también él ha sido el único que ha muerto en expiación por los pecados. Si alguien pretende asimilarlo a un mero maestro de moral, a un revolucionario o a un gurú desde luego nunca podrá basar esas conclusiones en las fuentes históricas. Jesús manifestó muy claramente quién decía ser. Se puede creer o no, pero lo que resulta imposible es negarlo. Ese es Jesús y no hay otro.
Imagino que entre las decenas de miles de personas que leen estas páginas habrá algunos que deseen conocer al Jesús real y encontrarse con Dios como Padre. Incluso es posible que ansíen hacerlo ya. Pues bien, está al alcance de su mano. Basta con que se dirijan a El de todo corazón. Con sinceridad. Con verdadero deseo. Para ello existe un solo Camino, una sola Verdad y una sola Vida. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Y aquí les dejo con Karen Lafferty
.embed-container { position: relative; padding-bottom: 56.25%; height: 0; overflow: hidden; max-width: 100%; } .embed-container iframe, .embed-container object, .embed-container embed { position: absolute; top: 0; left: 0; width: 100%; height: 100%; }
February 5, 2016
El Mesías anunciado por el profeta Isaías
Podrán ustedes percatarse cómo el cuarto canto del siervo contenido en Isaías 52: 13 a 53: 12 contiene una descripción más que llamativa del mesías, tan llamativa que, en un momento determinado, aquella sección del pueblo de Israel que se alzó con la victoria en el concilio de Yavné decidió suprimirla de las lecturas habituales de los judíos en la sinagoga por su parecido extraordinario con la vida de Jesús. De ello hablamos la semana pasada. Espero que ahora disfruten el video que, aunque en hebreo, lleva subtítulos en español. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está el video sobre el mesías anunciado por Isaías
.embed-container { position: relative; padding-bottom: 56.25%; height: 0; overflow: hidden; max-width: 100%; } .embed-container iframe, .embed-container object, .embed-container embed { position: absolute; top: 0; left: 0; width: 100%; height: 100%; }
February 4, 2016
A partir del lunes en toda Galicia
A partir del próximo lunes, Dios mediante, La Voz se escuchará en toda Galicia. El programa comenzará su emisión gallea a las 22:00, hora española, de lunes a viernes.
Los diales son: 102.1 para Santiago y Comarca / 100.7 La Coruña y Ferrol. Igualmente, se nos podrá escuchar a través del canal 310 del proveedor de cable “R” y en el TDT.

Y, por supuesto, para aquellos que no puedan acceder a estos medios, seguirá abierta la posibilidad de escuchar La Voz a través de www.cesarvidal.coma partir de las 20: 00, hora española.
Esperamos que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Iowa
De entrada, Iowa es mayoritariamente blanca y protestante. Con un 62 por ciento de protestantes – frente a algo más de un 22 por ciento de católicos – y con menos de un 4 por ciento de hispanos – en su mayoría mexicanos – y un 2 por ciento de negros, Iowa no representa el promedio de una nación extraordinariamente plural como Estados Unidos. El énfasis de Ted Cruz en la Biblia o las declaraciones de Donald Trump afirmando que – ahora – es pro-vida no hubieran tenido un eco similar en otros rincones de la nación. Sin embargo, con todo, Iowa sí indica quienes pueden aspirar a resistir y es que si en un estado tan blanco, anglosajón y protestante los candidatos aguantan el tirón van por buen camino. Ted Cruz, Marcos Rubio y Donald Trump son protestantes y en el caso de los dos primeros además podemos hablar de fieles evangélicos. Si los dos primeros son hispanos y aun así han podido competir con Trump es que resulta muy posible que lleguen hasta el final. O cambian mucho las cosas o los republicanos van a tener una carrera a tres de la que ya han quedado excluidos el opusdeista Santorum y el bautista Huckabee. Por lo que se refiere a los demócratas, Hillary va, como era previsible, en cabeza, pero a solo un punto de distancia de un Bernie Sanders al que ya me referí aquí hace meses cuando en España era un perfecto desconocido. No se trata de una crisis del bipartidismo – todos se presentan dentro de los dos partidos – ni tampoco de un triunfo del populismo. Me comprometo a desarrollar más el tema en futuros artículos, pero ya adelanto que, en realidad, lo que está en juego en estas elecciones es una baqueteada clase media blanca a la que no han dejado de golpear desde hace décadas y que se siente más que cansada de las acciones de los dos partidos. Tras ser cortejada desde el siglo XVIII como la sal de la nación, tiene la sensación de llevar mucho tiempo en una situación frágil y coceada. Aquellos candidatos que apelan a darle una seguridad son los que están obteniendo su voto. Cuestión aparte es que sea suficiente para llegar a la Casa Blanca.
César Vidal's Blog
- César Vidal's profile
- 109 followers
